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fREDRIC }AMESON

Valencias de la dialéctica

Traducción de Mariano López Seoane

'ETE~ CADENCIA
EDITORA

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ÍNDICE
Fredric, jameson
Valencias de I. dialecuca. - 1 a ed. - Buenos Aires: Eterna
Cadencia Editora, 2013.
704 p. · 23x 15,5 cm

ISBN 978-987-1673-52-0

l. Ensayo Filosófico. l. Tirulo


CDD 190

PARTE I. Los TRES NOMBRES DE LA DIALÉCTICA 11


Capítulo l. Los tres nombres de la dialéctica 13

PARTE JI. HEGEL SIN AUFHEBUNG 89


Capítulo 2. Hegel y la cosificación 91
Capítulo 3. Los críticos contemporáneos de Hegel 120

PARTE III. COMENTARIOS 145


Capítulo 4. La carta robada de Marx 147
Capítulo 5. Deleuze y el dualismo 209
Capítulo 6. Historia
y conciencia dee/mecomo un proyecto inconcluso 232
Título original: Va/mm of Dialectia
Capítulo 7. La Críticade Sartre, volumen I. Una introducción 257
\O 20 I 3,'Frcdric Jameson Capítulo 8. La Críticade Sartre, volumen II. Una introducción 278
\O 2013, ETERNAÜOENCIA S.R.L.
© 2013, Verso (Ncw Lcft Books, 6 Meard Streer, Londres)
© 2013, Mariano López Seoane, de la traducción pARTE IV. ENTRADAS 293

Primera edición: julio de 2013 ,


Capítulo 9. Mercancilización 295
Capítulo 10. La revolución cultural 306
Publicado por Eterna Cadencia Editora
Honduras 5582 (Cl414BND) Buenos Aires Capítulo l l. Persistencias de la dialéctica: tres áreas 319
editorial@cternacadencia.com
www.eternacadencia.com
Capítulo 12. Lenin como pensador político 332
Capítulo 13. Rousseau y la contradicción 345
ISBN 978-987-1673-52-0
Capírulo 14. Análisis ideológico: Un manual 359
Hecho el depósito que marca la ley 11.723

Impreso en Argentina I Printed in A,gmnna PARTE v. POLÍTICA 415


Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra Capítulo 15. El marxismo realmente existente 417
por cualquier medio o procedimiento, sea mecánico o electrónico,
sin la autorización por escrito de los titulares del copyright.
Capítulo 16. La utopía como replicación 466

406762 1BER()
-::IUDAD DE M~ICO 0,1
CAPÍTULO 6 Historiay conciencia de cfase3 (como no podía ser de orra manera, dada la preocu-
pación de coda una vida de Lukács por la estética). Más que eso, un parágrafo en-
HISTORIA Y CONCIENCIA DE CLASE cero del libro, que trata del "periodismo" como "apogeo de la cosificación capita-
COMO UN PROYECTO INCONCLUSO lista" (HCC, p. 275)4 no es solamente una alusión obvia a las lllusions Perdues de
Balzac, sino prácticamente una sinopsis del artículo que luego le dedicará al autor,
una de las declaraciones fundamentales del "período realista" y de la estética rea-
lísra Las inconsistencias textuales de esra clase no prueban nada, pero nos aler-
can sobre la posibilidad de conceprualizar la relación entre 11 idea de "roralidad" e
Historiay conciencia de clase, y la inrerpreración posterior del realismo como algo
., En años recientes, la acrualidad de Georg Lukács ha parecido hundirse, sobre disúnto a una ruptura, una sustitución, una compensación o una formación. En
t
{l codo en lo que respecta a dos conceptos: la defensa del realismo literario y la idea verdad, en mi opinión.' lo que parece más plausible es por el contrario la con-
de totalidad. Cuando se considera que estos conceptos son prácticamente los dos tinuidad entre escas dos doctrinas; más aún: su inextricable relación filosófica.

.
logros conceptuales más importantes y centrales de la obra de coda su vida, un
, cierto desánimo tiende a rodear el proyecto de "revivirlo". La historia de su rela-
ción se cuenca generalmente así: el "obrerismo" de extrema izquierda de Historia l. LA RECEPCIÓN DE LUKÁCS
y conciencia de clase ( 1923) fue condenado por el Cominrern por idealista (parece
claro que el ataque que sostiene este libro' contra la "teoría de la reflexión" epis- Si esta sigue siendo una proposición provocativa es porque lo que tradicional-
temológica fue el principal motivo de su escandalizada recepción en el Partido). mente ha separado la noción de totalidad del concepto de realismo es su grupo
Lukács cedió ante estas críticas, y, como resultado de este desastre y del fracaso de lectores. Los activistas políticos y teóricos que encontraban estimulante e ince-
de su iniciativa en la política húngara (las llamadas Tesis de Blum, consideradas santemente sugestivo son frecuentemente los mismos lectores que encontraban
una suerte de antecedente de la posterior estrategia oficial del frente popular), aburridas y tradicionales las premisas culrurales de los ensayos sobre realismo.
se retiró de la actividad política. Se concentró en cambio en la estética: sus muy ¿Cómo puede reconciliarse el clarividente y sistemático análisis de la cosifica-
conocidos ensayos sobre el realismo del siglo xix y sobre la novela histórica fue- ción en el capitalismo tardío que propone Historia y conciencia de clase (junco
ron el resultado inmediato de esta nueva orientación. Por otro lado, tienen la con su afirmación resonante de la prioridad epistemológica de la clase obrera
marca de la teoría de la reflexión -adecuación del concepto del sujeto al objeto y su capacidad única de quebrar el proceso de cosificación e instituir tipos ra-
en el mundo exterior- que había denunciado en Historiay conciencia de clase? dicalmente nuevos de relaciones sociales) con 1) la celebración nosrálzicat:>
de la
Hay problemas textuales en esca narrativa ahora convencional sobre Lukács. tradición decimonónica de la novela burguesa y 2) lo que parece un llamado a
,, Por un lado, los problemas estéticos hacen apariciones episódicas a lo largo de que la sociedad socialista absorba la tradición cultural burguesa antes que pro-
yectar e inventar una nueva? La célebre fórmula de Breche sobre las "malas cosas
1; nuevas" que deberíamos preferir a las "buenas cosas viejas" (das schfechte Neue y
..
H • Geschichtt ,md Klassenbewusstsán, Neuwied, Luchrerhand, 19n, pp. 387-393; en inglés His­
tory and Class Consciousness, Cambridge, MIT Press, 1971, pp. 199-204. [Hay edición en ostdlano:
Historiay conciencia de clase, México, Grijalbo, 1969;. .. 3
1 Ver Studies in European Realism, Nueva York, Grosscc and Dunlap, 1964; Wriur and C~tie . Ver por ejemplo las observaciones sobre estética alemana (pp. 316-319), sobre pintura de pai-
And Other &says, Nueva York, Grossec and Dunlap, 1974; y Th« Hlstorical Novel, Lincol~, Una~- sa¡c,¡ (pp. 340-341), y sobre la tragedia clásica (pp. 360-361 ).
sicy of Nebraska, 1983. [Hay ediciones en cascdlano: Ensayos sobre el realismo, Buenos Aires, ~,glo ' Compárese con "Balzac: Las Ilusiones Perdidas", en Ensayossobre el realismo.
Veinte 1965· Problemas del realismo, México, FCE, 1966; La novela histórica, México, Ediciones s Expresada en Marxism and Form, Princeron, Princeron Universicy Press, 1971, pp. 162-163;
Era 1;66]. En la década de 1950, Lukács reformul6 muchas de escas posiciones en Realism in Our 1 ver también la invocación a Historiay conciencia de clase al final de mi ensayo "Third World Lite-
' [H edi .. n C2Ste- ~~ in _che Era of Mulrinational Capitalísm", en Social Toct,núm. 15, otoño de 1986, pp. 65-88,
Time: Literature and the Class Struggk, Nueva York, Harpcr and Row, 1971. ay cion e
llano: Significaciónactual del realismo crítico, México, Ediciones Era, l 963J. que ilumina parces del presente estudio.

