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Instituto de Mecánica Estructural


y Riesgo Sísmico

HORMIGÓN I
unidad 1:
FILOSOFÍA DEL DISEÑO PARA ESTRUCTURAS
DE HORMIGÓN ARMADO.
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Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.

CONTENIDO.

I.1. PARÁMETROS DE COMPORTAMIENTO ESTRUCTURAL.


I.1.1. ACCIÓN vs. DEFORMACIÓN. CURVA DE RESPUESTA.
I.1.2. PARÁMETROS ESTRUCTURALES GLOBALES.
I.4.2.1. RIGIDEZ.
I.4.2.2. RESISTENCIA.
I.4.2.3. DUCTILIDAD.

I.2. DEFINICIÓN DE ACCIONES DE DISEÑO.


I.2.1. CARGAS Y FUERZAS DE DISEÑO.

I.3. COMBINACIÓN DE LAS ACCIONES.


I.3.1. CRITERIOS GENERALES.

1.4 DEFINICIONES DE NIVELES DE RESISTENCIA.

I.5. EJEMPLO DE APLICACIÓN DE DETERMINACIÓN DE ACCIONES.


I.5.1. ANALISIS DE CARGAS GRAVITATORIAS.
I.5.2. DETERMINACIÓN DE LAS ACCIONES DE DISEÑO SÍSMICO.

I.6. BIBLIOGRAFÍA.

Filename Emisión Revisión Revisión Revisión Revisión 4 Observaciones


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T1-diseño- JULIO JULIO Febrero Abril julio
introducción.doc 2001 2002 2006 2007 2008
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I.1 PARÁMETROS DE COMPORTAMIENTO ESTRUCTURAL.
I.1.1. EDIFICIO. ACCIÓN vs. DEFORMACIÓN. CURVA DE RESPUESTA.
La cuantificación de la respuesta estructural en términos de parámetros
distintivos que la definen, se puede hacer tanto en referencia a cargas gravitatorias
como a horizontales, en forma aislada o combinada. Se optará por definir los
parámetros de respuesta en función de una curva que represente el modelo de
comportamiento bajo las acciones combinadas. La Fig. 1.1 muestra en forma
esquemática el edificio en estudio sometido a la acción de cargas gravitatorias y
horizontales. Para hacer el modelo de respuesta, se supone que las cargas verticales,
provenientes de peso propio y sobrecargas de uso, permanecen constantes y las
horizontales, debidas a la acción sísmica, se incrementan desde cero hasta provocar la
falla completa del edificio. Hay que distinguir entre respuesta global del edificio,
respuesta local de los elementos estructurales y respuesta del material.

(a) (b) (c)

Fig. 1.1 Esquema de Edificio Sometido a Acciones


Horizontales:
(a) acciones (b) desplazamientos (c) Esfuerzos de Corte.

Fig. 1.2.
Respuesta Global.
Comportamiento Lineal y
No Lineal.

Fig. 1.3.
Respuesta Global. Identificación del
Comportamiento a varios Niveles.
4
Para ambos tipos de respuesta, global y local, se utiliza una representación en
ordenadas de la variable estática (asociada a equilibrio, fuerza, momento) y en abscisa
de la variable cinemática (asociada a compatibilidad, por ejemplo desplazamientos,
deformaciones, rotaciones, etc.), y lo que las vincula es algún tipo de ley constitutiva.
En los capítulos siguientes se trabajará con respuestas locales, como lo son momento
vs. rotación, momento vs. curvatura, corte vs. distorsión, para los elementos y sus
secciones y con tensión vs. deformación para los materiales.

Para la respuesta global, en el caso de un edificio de varios pisos, lo usual es


representar cortante total del edificio vs. desplazamiento de la última losa. Se supone
entonces que las cargas verticales no varían y que el edificio es “empujado” por las
fuerzas horizontales que crecen desde cero en forma estática, monotónica y
proporcional. Estática porque se aplican lentamente (no genera fuerzas de inercia
asociadas a aceleraciones), monotónica porque van siempre en el mismo sentido (no
hay reversión) y proporcional implica que todas las cargas horizontales aumentan en
forma proporcional, es decir, manteniendo la relación entre ellas. En la literatura técnica
inglesa este tipo de análisis se llama “push-over”. Obviamente esta es una manera de
estudiar el comportamiento a carga combinada, es muy instructiva y aunque esté lejos
de representar lo que sucede durante un sismo, la información que se obtiene es muy
valiosa. En este caso servirá para clarificar los conceptos de rigidez, resistencia y
ductilidad. En la Fig. 1.2 se muestra un esquema, (obtenido de información japonesa)
sobre la diferencia conceptual entre comportamiento Lineal y No lineal. Luego de que la
acción desaparece, se ve que en el primer caso, no quedan prácticamente
deformaciones permanentes, mientras que en el segundo, la verticalidad del edificio,
dependiendo del grado de incursión inelástica, se ha afectado.

La Fig. 1.3 muestra varias curvas, algunas identificadas como respuesta


observada (observed response) y otras la simplificación de las mismas (idealized
responses). La respuesta observada o real sería la que resulta de, por ejemplo, un
ensayo físico del tipo push-over, o la envolvente de un ensayo dinámico que sólo toma
fuerzas y desplazamientos positivos. Estas curvas podrían también haberse obtenido a
partir de procedimientos analíticos, mediante una adecuada modelación de las
acciones y el edificio. Las curvas idealizadas o simplificadas son las que permiten, por
ejemplo, definir hitos que separan características de la respuesta e identifican los
estados límites. En el eje de ordenadas se ha colocado directamente la variable
“resistencia”, para hacer la discusión aún más general.

I.1.2. PARÁMETROS ESTRUCTURALES GLOBALES.


Los tres parámetros que son necesarios identificar para comprender los estados
límites del diseño son la rigidez, la resistencia y la ductilidad.

I.1.2.1 Rigidez.
Este parámetro relaciona directamente, por ejemplo en este caso, las fuerzas
con los desplazamientos, y sirve principalmente para verificar el estado límite de
servicio. En la rigidez global intervienen los módulos de elasticidad de los materiales,
las características geométricas de los elementos estructurales y la topología
(distribución y conexiones de los elementos) de la estructura en su conjunto. No debe
olvidarse de que la estructura no es algo plano sino tridimensional. En el caso de
estructuras de hormigón armado y de mampostería, la evaluación de la rigidez con
cierto grado de precisión no es tan simple, como lo podría ser para, por ejemplo, una
estructura metálica. Los fenómenos de fisuración, deformación diferida y la evaluación
de la contribución en tracción del hormigón y los mampuestos suele presentar
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bastantes incertidumbres. Estos problemas se enfrentarán más adelante. Si en la Fig.
1.3 se toma como representativa cualquiera de las dos curvas bilineales, y se define
como ∆y el desplazamiento que corresponde a la “fluencia” de la estructura, y que está
asociado a una resistencia Sy, entonces la pendiente de dicha respuesta idealizada
como lineal y elástica y dada por K= Sy/∆y es utilizada para cuantificar la rigidez inicial
global del edificio en la dirección analizada.

Muchas son las discusiones que se han generado para definir el punto de
fluencia. No es objeto entrar ahora en detalle sobre los distintos criterios, sino
simplemente mencionar que en la ref.[2] se toma el concepto de rigidez secante
refiriéndola al valor de 0.75 Si, donde con Si se representa la resistencia “ideal” o de
fluencia de la estructura.

Al valor de K resultante se lo llama “rigidez efectiva” y será éste el que nos


interese cuando se verifiquen condiciones de estado límite de servicio. Una de las
condiciones más comunes a verificar es la de desplazamientos relativos entre pisos,
que deben permanecer dentro de ciertos valores, a los cuales los reglamentos
modernos de diseño imponen límites.

I.1.2.2 Resistencia.
La resistencia de una estructura está dada por la máxima carga, generalmente
expresada a través del esfuerzo de corte en la base, que ésta puede soportar bajo la
combinación de cargas verticales y horizontales.

Para evitar una pronta incursión en el rango de comportamiento inelástico, los


elementos estructurales deben poseer la resistencia suficiente como para soportar las
acciones internas (momentos, cortes, axiales) que se generan durante la respuesta
dinámica del edificio. Más adelante se verán diferentes niveles de resistencia que es
necesario distinguir para las diferentes etapas del proceso de diseño.

El nivel de resistencia mínimo que debe tener la estructura se indica en la Fig.


1.3 con Si, resistencia ideal (más adelante, la designaremos como resistencia nominal),
que se corresponde con la que se toma o designa como resistencia de fluencia. El valor
de la resistencia por encima de Si se llama sobre-resistencia y se designa con So. El
estimar este valor de So durante el proceso de diseño, tal cual se verá luego, tiene
mucha importancia para poder aplicar el diseño por capacidad.

I.4.2.3 Ductilidad.
Para asegurar que el edificio quede en pie después de un gran sismo, su
estructura debe ser capaz de sobrellevar grandes deformaciones sin que su resistencia
se vea seriamente afectada. Los desplazamientos a que se vería sometido el edificio
pueden estar bastante más allá del que corresponde a la fluencia, y que marcaría en
nuestro modelo el límite de comportamiento elástico. La habilidad de la estructura para
ofrecer resistencia en el rango no lineal de la respuesta se denomina ductilidad. Esta
implica sostener grandes deformaciones y capacidad para absorber y disipar energía
ante reversión de cargas y/o desplazamientos (comportamiento histerético) por lo que
representa, para muchos autores, la propiedad más importante que el diseñador debe
proveer al edificio que se vaya a construir en una zona de alto riesgo sísmico.

El límite de la ductilidad de desplazamientos disponible, indicado en la Fig.1.3


por el desplazamiento último ∆u, generalmente se asocia a un límite especificado de
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degradación de resistencia. Aunque muchas veces se relaciona este punto con la falla
de la estructura, en la mayoría de los casos se suele poseer una reserva de capacidad
para sostener deformaciones inelásticas adicionales sin llegar al colapso estructural.
Las deformaciones permanentes podrían ser significativas lo que llevaría a considerar
al edificio totalmente fuera de servicio. Tal situación se muestra a continuación (ver
esquema Fig.1.2).

En la Fig. 1.3 se puede contrastar una falla dúctil contra tipos de falla frágil, las
que se representan con líneas de trazo descendentes. Fallas frágiles (brittle) implican
pérdidas completas de la resistencia. En el hormigón armado implican generalmente
desintegración del hormigón, y sobrevienen sin ningún tipo de aviso. Por razones
obvias, este tipo de comportamiento debe ser evitado y es el que ha causado la
mayoría de los colapsos durante terremotos, siendo responsable por lo tanto de las
pérdidas de vidas.

La ductilidad se cuantifica a través del factor de ductilidad, generalmente


designado con µ, y definido como la relación entre el desplazamiento total impuesto en
cualquier instante ∆ y el que corresponde al inicio de fluencia, que se designó como ∆y,
es decir:
µ = ∆ / ∆y (1.1)

En general, las variables cinemáticas pueden representar desplazamientos,


rotaciones, curvaturas, deformaciones específicas, etc., y por lo tanto representan
grados de comportamiento inelástico a nivel global o local. En respuesta global, lo
importante es que se verifique que la máxima demanda de ductilidad estimada durante
el sismo µm = ∆m / ∆y no supere la máxima ductilidad potencial disponible µu = ∆u / ∆y. De
todas maneras se debe reconocer que no siempre es posible utilizar durante un sismo
toda la ductilidad disponible pues eso implicaría tal vez que se deban desarrollar
deformaciones excesivas que pongan en peligro la estabilidad del edificio, o bien que el
daño resultante a elementos no estructurales sea inadmisible. Es por eso que las
normas imponen ciertos límites a los desplazamientos máximos permitidos.

I.2. DEFINICIÓN DE ACCIONES DE DISEÑO.


I.2.1. CARGAS Y FUERZAS DE DISEÑO.

A los efectos de llevar a cabo los análisis de cargas y de fuerzas que actúan sobre
los edificios, se debe reconocer, para las construcciones en general, las siguientes
acciones (entre paréntesis se coloca la designación en inglés según notación del ACI-
318), según el reglamento CIRSOC-201-05:

I. Cargas Permanentes (Dead Loads, D)


II. Cargas útiles o Sobrecargas (Live Loads, L)
III. Fuerzas Sísmicas (Earthquake Forces, E)
IV. Fuerzas de Viento (Wind Forces, W)
V. Otras Cargas.

Dado que se utiliza en gran parte bibliografía en inglés como referencia, y como
reglamento de hormigón armado el ACI-318, en ocasiones se coloca también la
designación en inglés a los efectos de facilitar comparaciones, búsquedas de temas y
asociar la notación con la designación.
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I. Cargas Permanentes: resultan del peso propio de la estructura y de otros
elementos componentes de la construcción adheridos en forma permanente,
como pueden ser contrapisos, pisos, paneles divisorios de ambientes,
cielorrasos, etc. La cuantificación del peso propio de la estructura se hace en
principio a partir del predimensionado individual de los elementos
estructurales, el cual se verifica y ajusta una vez adoptado el diseño final. A
los efectos de valorar las cargas de los materiales adosados en la estructura,
existen manuales y normas que poseen los pesos promedios típicos. Por
ejemplo, el Reglamento CIRSOC 101, ref.[8], en su capítulo 3, tabla 1, da los
pesos unitarios de los materiales más comunes usados en la construcción.

II. Cargas de Uso o Sobrecargas: son las que resultan del mismo uso o
función de la construcción. Pueden ser móviles y variar en intensidad. Los
máximos valores que dan los códigos están basados en estimaciones
probabilísticas. En la mayoría de los casos estas cargas son simuladas como
uniformemente distribuidas sobre el área total de piso. Sin embargo, en
varias ocasiones es necesario la consideración de cargas puntuales. En
edificios industriales ésta suele ser una situación muy común. La probabilidad
de que un área en forma completa esté sometida a la máxima intensidad de
carga accidental especificada disminuye cuando la dimensión del área
cargada aumenta. Los pisos utilizados para oficinas suelen ser ejemplos de
estos casos. Si bien es recomendable diseñar las losas para que soporten la
carga accidental total, las columnas y vigas que reciban cargas de una gran
área tributaria asociada, podrían ser diseñadas suponiendo una reducción de
aquellas. A tal efecto, la norma NZS:4203-1992, propone la siguiente
expresión:
Lr = r.l (1.4)

donde r se debe determinar según los siguientes casos:

I. Para uso de depósitos y servicios:


4.6
r = 0.50 + ≤1 (1.5.1)
A
II. Para otros usos:
2.7
r = 0.40 + ≤1 (1.5.2)
A

la citada norma establece casos específicos en que r debe tomarse igual a


1.0, los que se pueden consultar en la sección 3.4.2.2. de la misma. Se
observa que para un área A= 90 m2 la ecuac. (1.5.1) da r≈ 1.0, y para A= 100
m2 resulta en r= 0.96. Es decir que se requiere de grandes áreas para poder
tener algún tipo de reducción. Sin embargo, para el segundo caso, ecuación
(1.5.2), cuando A= 20 m2 da r≈1.0, y para A= 30 m2 resulta en r≈ 0.90.

El reglamento CIRSOC 101 especifica en su sección 4.2 cuándo se puede


reducir la carga viva o accidental, aunque para esta norma el criterio se aplica
al caso de edificios de varios pisos destinados a viviendas, aduciendo la
improbabilidad de presencia simultánea de las sobrecargas especificadas en
todas las plantas. Para edificios públicos y oficinas el CIRSOC no acepta
ningún tipo de reducción en las sobrecargas.
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A los efectos de determinar las características dinámicas de los edificios,
como la masa y el período, es necesario estimar las cargas permanentes y
las de uso. Para evaluar las fuerzas de inercia horizontales inducidas por las
aceleraciones del sismo en un nivel determinado es suficiente suponer que la
masa del sistema de pisos, incluyendo las terminaciones, divisiones y vigas, y
además las porciones de columnas y muros que corresponden a la mitad
inferior y la mitad superior del nivel considerado se encuentran concentradas
en el centro de masas de la losa respectiva. Además, la mayoría de los
códigos suponen que en dicho punto hay que aplicar una masa extra que
corresponde a una fracción de la carga accidental. El código NZS:4203, por
ejemplo especifica que el peso total de cada nivel i, Wi, debe calcularse con
esta expresión:
Wi = D + ηLr (1.6)

y adopta η = 0.0, 0.6 y 0.4 para los techos, pisos de depósitos y el resto de
los casos respectivamente. El INPRES-CIRSOC toma valores que van de 0,
0.25, 0.50, 0.75 y 1.0 según los casos que da en su tabla 6 (ref.[5]).

III. Fuerzas sísmicas: El método más empleado para evaluar el efecto sísmico
sobre los edificios es conocido como método de las fuerzas horizontales
estáticas equivalentes. Si bien su aplicación está limitado a cumplir ciertas
condiciones, se prefiere el mismo por su simplicidad, pues da buenos
resultados en particular para edificios simples y simétricos y además porque
es el método con el cual los diseñadores están más familiarizados. La Fig.
1.17 muestra un esquema del modelo utilizado para determinar las fuerzas
sísmicas que se deben aplicar en cada nivel del edificio. Primeramente se
calcula la fuerza sísmica total, expresada como esfuerzo de corte total en la
base del edificio, y dada por:
Vb = C . Wt (1.7)

C= coeficiente sísmico, que conceptualmente no es otra cosa que una


aceleración expresada como un porcentaje de la aceleración de la gravedad,
y que magnifica las fuerzas de inercia inducidas por las aceleraciones
impuestas por el sismo. El coeficiente C es función de la zona sísmica, del
período del edificio, de la importancia de la construcción, del tipo de suelo de
fundación, del estado límite de diseño y del factor de reducción de acciones,
generalmente designado como R.
Wt = ΣWi, sumatoria de los pesos de todos los niveles, es decir el peso de
toda la masa del edificio que se activa o moviliza durante el sismo.

Fig. 1.17. Modelo de Edificio para asignar


masas y fuerzas por nivel.
9
Este esfuerzo de corte basal deber ser distribuido en la altura total del
edificio. En general se acepta una distribución de fuerzas con configuración
de triángulo invertido, y que responde a la siguiente expresión:

Wr h r
Fr = α Vb (1.8.1)
∑ Wi h i

para todos los niveles excepto el último, y:

Fn = (1 - α ) Vb + αVb
Wn h n
(1.8.2)
∑ Wi h i

para el nivel n, donde:


Vb = esfuerzo de corte en la base del edificio.
n = número de pisos a considerar.
hi = altura del piso i.
α = coeficiente para incorporar la influencia de los otros modos vibrar
adicionales al modo fundamental T0.

Hay distintos criterios en las normas para asignar el valor a α. El reglamento


INPRES-CIRSOC establece que:
I. para T0 ≤ 2 T2 usar α = 1.0
II. si T0 ≥ 2 T2 usar esta expresión:

α = 1 – [(T0 – 2 T2) / 10 T0] (1.9)

siendo T0 el período fundamental del edificio y T2 el período que corresponde


al fin del plafón del espectro de aceleraciones elásticas. Esto implica que, por
ejemplo, para suelo intermedio y para Mendoza (zona 4, T2 = 0.60 segs) α es
igual a 1.0 cuando el período fundamental es menor de 1.20 segundos.

La ref.[2] directamente da estas expresiones para la distribución en altura del


corte basal en edificios de más de 10 pisos:

Wr h r
Fr = 0.90Vb (1.11.1)
∑ Wi h i

para todos los niveles excepto el último, y:

Wn h n
Fn = 0.10 Vb + 0.90Vb (1.11.2)
∑ Wi h i

IV. Fuerzas de Viento: Se expresó anteriormente que las fuerzas de diseño


sísmico ajustadas (reducidas) por la capacidad de disipación de energía
(ductilidad) potencial que posee el edificio pueden ser varias veces menor
que las que corresponden a las fuerzas para respuesta elástica. Podría
entonces suceder que si el edificio es de mucha altura, bastante flexible y
ubicado en una zona muy expuesta al viento, las fuerzas especificadas por el
código para diseño contra el viento, combinadas con las acciones
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gravitatorias, podrían controlar el diseño. Si bien contra el viento no aparecen
requerimientos de ductilidad y dadas las incertidumbres para cuantificar el
terremoto ya expresadas, para asegurar una respuesta satisfactoria ante
eventos sísmicos extremos, es conveniente tomar recaudos asegurando un
buen diseño y controlar que el modo de falla potencial del edificio suministre
la mayor ductilidad posible. La aplicación del diseño por capacidad es
necesaria para este propósito. Para las estructuras de hormigón armado que
se construyen en nuestro medio el viento no controla el diseño (salvo en el
techo si éste es de estructura liviana), por lo que no se profundiza más en el
tema. El reglamento argentino CIRSOC 102, ref.[10], contiene las exigencias
para acciones de viento.

V. Otras Fuerzas: otras fuerzas que pueden solicitar a la estructura son


especificadas en la ref. [8], por ejemplo posibilidad de choque de vehículos
contra muros, esfuerzos horizontales en barandas, sobrecargas para
ascensores, montacargas y elevadores, etc. La norma CIRSOC 104, ref. [11],
tiene las exigencias para cargas de Nieve y de hielo sobre las
construcciones.

Otros efectos que se debe considerar son los de contracción y fluencia lenta del
hormigón, y los originados por diferencias de temperatura. La incidencia y posibles
efectos de estos fenómenos se verán cuando se estudien las propiedades del
hormigón.

1.3 COMBINACIÓN DE LAS ACCIONES.


1.3. Criterios generales. Método de Tensiones admisibles vs. de Resistencia.
Es claro que las cargas y fuerzas antes descriptas no actúan aisladas, sino
combinadas en ciertas proporciones. Estas proporciones están asociadas a los estados
límites que se deban verificar. Hasta hace unos años atrás era común que las
verificaciones se hicieran considerando el método de tensiones admisibles. En este
caso las acciones no se mayoraban y, para tener los márgenes de seguridad
adecuados, se trabajaba con tensiones admisibles de los materiales, es decir se
aplicaban factores de seguridad a los materiales. Sin embargo, tal cual luego se verá,
en la actualidad los métodos basados en resistencia y capacidad son los que
prácticamente se usan en exclusividad. Por ello, por ejemplo el ACI-318, ref. [12],
establece que las estructuras y los elementos estructurales deben ser diseñados para
que tengan en cualquier sección una resistencia que se debe comparar con las
solicitaciones que resultan de las acciones combinadas y mayoradas. En las secciones
siguientes se verán los distintos niveles de resistencia para efectuar las comparaciones
exigidas por los códigos. Corresponde ahora ver las combinaciones de acciones.

A los efectos de la materia hormigón armado I, sólo consideraremos las cargas y


sus combinaciones que correspondan a cargas permanentes, D, accidentales, L, y de
terremoto, E. Se verá a continuación los criterios de varias normas.

I. Reglamento INPRES-CIRSOC 103-2005


Designando con U la combinación de acciones para el estado último (diseño por
resistencia) las combinaciones a aplicar son:

U = 1.20 D ± 1.00 E + f1 L + f2 S (1.12.1)


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U = 0.9 D ± 1.00 E (1.12.2)

f1 es el factor de mayoración de la sobrecarga.

f1 = 1.00 para lugares de concentración de público donde la sobrecarga sea


mayor a 5.00 kN/m2 y para playas de estacionamiento.
f1 = 0.50 para otras sobrecargas.
f2 es el factor de mayoración de la carga de nieve.
f2 = 0.70 para configuraciones particulares de techos (tales como las de
dientes de sierra), que no permiten evacuar la nieve acumulada.
f2 = 0.20 para otras configuraciones de techo.
II. Código ACI-318 (Secc. 9.2.1)-2005
U = 1.40 D (1.13.1)
U = 1.20 D + 1.60 L. (1.13.2)
U = 1.05 D + 1.28 L ± E (1.13.3)
U = 0.90 D ± E (1.13.4)

III. Reglamento NZS:4203.


U = 1.4 D (1.14.1)
U = 1.2 D + 1.6 L. (1.14.2)
U = 1.0 D + 1.0 Lu ± Eu (1.14.3)

donde en este caso el valor de Lu está dado por la carga viva reducida, según ecuación
(1.4) multiplicada a su vez por el factor η, es decir:

Lu = η . r . L (1.15)

Los factores de carga que se aplican tienen la intención de que se tenga


suficiente seguridad contra el incremento de las cargas de servicio hasta un cierto valor
más allá de los valores especificados, de modo que la falla del elemento sea muy
improbable. En algunos casos, cuando no se diseña también para el estado límite de
servicio, estos factores ayudan a que las deformaciones para las cargas de servicio se
mantengan dentro de límites razonables. El reglamento NZS:4203, en cambio,
especifica que se deben verificar las estructuras para dos estados límites. Las
ecuaciones (1.14) corresponden al estado límite último. Para el estado límite de
servicio especifica las siguientes combinaciones:

S = D + Ls. (1.16.1)
S = D + Ls ± Es (1.16.2)

donde Es define al terremoto a nivel de servicio y en este caso el valor de Ls está dado
por la carga viva reducida, según ecuación (1.4) multiplicada a su vez por el factor ηs,
factor de participación específico para cargas de servicio, es decir:

Ls = ηs r L (1.17)

Esta norma, en el reglamento específico de hormigón armado, ref. [13],


especifica en su sección 3.3.1 que para el estado límite de servicio la estructura y sus
componentes deben ser diseñados para limitar las flechas, las fisuras y las vibraciones,
12
es decir, para satisfacer requerimientos de rigidez. Da límites para cada caso. En la
sección 3.4.1 establece que para el estado límite último la estructura y sus
componentes deben ser diseñadas para suministrar la adecuada resistencia y
ductilidad.

Es importante destacar que los factores de carga implementados para el diseño


por resistencia en los años cercanos a 1960 tenían la intención original de evitar que el
elemento desarrollara su capacidad resistente bajo la acción de las cargas máximas
que pudieran tomar las mismas durante la vida económica del edificio. Sin embargo,
como ya se expresó antes, si la filosofía de diseño sismorresistente está basada en
reducción de fuerzas por comportamiento (ductilidad, sobre resistencia), este concepto
no es apropiado, dado que justamente se espera que el desarrollo de la resistencia se
produzca para el terremoto de diseño. Si se aplican factores de carga a los niveles de
fuerza que ya han sido reducidos del nivel elástico esto implica una reducción de los
requerimientos de ductilidad esperados. Esto en definitiva obscurece el verdadero nivel
de ductilidad solicitado. En consecuencia, la ref. [2] sugiere para la verificación de
resistencias en estado último aplicar factores unitarios para las fuerzas de sismo.
Además, con muy buen criterio la citada referencia aclara que cuando los efectos de
cargas gravitatorias se deben combinar con los que corresponden a una respuesta
dúctil de la estructura, con desarrollo de sobre-resistencia en las zonas plásticas, no es
necesario tener reservas de resistencia. Por lo tanto, cuando se utilice el diseño por
capacidad, al que más adelante nos referiremos, para satisfacer el estado límite último,
sugiere las siguientes combinaciones:

Su = SD + SL + SEo (1.18.1)

Su = 0.9 SD + SEo (1.18.2)

donde con SEo se denota una acción que ha sido obtenida de sobre resistencias
inducidas por el sismo en las correspondientes rótulas plásticas.

1.4 DEFINICIONES DE NIVELES DE RESISTENCIA.


Hasta ahora se ha hecho referencia al término resistencia sin dar mayores
precisiones. Se deben considerar al menos dos aspectos cuando nos referimos a
resistencia: por un lado, y tal cual quedará evidenciado en los capítulos que siguen,
para contar con razonables márgenes de seguridad, será necesario definir diferentes
niveles de resistencia. Por otro lado, y asociado con esto, hay que reconocer que en
términos de diseño la resistencia no es un valor absoluto. Debido a que las
características de los materiales y que las dimensiones no son conocidas en forma
precisa, se deben trabajar sobre valores que varían entre probables límites. Se dan a
continuación los diferentes niveles de resistencia.

(a) Resistencia Requerida: se la designará con la letra Sr (por required Strength), y es


la demanda que es necesario satisfacer de acuerdo al nivel de acciones impuestas y
resulta del análisis estructural. También se la designa como resistencia última, Su.
Cuando la acción considerada es la resistencia a flexión de las zonas plásticas
seleccionadas, la resistencia requerida resulta directamente del análisis estructural que
toma como acciones las combinaciones dadas en la sección precedente. Sin embargo,
tal cual se explicará más adelante, cuando se aplican conceptos de diseño por
capacidad, la resistencia requerida puede resultar de las demandas del análisis
estructural mayoradas por ciertos factores.
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(b) Resistencia Nominal: a veces llamada resistencia característica, designada con


Sn, es la que se obtiene de las dimensiones, contenido de armaduras y de las
características nominales de los materiales especificados por los códigos. La manera
en que las normas definen la resistencia de los materiales varía de país a país. En
algunos casos es la resistencia que los proveedores garantizan que se va a exceder.
Por ejemplo, la norma CIRSOC 201-1982, tomo I, sección A.6.6.2.1. establece que la
resistencia característica del hormigón, ensayado a una edad determinada, es aquella
resistencia por debajo de la cual puede esperarse que se encuentre el 5 % (cuantil 5%)
del total de ensayos disponibles. El mismo criterio del 5% inferior es utilizado en Japón
y EEUU para el hormigón. En el proyecto CIRSOC 201-2005el valor de resistencia
característica es mayor ya que este porcentaje cambia al 10% (cuantil 10 %). Como
ejemplo, un hormigón H-17 del CIRSOC 201-1982 equivale a un H-20 o mayor del
proyecto del año 2005

(c) Resistencia Media o Esperada: Representa el promedio de los ensayos


disponibles, designada como SE. En ciertas circunstancias existe justificación para
diseño sísmico utilizar la resistencia media, puesto que se consiguen mejores
estimaciones de las deformaciones y de las ductilidades.

(d) Resistencia de Diseño: Sd es la que se obtiene de multiplicar la resistencia


nominal por los factores de reducción de resistencia φ. En el proceso de diseño y
verificación es ésta la resistencia que debe compararse con y ser mayor que la
demanda Sr. Representa el “suministro mínimo confiable”. Es decir:

Sd = φ . Sn ≥ Sr (1.19)

Los factores de reducción de resistencia tienen los siguientes objetivos:

I. tomar en consideración la probabilidad de la presencia de elementos con una


menor resistencia, debida a variación de resistencia de materiales y de
dimensiones.
II. tener en cuanta inexactitud de las ecuaciones de diseño.
III. reflejar el grado de ductilidad y la confiabilidad requerida para el elemento
bajo los efectos de carga que se considera.
IV. reflejar la importancia del elemento en la estructura.

Los valores que da el CIRSOC 201-05 son:


** flexión, con o sin tracción .............................................................0.90
(cuando la deformación εt supere el valor 0.005).

** Compresión y flexo-compresión
(cuando εt está por debajo del valor 0.002)
para elementos zunchados......................................0.70
para otra forma de estribos .....................................0.65
sin embargo, se establece una transición entre 0.90 y estos valores en función
del valor de εt, según se verá luego.

** corte y torsión ............................................................................0.75

** aplastamiento en el hormigón ...................................................0.65


14
Es importante destacar que para diseño por capacidad, el proyecto IC-
103-II-2005, en la sección 1.6 establece que se debe considerar siempre φ=1.0.

(e) Sobre Resistencia o Resistencia Extrema: Esta representa el nivel de resistencia


que tiene una probabilidad suficientemente baja de ser excedida durante el terremoto
de diseño. Se la designa con So y toma en cuenta todos los posibles factores que
pueden contribuir a que la resistencia exceda el valor nominal. Entre éstos pueden
destacarse: que la resistencia del acero sea mayor que la especificada, incremento de
resistencia en el acero por endurecimiento del mismo a grandes deformaciones,
incremento de la resistencia del hormigón por la edad, incremento de la resistencia del
hormigón por efecto de confinamiento, efectos de la velocidad de deformación, etc. La
sobre resistencia se puede expresar en función de la resistencia nominal a través de:

So = φo . Sn (1.20)

(f) Resistencia Ideal: este nivel de resistencia (sugerido por Paulay & Priestley, ref [2]),
Si, está asociada a resultados experimentales y se refiere a la mejor predicción de
resistencia que se pueda realizar de una específica unidad de ensayo utilizando en los
análisis las características medidas de los materiales. Su uso fundamental está en
calibrar la validez de las ecuaciones que se utilizan para predecir resistencia.

La Fig. 1.18 muestra una clarificación de las relaciones entre los distintos niveles
de resistencias, a través de un típico gráfico de distribución de frecuencias de
resistencias.

Fig. 1.18 Relaciones de Resistencia.

Si se deseara estimar el factor de seguridad global de una estructura, referido a


la resistencia “de código” (o sea, a la nominal), sometida a cargas permanentes D y
accidentales L solamente, y con predominio de flexión, se puede escribir esta relación a
partir de (1.19):
Sr
Sn ≥ 
φ
o bien, para el caso planteado:
15

Sn Sr 1.2S D + 1.6S L
≥ =
S D + S L φ(S D + S L ) 0.9(S D + S L )

Para el caso en que D=L resulta un factor de seguridad global de:

Sn Sr 1.2S D + 1.6S L
≥ = = 1.56
S D + S L φ(S D + S L ) 0.9(S D + S L )

según los nuevos factores de mayoración.

Para comprender la diferencia con el método por tensiones admisibles, el lector


debería relacionar estos factores de seguridad resultantes del método por resistencia
con los utilizados por aquel otro método (por ejemplo 1.75 para acero, que llevaba la
tensión de fluencia de 420 MPa a 240 Mpa como tensión de trabajo o servicio).

1.5. EJEMPLO DE APLICACIÓN DE DETERMINACIÓN DE ACCIONES.


1.5.1. ANÁLISIS DE CARGAS GRAVITATORIAS.
Ejemplo:
I. Cargas Permanentes, D, Interior.

I. estructura resistente h= 12 cm, δ= 2.4 t/m3 .................... 0.288 t/m2


II. piso y contrapiso ........................................................... 0.112 t/m2
III. Incidencia de tabiquería de cierre .................................. 0.100 t/m2

Total de carga permanente para losas D = 0.50 t/m2

Para estimar la incidencia de tabiquería de cierre, se consideró paredes de Yeso


tipo Durlok, pared doble (2 placas por cara), con peso de 0.0625 t/m2.

I. Cargas de Uso. Interior.


Se toma para edificio de oficinas, ref.[8], una sobrecarga de uso por planta de L=
0.25 t/m2, que cubre lo exigido también para un edificio de viviendas ya que para
dormitorios, baños y comedores exige 0.20 t/m2. Para la losa del último nivel, se podría
haber tomado una sobrecarga de 0.20 t/m2 que corresponde a azotea accesible, pero
dada la pequeña diferencia, se opta por dejar el mismo valor para tener el mismo L en
todos los niveles.

II. balcones.
En el área de balcones (exterior), la carga Permanente se adopta igual a D=0.40
t/m2 (no corresponde incluir tabiques de cierre) y como sobrecarga de uso, la ref [8],
sección 4.1.1, especifica que se debe tomar el valor de los locales a los cuales sirven,
L= 0.25 t/m2, y nunca menor a 0.05 t/m2.

III. Evaluación de Pesos de Masas para Determinar la Fuerza


Sísmica. Supongamos edificio de 7 pisos.
Para el análisis que nosotros estamos efectuando, y considerando que se
adopta un coeficiente η=0.25, ver ecuación (1.6), ref.[5] sección 9 tabla 6, los pesos por
nivel resultantes son 212 ton para el último nivel, 235 para los niveles intermedios y 241
ton para el 1er. nivel. El peso total resulta entonces Wt= 1628 ton, lo que implica una
densidad de peso del orden de 0.86 t/m2 si se toma como referencia un área de 17m x
16
2 2
16m = 272 m por planta, o bien 1.14 t/m si se toma como referencia un área de 17m x
12m = 204 m2 por planta. En definitiva, la densidad de peso es del orden de 1.0 t/m2,
que es un valor típico para las construcciones de nuestro medio.

1.5.2 DETERMINACIÓN DE LAS ACCIONES DE DISEÑO SÍSMICO.


La estructura ha sido modelada en forma completa, modelo tri-dimensional, con
el programa ETABS ref.[15], versión 7.18, y los resultados del análisis de vibraciones
suponiendo comportamiento elástico (secciones sin fisurar) da un período fundamental
de 0.70 segs. en la dirección X (líneas A, B y C) y de 0.37 segs. en la dirección Y
(líneas 1, 2, 3 y 4). Esto implica que, tomando como coeficiente de destino el valor de
1.0 y suelo tipo intermedio o tipo II, se deberían utilizar los siguientes coeficientes
sísmicos para diseño inelástico CI, ecuación (1.6), si se utiliza el método estático de
acuerdo a las siguientes normas:

1. I-C 103, tomo I ref.[5].


Sax = 0.95 ductilidad µ = 4 CIx = 0.24
Say = 1.05 ductilidad µ = 4 CIy = 0.26

2. CCSR-87 ref.[16]
Cx = 0.85 γdu = 0.85 Co = 0.30 CIx =0.22
Cy = 1.00 γdu = 1.00 Co = 0.30 CIy =0.30

3. PRONAM-97 ref.[17]
Sax = 0.95 ductilidad µ = 4.5 CIx = 0.21
Say = 1.05 ductilidad µ = 5.0 CIy = 0.21

La elección del coeficiente de reducción R ha sido siempre motivo de


incertidumbres y generalmente da lugar a interpretaciones diferentes. De todas
maneras, a los efectos de este trabajo deben tomarse dos valores de µ indicativos, y lo
que interesa más que el valor es la comprensión del efecto que se quiere lograr. Debe
comprenderse además, que dentro del rango de valores razonables, si el diseñador
tiene claro el comportamiento que quiere lograr y es capaz de materializarlo en el
diseño, la elección de la resistencia final del edificio, poco más o poco menos, no
debería comprometer la seguridad del mismo.

4. Resultados de Análisis Dinámico.


Del análisis 3-D con Etabs, con las masas por nivel antes indicadas y utilizando
el espectro de respuesta elástica que corresponde al I-C 103 para suelo II, se
obtuvieron los siguientes cortantes Elásticos, VE, para las dos direcciones, X e Y, de
análisis:
VEx = 1147 ton VEy = 1326 ton

y aplicando los factores de reducción de la PRONAM, resultarían los siguientes


cortantes Inelásticos, VI, en la base:

VIx = 1147/ 4.5 = 255 ton VIy = 1326/5 = 265 ton

lo que resultaría en los siguientes coeficientes sísmicos basales dinámicos inelásticos


efectivos:
CIxd = 255 ton/1628 ton ≈ 0.16 CIyd = 265 ton/1628 ton ≈ 0.16
17
Las normas en general especifican que los cortantes dinámicos resultantes no
deben ser menores que el 75 % del esfuerzo de corte en la base determinado por el
método estático utilizando el correspondiente modo fundamental. Por la PRONAM
resultó CIx = CIY = 0.21, y los coeficientes dinámicos calculados son iguales a 0.16, por
lo que 0.16/0.21 = 0.76, o sea resultan mayores que el 75 % del estático. En definitiva,
a los efectos de este trabajo se adopta el coeficiente inelástico de 0.16 y como cortante
260 ton en ambas direcciones para aplicar el método estático.

El objetivo del trabajo es explicar en forma conceptual y rápida (sin entrar en


mayores detalles que se verán en otras asignaturas) la forma de determinar acciones
razonables para obtener solicitaciones internas (momentos flectores, esfuerzos de
corte y axiales) en los elementos estructurales del edificio en estudio. Como se verá
más adelante, las solicitaciones de diseño podrían verse modificadas para mejorar el
comportamiento del edificio en el rango inelástico. El uso de la redistribución de
esfuerzos, con ciertas limitaciones, es una de las herramientas para modificar la
distribución de resistencia entre los elementos estructurales.

Es de notar que en el diseño del prototipo resultó un esfuerzo cortante en la


dirección X (la única analizada) de 150.60 ton, lo que para el peso total adoptado de
1109 ton, resultó en un coeficiente sísmico efectivo igual a 0.136, es decir casi 18 %
menor que el que se utiliza en este trabajo. Sin embargo, dado la diferencia importante
en los pesos considerados, cuando la comparación se hace con respecto a los
cortantes finales, que es en definitiva lo que interesa para los esfuerzos demandas
resultantes, la diferencia es de 260/150.60 = 1.73, es decir casi un 73 % mayor.

IV. Distribución del esfuerzo de corte en altura.


Si se usan las ecuaciones (1.7) del I-C 103, el factor α es 1.0 ya que para ambas
direcciones el valor 2xT2 supera al período fundamental. La siguiente tabla muestra los
resultados de la distribución en altura, y se incluyen los resultados que arrojaría la
aplicación de la norma NZS:4203, para que sirva como comparación.

Tabla 3. Distribución del Esfuerzo de Corte en Altura.


Niv Wi hi Wi hi χi Fi(I.C) Vi (I.C) Fi(NZS) Vi(NZS) Vi(NZS)/
el (ton) (m) (tm) Vi (I.C)
7 212 21.75 4611 0.225 58.50 58.50 74.62 74.62 1.275
6 235 18.75 4406 0.215 55.90 114.40 51.43 126.05 1.102
5 235 15.75 3701 0.181 47.05 161.45 43.29 169.34 1.05
4 235 12.75 2996 0.146 37.96 199.41 34.92 204.26 1.02
3 235 9.75 2291 0.112 29.12 228.53 26.79 231.05 1.01
2 235 6.75 1586 0.077 20.02 248.56 18.42 249.48 1.004
1 241 3.75 904 0.044 11.44 260.00 10.52 260.00 1.00
∑ 162 - 20496 1.00 260 - 260 - -
8
V1 = Vb = 1628 ton x 0.16 = 260 ton

A partir de estas acciones se puede llevar a cabo el análisis estructural


tridimensional que dará como resultado las demandas en cada elemento estructural en
términos de esfuerzos internos, momentos, cortes y axiales, con los cuales se está en
condiciones de comenzar con el diseño de las secciones de hormigón armado. El
Apéndice A, ref.[19], contiene los resultados del análisis estructural.
18

1.6 BIBLIOGRAFÍA.

[1] “Sistemas de Estructuras”, Heinrich Engel. H. Blume Ediciones. Madrid. 1979.


[2] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”, Tomas
Paulay & M.J.N. Priestley, John Wiley & Sons, Inc. 1992.
[3] “Vision 2000: Performance Based Seismic Engineering of Buildings”.
Structural Engineers Association of California. SEOAC. Abril 1975.
[4] ”Seismic Design of Concrete Structures. The Present Needs of Societies”.
Tomas Paulay. 4-EIPAC-99. Mendoza. Mayo 1999.
[5] ”Normas Argentinas para Construcciones Sismorresistentes”. INPRES-
CIRSOC 103. Parte I. General. INTI. Noviembre 1993.
[6] “Code of Practice for General Structural Design and Design Loading for
Buildings”. New Zealand Standard. NZS 4203:1992. Volume 1 Code of Practice and
Volume 2 Commentary.
[7] “US-Japan Cooperative Earthquake Research Program: Earthquake
simulation Tests and Associated Studies of a 1/5th Scale Model of a 7 Story Reinforced
Concrete Test Structure”. V.V Bertero y otros. Report No. EERC UCB/EERC-84/05.
Junio 1984.
[8] “Cargas y Sobrecargas Gravitatorias para el Cálculo de las Estructuras de
Edificios”. Reglamento CIRSOC 101. INTI. Julio 1982.
[9] “NEHRP Guidelines for the Seismic Rehabilitation of Buildings”. Editado por la
FEMA, Federal Emergency Management Agency. FEMA 273. Octubre 1997.
[10] “Acción del Viento Sobre las Construcciones”. Reglamento CIRSOC 102.
INTI. Diciembre 1984.
[11] “Acción de la Nieve y del Hielo Sobre las Construcciones”. Reglamento
CIRSOC 104. INTI. Julio 1982.
[12] “Building Code Requirements for Reinforced Concrete”. ACI-318. 1995.
[13] “New Zealand Standard”, NZS, 3101:1995, Parte 1 (Código) y Parte 2
(Comentarios).
[14] “Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. 1982.

[15] “ETBAS: Three Dimensional Analysis of Building Systems”. Computers &


Structures Inc. 1999. Versión 7.18.

[16] “Código de Construcciones Sismo Resistentes para la Provincia de


Mendoza”. Mendoza. 1987.

[17] ”PRONAM: PROpuesta de Norma Antisísmica para la provincia de


Mendoza”. Mendoza. 1997.

[18] ”Refuerzo de un Edificio de 14 Pisos Ubicado en Zona Sísmica”. C. R.


Llopiz. XXX Jornadas Sud Americanas de Ingeniería Estructural. TRB630. 27 a 31
Mayo 2002. Universidad de Brasilia. Brasil.

[19] Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.

[20] Reglamento INPRES-CIRSOC 103. Parte II. 2005.

[21] Reglamento CIRSOC 101 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.


1

Instituto de Mecánica Estructural


y Riesgo Sísmico

HORMIGÓN I
Unidad 2:

CARACTERISTICAS MECÁNICAS DEL


HORMIGÓN y del ACERO DE REFUERZO.

Profesor: CARLOS RICARDO


LLOPIZ.
2

CONTENIDO.

2.1 RAZON DE SER DEL HORMIGÓN ARMADO.

2.2 BREVE REFERENCIA HISTÓRICA.

2.3 MATERIALES

2.3.1 HORMIGÓN.

2.3.1.1 RESPUESTA DEL HORMIGÓN Y DE SUS COMPONENTES EN


COMPRESIÓN.
2.3.1.2 RESPUESTA A CARGA CÍCLICA.
2.3.1.3 INFLUENCIA DE LA VELOCIDAD DE CARGA.
2.3.1.4 INDLUENCIA DE LA EDAD DEL HORMIGÓN.
2.3.1.5 FLUENCIA LENTA DEL HORMIGÓN.
2.3.1.6 CONTRACCIÓN DEL HORMIGÓN.
2.3.1.7 COMPORTAMIENTO EN TRACCIÓN.
2.3.1.8 RELACIÓN DE POISSON.
2.3.1.9 PROPIEDADES TÉRMICAS.

2.3.2 CARACTERÍSTICAS DE LOS HORMIGONES SEGÚN NORMAS Y


CONTROL DE CALIDAD.

2.3.2.1 GENERALIDADES.
2.3.2.2 CONTROL DE CALIDAD DE LOS HORMIGONES.

2.3.2.2.1 HORMIGÓN FRESCO.


2.3.2.2.2 HORMIGÓN ENDURECIDO. MODOS DE CONTROL

2.3.3 ACERO.

2.3.3.1 TIPOS DE ACEROS. FORMAS Y DIMENSIONES


2.3.3.2 RESPUESTA MONOTÓNICA TENSIÓN-DEFORMACIÓN.
2.3.3.3 RESPUESTA INELÁSTICA CÍCLICA.
2.3.3.4 EFECTO DE LA VELOCIDAD DE DEFORMACIÓN.
2.3.3.5 EFECTO DE LA TEMPERATURA.
2.3.3.6 FACTOR DE SOBRE RESISTENCIA.
2.3.3.7 INVESTIGACIÓN SOBRE ACEROS UTILIZADOS EN MENDOZA.
2.3.3.8 CONTROL DE CALIDAD SEGÚN NORMAS.

2.3.4 COMENTARIOS FINALES.

2.4 BIBLIOGRAFÍA.

Emisión
Filename Rev. 1 Rev. 2 Rev. 3 Rev. 4 Rev. 5 Observaciones
0
MATERIALES. AGO AGO JUL AGO MAY JUL
DOC 2001 2002 2006 2008 2009 2009
Julio 2009 corrige curvas Ao.
Páginas 36 54 66 56 65 65
3

CARACTERÍSTICAS MECÁNICAS DEL HORMIGÓN ARMADO.


2.1 RAZÓN DE SER DEL HORMIGÓN ARMADO.
Se conoce como hormigón armado al material compuesto de hormigón reforzado
con armaduras o varillas de acero. Estos componentes, diseñados, detallados y
construidos de una manera adecuada, se unen con la intención que desde el punto de
vista mecánico se logre un sólido único. El material resultante tiene propiedades mucho
más ventajosas que las de sus componentes si actuaran en forma aislada. Salvo en el
caso de hormigón armado prefabricado, cuyo uso en nuestro medio es aún muy
limitado, los componentes se unen en la misma obra de la que formarán parte, por lo
cual el comportamiento final del elemento compuesto dependerá no solamente de
cómo se diseñó sino también de cómo se construyó. Por ejemplo, el curado del
hormigón durante el endurecimiento es un factor de alta incidencia en el producto final.

La razón fundamental de la unión del hormigón con las armaduras es tomar


ventaja, desde el punto de vista mecánico, funcional y económico, de las propiedades y
características que presentan ambos materiales. Por ejemplo, desde el punto vista
mecánico, nos interesan las características de rigidez, resistencia y ductilidad.

En una estructura cualquiera podría interpretarse que la bondad de su


comportamiento, si su diseño global es bueno, depende solamente de la respuesta en
tracción y en compresión de sus elementos componentes: esto es así porque la flexión,
el corte y la torsión pueden (y de hecho en el hormigón armado se hace) analizarse
como componentes de tracción y compresión. En rigidez, resistencia y ductilidad nadie
puede discutir la bondad del acero tanto en tracción como en compresión. Sin
embargo, en elementos esbeltos el acero presenta problemas de inestabilidad en
compresión. Por el contrario, el hormigón ofrece, como las piedras naturales que son
parte de su composición, muy buena resistencia a compresión, pero muy limitada (del
orden del décimo de aquella) en tracción. Cuando los materiales son inteligentemente
distribuidos resulta una unión con muy buena respuesta ante esfuerzos combinados de
tracción y compresión. El típico ejemplo de la efectiva combinación de ambos
materiales está en una viga de luz considerable, o con relación altura/luz relativamente
pequeña, con apoyos simples, donde los esfuerzos de compresión por flexión pueden
ser tomados por el hormigón y los de tracción por las armaduras. Algunos autores
definen al hormigón armado como la piedra artificial que puede absorber esfuerzos de
flexión, lo cual no es posible con las piedras naturales.

Desde el punto de vista funcional, el material compuesto ofrece ventajas que, en


general, no las poseen sus componentes: por ejemplo, la versatilidad de las formas
finales que en obra pueden obtenerse a costos y dimensiones razonables.

La densidad del hormigón simple es cercana a los 2300 Kgr/m3, mientras que la
del acero es de 7850 Kgr/m3. Las barras de acero que se suelen utilizar en el material
combinado varían para los casos más comunes entre 3 mm a 25 mm de diámetro, y la
sección total de barras suele oscilar entre el 0.2 % y el 3% de la sección total. Esto
implica índices de consumo que varían entre 15 a 250 Kgr de acero por metro cúbico
de hormigón. El valor de densidad del hormigón armado se toma como 2400 kgr/m3, lo
que se explica considerando el caso de tener una cuantía de acero total del 2 %:

Peso del volumen neto de hormigón .......... 0.98x2300kgr/m3= 2254 kgr,


Peso de acero por metro cúbico ................ 0.02x7850kgr/m3= 157 kgr,
Total por metro cúbico de H° A°.................... ............................2407 kgr
4

En nuestro medio el costo del metro cúbico de hormigón elaborado puesto en


obra y bombeado puede oscilar entre 60 a 80 U$S (depende de la resistencia).
Costo por kilo de hormigón...................... 70 U$S/2300 kgr = 0.03 U$S/kgr
Costo de acero por kilo (material solamente)..........................0.70 U$S/kgr
Relación costo acero/hormigón................. 0.70/0.03≅ 23 por kgr de material.
Es decir, que el costo del acero es entre 20 a 25 veces mayor que el costo unitario del
hormigón. Es claro entonces que el costo del material compuesto depende fuertemente
de la eficiencia con que se utilicen las barras de refuerzo en la masa de hormigón.
Por otro lado, por ser un material obtenido in situ, la incidencia de la mano de
obra para obtener el hormigón armado es muy importante. Cuando se comparan
costos, la relación entre los mismos no es la misma en países como el nuestro, con alto
costo relativo de materiales, que en países más desarrollados donde la incidencia de la
mano de obra puede ser determinante para optar por otras soluciones, acero, madera u
hormigón prefabricado, por ejemplo. En el costo final no solamente están los materiales
sino la colocación y curado en obra. Además veremos cómo el encofrado puede tener
una fuerte incidencia. En nuestro medio se puede tomar como costo de corte, doblado
y colocación de armadura unos 0.40 U$S/kgr, por lo que el costo de la armadura es
entonces aproximadamente 1.10 US$/kgr. Para el hormigón hay que sumar el costo de
encofrado, el cual puede estimarse en 10 US$/m2 el material y 5 U$S/m2 la confección
y colocación, es decir unos 15 U$S/m2. El colado y curado del hormigón se estima en
13 U$S/m3. Por ejemplo para una columna de 40cmx40cm, con cuantía total del 2%
(longitudinal e incidencia de transversal), el costo sería:
Acero (incluyendo 15 % adicional por anclajes y empalmes)......200 U$S/m3 (46%)
Hormigón................................................................................... 83 U$S/m3 (19%)
Encofrado (columna de 6.25mx0.4x0.4) desarrollo 10 m2...........150 U$S/m3 (35%)
Costo total es aproximadamente ………………………………….433 US$/m3 (100%)

Sin embargo, para el caso de una losa, de espesor 12 cm, con incidencia de
acero de unos 70 Kgr/m3, el costo sería (para 1 m2) :

Acero 70 kgr/m3 x 1.15 x 1.10 U$S/kgr ........................... 90 U$S/m3 (30%)


Hormigón (70 +13) U$S/m3 ............................................. 83 U$S/m3 (28%)
Encofrado 1 m2/0.12m ....................................................127 U$S/m3 (42%)
Costo es de aproximadamente…………………………… 300 U$S/m3 (100%)

Se ve por un lado cómo cambian los costos según el elemento estructural, y por otro
la fuerte incidencia del encofrado. En este respecto hay que aclarar que depende de la
calidad de la madera (en estos ejemplos se ha tomado muy buena calidad) y
obviamente del elemento en cuestión para la incidencia en el costo. Hay casos en que
el encofrado es muy poco o nulo (pozos de fundación, vigas de fundación enterradas).

La condición necesaria para la existencia del hormigón armado como sólido


único es que la unión entre sus componentes sea tan efectiva que en general no exista
separación entre las barras y el hormigón que las rodea. Las fuerzas de adherencia y
fricción hacen que, hasta ciertos límites, exista la compatibilidad de deformaciones
entre ambos materiales. Existirán discontinuidades puntuales, pero el comportamiento
general será satisfactorio si en otras secciones con unión absoluta se absorben los
esfuerzos que resulten redistribuidos.

El hormigón armado se utiliza para todo tipo de estructuras, y sus ventajas


fundamentales son:
5

1. Es fácilmente moldeable: el hormigón fresco se adapta a cualquier forma de


encofrado; las armaduras pueden disponerse siguiendo la trayectoria de los
esfuerzos internos.
2. Es resistente al fuego, efectos climáticos y desgastes mecánicos.
3. Es apropiado para construcciones monolíticas (sin juntas) que, por tratarse de
estructuras de múltiple indeterminación estática, poseen una gran reserva de
capacidad portante y un elevado grado de seguridad. Esta característica es
debida a que, correctamente detallado, posee gran capacidad de absorción y
disipación de energía.
4. Es relativamente económico (materiales inertes baratos como la arena y el
agregado grueso) y, en la práctica, no requiere mantenimiento. Sin embargo,
sus armaduras deben estar apropiadamente recubiertas para evitar la oxidación.
5. Por su alta densidad resulta ser un buen aislante acústico.
6. Es utilizado para todo tipo de obras. En las figuras siguientes se observan
algunas de sus diversas aplicaciones.

Fig. 2.1(a) Dique de Pacoima, ubicado a 32 Km de Los Ángeles, California.

Fig. 2.1 (b) Dique de Hormigón armado.

Fig. 2.1(c) Puente de Salgina, Suiza,


con una luz cercana a 100 m.
6

Fig. 2.1 (d) Edificio de Reactor Nuclear con


Estructura de Hormigón Armado Construido
en El Cairo, Egipto por INVAP, Argentina,
1994-2000

Fig. 2.1 (e) Edificio con


Estructura de Hormigón
Armado construido en
1992 en la Ciudad de
Mendoza, casi en el Km 0.

Fig. 2.1 (f) Silos para la


fabricación del Cemento.
Bs. As.
7

Como inconvenientes se pueden mencionar:

1. Elevado peso propio de la estructura.


2. Reducido aislamiento térmico.
3. Las modificaciones y su demolición son dificultosas y caras.

Es interesante reflexionar sobre algunas comparaciones que se manifiestan en


la ref. [3] con relación a la selección de los materiales estructurales. En particular para
diseño sísmico, el material estructural que se elija debería tener altas capacidades de
absorción y disipación de energía por unidad de peso. Para tener estas propiedades, el
material debería poseer, por unidad de peso: (a) elevada resistencia a tracción y
compresión; (b) elevada rigidez; (c) elevado porcentaje de amortiguamiento; (d)
elevada tenacidad (resistencia y ductilidad); (e) alta resistencias a fatigas de ciclo bajo
o de pocos ciclos (este fenómeno se produce cuando existen reversiones de carga y
deformación que son pocas en número pero de gran amplitud: suele ocurrir en un
sismo) y (f) comportamiento histerético estable bajo ciclos repetidos con reversión de
deformaciones. Además, el material debería tener características asimilables a un
comportamiento homogéneo, y ser fácilmente adaptable para lograr conexiones con
desarrollo total de la resistencia.

En la selección del material más apropiado para la construcción en zonas


sísmicas, los gráficos comparativos de las Figs. 2.2 y 2.3 pueden ser de utilidad sujeto
a los casos de distintas zonas y diferentes tipos de construcción.

Fig. 2.2Comparación de esfuerzos


por pesos unitarios vs. deformación
para diferentes materiales
estructurales.

Fig. 2.3 Diagramas de


esfuerzo por peso unitario vs.
deformación para el
hormigón, hormigón armado
y el acero.
8

2.2. BREVE REFERENCIA HISTÓRICA.


El uso de materiales cementicios es muy viejo. Los antiguos egipcios utilizaban
yeso impuro calcinado. Los griegos y romanos utilizaron también piedra caliza
calcinada y luego aprendieron a agregarle agua, arena y piedra partida, o ladrillos
partidos: produjeron el Opus Caementitium o cemento romano, precursor de nuestro
hormigón y que dio origen al término cemento. Fue el primer hormigón en la historia.

En 1824 el inglés J. Aspdin elaboró y patentó un producto similar al cemento


obtenido de una mezcla de calcáreos y arcilla finamente molida. El primer cemento
moderno puede atribuirse a Isaac Johnson quien en 1845 quemó una mezcla de arcilla
y caliza hasta formar un clinker, de forma que se dieron las condiciones para que
tuvieran lugar los fuertes componentes cementicios. Con cemento en general se
describe a un material con propiedades cohesivas y adhesivas que hace posible unir
fragmentos minerales para formar un solo compuesto compacto. En general, en
nuestro medio designamos como concreto la mezcla de cemento y agua, mortero al
concreto y arena, y hormigón a la combinación de cemento, agua, arena y grava o ripio
(agregado grueso). El nombre de Pórtland para el cemento se atribuye a su parecido
en color y calidad a un tipo de piedra caliza llamada Pórtland, calcáreo muy resistente
de la isla de Pórtland, que se encuentra en minas de Dorset, Inglaterra.

Se atribuye la invención del hormigón armado al jardinero parisiense J. Monier


quien hacia 1861 fabricó un jarrón para flores de mortero de cemento reforzado con un
enrejado de alambre (ese año, más precisamente el 20 de marzo de 1861 ocurría el
terremoto que destruyó la ciudad de Mendoza). Antes de esta fecha se habían
fabricados objetos con combinaciones similares, como el bote que construyó Lambot
en 1850 de cemento reforzado con hierro y que se expuso en París en 1855. En 1861
el ingeniero francés Coignet dio un paso muy importante al establecer normas para
construir vigas, bóvedas y tubos, y asociado con Monier presentaron modelos físicos
en la Exposición Universal de París en 1867. En ese mismo año Monier sacó sus
primeras patentes para construir cubas y depósitos, vigas rectas y curvas y otras
tipologías estructurales (el 6 de Junio de 1870 se graduaba el primer ingeniero
argentino, Luis Augusto Huergo, 1837-1913, en la provincia de Buenos Aires).

En la década de 1880 - 1890 los estudios de Wayss en Viena y Bauschinger en


Munich ponen de manifiesto la eficacia de los componentes hormigón y acero actuando
en conjunto. Para esa época se dilucidó la decisiva cuestión de la inalterabilidad del
acero dentro del hormigón pues se creía que con el tiempo las barras podrían oxidarse.
Esto descartó los aspectos negativos que se mencionaban con relación a la aparición
de fisuras en el hormigón, y que había demorado un poco su desarrollo. Hoy se sabe
que las fisuras capilares se mantienen como tales cuando las barras de acero están
bien distribuidas, tienen adecuados recubrimientos y no se usan en diámetros
demasiado grandes. Para condiciones normales, si se cuida el detalle y no se
sobrepasan los esfuerzos que agrieten en exceso el hormigón, no existe peligro de
corrosión de las armaduras. En 1886, M. Koenen publicó un procedimiento de cálculo
aplicable a piezas de hormigón armado.

En Norteamérica, varios años antes de 1887 se habían construido obras de


hormigón armado para asegurar la incombustibilidad de las construcciones. En 1873 el
norteamericano W. E. Ward construyó en Nueva York una casa de hormigón armado,
la “World´s Castle”, que aún hoy existe.
9

Emilio Mörsh, Profesor en la Escuela Superior Técnica, Sttugart 1916-1948,


publicó en 1902 las bases científicas del comportamiento del hormigón armado,
partiendo de resultados experimentales. Fue la primera teoría para el dimensionado de
secciones de hormigón armado y que resultó muy cercana a la realidad.

Se ha avanzado muchísimo en el conocimiento del comportamiento del material


compuesto. Desde el punto de vista de la respuesta ante cargas gravitatorias, es en
Alemania donde tal vez se han desarrollado la mayor cantidad de estudios
sistemáticos. La obra que desarrolló el Dr. Ing. Fritz Leonhardt en la Universidad de
Stuttgart, y en varios casos con Eduard Mönnig, fue determinante para un gran avance
científico. Este tuvo una gran influencia en la Norma DIN 1045 del año 1978, base de
los reglamentos CIRSOC en nuestro país desde 1983 hasta que se cambia al ACI-318 .

Sin embargo, como se verá a lo largo del curso, la utilización de las normas DIN
para diseño de estructuras de hormigón armado en zonas sísmicas es muy
cuestionable. En particular, las limitaciones que la norma impone a los materiales en la
fase no lineal hace que no se puedan evaluar las características de resistencia y
ductilidad con el grado de precisión que se requiere en diseño sismorresistente.

Afortunadamente, tanto para las estructuras metálicas como para las de


hormigón armado se está en un proceso de revisión de normas. En ambos casos se
tiende a la utilización de las normas de EEUU. Para el caso particular del hormigón
armado, si bien el ACI-318, (American Concrete Institute), ref.[8], no representa lo más
avanzado en diseño sismorresistente, al menos no adolece de las limitaciones que
posee la norma DIN y a las que antes se hizo referencia.

Básicamente se puede hablar de tres escuelas en el mundo con relación a


diseño sismorresistente: la escuela norteamericana, la escuela japonesa y la escuela
neozelandesa. En opinión del autor de este trabajo, de las tres la tercera es la más
racional y es la que se ha logrado implementar como base para los futuros reglamentos
sismorresistentes de hormigón armado en Argentina. Para cargas en general, en
Argentina se tomará como base el reglamento norteamericano, ACI-318.

En 1975 los Profesores Robert Park y Tomas Paulay de la Universidad de


Canterbury, Christchurch, Nueva Zelanda, publican su libro “Reinforced Concrete
Structures”, ref.[6], que aún hoy es libro de cabecera en la mayoría de las
universidades de prestigio en el mundo. Ambos investigadores, junto con el Profesor
Vitelmo V. Bertero de la Universidad de California, Berkeley, son considerados como
los pioneros de una nueva visión del comportamiento de las estructuras de hormigón
armado, en particular aquellas que se proyectan en zonas de alta sismicidad. Una de
las particularidades del texto citado, es que sus autores analizaron con profundidad el
ACI-318, y no lo adoptaron como cierto, sino que hicieron una revisión muy crítica del
mismo. Esto ayudó a que si bien la norma de Nueva Zelanda tuviera una fuerte
influencia de la escuela de EEUU, se viera enriquecida por las contribuciones
asociadas a la crítica revisión del ACI que dichos autores llevaron a cabo. Otra de las
particularidades del libro citado es que, tal cual lo expresa en su prólogo, no se
extiende en presentar tablas y ábacos para el diseño. Lo que interesa a los autores es
que se comprendan los fundamentos del comportamiento del hormigón armado, y
utilizar en lo posible los principios básicos (“first principles” como se dice en la literatura
inglesa) para los procesos de diseño. Justamente el uso de tablas y ábacos muchas
veces hace perder de vista el verdadero fenómeno que se trata y el diseñador carece
de la información conceptual necesaria para el correcto diseño y/o análisis. Tal cual lo
10

expresan sus autores, el énfasis del texto se coloca en analizar por qué ciertas
decisiones deberían tomarse, motivar a los ingenieros a que razonen sobre los
procesos de diseño y no se conviertan en ciegos seguidores de los códigos. Park y
Paulay han sido responsables de una muy fructífera investigación analítico -
experimental que ha permitido resolver problemas de diseño de hormigón armado con
relativa sencillez y precisión adecuada.

La observación del comportamiento de las estructuras de hormigón armado


durante los movimientos sísmicos, desde el simple agrietamiento hasta el colapso total,
ha servido de base también para comprender y formular nuevos procedimientos de
diseño y análisis. En este respecto, el trabajo del Profesor Vitelmo V. Bertero es
reconocido a nivel mundial. En los últimos años, los trabajos del profesor M. N. J. Nigel
Priestley han sido también muy relevantes. Este investigador, junto al Profesor Tom
Paulay son los autores del texto que hoy es reconocido mundialmente como el más
avanzado en diseño sismorresistente de edificios de hormigón armado y mampostería,
ref.[12]. Priestley también es coautor, junto a F. Seible y G. M. Calvi, del texto “Seismic
Design and Retrofit of Bridges”, donde se tratan en forma muy clara y conceptual
aspectos del comportamiento de elementos de hormigón armado, ref.[15].

2.3. MATERIALES.
A los efectos del diseño y construcción en hormigón armado, es necesario
conocer las características y el comportamiento de sus materiales componentes, el
hormigón y el acero, primero por separado y luego en conjunto como sólido único.

2.3.1. HORMIGÓN.
2.3.1.1. Respuesta del Hormigón y de sus componentes en compresión.
Los componentes principales del hormigón son el cemento Pórtland, el agua y
los agregados. El hormigón endurece gracias a la reacción química que se produce
entre el agua y el cemento. Generalmente las características mecánicas del hormigón
quedan especificadas a partir de su comportamiento en compresión uniaxial, para lo
cual se utilizan probetas de control cilíndricas de 15 cm de diámetro y 30 cm de alto, o
cúbicas de 15 cm de lado. Las resistencias a compresión se designan como resistencia
cilíndrica y cúbica respectivamente. Recientemente se ha adoptado también para
control la probeta cilíndrica de 10 cm de diámetro por 20 cm de altura.

Fig. 2.4.
Respuesta tensión - deformación del
hormigón y de sus componentes a ensayo de
compresión axial.

La Fig. 2.4 muestra curvas de tensión - deformación de los constituyentes del


hormigón por separado y del material compuesto. Se puede observar lo siguiente:
11

(a) Las respuestas en compresión de los elementos constituyentes, agregados y


pasta de cemento, son lineales. La del hormigón lo es sólo al inicio
resultando luego ser francamente no lineal hasta la rotura.

(b) Los agregados tienen mayor rigidez y mayor resistencia (valores típicos
pueden ser de 100 a 200 MPa; los ensayos se hacen normalmente sobre
muestras obtenidas de rocas).
[1Pa=1N/m2; 1N=0.10Kgr,1KN=0,10 ton, 1MPa=1MN/m2=1N/mm2=10 Kgr/cm2=100 T/m2].

(c) La pasta de cemento es la que tiene menor rigidez y resistencia. Los ensayos
generalmente no se hacen en probetas de pasta de cemento puro (dificultad
para moldeo de probetas y dispersión de resultados) sino sobre testigos de
cemento y arena, en proporción 1:3. Como dato ilustrativo, de Ref. [4] se
extrae la Fig. 2.5 donde se comparan las resistencias del hormigón y del
mortero de cemento para proporciones fijas de componentes. Se ve que la
relación entre ellas es prácticamente lineal, y que la resistencia del mortero
es del orden de 60 a 65 % de la resistencia del hormigón.

Fig. 2.5. Relaciones de resistencia entre hormigón y


mortero con la misma relación de agua - cemento.

La respuesta no lineal del hormigón es debida


a la interacción entre la pasta y los agregados. A
tensiones relativamente bajas se producen micro
fisuras en las interfaces de ambos componentes.
Éstas se propagan con el incremento de la
deformación, lo cual “ablanda” la respuesta. El
resultado es una curva tensión vs. deformación
“redondeada” con franca tendencia a falla después
de haber alcanzado la tensión máxima. Antes de la
falla se produce una considerable expansión lateral
que se traduce en tracciones transversales y fallas
longitudinales muy visibles.

Fig. 2.6a. Curvas típicas de tensión -


deformación del hormigón en
compresión.
12

Fig. 2.6b. Curvas tensión -


deformación de cilindros de
hormigón ensayados con carga de
compresión axial.

Variando la proporción y
calidad de los componentes se
obtienen distintas características
mecánicas en el hormigón. Las
Fig. 2.6a y b muestran curvas
típicas de tensión vs.
deformación en un rango de
resistencias máximas de 20 a 80 MPa en la primera; en la segunda, el cambio de
escala hace ver mejor las características salientes para los hormigones de mayor uso
en nuestro medio. Se puede observar que a medida que la resistencia máxima se
incrementa:

(a) La rigidez inicial aumenta.


(b) Mayor rango de comportamiento lineal.
(c) Menor deformabilidad total (no se puede hablar de ductilidad), y en particular más
rápida es la caída de la tensión una vez que se supera la deformación para la
máxima tensión.
(d) La deformación a máxima tensión, εo, aumenta. Relacione esto con ecuación 2.5(b).

Un parámetro importante a los efectos de verificación de rigidez es el valor del


módulo de elasticidad longitudinal, Ec. El código ACI-318 y CIRSOC-201-2005, en la
sección 8.5.1, especifican que Ec se puede calcular con esta expresión:

E c = wc 0.043 f´ c
1.5
[MPa] (2.1)

donde wc es la densidad del hormigón expresada en Kgr/m3. Para un hormigón de


densidad normal (wc ≅ 2300kgr/m3), es válida la expresión:

E c = 4700 f ´c [MPa] (2.2)

El código define a Ec como la pendiente de la línea trazada desde el origen hasta el


punto de la curva al que corresponde la tensión de 0.45 f’c (es decir secante a la curva).

Con esta información se puede explicar el por qué del aumento de la deformación εo
(ítem d) de la siguiente manera:
'
2f ' 2 fc
La deformación εo se calcula como ε0 ≅ = , como el numerador crece
Ec 4700 f c
'

'
con f’c y el denominador sólo lo hace con f c , un aumento en f’c produce un aumento
en εo , pero εmax disminuye. Por lo tanto, a mayor resistencia se produce un incremento
de la rigidez del material pero disminuye el comportamiento no lineal.

La ref. [1] da esta expresión para el módulo de Young:


13

E c = 3320 f ´c + 6900 [MPa] (2.3)

que arroja resultados similares. Por ej, para f´c= 35 MPa, la ecuación (2.2) da un valor
de Ec= 27800 MPa y la ecuación (2.3) Ec= 26500 MPa, es decir una diferencia de 5 %.

La Fig. 2.7 muestra una curva tensión-deformación ampliamente aceptada para


el hormigón y es debida a Hognestad. La misma consta de dos tramos, siendo el
primero una parábola de segundo grado hasta la máxima tensión y respondiendo a la
siguiente expresión:
fc = f´c [(2εc/εo) - (εc/εo)2] (2.4)

fc = tensión de compresión del hormigón para εc.


f´c = tensión máxima de compresión del hormigón, para εo.
εc = deformación de compresión del hormigón en el rango 0 ≤ εc ≤ εo.
εo = deformación en correspondencia con f´c.

Fig. 2.7. Curva tensión - deformación


idealizada para el comportamiento del
hormigón en compresión.

Como valor de εmáx, deformación


del hormigón asociado a falla por
compresión, suele tomarse un valor
entre 0.003 y 0.004. La segunda porción
de la curva tensión vs. deformación
responde a una recta de pendiente
negativa, tal que la tensión máxima
decrece un 15 % cuando se alcanza la
máxima deformación.

En general para el análisis se acepta la representación de comportamiento lineal


cuando las tensiones de compresión del hormigón son relativamente bajas; por
ejemplo, la ref.[6] sugiere para fc< 0.60 f´c esta expresión:

fc= Ec εc (2.5a)

Se hace notar que para el primer tramo de la curva de la Fig. 2.7, donde Ei es el
módulo de elasticidad tangente o inicial, el valor de εo resulta:

2 f ´c
εo = (2.5.b)
Ei

Así por ejemplo, para f´c= 21 MPa y Ec= 21500 MPa, resulta εo ≅ 0.002.

De las Figs. 2.6 se observa que las deformaciones para las máximas tensiones
están cercanas a 0.002. Para deformaciones mayores todavía se pueden soportar
tensiones aunque aparecen en forma visible fisuras paralelas a la dirección de la carga.
Cuando el hormigón es ensayado en máquinas relativamente flexibles (poca capacidad
de carga) suele fallar en forma explosiva ya que la probeta no puede absorber la
liberación de energía acumulada por la máquina de ensayos por lo que la carga y la
14

tensión decrecen rápidamente. Se necesita una máquina muy rígida, o una con control
de deformaciones, para poder obtener en forma completa la rama descendente de la
curva f-ε. Un procedimiento para lograr la curva completa es a través de cargas y
descargas, trazando luego la envolvente a la respuesta cíclica como la que se
representa en la Fig. 2.8b.

Para obtener la curva completa como las que se muestran en la Fig. 2.6, los
cilindros de hormigón son ensayados a una velocidad tal que la tensión máxima se
alcanza a los 2 ó 3 minutos de comenzado el ensayo.

2.3.1.2. Respuesta a carga cíclica.


Si el hormigón se descarga antes de alcanzar la tensión pico, la respuesta de
descarga será prácticamente lineal, con una pendiente cercana a Ect, módulo de
elasticidad tangencial, representado por la línea AB de Fig. 2.8a. Vuelto a cargar, la
respuesta alcanzará la curva original. La envolvente de la curva a la respuesta de carga
cíclica es prácticamente idéntica a la que se obtendría de una aplicación de carga
continua.

Fig. 2.8a.
Respuesta a carga cíclica del hormigón.

Fig. 2.8b. Respuesta a carga


cíclica del hormigón con reversión
de tensiones de compresión
solamente.

El hormigón tiene una buena capacidad para resistir varios ciclos de carga
repetida. La Fig. 2.8b muestra además como al producir cargas y descargas repetidas
siempre en compresión se manifiesta un efecto de histéresis, es decir disipación de
energía por comportamiento inelástico. Se ve además, y así lo han demostrado los
ensayos de varios investigadores, que la envolvente de la curva es casi idéntica a la
que se obtendría por aplicar la carga de una sola vez, monotónica y creciente hasta la
rotura, con una máquina de ensayos que tuviera control de deformaciones.
15

2.3.1.3. Influencia de la velocidad de carga.


Si tres probetas de hormigón fueran obtenidas de la misma mezcla, se las
conservara en las mismas condiciones por cierto lapso de tiempo, por ejemplo un año,
y luego se las ensayara a tres velocidades de carga diferentes, se obtendrían
respuestas tensión-deformación similar a las mostradas en la Fig. 2.9. Lo que se
observa de este gráfico es que la aplicación rápida de la carga incrementa la
resistencia cerca de un 20 %, mientras que una aplicación de la carga muy lenta la
reduce en otro tanto.

Fig. 2.9. Influencia de la Velocidad de carga en el


respuesta tensión - deformación del hormigón a
compresión.

En el diseño generalmente se ignora la disminución de la resistencia causada


por carga a largo plazo. Sin embargo, también suele ignorarse la ganancia en
resistencia que ocurre con el tiempo, ya que el diseño se basa en la resistencia a los 28
días. Dado que el hormigón usualmente ganará resistencia entre un 20 a 40 % por
encima de la que corresponde a los 28 días (mientras dure el proceso de hidratación
del cemento después de este período), ambas suposiciones tienden a compensarse, y
por lo tanto, en general, las hipótesis de diseño son seguras en este respecto.

En los ensayos a compresión de probetas normalizadas es normal llevar a cabo


el ensayo en un tiempo entre 2 a 10 minutos (del orden de 0.001mm/mm por min.)

2.3.1.4. Influencia de la edad del hormigón.


La resistencia del hormigón se incrementa con un apropiado curado después de
que fue colocado en los moldes y continúa luego de que éstos son retirados. Por
curado se entiende suministrar humedad y mantener la temperatura apropiada, a los
efectos de que el cemento continúe su proceso de hidratación, lo cual garantiza
ganancia de resistencia. El cuidado de estos dos aspectos controla la velocidad del
progreso de las reacciones de hidratación, y en consecuencia afectan el desarrollo de
la resistencia del hormigón con el tiempo.

En la práctica, muy poco tiempo después de colocado, al hormigón fresco se lo


cubre con materiales para mantener la humedad (si ellos son absorbentes debe
mantenérselos húmedos; a veces se lo cubre con agua misma) y prevenir la
evaporación del agua. Se considera como buena práctica mantener el hormigón con
temperaturas entre 5o a 20oC, en particular durante las primeras horas después del
colado (primeras 12 horas). El curado debe durar varios días y depende además del
cemento utilizado para el hormigón. En nuestro medio, la utilización de cemento
puzolánico implica mayor tiempo de curado, tal vez 30 % que para hormigón con
cemento Pórtland normal.
16

Fig. 2.10a. Relación entre la


resistencia del hormigón curado a
diferentes temperaturas y la resistencia
a los 28 días de un hormigón curado a
21oC, con relación a / c = 0.50.

La influencia de la temperatura durante el curado se observa en la Fig. 2.10a,


que muestra los ensayos sobre probetas llenadas, selladas y curadas a las
temperaturas que se indican. Se ve claramente la dependencia de la resistencia con la
temperatura y con la edad. Los ensayos han demostrado que por debajo de la
temperatura de congelamiento del agua y hasta los –12oC el hormigón muestra un leve
incremento en la resistencia con el tiempo, pero estas bajas temperaturas no pueden
ser aplicadas hasta que el hormigón se ha “asentado” y ha ganado cierta resistencia
como para que no sufra daño irreparable debido a la acción del congelamiento. Este
período de espera es usualmente del orden de las 24 horas. Por debajo de los –12oC el
hormigón no parece ganar resistencia en absoluto. En el gráfico se puede observar que
para un hormigón curado a 21°C la resistencia a los 7 días es cercana al 60% de la que
le corresponderá a los 28 días. Pero si el curado fue a 4°C la resistencia será del 40%
a los 7 días y deberá esperar a los 14 días para alcanzar el 60%. Si se curó a 30°C a
los 7 días tendrá cerca del 70% de la resistencia a los 28 días.

