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INFORME DE LA MISIÓN DE ACOMPAÑAMIENTO A 72

ACTIVISTAS SAHARAUIS DEFENSORES DE LOS DERECHOS


HUMANOS EN EL TRAYECTO ARGEL-CASABLANCA-AAIUN
REALIZADO DESDE EL 27 SEPTIEMBRE AL 1 DE OCTUBRE
DEL 2010

Composición de la Delegación
• Guillermo Toledo Monsalve, actor, Coordinador del FISAHARA
(Festival Internacional de cine del Sahara).

• Carmelo Ramírez Marrero, Presidente de FEDISSAH (Federación


Estatal de Instituciones Solidarias con el Sáhara), de Las Palmas.

• Santiago Jiménez Gómez, de la Comisión Permanente de CEAS-


Sahara (Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara)
y Coordinador del Observatorio Gallego para el Sáhara Occidental de la
Universidad de Santiago de Compostela.

• María del Carmen Carvajal Balague, de la Federación de


Asociaciones de Solidaridad con el Pueblo Saharaui de la Comunidad
Valenciana (FASPS).

• Juan Vicente Luz Argilés, de la Federación de Asociaciones de


Solidaridad con el Pueblo Saharaui de la Comunidad Valenciana
(FASPS) igualmente.

• Juan Andrés Lisbona Noguerol, empresario, de la Asociación


Malagueña de Amigos del Pueblo Saharaui (AMAPS).

• En el Aaiún se coincidió con la presencia de otros observadores que ya


estaban en el territorio o se incorporaron con posterioridad a esta
Misión. Entre otros estaban:

• José Morales, de Canarias.

• Luis Valor de Cantabria.

• Maite Lorenzo, de Cantabria.

• Francesc Verdugo, de Cataluña.

• Luis Vega, de Madrid.

• José Mª Haro Sabater, de Madrid.

• Delia Maza, de Aragón.

Objetivos de la Misión
• Acompañar a los 72 activistas saharauis defensores de los Derechos
Humanos en su regreso al Aaiún procedentes de Argel.
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• Intentar evitar las agresiones por parte de la policía marroquí a los
grupos de activistas saharauis.
• Comprobar en los Territorios Ocupados de Sáhara Occidental las
graves denuncias acerca de la violación de los Derechos Humanos por
parte del Gobierno de Marruecos contra la población saharaui.
• Escuchar, en El Aaiún, los testimonios de las familias de los
desaparecidos, de los ex-presos políticos, sus familiares, los activistas
y, en general, las víctimas de las torturas y de las detenciones
injustificadas.
• Publicitar y denunciar, ante la opinión pública y los organismos
internacionales, todas estas violaciones.

Consideraciones previas
• La raíz del dilatado problema del Sahara Occidental está en que es una
cuestión de descolonización inconclusa, reconocido así en múltiples y
reiteradas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y refrendado
todos los años por la IVª Comisión de las Naciones Unidas para la
Descolonización.
• El acordado y pactado Derecho de Autodeterminación y su ejercicio a
través de un Referéndum libre de coacciones y democrático no se ha
llevado a efectos por la negativa del Gobierno de Marruecos, que ha
contado con la pasividad del máximo organismo internacional y con el
apoyo explícito de algunos gobiernos como Francia y España; en este
último caso incumpliendo sus responsabilidades como potencia
administradora del territorio.
• El Gobierno de Marruecos viene ejerciendo una permanente represión y
violación de los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados
imponiendo un estado de miedo y de terror entre la población civil
saharaui que, a medida que pasan los años se ha venido haciendo menos
evidente pero no menos efectivo y lesivo para los intereses de una
población enteramente desprotegida ante la impunidad de las fuerzas
policiales y de seguridad. Esta situación se ha denunciado por múltiples
delegaciones de observadores internacionales como la delegación “ad
hoc” del Parlamento Europeo, el Secretario General de la ONU en sus
informes al Consejo de Seguridad y múltiples y prestigiosas
organizaciones de defensa de los Derechos Humanos como Amnistía
Internacional, Human Rights Watch, Front Line, OMCT (Organización
Mundial Contra la Tortura), Freedom House, el Consejo General de la
Abogacía Española, etc... Asimismo, hay que recordar el informe
elaborado en 2006 por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos
Humanos que, a fecha de hoy, aún no ha sido publicado oficialmente.

