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Ubicado en el borde suroccidental de América del Sur junto al Océano Pacífico, abarcando
igualmente el territorio completo de la Patagonia oriental hasta el Océano Atlántico. Su
límite septentrional fue el desierto de Atacama y el meridional fue el Polo Sur, tal
como quedaría establecido en una gran cantidad de mapas de la época, siendo uno de los
más famosos el Mapa Geográfico de América Meridional de don Juan de la Cruz Cano y
Olmedilla, 1775.
o Año 1541: Pedro de Valdivia funda la Ciudad de Santiago del Nuevo Extremo.
o Año 1552: La Corona española le reconoce a Pedro de Valdivia un territorio al sur del Perú,
llamado Reino de Chile o Nueva Extremadura.
o Año 1556: Por Real Cédula se incluyen los territorios de la Patagonia, Magallanes y el Sur
del Estrecho.
o Año 1563: Se segrega del Reino de Chile la Provincia de Tucumán.
o Año 1617: Por Real Cédula, se separa la Gobernación de la Plata en dos: la del Paraguay de
la de Buenos Aires.
o Año 1661: Una Real Cédula le asigna explícitamente por correspondencia territorial a
Chile “hasta el Estrecho de Magallanes y la tierra adentro hasta la Provincia de Cuyo
inclusive”.
o Año 1663: Se crea la Audiencia de Buenos Aires con un territorio que no incluye la Patagonia
oriental en la expresa asignación de las provincias que la componen.
o Año 1680: Se publica la Recopilación de las Leyes de los Reinos de Indias, en la cual se
confirma que el territorio de Chile incluye toda la Patagonia.
o Año 1775: Se publica el mapa de don Juan de la Cruz Cano y Olmedilla. El cartógrafo a la
altura de Bahía San Jorge y al Este de la Cordillera de Los Andes estampa la siguiente frase,
en plena Patagonia: “Chile Moderno que los geógrafos antiguos llamaron Tierra
Magallánica, de los Patagones y los Césares, tan celebrada del vulgo cuanto no hay en estos
países naciones más crecidas y numerosas que los Aucas, Puelches, Toelches y Serranos de
quienes dimanan otras parcialidades que tratan los españoles".
o Año 1776: Se crea el Virreinato de la Plata, con carácter provisorio, determinando como
territorio de la nueva gobernación a “Buenos Aires, Paraguay, Tucumán, Potosí, Santa Cruz
de la Sierra, Charcas y todos los corregimientos, pueblos y territorios que se extiende la
jurisdicción de aquella Audiencia...”, sin mencionar a la Patagonia. Se segregaría de Chile
parte de la Provincia de Cuyo para incorporarla a la nueva administración virreinal,
aparentemente en forma provisoria.
o Año 1810: Se produce la emancipación de Chile y Argentina y se crean las Juntas de
Gobiernos.
o Año 1826: Entre ambos países se firma un proyecto de tratado en el cual se reconocen
mutuamente los territorios coloniales como los que correspondían a cada país en aquella
fecha.
o Año 1855: Chile y Argentina firman un tratado de integración donde ambos se reconocían
mutuamente como territorio propio el mismo que les correspondía durante la Colonia
Española, y que heredaron al momento de independizarse en 1810, principio denominado
“Uti Possidetis Juris”.
o Año 1856: Es ratificado el acuerdo del año anterior por ambos países, razón por la que se le
conoce como Tratado de 1856. En su artículo Nº39 destaca: "Ambas partes contratantes
reconocen como límites de sus respectivos territorios, los que poseían como tales al tiempo
de separarse de la dominación española, el año 1810…”.
Hacia el año 1859 Argentina desconoce el Tratado de 1856 e intenta la colonización del
Estrecho, iniciando una agresiva reclamación del mismo. Para esto, se valieron de los
servicios de un comerciante llamado Piedrabuena, quien consigue de parte del gobierno
trasandino la autorización para la instalación de un puesto argentino en Isla Pavón, para
emular la colonia chilena del Estrecho que naciera a partir de la fundación del Fuerte Bulnes
(1843).
Paralelamente Argentina iniciaría una larga e intricada maniobra para dilatar en el tiempo
la posibilidad de zanjar el problema de la Patagonia. La política del presidente Avellaneda
sería negociar, evitando cualquier posibilidad de arbitraje tal como lo estipulaba el Tratado
de 1856.