El efecto de
la temperatura
durante las dos
primeras horas de
llenado se ve en la
Fig. 2.10b.
Se observa
que si se aplican
temperaturas altas
al inicio se
obtendría rápida
ganancia de
resistencia en los
primeros días
después de llenado, pero después de una a dos semanas la situación cambia
drásticamente. Las probetas curadas durantes esas primeras 2 horas a temperaturas
entre los 4 y 23 oC mostraron mayor ganancia en el tiempo que las curadas en ese
lapso entre 32 a 40oC.
17

La Fig. 2.10c muestra valores típicos de resistencia entre 1 y 28 días para


diferentes edades y diferentes relaciones de agua / cemento. Nótese cómo se gana
resistencia más rápidamente cuando dicha relación baja.

Fig. 2.10c. Ganancia relativa en resistencia


a través del tiempo de hormigones con
diferentes relaciones de agua / cemento,
elaborados con Cemento Pórtland Normal.

Es claro que el proceso de curado


del hormigón, en particular durante los
primeros días, es crucial para el
desarrollo de las características
mecánicas del material. Este hecho
suele subestimarse o ignorarse en obra
y se debe reconocer que la resistencia,
rigidez y durabilidad del hormigón
dependen fuertemente de cómo se
coloque y se cure, y que a los efectos
del comportamiento de la estructura esto
puede ser más preponderante que un
análisis numérico sofisticado, donde se
hacen hipótesis que están lejos de la
realidad del producto que se obtiene en
la obra.

La velocidad de ganancia de resistencia del hormigón es de interés para el


control de calidad en obra a través de ensayos. Muchas veces es aconsejable verificar
la calidad de una mezcla bastante antes de que los ensayos a 28 días estén
disponibles. Esto puede ayudar a tomar decisiones sin tener que esperar la edad a la
que las especificaciones requieren el control de resistencia.

Para hormigones de Cemento Pórtland Normal generalmente la relación f28/f7


(resistencia a 28 días y a 7 días) es cercana 1.50, es decir que respecto a la resistencia
de los 7 días se puede esperar un incremento cercano al 50 % para los 28 días. Dicho
de otra manera, la resistencia a los 7 días debería ya estar comprendida entre el 60 a
70 % de la que debería tener a los 28 días (ver Fig. 2.10.a). Sin embargo, el clima es
un factor que puede hacer variar estos números. En un clima cálido la ganancia en
resistencia podría ser mayor en los primeros días que para zonas de clima frío.

Aún cuando el hormigón no se proteja en forma especial contra la


deshidratación, el agua evaporable no se pierde en forma inmediata bajo condiciones
de clima normal, y por lo tanto la resistencia se incrementará hasta cierto límite. Sin
embargo, de darse esta situación, la resistencia final puede no ser la esperada.

La tabla 2.1 muestra las relaciones de los valores de resistencia que el código
CP110 (Código de Práctica del Reino Unido, Ref.[17]) acepta cuando se prueba que la
carga va a ser aplicada un cierto tiempo después de colocado el hormigón. Esto es un
indicador del aumento de la resistencia con el tiempo. El aumento de resistencia
respecto a la especificada también es de importancia cuando se trata de evaluar la
resistencia de una estructura ya construida. A veces se recurre a ensayos sobre
probetas que se obtienen de la misma construcción. Sin embargo, no siempre es esto
posible y resulta necesario hacer una extrapolación de la resistencia desde la ensayada
18

o especificada al tiempo de obra y a la edad de interés en estudio. Además, existen


casos en que se puede claramente demostrar que la obra o elemento no va a entrar en
carga hasta cierta edad, por lo cual se puede tomar ventaja del crecimiento de la
resistencia con la madurez del hormigón.

Tabla 2.1.
Edad mínima del hormigón
del elemento cuando sea Factor
sometido a carga completa de corrección
[meses]
1 1.00
2 1.10
3 1.15
6 1.20
12 1.24

2.3.1.5. Fluencia lenta del hormigón.


La respuesta de tensión-deformación del hormigón depende de la velocidad y de
la historia de cargas. Si la tensión se mantiene constante por algún lapso de tiempo se
produce un incremento de la deformación, fenómeno conocido como fluencia lenta
(creep). Si es la deformación la que se mantiene constante por cierto tiempo, las
tensiones decrecen, lo cual se conoce como relajación. Las Fig. 2.11(a) y (b)
representan estos conceptos según la Ref.[1], la cual establece que el efecto de
fluencia lenta se tiene en cuenta utilizando un módulo de elasticidad efectivo Ec,eff del
hormigón para definir la curva tensión-deformación.

Fig. 2.11 (b). Curvas tensión deformación


Fig. 2.11(a). Efecto de la fluencia del para cargas de corta y larga duración.
hormigón.

Las magnitudes de las deformaciones por fluencia lenta (creep) y por


contracción (shrinkage), fenómeno que se trata a continuación, son del mismo orden de
las deformaciones elásticas bajo el rango usual de tensiones, por lo que para estados
de servicio no pueden ser ignoradas.

La Fig. 2.12(a) ilustra el fenómeno de fluencia del hormigón bajo tensión


constante. Cuando se lleva a cabo un experimento para evaluar la fluencia, la tensión
se aplica al hormigón a una cierta edad ti (pueden ser varios días después de colado), y
luego se mantiene constante a lo largo del tiempo.
19

Fig. 2.12(b). Curva de variación de


las tensiones con el tiempo. Note
los tiempos a los que se inicia la
carga del elemento, ti, y el tiempo al
que se mide la deformación final.

En un experimento típico para medir la deformación de fluencia, se aplica una


tensión al hormigón días después de que ha sido colado, ti, (ver Fig. 2.12(b)), la cual se
mantiene constante en el tiempo. La deformación debida a la carga inicial, εci, se llama
deformación elástica. La que la sucede a continuación manteniendo la carga constante
y que es tiempo dependiente se llama deformación de fluencia, εcflu. La relación entre la
deformación por fluencia y la deformación elástica, a los t días después del colado del
hormigón, suponiendo que éste fue puesto en tensión (inicio de deformación elástica) a
los ti días después de dicho colado, se llama coeficiente de fluencia, φ(t,ti).

Fig. 2.12(a). Curva típica de fluencia del


hormigón bajo tensiones de compresión.

fi fi fi
E ci = E ceff = =
ε ci ε cf (ε ci + ε cflu )

E ceff ε ci 1 1
= = = (2.6.a)
E ci (ε ci + ε cflu ) 1+
ε cflu 1+ φ
ε ci

1
E ceff = E ci
1+φ

La ref.[1] da la siguiente expresión para calcular el coeficiente de fluencia:

ε cflu (t − t i ) 0.6
φ (t , t i ) = = 3.5k c k f (1.58 − H / 120)t i−0.118 (2.6.b)
ε ci 10 + (t − t i ) 0.6
20

H = humedad relativa por ciento.


kc = factor de influencia de la relación volumen/superficie del elemento.
kf = factor que tiene en cuenta la resistencia del hormigón. En este caso se reconoce la
menor deformación por fluencia para el caso de hormigón de alta resistencia.

1
kf = (2.7)
 f 
'
 0.67 + c 
 62 

donde f´c es la resistencia del hormigón a los 28 días en MPa. Note que para f´c menor
de 21 MPa, el factor resulta mayor que la unidad.

La Fig. 2.13 da los valores de kc. Cuando se evalúa la edad del hormigón para el
tiempo ti, que es aquel instante donde se comienza a cargar, un día con curado
acelerado puede considerarse como equivalente a agregar 7 días a la edad del
hormigón. Este coeficiente tiende a cuantificar la disminución de la fluencia (lo mismo
ocurre con la contracción) al aumentar las dimensiones del elemento, es decir al
aumentar la relación volumen/superficie (o cuando aumenta su espesor). Cuando el
elemento tiene mucha superficie (poco espesor), el efecto del creep, que ocurre en la
superficie, lo hace en condiciones de menor humedad, y es mayor que en el núcleo del
elemento donde las condiciones de humedad son más favorables, similares a las del
curado en masa. Por ello, a mayor superficie expuesta mayor fluencia.

Fig. 2.13. Factor de


corrección por la relación
volumen / superficie,
según Ref.[1].

El método que se propone en la ref. [1] en definitiva apunta a calcular el valor de


la deformación (final, total), εcf(t,ti), a los t días después de llenado el hormigón,
causado por la tensión inicial fci aplicada a los ti días después de llenado (o sea esta
parte es la deformación elástica inicial) y luego mantenida constante durante el tiempo
(t-ti), (o sea ésta es la parte que incluye el efecto de carga mantenida en el tiempo o
deformación de fluencia), mediante la siguiente expresión:

ε cf (t,t j ) =
f ci
(2.8)
Eceff

y donde el módulo de elasticidad efectivo es:

Eci
Eceff =
1 + φ (t , ti )
(2.9)
21

En definitiva, la deformación por fluencia sería:

εcflu(t,ti) = εcf(t,ti) - εci (2.10)

donde la deformación inicial elástica se ha aproximado linealmente mediante:

f ci
ε ci =
Ec

La deformación por fluencia puede ser varias veces mayor que la elástica. La
Fig. 2.12 indica que la fluencia continúa con pendiente en descenso a lo largo del
tiempo. Si la carga se elimina, la deformación elástica se recupera en forma inmediata,
pero es menor que la que corresponde a deformación elástica inicial debido a que el
módulo de elasticidad crece con la edad del hormigón. La recuperación elástica es
seguida por una recuperación proporcionalmente pequeña de la deformación por
fluencia, por lo que la deformación permanente puede ser importante.

La cantidad total de fluencia que un hormigón en particular puede sufrir es difícil


de calcular, y en general se usan métodos empíricos y aproximados para estimarla,
como el que se describió anteriormente y que está en ref.[1].

Fig. 2. Ejemplo-1
Prisma de hormigón sometido a compresión.
Calcular la deformación elástica, de fluencia y
total.

Ejemplo No. 1: El prisma de hormigón simple (sin armar) de la Fig. 2. Ejemplo-1


fue sometido a una tensión de compresión de 15 MPa a los 10 días después de colado
el hormigón, que en ese momento tenía una resistencia f´c de 30 MPa. El prisma fue
curado a vapor (acelerado) por 1 (un) día. Estimar la deformación inicial causada por la
tensión y la magnitud de la deformación después que el prisma se mantuvo cargado a
presión constante durante 100 días en un ambiente donde la humedad relativa fue del
H=70 %.

Solución:

Ec = 4700 30 = 25743MPa ε o = 2 f c´ / E c = 2.33x10 −3

La deformación inicial resulta:


15
ε ci = = 0.583x10 −3
25743
22

para calcular el módulo de elasticidad efectivo se necesita el coeficiente φ(t,ti), para lo


cual se debe evaluar la relación volumen a área, considerando sólo en esta última la
superficie que está expuesta al medio ambiente:

volumen/área = 30 x 30 x 122 cm3 / 4 x 122 x 30 cm2 = 7.5 cm = 3”

por lo que de Fig. 2.13 kc = 0.68, y de la ecuación (2.7)

1
kf = = 0.87
30
0.67 +
62

ti = 9 + 7 = 16 días (pues 1 día fue de curado rápido), y t = 16 +100 = 116 días.

70 100
φ(116,16) = 3.5 x 0.68 x0.87(1.58 − ) x16− 0.118 x = 3.5 x 0.68 x 0.87 x 0.72 x 0.61 = 0.95
120 10 + 1000.6
por lo que:

25743MPa
E ceff = = 13234 MPa
1 + 0.95

y de donde resulta una deformación final total a los 116 días de:

15
ε cf (116,16) = = 1.13x10 −3
13234

y la deformación por fluencia fue de:

ε cflu = (1.13 − 0.583)10 −3 = 0.55 x10 −3

y se ve que en este ejemplo la deformación diferida es muy similar a la deformación


inicial, lo cual resulta en una deformación final luego de 100 días de carga del doble de
la inicial elástica.

En la ref.[6] se cita que el comité 209 del ACI-318 estableció la siguiente


expresión para calcular el factor Ct que es la relación entre la deformación por fluencia
y la deformación elástica inicial, es decir el mismo significado del factor φ(t,ti):

ε cflu (t , t i )
Ct = (2.11)
ε ci
factor está dado por:
C t = C u k t k a k h k th k s k f k e (2.12)

Cu = coeficiente último de fluencia, que varía entre 1.30 a 4.15, y que en general se
toma igual a 2.35.
Kt = coeficiente que depende del tiempo de carga t, y dado por:

Kt =
(t − ti )
0.6
(2.13)
10 + (t − t i )
0.6
23

donde t= tiempo en días después de aplicada la carga.

Ka = factor que depende de cuándo se puso en carga al hormigón, dado por:

Ka = 1.25 ti-0.118 (2.14.a)

para hormigón curado con humedad, y

Ka = 1.13 ti-0.095 (2.14.b)

para hormigón curado con vapor, siendo ti el tiempo la edad del hormigón en días
cuando se le aplica la carga.

Kh = coeficiente de humedad relativa, dado por:

Kh = 1.27 – 0.0067 H para H>40% (2.15)

Kth = coeficiente asociado al menor espesor del elemento, siendo su valor:


1.0 para espesores menores de 15 cm
0.82 para 30 cm.

Ks = coeficiente que depende del asentamiento del hormigón, igual a:


0.95 para 5 cm,
1.0 para 7.5 cm
1.09 para 10 cm.

Kf = coeficiente que depende del porcentaje de agregados finos del hormigón, igual a:
0.95 para 30 %,
1.00 para 50 %
1.05 para 70 %.

Ke = coeficiente en función del contenido de aire, que vale:


1.0 hasta 6 %,
1.09 hasta 7 %
1.17 hasta 8 %.

Se deja al lector la comparación de las dos expresiones dadas para φ(t,ti)=Ct,


para el ejemplo anterior.

El mecanismo del creep es aún motivo de controversias. Se presume que está


relacionado con la estructura del gel de la pasta de cemento. Tal vez lo que está fuera
de discusión es que para que ocurra creep es indispensable que exista cierta cantidad
de agua que sea evaporable.

Se ve que cualitativamente, la magnitud de la deformación por fluencia depende


de (i) la composición del hormigón, (ii) del medio ambiente, (iii) relación de formas y
dimensiones y (iv) de la historia de aplicación de cargas. Algunos factores importantes
que hacen aumentar la fluencia son entonces:

1. Con relación a constituyentes del hormigón:


24

(a) Aumento de la relación agua/cemento.


(b) Aumento del contenido de cemento.
(c) Aumento del contenido de aire en la mezcla.

2. Con respecto al medio ambiente y relación de formas y dimensiones:

(d) Disminución de la humedad.


(e) Aumento de pérdida de agua en el hormigón (e.g. mal curado).
(f) Aumento de la superficie expuesta con relación al volumen de
hormigón.

3. Con relación a la historia de Cargas:

(g) Cargar al elemento a edad temprana.


(h) Prolongar la duración de la carga.

Entre los efectos que reducen la fluencia podrían destacarse:

(a) Aumento de la proporción de agregados (con relación al cemento,


pues son volumétricamente más estables que el cemento).
(b) Aumento de la humedad ambiente.
(c) Restricciones a la pérdida de agua del hormigón.
(d) Demorar lo más posible la aplicación inicial de las cargas.

En general, la fluencia lenta del hormigón tiene poco efecto en la resistencia de


la estructura, pero sí causará una redistribución, al variar el módulo de elasticidad, de
las tensiones en los elementos estructurales para cargas de servicio. Es decir afecta
deformaciones y flechas (por ejemplo), pero no resistencias.

En columnas de hormigón armado la fluencia hace que se produzca una


transferencia gradual de cargas desde el hormigón hacia el acero. Una vez que el
acero fluye, cualquier incremento de carga es tomado por el hormigón, de modo que es
posible desarrollar la resistencia completa de ambos materiales, antes de que
sobrevenga la falla. Por ello las resistencias de ambos se suman cuando se evalúa la
resistencia última a compresión.

En algunos casos, en estructuras hiperestáticas la fluencia lenta podría ser


beneficiosa al liberar tensiones concentradas acumuladas por efectos de cambios de
temperatura, por efecto de contracción o por movimientos de apoyos. Por ejemplo, las
tensiones en el hormigón debidas a diferencia de asentamientos en la estructura
podrían verse disminuidas por el efecto de deformación en el tiempo. En el caso de
efecto de contracción, como se verá luego, en un elemento de hormigón armado puede
resultar el acero comprimido y el hormigón traccionado, por lo que este último tendría
tendencia a fisurarse. Por efecto de creep, al mantener la tensión de compresión,
aumentaría en el tiempo la deformación de compresión en todo el elemento por lo que
en el hormigón disminuiría la tracción y por ello la fisuración. Debe tenerse en claro
entonces que la situación real en obra no es la de “fluencia lenta libre” del hormigón
sino que se verá modificada por la cantidad y posición de las armaduras.

En un hormigón en masa, el creep podría ser causa de fisuración muy


importante si el elemento está restringido para deformarse y debe sobrellevar ciclos de
cambios de temperatura debido al desarrollo del calor de hidratación y posterior
25

enfriamiento. La fluencia relaja las tensiones de compresión inducidas por el rápido


incremento de la temperatura de modo que el remanente de compresión podría
desaparecer tan pronto como ocurra algún enfriamiento. Si continúa el descenso de
temperatura, se pueden desarrollar tensiones de tracción, y como el grado de fluencia
disminuye con la edad, se puede producir fisuración aún antes de que la temperatura
haya descendido al valor inicial (de colado). Por ello, el aumento de temperatura en el
interior de una gran masa de hormigón debe ser controlada por el uso de cementos de
bajo calor de hidratación, bajos contenidos de cementos, pre-enfriamiento de los
componentes de la mezcla, limitar la altura de cada colocación y enfriar al hormigón
haciendo circular agua por una red de conductos embebidos en la masa del mismo. En
la ref.[4] se menciona el ensayo que se efectuó según se muestra en la Fig. 2.14a.

Fig. 2.14a. Tensiones en el


hormigón sometido a cambio de
temperatura y a longitud constante
(restricción a deformación).

Se dijo que la naturaleza


del creep no es muy conocida
aún. Se ha tratado de repre-
sentar el fenómeno mediante lo
que se conoce como modelos
reológicos, es decir modelos
compuestos por elementos
ficticios combinando resortes y
amortiguadores.

Como el fenómeno es, en


parte reversible y en parte no, se
lo trata de representar con
elementos que responden individualmente a ese comportamiento. Por un lado, se usan
resortes que tienen un movimiento elástico, y por lo tanto recuperable, y por otro, el
comportamiento visco-elástico que tiene una fase puramente viscosa y que responde a
una deformación no reversible o plástica, está representada por el amortiguador. La
parte elástica siempre es recuperable si se saca la carga. La plástica nunca es
recuperable, es tiempo-dependiente y hay siempre proporcionalidad entre la variación
de la deformación y la tensión aplicada. La Fig. 2.14b muestra uno de los modelos
reológicos propuestos.

Fig. 2.14b. Modelo Reológico


26

2.3.1.6. Contracción del hormigón.


A menos que se mantenga bajo el agua o en el aire con 100 % de humedad, por
evaporación el hormigón pierde humedad a lo largo del tiempo y se contrae, es decir se
reduce en volumen. Por la naturaleza del fenómeno, es claro que al igual que con la
fluencia, la contracción del hormigón depende fuertemente de la composición del
hormigón (en particular de la cantidad de agua con que se fabricó la mezcla), de las
condiciones de humedad y de las posibilidades de restricción a pérdida de agua. La
Fig. 2.15 muestra la gran influencia que tiene la cantidad de agua de la mezcla.
3
0.39 0.469 0.547 0.625 0.703 [a/c] para c=320kgr/m

a/c=0.5 Fig. 2.15. Influencia de


la cantidad de agua de
amasado presente en el
hormigón en el fenómeno
de contracción.

Si la contracción del hormigón es restringida, las tensiones inducidas pueden


producir fisuras lo que puede provocar aumento de las deformaciones con el tiempo.
La Fig. 2.16 muestra el incremento de la contracción con el tiempo. La proporción de
crecimiento de la contracción disminuye con el tiempo. Las deformaciones de
contracción generalmente están comprendidas entre 0.2x10-3 y 0.6x10-3, aunque en
casos muy desfavorables puede alcanzar el valor de 0.001 (0.1%).

Fig. 2.16.
Curva Típica de contracción
para el hormigón.

La contracción es un fenómeno casi reversible. Si un hormigón luego de su


contracción se satura con agua se expande y vuelve a alcanzar prácticamente su
volumen original (pero no es total la recuperación). En consecuencia, alternando las
condiciones de sequedad y humedad causará deformaciones y variaciones de volumen
27

alternativas en el hormigón. Este fenómeno es parcialmente el responsable de las


variaciones en el estado de deformaciones de estructuras (típico en puentes de
hormigón) expuestos a cambios importantes durante las estaciones cada año.

Como regla general, un hormigón que exhibe alta fluencia sufrirá también alta
tendencia a la contracción. Por ello es que las causales son compartidas.

Fig. 2.17.
Contracción en un elemento de
hormigón armado simétricamente.

La presencia de armadura en el hormigón hace que, por adherencia, disminuya


la contracción, pero que se produzcan tensiones de tracción en el hormigón. En
referencia a la Fig. 2.17, un elemento de hormigón de longitud unitaria resultaría con
una deformación debida a contracción indicada como εsh, si no existiera acero. La
presencia de éste hace que el acortamiento sea en realidad x. En definitiva, la
armadura soporta una compresión:

fs = x.Es (2.16)

y el hormigón una tracción:

fc = (εsh – x) Ec / (1 + Ct) (2.17)

siendo Ct el factor de deformación por fluencia lenta del hormigón. Este factor hace que
Ec disminuya y tome el valor Eceff .

Por equilibrio, debe ser:


fs As = fc Ac

designando a ρ como la cuantía de acero e igual a As/Ac, la tensión de tracción


resultante en el hormigón puede evaluarse como:

ε sh
fc = (2.18)
1 + Ct 1
+
Ec ρE s

Es evidente que las tensiones de tracción en el hormigón inducidas por


contracción:

(a) son proporcionales a la deformación por contracción no restringida εsh.


(b) aumentan con la cuantía de acero.

En otras palabras, el acero que se coloca en el hormigón para controlar las


fisuras de contracción en realidad provocará un aumento de las tensiones de tracción
del hormigón. Suponiendo por ejemplo valores de Ct=2, εsh=0.0005, ρ= 0.02, f´c= 30
MPa, Ec= 25700 MPa, Es= 210000 MPa, resultará en una tensión de tracción del orden
28

de 1.4 MPa= 14 Kgr/cm2. Si para ese hormigón, tal cual se verá más adelante, la
resistencia a tracción fuera del orden de 1.5 a 2.0 MPa, se ve que antes de la
aplicación de carga alguna y tal vez ya por peso propio el hormigón pueda alcanzar su
resistencia a rotura por tracción. Esta es una de las razones por las que en el hormigón
armado se desprecia la resistencia a tracción del hormigón para estados límites de
cargas de servicio y último. Para casos donde el estado límite de fisuración es
importante la resistencia a tracción no puede ser ignorada.

Son claras las ventajas de curar el mayor tiempo posible al hormigón en


ambiente húmedo: además de obtener mayor resistencia se retarda el comienzo de la
contracción, la que se inicia después que el hormigón tiene cierta edad y por ende
mayor resistencia a la tracción. Esto evitará agrietamiento prematuro y por lo tanto
pérdida de rigidez.

Fig. 2.18.
Contracción cuando el
elemento de hormigón
no tiene armadura
simétrica.

Si en lugar de un elemento de hormigón con armadura simétrica, como el


representado en la Fig. 2.17, se considerara uno con armadura excéntrica o no
uniforme, la contracción introduce una solicitación que puede interpretarse como una
fuerza con cierta excentricidad, o la misma fuerza de tracción centrada y un momento.
La Fig. 2.18 muestra un esquema de representación del fenómeno, en donde se
supone válida la hipótesis de Navier de secciones planas antes y después de la
contracción (ver más detalles de este caso en ref.[2]).

La contracción puede ser también la causa de agrietamiento cuando hay


defectos de curado. Por ejemplo, en las losas de no tomar precauciones en el curado
las fisuras pueden ser importantes. Como el secado comienza por la cara expuesta y
avanza hacia el interior, las capas superiores en una losa tienden a acortarse más,
pero las inferiores tratan de restringirla. El resultado es que se producen tensiones de
tracción en la cara superior durante el período inicial de endurecimiento y si el
hormigón no posee la suficiente resistencia aparecerán fisuras en la cara superior.

En algunos reglamentos antiguos, a los efectos del cálculo, se recomendaba


tomar a la contracción como equivalente a una caída de temperatura del orden de los
15°C . Dado que el coeficiente de dilatación térmica del hormigón es de 1x10-5, para
15°C de salto térmico resultaría una deformación por contracción del orden de 0.00015,
lo cual es bastante menor que los valores antes sugeridos (ver ref.[5]).

A los efectos de uso de hormigón precomprimido, es claro que la contracción y la


fluencia lenta del hormigón tendrán un efecto adverso sobre la precompresión inicial
que se pudiera inducir, la cual se verá disminuida por aquellos efectos. Estos son los
29

que hicieron fracasar los primeros intentos de usar hormigón precomprimido. En la


actualidad, las técnicas que se pueden usar para fabricar acero de alta resistencia y el
hormigón, y con un buen curado, hacen que tanto la fluencia como la contracción se
puedan mantener en límites razonablemente bajos.

En ref.[1] se recomienda usar esta expresión para calcular la deformación de


contracción del hormigón cuando el mismo es curado normal con humedad:

εsh = -ks kh [t / (35 + t)] 0.51 x10-3 (2.19a)

y para curado con vapor:

εsh = -ks kh [t / (55 + t)] 0.56 x10-3 (2.19b)

Si el hormigón curado a humedad es expuesto a secado 5 días antes de curado,


los valores de (2.19a) se deben aumentar un 20 %.

Los factores ks y kh que tienen en cuenta dimensiones relativas del elemento de


hormigón y la humedad relativa, aparecen en la Fig. 2.19.

Fig. 2.19. Factores de corrección por humedad relativa, dados en ref.[1].

La ref.[6] da este otro método adoptado por el Comité ACI 209 (en 1971, por lo
que seguramente ya debe haber sido actualizado). Allí se da esta expresión:

εsh = εshu St Sh Sth Ss Sf Se Sc (2.20)

donde εsh es la deformación no restringida por contracción, y εshu se designa como


deformación última de contracción. Los coeficientes son:

St = factor que depende del tiempo expuesto a contracción, para curado normal por
humedad dado por:
St = t / 35 + t (2.21a)
y para curado por vapor por:

St = t / 55 + t (2.21b)
30

Sh = coeficiente de humedad relativa, dado por:

Sh = 1.4 – 0.01H para 40<H<80 (2.22a)

Sh = 3.0 – 0.03H para 80<H<100 (2.22b)

Sth = coeficiente que depende del espesor mínimo, y vale:


• para 15 cm o menos
• 0.84 para 23 cm.

Ss = coeficiente que depende del asentamiento del hormigón, siendo su valor:


• 0.97 para 5 cm
• para 7.5 cm
• 1.05 para 10 cm

Sf = coeficiente que depende del porcentaje de agregados finos del hormigón, y vale:
• 0.86 para 40 %
• para 50 %
• 1.04 para 70 %

Se = coeficiente en función del contenido de aire, siendo su valor:


• 0.98 para 4 %
• 1 para 6 %
• 1.03 para 10 %

Sc = coeficiente de contenido de cemento en peso respecto al volumen de hormigón; su


valor es:
3
• 0.87 para 220 Kgr/m
3
• 0.95 para 335 Kgr/m
3
• 1.00 para 420 Kgr/m

2.3.1.7. Comportamiento del hormigón en tracción.


Se ha expresado varias veces que el hormigón es fuerte en compresión y débil
en tracción. Es ampliamente aceptado el estipular la resistencia a tracción como una
fracción o en función de la resistencia a compresión. Los códigos en general sugieren
tomar la máxima tensión de tracción cercana a o menor del 20 % de la máxima tensión
de compresión. Muchas veces en diseño se adopta como valor de control una
resistencia a tracción que es el 10 % de la resistencia especificada a compresión.

La respuesta del hormigón a tracción uniaxial es casi lineal hasta que ocurre la
falla repentina. La Fig. 2.20 muestra una curva tensión-deformación de tracción
obtenida con una máquina de ensayos muy rígida que sea capaz de captar, mediante
sucesivas cargas y descargas, el comportamiento después de la primer fisuración.

Hay que reconocer que las superficies entre las fisuras son bien irregulares y
que dichas fisuras son bien pequeñas en comparación con las irregularidades mismas
por lo que la interacción entre bordes de las fisuras posibilita la transmisión de cierta
tracción cuando los anchos de las fisuras permanezcan por debajo de 0.05 mm.

Debido a las dificultades para ensayar el hormigón a tracción pura, se utilizan


diversos ensayos para determinar la resistencia en forma indirecta. Algunos de estos
métodos se muestran en la Fig. 2.21.
31

Fig. 2.20.
Respuesta tensión –
deformación del hormigón
en tracción.

Fig. 2.21. Métodos para determinar la resistencia a tracción del


hormigón.

Es de esperar diferencias entre los distintos métodos y a su vez apreciable


dispersión de resultados. La misma figura da algunas relaciones aproximadas para
correlacionar los resultados obtenidos por diferentes técnicas.
La Fig. 2.22 muestra más en detalle la distribución de tensiones durante un
ensayo de tracción por compresión, o conocido en textos en inglés como el split-
cylinder test.
32

Fig. 2.22
Esquema del “split cylinder” o ensayo de fractura
del cilindro para obtener la resistencia a tracción
del hormigón.

Este método fue sugerido por Fernando Carneiro, un brasileño, y por ello es
conocido como el método brasileño. Se sabe de todos modos que en forma
independiente también fue desarrollado en Japón. En el ensayo, el cilindro de hormigón
(puede ser el mismo que el de ensayo a compresión) se coloca con su eje horizontal
entre las placas o cabezales de la máquina de ensayos, y se somete a carga a lo largo
de su eje vertical. Como la carga es aplicada a lo largo de la generatriz resulta
entonces, por la teoría de la elasticidad, que un elemento sobre el diámetro vertical
estará sometido a una tensión de compresión vertical dada por:

2P  D 2 
f2 =  − 1
πLD  r ( D − r ) 

y a una tensión de tracción horizontal dada por:

2P
f1 =
πLD
P= carga de compresión.
L= longitud del cilindro.
D= Diámetro del cilindro.
r y (D - r) son las distancias del elemento considerado respecto a los puntos de
aplicación de las cargas P (ver figura 2.22b).

Se ve que para r = D / 2 = (D - r), es decir en el centro:

2P
f2 = 3
πLD

es decir que f 2 = 3.0 en la sección transversal que coincide con el diámetro. La Fig.
f1
2.22 muestra la distribución de tensiones. Note que d y h son equivalentes en dicha
figura a D y L respectivamente.
33

En la distribución de tensiones se ve que inmediatamente bajo la carga aparecen


elevadísimas tensiones de compresión. En la práctica, se interpone entre la placa y la
probeta un material relativamente flexible de unos 3 mm de espesor y de unos 25 mm
de ancho a lo largo de L. Si bien aparecen bajo la carga esas tensiones elevadas de
compresión horizontal (el área tiende a cero), también se ve que simultáneamente
aparecen tensiones verticales de compresión de magnitud comparable, por lo que en
esas secciones se generan estados biaxiales de compresión por lo que la falla no
ocurre allí. Si el ensayo se efectúa en forma correcta, la rotura se producirá según se
indica en la Fig. 2.21.

El código ACI-318 aconseja tomar estas expresiones para calcular


respectivamente la resistencia directa a tracción, fcr, y el módulo de ruptura, fr, o
resistencia a tracción por flexión, sección 9.5.2.3:

f cr = 0.33λ f ´c [MPa] (2.23)

f r = 0.7λ f ´c [MPa] (2.24)


λ= 1.00 para hormigón de densidad normal.
λ= 0.75 a 0.85 para hormigones livianos.

En general se puede considerar válida la ley de Hook hasta la máxima tensión


de tracción, es decir:
fc = Ec εcf (2.25)

adoptando el mismo módulo de elasticidad longitudinal que para compresión.

2.3.1.8. Relación de Poisson.


La relación entre la deformación transversal y la deformación en la dirección de
la carga axial aplicada se conoce como cociente de Poisson. Para el hormigón el valor
de esta relación se encuentra generalmente en el rango de 0.15 a 0.20. Usualmente se
considera que el cociente de Poisson es menor para hormigones de alta resistencia.

A valores altos de tensión de compresión las deformaciones transversales se


incrementan rápidamente. Esto obedece a la fisuración en el interior de la probeta en
las fibras paralelas a la dirección de carga. La Fig. 2.23 muestra las deformaciones
medidas en una probeta ensayada en compresión hasta la rotura. Durante la mayor
parte del rango de cargas el volumen del espécimen decrece, pero cuando se alcanzan
tensiones elevadas cerca de la resistencia a compresión las deformaciones
transversales se vuelven tan altas que el volumen de la probeta comienza a crecer, lo
cual es un indicador de que la resistencia a compresión está siendo vencida.

La falla de una probeta cargada uni-axialmente en compresión generalmente va


acompañada por separaciones de las fibras paralelas cargadas y un incremento de
volumen. Este tipo de falla es el que ha inspirado a la concepción del hormigón armado
confinado a través de armadura transversal que actúa como zuncho ante la expansión
en esa dirección lo cual, tal cual más adelante se verá, modifica substancialmente la
respuesta.
34

Fig. 2.23.
Deformaciones longitudinales y transversales
medidas en una probeta de hormigón
ensayada a compresión uniaxial.

2.3.1.9. Propiedades térmicas del hormigón.


Tal cual ocurre con la mayoría de los materiales, el hormigón se expande
cuando se calienta y se contrae cuando se enfría. La deformación por temperatura está
dada por la expresión:
εcth = αc . ∆t (2.26)

donde el coeficiente de dilatación térmica αc depende fuertemente del tipo de agregado


utilizado en la mezcla, aunque a efectos de diseño se toma normalmente el valor de
1x10-5/°C . Este valor se mantiene razonablemente constante sobre un ancho rango de
temperaturas, aunque cuando ésta se acerca a los 500°C el valor de αc se incrementa
hasta aproximadamente un 50 % de su valor original. El clima es la causa más común
de cambio de temperatura. Sin embargo, por ciertos accidentes como pueden ser
incendios o pérdida del liquido refrigerante (conocido comúnmente como LOCA= Loss
of Coolant Accident) en centrales nucleares se pueden originar incrementos muy
importantes de temperatura.

Fig. 2.24.
Reducción de la resistencia del
hormigón a compresión
sometido a altas temperaturas.

La Fig. 2.24 muestra


varias curvas de tensión-
deformación del hormigón
para distintas temperaturas.
Se ve que para
temperaturas superiores a
los 400°C se produce una
importante reducción de la
resistencia. A los 600°C la
resistencia puede ser de apenas un 60 % de la que tendría a 20°C . A partir de los
100°C comienzan importantes reducciones en la rigidez, con Ec a 400°C cerca de 1/3
del valor a 20°C . Tanto la contracción como la fluencia lenta del hormigón también se
incrementan a altas temperaturas.
35

2.3.2 CARACTERÍSTICAS DE LOS HORMIGONES SEGÚN NORMAS Y


CONTROLES DE CALIDAD.

2.3.2.1. Generalidades.
Para todo el territorio de la república Argentina, tal cual se expresó
anteriormente, se ha decidido adoptar como norma de hormigón armado el ACI-318.
Esta norma se puso a discusión pública a fines del 2002 y se esperaba que entrara en
vigencia a fines del 2003. La norma ya está lista (con revisión) y ya a mediados del
2008 aún estamos esperando la “firma” de algún funcionario responsable (?) para que
se ponga en vigencia: sin palabras. En Mendoza fue puesto en vigencia para la obra
pública a fines del 2007 y para aplicación a partir del 1 de julio 2008.

La norma anterior v-1982 (todavía en vigencia) tiene como base las normas
alemanas DIN. Para el proyecto, cálculo y ejecución de estructuras de hormigón
armado y pretensado, en nuestro país rige aún el reglamento CIRSOC 201, tomos 1 y
2, 1982. Por muchas razones el cambio hacia la norma de EEUU era muy necesario.

Desde el punto de vista técnico exclusivamente, el cambio de dirección en los


lineamientos de las normas era fundamental, en particular para el diseño y construcción
de estructuras de hormigón armado en zonas sísmicas, ya que las normas alemanas
fueron concebidas para cargas gravitatorias. Los lineamientos del ACI-318 son mucho
más racionales para estructuras donde la acción sísmica tiene relevancia. Otros países
como Chile, cambiaron hace varios años hacia la norma ACI, ver ref.[13]. En lo que
hace a diseño sismorresistente, las normas actualmente en revisión en nuestro medio
seguirán además lineamientos de la norma de Nueva Zelanda, ref.[14].

En lo que sigue, con referencia al CIRSOC 201, tomos 1 y 2, ref.[18], y


comparaciones con el proyecto de norma 2005, ref.[20], en forma breve se dan algunas
disposiciones relativas a la tecnología del hormigón. El capítulo 6 de la norma en
vigencia, titulado “MATERIALES”, es muy completo en cuanto a disposiciones que
deben cumplir los materiales, tanto los aceros como los hormigones, y dentro de éstos
sus componentes, agua, cemento y agregados.

En la sección 6.6.2, v-1982, la norma se establece la clasificación de los


hormigones por resistencias mecánicas y aplicaciones. En cuanto a la resistencia
mecánica expresa que la calidad del hormigón está definida por la resistencia
característica de rotura a compresión a los 28 días, aunque en la sección 2.3.3.3 aclara
que para hormigones en masa se podrá considerar como edad de diseño la de 90 días.
A los efectos de uniformar la notación, se seguirá la nomenclatura del ACI-318 y
CIRSOC-05, por lo que la resistencia característica especificada del hormigón se
designará con f´c. El CIRSOC aclara que si se autoriza el empleo de cemento de alta
resistencia, entonces se puede hacer el control de resistencia a los 7 días.

Se remite al lector para que observe de la tabla 3 del CIRSOC-201-1982,


ref.[18], los tipos de calidad de hormigones y usos. Importante de destacar es que para
el hormigón armado estructural esta norma exige que la resistencia especificada
mínima sea 13 Mpa. Sin embargo, para el CIRSOC-201-2005, ref.[20], tabla 2.5, la
resistencia mínima, ya por requisitos de durabilidad, debe ser la que corresponde a
H20, es decir 20 Mpa. Más adelante se verá lo que implica desde el punto de vista
estadístico en la determinación de la resistencia característica. A su vez, la tabla 4,
versión 1982, ref.[18], muestra contenidos mínimos de cemento y consistencias de los
hormigones del tipo H-I. Se verá que para el hormigón simple (sin armar) debe existir al
36

menos 100 Kgr de cemento por metro cúbico, mientras que en el hormigón estructural
este contenido debe ser casi 3 veces más. Se remite al lector para que lea en forma
cuidadosa todo el contenido de la norma que debe ser de aplicación.

Con relación a los agregados, la sección 6.6.3.6. CIRSOC, 1982, ref.[18],


contiene las exigencias a cumplir. En particular para el hormigón armado vale la pena
analizar lo que dice la norma que hay que satisfacer en cuanto al tamaño máximo del
agregado grueso. El proyecto 2005, en la sección 3.2.4.2.(c) establece que éste no
debe ser mayor que:

• 1/5 de la menor dimensión lineal de la sección del elemento.


• 1/3 del espesor de la losa.
• ¾ de la mínima separación libre horizontal o vertical entre barras o grupos de barras
de acero.

El CIRSOC 201-82 tabla 15, sección 13.2 da los recubrimientos mínimos para
las armaduras, según tipos de hormigones y ubicación de los elementos estructurales.
En su Anexo 13.2.1 define con claridad qué se entiende por recubrimiento. Es
interesante además leer las disposiciones del capítulo 10 relacionadas con manipuleo,
transporte, colocación, compactación y curado del hormigón.

Además se debe tener en cuenta lo especificado en la sección 6.6.3.11, 1982,


ref.[18], con respecto a los controles de resistencia. En el apéndice correspondiente
aparecen las expresiones para evaluar la resistencia característica. El curado para el
control de resistencia se hace según normas IRAM 1524. Por otro lado, si se quiere
juzgar condiciones de protección y curado, o modificar plazos de desencofrado dados
por la norma, o resistencia del hormigón para desapuntalar o evaluar capacidad de
carga con la edad para que entre en servicio la estructura, el curado de probetas se
hace tal que se reproduzcan al máximo posible las condiciones de obra. En este caso,
la resistencia a compresión se juzga en base a resultados individuales, o promedio, y
no mediante la formulación estadística convencional. Note además, las condiciones
mínimas de resistencia a satisfacer, según el número de probetas que se disponga. En
el CIRSOC-2005 este tema está tratado en la sección 4.3 bajo el título “juzgamiento de
la resistencia para valorar el grado de endurecimiento del hormigón”.

2.3.2.2. Control de calidad del hormigón.


2.3.2.2.1. Hormigón fresco.
Para el control de calidad del hormigón fresco uno de los métodos más
ampliamente aceptado es el de control de la trabajabilidad, que involucra la facilidad
con que el hormigón puede se mezclado, colocado, compactado y terminado. Se desea
evaluar:
(a) la facilidad de lograr la compactación adecuada, es decir remoción
de vacíos.
(b) movilidad, lo cual mide cuan fácil el hormigón puede fluir a través
de los moldes llenándolos completamente.
(c) estabilidad y consistencia, para que el hormigón permanezca
estable y con masa coherente (con su diseño) durante los
procesos de manipuleo y vibración.

A la vez, con ensayos que buscan cumplir esos objetivos, se trata también de
evaluar en forma indirecta el contenido de agua en la mezcla, es decir la relación agua /
cemento. El ensayo más común es del asentamiento en el cono de Abrams.
37

La Fig. 2.25 muestra un esquema del ensayo, donde aparecen las dimensiones
del cono para el ensayo de asentamiento (slump test). La Fig. 2.25(b) muestra como
se mide en la práctica el asentamiento.

Fig. 2.25(a). Dimensiones del cono para el ensayo de


asentamiento. Esquema de la forma que toma el hormigón
ensayado

La Tabla 2.2, ref.[4], muestra diferentes formas en


que se puede asentar la mezcla. En ella, la figura superior
muestra el caso de “true slamp” que significa ensayo bien
realizado, con asentamiento uniforme y mezcla cohesiva. Si
se da el caso que la mitad del cono se desliza hacia un
costado y hacia abajo, se dice que se ha producido un tipo
de asentamiento de corte (shear). En ese caso el ensayo
deber repetirse. Si el resultado de “shear” persiste, la
mezcla debe rechazarse pues indica que le falta cohesión.

Fig. 2.25(b).
Forma de medir el
asentamiento del
hormigón fresco.

La misma tabla
muestra los grados
de trabajabilidad, los
valores esperables
de asentamiento y
para qué casos de
hormigón se deben
poseer dichos
asentamientos. Por ejemplo, si la sección de hormigón armado tiene una alta cuantía
de acero, donde la colocación y vibración del hormigón será muy difícil, el asentamiento
deberá ser superior a los 100 mm y puede llegar hasta los 170 mm.

Es claro que la mayor utilidad del ensayo de asentamiento es para los


hormigones de consistencia intermedia. No es muy apropiado para mezclas muy secas
y no es confiable para mezclas muy líquidas. La gran ventaja del ensayo es que
permite un control día tras día y hora tras hora para verificar las variaciones en el sitio
de obra de lo que es introducido en la máquina hormigonera. Un incremento en el valor
del asentamiento podría, por ejemplo, indicar el contenido de humedad en los
agregados ha variado inesperadamente; otra causa podría ser la variación en la
granulometría de los agregados. Valores muy altos o muy bajos dan la necesaria alerta
para que en la mezcladora se tomen los recaudos necesarios.

El obtener un asentamiento mayor al especificado puede, y debería en muchos


casos, ser causal de rechazo del hormigón. Valores muy elevados podrían indicar una
relación agua/cemento mayor a la necesaria con el correspondiente desmedro en la
resistencia del hormigón. Si el asentamiento es menor al solicitado, podría ser
38

necesario el agregado de un plastificante para poder colocar el hormigón en los moldes


con la necesaria plasticidad.

La tabla 2.3, extraída del CIRSOC 201, muestra también la relación entre la
consistencia, la gama de asentamientos y el método de compactación. A se vez, la
misma referencia indica que las tolerancias en los asentamientos son de ±1.5 cm para
asentamientos menores de 7 cm y de ±2.5 cm para mayores de 7 cm.

Tabla 2.2. Trabajabilidad, asentamientos y uso para los cuales es


apto el hormigón.
39

Tabla 2.3. Consistencia, métodos de compactación y gama se asentamiento de los


hormigones según CIRSOC 201.

2.3.2.2.2. Hormigón endurecido. Modos de control.


En la sección 2.3.1, el CIRSOC-2005, ref.[20], indica que la resistencia
especificada o resistencia característica de rotura a compresión, f´c, es el valor de
la resistencia a compresión que se adopta en el proyecto y se utiliza como base para
los cálculos.

Como se expresó antes, el CIRSOC-2005, en la sección 2.3.2, tablas 2.4 y 2.7,


indica que la resistencia mínima para hormigón armado es de 20 MPa. Al comparar con
el requerimiento de la actual norma versión 1982, donde la mínima era de 13 MPa, en
los comentarios de la nueva norma se aclara que este incremento se debe en parte a
que ahora la resistencia corresponde al cuantil del 10 % en la distribución de
resistencia a compresión colocado en una obra, es decir que es el valor estadístico de
la resistencia que corresponde a la probabilidad de que el 90 % de todos los resultados
de la población supere dicho valor, Fig. 2.28. Para un mismo hormigón la resistencia
especificada según el CIRSOC-2005 con cuantil del 10 % es entre 3 a 5 MPa mayor
que el valor de la resistencia característica definida según la versión-1982 que trabaja
en base al cuantil del 5 %. Por ejemplo, dicen los comentarios, para la misma
desviación estándar, H17 de v-1982 es equivalente a un H20 o mayor en la v-2005. La
Fig. 2.26 muestra las comparaciones de exigencias de ambas versiones.
40

Fig. 2.26. Comparación entre los criterios de control de calidad de las normas CIRSOC
versiones 1982 y 2005.
41

En el capítulo 4 el C-201-05 se refiere a los criterios y control de conformidad del


hormigón y aclara que el mismo se debe llevar a cabo a través de ensayos
normalizados que miden las propiedades del hormigón especificadas en los
documentos de proyecto. Dichos ensayos se deben realizar a partir de muestras
extraídas en obra bajo la responsabilidad del Director de Obra, DO, y los ensayos
también son responsabilidad del DO.

Una importante diferencia entre la v-1982 y el C-201-05 es que en éste los


criterios de conformidad tienen en cuenta los sistemas de control de producción
correspondientes a la elaboración del hormigón y los controles de conformidad
realizados por el DO. Se establecen dos (2) modos de control de conformidad,
designados como Modo 1 y Modo 2.

Para aplicar el Modo 1:


• El hormigón es producido en una planta productora que opera con un sistema de
calidad, ver sección 4.2.3.1 de la norma.
• La planta puede estar fuera o dentro del recinto de la obra.
• El DO tiene acceso al control de producción de la planta y conoce sus registros.
• La planta elabora hormigón en forma continua.
• La planta tiene control de recepción de los materiales y verificación periódica de sus
características.
• Tiene acopio de materiales en condiciones para producción mínima de 7 días.
• Capacidad para medición de todos los materiales en masa. Registros de pesadas y
verificación periódica de los equipos.
• Muestreo periódico del hormigón, y seguimiento que permita relación entre
resistencia para distintas edades.
• El control de la producción se basa en seguimiento de la resistencia utilizando
matemática estadística y cartas de control.
• Determinación de la resistencia media, desviación standard y resistencia
característica con un mínimo de 30 ensayos.

Si la planta está instalada dentro del predio de la obra y el DO supervisa


directamente el sistema de control de producción, se puede considerar que dicho
control es equivalente a la acreditación del sistema. El modo 1 es un sistema que se
aplica mucho en países como EEUU por los controles de las plantas hormigoneras.

En el Modo 2 el hormigón el hormigón es producido en condiciones que NO


satisfacen los requisitos establecidos para el modo 1. Este es el caso en que
generalmente caen las obras que se ejecutan en Mendoza, y en particular en todo el
país. Son raros los casos en que pueda aplicarse el modo 1 localmente.

2.3.2.2.3. Hormigón endurecido. Ensayos para verificar resistencia.


Como se dijo antes, las probetas normales para control de los hormigones en
nuestro medio son cilíndricas de 15 cm de diámetro por 30 cm de alto, moldeadas y
curadas según norma. La edad de ensayo debe ser la edad de diseño, 2.3.3, C-201-05.

La norma, 4.1.6.2, aclara que se debe tomar como resultado de un (1) ensayo, o
sea un valor de f´c, al valor que se obtiene como promedio de las resistencias de cómo
mínimo 2 probetas cilíndricas normales moldeadas con la misma muestra de hormigón
y a la misma edad. Se debe cumplir que la diferencia entre las resistencias extremas
del grupo que constituye cada ensayo sea menor del 15 % de la resistencia media de
42

las probetas que constituyen el grupo. Si no se cumple se debe rechazar el ensayo. Sin
embargo, si el grupo es de 3 probetas y no se cumple lo anterior, pero la resistencia de
2 de las probetas difieren en menos del 10 % con respecto a su resistencia promedio,
se puede aceptar el resultado descartando el tercer resultado.

2.3.2.2.4. Conformidad de resistencia especificada.


Como se dijo, para un valor de f´c se necesitan al menos 2 (dos) probetas. Los
elementos estructurales que tienen asociados f´c comunes se deben agrupar en
conjuntos denominados lotes. La conformidad se hace para cada lote. La conformación
de los lotes se da en los documentos de proyecto pero será igual o menor que la que
se da abajo que es la tabla 4.1 de ref.[20].

Para el Modo 1 la dimensión de los lotes debe ser igual o menor que dos veces la
indicada en la Tabla 4.1, pero cumpliendo algunas condiciones que la norma da. Si un
conjunto de elementos estructurales posee dimensiones mayores que el doble de los
límites de la tabla anterior, se pueden considerar que constituyen un lote único si
cumple ciertos requisitos, ver norma, 4.2.2.3.

El número de muestras a extraer debe ser igual o mayor que el menor resultante de
aplicar las siguientes frecuencias:

• cinco (5) muestras por lote


• tres (3) muestras por planta de edificio.
• Para casos de unificación según 4.2.2.3, una (1) muestra cada 100 m3 de hormigón
y no menos de cinco (5) muestras.

La norma reitera que de cada muestra se debe realizar como mínimo un ensayo (es
decir dos probetas) a la edad de diseño.

Para el Modo 1 los resultados de control de la Planta deben demostrar que la


media aritmética, f´cm, de los resultados de los ensayos de resistencia correspondientes
al hormigón del cual proviene el lote que se evalúa es igual o mayor que:
43

f´cm ≥ f´c + 1.28 s (2.27)

donde f´c es la resistencia especificada a la compresión, en MPa, y s es la desviación


estándar que se debe evaluar según el art. 5.2.3 de la norma.

La norma dice que cumplidas todas las condiciones dichas para el Modo 1, se
considera que el hormigón evaluado posee la resistencia especificada cuando:

• la resistencia media móvil de todas las series posibles de tres (3) ensayos
consecutivos cualesquiera es igual o mayor que la resistencia especificada, es
decir:
f´cm3 ≥ f´c (2.28)

• el resultado de cada uno de los ensayos es igual o mayor que la resistencia


especificada menos 3.5 Mpa:
f´ci ≥ f´c – 3.5 MPa (2.29)

Si no se cumple alguna de las condiciones anteriores, se debe pasar al Modo 2 de


control de Conformidad.

Para el Modo 2 se debe evaluar el hormigón perteneciente a una misma clase,


recibido durante un intervalo de tiempo durante el cual la entrega en obra ha sido
continua, salvo interrupciones menores de 3 horas. Se considera que el hormigón
posee la resistencia especificada si se cumplen las siguientes dos condiciones:

• la resistencia media móvil de todas las series posibles de tres (3) ensayos
consecutivos cualesquiera es igual o mayor que la resistencia especificada más 5
MPa, es decir:
f´cm3 ≥ f´c + 5 MPa (2.30.a)

• el resultado de cada uno de los ensayos es igual o mayor que la resistencia


especificada:
f´ci ≥ f´c (2.30.b)

Luego la norma especifica cómo se determinan los volúmenes de hormigón no


conforme, es decir que no cumplieron los requisitos de conformidad, y las verificaciones
a realizar cuando un lote no posee la resistencia especificada.

El cap. 5, C-201-05, es para hormigón fresco y dosificación. En sección 5.2.2.2,


expresa que, para el Modo de control 1, el hormigón debe dosificarse para que se
obtenga una resistencia de diseño de la mezcla f´cr, que sea la mayor entre:

f´cr = f´c + 1.34 s (2.31.a)

f´cr = f´c + 2.33 s – 3.5 (2.31.b)

y para el Modo 2 la resistencia de diseño de la mezcla debe ser:

f´cr = (f´c +5) + 1.34 s (2.32)


44

Es decir, que la condición a cumplir es que f´cm,, que representa la media


aritmética de los resultados de los ensayos individuales de resistencia, f´i, sea tal que:

f ´1 + f ´2 + f ´3 +.... + f ´n
f ´cm = ≥ f r´ (2.33)
n

La desviación estándar s, según la sección 5.2.3.3, es evaluada para el caso


que se cuenten con 30 o más ensayos consecutivos que conforman un único grupo,
mediante:

s=
∑ ni =1 ( f ´i − f ´ m )
n 2

(2.34)
n −1

para f´m promedio de n resultados de ensayos. La norma da otras expresiones para la


desviación s en caso de no cumplir lo de 30 ensayos consecutivos, como el de dos
grupos de ensayos consecutivos que totalicen al menos 30 ensayos. Si al menos se
totalizan 15 ensayos, hay una tabla que permite corregir el factor de 1.34 dado antes, el
cual se adopta igual a 1.16 para 15 ensayos, 1.08 para 20 y 1.03 para 25 ensayos. Si el
número de ensayos es menor de 15, por lo que la desviación s no se puede obtener, se
deben usar las expresiones dadas en la siguiente tabla 2.4:

Tabla 2.4. Menos de 15 ensayos


Resistencia especificada Resistencia promedio
a la compresión requerida a la compresión.
f´c [MPa] f´cr [MPa].
Menos de 20 MPa f´c + 7.0
De 20 a 35 f´c + 8.5
Más de 35 f´c + 10.0

Los ensayos deben hacerse sobre probetas cilíndricas, y a menos que se


especifique otra cosa, la resistencia debe basarse en ensayos efectuados a los 28 días.

Fig. 2.27. Ensayo de compresión axial. Influencia de las condiciones de borde.

Cuando se ejecuta el ensayo de compresión debe tenerse en cuenta el efecto de


confinamiento que producen los cabezales, el cual se hace más importante en la
medida que la probeta sea de menor altura. La Fig 2.27 ilustra este efecto. Algunas
normas establecen como control de resistencia las probetas cúbicas, generalmente de
15 cm de lado. Otras lo hacen con la probeta prismática, en la que la altura suele ser 4
veces la dimensión de la sección transversal.
45

El concepto de resistencia especificada, y que también se conoce como


característica, tal cual se expresó al inicio de esta sección, y que es determinada con la
desviación estándar, obedece a conceptos de estadística. En la mayoría de los casos,
representa la resistencia por debajo de la cual estarán no más del 5 % de los
resultados de los ensayos.

La Fig. 2.28 representa la curva de distribución de probabilidades, en la que en


ordenadas están los números de veces o frecuencia con que se repiten los valores de
una muestra. El área bajo la curva encierra el 100 % y área sombreada en el extremo
izquierdo representa el 5 %, para el caso de la norma CIRSOC-1982, pero
representaría el 10 % para la versión nueva, C-201-05.

Fig. 2.28.
Área bajo la curva de distribución de
probabilidades normal que representa la
resistencia característica o confiable.

En cuanto al curado del


hormigón, el ACI establece que el
mismo debe mantenerse a una
temperatura sobre lo 10oC y en
condiciones de humedad por lo
menos durante los primeros 7 días.

El CIRSOC 201 establece que el curado debe comenzar inmediatamente


después que el hormigón haya endurecido lo suficiente como para que la superficie no
resulte afectada por el método de curado adoptado. El hormigón debe ser protegido
contra secado prematuro para evitar la pérdida de humedad interna, y manteniendo
una temperatura lo más constante posible, protegiéndolo de las bajas temperaturas. La
norma dice que para hormigón con cemento Pórtland normal con mínima dimensión
lineal de 75 cm o menor el período debe ser de por lo menos 7 días, contados a partir
de la colocación del hormigón. También dice que la temperatura debe ser igual o mayor
a 10oC. De todas maneras se remite al lector que consulte la sección 10.4.2. de la
citada norma para ampliar casos.

Es importante destacar que en nuestro medio se está utilizando cada vez más el
cemento puzolánico, que aunque da lugar a resistencias similares a las de cemento
Pórtland normal, la ganancia de resistencia es más lenta, por lo que los períodos de
curado y de desencofrado deberían ampliarse.

En cuanto a remoción de encofrados, el CIRSOC establece que, por ejemplo los


encofrados laterales de vigas, columnas y tabiques se deben mantener al menos 3
días. Los encofrados de losas, dejando puntales de seguridad, deben permanecer 14
días. Para las vigas de pórticos de grandes luces este plazo se lleva a 21 días.

En cuanto a colocación del hormigón el CIRSOC en la sección 10.2.2. establece


que no se permitirá verter libremente el hormigón desde alturas mayores de 1.50 m.
Para alturas mayores se debe emplear embudos para conducir la vena del hormigón. El
ingreso del hormigón a los encofrados se debe hacer en forma continua y a la menor
velocidad posible.
46

2.3.3 ACERO.
2.3.3.1 Tipos de aceros. Formas y dimensiones.
El acero que se utiliza en hormigón armado es generalmente de sección circular.
A los efectos de restringir el movimiento de las barras con relación al hormigón que las
rodea se utilizan barras “conformadas” lo cual implica que en sus superficies existen
protuberancias o nervaduras o rugosidades con distintas formas. La Fig. 2.29 muestra
por ejemplo las barras conformadas del tipo ACINDAR, de gran utilización en nuestro
medio. En este caso la conformación se logra con dos nervaduras longitudinales
continuas, ubicadas sobre generatrices opuestas y con nervios transversales y
paralelos entre sí e inclinados respecto a su eje longitudinal, formando lo que se
conoce como conformación en espina de pescado.

Fig. 2.29.
Tipo de barra conformada Acindar.
ADN – 420.

Fig. 2.30.
Tipos de barras de refuerzo (a) acero
dulce lisa, (b) corrugada templada en
caliente, (c) corrugada formada en frío,
(d) torsionada en frío (no debe usarse).

Para el caso del acero ADN - 420 las barras poseen una identificación mediante
dos puntos y dos nervios cortos, como muestra la figura. ADN - 420 significa Acero de
Dureza Natural con tensión de fluencia de 420 MPa. La Fig. 2.30 representa distintos
tipos de barras que podrían utilizarse como refuerzo. Al respecto cabe aclarar que debe
evitarse para tal fin el empleo de las barras torsionadas en frío. La Fig. 2.31 muestra
características de las barras más utilizadas en nuestro medio. La denominación de
ADN significa que la dureza, y mayor resistencia resultante, se obtienen a través de
composición química (es decir, sin procedimiento mecánico).

Fig. 2.31. Tablas de Barras de Acero Acindar más utilizadas.


47

Es también común el uso de las mallas soldadas, ver Fig. 2.32, que consisten en
barras que corren en dos direcciones perpendiculares y que se sueldan en sus
intersecciones mediante soldadura eléctrica de punto. Pueden ser mallas de Acero Liso
(AL) o Acero Nervurado (ADN), o Acero Perfilado (AP). El acero perfilado se logra con
simples muescas en su superficie.

La Fig. 2.34 muestra la tabla que corresponde al CIRSOC 201, Tomo I, pág. 78,
donde se muestra un resumen de tipos de acero para uso en hormigón y sus
características principales.

Fig. 2.32. Malla de Acero soldada para uso


estructural, tipo ACINDAR.

En las mallas, la cuadrícula, por


ejemplo, para el caso de ACINDAR puede
ser cuadrada (series Q) o bien
rectangular (series R). La Fig. 2.33
muestra una tabla con los tipos de malla
ACINDAR. El número que acompaña al
tipo de malla corresponde a la sección en
mm2 y por metro lineal de las varillas
longitudinales. Por ejemplo, la malla
Q335 es una malla de cuadrícula
cuadrada, con 335 mm2 por cada metro (en cada una de las direcciones), pues se
compone de alambres de 8 mm cada 15 cm, mientras que la R188, posee barras
longitudinales de diámetro 6 mm cada 15 cm y transversales de 4.2 mm cada 25 cm, lo
que la 188 mm2 (la que le da la designación) y 56 mm2 de sección cada metro en cada
dirección respectivamente.

Las mallas se entregan en paneles


de 2.15 m x 6.00 m, superficie de 12.90 m2,
o en paneles de 2m x 3m, área que cubre
6m2, y si el diámetro mayor es de 6 mm en
rollos. ACINDAR manifiesta que se pueden
crear mallas con diseño según necesidad.

Actualmente, a los efectos de ahorro


de mano de obra, se tiende a usar mallas
no sólo en losas, sino en otros elementos
como por ejemplo tabiques. Además, para
diámetros pequeños se la trata de usar
como armadura transversal o de estribos
en vigas y columnas.

Fig. 2.33. Tipos de malla ACINDAR.


48

Fig. 2.34. Reproducción de la tabla del CIRSOC sobre los tipos de acero.

Siempre debe cuidarse, como para cualquier caso de colocación de armaduras,


el tema de empalmes y anclajes, para ellos se deben consultar las normas. En el
capítulo 8 se dan lineamientos respecto al tema general de anclajes y empalmes.

2.3.3.2 Respuesta monotónica Tensión - Deformación.


La Fig. 2.35 muestra la curva tensión deformación obtenida de aplicar una carga
monotónica en tracción. Se observa que la curva presenta una porción inicialmente
lineal y elástica, un plafón de fluencia (es decir, un punto de fluencia a partir del cual se
incrementan las deformaciones sin aumento de tensión) y un rango de endurecimiento
en el cual en forma variable, la tensión aumenta con la deformación hasta llegar a una
tensión máxima. Y luego finalmente una caída de la tensión hasta que el acero se
fractura.

El valor del módulo de elasticidad inicial se toma generalmente entre 200000 y


210000 MPa, tanto para compresión como para tracción.

La tensión que corresponde al punto de fluencia es una importante característica de


los aceros. Tan es así que su valor se utiliza en general para la designación del tipo de
acero. En general se cumple que mientras mayor es este valor, menor es la
deformabilidad del material. Para aceros que carecen de un escalón de fluencia bien
definido, la resistencia de fluencia se toma generalmente como la tensión que
corresponde a una determinada deformación (por ejemplo, la que corresponde a
εy=0.002 = 0.2 %).
49

La Fig. 2.36 compara las respuestas tensión-deformación para aceros utilizados


para pre-compresión y para hormigón armado convencional, y se ve que para los
aceros de alta resistencia el plafón tiende a desaparecer.

Fig. 2.35
Curva tensión-deformación que
publica ACINDAR para sus aceros
ADN-420

Fig. 2.36. Respuesta tensión - deformación para diferentes


tipos de aceros.
50

Para cables y alambres que no exhiben una tensión de fluencia, se define una
tensión de fluencia equivalente como aquella que corresponde a una deformación del
0.2 % (0.002). Es claro que a un aumento de la resistencia, y que está asociada a
aceros con mayor contenido de carbono, corresponde una disminución de la
deformabilidad de los aceros, y por lo tanto una reducción en la capacidad de
disipación de energía, generalmente cuantificada por el factor de ductilidad, el cual
representa la relación entre la deformación máxima y aquella que corresponde al inicio
de fluencia. La deformabilidad de los aceros también se ve disminuida por los procesos
de endurecimiento en frío a que puedan ser sometidos.

La deformación mínima del acero antes de la fractura es normalmente también


definida en las especificaciones de materiales puesto que es esencial para la seguridad
de la estructura que el acero sea suficientemente dúctil como para sobrellevar grandes
deformaciones antes de su falla total. En nuestro medio, por ejemplo, se especifica que
εmáx sea como mínimo del 12 %.

Las características deseables del acero de refuerzo son que posea un largo
escalón de fluencia seguido de un endurecimiento gradual de postfluencia, y que
además posea una baja variabilidad de la tensión de fluencia con respecto al valor
nominal especificado.

Estas características son recomendables desde el punto de vista del diseño por
capacidad. Este necesita que la resistencia al corte de todos los elementos y que la
resistencia a flexión de las secciones que no son detalladas como regiones potenciales
de articulación plástica deberían exceder las fuerzas que corresponden al desarrollo de
la sobre resistencia en las zonas plásticas seleccionadas. Si el acero exhibe un
temprano y rápido endurecimiento, las tensiones en el acero en una sección con
fuertes demandas de ductilidad pueden exceder la tensión de fluencia por un margen
excesivo. Esto también ocurriría si la tensión de fluencia real es mayor que la
especificada y supuesta en el diseño. En ambos casos, el resultado será que será
necesario utilizar mayores factores de sobre resistencia, para protegerse de fallas de
corte o inesperadas zonas plásticas.

En países como Japón, Nueva Zelanda y EEUU los ensayos de los aceros han
dado suficiente información sobre las verdaderas características mecánicas. En nuestro
medio se hacen necesarios estudios similares. En la sección 2.3.3.4 se presentan
algunos resultados de barras de acero utilizadas en Mendoza.

2.3.3.3 Respuesta inelástica cíclica.


Cuando el acero de refuerzo es sometido a ciclos de carga en el rango
inelástico, el plafón de fluencia desaparece y en la curva tensión-deformación se
manifiesta el efecto Bauschinger, en el cual la respuesta no lineal se desarrolla a una
deformación mucho más baja que la que corresponde a fluencia.

La Fig.2.37a muestra el caso de comportamiento cíclico predominantemente del


lado de las deformaciones en tracción, mientras que en la Fig. 2.37b las excursiones no
lineales son simétricas en tracción y compresión. El primer caso es típico de la
respuesta de las barras en rótulas plásticas en vigas en las que es poco probable que
sufra gran plasticidad en compresión. Para estos casos la respuesta monotónica
provee una envolvente de la respuesta cíclica.
51

El caso (b) se podría


dar durante la respuesta
inelástica de columnas con
fuerzas axiales moderadas
o altas. En estos casos,
(a) (b)
mientras que la amplitud
respuesta se incrementa,
los niveles de tensión para
Fig. 2.37. Comportamiento cíclico del Acero: una deformación dada
(a) con deformaciones de tracción, (b) con deformaciones de tracción y
compresión. también se incrementan y
pueden exceder por
bastante margen las
tensiones que se obtendrían de la curva tensión-deformación monotónica.

2.3.3.4 Efectos de la velocidad de deformación.


Para valores de velocidad de deformación característicos durante la respuesta
sísmica (del orden de 0.01 a 0.10 s-1), las barras de acero manifiestan un significativo
incremento en la tensión de fluencia con respecto a los valores estáticos. Las
referencias dan incrementos del orden de 10 % a 20 % respectivamente para valores
de deformación entre 0.01 a 0.10 s-1, en los aceros con tensión de fluencia cercana a
400 MPa.

2.3.3.5 Efecto de la temperatura en el acero.


Si bien el coeficiente de dilatación térmica del acero es cercano a 6.5x10-6 /°C ,
es aceptado utilizar el mismo valor de 1x10-5/°C para ambos materiales. Por encima de
los 200°C hay una substancial reducción tanto de la rigidez como de la resistencia de
los aceros. A 400°C la resistencia a tracción de los alambres y cables es apenas un 50
% del valor a los 20°C .

La Fig. 2.38 muestra la variación de la resistencia a tracción de diversos tipos de


acero ante la influencia de altas temperaturas. Por debajo de ciertos valores de
temperatura (típico –20ºC) la
ductilidad de las barras de
acero prácticamente se pierde
y éstas se comportan en
forma frágil apenas se alcanza
la tensión de fluencia. Por lo
tanto se debe tener cuidado
cuando se necesita diseñar
estructuras dúctiles en climas
muy fríos.

Fig. 2.38.
Reducción de la resistencia de
los aceros a altas temperaturas.
52

2.3.3.6 Factor de sobre resistencia.


Tal cual se mencionó en el capítulo 1, sección 1.6, ecuación (1.18), es necesario
estimar con bastante confidencia el nivel de sobre resistencia por flexión en las
regiones potenciales plásticas, a los efectos de poder llevar a cabo el diseño por
capacidad. Con relación al comportamiento del acero y su influencia en la sobre
resistencia, ha quedado demostrado que la misma proviene de dos fuentes: una es la
variación de la tensión de fluencia por encima de la especificada, y la otra la mayor
tensión que se obtiene por endurecimiento del acero cuando éste desarrolla altas
ductilidades. En definitiva, el factor de sobre resistencia para el acero se pude evaluar
mediante la expresión:
λo = λ1 + (λ2 − 1.0) (2.35)

λo = factor de sobre resistencia total.


λ1 = relación entre la tensión real de fluencia y la especificada de fluencia.
λ2 = relación entre la tensión real de fluencia y tensión a la que se produce la
falla por flexión.

En nuestro medio, es necesaria una investigación profunda de las características


de los aceros para determinar estos factores. Para los aceros de Nueva Zelanda, por
ejemplo, se ha determinado que λ1 es del orden de 1.15, y para λ2 se puede tomar 1.10
para los aceros de fy= 275 MPa y 1.25 para los aceros de fy= 400 MPa. En definitiva,
resulta que debería tomarse como factores λo= 1.25 para aceros con fy= 275 MPa y
λo= 1.40 para fy= 400 MPa.

2.3.3.7 Investigación de Aceros utilizados en nuestro medio.


En las figuras que siguen se puede observar parte de la investigación que se ha
iniciado en el IMERIS para determinar las características de los aceros utilizados en
nuestro medio. Las curvas, ver Ref.[21], fueron determinadas por alumnos de la
facultad de ingeniería de la UNC a partir de ensayos que se llevaron a cabo en el
INPRES de San Juan. Las barras fueron llevadas desde Mendoza y representan
aceros comercializados en nuestro medio. Los ensayos a la fecha incluyen barras de
diámetro de 4 mm, 6 mm, 8 mm, 10 mm, 12 mm y 16 mm.

El reglamento para estructuras sismorresistentes de hormigón armado de


nuestro país, Ref.[22], exige que se cumplan las siguientes condiciones:

(i) La tensión de fluencia especificada para la armadura longitudinal,


fy, no será mayor que 420 MPa, y la conformación superficial será
del tipo conformada.

(j) La relación entre la tensión real de fluencia y la tensión de fluencia


especificada no pude ser mayor que 1,30.

(k) La relación entre la resistencia a tracción real y la tensión de


fluencia real no debe ser menor de 1.25.

Se deja al alumno la tarea de investigar cuáles son las razones por las que la
norma impone tales requerimientos, y el alumno debe verificar además si las curvas
que a continuación se muestran cumplen con las normas CIRSOC 201 e INPRES
CIRSOC 103, parte II, 2005.
53

Tensión Def. (Extensometro - Mesa)

750

700

650

600

550

500

450
Tensión [MPa]

400

350

300

250

200

150

100

50

0
0,0 0,3 0,5 0,8 1,0 1,3 1,5 1,8 2,0 2,3 2,5 2,8 3,0
Deformación %

4,2mm #1 Acindar 4,2mm#2 Acindar 12mm#3 Acindar

Fig. 2.39.a Barra de acero diámetro 4.2 mm.

Tensión Def. (Extensómetro - Mesa)

750

700

650

600

550

500

450
Tensión [MPa]

400

350

300

250

200

150

100

50

0
0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0
Deformación %

6mm #1 Acindar 6mm#2 Acindar 6mm#3 Acindar

Fig. 2.39.b Barra de acero diámetro 6 mm.


54

Tensión Def. (Extensómetro - Mesa)

700

650

600

550

500

450
Tensión [MPa]

400

350

300

250

200

150

100

50

0
0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0 17,0
Deformación %

8mm #1 Acindar 8mm#2 Acindar 8mm#3 Acindar

Fig. 2.39.c Barra de acero diámetro 8 mm.

Tensión Def. (Extensómetro - Mesa)

750

700

650

600

550

500

450
Tensión [MPa]

400

350

300

250

200

150

100

50

0
0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0 17,0 18,0 19,0 20,0
Deformación %

10mm #1 Acindar 10mm#2 Acindar 10mm#3 Acindar

Fig. 2.39.d Barra de acero diámetro 10 mm.


55

Tensión Def. (Extensómetro - Mesa)

850

800

750

700

650

600

550

500
Tensión [MPa]

450

400

350

300

250

200

150

100

50

0
0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0 17,0
Deformación %

12mm #1 Acindar 12mm#2 Acindar 12mm#3 Acindar 12mm#4 Acindar 12mm#5 Acindar

Fig. 2.39.e Barra de acero diámetro 12 mm.

s-e (Extensómetro - Mesa)

900
850
800
750
700
650
600
550
Tensión [MPa]

500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0
Deformación %

16mm #1 Acindar 16mm#2 Acindar

Fig. 2.39.f Barra de acero diámetro 16 mm.


56

2.3.3.8 Control de calidad del acero según normas IRAM.


El Reglamento CIRSOC 201 especifica que las barras de acero conformadas de
dureza natural para hormigón armado deben cumplir con los requisitos de la norma
IRAM-IAS U 500-528. IRAM = Instituto Argentino de Racionalización de Materiales.
IAS= Instituto Argentino de Siderurgia. Para el método de ensayo a tracción, se debe
consultar la IRAM-IAS U 500 102, y para la de doblado la U 500 103.

2.3.3.8.1 Definiciones. Discrepancias.

En la norma U 500 528 se aclara que hay dos tipos de dimensiones: las nominales y
las equivalentes, que se utilizan para distintos propósitos. Las nominales son las que
sirven para su designación, referencia para establecer discrepancias y para el cálculo
de esfuerzos en las barras en los diseños estructurales. Las equivalentes se utilizan
para el cálculo de las características mecánicas.

En la sección 4.3 la norma especifica a través de una tabla, que se reproduce a


continuación, los valores nominales del diámetro, área, perímetro y masa por unidad de
longitud de las barras, habiendo adoptado como densidad del acero 7.85 t/m3.

Diámetro Área nominal Perímetro Masa nominal


nominal de la sección nominal por unidad de
transversal longitud
mm cm2 cm Kgr/m
6 0.283 1.88 0.222
8 0.503 2.51 0.395
10 0.785 3.14 0.617
12 1.13 3.77 0.888
16 2.01 5.03 1.58
20 3.14 6.28 2.47
25 4.91 7.85 3.85
32 8.04 10.1 6.31
40 12.60 12.6 9.86

En la sección 2.3 aclara que el diámetro nominal, d, es aquel con el que se designan
las barras, y que sirve para determinar área, perímetro y masas nominales.

Sin embargo, en la sección 7.2 la norma especifica que las características


mecánicas se deben determinar a partir de un trozo de barra en estado de entrega, y
de acuerdo a la norma U500 102. Establece que el límite de fluencia y la resistencia a
tracción se deben calcular utilizando el área equivalente de la sección transversal (hay
una excepción: ver la norma). Para ello define las dimensiones equivalentes, que se
obtienen a partir de pesar una barra según se entrega de 1.00 metro de longitud, valor
al que designa como masa medida m, expresada en gramos. De allí define:

Diámetro equivalente, de ,sección 2.4: el que corresponde a una barra de sección


transversal circular lisa, que tiene igual masa (medida) por unidad de longitud que la
barra conformada. Su valor se obtiene a partir de:
πd 4
peso = volumenxpesoespecifico = m = e lx7.85 x10 −3 g / mm3
4

De donde:
57

m
d e = 12.74 (2.36)
l
expresando el peso m en gramos, la longitud en mm y de resulta en mm.

Área equivalente, Se, sección 2.6: se determina a partir de la masa (peso) medida
de un trozo de barra, con la expresión:

πd e2 m
Se = = 127.48 (2.37)
4 l

expresada en mm2, con m en gramos y l en mm. Como antes se expresó, las


tensiones de fluencia y de rotura se calculan usando esta área equivalente.

2.3.3.8.2 Formación de Lotes.


Identificar el lote: conjunto de barras de una misma designación (por ejemplo ADN
420), y medidas nominales (por ejemplo diámetro 12mm) fabricadas bajo misma
condición de producción y que para la inspección son una unidad.

Ejemplo: para comprender mejor la aplicación de la norma se presenta como ejemplo


el caso de una vivienda de 400 m2 de superficie cubierta con un índice de consumo de
25 Kgr/m2, Kgr de acero/m2 de superficie cubierta, lo que implica 10 000Kgr = 10 ton
de acero en total. Se va a suponer que la siguiente distribución de diámetros de acero:

diámetro % Peso en No de barras Peso Identificación


total ton de 12m Ajustado en ton de Lote
6 mm 30 3.0 1130 3.01 ADN 420-6
8 mm 35 3.5 740 3.51 ADN 420-8
10 mm 20 2.0 270 2.00 ADN 420-10
12 mm 15 1.5 140 1.49 ADN 420-12
totales 100 10.0 2280 10.01 4

Base Técnica de Compra: la norma, en la sección 3.3 establece que para la


compra se debe especificar:

a) masa total de barras (por lote) solicitadas, en kilogramos;


b) designación de las barras, ADN 420;
c) diámetro nominal de las barras;
d) forma de entrega (tramo recto o rollos), y en caso de tramo rectos la
longitud en metros;
e) el número de la norma.

Por ejemplo, para el caso en estudio sería, para cada lote:

3010 Kgr-ADN 420 – 6 mm – 12 m


IRAM-IAS U 500-528/94

3010 Kgr-ADN 420 – 8 mm – 12 m


IRAM-IAS U 500-528/94

2000 Kgr-ADN 420 – 10 mm – 12 m


IRAM-IAS U 500-528/94
58

1490 Kgr-ADN 420 – 12 mm – 12 m


IRAM-IAS U 500-528/94

Cómo se debe entregar: Se entrega en atados, firmemente tomados, que no se


aflojen ni desaten. Cada atado debe estar perfectamente identificado con tarjeta
resistente, en lugar visible y que diga: (i) marca (por ejemplo ACINDAR), (ii)
designación (ADN 420), (iii) diámetro nominal de las barras (por ejemplo 10 mm), (iv)
número de colada, si corresponde y (v) “enderezado”, si corresponde.

Qué se debe controlar: con inspección visual en la recepción el estado de los atados y
la tarjeta para cada lote.

2.3.3.8.3 Muestras y Probetas.

Muestras: de cada lote se deben extraer al azar 5 barras de tramos rectos, o 5 rollos
según se suministre. Se forman grupos según sean de la misma colada o no (en este
caso cada grupo de 10 ton). Si es una misma colada, grupo=lote (ver Diagrama de
Flujo, Fig. 2 de la norma).