Actividades desarrolladas
• La misión se inicia el lunes, día 27, con el acompañamiento al primer
grupo de 26 activistas en el trayecto Argel-Casablanca-Aaiún.
• En el Aeropuerto del Aaium se observa un enorme despliegue policial
(unos 200 efectivos) que ocupan todas las dependencias interiores y

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exteriores del Aeropuerto. En el mismo sólo está el grupo de 26
activistas y los 7 observadores que acompañan.
• La policía ejerce una enorme presión sobre los activistas tanto física
como psicológica, rodeándolos, burlándose de ellos, amenazándolos e
imponiendo un clima de miedo al tiempo que se les somete a cacheos
individuales. Asimismo, se revisan minuciosamente sus equipajes y se
les arrebata toda la documentación que portaban en las maletas,
libros, notas manuscritas, informes sobre DDHH, etc., así como algunos
distintivos a favor de la independencia del Sáhara Occidental.
• Se produce un incidente gravísimo al intentar la policía qua la
ciudadana saharaui Sultana Jaya se despojara de una pulsera de tela
con los colores de la bandera de la República saharaui. Se crea un
clima muy violento en el que se le coacciona con la retirada del
pasaporte y de su cámara de fotos y, finalmente, la pulsera le es
arrebatada violentamente, cortándola con un cuchillo, por la policía.
• Al llegar el grupo a la casa de acogida para celebrar con otros
saharauis la llegada del grupo, se observa que los alrededores de la
casa y el barrio están ocupados por un fuerte contingente de policías,
vestidos de paisano, que impiden el acceso a la vivienda a quienes se
acercan a ella, con excepción del grupo recién llegado y los
observadores, quienes se ven obligados a pasar entre un cordón de
agentes de paisano; y amenazan con entrar para desalojarla con
violencia. Hay puñetazos, piedras, empujones, amenazas y coacciones
de la policía hacia los ciudadanos saharauis presentes.
• El martes, día 28, la misión de observadores se reúne en viviendas
particulares con población saharaui, víctimas de las torturas y sus
familiares así como de trabajadores que ponen de manifiesto el trato
vejatorio y las enormes diferencias salariales con las que se trata a los
pocos saharauis que acceden a un puesto de trabajo. La policía hace
un seguimiento minucioso de los movimientos de todos y cada uno de
los observadores, restringiendo nuestra libertad de movimientos, y
siempre está rodeando las casas, con actitud amenazante, impidiendo
el acceso a las mismas, profiriendo insultos y creando un estado
permanente de coacciones y temor entre los presentes y en todo el
vecindario.
• El miércoles, día 29, llegaba otro grupo de 24 activistas. Los
observadores se dirigen al Aeropuerto para acompañarles en su
regreso hasta la ciudad. En la avenida de acceso al Aeropuerto un
fuerte contingente de policías marroquíes trata de impedirnos el
acceso al mismo, sin ninguna explicación y siempre profiriendo
amenazas. Nos retiene durante más de una hora junto con nuestros
vehículos y acompañantes y trata de forzarnos pa5ra que desistamos
de cumplir con nuestro cometido. Pasan varios vehículos de la
MINURSO y ninguno se detiene ni para mostrar su curiosidad ante la
evidente retención de ciudadanos extranjeros. Con todo se nos impide
pasar al interior del Aeropuerto debiendo de quedarnos en el
aparcamiento del mismo.
• Cuando llega el grupo de activistas y estos trasladan sus equipajes
hacia los coches con los que los esperábamos, la policía de Marruecos
carga violentamente sobre el mismo y sobre los observadores a base
de puñetazos, patadas, empujones, insultos y graves amenazas. Uno
de los acompañantes, Gregorio Toledo, es herido, golpeado, arrastrado

