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‘’AÑO DEL DIÁLOGO Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL’’

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA PROFESIONAL DE ESTOMTOLOGÍA

TEMA: Anafilaxia, Sincope, Lipotimia y su manejo durante


la intervención odontológica
Consideraciones estomatológicas en el paciente
epiléptico
ASIGNATURA: Emergencia Estomatológica
DOCENTE: MAG. Giorgetta Aguilar Centurion
CICLO: V
INTEGRANTES:
 Córdova Palacios, Brixa
 Sánchez García, Valeria
ICA – PERÚ
2018
INDICE

INTRODUCCIÓN……………………………………..……….. Pag 4
ANAFILAXIA…………………………………………….…….. Pag 5
SINCOPE………………………………………………….…….. Pag 6
LIPOTIMIA…………………………………………….……….. Pag 8
EPILEPSIA………………………………………………………. Pag 9
CAUSAS COMUNES DE EPILEPSIA……………………. Pag 13
SÍNDROMES EPILÉPTICOS………………………………...Pag 14
PREVENCIÓN……………………………………………….….Pag 19
MANEJO EN LA CLINICA DENTAL DE ATAQUES EPILEPTICOS………
……………………………………………………………………………….Pag 19

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DEDICATORIA
A Dios, por brindarnos la dicha de la salud y bienestar físico y
espiritual, nuestros padres, como agradecimiento a su esfuerzo,
amor y apoyo incondicional, durante nuestra formación tanto
personal como profesional. A nuestros docentes, por brindarnos
su guía y sabiduría en el desarrollo de este trabajo.

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INTRODUCCIÓN

El tratamiento odontológico puede conllevar, en ocasiones,


situaciones clínicas atípicas, no deseables y comprometidas para
la vida del paciente que conocemos como emergencias o
complicaciones en el ámbito de la consulta odontológica. La
diversidad de sustancias que se utilizan diariamente en la clínica,
como anestésicos locales, resinas, materiales de impresión,
plásticos, látex o los propios antibióticos que prescribimos, hace
que las reacciones alérgicas o de hipersensibilidad a estos
productos sean una consecuencia patológica de su utilización.
Estas reacciones, además, pueden desencadenar un cuadro más
grave denominado shock anafiláctico, que se caracteriza por ser
una complicación mayor dentro de las reacciones alérgicas ya
que puede derivar en la muerte del paciente.

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ANAFILAXIA:
La anafilaxia consiste en una reacción inmunitaria severa,
generalizada, de rápida instalación y potencialmente fatal ante el
contacto del organismo con una sustancia que provoca alergia.
Con mayor frecuencia, es el resultado de reacciones
inmunológicas a los alimentos, medicamentos y picaduras de
insectos, pero la puede inducir un agente capaz de producir una
de granulación espontánea, sistémica de mastocitos o basófilos.
La anafilaxia se diferencia de la alergia por la extensión de la
reacción inmunitaria que compromete particularmente al
sistema respiratorio y el cardiovascular.
Cuando en las manifestaciones de la anafilaxia se pone en riesgo
inmediato y repentino la vida del paciente, se utiliza el término
choque anafiláctico.
El riesgo de choque anafiláctico puede ocurrir cuando se utilizan
medios de contraste en radiología, o se aplican algunos fármacos
terapéuticos que se comportan como alérgenos al cual el sujeto
está sensibilizado.
Puede afectar a muchos órganos:
 Piel: Picazón, urticaria, enrojecimiento, hinchazón
 Nariz: Estornudos, congestión nasal, secreción nasal
 Boca: Picor, hinchazón de los labios o la lengua
 Garganta: Prurito, opresión, dificultad para tragar,
inflamación de la parte posterior de la garganta
 Pecho: Falta de aliento, tos, sibilancias, dolor de pecho u
opresión
 Corazón: Pulso débil, desmayo, shock
 Tracto gastrointestinal: Vómitos, diarrea, calambres
 Sistema nervioso: Mareos o desmayos