Para el ejemplo, se supone que todas las barras son de la misma colada, por lo que
al azar, de cada lote se toman cinco (5) barras rectas, como muestras.

ADN 420-6 = 5 barras


ADN 420-8 = 5 barras
ADN 420-10= 5 barras
ADN 420-12= 5 barras

y de cada uno de ellos se extraen tres (3) probetas:


1 para ensayo de tracción
1 para ensayo de doblado y desdoblado
1 para eventual ensayo de doblado.

Las mismas muestras se usan para la determinación de masa, propiedades


químicas y propiedades mecánicas.

2.3.3.8.4 Control de Medidas y Masa.

De acuerdo al diagrama de flujo que indica la norma U 500 528, lo primero a


verificar son las dimensiones y las masas.

Para las medidas, la norma en sección 7.3 aclara que se deben realizar con
calibradores adecuados para verificar si están dentro de las discrepancias. En su tabla
V (ver norma), da las tolerancias para dimensiones para nervios longitudinales, en
función del diámetro nominal d, y para las dimensiones, separaciones y ángulos de
nervios transversales.

Primero se controlan las medidas y luego, si aprueba, las masas.

Qué se controla de las medidas:


59

a) Nervios longitudinales: que sean continuos, uniformes y simétricos. Dimensiones.


b) Nervios transversales: espaciados a distancias uniformes. Dimensiones.

Es de hacer notar que las barras se suministran con un largo nominal, para tramos
rectos, de 12 m, pero se admite que de la masa total de un lote, hasta el 15 % puede
venir con barras de 8 m a 11.50 m. Además, las discrepancias en el largo solicitado
pueden ser de ± 0.50 m. Esto puede ser modificado por convenio.

Se remite al lector a la norma, o a los apuntes del tema Adherencia y Anclajes para
consultar las dimensiones.

Si no se cumplen las condiciones, se extraen cantidad doble de barras y se verifica.


Si no se vuelve a cumplir el lote se rechaza. Si cumple, se pasa a control de masas.

Note que no hay control directo del diámetro (debido a la configuración superficial).
Se lo verifica en forma indirecta a través de la masa.

Qué se controla de las masas:

Para las masas (pesos) se define la discrepancia como la diferencia porcentual entre
la masa medida y la masa nominal de las barras, referida a ésta última. La siguiente
tabla muestra las discrepancias admitidas:

Diámetro nominal Discrepancias en la masa en %


de la barra d (mm) Individual* lote
d<10 ±8 ±5
d≥10 ±5 ±3
*si la discrepancia es >4% ver sección 7.2.1 de norma. La norma no contempla diferencias con las
declaradas en pesadas por expedición.

Para determinar las masas, se cortan trozos de aproximadamente 1.0 metro de largo
y se los pesa en balanza con sensibilidad de 0.1 gr para diámetros de 6 mm hasta 12
mm, y de 1 gr para diámetros mayores.

Si cumple las condiciones se califica como lote aprobado sólo en medidas y masa.

Si no se cumple con las tolerancias máximas admitidas para la masa, se acepta


remuestreo extrayendo el doble de las muestras elegidas al azar y procediendo a
nuevas verificaciones. Ver norma.

2.3.3.8.5 Composición Química.

Se debe verificar el contenido de Azufre y Fósforo. La tabla siguiente da los límites.

Elemento Análisis de colada Análisis de Producto


Azufre (S) máx % 0.050 0.058
Fósforo (P) máx % 0.040 0.048

Si no pasa, se acepta remuestreo con doble de muestras. Si no pasa nuevamente se


rechaza el lote. Si pasa, se continúa hacia verificación de propiedades mecánicas.
60

2.3.3.8.6 Ensayo de tracción.

Para dimensión de probetas y forma de ensayo ver U 500 102.

Cada grupo será aceptado si de los ensayos a tracción se verifica que:


a) los valores Individuales cumplen con las condiciones de la siguiente tabla:

Designación Límite de fluencia Resistencia a la Alargamiento %


De la barra Mínimo Re* Tracción, mínima R de rotura mínimo A10
ADN 420 MPa MPa %
412 500 12
* Si no posee límite de fluencia, tomar el convencional Rp0.2.

b) los valores Medios deben cumplir con:

Re ≥ 412MPa + X 1 (2.38)

A10 ≥ 12% + X 2 (2.39)

Hasta la versión 1994, se adoptaban los siguientes valores característicos:

X 1 = 18MPa
X 2 = 1 .5 %

c) para cada ensayo individual deben cumplir con la siguiente relación:

R
≥ 1.20 (2.40a)
Re
Para barras laminadas en caliente y obtenida en tramos rectos, y
R
≥ 1.10 (2.40b)
Re
Para barra laminada obtenida en rollo y luego enderezada.

Se hace notar que el Reglamento INPRES CIRSOC 103, parte II, establece
condiciones adicionales para diseño sismorresistente, y que hacen aún más estrictas
las condiciones anteriores:

a) la tensión de fluencia “especificada” no puede ser mayor de 420 MPa (excepto


para el caso de mallas soldadas, donde puede ser A500): en este caso no modifica
condiciones anteriores.

b) Relación de resistencia a flexión real vs. especificada:


R f yreal
= ≤ 1.30 (2.41)
Respecificada f yespecificada

c) Relación de tensiones máximas y de fluencia medidas:


R f
= máxreal ≥ 1.25 (2.42)
Re f yreal
61

Se ve que esta última condición controla sobre la exigida por la ecuación (2.40).

Si no se cumplen las condiciones, se permite extraer 10 nuevas barras de cada


grupo o lote defectuoso. Si cumple se aprueba y pasa a ensayo de doblado. Si no
cumple, y todo el grupo es de colada identificada, se puede pasar a remuestreo
estadístico. Para esto se presentan dos casos:

(i) si se conoce la desviación normal histórica, σ ,de la producción, se toman 15


muestras;
(ii) si no es el caso, se extraen 35 muestras y se evalúa la desviación estándar s.

Las condiciones a cumplir, según los casos, son:

Re15 ≥ 420MPa + 1.65σ [MPa] (2.43a)


A10,15 ≥ 12% + 1.65σ [%] (2.44a)
o bien:
Re 35 ≥ 420MPa + 1.65s [MPa] (2.43b)
A10,35 ≥ 12% + 1.65s [%] (2.44b)

Si las condiciones no se cumplen, el lote es rechazado.


Si se cumple, se pasa a verificación de doblado.

Como se aclaró antes, las resistencias a tracción se evalúan con el área equivalente
(ver excepción de norma) Para el alargamiento, la longitud de referencia debe ser igual
a diez (10) diámetros.

2.3.3.8.7 Ensayo de Doblado.

Para el ensayo de doblado y desdoblado se debe consultar a la norma IRAM-IAS U


500-91, y para el de doblado la U 500-103. Para ensayo a doblado y desdoblado, las
barras no deben presentar fisuras, grietas o roturas transversales y oblicuas al eje de la
probeta en la cara interna de la zona doblada.

El ensayo de doblado, que se hace con ángulo de 180o, se deben se hacen sobre un
mandril respetando los diámetros indicados en la siguiente tabla:

Diámetro nominal Diámetro del Mandril


de la Barra d
mm mm
d≤25 3.5 d
d=32 5.0 d
d=40 7.0 d

El control de calidad de los materiales es fundamental para poder asegurar la calidad


de la obra y su durabilidad. En nuestro medio no se hacen en general los controles de
calidad, excepto para obras especiales. Se debería llevar a cabo el control como rutina
y para todas las obras. Una forma es no permitir la habilitación de la misma si no se
presentan los certificados de control de los materiales, como se hace en otros países
en forma rigurosa. Se deja al lector la lectura de otros detalles de la norma.
62

2.3.4. COMENTARIOS FINALES.

A continuación se mencionan algunos aspectos importantes, y en particular se


muestran figuras que ilustran los conceptos.

Fig. 2.40. Ésta no es la manera


adecuada de almacenar el acero
en obra.

Fig. 2.41. Buen lugar y forma correcta de


almacenar el acero de refuerzo.
63

Fig. 2.42. Verificar el diámetro del


mandril antes de doblar una barra.

Fig. 2.43. Doblado del acero.


Cerciorarse de que todos los dobleces
están en un solo plano, por ejemplo,
sujetando las varillas al doblar los
estribos.
64

Fig. 2.44. Importancia del recubrimiento. Daño originado por oxidación debido a recubrimiento
insuficiente. Observe el grave estado de corrosión.

Fig. 2.45. Forma de colocar los espaciadores de concreto para lograr un recubrimiento
adecuado de las barras de acero. Note que las barras llevan gancho a 180o pero son lisas.
65

2.4. BIBLIOGRAFÍA.

[1] “Prestressed Concrete Structures” M. P. Collins y D. Mitchel. Prentice Hall Inc. 1991.
[2] “Design of Prestressed Concrete Structures”. Volume 1: Theory of Prestressed
Concrete. Robert Park. Monografía de la Universidad de Canterbury, Christchurch,
Nueva Zelanda.
[3] “Estructuras de Hormigón Armado: Tomo V. Hormigón Pretensado”. Fritz
Leonhardt. El Ateneo. 1988.
[4] “Properties of Concrete “. A. M. Neville. Pitman Publishing Ltd. 1978.
[5] “Curso de Hormigón Armado “Oreste Moretto. El Ateneo. 1970.
[6] “Reinforced Concrete Structures”. R. Park y T. Paulay. John Wiley & Sons. 1975.
[7] Productos, Sistemas y Servicios para la Construcción. Tablas y Equivalencias.
ACINDAR.
[8] American Concrete Institute. ACI-318-1995.
[9] “El Hormigón Armado”. R. Saliger. Labor S.A. 1963.
[10] “Estructuras de Hormigón Armado”. F. Leonhardt. Tomo I. El Ateneo. 1973.
[11] “Comportamiento Sísmico de Estructuras de Hormigón Armado”. V. V. Bertero. 3-
EIPAC-1997. Mendoza.
[12] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”. T. Paulay &
M.N.J. Priestley. J. Wiley & Sons. 1992.
[13] “Código de Diseño de Hormigón Armado-Basado en el ACI-318-95”. Chile. Abril
1997.
[14] “Concrete Structures Standard”. NZS 3101:Part 1:1995. Standards New Zealand.
[15] “Seismic Design and Retrofit of Bridges”. M. J. N. Priestley, F. Seible and G. M.
Calvi. John Wiley &b Sons. 1996.
[16] “Theory of Elasticity” S.P. Timoshenko y J.N. Goodier. 3er. Edición. 1970. Mc
Graw-Hill-Inc.
[17] “The Structural Use of Concrete”. British Standard Institution. CP110:Part1:1972.
Noviembre 1972.
[18] Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. Proyecto, Cálculo y Ejecución
de Estructuras de Hormigón Armado y Pretensado. Julio 1982. INTI.
[19] CEN. Comité Europeo de Normalización. ENV:1992-1-1. ENV 206:1990.
[20] Reglamento CIRSOC 201. Reglamento Argentino de Estructuras de Hormigón.
2005. INTI.
[21] Informe de Proyecto de Investigación: “Curvas Tensión-Deformación de Barras de
Acero Utilizadas en Estructuras de Hormigón Armado en Nuestro Medio”. Mariana E.
Giménez, Germán A. Nanclares y Sebastián D. Furlán. Supervisor: Ing. Carlos R.
LLopiz. Parte de la Asignatura Investigación en la Ingeniería Civil. Marzo 2009.
[22] Reglamento INPRES CIRSOC 103, parte II. 2005. INTI CIRSOC.
[23] “Factor de sobrerresistencia de Material. Incidencia en el Diseño por Capacidad.
Caso de los Aceros utilizados en Mendoza”. 8-EIPAC-09. Septiembre 2009. Mendoza.
C.R. LLopiz, E. Vega, G. Nanclares, M. Giménez y S. Furlán.
1

Instituto de Mecánica Estructural


y Riesgo Sísmico

HORMIGÓN I
Unidad 3:
COMPORTAMIENTO, RESISTENCIA Y
DEFORMACIÓN DE ELEMENTOS DE HORMIGÓN
ARMADO SOMETIDOS A FLEXIÓN.
Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.
2

CONTENIDO.
3.1 INTRODUCCIÓN.
3.2 RELACIÓN MOMENTO vs. CURVATURA.
3.3 SUPOSICIONES BÁSICAS PARA EL COMPORTAMIENTO EN FLEXIÓN.
3.4 BLOQUE DE TENSIONE RECTANGULAR EQUIVALENTE.
3.5 MAXIMA DEFORMACIÓN DEL HORMIGÓN EN COMPRESIÓN.
3.6 ÁREAS COMPRIMIDAS NO RECTANGULARES.
3.7. RESUMEN DE LAS SUPOSICIONES Y RECOMENDACIONES PARA DETERMINAR
LAS RESISTENCIAS DE SECCIONES SOMETIDAS A FLEXIÓN. DIFERENCIAS
ENTRE LAS NORMAS.
3.8 RESISTENCIA DE MIEMBROS SOMETIDOS A FLEXIÓN SIMPLE. VIGAS.
GENERALIZACIÓN DEL PROBLEMA.
3.9 DISEÑO A FLEXIÓN CON FÓRMULA APROXIMADA.
3.10. RESPUESTA DÚCTIL. CONCEPTO DE FALLA BALANCEADA.
3.11 CUANTÍAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DE FLEXIÓN. REDISTRIBUCIÓN DE
ESFUERZOS.
3.12 REQUISITOS ADICIONALES PARA DISEÑO SISMO RESISTENTE.
3.13 DISTRIBUCIÓN DE LA ARMADURA DE TRACCIÓN EN VIGAS Y LOSAS.
3.14 SECCIONES CON FORMA DE I, L y T.
3.14.1. RESISTENCIA A FLEXIÓN.
3.14.2. ANCHO EFECTIVO EN VIGAS T.
3.14.2.1. ANCHO EFECTIVO EN COMPRESIÓN.
3.14.2.2. ANCHO EFECTIVO EN TRACCIÓN.
3.15 RESPUESTA DE VIGAS A FLEXIÓN CON ARMADURA DISTRIBUIDA
VERTICALMENTE.
3.16 LIMITACIONES A LAS DIMENSIONES DE LOS ELEMENTOS
ESTRUCTURALES.

3.17 REFERENCIAS.
3.18. Apéndice A: Puntos del Diagrama Momento Curvaturas.
Momentos de Fisuración Positivos y Negativos en Vigas T.
3.19. Apéndice C: Ejemplos de Análisis Seccional. Momentos vs. Curvaturas.
3.20 Apéndice D: Tablas con fórmulas útiles para cálculo de áreas y baricentros.

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Emisión Revisión Revisión
Filename 1 3 Observaciones
0 2 4
AGO AGO ABR DIC ABR
T3-vigas.DOC
2001 2002 2006 2008 2009
Páginas 68 52 62 67 80
3

3.1. INTRODUCCIÓN.
En este capítulo se introduce al lector en los conceptos fundamentales que
rigen el comportamiento a flexión de los elementos de hormigón armado, las
hipótesis de diseño y análisis, y las prescripciones reglamentarias que se deben
satisfacer. Salvo otra indicación, nos referiremos a vigas y losas de hormigón
armado, para diferenciarlo en esta introducción de los elementos sometidos a
flexo-compresión, típicamente columnas y tabiques.

La Fig. 3.1 muestra parte de la armadura de una futura viga de hormigón


armado que pertenece a un edificio construido en la ciudad de Mendoza. En ella
también se observa la prolongación desde el nivel inferior de las barras de la
columna donde apoya la viga, la viga transversal, el nudo correspondiente y el
fondo de encofrados de madera de la futura losa de hormigón armado. Lo
importante que se quiere expresar con esta figura es que la viga forma parte de un
sistema estructural, y cuando se la diseñe y analice se entienda que NO se trata
de un elemento aislado.

Fig. 3.1 Unión de Losa, Vigas y


Columnas a la espera del Hormigonado.

La Ref.[1] indica en su sección 10.2.1 que para el diseño de elementos


como los mostrados se deben satisfacer las condiciones de equilibrio y
compatibilidad de deformaciones. Para aplicar las hipótesis y ecuaciones que se
necesite resolver, es conveniente antes poder comprender el fenómeno físico que
se estudia y además analizar en qué contexto dicho elemento deberá servir sus
propósitos: en particular para nuestra zona, la respuesta ante acciones
combinadas con el sismo toma preponderancia fundamental.

Sólo al efecto de comprender la respuesta del elemento a flexión y para


facilitar algunas definiciones básicas, se tomará a un elemento viga aislado. Tal
cual se muestra en la Fig. 3.2, la misma se encuentra sometida a una acción
gravitatoria, y se grafica de algún modo su respuesta desde carga cero hasta el
incremento progresivo de la misma que provoca la falla total de la pieza. En la
figura se comparan dos tipos posibles de falla, dúctil y frágil. La viga que se
4

estudia se supone con una relación elevada luz/altura de sección, con cierta
distribución de barras de acero en la parte superior, en la parte media y en la parte
inferior. Al respecto se hacen las siguientes observaciones:

Fig. 3.2. Respuesta de un Elemento sometido a Flexión.

(i) Se mencionó en el capítulo 1 de la importancia de la respuesta dúctil


en elementos críticos de sistemas sismorresistentes. La respuesta
frágil no debe ocurrir. Ante eventos extremos donde la estructura en
su conjunto es obligada a sobrellevar grandes deformaciones, ciertos
elementos deberían responder de forma tal que, una vez
desarrollada su resistencia máxima, sean capaces de soportar
grandes desplazamientos sin degradación de la capacidad
resistente.

(ii) En el capítulo 1 también se enfatizó sobre las incertidumbres que


hay para obtener las verdaderas demandas cuando la acción que
controla es la que proviene del movimiento del suelo que generan los
terremotos. Si a esto se suman las aproximaciones que se deben
realizar para modelar un edificio con su estructura y materiales, y si
además se trata de hormigón armado, es razonable pensar que el
diseñador no debería confiar demasiado en los resultados de su
análisis estructural elástico, por más sofisticado que haya sido. El
mensaje acá es que INDEFECTIBLEMENTE va a ocurrir una
desviación con relación a las resistencias requeridas del análisis
elástico, por lo que se deberá estimar, predecir y confiar en el
comportamiento inelástico. Esto implica una redistribución de
esfuerzos entre los elementos estructurales, para lo cual es
necesario un aceptable comportamiento más allá del régimen lineal y
elástico. Se necesita del comportamiento dúctil, lo cual implica
utilizar al máximo posible las capacidades de resistencia y ductilidad
de los materiales disponibles. Ciertos códigos como el ACI-318, ref.1
5

y el NZS-3101, ref. 4, aceptan ciertos porcentajes de redistribución.


Como se verá más adelante, uno de los beneficios directos de
aceptar la relocalización de esfuerzos es la de reducir la congestión
de armaduras en los soportes o extremos de miembros, al reducir los
picos extremos de momentos. Estos conceptos son pilares de lo que
se conoce como diseño por capacidad.

(iii) Se debe distinguir siempre entre comportamiento global y local, y


establecer las necesarias relaciones entre ellos. Por ejemplo, en la
Fig. 3.2 la curva de respuesta carga-deformación puede interpretarse
como representativa de la respuesta global. A su vez, para que sea
posible un comportamiento dúctil, dado que es una estructura
isostática, en su única sección crítica su comportamiento “local”
deberá ser también dúctil. La curva global dice que una vez
alcanzada la carga que produce el máximo momento en la mitad de
la viga, ésta es capaz de sobrellevar grandes deformaciones y aún
más incrementar la capacidad de carga levemente, y sin reducción
más allá de una ductilidad global ya superior a 4. Para este
concepto, referirse a la ecuación (1.2) del capítulo 1, sección 1.4.2.3.
La pregunta clave es cómo debe ser la respuesta local para permitir
este muy aceptable comportamiento global. Para esto entonces es
necesario que se estudie una curva de respuesta que exprese el
comportamiento de la sección crítica, ubicada en la mitad de la viga,
y que contenga los tres parámetros de comportamiento: rigidez,
resistencia y ductilidad.

3.2. RELACIÓN MOMENTO-CURVATURA.


Ya se ha expresado que para establecer una curva de respuesta, sea ésta
local o global, se necesita de condiciones de equilibrio, es decir estática, de
condiciones cinemáticas, es decir de compatibilidad de deformaciones y de alguna
relación que vincule el equilibrio con la cinemática, es decir de relaciones
constitutivas. En resistencia de materiales se ha visto que para una sección de
cualquier material en flexión la variable estática es el momento flector, M, y la
variable cinemática la curvatura, φ. La relación entre ellos está dada por el factor
EI, llamado factor de rigidez a flexión, donde E es el módulo de elasticidad del
material e I es el momento de inercia de la sección. Estos conceptos se han visto
hasta ahora en materiales homogéneos e isótropos: hay que ver cómo se
extienden al hormigón armado.

La Fig. 3.3 muestra una porción de un elemento sometido a flexión, que


bien podría ser el que corresponde a la sección crítica de la viga de la Fig. 3.1. si
admitimos que el esfuerzo axial P es insignificante o nulo, y que la porción de viga
seleccionada es suficientemente pequeña como para admitir que el momento M es
prácticamente igual en ambos extremos del elemento. El radio de curvatura R, la
profundidad de eje neutro que en este caso se designa con kd, la deformación de
6

compresión del hormigón en la fibra extrema εc y la del acero en tracción εs, varían
a lo largo de toda la viga. Para el elemento analizado de longitud dx la rotación θ
entre sus extremos, se puede calcular como:

d x ε cd x ε d
θ= = = s x
R kd d (1 − k )

Por lo que, para un elemento donde dx= 1.0, resulta:


1 εc εs
= =
R kd d (1 − k )

Por otro lado, 1/R, o sea la inversa del radio de curvatura, es la curvatura
θ
del elemento φ , es decir la rotación por unidad de longitud , que resulta ser:
dx
φ=
1 εc
= =
εs
=
(ε c + ε s ) (3.1)
R kd d (1 − k ) d

lo cual demuestra que la curvatura no es otra cosa que el gradiente del


perfil de deformaciones del elemento en la sección considerada (o mejor dicho en
el tramo de longitud considerado). Claramente se ve que la ecuación anterior es
una relación cinemática, es pura geometría y compatibilidad de deformaciones.

θ /2 θ /2 εc dx
2

εs dx . 1
dx
(d-kd) 2

Fig. 3.3. Deformaciones de un Segmento de un Elemento Sometido a Flexión.


7

De resistencia de materiales se conoce además que las relaciones


estáticas deben plantearse a partir del equilibrio del elemento analizado. Este
equilibrio debe corresponder a las fuerzas exteriores entre sí (acciones y vínculos),
acciones interiores entre sí (esfuerzos internos) y de acciones exteriores con
esfuerzos internos. Para el equilibrio de estructuras en el plano, la estática impone
las siguientes condiciones:

∑Fx = 0 ∑Fy = 0 ∑Mxy =0 (3.2)

De estas dos ecuaciones, la primera y la tercera son las de aplicación


cuando se diseñe y analicen secciones de hormigón armado sometidas a flexión.
Es importante volver sobre estos principios básicos pues muchas veces el uso de
tablas y ábacos para el diseño hacen perder la percepción de los conceptos
fundamentales. Según la primera de las ecuaciones 3.2, en una sección
determinada, los esfuerzos internos de tracción y compresión inducidos, si no hay
acción externa, deberán ser iguales y de sentido contrario,

fmax

f
c
y
-y
dA -f

 y  f max
∑F x = 0 = ∫ f dA = ∫  f max  dA =
A

A kd
 kd ∫ A
y dA = y A (3.3.a)

Esto significa que el eje neutro debe pasar por el centroide o baricentro
geométrico de la sección homogénea.

Sin embargo, por tratarse de flexión, las resultantes de los esfuerzos


axiales por encima y por debajo del eje neutro no tendrán la misma recta de
acción: en consecuencia entra a jugar la tercera de las ecuaciones de equilibrio, el
equilibrio de momentos, que indica que el momento externo actuante en esta
sección debe ser equilibrado por la cupla interna. En definitiva las ecuaciones
estáticas serían:

C=T (3.3.b)

es decir esfuerzos de compresión, C, iguales a los de tracción, T, y:

C . jd = T . jd = M (3.3.c)
8

cupla interna igual a momento flector actuante, siendo jd la distancia entre C y T.

La relación constitutiva en flexión se obtiene cuando se introducen las


relaciones constitutivas de los materiales, aparece el módulo de Young, E, por ser
esfuerzos axiales los inducidos por flexión y entonces a partir de la ecuación de
equilibrio de momentos:

 y  f max
∑ M = 0 = ∫  kd f
A
max  dA y =
 kd ∫
A
y 2 dA (3.4.a)

Por lo tanto:
f max
M= I (3.4.b)
kd

y la tensión máxima está relacionada con la deformación máxima (es lineal en el


rango elástico, y proporcional a E por la ley de Hooke), por lo cual se puede
escribir:

ε max
M= E I = ϕ .E I (3.4.c)
kd

de donde entonces la Rigidez a Flexión, o factor de rigidez a flexión, se obtiene


como:

M
EI = (3.5)
ϕ

En definitiva, el problema de obtener una curva representativa del


comportamiento local sería posible si a partir de la ecuación (3.1) se pudiera
obtener la curvatura en la sección crítica y de evaluar las cargas que actúan sobre
la viga se puede calcular, por simple estática, el momento flector en dicha sección
y en cada instante cuando la carga exterior crece desde 0 hasta provocar la falla
completa de la viga.

Si las deformaciones específicas, εc y εs, se miden alrededor de la sección


crítica de la viga de la Fig. 3.2 sobre una longitud suficientemente corta, es posible
encontrar la variable cinemática asociada a cada paso o incremento de carga.
Note que conceptualmente hablando NO es posible encontrar la curvatura en una
sección pues ésta se obtiene a partir de medir las deformaciones específicas en
una distancia finita. Por ello lo que se obtiene son deformaciones específicas
promedio, y por lo tanto, valores promedios de curvaturas asociadas.
9

Fig. 3.4. Respuesta Local: Relaciones Momento vs. Curvaturas para Vigas
Simplemente Armadas.(a) Respuesta Dúctil. (b) Respuesta Frágil.

La Fig. 3.4 muestra la relación Momento-curvatura para la sección crítica de


una viga como la de Fig. 3.2. Se pretende que en forma intuitiva el lector pueda
justificar los dos tipos de comportamiento local representados por sendas curvas,
y que a su vez, para cada tipo de respuesta local se prevea la posible respuesta
global. Por ahora basta con aceptar que la viga es de hormigón armado, y que por
lo tanto, para hacer frente a las solicitaciones de flexión, que es positiva en este
caso, es decir con tracción en la cara inferior, va a movilizar los siguientes
mecanismos de resistencia:

(a) En la parte superior la sección está comprimida, por lo cual de estar


armada como en la foto Fig. 3.1, ambos acero y hormigón van a poder
trabajar en forma solidaria.

(b) En la parte inferior, dado que existen deformaciones inducidas de


tracción por flexión, sólo a muy bajos valores de tensión ambos
materiales trabajarán juntos.

(c) A partir de cierto instante, solamente el acero ubicado bajo el eje neutro
podrá equilibrar al momento actuante.

De las observaciones anteriores, es claro que el primer hito importante en la


respuesta de la sección crítica va a ser el agotamiento de la fibra extrema inferior
del hormigón en tracción, “first crack” en la Fig 3.4(a) y (b).

Con el aumento de la carga, las fisuras de tracción se propagan hacia


arriba, y van progresivamente dejando “fuera de combate” al hormigón en tracción
a cierta distancia del eje neutro. Por obvias razones, conviene entonces ignorar,
para este caso, los mecanismos de resistencia a tracción del hormigón.
10

Para comprender los subsiguientes posibles estados límites que se


producirán con el aumento de la carga externa, convengamos que quedan
entonces como mecanismos de resistencia para compresión el hormigón y las
barras de acero superiores, y para tracción las barras inferiores. Recordando las
leyes constitutivas de los materiales, la falla del hormigón es por compresión
(aplastamiento) cuando alcance su deformación máxima, ver Figs. 2.5 y 2.6. Note
que alrededor de una deformación del 0.2 % (0.002) se alcanzaría la tensión
máxima, y cerca del doble de ésta, 0.4 % (0.004, para hormigón sin confinar) se
rompería por compresión. Por inspección de la Fig. 2.28, el acero podría entrar en
fluencia cerca de una deformación del 0.2 % (por ejemplo para acero ADN-420 y
Es = 200 000 MPa) pero recién fallaría totalmente (rotura por tracción) a una
deformación mayor del 10 %, es decir por lo menos 50 veces más allá del límite de
fluencia. Por esta razón y porque el hormigón no puede acompañar grandes
deformaciones, el próximo estado límite se podría producir o bien por rotura del
hormigón por compresión o bien por fluencia del acero en tracción.

Es claro que hay una gran diferencia entre estos dos tipos de “fallas”: si el
hormigón llega antes a la máxima deformación por compresión que el acero al
comienzo de fluencia, significa que, a menos que el hormigón en compresión esté
confinado por estribos a poca separación entre ellos, acá termina la historia de la
viga, pues se produce su falla completa. Su representación M-ϕ sería del tipo de
Fig. 3.4(b), como respuesta global, e induciría una respuesta global del tipo “brittle
behaviour”, ver Fig. 3.2. Si en cambio, se le da la oportunidad al acero para que
entre en fluencia por tracción antes de que el hormigón alcance su límite de
deformación de compresión, la sección crítica de la viga habrá alcanzado un
estado límite que llamaremos de fluencia del acero en tracción, y que realmente
no implica una falla sino más bien “un logro”. Se alcanza el punto “first yielding of
steel” en la Fig. 3.4(a) y a partir de este estado, cualquier intento de incremento de
cargas se traducirá en deformaciones plásticas importantes Esto puede o no
implicar importantes variaciones de la resistencia por encima del valor de fluencia,
lo que dependerá fundamentalmente de las características mecánicas del acero
en tracción ubicado en el nivel inferior, y de si existen otras capas de acero por
encima de aquel. Se ve según Fig. 3.4(a) que la respuesta local es bastante dúctil
(del orden de 8 en la gráfica), y esto va a inducir una respuesta global también
dúctil, señalada como “ductile behaviour” en la Fig. 3.2. En teoría, para ciertas
condiciones del diseño de la sección de la viga de hormigón armado podría ocurrir
que en forma simultanea se alcance la deformación máxima del hormigón en
compresión y la de fluencia del acero en tracción. Este estado se llama de “falla
balanceada”, y correspondería a una ductilidad de curvaturas igual a la unidad, ya
que:
ϕu
µϕ = (3.6)
ϕy
donde:
µϕ = ductilidad de curvaturas.
ϕu = curvatura última
ϕy = curvatura de fluencia
11

y como para el estado de falla balanceado ambas curvaturas son iguales, el factor
de ductilidad es unitario (atención, no es cero).

Conceptualmente, es obvio que, para dimensiones y características de los


materiales determinadas, el resultado de obtener una falla frágil o dúctil estará
asociada a la cantidad de armadura en tracción. Más adelante se verán cuales son
las condiciones para un comportamiento dúctil, pero por el momento se acude al
hecho físico de que si la viga tiene mucha armadura en tracción, será muy difícil
llevarla a la fluencia, por lo que el hormigón fallaría antes por compresión. En la
literatura se conoce este fenómeno como “falla primaria por compresión”, implica
ductilidad menor que 1.0 (es decir NO tiene ductilidad), y este diseño debe
evitarse si se necesita que la viga sea uno de los elementos que debe disipar
energía durante un sismo. Por el contrario, si la viga tiene una armadura
relativamente pequeña, digamos por ahora entre el 0.2% y 1.5 %, el acero con
seguridad podrá fluir y la viga entrará en un comportamiento francamente plástico
hasta que ocurra la falla por aplastamiento del hormigón. Este tipo de falla se
llama “falla primaria por tracción”, e implica una ductilidad mayor que 1.0.
Obviamente, el umbral lo marca la falla balanceada, para lo cual existe una
cuantía de acero balanceada, y el objetivo del diseñador debe ser entonces estar
bastante por debajo (digamos por ahora menos de la mitad) de la cantidad de
armadura que corresponde a ductilidad unitaria. Más adelante, cuando se vea en
profundidad el comportamiento en flexión y se deduzcan las ecuaciones que lo
gobiernan, se analizarán cuales son los contenidos mínimos, máximos e ideales
de armaduras en tracción. Por ahora se trata de llamar la atención sobre el
comportamiento físico.

Fig. 3.5. Diferentes


Idealizaciones de Relaciones
Momento vs. Curvaturas para
Secciones con falla primaria por
tracción.
12

En la práctica, la relación momento-curvatura para una sección con


ductilidad, si bien es una función continua, se puede idealizar por medio de una
relación tri-lineal como la indicada en la Fig. 3.5(a). El primer punto corresponde a
la fisuración del hormigón por tracción, el segundo a la fluencia del acero en
tracción y el tercero a la máxima deformación del hormigón en compresión. En la
mayoría de los casos es suficiente con aproximar la curva real a una relación bi-
lineal como las indicadas en las Figs. 3.5(b) y (c). El hecho real es que una vez
que hayan ocurrido las fisuras, que es el caso más frecuente en las vigas bajo
cargas de servicio, la relación M-ϕ es casi lineal desde carga cero hasta el inicio
de fluencia. En consecuencia, las Figs. 3.5(b) y (c) representan en forma muy
aceptable diagramas M-ϕ para vigas de comportamiento global dúctil pero que ya
tenían una fisuración inicial.

En definitiva, como aplicaciones útiles de los diagramas M-ϕ se puede señalar


que muestran en forma muy clara los diferentes niveles de resistencia asociados a
los estados de comportamiento analizado, y la ductilidad local de la sección. Otra
aplicación que no debe dejar de aprovecharse es la que corresponde a la
verificación de la rigidez del elemento estructural. La ecuación (3.5) es
generalmente aplicada a comportamiento lineal. Sin embargo, se podría ampliar a
todo el rango de respuesta de la sección y en consecuencia hablar de tres valores
diferentes de módulo de rigidez a flexión:

(a) uno que corresponde a la sección sin fisurar, EIcrk:

M crk
(EI)crk = (3.7a)
ϕcrk

(b) otro (el de más aplicación tal vez) el que corresponde a valores de fluencia, y
normalmente conocido como módulo de rigidez efectivo:

My
(EI)efec = (3.7b)
ϕy

(c) el tercero, para el comportamiento de post-fluencia o plástico, dado por:

Mu − My
(EI)p = (3.7c)
ϕu − ϕ y

Dado que conviene en todos los casos considerar el módulo de elasticidad


E como el del hormigón, Ec, de las ecuaciones (3.7) se pueden obtener los
momentos de inercia para utilizar según los diferentes estados que se analice. Si
se toma como referencia el valor de Ig, es decir momento de inercia bruto (gross)
de la sección de hormigón armado, para el caso del estado no fisurado, el valor de
I será un poco mayor que Ig debido a que resultará de evaluar lo que se llama
13

sección transformada homogeneizada (tiene en cuenta la armadura, que se ha


transformado en hormigón equivalente). Para el segundo estado, la influencia de
la fisuración es determinante, y el I efectivo podría ser de apenas 0.3 o 0.6 del
valor de Ig (depende del diseño).

Finalmente, la pendiente de la curva en post-fluencia sería mucho menor


que la inicial, y tal vez el I plástico no sería mayor del 1 % del valor no fisurado. La
rigidez es fundamental a la hora de la evaluación de las deformaciones, es decir
para verificar condiciones de servicio. Por ello el segundo estado, módulo efectivo,
es el de mayor trascendencia a tal efecto.

Se han tratado de introducir los conceptos de flexión de la forma más


cualitativa posible. A continuación se verá la forma de evaluar las resistencias para
los distintos niveles mencionados, y sus asociadas curvaturas, lo cual dará la
información completa que se requiere para el diseño y/o análisis.

3.3 SUPOSICIONES BÁSICAS PARA EL COMPORTAMIENTO EN


FLEXIÓN.

En 1676 Robert Hook expresó la célebre frase “Ut tensio sic vis”, que
traducida significa “como sea la tensión así será la fuerza” y que se transformó en
la Ley de Hooke. En este caso tensión significa deformación, y fuerza no es otra
cosa que la tensión por el área analizada. En definitiva, la ley de Hooke expresaba
la relación directa y proporcional entre las tensiones y deformaciones para
materiales elásticos y homogéneos. Sumado esta observación al hecho,
observado por Bernoulli, de que durante la flexión una sección vertical gira con
respecto a otra suficientemente cercana permaneciendo en un plano (es decir la
curvatura o rotación unitaria es única), posibilitó a Navier desarrollar, unos 150
años después, los fundamentos de la teoría para flexión.

En general, son cuatro las suposiciones básicas que se utilizan cuando se


tratan de obtener las características de resistencia y deformación por flexión en
hormigón armado:

(i) Secciones planas antes de la flexión permanecen planas después de


ella.
(ii) Se supone conocida la curva tensión-deformación del acero.
(iii) La resistencia del hormigón a tracción puede ignorarse.
(iv) Se supone conocida la curva tensión-deformación del hormigón en
compresión.

La primera suposición, implica una extensión de la teoría de Bernoulli a


secciones de hormigón armado para toda la respuesta, incluso cerca de la falla
completa. Significa que las deformaciones longitudinales del hormigón y del acero
14

en cualquier punto de una sección transversal son proporcionales a su distancia al


eje neutro. Existe ya una gran evidencia experimental de que esta suposición es
válida para todos los estados de carga en secciones de hormigón armado hasta la
falla por flexión, siempre y cuando exista buena adherencia entre el hormigón y el
acero. Por cierto entonces esto es bastante exacto en la zona de compresión del
hormigón. La aparición de fisuras en la zona de tracción indica que algún
deslizamiento ha ocurrido entre las barras de acero y el hormigón que las rodea,
por lo cual la suposición enunciada no es de estricta aplicación en la vecindad de
una fisura. Sin embargo, si la deformación del hormigón se mide en una longitud
que abarque varias fisuras, se encuentra que el principio de Bernoulli es aplicable
a la deformación de tracción promedio.

La Fig. 3.6, tomada de ref.[2], muestra las distribuciones de deformaciones


medidas a través de secciones transversales de columnas de hormigón armado
cerca de las zonas de fallas y para varios estados de incrementos de carga. Estas
secciones de columnas eran o bien cuadradas de 25 cm de lado, o bien circulares
de 30 cm de diámetro. Las deformaciones en el acero fueron medidas a través de
una longitud de 25 mm, mientras que, por lo dicho antes, en el hormigón la
longitud de deformación (gage length) para la medición fue de 150 mm. Por
supuesto que se debe esperar cierta desviación de la linealidad o proporcionalidad
entre deformación y distancia al eje neutro, producto principalmente de las
inexactitudes de las mediciones individuales y ubicación de las líneas de medición.

Es evidente por inspección de la figura que el perfil de las deformaciones


obtenidas en forma experimental es razonablemente lineal. Esta suposición no es
válida en zonas donde aparecen fisuras diagonales debidas a elevadas tensiones
de corte o bien en vigas de gran altura. Así por ejemplo, la norma ACI-318, ref.[1],
en su sección 10.2.2. establece que no puede tomarse como aplicable esta
hipótesis para vigas de gran altura y en estos casos debe considerarse la no
linealidad de las deformaciones, ver sección 10.7 de la norma, o utilizar el modelo
de bielas, ver sección 11.8.
15

Fig. 3.6. Distribución de deformaciones a través de secciones de columnas


de hormigón armado para varios estados de cargas.

La segunda suposición significa que la relación tensión-deformación del


acero está bien definida. En general, ésta se idealiza mediante una relación bi-
lineal de forma tal que el material es perfectamente lineal y elástico hasta la
fluencia y perfectamente plástico a partir de ella. En otras palabras, el incremento
de tensión por endurecimiento de post-fluencia es ignorado. Así está establecido
en el ACI-318, sección 10.2.4. Esto es debido a que no sería razonable confiar en
un incremento de la resistencia del acero en la fase plástica, sobre todo si la ley
constitutiva no es conocida. Por ello los autores de ref.[3] coinciden en que si bien
la suposición de rigidez postelástica nula para el acero hasta su rotura no es
necesaria si la curva f-ε es conocida, a los efectos de evaluar la resistencia para
diseño a flexión es conservativa y conveniente. Sin embargo, cuando es posible
16

que ocurra un incremento en las tensiones por endurecimiento que pueda conducir
a una situación desfavorable, por ejemplo falla frágil por corte o por adherencia, el
diseñador puede y debería tomar en cuenta el posible incremento de resistencia.
Esta es una de las causas que se consideran en la sobre-resistencia a la que se
refirió en el capítulo 1.

La tercera suposición no merece prácticamente discusión: cualquier tensión


de tracción que exista por debajo del eje neutro es menor, y por otro lado su
resultante posee un brazo elástico muy pequeño, por lo que de existir alguna
contribución en la resistencia a flexión, no se comete error apreciable al ignorarla.

Fig. 3.7. Distribución de deformaciones y tensiones en la zona comprimida de una


sección a medida que el momento aumenta. (a) Elemento de viga y perfil de
deformaciones; (b) distribución de tensiones de los perfiles según (a).

La cuarta de las suposiciones es necesaria para poder establecer el


comportamiento real de la sección ante diferentes niveles de carga. Debido a que
las tensiones son proporcionales a la distancia al eje neutro, y suponiendo una
relación tensión-deformación para el hormigón como la indicada en la Fig. 2.6 del
capítulo 2, la Fig. 3.7 muestra cómo va cambiando la forma del bloque de
tensiones comprimido de hormigón a medida que el momento flector actuante se
incrementa. La sección alcanza su resistencia a flexión máxima cuando la fuerza
total de compresión en el hormigón C multiplicada por el brazo elástico jd es un
valor máximo. Tal cual se muestra en la Fig. 3.8(a), las propiedades del bloque de
tensiones de compresión del hormigón en la sección de máximo momento pueden
quedar definidas por los parámetros k1, k2 y k3. Para una sección rectangular de
ancho b y altura efectiva o útil d, la fuerza total de compresión en el hormigón está
dada por:

C = k1 k3 f´c b c = b.(k1.c).(k3.f´c) (3.8)

y el brazo elástico es (d–k2.c), donde con c se designa la profundidad del eje


neutro. Extensos estudios se han llevado a cabo para determinar la magnitud de
estos parámetros, que corresponden a hormigón sin confinar. Los más conocidos
son los llevados a cabo por E. Hognestad en el PCA (Portland Cement
Association) en la década de 1950-1960, y por H. Rüsh en Berlín también en esa
17

época. En la tabla 3.1 se muestran los valores que se encontraron en el PCA, los
cuales se encontraron igualando las fuerzas y momentos internos y externos.

Fig. 3.7c. Tipo de ensayos que se efectuaron en la Cement Pórtland Association (PCA).

La Fig. 3.7c muestra los especimenes que se ensayaron en la PCA, donde


se sometía a los elementos a compresión excéntrica, y se hacían variar P1 y P2.
Se mantenía con deformación nula la cara inferior.

Tabla 3.1. Parámetros del bloque de tensiones al momento del desarrollo de la resistencia
a flexión de secciones rectangulares encontrados por el PCA a través de ensayos de
hormigón no confinado.

Algunas reflexiones que se pueden hacer:

(i) Tal cual se ve en la tabla, y quedó manifestado en las curvas de la Fig. 2.5
del capítulo 2, la deformación εc es función de f´c y disminuye a medida que
aumenta la resistencia del hormigón.

(ii) Para los hormigones de más resistencia, la máxima tensión que se alcanzó
en los especímenes en el momento de desarrollo de máxima resistencia
dado por k3 f´c, resultó levemente menor que la resistencia cilíndrica f´c.

(iii) Los parámetros k variaron en función de f´c (decrecen con la resistencia).


18

3.4. BLOQUE DE TENSIONES RECTANGULAR EQUIVALENTE.

Varios investigadores, entre ellos S. C. Whitney, sugirieron el reemplazo de


del bloque de tensiones real de compresión del hormigón por uno rectangular
equivalente como una simplificación que se muestra en la Fig. 3.8(b). Para obtener
la resistencia a flexión, sólo se necesita de la magnitud (k1k3) y de la posición,
asociada a k2, de la fuerza de compresión del hormigón. El bloque rectangular
equivalente facilita grandemente los cálculos. Esta es la práctica aceptada pel
ACI-318, y por otras normas como el NZS:3101, ref.[4], y el código inglés CP110,
ref.[5]. El ACI en su sección 10.2.7.1 establece que el rectángulo equivalente tiene
una tensión media de compresión igual a 0.85f´c, y una profundidad a, donde la
relación a/c = β1 debe tomarse igual a 0.85 para resistencias del hormigón f´c
hasta 30 MPa, y para valores superiores responde a esta expresión:

( f c' − 30MPa)
β 1 = 0.85 − 0.05 (3.9)
7

pero nunca menor de 0.65 (es decir que a partir de f´c = 58 MPa, β1 debe tomarse
igual a 0.65). La reducción en el valor de β1 para hormigones de alta resistencia es
debida a la forma menos favorable de la curva tensión-deformación que se vio en
Fig. 2.5 del capítulo2.

Fig. 3.8. Distribución de tensiones de compresión para sección rectangular.


(a) Distribución real. (b) Rectangular equivalente.

Estudios llevados a cabo en la Universidad de Canterbury por R. Park y


otros, sugirieron que en vez de tomar un valor de tensión de compresión constante
de 0.85f´c, se debería ajustar con un coeficiente α1, de forma que la tensión media
debe tomarse como (α1 f´c), y donde:

α1 = 0.85 para f´c ≤ 55MPa (3.10a)

α1=0.85–0.004 (f´c – 55) para f´c> 55MPa (3.10b)


19

De todas maneras impone como límite inferior el valor de α1=0.75.

Para el reemplazo por el bloque simplificado a rectangular se debe cumplir


que su resultante debe ser igual a la que corresponde al diagrama real, y además
dicha fuerza debe estar ubicada a la misma distancia del eje neutro que cuando se
trabaja con el diagrama de compresión real. Por ello se deben cumplir las
siguientes condiciones:

C = k1 k3 f´c b c = 0.85 f´c b a

Por lo que entonces:


k1 k3 = 0.85 a / c = 0.85 β1 (3.11)
y además:
k2 c = 0.50 a ⇒ k2 = 0.5 a/c = 0.5 β1 (3.12)

En la Fig. 3.9 se comparan los valores de k1k3 y de k2 dados por las


ecuaciones 3.11 y 3.12, substituyendo los valores de β1 sugeridos por el ACI, con
los que corresponden a los ensayos de especímenes de hormigón sin confinar
ensayados en el PCA y por Rüsch. Se observa que existe buena correlación. La
dispersión de resultados muestra además que el uso de valores más complicados
para los parámetros del bloque rectangular no garantiza mejores resultados, y
además, no existe necesidad de mejores aproximaciones que las ya logradas. No
se tienen además muchos datos experimentales para hormigones con resistencia
superior a los 55 MPa.

3.5. MÁXIMA DEFORMACIÓN DEL HORMIGÓN.

El ACI-318, en su sección 10.2.3 especifica que la máxima deformación


utilizable en la fibra extrema del hormigón sometido a compresión debe tomarse
igual a 0.003. Los valores de la deformación εc correspondientes a la máxima
resistencia a flexión han sido medidos por varios investigadores.

La Fig. 3.10 muestra los valores obtenidos por el PCA y por Rusch en
hormigón no confinado. Esta indica que el valor de 0.003 es razonablemente
conservativo. Para este valor de deformación el hormigón en compresión no va a
mostrar como visible fisuras ni desintegración (por el efecto de Poisson), aunque
ese valor de εc sea bastante mayor al que corresponde a la máxima tensión.

Cilindros de hormigón cargados axialmente se van a fisurar bastante


cuando la deformación excede la que corresponde al máximo valor de f´c pero en
los ensayos en flexión las fisuras no son visibles hasta que se alcanzan valores de
deformación grandes, lo cual es atribuido a la presencia de material con menores
esfuerzos por estar más cercano al eje neutro.
20

Fig. 3.9
Propiedades de la
distribución de tensiones
de compresión del
hormigón al desarrollar
la resistencia a flexión
de una sección
rectangular:
comparación de los
parámetros que adopta
el ACI con los resultados
de los ensayos.

Fig. 3.10
Deformación de la fibra
extrema del hormigón en
compresión al desarrollar
la resistencia a flexión.
Comparación del valores
del ACI con los ensayos.

Lo importante de reconocer es que la resistencia a flexión en una viga de


hormigón armado es bastante insensible al valor que se suponga como
deformación máxima del hormigón en compresión.

La Fig. 3.11 muestra esta aseveración en forma muy clara, para una viga
de hormigón simplemente armada (sólo con armadura inferior) y con dos cuantías
de acero bien diferenciadas. Se grafica la relación entre el momento resistente
evaluado a partir de una relación fc-εc y el momento evaluado de acuerdo a la
21

norma ACI-318 versus la deformación que en cada caso se toma para la


deformación del hormigón en la fibra extrema en compresión. La ref. 2 explica la
forma de evaluar los momentos. Lo importante de notar es que tomando una
deformación máxima de 0.007 para el caso de cuantía ρ=0.005 la disminución de
resistencia fue de apenas el 1% y para ρ=0.025 menor del 6%.

Fig. 3.11

Curvas Momento vs.


deformación para vigas
de hormigón armado
simplemente armadas
con resistencia obtenidas
a partir de ensayos sobre
probetas cilíndricas.

En consecuencia, la elección del valor máximo de εc tiene muy poca


influencia en la determinación de la resistencia a flexión en vigas dentro de un
amplio margen. Sin embargo, para columnas sometidas a flexo-compresión que
puedan fallar en compresión, los cambios en los valores de los parámetros del
bloque equivalente, que se producen cuando la deformación de la fibra extrema
aumenta, causarán variaciones de consideración en la resistencia a flexión.

En contraste, es evidente que la curvatura de una sección depende mucho


del valor que se adopte para la fibra extrema. En definitiva, para calcular la
curvatura última se podría tomar un valor un poco mayor, y algunos autores, ver
ref. 2, aconsejan tomar como deformación extrema 0.004 para la evaluación de la
curvatura última en secciones de hormigón armado no confinado. En el capítulo 5,
cuando se trate el tema de columnas, se verá que los valores de la deformación
máxima del hormigón pueden ser mucho mayores cuando éste está confinado.

3.6. AREAS COMPRIMIDAS NO RECTANGULARES.

Para miembros en los cuales el área de hormigón comprimido de la sección


no es rectangular, como en el caso de secciones T y L en los cuales el eje neutro
esté ubicado en el alma, o para elementos estructurales sometidos a flexión
biaxial, no son estrictamente aplicables los parámetros recomendados para el
bloque de tensiones equivalentes de hormigón. Esto es debido a que serán
diferentes tanto la tensión media como la altura del bloque de tensiones para
22

varias formas que pueda adoptar el área de hormigón comprimida. También será
diferente la deformación en la fibra extrema al instante del máximo momento. Sin
embargo, y sin entrar en mayores detalles, la ref. 2 concluye que en base a
trabajos de investigación de varios autores, y a menos que la sección esté muy
sobre armada, la resistencia a flexión de vigas con secciones comprimidas no
rectangulares se puede estimar con buena aproximación utilizando los parámetros
del bloque de tensiones equivalentes y la deformación extrema del hormigón
comprimido que se utilizan para secciones rectangulares, ya que el brazo de la
cupla de flexión y las fuerzas internas no son afectadas en forma significativa. Sin
embargo, para columnas con sección no rectangular, debido a la influencia del
esfuerzo axial y el consecuente incremento de la zona comprimida, el uso de los
parámetros del bloque equivalente podría llevar a resultados no aceptables.

Fig. 3.11(b).
Efecto de la forma de la
sección en la
deformación del
hormigón en la fibra
extrema al desarrollar el
máximo momento.

En la Fig. 3.11(b) se muestra las deformaciones máximas en la fibra en


compresión al alcanzar el máximo momento para varios tipos de formas de
secciones. La curva muestra la relación tensión-deformación y la forma del bloque
de tensiones comprimido de hormigón en la sección. Dos casos matemáticamente
extremos fueron analizados en cuanto a suposición de ubicación del eje neutro.
Los círculos sólidos representan el caso de eje neutro en el baricentro del acero
en tracción; los círculos abiertos el caso de cero deformación en el extremo de la
fibra comprimida. El caso real para la mayoría de los elementos estará entre ellos.
La figura muestra el efecto de la forma del área comprimida sobre la deformación
máxima cuando se alcanza el máximo momento. Por ejemplo, para zona
triangular, que ocurre en columnas bajo momento biaxial, las deformaciones
máximas pueden alcanzar casi dos veces el valor del que corresponden a
secciones T. Esta diferencia ocurre debido a que para la zona triangular la mayor
parte del área comprimida está cerca del eje neutro por lo que el máximo
momento ocurre a deformaciones extremas relativamente altas, mientras que en
las secciones T el caso es inverso.
23

3.7. RESUMEN DE LAS SUPOSICIONES Y RECOMENDACIONES PARA


DETERMINAR LA RESISTENCIA DE SECCIONES SOMETIDAS A
FLEXIÓN Y CARGA AXIAL. DIFERENCIAS ENTRE NORMAS.

(i) Las secciones planas antes de la flexión permanecen planas después


de aplicada aquella.
(ii) Para la distribución de tensiones de compresión en el hormigón se
pueden aplicar los parámetros del bloque equivalente.
(iii) La resistencia a tracción de hormigón puede ignorarse.
(iv) la deformación del hormigón en su fibra extrema en compresión puede
tomarse igual a 0.003.
(v) La tensión del acero antes de su fluencia se puede tomar como igual a
la deformación multiplicada por el módulo de elasticidad, 2x105 MPa, y
para mayor deformación mantener el valor de tensión de fluencia.
(vi) Para vigas con secciones comprimidas no rectangulares podrían
aplicarse los parámetros del bloque equivalente; para columnas con
secciones comprimidas no rectangulares debería usarse una curva más
realista.
(vii) El efecto de duración de carga puede ser ignorado (para más
información referirse a ref. 2).

La distribución de tensiones de compresión en el hormigón puede en general


tomarse con cualquier forma siempre y cuando lleve a una predicción de la
resistencia a flexión que sea confiable. Así lo indica el ACI-318 en su sección
10.2.6. Por ejemplo, algunas alternativas que se utilizan son las que recomienda
el CEB-FIP, o las de las normas DIN-1045 que han sido adoptadas por el CIRSOC
201, 1982, tomo II, sección 17.2.1, ref.10. Las principales diferencias que se
pueden mencionar, sólo en el aspecto de hipótesis para evaluar resistencias a
flexo-compresión, entre el ACI-318 y las normas Europeas (excepto el CP110 del
Reino Unido) son las siguientes:

(i) Se adopta una parábola de segundo grado hasta una deformación de


0.002 y luego una rama horizontal (tensión constante) hasta 0.0035.
Esta norma no da opciones para las relaciones Tensión-Deformación del
hormigón ni del acero. La Fig. 3.13 muestra la relación citada.

Fig. 3.13.
Curva de comportamiento del
hormigón en compresión según
DIN 1045.
24

(ii) Además el CIRSOC, en su Anexo A.17.2.1 toma un criterio inverso a lo


expresado anteriormente: para el caso de secciones comprimidas no
rectangulares sugiere el uso de un bloque de tensiones rectangulares
equivalentes.

(iii) En cuanto a la tensión máxima del hormigón a tomar para evaluar la


resistencia adopta un coeficiente de reducción por carga de larga
duración del orden de 0.85 que se debe aplicar al valor de resistencia
característica. Por ejemplo, para un hormigón H-13 toma βR = 10.5 MPa,
ver Fig 3.13.

(iv) Considera que no son importantes los fenómenos de fluencia lenta y


contracción del hormigón. El ACI-318 considera la influencia en su
sección 9.5.2.5, y estos efectos según esta norma no son nada
despreciables.

(v) El CEB-FIP limita la máxima deformación usable del acero a 0.01, es


decir apenas el 1%. La normas DIN-1045 es aún más conservadora y
reducen este valor a 0.005, es decir 0.5 %. Este es el criterio adoptado
por el CIRSOC, ref.10, ver Fig. 8, sección 17.2.1.[10] de dicho
reglamento. El ACI no impone límites en la deformación a tracción del
acero. Debe reconocerse que esta restricción produce muy poca
diferencia (si no se considera el aumento de tensión por endurecimiento
de post-fluencia) en el valor de la resistencia a flexión, pero, y aquí está
la gran diferencia, sí tiene una influencia notable en la evaluación de la
capacidad de deformación disponible del elemento. Dado que la
deformación disponible del acero es mucho mayor que aquellos límites
impuestos, la ref. 2 menciona que tal restricción no es necesaria.
Además, para el caso de diseño sismorresistente, la evaluación de las
capacidades de deformación, y las posibilidades de sobre resistencia
son fundamentales a la hora de establecer criterios de diseño y
seguridad. En estos casos la imposición de un límite para la
deformación del acero en tracción es inaceptable. De hecho, en el
criterio de imponer límites o no a la deformación del acero en tracción
por flexión cuando se desarrolla la máxima resistencia radica una de las
mayores controversias y diferencias entre el ACI-318 y las normas
europeas (excepto CP110, como se dijo). Note que el límite superior que
impone la DIN, 0.005 para deformación del acero, es justamente el
límite inferior que estipula el ACI, sección 10.3.4, para considerar que
una sección está controlada por tracción. Es decir cuando el ACI pide
deformación más allá de ese límite, la DIN impone valores por debajo
del mismo. El ACI en la sección 10.3.3 establece que la sección estará
controlada por compresión cuando la deformación neta de tracción en el
acero más traccionado, para acero ADN-420, es menor que 0.002. Entre
ambos límites fija una zona de transición. Ver Fig. 3.14.
25

Fig. 3.14. Deformaciones del acero en tracción para determinar cuando la sección
está controlada por compresión o por tracción. Variación del factor φ.

Como se ve, las diferencias de criterios entre las normas del CEB-FIP y las
DIN, y por ende las actuales CIRSOC 201, 1982, ref.10, con respecto a las del
ACI-318, que son las del CIRSOC 201-2005, no son triviales. Existen aún más
diferencias en los criterios de adopción de factores de carga para solicitaciones
últimas (referir a Capítulos 1 y 2), y en los criterios de armado, en particular
cuantías mínimas y máximas de acero, a los que nos referiremos más adelante.
26

3.8. RESISTENCIA DE MIEMBROS SOMETIDOS A FLEXIÓN SIMPLE.


VIGAS.
3.8.1 VIGAS O LOSAS SIMPLEMENTE ARMADAS.

La Fig. 3.15 muestra una sección de hormigón armado simplemente


armada, es decir con una sola capa de acero ubicada a la distancia d del borde
comprimido, altura útil según la norma.

Fig. 3.15
Sección de hormigón armado
simplemente armada al momento de
alcanzar la máxima resistencia a
flexión.

Por condición de equilibrio de fuerzas se debe verificar que:

Cc = ab0.85 f c´ = Ts = As f y (3.13)

de donde se puede despejar la altura de bloque necesario para equilibrar la fuerza


de tracción en el acero:
As f y
a= (3.14)
b0.85 f c´

El momento resistente nominal es:

a A f
M n = As f y (d − ) = As f y (d − 0.59 s ´y ) (3.15)
2 bf c

por lo que conociendo las características mecánicas de los materiales y las


dimensiones y armadura simple de la sección, por aplicación de las ecuaciones de
27

equilibrio se puede obtener la resistencia nominal a flexión. Se podría decir que se


trata de una “estructura isostática” donde sólo el equilibrio basta para resolver el
problema (no hizo falta acudir a la compatibilidad de deformaciones)

3.8.2 GENERALIZACIÓN DEL PROBLEMA.

En lo que sigue se va a tratar de guiar al lector para que a partir de los


principios básicos ya expuestos sea capaz de diseñar y/o analizar secciones de
hormigón armado sometidas a flexión solamente, con múltiple capas de
armaduras. Este es el caso típico de las vigas con dos o más capas de acero.
Desarrollando este caso, se verá que con un simple paso más, la incorporación de
la carga axial, se está en condiciones de diseñar elementos sometidos a flexo-
compresión, caso de columnas y tabiques. A los efectos de captar el problema en
su forma más conceptual posible, y mantener la generalidad, se tratará de utilizar
sólo las ecuaciones en su forma más básica, y de desalentar el uso de tablas y
ábacos, por las razones que ya se expondrán.

Fig. 3.16
Equilibrio de una
sección
de viga en el
desarrollo
de la resistencia a
flexión.

La Fig. 3.16 muestra la sección transversal de una viga doblemente armada


con distribución de deformaciones y tensiones cuando alcanza su resistencia a
flexión. Para el análisis de la sección se seguirá sistemáticamente este orden:

(i) Dibujo de la sección transversal, en escala y con la ubicación


de todas las armaduras disponibles.

(ii) Diagrama de deformaciones para el estado que se analice:


compatibilidad de deformaciones.

(iii) Diagrama resultante de tensiones, utilizando las leyes


constitutivas de los materiales o sus simplificaciones.

(iv) Obtención de Fuerzas de tracción y de compresión, y


ubicación de las mismas en los baricentros respectivos.

(v) Verificación de las condiciones de equilibrio.


28

(vi) De satisfacer el paso anterior, evaluación del momento


resistente.

En la sección 3.2, cuando se expresó la importancia de reconocer el


comportamiento local de una sección de hormigón armado, se enfatizó el
requerimiento de obtener un comportamiento dúctil. Era necesario, se dijo, que el
acero en tracción entrara francamente en fluencia antes de que se agote la
deformación del hormigón en compresión. Para esto debía limitarse la cantidad de
armadura en tracción. Luego volveremos sobre esto para fijar los límites
respectivos.

Por ahora convengamos en que el estado último de la sección está controlado


por la falla por compresión del hormigón. El proceso de análisis se supondrá que
es iterativo, de prueba y error, iniciándose con la imposición de la máxima
deformación εcu en la fibra extrema del hormigón en compresión, y suponiendo una
profundidad de eje neutro igual a c. Se adopta el siguiente procedimiento y serie
de ecuaciones asociadas:

(i) compatibilidad:
c −d'
ε ' s = ε cu (3.16a)
c
d −c
ε s = ε cu (3.16b)
c

(ii) Diagrama de tensiones: se obtiene a partir de las leyes constitutivas y/o


simplificaciones. Para el acero, si las deformaciones son mayores que
las de fluencia, εy, las tensiones son f’s= fs= fy. De lo contrario, es válida
la ley de Hooke, es decir:

f’s = ε’s . E (3.17a)


fs=εs.E (3.17b)

Para el hormigón utilizar el bloque de tensiones rectangulares equivalentes.

(iii) Evaluación de fuerzas resultantes:

Cc = 0.85 f’c a b (3.18)


Cs = A’s . f’s (3.19a)
T = As . fs (3.19b)

(iv) Verificación de las condiciones de equilibrio:

Cc + Cs + T = 0 (3.20a)

Si esta ecuación se verifica (con un error tolerable) se continúa con el paso


siguiente. De lo contrario, en base al signo del error en el equilibrio, se corrige
29

la posición del eje neutro, o sea se cambia c y se repiten los pasos anteriores
hasta verificar la ecuación anterior. Para aplicar esta ecuación se debe adoptar
una convención de signos, por ejemplo tracción negativa y compresión
positiva.

(v) Evaluación del momento resistente:

El momento resistente, que en este caso debe tenerse muy en cuenta


según lo que se expresó en el capítulo I (sección 1.6) es el momento nominal,
se puede tomar con respecto a cualquier punto de la sección. Por ejemplo, si
se toma respecto del baricentro de la armadura traccionada resultará:

Mn = Cc (d-a/2) + Cs (d-d’) (3.21a)

Sin embargo, si se ha designado con d1, d2,....di, ....dn a las profundidades


de las n capas de armaduras, distancias medidas desde el borde comprimido,
lo común es encontrar el momento nominal como:

M n = ∑ Tsi d it − ∑ C si d ic − C c a / 2 (3.22b)

siendo dti las distancias di de las barras traccionadas y dci las distancias de las
barras comprimidas, Ts las fuerzas de tracción de las armaduras y Cs las de
compresión, y Cc la resultante de compresión del hormigón.

(vi) Si se debe diseñar la sección de hormigón armado contra un


determinado valor de demanda, Momento Requerido Mr o Momento
último, Mu, entonces se debe cumplir que:
Md = φ M n ≥ M r = Mu (3.23)

Si esta condición no se cumple, se deberá aumentar la resistencia de la


sección, por ejemplo, aumentando la cantidad de armadura, o bien la sección
de hormigón, o bien ambas.

La importancia de seguir este procedimiento iterativo se resume en que:

(a) Es independiente de la cantidad de capas de acero, sean en


compresión o en tracción, que se dispongan en la sección.
(b) Es independiente de la forma de la sección de hormigón:
pueden ser secciones rectangulares, en L, en T, o de cualquier
forma. Sólo debe verificarse, en función de la profundidad del
eje neutro, la forma correcta de evaluar Cc.
(c) Va a ser fácilmente generalizada para flexo-compresión, con el
sólo agregado de la fuerza axial actuante P, por lo que la
ecuación 3.20 toma esta forma:

Cc + Cs + T = P (3.20b)
30

(d) Permite la evaluación de la curvatura para el estado último por


aplicación de la ecuación (3.1), es decir:

ϕu =
(ε cu + ε s ) (3.24)
d

(e) Es un procedimiento fácilmente programable, que puede


resolver la casi todos los casos prácticos de flexo-compresión,
sin necesidad de usar tablas y ábacos que adolecen de la falta
de generalidad acá planteada.
(f) Permite la generalización para cualquier estado de
deformación: baste con fijar la deformación de referencia y
aplicar los pasos en consecuencia. Por ejemplo, para el
estado en que el acero en tracción comienza a fluir, se impone
en esa capa que εs =εy y en este caso se deja libre la
deformación por compresión del hormigón que resultará de las
necesarias iteraciones hasta lograr el equilibrio. Se obtiene en
este caso My.
(g) Si se evalúa para el estado de primer fluencia en tracción,
también se puede obtener la curvatura de fluencia, ϕy, como la
relación entre la deformación del hormigón resultante en su
fibra extrema dividida por la profundidad de eje neutro.
(h) En definitiva permite entonces obtener la ductilidad de
curvaturas, por aplicación de la ecuación 3.6.
(i) Al incluir diferentes valores de carga axial P se pueden
obtener los diagramas de interacción para flexo-compresión.
(j) Permite transformar un procedimiento de diseño rápidamente
en uno de análisis, sin necesidad de resolver ecuaciones salvo
las de equilibrio básico.
(k) Por último, y no menos importante, permite al diseñador
controlar lo que está haciendo sin perder de vista el concepto
físico. Las tablas muchas veces tienen coeficientes de
seguridad incluidos que a veces no son percibidos por el
diseñador. Además, y ocurre en muchos casos en particular
en flexo-compresión, la combinación M-N puede no ser
contemplada por la tabla disponible.

3.9 DISEÑO A FLEXIÓN CON FÓRMULA APROXIMADA.

Tal cual se expresó anteriormente, la resistencia a flexión cuando no existe


esfuerzo axial, para una sección de hormigón armado determinada, depende casi
exclusivamente de la cantidad de armadura que está en tracción, es decir de la
componente Ts. Por otro lado, cuando la sección alcanza su estado de resistencia
nominal, es decir el hormigón estalla por compresión, la profundidad del eje
31

neutro, c, es muy pequeña y entonces a= 0.85 c lo es más aún, y por lo tanto el


brazo de palanca de la componente Cc, es decir a/2, es todavía más pequeña. La
armadura en compresión, A´s, también está ubicada en la parte superior de la viga,
y entonces una aproximación sería suponer que la resultante de la fuerza de
compresión del hormigón, Cc, pasa justo por el baricentro de la armadura
comprimida, es decir que a/2 = d´, ver Fig. 3.16. Esta es la suposición que se hace
en la ref. 3, por lo que para una sección de hormigón armado dada, con armadura
inferior, As, y superior, A´s, ubicadas a profundidades d y d´ respectivamente, el
momento nominal se puede calcular en forma aproximada mediante esta
expresión:
M n = T (d − d ' ) = As f y (d − d ' ) (3.25)

siendo ésta una ecuación de análisis. Suponiendo que nuestro problema es


calcular la armadura de tracción necesaria de una viga de ancho b y altura total h,
para soportar un momento requerido o último, Mr= Mu, cuando conocemos la
tensión de fluencia del acero a utilizar, fy, y adoptando valores de d y d´ asociados
a los recubrimientos mínimos de armaduras, podemos entonces utilizar esta
ecuación de diseño aproximada:
M u /φ
As = (3.26)
f y (d − d ' )

en la cual ya se ha introducido el factor de reducción de resistencia para cumplir la


condición de que la resistencia de diseño, nominal reducida por φ, debe superar la
demanda última.

Esta es una forma muy rápida y efectiva de prediseñar la armadura de


tracción, la cual puede luego ser ajustada aplicando los principios básicos de
equilibrio y compatibilidad de deformaciones ya visto. En muchos casos el ajuste
es mínimo. Note que es buena aproximación para evaluar el momento, pero el eje
neutro supuesto no es buena aproximación para evaluar la curvatura nominal.

3.10 RESPUESTA DÚCTIL. CONCEPTO DE FALLA BALANCEADA.

En la sección 3.2, al referirse a diagramas de momentos vs. curvaturas se


analizaron en forma conceptual los distintos estados por los que pasa la sección
crítica de una viga sometida a flexión hasta su falla completa. Se explicó que el
umbral entre el comportamiento dúctil y el frágil esta básicamente condicionado,
para una dimensión dada de hormigón y características de los materiales
componentes, por el contenido de armadura en tracción.

Dado que para obtener comportamiento dúctil es necesario contar con


armadura de tracción que esté por debajo del contenido que corresponde a la falla
balanceada, se presentará a continuación la forma de calcular el límite de
armadura superior para evitar la falla frágil. Para esto nos referiremos al caso más
simple, que es el de viga con armadura simple, que como se comprenderá es una
32

situación que en la realidad casi nunca se da pues toda viga tiene al menos dos
capas de armaduras, una inferior y otra superior.

La Fig. 3.16 muestra los esquemas necesarios que antes se explicaron


para analizar la viga en el estado límite último, es decir sección transversal con
dimensiones y armaduras, distribución de deformaciones, distribución de
tensiones y ubicación de fuerzas axiales resultantes.

La condición de falla balanceada se alcanza cuando simultáneamente el


acero fluye en tracción, es decir εs= εy, y en su borde más comprimido el hormigón
alcanza su máxima deformación, es decir εc= 0.003. La ecuación de
compatibilidad, para el caso de una viga simplemente armada como la de Fig.
3.15, está dada por:

εy f y / E s d − cb
= =
0.003 0.003 cb

donde cb es la profundidad del eje neutro para el estado de falla balanceada, por lo
que entonces:

0.003E s
cb = d (3.27)
0.003E s + f y

La altura a del bloque de tensiones equivalente es:

0.003E s
ab = β1 d (3.28)
0.003E s + f y

donde ab es la profundidad del bloque de tensiones equivalentes para el caso de


falla balanceada. La condición de equilibrio indica que C = T, es decir:

0.85 f´c ab b = As . fy = ρb . b . d . fy

ρb= As/bd representa la cuantía de armadura en tracción que provoca la falla


balanceada. En consecuencia, para que ocurra este tipo de falla se debe cumplir
que:
'
0.85 f c ab
ρb = (3.29a)
fy d

Sustituyendo la ecuación 3.28 en 3.29a, resulta:

'
0.85 f c ab 0.003E s
ρb = (3.29b)
fy d 0.003E s + f y
33

Substituyendo el valor de Es por el estipulado por el ACI-318 para el acero e


igual a 200000MPa, resulta:
'
0.85 f c β1 600
ρb = (3.30)
fy 600 + f y

Se ve entonces que la cuantía balanceada depende de las características


mecánicas de los materiales hormigón y acero. Para el caso particular de nuestros
aceros, ADN-420, con fy = 420 MPa, y para hormigones con f´c ≤ 55MPa, para los
cuales β1 = 0.85, y viga simplemente armada, resulta:
ρb = 0.001 f´c (3.31)

lo cual implica que, por ejemplo, para un hormigón de f´c= 20 MPa la cuantía
balanceada es del orden del 2 %. Así entonces, si la viga fuera de b=20 cm con
altura útil de d=50 cm, la cantidad de armadura de tracción para falla balanceada
sería de 20 cm2 (aproximadamente cuatro barras de 25 mm de diámetro).

Fig. 3.17
Perfiles de distribución de
deformaciones de una
sección al desarrollo de la
resistencia a flexión en
función de la cantidad de
armadura en tracción.

En definitiva, el tipo de falla va a depender de si la cuantía está por debajo


o por encima del valor de ρb. La Fig. 3.17 muestra los perfiles de deformación de
una sección cuando se alcanza la resistencia a flexión para tres contenidos de
acero en tracción. Estos tienen asociados diferentes profundidades de eje neutro.
Las tres condiciones son:

(i) Si ρ < ρb, entonces es c < cb, es decir εs > εy, por lo que fs = fy y corresponde
a una falla primaria por tracción (fluencia del acero antes que rotura por
compresión del hormigón). La ductilidad de curvaturas, ecuación 3.6, es µϕ
> 1.0.
(ii) Si ρ > ρb, entonces es c > cb, es decir εs < εy, por lo que fs < fy y la falla es
por compresión (NO fluye el acero antes que rompa por compresión el
hormigón). No existe ductilidad de curvaturas.
34

(iii) Si ρ = ρb, entonces es c = cb, es decir εs = εy y εc = 0.003, y la falla es


también del tipo frágil, ya que no existe desarrollo de fluencia. La ductilidad
de curvaturas es µϕ = 1.0.

La Fig. 3.18 muestra cómo ha fallado un modelo físico de una unión viga-
columna de hormigón armado y donde se nota que antes de la rotura por
compresión del hormigón ha existido una importante fisuración de tracción por
flexión, lo que implica que la armadura de tracción se ha plastificado y se ha
producido lo que se llama “falla de tracción primaria”. Tal cual se expresó antes, el
término de falla por tracción indica que la armadura se plastificó en tracción y dio
la oportunidad de “avisar” que se acercaba a la falla definitiva, no sin antes haber
disipado bastante energía por deformación plástica. Es importante reconocer que
las vigas en definitiva fallan por compresión, y que el término “falla por tracción”
puede llamar a confusión. En realidad, deberían mencionarse “falla con fluencia de
acero en tracción” y “falla sin fluencia del acero en tracción” los casos de falla
dúctil y frágil respectivamente, porque es la existencia o no de la fluencia por
tracción lo que las distingue, y en cambio la falla última por compresión está en
ambos casos.

Fig.3.18

Falla dúctil de una


viga de hormigón
armado con
fluencia de
armadura en
tracción .

La Fig. 3.19 muestra la variación de la resistencia a flexión con el área de


acero para el caso de la sección de hormigón armado que se muestra en la misma
figura. Es evidente que en la región de comportamiento que permite la fluencia por
tracción el momento no se incrementa en forma lineal con el aumento de
armadura. Esto es porque si bien la fuerza suministrada por el acero se
incrementa linealmente, existe al mismo tiempo una reducción en el brazo elástico.
Sin embargo, y en particular en el primer tramo, hasta cuantías un poco por
encima del 2 %, el incremento de Mn prácticamente lineal con As, lo que justifica el
uso de la expresión simplificada 3.21. Note que en este caso, y por aplicación de
la ecuación 3.26, para f´c=20.7 MPa y fy= 275.8 MPa (no es usado en nuestro
medio, sino que es tomado de ref.2), la cuantía balanceada resulta bastante alta,
del orden del 4 %.
35

En la región donde la falla primaria es por compresión el incremento del


momento de resistencia al aumentar el área de acero es extremadamente
pequeño porque tanto las tensiones en el acero como el brazo elástico disminuyen
con el incremento de acero.

Fig. 3.19

Resistencia a la
Flexión de la sección
de una viga
simplemente armada
con distintos
contenidos de
armadura de
tracción.

3.11 CUANTÍAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DE FLEXIÓN. REDISTRIBUCIÓN


DE ESFUERZOS.

En base a lo tratado en el punto anterior, es claro que si se desea


comportamiento dúctil, lo cual así debería ser aún para cargas verticales, la
cantidad máxima de acero en tracción debería ser bastante menor que la que
corresponde a la falla balanceada. Es por ello que el ACI-318-95, sección 10.3.3
decía que en elementos sometidos a flexión o a flexión con poco esfuerzo de
compresión (se aclarará más adelante este límite de axial) la cuantía de armadura
proporcionada no debería exceder el 50 % de la que produciría falla balanceada
en la sección sometida a flexión sin axial. La nueva versión ACI-318-2005,
especifica que en general la cuantía no debe superar el 75 % de la balanceada,
pero si se diseña con redistribución de esfuerzos el límite vuelve a ser el del 50 %.
Esto queda expresado en la tabla 3.2 y la Fig. 3.20.

En diseño sísmico es importante tener la posibilidad de redistribuir


esfuerzos. En estos casos el requerimiento de ductilidad es imprescindible y debe
asegurarse en forma total. Por ello, la misma norma ACI-318, en su sección 8.4.3
especifica que la redistribución de los momentos negativos debe hacerse sólo
cuando la sección en la que se reduce el momento se diseñe de forma tal que ρ o
36

(ρ-ρ´) no sean mayor que (0.5ρb). La cuantía balanceada está dada por la
expresión 3.28 y siendo ρ´ la cuantía de la armadura en compresión.

Fig. 3.20.
Modelo de
comportamiento
en flexión para el
estado de rotura
permitido por el
ACI-318.

Tabla 3.2 Comparación de criterios de cuantía máxima del ACI-318 versión 1999 vs. 2005.
Versión anterior Versión 2005 observaciones
cuantía c/d εt
ρ = ρb 0.6 0.002 Falla Balanceada
0.00375, pero Limitación en
ρ = 0.75 ρb 0.444
adopta 0.004 general
Limitación para
ρ = 0.50 ρb 0.286 0.0075 aceptar
redistribución

La Fig. 3.21 muestra congestión de armaduras longitudinales en una unión


viga-columna y deficiencia, a la vez que escasez, en el detalle de los estribos. En
este caso la cuantía de armadura longitudinal superior es del orden del 2%.

El requerimiento de imponer un límite máximo a la cuantía de acero en


tracción es necesario además en vigas de pórticos dúctiles, que deben ser
diseñadas por capacidad, si tienen niveles excesivos de armaduras de flexión, no
solamente pueden llegar a provocar congestiones de armaduras en las uniones
con las columnas (ver Fig. 3.21) sino que también los requerimientos de
armaduras de corte resultantes impondrán cantidades de armaduras transversal
que en la práctica resultarán difíciles de ubicar y de detallar para que trabajen en
forma correcta (la deficiente ejecución de los estribos es un típico en obras).
37

Fig. 3.21 Congestión de armaduras en


una unión viga-columna de hormigón armado.
Note que aún faltan colocar los hierros de la
viga transversal que también debe atravesar al
nudo. Observar que los extremos de los estribos
no están doblados con ganchos a 135º hacia el
interior del núcleo de hormigón por lo que no
podrán impedir el pandeo de las barras
longitudinales si éstas son sometidas a fuertes
compresiones.