232 233
das guu Aire) le hizo tamo daño al Lukács tardío como el Cominrem a su obra ciempo, con sus prioridades intelectuales y culturales un poco distintas, algo
temprana, y mucho más sucintamente. puede ganarse insistiendo en la identificación constitutiva que proponía Lukács
Debemos por lo tanto observar más de cerca la doxa y los prejuicios operan- enrre realismo y narración. "El realismo fotográfico", el término que utilizaba
do en la recepción de Lukács, porque es necesariamente dencro de ese campo de para el naturalismo, es despreciado en su estética precisamenre por su estructura
fuerza y contra esa resistencia que coda concepción nueva de Lukács y su obra ten- no o ancinarrativa, por la sintomática influencia formal en su interior de lo pu-
drá que abrirse camino. Desde la perspectiva del "gusto" literario y culcural, por ramente descriptivo. En cuanto al modernismo -en su disfraz histórico inicial
ejemplo, la interpretación del realismo que propone Lukács bien podría parecer simbólico o simbolista-, no es para Lukács simplemente el otro "extremo" de-
una declaración generacional, habiéndose fundido sus escritores "concemporá- plorado por un juste milieu, sino más bien el opuesto dialéctico del naturalismo

.••
neos" (en EL alma y lasformas) con las chucherías culturales de la Europa Cenera! y su correlativo estructural, su otra cara. (Las perspectivas posteriores sobre la
,, de fin de siglo, mientras que sus exponentes más importantes -Balzac, Tolscoi- emergente lirerarura "experimental" y vanguardista, aunque más complejarnen-
tienen desagradable olor a encierro del clásico escolar. Aun cuando el revi val vic- te argumentadas, siguen estando elaboradas en este marco dialéctico inicial).
(,
toriano parece estar en su mejor momento, su modo de tratar esos textos no se Lo que queda claro cuando las posiciones de Lukács se capean de este modo
parece mucho al nuestro (una deconstrucción de etiqueta de la señora Gaskell, interrelacionado y dialéctico es que su apuntalamiento filosófico sigue siendo el
I por ejemplo, que produce un "texto" que se parece más a Philippe Sollers que a de Historia y conciencia de clase, y que en particular presupone la teoría de la co-
' Dickens), El canon de Lukács, por otro lado, carga con un fuertemente morali- sificación. La concepción de Lukács de la cosificación se enciende mejor inicial-
zante sentido del deber (en sí mismo victoriano). En un período que se preocupa mente como una síntesis de Marx y Weber.7 Es un desarrollo de la descripción
.. filosóficamente por el "placer" o el "deseo", la valorización de estas largas novelas de Marx, no solo del fetichismo de la mercancía y el intercambio, sino también

li
realistas a veces le parecen al lector un refuerzo de todos esos mecanismos estraté- de la forma mercancía misma, que ahora se agranda para incluir la interpreta-
gicos de represión que supuestamente Lukács tuvo que poner en funcionamiento ción weberiana del proceso de racionalización; de la caylorización no solo del
para sobrevivir," Por otro lado, incluso esta percepción puede exigir modificacio- proceso de trabajo, sino también de la mente, de las disciplinas científicas tan-

i!
~
nes en un período -a veces llamado vagamente posmoderno- en el cual los obje-
tos mismos del desagrado ejemplar de Lukács -los "grandes modernos" - se han
to como de la psique y los sentidos. La paradoja operativa de esca primera y ex-

traordinaria descripción sistémica del capitalismo yace en el modo en que insiste


en la fragmentación extrema de una norma social. Intenta proyectar un proceso
convertido en clásicos escolares a ser repudiados por los artistas contemporáneos.
Uno a veces siente que no es tanto el "gusto" de Lukács como su lenguaje, que separa, compartimenta, especializa y dispersa; una fuerza que a la vez opera
su maquinaria conceptual y analítica, lo que es anticuado. ¿Cómo encender, si uniformemente sobre codo y hace de la heterogeneidad una fuerza homogénea
no, la persistencia con la cual su defensa del realismo es malinterpretada y atri- y estandarizadora. Es en este sentido que, en Historiay conciencia de clase, la in-
buida a un ideal de precisión fotográfica (cuando no al "realismo socialista" o la vocación profética de una lógica de clase radicalmente distinta -la praxis y las
normacividad estalinista)? En esca situación, uno debe siempre insistir no sim- nuevas capacidades epistemológicas de la clase obrera industrial- presenta una
plemente en la propia comprensión que tenía Lukács de su obra sobre el realis- contra-fuerza. Esto nos permite imaginar un proyecto colectivo no solo capaz de
... mo como critica de la estética estalinista, sino también en la función de palabra romper las múltiples redes sistémicas de la cosificación, sino que además debe ha-
,. en clave del término negativo "naturalismo", un eufemismo táctico, en la Mos- cerlo para realizarse. Así como la preocupación continua de un amplio espectro
cú de los años treinta, para hablar del "realismo socialista". En nuestro propio de teorías contemporáneas con lo que Lukács describió antes como cosificación
apenas ha sido apreciada,8 del mismo modo el mensaje fundamental de "deseo-

6 Este es el diagnóstico de Adorno en "Erpressce Vcrsohnung", uaducido como "Reconcilia-


1
tion under Duress", en Aestbaia and Politia, London, Verso, 1977, pp. 151-176. [Hay edición en Ver 'Ibe Política/ Llnconscious. !thaca: Corndl Universiry Press, 1981, p. 220.
I
castellano: "Lukács y el equívoco dd realismo", en M.W., Polémicassobre realismo, Buenos Aires, Lo que Paul de Man analizó en términos de "tematización", por ejemplo, parece estar inri-
Tiempo Contemporáneo, 1972); pero incluso las obras más tempranas de Lukács están imbuidas de rnamenre relacionado; el tópico es sin duda un tópico central para cualquier "conversación" entre el
un espíritu de puritanismo ético. marxismo y la deconstrucción.

234 235
sificación" que propala Historia J conciencia de clase ­ "La historia e, la historia cesott-de pronto se revelan como rasgos que transforman la nueva solución más
del incesante derrocamiento de las formas objetivas que le dan forma a la vida allá de lo reconocible.
humana" (HCC, p. 372)- solo ha sido audible incermitentemence.
Pero en los trabajos sobre estética, el "realismo" se describe corno si tuviera
la misma función que tiene "la conciencia del proletariado" en Historia y con­ 2. }lECONECTANDO LA TOTALIDAD Y EL REALISMO
ciencia de clase. Esro quiere decir que es el portador de la fuerza descosificado-
ra, lo que sugiere que nuestra idea esrereotípica del realismo lukacsiano como Este puede ser también el momento de asegurar un sentido más concreto de la
"forma" por derecho propio, y como forma restrictiva y anticuada, bien puede conexión, en el pensamiento de Lukács, entre totalidad y nzrrariva, y, más allá de
no ser ajustada después de todo. La dialéctica del naturalismo y el modernismo ellas, entre las preocupaciones de Historiay concienciade clase y las de los trabajos
••
,,
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recapitula el destino de la relación objeto-sujeto bajo condiciones de tayloriza-
ción incensa: el desmembramiento y la explotación instrumentales del mundo
pasteriores sobre el realismo. El problema de la totalidad entra en primer lugar en
la construcción narrativa verticalmente: se vuelve visible cuando comenzamos a
de los objetos, ran intensos que solo atinamos a producir detalladas descripcio- preguntarnos sobre los determinantes últimos de una acción o experiencia dadas.
f,:a nes locales y técnicas de su marcha; la especialización jerárquica de las faculta- Escas últimas se encienden generalmente como las materias primas básicas de la
'.,.
1
des mentales y psíquicas, que llega a tal punto que solo aquellas excluidas de novela, que presenta un personaje como un actor en una lucha desesperada por
la "razón instrumental" y marginaliz.adas están disponibles para las banalizadas lograr algo (Balzac), o como el receptor infeliz de una variedad de fuerzas y nece-
operaciones de la cultura. Hasta aquí todo bien: Adorno y Horkheimer, se dirá, sidades externas (Alfred Doblin), o como el vehículo y el aparato de registro de
demostraron el punto, y con mayor detalle, pero lo hicieron dejando de lado un sentimiento complejo, nuevo y todavía no bautizado (Virginia Woolf), o aun
en el proceso la embarazosa y normativa concepción lukacsiana del realismo. como un perplejo autoincerrogarorio sobre la falta de sentimiento o deseo (Flau-
Este momento es crucial en roda aproximación a la estética de Lukács, por- bert). Lo que nos ha enseñado el psicoanálisis (desde Lukács) es hasta qué punto
que es el momento de la mala interpretación fundamental. Generalmente se asu- las otras personas, y en particular la estructura y la historia familiar, en realidad
me que la relación sujeco-objeco es una de las categorías conceptuales básicas de siguen participando activamente de estas pasiones o ambiciones aparentemente
Lukács; varios modelos de la separación entre sujeto y objeto en tiempos moder- individuales. Lo que la teoría marxista de la sociedad capitalista nos ha enseñado,
nos parece constituir el grueso de su diagnóstico de la cultura moderna. Se presu- además, es el modo en que la posibilidad misma de concebir un cieno valor pa-
me, entonces, que el siguiente paso "positivo" de Lukács necesariamente involu- sional o de ser capaces de sentir una cierta emoción singular depende del trabajo
crará una restauración de la "unidad" entre el sujeto y el objeto, una invocación de otras personas y de la diferenciación social de la producción dentro de la cual
a la "reconciliación" entre estas zonas fragmentadas y dañadas del ser. Los con- están disponibles, o excluidas, esas posibilidades humanas particulares.
ceptos que implican una reconciliación tal son luego rápidamente evaluados por Pero desde el punto de vista de la inmediatez (en el sentido hegeliano), to-
el saber convencional como nostálgicos o utópicos en el mal sentido del término. dos esos determinantes múltiples -que son en realidad una gama muy amplia
.,.,. Pero este no es, de ningún modo, el movimiento que hace Lukács. Su dialéc- de otraspenonas, y sus acciones y pasiones- están ausentes de la escena de la
tica es mucho más impredecible que eso, y no restaura laboriosamente la "sínte- acción o encuentro novelístico, o de la habitación o paisaje en el cual un sen-
...• sis" mecánica (erróneamente atribuida a Hegel). Porque lo que emerge después timiento o Stimmung dado se declara. Por qué no notarnos normalmente su
tí del relato de la distribución, por obra de la cosificación, de coda una gama de ausencia, y el carácter radicalmente incompleto de su presentación, en la lectu-
distancias estructurales entre sujeto y objeto (y dentro de ellos) no es su reunifi- ra cotidiana de lo que todavía pueden parecernos novelas realistas, es algo que
cación. Por el contrario, y muy inesperadamente, es el concepto de "totalidad", el propio Lukács no responde directamente. Sin embargo, se puede recurrir al
y junco con él, como argumentaremos aquí, el concepto de "narrativa" en el Sartre de ¿Qué es la Literatura? (otro texto sobre estética ahora anticuado) para
dominio estético. En otras palabras, la expectativa convencional de una síntesis una descripción del modo en el que la clase social le proporciona a un grupo
igualmente convencional entre sujeto y objeto es dramáticamente desplazada. de lectores límites de familiaridad, una tolerancia dispuesta para codas las co-
Dimensiones hasta ahora insospechadas del problema - "interrelación" y "pro- sas y todas las realidades que no tienen que ser dichas (y que por lo tanto pue-

