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2018, año de coyuñtura.

Mauricio Márquez Murrieta

La coyuntura es el resultado de la confluencia compleja de “múltiples determinaciones” en un contexto


específico que se encuentra atravesado por condicionamientos estructurales (históricos, económicos,
políticos, sociales y culturales). Y si bien todo momento singular tiene una coyuntura particular y
concreta, no toda coyuntura concreta y particular goza de la misma relevancia estructural debido al
impacto mayor o menor que sus “multiples determinaciones” pueden llegar a tener en las estructuras
sistémicas dentro de las que ocurren. Así, hay días, meses, años, décadas, etcétera cuyas coyunturas
específicas tienen un mayor peso en el devenir de una formación, un sistema o un régimen sociales. De
ahí la importancia y relevancia del análisis de la coyuntura, el cual se orienta a desentrañar, no sólo las
causas y determinaciones múltiples que se hallan detrás de una coyuntura determinada, sino su posible
impacto en el devenir histórico, social, político, económico y cultural de las unidades sociales en las que
ocurre. En este sentido, cuando, en nuestro caso, hay años cargados de acontecimientos que se antojan –
aunque sea imposible predecirlo – de mayor impacto para y dentro de los procesos sociales, así como
con una mayor densidad de atravesamientos estructurales, esos años pueden merecer el calificativo de
“años coyunturales”. Tales años tienen lo que, a falta de un término que exprese mejor, a mi entender, su
espesor “acontecimental”, he dado en llamar una mayor densidad histórica-estructural, considero que
tal es el caso del año que comienza para nuestro país en particular, aunque en varios sentidos, también
para el mundo: el 2018.
Evidentemente, el recurso a este término tiene un sentido meramente heurístico que apunta a señalar la
relevancia de aquellos sucesos, conjeturalmente, parece que se están dando cita durante este año y, me
parece, el anterior desde la perspectiva de nuestro país.
¿Cuáles son éstos sucesos a que hago referencia?
Por un lado, los evidentemente asociados al proceso electoral en el que por primera vez en la historia del
país se llevarán a cabo 30 elecciones estatales, con la renovación de 972 diputados locales en 27 estados,
1,596 ayuntamientos en 25 estados y 16 en la CDMX, 8 gubernaturas y la jefatura de gobierno de la
CDMX, al mismo tiempo que las elecciones federales en las que se renovarán ambas cámaras y el titular
del ejecutivo. En total se elegirán 3,406 funcionarios públicos de todos los niveles de gobierno, en un
proceso electoral que será el más caro de la historia, con 45 mil 620 millones de pesos 1.
Tan sólo por el tamaño de la elección y la complejidad que implica, ya estas elecciones se antojan
extremadamente delicadas. Si a ello le añadimos lo que está en juego y el ambiente político, social,
económico, tenemos frente a nosotros una de las elecciones más complicadas y complejas de nuestra
historia reciente.
Otro de los sucesos que se suman a la complejidad del presente proceso electoral, que desde la primera
sesión del seminario señalamos y que no sólo no ha perdido actualidad sino que está hoy más vigente
que hace un año, es la reciente aprobación de la Ley de Seguridad Interior que, desde la perspectiva de

1
Fuentes: “Los comicios de este año, los más caro: 45 mil 620 millones de pesos”. La Jornada, martes 6 de febrero de 2018,
pag. 3; y, “Elecciones 2018: lo que se elige en cada entidad”. Alcaldes de México, martes 6 de febrero de 2018, 7:00 p.m.,
http://www.alcaldesdemexico.com/notas-principales/elecciones-2018-lo-que-se-elige-en-cada-entidad/