En definitiva, los límites de cuantía máxima, para acero ADN-420, y en


referencia a la expresión 3.31, son los siguientes:

(i) sin redistribución de esfuerzos:

ρ ≤ 0.00075 f´c + ρ´ (3.32)

(ii) con redistribución de esfuerzos:

ρ ≤ 0.0005 f´c + ρ´ (3.33)

Similares límites y bajo los mismos fundamentos impone la norma


NZS:3101 en su sección 8.4.2 (ver norma y comentarios). Note que de la tabla 3.2
se deduce que sólo es posible redistribución de esfuerzos si la relación c/d es
cercana a 0.30 o si la deformación de tracción del acero más lejano supera el valor
de 0.75 %. Note las diferencias con las normas DIN.

El ACI-318, en su sección 8.4.1 permite que, excepto cuando los


momentos han sido obtenidos por métodos aproximados (tablas, por ejemplo), los
momentos en los apoyos continuos solicitados a flexión obtenidos a partir de la
teoría elástica sean incrementados o disminuidos en no más de (1000εt) en (%),
para cualquier distribución de cargas, con un valor máximo del 20 %. Por ejemplo,
si εt= 0.01 (1%), los momentos no podrán variarse en más del 90 %. Si εt= 0.025
(2.5%), los momentos no podrán variarse en más del 80 %, pero si εt= 0.006
(apenas 0.6%), los momentos no podrán ser redistribuidos en ninguna proporción.
38

Los comentarios del ACI-318 señalan que estudios hechos por Cohn y
Mattock demostraron que el agrietamiento y la deformación de las vigas diseñadas
por medio de redistribución de momentos no son mucho mayores, bajo cargas de
servicio, que las de vigas diseñadas con la distribución de momentos dado por la
teoría elástica. Los estudios además indican que queda disponible una adecuada
capacidad de rotación para la redistribución de momentos permitida si los
elementos satisfacen los requerimientos de cuantía máxima limitada al 50 % de la
balanceada.

La norma NZS:3101, ref.[4] en su sección 4.3.3.3, permite una mayor


redistribución con límite superior de 30 %, bajo ciertas condiciones. Se refiere al
lector a dicha norma y sus comentarios para ampliar estos conceptos.

Note que el criterio de las normas europeas para fijar los límites de cuantías
máximas no es el mismo que el del código ACI-318 y el NZS.

En cuanto a cuantías mínimas, el ACI-318 en su sección 10.5.1 aclara que


si la viga tiene muy poca armadura en tracción, entonces el momento nominal de
la sección calculado como un elemento de hormigón armado, usando el criterio de
sección fisurada, podría resultar ser menor que el que corresponde al de una
sección de hormigón simple, calculado a partir de su módulo de ruptura. En diseño
sismorresistente esto es particularmente peligroso puesto que el módulo de
ruptura para velocidades de deformación elevadas como las que se dan ante
sismos es significativamente más alto que el valor estático. El peligro existe si ante
muy poca armadura, se forma una sola fisura en la región plástica, con gran
concentración de deformación y de demandas de ductilidad, lo cual puede llevar a
la fractura del acero en tracción, y a un tipo de falla muy repentino y frágil. Por ello
la norma fija estos límites:
f c'
ρ≥ (3.34a)
4 fy

1.4
ρ≥ (3.34b)
fy

que para el caso del acero con fy= 420 MPa, y hormigones por debajo de 31MPa
de resistencia característica, la cuantía mínima es del orden de 0.33%. Se
entiende por cuantía en vigas la expresión:
A
ρ= s (3.35)
bw d

donde As representa toda la armadura de tracción, es decir toda la que esté


debajo del eje neutro, y bw el ancho del nervio. Con esto se quiere asegurar que la
resistencia nominal de la viga armada sea siempre mayor que la de la viga sin
armar.
39

La misma norma especifica en su sección 10.5.3 que, siempre y cuando el


elemento estructural no esté controlado por condición de ductilidad, los requisitos
de cuantía mínima no necesitan ser aplicados si en cada sección la armadura
suministrada es al menos 1/3 superior a la requerida por análisis.

Para secciones T, en estructuras isostáticas, con ala en tracción el ACI-318,


sección 10.5.2 toma otros límites mínimos que se analizarán a continuación. Para
el caso de vigas L y T, estáticamente determinadas dice el CIRSOC201 y el NZS
en 8.4.3.2, con el ala en tracción se debe reemplazar a bw por (2bw), lo cual en
forma efectiva quiere decir que la cuantía debe ser mayor que:

f c´ 1
ρ≥ (3.36a)
2 fy

2.8
ρ≥ (3.36b)
fy

Estos incrementos para vigas con ala en tracción se hacen porque el momento
de fisuración en esos casos será substancialmente mayor que para la sección
rectangular o bien la misma sección bajo momento positivo. En estos casos, claro
está, el ρ contiene las armaduras de tracción que estén en las alas. Se
recomienda al lector que analice esta situación de vigas T para poder comprender
el porqué de las ecuaciones (3.36a) y (3.36b). Ver Apéndice A de este apunte.

3.12 REQUISITOS ADICIONALES PARA DISEÑO SISMO RESISTENTE.

(i) Para el caso de combinación con sismo, el proyecto INPRES CIRSOC-


103, ref.11, establece, al igual que el NZS, ref.4, que en zonas
potenciales de rótula plástica:

f c´ + 10
ρ≤ (3.37a)
6 fy

ρ ≤ 0.025 (3.37b)

En el caso de f´c= 21 MPa= 0.21 ton/cm2 y fy= 420 MPa= 4.20 ton/cm2 la
cuantía máxima no debe superar 0.0123, es decir el 1.23 %. Note que si se aplica
el concepto para una viga simplemente armada, es decir sólo con armadura de
tracción (irreal pero sirve como referencia), tal cual se vio en la ref.[2] en ecuación
(3.27), hubiera resultado:
ρ ≤ 0.001 f c´ =0.001x21= 0.021
40

y si la armadura se limita al 50 % de la falla balanceada, se hubiera usado 0.0105,


es decir no más del 1 %, similar a lo que da la expresión anterior para el ejemplo
planteado. La ref.[4] indica que el límite de ρ≤ 0.50 ρb asegura que al menos se
logre una ductilidad de curvaturas de 8 cuando la fibra extrema del hormigón
alcanza la deformación de 0.004.

(ii) En zona de rótula plástica se exige que A´s≥ 0.50 As, es decir en zona de
momento positivo dar al menos 50 % de la resistencia que se da para el
momento negativo. Esto es a los efectos de (a) asegurar una adecuada
ductilidad en la rótula; (b) asegurar una mínima cantidad de armadura
cuando el sismo se revierta; (c) cubrir posibles variaciones en la
distribución de los momentos obtenidos por el análisis estructural y (d)
posibilita incrementar la cuantía máxima de tracción. Por ejemplo, si
ρ´=0.75ρ, el NZS, sección C.8.5.3.2(b) dice que el ρmáx se puede
incrementar en hasta un 30 %.

(iii) El IC-103 y el NZS piden que al menos ¼ de la mayor de las armaduras


superiores de los apoyos se prolonguen en toda la luz. Esto es para
evitar discontinuidades bruscas de armaduras, y poder compensar
ciertas desviaciones en la distribución de momentos. El IC-103-2005
exige que las vigas tengan al menos 2φ12 mm arriba y abajo, mientras
que el NZS pide 2φ16mm.

(iv) Además se exige que al menos el 75 % de la armadura de flexión dentro


del alma, en cada cara debe pasar por el núcleo de la columna o
anclarse en él. Si la combinación que controla es cargas verticales, sólo
el 75 % de la que requeriría por cargas verticales más sismo es la que
debe cumplir tal condición.

3.13 DISTRIBUCIÓN DE LA ARMADURA DE TRACCIÓN EN VIGAS Y


LOSAS.

En la sección 10.6 del C-201-2005 se establecen las siguientes condiciones:

(a) La separación máxima de las armaduras en zonas más cercanas a la cara


traccionada deben ser:
95000
s≤ − 2.5cc (3.38a)
fs

s ≤ 300mm(252 / f s ) (3.38b)

donde fs es la tensión del acero para cargas de servicio y puede adoptarse como
igual a 0.60fy, y cc es el espesor de recubrimiento libre para la armadura de
tracción, es decir distancia de la cara traccionada a la superficie de la armadura en
41

tracción. Por ejemplo, si fuera cc= 30mm y fy= 420 MPa, por lo que fs= 252 MPa, la
primera de las ecuaciones daría que s≤ 302 mm, por lo que se adopta 300 mm.
Esta limitación no es válida para ambientes muy agresivos.

(b) Para vigas L y T con ala en tracción, parte de la armadura de tracción por
flexión se debe disponer dentro del ancho efectivo be según se determinó
como ancho efectivo en compresión, o en un ancho 1/10 de la luz, el que
sea menor. La Fig. 3.22 muestra el requerimiento. Si be>l/10 se debe
disponer alguna armadura longitudinal en las zonas externas del ala. El
reglamento NZS hace la misma consideración, pero en vez de tomar como
segundo ancho de control l/10 toma el que resulta de la Fig. 3.23.

Fig. 3.22 Distribución de Armadura en Alas para Momentos Negativos en Vigas L y T.

Fig. 3.23 Sección efectiva de las vigas: ancho de losa a considerar.

Sin embargo, en forma clara la NZS, en sección C.8.3.2.4, y el IC-103-05,


aclararan que el 75 % de As debe pasar por el núcleo de la columna.
42

c. Si la altura efectiva de la viga es mayor de 1.0 metro, se debe


colocar armadura distribuida en las caras laterales, en la profundidad
d/2, por un total de Ab ≤ As/2, y tal que la separación sea la menor de:

sk≤ d/6 (3.39a)


sk≤ 300 mm (3.39b)
sk≤ 1000 Ab/d-750 (3.39c)

y esta armadura hay que incluirla en la evaluación de la resistencia de la sección.


La Fig. 3.24 muestra el requerimiento del CIRSOC.

Fig. 3.24. Armadura Longitudinal en las Caras Laterales de Vigas con altura >1.0m

3.14. SECCIONES CON FORMA DE T, L o I.


3.14.1. RESISTENCIA A FLEXIÓN.

El procedimiento que se delineó en la sección 3.8 es completamente


general y se puede aplicar entonces a elementos en flexión con cualquier forma de
sección transversal. Por ejemplo, la Fig. 3.25 muestra una sección de una viga T
cuando ha alcanzado su máxima resistencia a flexión, para el caso de momento
positivo, es decir con el ala en compresión. Lo típico es que la profundidad del eje
neutro sea pequeña, y más aún en este caso, debido a la influencia del área
disponible de compresión aportada por el ala. En consecuencia lo que
generalmente ocurre es una “falla con acero en fluencia”. El procedimiento
iterativo lleva los mismos pasos ya descriptos, y puede comenzarse, por ejemplo,
suponiendo el eje neutro de valor igual a la altura del ala. Establecidas las
condiciones de compatibilidad y equilibrio, se verifica y se calcula el momento
nominal según se explicó.
43

Fig. 3.25. Sección en T de una viga de hormigón armado al alcanzar


Su resistencia a flexión.

Pueden presentarse los dos casos que se ilustran en la Fig. 3.25. En el


primero, el más común, el eje neutro c< hf y el cálculo es idéntico al de la sección
rectangular, con el ancho de la zona comprimida igual a b, ancho del ala. En el
segundo caso, si c>hf, la resultante de las fuerzas de compresión actúa en el
centroide del área comprimida con forma de T. Pero los principios fundamentales
no cambian y se sigue usando el bloque de tensiones equivalentes. Para la
evaluación de las resultantes de compresión parciales, por ejemplo, se puede
dividir el área comprimida en un rectángulo de ancho bw y altura a, y un rectángulo
con ancho (b-bw) y altura hf.

Una de las decisiones a tomar tanto en el diseño como en el análisis de


secciones en L y T es el que corresponde al valor del ancho efectivo b. Además se
debe tener en cuenta la muy diferente situación de tener a la sección T bajo
momento positivo que cuando está con la tracción en el ala por momento negativo.

Se distinguen además los casos en que se quiera evaluar la resistencia o la


rigidez del elemento estructural en estudio. Note que casi nunca la distribución de
momentos es constante a lo largo del elemento, por lo que las características
cambian sección a sección.

A esto se refieren las secciones siguientes.

3.14.2 ANCHO EFECTIVO EN VIGAS T.

3.14.2.1 Ancho efectivo en compresión.

Cuando una losa de hormigón armado y sus vigas soportes son construidas
en forma monolítica, lo cual es práctica común y se mostró en la Fig. 3.1, estos
elementos van a trabajar en conjunto. La Fig. 3.26 muestra un esquema del
sistema losa, viga y columnas, que es lo que el diseñador debe contemplar
siempre, es decir, la concepción en 3D del problema a resolver.
44

Fig. 3.26

Esquema tri-dimensional de la
unión viga-losa-columna en una
Construcción monolítica.

Cuando la viga está sometida a momento positivo, tal cual se vio en la


sección anterior, parte de la losa va a trabajar como el ala de la viga para resistir la
compresión longitudinal que equilibre las fuerzas de tracción que se generan en
las armaduras de tracción ubicadas en el alma de la viga.

La Fig. 3.27 muestra un esquema, ref.[2], de losas y vigas bajo momento


positivo, con cierta cantidad de armadura de tracción en la zona inferior. Si la
distancia entre las vigas es grande es evidente que la teoría de flexión simple no
es aplicable en forma estricta ya que, tal cual se esquematiza en la figura, las
tensiones longitudinales de compresión en el ala cambian con la distancia desde el
alma de la viga. Se ve cómo las tensiones son mayores en las zonas cercanas al
alma y disminuyen hacia el plano paralelo a los nervios y ubicado entre ellos. Esta
reducción es debida a las deformaciones de corte en el ala.

Fig. 3.27 Ancho efectivo de una viga T para momento positivo.

La distribución real de las tensiones de compresión en las alas de la viga en


el rango elástico puede ser evaluada utilizando la teoría de la elasticidad, y ella
dependerá de las dimensiones relativas de la sección transversal y la luz y del tipo
de carga. Cuando se está por alcanzar la resistencia a flexión, la distribución de
tensiones de compresión a través del ala será más uniforme que el que se obtiene
45

de la teoría elástica. Esto es debido a que cerca de la tensión máxima de


compresión la curva f-ε del hormigón muestra una variación de la tensión con la
deformación que es menor que en el rango desde 0 a fcmáx..

La losa generalmente va a estar flexionada transversalmente debido a las


cargas que debe transferir a las vigas. Esto causará fisuración en la cara superior
del ala en secciones paralelas y sobre la unión alma con ala. Sin embargo, la
armadura transversal en la losa y la fricción por corte a lo largo de las fisuras
permitirán la transferencia de esfuerzos desde el nervio hacia las alas.

A los efectos del diseño, para tener en cuenta la variación de las tensiones
de compresión en el ala, es conveniente el uso de lo que se llama un “ancho
efectivo” que puede ser menor que el ancho real pero sobre el que se considera
que actúa una tensión longitudinal de compresión constante.

El código ACI-318, en su sección 8.10.2, estipula que el ancho efectivo


debe ser el menor entre los siguientes tres valores:

(i) b < l/4 (3.40a)


(ii) b < bw + 16hs (3.40b)
(iii) b < bw + lny (3.40c)

siendo:

l = luz de la viga.
bw = ancho del nervio de la viga.
hs = altura de la losa.
lny = distancia libre al siguiente ala.

Para el caso de que las vigas tengan losa de un solo lado, sección 8.10.3
del ACI, las restricciones son:

(iv) b < bw + l/12 (3.41a)


(v) b < bw + 6hs (3.41b)
(vi) b < bw + lny/2 (3.41c)

En la Fig. 3.28 se muestra un resumen de los anchos efectivos para ala en


compresión que son sugeridos en la ref. [3] y que son los adoptados por la norma
NZS:3101, ref.[4]. Se ve que el criterio es idéntico al del ACI, y además se
agregan los anchos efectivos que dichas referencias sugieren tomar para la
contribución de las losas en la evaluación de la rigidez de las vigas. Estos últimos
son necesarios para llevar a cabo la modelación de la estructura y de allí obtener
las demandas de esfuerzos.

Se ve que para la contribución a la rigidez en vigas T y L se toma


prácticamente un 50 % de los valores que se toman para resistencia. Esto es para
46

tener en cuenta la reversión de momentos que ocurren en las uniones viga-


columna y a la menor contribución de las alas en tracción a la rigidez a flexión.

Por ello se recomienda que para acciones que incluyen el sismo, el ancho
efectivo de contribución de ala para la rigidez sea del 50 % del que normalmente
se adopta para diseño por resistencia para cargas gravitatorias.

Fig. 3.28. Resumen de anchos Efectivos de las en compresión (M+) sugeridos por ref.[3]
para resistencia y rigidez

3.14.2.2 Ancho efectivo en tracción.

En el diseño para cargas gravitatorias, la contribución para la resistencia en


flexión de la armadura de la losa adyacente y paralela a las barras traccionadas
ubicadas en la parte superior del nervio de la viga (momento negativo) ha sido
tradicionalmente ignorada. Este criterio, para cargas verticales no afecta la
seguridad de la estructura. Sin embargo, en diseño sismorresistente la historia
puede ser diferente. El hecho es que parte de la armadura que pertenece a una
losa construida íntegramente in situ con la viga, va a participar en la resistencia de
los momentos negativos en los apoyos. Es importante establecer en forma real la
contribución de la armadura efectiva de tracción que debe ser considerada en la
resistencia con el objeto de:

(i) Hacer economía sobre la cantidad de acero que se coloca sobre el nervio
de la viga.

(ii) Evitar congestiones de acero como las que se mostró en la Fig. 3.21.
47

(iii) Estimar de la forma más aproximada posible la verdadera resistencia de las


vigas a flexión a los efectos de proteger la misma viga en forma efectiva
contra esfuerzos de corte y contra la potencial rotulación de las columnas
que aportica.

La participación de las armaduras de las losas en la resistencia a flexión de


las vigas ha sido observada por varios autores a través de muchos experimentos.
Sin embargo, es difícil estimar la cantidad efectiva de armadura de losa que puede
participar en la resistencia. Son varias las razones que alimentan esta
incertidumbre. En primer lugar, la extensión de acero de losa movilizado será
función de la magnitud de las deformaciones inelásticas inducidas por el sismo.

Cuanto mayor sea la rotación plástica impuesta en las zonas adyacentes a


las uniones viga-columnas, mayor es el ancho efectivo en tracción movilizado. En
segundo lugar, las fuerzas de tracción de las barras de la losa deben ser
transferidas a través de las vigas a la unión de éstas con las columnas. Por lo
tanto la contribución va a depender de cómo se den las condiciones de anclaje.
Por ejemplo, la efectividad de barras cortas colocadas en la cara superior de la
losa para resistir momentos negativos debidos a cargas gravitatorias inducidos
sobre una viga transversal decrece rápidamente con la distancia desde el nudo.
En tercer lugar, la efectividad de las barras de las losas dependen de la presencia
o ausencia de vigas transversales.

Para ser consistente con la filosofía de diseño por capacidad, la resistencia


a flexión de las vigas debería evaluarse con dos niveles de participación de las
losas. Para evaluar la resistencia nominal, que da origen a la resistencia de diseño
o confiable, deliberadamente se debería subestimar la participación del ancho
tributario de losa en tracción (esto daría un límite inferior). Por el contrario, para
evaluar la sobre resistencia de la sección crítica de una zona potencial plástica, se
debería considerar el máximo probable ancho efectivo. Sin embargo, la ref. [3]
manifiesta que debido a las incertidumbres involucradas, una sofisticación para
diferenciar anchos efectivos en tracción para resistencia confiable y sobre
resistencia no garantiza mejor precisión en los resultados.

En consecuencia, sugiere tomar un ancho de compromiso que sea el


mismo para ambos niveles de resistencia. Los factores de reducción de capacidad
(φ <1) y de sobre resistencia (φo >1) harán la diferencia para el diseño y/o análisis.

La norma NZS:3101, en su sección 8.5.3.3, y el IC-103-2005, especifican


que el ancho efectivo en tracción será función de:

(i) Condiciones de borde de la losa.

(ii) Nivel de ductilidad estructural impuesto.

(iii) Condiciones de anclaje de las barras dentro del ancho potencial en


tracción.
48

La citada norma además especifica que se “permite” incluir las barras


dentro del ancho efectivo en tracción para evaluar la resistencia de diseño, pero
“obliga” a incluirlas cuando se requiere cuantificar la sobre resistencia.

Fig. 3.29 Anchos efectivos de alas traccionadas de vigas con momentos negativos para
sistemas de entrepisos monolíticos. Norma NZS:3101.

La Fig. 3.29 ilustra la forma de interpretar los criterios que define la norma
NZS:3101 para determinar el ancho efectivo en tracción, designado como be, que
debe ser el menor entre los siguientes casos:

(a) Un cuarto de la luz de la viga bajo consideración, extendiéndose donde exista


losa a cada lado del centro de la sección de la viga.
(b) Mitad de la luz de una losa, transversal a la viga en consideración,
extendiéndose donde exista losa a cada lado del centro de la sección de la
viga.
(c) Cuando la viga es perpendicular al borde de la losa y se aportica a una
columna exterior, y en la unión está presente una viga transversal, se toma un
cuarto de la luz de la viga transversal hacia cada lado desde el centro de la
viga.
49

(d) Idem caso anterior pero no existe la viga transversal de borde de losa, un
ancho de columna hacia cada lado del centro de la viga.

La citada norma a su vez especifica que tanto las barras de la losa ubicadas en
cara superior e inferior, paralelas al nervio de la viga, pueden ser consideradas
como efectivas si están dentro del menor de los límites antes descriptos y a su vez
están correctamente ancladas. Para esto exige que las barras tienen que
desarrollar su resistencia a tracción, tal cual se ilustra en la Fig. 3.30, dentro de
una zona de la losa que se llama de anclaje efectivo. Esta zona se determina a
través de una línea que se inicia en el centro de apoyo de la columna y se
extiende con ángulos de 45º hacia ambos lados del eje longitudinal de la viga. El
extremo de la barra debe quedar dentro de dicha zona, y a su vez la longitud de
anclaje se debe contar a partir de la línea a 45º antes descripta.

Fig. 3.30 Determinación del número de barras de las losas dentro del ancho efectivo
en tracción que están efectivamente ancladas y que pueden tomarse como activas en la
resistencia a momentos negativos. Norma NZS:3101.

El código ACI-318 no contiene estas especificaciones para ancho efectivo en


tracción. En su sección 10.6.6 solamente establece que cuando las alas de la
vigas T estén sometidas a tracción, parte de la armadura de tracción por flexión
debe distribuirse sobre un ancho efectivo del ala, determinado según se vio en la
sección anterior (ancho efectivo en compresión) o un ancho igual a 1/10 de la luz
de la viga, debiendo tomar el menor valor.

Según figura en sus comentarios, el espíritu de esta prescripción no es el


mismo que el de la norma NZS. En el ACI se hace mención al necesario control
del agrietamiento que se puede dar si el espaciamiento de las barras en las alas
es excesivo. Además, en su sección 8.10.5 el ACI especifica que se debe disponer
50

de armadura perpendicular a la longitudinal, que dicha armadura debe resistir la


carga mayorada y actuando el ala en voladizo, y que la separación de la armadura
transversal no debe exceder 5 veces el espesor de la losa ni 500 mm.

Fig. 3.31. Estudios de Leonhardt sobre incidencia de la colocación de las armaduras


en las alas en la fisuración para cargas gravitatorias.

El texto de F. Leonhardt, ref. [6], tomo III, sección 9.4, muestra claramente, ver
Fig. 3.31, las ventajas de colocar gran parte de la armadura de tracción bien
distribuida en las alas. Este texto recomienda incluso colocar entre un 40 a 80 %
de la armadura necesaria para momento negativo dentro de las alas de la losa. El
texto menciona que las normas DIN 1045 sugiere la distribución en forma uniforme
de dicha armadura dentro del 50 % del ancho efectivo, según se ilustra en Fig.
3.32.
51

Fig. 3.32. Consideraciones de la Norma DIN 1045 respecto de la distribución de


armaduras en alas y nervio de la viga para momentos negativos.

Sin embargo, esta recomendación procedente de una norma concebida


primariamente para cargas gravitatorias, entra en conflicto con lo que especifica la
norma NZS. Esta última, en su sección 8.5.3.2(e), se reitera, estipula que, debido
a la importancia del mecanismo de transferencia de fuerzas que se da dentro del
núcleo de la unión viga-columna, se exige que al menos el 75 % de la armadura
de flexión de la viga requerida para cualquier combinación de cargas con sismo
debe pasar por o estar anclada en el núcleo de la columna.

En estructuras de pórticos sometidos a acciones sísmicas es aconsejable


colocar las armaduras superiores e inferiores principales de flexión dentro del
ancho del nervio de la viga y hacerlas pasar o anclarlas en el núcleo de la
columna. Se entiende por núcleo de la columna al volumen de hormigón contenido
dentro de los estribos que cierran la armadura longitudinal de la columna.

3.15 RESPUESTA DE VIGAS A FLEXIÓN CON ARMADURA


DISTRIBUIDA VERTICALMENTE.

3.15.1 INTRODUCCIÓN.

La ref.[7] sugiere una muy interesante propuesta, para nada convencional, en


relación a la disposición de la armadura longitudinal de flexión en las vigas. Tal
cual se expresa en la referencia, la significación de la investigación llevada a cabo
por Priestley et. al. está en el hecho de que la armadura longitudinal puede ser
distribuida verticalmente en las zonas críticas de vigas que van a estar sometidas
a momentos positivos y negativos aproximadamente iguales inducidos por la
reversión de las acciones sísmicas.
52

Fig. 3.33 Posibles arreglos de la armadura longitudinal en vigas.

La idea fue investigar si era posible pasar de la forma tradicional de colocar la


armadura longitudinal como se muestra en la Fig.3.33a, a la que se indica en la
Fig. 3.33b, es decir, distribuir toda la armadura longitudinal en dos capa verticales
en ambas caras laterales. Tal cual se demuestra más adelante, esto no reduce en
forma significativa la resistencia a flexión pero traería una serie de ventajas como
las que se enumeran a continuación: (i) más facilidad para acceder desde la cara
superior de la viga para colocar y vibrar el hormigón durante la construcción; (ii)
mejor distribución y cierre más temprano de las fisuras de flexión de la viga por
reversión de momentos cuando se compara con el diseño tradicional, y en
consecuencia se reduce la tendencia a la falla de corte por deslizamiento en las
secciones críticas; (iii) se incrementa la profundidad de la zona de compresión del
hormigón en flexión en las zonas críticas o de rótulas plásticas de la viga, por lo
que se mejora el mecanismo de transferencia de corte en la zona de compresión;
(iv) también se mejora el mecanismo de transferencia de corte por acción de
dovela o taco; (v) se reduce la tendencia al pandeo de la armadura de compresión
en las zonas plásticas; y (vi) mejor comportamiento del nudo que resulta de la
menor demanda de tensiones de adherencia que se manifestaría en casos de
fuerte concentración de armaduras en las partes superior e inferior de un nudo, y
por la contribución en cierto grado de esa armadura distribuida verticalmente en la
viga a la armadura horizontal necesaria en el nudo para soportar su corte
horizontal.

Los estudios llevados a cabo por Park, Priestley y Wong, como la mayoría de
los realizados en la Universidad de Canterbury, Christchurch, Nueva Zelanda,
tuvieron un carácter analítico y experimental simultaneo, lo cual fortalece los
estudios desarrollados.

3.15.2 ANÁLISIS DE LA RESISTENCIA A FLEXIÓN.

Para el caso de pórticos sismorresistentes cuyas demandas están


controladas por carga sísmica, las envolventes de los momentos de diseño para
las combinaciones de acción sísmica reversible y cargas gravitatorias requiere que
los extremos de las vigas sean diseñados para momentos positivos y negativos
53

que son frecuentemente similares o casi iguales. Esto es particularmente cierto si,
a los efectos de mejorar la eficiencia del diseño, se ha resuelto llevar a cabo una
redistribución de los momentos que fueran derivados de la suposición en el
análisis estructural por un comportamiento puramente elástico del pórtico.

Fig. 3.34. Efecto de la distribución de la armadura longitudinal en la resistencia a


flexión.

Cuando la resistencia a momento positivo y negativo es la misma, hay poca


diferencia en la capacidad a flexión dada por secciones de vigas que estén
armadas sea por la configuración tradicional o la que acá se propone distribuida
verticalmente en las caras laterales. Esto se puede corroborar por inspección de la
Fig. 3.34a que muestra una viga con armadura longitudinal total Ast y tensión de
fluencia fy. Para casos típicos de contenidos o cuantías de armadura longitudinal
de tracción, ρt=Ast/bh, cuando se alcanza la resistencia a flexión, el eje neutro yace
muy cerca de la cara superior comprimida del hormigón y por lo tanto casi todo el
acero distribuido verticalmente en la Fig. 3.34b tiene la posibilidad de entrar en
fluencia por tracción. En consecuencia, y como se muestra en la Fig. 3.31, las
fuerzas resultantes para el caso de armadura distribuida, con un brazo de palanca
casi mitad, son aproximadamente el doble que en el caso de armado tradicional.
Por lo tanto, las resistencias a flexión deberían ser muy similares en ambos casos.

Los estudios analíticos y experimentales que se llevaron a cabo, se pueden


consultar con más detalle en la referencia citada. La Fig. 3.35 muestra una
representación de la resistencia a flexión expresada adimensionalmente para
vigas con armadura concentrada y distribuida en función de los contenidos de
armadura y características de los materiales. En este caso se trabajó con f´c
≤27.5MPa, y una deformación última del hormigón de 0.003.
54

Fig. 3.35. Resistencia a


flexión adimensional para vigas
con armadura convencional y
verticalmente distribuida.

Fig. 3.36. Modelos de


representación de las vigas y sus
armaduras como láminas
continuas para los estudios
analíticos adimensionales.
55

Fig. 3.37 Curvas Teóricas Momento vs. Curvaturas para carga Monotónica.

La Fig. 3.36 las suposiciones que se hicieron para cada caso. Se ve según
estos estudios que sólo en el caso de valores elevados de la relación ρfy/f´c ocurre
que la resistencia a flexión de las vigas con armadura distribuida es menor que
para vigas con armadura de tradicional configuración, y con una relación mínima
entre ellas del orden de 0.90 para valores de ρfy/f´c cercanos a 0.40. Sin embargo,
para los casos de cuantías moderadas o bajas, los resultados de resistencia con
casi coincidentes.

Las vigas se armaron con un total de 16 barras de diámetro 16 mm, que da


una cuantía total del 3.07 %, pero que para el caso de armadura con arreglo
convencional representa ρs=ρ´s= 0.0175 (1.75 %), la que es bastante elevada para
el caso de vigas dominadas por comportamiento sísmico. La figura muestra, entre
otras cosas, que:

(i) para deformación extrema del 0.003, la diferencia de resistencia


entre ambas disposiciones de armadura es de apenas el 4 %,
(ii) el efecto de endurecimiento de post-fluencia, cuando se tiene en
cuenta, hace que el tipo de armadura tradicionalmente dispuesta
eleve la capacidad da flexión para elevadas curvaturas. El momento
de sobre resistencia en ese caso es del orden de 1.25.
(iii) La ductilidad de curvaturas para ambos diseños es aceptable.

La Fig. 3.37 muestra los resultados analíticos en términos de Momento-


Curvaturas de las secciones de hormigón armado que según la misma figura
indica. En esta, MACI indica el momento máximo para cuando la tensión de
56

compresión extrema es tomada igual a 0.003, y el MSPALL refiere al caso en que


dicha deformación es igual a 0.005. A su vez, se incluyen los efectos de posible
mejoramiento del hormigón en compresión por confinamiento, según los trabajos
desarrollados por Park, Priestley y Mander, ver ref. [8].

Una observación muy importante es que si se va a utilizar el diseño por


capacidad para asegurar que modos inelásticos de deformaciones, como fallas de
columnas o fallas de corte en vigas y nudos, no ocurran a niveles de respuesta
menores que aquellos que se corresponden con el desarrollo de sobre resistencia
a flexión en las zonas de rótulas plásticas de vigas, es claro entonces que se
pueden lograr importantes economías de diseño cuando se utiliza armadura
distribuida. Por ejemplo, para el caso que se investigó en la referencia citada, es
justificado hablar de alrededor de un 15 % de reducción de la armadura de corte
en las vigas, armadura de corte en el nudo y armadura de flexión en las columnas,
cuando se las compara con aquellas que resultarían de la distribución
convencional de armaduras, puesto que el máximo momento de sobre resistencia
es casi un 15 % mayor en ésta que en la de armadura distribuida.

Se remite al lector a la referencia para que se evalúen otros aspectos como


son las implicaciones de ambos armados con relación al comportamiento de la
unión viga-losa-columna.

Se resumen algunas de las conclusiones del citado trabajo:


1. Se encontró que las secciones de vigas con armadura verticalmente
distribuida tuvieron casi la misma resistencia y ductilidad a flexión que
las armadas convencionalmente, para la misma cantidad de acero
longitudinal total.
2. Los análisis de momento-curvaturas mostraron que la sobre resistencia
a flexión de las vigas debido a endurecimiento de post-fluencia a
elevados niveles de deformación no es tan significativa en vigas con
armadura distribuida. Esto redunda en fuerzas de diseño menores para
la columna, el nudo y el corte en las vigas, con respecto a las que se
obtendrían para el caso de vigas con capas longitudinales concentradas
arriba y abajo.
3. Durante la flexión cíclica las fisuras en la zona de compresión se
cerraron a momentos más bajos en la viga con armadura distribuida que
en la de armadura concentrada.
4. Es probable que la cantidad de armadura en el nudo resulte también
menor en el caso de armadura distribuida.

La ref. [7] extiende este concepto al caso de columnas de hormigón armado


y la Fig.3.38 muestra los dos casos posibles de armado, según los conceptos
antes discutidos. La referencia indica que la opción b tiene las ventajas de reducir
congestión de armaduras, controlar la fisuración de las caras por retracción del
hormigón, mejorar la resistencia al corte del elemento y de su unión. En la
práctica, tal vez una solución intermedia entre la opción a y b es recomendada,
con algo más de armaduras en las caras superior e inferior a los efectos de
57

suministrar una mejor resistencia a la torsión. Como se entenderá además, los


conceptos de armado discutidos son aplicables además a las secciones de
tabiques de hormigón armado.

Fig. 3.38 Diferentes criterios para el armado de columnas de hormigón armado.

3.16 LIMITACIONES A LAS DIMENSIONES DE LOS ELEMENTOS


ESTRUCTURALES.

Además de los requerimientos de resistencia y ductilidad, se ha mencionado


que en los elementos estructurales llamados a tener una participación activa
durante la respuesta ante sismos severos, se deben considerar los efectos de
rigidez. Cuando los elementos son muy esbeltos, pueden presentarse casos de
inestabilidad o pandeo lateral del lado en compresión. Por ello, la norma
NZS:3101:1995, en la sección 8.5.2 y el INPRES CIRSOC 103-2005, tomo II [11],
establecen que:

1. La profundidad, el ancho y la longitud libre entre las caras de los soportes de


los elementos estructurales con sección rectangular, y los cuales puedan estar
sometidos a momentos en ambos extremos provenientes de vigas, columnas o
ambos, adyacentes, deben ser tales que:

Ln/bw ≤ 25 (3.42a )
y
Ln h/bw2 ≤ 100 (3.42b )

donde Ln es la longitud libre entre apoyos dados por soportes laterales, bw el


ancho del nervio y h la altura total de la sección.

2. Para el caso de elementos en voladizo, para Ln medido desde la cara soporte


del voladizo, debe ser:

Ln/bw ≤ 15 (3.43a)
y
Ln h/bw2 ≤ 60 ( 3.43.b)
58

3. Para el caso de vigas T y L, en las cuales las alas se construyen íntegramente


con el alma, las limitaciones de las ecuaciones 3.39a y 3.40a se pueden
ampliar hasta en un 50 % (o sea hasta 37.5 y 22.5 respectivamente), pero las
ecuaciones 3.39b y 3.40b no se modifican. Se tiene en cuenta en este caso la
restricción que al pandeo impone el ala. Las limitaciones se ilustran en la
Fig.3.39.

Fig. 3.39. Limitaciones Dimensionales de los Elementos Estructurales s/NZS:3101.

4. El ancho de la cara en compresión de un miembro de sección rectangular, T o


L no debe ser menor de 200 mm. La ref. [3] no está de acuerdo en esta
limitación y aclara que es mejor relacionar a los elementos con su
comportamiento. Por ejemplo, la división de designación entre columnas y
tabiques suele ser tema de conflicto. Tal vez, aclara, lo mejor es establecer
limitaciones en función del nivel de tensiones de corte inducidos durante el
terremoto.
59

5. Para el caso de vigas anchas que se unan a columnas de pórticos el ancho de


la viga que se debe considerar como activo para resistir las fuerzas
transmitidas por la columna no debe ser mayor del ancho de la columna más
una distancia a cada lado de la columna de ¼ de la profundidad total de la
columna en la dirección relevante. Este requisito se ilustra en la Fig.3.40 Esto
es a los efectos de que el ancho de la viga no sea demasiado grande respecto
al de la columna y que se asegure que el acero longitudinal de la viga
requerido para resistir el sismo se mantiene razonablemente cercano al núcleo
de la columna. Note que ya se mencionó el requisito de que al menos el 75 %
de la armadura longitudinal efectiva de la viga debe pasar a través o ser
anclada dentro del núcleo de la columna.

Fig. 3.40. Ancho máximo a considerar para la resistencia de las vigas.

El ACI-318, sección 21.3.1 por su parte exige que, para elementos de pórticos
resistentes a sismo y diseñados a flexión,

(i) la luz libre no debe ser menor que 4 veces su altura útil,
(ii) la razón ancho/alto no debe ser menor de 0.30, y
(iii) el ancho no debe ser menor de 250 mm, ni mayor que el ancho del
elemento de apoyo más una distancia a cada lado del elemento de
apoyo que no exceda ¾ de la altura del elemento en flexión.
60

3.17 REFERENCIAS.

[1] “ACI-318-2005” American Concrete Institute.

[2] “Reinforced Concrete Structures”. Robert Park y Tomas Paulay. John Wiley &
Sons. 1975.

[3] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”. T. Paulay &
M. N. J. Priestley. J. Wiley & Sons. 1992.

[4] “Concrete Structures Standard”. NZS 3101:Part 1:1995. Standards New


Zealand.

[5] “CP110”. Code of Practice for the Structural use of Concrete. Part1. Noviembre
1972. British Standard Institution. Oreste Moretto.

[6] “Estructuras de Hormigón Armado: Bases para el armado de estructuras de


hormigón armado ”. F. Leonhardt. Tomo III. El Ateneo. 1977.

[7] “Seismic Resistant of Frames with Vertically Distributed Longitudinal


Reinforcement in Beams”. P.K.C Wong, M.N.J. Priestley & R. Park. ACI Structural
Journal- July-August 1990. Vol.87 No. 4 y 1-EIPAC-1992. Octubre 1992. Tomo I.
Mendoza.

[8] “Theoretical Stress-Strain Model for Confined Concrete”. J. B. Mander, M .N .J.


Priestley & R. Park. Journal of Structural Engineering, ASCE, Vol. 114, No. 8, Aug.
1988. pp 1804-1826.

[9] “Fundamentos y Aplicación de Reglamentos CIRSOC 101, 201 e INPRES


CIRSOC 103, II, 2000. Tema Vigas: Flexión“. C. R. Llopiz. FI-UNC, curso Abril
2003.

[10] Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. Proyecto, Cálculo y


Ejecución de Estructuras de Hormigón Armado y Pretensado. Julio 1982. INTI.

[11] Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. Proyecto, Cálculo y


Ejecución de Estructuras de Hormigón Armado y Pretensado. 2005. INTI.

[12] “Reglamento INPRES CIRSOC 103, parte II, 2005, INTI. 2005.
61

3.18 APÉNDICE A.
Puntos Diagramas Momento-curvaturas.

φcr= (fr/Ec) / 24.76 = (0.032/215) / 24.76 = 6x10-6 rad/cm


62
63

3.18 APÉNDICE B.
Momentos de Fisuración Positivo y Negativo en vigas T.
64
65
66

3.19 APÉNDICE C.
EJEMPLOS DE ANÁLISIS SECCIONAL DE VIGAS. MOMENTO vs.
CURVATURAS.

Datos de Vigas:
(i) Dimensiones:
Ancho de viga: 20 cm
Altura total de viga: 40 cm
Recubrimiento a estribo: 2 cm.

(ii) Característica de Materiales.


Hormigón H27 f c´ = 27 MPa Resistencia a compresión
f r = 0.7 27 = 3.60MPa Módulo de ruptura a flexión.
Ec = 4700 27 = 24400 MPa Módulo de Elasticidad.

Acero ADN420
Características según Código
f y = 420MPa Tensión de fluencia especificada.
Es = 200000MPa Módulo de Young.

Características Reales:
Ver Apunte Hormigón I, Unidad 2, Curva de aceros.
f y = 500MPa Tensión de fluencia medida.
ε y = 0.0025 Deformación de Fluencia.
ε sh = 0.0025 x3 = 0.0075 Deformación al inicio de endurecimiento.
Es = 200000MPa Módulo de Young.
Esh = 10000MPa Módulo de Elasticidad al inicio de endurecimiento (5% de Es).
f máx = 800MPa Tensión Máxima.
ε máx = 0.14 = 14% Deformación para la Tensión Máxima.
Resultados del Análisis Seccional. Unidades en ton y cm.
1. Diámetro 12 mm.
67

(a) Acero Especificado según Código.


concrete
FR FIC B1 E0 ECR EC
.0360 .2700 .8500 .0022 .0030 244.00

steel
YYS SY SESH ES ESH EUS FU
4.20 .002100 .010 2000.00 100.00 .200 4.20

section dimensions
B H
20.00 40.00

steel layers
N D A
1 3.5000 2.2600
2 36.5000 2.2600

"UNCRACKED ELASTIC ANALYSIS"


EFFECTIVE AREA = 800.00
TRANSFORMED AREA = 832.53
CENTROID CENT = 20.00
MOMENT OF INERTIA = 115522.70

TENSILE CONCRETE STRAIN COMPRESSION CONCRETE STRAIN


-.00015 .00015

layer steel STRAINS steel STRESSES


1 .00012 .243
2 -.00012 -.243

CRACKING MOMENT = 207.94


CRACKING CURVATURE = .0000074

" ANALYSIS AT FIRST STEEL YIELDING "


MAX. CONC. STRAIN MAX. CONC. STRESS STRESS RATIO
.0004537 .099 .37

layer number steel STRAINS steel STRESSES


1 .00021 .418
2 -.00210 -4.200

FIRST YIELDING STAGE RESULTS


MOMENT CURVATURE NEUTRAL AXIS
-320.88 .0000700 6.48
68

"ULTIMATE STATE ANALYSIS RESULTS"


TENSILE STEEL RATIO (%) COMPRESSIVE STEEL RATIO (%)
.56 .00

steel LAYER steel STRAINS steel STRESSES


1 -.00049 -.982
2 -.03341 -4.201

NOMINAL STRENGTH DESIGN STRENGTH REDUCTION


moment moment factor
-339.31 -305.37 0.90

NEUTRAL AXIS DEPTH ULTIMATE CURVATURE


3.01 .000997

"MOMENT - CURVATURE - DUCTILITY ANALYSIS"


summary of general results
=====================================
limit moment curvature moment
state increase
---------------------------------------------------------
uncraked 207.94 .000007 -
yield 320.88 .000070 1.54
nominal 339.31 .000997 1.06
======================================
CURVATURE DUCTILITY ===== DUC = 14.26

(b) Acero 12mm con Curva Real.


steel
YYS SY SESH ES ESH EUS FU
5.00 .002500 .007 2000.00 100.00 .140 8.00

"UNCRACKED ELASTIC ANALYSIS"


EFFECTIVE AREA = 800.00
TRANSFORMED AREA = 832.53
CENTROID CENT = 20.00
MOMENT OF INERTIA = 115522.70

TENSILE CONCRETE STRAIN COMPRESSION CONCRETE STRAIN


-.00015 .00015

layer steel STRAINS steel STRESSES

1 .00012 .243
2 -.00012 -.243
69

CRACKING MOMENT = 207.94


CRACKING CURVATURE = .0000074

" ANALYSIS AT FIRST STEEL YIELDING "


MAX. CONC. STRAIN MAX. CONC. STRESS STRESS RATIO
.0005440 .116 .43

layer number steel STRAINS steel STRESSES


1 .00025 .504
2 -.00250 -5.000

FIRST YIELDING STAGE RESULTS


MOMENT CURVATURE NEUTRAL AXIS
-382.04 .0000834 6.52

"ULTIMATE STATE ANALYSIS RESULTS"


TENSILE STEEL RATIO (%) COMPRESSIVE STEEL RATIO (%)
.28 .28

steel LAYER steel STRAINS steel STRESSES


1 .00013 .266
2 -.02690 -6.588

NOMINAL STRENGTH DESIGN STRENGTH REDUCTION


moment moment factor
-519.08 -467.18 0.90

NEUTRAL AXIS DEPTH ULTIMATE CURVATURE


3.66 .000819

"MOMENT - CURVATURE - DUCTILITY ANALYSIS"


summary of general results
=====================================
limit moment curvature moment
state increase
---------------------------------------------------------
uncraked 207.94 .000007 -
yield 382.04 .000083 1.84
nominal 519.08 .000819 1.36
=====================================
CURVATURE DUCTILITY ===== DUC = 9.82
70

1. Diámetro 16 mm.
(a) Acero Especificado según Código.
steel
YYS SY SESH ES ESH EUS FU
4.20 .002100 .010 2000.00 100.00 .200 4.20

steel layers
N D A
1 3.5000 4.0000
2 36.5000 4.0000

"UNCRACKED ELASTIC ANALYSIS"


EFFECTIVE AREA = 800.00
TRANSFORMED AREA = 857.57
CENTROID CENT = 20.00
MOMENT OF INERTIA = 122341.10

TENSILE CONCRETE STRAIN COMPRESSION CONCRETE STRAIN


-.00015 .00015

layer steel STRAINS steel STRESSES


1 .00012 .243
2 -.00012 -.243

CRACKING MOMENT = 220.21


CRACKING CURVATURE = .0000074

" ANALYSIS AT FIRST STEEL YIELDING "


MAX. CONC. STRAIN MAX. CONC. STRESS STRESS RATIO
.0006088 .128 .47

layer number steel STRAINS steel STRESSES


1 .00035 .698
2 -.00210 -4.200

FIRST YIELDING STAGE RESULTS


MOMENT CURVATURE NEUTRAL AXIS
-557.45 .0000742 8.20

"ULTIMATE STATE ANALYSIS RESULTS"


TENSILE STEEL RATIO (%) COMPRESSIVE STEEL RATIO (%)
.50 .50

steel LAYER steel STRAINS steel STRESSES


1 .00024 .486
2 -.02575 -4.201
71

NOMINAL STRENGTH DESIGN STRENGTH REDUCTION


moment moment factor
-582.49 -524.24 0.90

NEUTRAL AXIS DEPTH ULTIMATE CURVATURE


3.81 .000788

"MOMENT - CURVATURE - DUCTILITY ANALYSIS"


===========================================
limit moment curvature moment
state increase
---------------------------------------------------------
uncraked 220.21 .000007 -
yield 557.45 .000074 2.53
nominal 582.49 .000788 1.04
===========================================
CURVATURE DUCTILITY ===== DUC = 10.61

(b) Acero 16 mm con Curva Real.


steel
YYS SY SESH ES ESH EUS FU
5.00 .002500 .007 2000.00 100.00 .140 8.00

steel layers
N D A
1 3.5000 4.0000
2 36.5000 4.0000

"UNCRACKED ELASTIC ANALYSIS"


EFFECTIVE AREA = 800.00
TRANSFORMED AREA = 857.57
CENTROID CENT = 20.00
MOMENT OF INERTIA = 122341.10

TENSILE CONCRETE STRAIN COMPRESSION CONCRETE STRAIN


-.00015 .00015
layer steel STRAINS steel STRESSES
1 .00012 .243
2 -.00012 -.243

CRACKING MOMENT = 220.21


CRACKING CURVATURE = .0000074

" ANALYSIS AT FIRST STEEL YIELDING "


MAX. CONC. STRAIN MAX. CONC. STRESS STRESS RATIO
.0007359 .150 .55
72

layer number steel STRAINS steel STRESSES


1 .00043 .851
2 -.00250 -5.000

FIRST YIELDING STAGE RESULTS


MOMENT CURVATURE NEUTRAL AXIS
-663.07 .0000887 8.30

"ULTIMATE STATE ANALYSIS RESULTS"


TENSILE STEEL RATIO (%) COMPRESSIVE STEEL RATIO (%)
.50 .50

steel LAYER steel STRAINS steel STRESSES


1 .00077 1.539
2 -.02026 -6.120

NOMINAL STRENGTH DESIGN STRENGTH REDUCTION


moment moment factor
-835.30 -751.77 0.90

NEUTRAL AXIS DEPTH ULTIMATE CURVATURE


4.71 .000637

"MOMENT - CURVATURE - DUCTILITY ANALYSIS"


=============================================
limit moment curvature moment
state increase
---------------------------------------------------------
uncraked 220.21 .000007 -
yield 663.07 .000089 3.01
nominal 835.30 .000637 1.26
=============================================
CURVATURE DUCTILITY ===== DUC = 7.19

1. Diámetro 20 mm.
(a) Acero Especificado según Código.
steel
YYS SY SESH ES ESH EUS FU
4.20 .002100 .010 2000.00 100.00 .200 4.20

steel layers
N D A
1 4.0000 6.2800
2 36.0000 6.2800
73

"UNCRACKED ELASTIC ANALYSIS"


EFFECTIVE AREA = 800.00
TRANSFORMED AREA = 890.39
CENTROID CENT = 20.00
MOMENT OF INERTIA = 129806.70

TENSILE CONCRETE STRAIN COMPRESSION CONCRETE STRAIN


-.00015 .00015

layer steel STRAINS steel STRESSES


1 .00012 .236
2 -.00012 -.236

CRACKING MOMENT = 233.65


CRACKING CURVATURE = .0000074

" ANALYSIS AT FIRST STEEL YIELDING "


MAX. CONC. STRAIN MAX. CONC. STRESS STRESS RATIO
.0007839 .157 .58

layer number steel STRAINS steel STRESSES


1 .00046 .927
2 -.00210 -4.200

FIRST YIELDING STAGE RESULTS


MOMENT CURVATURE NEUTRAL AXIS
-845.88 .0000801 9.79

"ULTIMATE STATE ANALYSIS RESULTS"


TENSILE STEEL RATIO (%) COMPRESSIVE STEEL RATIO (%)
.79 .79

steel LAYER steel STRAINS steel STRESSES


1 .00057 1.133
2 -.01890 -4.201

NOMINAL STRENGTH DESIGN STRENGTH REDUCTION


moment moment factor
-880.96 -792.86 0.90

NEUTRAL AXIS DEPTH ULTIMATE CURVATURE


4.93 .000608

"MOMENT - CURVATURE - DUCTILITY ANALYSIS"


====================================
limit moment curvature moment
state increase
74

---------------------------------------------------------
uncraked 233.65 .000007 -
yield 845.88 .000080 3.62
nominal 880.96 .000608 1.04
=====================================
CURVATURE DUCTILITY ===== DUC = 7.59

(b) Acero 20mm con Curva Real.


steel
YYS SY SESH ES ESH EUS FU
5.00 .002500 .007 2000.00 100.00 .140 8.00

"UNCRACKED ELASTIC ANALYSIS"

EFFECTIVE AREA = 800.00


TRANSFORMED AREA = 890.39
CENTROID CENT = 20.00
MOMENT OF INERTIA = 129806.70

TENSILE CONCRETE STRAIN COMPRESSION CONCRETE STRAIN


-.00015 .00015

layer steel STRAINS steel STRESSES


1 .00012 .236
2 -.00012 -.236

CRACKING MOMENT = 233.65


CRACKING CURVATURE = .0000074

" ANALYSIS AT FIRST STEEL YIELDING "

MAX. CONC. STRAIN MAX. CONC. STRESS STRESS RATIO


.0009538 .183 .68

layer number steel STRAINS steel STRESSES


1 .00057 1.140
2 -.00250 -5.000

FIRST YIELDING STAGE RESULTS


MOMENT CURVATURE NEUTRAL AXIS
-1005.53 .0000959 9.94

"ULTIMATE STATE ANALYSIS RESULTS"


TENSILE STEEL RATIO (%) COMPRESSIVE STEEL RATIO (%)
.79 .79

steel LAYER steel STRAINS steel STRESSES


75

1 .00099 1.984
2 -.01507 -5.701

NOMINAL STRENGTH DESIGN STRENGTH REDUCTION


moment moment factor
-1179.87 -1061.88 0.90

NEUTRAL AXIS DEPTH ULTIMATE CURVATURE


5.98 .000502

"MOMENT - CURVATURE - DUCTILITY ANALYSIS"


=============================================
limit moment curvature moment
state increase
-------------------------------------------------------------------
uncraked 233.65 .000007 -
yield 1005.53 .000096 4.30
nominal 1179.87 .000502 1.17
===========================================
CURVATURE DUCTILITY ===== DUC = 5.23

1. Diámetro 25 mm.
(a) Acero Especificado según Código.
steel
YYS SY SESH ES ESH EUS FU
4.20 .002100 .010 2000.00 100.00 .200 4.20

steel layers
N D A
1 4.0000 9.8200
2 36.0000 9.8200

"UNCRACKED ELASTIC ANALYSIS"


EFFECTIVE AREA = 800.00
TRANSFORMED AREA = 941.34
CENTROID CENT = 20.00
MOMENT OF INERTIA = 142850.60

TENSILE CONCRETE STRAIN COMPRESSION CONCRETE STRAIN


-.00015 .00015

layer steel STRAINS steel STRESSES


1 .00012 .236
2 -.00012 -.236
76

CRACKING MOMENT = 257.13


CRACKING CURVATURE = .0000074

" ANALYSIS AT FIRST STEEL YIELDING "


MAX. CONC. STRAIN MAX. CONC. STRESS STRESS RATIO
.0009850 .187 .69

layer number steel STRAINS steel STRESSES


1 .00064 1.284
2 -.00210 -4.200

FIRST YIELDING STAGE RESULTS


MOMENT CURVATURE NEUTRAL AXIS
-1302.67 .0000857 11.49

"ULTIMATE STATE ANALYSIS RESULTS"


TENSILE STEEL RATIO (%) COMPRESSIVE STEEL RATIO (%)
1.23 1.23

steel LAYER steel STRAINS steel STRESSES


1 .00094 1.883
2 -.01552 -4.201

NOMINAL STRENGTH DESIGN STRENGTH REDUCTION


moment moment factor
-1354.80 -1219.32 0.90

NEUTRAL AXIS DEPTH ULTIMATE CURVATURE


5.83 .000515

"MOMENT - CURVATURE - DUCTILITY ANALYSIS"


============================================
limit moment curvature moment
state increase
---------------------------------------------------------
uncraked 257.13 .000007 -
yield 1302.67 .000086 5.07
nominal 1354.80 .000515 1.04
=============================================
CURVATURE DUCTILITY ===== DUC = 6.00

(b) Acero 25mm con Curva Real.


steel

YYS SY SESH ES ESH EUS FU


5.00 .002500 .007 2000.00 100.00 .140 8.00
77

steel layers
N D A
1 4.0000 9.8200
2 36.0000 9.8200

"UNCRACKED ELASTIC ANALYSIS"


EFFECTIVE AREA = 800.00
TRANSFORMED AREA = 941.34
CENTROID CENT = 20.00
MOMENT OF INERTIA = 142850.60

TENSILE CONCRETE STRAIN COMPRESSION CONCRETE STRAIN


-.00015 .00015

layer steel STRAINS steel STRESSES


1 .00012 .236
2 -.00012 -.236

CRACKING MOMENT = 257.13


CRACKING CURVATURE = .0000074

" ANALYSIS AT FIRST STEEL YIELDING "


MAX. CONC. STRAIN MAX. CONC. STRESS STRESS RATIO
.0012066 .214 .79

layer number steel STRAINS steel STRESSES


1 .00079 1.589
2 -.00250 -5.000

FIRST YIELDING STAGE RESULTS


MOMENT CURVATURE NEUTRAL AXIS
-1548.32 .0001030 11.72

"ULTIMATE STATE ANALYSIS RESULTS"


TENSILE STEEL RATIO (%) COMPRESSIVE STEEL RATIO (%)
1.23 1.23

steel LAYER steel STRAINS steel STRESSES


1 .00131 2.624
2 -.01219 -5.448

NOMINAL STRENGTH DESIGN STRENGTH REDUCTION


moment moment factor
-1738.92 -1565.03 0.90
78

NEUTRAL AXIS DEPTH ULTIMATE CURVATURE


7.11 .000422

"MOMENT - CURVATURE - DUCTILITY ANALYSIS"


==============================================
limit moment curvature moment
state increase
---------------------------------------------------------
uncraked 257.13 .000007 -
yield 1548.32 .000103 6.02
ultimate 1738.92 .000422 1.12
==============================================
CURVATURE DUCTILITY ===== DUC = 4.10

Diagramas Momento vs. Curvaturas para todos los casos analizados.


2000
1800
D12-420
1600
D12-REAL
1400
Momentos Tcm

D16-420
1200
D16-REAL
1000
D20-420
800
D20-REAL
600
D25-420
400
D25-REAL
200
0
0 200 400 600 800 1000 1200
curvaturas 1/cm x(10)-6
79

3.20 APÉNDICE D.
Tablas con fórmulas útiles para cálculo de áreas y baricentros.

(fuente: Mechanics of materials. E.P. Popov. Prentice-Hall. 1957)


80

(fuente: Mechanics of materials. E.P. Popov. Prentice-Hall. 1957)


1

Instituto de Mecánica Estructural


y Riesgo Sísmico

HORMIGÓN I
Unidad 4:
DISEÑO Y ANÁLISIS DE LOSAS
DE HORMIGÓN ARMADO
Profesor: CARLOS R. LLOPIZ
2

Contenido
4.1 INTRODUCCIÓN. TIPOS DE LOSAS

4.2 DIFERENTES MÉTODOS PARA EL ANÁLISIS Y DISEÑO DE LAS LOSAS

4.3 ANÁLISIS POR LA TEORÍA DE LA PLACA ELÁSTICA


4.3.1 HIPÓTESIS
4.3.2 ECUACIÓN DE EQUILIBRIO. DIFERENCIA ENTRE ELEMENTO VIGA
Y ELEMENTO LOSA
4.3.3 SOLUCIÓN POR EL MÉTODO ELÁSTICO

4.4 APLICACIONES PRÁCTICAS


4.4.1 DEFINICIÓN DE ACCIONES SOBRE LAS LOSAS
4.4.2 MÉTODOS DE ANÁLISIS
4.4.3 LOSAS EN UNA SOLA DIRECCIÓN. MÉTODOS APROXIMADOS
4.4.4 REDISTRIBUCIÓN DE ESFUERZOS
4.4.5 REQUERIMIENTOS DE RIGIDEZ
4.4.5.1 CALCULO DE DEFORMACIONES
4.4.5.2 VIGAS Y LOSAS EN UNA DIRECCIÓN
4.4.5.3 LOSAS EN DOS DIRECCIONES
4.4.5.3.1 LOSAS SIN VIGAS INTERIORES
4.4.5.3.2 LOSAS CON VIGAS INTERIORES

4.4.6 PROCEDIMIENTOS DE DISEÑO PARA LOSAS EN DOS DIRECCIONES.


4.4.6.1 INTRODUCCIÓN
4.4.6.2 COEFICIENTES DE MOMENTOS DE LOSAS CRUZADAS Y
CONSIDERACIONES PARA EL ARMADO

4.5 CUANTÍAS MÍNIMAS

4.6 REFERENCIAS

4.7 APENDICE A: Tablas del ACI-318

4.8 APÉNDICE B: Losas Prefabricadas

4.9 APÉNDICE C. Ejemplo de Aplicación para Losas Cruzadas

name Emis. Emis. Emis. Emis. Emis. Emis. Emis. Emis. Obs.
1 2 3 4 5 6 7 8
Losas. Mar Mar Feb Abr Set Mar Jun Dic
doc 1987 1992 2001 2003 2003 2004 2007 2009
Páginas 53 53 53 34 47 104 46 50
3

4.1 INTRODUCCIÓN. TIPOS DE LOSAS

Las losas son elementos estructurales planos cuyo espesor es pequeño


comparado con sus otras dimensiones, y que formando parte de los entrepisos,
tienen como función estructural el soporte directo de las cargas que actúan sobre
ellos, y la transmisión de las mismas hacia otros elementos estructurales como
vigas, columnas y tabiques.

El tipo de carga más común que deben soportar las losas son las cargas
verticales, provenientes de su peso propio y elementos que forman parte de los
entrepisos designadas como cargas permanentes y cuya notación es D (Dead load)
y sobrecargas de uso como el peso de muebles, personas, etc. designadas como
cargas de uso o accidentales, con notación L (Live load). Sin embargo, en zonas de
alta sismicidad, como la que corresponde a zona de Cuyo, las losas de hormigón
armado tienen una importante misión en cuanto se refiere a la transmisión de
acciones inerciales que se generan durante la ocurrencia de movimientos sísmicos.
En estos casos, las fuertes aceleraciones que se inducen en un edificio debido a los
movimientos de su base, generan fuerzas inerciales, tanto horizontales como
verticales, y que los entrepisos deben absorber y ser capaces de transmitir a los
elementos con suficiente rigidez y resistencia lateral.

Las losas pueden clasificarse en general en dos categorías, de acuerdo al tipo de


apoyo:

(i) Losas apoyadas en vigas, ver Fig. 4.1(a)


(ii) Losas sin vigas (entrepisos sin vigas).

En el caso de losas sin vigas las cargas que ellas soportan son transmitidas a
columnas o tabiques, y se distinguen también dos casos, según que la columna
posea o no capitel. En la Fig. 4.1(b) y (c) se ilustra este tipo de losas.

En casos de losas apoyadas sobre vigas, como se muestra en Fig. 4.1(a), las
cargas son transmitidas a vigas perimetrales del panel de losa. Dependiendo de la
relación Ly/Lx, las losas se pueden armar con armadura principal en dos o una
dirección. Cuando la relación de luces es mayor que 2, en general se puede
considerar a la losa formada por un haz de fajas paralelas a la dirección de la menor
luz y de ancho unitario. Sin embargo, como se verá luego, siempre es colocada una
armadura de repartición en dirección perpendicular a la armadura principal. En las
fajas adyacentes a las vigas de borde se debe tener en cuenta que aquella hipótesis
simplificadora ya no es válida y se debería proveer armadura adicional paralela a la
armadura de repartición para compensar los esfuerzos adicionales que allí se
generan. Sin embargo, la cantidad y forma de disposición de las barras de acero en
las losas será una función de la filosofía de diseño y análisis en sus diversos
métodos que más adelante se aplicará en detalle. Es decir entonces que existe otra
posible clasificación que es:

(i) Losas en dos direcciones.


(ii) Losas en una dirección.
4

Fig. 4.1
Distintos tipos de losas.

De acuerdo a los materiales y procedimientos con que son construidas las losas,
éstas se clasifican en:

(i) losas tipos macizas o sólidas.


(ii) losas nervuradas.
(iii) losas tipos alivianadas con elementos prefabricados.

Las losas macizas son aquellas que en todo su espesor, generalmente


constante, están constituidas por hormigón con la adecuada cantidad de armadura
dispuesta en dos direcciones perpendiculares y que deben tomar los esfuerzos de
tracción generados por los momentos flectores, torsores y el corte.

Las losas tipo nervuradas, que son una especie de variante de la losa sólida,
están constituidas por nervios de hormigón armado en forma de sección T y
separados una distancia entre sí que deben satisfacer ciertos requerimientos para su
5

eficacia en resistencia y rigidez. La Fig. 4.1(d) indica un esquema de losa tipo


nervurada. El uso de este tipo de losa permite una considerable reducción del
volumen, y por lo tanto del peso propio de la estructura resistente de la losa, al
sustituir por vacío una considerable zona del hormigón que al estar en tracción no
colaboraría para la resistencia. Por el contrario, permite el uso de nervios de
profundidad considerable que pueden aumentar notablemente no sólo la resistencia
sino también la rigidez del entrepiso por lo que su uso es muy atractivo para cubrir
grandes luces. Note que la reducción de peso propio también implica reducción de
fuerzas inerciales que se pueden inducir durante un sismo. Las losas nervuradas se
pueden reforzar con armadura principal en una o dos direcciones, según la relación
de luces y especificaciones que se verán más adelante. La Fig. 4.2 muestra un caso
utilizado en nuestro medio en losas nervuradas de edificios. Muchas veces en lugar
de los elementos cerámicos se colocan elementos de poliestireno expandido, como
encofrado perdido, que resultan en una losa mucho más liviana y con muy mejores
características de aislación térmica. Esto también es usado en nuestro medio.

Fig. 4.2
Caso de Losa
nervurada donde
Se usan ladrillos
cerámicos como
separadores de
nervios.

Por último, es importante mencionar el tipo de losas más comúnmente utilizado


en nuestro medio para construcciones bajas y que son las losas tipo alivianadas con
elementos premoldeados. Podrían considerarse como un caso especial de las losas
nervaduras, pero es conveniente colocarlas como un tercer tipo pues existen
diferencias constructivas y de funcionamiento entre ellas. Por ejemplo, los nervios,
que son viguetas prefabricadas, corren en una sola dirección, teniendo como
elementos de relleno entre sí a elementos cerámicos huecos que se los considera
como estáticamente inactivos, pero que permiten la composición de una superficie
inferior plana sobre la cual puede aplicarse directamente el cielorraso. Además esos
elementos de relleno sirven como aislante. La Fig. 4.3(a) indica los componentes de
la losa alivianada prefabricada. Las viguetas, elementos (1) en la figura, son
generalmente de hormigón armado pretensadas. El elemento (2) es generalmente
un cerámico, que en nuestro medio tiene una altura de12.50 cm o 16.50 cm en
6

casos especiales. El elemento (3) es la capa de compresión, generalmente entre 3 a


5 cm de espesor, y que lleva una malla de acero para repartición de esfuerzos.

Tienen la ventaja de un rápido armado en obra con un sistema de


apuntalamiento similar al que se muestra en la Fig. 4.3 (b), formando parte de un
sistema de piso como se ilustra en la Fig. 4.3 (c). La Fig. 4.4 muestra detalles típicos
de apoyos en vigas de hormigón armado.

Fig. 4.3(a) Componentes de losas


prefabricadas alivianadas.

Fig. 4.3(b) Apuntalamiento en


losas alivianadas.

Fig. 4.3(c) Vista del sistema de


pisos teniendo como elemento
resistente la losa prefabricada.

Fig. 4.4 Detalles típicos de apoyos de losas prefabricadas en vigas.

4.2 DIFERENTES MÉTODOS PARA EL ANÁLISIS Y DISEÑO DE LAS


LOSAS

En general pueden distinguirse dos filosofías para el análisis y/o diseño de


sistemas de losas de hormigón armado:

1. Métodos basados en la teoría elástica.


2. Métodos basados en la teoría plástica o análisis límite.
7

Existen además algunos métodos que usan fundamentos de ambas teorías.


Cualquiera sea el método elegido, las losas deben satisfacer las siguientes
condiciones:

(i) que bajo cargas de servicio, las deformaciones y fisuras deben


permanecer dentro de los límites aceptables.
(ii) que bajo estados de cargas excepcionales, posean una adecuada
ductilidad y coeficiente de seguridad elevado para evitar el colapso
de la misma. Es decir, cumplir requisitos de resistencia y ductilidad.

4.3 ANÁLISIS DE LOSAS POR LA TEORÍA DE LA PLACA ELÁSTICA


4.3.1 HIPÓTESIS

La teoría clásica de análisis elástico se basa en las siguientes hipótesis:

a. la losa se comporta como formada de material isótropo, homogéneo y elástico


para estados de carga de servicio, y por lo tanto en ese rango es válida la ley
de Hooke
b. el espesor de la losa es suficientemente pequeño como para que se ignoren
las deformaciones por corte, pero a su vez ese espesor es suficiente como
para ofrecer resistencia a flexión (y no comportarse como una membrana), y
que las deformaciones en su plano sean despreciables
c. la flecha en un punto cualquiera de la placa es pequeña con respecto a su
espesor.

La distribución de momentos y corte en las placas obtenidas a partir de esta


teoría elástica es tal que:

1. las condiciones de equilibrio son satisfechas en cada punto de la losa


2. se deben satisfacer las condiciones de contorno
3. las tensiones son proporcionales a las deformaciones, o en otras
palabras, los momentos flectores son proporcionales a las curvaturas
lo cual implica relación constitutiva seccional lineal.

4.3.2 ECUACIÓN DE EQUILIBRIO. DIFERENCIA ENTRE ELEMENTO VIGA Y


ELEMENTO LOSA

Es importante reconocer el diferente comportamiento y mecanismo de


resistencia de un elemento plano como el caso de una viga de un elemento
tridimensional como es el caso de un elemento losa, cuando ambos están bajo la
acción de, por ejemplo, una carga uniformemente repartida q. La Fig. 4.5 muestra el
caso de un elemento de viga en equilibrio. De la Fig. 4.5(a) el equilibrio de cargas
verticales nos indica que:

dV .
V − q.dx − V − dx = 0
dx
o sea:
8

dV
= −q (4.1)
dx

siendo V el corte sobre las caras del elemento viga. De la Fig. 4.5 (b), del equilibrio
de momentos respecto al punto A, resulta:

 dV   dM 
M + q.dx.dx / 2 + V + dx dx −  M + dx  = 0
 dx   dx 

y despreciando los términos diferenciales de orden superior

dM
=V (4.2)
dx

o, para relacionar momento con cargas:

d 2M
= −q (4.3)
dx 2

siendo las ecuaciones (4.1) y (4.3) las que definen las relaciones estáticas de un
elemento bidimensional sometido a flexión.

Figura 4.5. Equilibrio del elemento de viga

Diferente es el estado de equilibrio que se origina al analizar un elemento


placa, tridimensional, tal cual se muestra en Fig. 4.6. En ese caso la condición de
equilibrio de fuerzas verticales resulta en:

dVx dVy
+ = −q (4.4)
dx dy

y del planteo de la ecuación de equilibrio de momentos según Fig. 4.6 (b), se tiene:
9

d 2M x d 2 M xy d 2 M y
+ 2 + = −q (4.5)
dx 2 dxdy dy 2

Fig. 4.6. Equilibrio del elemento losa.

Se ven claramente ahora los distintos mecanismos de resistencia al comparar


las ecuaciones (4.1) con (4.4) y (4.3) con (4.5). En el caso de viga sólo tenemos un
momento M que es el que está en el plano de las cargas. Para el caso del elemento
placa tenemos más posibilidades, ya que son tres momentos de resistencia, dos de
flexión y uno de torsión.

Las ecuaciones vistas anteriormente no resuelven totalmente el problema,


pues el mismo se debe completar al establecer la compatibilidad de deformaciones y
las relaciones constitutivas.

θ1
ω
θ2

dx
Elástica
Fig. 4.7 Deformaciones. Rotación.

Por compatibilidad de deformación:


10

Rotación dθ
φ = curvatura = =
unidad de longitud dx

pero
dw
θ= w = desplazamiento según eje Z
dx

por lo tanto
d 2w
φ= ecuación de compatibilidad
dx 2

y por relación constitutiva:

M d 2w M d 4w d 2M 1 q
φ= ∴ = o bien = =
EI dx 2 EI dx 4 2
dx EI EI

De esta manera se llega a establecer la relación entre las flechas w(x,y), y la


carga q que actúa sobre el elemento. Para el caso de viga la ecuación es:

d 4w q
4
= (4.6)
dx EI

donde EI es el módulo de rigidez flexional de la viga, siendo


E = módulo de elasticidad del material (hormigón)
I = momento de inercia de la sección.

Para el caso del elemento losa, se obtiene la ecuación de Lagrange, que es


una ecuación diferencial parcial de cuarto orden, con dos variables independientes:

d 4w d 4w d 4w q
+ 2 + = (4.7)
dx 4 dx 2 dy 2 dy 4 D

donde
w = w(x,y) = flecha en un punto cualquiera de la losas de coordenadas (x,y), en la
dirección de la carga q.

D = rigidez a flexión de la placa = E. h3 / 12 (1- ν)


h = espesor de la losa.
ν = módulo de Poisson.

4.3.3 SOLUCIÓN POR EL MÉTODO ELÁSTICO

El procedimiento general para solucionar el problema elástico de la viga o de la


losa es idéntico en ambos casos, y consiste en determinar la ecuación para la
11

deformada de la viga o losa (ecuación de la elástica que define la flecha), y luego


por derivación de esa ecuación obtener los esfuerzos internos. La ecuación de la
elástica debe satisfacer la ecuación diferencial (4.6) para las vigas y (4.7) para las
losas, como así también las condiciones de contorno. Luego entonces los esfuerzos
internos quedan determinados a través de las siguientes ecuaciones:

a. Momentos de flectores:

 d 2w d 2w 
M x = − D 2 + ν 2  (4.8.a.)
 dx dy 

 d 2w d 2w 
M y = − D 2 + ν 2  (4.8.b.)
 dy dx 

b. Momentos de torsores:

 d 2w 
M xy = − D .(1 − ν ) (4.9)
 dxdy 

c. Esfuerzos de corte:

 dM x dM xy 
V x =  +  (4.10.a.)
 dx dy 

 dM y dM xy 
V y =  +  (4.10.b.)
 dy dx 

d. Reacciones.

 d 3w d 3w 
R x = D 3 + ( 2 − ν)  (4.11.a.)
 dx dxdy 2 

 d 3w d 3w 
Ry = D 3 + ( 2 − ν)  (4.11.b.)
 dy dydx 2 

La solución de la ecuación de Lagrange, desafortunadamente no es sencilla, y


sólo se han encontrado soluciones para un número limitado de casos. Con los
métodos ortodoxos de integración se pudieron al principio resolver casos muy
particulares como los de losa rectangular simplemente apoyada o empotrada, placa
circular, algunos tipos de placas elípticas y triangulares, todos con carga
uniformemente repartida o cargas concentradas simétricamente.
12

Las primeras soluciones para la ecuación de Lagrange fueron encontradas


por Navier en 1820, quien usó las series dobles de Fourier para describir las
deformaciones y cargas de placas rectangulares simplemente apoyadas y con carga
arbitraria, ref. [2].

Una solución más general se obtiene por aplicación del método de Levy,
quien propuso un método exacto para el caso de una placa con dos lados opuestos
simplemente apoyados y pudiendo los otros dos lados admitir condiciones de
contorno arbitrarias. Para este caso utilizó series simples de Fourier. También por el
método de Levy se pueden obtener soluciones aproximadas para el caso de placas
rectangulares muy largas con condiciones de borde arbitrarias en todos sus lados,
ref. [2]. Cuando se menciona la palabra método “exacto” hay que reconocer las
limitaciones que implica al tratarse de losas de hormigón armado, salvo que
estrictamente se hable del estado sin fisuración alguna.

La aplicación de los métodos energéticos para la solución de placas fue


desarrollada por Ritz, basado en el principio de que la energía total de una placa
deformada es mínima cuando existe equilibrio. Los métodos de Rayleigh, Galerkin y
Kantorovich están basados en aquel principio.

Otras soluciones en el rango elástico para placas han sido los obtenidos a
partir del método de las diferencias finitas y el método de los elementos finitos,
ref.[9]. Ambos son métodos aproximados derivados de la teoría elástica.

Por último es importante destacar el advenimiento de otros métodos


aproximados, los que simplificando el planteo matemático llevan a soluciones más
generales. Algunos de estos métodos, si bien tienen sus fundamentos en la teoría
elástica, tienen en cuenta en forma parcial el efecto de las deformaciones plásticas.
Uno de estos procedimientos es el de Marcus y otro de los más utilizados es el de
Siess-Newmark. Este último es un procedimiento que se puede comparar
directamente con el método de distribución de momentos de Cross utilizado en
vigas.

4.4 APLICACIONES PRÁCTICAS. REGULACIÓN DE CÓDIGO


4.4.1 DEFINICIÓN DE ACCIONES SOBRE LAS LOSAS

Del CIRSOC 101-2005 y comentarios y según el apunte Cap. 1 del curso, para el
edificio en estudio se adoptó:

Cargas permanentes D:
(i) Estructura resistente hormigón armado........................ 0.29 t/m2
(ii) Piso y contrapiso ......................................................... 0.11
(iii) Incidencia tabiquería de cierre .................................... 0.10
(ver tabla 3.1 de CIRSOC101-tabiques de yeso)
total .................... 0.50 t/m2
Cargas de uso L ................................................................... 0.25 t/m2
13

Para el caso en estudio, las acciones para verificación de la resistencia son:

U= 1.4 D = 1.4 x 0.50 = 0.70 t/m2, o bien


U= 1.2 D + 1.6 L = 1.2 x 0.50 + 1.6 x 0.25 = 1.0 t/m2

4.4.2 MÉTODOS DE ANÁLISIS

A los efectos de soporte de cargas verticales, y en función de las relaciones


de luces, la norma divide el problema en losas en UNA dirección y Losas en DOS
direcciones.

En todos los casos especifica que se puede utilizar cualquier método que
cumpla las condiciones de equilibrio y compatibilidad.

Para losas en UNA dirección acepta un método aproximado según el Cap. 8.

Para losas en DOS direcciones remite al Cap. 13.

Para el rol de las losas como diafragma ante solicitaciones sísmicas, se debe
tener en cuenta el capítulo 5 del IC-103-II-05. Ver además comentarios más
adelante respecto a este tema. Se deben verificar condiciones de rigidez y de
resistencia. A su vez, si se va a llevar a cabo redistribución de momentos, se deben
cumplir requisitos de ductilidad.

4.4.3 LOSAS EN UNA SOLA DIRECCIÓN. MÉTODOS APROXIMADOS

En CIRSOC 201, sección 8.3.3 establece que para vigas continuas y losas en
una dirección, se pueden utilizar los coeficientes de las tablas 8.3.3 de dicho
reglamento y representados en la Fig.4.8, siempre y cuando:

(i) tengan más de 2 tramos.

(ii) siendo LM la luz mayor y Lm la luz menor, se cumpla que 1.0Lm≤ LM ≤


1.2Lm.

(iii) que D y L estén uniformemente distribuidas.

(iv) que L ≤ 3 D

(v) que los elementos sean prismáticos.


14

Fig. 4.8 Ejemplos de los Coeficientes para el cálculo de momentos para vigas y losas en
una dirección. Tabla 8.3.3 de CIRSOC-201-2005

La Fig. 4.8 muestra en forma esquemática los coeficientes a aplicar para obtener
los momentos en tramos y apoyos. Se hace notar que los coeficientes de la tabla
suponen que la carga de uso L actúa en tramos alternados de modo de obtener las
solicitaciones máximas para momentos positivos, como lo indica la Fig. 4.9, y para
15

momentos negativos se han supuesto dos tramos adyacentes cargados, según se


muestra en el ejemplo del Apéndice C, pág. 94. En relación a este punto, el CIRSOC
201, sección 8.9.2 establece que:
(i) para momentos positivos, considerar la carga viva en tramos alternados.
(ii) para momentos negativos, la sobrecarga total en dos tramos adyacentes.

El reglamento NZS, ref.5, en su sección 4.3.2.2 establece, a mi entender con


mejor criterio y ordenamiento, lo siguiente:

(i) si se conoce el arreglo de D y L, y éste es fijo, tomar ese caso para el


diseño.
(ii) si L es variable y a su vez L≤ 3/4 D, tomar a L como uniformemente
distribuida en todos los tramos.
(iii) si L es variable pero L≥ 3/4D, considerar los casos de cargas vivas
alternadas y cargas vivas sobre dos tramos adyacentes.

