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El Derecho a la Verdad como parte de la reparación individual del proyecto de vida de la

víctima1.

Ricardo Ortega
Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C.

La reivindicación del carácter autónomo del derecho a la verdad o el derecho a conocer la verdad
(en sus dimensiones individual y colectiva) ha implicado un reconocimiento progresivo (y no
necesariamente uniforme) en la jurisprudencia interamericana ya sea tanto en relación con las
obligaciones de respeto y garantía de los Estados como en su identificación como parte de las
medidas de reparación integral a favor de las víctimas de violaciones a los derechos humanos.2

En este tránsito jurisprudencial, se han planteado y analizado diversas cuestiones como, por
ejemplo:

a) Que debido a que tal derecho no tiene un reconocimiento explícito en el texto de la


Convención Americana sobre Derechos Humanos no es fácil determinar cuál es el
conjunto de derechos que se vulnera cuando se impide a las víctimas conocer la verdad de
lo sucedido.3
b) Que la afectación del derecho a la verdad presentaría una conexión importante con
violaciones graves a los derechos humanos.4
c) Que resulta de enorme relevancia identificar los impactos sociales que se ocasionan
cuando se impide a las víctimas la recuperación de la verdad de los acontecimientos.

No obstante lo anterior, si bien estos aspectos del derecho a la verdad han sido objeto de un

1
Elaborado por Ricardo Ortega en “El derecho a la verdad en México audiencia temática periodo 161 de sesiones de
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 17 de marzo de 2017”. Oficina de Defensoría de los Derechos de
la Infancia A.c. y otros.
2 Cfr. Corte IDH. Caso Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos del Palacio de Justicia) Vs. Colombia. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 14 de noviembre de 2014. Serie C No. 287. Voto
concurrente formulado por el Juez Eduardo Ferrer Mac- Gregor. Párrs 3-4.
3 Ibídem. Párrs. 24 y 25. Véanse algunos de los casos referidos en el citado voto particular. Por ejemplo, en donde se
subsume el derecho a la verdad con la obligación del estado de esclarecer y sancionar a los responsables
enmarcados en los artículos 8 y 25 de la Convención Americana. Cfr. Corte IDH. Caso Baldeón García Vs. Perú.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de abril de 2006. Serie C No. 147, párr. 166; Corte IDH. Caso Radilla
Pacheco Vs. México. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de Noviembre de
2009. Serie C No. 209, párr. 180; Corte IDH, Caso Chitay Nech y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de mayo de 2010. Serie C No. 212, párr. 206, y Corte IDH. Caso
Osorio Rivera y Familiares Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de
noviembre de 2013. Serie C No. 274, párr. 220. Existen otros casos en donde se han planteado aspectos
relacionados con el medios extralegales para alcanzar la verdad como Cfr. Corte IDH. Caso Zambrano Vélez y otros
Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio de 2007. Serie C No. 166, párr. 128. Incluso casos
en donde de manera más reciente se incorpora la violación al artículo 13 de la Convención Americana en relación
con el derecho a buscar y recibir información Cfr. Caso Gomes Lund y otros ("Guerrilha do Araguaia") Vs. Brasil.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2010. Serie C No. 219.
Párr. 200. También se ha analizado la conexión del derecho a la verdad con la integridad personal. Cfr. Cfr. Corte
IDH. Caso Gudiel Álvarez y otros (“Diario Militar”) Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de
noviembre de 2012. Serie C No. 253, párr. 269.
4 Cfr. Conjunto de principios actualizado para la protección y la promoción de los derechos humanos mediante la
lucha contra la impunidad, UN Doc. E/CN.4/2005/102/Add.1, de 8 de febrero de 2005
importante análisis y un interesante (aunque a veces no necesariamente claro) desarrollo
jurisprudencial, como se ha evidenciado líneas atrás, existe un ámbito que parecería no haberse
desarrollado con una mayor profundidad y que se relaciona con el impacto que se presenta en el
ejercicio integral de los derechos de las víctimas de violaciones a los derechos humanos cuando se
afecta su derecho a conocer la verdad sobre lo sucedido. Éste es el aspecto que será abordado de
manera sucinta en las siguientes líneas.

Cuando una persona es víctima de violaciones a sus derechos humanos, se ven obstaculizadas o
impedidas múltiples áreas de su desarrollo. El desarrollo y la estabilidad emocional de la persona,
comprende elementos personales e interpersonales imbricados e interdependientes.5 Ello hace
que la victimización sufrida genere efectos no sólo en el ámbito individual de la persona víctima,
sino también en su contexto inmediato (familia y comunidad) y en la sociedad en la que se
desenvuelve.6 La trascendencia de estas afectaciones genera repercusiones en la posibilidad que
tienen las personas para ejercer de manera integral sus derechos.

