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Estrategias de las pymes para lograr competitividad

Para llevar a cabo estas metas, es necesario utilizar Tecnologías de Información (TI), las cuales
funcionan como herramientas que se pueden aplicar internamente para acelerar los procesos
de logística, administración de inventarios, canales de distribución, sistemas contables y de
facturación dando cumplimiento a las normas fiscales.

Para María Elvira Méndez Mercado, Maestra en Finanzas por la Facultad de Negocios de la
Universidad La Salle, la mayoría de las PyMEs trabajan de forma intuitiva o especulativa, por
ello deben aplicar el estudio FODA, que les permita identificar sus Fortalezas, Oportunidades,
Debilidades y Amenazas. Otro de los retos que tienen es conocer a su cliente objetivo, para
satisfacer sus necesidades, y también a sus competidores.

Además, las empresas pueden obtener nuevos negocios a través de:

Ferias nacionales e internacionales

Expos (destacando Expo Compras de Gobierno)

Programas de exportación a diferentes países, impulsados por ProMéxico y Bancomext

Programas de incorporación de proveedores PyME de empresas como Wallmart o Soriana

Redes sociales

Las estrategias que siguen estas empresas no suelen establecerse tras estructurados procesos
de reflexión. Al contrario, suele ser más el estilo de liderazgo y la visión de los empresarios,
que viven, piensan y sueñan en y con sus proyectos, los que terminan marcando el rumbo
estratégico de estas compañías. Una estrategia diferencial es, sin embargo, una de las armas
que las empresas pequeñas y mediana pueden utilizar frente a las poderosas organizaciones
globales. Existen buenos estudios teóricos sobre estrategias mixtas y asimétricas que explican
y razonan cómo empresas más pequeñas pueden jugar y ganar a otras más grandes. En la
realidad y en la mochila de muchas pequeñas empresas, está sin embargo mucha de la
munición que necesitan para hacer frente a esos gigantes. Repasemos algunas de ellas:

Conocer tus clientes. Las tecnologías y el llamado big data ofrecen un nuevo arma a las
organizaciones para profundizar en el conocimiento de los clientes, pero tardarán en extraer
de ello el grado de detalle y conocimiento aplicado que tienen muchos pequeños empresarios.
Recuerdo el caso de un empresario de productos ibéricos, que conocía perfectamente el
nombre, la vida y por supuesto el tipo de jamón, lomo y derivados que le pedía cada uno de
sus distribuidores y sus cientos de grandes clientes directos. Decía que su negocio, aunque
complejo, debía llevarse en una servilleta (sin las aparatosas estructuras de muchas empresas)
y el éxito con el que lo hacía le daba la razón.

Modelos para determinar competitividad de las pymes

La competitividad es un elemento clave para el desarrollo, crecimiento y


sustentabilidad de la PYME, de acuerdo con la literatura es un concepto
multidimensional y son diversos los criterios para definirla y medirla. El
objetivo de la presente investigación es determinar el nivel competitivo de
la micro, pequeña y mediana empresa evaluando aspectos internos de la
misma como planeación estratégica, producción y aprovisionamiento,
calidad, comercialización, recursos humanos, contabilidad y finanzas,
gestión ambiental y sistemas de información. Para medir la competitividad
de la empresa se utiliza la metodología del Mapa de Competitividad del BID.
Los datos se recopilan de un estudio de campo con una muestra de 400
empresas micro, pequeñas y medianas del Distrito Federal en México. Los
principales hallazgos de este trabajo indican que las micro empresas no son
competitivas mientras que la pequeña y mediana son altamente
competitivas, lo cual implica que la competitividad está relacionada con el
tamaño. Así también, que la PYME industrial es más competitiva que la de
los sectores comercio y servicios, por lo que la competitividad también
dependería del sector. Por último, el análisis bivariado permitió determinar
que el nivel de competitividad se encuentra relacionado con el nivel de
estudios del empresario.

La competitividad es un término multidimensional que no posee una


definición específica, debido a los diferentes niveles y factores
cualitativos y cuantitativos que intervienen en su determinación,
asimismo comprende la existencia de diversos enfoques de análisis e
indicadores para su medición. Además, es un concepto universal
utilizado como fórmula para el crecimiento económico de los países y
como condición necesaria cuando se trata de ganar participación en
los mercados internacionales (Flores, 2008).