Fig. 4.9 Esquema de Distribución de las Sobrecargas para verificación de Resistencias y de


Flechas para Momentos positivos.
16

Para el caso en estudio, en la Fig.4.10 se muestra la sección transversal con


las luces a ejes y las dimensiones de las vigas de apoyo de los paneles de losa.

M = wu ln2/(coef.)

donde ln = luz libre para el Momento Positivo y el corte, y es el promedio de luces


adyacentes para el Momento Negativo.

Fig. 4.10. Luces libres y a ejes para el caso del edificio en estudio.

La Fig.4.11 muestra la luz libre y cómo se debe determinar la luz de cálculo


en los casos que sea necesario. Ver sección 8.7 CIRSOC 201 para distinguir entre
elementos construidos o no monolíticamente.

Fig. 4.11 Luz libre y luz de cálculo.

4.4.4 REDISTRIBUCIÓN DE ESFUERZOS

Las condiciones que se imponen son:

(i) Los momentos no se deben haber obtenidos de métodos aproximados.


(ii) Sólo es posible cuando εt ≥ 0.0075 = 0.75 % en la sección donde se vaya
a disminuir el momento.
(iii) Se deben recalcular los momentos en tramo para mantener el equilibrio
después de la redistribución.
(iv) MR = χ ME donde χ= 1000 εt ≤ 0.20 = 20 %

En sus comentarios, la norma aclara que los estudios demuestran que la


fisuración y las flechas en losas y vigas diseñadas con momentos redistribuidos bajo
17

cargas de servicio no son significativamente mayores que los que se obtendrían si


los elementos fueran diseñados con los resultados directos de la teoría elástica.

4.4.5 REQUERIMIENTOS DE RIGIDEZ

Tanto para vigas y losas en una dirección por un lado como para losas cruzadas
por otro, la norma acepta dos formas de satisfacer los requisitos de rigidez:

(i) adoptando alturas mínimas, es decir limitando la esbeltez de la pieza, vía


tablas o fórmulas empíricas, o bien

(ii) evaluando numéricamente las flechas y verificar que no excedan los


límites permisibles que se dan en tablas.

Como módulo de elasticidad del hormigón se puede tomar la expresión:

E c = 4700 f c´ = 21500 MPa

en este caso (note que la versión anterior CIRSOC 201-1982, para este hormigón, le
asignaría 30000 MPa, es decir casi un 40 % mayor), cuya interpretación gráfica se
ve en Fig. 4.12.

Fig. 4.12. Interpretación Gráfica del Módulo de Elasticidad del Hormigón.

Como ya se expresó entes, salvo un estudio más detallado, la nueva norma


exige que se calcule el módulo de rigidez a flexión, ( EI ), tomando como valor de
E=Ec y para el momento de inercia un valor designado como inercia efectiva, y que
se evalúa mediante esta expresión:
18

M 
3
 M 
3

I e =  cr  I g + 1 −  cr   I cr ≤ I g
 Ma    M a  
donde:

Ma = momento actuante máximo para carga de servicio en el momento que se


evalúa la flecha. En la sección 9.5.2.4 la norma establece que en elementos
continuos se puede adoptar I e promedio para sección a M+ y M- (secciones críticas).

Mcr= momento para el estado límite de fisuración, que se puede evaluar mediante:

fr I g
M cr =
yt

fr = módulo de ruptura o resistencia del hormigón a flexión por tracción, y se calcula


como se vio en la sección II.3.1.7 del capítulo II.

bw h 3
Ig = momento de inercia de la sección bruta de hormigón =
12

yt = distancia del baricentro de la sección de hormigón (sin armadura) a la fibra


extrema traccionada.

La Fig. 4.13 muestra parte de la notación involucrada. La Fig. 4.14 muestra la


interpretación gráfica del los momentos de inercia sin fisurar, fisurado y efectivo en el
diagrama M-deformación. La Fig. 4.15 indica el concepto de sección transformada.

Fig. 4.13
Nomenclatura en la sección transversal
a flexión.

Fig. 4.14
Interpretación de los momentos de inercia para
sección fisurada.
19

Fig. 4.15
Sección de Hormigón
Armado Fisurada
Transformada.

4.4.5.1 CALCULO DE LAS DEFORMACIONES


La predicción de las deformaciones en elementos de hormigón armado es
dificultosa. Secciones con armadura no simétrica conducen a deformaciones por
contracción del hormigón que se deben sumar a las deformaciones debidas a cargas
verticales. Además la fluencia lenta del hormigón lleva a un aumento de las
deformaciones para cargas permanentes de servicio. Las deformaciones debidas a
contracción y fluencia a su vez son funciones de la temperatura, humedad,
condiciones de curado, edad del hormigón, etc. La disminución de la rigidez de
flexión debido a la fisuración del hormigón tiene también un efecto importante. Con
el método que se explicita a continuación, se estima que el cálculo de deformaciones
puede tener un error del ± 20%, lo cual es suficientemente aceptable para la mayoría
de los casos prácticos.

El control de deformaciones ante cargas gravitatorias para elementos de


hormigón armado está asociado con las cargas de servicio. Cuando deban
considerarse también deformaciones que aparecen por el transcurso del tiempo,
solamente la carga permanente y aquella porción de carga accidental que actúa en
forma permanente deben afectarse a deformaciones diferidas. El tipo de ocupación o
uso determinará qué porción de la carga accidental debe considerarse. Por ejemplo,
en el caso de edificios de departamentos tal vez sólo el 20% o 25 % de la carga
accidental deba tomarse como carga sostenida. En un edificio destinado a depósito,
tal vez el 80% o 100 % de carga accidental deba considerarse como participante en
contribuir a deformaciones diferidas.

La deformación de elementos de hormigón armado se incrementa con el


tiempo. Las deformaciones adicionales a la instantánea son causadas por la
contracción y flexión del hormigón. La deformación diferida debe tenerse en cuenta
pues en ciertas circunstancias puede alcanzar valores de 2 a 3 veces el que
corresponde a deformación instantánea.

La contracción del hormigón en secciones no armadas simétricamente causa


una distribución no uniforme de deformaciones en la sección la cual resulta en una
curvatura de contracción. La curvatura es mayor en elementos de hormigón con
armadura simple, debido a que la contracción del hormigón no es impedida en la
20

zona de compresión. En miembros a flexión la armadura mayor está en la zona de


tracción. Por lo tanto la curvatura de contracción tendrá el mismo signo que las
curvaturas provocadas por cargas transversales (gravitatorias, por ejemplo).
Además, esas tensiones de tracción inducidas por contracción más las inducidas por
cargas incrementa la fisuración del hormigón en tracción. La deformación lenta del
hormigón resulta además en un acortamiento de la parte comprimida, por lo tanto
causa una curvatura adicional.

Es evidente que las deformaciones adicionales debidas a contracción y


fluencia se pueden reducir en forma substancial con la presencia de armadura de
compresión. En el caso de igual armadura superior e inferior, la curvatura por
contracción sería nula. La armadura de compresión también reduce la deformación
de fluencia debido a que mientras las deformaciones de compresión aumentan con
el tiempo, parte de las tensiones de compresión inducidas son gradualmente
transferidas al acero. Además del contenido y distribución de acero, las
deformaciones del hormigón con el tiempo dependen de condiciones de humedad,
temperaturas, curado, edad del hormigón, relación tensión a resistencia, y otros
factores más.

La norma NZS:3101 da esta expresión :

kcp = [2 - 1.2(A´s/As)] ≥ 0.6 (4.43)

como factor por el cual hay que multiplicar la deformación instantánea para obtener
la deformación “adicional”, es decir :

δt = δi + kcp . δi (4.44)
donde :
δt = deformación total
δi = deformación instantánea
kcp = coeficiente de deformación adicional

El ACI-318-2005 y CIRSOC 201-2005 dan una expresión con más penalidad


sobre las deformaciones diferidas, ya que propone:

ξ
λ=
1 + 50 ρ ´
donde :

ξ= factor que depende del tiempo al cual se considera la deformación, e igual a 2


para 5 años o más.

ρ´= cuantía de armadura de compresión. Esta debe tomarse en la mitad de la luz


para tramos simples y continuos, y en el punto de apoyo para voladizos.

Note que para A´s= 0, ρ´=0, y ambas expresiones coinciden en que Kcp= 2.
21

4.4.6 Vigas y losas en una dirección

La Fig.4.16 muestra las relaciones que se deben cumplir de (h/l) altura total de
losa vs. luz de cálculo de las losas en una dirección, para el caso en que dichos
elementos NO soporten elementos susceptibles de dañarse por grandes
deformaciones. En el Apéndice, pág. 25, está la tabla 9.5(a) que da el CIRSOC.

En realidad la expresión a cumplir es que:

h = hb (0.40 + f y / 700)

para hormigón densidad normal, y donde h es la altura total de la losa, hb la altura


básica y fy la tensión de fluencia del acero. Se ve que para el acero ADN-420 el
factor de corrección es 1.0.

Fig. 4.16 Relación de esbelteces para distintas condiciones de apoyo en losas macizas (no
nervuradas) apoyadas en una dirección si no soportan elementos frágiles. Ver tabla 9.5(a)
en Apéndice A, pág. 30.

Si se deseara adoptar una altura menor o bien el elemento soportara en forma


directa elementos susceptibles de dañarse por grandes flechas, entonces se debe
evaluar la flecha:

(i) método elástico pero en condición de sección fisurada, con I e .


(ii) para flecha diferida, considerar la parte de carga accidental que se puede
considerar como permanente.
(iii) el C101-2005 dice en la sección 4.5 que para la sobrecarga se debe
considerar la distribución que para el efecto que se estudia provoque la
situación más desfavorable.
(iv) agregar cualquier efecto de carga concentrada si correspondiera.

Note que si el elemento debe soportar elementos susceptibles de dañarse, la


condición es que f ≤ L/480, pero si no hay tales elementos, debe ser f≤ L/240. Ver
tabla 9.5(b) en Apéndice A, pág. 84. En este caso L es la luz de cálculo.
22

En el apéndice C se puede ver la aplicación de verificación de condiciones de


rigidez a las losas del edificio de siete pisos que ha sido tomado como ejemplo.

4.4.5.3 Losas en dos direcciones.

El CIRSOC 201-2005, sección 9.5.3 establece que para el caso de losas que se
puedan definir como rectangulares y en las que la relación de luz mayor a menor,
medida a ejes de apoyos, sea igual o menor que 2.0, se deben distinguir los casos
que se muestran en la Fig. 4.17. A los efectos de satisfacer los requerimientos de
rigidez, tal cual se expresó, se deben:

(i) Adoptar tablas o fórmulas , o bien


(ii) Evaluar flechas y verificar contra valores admisibles.

Para el caso de losas SIN vigas interiores, distingue entre los casos de las Figs.
4.1(b) y (c), y los espesores mínimos para el caso de acero ADN-420 se resumen en
la Fig. 4.17.

Fig. 4.17
Espesores para
el caso de
Losas sin
Vigas.

De todas maneras, para losas sin ábacos la altura mínima debe ser 120 mm,
mientras que si tiene ábacos, se puede reducir a 100 mm.

Fig. 4.18(a)
Definición de Ábaco y Capitel para el caso de
losas sin vigas.

La Fig. 4.18(a) y (b) muestran las


condiciones a cumplir por los ábacos y
capiteles en el caso de losas sin vigas. El
ábaco, sección 13.3.7.1, se debe prolongar en cada dirección a partir del eje de
apoyo, una distancia mayor de (l/6), l= es la luz, medida de centros de apoyos en
23

esa dirección. El espesor del ábaco por debajo de la losa debe ser cómo mínimo ¼
del espesor total de la losa.

Fig. 4.18 (b) Detalle de los requisitos de los ábacos.

Sin embargo, el C201 en la sección 9.5.3.4 y el NZS en la sección 3.3.2.2


establecen que estos espesores mínimos de tablas se pueden reducir si se calculan
las flechas según indica el reglamento y se comparan con los requerimientos dados
en la tabla 9.5(b), pág 84.

Para el caso de losas con vigas en todos sus lados, el espesor mínimo debe
ser obtenido según se cumpla alguno de los siguientes tres casos:

a) Para αm ≤ 0.2 se trata como caso de losa sin vigas.

b) Para 0.2 < αm ≤ 2.0 se aplica esta expresión:

 fy 
l n  0.8 + 
 1400 
h≥
36 + 5 β (α m −0.2 )

pero nunca debe ser menor de 120 mm

c) αm > 2.0
 fy 
l n  0.8 + 
 1400 
h≥
36 + 9 β

pero nunca menor de 90 mm, y donde:

ln = luz libre mayor.


β = relación de luz libre mayor a luz libre menor.
αm = promedio de los coeficientes α evaluados para cada viga, con la expresión:
24

E cb .I b
α=
E cs .I s

donde b es por “beam”, viga y s por “slab”, losa. Para evaluar el momento de Inercia
de la viga, I b , con respecto a su eje baricéntrico, se adopta la sección que se ilustra
en la Fig. 4.19. En la Fig. 4.20 se incluye de nuevo la sección de viga a tomar, y se
indica el ancho de losa a considerar para calcular I s . No se debe confundir estas
secciones con anchos efectivos de tracción o compresión para evaluar la resistencia
de las vigas L y T. I s es el momento de inercia de la franja de losa limitada
lateralmente por los ejes de los paneles de losa adyacente (si los hubiera) a cada
lado de la viga.

Fig. 4.19 Sección


Efectiva de Viga
para Evaluar Ib.

Fig. 4.20
Secciones de Viga y Losa
para evaluar Ib e Is.

En el Apéndice C se incluye un ejercicio, aplicado al edificio en estudio donde


se evalúan estas propiedades y se determina el espesor necesario de la losa del
edificio, suponiendo que no posee las vigas secundarias. En el ejercicio se concluye
que el espesor adoptado de 120 mm no cumpliría con los requerimientos, ya que
necesitaría de 140 mm como altura total. En ese caso, para no incrementar el
espesor, se debe verificar la flecha en calidad de sección fisurada, y comparar con
las flechas máximas que se dan en la tabla 9.5(b) de pág. 84. La misma fue obtenida
de la traducción del código chileno del ACI-318, en razón de la mayor claridad
encontrada en la misma. En la Fig. 4.21 se muestra un gráfico que permite calcular
rápidamente los momentos de inercia de secciones L y T.
25

Fig. 4.21

Coeficientes f para el cálculo de los


Momentos de inercia de secciones
L y T en condición no fisuradas.

En el Apéndice A, pág. 86, se da también una tabla de ref.[14] que permite calcular
los momentos de inercia brutos y fisurados.

4.4.6 PROCEDIMIENTOS DE DISEÑO PARA LOSAS EN DOS DIRECCIONES


4.4.6.1 Introducción

En la sección 13.5.1 del ACI-318 se establece que las losas se pueden


diseñar por cualquier procedimiento que satisfaga las condiciones de equilibrio y
compatibilidad, cumpliendo con las condiciones de Resistencia para cargas
mayoradas y de Rigidez para cargas de servicio.

El C-201-2005 en sus comentarios C.13.5.1 establece entonces, y más claro aún


lo hace el NZS:3101:1995 en la sección 14.3.2, que se pueden utilizar:

(i) Métodos basados en la Teoría Elástica: ya sea soluciones del continuo o


métodos de elementos finitos, por ejemplo usando programas como
SAP2000 o SAFE.
(ii) Métodos basados en la Teoría Plástica, como el método de las Líneas de
Fluencia de Johansen o el método de la Franjas o Tiras (strip method) de
Hillerborg. En ambos casos se exige que la cuantía máxima no supere el
valor de 0.40 ρb, por condiciones de redistribución.
(iii) Método de los Coeficientes de Momentos.
(iv) Método de Diseño Directo.
(v) Método del Pórtico Equivalente.
26

Los métodos basados en la teoría Plástica se desarrollarán con cierto nivel de


detalle en la asignatura Hormigón II.

Los métodos de diseño directo y del Pórtico equivalente se pueden consultar


directamente en la norma. Para aplicar el método Directo se deben cumplir una serie
de requerimientos y los pasos a seguir son: (i) Determinar el momento isostático
mayorado para cada dirección, (wul2/8); (ii) Distribuir el momento isostático en cada
dirección en Momentos Positivos y Negativos según condiciones de contorno y (iii)
Distribuir los Momentos Positivos y Negativos entre franjas de columnas y franjas
intermedias, que claramente define la norma.

Uno de los métodos más utilizados consiste en aplicar tablas para el diseño, y
en particular las aceptadas por los códigos de Nueva Zelanda y el CP-110 de
Inglaterra.

Estas normas especifican que los momentos en las losas se pueden calcular
sea por métodos elásticos o plásticos, o simplificados con el uso de tablas como el
que se da a continuación.

4.4.6.2 Coeficientes de momentos de losas cruzadas y consideraciones para el


armado

En losas rectangulares cargadas uniformemente, apoyando según dos


direcciones perpendiculares, donde se ha impedido que las esquinas se levanten y
donde se han tomado previsiones para torsión, y que han sido construidas en forma
monolítica con apoyos de vigas o tabiques en todos sus lados, se puede utilizar el
siguiente procedimiento de diseño:

(a) Los momentos máximos por unidad de ancho estarán dados por las siguientes
ecuaciones:

Msx = §sx . wu . lx2

Msy = §sy . wu . lx2

donde los coeficientes §sx y §sy se dan en la tabla 4.3 (tabla 14.1 del NZS:3101).
Estos han sido derivados utilizando la teoría de las líneas de fluencias para
armadura distribuida en forma uniforme de Taylor, et al [1], y multiplicados por 1.33
para permitir una distribución especial de armaduras sobre la faja central de la losa,
tal cual se define en la Fig. 4.22.

Note que en ambas ecuaciones interviene el valor de la luz menor en la


determinación de los momentos.

wu = carga última uniformemente distribuida por unidad de área, y dada por:

wu= 1.2 D + 1.6 L o bien wu= 1.4 D, la que sea mayor

lx = luz libre en la dirección de menor longitud de losa rectangular.


27

ly = luz libre en la dirección de mayor longitud de losas rectangulares.

Msx o Msy refieren a momentos en tramos o soportes, según sean los coeficientes
respectivos.

Los valores de los coeficientes son los mismos que aparecen en el


CP110:1972, Ref.[12].

Fig. 4.22
División de la losa cargada
uniformemente en franjas
centrales y laterales.

(b) Las losas se consideran divididas en cada dirección en fajas centrales y fajas
laterales o de borde, tal cual se muestra en Fig. 4.22, siendo la franja central de
un ancho igual a ¾ del ancho total, y cada franja de borde 1/8 del ancho total.

(c) Los momentos máximos calculados según las ecuaciones dadas corresponden
sólo a las fajas centrales y no se permite redistribución de momentos.

(d) La armadura de tracción suministrada en el tramo: (1) cuando llega a un apoyo


continuo (es decir la losa sigue) se debe extender en las direcciones x e y en la
parte inferior de la losa más allá del apoyo en una distancia 0.15 Lx ó 0.15 Ly
respectivamente, y (2) si llega a un apoyo discontinuo debe prolongarse hasta el
borde de la losa y contar con una longitud de anclaje, sea con extremo recto o
con gancho, dentro de la viga perpendicular de al menos 150 mm.

(e) Sobre un apoyo continuo, la armadura de tracción (o sea la superior), debe


extenderse en la parte superior de la losa en distancias de al menos 0.15 Lx o
0,15 Ly, según corresponda, desde el apoyo, y al menos el 50 % debería
extenderse a una distancia de al menos 0.30 Lx ó 0.30Ly.

(f) En un lado discontinuo, podrían aparecer momentos negativos, cuya magnitud


depende del grado de empotramiento del borde de la losa. Armadura de tracción
igual al menos al 50 % de la que se suministra en la parte de tramo debe
colocarse en la parte superior de la losa extendiendo hasta una distancia de al
menos 0.1 Lx ó 0.1 Ly, desde el apoyo hacia el tramo.

(g) La armadura en una faja de borde, no necesita exceder el mínimo requerimiento,


que está controlado por condiciones de contracción y temperatura, aunque debe
cumplir también en las esquinas los requerimientos de torsión de puntos (h), (j) y
28

(k). El requerimiento es que la armadura mínima que se debe colocar no debe


ser menor de 0.756/fy. Además no debe estar separada más de 5 veces el
espesor de la losa, ni de 450 mm en edificios ni 300 mm en puentes.

(h) Armadura de torsión se debe suministrar en cada esquina donde se intersectan


bordes simplemente apoyados. Esta debe consistir de armadura superior e
inferior, con capas de armaduras paralelas a cada lado y extendiendo en al
menos 1/5 de la luz menor. El área de armadura en cada una de esas cuatro
capas, por unidad de ancho de la losa, debe ser al menos ¾ del área requerida
en la zona de máximo momento positivo de tramo de la losa.

(i) Armadura de torsión igual a la mitad de la descripta en (h) se debe suministrar en


una esquina donde se encuentra un borde continuo con uno discontinuo.

(j) No se requiere de armadura de torsión en esquinas de encuentros de 2 bordes


continuos.

(k) Donde Ly/Lx es mayor de 2, las losas se deben diseñar como apoyando en una
sola dirección.

(l) las armaduras principales son las calculadas para cubrir los momentos máximos,
pero en ambas direcciones la cuantía no debe ser menor del cociente 0.756/fy
(0.0018 para fy = 420MPa) ni menor de 0.0014.

(m) la separación entre barras de armadura principal no debe ser mayor a 2 veces la
altura de la losa (coincide con CIRSOC 201, sección 13.3.2).

(n) armaduras mínimas por contracción y temperatura en cualquier parte de la losa


tal que ρ≥ 0.0018, con separación máxima menor de 5 veces la altura de la losa
y menor de 45 cm.

(o) Las áreas tributarias para descarga de losas sobre vigas se indican en la
Fig.4.23.

Fig. 4.23
Distribución
de cargas en
vigas de
apoyo de
losas
cruzadas.
29

TABLA 3. COEFICIENTES DE MOMENTOS PARA LOSAS CRUZADAS.


30

En el Apéndice se presenta un ejemplo de aplicación, para el caso del edificio,


donde se comparan los resultados dados por aplicación de tablas.

En la Fig. 4.24 se muestran los momentos en dirección XX obtenidos con


SAP2000.

Fig. 4.24 Momentos según la dirección XX con SAP2000.

Los momentos obtenidos a partir de la teoría elástica se pueden redistribuir


hasta un 20 % según antes se aclaró, pero debe estar en función del factor (1000 εt).

4.4.6.3 Requisitos de armaduras

• Sección 13.3.1 establece que la As ≥ Areq. según los momentos obtenidos en


las secciones críticas, pero nunca menor que la Amin., que se dispone según
indica la Fig. 4.25.

• Sección 7.12, la Amin. por efectos de contracción, fluencia lenta y temperatura,


debe ser tal que:
31

ρ ≥ 0.0018 x 420 / fy
ρ ≥ 0.0014

• Separación máxima tal que:


s≤3h
s ≤ 300 mm

Fig. 4.25 Cantidad y Ubicación de la cuantía mínima en Losas

Para el caso del edificio en estudio, fy= 420 MPa, la armadura mínima debe
ser entonces:

Asmin = 0.0018 x 12 cm x 100 cm = 2.16 cm2

lo cual equivale a adoptar 1φ8mm@23cm. A los efectos prácticos se podría


adoptar por ejemplo 1φ8mm@20cm y evaluar cual sería la resistencia a flexión
que suministra dicha armadura para comparar con las demandas. Así entonces:

Md = φ Mn

en donde en este caso el coeficiente de reducción φ = 0.9 si se cumple el


requisito de que εt ≥ 0.0075= 0.75%, el que seguramente lo cumple pues es
estado para cuantía mínima.

Con la fórmula aproximada es:

M n = As f y (d − d ')
y en este caso:

Mn = 2.50 cm2 x 4.20 t/cm2x (10 – 2) cm= 84 tcm

por lo cual Md = 76 tcm.


32

Un análisis más preciso con SECAN, ref.[9], colocando las armadura con
separación de 2 cm a los bordes, y las características de los materiales según
especifica la norma, arroja los siguientes resultados que se muestran en la
siguiente tabla, donde se indican los parámetros más relevantes que surgen del
análisis, en particular los momentos para cada estado, profundidad de eje neutro
y deformaciones máximas de armadura en tracción.

Estado Momento Eje neutro Deformación


(tcm) (cm) εt (%)
Mcr 79 6.06 0.009
My 92 1.82 0.21
Mn 97 0.70 4

Esta tabla indica que un análisis más preciso da un momento nominal del
orden de 15 % mayor que la fórmula aproximada. En este caso esto es debido a
que la armadura de tracción es tan poca que para el estado último el eje neutro
está muy arriba. Se corrobora que la deformación de tracción es elevada como
para permitir redistribución.

Como se verá en el Apéndice C, los momentos mínimos para diseño de la


losa del edificio de referencia, suponiendo que NO existen vigas secundarias son
de 91 tcm para el tramo y 120 tcm para los apoyos, en el caso de la losa esquina.
Como se ve, con la armadura mínima se cubre el momento de tramo, pero no el
negativo. Para éste, la armadura necesaria sería aproximadamente:

 120 / 0.9  2
As− =  cm = 4cm
2

 4.2 x8 

por lo cual a la armadura básica de 5 barras de diámetro 8 mm (2.5 cm2) por


metro se podrían agregar como refuerzo en la franja central 5 barras de diámetro
6 mm. Hecho el análisis con SECAN se obtuvo, con A´s= 2.5cm2 y As= 3.9cm2,
d´= 2.5cm, d= 46cm, fr= 0.032t/cm2, f´c= 0.21t/cm2, Ec= 215 t/cm2, Es= 2000 t/cm2,
εcmax= 0.003 y fy= 4.2t/cm2:

Estado Momento Eje neutro Deformación


(tcm) (cm) εt (%)
Mcr 81
My 142 2.20 0.21
Mn 160 1.62 1.46

Por lo cual se ve que la resistencia de diseño, Md=160 tcmx0.90= 144 tcm, es


mayor que la requerida de Mr= 120 tcm en apoyo.

• Para el caso de vigas L y T en las que se considera un ancho efectivo en


compresión, se debe colocar armadura en el ala perpendicular a la armadura
principal por flexión, para resistir la carga mayorada y suponiendo el ala en
voladizo. Por ejemplo, en el ejemplo del edificio, para el caso de l= 6.0 m, y
33

tomando como ancho efectivo l/4 = 1.50 m, lo cual se muestra en la Fig. 4.62,
es:
Mr = 1t/m x 0.752 / 2 = 0.28 tm = 28 tcm.
Anec= (28/0.90) / [4.2 x (10-2)] = 0.93 cm2 @ m

para el caso de h= 12 cm, d= 10 cm y d´= 2cm, y fy= 420 MPa= 4.2 t/cm2.
es decir se necesitan 3.30 barras de φ6mm por metro. Esto se cumple con
φ6mm@30cm.

Fig. 4.26 Viga T con ancho efectivo en compresión que requiere armadura en el ala
perpendicular a la principal de flexión.

La separación de esta armadura debe ser, como que antes:

st ≤ 3 h
st ≤ 300 mm

• Sección 13.3 establece que la distancia entre barras de la armadura principal


debe ser menor que 2h, es decir en nuestro ejemplo para h= 12cm, s≤ 24cm.

• La armadura positiva perpendicular a un borde discontinuo debe anclarse en


dicho apoyo por lo menos 15 cm. Ver Fig. 4.27.

• La armadura negativa o bien se ancla en la viga de apoyo con su necesaria


longitud de desarrollo, o bien si la losa continua se puede anclar en dicha
continuidad. Ver Fig. 21.

Fig. 4.27. Esquema de anclajes de Armaduras Inferior y Superior en losas

En la Fig. 4.28 se dan exigencias con relación a recubrimientos mínimos, que


incluyen a los de losas apoyadas en suelo o elevadas.
34

Fig. 4.28 Ejemplos de Recubrimientos mínimos especificados en sección 7.7.1 del


CIRSOC 201-2005
35

4.5 CUANTÍAS MÍNIMAS

En esta sección nos referiremos nuevamente al tema de las cuantías mínimas


en razón de ciertas confusiones que aparecen a la luz de las consultas efectuadas
en la bibliografía disponible. Considero que el CIRSOC 201-2005 no es totalmente
claro para especificar las exigencias y por lo tanto en este trabajo se ha recurrido
también a consultar el reglamento NZS 3101, Ref.[16].

La primera confusión surge pues el C-201-05 se refiere en la sección 10.5 a


“Armadura mínima en elementos sometidos a Flexión”. En virtud del título, debería
ser de aplicación para vigas y losas en general, y la cuantía mínima estaría dada
entonces, siguiendo el criterio de resistencia mayor a la de fisuración, por:
f c'
ρ≥
4 fy
o
1 .4
ρ≥
fy
En muchos casos, para nuestros aceros, resulta entonces ρ ≥ 0.33% .

Sin embargo, el C-201-05 aclara en su sección 10.5.4 que para el caso de


“losas estructurales y fundaciones de espesor constante”, la armadura mínima es la
que antes se mencionó por requerimientos de contracción y temperatura.

Si bien por lo expuesto hasta acá no quedarían dudas sobre que la cuantía
mínima sería entonces, para nuestros aceros, ρ ≥ 0.18% , distintos autores lo han
interpretado en forma diferente. Por ejemplo, en la Ref.[29], pág. 100, capítulo 4,
ejemplo 4.6, para una losa en una dirección, utiliza en la dirección de apoyo como
verificación de la armadura de cálculo, ρ ≥ 0.33% , y en la dirección perpendicular
adopta ρ ≥ 0.18% . Exactamente el mismo criterio adopta la Ref.[30], capítulo 5,
ejemplo 5.6.1, pág. 114. Esta referencia, para losas en dos direcciones adopta en
ambas ρ ≥ 0.18% (ver por ejemplo, pág. 478). En la Ref.[26], sección 13.3 dice que
en ambas direcciones de una losa cruzada la cuantía debe ser ρ ≥ 0.18% .

Sin embargo, la Ref.[27], sección 12.3, interpreta que para ambos tipos de
losas, tanto para las que apoyan en una dirección como para las que apoyan en dos
direcciones, y en ambas direcciones, longitudinal y perpendicular, la cuantía mínima
es de ρ ≥ 0.18% .

Dado que podría interpretarse, como una hipótesis simplificadora, que una
losa en una dirección se comportaría en forma similar a una viga de ancho unitario,
existe la tendencia a adoptar los criterios de las Ref.[29] y [30]. Pero es claro que no
lo tomó así la Ref.[27].

En virtud de estas diferencias, se consultó a la norma NZS 3101, la cual en


muchos casos es esclarecedora por su forma de redacción, y a la vez, porque su
base también es el ACI-318. Note por ejemplo que el NZS 3101 en su capítulo 8,
36

sección 8.4.3 pone como título: “Armadura longitudinal mínima en Vigas y Losas”, es
decir no dice en general como el ACI-318 “Armadura mínima en elementos
sometidos a Flexión”. El NZS 3101 se refiere entonces en forma separada a vigas
en la sección 8.4.3.1, con el límite de ρ ≥ 0.33% , y en la sección 8.4.3.4 a losas, con
el límite de ρ ≥ 0.18% . Además, en sus comentarios, sección C8.4.3.4 aclara que el
límite de armadura mínimo requerido para losas es menor que para vigas puesto
que las cargas tienden a ser distribuidas en forma lateral, es decir en ambas
direcciones, y que en losas una falla repentina y frágil es menos probable que
ocurra. Agrega que la armadura de cálculo debe ser al menos igual que la requerida
por contracción y temperatura. En la sección 14.4.1 (específica para losas en ambas
direcciones) vuelve a aclarar que la armadura debe determinarse en función de los
momentos en las secciones críticas, pero nunca debe ser menor de ρ ≥ 0.18% .

En definitiva, de acuerdo a las normas, la cuantía mínima en losas, es la que


corresponde a ρ ≥ 0.18% , para el acero ADN420. Esta cuantía se debe verificar que
existe en cualquier parte de la losa, y las normas especifican que la misma se puede
colocar en cualquier parte de su espesor: toda arriba, toda abajo, o toda en el
centro, o repartida dentro del espesor, ya que sirve de todas maneras al propósito
que persigue. Sin embargo, el diseñador debe tener en cuenta que en las zonas de
momento crítico, máximos positivos y negativos, la armadura colocada debe ser
mayor que la de cálculo. Por ejemplo, supongamos que se trata de una losa de
altura total h=16 cm, con altura útil d=14 cm, con lo cual la cuantía mínima es Asmín=
0.0018x14x100cm2=2.50cm2. En ese caso se podrían colocar barras de 8mm
separadas cada 20 cm (5 barras por metro de ancho). Supongamos los siguientes
casos:

(a) Que por cálculo se necesitara 1.20 cm2 para momento positivo. En ese caso se
podría, entre otras alternativas, colocar:
(i) abajo toda la armadura mínima, 5 barras de 8mm cada 20 cm, o
(ii) mitad de la armadura, 1.25 cm2 arriba y la otra mitad abajo,
(iii) colocar 3 barras de 8mm abajo y completar con otra armadura arriba, por
ejemplo 4 barras de 6mm.

(b) Que por cálculo se necesitaran 2.0 cm2. En ese caso podría, entre otras
alternativas, colocar:
(i) abajo toda la armadura mínima, 5 barras de 8mm cada 20 cm, o
(ii) colocar abajo 4 barras de 8 mm, cada 25 cm, que dan 2.0 cm2, y el resto para
completar los 2.50 cm2 arriba.

(b) Que por cálculo se necesitaran 3.0 cm2. En ese caso se debería cubrir toda esa
armadura abajo, es decir con al menos 6 barras de 8 mm por metro.
37

4.6 REFERENCIAS

[1] “Reinforced Concrete Slabs”. R. Park and W. Gamble. J. W. & Sons. 1980.

[2] Notas del curso “Plates & Shells”. Cursos del Imperial College, Londres.
Instructor: Dr. Milija Pavlovic. 1981.

[3] “Curso de Hormigón Armado”. Oreste Moretto. 2da. Edición. 1970.

[4] Notas del Curso “Advanced Reinforced Concrete”. Universidad de California,


Berkeley. Instructor: Prof. Vitelmo V. Bertero.

[5] “Reinforced Concrete Structures”. R. Park and T. Paulay. John Wiley and Sons,
Inc. 1975.

[6] Notas del Curso “Reinforced Concrete”. Imperial College, Londres. Instructor: Dr.
C. J. Burgoyne. 1981.

[7] Manual de Cálculo de Estructuras de Hormigón Armado. Aplicación de la norma


DIN 1045. Osvaldo Pozzi Azzaro. 1981.

[8] “Reinforced and Prestressed Concrete”. F. K. Kong & R. H. Evans. 2da. Edición.
Thomas Nelson & Sons. 1980.

[9] “The Finite Element Method”. O. C. Zienkiewicks. Mc. Graw Hill. 3ra. Edición.
1979.

[10] MOCURDU: MOment-CURvature-DUctilitly. Un programa para el cálculo de


rigideces, resistencias y ductilidades de secciones de hormigón armado
sometidas a flexocompresión. C. R. Llopiz.

[11] “Ciencia de la Construcción”. O. Belluzzi. Tomo I. Aguilar. 1970.

[12] Código de Construcciones Sismo Resistentes de Mendoza. 1987.

[13] Código de Diseño de Hormigón Armado. ACI-318-2005.

[14] “Reglamento CIRSOC 201-2005”. INTI. Noviembre 2005.

[15] Código de Diseño de Hormigón Armado. ACI-318-1999.

[16] New Zealand Standard. Code of Practice for Concrete Structures. NZS-3101-
1995.

[17] Code of Practice for The Structural Use of Concrete. CP 110 :part 1 : Noviembre
1972. British Standards Institution.

[18] Reglamento INPRES-CIRSOC 103. Tomo II. Estructuras de hormigón armado y


pretensado. Agosto 1991.
38

[19] Reglamento CIRSOC 201. Proyecto, Cálculo y Ejecución de Estructuras de


hormigón armado y pretensado. Tomos 1 y 2. Julio 1982.

[20] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”, Tomas Paulay
& M. J. Nigel Priestley, John Wiley & Sons, Inc. 1992.

[21] “Normas Argentinas para Construcciones Sismorresistentes”. INPRES-CIRSOC


103. Parte I. General. INTI. Noviembre 1993.

[22] “Cargas y Sobrecargas Gravitatorias para el Cálculo de las Estructuras de


Edificios”. Reglamento CIRSOC 101. INTI. Julio 1982.

[23] “SAP-2000: Structural Analysis Program. Versión 7.44.

[24] “SECAN: SECtion ANalysis”. Programa de Análisis de Rigidez, Resistencia y


Ductilidad de Secciones de Hormigón Armado. C. R. Llopiz. 1986.

[25] “Características Mecánicas del Hormigón Armado”. Cátedra Hormigón I. FI-


UNC. Apuntes de clase. C. R. Llopiz. 2002. 54 pág.

[26] Notes on ACI-318-02 Building Code Requeriments for Structural Concrete.


Portland Cement Association. PCA. Fanella y Rabbat. 2002.

[27] “Diseño de Estructuras de Concreto”. Arthur Nilson. 12ª edición. Mc. Graw Hill.
Año 2000.

[28] “Seismic Design of Concrete Structures: The present need of societies”. Tom
Paulay. Paper No. 2001. 11th. World Conference on Earthquake Engineering.
Acapulco. México. 1996.

[29] “Design of Reinforced Concrete: ACI-318-05 Code Edition”. Jack C. Mc Cormac


y James K. Nelson.

[30] “Reinforced Concrete: a Fundamental Approach. ACI-318-05 Code Edition”.


Edward G. Nawy.

[31] “PCA, notes on ACI-318-02 Building Code Requirements for Structural Concrete:
a Fundamental Approach. ACI-318-05 Code Edition”. Edward G. Nawy.
39

4.7 APÉNDICE A
40
41

4.8 Apéndice B: Losas Prefabricadas

Se presenta a continuación información que se extrae de catálogos de los


proveedores de losas prefabricadas que se utilizan en nuestro medio. Se presentan
las tablas de diseño que fueron suministradas, y generalmente las condiciones de
estas losas son cercanas a simplemente apoyadas.

En las siguientes páginas, encontrará la siguiente información:

a) Losas con Viguetas Pretensadas PREAR 90.

1. Para distintos valores de alturas de ladrillo (normal de 12.50


cm) y de distintas capas de compresión (3 y 5 cm), los pesos
propios de la losa y los distintos momentos admisibles en
Kgrm en función de la “serie” de las losas. Se verá que se
puede utilizar las viguetas dobles, que por supuesto tienen
mayor resistencia.

2. Para cada “serie” se muestra la sección transversal con las


cantidades y secciones de alambres de acero pretensados.
Esto es importante verificar en obra.

3. Se da también las longitudes standards con las que se


fabrican las viguetas. Note que esta condición hará que en
algunos casos, para losas con mucha carga se requerirá el
uso de vigueta doble para cubrir la luz de obra.

4. En la capa de compresión, de valor mínimo 5 cm (puede ser 3


cm si la construcción es grupo B y menos de 7 m de altura) en
zonas sísmicas, se debe colocar una malla de repartición que
satisfaga la cuantía mínima. Usando la cuantía mínima del
ACI-318 para losas, de 0.75/fy, daría para acero ADN420 una
cuantía de 0.18 %, lo que implica que por cada metro de losa,
y para 5 cm de espesor hay que colocar una malla de diámetro
4.2 mm cada 15 cm o bien de diámetro 6 mm cada 30 cm.

b) Losas con Placas Huecas de Hormigón Pretensado. Tipo PREAR.

1. Para las distintas series, 90, 120, 160, 200 y 240 (consultar
con fabricante por series especiales; el número indica en mm
la altura de las placas pretensadas prefabricadas), se dan las
dimensiones de fabricación. Anchos de 600 y 1200 mm.
2. Para cada serie, se dan los pesos propios y los momentos
admisibles, junto con una tabla que especifica la sobrecarga
que se le puede colocar a la losa en función de la luz.
3. Se dan características de las placas, luz de cálculo, largo de
corte, y ejemplos de cálculo.
4. Detalles constructivos para materializar apoyos.
42
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1

Instituto de Mecánica Estructural


y Riesgo Sísmico

HORMIGÓN I
Unidad 5:
ELEMENTOS DE HORMIGÓN ARMADO
SOMETIDOS A FLEXO-COMPRESIÓN.
Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.
2

CONTENIDO

5 COLUMNAS

5.1 INTRODUCCIÓN

5.2 COMPORTAMIENTO DE COLUMNAS ANTE CARGAS DE COMPRESIÓN

5.3 HORMIGÓN ARMADO CONFINADO


5.3.1 CONCEPTOS GENERALES
5.3.2 RELACIONES TENSIÓN - DEFORMACIÓN
4.3.2.1 RESISTENCIA A LA COMPRESIÓN
4.3.2.2 DEFORMACIÓN ÚLTIMA EN COMPRESIÓN
4.3.2.3 PARÁMETROS DE DISEÑO. BLOQUE DE TENSIONES
5.3.3 EJEMPLO No1
5.3.4 EJEMPLO No2
5.3.5 EJEMPLO No3

5.4 COMPORTAMIENTO BAJO FUERZAS DE TRACCIÓN

5.5 RESISTENCIA DE COLUMNAS Y TABIQUES A FLEXIÓN Y AXIAL

5.6 DIAGRAMAS DE INTERACCIÓN


5.6.1 CONCEPTO Y APLICACIÓN
5.6.2 FALLA BALANCEADA
5.6.3 DIAGRAMA DE INTERACCIÓN SIMPLIFICADO
5.6.4 EJEMPLO DE TRAZADO DEL DIAGRAMA M - P

5.7 CONSIDERACIONES DEL ACI Y DEL NZS PARA ARMADO Y DETALLE


5.7.1 BARRAS LONGITUDINALES
5.7.2 ARMADURAS TRANSVERSALES
5.7.3 EMPALMES DE BARRAS

5.8 DIAGRAMAS DE INTERACCIÓN PARA EL DISEÑO

5.9 EJEMPLO DE OBTENCIÓN DE DIAGRAMA M-N

5.10 BIBLIOGRAFÍA

Emis Revis Revis Revis Revis Revis Revis Revis


Filename Observaciones
0 1 2 3 4 5 6 7
Ago Ago May Sep Jul Nov Mar Sep
T5-COL.H1
01 02 03 03 07 07 08 09
Páginas 68 79 80 84 57 61 61 61
3

COMPORTAMIENTO DE ELEMENTOS SOMETIDOS A FLEXIÓN Y CARGA


AXIAL.

En este capítulo se analiza el comportamiento de elementos de hormigón


armado sometidos a esfuerzos axiales y a la combinación de los mismos con esfuerzos
de flexión. Nos referiremos específicamente a columnas y tabiques. El tratamiento de
tabiques estructurales de hormigón armado en profundidad se hará en Hormigón II. En
este capítulo sólo se hace mención a la similitud del análisis seccional entre columnas y
tabiques.

En este trabajo, unidad 5, se presentan conceptos fundamentales y las


disposiciones más importantes y de mayor aplicación de los códigos relativas al diseño
y construcción de columnas de hormigón armado, en particular del código ACI– 318-
2005, adoptado para el proyecto-CIRSOC-2005 y NZS-3101, versión 1995.

5 COLUMNAS.

5.1. INTRODUCCIÓN.

Las columnas son elementos estructurales que soportan esfuerzos axiales, de


compresión o tracción, generalmente combinados con flexión, por lo que en
consecuencia deben además soportar los esfuerzos de corte derivados de la flexión.
El comportamiento de la columna, y en definitiva su modo de falla depende del
grado de esfuerzo axial con respecto a la intensidad de los esfuerzos de flexión.
Se dice que una columna no es esbelta cuando su carga última, para una
excentricidad dada (y en consecuencia flexión asociada), está controlada por la
resistencia de los materiales componentes y de sus dimensiones transversales. En una
columna esbelta sin embargo, la esbeltez es causal de momentos adicionales que
tienen influencia sobre el valor de la carga última que puede desarrollar la columna.
Más adelante se tratará el tema de las columnas esbeltas. Por ahora se trata a las
columnas cuya falla no está influenciada por no linealidad geométrica, sino por el
comportamiento no lineal de material los materiales.
Las columnas de hormigón pueden tener las más diversas formas, algunas de
las cuales se muestran en la Fig. 5.1. Están reforzadas con barras de acero
longitudinales y transversales, pudiendo ser estas barras aisladas con cierta separación
en la forma de estribos cerrados (circulares, cuadrados, rectangulares, hexagonales,
etc.) o bien estribos suplementarios abiertos, o constituir una única pieza en forma de
hélice continua (generalmente de pequeño paso) para materializar lo que se llama
columna zunchada. Para el caso de puentes la ref.[3] menciona como algunas
opciones de columnas sólidas las que se muestran en la Fig. 5.2.a, y como huecas la
Fig.5.2.b.
4

Fig.5.1. Diferentes secciones transversales de


columnas de hormigón armado.

Fig. 5.2a. Típicas columnas sólidas para puentes.


5

Fig. 5.2b. Típicas columnas de sección hueca para puentes.

5.2. COMPORTAMIENTO DE COLUMNAS ANTE CARGAS AXIALES DE


COMPRESIÓN.

La Fig. 5.3 muestra en forma esquemática una columna de hormigón armado


sometida a una carga axial N, y se considera que la carga se incrementa
progresivamente sin superar cierto valor tal que la respuesta sea esencialmente lineal.
Cuando las tensiones en el hormigón y en el acero son suficientemente pequeñas, las
relaciones tensión vs. deformación pueden suponerse como lineales y es de aplicación
la teoría elástica.

Fig. 5.3. Columna de hormigón armado


sometida a Compresión Axial.

Haciendo referencia a la Fig. 2.6 del capítulo 2, para una tensión cercana al 60%
de f´c se podría considerar con cierta aproximación que es válida la ley de Hooke, es
decir fc= εc Ec en el hormigón, y en el acero, para tensiones menores a fy es válida la
proporcionalidad. Por condición de compatibilidad de deformaciones, el acortamiento
es igual en ambos materiales es decir:
6

ε = εc = εs (5.1)

y por condiciones de equilibrio se debe verificar que:

N = f´c . Ac + fs . Ast (5.2)

donde:

N = carga axial aplicada.


f´c = tensión de compresión en el hormigón
Ac = área de hormigón
fs = tensión en el acero
Ast = área de armadura longitudinal total en la sección.

Aplicando las relaciones constitutivas lineales a la condición de compatibilidad,


se tiene:

fc / Ec = fs / Es (5.3)

y designando con n la relación de módulos de elasticidad del acero al del hormigón, es


decir:

n = Es / Ec (5.4)

se podría escribir que el área transformada al equivalente de hormigón está dada por:

Att = Ac + n Ast (5.5a)


Pero, si la referimos al área total o “gross area” Ag (por ejemplo Ag= a.b en la
figura), sería:
Ag = Ac + Ast

Att = Ag – Ast + n Ast = Ag + Ast (n-1)

Si designamos con ρ a la cuantía de acero longitudinal, e igual a:

ρ = Ast / Ag (5.6)

el área transformada queda expresada como:

Att = Ag + Ag ρ (n-1) = Ag [1 + ρ (n-1)] (5.5b)

De la combinación de las ecuaciones 5.2 y 5.3 se pueden escribir las


expresiones de las tensiones del hormigón y del acero para una carga dada, ya que:

N = fc Ac + fc n Ast = fc ( Ac + n Ast) = fc / Att

Por lo que:
N
fc = (5.7a)
Ag [1 + ρ(n − 1)]
7

y
nN
fs = (5.7b)
Ag [1 + ρ(n − 1)]

Por ejemplo, para una columna de 40 x 40cm, con una cuantía ρ= 0.01 (i.e.,
1%, por ejemplo con 8 barras de 16 mm), cuando es sometida a una carga axial de 200
toneladas, las tensiones máximas alcanzadas son:

200 ton
fc =  = 1147 t/m2 = 11.5 MPa
0.16 [1 + 0.01 (10-1)] m2

Si se considera un hormigón de f´c= 20 MPa, y con Ec = 21000 MPa, se ve que


para la tensión alcanzada (0.575 f´c), se puede considerar como buena aproximación
un comportamiento elástico. Si el acero tiene fy = 420 MPa, con Es = 210000 MPa, la
relación de módulos n= 10, por lo que la tensión en el acero es 10 veces mayor, es
decir fs= 115 MPa, todavía muy por debajo de la de fluencia.

Sin embargo, los fenómenos de fluencia y contracción del hormigón tienen un


efecto bastante relevante sobre los valores de las tensiones calculados con la teoría
elástica en el rango de cargas de servicio. A menos que la carga N se haya aplicado
por una fracción corta de tiempo, lo cual es muy improbable en las estructuras reales,
las tensiones finales cambian pues hay redistribución entre el hormigón y el acero. El
fenómeno de fluencia que se presentó en las Figs. 2.11 y 2.12 del capítulo 2, hace que
bajo carga sostenida la deformación del hormigón se incremente. Esto implica que, tal
cual se vio en la ecuación 2.9, debería tomarse un módulo de elasticidad efectivo que
puede ser bastante menor que el inicial. En consecuencia, la relación de módulos de
elasticidad cambia, creciendo tal vez al doble o más (depende del efecto de fluencia), y
en consecuencia el hormigón se descarga y en el acero se aumenta la tensión de
compresión. Esta redistribución puede continuar por años hasta que la relación de
módulos se estabilice, lo cual es difícil de estimar, tanto en el tiempo como en los
valores finales alcanzados. La ref.[4] menciona que para hormigones normales el
módulo efectivo del hormigón puede verse disminuido 2 a 3 veces respecto del valor
inicial, es decir que la relación de módulos para carga de larga duración puede ser 2 a
3 veces el que corresponde a cargas de corta duración. Si parte de la carga sobre la
columna es removida, como indica la Fig. 2.12 hay una recuperación elástica inmediata
y se inducen tensiones residuales. Podría suceder incluso, dependiendo de los
contenidos de acero y de la magnitud del fenómeno de fluencia, que si bien el acero
continúa en compresión, el hormigón podría terminar con esfuerzos de tracción
suficiente como para provocar fisuras.

El efecto de contracción del hormigón, que se explicó en la sección II.3.1.5, ver


Fig. 2.16 del capítulo 2, causa aún más redistribución de esfuerzos. Una columna de
hormigón sin armar que sobrelleve (teóricamente) una contracción uniforme no sufriría
tensiones si su deformación no estuviera impedida. Sin embargo, en las columnas de
hormigón armado las barras de acero, por su efecto de adherencia, resisten la
contracción y en consecuencia se inducen tensiones de tracción en el hormigón, ver
ecuación 2.17, y compresión en el acero, ecuación 2.16.
De estas observaciones surge que los valores de tensión dados por las
ecuaciones 5.7 pueden distar mucho de la realidad por lo que su aplicación es muy
8

discutible. Si la columna a su vez está sometida a variaciones de carga, las


subsiguientes redistribuciones de esfuerzos complican aún más los resultados de la
teoría elástica. En definitiva, no es confiable el tratar de establecer la seguridad de
columnas de hormigón armado utilizando la teoría elástica de tensiones admisibles.

Por el contrario, la carga última de una columna no varía apreciablemente con la


historia de cargas, y es independiente de los efectos de fluencia y contracción. Para

Fig. 5.4. Curva de respuesta carga - deformación para el acero y el


hormigón de una columna cargada axialmente.

comprender el comportamiento de la columna hasta su rotura es conveniente referirse


a las curvas de respuesta del hormigón y del acero a cargas axiales de compresión, ver
por ejemplo Figs. 2.2 y 2.35 del capítulo 2. Cuando la carga alcanza cierto nivel, para
características usuales de los materiales, el acero entrará en fluencia, εy, antes que el
hormigón alcance su resistencia máxima, para εo.

La Fig. 5.4 muestra la representación de la respuesta en términos de carga vs.


deformación axial. La carga máxima de la columna se alcanza cuando el hormigón
llega a su resistencia máxima f´c, ya que una vez que el acero fluyó su tensión no
disminuye y el hormigón continúa en la rama ascendente de su respuesta axial. A partir
de allí, se produce un descenso de la resistencia en la columna por la pérdida de
resistencia del hormigón, hasta que se produce la falla completa del elemento. En
consecuencia, la carga máxima de una columna de hormigón armado es la suma de la
resistencia a fluencia del acero más la resistencia máxima del hormigón. La ref.[1]
indica que a través de ensayos se ha verificado que la resistencia del hormigón en una
columna cargada axialmente es aproximadamente 0.85 f´c, donde f´c es la resistencia
cilíndrica del hormigón a compresión. Se interpreta que la resistencia es un poco menor
que la que resulta de ensayos sobre probetas cilíndricas porque por un lado las
dimensiones y formas son diferentes en obra, y por otro lado porque en las columnas
que son llenadas de hormigón en forma vertical se produce algo de segregación y
ganancia de agua en la parte superior de la columna. En consecuencia, la carga
máxima Po, que se asigna a una columna de hormigón armado cargada axialmente
está dada por la suma de la contribución no lineal de sus materiales componentes, es
decir:
9

Po = 0.85f´c (Ag – Ast) + fy Ast (5.8)

Además, el ACI estipula una limitación adicional en la resistencia de columnas a


los efectos de compensar excentricidades accidentales que pudieran surgir en obra y
no tenidas en cuenta en el análisis. En ediciones anteriores se especificaba una
excentricidad mínima a considerar en el diseño. En la edición actual directamente se
aplican los coeficientes de 0.85 y 0.80 para reducir la resistencia por este efecto en
columnas zunchadas y estribadas respectivamente. En definitiva, las resistencias
nominales de diseño que da el ACI son:

Pn = 0.85 [0.85 f´c (Ag – Ast) + fy Ast] (5.9a)

Pn = 0.80 [0.85 f´c (Ag – Ast) + fy Ast] (5.9b)

para columnas zunchadas y estribadas respectivamente.

El código ACI-318-05, en su sección 10.3.6, establece las expresiones que se


deben adoptar para obtener la resistencia de diseño, al afectar el valor nominal por los
factores de reducción de resistencia φ. Tal cual se expresó antes, la reducción aplicada
a las columnas es mayor que en las vigas. Esto refleja por un lado la mayor importancia
de las columnas en una estructura, ya que la falla de una viga afectará (en general)
solamente una región localizada, mientras que la de una columna podría conducir al
colapso total. Por otro lado, los coeficientes φ reflejan los diferentes comportamientos
de columnas confinadas con espirales con respecto a aquellas cuya armadura
transversal son estribos. El ACI-2005 adopta, para columnas controladas por
compresión los valores de φ=0.70 para columnas con espiral y φ=0.65 para columnas
estribadas. En definitiva, las resistencias de diseño son:

Pd = 0.85 x 0.70 [0.85 f´c (Ag – Ast) + fy Ast] (5.9c)

Pd = 0.80 x 0.65 [0.85 f´c (Ag – Ast) + fy Ast] (5.9d)

para zunchadas y para las estribadas respectivamente, controladas por compresión.

Se debe reconocer que si en la columna se combinan un acero de alta


resistencia y un hormigón de relativamente baja resistencia, podría suceder que
cuando el acero alcanza su nivel de fluencia la resistencia del hormigón está en franco
descenso. En este caso no son estrictamente válidas las ecuaciones antes dadas para
la resistencia nominal. Por ejemplo, si el acero tuviera fy= 700 MPa, por lo cual εy=
0.0035, y se combinara con un hormigón de f’c= 17 MPa, al que le correspondería un
Ec= 19400 MPa y por ende una deformación εo= 0.0017, para el punto de máxima
resistencia del hormigón la tensión del acero sería aproximadamente la mitad de la de
fluencia. A su vez, cuando éste fluya se estará cerca de la deformación máxima del
hormigón, por lo cual la resistencia de éste está en franco descenso. Afortunadamente
este no es el caso para las columnas normales de hormigón armado. Generalmente
ocurre primero la fluencia del acero, o bien ambos materiales, hormigón y acero,
alcanzan εo y εy respectivamente casi al mismo tiempo.

Hasta el valor de carga Po tanto las columnas estribadas como las zunchadas se
comportan casi igual, por lo que la influencia de la armadura transversal no es tan
significativa. Sin embargo, una vez que se alcanzó la carga máxima, una columna con
estribos no muy cercanos entre sí falla casi inmediatamente, con una secuencia que
10

podría resumirse en pérdida del recubrimiento, pandeo de las barras longitudinales y


rotura del hormigón del núcleo por corte hacia fuera a lo largo de planos inclinados.
Esto se esquematiza en la Fig. 5.5. Se ve como ocurrió este tipo de falla en la foto de
Fig. 5.6 que corresponde a un edificio dañado durante Julio de 1990 en el terremoto de
las Filipinas.

Fig. 5.6. Típica falla de compresión de una


columna con estribos muy separados durante
el terremoto de Filipinas en julio de 1990.
Fig. 5.5. Esquema de
ensayo y falla de una
columna de hormigón
armado.

En una columna zunchada después que se alcanza Po también ocurre la pérdida


de recubrimiento, por lo cual se produce una disminución de la capacidad portante que
será función directa del área de hormigón no confinado (es decir fuera de la espiral).
Sin embargo en este caso, el paso de la espiral es generalmente suficientemente
pequeño como para evitar el pandeo de las barras longitudinales. Por lo tanto éstas
continúan soportando cargas, y en consecuencia el hormigón del núcleo que tiende a
incrementar su volumen por efecto de Poisson y de fisuración interna, se apoya sobre
la espiral, por lo cual ésta ejerce una presión de confinamiento sobre el núcleo. En este
caso la tensión resultante de compresión radial incrementa la capacidad de carga del
núcleo de hormigón, y a pesar de la pérdida del recubrimiento, se podría llegar a que
para deformaciones importantes y para columnas fuertemente zunchadas la carga final
pueda superar el valor de Po. La falla normalmente se produce cuando el acero de la
espiral fluye, lo cual hace disminuir notablemente la presión de confinamiento, o bien
cuando dicho acero del zuncho se fractura en tracción.
11

La Fig. 5.7 muestra la comparación de comportamientos hasta la falla de los dos


tipos de columnas analizados. En las Figs. 1.14b y 1.14c del capítulo 1 se mostraron
los dos comportamientos totalmente diferentes, aunque en este caso acompañadas de
flexión, de ambos tipos de columnas en un mismo edificio, el del hospital de Olive View
durante el sismo de 1971 en San Fernando, California. La gran diferencia en la
capacidad de disipación de energía que se muestra en la Fig. 5.7 y en las fotografías
es captada por simple observación. Es fundamental entonces analizar un poco más en
profundidad el comportamiento del hormigón confinado.

Fig. 5.7.
Comparación de las curvas de
carga-deformación total para
columnas con estribos y columnas

5.3. HORMIGÓN CONFINADO.


5.3.1. Conceptos generales.

Los terremotos han demostrado sistemáticamente las drásticas consecuencias


que ha provocado la falta de un adecuado confinamiento del hormigón en elementos
sometidos a fuertes compresiones. Las Figs. 5.8 y 5.9 muestran varios de estos casos.
Son particularmente susceptibles las potenciales regiones de articulaciones plásticas
en elementos bajo elevado nivel de cargas axiales, tales como el caso de los extremos
inferiores de las columnas de pórticos, donde las deformaciones inelásticas permitirán
el desarrollo del mecanismo completo de rótulas. Si la columna está en una esquina, el
efecto podría ser aún más drástico por la combinación de axiales según ambos planos
concurrentes.

Fig. 5.8(a) y (b) Terremoto del 26-01-2001 en Bhuj, India. Fallas de Compresión y Corte.
(Columna corta. Ver claro plano de falla de corte). Falta de confinamiento por carencia de
adecuada armadura transversal.
12

Fig. 5.8.c Terremoto de la India, 1999. Daño severo en columnas.


Falta de confinamiento.
13

Fig. 5.8(d). Falla en pie de columnas por falta de confinamiento. Imperial County
Service Building, terremoto del 15 Octubre de 1979. Ver páginas siguientes.

Fig 5.8 (e) Falla en la línea Este del edificio del


Imperial County.

Fig. 5.8 (f) Otra vista de las fallas de las


columnas del edificio del Imperial County
14

Fig. 5.8 (g).


Otra vista de las fallas de las columnas del Edificio
del Imperial County.
La configuración arquitectónica llevó a una
concentración del daño en la planta baja que constituye un
piso abierto o flexible respecto a los superiores.

Observar la falla por falta de confinamiento, estribos


demasiado espaciados.

Fig. 5.9(a). Falla del Hospital de Psiquiatría durante el terremoto de


San Fernando en febrero de 1971. Problema de diseño estructural y
falta de confinamiento. Ver Fig. 5.9(b).
15

Fig. 5.9(b). Vista de cómo se desintegró la columna del edificio de la Fig. 5.9(a), del Hospital Psiquiátrico
del Olive View después del terremoto de San Fernando, 1971. Note la falta de confinamiento transversal.

Tal cual se expresó anteriormente, ante la tendencia del hormigón y del acero a
comportamiento inestable bajo compresión en el hormigón armado sin confinar, un
correcto diseño y detalle de armadura transversal puede cambiar en forma radical la
respuesta para hacerla adecuada ante solicitaciones extremas. La combinación de
armadura transversal con barras longitudinales, ambas con espaciado pequeño, se
traduce en una restricción a la expansión lateral del hormigón, permitiendo soportar
mayores tensiones de compresión, y lo que es más importante, sobrellevar
deformaciones de compresión mucho mayores antes de que se produzca la falla
completa.

Las espirales y los estribos circulares, debido a su forma, son expuestos a


tracción a lo largo de desarrollo de las mismas al expandirse el hormigón, por lo cual
proveen un confinamiento continuo alrededor de la circunferencia, tal cual se ilustra en
la Fig. 5.10a. La Fig. 5.11 muestra un modelo muy interesante para representar el
confinamiento del zunchado. La presión lateral máxima efectiva fl que se puede inducir
en el hormigón ocurre cuando las espirales o estribos circulares son tensionados hasta
su resistencia de fluencia fyh. Haciendo referencia al diagrama de cuerpo libre de la Fig.
5.10(b), la condición de equilibrio establece que:

fl = 2 fyh Asp / (ds sh) (5.10)

donde ds es el diámetro de la circunferencia de la barra de confinamiento con área Asp,


y sh es la separación longitudinal (paso) de la espiral.
Los estribos poligonales, sin embargo, sólo pueden aplicar reacciones de
confinamiento completamente efectivas en las esquinas y cercanías debido a que la
presión del hormigón contra los lados de los estribos tienden a flexionar a éstos hacia
fuera, tal cual se muestra por las líneas discontinuas en la Fig.5.10(c). El confinamiento
suministrado por estribos rectangulares o cuadrados puede mejorarse en forma
significativa a través del uso de otros estribos que se solapan y con tras formas
poligonales o bien con estribos suplementarios abiertos, lo que resultan en varias
ramas de estribos que cruzan la sección transversal. Estas variantes y el esquema de
mejoramiento del confinamiento en plana se ilustran en la Fig. 5.12(b), (c) y (d).
16

Fig. 5.11. Modelo de


Fig. 5.10. Confinamiento del hormigón por estribos acción de un zuncho
circulares y rectangulares. continuo.

El efecto de arco resulta en estos casos más controlado pues los arcos son más
chatos y por lo tanto se reduce la cantidad de hormigón sin confinar. Esta es una de las
causas por la cual es recomendable que las barras longitudinales verticales tengan una
separación máxima o exista un mínimo de barras por cara de la columna.
Cuando estas barras están bien distribuidas en la periferia de la columna y sus
movimientos laterales son restringidos en forma efectiva por la armadura transversal,
se materializa el confinamiento en altura. El hormigón se apoya contra las barras
longitudinales y entonces la armadura transversal suministra las reacciones de
confinamiento tal cual se muestra en la Fig. 5.12(e) y (f).
Como claramente se observa, el confinamiento del hormigón se mejora si la
armadura transversal es distribuida con pequeña separación. Existirá una separación
crítica de las capas de armadura transversal por encima de la cual la sección que está
a mitad de camino entre dos estribos consecutivos estará inefectivamente confinada,
por lo cual no es apropiado aplicar la ecuación 5.10. Sin embargo, en general, el
requerimiento de evitar el pandeo de las barras longitudinales hace que la separación
sh esté controlada por este hecho por lo cual el confinamiento queda asegurado.
Paulay & Priestley, la ref.[2], mencionan que los experimentos indican que en las
regiones potenciales de articulación plástica la separación de la armadura transversal
no debe exceder de seis (6) veces el diámetro de la barra a restringir contra el pandeo.
17

Fig. 5.12. Confinamiento de secciones de columnas mediante


armadura transversal y longitudinal.

5.3.2. Relación Tensión – Deformación para el hormigón confinado.

El efecto del confinamiento se traduce, tal cual se muestra en la Fig. 5.13, tanto
en aumento de la resistencia a compresión como también de la deformación máxima
del hormigón. Varios investigadores, entre ellos Park, Priestley y Bertero, han
propuesto relaciones constitutivas para el hormigón confinado. A los efectos del diseño
los parámetros significativos que se necesitan son la resistencia a compresión, la
deformación última de compresión (para verificación de la ductilidad) y los parámetros
que definan el bloque de tensiones equivalentes. Dada la trascendencia del tema, y de
los sorprendentes resultados obtenidos de las investigaciones en Canterbury (Nueva
Zelanda) y Berkeley (California), se dará al tema de hormigón armado confinado cierta
extensión en este trabajo.
18

5.3.2.1. Resistencia a compresión del hormigón confinado.

La resistencia a compresión del hormigón confinado está directamente


relacionada con las tensiones efectivas de confinamiento f´l que se puedan desarrollar
al alcanzar la fluencia las barras transversales, la cual para secciones circulares se
puede expresar como:

f´l = Ke fl (5.11)

y para secciones rectangulares está dada por:

f´lx = Ke ρx fyh (5.12a)

f´ly = Ke ρy fyh (5.12b)

en las direcciones X e Y respectivamente, y donde fl para secciones circulares está


dado por la ecuación 5.10, y ρx y ρy son las relaciones de área efectivas de la armadura
transversal con respecto a la sección transversal del núcleo del hormigón cortada por
planos perpendiculares a las direcciones X e Y, tal cual se muestra en la Fig.5.12(b),
(c) y (e). Como se verá más adelante, los valores de ρ corresponden conceptualmente
a cuantías volumétricas. A su vez Ke es el coeficiente de efectividad del confinamiento,
que relaciona el área mínima de núcleo efectivamente confinado con el área nominal
de núcleo limitado por la línea del eje del estribo periférico. Los valores típicos para Ke
son 0.95 para secciones circulares y 0.75 para secciones rectangulares de columnas y
0.60 para secciones rectangulares de tabiques.
Mander, Priestley y Park, ref.[10], proponen como relación entre f´cc, resistencia
a compresión del hormigón confinado para secciones circulares, o secciones
rectangulares con presiones de confinamiento fl efectivas iguales en las direcciones
ortogonales x e y, y la resistencia no confinada f´co, la siguiente expresión:

Fig. 5.13. Modelo de tensión - deformación para carga monotónica de hormigón armado
confinado y no confinado.
19

f cc´   7.94 f ´l  
K= = − 1.254 +  2.254 1 +  − 2 f ´l  (5.13)
f ´co  f ´co  f ´co 
 

Para una sección rectangular con desiguales tensiones efectivas de


confinamiento f´lx y f´ly, el factor K = f´cc/f´co, se puede obtener directamente de la Fig.
5.14, donde f´ly > f´lx.
La máxima tensión de compresión, ver Fig. 5.13, se alcanza a una deformación
igual a:

εcc = 0.002 [1 + 5(f´cc/f´co – 1)] (5.14)

Fig. 5.14. Determinación de la resistencia a


compresión de hormigón confinado debido a
presiones laterales para secciones rectangulares.

5.3.2.2. Deformación última de compresión.

La expresión anterior de la deformación para el pico de tensiones no representa


la máxima deformación útil disponible en el hormigón confinado, ya que, como puede
observarse en la Fig. 5.13, la acción de la armadura transversal en ciertas ocasiones
puede mantener un alto nivel de tensiones para deformaciones que llegan mucho más
allá de εcc. El límite último se alcanza cuando las barras transversales de confinamiento
se fracturan, lo cual puede estimarse al igualar las capacidades de energía de
deformación del acero transversal al momento de fractura con el incremento de energía
absorbido por el hormigón, representada por el área bajo la curva con trazo rayado en
la Fig. 5.13.
Los autores antes citados dan la siguiente expresión para hacer una estimación
conservativa de la deformación última de compresión del hormigón confinado:
20

εcu = 0.004 + 1.4 ρs fyh εsm / f´cc (5.15)

donde εsm es la deformación para la máxima tensión de tracción y ρs es la relación


volumétrica del acero de confinamiento. Para secciones rectangulares ρs= ρx + ρy.
Valores típicos de εcu están en el rango 0.012 a 0.05, es decir entre 4 a 16 veces los
valores tradicionalmente supuestos para el hormigón sin confinar.
Para una sección circular, sea zunchada o con estribos circulares, la relación
volumétrica está dada por:
4A sp
ρs =
d "s

donde Asp es el área del estribo o zuncho, s la separación o paso y d” es el diámetro del
núcleo de hormigón medido hasta el borde externo del estribo. La expresión anterior se
obtiene simplemente haciendo la relación entre el volumen de estribo con el volumen
de hormigón armado confinado en una altura s de columna.

5.3.2.3. Parámetros de diseño para el bloque rectangular de tensiones de


compresión equivalente en el hormigón confinado.

El procedimiento adoptado para definir los parámetros del bloque de tensiones


rectangular equivalente de compresión para hormigón sin confinar se puede extender al
hormigón confinado, siempre y cuando la tensión promedio αf´co sea redefinida como
αKf´co=αf´cc, donde K está dado por la ecuación 5.13 o bien por la Fig. 5.14. Los
valores apropiados para α y β dependen del valor de K y de la deformación en la fibra
extrema en compresión. La Fig. 5.15 incluye valores de diseño de β y del producto αβ
para diferentes valores de deformación de compresión pico εcm, expresada como la
relación εcm/εcc.

Fig. 5.15. Parámetros del bloque de tensiones rectangulares equivalentes de


compresión del hormigón para secciones rectangulares confinadas por estribos
rectangulares.

Los valores de α y β dados por la Fig. 5.15 se pueden utilizar en conjunto con los
valores calculados para K para predecir la resistencia a flexión de secciones
rectangulares confinadas. Sin embargo, se debe reconocer que estos parámetros son
sólo aplicables a la zona de hormigón confinado del núcleo. Para altos valores de
deformación en compresión, el recubrimiento de la armadura se pierde por
21

desprendimiento, por lo cual las dimensiones a utilizar en la predicción de resistencias


debe estar limitado por el eje central del estribo exterior de confinamiento.

5.3.3. Ejemplo No 1.

(a) Descripción de la sección de hormigón armado.

La sección de hormigón de Fig. 5.16, de 40cmx50cm, está armada


longitudinalmente con 10 barras dispuestas según se muestra. El hormigón del núcleo,
de dimensiones 34cmx44cm, está confinado por estribos de diámetro 12 mm
separados cada 10 cm, con acero de tensión de fluencia fyh= 420 MPa. Se supone
f´co=21 MPa. y además que la deformación máxima del acero de los estribos es del 12
%, o sea εsm=0.12.

(b) Requerimiento.

Se pide evaluar la resistencia y deformación última del hormigón confinado, f´cc y


εcu, y los parámetros de diseño para el bloque de tensiones rectangulares equivalente.

Fig. 5.16. Sección de columna para el ejemplo No 1.

(c) Solución.

(i) Resistencia del hormigón confinado. Relación K.

En la dirección Y existen 4 ramas de φ 12 mm. En consecuencia, la relación


volumétrica de armaduras es:

ρy = 4 Ab / s h”x = 4 x 1.13 / 10 x 44 = 0.01027 (1 %).

En la dirección X el tercio central está confinado por 5 ramas, dos debidas al


estribo interior, dos al exterior y una del estribo suplementario, mientras que el resto del
núcleo está confinado por tres ramas. Adoptando un valor promedio de 3.67 ramas
efectivas (3 x 1.0 + 2x1/3 o bien, 5 x 1/3 + 3 x 2/3), resulta:

ρx = 3.67 Ab / s h”y = 3.67 x 1.13 / 10 x 34 = 0.0122 (1.22 %).

Suponiendo un coeficiente de efectividad de confinamiento Ke= 0.75 resultan,


por aplicación de ecuación 4.12, las siguientes tensiones efectivas de confinamiento
para ambas direcciones:

f´lx = 0.75 x 0.0122 x 420 MPa = 3.84 MPa


22

f´ly = 0.75 x 0.0103 x 420 MPa = 3.24 MPa

Para obtener el valor de K se puede utilizar la Fig. 5.14, para lo cual es


necesario calcular las siguientes relaciones:

f´lx / f´co = 3.84 / 21 = 0.182

f´ly / f´co = 3.24 / 21 = 0.154

Se entra con la mayor relación por horizontal, y se intercepta la curva que


corresponde a la relación de menor valor, por lo que el factor K resulta cercano a 1.86.
En consecuencia, el valor de la resistencia máxima de hormigón confinado es:

f´cc = 1.86 x 21 MPa = 39 MPa

Si se hubiera aplicado la ecuación 5.13, para un valor promedio de fl = 3.54MPa,


se hubiera obtenido un valor de K= 1.85, es decir prácticamente igual al del gráfico.

(ii) Deformación última del hormigón confinado.

Por aplicación de 5.15, se tiene:

εcu = 0.004 + 1.4 ρs fyh εsm / f´cc

ρs = ρx + ρy = 0.0103 + 0.0122 = 0.0225

εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0225 x 420 MPa x 0.12 / 39 MPa = 0.004 + 0.041 = 0.045

es decir que la deformación disponible última se ha incrementado 11 veces respecto a


la del hormigón sin confinar.

(iii) Parámetros del bloque de tensiones equivalente para hormigón confinado.

De la ecuación 5.14 se obtiene la deformación para la tensión pico:

εcc = 0.002 [1 + 5( 1.85 –1)] = 0.002 x 5.25 = 0.0105 (1.05 %)

con lo cual la relación εcu /εcc= 4.30.

De la Fig. 5.15 se pueden obtener los parámetros de diseño que resultan:

β = 1.0 αβ = 0.90 α = 0.90

En consecuencia, la tensión promedio a utilizar en el bloque de tensiones


equivalente es 0.90 x 39 MPa = 35 MPa.
En este ejemplo se ha supuesto que la zona de compresión se extiende sobre
todo el núcleo. Si la columna, al estar sometida a flexocompresión, hubiera resultado
con un eje neutro de cierta profundidad, la participación completa de todos los estribos
debería juzgarse con un criterio un poco más conservador. Se puede observar en este
23

ejemplo cómo las características del hormigón se han modificado por la consideración
del confinamiento de la armadura transversal.

5.3.4. Ejemplo No 2.

(a) Descripción de la sección de hormigón armado.

Dentro del programa del curso de hormigón I se ha llevado a cabo una


investigación analítico experimental. Una parte del mismo consistió en diseñar,
construir y ensayar modelos de hormigón armado en escala reducida. Algunos fueron
vigas y otros columnas para ser ensayadas a flexión y compresión respectivamente. Se
eligió un factor de escalas de longitudes igual a 1:4. Suponga que la sección de
hormigón de Fig. 5.12(c), de 12.5 cm x 12.5 cm de sección total, está armada
longitudinalmente con 12 barras φ 6mm, lo que hace una cuantía del 2 %., dispuestas
según se muestra. El hormigón del núcleo, de dimensiones 11.08 cm x 11.08 cm (r=
5mm), está confinado por estribos de diámetro 4.2 mm separados cada 5 cm, con
acero fyh= 4.2 t/cm2 = 420 MPa. Se supone f´c= 27 Mpa = 0.27 t/cm2. y además que la
deformación máxima del acero de los estribos es de εsm= 0.12 (12 %).

(b) Requerimiento.

Evaluar la resistencia y deformación última del hormigón confinado, f´cc y εcu.

(c) Solución.

(i) Resistencia del hormigón confinado. Relación K.

Área de un φ 4.2mm = 0.14 cm2.

Ax = Ay = (2x0.14 + 2 x 0.14x1/3 + 4x1/3x0.707x0.14) cm2 = 0.505 cm2.

En consecuencia, la relación volumétrica de armaduras es:

ρx = ρy = Ax / s h”x = 0.505 cm2 / (5 cm x 11.08 cm) = 0.00911 (0.911 %).

Suponiendo un coeficiente de efectividad de confinamiento Ke= 0.75 resultan,


por aplicación de ecuación 5.12, las siguientes tensiones efectivas de confinamiento
para ambas direcciones:

f´lx = f´ly = 0.75 x 0.00911 x 4.2 t/cm2 = 0.0287 t/cm2 = 2.87 MPa

Para obtener el valor de K se aplica la ecuación 5.13:

K = -1.254 + 3.06 – 0.213 = 1.59

En consecuencia, el valor de la resistencia máxima de hormigón confinado es:

f´cc = 1.59 x 0.27 t/cm2 = 0.43 t/cm2 = 43 MPa

(ii) Deformación para la máxima tensión.

De la ecuación 5.14 se obtiene la deformación para la tensión pico:


24

εcc = 0.002 [1 + 5( 1.59 –1)] = 0.008 (0.8 %)

(iii) Deformación última del hormigón confinado.

Por aplicación de 5.15, se tiene:

εcu = 0.004 + 1.4 ρs fyh εsm / f´cc

ρs = ρx + ρy = 0.00911 x 2 = 0.0182

εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0182 x 420 MPa x 0.12 / 43 MPa = 0.004 + 0.03 = 0.034

es decir que la deformación disponible última se ha incrementado 8.5 veces respecto a


la del hormigón sin confinar.

Variante:

Si la separación de estribos se hubiera reducido a 2.5 cm, los resultados


hubieran sido estos:

ρx = ρy = Ax / s h”x = 0.505 cm2 / (2.5 cm x 11.08cm) = 0.0182 (1.82 %).

f´lx = f´ly = 0.75 x 0.0182 x 4.2 t/cm2 = 0.0573 t/cm2 = 57.3 MPa

K = -1.254 + 3.70 – 0.42 = 2.02

En consecuencia, el valor de la resistencia máxima de hormigón confinado es:

f´cc = 2.02 x 0.27 t/cm2 = 0.54 t/cm2 = 54 Mpa

εcc = 0.002 [ 1 + 5( 2.02 –1)] = 0.012 (1.2 %)

Por aplicación de 5.15, se tiene:

εcu = 0.004 + 1.4 ρs fyh εsm / f´cc

ρs = ρx + ρy = 0.0182 x 2 = 0.0364

εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0364 x 420 MPa x 0.12 / 54 MPa = 0.004 + 0.0475 = 0.05

es decir 5 %, casi 13 veces el valor sin confinar.

5.3.5. Ejemplo No 3.

(a) Descripción de la sección de hormigón armado.

También dentro del programa del curso de hormigón I se construyeron columnas


de sección circular. Suponga que la sección de hormigón de Fig. 5.12(a), de 14 cm de
25

diámetro está armada longitudinalmente con 4 barras φ 6mm y 4 barras φ 4,2mm, lo


que hace una cuantía del 1 %. El diámetro del hormigón del núcleo es d”= ds=12.58 cm
(recubrimiento 7.1 mm) y está confinado por estribos de diámetro 4.2 mm separados
cada 5 cm, con acero de tensión de fluencia fyh= 4.2 t/cm2 = 420 MPa. Se supone
f´c=27 Mpa = 0.27 t/cm2. y además que la deformación máxima del acero de los
estribos es de εsm = 0.12 (12 %).