Con el objeto de negociar con el gobierno argentino las bases para un arbitraje, es
nombrado Plenipotenciario en representación de Chile, Diego Barros Arana, quien instalado
en Buenos Aires y luego de años de negociaciones, termina por sepultar la legítima posición
chilena sobre la Patagonia, promoviendo ante un débil gobierno chileno las propuestas
argentinas, las cuales distaron mucho de ajustarse a derecho.
Luego de infinitas, y cada vez más aventajadas propuestas, Argentina conseguía que Chile
discutiera a esas alturas la soberanía del Estrecho de Magallanes. No obstante tirando por
la borda lo poco y nada rescatable de la gestión de Barros Arana, en cuanto a la integración
de los conceptos de “pertenencia” o “posesión” que se estipulaban en el Tratado de 1856,
un nuevo Tratado conocido como el de Fierro-Sarratea, establecería una nueva forma de
resolver las controversias, favoreciendo la creación de un tribunal conjunto que tendría por
objeto superar las diferencias limítrofes, incluso recurriendo a una “nación amiga” para
resolver el diferendo.
Habiéndose iniciado la Guerra del Pacífico, el gobierno argentino decide materializar una
intrépida campaña militar que tiene por objeto aplastar todas las comunidades indígenas
del interior, aprovechando que los esfuerzos chilenos esta vez se encontraban orientados
en el norte. La expedición a cargo del General Julio Roca provocó una masacre de
características dantescas sobre los indígenas, alimentado por un proyecto de ley que
pretendía otorgar premios en tierras a quienes participaran de la expedición.
Dado que el Tratado de 1881 establecía la delimitación austral en Punta Dungeness (en la
posición precisada en 68° 34' de longitud Oeste) y de la costa Sur del Estrecho hasta "tocar
el Canal Beagle", en 1892 surgiría una nueva controversia en la cual Argentina reclamaría el
hecho de que Chile estuviera “demasiado cerca” del Atlántico, a causa de su posesión en la
Tierra del Fuego, supuestamente encima de la Bahía San Sebastián, de aguas atlánticas.
Disfrutando de los habituales “buenos oficios” de Barros Arana, el país trasandino lograría
desplazar el límite hacia el Oeste, hasta la posición 68º 36' 38,5'‘, lo significaría una nueva
pérdida de territorio para Chile.
No habiendo transcurrido ni siquiera cinco años desde la firma del Protocolo de 1893,
Argentina volvería a poner en duda la frontera, esta vez alegando que no correspondía la
aplicación de la “divisoria de aguas”, sino que la “delimitación por más altas cumbres”, lo
cual implicaría un nuevo y enorme avance argentino hacia el Océano Pacífico.
De esta manera el Tratado de 1881 que hacía referencia a la "división de las aguas" y que
separaba las aguas “pacíficas” o “atlánticas”, ahora tendría que ser reinterpretado y
considerar que las aguas incluso tendrían que ser “divididas" (cortarlas) cuando fuese
necesario.
La controversia por los valles cordilleranos del lago Lacar, San Martín de los Andes, colonia
16 de Octubre, lago O’Higgins y otros se hizo insostenible, conviniendo en 1896 llamar a un
arbitraje internacional a Su Majestad Británica, Eduardo VII.
Para este efecto, los peritos Barros Arana y Moreno no llegarían a acuerdo definitivo en la
preparación de las Actas, lo que serviría para la presentación de las posiciones de cada país
hacia el año 1898.
Como dato histórico y fundamental para la actual situación que enfrenta Chile, es que el
único punto en que ambos peritos coincidieron plenamente en su presentación, fue el
descrito en el tramo 331 a 332, correspondiente a Campo de Hielo Sur.
Mapa oficial adjunto del Acta de 1898, firmada por los representantes de Chile y Argentina.
Las líneas pretendidas por cada nación están en rojo; la de Argentina llega en el Oeste hasta
el monte San Valentín en su afán de buscar una salida al Pacífico.
Se puede ver perfectamente, sin embargo, que el único punto de acuerdo entre ambas
naciones está en Campo de Hielo Sur, decisión que Argentina varió posteriormente con el
descubrimiento de una nueva cordillera por la que hizo pasar ahora su nueva frontera, más
hacia el Pacífico.