Para Fajnzylber (1988) la competitividad consiste en la capacidad de


un país para sostener y expandir su participación en los mercados
internacionales y elevar simultáneamente el nivel de vida de su
población. Esto exige el incremento de la productividad y por ende, la
incorporación de progreso tecnológico. Porter (1990) coincide en que
la competitividad de una nación debe ser capaz de producir un alto
nivel de vida para sus ciudadanos y debe estar vinculada también a la
productividad utilizando sus recursos naturales, humanos, de capital,
la formación de clúster y la innovación.
Responsabilidad social de la pyme

El objetivo del presente trabajo es conocer la situación de las actividades de responsabilidad


social empresarial (RSE) entre las PYME, así como su valoración de la importancia de las
mismas. Para ello se encuestó a una muestra de 150 empresas en el área metropolitana de
Caracas de las áreas de industria, comercio y servicios. Si bien no se encontraron estudios
nacionales previos sobre RSE en las PYME que permitieran comparar los resultados obtenidos,
sí se pudo encontrar estadísticas sobre algunas actividades que pueden enmarcarse como de
RSE, sobre todo de tipo interno. Los principales hallazgos muestran tanto en Venezuela como
en la región latinoamericana que hay una baja participación en actividades socialmente
responsables, con mayor presencia de actividades de responsabilidad social interna que
externa o ambiental. En el caso venezolano, las actividades de RSE interna son mucho más
frecuentes que en los estudios previos encontrados. Se verifica en términos generales mayor
participación e intensidad en actividades de RSE a mayor tamaño de la empresa, mayor
facturación anual y en las empresas del área industrial. A pesar de que la implicación declarada
por las empresas es relativamente baja, los entrevistados asignan importancia a estas
actividades y perciben una presión creciente de la sociedad en su conjunto para que las
empresas incluyan en su actuación la perspectiva de RSE

entre empresas pequeñas, medianas y grandes sigue siendo el tradicional en el que se


consideran grandes las empresas de 100 empleados y más.  La Encuesta de Hogares por
Muestreo, aplicada a una muestra representativa de viviendas en el territorio nacional de
forma semestral desde 1967, sería otra forma de acceder a la importancia de las PYME en la
distribución de la población ocupada. Sin embargo, la codificación tradicional del tamaño de
empresa en esta encuesta no permite identificar a los trabajadores de las PYME y de las
empresas grandes, ya que sólo se distingue a quienes trabajan en empresas de menos de 5
empleados. Esta situación cambia únicamente en el período 1994-1998, en el cual se clasifica
el tamaño de las empresas utilizando el mismo criterio de la Encuesta Industrial. Esta dificultad
para la obtención estadísticas sobre las PYMEs tiene agravantes por la tendencia a la
informalidad de las empresas más pequeñas, las cuales tienen poca probabilidad de estar
registradas en todas las instancias oficiales competentes: sus respectivos municipios (Patentes
de Industria y Comercio), Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria
(SENIAT) y el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), principalmente. Un estudio
llevado a cabo entre microempresas encontró que sólo un 4% de la muestra estaba registrado
en todas estas instituciones, y 20% no estaba en ninguna de ellas (Orlando, 2000). Por tanto,
ninguno de estos registros por separado serviría de marco para listar todas las microempresas
y PYMEs, y con base en él diseñar estudios por muestreo. Adicionalmente, estos registros en la
actualidad no son utilizados para producir estadísticas según el tamaño de la empresa. Otra
dificultad es no contar con registros exhaustivos originados por el sector privado, dado que la
participación en gremios y asociaciones no es masiva, especialmente en las empresas más
pequeñas. Asimismo, muchas veces estos registros no cuentan con información suficiente para
clasificar a las empresas según su tamaño, o están desactualizados. Tampoco se han realizado
encuestas con cobertura nacional para el estudio de las características de las PYMEs, su
distribución sectorial o las características de sus trabajadores. Todo lo anterior muestra la
dificultad para la estimación del número de PYME existentes en el país y su impacto en el PIB o
en el empleo. Algunos estudios han intentado hacerlo basándose en los datos de la Encuesta
Industrial (Aranda, Fajardo y Mata, 1997) y otros han realizado estimaciones propias basadas
en encuestas realizadas con ese objetivo (Jurisch y Centeno, 2002; Castro, 2000) o
comparando diversas fuentes oficiales (Páez, 2001 y s./f.). A fin de presentar en este trabajo
una caracterización de las PYMEs venezolanas, aunque sea incompleta, mostraremos los datos
más recientes de la Encuesta Industrial y complementaremos con los datos de la Encuesta de
Hogares y los resultados de estudios previos. El primer interés es verificar cuál es el aporte de
la actividad económica de las PYMEs a la economía nacional. Para ello sólo la Encuesta
Industrial cuenta con información suficiente para realizar una estimación ya que obtiene
información detallada sobre producción y ventas de los establecimientos. En los últimos datos

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