(b) Requerimiento.

Evaluar la resistencia y deformación última del hormigón confinado, f´cc y εcu.

(c) Solución.

(i) Resistencia del hormigón confinado. Relación K.

Área de un φ4.2mm = 0.14 cm2.

fl = 2 x fyh x Asp / ds x sh = 0.0187 t/cm2

Coeficiente de efectividad de confinamiento Ke = 0.9, por lo que:

f´l = 0.90 x 0.0187 t/cm2=0.168 t/cm2

ρs = 4 x 0.14 / 12.58 x 5 = 0.0089

Para obtener el valor de K se aplica la ecuación 5.13:

K = -1.254 + 2.806 – 0.138 = 1.41

En consecuencia, el valor de la resistencia máxima de hormigón confinado es:

f´cc = 1.41 x 0.27 t/cm2 = 0.38 t/cm2 = 38 MPa

(ii) Deformación para la máxima tensión.

De la ecuación 4.14 se obtiene la deformación para la tensión pico:

εcc = 0.002 [1 + 5( 1.41 –1)] = 0.006 (0.6 %)

(iii) Deformación última del hormigón confinado.

Por aplicación de 5.15, se tiene:

εcu = 0.004 + 1.4 ρs fyh εsm / f´cc

εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0089 x 420 MPa x 0.12 / 38 MPa = 0.004 + 0.0165 = 0.02

es decir que la deformación disponible última se ha incrementado 5 veces más


respecto a la del hormigón sin confinar.

Variante:
26

Si la separación de estribos se reduce a 2 cm, resultaría:

f´l = 2 x f´yh x Asp / ds x sh = 0.0467 t/cm2

ρs = 4 x 0.14 / 12.58 x 2 = 0.0222

Coeficiente de efectividad de confinamiento Ke = 0.9

K = -1.254 + 3.473 – 0.346 = 1.873

En consecuencia, el valor de la resistencia máxima de hormigón confinado es:

f´cc = 1.873 x 0.27 t/cm2 = 0.50 t/cm2 = 50 MPa

(iv) Deformación para máxima tensión.

εcc = 0.002 [1 + 5( 1.87 –1)] = 0.0107 (1.07 %)

(v) Deformación última del hormigón confinado.

εcu = 0.004 + 1.4 x 0.022 x 420 MPa x 0.12 / 50 MPa = 0.004 + 0.031 = 0.035

es decir que la deformación disponible última se ha incrementado casi 9 veces más


respecto a la del hormigón sin confinar.

5.3.6. Algunos resultados de la investigación experimental en la Universidad de


Canterbury.
De la ref.[10] se han extraído algunas gráficas que muestran algunos de los
resultados experimentales y predicciones analíticas sobre el comportamiento de
secciones de hormigón armado confinado sometidas a compresión axial.
En las figuras se puede apreciar que se presenta primero la respuesta en
términos de carga total vs. deformación axial. La resistencia axial es compartida por
tres componentes: el hormigón del núcleo, el hormigón del recubrimiento y las
armaduras longitudinales. En el gráfico superior se muestran por separado las
contribuciones del acero y del hormigón del recubrimiento, y por sobre ellas, la
resistencia total. Por substracción, se obtiene la carga axial que soporta el núcleo, y
ello se muestra en el gráfico inferior, donde se demuestra la gran diferencia entre el
hormigón simple y el hormigón confinado.
Los gráficos además presentan los datos de geometría y características
mecánicas del hormigón y armadura con que se construyeron los especimenes. En las
Figs. 5.17 y 5.18 se aprecia la gran diferencia entre cuantías de confinamiento del
0.6%, (caso (a) de la figura 5.17) y del 2% (figuras 5.17(b) y 5.18).
27

Fig. 5.17. Resultados de los ensayos sobre columnas circulares de hormigón


armado confinado llevados a cabo por Priestley et al, ref.[10].
28

Fig. 5.18. Otro de los resultados experimentales en Canterbury sobre columnas circulares, ref.[10].

De estos gráficos, por simple inspección visual, se pueden justificar algunos de


los resultados que se presentan. Por ejemplo:

Ag = 0.196 m2 d” = 500 mm – 2x25 mm = 450 mm Ac = 0.159 m2

Se ve que para el instante de máxima carga, 10 MN, el acero longitudinal está


fluyendo con una tensión de 310 Mpa, es decir:

Psteel = 36 x 201 mm2 x 310 N/mm2 = 2.24 MN

y el hormigón de recubrimiento prácticamente en ese instante ya no existe, por lo que


la tensión en el hormigón confinado sería cercana a :

f´cc = (10MN – 2.24MN) / 0.159 mm2 ≅ 50 Mpa,

que es lo que indica el gráfico inferior.

En las Figs. 5.19 y 5.20 se presentan resultados sobre columnas cuadradas, con
diferentes arreglos de armaduras longitudinales y transversales, tanto en cantidad
como en diámetros.
29

Fig. 5.19. Algunos de los resultados experimentales en Canterbury sobre columnas cuadradas, ref.[10].
30

Fig. 5.20. Más resultados experimentales en Canterbury sobre columna cuadradas, ref.[10].

5.4 COMPORTAMIENTO BAJO FUERZAS DE TRACCIÓN

Ya se ha expresado que la resistencia del hormigón a tracción es apenas una


fracción pequeña de su resistencia a compresión.
Si la fuerza de tracción se mantiene a niveles bien bajos, de manera que no se
alcance en el hormigón la resistencia a tracción, tanto el hormigón como el acero se
comportan en forma elástica. La ecuación que indica la fuerza que resiste la columna
en este caso está dada por:
31

P = fc Ac + fs Ast = fc (Ag – Ast) + fs Ast = fc [Ag +(n-1) Ast] (5.16)

donde n es la relación de módulos de Young que antes se definió. La tensión de


tracción a utilizar debería ser la que se dio en el capítulo 2, ecuación 2.23, es decir:

fc = fcr = 0.33 f´ c

Si se aumenta la carga, el hormigón alcanza su resistencia a tracción, por lo cual


se comienza a fisurar, hasta que a valores mayores de deformación la fisuración
alcanza la totalidad de la sección transversal. En este caso, el acero es el único que
puede resistir la tracción, y en este caso, la carga que puede soportar la columna está
dada por:

P = fs Ast (5.17)

Si la carga continua aumentando, el acero alcanza su deformación y tensión de


fluencia. En este caso, el elemento deja de experimentar deformaciones pequeñas, y
se considera que si las mismas alcanzan ya más del 1 % el elemento se puede
considerar fuera de uso. En definitiva, la resistencia nominal a tracción de un elemento
de hormigón armado se puede expresar como:

Pnt = fy Ast (5.18)

En general se considera que para cargas de servicio, el elemento no debería


estar sometido a tracciones mayores que un 50 % de la resistencia nominal, ya que si
bien a esta carga no se considera la contribución de la resistencia del hormigón, al
menos éste sigue cumpliendo la función de protección contra el fuego y la oxidación, a
la vez que la apariencia de la estructura no se ve tan comprometida.
Existen circunstancias especiales en las que el hormigón armado puede tener
como condiciones de diseño restricciones muy severas con relación al ancho de fisuras
admisibles. El caso de tanques impermeables o de control de emisión de radioactividad
en las estructuras de reactores nucleares son representativos de una fuerte limitación
en la fisuración. Estos casos requieren especiales condiciones de diseño, y
seguramente la resistencia del hormigón a tracción tendrá un efecto relevante, no sólo
en el aspecto de resistencia sino las tensiones de adherencia entre el acero y el
hormigón mismo.

5.5 RESISTENCIA DE COLUMNAS Y TABIQUES SOMETIDOS A FLEXIÓN Y


ESFUERZOS AXIALES

Los conceptos e hipótesis que se utilizan para derivar la resistencia a flexión en


vigas son extensivos a secciones de columnas y tabiques de hormigón armado. En
este caso, la única variación es la incorporación de la carga axial actuante, que debe
entrar en el equilibrio de fuerzas internas y que debe considerarse al evaluar el
momento resistente.
32

Fig. 5.21 Condiciones de compatibilidad de deformaciones y de equilibrio


en secciones de columnas y tabiques de hormigón armado sometidas a
flexión y a esfuerzo axial cuando alcanzan su resistencia máxima.

Se considera a continuación la sección de columna de hormigón armado de la


Fig. 5.21, sometida a una carga axial Pi, que resulta de la combinación de cargas
gravitatorias y sísmicas. Utilizando las ecuaciones de equilibrio, de compatibilidad de
deformaciones y relaciones constitutivas tal cual se aplicaron para flexión simple, el
problema queda totalmente resuelto, en forma general.

(i) Equilibrio de fuerzas:

4
C c + ∑ A si f si = Pi (5.19)
1

donde Cc es la resultante de las tensiones del compresión del hormigón:

C c = αf c´ ab

y (Asi fsi) representa la contribución de cada capa de acero a los esfuerzos axiales (que
se deben tomar con su signo de acuerdo al sentido de las deformaciones).

(ii) Equilibrio de Momentos:

4
Mi = C c (c − a / 2) + ∑ A si f si (c − x i ) + Pi (h / 2 − c ) (5.20)
1

εsi = εcu [(c – xi ) / c] (5.21)


33

y la relación constitutiva para el acero:

-fy ≤ Es εsi ≤ fy (5.22)

El procedimiento es iterativo, por prueba y error, y, al igual que para flexión, se


comienza con la suposición de la profundidad de un eje neutro, se obtienen las
tensiones a partir de las leyes constitutivas, se derivan las fuerzas en la sección y se
verifica el equilibrio. Adoptando una tolerancia razonable para el equilibrio de fuerzas,
se procede luego al cálculo del momento resistente. El procedimiento es ideal para ser
resuelto por programas computacionales muy simples, que son elaborados por los
mismos diseñadores. Se podrían utilizar tablas, aunque las mismas generalmente no
llegan a cubrir la amplia posibilidad de casos que se presentan, tanto en combinación
de axial y momentos, como en la geometría de las secciones de hormigón y también en
las diferentes disposiciones de las armaduras.
El procedimiento a seguir para el caso de tabiques de hormigón armado, que se
representa en la Fig. 5.21(b), es idéntico ya que es aplicable a cualquier número de
barras de acero disponibles en flexión. Solamente se debe tener precaución de evaluar
en forma correcta la resultante de las fuerzas de compresión en el hormigón, ya que el
eje neutro podría o bien estar dentro de la sección del elemento de borde o bien en el
alma del tabique. El problema es similar al caso de vigas T, donde el eje neutro puede
resultar en el ala o en el alma de la viga.
Es importante destacar que aún persiste la noción de que siempre la mayor
eficiencia en resistencia se obtiene concentrando toda la armadura necesaria en las
regiones de borde de los tabiques. Esto no siempre es así, y además pude conducir a
congestiones de armaduras innecesarias y muy perjudiciales. Además, la
concentración de esfuerzos en esas zonas tampoco beneficia su comportamiento y
transferencia a sus elementos soportes. Con una armadura más distribuida la
transferencia de esfuerzos axiales y de corte es generalmente más eficiente. En el
procedimiento antes descrito se ve como toda la armadura vertical disponible en el
alma del tabique se ha hecho participar en la resistencia de elemento. Esto debería ser
siempre así, aún cuando sólo se coloque en al alma armadura mínima de acuerdo a los
requerimientos de las normas. Claro está que toda armadura que se pretenda que
trabaje en la resistencia debe estar correctamente anclada.
La evaluación de la resistencia a flexión, y su posible sobre resistencia es
fundamental a los efectos de poder aplicar los principios del diseño por capacidad. De
esta forma se pueden evitar las fallas frágiles de corte, o de anclaje, o de las
fundaciones soporte, o la plastificación de regiones que deberían permanecer en rango
elástico. Debe tenerse cuidado con estos conceptos, porque algunos códigos,
erróneamente han sugerido que la contribución de la armadura de alma en tabiques de
hormigón armado sea ignorada para la determinación de su resistencia, y sólo el acero
colocado en los bordes es el responsable de la resistencia a flexo-compresión. Esta
práctica, que aún perdura, no solamente es innecesaria y perjudicial desde el punto de
vista de la economía, sino que también encierra el peligro de subestimar la verdadera
capacidad de flexión, con el consiguiente riesgo de atraer mayores esfuerzos que
conduzcan a los modos de falla frágil antes descriptos.
Al determinar la resistencia de elementos sometidos a compresión y flexión se
debe tomar una decisión sobre la deformación máxima εcu que se considerará para el
hormigón y las dimensiones de la sección. Tal como menciona la ref.[2], si como
deformación última se considera el valor que corresponde a la desintegración del
hormigón no confinado, que puede ser entre 0.0035 y 0.005, entonces se pude tomar
34

como efectiva toda la sección de hormigón. Sin embargo, si se requiere de mayores


deformaciones de compresión, que puede ser el caso de columnas con altas demandas
de ductilidad, la porción de recubrimiento, con rayado especial en la fig. 5.21(a) debe
ignorarse para deformaciones que superen, por ejemplo, el valor de 0.004. Si bien se
reduce el área de hormigón a considerar, se deberían utilizar las propiedades del
hormigón armado confinado antes descriptas.
La influencia del confinamiento en la resistencia a flexión para bajos niveles de

Fig. 5.22. Aumento de la resistencia a flexión en columnas confinadas


para diferentes niveles de carga axial.

carga axial no es significativa. Sin embargo, para altos niveles de carga axial, el
mejoramiento de las características de resistencia del hormigón a compresión cuando
está confinado tiene mucha influencia, tal cual se muestra, ref.[2], en la Fig. 5.22. En
ésta se compara la resistencia a flexión obtenida en forma experimental en columnas
circulares, cuadradas y rectangulares con las predicciones basadas en la teoría
convencional de resistencia a flexión utilizando características medidas en los
materiales y una deformación máxima de compresión del hormigón de 0.003, la sección
transversal total y sin aplicar reducción, es decir φ = 1.0.
La influencia creciente de las resistencias de hormigón confinado resulta del
aumento de la profundidad de zona comprimida, c, que acompaña al aumento de axial,
y por lo tanto en la mayor importancia que toma el factor Cc (c – a/2) en la resistencia
total de flexión en la ecuación (5.20). Para niveles de carga axial bajos, la relación
promedio entre la resistencia experimental y la predicción por código basada en la
resistencia medida en los materiales es de 1.13, lo cual resulta primariamente de los
efectos de endurecimiento por deformación de la armadura de flexión para desarrollar
ductilidades elevadas. Para niveles de carga axial elevados, particularmente para
(P/(f´cAg)) ≥ 0.3, el factor de mejoramiento de resistencia se incrementa rápidamente.
Como una alternativa para predecir la resistencia a flexión de secciones de
columnas utilizando los parámetros del bloque de tensiones derivados para hormigón
confinado y dimensiones del núcleo de hormigón, se puede utilizar la siguiente
expresión, ref.[2], que tiene en cuenta los resultados analíticos y experimentales antes
descriptos:
35

Mmax P
= 1.13 + 2.35( ´ i − 0.1) 2 (5.23)
Mn fc A g

La citada ref. indica que los datos hallados experimentalmente están dentro del
rango ± 15 % de la ecuación propuesta.
Para el caso de secciones de tabiques de hormigón armado, la profundidad de la
zona de compresión no es generalmente suficientemente grande como para esperar
una mejora sustancial a partir de la mayor resistencia del hormigón comprimido
confinado. Tal vez la misma pérdida de hormigón de recubrimiento, y por ende
reducción de área, por deformaciones mayores al 0.004 que se ignoran en el análisis,
en cierta forma se compensa con el mayor beneficio que aporta el confinamiento. En
consecuencia, la resistencia a flexión que se corresponde con una deformación
máxima del hormigón en la fibra extrema en compresión del orden de 0.004 es
probablemente una buena estimación de la resistencia nominal, Mn, la cual se debería
combinar con el reconocimiento de la mayor tensión en el acero que pueda tener por
encima de los valores especificados y por el endurecimiento plástico del acero para
alcanzar altas ductilidades.

5.6. DIAGRAMAS DE INTERACCIÓN M - N.

5.6.1. Concepto y aplicación.

El diseño de columnas de hormigón armado en zonas de alta sismicidad


presenta la particularidad de que una misma columna puede estar sujeta a una
numerosa cantidad de combinaciones posibles de esfuerzos. Además, si la
construcción en estudio posee gran número de columnas, las secciones a analizar, si
se las encara en forma individual, podría llevar a un procedimiento tedioso y concluir en
el diseño con un “muestrario” de columnas. Siempre debe tenerse en cuenta el
principio de mantener si es posible la mayor regularidad estructural en planta y
elevación, y evitar discontinuidades bruscas de rigidez, resistencia y ductilidad. Las
transiciones de sección de hormigón y de armaduras deberían ser en lo posible lo más
atenuada posibles.
Para acciones gravitatorias, la única combinación para verificar en estado último
es la que corresponde a las cargas mayoradas D y L por los factores 1.2 y 1.6
respectivamente. Sin embargo y adicionalmente, para acciones sísmicas se deben
verificar una cantidad de combinaciones importantes que surgen de las posibles
direcciones que se consideren para el potencial terremoto, y de las variaciones de los
puntos de aplicación de dichas acciones en función de las distintas ubicaciones
asignadas al centro de masas de la construcción.
Por ejemplo, si se considera un edificio en altura, como el que es objeto en
estudio y que fue presentado en el apéndice del capítulo 1, se puede considerar que
las acciones sísmicas van a actuar según las dos direcciones horizontales principales X
e Y, y en los centros de masa de cada uno de los niveles. Suponiendo en general que
el edificio no es simétrico (no es este el caso), deberían por lo menos considerarse las
siguientes posibilidades:
1) sismo en la dirección X, sentido positivo, con excentricidad positiva.
2) sismo en la dirección X, sentido positivo, con excentricidad negativa.
36

3) sismo en la dirección X, sentido negativo, con excentricidad positiva.


4) sismo en la dirección X, sentido negativo, con excentricidad negativa.
5) sismo en la dirección Y, sentido positivo, con excentricidad positiva.
6) sismo en la dirección Y, sentido positivo, con excentricidad negativa.
7) sismo en la dirección Y, sentido negativo, con excentricidad positiva.
8) sismo en la dirección Y, sentido negativo, con excentricidad negativa.
Algunas normas además, reconociendo el hecho de que no siempre con las
acciones en las direcciones principales se obtienen los mayores esfuerzos, especifican
que se debe considerar la simultaneidad de acciones en ambas direcciones. Por
ejemplo, la mayoría de los códigos exige aplicar el 100 % de la fuerza sísmica en una
dirección y combinar en forma simultanea en la dirección perpendicular con el 30 % de
la fuerza sísmica que corresponde a la otra dirección. Si estas combinaciones se
hacen a su vez contemplando las distintas posibilidades de excentricidades
accidentales, se ve entonces la complejidad que acarrea el diseño, a no ser que se
utilicen criterios “racionales” para el diseño.
Una de las formas más prácticas de abordar el problema del diseño de columnas
es a través de la construcción de un diagrama de interacción de resistencia, M - P, que
defina la combinación de carga axial y el momento flector que provoque la falla de una
columna prediseñada en el intervalo completo de excentricidades (relación M/P) desde
0 a infinito. Para cualquier excentricidad, existe un solo par de valores de Pn y Mn,
resistencias nominales, que producirán la falla de la sección de la columna. Este par de
valores puede dibujarse como un punto en un gráfico que relacione Pn y Mn como el
que se presenta en la Fig. 5.23. La curva es continua y representa el universo de
excentricidades posibles. En este diagrama, cualquier línea radial representa una
excentricidad particular e= M / P.
Para esta excentricidad, al aumentar gradualmente la carga, se definirá una
trayectoria de carga como se indica en la figura y cuando la recta que representa dicha

Fig. 5.23. Diagrama de interacción para la resistencia nominal de una


columna sometida a flexión y carga axial combinadas.
37

trayectoria intercepte la curva límite se produciría la falla de la columna.


Se observa que el eje vertical corresponde a excentricidad e= 0, y Po es la
capacidad de la columna para carga concéntrica de compresión que se evalúa según la
ecuación (5.8). En el otro extremo, y sobre el mismo eje, se ubica la resistencia nominal
a tracción, y que se evalúa según la ecuación (5.18). El eje horizontal corresponde a un
valor infinito de e, es decir flexión simple y con una capacidad a momento que en el
gráfico se representa con Mo.
Si la excentricidad es pequeña la falla será por compresión del hormigón sin dar
oportunidad al acero que fluya por tracción, mientras que para grandes excentricidades,
o sea altas relaciones e=M/P, se produce primero la fluencia del acero en tracción y
luego, como en flexión simple, sobreviene la falla por compresión del hormigón.
Conceptualmente el diagrama a los efectos del diseño se utiliza así: cualquier
combinación de carga y excentricidad que pueda ser representada dentro del área
limitada por el diagrama de interacción tiene demanda menor que el suministro de
resistencia nominal. Note que la presencia de carga axial moderada incrementa la
resistencia a flexión.

5.6.2. Falla balanceada.

Tal cual se expresó anteriormente, la curva de interacción de falla presenta dos


tramos bien diferenciados: uno donde la combinación flexo-axial conduce a fluencia del
acero en tracción y luego a la falla final por compresión, y el otro donde la rotura es
frágil pues sobreviene la desintegración del hormigón por compresión sin que la
preceda la fluencia por tracción del acero. Al igual que en vigas, el umbral entre ambos
comportamientos lo representa la falla balanceada y le corresponde una excentricidad
eb, ver Fig. 5.23 y 5.24, que tiene asociada una carga axial Pb y un momento Mb. Al
igual que antes se definió y en términos de los estados límites de los materiales
componentes de la sección, la falla balanceada corresponde a un estado ideal en el
que el hormigón alcanza su máxima deformación por compresión, εcu= 0.003, y
simultáneamente el acero en tracción alcanza su deformación por fluencia, εy, en su
capa más alejada de la zona comprimida.

Fig. 5.24. La curva de interacción


M - P y la falla balanceada.
38

La Fig. 5.24 muestra en línea de trazos las combinaciones que llevan a alcanzar
el punto B, de falla balanceada. Entre A y B la falla es por compresión sin ductilidad, y
entre C y B la falla es dúctil, correspondiendo al punto B la ductilidad de curvaturas
unitaria para la sección. La Fig. 5.25 muestra los perfiles de deformación y las
posibilidades de fallas frágiles y dúctiles.
Los valores de Pb y Mb se pueden calcular fácilmente. En referencia a la Fig.
5.26, y tal cual se derivó para vigas, por similitud de triángulos se tiene que:

Fig. 5.25. Perfiles de diagramas de deformación para columnas


cargadas excéntricamente.

0.003/cb = εy / (d - cb) (5.24)

y en definitiva:

εu
Cb = d (5.25)
εu + εy

y la altura del bloque de tensiones equivalentes es entonces:

ab = β1 x cb (5.26)
39

Fig. 5.26 Esquemas para el análisis de secciones


de columnas de hormigón armado sometidas a
carga excéntrica cuando se alcanza el estado de
máxima resistencia.

La aplicación de las ecuaciones (5.19) y (5.20) permite encontrar, para las


condiciones antes descriptas, los valores de Pb y Mb.
En contraste con el diseño de vigas, para el caso de columnas no es la cantidad
de armadura en tracción la que conduce a que el tipo de falla sea frágil o dúctil. En
elementos sometidos a flexo-compresión, definida la sección de hormigón armado, es
el valor de la carga axial la que controlará el modo de falla.
En referencia a las Figs. 5.24 y 5.25, una falla frágil ocurre cuando Pu > Pb,
puesto que mayor carga axial implica que c > cb. En referencia a la Fig. 5.25 es claro
que εs < fy / Es lo que implica que el acero no alcanza su deformación de fluencia. Se
observa que para esta zona de falla frágil, cuanto mayor sea la carga axial Pn, menor
será el momento Mn que la sección es capaz de resistir antes de su falla., mientras que
lo contrario es válido en la zona donde el axial es menor que Pb y es posible la fluencia
del acero en tracción.
Esto se puede explicar de la siguiente manera: En la zona de falla por
compresión, la misma ocurre cuando una gran parte de la sección está en compresión
debido a la carga axial, y en consecuencia es poco el margen de deformación adicional
disponible para la compresión causada por la flexión. El acero además no fluye en
tracción por lo que su resistencia tampoco es aprovechada al máximo. En cambio en la
zona de falla primaria por tracción, en la evaluación de la resistencia última el acero
40

está trabajando en su máxima resistencia. Además, si se piensa en que la columna


está sometida en principio a flexión simple y con el acero de tracción fluyendo, si se
adiciona una carga axial no muy grande, los esfuerzos de compresión en el acero
producida por dicha carga se suman a los de tracción por flexión, por lo que entonces
disminuye la tensión en tracción en el acero con respecto al nivel de fluencia y en
consecuencia existe un par adicional que se puede resistir y que lleve el acero a fluir.
Por otro lado, cuando se está en flexión simple, el eje neutro para resistencia última es
poco profundo, es decir con relativamente poco hormigón se equilibra la tracción del
acero: hay mucha sección de hormigón inefectiva. Con el aumento de P, la
profundidad del eje neutro crece, lo que pone más sección de hormigón a trabajar en
compresión haciendo más efectiva la sección. Por lo tanto, en ambos regiones de la
sección, tracción y compresión, se da la posibilidad de resistir un momento adicional al
de flexión simple, alternativa ésta que crece en intensidad hasta que P = Pb, en donde,
tal cual se expresó antes, la tendencia de crecimiento de Mn se revierte.
Sin embargo, como en general ocurre todo aumento de resistencia va
acompañado de una reducción de la capacidad de disipación de energía. Esto es muy
evidente, si se recuerda que la ductilidad de curvaturas está dada por la ecuación (3.6)
que se describió en el capítulo 3:

ϕu
µϕ =
ϕy

En referencia a la Fig. 5.27, que es caso de un elemento sometido a flexión


simple pero que es válido en cuanto a esquemas de deformaciones y tensiones, con
aumento de eje neutro, asociado al aumento de P, en estado último, aumenta la
profundidad del eje neutro, c, y para un valor fijo de εcu (entre 0.003 y 0.005), el
numerador de la ecuación (3.6), ϕu, disminuye. Por otro lado, partiendo del estado
límite de fluencia, Fig. 5.27a, y teniendo fijo el valor de εy del acero en tracción, un
aumento de P implica que kd crece, la distancia (d – kd ) decrece y entonces la relación
que valora la curvatura de fluencia, ϕy= εy / (kd – d), aumenta. Por lo tanto, a medida
que aumenta el valor de P, en la ecuación (3.6) el numerador decrece y el denominador
crece, por lo cual la resultante ductilidad de curvaturas es menor con el crecimiento de
P.

Fig. 5.27. Distribución de deformaciones y de tensiones en una sección sometida a


flexión para los estados límites de:
(a) fluencia del acero y
(b) rotura por compresión del hormigón.
41

En ref.[8], por ejemplo, se ha construido el diagrama de interacción M - P para


una de las columnas del edificio que se presentó en la apéndice del capítulo 1, que se
presenta en la Fig. 5.28. Se ve cómo la ductilidad de un valor 8 para P = 0, decrece al
aumentar P, y para P = Pb debería corresponderse con ductilidad uno.

Fig. 5.28. Diagrama de interacción para la columna típica del edificio de 7 pisos de hormigón
armado presentado en el capítulo 1, y que corresponde a la Fig. 5.29(a).

Fig. 5.29(a). Sección transversal de la columna


de hormigón armado cuyo diagrama M – P se
presenta en Fig. 5.28.

5.6.3. Diagrama de interacción simplificado.

A los efectos prácticos, y observando la forma del diagrama de interacción de


figuras anteriores, se ve que el mismo se podría construir muy rápidamente si se
adoptan ciertas simplificaciones y con la sola ayuda de una simple calculadora manual.
El trazado del diagrama M - P puede simplificarse, y sin perder mayor precisión
a los efectos prácticos, al determinarse cuatro resistencias nominales correspondiendo
a cuatro puntos clave del diagrama de interacción. Haciendo referencia a, por ejemplo,
la Fig. 5.28:
42

Fig. 5.29(b). Distribución de estribos y densificación de los mismos en la columna de hormigón del edificio
de 7 pisos ensayado en Berkeley.

(i) El punto A, que corresponde a la resistencia de la columna a tracción, de 288


Kips (1 Kip = 1000 lb = 454 Kgr = 4.54 KN).

(ii) El punto C, que corresponde a la resistencia a compresión, de 1536 Kips.

(iii) El punto B, que corresponde a la falla balanceada, de M = 5524 Kip-in y N = 631


Kips (in = 25.4 mm).

(iv) El punto F, que corresponde a la falla por flexión simple, de M = 2400 Kip-in.

Uniendo estos puntos con trazos rectos se llega a un diagrama M - P que es


muy aproximado a la curva del diagrama real y que pude utilizarse como herramienta
de verificación para los efectos de resistencia a flexo-compresión.

Fig. 5.30. Relaciones momento – curvatura para la columna de Fig. 4.29(a) y


distintos niveles de carga axial.
43

5.6.4. Ejemplo de trazado de diagrama M-P. Relación con los diagramas de


Momento - Curvatura.

La Fig. 5.29(a) muestra la sección transversal de la columna que se utilizó en el


diseño original del edificio de hormigón armado de 7 pisos que se presentó en el
capítulo 1. La Fig. 5.29(b) indica el refuerzo de estribos en ciertas zonas
seleccionadas. En este caso la columna está armada longitudinalmente con 8 barras de
diámetro 22 mm, que da un área total Ast= 30.41 cm2, lo que para el área Ag= 2500
cm2, representa una cuantía total de ρ= 0.0122 = 1.22%. Como se verá más adelante,
esta cuantía excede por poco el requerimiento de cuantía mínima, es decir la columna
no está fuertemente armada. Sin embargo, formaba parte del sistema de pórticos de un
edificio de 7 pisos que se podría construir o en Japón o en el Oeste de EEUU, es decir
dos zonas con las mayores sismicidades del mundo.
La Fig. 5.30 muestra los diagramas de momento - curvatura, M - ϕ, para los
distintos niveles de carga axial. Claramente se ve en estos diagramas que:
(i) A mayor valor de P, por debajo de Pb, el momento resistente aumenta.
(ii) Con el aumento de M debido a P, las curvaturas de fluencia, ϕy,
aumentan y las ϕu últimas disminuyen, es decir, la ductilidad de curvatura
disminuye rápidamente.
La Fig. 5.28 ya mostró la representación del correspondiente diagrama M - P de
esta columna.

5.7. CONSIDERACIONES DEL ACI-318 Y NZS:3101 EN RELACIÓN A CUANTÍAS


EN COLUMNAS DE HORMIGÓN ARMADO. DETALLES DE ARMADO.

5.7.1. Barras longitudinales. Cuantías Mínimas y Máximas.

El CIRSOC 2005, no establece en forma directa un valor de cuantía máxima,


sino que lo hace en función de la máxima deformación del acero en tracción, εt. Dice
que la sección es controlada por compresión cuando la deformación neta por tracción
en el acero más traccionado, para el acero ADN-420, es menor que 0.002. En ese
caso la cuantía debe estar comprendida, ver sección 10.9.1, entre 0.01 y 0.08, siempre
con respecto a la sección total Ag. Sin embargo, en la sección 10.8.4 aclara que si el
elemento comprimido tiene una sección transversal mayor que la necesaria por
consideraciones de carga, se puede utilizar un área efectiva reducida, tal que sea
Ae≥0.50Ag., para determinar la cuantía mínima. En sus comentarios aclara que el
porcentaje máximo debería limitarse al 4% si las barras se empalman por traslape. Sin
embargo, en la sección 21.4.3, que contiene disposiciones especiales para diseño
sísmico (recordar que esto no es de aplicación en nuestro país pues se debe aplicar el
IC-103-II-2005 para diseño sismorresistente), aclara que la cuantía máxima no debe
superar aún en zonas de empalmes el 6 %. Además establece que los traslapes de
armadura longitudinal sólo pueden materializarse dentro de la mitad central de la
columna y ser dimensionados como traslapes de tracción. Esta limitación en la zona
para hacer los empalmes ha sido observada por Paulay, ref.[11], asociado al hecho de
que el ACI-318, en su sección 21.4.4 impone la condición de que la resistencia a
flexión de las columnas debe satisfacer la siguiente condición:

∑ Me ≥ 1. 2∑ M g
44

donde:
∑ Me = suma de momentos, al centro del nudo, correspondientes a la resistencia de
diseño de flexión de las columnas que confluyen en dicho nudo. La resistencia se debe
calcular para la fuerza axial mayorada que de la resistencia más baja a flexión.
∑ Mg = suma de momentos, al centro del nudo, correspondientes a la resistencia de
diseño de flexión de las vigas que confluyen en dicho nudo.
Paulay sostiene que si se llevara a cabo un diseño por capacidad racional de las
columnas, entonces la región donde se realizan los solapes de las armaduras
longitudinales de las columnas se podrían elegir libremente, excepto para el caso
donde se prevean rótulas plásticas, como en la base de las columnas del primer nivel,
por ejemplo. El autor considera que la ecuación anterior no es conservadora para
asegurar la formación de las rótulas en las vigas. Si bien la relación 6/5 = 1.2 aumenta
en términos de resistencia nominal Mn al valor de 1.54 cuando la carga axial de la
columna sea mayor que Ag f´c / 10 (1.2 x 0.9/0.7), aún así el factor de sobrerresistencia
asignado a las columnas no sería suficiente en muchos casos. Paulay demuestra,
ref.[11] que ese factor debe a veces estar comprendido entre 2 y 2.5.
En los comentarios de la norma ACI también se aclara que la razón de la cuantía
mínima en columnas trata de reducir los efectos de fluencia lenta y de retracción del
hormigón que antes se mencionaron. Ante cargas sostenidas en compresión estos
efectos tienden a transferir esfuerzos de compresión desde el hormigón hacia la
armadura, y este aumento de esfuerzo en la tensión de compresión en el acero es
mayor en la medida que disminuye la cantidad de refuerzo. A menos que se imponga
un límite inferior a esta cuantía, el esfuerzo de compresión en las barras puede llegar al
de fluencia aún bajo cargas de servicio.
En cuanto al número de barras, el CIRSOC 201-2005, sección 10.9.2 especifica
que el mínimo de barras longitudinales en elementos sometidos a compresión debe ser
4 para el caso de usar estribos, sean éstos circulares o rectangulares, 3 para barras
dentro de estribos triangulares y 6 para barras confinadas por zunchos, que cumpla con
la disposición, sección 10.9.3, de que:

Ag  f´
ρ s = 0.45  − 1 c (5.27)
Ac  fy

donde fy es la tensión especificada de fluencia del zuncho y que no debe superar el


valor de 420 MPa, Ag es el área total de la sección y Ac el área del núcleo de hormigón
de la sección medido entre los bordes exteriores de los estribos.
La separación mínima de las barras longitudinales que impone el
CIRSOC 201-2005 Fig.7.6(b) de sección 7.6, al igual que el NZS-3101-1995 en la
sección 7.3.5.7, es de 1.5 db, o 40 mm, la que sea mayor.
Es importante destacar que la norma NZS: 3101 tiene requerimientos menores
en cuanto a la armadura longitudinal mínima de columnas, y a su vez impone límites
más estrictos de armadura máxima en zonas de empalmes. Aún para el caso de
columnas controladas por sismo, en su sección 8.5.4.2 especifica que la cuantía
longitudinal no debe ser menor de 0.008, con un mínimo de 4 barras para arreglo
rectangular y 6 para circular. Además, el máximo de armadura longitudinal debe ser
18/fy (4.2 % para acero fy= 420 MPa), pero no se puede superar 24/fy (5.7 %) en la
zona de empalmes.
45

Como se verá más adelante, Figs. 5.27 y 5.29, los requerimientos de separación
máxima entre armaduras longitudinales también son diferentes entre el ACI y el NZS.
Note, sin embargo, que la limitación del CIRSOC 201-2005 de los 150 mm o 15dbe se
refiere a barras intermedias entre las apoyadas cuando éstas superan el número de
tres (Ver Fig. 7.5.10.3 de norma), mientras que los 200 mm o b/4 del NZS se refieren a
la distancia máxima entre las barras apoyadas.
El NZS en su sección 8.5.4.2(c) establece que en una misma fila de barras, la de
menor diámetro no debe ser menor de 2/3 del diámetro de la mayor barra de esa fila.

5.7.2. Armaduras transversales.


Lo primero que hay que reconocer es que las funciones básicas de las barras
transversales son tres:
(i) Resistir los esfuerzos de corte.
(ii) Evitar el pandeo de las barras longitudinales.
(iii) Proveer confinamiento al hormigón.
Dependiendo de las condiciones del elemento estructural dentro del conjunto
será la condición de diseño que controle. A continuación se dan lineamientos para
requerimientos mínimos de códigos.
El CIRSOC 201 en su sección 7.10.5 estipula que, para cargas en general,
todas las barras longitudinales deben estar confinadas por medio de estribos
transversales de por lo menos φ 6 mm para barras longitudinales menores a φ 16 mm, y
del 8mm para barras de 20 y 25mm. El espaciamiento vertical no debe exceder los 16
diámetros de la barra longitudinal ni de 48 diámetros de la barra del estribo, o de la
menor dimensión del elemento a compresión. A su vez aclara que cada barra
longitudinal de esquina y barra alternada debe tener apoyo transversal proporcionado
por la esquina de un estribo con un ángulo interior no mayor de 135o, y ninguna barra
longitudinal debe estar separada a más de 150 mm libres de una barra apoyada
transversalmente. Esto se aclara por inspección de la Fig. 5.31a.

Fig. 5.31(a). Requerimiento del ACI para


la separación entre apoyos laterales de
las barras longitudinales.

Note que El ACI-318 tiene una limitación en cuanto a diámetro mínimo de


estribo que pareciera ser un poco exagerada (mínimo 10 mm, sin especificar casos
especiales, como adopta el CIRSOC). Para el refuerzo transversal de columnas
zunchadas, el ACI, sección 7.10.4, establece que la barra continua debe ser 9.5 mm y
el espacio libre o paso no debe exceder de 75 mm ni ser menor de 25 mm.
46

El mismo ACI, en sección 21.3.3, requisitos adicionales para zonas sísmicas,


aclara que para elementos en flexión y en flexo-compresión tal que el axial mayorado
no supere Ag f´c /10, se deben disponer de estribos especiales en ambos extremos del
elemento en una longitud igual a dos veces la altura del elemento, cuando se estime

Fig. 5.31(b). Ejemplos en el ACI-318


para disposición de estribos.

que el elemento va a fluir por demandas de flexión. El primer estribo se debe colocar a
50 mm de la cara del elemento de apoyo. La separación máxima debe ser la menor
entre estas cuatro posibilidades: (i) 300 mm, (ii) d/4, d altura útil del elemento, (iii) 8
veces el diámetro de la barra longitudinal más pequeña y (iv) 24 veces el diámetro de la
barra del estribo. Como se ve estas dos últimas condiciones reducen la separación a la
mitad de lo que se exige para cargas en general. El ACI-318 permite el arreglo de
estribos como se muestra en la Fig. 5.31(b). Sin embargo, se reitera que en diseño
sismorresistente los estribos deberían cerrarse con ganchos a 135o.
El reglamento NZS: 3101, especifica en su sección 7.3.28.1 que el diámetro del
estribo debe ser mayor de 5 mm para encerrar a barras longitudinales mayores de 20
mm de diámetro, 10 mm para barras entre 20 mm y 32 mm, y de 12 mm para barras
mayores o grupo de barras. En la sección 7.3.27.2 establece que el diámetro mínimo
para estribos circulares o zunchos es de 5 mm. Esta es una gran diferencia con el ACI
que sin distinciones pide diámetro 10 mm como estribo. La figura 5.32 presenta los
requerimientos de la NZS en cuanto a la disposición de estribos en columnas. El
proyecto del reglamento CIRSOC 201-2005 en su tabla 7.10.5.1, tal cual antes se
expresó, especifica el diámetro mínimo de estribos en función del diámetro de la
armadura longitudinal.
El código NZS también aclara sobre los requerimientos adicionales que deben
satisfacer los elementos estructurales donde el sismo controla el diseño, sección 7.5,
de aquellos en los que no controla el sismo, sección 7.4. Por ejemplo, ver sección
8.4.7.2 del NZS: 3101, para este último caso, diseño para carga en general sin sismo,
para estribos que no sean circulares, el área total efectiva en cada dirección principal
de la sección transversal dentro de la separación sh no deber ser menor de:
47

Fig. 5.32. Disposiciones para la colocación de estribos según la NZS: 3101-1995.

(1 − ρm)s h h " A g f c´ N *
A sh = − 0.0065s h h " (5.28)
3.3 A c f yt φf c´ A g

donde Ag /Ac no debe tomarse menor de 1.2, ni (ρm) mayor de 0.4, y donde N* es la
carga de diseño para el estado último. Ash es el área de todos los estribos y estribos
suplementarios en la dirección que se considera, dentro de la separación sh, y h” es la
dimensión del núcleo rectangular de la sección de hormigón medida
perpendicularmente a la dirección de las barras de estribo y hasta el lado externo del
estribo periférico. Además ρ= As t /Ag es la cuantía de armadura longitudinal total de la
columna y m= fy / (0.85 f´c).
A su vez, el área de cualquier rama individual, Ate, no puede ser menor de:
48

∑ Ab f y s
Ate = (5.29a)
135 f yt d b

donde ∑Ab incluye la suma de las áreas de todas las barras longitudinales que están
bajo la responsabilidad de la rama en estudio. A su vez, la separación de estribos no
debe exceder la menor distancia entre 1/3 de la dimensión lateral menor ni 10 veces el
diámetro de la barra longitudinal restringida. A modo de ejemplo, para aplicar la
ecuación 5.29, supóngase que la columna de la Fig. 5.31(a), con 30 cm de lado, tenga
como armadura longitudinal 8 barras db= 16 mm de diámetro. La separación máxima de
estribos será entonces 10 cm (1/3 de 30 cm controla). Si fy = fyt, es decir las tensiones
de fluencia de la armadura longitudinal y de estribos es la misma (caso común en
nuestro medio), y dado que para este ejemplo s/db = 10/1.6 = 6.25, la ecuación se
reduce a:

1.5 x 2.01 cm2


Ate ≥  6.25 = 0.14 cm2
135

por lo que hubiera bastado un estribo de diámetro 4.2 mm (área 0.14 cm2) cada 10 cm.
Sin embargo, el NZS exige estribos de diámetro mínimo de 5 mm (6 mm en nuestro
medio).
No obstante, para estribos rectangulares, si controla el sismo, el requerimiento
para las regiones potenciales de articulación plástica, y estribos no circulares, es
diferente. Así también, análogamente, el IC-103II-2005, en su sección 2.3.9.1.b,
establece:

(1.3 − ρm)s h h " A g f c´ N *


A sh = − 0.006s h h " (5.30)
3 .3 A c f yt φf c´ A g

En cuanto a separación de estribos, éstos no deben exceder ¼ de la dimensión


lateral mínima de la sección (7.5 cm en el ejemplo anterior), ni 6 veces el diámetro de la
barra longitudinal a restringir (9.6 cm en ejemplo). Además, en la ecuación 5.29a se
transforma en:
∑ Ab f y s
Ate = (5.29b)
96f yt d b

El NZS:3101, sección 8.4.7.1 establece que para estribos circulares o zunchos


donde no controla el sismo, la relación volumétrica ρs no deber ser menor de la dada
por:
(1 − ρm) A g f c N *
´
ρs = − 0.0084 (5.31)
2.4 A c f yt φf c´ A g

donde Ag/Ac no debe tomarse menor de 1.2, ni el producto (ρm) mayor de 0.4, pero
tampoco ser menor de:

A st fy 1
ρs = "
(5.32)
155d f yt d b
49

donde db es el diámetro de la barra longitudinal y d” el diámetro del núcleo circular de la


columna medido desde los bordes externos del zuncho o estribos (diámetro de la
sección menos dos veces el recubrimiento). Note que ρs representa la relación
volumétrica de la armadura circular o en espiral con respecto al núcleo de hormigón y
no del área total.
El paso de la espiral o separación entre estribos circulares a lo largo del
elemento no debe exceder 1/3 del diámetro de la sección, ni 10 veces el diámetro de
las barras longitudinales. La separación libre en las espirales o entre estribos circulares
no debe ser menor de 25 mm, para asegurar un correcto llenado del hormigón.
Además, la NZS, en su sección 8.5.4.3(i) y el IC-103-05 en sección 2.3.9.1.a,
establecen que para estribos circulares o zunchos donde controla el sismo, la relación
volumétrica ρs no deber ser menor de la dada por:

(1.3 − ρm) A g f c N *
´
ρs = − 0.0084 (5.33)
2.4 A c f yt φf c´ A g

donde Ag/Ac no debe tomarse menor de 1.2 ni (ρm) mayor de 0.4, pero tampoco puede
ser menor de:
A st fy 1
ρs = "
(5.34)
110d f yt d b

El paso de la espiral o separación entre estribos circulares a lo largo del


elemento no debe exceder 1/4 del diámetro de la sección, ni 6 veces el diámetro de las
barras longitudinales, db.
A modo de ejemplo de aplicación usamos las ecuaciones 5.31 a 5.34 para
establecer diámetros mínimos para caso de diseño sin y con sismo. Supongamos una
columna circular de 50 cm de diámetro, armada con 10 barras de diámetro 20 mm.
Ag=1963 cm2 y cuantía longitudinal ρ= 0.016. Con recubrimiento de 2.50 cm resulta
d”=45 cm y Ac = 1590 cm2, y Ag/Ac = 1.23 (se debe adoptar este valor entonces). Se
supone f´c= 21 Mpa y fy= fyt = 420 Mpa, y N* /(φ f´c Ag )= 0.60. Por 4.31 es:

(1 − 0.376 )
ρs = 1.23 x0.05 x0.60 − 0.0084 = 0.001194
2.4

pero de acuerdo a 5.32 resulta:


10 x3.14
ρs = = 0.00225
155 x 45 x 2

En consecuencia, dado que para secciones circulares la relación entre la cuantía


de estribos y el área de dicho estribo, Asp = Ate, de diámetro ds y con separación s está
dado por:
4 A sp
ρs =
d"s
entonces:
ρs xd"s
A sp ≥ = (0.0025 x 45 x10 / 4)cm2 = 0.25cm2
4
50

con lo cual con barra de diámetro de 6 mm (área 0.28 cm2) cada 10 cm se satisface el
requerimiento. Esto es simplemente un ejemplo. Probablemente, para esa sección, con
ese nivel de axial y esa armadura, hubiera sido más lógico colocar un diámetro mayor
de estribo.
El mismo ejemplo para zona sísmica hubiera exigido:

(1.3 − 0.376 )
ρs = 1.23 x0.05 x0.60 − 0.0084 = 0.00581
2.4
10 x3.14
ρs = = 0.00317
110 x 45 x 2

Si se hubiera adoptado una separación de 7.5 cm, resultaría:

ρs xd"s
A sp ≥ = (0.00581x 45 x7.5 / 4)cm2 = 0.49cm2
4

lo cual hubiera exigido al menos estribo circular de diámetro 8 mm cada 7.5 cm, o bien,
adoptando separación de 12 cm (cumple que sea d/4 de la sección y es igual a 6 db),
se hubiera necesitado adoptar estribo de 10 mm de diámetro (0.80 cm2).
Es importante notar que la norma NZS: 3101, da lineamientos adicionales para
relajar la cantidad de armadura transversal en columnas, cuando se han utilizado
principios del diseño por capacidad y se ha suministrado un razonable grado de
protección contra la rotulación. Al respecto se puede consultar la sección 8.4.5.3(c) y
8.5.4.1 de dicha norma.
Como ejemplo para comparar los requerimientos de confinamiento entre las normas
del ACI y el NZS, se toma el caso de la columna de Fig. 5.29(a).
(i) De acuerdo al ACI, el estribo debe ser como mínimo de diámetro 10mm, y se
necesita un estribo exterior y un estribo suplementario para las barras
ubicadas en la mitad de las caras. En definitiva se requerirían 2.35 cm2. Por
ello el detalle de la Fig. 5.29(b), en el pié de la columna del primer nivel.
(ii) Los siguientes datos son necesarios para aplicar las expresiones (5.28) y
(5.30) (note que el área de la barra de 22 mm de diámetro es de 3.80 cm2):
f´c = 0.21 t/cm2 fy = 4.2 t/cm2 f’c / fy = 0.05
Ast = 8 x 3.80 cm2 = 30.41 cm2 ρ = 0.012 = 1.2 % ρm = 0.285
Ac = (50 – 2 x 3.81)2 cm2 = 1796 cm2 Ag = 2500 cm2 Ag / Ac = 1.39
h” = 50 – 2 x 3.81 = 42.40 cm m = fy / (0.85 f’c) = 23.52

Para el caso donde no controla el sismo:

ρsh = [(1 - 0.285) / 3.3] x 1.39 x 0.05 x (N* / (φ f’c Ag)) – 0.0065

ρsh = 0.015 (N* / (φ f’c Ag)) – 0.0065

se ve que para la relación (N*/(φ f’c Ag)) < 0.42, controla el requerimiento mínimo.

Si la columna está controlada por sismo, por la ecuación (5.30):


51

ρsh = [(1.3 - 0.285) / 3.3] x 1.39 x 0.05 x (N* / (φ f’c Ag)) – 0.006

ρsh = 0.0212 (N* / (φ f’c Ag)) – 0.006

En este caso, ya para relaciones de (N*/(φ f’c Ag)) > 0.28 el requerimiento está
por encima del mínimo. Por ejemplo, para (N*/(φ f’c Ag)) = 0.50,

ρsh = 0.0212 x 0.50 – 0.006 = 0.0046

Por lo que el área de armadura transversal necesaria, para una separación sh de


15 cm, es:

Ash = 0.0046 x 15 cm x 42.40 cm = 2.93 cm2

es decir que se necesitaría al menos un estribo exterior de 12 mm y un estribo


suplementario de 10 mm de diámetro, que daría una armadura total de 2 x 1.13 cm2 +
0.785 cm2 = 3.05 cm2. Se ve entonces que, en este ejemplo, para una relación
(N*/(φf’cAg)) de 0.50, el requerimiento del NZS es mayor al del ACI, pero para una
relación (N*/(φ f’c Ag)) cercana a 0.40, ambos requerimientos son similares. Para un
axial menor el ACI requeriría mayor estribado.
La Fig. 5.33, obtenida de ref.[9], muestra la diferencia entre los requerimientos
del ACI–318–1995 y el NZS versión 1982 y 1995, para el caso de la columna de 70 x
70 cm2 que se muestra en la misma figura. Para ello hay que tener en cuenta que el
ACI en la sección 21.4.4 (disposiciones para diseño sísmico) exige para columnas
circulares, con zuncho o estribos circulares que:

ρ s = 0.12f c´ / f yh (5.35)

ni puede ser menor de lo exigido por la ecuación 5.27.


Para el caso de columnas rectangulares, el área total de sección transversal de
armaduras de estribos, Ash, no debe ser menor de:

[( ) ]
A sh = 0.3(sh c f c´ / f yh ) A g / A ch − 1 (5.36)

ni tampoco de:

A sh = 0.09sh c f c´ / f yh (5.37)

donde para hacer equivalencia de notaciones ACI–NZS, Ach = Ac, hc = h” y s = sh.


Además, al igual que el NZS impone la condición de que la separación de estribos no
puede superar la dimensión d/4. Sin embargo, limita ese valor además en 100 mm, en
vez de usar 6 veces db como hace el NZS.
Para el caso de la Fig. 5.33, el requerimiento del ACI-318 sería:

A sh = 0.3 x10 x62 x30 / 300[(70 x70 / 62x62 ) − 1] = 5.10cm2

A sh = 0.09 x10 x62x30 / 300 = 5.58cm2


52

por lo cual controla la última ecuación.

Se ve claramente que, a diferencia del criterio del NZS, el requerimiento de


confinamiento del ACI no es función del nivel de carga axial. Esto ha sido criticado por
varios investigadores. Paulay & Priestley, ref.[2], estiman que el uso de las ecuaciones
5.36 y 5.37 tiende a un criterio muy conservador para niveles bajos de axial pero muy
poco conservador para casos de columnas fuertemente comprimidas. Paulay, ref.[12],
expresa que la cantidad de armadura de confinamiento se debe incrementar con el
nivel de axial Pu ya que en ese caso la porción de área sometida a compresión por
flexión aumenta y en consecuencia la ductilidad de curvaturas esperada resultaría en
un incremento de las deformaciones de las fibras extremas comprimidas.

5.7.3. Empalme de barras en columnas.

Fig. 5.33. Comparación entre cantidades de armadura transversal requeridas por el ACI y el NZS en
una zona potencial de articulación plástica de una columna de hormigón armado.

Las barras longitudinales de columnas generalmente se empalman justo por


encima de cada nivel de piso, a veces alternando los niveles. El tipo más común de
empalme es por solape. Si bien algunas normas permiten la soldadura, cuando las
barras van a estar sometidas a esfuerzos alternativos de tracción y compresión, el
empalme por soldadura puede ser muy riesgoso, requeriría mano de obra muy
calificada y control muy estricto. El terremoto de Kobe, (19–01–1995) no dejó buena
experiencia al respecto, pese a los fuertes controles en las construcciones en Japón.
Por supuesto que dada la importante longitud de acero adicional en los empalmes por
solape, es muy tentadora la idea de la soldadura. Tal vez una solución sea la de
53

Fig. 5.34. Congestión de armaduras en un edificio de hormigón armado de altura media. Note las deficiencias en
el detalle de estribos debidas a la alta densidad de armaduras.

minimizar la cantidad de empalmes, por ejemplo utilizando la barra completa de 12


metros, aunque esto traiga algunos inconvenientes para mantenerlas en posición, y
además se debe tratar de no hacer el empalme en la misma sección.
Se debe prestar atención al problema de congestión de barras, en particular en
las zonas de empalmes y cruces con vigas. De lo contrario, se pueden tener serias
54

dificultades al vaciar el hormigón. La Fig. 5.34 muestra los inconvenientes por


congestión de armaduras en obras de nuestro medio.
Para efectuar el empalme por traslape, un método que se aconseja, y tal cual lo
muestra la Fig. 5.35, es doblar un poco las barras inferiores, a los efectos de lograr
ubicar en forma correcta las barras superiores. Así lo permite el ACI-318, en su sección
7.8.1, donde especifica que la pendiente de la parte inclinada no debe exceder de 1/6 y
es necesario suministrar armadura transversal especial para resistir 1.5 veces la
componente horizontal de la fuerza inducida por la inclinación. Este refuerzo debe
colocarse dentro de los 150 mm del punto de doblado. Se especifica además que los
cambios de dirección se deben efectuar antes de colocar las barras en los encofrados.
Debe el lector estar prevenido de que la ubicación del empalme NO es permitido
para zonas sísmicas de acuerdo al ACI–318–1995, sección 21.4.3.2, ya que sólo debe
hacerse dentro de la mitad de la altura de la columna. Esto es lo que, tal cual se
expresó antes, Paulay ve como una limitación en la construcción y que debería tratar
de eliminarse utilizando el diseño por capacidad que él propone para las columnas, a
los efectos de que el mecanismo de colapso sea el que se ilustra en la Fig. A.5.1a del
apéndice de este trabajo, y no el que, por ejemplo, muestra la Fig. A.5.1b.

Fig. 5.35. Disposiciones del ACI para empalmes de columnas.

5.8 DIAGRAMAS DE INTERACCIÓN PARA DISEÑO.

En la práctica, el diseño y/o análisis de columnas de hormigón armado puede


llevarse a cabo mediante el uso de diagramas de interacción M-N ya preparados en
función de las características de los materiales y de las dimensiones de la sección.
Hay gráficos para columnas circulares y rectangulares. Las Figs. 5.36(a) y (b) muestran
respectivamente, dos gráficos según el manual de tablas que se publicó junto con el
CIRSOC 201-2005 y el código NZS, New Zealand Reinforced Concrete Design
Handbook.
Los gráficos se construyen normalmente representando las resistencias
nominales, por lo que para pasar a resistencias de diseño, habrá que aplicar los
factores de reducción de resistencia que corresponda.
55

Fig. 5.36(a) Parte de la Tabla publicada junto con el CIRSOC-201-2005.


Diseño de columnas de hormigón armado.
56

Fig. 5.36(b) Parte de la Tabla publicada por el NZS.

5.9 EJEMPLO DE OBTENCIÓN DE DIAGRAMAS DE INTERACCIÓN M-N.

En la práctica, el diseñador muchas veces construye sus propios diagramas de


interacción M-N pues son, para un diseño de sección dado, relativamente fáciles de
obtener. En la sección 5.6.3 de este apunte ya se mencionó la forma en que se puede
lograr un diagrama M-N con los cuatro puntos que corresponden a resistencias
nominales de tracción pura, compresión pura, flexión simple y falla balanceada. Sin
embargo, dado que la nueva norma ACI-318-05 especifica que el factor de reducción
por resistencia φ, como indica la Fig. 5.37, es función de εt, es conveniente que el
diagrama M-N tenga al menos cinco (5) puntos para incluir aquel que corresponde al
final de la transición donde la sección comienza a ser controlada por tracción, es decir
57

donde εt=0.005, para la cual φ=0.90. Esto permitirá encontrar en forma más rápida las
resistencias “de diseño”, a partir de las resistencias “nominales”.

Fig. 5.37 Factor φ en función de la deformación máxima del acero en tracción.

La Fig. 5.38(a) muestra la sección transversal de una columna “no esbelta”


(columnas esbeltas es tratado en Hormigón II), y (b) indica las características
principales de los materiales. Las Figs. 5.39 y 5.40 muestran las deformaciones,
tensiones, fuerzas y resultantes para estados de resistencias nominales de tracción y
compresión. Note siempre secciones planas permanecen planas. Relacione los
diagramas de deformación y tensión en cada caso con los dados por las relaciones f-ε
de Fig. 5.38(b). Observe con detenimiento la dirección y ubicación de las “resultantes”
en estos casos muy simples. Vea las diferencias con los casos que siguen.

Las Figs. 5.41, 5.42 y 5.43 muestran los diagramas que permiten calcular los
estados de resistencia nominal para flexión simple, falla balanceada y límite inferior de
falla controlada por tracción. Observe ubicación de Resultante (verde).
58

Fig. 5.38 Sección de Columna y materiales de ejemplo.

Fig. 5.39 Estado para Resistencia Nominal de Tracción.

Fig. 5.40 Estado para Resistencia Nominal de Compresión.


59

Fig. 5.41 Estado para Resistencia Nominal de Flexión Simple.

Fig. 5.42 Estado para Resistencia Nominal en Falla Balanceada.

Fig. 5.43 Estado para límite de Resistencia Nominal controlada por Flexión.
60

Fig. 5.44 Diagrama M-N resultante. Note diferencias entre el diagrama de


Resistencias Nominales y el de Resistencias de Diseño.

La Fig. 5.44 muestra los diagramas M-N para las resistencias nominales y las de
diseño luego de aplicar factor φ. Se deja al lector la obtención de los valores de los
momentos que se indican en la figura y las conclusiones. Note que el autor ha preferido
no incluir el efecto de reducción de la resistencia de diseño a compresión por supuesta
excentricidad y que la norma menciona como aquella que corresponde a una
excentricidad del orden de 0.05 a 0.10 h (ver comentarios de CIRSOC 201-2005).
61

5.10 BIBLIOGRAFÍA

[1] “Reinforced Concrete Structures”. Robert Park y Tomas Paulay. John Wiley & Sons.
1975.
[2] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Structures”. T. Paulay and
M.N.J. Priestley. John Wiley & Sons. 1992.
[3] “Seismic Design of Bridges”. M.N.J. Priestley, F. Seible and G. M. Calvi. John Wiley
& Sons. 1996.
[4] “Reinforced Concrete Structures”. Kong and Evans.
[5] “Diseño de Estructuras de Concreto“. A. Nilson y G. Winter. Mc Graw-Hill. 1994.
[6] ACI-318-1995.
[7] “Seismic Design of Bridge Piers“. J. B. Mander, M.N.J. Priestley and R. Park. Report
84-2. University of Canterbury. New Zealand.
[8] “An Evaluation of The Design and Analytical Seismic Response of a Seven Story
Reinforced Concrete Frame-Wall Structure“. Finley Charney and Vitelmo V. Bertero.
Report UCB-EERC-82/08. Agosto 1982.
[9] NZS 3101: Partes 1 y 2. 1995. New Zealand Standards. Concrete Structures
Standards.
[10] “Seismic Design of Bridge Piers”. Mander, Priestley and Park. Febrero 1984.
Research Report. 84-2. Department of Civil Engineering. University of Canterbury.
[11] “A critique of the Special Provisions for Seismic Design of the Building Code
Requirements for Reinforced Concrete. ACI-318-83. ACI Journal, Marzo-Abril 1986. pp
274-283.
[12] “Seismic Design of Concrete Structures. The Present Needs of Societies”. T.
Paulay. Paper No. 2001. 11WCEE. Acapulco, México. Julio 1996.
[13] Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.

[14] Reglamento INPRES-CIRSOC 103. Parte II. 2005.

[15] Reglamento CIRSOC 101 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.

[16] Tablas para el diseño de elementos estructurales de hormigón. INTI-CIRSOC-


Noviembre 2002.
1

Instituto de Mecánica Estructural


y Riesgo Sísmico

HORMIGÓN I
Unidad 6:
ANÁLISIS Y DISEÑO AL CORTE

Profesor:
CARLOS RICARDO LLOPIZ.
2

CONTENIDO.
6.1 INTRODUCCIÓN
6.2 DEMANDAS DE CORTE. MÉTODO DE RESISTENCIA Y MÉTODO POR CAPACIDAD
6.3 INVESTIGACIÓN. DEMANDAS. CÓDIGOS
6.4 CONCEPTO DE ESFUERZO Y TENSIONES DE CORTE

6.5 MECANISMOS DE RESISTENCIA AL CORTE EN VIGAS DE HORMIGÓN ARMADO


SIN ARMADURA DE ALMA
6.5.1 FORMACIÓN DE FISURAS DIAGONALES
6.5.2 EQUILIBRIO EN EL TRAMO DE CORTE
6.5.3 PRINCIPALES MECANISMOS DE LA RESISTENCIA AL CORTE
6.5.3.1 ACCION DE VIGA EN EL TRAMO DE CORTE
6.5.3.2 ACCIÓN DE ARCO EN EL TRAMO DE CORTE
6.5.3 PRINCIPALES MECANISMOS DE LA RESISTENCIA AL CORTE
6.5.4 MECANISMO DE FALLAS DE CORTE
6.5.5 DISEÑO AL CORTE EN VIGAS SIN ARMADURA DE ALMA
CONSIDERACIONES DE LAS NORMAS

6.6 MECANISMO DE RESISTENCIA AL CORTE EN VIGAS DE HORMIGÓN ARMADO


CON ARMADURA DE ALMA
6.6.1 NECESIDAD Y FORMAS DE LA ARMADURA DE CORTE
6.6.2 EFECTO DE LA ARMADURA DE ALMA
6.6.3 EL MECANISMO DE RETICULADO
6.6.4 CONSIDERACIONES RELATIVAS AL ROL Y DETALLE DE LOS ESTRIBOS
6.6.5. DISEÑO DE VIGAS AL CORTE CON ARMADURA DE ALMA
6.6.5.1. CONSIDERACIONES GENERALES
6.6.5.2. PRESCRIPCIONES DE CÓDIGO. VIGAS (NO HAY EFECTO DE AXIAL)
6.6.5.3 PRESCRIPCIONES DE CÓDIGO PARA ARMADURAS MÍNIMAS DE
CORTE Y SEPARACIÓN MÁXIMA DE ESTRIBOS

6.7. LOCALIZACIÓN DEL ESFUERZO DE CORTE CRÍTICO. NORMAS


6.8. EJEMPLO DE APLICACIÓN. VIGA A FLEXIÓN Y CORTE
6.9 EFECTO DEL CORTE EN LOS REQUERIMIENTOS DE FLEXIÓN

6.10 EFECTO DEL CORTE EN RÓTULAS PLÁSTICAS


6.10.1 DEGRADACIÓN DEL MECANISMO DE ACCIÓN DE VIGA
6.10.2 DEGRADACCIÓN DEL MECANISMO DE RETICULADO. NECESIDAD DE
ARMADURA DIAGONAL DE CORTE

6.11 EFECTO DE ESFUERZOS AXIALES EN LA RESISTENCIA AL CORTE


6.11.1 INTRODUCCIÓN
6.11.2 CORTE CON COMPRESIÓN AXIAL

6.12 CORTE EN SECCIONES DE ALTURA VARIABLE


6.13 DISEÑO AL CORTE POR FRICCIÓN
6.14 ESPECIFICACIONES ESPECIALES PARA MUROS DE HORMIGÓN ARMADO

6.15 REFERENCIAS
Filename Emisión Revis Revis Revis. Observaciones
0 1 2 3
T6-corte Feb Ago Feb Feb
2003 2007 2008 2010
Páginas 80 83 86 86
3

6.1 INTRODUCCIÓN
Con justa razón se ha mencionado, ref.[1], que así como en las estructuras de
acero los aspectos más críticos del comportamiento son el pandeo y las conexiones,
en las estructuras de hormigón armado las fallas por corte y por adherencia o anclaje
constituyen fenómenos que requieren mucha atención del diseñador, en particular en
las zonas de alto riesgo sísmico, para evitar comportamientos indeseables.
Ante cualquier efecto o solicitación externa siempre se debe cumplir con la
ecuación básica de diseño, que establece que las demandas no deben superar al
suministro. Esto es válido tanto para requerimientos de rigidez como de resistencia y
ductilidad. Es decir:
Suministro ≥ Demanda
Para el caso particular de resistencia, y siguiendo los lineamientos del método
LRFD (por Load Resistance Factor Design), o Diseño por Factores de Carga y
Resistencia, para el caso de diseño al corte, debe ser:
Vd = φVn ≥ Vu (6.1)

donde Vd representa la resistencia de diseño al corte, la cual se obtiene a partir de la


resistencia nominal Vn afectada por el factor de reducción de capacidad φ. A su vez
Vu representa la resistencia requerida o demanda para el estado límite último. Como
se verá más adelante, en general los códigos aceptan que en elementos de
hormigón armado el suministro se obtiene a partir de la contribución del hormigón y
de las armaduras. Donde hay más discrepancias, en particular para diseño sismo
resistente, es en la evaluación de Vu, el cual debe surgir de un análisis estructural:
la clave está en cómo se efectúa este análisis estructural. Es importante distinguir
desde el inicio la gran diferencia conceptual y manera de llevar a cabo en la práctica
la evaluación de las demandas. Tradicionalmente se ha utilizado el método LRFD.
Sin embargo, los trabajos de los profesores Tomas Paulay, Robert Park y V.V.
Bertero, ver por ejemplo ref.[2], y el análisis de los daños ocurridos en estructuras de
hormigón armado durante los terremotos demostraron que, si bien la ecuación (5.1)
podía utilizarse en forma directa para cargas verticales, cuando el diseño estaba
controlado por la acción sísmica era necesario aplicar lo que se llama “diseño por
capacidad”. Dicho en forma sintética, así como para el diseño de pórticos dúctiles de
hormigón armado las demandas a flexo-compresión de las columnas se deben
obtener a partir de los verdaderos suministros a flexión de las vigas involucradas, en
el diseño al corte las demandas Vu se deberían obtener a partir de la verdadera
capacidad a flexión del elemento en cuestión, si éste va a ser diseñado para que
desarrolle cierto grado de ductilidad. Esto es así por varias razones:
(i) el modo de falla por corte es frágil, ya que como se verá más adelante,
está asociado a dos tipos de falla frágil: generalmente a falla por tracción diagonal
del hormigón, o en el menor de los casos a falla por compresión del mismo,
(ii) porque en diseño sismo resistente dúctil se debe evitar o demorar al
máximo posible todo modo frágil de falla,
(iii) las demandas de corte están inseparablemente ligadas a las demandas de
flexión.
4

Cualquier texto de resistencia de materiales, por ejemplo ref.[3], mostrará que el


esfuerzo de corte existe cuando en el elemento estructural aparece una variación del
momento flector, y lo que es más importante, que la magnitud del cortante depende
del grado de variación de la flexión.
En diseño sismo resistente con desarrollo de ductilidad se espera que la
respuesta del elemento estructural sea controlada por flexión alrededor de la zona
de mayor capacidad. En consecuencia, la demanda de corte NO puede ser derivada
en forma directa a partir del mismo análisis que se utilizó para obtener las
resistencias requeridas a flexión. Como un paso más adelante en el proceso del
diseño, las demandas de corte deberían surgir de un análisis estructural que haya
contemplado simultáneamente la máxima potencial capacidad a flexión, y el grado
de variación de la misma a lo largo del miembro en cuestión. En la sección siguiente
se desarrollará un ejemplo muy simple que aplique estos conceptos.

Fig. 6.1
Incipiente falla de
corte en las columnas
de la fachada de un
colegio en Mendoza

Vigas cortas, como en el caso de vigas de conexión de tabiques acoplados, y


columnas cortas, como suele verse en fachadas de escuelas, tienen un fuerte
gradiente de momentos con una consecuente importante demanda de corte. La Fig.
6.1 muestra las zonas de las columnas cortas que sufrieron daños de corte en una
escuela de la ciudad de Mendoza durante el sismo del 26-01-1985. Previo a los años
1970 y en la década posterior, no solamente en nuestro país sino en todo el mundo,
el diseño más común era por tensiones admisibles. El mismo código de
Construcciones Antisísmicas de la provincia de Mendoza, ref. [4], definía las
acciones sísmicas para estado de servicio. Los métodos por resistencia se
comienzan a generalizar a partir de 1980. Sin embargo, pasó un lapso bastante
importante en todo el mundo para que se apreciara que para obtener un
comportamiento dúctil era necesario que la resistencia al corte excediera con buen
margen la resistencia real a flexión. Este es uno de los pilares del diseño por
capacidad. En la Fig. 6.2 se aprecia la falla de una columna corta en un edificio de
estacionamiento durante el terremoto de Northridge del 17-01-1994.
5

Fig. 6.2 Falla por corte en una columna corta


en una estructura de estacionamiento. Note la
desproporción entre armadura longitudinal y
sección de hormigón con respecto a la ausencia de
armadura transversal.

En Estados Unidos era típico por ejemplo diseñar los puentes de las carreteras a
flexión, colocando en la mayoría de los casos armadura longitudinal en exceso, pero
al llegar a la instancia del diseño al corte, simplemente se verificaba la tensión de
corte en el hormigón a partir de las acciones ficticias aplicadas a un diseño elástico.
En definitiva, como una regla práctica (“rule of thumb” regla del pulgar como se la
conoce), si la tensión era menor de un cierto valor de comparación, se adoptaba
generalmente barras No 4 (de diámetro 12.7 mm) separadas a 12 pulgadas, es decir
cada 30 cm, sin hacer diferencias de la verdadera capacidad a flexión, es decir sin
reconocer las verdaderas demandas potenciales de corte. En nuestro medio, ocurrió
algo similar con el diseño de tabiques de hormigón armado, donde era práctica
común colocar en el alma una simple malla del 4.2 mm, o a veces de 6mm, cada 20
cm. La falla de corte, de ocurrir un sismo aún de mediana intensidad, era casi
inevitable.

Fig.6.3 Falla de corte fuera de la Fig. 6.4 Falla frágil de corte de una
región de rótula plástica, en la columna de un puente durante el
columna de un puente durante el terremoto de Whittier en 1987.
terremoto de San Fernando, en 1971.
6

La Fig. 6.3 muestra una falla de corte en una columna de una carretera durante
el terremoto de San Fernando, California, en 1971. Se ve claramente el plano
diagonal de la falla. De acuerdo a la ref. [5], no es raro encontrar en las autopistas
de EEUU columnas en las que la resistencia a flexión exceda 2 a 3 veces la
capacidad al corte.
La Fig. 6.4 muestra la falla de corte de una columna de un puente durante el
terremoto de Octubre de 1987 en Whittier, California. La misma referencia [5] indica
que de las siete estructuras de puente que fallaron durante el terremoto de
Northridge, 17 de Enero de 1994, seis se atribuyeron a fallas de corte, algunas de
las cuales muestra la Fig. 6.5(a) y (b). En la Fig. 6.6 se muestra una vista aérea
donde aparecen otros ejemplos de fallas de corte ocurridos en 1994 debido a la
diferencias de corte atraído por columnas más cortas y por ende más rígidas, y
donde es probable que se haya aplicado para todas la regla práctica antes
enunciada. La fotografía muestra el gran peligro que encierran esas autopistas,
donde existen zonas con hasta cuatro pasos a diferentes niveles, en casos de alto
tránsito y falla generalizada.

(a) (b)
Fig. 6.5 Más ejemplos de Fallas de corte durante el sismo de Northridge en 1994

Debido a que la falla de la armadura transversal por corte trae aparejado una
pérdida de la integridad estructural de la columna, la misma se vuelve incapaz de
soportar las cargas gravitatorias, lo que se observa, por ejemplo, en Fig. 6.5(b).
Finalmente, la Fig. 6.7 muestra la falla de corte en los niveles inferiores del
edificio de hormigón armado de oficinas durante el mismo sismo de Northridge.
En cualquiera de los casos mostrados, si la demanda de corte se hubiera
obtenido a partir de las máximas capacidades a flexión posibles de desarrollar en las
regiones críticas (rótulas plásticas), seguramente la performance hubiera sido
diferente. Lo notable y lamentable es que la demanda de corte era extremadamente
simple de obtener en esos casos: bastaba con postular un mecanismo de colapso
que involucrara la existencia de articulaciones plásticas en cada extremo del
miembro y obtener el corte como la suma de los momentos máximos en dichas
7

regiones dividida por la distancia entre ejes de rótulas. Una vez fijada la resistencia a
flexión, independientemente del sismo, el elemento no puede atraer más corte que el
que proviene de la flexión. Para los diseños de aquellos años esta falencia en el
análisis era justificable, pues el fenómeno no era conocido, o al menos no estaba
incorporado a la práctica profesional. Es esperable que hayamos aprendido la
lección. No debería ser admisible en estos días ignorar o desconocer estos
principios básicos. Para ello, los códigos, la divulgación de estos fenómenos y la
iniciativa de los profesionales a “conocer que pasó en experiencias pasadas” juegan
un rol fundamental a la hora de concebir diseños más seguros.

Fig. 6.6(a)
Colapso de dos de los viaductos
elevados en rutas de conexión de
estados en California, durante el
sismo de Northridge, 1994.

Fig.6.6(b) Falla típica de corte en la fachada de este edificio por efecto de columna corta, durante
el sismo de Northridge, 1994.
8

Fig.6.7(a) Fallas típicas de corte en fachada por efecto de columna corta, sismo de India, 2001.

Fig.6.7(b) Sismo de India, 2001. Note falta de buena respuesta por mal detalle de estribos, y una
columna en construcción al momento del sismo: los estribos no están correctamente cerrados. Uso
de hierro torsionado en frío (uso prescripto ahora en nuestro medio).
9

6.2. DEMANDAS DE CORTE. MÉTODO DE RESISTENCIA Y MÉTODO


POR CAPACIDAD
A continuación se analiza un caso muy sencillo para comprender en forma muy
rápida las diferencias de demandas que se pueden obtener por aplicación del
método de resistencia y del diseño por capacidad. Suponga que la viga de Fig. 6.8,
simplemente apoyada y sometida a carga uniforme, debe ser diseñada a flexión y
corte bajo la acción de una carga uniformemente distribuida, y se requiere de la
misma un comportamiento dúctil. La parte inferior de la figura muestra entonces el
comportamiento que se necesita en términos de carga vs. deformación, que implica
desarrollo de ductilidad en la zona crítica de la viga, la cual está en la mitad de la luz.
Suponga que D= 3 t/m, L= 0.6 t/m, b= 30 cm, h= 55 cm, d= 50 cm (altura útil), luz l=
5m, hormigón f´c = 21 MPa = 2100 t/m2, y acero con tensión de fluencia especificada
de fy= 420 MPa.

Fig. 6.8
Modelo de viga con simple
apoyo sometida a flexión.
Posibles tipos de respuesta en
función del diseño de su sección
crítica.

a) Aplicación del método de Resistencia.


La carga última, según CIRSOC 201-2005, ref.[6], que adopta el mismo criterio
que la norma NZS:4203:1992, ref.[8], es:

U= 1.2 D + 1.6 L = 4.56 ton/m.

Por lo que las acciones de diseño por el método LRFD son:

Mu = Mr = 4.56 x 25 / 8 tm = 14.25 tm
Vu = Vr = 4.56 x 5 / 2 = 11.40 t.

Al diseñar a flexión, utilizando las características de los materiales especificadas,


la armadura de tracción necesaria es cercana a 7.50 cm2, para la altura útil d= 50
cm. Un diseño viable es colocar tres capas de armadura, con profundidades de d1= 5
cm, d2= 27.50 cm y d3 =d = 50 cm, y con áreas A1= 2.26 cm2 para 2 barras 12 mm,
A2 = 1.0 cm2 por 2 barras 8 mm y A3 = 8 cm2 para 4 barras de 16 mm. De un análisis
10

seccional se obtiene que dicha sección de hormigón armado tiene una resistencia
nominal Mn = 16.70 tm. La verificación a flexión que corresponde es:

Md = φ Mn = 0.90 X 16.70 tm = 15 tm ≥ MU = Mr = 14.25 tm

con lo cual se verifica la condición de resistencia, con un momento de diseño del


orden del 5 % mayor (15/14.25) que el requerido.
Se hace notar, que en este análisis, cuando εcu= 0.003, la deformación específica
máxima del acero para la capa más traccionada corresponde a un valor de
εs=1.70%, es decir bastante más allá del valor de fluencia, aunque la tensión por
código, a efectos del cálculo, se debe mantener en fy= 420 MPa.
El corte último obtenido directamente del análisis estructural, tal cual se vio,
resulta igual a 11.40 t. Por ahora interesa el valor obtenido como demanda Vu. Luego
se verá, en la sección 5.8 de este capítulo, cómo se diseña al corte.

b) Aplicación del método por Capacidad.


En este caso, hay que evaluar la posible sobrerresistencia a flexión, y luego a
partir de ésta, obtener la demanda de corte.
Ensayos sobre probetas de acero en nuestro medio han demostrado que no es
raro que para aceros de resistencia a fluencia nominal especificada de 420 MPa, se
obtengan curvas tensión-deformación como la que se muestra en la Fig. 6.9(a) para
el acero con fy= 520 MPa. Si se lleva a cabo el análisis de la sección de hormigón
armado antes adoptada, con esa curva de acero, se llega a que la resistencia
nominal resulta ahora Mn= 22.40 tm (casi 35 % mayor que la de código), con una
deformación máxima de acero cercana al 1.2 %, y al que le correspondió una tensión
de 580 MPa (para el análisis se adoptó 0.5% como fin de fluencia y Esh=0.04Es, ref.
[18]). La Fig. 6.9(b) muestra el análisis seccional para los dos casos.

Fig.6.9(a) Aceros. Distintas curvas f-ε.


Diferentes grados de endurecimiento de
post-fluencia.