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den ser ignoradas), y un sentido propiamente ideológico de cuándo una acción ciudad, la pura contingencia de los encuentros azarosos y las intersecciones ca-
o experiencia dadas captadas desde nuestra propia perspectiva de clase han de suales, sugiere interrelaciones más profundas que constitutivamente escapan a
sentirse u completas" y "sin necesidad de mayores explicaciones". la experiencia individual y el "punto de visea" de todo actor o participante indi-
La "aspiración a la totalidad", célebremente evocada por Lukács en Historia vidual. Los modernos, sin embargo, agudizan esca tensión por su repudio de los
y conciencia de clase (p. 358).9 implicaría entonces en el terreno narrativo un re- viejos puntos de visea totalizadores, del viejo novelista omnisciente o del testigo
chazo de estos límites y fronteras habituales e incluso una desfarniliarización de privilegiado. Aun la narración en primera persona de Prousr, secreta pero siste-
nuestro sentido habitual del reconocimiento y la comprensión de las acciones máticamente, deshace su propia estructura.
y pasiones humanas. Proyecta la interrelación como estética por medio del sen- Por otro lado, la presuposición formal de todos los mcdernismos de que la
tido tendencia! de que para mostrar lo que un acontecimiento dado es en rea- coralidad es irreconciliable con el sujeto psíquico individual, y aún más, que toda
lidad el novelista debe superar de algún modo las restricciones presentacionales concepción de la totalidad como forma de conciencia, de conocimiento total o
de lo inmediato, y de algún modo sugerir la influencia y los efectos activos de de una posición de sujeto privilegiada, está viciada. (Pero entonces, ¿cómo pue-
esa entera gama de fuerzas sociales e históricas sin las cuales este acontecimiento de el concepto mismo de totalidad concebirse en primer lugar?). Los pasos que
singular es en última instancia inconcebible. La expresión "de algún modo" in- siguen son los argumentos teóricos y filosóficos propiamente postesrrucruralis-
dica aquí el estatuto de esta concepción expandida y "totalizadora" del realismo tas contra todas las formas de la totalidad, sobre codo, la de Lukács en Historia
como ideal, y, en verdad, como forma o lenguaje estéticos todavía no actualiza- y conciencia de clase.
dos (y acrualizables, también, en una gran variedad de formas impredecibles y
como tales inimaginables).
"De algún modo" es también el espacio en el que surgirán las exigencias de la 3. LUKÁCS VERSUS EL MODERNISMO
narrativa propiamente dicha. Porque no habrá pasado desapercibido que la des-
cripción de una nueva totalización narrativa que acaba de ofrecerse tiene un pare- Las obras modernistas totalizadoras son, sin embargo, específicamente excluidas
cido de familia siniestro con muchas de las aspiraciones a la totalidad del propio por Lukács como soluciones formales al dilema moderno. Esto no se debe me-
modernismo, y muy precisamente, con aquellas denunciadas por Lukács, tanto ramente a que se designen a sí mismas como fracasos necesarios. En eso, serían
aquellas caídas en períodos de olvido como aquellas cuyo encanto se ha redoblado meramente sintomáticas de las antinomias de la conciencia burguesa en general
en nuestro tiempo, las de Jules Romans y Dos Passos, canto como las de Joyce y tal como las bosqueja célebremente Historiay conciencia de clase (en particular,
Roberc Musil. La noción de totalidad puede por lo canco marcar el punto extre- la contradicción entre la creciente fragmentación y especialización y el "codo" se
mo de la modernidad de Lukács, incluyendo el sentido de su frontera o límite, vuelve espuria y mística). Pero decir esto es también sugerir que esos fracasos for-
11,., Marca el momento más allá del cual su pensamiento no quiere avanzar, retornan- males -que son también fracasos epistemológicos- pueden ser explicados, aun si
Ir do a una concepción de la interrelación que parece más tradicional puesto que no pueden ser corregidosen el marco de la sociedad capitalista. Uno tiene la sensa-
·~ incluye las exigencias de transparencia y la posibilidad de pemar esas conexiones. ción, por ende, de que para Lukács estos modernismos se transformarían en rea-
,,, Porque las formas totalizadoras de los "grandes modernos" son imperativas lismos (críticos) si hubieran sido capaces de presentar los límites de la experien-
,..
1JI
para pensar la totalidad; y muy específicamente las complejidades de las tota- cia de sus personajes -en otras palabras, lo que bloquea a la narrativa como cal
lidades urbanas e industriales, en una situación en la que se han vuelto incap- en las obras modernas- dentro de una perspectiva en la que esos límites serían el
turables, y en la que la pura simultaneidad de destinos no relacionados en la tema y el problema de las mismas obras; tal como en Balzac las pasiones sexuales
de Huloc se vuelven objeto de una investigación que finalmente debe apelar a la
historia y a lo social para que su representación de algún modo se "complete"."

• El texto alemán dice "cinc Intention auf die Tocaliciit der Gcsdlschafc". El término técnico
husserliano de "inrencionalidad" sugiere una descripción de la función perccprual dd concepro que
cscl ausente del equivalente en inglés. 10
Ver Lukács, Wriurand Critic, p. 139.

238 239
Lo que sucede, sin embargo, es qm: en estos textos el fracaso narrativo se cosifica mienco, la proyección como mito de la incapacidad intelectual para entender la
y se transforma en un objeto de contemplación estética propiamente dicho. El realidad concretamente como proceso histórico" (HCC, p. 374).1' Sin embargo,
resultado es la retórica de la decadencia de Lukács, que somos libres de deplorar, d peso pleno de este diagnóstico no será completamente apreciable si nos limi-
siempre y cuando encendamos que no es meramente un instrumento de censura tamos a los casos obvios de absolutos religiosos o metafísicos. En efecto, Lukács
moral y política, sino que además presupone, como una suerte de clave, toda la tiene en mente todas las filosofías o sistemas como tales: el vitalismo o Lebens­
armadura filosófica sistemática de Historiay conciencia de ciase. phi/osophit,la doctrina del "hombre económico" o de la agresividad innata, rodas
Dos rasgos de ese análisis más amplio pueden recordarse en relación con el las nociones seculares del "significado" de la naturaleza o la naturaleza humana;
canon modernista. Ofrecen posibilidades descriptivas que no implican necesaria incluso en su límite exterior, el existencialismo mismo cuando su proyecto an-

.,. y automáticamente excomunicación (en todo caso, una hostilidad recta ocasio-
nalmente nota rasgos de un objeto que son invisibles para sus entusiastas; uno
tifilosófico imperceptiblemente se desplaza hacia la filosofía por derecho propio
(lo "absurdo"). La filosofía contemporánea se ha asignado la tarea de desenmas-
I t
¡1 piensa, por ejemplo, en el diagnóstico relacionado de Yvor Winters sobre la irra- carar esos absolutos seculares, que habitan roda una gama de pensamientos que
cionalidad de las estructuras del lenguaje poético modernista).'! La "contingen- ya no llevan los adornos ni hacen las poses de lo metafísico o lo religioso en sus
t.. cia" es, en ese sentido, uno de los rasgos cruciales de la discusión que propone formas antiguas. Designarlos como "esencialismos" o "fundamenralismos", sin
1 •
• 1
Lukács de los límites del pensamiento burgués que recoman en el análisis de la embargo, puede tener el riesgo de reabsolutizarlos de un modo nuevo, presen-
narrativa burguesa o modernista con genuina potencia analítica (retornaremos tándolos como posiciones filosóficas por derecho propio, y excluyéndolos de ese
"
l-. a otra de sus posibilidades al final de este ensayo). La contingencia es para de- modo del contexto social en el cual su función compensadora como proyección

¡~
¡ ..
,, cirlo de algún modo el punto ciego interior de la conciencia burguesa, o de la se vuelve visible.
experiencia existencial del capitalismo. En las formas gemelas de la casualidad Lo que es igualmente significativo en este conrexro es la operación de diná-
y de la "crisis" o "catástrofe" (HCC, pp. 276-280), 12 señala el momento en el micas análogas en el dominio estético, y en particular la existencia de "absolu-
cual acontecimientos que son social e históricamente significativos se muestran ros" formales en la obra de arte (que no tienen nada que ver con la conceptua-