En este sentido la reparación requerida para la víctima no puede limitarse a los elementos de
afectación personal o individual, la reparación integral debe valorar la afectación comprendiendo
a la persona en sus dimensiones personales, interpersonales, comunitarias y sociales.

El derecho a la verdad forma un elemento indispensable para la restitución de derechos y el sano


desarrollo del individuo. Siendo que la percepción social y comunitaria es de hecho parte de los
elementos de afectación al proyecto de vida y estabilidad emocional del individuo, mientras
perdure falsedad, culpabilización o duda sobre la responsabilidad de lo sucedido, estas relaciones
no podrán ser restituidas y continuarán obstaculizando el sano desarrollo de la persona. La verdad
y el esclarecimiento público de lo sucedido son por tanto elementos necesarios para la sanación y
restitución de la persona en sus dimensiones sociales de desarrollo.

La vulneración de los derechos humanos puede ocasionar, por tanto, distintas afectaciones en las
distintas esferas de desarrollo de las víctimas entre las que podrían mencionarse las siguientes. En
la esfera individual, por ejemplo, la presencia de una sensación de vulnerabilidad de las víctimas
que podría traducirse en un sentimiento de indefensión o bien en la imposibilidad que la persona
observa para poderse defender por sí misma; una sensación de incertidumbre ante lo sucedido
que impediría a las personas tener claridad respecto a aquello que han vivido; confusión sobre las
razones, causas de lo sucedido así como de las acciones que deberían adoptarse frente a ello; un
sentimiento de culpa en donde las personas sostienen que han realizado algo que detonó aquello
que les ha sucedido; escenarios que tienden a normalizar la violencia, apareciendo lo sucedido
como algo que no resulta extraño sino cotidiano, o incluso efectos de minimización de lo
acontecido.7

5 Perez, Fco. El Medio Social como Estructura Psicologica. Reflexiones a partir del modelo ecológico de
Bromfenbrener. EduPsykhé. Vol 3. No. 2. 161-177. 2004.
6 La criminalización y la tortura por ejemplo generan estigmatización en sus víctimas que afecta la percepción
comunitaria o social de dichas personas. La forma de “ser vista” por los demás a su vez se constituye en un
elemento que afecta al individuo en su dimensión personal y en sus capacidades de relacionarse con el entorno.
7 Algunos de estos aspectos, como los relacionados con sentimientos de horror, indefensión e impotencia,
sentimientos de culpa, e incluso algunos efectos de los procesos de re-victimización son explicados en Cfr, Antillón,
Ximena, La atención a víctimas de violaciones a los derechos humanos con enfoque psicosocial, CDHDF; México
Desde la dimensión individual, un efecto extremadamente nocivo de la vivencia de vulneración a
derechos humanos es la confusión que provoca, al punto de trastocar las percepciones de las
víctimas sobre sí y sobre el mundo. Para poder re estabilizar su equilibrio emocional, las víctimas
de violación a derechos humanos requieren de mensajes que, desde el contexto, confirmen que lo
que vivieron sí es una vulneración de derechos, y que merece una restitución que incluya la
garantía de no repetición.

Dentro del conjunto de medidas que se requieren para la reparación integral por violaciones a los
derechos humanos se ha reconocido el papel que el derecho a la verdad tiene como parte
fundamental de la restitución de los derechos de las víctimas. De esta manera, resulta
particularmente importante reconocer —más allá de una comprensión amplia asociada con el
derecho de la sociedad a conocer la verdad de lo acontecido— la relevancia que para la
restitución de los derechos tiene la recuperación de la verdad de lo acontecido con el ejercicio
íntegro de los derechos en las distintas esferas de la vida de las personas.

Si se reconoce por ejemplo que las víctimas de violaciones a los derechos humanos enfrentan una
sensación de vulnerabilidad e indefensión ante lo ocurrido, el acceso y determinación de la verdad
de lo ocurrido, les permitiría reconocer que la violación a sus derechos en verdad ocurrió pero
también que cuentan con medios para enfrentar lo acontecido y sobreponerse a ello, esto es la
verdad como empoderamiento de las víctimas para enfrentar lo ocurrido. De esta manera, el
esclarecimiento de los hechos, la constatación de la verdad por parte de las víctimas, permitirá
también ubicar el plano de las responsabilidades en aquellas personas que perpetraron las
violaciones a los derechos humanos permitiendo a las víctimas romper con la idea de que lo
acontecido fue su culpa o tuvieron alguna clase de responsabilidad en ello. De igual manera, el
esclarecimiento de la verdad y la sanción de los responsables permite ubicar las cosas en su justa
dimensión estableciendo una ruptura con la normalización de tales violaciones como parte de
dinámicas cotidianas que las personas deberían soportar por ser cuestiones de carácter habitual,
muchas veces ocasionadas por preconcepciones del mundo o ideas estereotipadas. El potencial de
la verdad, permite poner las cosas en su sitio de modo que, permitiría a las víctimas combatir la
confusión que tienen de su persona así como del mundo que les rodea, y que sería generada por
las violaciones a los derechos. Conocer la verdad implica el reconocimiento en el espacio público
de su lucha, dolor y del caso, además de ser la base para la construcción de la memoria en busca
del “nunca más”.