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SINCOPE:
Definido como una pérdida transitoria de conciencia que cursa
con recuperación espontánea y sin secuelas que se debe a una
hipoperfusión cerebral general y transitoria, es un cuadro clínico
muy prevalente.
El síncope, es una pérdida brusca de consciencia y de tono
postural, de duración breve, con recuperación espontánea sin
necesidad de maniobras de reanimación.
Presíncope es la sensación de atenuación de la consciencia, sin
llegar a perderla.
Este concepto no se debe confundir con la lipotimia, ya que ésta
es un «desvanecimiento» sin pérdida de la consciencia.
Es un problema frecuente en la población general. Cerca de un
20 % de la población adulta ha padecido un episodio sincopal a lo
largo de su vida.
Posee una prevalencia de alrededor del 3 % en hombres y 3,5 %
en mujeres.
La pérdida de conciencia puede ser corta o larga. Puede tener
varias causas: golpes, impresión, falta de oxígeno o simplemente
una alimentación deficiente.
Antes de desmayarse, aparecen puntos luminosos, visión borrosa
y a veces sentir que ha pasado mucho tiempo.
Un desmayo es la pérdida temporal de la consciencia a
consecuencia de una disminución del flujo sanguíneo al cerebro.
El episodio es breve (dura menos de un par de minutos) y va
seguido de una recuperación rápida y completa.
Las personas afectadas pueden quejarse de mareos o vértigo
antes de presentarse el desmayo.

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El estado de pérdida de conciencia más prolongado y más
profundo a menudo se denomina coma.
Manejo en la clínica dental del síncope:

 En casos de pacientes con predisposición al síncope o a la


lipotimia se sugiere la premedicación con Benzodiazepinas
5 mgs. Una noche antes de la cita y 5 mgs. Una hora antes.
 Hay que colocar a la persona desmayada en posición
horizontal, acostada, de ser posible con la cabeza más baja
que el resto del cuerpo, para favorecer el retorno venoso y
restablecer el flujo sanguíneo cerebral.
 Mantener las piernas y los brazos elevados.
 Desabrochar y aflojar la ropa.
 Pueden darle unas palmadas en el rostro o mojárselo con
agua.
 Oler amoníaco, vinagre o colonia contribuye a la
reanimación.
 Cuando el paciente recupere la conciencia, ordénele que
respire profunda y pausadamente.
 Manténgalo acostado unos minutos.
 Si no responde satisfactoriamente y hay pérdida de pulso y
respiración se aplicará la RCP. Referencia a un centro
hospitalario.

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LIPOTIMIA
También denominado Sincope o desmayo, el síncope es una
pérdida breve del conocimiento debida a una anoxia cerebral
global, es decir, que no llega suficiente oxígeno a todo el cerebro
debido a una disminución transitoria del aporte sanguíneo del
mismo.
Se calcula que la mitad de la población ha padecido algún
episodio a lo largo de su vida.
Normalmente, la recuperación es rápida y completa.
El síncope suele ocurrir, excepto en raras ocasiones (por
enfermedad cardiaca), cuando el sujeto está de pie o sentado,
siendo muy raro si está tumbado, aunque sí puede ocurrir al
incorporarse bruscamente.
Es frecuente en las personas con artrosis cervical, aunque en
estos casos suele acompañarse de otros signos y síntomas de
falta de riego cerebral (inestabilidad postural, vértigo)
La lipotimia es un término global que indica pérdida súbita de la
conciencia.
Dentro de esta descripción, se incluye el síncope, las crisis
convulsivas y algunos ataques epilépticos.
Dependiendo de los síntomas asociados, que aparecen tanto
antes del episodio como después, se puede determinar el origen
del episodio lipotímico.
La presencia de síntomas vagos como náuseas, sensación de
desvanecimiento, visión borrosa, palidez en la piel y frialdad
pueden sugerir que la causa de la lipotímia es una disminución
del riego sanguíneo y la oxigenación del cerebro.