I¡:,~ incomprensibles, absurdos, o carentes de sentido para los individuos, que de


allí en adelante solo pueden ratificar su perplejidad con el nombre de "acciden-
te" o de convulsión y agitación prácticamenre "naturales". El que en la ciencia
lización filosófica). Tales son, por ejemplo, las distintas formas de totalización
simbólica que le confieren a la obra de arre (modernista) su apariencia como
cosa completa en sí misma, un objeto que de algún modo es la "causa de si y
u: burguesa estos "irracionales" o impensables se vuelvan objeto de nuevas formas la fundación intrínseca de su propio significado, sin presuposiciones externas o
de investigación y especialización científica -por ejemplo en la teoría de la pro- referencias extrínsecas. Solo la canonización académica de los "clásicos" moder-
babilidad y la estadística, o en la teoría de la crisis o la catástrofe- es cal vez un nistas ha hecho que cales cuestiones parezcan menos relevantes de lo que algu-
desarrollo algo diferente al segundo rasgo del análisis de Lukács, que designa el na vez fueron, puesto que uno raramente cuestiona las cosas que da por senta-
punto ciego del mismo sistema, y la incapacidad de captar la totalidad como das sobre las razones más profundas de su ser y las justificaciones de sus propias
un todo significativo. existencias. En la actualidad, sin embargo, cuando el propio momento moder-
..•11 Esta es la teoría de los absolutos de Lukács, en la cual el entero sistema está nista -en pleno posmodernismo- parece haber retrocedido hacia un pasado ra-
, .. por decirlo de algún modo cosificado y ternatizado en la forma de un esencia- dicalmente diferente, la pregunta por las naturalezas singulares e históricamente
lismo o fundamentalismo metafísico o simbólico (para usar el lenguaje de la fi- originales de esas obras puede volver a preocuparnos de un modo diferente. La
losofía contemporánea). "El absoluto no es otra cosa que la fijación del pensa- recta problernatización filosófica que Lukács hace de lo moderno les confiere a
tales preguntas articulación y contenido.

11
"The Experímental School in American Poerry", en In Defmu of Reason, Nueva York, Swallow
Press and Willi:unMorrow, 1947, pp. 30-74.
11
Compáresecon Stuáies in Europea» Realism, pp. 55-58. ll Ver también pp. 290-291 y 381.

240 241
4. LA GUERRA CO TRA LA TOTALIDAD culado con el destino del marxismo, intelectual y políticamente. Está vinculado,
muy específicamente, con el destino del marxismo en Francia, que en muchos
Por el momento, sin embargo, nos preocupa menos el modernismo como tal sencidos es el corazón del llamado marxismo occidental desde la última guerra.
que la más profunda inseparabilidad entre la concepción de Lukács del realismo La "desmarxificación" de Francia, cuyos orígenes uno puede buscar alternari-
y su noción de totalidad, un argumento que ahora nos compromete a enfrentar vamente en las decisiones del PCF en Mayo del I 968, en el surgimiento de una
la hostilidad contemporánea, postestrucrural, o incluso posmoderna, al espíritu "izquierda exrraparlamenraria" a comienzos de los sesenta, o en el lanzamiento
mismo de eslóganes como "totalidad" o "totalización" (la versión posterior de del Programa Común en 1972, parece, en lo que concierne a los intelectuales,
Sartre). El contra-eslogan de jean-Francois Lyocard, "Declarérnosle la guerra a la virtualmente completo. Es sin duda el objeto de un duelo ~stálgico de parce de
roralidad"," es un punto de partida útil y expresivo para la exploración de escas esos extranjeros para los que Francia fue por siglos sinónimo de la izquierda o de
,-:
1' ,, posiciones, que articulan autoridad intelectual (el sujeto que conoce la cocalidad),
relaciones sociales (una imagen totalizadora de la sociedad que reprime la dife-
los intelectuales políticos. Culturalmente, la desmarx.ificación en Francia ha ido
de la mano de una rememoración de un pasado ahora relativamente más discan-
r

rencia, o la diferenciación), política (una política de partido único, en oposición te, reevocado al estilo de fa mode rétro, a saber, el momento de la ocupación y el
l, al pluralismo de los llamados nuevos movimientos sociales), ideología o filosofía Holocausto, y también, curiosamente, del Gulag. Esto hace difícil desenredar las
(la idealización hegeliana, que reprime la materia, al Otro, o la Naturaleza), es- posiciones políticas de todo un clima cultural que puede ser efecto de esras últi-
tética (la vieja obra de arte orgánica, o universal concreto, en oposición al frag- mas pero fácilmente podrían ser también su causa. En todo caso, nuestro primer
mento contemporáneo o al "trabajo" aleatorio), y ética y psicoanálisis (el viejo pensamiento inmediato -que el repudio de la totalidad es el resultado de ansieda- ·-
"sujeto centrado", el ideal de una personalidad o ego unificado, y un proyecto des agudas, más autoconscientes y articuladas sobre el estalinismo- parece menos .
de vida unificado). En la koini del debate teórico contemporáneo, el nombre de plausible cuando se recuerdan algunos de los acontecimientos en cuestión, como
Lukács se ha vuelco intercambiable con el de Hegel y Stalin como la palabra que Kruschev, la Nueva Izquierda, el Eurocornunisrno, la transformación del Parti- i
ilustra la enormidad de todos estos valores uniéndolos en un único programa. do Comunista Italiano, el socialismo de mercado, Deng Xiaoping, Gorbachov,
Sería frívolo, pero no equivocado, observar que la identificación mutua e indi- e incluso el llamado marxismo occidental mismo. La entusiasta republicación en ..
ferenciada de estas posiciones distintas es en sí algo así como una caricatura de Francia de la más vieja literatura norteamericana de la Guerra Fría, como la de
lo que generalmente se le atribuye al "pensamiento totalizador". James Burnham, despierta la sospecha de que al menos algunas de las posiciones
Uno discute con los niveles o aspectos específicos de cal posición global antirotalidad más estridentes están basadas en el más tonto de los juegos de pa-
(como haré muy selectivamente en lo que sigue); sin embargo, uno no "discu- labras, la confusión de "totalidad" con "totalitarismo". Estoy tentado de concluir
te" con el aitgeist, que sostiene este pensamiento o sentimiento general. Por el que lo que se presenta aquí como un miedo al escalinismo es probablemente poco
contrario, uno analiza eso -lo que es decir, la articulación, la identificación y re- más que miedo al socialismo mismo: algo que se refuerza si pensamos en la cro-
pudio global- históricamente, con la perspectiva de entender por qué es que hoy nología curiosamente simultánea de la desmarxificación francesa y el ascenso, y
tantos intelectuales se sienten así y se comprometen con estos eslóganes Y con posterior victoria electoral, del nuevo Partido Socialista Francés.
este lenguaje. Es un desarrollo que en nuestro propio tiempo está claramente vin- Hay que presentar, sin embargo, dos o eres puntos más precisamente teóri-
cos. Por un lado, parecería abusivo, o al menos ingrato, cargar codo el peso de
la mala conciencia de los inrelecruales contemporáneos (en un momento en el
que, como especie, están en proceso de extinción) sobre la concepción de Lukács
1< Lyocard, Jcan-Fran~ois, The Postmodern Condition, Minncapolis, Unlversiry of Mi~n~

ca Press, 1984, p. 8.:?.. [Hay edición en castellano: La condicién posmodnna, México, Red Edfro~ de totalidad, como si se tratara de un momento hegeliano del Espíritu Absoluto
Iberoamericana, 1991]. No obstante, la complejidad de la posición de Lyocard solo puede aprcmr· en el que codo intelectual individual quisiera invertir, y personalmente explotar.
se plenamente cuando se enciende que la "totalidad", en este eslogan programático, designa esnro El conocimiento es poder, sin duda, y la "teoría" es represiva y patriarcal: ver-
d concepto como la cosa misma. Para un análisis iluminador de la obra y la carrera de Lyorard, ver
Anderson, Perry, Th« Origins of Postmodemity, Londres, Verso, 1998, pp. 24-36. [Hay edición en
dades que hemos aprendido de codo un espectro de pensadores altamente teó-
castellano: ÚJs orzgmn tÚ la posmodernidad, Barcelona, Anagrama. 1998]. ricos, desde Foucaulr a Luce lrigaray. Pero la "totalidad" no es, en ese sentido,

242 243
una forma de conocirnicnro, sino más bien un marco en el cual distinto tipos El pluralismo se ha convertido por lo tanto en algo asi como una categoría
de conocimienco se posicionan, se exploran y se evalúan, Esto es claramente ¡0 ex.isrencial, un rasgo descriptivo que caracteriza nuestra vida cotidiana actual,
que implica la frase "aspiración a la totalidad", que ya hemos citado. Por otro anees que un imperativo ético a realizarse dentro de ella. Lo que es ideológico
lado, como mostraremos más adelante, ese concepto y marco no es un asunto sobre las celebraciones actuales del pluralismo es que el eslogan recubre e ilícita-
individual sino más bien una posibilidad colectiva que presupone un proyecto mence idenúfica dos dimensiones disrintas de la complejidad social. Está la di-
colectivo. 1~ La misma idealización que opera Lukács del rol del partido en esre mensión vertical de las instituciones corporacivas del capitalismo tardío, y des-
período, que puede, sin duda, ser pasible de otras clases de objeciones, es bas- pués la dimensión horizontal de los grupos sociales crecienrernente múltiples.

