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INTRODUCCIÓN.-
Los antecedentes están en la sociedad feudal, los barones del rey tenían sus
tierras “en feudo” que es un contrato por el cual los soberanos y los grandes
señores concedían en la Edad Media tierras o rentas en usufructo, obligándose
quien las recibía a guardar fidelidad de vasallo al donante, prestarle el servicio
militar y acudir y acudir a las asambleas políticas y judiciales que el señor
convocaba del rey, por un juramento de lealtad y obediencia, y con la obligación
para proporcionarle un número fijo de caballeros siempre que éstos se requirieran
para el servicio del ejército.
Sello de Juan “sin tierra” . El rey Juan Sin Tierra imprimió este sello a la Carta
Magna, primer texto constitucional’ de Inglaterra, que dotó de ciertos derechos a la
nobleza. © Hulton Deutsch
El rey tenía el derecho, si quisiera, de vender al mejor postor tal curatela. Podía,
inclusive, vender al heredero mismo en matrimonio, por el valor de las
propiedades del heredero.
Para lo peor los infructuosos esfuerzos del Rey Juan por defender sus dominios
en Normandia y casi toda la Francia occidental llevaron a demandas opresivas
sobre sus súbditos.
Los fracasos militares de Juan en Francia, los elevados impuestos y el abuso que
hizo de sus privilegios reales y feudales provocaron la rebelión de los barones.
Algunas de sus reclamaciones eran de índole personal, pero otras se basaban en
el deseo de protegerse de los abusos de la autoridad del rey.
Los impuestos eran extorsivos; las represalias contra los que no pagaban eran
crueles, y la administración de justicia de Juan se volvió considerablemente
arbitraria.
En enero de 1215 tras una considerable discusión un grupo de barones exigió una
carta de libertades como un resguardo contra la conducta abusiva del Rey. Los
barones redactaron un documento (Artículos de los Barones) que enviaron al
monarca para que lo sancionara con el sello real. Cuando Juan rehusó hacerlo, los
nobles se negaron a mantener su fidelidad, se levantaron en armas contra Juan y
marcharon a Londres. Asaltaron y tomaron la ciudad en mayo del 1215.
Las concesiones hechas por el Rey Juan se pulieron en el documento que había
enviando los nobles—Artículos de los Barones—el cual fue estampado con el gran
Sello del Rey Juan.
Entretanto la cancillería real elaboró una Concesión Real formal, basada en los
acuerdos alcanzados a Runnymede el cual se conoció como la Carta Magna.
Había una vez… un rey, Juan Segundo de Inglaterra apodado Juan Sin
Tierra, que hacía aproximadamente ocho siglos atrás, en 1215, ejerció
un reinado despótico para sus súbditos ingleses, irlandeses y
escoceses. Los barones, cansados de su ejercicio despótico del
poder, deciden plantearle lo que en términos actuales podría ser un
proyecto de ley que fijaba límites en diversos órdenes a su poder, para
que imprima su sello real, con lo cual la norma adquiriría vigencia en
la época.
Déspota como era, el rey Juan Sin Tierra se opone hacerlo, por lo que
los barones le amenazaban abandonar sus obediencias a su autoridad,
entonces huye a una ciudad llamada Rennymede (Sub-rey) negándose
a imponer sellos reales. Finalmente, el 15 de junio de 1215 termina
aceptando el documento que comienza señalando: “Estos son los
artículos que los barones piden y el Rey concede” y es así que nace el
“The Great Acharter of the Liberties of England” (Gran documentos de
libertades de Inglaterra) ampliamente conocido como la Carta Magna
Libertatum “La gran carta de los libertadores”, identificado
universalmente desde entonces como la CARTA MAGA INGLESA;
incluso así se dice actualmente cuando se alude a las Constituciones
Políticas del Estado –CARTA MAGANA- resaltado este momento
histórico para el derecho no solo inglés sino como se verá
universalmente.
Y en el castellano:
Esta hermosa por llamarlo así CARTA MAGNA establece las bases
fundamentales del debido proceso que hoy por hoy gozamos casi todos los
habitantes del planeta, el debido proceso en el razonamiento de que nadie
puede ser detenido, encarcelado o privado de nuestros derechos o bienes,
sino con arreglo a una ley, es decir que nadie puede ser sancionado sin un
previo proceso establecido por una ley previa de donde según el Autor
JIMENES DE AZUA resalta el aspecto político del principio de legalidad
plasmado en el nullun poena, nullun crimen sine previa lege, sosteniendo
que su origen y su predominante sentido, fueron y son, fundamentalmente
políticos, además de su fundamento filosófico en sentido que sin el nullun
poena, nullun crimen sine previa lege, la identidad entre delito y sanción,
simplemente, no existe. Finalmente, destaca también su significado
científico, pues también con base a esa formulación, para que la amenaza de
la poena produzca su función de coacción psíquicamente, deben
encontrarse previamente definidos el delito y la pena mediante una ley,
previa, pues para este efecto intimidante, el amenazado tiene que saber por
qué se le conmina y con qué se le coacciona.
Por ello la doctrina, sitúa este hito histórico como el que con el antecedente
mencionado da inicio formal a la exigencia de la preexistencia de la Ley
Formal para la creación de los delitos y sanción de la conducta, aunque dada
la Naturaleza no escrita Common Law que podría dar lugar a la exigencia de
legalidad procesal y no aún penal, puede identificarse en el Art. 39 de la
Carta Magna Inglesa como el hito histórico que dio inicio a la exigencia de la
Ley Formal para esos efectos y, a la resultante prohibición de aplicación
retroactiva de Leyes Penales desfavorables, los que se conoce bajo el
principio o exigencia de legalidad, formulado siglos después de aquel
momento.