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A esto se conoce como síncope. Cuando se trata de una
convulsión, en ocasiones no hay síntomas premonitorios y la
pérdida de la conciencia es súbita.
Sin embargo, algunas convulsiones epilépticas pueden estar
precedidas de adormecimientos y sacudidas anormales de
alguna parte del cuerpo, sensaciones extrañas (percepción de
olores raros y desgradables, alucinaciones visuales) e incluso
cambios en el comportamiento.

EPILEPSIA
La epilepsia (del latín epilepsĭa, a su vez del griego ἐπιληψία,
'intercepción') es una enfermedad provocada por un
desequilibrio en la actividad eléctrica de las neuronas de alguna
zona del cerebro.
Se caracteriza por uno o varios trastornos neurológicos que
dejan una predisposición en el cerebro a padecer convulsiones
recurrentes, que suelen dar lugar a consecuencias
neurobiológicas, cognitivas y psicológicas.
Una convulsión, crisis epiléptica o comicial es un evento súbito y
de corta duración, caracterizado por una actividad neuronal
anormal y excesiva o bien sincrónica en el cerebro. Las crisis
epilépticas suelen ser transitorias, con o sin disminución del nivel
de conciencia, con o sin movimientos convulsivos y otras
manifestaciones clínicas.
La epilepsia puede tener muchas causas. Puede tener origen en
lesiones cerebrales de cualquier tipo (traumatismos craneales,
secuelas de meningitis, tumores, etcétera), pero en muchos
casos no hay ninguna lesión, sino únicamente una predisposición
de origen genético a padecer las crisis.
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Cuando no hay una causa genética o traumática identificada, se
le llama epilepsia idiopática, y los genes desempeñan un papel
de modulación del riesgo de que ocurra un episodio y también
en la respuesta al tratamiento.
Las benzodiazepinas generan un buen pronóstico en el control
de esta enfermedad
Para diagnosticar la epilepsia se requiere conocer los
antecedentes personales y familiares y, por lo general, se
corrobora con un electroencefalograma (EEG).
También forman parte del diagnóstico estudios de imagenología,
mientras que se reservan los procedimientos diagnósticos más
especializados para casos muy puntuales.
El tratamiento consiste en la administración de medicamentos
anticonvulsivos.
En los casos refractarios (es decir, que no responden a estos
tratamientos, sobre todo en los que se presentan series de
convulsiones, y se pone por ello en peligro la vida), se apela a
otros métodos, entre los cuales se incluye la cirugía La epilepsia
causa múltiples efectos en la vida cotidiana del paciente, de
manera que el tratamiento debe incluir el abordaje de estas
consecuencias.
La epilepsia también afecta a los animales, especialmente a los
domésticos: tanto en gatos como en perros, los síntomas son los
mismos que se han descrito para el ser humano.
SINTOMAS:
El principal síntoma de la epilepsia son las convulsiones, también
llamadas crisis epilépticas. Pero existen otros síntomas de la
epilepsia menos conocidos que son: mareos, dificultad para
hablar, sensación de desconexión con el entorno, rigidez
muscular, etcétera.
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CAUSAS:
Las personas que tienen epilepsia sin indicios acostumbran a
tener su primer ataque entre los 2 y los 14 años de edad, aunque
puede ocurrir a cualquier edad independientemente del sexo o la
raza. La epilepsia es un trastorno con muchas causas posibles.
Cualquier cosa que impida o distorsione el patrón de actividad
neuronal normal puede conducir a la aparición de una crisis
epiléptica.
Se ha observado que algunas personas epilépticas tienen una
cantidad más alta de neurotransmisores activos (sustancias
encargadas de conducir el impulso nervioso entre las neuronas),
lo cual incrementa la actividad neuronal.
DATOS Y CIFRAS
La epilepsia es un trastorno crónico que afecta a personas de
todas las edades.
En todo el mundo, unos 50 millones de personas padecen
epilepsia, lo que la convierte en uno de los trastornos
neurológicos más comunes.
Cerca del 80% de los pacientes con epilepsia viven en países de
ingresos bajos y medianos.
Las personas con epilepsia responden al tratamiento en
aproximadamente un 70% de los casos.
Alrededor de tres cuartas partes de las personas con epilepsia
que viven en países de ingresos bajos y medianos no reciben el
tratamiento que necesitan.
En muchos lugares del mundo, los pacientes y sus familias
pueden ser víctimas de la estigmatización y la discriminación.