.~
tante inconsistente con el reproche de arrogancia intelectual, de hegeliana caren- Las celebraciones del pluralismo hacen pasar la primera ponh segunda, en cuya
~heterogeneidad" callejera gozosa y utópica se engalana. Pero la complejidad de

.'
cia de lugar, o de voluntad de poder y saber de la casta clerical. Tampoco parece
e,!
correcto acusar al autor de las Tesis de Blum de una pasión por la Identidad y la las instituciones es también una forma de estandarización (la paradoja misma del
represión de las diferencias sociales y de clase. El "obrerismo" de Historia y con­ sistema de la cosificación tal como lo describió Lukács en una etapa temprana).
"· ciencia de clase significa, en mi opinión, algo bien distinto, que se discutirá en Por otro lado, la celebración de la diversidad de los "nuevos movimientos so-
su momento. En el mejor de los casos, entonces, uno puede objetarle a Lukács ciales" liberada por los sesenta oscurece su colectivización e institucionalización
crecientes. Los románticos rebeldes e inconformistas solitarios de los períodos
•í que dejó lugar para la sociología política de los intelectuales propiamente di-
cha. Llamarlo un mandarín es razonable, siempre y cuando uno no se olvide de anteriores se han transformado en grupos y movimientos, cada uno con su pro-
añadir que, siendo excepcional entre los grandes pensadores e intelectuales mo- pia micropolítica específica. La transformación marca una ganancia significati-
dernos, escogió vivir los últimos cuarenta años de su vida bajo el socialismo, y va (aunque provisional) en el poder político de individuos anees marginales o
compartir los problemas y dilemas de la construcción socialista. reprimidos, quienes, sin embargo, de ese modo abandonan la fuerza y el parhos
El repudio apasionado del concepto de totalidad es también iluminado por de la antigua retórica de la resistencia y la revuelta individual.
la proposición de que es más interesante como ansiedad a ser analizada antes que Sin embargo, es muy precisamente por medio de esta nueva institucionali-
como una posición filosófica coherente. El momento posmoderno también debe zación -marcada, por ejemplo, por un movimiento neoérnico en la cultura, en
entenderse como el momento en el que el capitalismo tardío toma conciencia de el cual los grupos más viejos producen ahora su "herencia" en forma de ima-
sí mismo, y se tematiza, en términos de diferenciación social extrema, 16 o, en otras gen- que el ideologema del "pluralismo" es capaz de hacer su trabajo. Cambia
palabras, de un "pluralismo" que es constitutivo antes que, como en el antiguo li- de marcha imperceptiblemente, desde estas nuevas estructuras grupales a las
beralismo, simplemente ideal. Para el liberalismo, el pluralismo es un valor que se muy diferentes estructuras de lo corporativo, que ahora pueden apropiarse de
expresa en términos de imperativos morales como la tolerancia y la democracia (en la celebración de la Diferencia y la Heterogeneidad, y acoplarla a la celebración
l:; el sentido sociológico de reconocer los múltiples intereses de grupo). En el capi- de los bienes de consumo, la libre empresa y la eterna maravilla y agitación del
;i!
., talismo tardío, sin embargo, es la complejidad misma de las relaciones sociales, el propio mercado .

~--.....
I• hecho inescapable de la coexistencia de segmentos inimaginablemente atomizados Pero ¿por qué esto está sucediendo ahora? En el momento en que la imagi-
y fragmentados de lo social, lo que pasa a ser celebrado por derecho propio como la nación disrópíca oficial =en novelas y en films- ha abandonado sus viejos para-

tí " bonificación misma del placer y la catexis libidinal en el nuevo orden social como
un todo. (Considérese, por ejemplo, el atractivo que tienen las imágenes de fan-
digmas pesadillcscos estilo 1984 de un estado político estalinista y represivo, para
reemplazarlos por nuevas pesadillas "de un futuro cercano" de contaminación y
tasía de los Estados Unidos, de California y de Manhanan, entre los europeos). superpoblación, control corporativo a esca.la galáctica, y el derrumbe de la civili-
zación en un "tiempo de problemas" del cipo Road Warrior, ¿por qué retornan al
dominio de las ideologías políticas las fantasías anticuadas estilo 1984, como el
terror de una represión de la Diferencia por parce de los últimos adherentes de las
'' Debemos el término "proyecto colecnvo" a Henri Lefevbre. Sobre la distinción entre catego-
filosofas de la totalidad y la totalización? En el nivel de las estrategias y las tácticas
rías individuales y colectivas, ver HCC, pp. 348-349, 355-356 y 380.
" Debemos la teorización más exhaustiva de este proceso a Niklas Luhmann, políticas, la "totalización" no significa nada más intimidatorio que la política de

244 245
alianzas y los distintos avatares y variantes de los frcnres populares y los hloques escos niveles se corresponden con distintas disciplinas académicas} c.on sus meto-
hegemónicos, incluyendo los dilemas y los fracasos de esas empresas complicadas dologías estrictamente diferenciadas, Puesto que esa dilerenciación --epistemología,
y delicadas. Históricamente, ninguna política marxista práctica se ha imaginado eeonomía y sociología como tres campos de estudio autónomos- corresponde al
alguna vez que la clase obrera industrial pudiera ser otra cosa que una minoría en diaunóstico previo de Lukács de la cosificación del pensamiento burgués, su argu-
la sociedad avanzada, aunque una minoría significativa, con "relaciones especiales" mc~co en este punto -y la polémica contra esa especialización, bajo la forma del
igualmente significativas con los centros nerviosos del orden social. adversario conceptual o el lector hostil- es en sí una suerte de "unidad de la teoría
Pero en este punto, la pregunta filosófica sobre el "concepto" de toralidad y la práctica", dramatizada en el texto por el contenido conceptual de su posición.
sin duda necesica disolverse en (o "realizarse en") el análisis de la situación y la Pero la forma inversa de formular la cuestión de la prieridad no es menos
coyuntura históricas específicas, cuyas contradicciones no implican lógicamen- enuañosa. Por ejemplo, es remador suponer que si la cuestión del equilibrio
:,
te ninguna falla o fatalidad en el concepto. En efecto, el defecto específico de la práctico de las fuerzas en la política de alianzas no está inmediararnenre en jue-
forma estalinista del "análisis ideológico" era extraer conclusiones filosóficas de go, entonces el argumento debe ser de algún modo un argumento "metafísico",
los "síntomas" de las acciones y tendencias políticas. El problema aquí no es un esto es, un argumento sobre las bases y los fundamentos últimos, o sobre lo que
error de categorías, porque la entera fuerza del marxismo reside en la afirmación la cradición marxista célebremente llama determinación en última instancia. La
de conexiones de última instancia en ere estas áreas, sino más bien la inmediatez forma de un argumento mecafísico de esca clase se vuelve inmediatamente visible
(en el sentido hegeliano) y la falta de mediaciones en el modelo explicativo, que cuando una reemplaza la designación que hace Lukács de la clase obrera por una
preside esos juicios sumarios. Historiay conciencia de clase fue, por supuesto, clasificación de su concepto abstracto, a saber, la clase social. En ese punto, uno
una de las propuestas explícitas más tempranas (en lo que habría de convertirse concluye que Lukács está sosteniendo la prioridad explicativa del concepto de
en la llamada tradición marxista occidental) de una teoría de la ideología nueva clase sobre conceptos o dererminaciones en última instancia que compiten con
y más cornplejarnenre mediada. él; ordenada en la situación contemporánea de acuerdo con la raza, el género o
Sin embargo, la pregunta teórica crucial que frecuentemente se plantea sobre un concepto social relacionado por un lado, o de acuerdo con el lenguaje o un ;
la política de la "totalidad" no es en mi perspectiva una pregunta específicamen- concepto "dimensional" relacionado por otro. Así concebida, la polémica deviene '
'
te política, aunque tiende a despertar ansiedades prácticas sobre el predominio
de una facción sobre otra en el armado de alianzas políticas y frentes populares.
una batalla en dos frentes. Por un lado, el "marxismo" (en la persona de Lukács) '
libra una batalla contra el feminismo y los ideólogos que se basan en la raza o la
Esta es por supuesto la cuestión de la "prioridad", y en particular la prioridad de cenia (o incluso contra la priorización más general de los "nuevos movimientos
la clase obrera industrial, que prácticamente constituye el argumenco central de sociales" o la "marginalidad"). Por otro lado, responde a la amenaza filosófica de
Historiay conciencia de clase y la prueba más notable del "obrerismo" de Lukács. los distintos "estructuralísrnos" basados en el lenguaje (la defensa del signo de
Umberro Eco;" por ejemplo, o el modelo comunicacional de Habermas). Esta
es, sin embargo, para reformular los argumentos de Lukács en términos de lo
5. LA EPISTEMOLOGÍA PARTICULAR DE LUKÁCS que siguen siendo Absolutos metafísicos, una forma improductiva de discutir,
en la cual cada lado responde reiterando su propia "presuposición absoluta", al
Lo que se sostiene en este texto es esencialmente una prioridad epistemológica de modo de las viejas disputas (que todavía están con nosotros) sobre si la natura-
un grupo o clase social particular en la sociedad avanzada. Cualquiera sea el grupo leza humana es esencialmente buena o esencialmente mala.
o clase identificado y "privilegiado" por ese argumento, por lo tanto, la forma del Lo que es mas significativo es que este modo de volver a presentar la cues-
argumento es en sí inusual, y exige atención por derecho propio, puesto que en tión que se pone en juego en este momenco de "La cosificación y la concien-
su misma estructura busca relacionar una declaración de verdad con la estrucrura
social y la experiencia fenomenológica de una colectividad específica. La epistemo-
logía se transforma entonces en fenomenología social de un modo que no puede 17
Como, por ejemplo, en A Theory efSemiotia, Bloomingrnn, Indiana Universiry Press, 1976.
sino escandalizar, y en una suene de "error de categoría" para aquellos para quienes !Hay edición en castellano: Tratado de semiouca groera/, Barcelona, Lumen, 2000].