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y se le roba su teléfono móvil. Resultan varios saharauis heridos,
algunos de gravedad que necesitó asistencia hospitalaria. A la
ciudadana Sultana Jaya le inyectan violentamente en el pie un
producto que le produce hinchazón y fuertes dolores y mantiene
insensible y paralizada la pierna durante dos días. Igualmente se
intenta llevar hasta un furgón a la observadora Maite Lorenzo
desistiendo repentinamente la policía de su esfuerzo.
• Las agresiones se vuelven a reproducir al llegar los activistas a la casa
de acogida, llegándose a momentos de máxima tensión con forcejeos
y golpes al intentar cerrar la puerta de la casa, que se mantenía
abierta por el ambiente irrespirable que suponía la presencia de
numerosas personas en un espacio limitado, los policías más próximos
a la misma .
• El jueves, día 30, la policía marroquí ocupa el barrio donde el tercer
grupo de activistas va a ser recibido. Un numeroso contingente de al
menos unos 200 policías con vehículos y material policial cerca la calle
y todas las colindantes impidiendo el acceso a la vivienda a los
saharauis con las consiguientes amenazas, agresiones, empujones,
puñetazos, patadas, lanzamiento de piedras por la policía, robo de una
cámara fotográfica a uno de los observadores y ocasionando la rotura
de un brazo a un acompañante saharaui mientras un helicóptero con
distintivos militares sobrevolaba la zona. La tensión es máxima y el
grupo de activistas saharauis sólo responde a este acoso con una
sentada silenciosa y pacífica, con las bocas significativamente
cruzadas por esparadrapos, para denunciar esta situación que coarta y
limita sus derechos en un ambiente de enorme tensión y evidente
desconcierto policial.

Las denuncias de las violaciones de los Derechos


Humanos
En todas y cada una de las reuniones mantenidas se denuncian las
terribles y continuadas violaciones de los Derechos Humanos que
ejerce la policía y el Gobierno de Marruecos sobre la población civil saharaui.
Las más comunes fueron las siguientes:

• Instauración de un clima de terror en las calles de El Aaiún y todas las


ciudades ocupadas, que se palpa en el despliegue de numerosas fuerzas
policiales: policías uniformados, pero. Sobre todo, fuerzas auxiliares y
policías de paisano que no dudan en camuflarse como colonos con el
objeto de asaltar de forma calculada y al tiempo irresponsable, como
tales elementos incontrolados en los que se convierten, a los
manifestantes. Esa presencia masiva se realiza por agentes sin uniforme
como una forma de pasar desapercibidos a los extranjeros y turistas.
• Desaparición de más de 500 saharauis desde el año 1.975, cuyo
paradero se desconoce actualmente.

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• Torturas sistemáticas, indiscriminadas y continuadas a la
población saharaui, que alcanza a toda los segmentos de población:
niños, jóvenes, adultos mujeres, hombres y ancianos.
• Allanamiento de viviendas con la destrucción y robo de los enseres y
destrozos en los vehículos.
• Actualmente hay más de 50 presos políticos saharauis en las cárceles
de Marruecos, cuyo único delito es exigir la Autodeterminación que
reconoce como solución legítima la comunidad internacional y la ONU.
• Secuestro de jóvenes saharauis por la policía marroquí que después de
torturarlos salvajemente son abandonados a la intemperie, y en algunos
casos desnudos en los suburbios de las ciudades saharauis ocupadas.
• Hostigamiento permanente a los defensores saharauis de Derechos
Humanos por la policía de ocupación marroquí (seguimiento, vigilancia en
las puertas de las casas, etc.).
• Presencia de la policía y fuerzas de ocupación marroquí en todas
las calles principales y especialmente en los barrios donde habita la
población saharaui.
• Actitudes de desprecio sexista y reiteradas violaciones de
mujeres de diferentes edades y hasta adolescentes en las
comisarías.
• Jóvenes torturados e incluso quemados con líquidos inflamables en
las comisarías y centros de tortura.
• Amenazas, insultos y vejaciones constantes y cotidianas.
• Tres asesinatos de saharauis por la policía marroquí, sin exigencia de
responsabilidades, permaneciendo aún impunes los responsables de
estos crímenes.
• Juicios sumarios practicados por Tribunales de Ocupación Marroquíes
carentes de competencias y jurisdicción sobre la población civil saharaui
del Territorio no Autónomo del Sáhara Occidental, sin garantías,
vulnerando además el derecho a una tutela judicial efectiva y el derecho
de los y las saharauis a ser enjuiciados por un tribunal justo e imparcial.
Estos juicios implican una patente manifestación del intento de
judicialización del conflicto, con aplicación totalmente arbitraria de la
legislación de la potencia ocupante, procediendo a imponer a los y las
Saharauis penas totalmente desproporcionadas y sin relación con las
falsas y nunca probadas acusaciones de hasta 20 años de privación de
libertad, pudiendo ser solicitada incluso, en algunos casos, la pena de
muerte.
• La policía impide cualquier manifestación pacífica o la simple
exteriorización de toda reivindicación de la identidad saharaui de manera
violenta y brutal.
• No se puede ejercer los derechos de asociación, ni de reunión, ni de
manifestación pacífica, siendo los mismos coaccionados o reprimidos
violentamente por la policía y fuerzas de ocupación.
• Prohibición del ejercicio del derecho de libre expresión.
• Expolio de los recursos naturales que pertenecen al pueblo saharaui
(fosfatos, arena, sal, pescado con el uso de sistemas prohibidos
internacionalmente, etc.)
• Presencia de la policía marroquí en los centros de enseñanza
amenazando y torturando a los y las jóvenes saharauis y la expulsión de