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En otros se ha observado una cantidad baja de inhibidores de
dichos neurotransmisores, lo cual también aumenta la actividad
neuronal.
En ambos casos aparece la epilepsia.
Predisposición hereditaria.
Es más probable que una persona tenga convulsiones si sus
padres han padecido crisis convulsivas. Actualmente se está
tratando de localizar el gen responsable de las crisis convulsivas.
Estado de maduración del cerebro. Aún entre las diferentes
edades pediátricas, hay una enorme diferencia en la frecuencia
de convulsiones infantiles.
En la etapa prenatal el umbral es muy alto y las crisis poco
frecuentes; en el recién nacido (primeros 30 días) el umbral es
bajo y las crisis frecuentes. Entre los dos y cinco años el umbral
va aumentando hasta que alcanza el nivel máximo a los cinco
años.
De esto se podría deducir que la maduración cerebral por sí sola
modifica la frecuencia de las crisis convulsivas.
También se puede pensar que los síndromes epilépticos en niños
son completamente diferentes a los de los adultos.
Existencia de lesión cerebral.
El cerebro puede estar programado para desarrollarse
normalmente, pero puede sufrir lesiones durante el embarazo, el
nacimiento o más adelante.
Las lesiones pueden deberse a tumores cerebrales, alcoholismo u
otras drogas, Alzheimer, meningitis, encefalitis, sida, ciertas
alergias, etc., porque todo ello altera el normal funcionamiento
del cerebro.

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Los ataques al corazón, infartos y enfermedades cardiovasculares
también influyen en la aparición de un ataque epiléptico porque
privan al cerebro de oxígeno.
Reparaciones incorrectas.
En algunos casos, el cerebro intenta reparar los daños causados,
pero puede generar conexiones neuronales anormales que
podrían conducir a la epilepsia.

LAS CAUSAS COMUNES DE EPILEPSIA ABARCAN:


-Accidente cerebrovascular o accidente isquémico transitorio
(AIT)
-Demencia, como el mal de Alzheimer
-Lesión cerebral traumática
-Infecciones, como absceso cerebral, meningitis, encefalitis y
VIH/SIDA
-Problemas cerebrales presentes al nacer (anomalía cerebral
congénita)
-Lesión cerebral que ocurre durante o cerca del momento del
nacimiento
-Trastornos metabólicos presentes al nacer (como fenilcetonuria)
-Tumor cerebral
-Vasos sanguíneos anormales en el cerebro
-Otra enfermedad que dañe o destruya el tejido cerebral
Las crisis epilépticas por lo general empiezan entre los 5 y 20
años. También hay una mayor probabilidad de convulsiones en
adultos mayores de 60.

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Pero las convulsiones epilépticas pueden suceder a cualquier
edad. Puede haber un antecedente familiar de convulsiones o
epilepsia.
FACTORES DESENCADENANTES
Las crisis epilépticas pueden surgir como respuesta a diversos
estímulos, y según la naturaleza de los mismos son clasificados
como:
Crisis provocada: es la que aparece en relación temporal
inmediata con una agresión aguda del cerebro como un ictus, un
traumatismo, anoxia (falta de oxígeno), encefalitis o una
alteración tóxico-metabólica aguda.
Crisis precipitada: es la que ocurre como consecuencia de un
factor inespecífico como la falta de sueño, el estrés o el consumo
excesivo de alcohol, en una persona con o sin crisis espontáneas
previas.
Crisis refleja: es la que sucede a un estímulo sensitivo o sensorial.
SÍNDROMES EPILÉPTICOS
Existen más de 40 tipos diferentes de epilepsias. Síndrome
epiléptico es el nombre de un conjunto de signos y síntomas
específicos, que incluyen uno o más tipos de crisis epiléptica
junto con sintomatología no necesariamente convulsiva, como
por ejemplo, retardo mental o psicomotor, y que pese a
constituir una entidad diferenciable clínicamente, puede tener
diversas causas.
Existen también enfermedades epilépticas, que por razón de sus
características, específicas y bien definidas, cursan con
convulsiones repetitivas.