Corresponde derivar la demanda de corte última para esa capacidad a flexión. La


carga última que la viga puede admitir antes de su colapso es ahora:

U = Mn x 8 / 25 t/m = 22.40 x 8 / 25 = 7.17 t/m

De este valor debe obtenerse el corte demanda máximo, que resulta:

Vu = U x l /2 = 17.92 t
11

Fig. 6.9(b) Análisis de Resistencia a flexión, estado de rotura, para distintas leyes
constitutivas de los aceros.

es decir, un 57 % mayor (17.92/11.40) que el que se obtuvo por el método de


resistencia. Ver cómo se diseña al corte en la sección 6.8.
12

Algunas normas, como la NZS 3101:1995, ref.[9], reconocen que la sobre


resistencia se debe a resistencias a fluencia mayores que la especificada, mayor
tensión del acero en estado último por endurecimiento de post-fluencia,
confinamiento del hormigón y colocación mayor de acero que la necesaria,
contribución no prevista de las losas en la resistencia de las vigas, entre otras
causas. La ref.[2] sugiere para hormigón armado en Nueva Zelanda utilizar un factor
de sobre resistencia λ = 1.40 para el caso de acero con fy= 420 MPa. En Mendoza,
ref. [18] se ha verificado, aún con una limitada cantidad de ensayos, que el valor
adoptado también por el IC-103-Parte II-2005, es adecuado. Con esto el diseñador
no estaría obligado a rehacer su análisis seccional para determinar la verdadera
capacidad a flexión. Lo importante es que la norma NZS de algún modo reconoce el
efecto de la sobre resistencia. En el ejemplo anterior se ve que la subestimación del
corte puede ser muy importante.

6.3. INVESTIGACIÓN. DEMANDAS. CÓDIGOS


El comportamiento de elementos de hormigón armado sometidos a flexión ha
sido motivo de intensas investigaciones y se ha llegado a clarificar y aproximar la
teoría con los resultados prácticos. Por supuesto, como se expresó en los capítulos
3 y 4, el postulado de que las secciones planas permanecen planas después de la
flexión no se cumple estrictamente pero su aplicación da aceptables predicciones
desde el punto de vista de la resistencia.
El progreso en la comprensión de la respuesta de elementos de hormigón
armado sometidos a flexión y corte ha sido más lento, pese a que el tema ha sido y
es motivo aún de intensas investigaciones.
Lo que sí está totalmente aceptado es que una falla por corte, que como se verá
más adelante implica transferencias de esfuerzos de tracción y de compresión, no es
dúctil. En consecuencia, cuando el diseño de una estructura está basado en
comportamiento que deba asegurar capacidad de disipación de energía, el
diseñador debe asegurar que la falla o colapso nunca puede estar controlada por
corte. En el ejemplo anterior, es claro que si el diseño al corte para los apoyos de la
viga se basa en un esfuerzo Vu= 11.40 ton, será muy difícil que la falla de la pieza
esté controlada por flexión. Lo que el diseñador debe asegurar es que la resistencia
a corte del elemento debe estar por encima de la máxima capacidad a flexión que
éste pudiera desarrollar. En otras palabras, si con un Vu= 17.92 ton la viga es capaz
de desarrollar su capacidad plena de flexión, entonces el diseñador debe buscar que
la resistencia de diseño al corte sea igual o mayor que ese valor. Por aplicación de la
ecuación (6.1) sería entonces Vd = φ Vn > 17.92 ton, lo cual implica que la resistencia
nominal o suministro Vn sea del orden de 24 ton, cuando se utiliza un factor de
reducción de capacidad φ= 0.75 según aceptan la mayoría de las normas. Sin
embargo, estrictamente hablando, φ debería tomarse igual a 1.0 pues Vu fue
derivado de diseño por capacidad.
Las demandas de corte, dado que dependen del suministro a flexión, requiere de
la formulación de mecanismos de colapso que en general son simples de plantear y
de resolver. Esto es lo paradójico en el diseño al corte: las demandas se pueden
obtener en forma relativamente sencilla, y como se verá, los procedimientos para el
diseño al corte del código ACI-318 y del NZS:3101, que han sido adoptados por el
CIRSOC-201-2005 [ref.6], son también simples, mientras que sin embargo, el
13

comportamiento no lineal del hormigón armado está asociado a una compleja


distribución de las tensiones con configuración muy variable de fisuras.
En definitiva, como se verá, las normas adoptan expresiones para el diseño que
poco tienen que ver con la compleja situación de esfuerzos del elemento en el
estado límite de rotura, pero que, como en el caso de suposiciones adoptadas en
flexión, permiten una simplificación adecuada del problema y que da buenos
resultados.

6.4 CONCEPTO DE ESFUERZO Y TENSIONES DE CORTE


La Fig. 6.10 muestra nuevamente una viga simplemente apoyada sometida a
carga distribuida en su longitud. Dado que es una estructura isostática, a partir de
consideraciones de equilibrio es posible encontrar las fuerzas de corte, V, en
cualquier sección, las que se dibujan bajo la viga. Lo importante de visualizar es que
(i) va a existir corte en todo el tramo de la viga, pues hay variación de momento
sección a sección, y (ii) dado que la variación del momento es parabólica, la
variación del corte será lineal, con valor máximo en los apoyos.

Fig. 6.10 Fuerza de corte, flujo de corte y tensión de corte en una viga de
comportamiento elástico y material homogéneo e isótropo.

Si se aplica el concepto de tensión de corte, v, para material homogéneo,


isótropo y lineal, el equilibrio de la parte indicada en la Fig. 6.10 será satisfecho
cuando los esfuerzos de corte horizontal sean:

_
VA y
v= i (6.2)
bI

donde I es el momento de inercia de toda la sección con respecto al eje neutro.


14

A partir de principios básicos se puede demostrar que con respecto al eje


centroide del área total corresponde:

I
z= _
(6.3)
Ai y

y que allí el flujo de corte:

q = v.b (6.4a)

es siempre un máximo, es decir:

V
q max = (6.4b)
z

donde z es el brazo interno de la cupla de flexión. La figura indica la variación de las


tensiones de compresión y tracción por flexión, f, dadas por la expresión:

My
f = (6.5)
I

donde y es la distancia de la fibra analizada al eje neutro. También la figura muestra


la variación en la sección transversal del flujo de corte y de las tensiones de corte.
Las tensiones de corte y axiales inducidas por la flexión se pueden combinar y
obtener para un elemento diferencial, las magnitudes de los esfuerzos o tensiones
principales f1 y f2, como así también la inclinación ϕ de los mismos respecto al eje
neutro, como sigue:

f1 =
1
2
(f + f 2 + 4v 2 ) (6.6a)

f2 =
1
2
f −( f 2 + 4v 2 ) (6.6b)

2v v
tan 2ϕ = o tan ϕ = (6.6c)
f f1

En la Fig. 6.11 se muestra la inclinación de las tensiones principales para el caso


de la viga rectangular simplemente apoyada y sometida a carga uniformemente
distribuida. Dado que las magnitudes de los esfuerzos cortantes v y axiales f
cambian tanto con la localización de la sección en la viga como verticalmente en
cada sección transversal con la distancia al eje neutro, las inclinaciones y las
magnitudes de los esfuerzos principales f1 y f2 varían también en cada sector.
15

Fig. 6.11Trayectorias de las tensiones principales en una viga de material homogéneo e


isótropo. Tensiones axiales y de corte en el elemento diferencial

Se recuerda que las tensiones principales actúan sobre lo que se llaman planos
principales, y sobre éstos no actúan tensiones de corte, sino simplemente los
esfuerzos principales de tracción o compresión. La figura muestra las trayectorias de
los esfuerzos principales, a veces llamadas líneas isostáticas. Estas NO conectan
puntos de igual tensión sino que son líneas continuas que indican las direcciones de
las tensiones principales. Note que como las tensiones principales en cualquier
punto son mutuamente perpendiculares, las trayectorias de los esfuerzos principales
forman una familia de curvas ortogonales o mutuamente perpendiculares. En la
figura, las trayectorias de esfuerzos principales de tracción se muestran con trazo
lleno, mientras que las de compresión con trazo discontinuo. Se ve que en el eje
neutro, donde el esfuerzo de corte es máximo y los axiales de flexión cero, los
esfuerzos principales son iguales en valor absoluto al esfuerzo de corte v y están
inclinados a 45o con respecto al eje de la viga. Esto se verifica por aplicación de las
ecuaciones (6.6). En las fibras extremas, no hay tensiones de corte, y los esfuerzos
principales son prácticamente horizontales.
El hormigón es particularmente vulnerable cuando está sometido a tracción. Se
observa también que dichos esfuerzos de tracción no provienen solamente de los
axiales por flexión pura, sino que además provienen o de corte puro (en eje neutro) o
por combinación de ambos. Estos esfuerzos de tracción se presentan en toda la viga
y pueden afectar la integridad de la misma si no se toman los recaudos necesarios.
Antes de pasar a la extensión de estos conceptos de tensiones en medio
homogéneo e isótropo a hormigón armado, es interesante visualizar físicamente el
concepto de tensiones y flujo de corte. La Fig. 6.12 muestra el comportamiento de
una viga formada por dos mitades superpuestas. En el caso (a) ambas mitades
están unidas por algún medio totalmente efectivo, y ante acciones que inducen
flexión la pieza completa se deforma como si fuera una sola viga, es decir que existe
un solo eje neutro en cada sección transversal. Si la adherencia entre ambas
mitades es débil o no existe, caso (b), ambas piezas a flexión tienden a deslizar
entre sí, por lo cual cada pieza actúa independientemente a flexión. Es claro que las
diferencias de comportamiento entre ambos casos no solamente van en resistencia
sino también en rigidez: para el caso (a) el momento de inercia I está asociado al
16

cubo de la altura total del paquete, mientras que en el caso (b) a la suma de los
cubos de las alturas parciales.

Fig. 6.12 Influencia de la efectividad de transferir esfuerzos de corte en elementos sometidos a


flexión

Si se concibe entonces a la viga de hormigón armado como formada por dos


mitades, la superior sometida a axiales de compresión y la inferior a axiales de
tracción, en la interfase se deben desarrollar tensiones que evitan el deslizamiento
mutuo. Estos esfuerzos cortantes horizontales se muestran en la Fig. 6.12(c), y
variarían de un mínimo al centro de la luz hasta un máximo en el apoyo. A su vez,
estos esfuerzos de corte actuando en planos horizontales varían en intensidad con la
distancia al eje neutro, de un máximo allí a cero en los bordes. Este aspecto y la
existencia de esfuerzo de corte vertical y horizontal que completan el equilibrio, se
muestra en la Fig. 6.13.

Fig. 6.13 Distribución de tensiones de corte en la sección transversal.

En ambas, Fig. 6.12 y 6.13, se muestra que el valor máximo de las tensiones de
corte alcanza, para la sección rectangular, 1.5 veces el valor de la tensión de corte
promedio, computada como v=V/A, de toda la sección transversal. Sobre esta forma
de evaluar la tensión de corte se referirá luego.
La Fig. 6.14 muestra una viga de hormigón armado ensayada en los laboratorios
de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza. La
misma posee 7.5 cm de ancho y 15 cm de altura. La luz libre fue de 1.20 m. Se
observa una típica configuración de fisuras verticales de flexión e inclinadas de
flexión y corte.
17

(a) viga completa

Fig. 6.14 Viga de hormigón armado


ensayada a flexión con cargas puntuales en
los tercios medios. Facultad de Ingeniería.
UNC. Mendoza.(a) vista completa, y (b)
detalle de la falla de corte en apoyo.

(b) detalle de la falla

Los conceptos de elasticidad aplicados a secciones homogéneas fueron


extendidos, ver ref. [7], por los pioneros estudiosos de la teoría del hormigón armado
a una sección fija e idealizada de una viga de hormigón armado.

Fig. 6.15 Tensiones de corte a través de una sección fisurada idealizada de hormigón armado

La Fig. 6.15 muestra que la fuerza horizontal a ser transferida a través de la zona
de hormigón fisurada permanece constante. Entones, el flujo de corte en la zona
traccionada también es constante. Utilizando los conceptos de la Fig. 6.10, la fuerza
incremental de tracción está dada por dT= v.bw.dx, y por lo tanto:

1 dT dM 1 V
v= = = (6.7a)
bw d x d x bw jd bw jd
o bien:
V
q= (6.7b)
jd

Es evidente que las tensiones de corte dependen del ancho bw del alma, ver
ecuación (6.7a) y Fig.6.10, y que el flujo de corte representa una fuerza rasante por
unidad de ancho, q= v.bw.
En definitiva, la ecuación (6.7a) es utilizada en la mayoría de los países como
una forma muy conveniente en la rutina de diseño. En términos de tensiones reales
la expresión carece de rigurosidad pero debe tomarse como un índice para
18

cuantificar la magnitud de la fuerza de corte relativa a la sección transversal en


secciones de hormigón armado. En la mayoría de los códigos la expresión que se
usa es aún más simple, utilizando directamente la altura útil d:

V
v= (6.8)
bw d

Debe hacerse notar que en ciertos casos las tensiones máximas ocurrirán en
otras fibras que no correspondan al alma de la sección. Por ejemplo, y en ref. a Fig.
6.15, cuando el ala de una sección T deba soportar una fuerza importante de
compresión (momento positivo) o bajo momento negativo hay transferencia de
fuerzas de tracción del ala hacia el alma, el corte en la unión ala-alma puede ser la
sección crítica. En ese caso, se necesita suministrar armadura horizontal en al ala
que permita la transferencia de corte por el mecanismo de reticulado al que luego se
referirá. En el caso de vigas que soportan losas, generalmente la armadura de éstas
es suficiente para cumplir tal función. La Fig. 6.16 ilustra como se transmiten las
tensiones entre ala y alma, y las trayectorias de las tensiones. Se observa la
necesidad de colocar armadura horizontal en el ala y perpendicular al alma.

Fig.6.16 Trayectoria de las tensiones principales. Observar mecanismo de transmisión


de los esfuerzos de corte entre la losa y la viga.

Luego se verá que cuando el elemento estructural varía de altura a lo largo de su


longitud, la magnitud de los esfuerzos de corte que provocan tensiones de corte
resultará amplificada o disminuida por las fuerzas internas de flexión.
19

6.5 MECANISMOS DE RESISTENCIA AL CORTE EN VIGAS DE


HORMIGÓN ARMADO SIN ARMADURA DE ALMA

6.5.1 FORMACIÓN DE FISURAS DIAGONALES

Tal cual se apreció en la Fig. 6.11, la combinación de flexión y corte crea un


estado biaxial de tensiones. Las fisuras en el elemento de hormigón armado se
forman cuando las tensiones principales de tracción superan la resistencia a tracción
del hormigón. Dependiendo de la configuración, de las condiciones de apoyo y de la
distribución de cargas, una viga puede tener secciones con diferentes grados de
combinación entre momento y fuerza de corte. Es evidente que los valores relativos
de M y V afectarán tanto la magnitud como la dirección de los esfuerzos principales.
La Fig. 6.17 muestra algunos casos típicos (ideales) que puedan ocurrir, con sus
diagramas de momento y esfuerzo cortante.

Fig. 6.17 Ubicación característica de combinaciones críticas de momentos y cortantes.

En una región de momento flector grande, las tensiones principales de tracción


son mayores en las fibras extremas a tracción y son las responsables de la iniciación
de fisuras de flexión perpendiculares al eje del elemento. En la Fig. 6.18 se las
designa como grietas de flexión.
20

Fig. 6.18 Distintos tipos de fisuras


que aparecen en vigas de hormigón
armado según ubicación y combinación
de esfuerzos

En una zona de elevado corte, se generan tensiones principales de tracción con


un ángulo aproximado de 45o, llamadas generalmente tracciones diagonales, que
inducen formación de fisuras inclinadas. Generalmente estas fisuras son una
extensión de las fisuras de flexión, ver Fig. 6.18b. Raras veces, y puede ocurrir en el
alma de secciones T, las fisuras diagonales podrían comenzar su gestación en las
cercanías del eje neutro. En el caso de apoyos extremos, con V grande y M
pequeño, podrían formarse estas fisuras como muestra la Fig. 6.18a. Sin embargo,
las fisuras de cortante y flexión son más comunes que las de cortante en el alma.
El concepto de tensiones principales es de poca o nula aplicación una vez que
se han formado las fisuras diagonales, a menos de que se tenga en cuenta la
compleja distribución tensional en el miembro fisurado. Afortunadamente, desde el
punto de vista del diseño esto no es necesario, y o bien el elemento de hormigón
armado colapsa después que se formaron las fisuras diagonales o se suministra un
mecanismo capaz de transmitir los esfuerzos de corte que permita que el elemento
pueda soportar incrementos de carga aún en estado fisurado. El hormigón armado
generalmente trabaja en estado fisurado; esa es su esencia y lo que hay que
controlar es que el ancho de las fisuras no comprometa ni la funcionalidad, ni la
seguridad ni la estética de la estructura.

5.5.2 EQUILIBRIO EN EL TRAMO DE CORTE

Para una mejor comprensión de los procedimientos y ecuaciones que se deben


aplicar para el diseño en estado límite último o cercano al colapso, el proyectista
debería visualizar, a los efectos de lograr un diseño seguro, cuales son las razones
por las que un determinado elemento estructural puede fallar y los modos posibles
de falla. Es por ello que a continuación se explicitan los principales mecanismos de
resistencia y posibles modos de falla al corte. Como siempre, se debe trabajar a
partir del equilibrio.
21

Fig. 6.19
Requerimientos de equilibrio en el tramo de
corte de una viga.
Identificación de los mecanismos de resistencia
del hormigón, cuando no existe armadura de
corte en el alma de la viga.

En la Fig. 6.19 se muestra parte de una viga simplemente apoyada sobre la cual
el esfuerzo de corte permanece constante. La viga tiene armadura longitudinal
inferior para absorber la tracción por flexión, pero carece de armadura para absorber
el corte. Tal cual se indica, es posible identificar las fuerzas internas y externas que
mantienen en equilibrio al cuerpo libre limitado por las condiciones dadas de borde y
por la fisura diagonal.
Se puede ver que la fuerza de corte total V es resistida por la combinación de:
(i) Una fuerza de Corte Vc que se desarrolla a través de la zona de
compresión.
(ii) Una fuerza de dovela o pasador Vd que la armadura longitudinal transmite
a través de la fisura.
(iii) La componente vertical Va que es la resultante de los esfuerzos de corte
inclinados va que se transmiten por las caras de la fisuras por la interacción entre las
partículas de los agregados.
De la Fig. 6.19c se aprecia que el equilibrio de cuerpo libre de todas las fuerzas
involucradas, donde con G se aglutina a la resultante de todas las tensiones de corte
inducidas por la interacción de los agregados.
22

De este polígono de fuerzas se observa que el equilibrio para cargas verticales


se puede expresar como:
V = Vc + V a + V d (6.9)

que representan las componentes descriptas, y V sería el corte que puede absorber
la viga sin armadura de alma, y se conoce como contribución del hormigón. Además,
la fuerza de tracción en la sección 2-2, designada como T es un poco mayor que la
de compresión C que corresponde a la sección 1-1 (la diferencia es justamente la
componente horizontal de G). Se volverá sobre este punto luego.
El momento resistente de la viga se puede expresar como:

M = xV = jd (T + Vd cot α ) (6.10)

La fuerza de taco o pasador Vd tiene una significación muy pequeña en la


resistencia a flexión. En particular, en ausencia de estribos las barras de refuerzo
sobre las que actúa la fuerza de dovela están sostenidas contra desplazamientos
verticales principalmente por la delgada capa inferior de hormigón de recubrimiento.
La presión de aplastamiento provocada por Vd produce esfuerzos de tracción vertical
que llevarían a la falla del hormigón en esa región, como lo muestra en forma
esquemática la Fig. 6.20. Esto se aprecia en el ensayo que muestra la Fig. 6.21,
donde se ha producido una falla importante alrededor de la barra longitudinal y que
hace que la grieta diagonal se ensanche. En definitiva, ignorando la contribución de
Vd a flexión:
M = Tjd (6.11)

Volviendo a lo que se mencionó antes, es importante destacar que el momento y


la fuerza de tracción que están relacionadas en la ecuación (6.11) no ocurren en la
misma sección transversal de la viga. Se observa que la tracción en la armadura de
flexión a una distancia ( x − jd cot α ) desde el apoyo es controlada por el momento
que se produce a una distancia x del apoyo de la viga. El incremento en las
tensiones del acero depende claramente de la pendiente de la idealizada fisura
diagonal. Cuando el ángulo α es cercano a 45o, jd cot α ≈ d . Este aspecto se
debería tener en cuenta cuando se van a interrumpir las barras longitudinales de
flexión. La mayoría de los códigos toma esto en consideración cuando establece las
longitudes que deben prolongarse las barras más allá de ciertos puntos de control.
Tal es el caso del NZS:3101, y este punto es ampliado luego, ver sección 6.9.2.1.
Allí se incluye el efecto del corte resistido por los estribos, Vs, por lo que el tema está
desarrollado con mayor profundidad.

Fig. 6.20 Acción de pasador o dovela de la


armadura longitudinal en el mecanismo de
resistencia al corte. Efecto sobre el hormigón
circundante.
23

Fig. 6.21 Falla de corte de una viga de hormigón armado.


(a) vista global y (b) vista cercana al apoyo

6.5.3 PRINCIPALES MECANISMOS DE LA RESISTENCIA AL CORTE.

Si en la ecuación (6.11) se introduce la relación entre el corte y el grado de


variación del momento a lo largo de la viga resulta:

V =
dM
=
d
(Tjd ) = jd dT + T d ( jd ) (6.12)
dx dx dx dx

El término jd (dT / dx) expresa el comportamiento a flexión de un elemento


prismático (sección constante), en el cual la fuerza interna de tracción T actuando
con brazo de palanca constante cambia punto a punto a lo largo de la barra de acero
de la viga, para equilibrar el momento externo M.

El factor dT / dx representa la variación de la fuerza de tracción que por unidad


de longitud transmite la barra al hormigón que moviliza las fuerzas de adherencia
(ver ecuación 8.1 de capítulo 8). Se indica con q, y es el flujo de corte. Si se acepta
que el brazo elástico jd permanece constante (suposición generalmente aceptada en
teoría elástica de flexión en miembros prismáticos) entonces d ( jd ) / dx = 0 , con lo
24

que se obtiene lo que se conoce como ecuación de “acción de viga” perfecta, es


decir:

dT
V = jd = qjd (6.13)
dx

Esta ecuación es idéntica a la ecuación (6.7.b), donde q, la fuerza de adherencia


por unidad de longitud del miembro a nivel de e inmediatamente por encima de la
armadura de flexión fue llamada flujo de corte. Es evidente que tal simplificación sólo
es posible si el flujo de corte o fuerza de adherencia puede ser eficientemente
transferida entre la barra de acero y el hormigón que la rodea. El fenómeno de la
adherencia se trata en detalle en el capítulo 8.
Si por alguna razón se pierde la adherencia entre el acero y el hormigón sobre la
longitud total del tramo de corte, entonces no es posible que la fuerza T cambie de
valor, es decir dT / dx = 0 . En estas condiciones la fuerza externa de corte sólo
puede ser resistida por la inclinación de la componente de compresión C. Este otro
caso extremo se conoce como “acción de arco”, y numéricamente se representa por
el segundo término del segundo miembro de la ecuación (6.12), es decir:

d ( jd ) d ( jd )
V =T =C (6.14)
dx dx

donde la fuerza interna de tracción T se ha reemplazado por la fuerza interna de


compresión C para enfatizar que es la componente vertical de C, con pendiente
constante, la que equilibra el cortante externo.
En una viga normal de hormigón armado debido a fenómenos como
deslizamiento, fisuración y otras causas, la fuerza de adherencia q requerida para
tener acción de viga perfecta no es posible que se desarrolle en forma completa, por
lo que ambos mecanismos, tal cual se expresaron en la ecuación (6.12) ofrecerán
una resistencia combinada contra las fuerzas de corte. La extensión en que cada
mecanismo contribuya a la resistencia al corte para los diferentes niveles de acción
externa dependerá de la compatibilidad de deformaciones asociada a cada uno de
esos mecanismos.

6.5.3.1 ACCIONES DE VIGA EN EL TRAMO DE CORTE

Las fisuras provocadas por la carga en la viga dividen la zona de tracción en un


número de bloques, ver Fig.6.19a. Se puede considerar que cada uno de estos
bloques actúa como ménsulas empotradas en la zona de compresión del hormigón.
Se aclaró antes que para que se produzca el comportamiento de viga perfecta la
fuerza de adherencia q debe ser resistida en forma efectiva. A continuación, ver Fig.
6.22, se analizan las acciones a que los bloques se ven sometidos.
25

Fig. 6.22
Acciones que actúan sobre un bloque de
hormigón empotrado en zona de compresión y
en voladizo, en el tramo de corte de la viga.

1. Incremento de fuerzas de tracción en la armadura de flexión entre las


fisuras adyacentes, que produce una fuerza de adherencia ∆T = T1 − T2 .
2. Si se produce desplazamiento de corte en ambas caras de la fisura, se
pueden generar en las mismas tensiones de corte v a1 y v a 2 a través de la interacción
de las partículas de los agregados.
3. Los mismos desplazamientos pueden inducir fuerzas de pasador Vd1 y Vd2
a través de la armadura de flexión.
4. En la zona de bloque empotrado se inducen fuerzas axiales P, de corte
transversal Vh y Momento Mc para equilibrar las fuerzas antes mencionadas.
Se ha ya mencionado que las fuerzas de corte se originan por la variación de la
fuerza de tracción en la barra de acero. Esta fuerza ∆t es la que, en el modelo
planteado, provoca la flexión de los bloques. Los mecanismos postulados son tres
entonces: empotramiento de bloque, acción de dovela e interacción de agregados.
Hay trabajos de investigación, como el que trata la ref.[10], en los que se ha
analizado cada uno de los mecanismos de resistencia para establecer cuándo y
cómo son movilizados cada uno de ellos, la posibilidad de contemporaneidad de
acción y los porcentajes en que cada uno contribuye en la resistencia al corte.
26

Fig. 6.23
Ensayos de dovela.
(a) configuración de ensayos.
(b) Resultados típicos para caso de
dovelas cortas.
(c) Resultados típicos para dovelas
largas.

La ref. [9] indica que en vigas de hormigón armado de dimensiones normales


como máximo el 20 % de la fuerza de adherencia puede ser resistida por la acción
de flexión y corte generados en el empotramiento de los bloques.
Cuando se producen desplazamientos de corte a lo largo de las fisuras
inclinadas, una cierta cantidad del corte es transferida por medios de acción de
“pasador” o dovela de la armadura de flexión. Donde las barras se apoyen en el
recubrimiento de hormigón este mecanismo va a depender de la resistencia a
tracción del hormigón. Una vez que se produzca la fisura de separación o de
desgarramiento, la rigidez, y por ende la efectividad de la acción de dovela se reduce
drásticamente. La fisuración alrededor de la barra compromete además la
resistencia de adherencia entre acero y hormigón. La resistencia a desgarramiento
del hormigón a su vez dependerá del área efectiva de hormigón entre las barras de
acero de la capa a través de la cual debe resistirse la tracción. Los estudios llevados
a cabo en ref. [10], algunos de cuyos resultados se muestran en la Fig. 6.23,
muestran además que en este mecanismo tienen influencia:
27

(i) Resistencia a tracción del hormigón.


(ii) Ancho del hormigón al nivel donde se debe resistir la fuerza de apoyo de
las barras.
(iii) Longitud de la barra dentro del hormigón.
(iv) La posición relativa de la barra al momento del llenado de la viga
(superior o inferior)
(v) Número, diámetro y arreglo de las barras en la viga.
(vi) Propiedades de adherencia de la armadura.
(vii) Espesor de recubrimiento de hormigón.
(viii) Nivel de deformación de corte a nivel de la armadura.
(ix) Intensidad de la tracción del acero.

Fig. 6.24 Tipología de ensayos propuestos para observar los efectos del mecanismo de dovela o
pasador

La Fig. 6.24 muestra algunos de los esquemas postulados en la investigación,


con perfiles de desplazamientos y distribución de presiones de las barras sobre el
hormigón, y diferentes posiciones de las barras y largo de las mismas. El lector
puede remitirse a dicha referencia para profundizar en la investigación. En la misma
se menciona que en los estudios analíticos de este mecanismo se ha aplicado el
concepto de los resortes de Winkler para simular el pasador de acero como una viga
apoyando sobre una fundación elástica discontinua.
La misma referencia indica que la acción de pasador o dovela no contribuye en
más del 25 % del total de la resistencia de los bloques al corte. Sin embargo, este
mecanismo de resistencia se mejora notablemente cuando se utilizan estribos ya
que entonces las barras se pueden apoyar en forma más efectiva si los mismos
están correctamente atados y en contacto con las barras. Cuando el desplazamiento
de corte es suficientemente grande y las barras de flexión están firmemente
soportadas por los estribos, se puede desarrollar un mecanismo conocido como
“kinking” o quiebre de las barras. Este mecanismo es relevante dentro de zonas de
rótulas plásticas en la que se ha producido la fluencia de las barras de flexión o a lo
28

largo de juntas donde se pueda producir deslizamiento (el caso de juntas de


construcción de los muros de hormigón armado es un caso típico). La Fig. 6.25
muestra los mecanismos posibles de dovela y su cuantificación.

Fig. 6.25 Los mecanismos de dovela a través de la interfase de corte

Cuando las dos caras de una fisura de flexión con ancho moderado sufren un
desplazamiento de corte relativo entre ambas, un número de partículas que emergen
de las fisuras van a permitir que se transmitan fuerzas de corte. Entre las muchas
variables que influyen en este mecanismo se encuentran el ancho y rugosidad de la
fisura, la magnitud de desplazamiento y la resistencia del hormigón. Cuando se
llevaron a cabo las investigaciones fue una sorpresa para los autores, ref.[10], que
una gran parte de la fuerza de corte podía ser transmitida a través de este
mecanismo. En definitiva, la ref.[9] indica que entre un 50 a 70 % de la fuerza de
corte inducida por la adherencia puede ser resistida por la fricción de los agregados
emergentes de las fisuras. La misma referencia presenta además resultados de las
investigaciones de Leonhardt y Walter, que se muestran en la Fig. 6.26.
Las máximas capacidades de los tres mecanismos, empotramiento de bloque,
dovela y fricción en grieta, no necesariamente son contemporáneas cuando la falla
de la pieza es inminente. Cuando la fisura diagonal avanza hacia la zona de
compresión, el grado de fijación y rigidez de esta unión disminuye drásticamente.
Esto resulta en grandes rotaciones, en particular en el extremo libre, lo que implica
que la resistencia de pasador es consumida. Fisuras por acción de dovela y densa
fisuración cerca de las armaduras, lo cual es muy visible en el espécimen 8/1 de Fig.
6.26 afectan la eficacia la interacción de agregados que en este estado están
soportando la mayor parte del esfuerzo de corte. Con aumento de deformación, las
fisuras se propagan y se llega al una falla conocida como de tracción diagonal, que
es muy repentina. Las vigas 7/1 y 8/1 de Fig. 6.26 son buenos ejemplos de falla de
acción de viga en el tramo de corte. Una vez que se agotan los mecanismos de
dovela y fricción en las fisuras, la zona de compresión de la viga es generalmente
incapaz de soportar el corte y la compresión que resulta de la flexión, por lo cual la
viga falla en forma completa.
29

Fig. 6.26 Configuración de fisuras en vigas ensayadas por Leonhardt y Walter

6.5.3.2 ACCIÓN DE ARCO EN EL TRAMO DE CORTE

El segundo término de la ecuación (6.12) implica que parte del corte puede ser
soportado por la inclinación del bloque diagonal comprimido en la viga, tal cual se
muestra en la Fig. 6.27. Por supuesto que en estas circunstancias las hipótesis de
Navier-Bernoulli de secciones planas antes de la flexión permanecen planas
después de la flexión no son de aplicación. La acción de arco demanda una reacción
horizontal importante en el apoyo, la cual en vigas simplemente apoyadas es
suministrada por la armadura de flexión. Esto impone importantes demandas en los
anclajes, y es la mayor causa de fallas tipo arco. En la figura se ha supuesto anclaje
completo, lo que se puede lograr si en el extremo se coloca, por ejemplo, una placa
de anclaje. En ese caso se puede desarrollar en la armadura inferior una fuerza de
tracción constante. La zona sombreada indica la parte comprimida, fuera de la cual
hay tracción, por lo que se desarrollan fisuras.
Se remite al lector a ref.[9] y [10] para más detalles de este tipo de mecanismo.
Los puntos importantes a mencionar son:
30

Fig. 6.27
Acción de arco en una viga ideal.
Distribución del deslizamiento de la
barra a lo largo del tramo de corte

(i) El mecanismo sólo es posible a expensas del deslizamiento de la barra de


acero, es decir cuando la adherencia no funciona.
(ii) La resistencia disponible por arco depende de si la diagonal de compresión
puede realmente ser acomodada en el tramo de corte. Esto depende de la relación
a / d , es decir:

a Va M
= = (6.15)
d Vd Vd

de la relación entre Momento y Corte.


(iii) La acción de arco en vigas sin estribos sólo puede ocurrir si la carga es
aplicada en la zona de compresión de la viga.
(iv) La acción de arco es el modo dominante de resistencia al corte en vigas de
gran altura cargadas en la zona de compresión.
La ref.[10] indica que el mecanismo de arco sólo puede tener significación
importante después que se ha degradado apreciablemente o agotado el mecanismo
de viga, por lo cual ambas contribuciones no pueden ser aditivas en forma completa
para el estado límite último.
En la próxima sección se ampliarán los comentarios sobre los tipos de falla
por acción de arco en función de las relaciones a / d .

6.5.4 MECANISMO DE FALLAS DE CORTE

La mayoría de los autores coinciden en clasificar los tipos de fallas de corte


para vigas simplemente apoyadas, sometidas a cargas puntuales del tipo descriptas,
y sin armadura de corte, en aproximadamente tres grupos en función de la relación
a / d . Lo que puede variar un poco entre los autores (ver por ejemplo ref.[11] vs. [7])
es el rango de valores de la relación tramo de corte vs. altura útil colocados como
umbrales de cada caso, pero no en lo substancial.
En la Fig. 6.28, de ref.[7], se pueden sintetizar los conceptos que siguen, y
donde además se han graficado los momentos y cortes últimos o de falla para las 10
vigas de la Fig. 6.26 de ensayos de Leonhardt y Walter. Estas vigas no poseían
31

estribos y las características de los materiales eran casi idénticas. La cuantía


longitudinal de acero era del 2 %.

Fig. 6.28 Momentos y cortes en el momento de la falla vs. la relación tramo de corte sobre altura
útil.

A continuación, como no se tiene la publicación original, se harán ciertas


suposiciones para tratar de justificar los valores de capacidad a flexión y a corte por
acción de viga indicados en la figura. Tomando una tensión de fluencia de fy= 420
MPa, la capacidad a flexión se puede determinar aproximadamente como:

M u = f y As d = 420 N/mm 2 x 0.02 x 190mm x 270mm x 270mm = 116 x 10 6 Nmm = 116 KNm

que es casi igual a lo que se designa como Resistencia Teórica a Flexión de la


sección Mu en la Fig. 6.28(b).
Además, en la Fig. 6.28(a) se muestra en línea de trazos la capacidad al corte
que se corresponde con la acción de viga, y que se señala como cercana a 55 KN.
Note que el admitir esta capacidad implica suponer una tensión de corte que
suministra el hormigón cercana a 1 MPa, por lo que:

Vc ≅ 1.07 N/mm 2 x 190mm x 270mm ≅ 55000 N = 55 KN

Note además, que de acuerdo a:

dT
V = jd = qjd (6.13)
dx

para jd = 270 mm, sería q= 203 N/mm como flujo de corte constante bajo el eje
neutro. Como ρw = 0.02, para la sección corresponderían aproximadamente a 2
barras de diámetro 25 mm por lo que la tensión de adherencia u, ver ecuación (8.1)
de capítulo 8, sería:

u = q / perímetro = 203N / mm2π 25mm = 1.30MPa


32

y que suponiendo f´c= 21 MPa, correspondería a u ≅ 1.3 f c´ , ver además sección


8.2.1(iv) de capítulo 8.

Fig. 6.29
Fisura de corte por flexión.
Falla por tracción diagonal.

En definitiva, la ref.[7] habla de los siguientes tipos de fallas de corte:

Tipo I. Cuando 3 < a / d < 7 , falla del mecanismo de viga para una carga que se
corresponde con o está un poco por encima de la carga que provoca la fisura
diagonal. Este tipo de falla se esquematiza en la Fig. 6.29, donde para su autor,
ref.[11] los límites son 2.5 y 6 respectivamente. Cuando V se incrementa, la falla de
flexión a-b cerca del apoyo se propaga hacia el punto de carga, por que
gradualmente se va inclinando y se designa como fisura de corte por flexión.
Finalmente la fisura se propaga, digamos hasta e, resultando en el colapso de la
viga por separación de la misma en dos partes. Se conoce como falla por tracción
diagonal.
Tipo II. Cuando 2 < a / d < 3 , con aumento de carga la falla diagonal tiende a
interrumpirse a cierta altura del alma, digamos j, y comienzan a desarrollarse una
serie de fisuras variables en el hormigón que rodea las armaduras longitudinales.
Cuando V se incrementa aún más, la falla diagonal aumenta su ancho y se propaga
en el mismo nivel de la armadura, digamos fisura g-h en la figura. Los incrementos
de corte presionan hacia abajo las barras de acero y causan la destrucción de la
adherencia con el hormigón, lo cual generalmente lleva a una separación de ambos
materiales a los largo de g-h. Si el acero no está bien anclado en su extremo, dicha
separación lleva al colapso. Si el anclaje es bueno, la viga se comporta como arco
de dos articulaciones, hasta que el anclaje falla y ocurre el colapso. Se suele llamar
falla de tracción por flexión (shear-tension failure) o falla de adherencia por corte
(shear-bond failure). En este caso la carga última comienza a ser superior a la carga
que provocó la primera fisura diagonal. Es típica falla del tipo de arco.
Tipo III. Cuando a / d < 2.5 , o para referencia [11], cuando se está en el rango
entre 1.0 y 2.5, como indica la Fig. 6.30, la fisura diagonal frecuentemente se forma
independiente de las fisuras de flexión, y permanece estable después del desarrollo
de las mismas. Con el incremento de V la fisura diagonal penetra en la zona de
compresión, cerca la zona de aplicación de la carga, y eventualmente se produce la
falla por desintegración del hormigón, que suele ser explosiva. Se conoce como falla
de compresión por corte, es decir es claramente falla por acción de arco, con carga
bastante superior a la que provocó las fisuras diagonales.
33

Fig. 6.30
Falla de compresión por corte.
Mecanismo de arco.

La ref.[11] indica que para valores a / d < 1 , el comportamiento se asemeja al de


vigas de gran altura. La fisura diagonal se forma prácticamente a lo largo de la línea
que une los puntos de apoyo y de aplicación de cargas. La Fig. 6.31 muestra este
caso, y la falla es típica de un bloque de hormigón comprimido, es decir falla de
separación en fibras de hormigón por efecto de Poisson como se produce en un
ensayo a compresión simple. En estos casos la carga de falla exceda en varias
veces la que corresponde a cualquier fisura diagonal.

Fig. 6.31
Falla por diagonal comprimida.

En la Fig. 6.28 se ve que cuando 1.5 < a / d < 7 no es posible alcanzar la


capacidad a flexión de la pieza. Es decir que la carga de falla está controlada por el
corte.
En la figura además, las líneas de trazos muestran las capacidades de corte y
flexión asociadas a la acción de viga. Partiendo de los 55 KN de capacidad de corte
por acción de viga, ver Fig. 6.28a, es claro que el momento resistente asociado a
ese mecanismo va a crecer en forma lineal con el incremento de a , es decir:

M = Va = V .d .(a / d )

Además, se ve que al comparar con los valores observados en los ensayos,


cuando 3 < a / d < 7 la acción de viga es la que controla el comportamiento de la
pieza. Se observa que los valores experimentales en ese rango se aproximan a los
teóricos.
Cuando a / d < 7 la capacidad al corte excede la que se induciría a partir de la
capacidad a flexión, por lo que entones es la flexión la que controla la resistencia de
la viga. Note que el corte teórico Vu derivado de la capacidad teórica Mu, se deriva a
partir de Vu = ( M u / d ) /(a / d ) y que es la curva continua dibujada en la Fig. 6.28a.
La Fig. 6.32 muestra la influencia del contenido de acero longitudinal. Si éste
aumenta, las fisuras por flexión para una carga dada serán más pequeñas y esto va
a permitir que la acción de fricción entre agregados y de dovelas soporten mayores
cargas. Esto se ha observado a través de experimentos.
34

6.5.5 DISEÑO AL CORTE EN VIGAS SIN ARMADURA DE ALMA.


CONSIDERACIONES DE LAS NORMAS

De las secciones anteriores se desprende que para evaluar la contribución de la


resistencia al corte suministrado por el hormigón en elementos sin armadura de alma
de deberían considerar los siguientes factores:

(i) resistencia a tracción del hormigón, a partir del factor f c´


(ii) cuantía de armadura longitudinal en tracción ρ w = As / bw d que controla la
fisuración, y
(iii) la relación a / d = M / Vd .
En la expresión de la cuantía se reemplaza b por bw simplemente para tener en
cuenta que en vigas T se toma el ancho del alma, y que en vigas de ancho de alma
variable se toma el valor promedio, a no ser que el ancho mínimo esté en
compresión en cuyo caso se toma el ancho mínimo. Hay que recordar que en vigas
T con ala traccionada la cuantía mínima longitudinal de acero se fija en función del
doble de ancho de alma (2bw) o del ancho del ala b (ver CIRSOC 201 sección
10.5.2). Note que si la cuantía para armadura en tracción es distinta para momento
positivo que negativo, el valor de ρ w cambiará en cada caso.
En general, para evaluar la contribución del hormigón al corte, que se designa
con Vc, las normas dan una expresión simple y una alternativa que implica un
análisis más detallado con una expresión más compleja. Además, se debe distinguir
entre la presencia o no de carga axial. Por otro lado, como se verá, hay dos
aspectos más a tener en cuenta que son por un lado si el diseño al corte
corresponde a zona de rótula plástica, y por otro si el miembro es prismático o de
altura variable. Estas variaciones se analizan más adelante.

Código ACI-318 y CIRSOC 201-2005

A) En elementos donde sólo existe flexión y corte, en sección 11.3.1, dice:

1. expresión simple:

Vc = 0.167 f c´ bw d (6.16)

2. expresión más sofisticada:

Vu d
Vc = (0.143 f c´ + 17.14 ρ w )bw d ≤ 0.30 f c´ bw d (6.17)
Mu

donde la relación Vu d / M u se debe adoptar siempre ≤ 1.0 , siendo Mu el momento


mayorado que actúa simultáneamente con Vu, en la sección considerada. Esta
limitación, según los comentarios del CIRSOC, es para acotar la contribución del
hormigón cerca de los puntos de inflexión. La misma norma, al igual que ref.[7],
indican que lo más conveniente a los efectos del diseño es suponer que la
contribución del segundo término es 1 / 42 f c´ = 0.023 f c´ con lo cual se llega a la
35

ecuación (6.16) más simple y conservadora. Una razón es por simplicidad (note que
Vu, Mu y ρw pueden ir cambiando sección a sección), otra porque para diseño al corte
siempre es conveniente ser conservador y por último porque según la ref.[7] esa
contribución adicional no siempre está totalmente garantizada.

Fig. 6.32 Comparación de ecuaciones 6.16 y 6.17 con los resultados experimentales

La Fig. 6.32 muestra una comparación entre las ecuaciones (6.16), (6.17) con
resultados experimentales. En la misma las ecuaciones están expresadas en
unidades de libras y pulgadas. En las ordenadas de la derecha se han incorporado
los valores con unidades en MPa.

Código NZS3101:Part2:1995 (ref.[9])

En elementos donde sólo existe flexión y corte, en la sección 9.3.2.1, establece


que:
vc = (0.07 + 10 ρ w ) f c´ ≤ 0.20 f c´ (6.18)

Este valor que no necesita ser menor de 0.08 f c´ , y donde vc= Vc/bwd,
representa la contribución del hormigón al corte en términos de tensión de corte.
Las diferencias con el ACI-318 son varias, algunas muy importantes y otras de
forma. Algunas se analizan a continuación:
(i) El límite en la contribución de vc es un 50 % menor (factor 0.20 vs. 0.30) en
el NZS:3101. Se ve que para cuantías superiores a 1.3 % se debe aplicar el límite
máximo.
(ii) Para cuantías longitudinales de tracción menores del 1% aparece como
más conservadora la expresión del NZS. En sus comentarios, esta norma aclara que
esta diferencia con el ACI-318 ha sido demostrada por ensayos y por estudios
analíticos (la misma norma indica las referencias). Esto ha sido reconocido además
por las normas de Australia, Gran Bretaña y el Comité Europeo del Hormigón.
36

(iii) Como la cuantía mínima por flexión, para el acero ADN-420, es 1.4/fy=
0.0033, resulta que prácticamente el valor mínimo es 0.10 f c´ . Es decir que para
armadura mínima el ACI-318 adopta como contribución del hormigón un valor un 65
% mayor que el NZS.
(iv) El NZS no incluye, por simplicidad según sus comentarios, la incidencia de la
relación corte/momento. Rara vez esto es usado en la práctica.
(v) La norma de NZS prefiere expresarse en términos de tensión en vez de
fuerzas, como lo hace el ACI.
Es importante destacar nuevamente, que el reglamento de hormigón armado NZS:3101
ha tenido como base el ACI-318, pero en muchos aspectos ha sido modificado en función
del avance del estado del arte. Dado que Nueva Zelanda es un país pequeño los cambios
necesarios en las normas son más rápidamente implementados en dicho país que en EEUU.
Para muchos, el NZS:3101 es más racional y un paso más adelante que el ACI-318.
A los efectos de utilizar la ecuación (6.18), el diseñador debe primero determinar
la armadura necesaria por flexión, y tener en cuenta al aplicar la expresión las
posibles interrupciones de las armaduras longitudinales. En la determinación de la
cuantía se toma el ancho del alma de la viga y se puede incluir tanto las barras
convencionales como las de precompresión si hubiera. Sin embargo, sólo aquellas
barras que posean una longitud completa de desarrollo más allá de la sección en
estudio pueden ser incorporadas en la ecuación.

6.6 MECANISMO DE RESISTENCIA AL CORTE EN VIGAS DE HORMIGÓN


ARMADO CON ARMADURA DE ALMA

6.6.1 NECESIDAD Y FORMAS DE ARMADURA DE CORTE

Salvo pocos casos, como en losas y bases de fundaciones bajo ciertas


condiciones, en los elementos estructurales de hormigón armado se debe disponer
al menos de una armadura mínima a corte.
Por razones de economía y de forma de falla, se ha ya explicado que en el
diseño se impone por lo general que la viga sea capaz de desarrollar la máxima
capacidad a flexión antes de que ocurra la falla por corte. En la falla por flexión se
logra, a través de las deformaciones de tracción de las armaduras, una respuesta
dúctil, que incluye en el estado límite último una importante fisuración. Sin embargo,
la falla final no es repentina ni explosiva como lo sería si fuera el esfuerzo de corte el
que controla la carga última.
Para evitar las fallas frágiles por corte se debe, tal cual se explicó antes, colocar
suficiente cantidad de armadura en el alma, generalmente en forma de estribos.
Estos son en la mayoría de los casos dispuestos en forma vertical (es decir en un
plano perpendicular al eje de la viga), a distancias que surgen del diseño. Se usan
diámetros generalmente pequeños (en nuestro medio 4.2 mm, 6 mm, 8 mm, 10 mm
y raras veces 12 mm) con respecto al diámetro de las barras longitudinales, y con
formas como las que se muestra en la Fig. 6.33. Para un trabajo efectivo, los
estribos se deben ajustar y atar contra las barras longitudinales. Dada su corta
longitud los estribos requieren generalmente de un anclaje con gancho a 135o como
se verá en el capítulo 8. La prolongación del gancho debe ser del orden de 10 veces
el diámetro del estribo (y no como se dibuja en la Fig. 6.33.b).
37

Fig. 6.33 Distintos tipos de refuerzo en el alma de vigas para absorber corte

Como alternativa, el refuerzo cortante podría ser proporcionado por el doblado


hacia arriba de una fracción del acero longitudinal, en la medida en que éste no sea
necesario para flexión. En vigas continuas, este refuerzo además se utiliza para
absorber parte de los momentos negativos. Sin embargo, por razones constructivas,
y porque en particular en zonas sísmicas el esfuerzo de corte tiene signo alternativo,
se prefiere el uso de estribos.

6.6.2 EFECTO DE LA ARMADURA DE ALMA

La incorporación de armadura de alma, tales como estribos, no cambia en forma


substancial los mecanismos de resistencia antes descriptos. Como se grafica en la
Fig. 6.34, los bloques de hormigón entre fisuras, que son los elementos principales
del mecanismo de viga, ahora van a actuar como bloques sostenidos o “cosidos” por
los estribos. Adicionalmente a la fuerza de adherencia ∆T que se resiste por la
combinación de fricción de agregados, acción de dovela y acción de flexión del
bloque (o corte en la zona de compresión por flexión), es posible resistir una fuerza
de adherencia ∆T ´ que se atribuye a lo que tradicionalmente se conoce como acción
de reticulado. En este caso, los bloques de hormigón trabajan como elementos
diagonalmente comprimidos, lo cual se esquematiza en la figura.
38

Fig. 6.34
Bloques empotrados de hormigón
actuando como bielas de
compresión

Si bien las normas no incluyen en sus ecuaciones distinción alguna de la


diferencia en la contribución del hormigón al corte con relación a la presencia o no
de estribos, es claro que los mismos van a mejorar el mecanismo antes descrito en
los siguientes aspectos:
(i) Mejoran la contribución de la acción de pasador o dovela, ya que la barra
longitudinal va a estar soportada por un estribo que atraviese la fisura.
(ii) Aumentan la contribución de la fricción entre agregados al limitar la apertura
de las fisuras diagonales.
(iii) Cuando los estribos están suficientemente cerca proveen confinamiento al
hormigón lo cual se traduce en mayor resistencia a la compresión, particularmente
en zonas donde prevalece la acción de arco.
(iv) Por estar sujetos y amarrando a la armadura longitudinal, proveen de alguna
medida restricción contra el fracturamiento o desgarramiento del hormigón a lo largo
del refuerzo.
En definitiva se puede concluir que los estribos por un lado preservan la
integridad del mecanismo de viga para la transferencia del corte, es decir
componente Vc, y a la vez permiten una resistencia adicional Vs por movilización del
mecanismo de reticulado.

6.6.3 EL MECANISMO DE RETICULADO

Es ya un antiguo y vigente concepto postulado por Mörsh en 1908 la analogía


entre la resistencia al corte de un reticulado de cordones paralelos y una viga de
hormigón armado con armadura de alma. Este modelo de análisis que el alma del
reticulado equivalente consiste de estribos actuando como elementos en tracción y
bloques o bielas de hormigón paralelas a las fisuras diagonales trabajando en
compresión. Generalmente se suponen las mismas inclinadas a 45o con respecto al
eje de la viga. La zona de hormigón comprimida por flexión y la armadura
longitudinal de tracción por flexión forman los cordones superior e inferior
respectivamente de este reticulado de uniones supuestamente articuladas. Las
fuerzas internas del reticulado pueden determinarse por consideraciones de
equilibrio. El comportamiento del reticulado es similar al previamente definido como
“acción de viga perfecta” en el sentido en que éste puede soportar fuerzas discretas
de adherencia ∆T ´ que se inducen en las supuestas articulaciones a lo largo de la
armadura de flexión, y resistiendo así momentos variables (que es la causa del
corte) con un brazo de palanca interno constante.
39

No existe total compatibilidad de deformaciones entre las acciones de viga o de


arco y de mecanismo de reticulado. Sin embargo, la misma es tradicionalmente
ignorada pues disminuye progresivamente cuando se alcanza el estado último de
resistencia.

Fig. 6.35 Analogía del reticulado. Fuerzas internas. Equilibrio

La Fig. 6.35 muestra un caso general de mecanismo de reticulado en el que los


estribos del alma se han dispuestos con un cierto ángulo β con respecto al eje de la
viga. No es lo más común pero generaliza el problema. Las bielas comprimidas de
hormigón, que resisten una fuerza Cd, se suponen inclinadas un ángulo α con la
horizontal. A partir de consideraciones de equilibrio del polígono de fuerzas que se
analiza para el nudo X, es claro que:

Vs = C d senα = Ts senβ (6.19)

donde Ts es la resultante de todas las fuerzas inducidas en las ramas de estribos


que cruzan la fisura diagonal. La fuerza de acero del alma por unidad de longitud de
la viga es entonces Ts/s, siendo s la separación entre estribos y que por relación
geométrica se puede expresar como:

s = jd (cot α + cot β ) (6.20)

Por combinación de ambas ecuaciones, la fuerza en el estribo por unidad de


longitud es:

Ts Vs A f
= = v s (6.21)
s jd .senβ (cot α + cot β ) s

donde Av es el área de la armadura de alma colocada a una distancia s a lo largo de


la viga y fs es la tensión a la que trabajan los estribos.
A los efectos del diseño, se trabaja con una capacidad nominal al corte, vn, que
es suministrada por la combinación de mecanismos del alma de hormigón (de viga o
de arco) sin estribos, vc, y del mecanismo de reticulado vs, es decir:

v n = vc + v s (6.22)
donde:
40

Vs V
vs = ≈ s (6.23)
bw jd bw d

Combinando las ecuaciones anteriores, se puede obtener el área de acero


necesaria cuando el estribo se hace trabajar, para el estado último, a tensión de
fluencia, fs = fy, es decir:

vs sbw
Av = (6.24)
senβ (cot α + cot β ) f y

La fuerza diagonal de compresión Cd se supone que genera tensiones uniformes


en las bielas comprimidas del reticulado. Dichas bielas tienen un ancho efectivo
dado por:
s ´ = s.senα = jd .senα (cot α + cot β ) (6.25)

En consecuencia, las tensiones en la diagonal comprimida debidas al


mecanismo de reticulado se pueden aproximar a:

Cd Vs vs
f cd = = = (6.26)
bw s ´
bw jd .sen α (cot α + cot β ) sen α (cot α + cot β )
2 2

Para los casos más comunes de configuración de estribos, y suponiendo fisuras


diagonales a 45o y 30o, las ecuaciones (6.24) y (6.26) se simplifican como sigue:

1. Estribos Verticales, β= 90o


a. Compresión diagonales con α= 45o

sbw
Av = v s (6.27a)
fy

f cd = 2v s (6.28a)

b. Compresión diagonales con α= 30o

sbw
Av = 0.58v s (6.27b)
fy

f cd = 2.31v s (6.28b)

1. Estribos Verticales, β<90o


a. Compresión diagonales con α= 45o

vs sbw
Av = (6.27c)
( senβ + cos β ) f y
41

2v s
f cd = (6.28c)
1 + cot β

b. Compresión diagonales y estribos a 45o

sbw
Av = 0.71v s (6.27b)
fy

f cd = v s (6.28b)

La pendiente de las diagonales comprimidas ha sido tradicionalmente supuesta a


o
45 con respecto al eje de la viga.
De la ecuación (6.27) es evidente que las demandas en el acero del alma se
reducen a medida que las compresiones diagonales son menores de 45o (ver
también el polígono de la Fig. 6.35) porque son más los estribos involucrados a
través de una fisura de menor pendiente. Este es el caso que en general se
presenta, por lo que la suposición en diseño de diagonal a 45o es conservativa. En
contraposición, en la vecindad de puntos de aplicación de cargas, las bielas
comprimidas son de mayor pendiente. Si embargo, en esas áreas la acción local de
arco aumenta la capacidad de los otros mecanismos de corte. La Fig. 6.36 muestra
las posibles configuraciones de pendientes de las fisuras diagonales, para dos
niveles de carga, cuando las tensiones de corte alcanzan 3 MPa y 10 MPa.

Fig. 6.36 Configuración de fisuras en las vigas

Cuando las diagonales de compresión tienen menor ángulo y los estribos tienden
a ser verticales, ver ecuación (6.28b), las compresiones diagonales aumentan. Esto
implica que el contenido de acero del alma no puede crecer en forma indefinida,
pues se podría producir una falla frágil, explosiva por desintegración del hormigón
del alma en compresión. Cuando se evalúa la resistencia a compresión del alma de
las vigas, es necesario considerar los siguientes factores adicionales:
(i) Las diagonales comprimidas también están sometidas a momentos por la
acción de viga, ver Fig. 6.37. Además, la suposición de bielas articuladas es una
simplificación, pues en la realidad existen momentos secundarios porque las
conexiones no son libres de rotar.
42

Fig. 6.37
Esquema de distribución de tensiones en los bloques de
hormigón comprimidos, según Paulay et. al

(ii) Como los estribos que pasan a través de los bloques inducen tracción a las
diagonales por medio de tensiones de adherencia, lo que realmente ocurre al menos
es un estado biaxial de deformaciones. Se sabe que la capacidad del hormigón se
reduce drásticamente cuando se imponen simultáneamente deformaciones
transversales de tracción. Ver Fig. 6.56.
(iii) Las fuerzas de compresión se suponen introducidas en el modelo a través de
las uniones, y dichas fuerzas distan mucho de estar distribuidas en forma uniforme
en el espesor del alma. Es muy posible la presencia de excentricidades y de
tensiones de tracción transversal.
(iv) Algunas de las diagonales pueden estar inclinadas a ángulos
considerablemente menores de 45o con la horizontal, lo que resultará en un
incremento significativo de las tensiones diagonales de compresión. Ver Fig. 6.36.
Estas observaciones apuntan a la necesidad de limitar las tensiones diagonales
del hormigón bien por debajo de la resistencia del mismo a compresión. Por ello, el
CIRSOC 201-2005, en su sección 11.5.6.9 limita la contribución de la armadura de
alma al corte de la siguiente manera:
Vs = 0.67 f c´ bw d (6.29)

Dado que la ecuación básica de diseño en términos de tensión es:

v d = φv n ≥ vu (6.30)

siendo vd la resistencia de diseño suministrada y φ= 0.75 el factor de reducción de


capacidad al corte, combinando con la ecuación (6.17) resulta que:

vu ≤ φvn ≤ 0.75(0.30 + 0.67) f c´ = 0.73 f c´ (6.31a)

y esta es la primer verificación que debe hacer el diseñador una vez obtenida la
demanda vu a partir del análisis estructural. Si esta condición no se cumple deberá,
por ejemplo, modificar el ancho del alma (no sería acertado aumentar la altura de la
viga pues en ese caso se aumentaría la resistencia a flexión lo cual traería aparejado
un aumento en la demanda de corte).
43

Por su parte, el código NZS:3101, en su sección 9.3.1.8 limita la tensión nominal


de corte vn, para caso general de cargas, tal que no supere los siguientes valores:

v n ≤ 0.20 f c´
v n ≤ 1.10 f c´ (6.31.b)
v n ≤ 9 MPa

lo cual en forma efectiva, al combinar con la ecuación (6.18), implica que


v s ≤ 0.90 f c´ , y por similitud con la ecuación (6.31) vu ≤ 1.10 x0.75 f c´ = 0.83 f c´ , es
decir el NZS permite que la tensión máxima de corte sea un 13 % mayor que lo que
admite el ACI-318-2005.
De todas maneras, ambas normas, ACI-318 en sección 11.1.2 y NZS en
9.3.2.1(a), limitan el factor f c´ a 8.3 MPa, lo cual implica que la máxima resistencia
a compresión que se puede considerar para calcular la resistencia al corte está
limitada a que f c´ ≤ 70MPa .

Note que el NZS en 9.4.4.2, y el IC-103-II-05 en 2.2.8.3.1, limitan la tensión


máxima de corte nominal, en zonas potenciales de rótula plástica, a:
vn ≤ 0.16 f c´
vn ≤ 0.83 f c´ (6.31.c)

Se reitera que las prescripciones del NZS-3101 son las que se deben aplicar
para diseño sismo resistente en nuestro medio, y son las que han sido incorporadas
al Reglamento INPRES-CIRSOC 103, parte II, [ref.14]. Por decreto de gobierno
firmado en Diciembre 2007, estas disposiciones han sido adoptadas para su
aplicación en la Provincia de Mendoza.

6.6.4 CONSIDERACIONES RELATIVAS AL ROL Y DETALLE DE LOS ESTRIBOS

Tal cual se expresó anteriormente, los estribos sólo pueden desarrollar su


resistencia si son adecuadamente anclados. Se supone que un estribo puede ser
atravesado por una fisura diagonal en cualquier punto de su longitud. Puesto que la
grieta puede encontrarse cerca de la cara traccionada o comprimida, la rama del
estribo deberá ser capaz de desarrollar su resistencia de fluencia a lo largo de toda
su longitud. Por ello es importante que los mismos sean doblados alrededor de las
barras longitudinales y se puedan extender más allá con una adecuada longitud de
anclaje.
Los estribos, de acuerdo al modelo de reticulado no suponen que desarrollan
adherencia entre los cordones del mismo, por lo que deben ser anclados
convenientemente. Los códigos establecen ciertos requisitos para el caso, ver por
ejemplo Fig. 8.69 de Capítulo 8. La Fig. 6.38 muestra diferentes formas de
materializar los estribos, algunas no deseables y otras satisfactorias.
44

Fig. 6.38 Diferentes formas de estribos. (a) incorrecta. (b) insuficiente. (c) no conveniente. (d)
aplicación limitada. (e) formas satisfactorias. (f) fabricados con mallas soldadas

Podría pensarse que el extremo de un estribo que no se doble alrededor de las


barras longitudinales en la forma que se indica en la Fig. 6.38.e, y se encuentra en la
zona de compresión de la viga, puede estar bien anclado. Sin embargo, al
aproximarse a la carga última, en particular cuando se han desarrollado fisuras
diagonales, el eje neutro se mueve muy cerca de la cara comprimida. Además, el
recubrimiento de la viga (o columna) puede saltar, dejando al estribo sin soporte, y
por otro lado, ante acción sísmica el lado comprimido, por reversión, pasará a estar
traccionado. En consecuencia, el detalle correcto (y que no es más caro) es doblar
alrededor de la barra longitudinal, atar y dejar una longitud de anclaje después del
gancho a 135o entre 8 a 10 veces el diámetro del estribo.

Fig. 6.39 Posible falla causada por longitud de anclaje insuficiente


del estribo dentro del hormigón del núcleo de la sección transversal
45

(a) viga (b) nudo

Fig. 6.40 Mala ejecución de los estribos en columnas y vigas de un edificio de Mendoza. Note que los
estribos no se cierran con ganchos a 135o. Hay exceso de armadura longitudinal. En la viga de
acople los hierros de capa superior se doblan hacia arriba: deducir posibles consecuencias

(c) columna (d) viga de acople


46

La Fig. 6.39 esquematiza la posible falla que puede ocurrir por un detalle no
satisfactorio. Las Figs. 6.40, tomadas de obras construidas en la ciudad de
Mendoza, se observan malos detalles de armado, como la falta del correcto anclaje
de los estribos. Otra razón muy fuerte para anclar en forma correcta el estribo es que
una de las funciones fundamentales de los mismos es prevenir el pandeo de las
barras longitudinales, al suministrarles apoyo efectivo a distancias prudenciales.
Detalles como el de la Fig. 6.39 y 6.40 son incapaces de lograr dicho objetivo.

Fig. 6.40(e) Mala ejecución de los


estribos en una viga de un edificio de
Mendoza

Cuando es necesario transmitir grandes fuerzas de corte y el número de barras


de flexión es mayor de dos, es aconsejable formar los “nudos” del reticulado en cada
una de las barras longitudinales. Es conveniente entonces utilizar más de un estribo
cerrado o bien estribos suplementarios. Esto va asegurar de que las fuerzas de
adherencia se desarrollen en cada barra longitudinal. En la Fig. 6.41 se muestra el
efecto para nada favorable de concentración de compresión diagonal en vigas
anchas. En ausencia de las ramas verticales de los estribos, las barras del centro
son incapaces o están limitadas para resistir y transmitir fuerzas verticales hacia el
hormigón, por lo que son ineficientes para recibir fuerzas de adherencia. Se debe
recordar además que la ventaja de que el estribo rodee la armadura de flexión es
47

para prevenir la apertura excesiva de fisuras que degraden el mecanismo de acción


de viga que desarrollan los bloques de hormigón.
La Fig. 6.33 mostró una alternativa con barras dobladas para absorber corte.
Extensos estudios llevados a cabo por Leonhard y Walter, ver ref.[7], indicaron que
dicha alternativa tiene generalmente comportamiento inferior al que pueden
desarrollar estribos bien detallados. La misma referencia explicita las siguientes
razones para evitar el uso de barras dobladas para resistir corte:

(i) Cuando están bastante espaciadas las barras dobladas pueden causar gran
concentración de tensiones en los dobleces. Esto puede conducir a fisuras de
desgarramiento o separación, en particular cuando la configuración no es simétrica.
Ver Fig. 6.42.
(ii) Si las barras dobladas están poco separadas, para minimizar el efecto
anterior, generan discontinuidad marcada por privar la sección de muchas barras de
flexión.
(iii) No suministran el confinamiento al hormigón en compresión que sí proveen
los estribos.
(iv) Generalmente conducen a mayores anchos de fisuras.
(v) Son más difíciles de configurar y manejar en la obra, por lo que generalmente
son más caras.
(vi) En zonas sísmicas, el esfuerzo de corte es alternativo en signo, por lo que
serían alternativamente ineficaces.

Fig. 6.41 Distribución no aconsejable de las diagonales comprimidas debido al uso de estribos
muy anchos. Ver la deformación en zona inferior central

La Fig. 6.43 muestra los anchos de fisuras para varios estados de carga
obtenidos en experimentos de Leonhardt y Walter en cuatro vigas de idénticas
dimensiones y contenidos de armaduras. Es claro el efecto beneficioso de colocar
estribos poco separados, particularmente si se colocan en forma diagonal. De todas
maneras el colocar estribos inclinados no es práctico y por la razón (iv) anterior,
tampoco serían efectivos para una dirección del sismo. Sólo suelen utilizarse en el
caso de bases, vigas de fundación o tabiques donde no vaya a ocurrir inversión del
signo de los esfuerzos. En tales casos, las secciones son diseñadas con anchos
generosos como para sobrellevar niveles bajos de tensiones de corte.
48

Fig. 6.42
Las barras dobladas no
soportan en forma
satisfactoria las fuerzas de
compresión.

Fig. 6.43 Efecto de diferentes configuraciones de armaduras de alma en el ancho de las fisuras
de corte. Observar los anchos de fisuras en función de arreglo de armaduras

Algunas escuelas de pensamiento mantienen la idea de que las tracciones


diagonales deben ser resistidas por barras diagonales o por una malla ortogonal. Por
tal razón, se ha sugerido a veces colocar barras horizontales dentro del alma para
resistir corte. Los ensayos de Leonhardt indican que hasta cerca de la falla se pudo
medir poca participación en las barras horizontales de vigas de dimensiones
normales. Sin embargo, es claro que tienen un beneficio a la hora de controlar las
fisuras, en particular en vigas de gran altura.

Fig. 6.44
Mecanismos de resistencia al
corte en vigas de acople de
tabiques

Es de recordar que el rol primario de un estribo es transferir el corte transversal


(es decir vertical en una viga, que será horizontal en una columna o tabique) a través
de una potencial fisura diagonal. Las barras horizontales en el alma no pueden ser
49

muy efectivas para resistir fuerzas transversales verticales, más allá de controlar el
ancho de fisuras y la acción de dovela. Se puede ver en la Fig. 6.44.(a) la menor
efectividad de las barras horizontales. De todas maneras, cuando el corte es muy
elevado, la misma Fig. 6.44(b) muestra que, de ocurrir una falla por deslizamiento,
sólo barras diagonales pueden ser efectivas para tomar el corte, como se propone
en Fig.6.44(c). Este puede ser el caso típico en vigas que acoplan tabiques y estén
sometidos a cortes muy importantes. Este tema se desarrolla más adelante.
En el caso de que las cargas estén aplicadas muy cerca de los apoyos,
induciendo una relación a / d pequeña, la acción de arco predomina como
mecanismo de resistencia después de la formación de la fisura diagonal. En
consecuencia, si se colocan barras horizontales sobre el tramo corte de corte, como
muestra la Fig. 6.45, se mejoran las condiciones del hormigón que rodea la reacción
(confinamiento) y se incrementa la fricción diagonal a lo largo de la potencia fisura
diagonal entre los puntos de carga y reacción.

Fig. 6.45
Detalles aconsejables para
confinamiento en los apoyos
ante proximidad de cargas
concentradas para controlar
fallas potenciales

6.6.5 DISEÑO DE VIGAS AL CORTE CON ARMADURA DE ALMA

6.6.5.1 Consideraciones generales

Se ha demostrado que los mecanismos de resistencia al corte en vigas de


hormigón sin armadura de alma, particularmente los asociados a la interacción entre
agregados, funcionan en tanto y en cuanto el ancho de las fisuras no se vuelve
excesivo. Por lo tanto, en presencia de armadura de alma la acción de viga resiste
fuerzas de corte siempre que las deformaciones en la armadura de alma no sea
grande, es decir, los estribos no entren en fluencia por tracción. Por ello es
imprescindible el diseño por capacidad y poseer un buen margen de seguridad en el
diseño al corte. Por lo tanto, antes de que se produzca el inicio de fluencia de los
estribos es posible sumar las resistencias de los dos mecanismos, alma sin y con
armadura, tal cual se expresó en la ecuación (6.22):

v n = vc + v s

Las ecuaciones (6.16) dadas por CIRSOC 201-2005 y ACI-318, y ecuación


(5.18) según NZS:3101 establecen el límite de participación de vc. El resto del corte,
vs, debe entonces ser asignado al mecanismo de reticulado, es decir:
50

v s = v n − vc (6.32)

a partir de la cual se calcula la armadura necesaria de estribos por aplicación de la


ecuación (6.27a):

sbw
Av = v s
fy

A continuación se hace un resumen de los pasos a seguir, la forma de controlar


cortes máximos y la manera de aplicar el coeficiente φ en el diseño.

6.6.5.2 Prescripciones de códigos. Vigas (No hay efecto axial)


Los pasos para un correcto diseño al corte de acuerdo al ACI-318 y CIRSOC
201-2005 se pueden resumir así:
1. Completar diseño y detalle a flexión. Si es necesario diseño por capacidad,
evaluar el momento de sobre-resistencia Mo.
2. Evaluar la fuerza de corte demanda última Vu a partir del análisis estructural
directo. Si es requerido diseño por capacidad, obtener Vu a partir de Mo.
3. Evaluar el esfuerzo de corte demanda último como:

Vu
vu = (6.33)
bw d

donde (según ACI-318) bw es el ancho del alma o diámetro de una sección circular, d
distancia de la fibra comprimida extrema a baricentro de armadura traccionada, o
bien, 0.8h para sección circular. El código NZS-3101, sección 9.3.1.1 aclara que en
caso de secciones exagonal, octogonal, circular, elíptica o similar, (bwd) debe
reemplazarse por el área encerrada por el centro del estribo periférico.
4. Verificar que el corte demanda no supere el máximo permitido:

vu ≤ 0.73 f c´ (6.34)

Si esto no se cumple, rediseñar el elemento, por ejemplo, aumentar el ancho del


alma bw.
5. Si se diseña en zona no pasible de rotulación plástica, evaluar la contribución
del hormigón a partir de ecuación (6.16), es decir:

v c = 0.167 f c´ (6.35)

Si es zona de potencial rótula plástica, fijar vc= 0. Es decir, por lo que luego se
verá, se ignora la contribución del hormigón al corte.
6. Verificar si es necesaria armadura de alma con los siguientes criterios:
(i) Si vu ≤ φvc / 2 no sería necesaria armadura de alma, pero es recomendable
colocar al menos la mínima.
51

(ii) φvc / 2 ≤ vu ≤ φvc colocar armadura mínima.


(iii) vu > φvc se debe disponer armadura, con separación s dada por:

(vu − φvc )bw s


Av = ≥ Amin (6.36a)
φf y

o bien, fijado Av se puede obtener la separación s a través de:

φAv f y
s= ≤ s max (6.36b)
(vu − φvc )bw

en donde, en la sección 11.5.2 del código ACI-318-2005, se especifica que la tensión


fy≤ 420 MPa en general, y fy≤ 500 MPa para el caso de mallas de acero soldadas de
alambres conformados.
7. En todos los casos verificar las prescripciones de separaciones máximas y
diámetro mínimo (≥ 6mm) y que :

Ate ≥
∑ Ab f y s
16 f yt 6 db

8. Proceder al detalle correcto de los estribos.

El procedimiento de diseño al corte es similar al adoptado en el reglamento de


Nueva Zelanda NZS:3101:1992, pero contemplando las diferencias ya marcadas en
las ecuaciones.

6.6.5.3 Prescripciones de código para armaduras mínimas de corte y


separación máxima de estribos

Código ACI-318-2005 y CIRSOC 201-2005

En la sección11.5.4.1 establecen que la separación s de estribos debe ser:

s ≤ d/2
s ≤ 400 mm

Pero además imponen que si v s ≥ 0.33 f c´ entonces las separaciones máximas


se deben reducir a la mitad, es decir a la menor distancia entre d/4 o 200 mm.
En la sección 11.5.5.1 establecen que cuando el esfuerzo de corte último Vu es
mayor que la mitad de la resistencia al corte proporcionada por el hormigón, φVc, se
debe colocar un área mínima de armadura de corte en todo el elemento de
hormigón armado, sea o no precomprimido, solicitado a flexión, excepto en los casos
de:
(a) Losas y zapatas.
(b) Losas nervuradas de hormigón, según sección 8.11
52

(c) Vigas cuya altura total h sea:

h ≤ 250 mm
h ≤ máximo valor entre 2.50 el espesor del ala
h ≤ 0.50 bw, del ancho del alma.

De todas maneras, en la sección 11.5.5.2 aclara que estos requisitos de


armadura mínima de corte pueden ser ignorados si se demuestra mediante ensayos
que la resistencia nominal requerida por flexión y por corte se pueden desarrollar
aunque no posea armadura de corte. Se dan condiciones especiales que deben
verificarse.

En la sección 11.5.5.3 establece que cuando por resistencia o por requerimientos


de mínima, y cuando se permita ignorar la torsión (sección 11.6.1), el área mínima
debe ser tal que:
b s
Av min ≥ 0.0625 f c´ w (6.37a)
fy
bw s
Av min ≥ 0.33 (6.37b)
fy

El código NZS:3101 sigue prácticamente los mismos lineamientos antes


descriptos, con muy pocas diferencias en cuanto a exigencias de separaciones y
espaciamientos pero, tal cual se verá luego, impone condiciones especiales cuando
se deben tener en cuenta efectos de terremotos (ver sección 9.4 de dicha norma).

6.7 LOCALIZACIÓN DEL ESFUERZO DE CORTE CRÍTICO. NORMAS

Tal cual se expresó anteriormente en la sección 6.6.5.2 de este capítulo, uno de


los pasos preliminares para el diseño al corte es la determinación del corte demanda
último Vu. Tanto el ACI-318-2005, CIRSOC-201-2005 en la sección 11.1.3 y el
NZS:3101 en la sección 9.3.1.4, establecen idénticos criterios para definir cual es la
sección crítica donde se debe evaluar el corte.

En la ref.[7] se aclara que, ver Fig. 6.46a, cuando la reacción es aplicada en la


cara inferior de la viga, la sección crítica para el corte está a una distancia
aproximadamente igual a d desde la cara del soporte. Sin embargo, este no es el
caso cuando la reacción es aplicada desde arriba, por un elemento que estará en
tracción, y la sección crítica está prácticamente en la cara del apoyo.

Fig. 6.46
La formación de la falla diagonal indica la
sección crítica cuando: (a) la reacción es
aplicada desde abajo, y (b) cuando la reacción
es aplicada desde arriba
53

Por ello, el ACI-318, según la Fig. 6.47, muestra el diagrama de cuerpo libre de
un tramo de viga en el apoyo, para cargas que se aplican en la cara superior de la
viga y reacción desde abajo, se ve que la fisura inclinada más cercana al apoyo se
extiende en un ángulo de aproximadamente 45o hacia la parte superior y alcanza la
zona de compresión a una distancia cercana a d desde la cara del apoyo. En
consecuencia, las cargas aplicadas sobre la viga entre la cara de la columna y la
sección ubicada a una distancia d desde la cara, se transfieren directamente al
apoyo por compresión diagonal en el alma arriba de la fisura. Este es un mecanismo
de arco como el descrito anteriormente. Por ello, los reglamentos citados permiten
que en la cara del apoyo y hasta una distancia d hacia el centro de la viga, el corte
Vu sea el que corresponde a la distancia d. Aclaran las normas que se deben cumplir
las siguientes condiciones:

Fig. 6.47
Diagramas de cuerpo libre en el extremo
apoyo de una viga

(i) La reacción en el apoyo debe introducir compresión en las zonas


extremas del elemento (que NO es el caso de la Fig. 6.46b).
(ii) Las cargas se deben aplicar en la cara superior de la viga (que NO es el
caso de la Fig. 6.48).

Fig. 6.48
Ubicación de la sección crítica de corte en
un elemento en el cual las cargas actúan
cerca del fondo de la viga.
54

(iii) Que no se presente ninguna carga concentrada entre el borde del apoyo y la
ubicación de la sección crítica (que NO es el caso de la Fig. 6.48).
(iv) Se necesitan de estribos a través de la fisura potencial, que se debe
determinar en base al corte Vu a la distancia d, ver Fig. 6.46.
(v) Reconocer que existe una fuerza de tracción T en la armadura longitudinal
inferior, ver Fig. 6.46, por lo cual ésta debe estar bien anclada. No se puede concebir
una falla de anclaje, pues de lo contrario se anula el sistema postulado de “acción de
arco” que se muestra en al Fig. 6.49a. Observar cómo en la Fig. 6.49.b se cuida el
desarrollo de la longitud de la barra traccionada en el apoyo más allá del punto A.
En la ref.[12] se aclara que en particular en losas, vigas T o rectangulares
con alma anchas, la armadura longitudinal está muy solicitada en el apoyo por el
efecto arco. Si se produce una falla de anclaje allí, ceden las uniones entre las
diagonales ideales comprimidas y el cordón traccionado, como se muestra en la Fig.
6.50. Cuando existen ganchos como los que indica la figura, (lamentablemente
todavía práctica usual en nuestro medio), la misma referencia indica que el hormigón
del alma por concentración de tensiones se puede fisurar y separar (splitting),
saltando el recubrimiento y degradando el hormigón dentro del gancho, por lo cual
se produce la cedencia y el deslizamiento que lleva a la falla de anclaje.

Fig. 6.49(a) Efecto resistente en forma de pórtico y arco con tensor en vigas

Fig. 6.49(b) Trayectoria de esfuerzo de compresión y detalle de anclaje de la armadura traccionada


más allá del punto A
55

Fig. 6.50 Fallas potenciales de los anclajes. Note efecto del gancho (ver ref.[12])

La Fig. 6.51 indica entonces una síntesis de la ubicación de las secciones


críticas para evaluar el esfuerzo Vu en función del tipo de carga, ubicación de la
misma y el tipo de apoyo.