Este antecedente muy importante que hace al principio, hoy conocido como
el de legalidad ha repercutido en el PACTO DE SAN JOSE DE COSTA RICA,
en dicho pacto se establece como principio y pilar fundamental el principio
de legalidad como derecho humano, que tiene el carácter vinculante y
obligatorio para todos los estados que han formado parte de dicho pacto o
se han adherido o suscrito al mismo:
DESARROLLO.-
Según el tema elegido, en nuestro país se promulga la CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA el 7 de febrero del
2009, dividida dicha CARTA MAGA en dos partes, la parte dogmática y la
parte orgánica, dentro de la parte dogmática están las bases fundamentales
de un estado constitucional de derecho, los derechos, garantías y principios
fundamentales, concretamente según el tema de estudio, el Artículo 123 de
la Constitución Política del Estado que a la letra dice:
Para poner un ejemplo antes los gastos reservados del Presidente del País
eran legítimos y legales según normativa nacional, sin embargo con la
promulgación de la Ley 004 Marcelo Quiroga Santa Cruz, empiezan a
investigar hechos pasando aplicando la Ley penal retroactivamente en
perjuicio del imputado, materializando la grosera violación del principio de
legalidad consagrado en el pacto de san José de costa rica.
La Constitución Política del Estado en su art. 123, dentro del Capítulo destinado a
garantías jurisdiccionales, establece que: “La ley sólo dispone para lo venidero y
no tendrá efecto retroactivo, excepto en materia laboral, cuando lo determine
expresamente a favor de las trabajadoras y de los trabajadores; en materia penal,
cuando beneficie a la imputada o imputado; en materia de corrupción, para
investigar, procesar y sancionar los delitos cometidos por servidores públicos
contra los intereses del Estado; y en el resto de los casos señalados por la
Constitución”.
Las personas tienen confianza en la ley vigente, y conforme a ella celebran sus
transacciones y cumplen sus deberes jurídicos. Dar efecto retroactivo a una ley
equivale a destruir la confianza y seguridad que se tiene en las normas jurídicas.
La naturaleza jurídica del principio de irretroactividad es la premisa según la cual,
en la generalidad de las circunstancias se prohíbe, con base en la preservación
del orden público y con la finalidad de plasmar la seguridad y estabilidad jurídica,
que una ley tenga efectos con anterioridad a su vigencia, salvo circunstancias
especiales que favorezcan, tanto al destinatario de la norma como a la
consecución del bien común, de manera concurrente.
El art. 123 de la CPE, dispone que: “La ley sólo dispone para lo venidero y no
tendrá efecto retroactivo, excepto en materia laboral, cuando lo determine
expresamente a favor de las trabajadoras y de los trabajadores; en materia penal,
cuando beneficie a la imputada o imputado; en materia de corrupción, para
investigar, procesar y sancionar los delitos cometidos por servidores públicos
contra los intereses del Estado; y en el resto de los casos señalados por la
Constitución”.
Este Tribunal considera inicialmente que al referir dicha norma a “…la imputada o
imputado…” por el principio de favorabilidad se abarca a la o al condenado y que
al hacer referencia únicamente a servidores públicos por el principio de igualdad
también se abarca a las servidoras públicas.
Por otra parte, es necesario también precisar que el derecho penal sustantivo o
material es el conjunto de las normas que regulan la materia de los delitos y de las
penas que a ellos corresponden y se encuentra contemplado en el Código Penal o
las leyes penales que también establecen los delitos y las penas; en tanto que el
derecho adjetivo o procesal, es el conjunto de normas destinadas a establecer el
modo de aplicación de aquellas, es decir, constituye las reglas procesales o
procedimentales que regulan el juicio penal.
Conforme el art. 116.II de la CPE, se tiene que: “Cualquier sanción debe fundarse
en una ley anterior al hecho punible”, lo que debe interpretarse en armonía con el
art. 123 de la Norma Fundamental, que dispone que la ley es retroactiva cuando
beneficie a la imputada o al imputado.
En este marco, corresponde recordar que el art. 256.I de la CPE, establece que:
“Los tratados e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos que
hayan sido firmados, ratificados o a los que se hubiera adherido el Estado, que
declaren derechos más favorables a los contenidos en la Constitución, se
aplicarán de manera preferente sobre ésta” (el resaltado nos corresponde) y el art.
13.IV de la Norma Suprema, determina que: “…Los derechos y deberes
consagrados en esta Constitución se interpretarán de conformidad con los
Tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Bolivia”.
Bajo los argumentos expuestos y de una interpretación “de la Constitución” del art.
123 de la CPE y “desde la Constitución” de la Disposición Final Primera de la Ley
004, corresponde declarar su constitucionalidad únicamente respecto al cargo de
inconstitucionalidad referido a que permite la aplicación retroactiva del derecho
penal sustantivo contenido en la Ley 004, siempre y cuando su aplicación por los
jueces o tribunales sea en el marco del principio de favorabilidad y conforme a lo
expuesto ut supra.
CONCLUSIONES.-
BIBLIOGRAFIA
https://jorgemachicado.blogspot.com/2008/11/la-carta-magna-de-juan-sin-
tierra.html