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Habitualmente tiene nombre propio, como la enfermedad de
Unverricht-Lundborg o el síndrome de Lennox-Gastaut. Otros
síndromes epilépticos son:
Encefalopatía epiléptica : en la cual se cree que las propias crisis
convulsivas contribuyen al establecimiento de un trastorno
progresivo de la función cerebral.
-Síndrome epiléptico benigno: se considera benigno aquel
síndrome epiléptico que es fácilmente tratable o no necesita
tratamiento por ser autolimitado en el tiempo y remitir sin
secuelas.
-Síndrome epiléptico/epilepsia refleja: son aquellos síndromes
epilépticos en los que todas las crisis comiciales se desencadenan
por un estímulo sensorial.
Síndrome epiléptico/epilepsia reactiva: son aquellas epilepsias
relacionadas con una situación previa, como las crisis convulsivas
por deprivación alcohólica.
-Epilepsia de ausencia infantil: es una epilepsia idiopática
generalizada que afecta a niños entre las edades de cuatro y
doce años.
Las crisis de ausencia se manifiestan con disminución o pérdida
del estado de conciencia, a veces con características motoras de
menor importancia, tales como parpadeos o movimientos de la
mandíbula.
-Síndrome de epilepsia en niñas sin/con retraso mental : Es una
epilepsia genética que se da en niñas dentro de los tres primeros
años de vida.
Las crisis pueden ser de distinto tipo, pero las más frecuentes son
las crisis tónico-clónicas generalizadas o unilaterales.
Habitualmente comienzan con convulsiones en serie o
encadenadas, y suelen confundirse con otros síndromes, como el
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síndrome de Dravet. En las niñas de entre 14 y 36 meses que
sufren este mal, hay un tercio con coeficiente intelectual normal,
pero las dos terceras partes restantes presentan retraso de algún
tipo.
Las crisis pueden comenzar con fiebre, sin fiebre y/o tras la
vacunación (aunque es importante señalar que las vacunas no
son la causa, son el detonante) como ocurre con el síndrome de
Dravet. En 2008 se encontró la mutación causante de la
enfermedad, el gen PCDH19.12 Esta epilepsia también se llama
síndrome de Juberg y Hellman.
Epilepsia catamenial: es aquella en la que varía la frecuencia de
las crisis en función de la fase del ciclo menstrual en la que se
encuentre la mujer. La mayoría presentan crisis epilépticas
inmediatamente antes o durante la menstruación, o bien un
incremento de estas.
-Epilepsia nocturna del lóbulo frontal autosómica dominante
(ADNFLE): trastorno hereditario que causa convulsiones durante
el sueño que duran entre cinco segundos y cinco minutos.
Estos ataques surgen de los lóbulos frontales, y consisten en
movimientos motores complejos. Es causada por una mutación
en uno de los varios genes que codifican para los receptores
nicotínicos.
-Epilepsia occipital benigna de la infancia: la mayoría de las
autoridades incluyen dos subtipos: un subtipo de inicio
temprano con entre tres y cinco años, y uno de inicio tardío,
entre los siete y los diez años.
Los pacientes más jóvenes suelen experimentar síntomas
similares a la migraña con náuseas y dolor de cabeza, mientras
que los pacientes mayores suelen quejarse de alteraciones
visuales como escorotomas o amaurosis.