246 247
cia del proletariado" omire no solo lo que era su rasgo más original sino tam- adversarios de Lukács (de extrema izquierda y de derecha) atisban el lobo bajo
bién el "movimiento" o "paso" mismo sobre el que giraba codo el argumento; la piel de cordero del Partido o el Intelectual, que ahora convenientemente son
a saber, la insistencia no en conceptos abstractos como clase y producción, susrituidos por una clase obrera sociológica que necesita esca emidad para des-
sino por el contrario en la experiencia grupal. La omisión caracteriza a los de- cubrir lo que "realmente" piensa. Pero también debería ser yuxtapuesta a la otra
fensores de Lukács canco como a sus distintos adversarios, al punto de que en prevención crucial de Lukács (compartida, quisiera creer, por codas las formas
la actualidad uno tiene la sensación de que la descendencia más auténtica del del marxismo): que el "sujeto" en cuestión aquí no es, como en las epistemolo-
pensamienro de Lukács ha de encontrarse no enrre los marxistas, sino en un gías burguesas, un sujeto individual, sino que es el resultado de "la abolición del
cierto feminismo, en el que el movimiento conceptual singular de Historiay sujero aislado" (HCC, p. 356): .,..
conciencia de clase ha sido apropiado para codo un programa, ahora rebautizado
(siguiendo el uso de Lukács) teoría del punto de visca.18Escos textos pioneros La burguesía siempre percibe el sujeto y el objeto del proceso histórico y de la rea-
nos permiten ahora volver al argumento de Lukács de un modo nuevo, que lidad social en forma desdoblada: en términos de su conciencia el individuo par- 11

.
(
;
. abre un espacio distinto para las discusiones sobre la prioridad epistemológica ticular es un sujeto cognoscente que confronta las abrumadoras necesidades obje- 1
1 de la experiencia de los distintos grupos o colectividades (en este caso, la ex- rivas impuesras por la sociedad, de las cuales solo pueden discernirse fragmentos f
!
periencia de las mujeres en oposición a la experiencia de la clase obrera indus- diminutos. Pero en realidad es precisamente la actividad consciente del individuo l.
trial). Porque el argumento de la teoría del punto de visea ahora posibilita un la que ha de si ruarse del lado objetivo del proceso, cuyo sujeto (la clase) no puede
relativismo con principios, en el que las pretensiones epistemológicas de los ser despertado a la conciencia y debe necesariamente permanecer constantemen- ,.
distintos grupos puede ser inspeccionada (y respetada) por su "contenido de te trascendente a la conciencia del sujeto aparente, del individuo (HCC, p. 350).
verdad" (la Wahrheitsgehaltde Adorno) o por sus respectivos "momentos de
verdad" (para utilizar otra conveniente expresión contemporánea en alemán).
La presuposición es que, debido a su situación estructural en el orden social
Las tentaciones del sujeto centrado -incluyendo la ilusión óptica de que la
verdad científica podría ser de algún modo la experiencia y la propiedad espiritual
.'
.
;,
y a las formas específicas de opresión y exploración propias de esa situación, de una conciencia individual (del sujet supposi sauoir de Lacan, por ejemplo)-
l,
cada grupo vive el mundo de un modo fenomenológicamente específico que son espejismos socialmente generados (pero "objetivos") proyectados por una
le permite ver, o mejor, que hace inevitable que ese grupo vea y conozca, ras- experiencia propiamente burguesa de la fragmentación social y la monadización. '·J
gos del mundo que permanecen oscuros, invisibles o meramente ocasionales Lo opuesco a esca concepción monádica de la conciencia individual no es, '•
y secundarios para otros grupos. sin embargo, una noción dudosa, mística o mistificada, de la conciencia colec­ 1
1,
Esre modo de describir el argumenro tiene, incidentalmente, el mérito adi- tiva. En mi opinión, el excitante eslogan que caneas veces se interpreta como el
cional de trascender la más célebre de las cualificaciones secundarias de Lukács, clímax de Historiay conciencia de clase -el proletariado como "el sujero-objero
;~ a saber, la distinción aparentemente apresurada entre la experiencia y el pensa- idéntico de la historia" (HCC, p. 385)- es más bien el clímax temático local del
''Y
1•
miento reales de las personas de clase obrera y su "conciencia imputada" (zugere­ compromiso intermitente de Lukács a lo largo de este texto con los motivos
.,,z cbnetes Bewusstein).19 Esta distinción abre la cuña a través de la cual los distintos centrales del idealismo alemán desde Fichre a Hegel. La frase pasajera marca la
...'".' "solución" a esas contradicciones tradicionales específicas, en su propio lengua-
je o código específico, que ya no es el nuestro. Es preferible, en nuestro propio
II
Ver Hartsock, Nancy, Money, Sex, and Pouier, Nueva York, Longman, 1983; Harding. San- clima lingüístico e intelectual, retraducir la figura perspectivista y orientada al
dra, Th« Science Question in Feminism, lthaca, Corndl Universicy Press, 1986. [Hay edición en os-
rellano: Ciencia J fnninismo, Madrid, Ediciones Morara, 1996]; y jagger, Alison M, Feminist Politia
a11d Human Nature, Totowa, Rowrnan and Allanheld, 1983. reacciones apropiadas y racionales 'impuradas' a una posición típica particular en el proceso de pro-
" El término no es utilizado en el ensayo al que más atención le hemos prestado aquí, "La cosi- ducción". Tal vez no sea evidente que el término "racional" moviliza específicamenre la teoría de la
ficación y la conciencia del proletariado", sino en el ensayo titulado "Conciencia de clase", en HCC, racionalización de Weber, pero la verdad es que acerca el pensamiento de Lukács a la teoría de los
pp. 223-224. La profética oración dice lo siguiente: "La conciencia de clase consiste de hecho en las 'tipos ideales" de Weber.

248 249
sujeto del 'punto de vista" a la noción estructura] del posicionamiento de una Pero es precisamente solo dentro de ese marco radicalmente diícrenre -la cien-
determinada clase o fracción de clase en la totalidad social. cia como construcción e invención, ames que la ciencia como descubrimien-
En ese punto, se vuelve claro que la "prioridad" episcemológica de la "con- to y como contemplación pasiva de la ley externa- que cuesriones lukacsianas
ciencia proletaria", como fenómeno de clase o coleccivo, rienc que ver con las como las precondiciones de clase de las posibles formas de la praxis científica
"condiciones de posibilidad" de un nuevo pensamiento inherenre a esta panicular se vuelven significativas e incluso urgentes.
posición de clase. No es una cuesrión de la aptitud científica de los rrabajadores Por orro lado, la apropiación feminista de Lukács también permice una in-
individuales (aunque Sartre muy apropiadamente subraya esa diferencia cualirariva vestigación productiva y comparativa sobre las potencialidades epistemológicas
en el modo de pensamienro de la genre que crabaja con máquinas en oposición, de los distintos grupos sociales que es muy diferente en es~íritu de la disputa
por ejemplo, a los campesinos o los tenderos): mucho menos de las propiedades metafísica estéril sobre las determinaciones en última instancia a la que ya nos
místicas de una "cosmovisión" proleraria colectiva. La concepción de condicio- hemos referido. Y este es también el momento en el que la concepción de un
nes de posibilidad tiene enronces la ventaja de destacar no el contenido del pen- "momento de verdad" en los distintos tipos de experiencias grupales se vuelve
samienro científico, sino sus prerrequisiros, sus exigencias preparatorias, aquello crucial, puesto que no es una evaluación abstracta aplicada desde afuera y post
sin lo cual no puede desarrollarse debidamenre. Es una concepción que incluye el factum a esta nueva clase de descripción epistemológica y sociológica, sino que
diagnóstico de la existencia de bloqueos y límites al conocimiento (la cosificación es por el contrario inmanence e inherente a esca última. El mismo Lukács, por
como lo que suprime la habilidad de captar totalidades) ramo como la enumera- ejemplo, caracterizó en primer lugar la experiencia fenomenológica de la clase
ción de nuevos rasgos positivos (la capacidad de pensar en términos de proceso).20 obrera industrial en términos de una nueva capacidad de ver el mundo históri-
La versión feminista contemporánea de la teoría del punto de vista fue camente y en términos de proceso, que esa clase debía muy específicamente a
capaz de restaurar y de volver a hacer visible esca línea fundamenral del argu- su situación concreta como mercancía definitiva, pero muy singular, en el sis-
mento de Lukács (frecuentemente borrado o distorsionado por generaciones tema de la producción capitalista. Su destino estructural, por lo canco, en esca
de comentadores tanto "fieles" como hostiles), debido a la imponancia cenera! formulación, reside en su experiencia de sí misma como trabajo asalariado, o, en
que le otorga al problema de la ciencia occidental y del conocimiento cienrífi- otras palabras, como la mercancilización de la fuerza de trabajo, una forma de
co. El trabajo de Lukács rara vez había sido visco en este contexto por dos ra- constricción y violencia negativas que ahora produce dialéccicamence el nuevo
zones: primero, por su propia inclinación anricientífica y viconiana, heredada contenido, inesperadamence positivo, de su experiencia como "la autoconciencia
por el marxismo occidental como un todo;21 y segundo, porque los desarrollos de la mercancía" (HCC, p. 352).23 En el prefacio que escribió en 1967 para su
en la hisroria y la filosofía de la ciencia nunca fueron en el pasado ran propi- libro -una aurocrítica madura que ya no puede pensarse motivada por ningu-
cios para el planteo de tales cuestiones como lo son en la efervescencia del mo- na de las ambigüedades de su abjuración anterior- Lukács propone una refor-
mento poskuhniano de esra subdisciplina, cuando los estereotipos de Lysenko mulación de esta "excepcionalidad" epistemológica de la clase obrera industrial
han sido desplazados por una nueva inclinación a encender los datos ciencífi- en términos de trabajo y de praxis24 (queda por verse si la transformación en la
cos y el conocimienco científico como constructos humanos y como praxis." producción y en la maquinaria contemporánea y la nueva dinámica de la ciber-
nética en el capitalismo tardío modifican o enriquecen esta opción descriptiva).
tr Por otro lado, otras formas del marxismo han rernarizado la singularidad de la
'0 Estos son, por supuesto, los rasgos centrales de la descripción socioeconómica de la cosifica-