• Los Valles Andinos Australes y el Laudo de 1902 (Cuarta Entrega: 40.000 kms 2)
A consecuencia de las Actas de Límites de 1898 presentadas por Chile y Argentina, S.M.
Británica finalmente resolvería hacer prevalecer el principio orográfico (división de las “más
altas cumbres”) y lo que por años fue el principio planteado por Domingo Faustino
Sarmiento de “hechos consumados”, dándole prioridad a las zonas ya habitadas por
argentinos que habían emigrado a los Valles Andinos Australes.
Esto implicaría que cuatro grandes lagos chilenos e innumerables ríos de la Patagonia
chilena serían cortados por la frontera y compartidos con Argentina, como fueron los casos
de el lago Palena (lago General Vintter), el lago General Carrera (lago Buenos Aires), el lago
Cochrane (lago Pueyrredón) y el lago O'Higgins (lago San Martín).
• El Alto Palena, 1966 (Quinta Entrega: 420 kms2)
A consecuencia del Laudo de 1902, Argentina trata de promover hacia 1903 su desacuerdo
sobre la posición de vastos valles en el trazado del Hito 16 y 17, sin obtener resultados
positivos a sus intenciones, por tratarse de una “cosa juzgada”.
Sin embargo, la persistencia por años de una efectiva y permanente invasión en la zona, por
parte de Argentina, y la falta de conocimiento y debilidad del Gobierno de Chile, llevaría
hacia 1964 a una inesperada situación: Se establecería la necesidad de resolver el
problema “conforme a las disposiciones del Tratado General de Arbitraje de 1902” e
inmediatamente seguido, se agregaría “dejando a salvo las posiciones asumidas por las dos
partes en esta materia”.
Esto significaba que Chile legitimaba en el papel la invasión que Argentina sostenía en ese
momento en Palena sobre el Valle Hondo, Valle Horquetas y las Lagunas del Engaño (contra
todo lo decidido en el Laudo de 1902); y por si esto fuera poco, la declaración conjunta
contemplaba la posibilidad de “arreglos directos de las partes” en otra violación del Laudo.
• El Canal de Beagle, 1984 (Sexta Entrega: 40 kms2 de Tierra y 32.500 kms2 de Mar
Territorial)
Reviviendo una controversia artificial de principios de siglo, al igual que el caso de Alto
Palena, Argentina fijaría su atención en esta oportunidad en las islas Picton, Lennox y Nueva,
al igual que el Canal Beagle, reinterpretando a su antojo la toponimia y la geografía de la
zona.
Chile decidido a hacer valer sus derechos solicita un nuevo Arbitraje a Su Majestad Británica,
el cual en 1977 falla mayoritariamente a favor de nuestro país. Argentina desconociendo el
resultado declara “insanablemente nulo” el fallo adverso.
En aquellos años la situación se tornaría cada vez más tensa entre ambos países, lo que
significó estar al borde de la guerra hacia fines de 1978 (constatado con la temeraria y
absurda Guerra de las Islas Falklands).
La tensión sólo pudo ser calmada con la oferta de mediación de la Santa Sede, la cual fue
aceptada por Chile en 1980, a pesar de no ser del todo favorable para nuestro país, y que
tradicionalmente no sería respondida por Argentina.
Así se llegaría al Tratado de Paz y Amistad de 1984, ratificado en 1985, después del fracaso
de este país contra los británicos en el archipiélago de las islas Falkland.
Este Tratado significó para Chile la legitimación de la línea media del canal como frontera,
en contra del Tratado de 1881 que sólo le permitía a la Argentina tener soberanía “hasta
tocar con el Beagle”, dejando a este país en control de aguas del Pacífico que no le
pertenecen de acuerdo al Protocolo de 1893. De esta manera se le arrebataba a Chile el
total de 40 kms2 de islas e islotes situados sobre la parte superior de la mitad longitudinal
del Canal de Beagle, incluyendo la totalidad de la isla Gable.
A su vez, hizo renunciar a Chile a su soberanía marítima en la boca oriental del Estrecho de
Magallanes.