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-Epilepsia primaria de la lectura: en los individuos susceptibles, la
lectura provoca crisis parciales típicas, y afecta los músculos de la
masticación y la vista. El desarrollo suele darse durante la
postpubertad.
Las crisis las provoca independientemente cualquier texto y las
induce con una mayor frecuencia la lectura en voz alta.
Escáner cerebral de una niña con encefalitis de Rasmussen.
-Epilepsia rolándica: también conocida como epilepsia benigna
de la infancia con puntas centrotemporales, es el síndrome
epiléptico más común en niños, y desaparece en la adolescencia.
Habitualmente consiste en crisis parciales, junto a salivación y
disartria durante el sueño. En la mayoría de los casos no es
necesario tratamiento alguno.
-Encefalitis de Rasmussen: enfermedad rara, de etiología
desconocida, que aparece con una mayor frecuencia en niños de
edades comprendidas entre los tres y los doce años.
Aparte de la encefalitis, el deterioro neurológico y los
anticuerpos autoinmunes, se caracteriza por crisis epilépticas,
generalmente parciales continuas.
-Esclerosis tuberosa (TSC): es un trastorno genético que causa
tumores que se forman en multitud de órganos diferentes, como
en cerebro, ojos, corazón, riñón, piel y pulmones. Las lesiones
cerebrales que puede causar suelen desencadenar trastornos
epilépticos.
-Síndrome de Dravet: las crisis epilépticas comienzan como crisis
clónicas generalizadas o unilaterales, durante el primer año de
vida del paciente. Suelen ser prolongadas (hasta 20 minutos).
-Síndrome de Ohtahara: es una forma rara de síndrome
epiléptico combinado con parálisis cerebral. Se caracteriza con

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crisis frecuentes, que suelen comenzar en los pocos primeros
días de vida.
-Síndrome de West: crisis breves durante el primer año de vidas
del enfermo, bilaterales y simétricas. Se acompaña de retraso
psicomotor.
-Síndrome de Asperger: Conjunto de problemas mentales y
conductuales que forma parte de los trastornos del espectro
autista. Se encuadra dentro de los trastornos generalizados del
desarrollo (CIE-10; Capítulo V; F84).
La persona afectada muestra dificultades en la interacción social
y en la comunicación de gravedad variable, así como actividades
e intereses en áreas que suelen ser muy restringidas y en
muchos casos estereotípicas.
Manejo del paciente con una crisis convulsiva durante el
tratamiento dental:
En el momento en que se produce la crisis epiléptica debemos:
- Retirar instrumentos y materiales dentales, u objetos con los
que el paciente pueda lastimarse.
- Colocarlo preferentemente en el suelo y de costado para
favorecer la eliminación de la saliva.
- No interferir en sus movimientos.
- Evitar que se golpee la cabeza o extremidades colocando
almohadones.
- Mantener permeable la vía aérea.
- Si se prolonga más de 5 minutos administrar oxígeno con
mascarilla.
- Llamar a un Servicio de Urgencia si la crisis dura más de 15
minutos o si se repite una crisis tras otra.

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- Luego de la crisis permitir que descanse. Evaluar el grado de
vigilia y orientación.
PREVENCIÓN
La epilepsia idiopática no es prevenible, pero se pueden aplicar
medidas preventivas frente a las causas conocidas de epilepsia
secundaria.
La prevención de los traumatismos craneales es la forma más
eficaz de evitar la epilepsia postraumática.
La atención perinatal adecuada puede reducir los nuevos casos
de epilepsia causados por lesiones durante el parto.
El uso de medicamentos y otros métodos para bajar la
temperatura corporal de los niños con fiebre puede reducir las
probabilidades de convulsiones febriles.
Las infecciones del sistema nervioso central son causas
frecuentes de epilepsia en las zonas tropicales. La eliminación de
los parásitos y la educación sobre cómo evitar las infecciones
pueden ser eficaces para reducir la epilepsia en estos entornos.
MANEJO EN LA CLINICA DENTAL DE ATAQUES EPILEPTICOS:
Disminuir el riesgo de crisis en el consultorio.
Saber tratar la crisis epiléptica en la clínica.
Resolver:
La patología gingival causada por fármacos anticonvulsivantes.
Los traumatismos bucales post-ictales (poscrisis).
Correcta anamnesis.
Si el paciente no está controlado y/o si tiene historia de crisis
recientes o muy frecuentes, deberá hacerse la consulta con el
médico tratante.