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los centros de miles de estudiantes desde 1975 que se han manifestado o
que se han negado a cantar el himno de Marruecos.
• Limitaciones a la libertad de circulación y de movimiento de la población
civil saharaui con permanentes controles a la entrada y salida de las
ciudades saharauis ocupadas. Se ha constatado la constante coacción, a
base de interrogatorios y detenciones claramente ilegales, para impedir
todo contacto entre la población saharaui y los extranjeros convirtiendo a
todo el territorio en una cárcel para sus habitantes autóctonos.
• Denuncia de los métodos de tortura utilizados por la policía marroquí:
introducción de botellas en el ano, arrancar el bigote violentamente,
arrancar las uñas, palizas por todo el cuerpo con paños mojados para no
dejar huellas, suspensión en el aire con las manos y pies atados (la
famosa tortura conocida como “pollo asado”), ser quemados con colillas
en todo el cuerpo, exposición de genitales a corrientes eléctricas, asfixias,
introducir la cabeza en cubos de agua sucia, privación del sueño,
exposición desnudo, amenaza de liquidación con pistolas, violación y
violencia sexual contra las mujeres, aislamiento en presencia de perros,
ojos vendados durante mucho tiempo, ausencia de condiciones
higiénicas, mezcla con presos comunes y enfermos infecciosos, privación
de los sentidos por medio de capuchas colocadas durante meses e incluso
años y un largo etc.
• Existencia de fosas comunes con restos humanos de saharauis,
posiblemente desaparecidos.
• Se expone una queja generalizada por el papel de la ONU, Unión
Europea y de los gobiernos de algunos países, en especial los de Francia y
España, respaldando y justificando estas atrocidades del Gobierno de
Marruecos, a quien consideran falsamente respetuoso con los derechos
humanos. Especialmente indignante es el papel de la MINURSO. Estos
funcionarios excelentemente retribuidos por la comunidad internacional
están haciendo turismo en el Sahara Occidental y ocupando ociosamente
los mejores hoteles mientras Marruecos reprime violentamente a la
población saharaui, delante de sus ojos.
• Estas denuncias se extienden a todas las ciudades ocupadas del
Sahara Occidental (Smara, Dajla, Bojador, etc.) y en las Universidades y
centros de enseñanza y en el sur de Marruecos. En todos aquellos lugares
donde se concentre un grupo significativo de población saharaui