A través de un artilugio se le dio vida al “curioso” meridiano que se torcía en ángulos rectos
por el Este al Cabo de Hornos y las islas Wollaston, y luego descendía por el meridiano 67º
17' Oeste como "límite interoceánico" entre el Atlántico y el Pacífico, que no está en
relación con el verdadero límite geográfico de ambos océanos, correspondiente al Mar de
Scotia y el Arco de las Antillas del Sur. Así nuestro país se desprendía de 32.500 kms2 de
mar territorial.
Al ser publicado el fallo del Tribunal en 1994, Chile acataría en forma inmediata,
mientras el ex-Presidente Aylwin al conocer el resultado del fallo pasaría a la historia por su
infame teoría de los “pedacitos más o menos de territorio”.
Años más tarde también se conocería la versión del propio ex-embajador de Argentina
en Chile de la época, quien declararía en “Los Hielos Continentales: Entrega de Territorio
Nacional a Cambio de un Gran Negocio" (Buenos Aires, 1997, pág. 11) que “con una argucia
por demás comentada en su momento y el apoyo del entonces Presidente Aylwin conseguí
poner de acuerdo a ambos Gobiernos y se les fijó a las Comisiones de Límites un plazo
perentorio de sesenta días para elevar un informe definitivo con los puntos pendientes...".
Teniendo aún el recuerdo imborrable de la entrega de Laguna del Desierto, nuestro país
nuevamente sería forzado a negociar su soberanía, a consecuencia del nefasto Acuerdo de
1991, el cual revitalizaba artificialmente el obsoleto principio de la “divisoria de las aguas”
(propiciado astutamente por Argentina), por sobre el principio de “las más altas cumbres”
establecido en las Actas de 1898 y el Laudo de 1902.
Este “punto pendiente” que tenía por objeto delimitar la frontera entre el Monte Fitz Roy y
el Cerro Daudet (200 kilómetros aprox.), sería rechazado por el Congreso argentino y
permitiría generar una nueva instancia para “precisar la frontera” en el año 1998, con la
consecuente aprobación parlamentaria de ambos países.
Las partes establecieron dos secciones: La Sección A, desde el Cerro Murallón hasta el
Cerro Daudet, y la Sección B, desde la cumbre del Monte Fitz Roy hasta el Cerro Murallón.
Sin embargo, cabe señalar respecto de esta decisión que lo acordado es inconstitucional,
pues el Protocolo de 1941 indica textualmente que la Comisión Mixta de Límites sólo
podría asumir labores de demarcación y no de delimitación.
En conclusión el Acuerdo de 1998 (Frei-Menem), que impuso a Chile una delirante “línea
poligonal”, ha permitido cambiar el límite definitivo de 1902, por una línea irregular y
completamente antojadiza, la cual podría dejar a Argentina a sólo 5 kilómetros de las
costas del Océano Pacífico, violando a su vez el fundamental Protocolo de 1893 que
impedía a Argentina "pretender punto alguno hacia el Pacifico".
Coincidiendo más o menos con la fundación del Parque los Glaciares, Argentina
durante años ha desarrollado proyectos de plantas hídricas en toda la zona
de Campo de Hielo Sur, con el objeto de contar con abastecimiento fluvial y
energético, desde la Cuenca de Santa Cruz.
A su vez, Campo de Hielo Sur marca el punto más occidental pretendido por
Argentina, lo cual justifica que su ancho continental podría generar una medida a la
precisión de sus "derechos" en la Antártica, superpuestos a los legítimamente
correspondientes a Chile, especialmente a la aspiración de un límite antártico
occidental en el meridiano 74º Oeste.
Campo de Hielo Sur forma una de las reservas de agua dulce más grandes del
mundo después de Groenlandia, y la única de carácter continental no polar y con
acceso terrestre. Sus reservas de agua son, sencillamente invaluables, capaz de
abastecer a unos 170 millones de habitantes. Esto confirma la idea que existe en
Estados Unidos y en Europa de que la Patagonia es una zona que debe ser
internacionalizada, producto del Cambio Climático que experimenta nuestro
planeta. Es por ello que durante años se ha podido comprobar que el Capitalismo
Ecológico Internacional ha fijado su atención en esta zona, confirmando que
el Proyecto Gondwana es una realidad, es decir, materializar la compra de grandes
extensiones de territorio al sur del paralelo 40º Sur.