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Para llevar a cabo estas metas, es necesario utilizar Tecnologías de Información (TI), las cuales
funcionan como herramientas que se pueden aplicar internamente para acelerar los procesos
de logística, administración de inventarios, canales de distribución, sistemas contables y de
facturación dando cumplimiento a las normas fiscales.
Para María Elvira Méndez Mercado, Maestra en Finanzas por la Facultad de Negocios de la
Universidad La Salle, la mayoría de las PyMEs trabajan de forma intuitiva o especulativa, por
ello deben aplicar el estudio FODA, que les permita identificar sus Fortalezas, Oportunidades,
Debilidades y Amenazas. Otro de los retos que tienen es conocer a su cliente objetivo, para
satisfacer sus necesidades, y también a sus competidores.
Redes sociales
Las estrategias que siguen estas empresas no suelen establecerse tras estructurados procesos
de reflexión. Al contrario, suele ser más el estilo de liderazgo y la visión de los empresarios,
que viven, piensan y sueñan en y con sus proyectos, los que terminan marcando el rumbo
estratégico de estas compañías. Una estrategia diferencial es, sin embargo, una de las armas
que las empresas pequeñas y mediana pueden utilizar frente a las poderosas organizaciones
globales. Existen buenos estudios teóricos sobre estrategias mixtas y asimétricas que explican
y razonan cómo empresas más pequeñas pueden jugar y ganar a otras más grandes. En la
realidad y en la mochila de muchas pequeñas empresas, está sin embargo mucha de la
munición que necesitan para hacer frente a esos gigantes. Repasemos algunas de ellas:
Conocer tus clientes. Las tecnologías y el llamado big data ofrecen un nuevo arma a las
organizaciones para profundizar en el conocimiento de los clientes, pero tardarán en extraer
de ello el grado de detalle y conocimiento aplicado que tienen muchos pequeños empresarios.
Recuerdo el caso de un empresario de productos ibéricos, que conocía perfectamente el
nombre, la vida y por supuesto el tipo de jamón, lomo y derivados que le pedía cada uno de
sus distribuidores y sus cientos de grandes clientes directos. Decía que su negocio, aunque
complejo, debía llevarse en una servilleta (sin las aparatosas estructuras de muchas empresas)
y el éxito con el que lo hacía le daba la razón.