De esta manera, el derecho a la verdad tiene un enorme potencial como parte de las medidas de
reparación integral a las víctimas de violaciones a los derechos humanos e incide de manera
directa no sólo en el ámbito relativo a la esfera individual, sino que también tiene una enorme
incidencia en la confianza con la que las personas se relacionan con su entorno social. El acceso de
las víctimas a la verdad, permitiría así a las víctimas ejercer sus derechos sin aquellas inhibiciones
ocasionadas por el temor a la repetición de actos que de otra manera, permanecerían en la

2012, p.19-21. Sobre la diversidad en grados de afectación de las personas Cfr. Martín Beristaín, Carlos. Manual
sobre perspectiva psicosocial en la investigacíon de derechos humanos, Hegoa, Bilbao, 2007. p.15. Algunos otros
aspectos, han sido observados en la atencíon de casos desarrollados por la Oficina de Defensoría de los Derechos de
la Infancia, particularmente en casos relacionados con niñas, niños adolescentes. Jóvenes y mujeres.
incertidumbre de su repetición y justificación. Este derecho, tal como se puede observar en las
secciones anteriores, está vinculado al acceso a los procesos penales e investigaciones judiciales y,
en casos de desaparición, a la identificación de restos humanos y gestión de información forense.
De igual manera, se encuentra vinculado al acceso a información pública que ha sido generada por
las autoridades y, que posteriormente será enviada a los archivos históricos, tema que
abordaremos en las secciones siguientes.

Resulta pues importante impulsar un reconocimiento del derecho a la verdad como una pieza
clave en la restitución integral de los derechos de las víctimas en la medida en que posibilita el
pleno desarrollo de las personas en sus diferentes ámbitos vitales en la medida que actúa
directamente en su recuperación personal y frente a su entorno. De este modo, el derecho a la
verdad en las vertientes que han sido abordadas a lo largo de este documento, tienen como
centro a las víctimas y a la sociedad.

Así, el acceso a la verdad de lo ocurrido no debería suponer cargas desproporcionadas de tipo


probatorio para quienes resienten una afectación a sus derechos, ni la existencia de obstáculos
que fragmenten o limiten la responsabilidad del Estado por violaciones a los derechos humanos.
De igual manera, el ejercicio del derecho a la verdad implicaría el derecho de las víctimas a buscar
y recibir información así como a la plena satisfacción de las distintas esferas de la vida, asociadas
con su integridad física y psicológica, que pudieron haberse afectado por la violación a sus
derechos.

Precisamente por ello, resulta fundamental que el Estado establezca un conjunto de acciones de
carácter integral para asegurar el pleno ejercicio de este derecho a personas que han sido víctimas
de violaciones a sus derechos humanos y que encuentran una importante cantidad de trabas
jurídicas y de hecho para acceder a sus expedientes judiciales; para acceder a la justicia y solicitar
el enjuiciamiento y sanción a los responsables; acceder a pruebas científicas que permitan la
constatación de hechos; acceder a investigaciones conducidas con rigor, independencia y seriedad,
e incluso a información en posesión del Estado relacionada con las violaciones a los derechos
humanos.

El día de hoy, entre otras cosas, México no cuenta con un mecanismo adecuado que garantice el
acceso de las víctimas a la reparación integral por violación a los derechos humanos. El modelo
legislativo incorporado con el llamado procedimiento de responsabilidad patrimonial del Estado
resulta limitado (a cierto tipo de reparaciones, en dónde no se puede acceder a la verdad de lo
sucedido) e impone una serie de cargas procesales desproporcionadas a las víctimas de tales
violaciones que tornan inefectivo el acceso a tal recurso e incluso su diseño diluye o fragmenta la
responsabilidad del Estado para responder en su conjunto, asumiendo los problemas de
violaciones a los derechos humanos más que como un problema de funcionamiento institucional,
como un tema de responsabilidad aislada de sus agentes. Esto dificulta las vías para el
reconocimiento de aquellas víctimas que podrían por ejemplo beneficiarse de la Ley General de
Víctimas. De igual manera, aún persisten una importante cantidad de obstáculos para que las
víctimas de violaciones a los derechos humanos accedan a expedientes judiciales que se
relacionan con las violaciones a sus derechos, aspecto que desde luego, limita su posibilidad de
conocer aspectos relevantes relacionados con lo acontecido. En la próxima sección

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