ción en la primera sección de "La cosificación y la conciencia del proletariado", y de su descripción


filosófica en la segunda sección.
21
Ver Anderson, Perry. Considerations on Wmem Marxism, London, New Left Books, 1976, Woolgar, Sreve. laboratory Lift, Princeton, Princeton Universiry Press, 1986. [Hay edición en cas-
p. 56. (Hay edición en castellano: Comidmuiones sobre el marxismo occidental, México, Siglo XXl, tdlano: la vida en el laboratorio. Madrid, Alianza, 1995 J.
1987]; sobre la orientación hacia la epistemología, 52-53. El uerum factum de Vico en efecto separa 2J La forma de la teoría (con frecuencia denominada esquemáticamente como la teoría de las
~ la historia de la naturaleza como objeto de posible conocimiento humano. •cadenas radicales") obviamente se origina en el propio Marx; ver Crítica de la Filosofíadel Derecho
22
Ver, por ejemplo, la obra pionera de Bruno Larour, Science in Action, Cambridge, Harvard de Hegel, ob. cir., p. 256.
24
Universiry Press, 1987. (Hay edición en castellano: Ciencia en accton, Barcelona. Labor, 1992]; Y Ver, en la edición en inglés de HCC, pp. xvii-xviii.

250 251
experiencia de la clase obrera en categorías más profundas y distintivas, como la La experiencia de ser negro o negra tiene su "prioridad" en una combinación
de una experiencia específica de la acción cooperativa o colectiva. de estos dos momentos de verdad (el atribuido a los trabajadores y el atribuido a
Si uno quiere ser consecuente con el modelo de Lukács • sin embargo , pa rece [as mujeres}, pero una combinación que es cualitativamente distinta de ambos,
claro que Historiay conciencia de clase también debe leerse, o debe reescribirse, ya que incluye no solamente una experiencia de cosificación más profunda que
como si incluyera una descripción de las capacidades epistemológicas específi- la forma mercancía, sino también el vínculo histórico, por medio del imperia-
cas de la propia burguesía, la originadora de la "ciencia occidental" en su forma lismo y el saqueo de lo que se convertiría en el Tercer Mundo, con el estadio an-
actual. En ese punto, será precisamente la dinámica de la cosificación como ex- terior de la acumulación capitalista. Escas clases de prioridades epistemológicas
periencia social y fenomenológica que constituye el momento de verdad de los singulares sin duda están presupuestas por coda la teoría negra tal como surgió
extraordinarios desarrollos disciplinarios y especializados de la investigación « 0_ a parcir de los sesenta y el movimiento del Black Power, pero sus fundamentos
. . . " c. d JI
sitrvtsta . esos esarro os constituyen un período largo e incomparablemente
P teóricos son la noción de "conciencia dual" de WE.B. Du Bois, por un lado, y
productivo que ahora parece haber alcanzado sus límites estructurales, si hemos la reescritura que propone Francz Fanon de la lucha hegeliana entre el Amo y el
de creer en la intensidad sin paralelo de los críticos contemporáneos de la «ra- Esclavo por el reconocimiento, por el otro."
cionalidad" occidental, de la dinámica de la ciencia física, y de la clausura his- Por otro lado, particularmente desde que George Sreiner ha lamentado can
tórica y estructural de las distintas disciplinas. frecuentemente la supresión del componente específicamente judío en la tradi-
La versión feminista de la teoría del punto de vista, que ha generado algunas ción literaria marxista y dialéctica -si no en el propio Marx, entonces por lo me-
de las más agudas de esas críticas, presenta ahora la experiencia fenomenolóoica nos desde Lukács hasta Adorno- parece apropiado decir una palabra sobre esca

r~.
específica de las mujeres en el orden social patriarcal como la sumisión estru~tu- siruación social y epistemológica específica. De hecho, en ramo intelectuales,
ral a una constricción negativa tan "excepcional" como, pero muy diferente de, estamos frecuenremenre remados a subrayar las analogías formales obvias entre
la de la clase obrera. Esa experiencia genera posibilidades epistemológicas nue- la tradición talmúdica y su relación exegética con los rexros sagrados, y las com-

l,~·
~·i vas y positivas, que son temáticamente distintas de las enumeradas por la tradi- plejidades de la lectura y la escritura dialécticas modernas. Pero escas analogías
:a;; ción marxista. En este punto, los énfasis -cuya relación varía de acuerdo con la presuponen una transmisión cultural que sigue siendo oscura, y que bien pue-
descripción, en esca teoría actualmente en plena elaboración- incluyen una ex- de ser problemática en el caso de los judíos urbanos cuyo interés en la tradición
I~
periencia del cuerpo radicalmente distinta de la de los hombres, o incluso de la (uno piensa en Walrer Benjamín} era puramente intelectual y un desarrollo de la
de los trabajadores varones (aunque lo que se presupone es que esca es una ex- vida adulea. El momento de verdad de la situación judía de Europa Central me
~.: periencia de la verdad más profunda de coda experiencia corporal, generalmen- parece muy diferente a este, y no puede pasar desapercibido para ningún lector
.. , te oculta a la conciencia de los hombres). También incluyen la posibilidad de de la obra de Adorno, y en particular de la Dialéctica del Iluminismo. Este no
1::·.
'~-

.,.
una conciencia no cosificada, por lo general caracterizada negativamente en los
atributos caricaturizados del sentimiento o la "intuición", pero que "saltea" un
cierro estadio histórico de la división psíquica del trabajo a la que los hombres
es el énfasis formal y estético en el dolor y el sufrimiento, en la disonancia y lo

......
..
," han tenido que someterse históricamente. Por último, la versión feminista de la
teoría del punto de vista enfatiza una experiencia del colectivo que es diferente
caso privilegiado para sentar precedentes para la relación entre el "punro de vista" de las mujeres y el
descubrimicnco científico se ha convertido en el de la bióloga molecular Barbara McClinrock. Ver la
biografla de Evelyn Fox Keller, A Feeling for the Organism, San Francisco, W.H. Freernan and Co.,
de la activa praxis colectiva de los trabajadores y ya experimentada consriruciva-
1983; y su colección Reflectionson Genderand Science, New Haven, Yale Universiry Press, 1984 [hay
mente como esa comunidad y esa cooperación que para el movimiento obrero edición en castellano: Reflexiones sobre género y ciencia, Valencia, Ediciones Alfons el Magnanim,
todavía yace en el futuro. z5 1991 ); particularmente la Tercera Parre, y las secciones 8 y 9, pp. 150-177.
26
Du Bois, W.E.B, The Souls of Black Folk, Oxford, Oxford Universiry Press, 2007 [hay edi-
ción en casrellano: Las almas del pueblo negro, La Habana, Fundación Fernando Ortiz, 200 I); y fa.
non, Franrz, Tbe Wretched of tbe Eanb, Nueva York, Grove Press, 1963. (Hay edición en castellano:
25
Ver, en panicular, Harcsock, Monry, Sex, and Pouier, pp. 231-261; Harding, Tbe Sciena Lo, condenadosde la tierra, México, FCE, 1997). Sin embargo, para una especulación paralela, ver
Qumion in Feminism, pp. 141-162; y Jagger, Feminist Politicsand Human Nature, pp. 369-385. El Harding, Tb« Scienc« Qumion in Feminism, pp. 163-186.