1
varios de los integrantes, representa un riesgo de militarización del país, una amenaza grave a vigencia
del Estado de Derecho y, en particular, a la garantía de los Derechos Humanos. Evidentemente, tal Ley
se da, además, en medio de la marejada de violencia más prolongada y virulenta que haya vivido
México en muchísimo tiempo. Así, por dar un ejemplo, según un artículo escrito por Alejandro Hope2
en El Universal, el 23 de febrero de 2016, sumando el número de personas asesinadas durante los
sexenios de Fox, Calderón y Peña Nieto alcanzamos la pavorosa cifra de 310 mil asesianatos –cifra que
bien puede estar subestimada, dado que el número de muertes durante el resto de 2016 y todo el 2017
alcanzó records que no podemos tachar más que de terroríficos. Si a esto le sumamos la ignominiosa e
indignante cifra de desaparecidos que se calcula pueda alcanzar las 60 mil desapariciones durante los 12
años3 (24, 943 casos en el sexenio de Caldron y más de 35 mil con que se calcula puede llegar a concluir
el de EPN).
Este sucede, además, en un contexto regional enrarecido por la actitud y las políticas del Presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, y por el ascenso reciente del ánimo intervencionista es ese país, el cual
quedó evidenciado con las declaraciones que Rex Tillerson, su Secretario de Estado, hizo el jueves
pasado en Austin, Texas, previo a la gira por América Latina que comenzó en México.
A nivel internacional destacan la escalada de encontronazos entre Washington y Pyongyang y la
intervención creciente de Rusia en la tradicional área de influencia de Estados Unidos. Si bien lo
primero ha sido interpretado por muchos como demostraciones envalentonadas del par de líderes de
ambos países (EUA y Corea del Norte), no dejan de preocupar las catastróficas consecuencias a las que
el “jueguito” entre ambos nos puede conducir. En lo que a la intervención Rusa se refiere, para muchos
es también una pretexto típicamente utilizado por Estados Unidos para aumentar y profundizar su
intervencionismo en América Latina, pero no deja de sorprender el declive hegemónico estadounidense
que tales intervenciones parecen evidenciar y sus posibles consecuencias en el juego geoestratégico de
los próximos años.
Por otra parte, los conflictos en medio oriente que si bien no son nuevos parecen adquirir este año
derroteros que bien pueden ser la expresión del cambio en la correlación de fuerzas entre las grandes
potencias. Moisés Garduño profundizará en este tema en la próxima sesión del seminario por lo que aquí
me limito a mencionarlo.
Evidentemente, en este año también se darán cita reconfiguraciones políticas en “la vieja Europa”, como
la que se expresó mediante la crisis irresuelta satisfactoriamente de Cataluña, el ascenso del “neo-
nazismo” en Alemania, el devenir del Brexit en el Reino Unido y liderazgo que Angela Merker y
Emmanuel Macron pueden llegar a jugar a favor del refortalecimiento de la Unión Europea en crisis.
Lo que está sucediendo en Latinoamérica se puede igualmente interpretar como un cambio en las
tendencias de la región, ya que desde algunos años se observa en ella un claro viraje hacia la derecha: en
Chile, Ecuador, Argentina y Brasil, no sólo la derecha ha recuperado espacios y posiciones, sino parece
estar volviendo a recurrir a estrategias preocupantes que parecían desterradas, estrategias que resultan
tanto más preocupantes cuanto que la administración de Trump está mostrando señales de
intervencionismo que se asemeja demasiado al que se ejerció en la era Kissinger, con las nefastas,
indignantes y sórdidas consecuencias de todos conocidas.

2
Hope, A. (2016). “Los 300 mil muertos”. El Universal, Ciudad de México, Columna Plata o Plomo, martes 23 de febrero de
2016, http://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/articulo/alejandro-hope/nacion/2016/02/23/los-300-mil-muertos .
3
Aroche Aguilar, E. (2017). “Los casos de desaparecidos, una tendencia constante entre los sexenios de EPN y Calderón”.
Animal Político, Ciudad de México, 14 de noviembre de 2017, http://www.animalpolitico.com/2017/11/epn-desaparecidos-
calderon/ .

2
La densidad histórico-estructural de este año que comienza se antoja de un espesor abigarrado, por lo
que es imposible enumerar todas las que a nivel nacional, regional e internacional parecen vislumbrarse
en el horizonte, baste entonces las dichas hasta aquí para estimular y detonar el rico diálogo que nos
depara en el Seminario Interdisciplinario de Análisis de Coyuntura de la FCPyS al inicio de su segundo
año.

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