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Medidas para reducir el estrés como:
*Uso de tranquilizantes previos a la atención odontológica
*Citas cortas y atraumáticas
*Proporcionar un ambiente de confianza, etc.
Aplicación de anestésicos en forma eficaz y atraumática.
Consideraciones en pacientes con trastornos convulsivos
Analgésicos: El odontólogo deben proveer buen manejo del
dolor para evitar el estrés.
Antibióticos: No necesitan prevención antibiótica.
Anestesia: Obtener una adecuada anestesia para reducir el
estrés y evitar una crisis convulsiva.
Ansiedad: Pacientes con trastornos convulsiones no tratadas o
mal controlados pueden parecer muy ansiosos y estresados, lo
que aumenta el riesgo de sufrir convulsiones. El control de la
ansiedad y estrés es fundamental, para el éxito del tratamiento
dental.
Alergias: Rash (comezón), eritema (enrojecimiento), reacción a
fármacos anticonvulsivos.
Sangrado: Ácido valproíco o carbamazepina por interferencia en
la coagulación.
Posición del sillón dental: No suele ser un problema, si el
paciente está bajo un buen manejo médico.
Pacientes con síntomas de síncope (desmayo) asociado a la
presión cardíaca o congestión pulmonar, una posición supina
(acostado boca arriba) no puede ser tolerada.

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Fármacos: Estos pacientes generalmente se encuentran bajo
medicamentos anticonvulsivos y pueden tener efectos adversos
como: somnolencia, mareo y torpeza.
Higiene bucal: estricto control de placa dentobacteriana, técnica
de cepillado e hilo dental. Utilización de barnices fluorados y
agentes remineralizantes.
Consultas cada 3 meses por alto índice de caries causado por
xerostomía que provocan ciertos anticonvulsivantes (ácido
valproíco, fenobarbital).
Citas: Por la mañana y reducir al mínimo el estrés y ansiedad,
utilizando manejo de conducta como decir-mostrar-hacer,
musicoterapia durante la consulta, entre otras alternativas.
Luz: Puede ser un disparador para inducir una crisis. Se
recomienda gafas oscuras como protección y la luz que incida
sólo en cavidad bucal y no destelle en los ojos del paciente.
Crisis recientes: Se cancela el tratamiento, interconsulta con
médico tratante.
Factores desencadenantes: Estrés, ansiedad, luces parpadeantes
y ruidos muy fuertes. Suspensión del tratamiento antiepiléptico.
Restauraciones: Aparatología removible, aparatos de ortopedia,
prótesis removibles no son recomendables en pacientes que
cursan con epilepsia de tipo Gran Mal, por aspiración de estos
durante una crisis.
Paciente controlado: Paciente bajo tratamiento médico
controlado, que no ha presentado crisis recientes, no existe
contraindicación para el tratamiento dental.
Sedación y anestesia general: No está contraindicado en estos
pacientes.

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Valorar sobre los medicamentos que toma, por ejemplo el
fenobarbital interactúa con sedantes y ansiolíticos, y puede
causar una sobresedación.
Interconsulta con anestesiólogo y médico tratante.

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BIBLIOGRAFIA:
 https://www.google.com.pe/search?q=Consideraciones+esto
matol%C3%B3gicas+en+el+paciente+epil%C3%A9ptico&sourc
e=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwiQtprc1czaAhVRoVMKHeO7B_U
Q_AUICSgA&biw=1440&bih=794&dpr=1

 http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs999/es/

 http://www.dspace.uce.edu.ec/bitstream/25000/6803/1/T-
UCE-0015-358.pdf

 https://vivirconepilepsia.es/que-es-la-epilepsia/

 http://www.cuidateplus.com/enfermedades/enfermedades-
vasculares-y-del-corazon/lipotimia.html

 https://es.slideshare.net/monsevilla7/manejo-del-shock-
anafilctico-en-odontologa

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