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negativo, que está presente en toda la obra <le Adorno; sino más bien una expe- ros sociales como "opresión": o conceptos filosóficos como "alienación". Estos
riencia más primaria, a saber, la experiencia del miedo colectivo y de la vulnera- conceptos y términos cosificados, tomados en sí mismos como puntos de parti-
bilidad, el dato primordial, para Adorno y Horkheimer, de la historia humana d a si•mificativos, alientan el resurgimiento de lo que he caracterizado más arri-
to
y de esa "dialéctica del Iluminismo", ese dominio científico de la naturaleza y ba como una polémica esencialmente metafísica sobre la prioridad última de lo
el yo que constituye la máquina infernal de la civilización occidental. Pero esca polírico {la defensa de la primacía de la "dominación", por ejemplo) versus la de
experiencia del miedo, en toda su radicalidad, que atraviesa las líneas de clase lo económico (la primacía de la noción de "explotación").
y género al punto de rozar al burgués en el aislamiento de su mansión o de su Lo que parece más productivo es disolver esca conceptualización una vez más
lujoso departamento berlinés, es sin duda el momento de verdad de la vida en en las situaciones concretas de las que surgió; hacer un inventario de las esrruc-
el gueto, cal como les tocó vivirla a los judíos y a otros tantos grupos étnicos: ruras variables de la "constricción" cal como es vivida por los distintos grupos
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la indefensión de la comunidad aldeana ante la inminencia perpetua e impre-
decible del linchamiento o el pogrom, el motín racial. La experiencia que otros
marginales, oprimidos o dominados -los llamados "nuevos movimientos socia-
les" canco como las clases trabajadoras- con esca diferencia: que se reconozca que
grupos tienen del miedo es ocasional, anees que constitutiva; el análisis desde cada forma de privación produce su propia "epistemología" específica, su propia
un punto de vista exige específicamente una diferenciación entre las distintas perspecriva "desde abajo" específica, y su propia pretensión de verdad específica
experiencias negativas de la constricción, entre la explotación que sufren los tra- y distintiva. Es un proyecco que sonará a "relativismo" o "pluralismo" solo si se
bajadores y la opresión que sufren las mujeres, continuando a través de las dis- pasa par aleo la identidad del objeto común ausente en esa "teorización' desde
tintas formas estructurales de la exclusión y la alienación características de otras múltiples "puntos de vista", lo que uno no tiene el derecho de llamar (pero que
clases de experiencia grupal. sostendremos como término clave contradictorio) "capitalismo tardío".
Lo que debe añadirse en este punto es que cualquier concepción de la tra-
dición y la transmisión cultural debe comenzar con este miedo compartido del
grupo étnico, que explica la cohesión cultural y la identidad como respuesta 6. LUKÁCS AHORA
simbólica a la siruación más primaria del miedo y la amenaza. Ese análisis final-
mente no se completa hasta que la identificación del momento de verdad de la En cuanto al "obrerismo" de Historiay conciencia de clase, he tratado de suge-
experiencia grupal -en sí negativa y positiva a la vez, una constricción opresiva rir que tampoco es un punto de llegada, ni una solución o posición final sobre
que se convierte en la capacidad de tener nuevas clases de experiencias y de ver cuestiones de conciencia y praxis grupal, sino el comienzo de un trabajo a reali-
rasgos y dimensiones del mundo y de la historia escondidas para otros actores zar, y de una rarea o proyecto que no es el de la historia antigua, sino el de nues-
sociales- es prolongada por una articulación epistemológica que traduce esa ex- tro presente. Hacia el final de su vida, en una entrevista llevada a cabo a fines
periencia a nuevas posibilidades de pensamiento y conocimiento. En este punto de los años sesenra, Lukács decía lo siguiente sobre el romanticismo utópico de
debe recordarse y enfatizarse que esas nuevas posibilidades pueden ser también esa era ahora terminada:
pensadas de modos estéticos y formales, junto con los modos científicos y epis-

,. temológicos, puesto que fue en términos de esca interrelación entre las posibi-
lidades formales del "realismo" y el conocimiento desde un punto de vista que
Hoy, al estimular el factor subjetivo, no podemos recrear y continuar los años
veinte; cenemos que proceder en cambio sobre la base de un nuevo comienzo,
hemos argumentado que existe una continuidad profunda entre el Lukács de con toda la experiencia que tenemos del movimiento obrero anterior y del mar-
Historiay conciencia de clase y el posterior teórico de la novela realista. xismo. Debemos ser claros sobre esto, sin embargo, que el problema es comenzar
Lo que surge del proyecto feminista, y de las especulaciones que inspira, es de nuevo. Para utilizar una analogía: ya no estamos en los años veinte del siglo XX,
un "proyecto inconcluso"; a saber, la diferenciación de codas esas situaciones de cuando el movimiento de los trabajadores lentamente comenzaba a tomar forma
lo que he tratado de caracterizar neurralmente como "constricción", que fre- en la estela de la Revolución francesa. Creo que esta idea es muy importante para
cuentemente son monolíricamenre subsumidas bajo conceptos políticos como los teóricos, porque la desesperanza puede cundir muy rápidamente si la afirma-
"dominación" o "poder"; conceptos económicos como "explotación"; concep- ción de cierras verdades solo encuentra una resonancia muy débil. No hay que

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olvidar que ciertas cosas que Saint-Simon y Fourier dijeron tenían en sus tiempos CAPÍTULO 7
una resonancia extraordinariamente débil, y que fue recién en los treinta y en los
cuarenta del siglo XIX que se produjo un resurgimiento del movimiento obrero.21 L\. CRÍTICA DE SARTRE, VOLUMEN l.
UNA INTRODUCCIÓN
En otras palabras, el Manifiesto Comunista, para no hablar de Lenin y de la
Revolución soviética, no están detrás de nosotros, perdidos en algún lugar del
tiempo; por el contrario, todavía tienen que surgir. Somos convocados de un
modo nuevo a actualizarlos a través de las lentas e intrincadas resistencias del
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tiempo histórico. Algo así es lo que me hubiera gustado decir del mismo Lukács.

,l.,, Historiay conciencia de clase es una obra cuyas prodigiosas deducciones filosó- Hay muchas razones por las que la Crítica de Sartre no ha tenido la atención
•:-t.:. ficas tuvieron un efecto incomparable sobre sucesivas generaciones de intelec-
tuales revolucionarios. En ese sentido, sin duda, está vivo en el pasado y es un
que merece, y su carácter inconcluso es la menos importante de ellas (especial-
mente porque, con la excepción de las obras, nunca terminó realmente nada).

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objeto de medicación histórica perpetuamente fascinante, que convive con esos Por un lado, fue publicado en un momento, en los tempranos sesentas, cuan-
muertos muy especiales que es misión del historiador, a la Michelet o a la Ben- do la hegemonía intelectual del existencialismo -prácticamente universal en los
jamin, traer de nuevo a la vida. Creo que sería mejor, sin embargo, considerar años de la posguerra- estaba dejando paso a la nueva pasión intelectual llama-
que, como el Manifesto, todavía tiene que ser escrita; que todavía está delante da esrrucruralisrno. El ataque sumario de Claude Lévi-Srrauss contra el "mico"
nuestro en el tiempo histórico. Nuestra tarea, como intelectuales políticos, es sartreano de la Revolución francesa (sin duda provocado por la reasimilación
hacer el trabajo preparatorio para esa situación en la cual puede volver a apare- que hace Sartre del estructuralismo naciente en las clases en las que se presen-
cer, con roda la frescura explosiva de lo Nooum, como si pudiera por primera ta por primera vez la Crítica) anticipó lo que diría Francois Furet veinte años
vez, una vez más, volverse real y verdadera. después, y sin el anticomunismo. (La idea de Sartre de que la "estructura" es la
objetificación de la praxis, su huella exoesquelética, sería revivida y poderosa-
mente ampliada en 1972 por la Esquisse d'une théoriede la pratique de Pierre
Bourdieu, que a su vez señaló de distintas formas el fin del período estructu-
ralisra). Pero la autoridad de Lévi-Srrauss en los tempranos sesentas era lo su-
ficientemente poderosa como para legitimar una reacción coral contra, y una
retirada de, las posiciones fenomenológicas en general; sin embargo, esas posi-
ciones alcanzaron a motivar la insistencia de la Críticaen la necesidad de una
continuidad entre la experiencia individual y la grupal.
Por otro lado, ahora que el estrucruralisrno ha seguido al existencialismo en la
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,11.: historia intelecrual, es la notoria dificultad estilística de la Críticala que ofrece la
........
razón más fundamental para la distancia que han guardado con ella codos aque-
llos a los que debería preocupar más inmediatamente -el grupo incluye a filósofos
políticos, sociólogos, militantes interesados en la dinámica de la acción tal como
la plantean Laclau y Mouffe, así como los sartreanos que pueden haber sobrevi-
vido al diluvio (el entusiasta nuevo libro de Bernard-Henri Lévy sugiere que pue-
de haber coda una generación de nuevos conversos esperando entre bastidores).
tr Holz, Hans Heinz, Leo Kofler y Wolfgang Abendrorh, Convmarions with Luluícr, Cambrid- Esca misma dificultad lingüística refuerza la idea de que los filósofos no tie-
ge, MIT Press, 1975, p. 62.
nen que reflexionar sobre cuestiones sociológicas que deberían dejarse en manos

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