Exigencias que plantea la población saharaui de los


territorios ocupados
• Lo prioritario es el cumplimiento de las Resoluciones de la ONU y la
celebración del Referéndum de Autodeterminación lo antes posible.
Hay un rechazo radical y enérgico a la propuesta marroquí de autonomía
del territorio.
• El cese inmediato de la represión y de las violaciones y
conculcaciones de los Derechos Humanos por parte del Gobierno de
Marruecos y la libertad de todos los presos políticos saharauis.
• La inmediata ampliación del mandato de la MINURSO a la
protección de los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados así
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como la publicación del informe del Alto Comisionado de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas (ACNUDH) elaborado en su visita en el
2006.
• El cese, con carácter inmediato, del expolio de las riquezas naturales
del Sahara Occidental cuyos beneficios de explotación en nada favorecen
a sus legítimos propietarios: la población saharaui.
• Petición expresa para que visiten el territorio observadores
internacionales, defensores de los Derechos Humanos, juristas, medios
de comunicación, personalidades, delegaciones oficiales institucionales
que, de forma continuada, pongan en evidencia y denuncien la situación y
exijan al Gobierno de Marruecos el cumplimiento de la legalidad
internacional y el respeto de los Derechos Humanos.

Acción policial contra la Delegación de


observadores
• La Delegación de observadores se sintió absolutamente presionada en
todo momento por la policía marroquí.
• Siempre había un coche con policías de paisano siguiendo a 30 m. de
distancia a la Delegación.
• Presencia permanente de varios vehículos policiales en el exterior de
las viviendas donde se celebraban las reuniones con los saharauis.
• Controles policiales a la entrada y salida de la ciudad que reiteraban la
documentación a la Delegación.
• Se evidencia que los territorios ocupados están cercados por controles y
filtros de seguridad, sobre todo en las vías que llevan a El Aaiún para
prevenir cualquier llegada al territorio, fundamentalmente en las
carreteras y aeropuertos.
• Filmación en video de todas las personas saharauis que asistían a los
lugares de reunión, creando un clima de miedo e intimidación.
• Seguimiento a pie a la Delegación por las calles de la ciudad.
• Presencia permanente de un coche policial en la puerta de la vivienda
donde se alojaba la Delegación.
• Vigilancia las 24 horas durante los días que duró la visita. La
Delegación no se podía mover sin el control policial.
• La policía marroquí creó un clima de miedo e intimidación en el entorno
de la Delegación que impedía el acercamiento de población saharaui a la
misma.
• Se constató la presencia masiva de policía de paisano y uniformada en las
calles, sobre todo en los barrios poblados por saharauis.
• En el propio aeropuerto, en la salida, policías de paisano se colocaban
a un metro escaso de los miembros de la Delegación, coaccionando e
impidiendo conversaciones normales y no dudando en mirar con descaro
o emplear todo tipo de insultos invitando emn actitud provocativa a una
respuesta violenta por parte de los integrantes de la misión de
observación.

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CONCLUSIONES
1. Es evidente la brutal represión de los Derechos Humanos que el
Gobierno de Marruecos ejerce en los Territorios Ocupados sobre
la población civil saharaui, por lo que la masiva presencia de
grupos de observadores internacionales y medios de
comunicación es una necesidad urgente e inaplazable para
romper el muro de silencio.
2. Es fundamental presionar a la ONU, U.E. y Gobiernos que
respaldan a Marruecos para que exijan al Gobierno Marroquí el
cumplimiento de las resoluciones de la ONU, la inmediata
celebración del Referéndum de Autodeterminación, la libertad de
todos los presos políticos, y el cese de la represión de los
Derechos Humanos y el expolio de los recursos naturales.
3. Es urgente establecer mecanismos de protección de los
defensores saharauis de los Derechos Humanos que realmente
arriesgan su vida cada día, exigiendo de forma urgente la
ampliación del mandato de la MINURSO, la intervención de los
organismos internacionales de defensa de los Derechos Humanos
y la propia ONU, así como el enjuiciamiento de los culpables de
estas violaciones por Tribunales internacionales.
4. La U.E. debe condicionar la firma y posterior ejecución del
Estatuto Avanzado con el Gobierno de Marruecos al cumplimiento
de las resoluciones de la ONU, el cese de la represión de los
Derechos Humanos y la finalización del expolio de los recursos
naturales del Sahara Occidental, un verdadero robo por el que
deberían ser sancionados los empresarios cómplices del mismo.

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5. Imágenes de las violaciones de los Derechos Humanos

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