Fig. 6.51 Secciones críticas donde debe evaluarse el esfuerzo de corte último Vu.
Reglamento Cirsoc 201-2005
56

6.8 EJEMPLO DE APLICACIÓN. VIGA A FLEXIÓN Y CORTE

A modo de ejemplo, se completa el caso de la Fig. 6.8, y cuyas características se


dieron en sección 6.2 de este capítulo, y análisis a flexión según Fig. 6.9(b). En
definitiva los datos necesarios son:
Materiales: Hormigón f´c= 21 MPa; Acero ADN-420, fy= 420 MPa.
Sección: b = bw= 300 mm h= 550 mm d= 500 mm
Armadura de tracción As= (4 φ 16 mm) 201 mm2 x 4= 804 mm2 note que se
podrían haber incluido las dos barras intermedias de 8 mm)
Cuantía de tracción ρw= 804/300x500 = 0.00536 = 0.54%
Corte último demanda en Diseño por Resistencia Vu,R = 11.40 ton = 114 KN
Corte último demanda en Diseño por Capacidad Vu,cap = 17,92 ton = 179 KN
Se toma sección crítica directamente en el extremo de la viga.

a) Aplicación del CIRSOC 201-2005


(NOTE: no se puede decir que el ejemplo es por ACI-318 pues el diámetro de
estribo mínimo para dicha norma es 10mm)

1. Diseño por Resistencia.


(i) Tensión última y Verificación de condición de tensión máxima.

114000 N
vu = = 0.76MPa < 0.73 21MPa = 2.34MPa
300 x500mm 2

(ii) Contribución nominal del hormigón.

vc = 0.167 21 = 0.765MPa

(iii) Contribución de diseño del hormigón.

φvc = 0.75 x0.167 f c´ = 0.125 21 = 0.57 MPa

por lo que para evaluar si se necesita armadura por cálculo o mínima:

φvc / 2 = (0.57 / 2) MPa = 0.29 MPa < 0.76 MPa

En consecuencia, cierto sector se requiere de armadura por cálculo, y en otro sector


armadura de corte mínima.

(iv) Determinación de la las zonas de armado.


La Fig. 6.52(a) muestra los criterios de armado según la norma.

(v) Determinación de armaduras necesarias.


57

La separación de estribos s ≤ d / 2 = 27.50cm , siempre y cuando la contribución


nominal al corte por los estribos cumpla que:

vs = vu − φvc = 0.19 MPa ≤ 0.33 21MPa = 1.51MPa

lo cual verifica.
Zona de armado por esfuerzos:
Si se adoptara una separación s= 250mm, resultaría:

(0.76 − 0.57 ) N / mm 2 x 300 mmx 250 mm


Av = 2
= 45 mm 2 @ 250 mm
0.75 x 420 N / mm
es decir que se puede colocar 1φ6 mm @ 25cm. Sin embargo hay que verificar los
requerimientos de armadura mínima:
300 x 250
Av min = 0.33 mm 2 = 59mm 2
420

por lo que no es suficiente colocar 1φ6 mm @ 25cm. Se opta por 1φ6mm @ 20cm.

b) Aplicación del NZS: 3101 e INPRES CIRSOC 103-parte II-2005

Diseño por capacidad (corresponde φ= 1.0)


(vi) Tensión última y Verificación de condición de tensión máxima.

179200 N
vu = = 1.20MPa < 1.10 21MPa = 5.04MPa
300 x500mm 2

(vii) Contribución nominal del hormigón.

vc = (0.07 + 10 ρ w ) f c´ = (0.07 + 10 x0.00536) f c´ = 0.1236 21 = 0.57 MPa

(viii) Contribución de diseño del hormigón.

φvc = vc = 0.57 MPa

por lo que para evaluar si se necesita armadura por cálculo:

vc / 2 = 0.57 / 2 MPa = 0.285MPa < 1.20 MPa

Cierto sector requiere de armadura por cálculo, y otro tramo armadura de corte
mínima.

(ix) Determinación de la las zonas de armado.

La Fig. 6.52(b) muestra el criterio del NZS:3101.

(x) Determinación de armaduras necesarias.


58

Fig. 6.52 Criterios del ACI-318 y del NZS: 3101 para determinar zonas de armado por corte
59

La separación de estribos s ≤ d / 2 = 27.50cm , siempre y cuando la contribución


nominal al corte por los estribos cumpla que:

v n − v c = v s ≤ 0.07 f '
c = 1.47 MPa

Lo cual verifica. Si vs ≥ 0.07 f 'c cumplir s ≤ d/ 4


Según el NZS, sección 8.5.3.4 (d), en caso de rótula:
s ≤ d /4 y s ≤ 6d b
Zona de armado por esfuerzos:
Si se adoptara una separación s= 250mm, para comparar, resultaría:

(1.20 − 0.43) N / mm 2 x 300 mmx 250 mm


Av = 2
= 138 mm 2 @ 250 mm
1.0 x 420 N / mm

es decir ¡¡¡3 !!! veces más que antes, aún cuando φ=1.0, ya que: (i) el corte último es
mayor (1.57 veces), (ii) la contribución admitida para el hormigón es menor (1.32
veces). La relación (0.76-0.57)/0.75=0.25, mientras que (1.20-0.43)/1.0 =0.77.

Si se adoptara el diámetro de 8mm, se requeriría de una separación máxima de


19 cm para cumplir con los requerimientos, ya que:

s = (100mm 2 x 420 N / mm 2 ) /(1.20 − 0.48) N / mm 2 x300mm) = 194mm

Armadura mínima:

300 x190
Av min = 0.35 mm 2 = 48mm 2
420

6.9 EFECTO DEL CORTE EN LOS REQUERIMIENTOS DE FLEXIÓN


A los efectos de economizar, reducir la posible congestión de barras, acomodar
los empalmes, facilitar anclajes y a veces evitar tener sobre resistencias de flexión
que innecesariamente puedan conducir a mayores esfuerzos de corte y anclajes, las
barras para flexión a lo largo del elemento pueden ser, cuando sea posible,
interrumpidas en función de la reducción de las demandas de momentos. Esto es
típico en caso de vigas y muros estructurales, pero es menos común en columnas.
De todas maneras hay que revisar las prescripciones de código para ver dónde y
cómo está permitido interrumpir la armadura.
Conceptualmente, una barra se debe extender una distancia no menor a la
longitud de desarrollo ld más allá de la sección donde se le requiera con máxima
resistencia fy. Estas secciones se pueden determinar a partir de la envolvente de
momentos flectores, pero se debe contemplar además, y ese es el motivo de este
punto, el cambio de intensidad de momento debido a la interacción con corte. A tal
efecto, se hará referencia a la Fig. 6.53 (Ref.[2]).
60

Fig. 6.53
Fuerzas internas en elemento de hormigón armado
diagonalmente fisurado.

La figura muestra las fuerzas internas, como la fuerza de compresión C1, la


fuerza de tracción por flexión T2, la fuerza vertical de tracción Vs generada por los
estribos, el corte Vco transmitido a través de la zona de compresión por flexión y las
fuerzas inducidas por la fricción entre agregados Va , las cuales son capaces de
transferir un momento total M y un corte total V, a través de una sección transversal
de la viga tomada con un ángulo de aproximadamente 45o con la horizontal. Si se
toma el equilibrio de esfuerzos internos, con respecto a la sección 1-1 se tiene que:

M 1 = z bT2 + 0.5 z bVs (6.38a)

donde zb es el brazo interno de flexión.


Además, por relación entre momentos en 1-1 y 2-2 y el equilibrio de fuerzas
externas, se debe cumplir que:

M 1 = M 2 + z bV (6.38b)

por lo que entonces, igualando las ecuaciones (6.38), resulta:

1 M
T2 = ( M 2 + zbV − 0.5 zbVs ) = 2 + (1 − 0.5η )V (6.39)
zb zb
donde:
Vs v s
η= = (6.40)
V v

representa la relación o proporción del corte resistido por los estribos con respecto al
corte total. Se puede escribir:

T2 zb = M 2 + V (1 − 0.5η ) zb = M 2 + Veb

En consecuencia, la fuerza de tracción en la sección 2-2, T2, es mayor que la que


se generaría si no hubieran fisuras diagonales que sería simplemente igual a M2/zb.
Ahora, dicha fuerza T2 es proporcional al momento [ M 2 + (1 − 0.5η )Vz b ] que se
produce a una distancia:
61

ev = (1 − 0.5η ) z b (6.41)

a la derecha de la sección 2-2. Esta distancia es llamada “desplazamiento o cambio


de tracción”. Cuando la fuerza total de corte es resistida por los estribos, es decir
η=1, ev = 0.5 z b . En la rutina de cálculo, raramente se justifica evaluar en forma
exacta el valor del cambio de tracción, y en forma conservativa se supone η=0, por
lo que:

ev = z b ≈ d (6.42)

A los efectos de la interrupción de barras esto significa que si una barra es


requerida para que desarrolle su resistencia máxima (fy de acuerdo a normas) en la
sección 1 debido al momento M1, por ejemplo, como se ve en Fig. 6.53, la barra se
debe extender más allá y hacia la izquierda de dicha sección una distancia que
corresponde a la longitud de desarrollo ld más la distancia debida al cambio de
tracción ev≈ d. Debido a que la ubicación de la sección no es exactamente conocida
(como por causas de variación de cargas no contempladas, asentamientos de
apoyos, aproximación en la modelación de estructura y cargas, efectos dinámicos,
etc.), las barras que de acuerdo al diagrama de momentos, incluyendo el
desplazamiento de tracción, teóricamente no son necesarias a partir de una
determinada sección, se deberían extender al menos una pequeña distancia, por
ejemplo 0.3d según Paulay et al., ref.[2], más allá de dicha sección. Este es
justamente el criterio que sigue la norma NZS:3101.

Fig. 6.54 Criterios para interrupción de barras de flexión. Efecto del diagrama de tracción o
decalaje Tjd y su relación con el diagrama M

Se adopta un ejemplo de ref.[7], al cual se le hacen algunos agregados para


clarificar. La Fig. 6.54 muestra una viga sometida a cargas y su diagrama de
momentos flectores respectivo. Se ha supuesto en el esquema, que para momentos
positivos se poseen 3 pares de barras (6 en total) de igual diámetro para absorber
M1 y 4 pares de barras (8 en total) para el momento en el apoyo MB. Se estudiará la
62

posibilidad de cortar o interrumpir las barras de a pares. Un primer análisis de


demandas y suministros indicaría que, en la zona de momentos positivos, en la
sección central C-C se necesitan a pleno 6 barras, en la sección 2-2 también a full 4
barras y en la sección 4-4 a full al menos 2 barras. Por ello, más allá hacia la
izquierda de la sección 2-2 teóricamente sería ya posible interrumpir 1 par de barras
(el número entre paréntesis indica el número de barras), y en la sección 4-4 otro par.
Sin embargo, debido a la formación de fisuras diagonales, el momento se ha
incrementado en esas secciones (y en toda la zona afectada por fisuras de corte), en
un valor de Vnev (incremento de ordenadas como se muestra). Esto se indica por la
línea discontinua señalada como “diagrama de tracción” con T.jd en la figura, lo cual
implica que en horizontal o a lo largo de la viga, las demandas iniciales por flexión
“se corren” una distancia ev hacia donde los momentos decrecen.
De todas formas, las normas en general simplifican este problema y establecen
que en definitiva, las barras van a poder ser interrumpidas tendiendo en cuenta los
siguientes tres aspectos:
(i) El diagrama de momentos y la división del mismo en función de las barras
suministradas.
(ii) El incremento de momentos en la zona afectada por corte, que lleva la
demanda a una distancia más allá de la que corresponde a vigas sin fisuras
diagonales.
(iii) La necesidad de anclar las barras para que pueda desarrollarse la resistencia
prevista.
Tal cual se explicita en el Capítulo 8, ver sección 8.9.2.1 y Fig. 8.61, apuntes de
Hormigón I, si se sigue el criterio del NZS:3101, las barras designadas como (a)
deben prolongarse más allá de la sección C-C (donde son requeridas para
desarrollar fy) una distancia igual a (ld+d), y a partir de la sección donde no son más
necesarias, o sea de 2-2, una distancia igual a (1.3d), debiendo adoptar la que
mayor longitud demande.
Se remite al lector a la Fig. 8.61 y a la sección respectiva del Capítulo 8 apuntes
de Hormigón, a los efectos de completar el tema y entender las razones que esgrime
la norma NZS para estas disposiciones, algunas de las cuales ya fueron antes
mencionadas. El ACI-318, si bien reconoce este fenómeno, no sigue los mismos
lineamientos, y es opinión del autor que en la norma CIRSOC 201-2005 debería
adoptarse lo estipulado en el reglamento de Nueva Zelanda, ref.[8].
Cuando el diseño de la armadura de alma está basada en el uso de un campo de
diagonales de compresión con inclinación respecto al eje del elemento
considerablemente menor de 45o, el cambio de tracción va a ser mucho más grande.
En la ref.[7], donde se hace un estudio más detallado, se deriva la expresión más
general:

ev η
= cot α − (cot α + cot β ) ≥ 0 (6.43)
d 2

donde se ve que la magnitud ev depende del contenido de armadura del alma


(relación η), de la inclinación β de los estribos y de la inclinación de las fisuras α.
63

La tabla 6.1, ref.[7], muestra la relación ev/d para diferentes valores de η, β y α.,
y se observa que para valores moderados de cuantía de acero del alma, η<0.50, e
inclinación de fisuras cercanas a 40o el valor de ev es aproximadamente igual a la
altura útil d, pero si α es cercano a 30o y el contenido de armadura de corte es
importante, adoptar un cambio de tracción igual a d puede resultar peligroso.

Tabla 6.1. Valores de ev / d


Inclinación Factor de Armadura de Alma η
Fisuras α Estribos β 1.00 0.50 0.00
o
45 45o 0.00 0.45 0.90
45o 90o 0.45 0.68 0.90
o
38 90o 0.58 0.86 1.15
30o 90o 0.78 1.17 1.56

6.10 EFECTO DEL CORTE EN RÓTULAS PLÁSTICAS


6.10.1 DEGRADACIÓN DEL MECANISMO DE ACCIÓN DE VIGA

Ya se ha mencionado que la resistencia al corte en elementos de hormigón


armado fisurado se consigue por la contribución del hormigón y de la armadura de
alma. El modelo físico más claro de interpretación del rol de cada uno es la acción
de viga y la acción de reticulado, respectivamente.
Bajo la acción de cargas gravitatorias, el sentido de las fuerzas de corte en una
sección dada no cambia, o si lo hace como resultado de diferentes configuraciones
de carga accidental, el efecto no es significativo. Sin embargo, bajo la acción de
terremoto, se producirá una reversión de momentos y por ende de fuerzas de corte
sobre una parte significativa de la longitud del elemento. La respuesta de la
armadura de alma a deformaciones cíclicas impuestas por la respuesta sísmica no
implica degradación cíclica fuerte siempre y cuando los estribos permanezcan en el
rango elástico, es decir sin fluir. En consecuencia, el mecanismo de resistencia de
dado por Vs no sufriría reducciones en esas condiciones.

Fig. 6.55
Ensayos, ref.[2], que muestran la fisuración diagonal en ambos
sentidos en un muro de hormigón armado sometido a carga
horizontal cíclica.
64

Sin embargo, el hormigón del alma, sometido a compresión diagonal, puede


verse seriamente afectado por las acciones sísmicas. Esto es porque en cada
reversión la dirección de los puntales del modelo del reticulado cambian en
aproximadamente 90o. Además, como resultado de cambios similares en las
direcciones de las tensiones principales de tracción, se desarrollan fisuras
diagonales que se entrecruzan también a casi 90o. Ver la Fig. 6.55 como ejemplo.
Es por ello que por un lado existen limitaciones en los valores de las tensiones
máximas de corte que se deben tolerar, y por otro, es necesario aplicar conceptos de
diseño por capacidad para evitar la fluencia de los estribos. En consecuencia, la
ref.[2] pone énfasis en que debe tenerse mucha precaución en el diseño al corte en
rótulas plásticas pues la situación es que el puntal diagonal de hormigón está
sometido alternativamente a apertura y cierre de fisuras, y el mismo material está
sometido a compresiones y tracciones alternativas, y cuando está sometido a
compresión, la realidad es que en la zona fisurada, tal cual se observa en la Fig.
6.56.a, las tensiones principales de compresión, f2, son función no solamente de las
deformaciones principales ε2, sino también de las coexistentes deformaciones
principales de tracción, ε1. Por ello, la ref.[13], da la siguiente relación simplificada:

Fig. 6.56 Relaciones tensión-deformación para tracción y compresión en elementos de hormigón


armado fisurado
65

 ε  ε 2 
f 2 = f 2 max 2 2´ −  2´   (6.44)
 ε c  ε 2  
donde:
f c´
f 2 max = ≤ f c´ (6.45)
0.8 + 170ε1

y eso es lo que conceptualmente se presenta en la Fig. 6.56a como degradación de


la resistencia a compresión debido a la deformación transversal de tracción. La
misma referencia da expresiones para la tensión principal de tracción, f1, en función
de las tracciones horizontales y verticales que introducen las armaduras.
Lo importante de destacar al margen de las ecuaciones es que en zonas de
rótulas plásticas, los mecanismos de resistencia al corte suministrados por el
hormigón, Vc, se ven debilitados por el estado degradado del hormigón en tracción, y
además, el mecanismo de reticulado, que es el que debe preservar los mecanismos
de Vc, se puede ver afectado por las diagonales degradadas por las tracciones
transversales y por las reversión de signos. Por ello, la contribución de Vc en vigas
de hormigón armado en zonas de potencial articulación plástica debería ser
ignorada. Tal es la indicación del código NZS:3101, en su sección 9.4.2.1, donde
señala que vc= 0 para cualquier combinación de cargas que involucran fuerzas
sísmicas en zonas de rótulas plásticas. Lo mismo adopta la ref.[14] en su sección
2.2.8.2.(b). La Fig. 6.57 muestra un esquema de comportamiento y posible
modelación del mecanismo de reticulado en zonas plásticas de hormigón armado.

Fig. 6.57 Mecanismos de transferencia de corte en zonas de rótulas plásticas. Modelación con
biela y tensor
66

6.10.2 DEGRADACIÓN DEL MECANISMO DE RETICULADO. NECESIDAD DE


ARMADURA DIAGONAL DE CORTE

Una situación más desfavorable aún se puede presentar cuando las tensiones de
corte en zonas plásticas son muy elevadas. Si las fisuras de flexión por efecto de
reversión intensa abarcan la casi total altura de la viga, más el efecto de fisuras
diagonales de tracción alternadas, pueden llevar a la inutilización del mecanismo de
reticulado también. Esto es porque cuando el acero longitudinal fluye en tracción por
carga en una dirección, cuando la misma se revierte no habrá contacto de hormigón
en la zona de compresión, ver Fig.6.58.
Estas fisuras permanecerán abiertas hasta que el acero fluya en compresión y
permita que se pueda materializar el puntal de compresión. En consecuencia en una
parte de los ciclos, la flexión y el corte, para armadura convencional, estaría
soportada por la cupla de acero solamente. Se puede producir una falla por
deslizamiento por corte, con una apreciable pérdida de la capacidad de disipación de
energía.
El código NZS:3101, en su sección 9.4.4.2, y la ref.[14], que es traducción de la
misma, en la sección 2.2.8.3.2, exigen armadura diagonal para resistir el corte. La
Fig. 6.60 muestra la magnitud del desplazamiento por deslizamiento de corte a lo
largo de fisuras casi verticales cuando las tensiones de corte fueron muy elevadas y
hubo fuerte reversión de esfuerzos.

Fig. 6.58
Diferentes estados en el desarrollo de una rótula durante
acciones cíclicas de flexión con elevado corte
67

Fig. 6.59 Grandes desplazamientos de corte a lo largo de grietas de flexión interconectadas


en zona de rótula plástica

Fig. 6.60 Control del deslizamiento por corte en una zona de rótula plástica

A los efectos de prevenir este tipo de falla y mejorar el comportamiento


histerético de la viga en su zona crítica, se debería suministrar armadura diagonal en
una o ambas direcciones, por ejemplo, en la forma en que se muestra en la Fig.
6.60, cuando se cumpla que la resistencia nominal supera este valor:

vn ≥ 0.25(2 + r ) f c´ (6.46)

donde r define la relación entre las fuerzas de corte derivadas de la reversión de


momentos en la sección crítica de la rótula plástica, como:
68

r = Vun / Vum ≤ 0 (6.47)

con valor siempre negativo, y donde Vun indica el menor y Vum el mayor de las
fuerzas de corte aplicadas en sentidos opuestos en dicha sección.
Cuando es de aplicación la ecuación (6.46), la armadura diagonal suministrada
debería resistir una fuerza de corte no menor a:

 v 
Vdi ≥ 0.7 n + 0.4 (−r )Vu / φ (6.48)
 f´ 
 c 

siempre y cuando la relación de fuerzas de corte r esté comprendida en el rango


− 1 < r < −0.2 . Cuando r> -0.2, no es necesario colocar armadura diagonal.
El código NZS establece además que, como lo muestra la Fig. 6.60, el refuerzo
diagonal debe extenderse por lo menos hasta una distancia d desde la cara del
apoyo o la sección crítica donde se espere la máxima fluencia debido a la reversión
de cargas.
Como muestra la figura, las barras diagonales que cruzan un plano potencial de
deslizamiento vertical pueden ser utilizadas simultáneamente en tracción y
compresión. En consecuencia, el área total requerida de armadura diagonal para
controlar el deslizamiento es:

Asd 1 + Asd 2 ≥ Vdi / ( f y senα ) (6.49)

Cuando se utilizan barras diagonales del tipo mostrado, sólo las barras en
tracción, Asd1, se pueden utilizar para la contribución de la resistencia al corte
asociada con una potencial falla por tracción diagonal, es decir esa componente es
la que se adiciona a la resistencia que suministran los estribos. Por ello, la armadura
de estribos verticales se calcula como:

Av
= (Vu − Asd 1 f y senα ) / f y d (6.50)
s

La Fig. 6.612, extraída de los comentarios de la norma de Nueva Zelanda


NZS:3101-1992, ref.[9], muestra en dos ejemplos la interpretación de los
requerimientos que apuntan a evitar las fallas por diagonal de tracción y por
deslizamiento de corte en una zona potencial de plastificación. En el caso (a) la
plastificación sería adyacente a la cara de la columna y se supone r= -0.5 y mientras
que la rótula es alejada intencionalmente en el caso (b) y se supone una reversión
de fuerzas de corte es de igual intensidad, r= -1.0.
69

Fig. 6.61 Ejemplo de aplicación para el diseño de armadura de corte diagonal y estribos en
regiones potenciales de articulación plástica para controlar falla por deslizamiento y falla por
tracción diagonal.
Extraído de los comentarios del reglamento NZS:3101:1992, C9.4.4, página 166.
70

6.11 EFECTO DE ESFUERZOS AXIALES EN LA RESISTENCIA AL CORTE


6.11.1 INTRODUCCIÓN

La combinación de corte, flexión y fuerzas axiales raramente es crítica cuando


las acciones son controladas por fuerzas gravitatorias. Sin embargo, bajo acción
sísmica, las columnas de estructuras de varios pisos pueden verse sometidas a
fuertes acciones de corte y flexión y adicionalmente a esfuerzos axiales,
generalmente de compresión, pero que en las esquinas de edificios se pueden
transformar en tracción. La Fig. 6.62 muestra una falla típica de compresión y corte
en una columna de 1.0 metro de diámetro, durante el terremoto de Caracas en 1967,
en el hotel Macuto-Sheraton.

Fig. 6.62 Falla de corte en una columna durante el terremoto de Venezuela de 1967

Dado que el corte es un fenómeno asociado con tracción diagonal, es esperable


que mientras las fuerzas axiales de compresión incrementarán la capacidad de
corte, el efecto inverso será provocado por la tracción en elementos de hormigón
armado. Esto es reconocido en general por los códigos como se verá luego, pero
debe tenerse en cuenta que fuertes compresiones deben ser resistidas por hormigón
armado confinado, y que debe evitarse el pandeo de las barras longitudinales. En
consecuencia, los estribos deben cumplir claramente en estos casos tres objetivos:
(i) confinar y proteger al hormigón, (ii) resistir parte del corte y (iii) evitar el pandeo de
las barras longitudinales. Los tres aspectos deben tenerse en cuenta para evitar
fallas del tipo de la Fig. 6.62.
71

El lector es remitido a refs.[7] y [15] para la deducción analítica de las ecuaciones


adoptadas en, por ejemplo, el ACI-318. En la sección que sigue, sólo se expresan
las ecuaciones a utilizar en el diseño de corte con axial, según los requerimientos del
ACI-318-2005 y de la NZS:3101. Es importante destacar que como el esfuerzo axial
influye fundamentalmente en los mecanismos de tracción diagonal, sólo la
componente de fuerza Vc, o vc en términos de tensión, es la que los códigos
modifican en relación a la utilizada cuando sólo existe flexión y corte.

6.11.2 CORTE CON COMPRESIÓN AXIAL

Criterio del CIRSOC 201-2005 y ACI-318

En su sección 11.3.1.2 establece que para elementos sometidos a carga axial de


compresión Nu, debe ser:

 Nu  ´
vc =  0.167 + 0.012  f c ≤ 0.30 f ' c (6.51)
 Ag 

expresando las tensiones en MPa. Debe tenerse en cuenta que Nu es la carga de


diseño para el estado límite último que ocurre simultáneamente con Vu. La
aclaración del ACI-318 de expresar a Nu como carga última mayorada puede
prestarse a confusión. Debe interpretarse que es la carga que simultáneamente
actúa con el corte en estudio.
Para el caso de axial de tracción, en la sección 11.3.1.3 establece que o bien
vc= 0, o:

 Nu  ´
vc =  0.167 + 0.05  f c ≥ 0 (6.52)
 Ag 

donde Nu debe tomarse como negativo.


La norma aclara además, que para el caso de elementos de sección circular, el
área efectiva de corte a utilizar se debe obtener como el producto del diámetro por la
altura efectiva de la sección de hormigón, la cual se puede tomar como igual a 0.80
del diámetro de la sección de hormigón.

Criterio del ic-103-Parte II-2005 y NZS:3101

En la sección 9.3.2.1 el NZS establece que la contribución del hormigón al corte,


a partir de lo que llama tensión básica de corte vb, y dada por la ecuación (6.18) la
cual se re-escribe a continuación:

vb = (0.07 + 10 ρ w ) f c´ ≤ 0.20 f c´

y para todos los casos de compresión axial excepto donde se pueda producir una
rótula plástica, está dada por:
72

 Nu 
vc = 1 + 3 v b (6.53)
 Ag f c´ 

y también para los casos fuera de rótula plástica pero con tracción axial:

 Nu 
vc = 1 + 12 v b (6.54)
 Ag f c´ 

en donde Nu se toma positiva en compresión y negativa en tracción.


Además, en la sección 9.4.2.2, el NZS:3101 establece que en vigas y columnas
sometidas a flexión, corte y axial, y para las cuales ( N u / f c´ Ag ) ≤ 0.10 (es decir
elementos con poca compresión), se debe tomar directamente:

vc = 0 (6.55)

y para cuando ( N u / f c´ Ag ) > 0.10 , entonces:

Nu
vc = 4vb − 0 .1 (6.56)
Ag f c´

La misma norma aclara que fuera de las zonas definidas como de rótula plástica,
el elemento se supone que permanece en rango casi elástico, por lo cual la
contribución del hormigón a la resistencia al corte puede considerarse como válida.

6.12 CORTE EN SECCIONES DE ALTURA VARIABLE

La Fig. 6.63 muestra vigas prefabricadas de hormigón precomprimido, de altura


variable, máxima en el centro de la luz, y que soporta elementos de hormigón
también prefabricados para formar la cubierta de un edificio industrial. Es importante
reconocer las implicancias de estos diseños en los esfuerzos de corte.
Los elementos de hormigón armado con altura variable son utilizados también en
vigas de puentes, ménsulas en general, y en los pórticos suelen aparecer cartelas en
los apoyos de las vigas.
Cuando la profundidad de los elementos estructurales varía, la inclinación de las
resultantes de los esfuerzos de compresión y tracción inducidos por flexión pueden
afectar significativamente el valor del esfuerzo cortante para el cual debe diseñarse
la viga.
73

Fig. 6.63 Construcción de cubierta con vigas prefabricadas de altura variable

La Fig. 6.64 (c) muestra una viga en voladizo empotrada en su extremo izquierdo
y sometida a una carga puntual P en el otro extremo. La altura del elemento
aumenta de modo lineal en dirección del incremento de momento. Claramente se
observa que la tracción del acero y la resultante de compresión en el hormigón
resultan inclinadas e introducen componentes transversales al eje del elemento.
74

Fig. 6.64 Efectos de la variación de la altura de la viga en los esfuerzos de corte

Si de la viga se aísla un pequeño elemento diferencial de longitud dx, el estudio


del diagrama de esfuerzos de cuerpo libre indica que el corte efectivo para el cual
debe diseñarse la viga está dado por:

_
Vefec. = V u = Vu − T . tan θ 1 − C. tan θ 2 (6.57)

donde θ1 y θ2 son los ángulos de las pendientes superior e inferior. El cortante


último, Vu, en este caso es igual a la carga P, y si se tratara de una viga prismática el
esfuerzo de corte para el que se debe diseñar permanecería constante hasta el
apoyo. Sin embargo, en este caso, si bien el corte por estática sigue siendo P, las
trayectorias de los esfuerzos internos hacen que el corte contra el cual se debe
diseñar, llamado efectivo, resulta disminuido.

Dado que el brazo de palanca es z = (d − a / 2) y que C = T = M u / z , entonces se


puede escribir:
_ M
Vefec. = V u = Vu − u (tan θ 1 + tan θ 2 ) (6.58a)
z

Para el caso, menos frecuente, en que la altura el elemento disminuye en


dirección del incremento de momentos, el corte efectivo crece y se puede calcular
con la expresión:
_ M
Vefec. = V u = Vu + u (tan θ 1 + tan θ 2 ) (5.58b)
z
75

Estas expresiones son aproximadas pues no es exacta la dirección de los


esfuerzos internos, pero para el caso de pendientes que no sobrepasen los 30o, la
ref.[15] las considera aplicables sin error significativo.

Fig. 6.65
Corte efectivo en vigas de
altura variable o con cartelas
en apoyos

La Fig. 6.65 muestra casos típicos que se pueden presentar y con línea
discontinua se indica el corte derivado de la estática y con Veff el esfuerzo para
considerar en diseño.
El reglamento NZS:3101, ref.[9] en su sección 9.3.2.1.(b) tiene este efecto en
cuenta y da una expresión que incluye como vin (por esfuerzo de corte suministrado
o amplificado por los esfuerzos internos) en la ecuación de diseño al corte. El
CIRSOC 201, ref.[6], en su sección 11.1.1.2 indica sin dar expresión matemática
alguna que se permite incluir los efectos de la compresión inclinada por flexión en los
elementos de altura variable. El autor considera que el CIRSOC 201, que sigue al
ACI-318, no es correcto en este aspecto pues hay casos en que la dirección de la
compresión hace aumentar el esfuerzo de corte de diseño, por lo que la norma
debería exigir su consideración.

6.13 DISEÑO AL CORTE POR FRICCIÓN


En los casos antes vistos, se ha diseñado en general para evitar las fallas de
tracción (y a veces compresión) derivadas del corte, el cual se ha inducido por
variaciones de los momentos flectores. Sin embargo, existen casos en que es
necesario asegurar la transferencia por corte directo. Tal es el caso que se presenta,
por ejemplo, en la superficie de contacto entre hormigones colocados en distintas
etapas, o las superficies de contacto entre acero y hormigón, en el diseño de los
detalles de armaduras en las estructuras prefabricadas de hormigón, etc.
La Fig. 6.66, de ref.[6], muestra casos típicos que se pueden presentar como de
corte por fricción. Para estas situaciones se deben reconocer los planos potenciales
de falla en los cuales los esfuerzos de corte directos son grandes y, si no se provee
el refuerzo adecuado a través de estos planos, se pueden generar resultados
desastrosos. La Fig. 6.67 muestra un colapso importante durante el terremoto de
76

Northridge en 1994 debido a la falta correcta de uniones entre elementos


prefabricados y hormigón in situ.
El concepto de corte por fricción se fundamenta en suponer que se producirá una
fisura y que en consecuencia se debe diseñar y disponer la armadura necesaria a
través de dicha sección fisurada (potencial o real) o de plano de corte, que mantenga
las caras en contacto y evite los desplazamientos relativos. La Fig. 6.68 muestra en
forma esquemática las suposiciones y el armado típico. De acuerdo a la misma,
cuando una fuerza Vu actúa en forma paralela a la grieta potencial, se produce la
tendencia del bloque superior a deslizarse con relación al inferior, la cual es resistida
principalmente por la fricción que se genera en la interfase entre las caras en
contacto de hormigón. Puesto que la superficie de la grieta por naturaleza es rugosa
e irregular, el coeficiente efectivo de fricción es bastante alto.
Al colocar refuerzo perpendicular a la fisura, el deslizamiento y la tendencia de
los bloques a separarse producirán esfuerzos de tracción en el acero. Diversos
ensayos han demostrado que, si el acero está bien anclado alcanzará su resistencia
de fluencia cuando se llega a la falla por corte. De todas maneras, una fluencia
prematura y alargamiento del acero en esta sección provocará la separación de las
caras de los bloques, por lo que se diseña considerando las tensiones de fluencia en
el acero pero no se debe permitir la misma.

Fig. 6.66 Casos donde se debe aplicar el diseño de corte por fricción
77

Fig. 6.67 Colapso de elementos prefabricados de fachada por falta de buen diseño al corte por
fricción en los anclajes durante el sismo de Northridge, 1994

Fig. 6.68 Modelo que simula el comportamiento de bloques de hormigón armado en fisuras
potenciales y bajo corte directo. Corte por fricción

La Figura 6.68 indica la correcta notación del ACI-318, donde la demanda se


muestra con Vu (o bien podría ser Vr) y la resistencia nominal está dada por Vn. La
ecuación fundamental de diseño es según se vio:

Vd = φVn ≥ Vu (6.59)
78

donde el factor de reducción de capacidad es φ= 0.75 y la resistencia nominal se


considera igual a:

Vn = µAvf f y (6.60)

siendo µ el coeficiente de fricción que según el CIRSOC adopta los valores


indicados en la Tabla 1, y Avf el área total de acero que atraviesa la fisura con
resistencia de fluencia fy. En términos de esfuerzo de corte la ecuación a cumplir,
según antes se vio, es:

v d = φv n ≥ vu (6.30)

y si con Ac se designa el área de la superficie considerada, resulta la cuantía igual a


ρ= Avf/Ac, por lo que resulta, en términos de tensión:

vd = φvn = 0.75µρf y ≥ vu (6.61.a)

y en términos de fuerzas:

Vd = φVn = 0.75µAvf f y ≥ Vu (6.61.b)

Tabla 1 Valores del coeficiente de fricción para el diseño al corte por fricción. Extraída del
CIRSOC-201-2005

El CIRSOC limita en su sección 11.7.5 la resistencia al corte Vn a:

Vn ≤ 0.2 f c´ Ac
(6.62)
Vn ≤ 5.5 Ac
79

expresando Vn en Newton, f´c en MPa y Ac en mm2. Sin embargo, el código NZS, en


la sección 9.3.11.4 mantiene como límites para la tensión de corte por fricción los
que estableció en la ecuación (5.31.b), es decir:

v n ≤ 0.20 f c´
v n ≤ 1.10 f c´ (6.31.b)
v n ≤ 9 MPa

Es de notar que el movimiento relativo del hormigón en los lados opuestos de la


grieta produce también un efecto de cortante y dovela o pasador por las barras de
acero que la cruzan. Sin embargo, esta contribución es ignorada en el diseño para
establecer ecuaciones más sencillas y se compensa, según la norma, con la
utilización de coeficientes de fricción elevados.
El CIRSOC, en la sección 11.7.7 estipula que en la resistencia a fricción se
puede considerar el efecto favorable de alguna compresión neta permanente con
que se pueda contar a través del plano de corte. Además, establece que si existe
tracción neta en la sección en estudio, la misma se debe tomar con armadura
adicional. En los comentarios, sección C11.7.7 aclara que las tracciones se pueden
también originar por efecto de restricción de las deformaciones debidas a
temperatura, fluencia lenta y contracción del hormigón.
En este aspecto, el autor considera que el enfoque que hace el NZS:3101 es
más racional cuando se trata de la simultaneidad de corte y axial pues incorpora
explícitamente la siguiente expresión:

Vd = φVn = 0.75µAvf f y + N * ≥ Vu (6.61.c)

donde N* es la carga axial de diseño, que debe incluir los efectos de contracción y
temperatura, que se produce en la sección transversal simultáneamente con el
cortante Vu, y que se debe tomar como positiva cuando es de compresión y negativa
cuando es de tracción. Por ello, la norma NZS:3101 establece como ecuación de
diseño de las armaduras que atraviesan la grieta la siguiente expresión:

V  1
Avf =  u − N *  (6.63)
 φµ  fy

en donde φ toma el valor de 0.75 en la nueva versión 1992, es decir menor que el
valor de 0.85 que adoptaba el ACI-318 y que también adoptaba la versión
NZS:3101-1982.
80

Fig. 6.69
Armadura de corte por fricción ubicada con un
ángulo con respecto a la supuesta fisura potencial

Puede ser el caso de que el refuerzo de acero para cortante por fricción no
atraviese el plano de corte a 90o, sino que lo haga con cierto ángulo como se
muestra en la viga inferior de la Fig. 6.66, y tal cual muestran las Figs. 6.69 y 6.70
corresponde hacer análisis adicionales. Si el refuerzo está inclinado con respecto al
plano de corte en un ángulo αf y la fuerza de corte provoca un aumento en la
tensión de tracción del acero, entonces por un lado hay que considerar que la
componente vertical de la fuerza normal a la fisura debe contener el factor (sen αf), y
que a su vez, la componente horizontal de la armadura diagonal, donde aparece el
factor (cos αf), contribuye a la resistencia al corte, por lo que entonces resulta:

Vu − µφN *
Avf = (6.64)
φf y ( µ .senα f + cosα f )

Pero si el ángulo αf es mayor de 90o, es decir que la tensión de tracción tiende a


reducirse por efecto del corte (es como si las barras estuvieran orientadas según las
diagonales comprimidas por corte), el supuesto de adoptar fy no sería válido y hay
que analizar mejor el problema o bien cambiar la distribución de las barras, o en
caso de esfuerzos alternativos en signo, colocar, por ejemplo, armaduras diagonales
cruzadas con 90o entre sí. Esto se mostró por ejemplo en la Fig. 6.60, y se muestra
también en la Fig. 6.71 en la disposición de armaduras diagonales en muros
estructurales de hormigón armado bajos para evitar el deslizamiento por corte.
81

Fig. 6.70 Modelo de resistencia a través de una fisura de la armadura inclinada necesaria por
corte por fricción

Fig. 5.71
Disposición de armadura
diagonal en los muros
estructurales de hormigón
armado bajos para evitar
fallas por deslizamiento

El CIRSOC 201 hace otras consideraciones en las secciones 11.7.8 a 11.7.10,


referidas a:
(i) La necesidad de anclar las barras a ambos lados del plano de fisura para que
desarrollen la tensión fy,
(ii) Cuando se hormigona sobre un hormigón previamente endurecido, la
superficie de contacto, donde se produce la transferencia de corte, debe estar limpia
y libre de lechada. Para tomar µ= 1.0λ, la superficie se debe hacer intencionalmente
rugosa, tal que las salientes tengan una profundidad aproximada de 5 mm (1/4 de
pulgada en la versión ACI-318) .El coeficiente λ tiene en cuenta la densidad del
hormigón, y toma el valor unitario para el hormigón de densidad normal, pero menor
que 1.0 para hormigón liviano.
(iii) Cuando se utilizan elementos de acero para transferir corte entre hormigón y
acero en placas o perfiles, éstos deben estar limpios y libres de pintura.
82

6.14 DISPOSICIONES ESPECIALES PARA MUROS ESTRUCTURALES


DE HORMIGÓN ARMADO
En relación a muros estructurales de hormigón armado el ACI-318 establece
criterios de armado en la sección 11.10 y en el capítulo 14. En la Fig. 6.72 se
muestra el caso de un edificio con muros estructurales. Hay que distinguir entre las
disposiciones que son de aplicación para cargas generales, de las especiales que
hay que tener en cuenta para diseño sismo resistente. El Reglamento INPRES-
CIRSOC-103 parte II, 2005, ref.[14] contiene disposiciones especiales para muros
estructurales sismo resistentes.

Fig. 6.72 Ejemplo de edificio con muros estructurales de hormigón armado sometido a cargas
horizontales: (a) planta; (b) elevación a través de muros C o D; (c) elevación por muros A o B

Para cargas en general se impone que:

1. tensión máxima de corte:

vn ≤ 0.833 f c´ (6.65)
donde:

Vn
vn = (6.66)
0.8bwlw

es decir se ha tomado d= 0.8 lw para evaluar la tensión de corte.


83

2. límite de contribución del hormigón.

vc ≤ 0.17 f c´ (6.67)

para tabiques en compresión, y:

 0.3 N *  ´
vc ≤ 0.171 +  fc (6.68)
 A 
 g 
para tabiques con N* en tracción, la cual debe tomarse con signo negativo.

3. Armaduras mínimas y por cálculo.

Si Vu ≤ φ Vc / 2 no es necesaria armadura de corte, aunque la norma


recomienda que al menos se coloque la armadura mínima.
Si φ Vc / 2 ≤ Vu ≤ φ Vc es necesaria armadura de corte mínima.

Si Vu ≥ φ Vc se debe colocar armadura de acuerdo a las expresiones antes


vistas para vigas y columnas.

4. Cuantías mínimas:

La cuantía de armadura horizontal debe ser:

Ash
ρh = ≥ 0.0025 (6.69)
bw s2

donde Ash es la armadura horizontal colocada dentro del espesor bw y con


separación (medida en sentido vertical) s2.
A su vez, la separación de armaduras horizontales s2 debe ser la menor entre
1/5lw, 3bw, y de 500 mm.

La cuantía de armadura vertical debe ser:

Asv
ρv = ≥ 0.0025 (6.70a)
bw s1

y a su vez mayor que:

 h 
≥ 0.0025 + 0.5 2.5 − w ( ρ h − 0.0025)
Asv
ρv = (6.70b)
bw s1  lw 

pero no necesita ser mayor que la armadura horizontal colocada, y donde Asv es la
armadura vertical colocada dentro del espesor bw y con separación horizontal s1.
84

La separación de armaduras verticales s1 debe ser la menor distancia entre 1/3lw,


3bw, y de 500 mm.
En cuanto a las disposiciones para diseño sismo resistente, la ref.[2], de la cual
se nutre en su mayor parte la ref.[14] y corresponde a lo adoptado en el NZS.3101,
señala para muros estructurales de hormigón armado que:
1. Limitaciones de la tensión máxima de corte:
1a. en general:
vn ≤ 0.2 f c´ (6.71)

1b. zona de Rótula Plástica:

vn ≤ 0.16 f c´ (6.72)

2. Limitaciones de la tensión de corte del hormigón :


1a. en general:
vc ≤ 0.27 f c´ + N * / 4 Ag (6.73)

y tomando a N* como negativa si produce tracción.

1b. zona de Rótula Plástica:

vc ≤ 0.6 N * / Ag (6.74)

esta expresión es válida solamente si N* es de compresión, ya que si es de tracción


se debe tomar vc=0. Ag representa la sección total de hormigón.
En cuanto a separaciones de las armaduras verticales y horizontales la ref.[14]
no varía prácticamente respecto a lo especificado en ref.[6], pero para las cuantías
mínimas verticales y horizontales establece el siguiente límite:

ρ v ≥ 0.70 / f y (6.75a)

ρ h ≥ 0.70 / f y (6.75b)

De todas maneras, en diseño sismo resistente hay que tener en cuenta que para
asegurar que el corte no inhibirá un comportamiento dúctil supuesto en los muros
estructurales de hormigón armado dicho efecto no debe controlar el diseño. En
consecuencia, se deben estimar las demandas como los máximos esfuerzos de
corte que potencialmente se puedan desarrollar durante un evento sísmico extremo,
para lo cual deberían aplicarse los principios del diseño por capacidad que fueron
desarrollados por Tom Paulay, ref.[2], y que han sido incorporados en la ref.[14], es
decir Reglamento Argentino para construcciones sismorresistentes, INPRES-
CIRSOC 103, Parte II que corresponde a las construcciones de hormigón armado.
85

Tal vez sea pertinente cerrar este capítulo, cuyo contenido obviamente no es
completo sino pretende tomar algunos de los principales aspectos del diseño al
corte, con reflexiones de la ref.[17]. Cualquier estrategia de diseño debe ser bien
comprendida para poder ser aplicada en forma efectiva. Los fenómenos involucrados
en el corte en secciones de hormigón armado son bastante complejos. Sin embargo,
en la rutina de diseño de la práctica ingenieril sólo técnicas simples debe esperarse
que sean bien comprendidas. Además, la estrategia de diseño debe ser racional de
modo que su aplicación es acompañada por una firme convicción de su aplicabilidad.
Reglas del tipo “recetas de cocina” pueden correr el peligro de ser mal interpretadas.
Por ello, es conveniente al aplicar un código ver cuales son los principios y
fundamentos que avalan su razón de ser, y tener siempre presente que el código es
una guía, pero que necesita del buen juicio y conocimientos extra del proyectista
para lograr el resultado esperado. La referencia citada enfatiza que en cualquier
proceso de diseño no debe estar ausente poner el máximo esfuerzo en la ingeniería
de detalle y el control de ejecución de la misma en la obra. Recordar que las
estructuras responden, llegado el momento de acción de las demandas, en función
de cómo han sido construidas, detalladas y conservadas.
86

6.14 REFERENCIAS

[1] Curso de Hormigón Armado. Universidad de California, Berkeley, 1983. Prof.


Vitelmo. V. Bertero.
[2] ] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”. T. Paulay
& M. N. J. Priestley. J. Wiley & Sons. 1992.
[3] “Mechanics of Materials”. E. P . Popov. Prentice Hall, Inc. 1957.
[4] Código de Construcciones Antisísmicas de Mendoza. Decreto No.2241, Junio
1970.
[5] “Seismic Design and Retrofit of Bridges”. M. J .N. Priestley, F. Seible & G. M.
Calvi. John Wiley & Sons. 1996.
[6] CIRSOC 201. Reglamento Argentino para Estructuras de Hormigón.
Noviembre 2005. INTI. Adoptado para Mendoza por Decreto 3525-Diciembre 2007.
[7] “Reinforced Concrete Structures”. Robert Park y Tomas Paulay. John Wiley &
Sons. 1975.
[8] New Zealand Standard NZS, Code of Practice for General Structural Design
and Design Loading for Buildings. NZS 4203:1992. Standards New Zealand.
Wellington.
[9] “Concrete Structures Standard”. NZS 3101:Part 1 & Part2:1995. Standards
New Zealand.
[10] “Mechanism of Shear Resistance of Concrete Beams”. R. C. Fenwick and T.
Paulay. Journal of Structural Division, ASCE, Vol. 94, ST10, October 1968, pp2325-
2350.
[11] “Reinforced and Prestressed Concrete”. F. K. Kong & R. H. Evans. 2nd.
Edition. Nelson. 1980.
[12] “Estructuras de Hormigón Armado”. Bases para el Dimensionado de
Estructuras de Hormigón Armado . Tomo I. Fritz Lehonhardt. El Ateneo. 1988.
[13] “The Use of Rational Design Methods for Shear”. Michael Collins. The Tom
Paulay Symposium: “Recent Developments in Lateral Force Transfer in Buildings”.
La Jolla, California, September 1993. Proceedings. Pp. 359-382.
[14] Reglamento Argentino para Construcciones Sismorresistentes. INPRES-
CIRSOC 103, Parte II, Construcciones de Hormigón Armado. 2005. Adoptado para
Mendoza por Decreto 3525-Dic.-07.
[15] “Diseño de Estructuras de Concreto”. Arthur H. Nilson. 20th. Edición.
McGraw-Hill. 1999.
[16] “Procedimientos para el Diseño Dúctil de Pórticos de Hormigón Armado”. R.
Park, 1-EIPAC-1992. Facultad de Ingeniería. UNC. Mendoza. Octubre 1992.
[17] “Seismic Design of Concrete Structures. The present needs of societies”.
Tom Paulay. Trabajo presentado en la 11th. WCEE, México. 1996.
[18] “Factor de Sobrerresistencia. Incidencia en el diseño por Capacidad. Aceros
en Mendoza”. C. R. LLopiz y otros. 8-EIPAC-09. Mendoza Sep. 2009.
1

Instituto de Mecánica Estructural


y Riesgo Sísmico

HORMIGÓN I
unidad 7:

ANÁLISIS Y DISEÑO A TORSIÓN

Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.


2

CONTENIDO.

7.1. INTRODUCCIÓN.

7.2. TORSIÓN POR EQULIBRIO Y POR COMPATIBILIDAD.

7.3 HORMIGÓN SIMPLE SOMETIDO A TORSIÓN.


7.3.1 COMPORTAMIENTO ELÁSTICO.
7.3.2 COMPORTAMIENTO PLÁSTICO.

7.4 TORSIÓN EN ELEMENTOS DE HORMIGÓN ARMADO.

7.5 TORSIÓN Y CORTE.

7.6 ARMADURAS MÍNIMAS.


7.6.1 ARMADURA TRANSVERSAL.
7.6.2 ARMADURA LONGITUDINAL.

7.7 DETERMINACIÓN DEL MOMENTO TORSOR MAYORADO TU. CRITERIO DE


DIFERENTES NORMAS.
7.7.1 TORSIÓN POR EQUILIBRIO. ACI-318-05
7.7.2 TORSIÓN POR COMPATIBILIDAD. ACI-318-05
7.7.3 TORSIÓN POR EQUILIBRIO. NZS-3101
7.7.4 TORSIÓN POR COMPATIBILIDAD. NZS-3101
7.7.5 PREVISIONES ADICIONALES DEL CIRSOC 201-2005.

7.8 TORSIÓN CRÍTICA.

7.9 RIGIDEZ A TORSIÓN.

7.10 EJEMPLOS DE APLICACIÓN.

7.11 REFERENCIAS.

7.12. Apéndice: ejemplo de Torsión por Compatibilidad.

Filename Emisión Revisión Revisión Revisión Observaciones


original 1 2 3
T7-Torsión.doc Marzo Enero Octubre Diciembre
2004 2006 2007 2008
Páginas 44 51 51 57
3

7.1. INTRODUCCIÓN.

La torsión en estructuras de hormigón armado aparece generalmente debido a la


continuidad entre sus elementos componentes. La situación más común en las
estructuras es la presencia de momentos flectores, fuerzas de corte y axiales. Sin
embargo, hay casos en que se pueden presentar fuerzas de torsión que intentan
torcer el elemento con respecto a su eje longitudinal. La existencia de torsión pura es
extremadamente rara ya que generalmente está combinada con momentos flectores,
esfuerzos de corte y esfuerzos axiales.

Por muchos años los efectos de torsión fueron ignorados en el diseño. Como se
verá más adelante, en algunos casos es justificado, pero no en otros. Se tomaba a la
torsión como una acción secundaria y en general no era tenida en cuenta en el
diseño; su influencia era absorbida por el factor de seguridad global de las
estructuras diseñadas a otros esfuerzos muy conservadoramente. Sin embargo,
años posteriores surgió la necesidad de considerar la torsión porque por un lado los
métodos más sofisticados de análisis permitían estructuras más livianas, menos
conservadoras y por lo tanto con menor coeficiente de seguridad global; por otro
lado se incrementó el uso de elementos estructurales en los cuales la torsión jugaba
un rol principal en la respuesta ante las acciones, como es el caso de vigas de
puentes curvos, vigas cargadas excéntricamente, estructuras prefabricadas sin
continuidad para redistribución de esfuerzos, balcones, losas helicoidales, etc.

A partir de los años 60 se comenzó a dar impulso en la investigación del


comportamiento de elementos a torsión y la primera recopilación se materializó en
un simposio organizado por el American Concrete Institute, ACI, en el año 1968. Las
primeras previsiones de código para torsión aparecieron en el ACI en la versión
1971. Los procedimientos para abordar el problema de la torsión permanecieron
prácticamente invariables hasta la versión del año 1989. En esta generación de
códigos, la torsión cubría sólo a las estructuras de hormigón armado no pretensado.
El procedimiento para diseño y análisis a torsión era similar al aplicado a corte. La
resistencia a torsión consistía en una contribución por parte del hormigón, designada
como Tc, y otra debido a los estribos y armadura longitudinal, designada como Ts,
que estaba basada en la analogía del reticulado con diagonales a 45 grados. Ver por
ejemplo, ref. [1], ACI-318-83.

Las previsiones para torsión fueron completamente revisadas en la versión del


ACI-1995. El nuevo procedimiento, tanto para secciones macizas como huecas, está
basado en la analogía del reticulado espacial aplicado a tubos de pared delgada, ya
que como se verá luego, la porción central de una viga sólida puede ser
conservadoramente ignorada en el proceso de diseño. Las suposiciones son
apoyadas por resultados de ensayos. El método se aplica tanto a hormigón armado
como a hormigón pretensado.

7.2. TORSIÓN POR EQULIBRIO Y POR COMPATIBILIDAD.

Los esfuerzos de torsión pueden aparecer como el resultado de acciones


primarias o secundarias. El caso de torsión primaria aparece cuando la carga
externa no tiene otra alternativa que ser resistida por esfuerzos de torsión. En tales
4

casos la torsión, que es requerida inevitablemente para mantener el equilibrio, puede


ser determinada en forma unívoca mediante el sólo uso de las condiciones de
equilibrio estático. Esta situación se conoce como de torsión por equilibrio. La torsión
en este caso se transforma en un problema de resistencia puesto que la estructura o
sus componentes colapsarán si no se suministra la adecuada resistencia a torsión.
La Fig.7.1(a) muestra un caso típico donde la viga empotrada está sometida,
además de flexión y corte, a torsión que le es transferida por el momento de flexión
de la viga perpendicular sometida a la carga de punta P. El momento flector M= P.a
de la viga cargada se transforma directamente en momento torsor T= P.a en la viga
empotrada. La viga cargada además está sometida a corte V= P, y la viga
empotrada a momento flector M= P.l, y a cortante V= P. Si el empotramiento no
fuera capaz de restringir esa torsión, y/o la viga no resiste a torsión, el colapso es
inevitable.

Fig. 7.1(a)
Ejemplo de torsión por equilibrio:
voladizo cargado excéntricamente

La Fig.7.1(b) muestra otro caso muy típico de torsión por equilibrio donde la
flexión de la losa en voladizo se transforma en torsión de su viga soporte la cual en
sus apoyos debe contar con restricción a torsión y por otro lado resistir tanto torsión
como flexión. El momento de torsión en los extremos de la viga induce momentos
flectores del mismo valor en las columnas. Note que en dicha figura para que el
efecto sea estrictamente de torsión primaria, la losa debe estar en voladizo, es decir
su único apoyo debe ser la viga de borde indicada, por lo que el momento mE de la
losa, por unidad de longitud, en su apoyo no puede ser nulo. No hay posibilidades de
redistribuir o ignorar los momentos de torsión inducidos en la viga de borde.

El momento torsor máximo en los extremos de la viga, o cara de la columna, es


igual al momento T=(mE/m) xL/2, (MT en la figura) siendo L la luz libre de la viga. El
momento torsor a lo largo de la viga varía, con valor máximo en los apoyos y nulo en
el centro. Esto se puede visualizar si se toma a la viga de borde como un cuerpo
libre y se sigue el camino inverso de las cargas: supóngase que, por ejemplo, la
flexión de la columna de la izquierda, de valor MB, es ahora la que produce torsión
de la misma intensidad T, y con sentido de giro anti-horario en la cara que se ve de
la viga. A su vez, sección a sección, hacia el interior de la viga, la flexión de la losa
va induciendo momentos torsores por cada metro, (mE/m) que se van oponiendo al
torsor del apoyo, T, ya que son en sentido horario, y lo hacen disminuir hasta
anularlo en el centro de la viga. Como la flexión sigue en la viga de borde hacia el
apoyo más alejado, ahora se comienza a acumular torsión en sentido contrario la
que aumenta hasta un máximo MB en el apoyo coincidente con la columna. Ésta
reaccionará con un torsor de igual valor y sentido contrario, nuevamente anti-horario.
5

Se deja al alumno la deducción de cómo serían los esfuerzos de torsión en la viga


de borde si la losa hipotéticamente estuviera desconectada en todo el borde de la
viga excepto en el centro de la misma, donde transmite toda la flexión y el corte.

Fig.7.1(b) Ejemplo de torsión primaria: viga de borde que soporta un entrepiso.

La Fig.7.2, de ref. [2], muestra en (a) y (b) dos casos también muy frecuentes de
encontrar en la práctica, siendo el tercero en (c) análogo al presentado en la
Fig.7.1(b). Todos corresponden a torsión primaria.

Fig.7.2
Tres nuevos ejemplos de
torsión primaria o por
equilibrio.

En estructuras estáticamente indeterminadas, se genera torsión como acción


secundaria para satisfacer los requerimientos de compatibilidad o continuidad
estructural. El no considerar tal continuidad en el diseño puede conducir a una
cantidad y ancho de fisuras excesivas, pero no tendría otras serias consecuencias
como el colapso. La Fig.7.3 muestra claramente cómo se pasa de torsión por
equilibrio en el caso (a) a torsión por compatibilidad del caso (b), al tener la losa en
6

su borde A la posibilidad de redistribuir los momentos negativos de apoyo hacia el


centro por existir un apoyo adicional en la línea B, es decir que se tiene más de una
alternativa para el equilibrio. El caso típico de la Fig.7.3(b) muestra la losa monolítica
de hormigón armado y si la viga es rígida a torsión y está reforzada adecuadamente,
y si las columnas pueden suministrar el momento resistente a flexión inducido por
torsión de la viga, los momentos en la losa en su borde de apoyo serán
aproximadamente los que corresponden a apoyo exterior rígido, con cierto valor que
se esquematiza en la Fig.7.3(c). Sin embargo, si la viga tiene una rigidez baja a
torsión y no está armada en forma apropiada para este efecto, se produce fisuración,
se reduce aún más su rigidez al giro de la sección transversal y los momentos de
borde de la losa disminuyen notablemente, aproximándose a los de un borde
articulado, como lo muestra la Fig.7.3(d). Diseñando la losa para la situación de
momentos redistribuidos evitará el colapso de la estructura.

Fig. 7.3
Efectos de torsión en hormigón
armado.
(a) torsión primaria en viga por
descarga de losa en voladizo.
(b) torsión secundaria o de
compatibilidad en viga de borde de
entrepiso.
(c) momentos en las losas si la viga
de borde es rígida a torsión
(d) momentos en las losas si la viga
de borde es flexible a torsión.

En la torsión inducida por equilibrio, la magnitud del momento torsor es


generalmente independiente de la rigidez a torsión, pero en la torsión inducida por
compatibilidad el momento torsor resultante depende directamente de la rigidez. La
Fig.7.4 muestra en forma simultánea casos de torsión por equilibrio y compatibilidad,
cuando una porción de un puente está sometido a acciones sísmicas. En el caso (a),
por respuesta longitudinal, la columna fuera de la placa del puente que está unida
monolíticamente a la viga transversal se espera que desarrolle rótulas plásticas de
flexión en su cabeza y pié. El momento flector en la cabeza de la columna llevado al
eje longitudinal de la viga debe ser equilibrado por el momento torsor de la viga de
igual magnitud. En este caso, un diseño por capacidad requiere que el momento
torsor resistente de la viga debe mayor que la torsión que corresponde al desarrollo
de la capacidad plástica de la columna a flexión en esa sección. A menos que esa
7

línea estructural del puente sea estabilizada por otras líneas transversales
adyacentes que resistan el sismo longitudinal, la resistencia a torsión de la viga es
indispensable para mantener el equilibrio. Esto es torsión por equilibrio. Si se
incluyen líneas resistentes alternativas para el sismo longitudinal, no sería necesaria
la torsión de equilibrio, pero a la vez, la falta de resistencia a torsión llevaría a una
reducción de los momentos de flexión en los extremos de las columnas, lo cual haría
que en definitiva no se produjeran los momentos plásticos en extremos de columnas.

Fig. 7.4
Torsión por
equilibrio y por
compatibilidad en
puentes bajo
acción sísmica.

El mismo ejemplo induce torsión de compatibilidad en las columnas. Debido a la


deformación de flexión que la viga soporta por el corte necesario para inducir flexión
en las columnas, la columna sufre giro alrededor de su eje longitudinal, es decir se
tuerce, aparece torsión. La magnitud de ese momento torsor dependerá de la rigidez
a torsión de la columna. Si esta es nula, el momento torsor será cero. De hecho, con
rótulas plásticas en extremos de columna, la rigidez a torsión será muy baja y los
requerimientos para una respuesta adecuada serán la habilidad de las articulaciones
plásticas de las columnas desarrollando una respuesta dúctil mientras sobrellevan
rotaciones torsionales mínimas.

La Fig.7.5 muestra un caso real de construcción similar al esquema de


Fig.7.4(a), y corresponde a un tramo del puente China Basin, viaducto I-280, que
sufrió daños durante el terremoto de Loma Prieta, 17 de Octubre de1989, California,
por lo que en la figura aparece apuntalado hasta su reparación.

El caso de Fig. 7.4(b) muestra otro ejemplo de torsión por compatibilidad ante
acciones horizontales inducidas en la porción de puente limitada por juntas de
movimiento. La superestructura cuenta con una columna corta y otra larga. Se
supone que está sometida a sismo transversal al eje longitudinal del puente. Como
consecuencia de la diferente altura de las columnas, el centro de rigidez se desplaza
desde el centro de masa (casi en el centro del tablero) hacia la columna más corta.
Ante movimientos horizontales por sismo, se induce un modo de torsión indicado con
línea a trazos y giro de planta θ alrededor del eje vertical. Esta rotación implica
torsión en las columnas, con magnitud proporcional a la rigidez a torsión de las
columnas. Sin embargo, aún con rigidez cero a torsión de dichas columnas, el
sistema es aún estable. En este caso es posible la redistribución de esfuerzos.
8

Fig. 7.5
Puente con viga y columna
exteriores, con falla de corte y de
nudo durante el terremoto de
Loma Prieta, Octubre de 1989.

El diseño para torsión por equilibrio y por compatibilidad es diferente. En el


primero la resistencia a torsión debe ser asegurada. En el segundo es suficiente con
suministrar una capacidad rotacional adecuada. El torsor por equilibrio debe ser
resistido por acciones elásticas (no se refiere acá al fenómeno de fisuración sino al
de fluencia plástica). La torsión no es un modo apropiado de respuesta inelástica. En
los casos de torsión por compatibilidad, la resolución numérica generalmente no es
necesaria. Es suficiente con asegurar, como se demostrará luego, una buena
distribución de armaduras longitudinales y de estribos para aliviar la rotación de la
sección de hormigón. La ref. [3] indica que los ensayos sobre columnas con
rotulación plástica bajo la combinación de desplazamientos que generan flexión y
rotaciones de torsión han demostrado que la capacidad plástica de columnas
circulares típicas no se ve adversamente afectadas si las rotaciones torsionales no
superan el valor del 5 %.

Es importante considerar lo que la ref.[3] señala con relación al comportamiento


inherente del hormigón armado a torsión. Para flexión, como se vio en capítulos
anteriores, la relación esfuerzo-deformación para la sección transversal está dada
por:

M = EIφ (7.1)

donde φ es la curvatura (rotación por unidad de longitud) y (EI) el módulo de rigidez


a flexión, y que en forma aproximada para la viga de la Fig.7.4(a) se podría tomar
como módulo de rigidez efectiva:

E.Ie = 1.0 Ec.Ig para el caso de hormigón precomprimido, y


E.Ie = 0.5 Ec.Ig para el caso de hormigón armado,

siendo Ec el módulo de elasticidad longitudinal del hormigón, e Ig el momento de


inercia de toda la sección transversal de hormigón.

A su vez, para torsión, si bien aún no hemos hecho referencia a los parámetros
que controlan la respuesta, a partir del fenómeno descrito hasta ahora se puede
adivinar que en el módulo de rigidez de la sección a torsión deben intervenir el
9

módulo de elasticidad transversal del hormigón, G, y el momento de inercia polar de


la sección, J. Si θt es la rotación de la sección transversal, entonces la relación
similar a flexión será:
T = GJθ t (7.2)

La citada referencia indica que, sin necesidad de mayor sofisticación, la rigidez


torsional de la viga, se puede aproximar como:

G.Je = 1.0 Gc.Jg para el caso de hormigón precomprimido o no fisurado


G.Je = 0.05 Gc.Jg para el caso de hormigón armado fisurado.

Se ve entonces que la rigidez a torsión se reduce drásticamente una vez que el


hormigón se fisura. Es por ello que la ref.[2] indica que un análisis apropiado para
estructuras estáticamente indeterminadas evitará la introducción de torsores
importantes, resultando la utilización de armaduras mínimas de torsión. En cualquier
caso, grandes torsores pueden ser soportados sólo a expensas de grandes giros, lo
cual raramente puede ser suministrado para cargas de servicio. Por ello pareciera
que para la mayoría de las situaciones la suposición de cero rigidez a torsión es
razonable. Esto simplifica grandemente el análisis. Sin embargo, en elementos
sometidos a torsión, es importante suministrar al menos la armadura mínima de
torsión, con separaciones pequeñas, para asegurar que dichos miembros son
capaces de sobrellevar giros de una manera dúctil sin exhibir excesiva fisuración a
los niveles de cargas se servicio.

La Fig. 7.6 muestra una idealización de la respuesta en torsión. Como se verá


más adelante, la suposición implícita en las ecuaciones de diseño de la formación de
una serie de fisuras en espiral alrededor de la sección requiere de una longitud del
elemento igual a varias veces el ancho o profundidad del miembro para que se
desarrolle el mecanismo en forma completa. Para miembros cortos, como
normalmente será el caso de la viga de Fig.7.4(a), la fisuración espiralada completa
de torsión no se podrá formar por lo que las ecuaciones son de validez dudosa. Por
ello, en la ref. [3] se sugiere que, para casos similares a los de la Fig. 7.4(a), cuando
la longitud libre de la viga sea menor de 1.5 veces la menor dimensión transversal de
la sección es más apropiado considerar que los esfuerzos se van a transferir por
corte por fricción cuando se de esa combinación de corte y torsión.

Fig. 7.6
Idealización de las características Torsión-Giro
en hormigón armado.

En la actualidad existen herramientas computacionales muy poderosas que


permiten evaluar los momentos torsores en estructuras estáticamente
10

indeterminadas, aún de alta complejidad. Sin embargo, el comportamiento no lineal,


en particular ante la acción de terremotos, hace dudosa la validez de dichos
resultados. Además, la redistribución de esfuerzos en el hormigón armado es por un
lado inevitable y por otro muy conveniente. Por ello las normas, por ejemplo el ACI-
318, como luego se verá, permiten ignorar los esfuerzos de torsión bajo ciertas
circunstancias, en particular en los casos de torsión por compatibilidad.

En la Fig. 7.7(a) se muestra un múltiple cruce de carreteras de EEUU, cerca de


la ciudad de Los Ángeles donde, como se aprecia, varios tramos sufrieron colapso
durante el terremoto de Northridge del 17 de Enero de 1994. Por simple inspección
se puede observar que los efectos de torsión deben ser considerados en este tipo de
estructuras. Se aclara que las fallas en este caso no fueron necesariamente por
torsión sino por fallas frágiles de corte que se iniciaron en las columnas más cortas
de los puentes, refs. [13 y 14].

Fig. 7.7(a)
Colapsos en dos sobre-pasos de las rutas I-
5/SR-14, cerca de Sylmar y San Fernando, en
las afueras y a 45 Km de Los Angeles, durante
el terremoto de Northridge del 17 de Enero de
1995. Los colapsos fueron atribuidos al inicio de
fallas por corte en las columnas más cortas y
por ende más rígidas, que atrajeron más
momento flector.

Fig. 7.7(b). Elevación y dimensiones del soporte 2 (bent 2), del conector Sur (que aparece al
frente de la figura). Los otros apoyos son similares pero tenían alturas diferentes
11

Fig. 7.7(c). Planta y elevación con dimensiones y designación de los apoyos, del conector
Sur de la ruta I-5/SR-14. La falla comienza en el soporte (bent) No. 2. Las columnas, por
costumbre, eran reforzadas con la misma armadura longitudinal y el mismo estribo,
típicamente equivalente a diámetro de 13 mm (barra No.4 en EEUU) cada 30 cm.
Obviamente, las columnas más cortas entraban antes en fluencia con demandas de corte
mucho mayores que en las columnas esbeltas. Allí empezó la tragedia para esos cruces a
las 4:40 del lunes 17 de enero de 1994. Epicentro a 30 Km. NW de centro de Los Ángeles.

7.3 HORMIGÓN SIMPLE SOMETIDO A TORSIÓN.


El comportamiento del hormigón armado en torsión, antes de producirse la
fisuración, puede basarse en el estudio del hormigón simple puesto que la
contribución de la armadura en ese estado puede considerarse insignificante.

7.3.1 COMPORTAMIENTO ELÁSTICO.


Para establecer los efectos de torsión en hormigón simple se pueden utilizar los
conceptos que aparecen en los textos de mecánica estructural, ver por ejemplo
Refs.[4] y [5]. La Fig.7.8 muestra un elemento de sección circular sometido a torsión,
y las resultantes trayectorias de tracción y compresión. Para este caso, la ecuación
de la torsión, similar en forma y concepto a la ecuación de la flexión que relaciona el
Momento flector M con el momento de inercia I, fue propuesta cerca de 1775 por el
ingeniero francés Coulomb, y se expresa así:

Tr
vmáx =
J

T momento torsor, r radio de la sección circular y J momento de inercia polar.

Fig. 7.8
Trayectorias de las
tensiones principales
en una barra cilíndrica
sometida a torsión pura.
12

Fig. 7.9
Distribución de tensiones
de torsión en secciones
rectangulares, circulares y
huecas.

Para secciones rectangulares, se puede utilizar la solución clásica de St. Venant,


debida al famoso científico francés B. de St. Venant, desarrollada en 1853, aplicada
a secciones de hormigón, como las que se muestran a la izquierda en la Fig. 7.9. En
base a ésta solución, la máxima tensión de torsión vt se produce en la mitad del lado
más largo y puede obtenerse mediante la expresión:

T
vt = ψ (7.3)
x2 y
donde T= momento de torsión en la sección.
y,x = dimensiones totales de la sección transversal, con y>x
ψt = un factor de tensión que es función de la relación y/x, y que aparece
cuantificado en la Fig. 7.10.

Fig. 7.10
Factores de Rigidez y
de tensión para
secciones
rectangulares
sometidas a torsión.

Para representar la respuesta carga-deformación, como se la presentó en la


Fig.7.6, es necesario establecer la relación entre la variable estática que es el
momento Torsor T, y la cinemática que es la rotación o ángulo de giro torsor θt.
Como se expresó en la ecuación (7.2):

dθ t T
= (7.4)
dz GC
13

Como se expresó antes:


T= momento torsor aplicado, que puede variar en función de la ubicación de la
sección a lo largo del elemento estructural,
G= el módulo de elasticidad transversal, dado por:

Ec
G= (7.5)
2(1 + µ )

donde Ec es el módulo de elasticidad longitudinal del hormigón y µ el módulo o


relación de Poisson, de valor 0.16 a 0.30 para hormigón normal,

C= momento de inercia torsional, a veces llamado constante de torsión o


momento de inercia polar equivalente,

z= distancia a lo largo del elemento estructural.

Para secciones rectangulares, el momento de inercia torsional está dado por:

C = βt x3 y (7.6)

en la cual el coeficiente βt depende de la relación y/x, se aprecia en Fig. 7.10, y


tiene en cuenta la distribución no lineal de deformaciones de corte a través de la
sección, lo cual se manifiesta en las secciones de la Fig. 7.9, y en la Fig. 7.11.

Fig. 7.11
Torsión en un elemento rectangular.

Estas expresiones permiten calcular la rigidez torsional de un miembro de


longitud l, definida como la magnitud del momento torsor requerido para producir un
ángulo de giro unitario en dicha longitud, como:

GC
Kt = (7.7)
l
Para el análisis de estructuras hiperestáticas tanto la rigidez a flexión, ecuación
(7.1), como la rigidez a torsión son necesarias de cuantificar. La ecuación (7.7) que
expresa la rigidez a torsión de un miembro se puede comparar con la ecuación para
la rigidez a flexión del mismo miembro cuando su extremo más alejado está
empotrado, definido como el momento requerido para producir una rotación unitaria,
y de valor 4EI/l, en un esquema como el representado en la Fig. 7.12.
14

Fig. 7.12
Esquema de viga empotrada con momento
M en el extremos libre.

Fig. 7.13
División de componentes de
secciones transversales para
un análisis a torsión más
simple.

La respuesta de secciones
compuestas, como L y T, es
más complejo. Es común
aceptar a los fines del diseño
que la sección está
apropiadamente dividida en
rectángulos y que cada uno
de ellos absorbe una porción del momento torsor total en función de su rigidez.

La Fig. 7.13 muestra casos típicos y divisiones posibles. En el caso de losas que
forman parte de alas de las vigas, el ACI-318-05, en la sección 11.6.1 especifica que
el ancho del ala en voladizo que se debe considerar (lo que indica la Fig. 7.13, de
ref.[2], es anterior a la versión 2005) es el mismo que se estableció para sección
efectiva en la evaluación de la rigidez de las vigas para ser comparada con la rigidez
de las losas, sección 13.2.4 de la misma norma y que se muestra en la Fig. 7.14.

Fig. 7.14
Tomada de CIRSOC 201-2005. Sección de losa
a considerar con la viga como alas para la
contribución a la torsión, en los casos de
construcción monolítica.
15

Con la aproximación citada, la fracción de la torsión total T que resiste el


elemento 2 de la Fig. 7.13(a) es entonces:

Kt 2
T2 = T (7.7a)
∑ i3=1Kti
y la máxima tensión de corte por torsión según la ecuación (7.3) está dada por:

T2
vt 2 = ψ t 2 (7.7b)
x22 y 2

Esta es una aproximación conservadora pues se ha ignorado el efecto de unión


entre los elementos.

La distribución de tensiones de corte por torsión sobre secciones compuestas o


de formas que hagan difícil su resolución matemática puede ser visualizada a partir
de una analogía muy descriptiva e ingeniosa publicada en 1903 por el famoso
ingeniero científico alemán L. Prandtl, conocida como la “analogía de la membrana”.
Ocurre que la solución de la ecuación diferencial parcial que se debe resolver en los
problemas de torsión es automáticamente satisfecha por una membrana delgada, tal
como una la de una película de jabón, suavemente estirada sobre un orificio, el cual
debe ser geométricamente similar a la sección transversal en estudio. Con la
aplicación de una presión de aire liviana y uniforme en un lado de la membrana, del
otro lado se forma un volumen tal que:

(i) las tensiones de corte en cualquier punto son proporcionales a la mayor


pendiente de la membrana estirada en ese punto. Otra forma de decirlo es
que la tensión de corte, vt, actuando en cualquier dirección y en cualquier
punto de la sección es proporcional a la pendiente de la membrana inflada
en dicho punto, midiendo la pendiente en la dirección perpendicular a la
de la tensión vt.

(ii) La dirección de una tensión de corte particular en cualquier punto es


tangente al contorno (un línea que une puntos de igual elevación) de la
membrana en dicho punto.

(iii) El doble del volumen comprendido entre el plano del contorno y la


membrana deformada (es decir el volumen encerrado por la membrana)
es proporcional al momento torsor soportado por la sección.

La analogía de la membrana también se puede ver como una membrana


delgada estirada sobre la sección transversal en estudio e inflada por presión.

Además de ser una herramienta muy útil y que ha sido utilizada en varios
casos prácticos, ref. [5], es una herramienta mental excelente para visualizar las
tensiones y capacidades de torsión, en el rango elástico. Por ejemplo, todas las
secciones que se muestran en la Fig. 7.15 pueden soportar aproximadamente el
mismo momento torsor para la misma tensión máxima de corte (es decir para la
misma pendiente máxima de la membrana), puesto que el volumen encerrado por la
16

membrana será casi el mismo en los tres casos. Además, con poco esfuerzo el
lector puede convencerse de que las líneas de contorno de una película jabonosa se
apilarán en el punto a de la sección angular, por lo que en dicho punto se producirá
una alta concentración de tensiones.

Fig. 7.15
Miembros con igual sección transversal y
espesor t resisten el mismo torsor (no es
aplicable a secciones tubulares).

En estructuras de hormigón armado es muy raro encontrar condiciones en las


que el comportamiento es lineal y elástico.

7.3.2 COMPORTAMIENTO PLÁSTICO.

Cuando el material es dúctil al corte es posible alcanzar un estado en el cual la


fluencia en corte ocurrirá sobre el área total de la sección transversal en estudio.
Cuando esto ocurre el momento torsor plástico puede ser evaluado con cierta
facilidad.

Considere la sección cuadrada que aparece en la Fig. 7.16, en la cual se ha


alcanzado la tensión de corte de fluencia, vty, en todos los cuadrantes. La fuerza de
corte total Vt actuando sobre un cuadrante es:

b1 b2
Vt = b vty = vty (7.7c)
22 4

por lo que la resistencia total al corte es:

b b3
T = 4Vt = vty (7.7d)
3 3

Fig. 7.16
Sección cuadrada cometida a torsión en la que
se considera que se ha alcanzado la fluencia por
torsión.
17

Al mismo resultado se podría haber llegado utilizando la analogía de Nádais,


1931, de la “arena acumulada”. De acuerdo a ella, el volumen de arena colocado
sobre la sección transversal dada es proporcional a la capacidad de torsión plástica
de dicha sección. En el caso de la Fig.7.16 el “techo” del montón de arena
acumulado, ver Fig.7.17, hubiera sido xvty , donde x es la menor dimensión de la
sección transversal. Esto es porque el ángulo del talud o pendiente debe ser la
misma para todos los bordes, por lo que la máxima altura que se alcance está
controlada por la dimensión menor, x en este caso. El volumen de la pirámide sobre
la sección cuadrada de Fig. 7.16, da un valor idéntico al anterior, es decir:

bvty b3
T = b2 = vty (7.7e)
3 3

Fig.7.17
Esquema de aplicación de la analogía del
montículo de arena de Nadai para una sección
rectangular.

Para el caso de la sección rectangular de Fig.7.17, el volumen del montículo de


arena sobre la sección da el torsor plástico con esta simple expresión:
xvty xvty x 2  x
T = x2 + ( y − x )x =  y − vty (7.7f)
3 2 2 3

por lo que la tensión de fluencia de corte plástica es:

T
vty = ψ ty (7.8)
x2 y
donde:
2
Ψty = (7.9)
1− x / 3y

Dado que x≤ y, cuando x= y el factor ψty= 3.0, su máximo valor posible, y (7.8) se
hace igual a (7.e), mientras que cuando x/y= 0, resulta ψty= 2.0. La ecuación (7.8) es
análoga a la (7.3).

El hormigón no es suficientemente dúctil, particularmente en tracción, para


permitir una distribución plástica perfecta de tensiones de corte, por lo que la
18

resistencia máxima a torsión de secciones de hormigón simple estará comprendida


entre los valores predichos por la teoría elástica, analogía de la membrana, y la
plástica, analogía del montículo de arena. Las Figs. 7.18 y 7.19 presentan
respectivamente esquemas de interpretación de las analogías elástica y plástica
según la ref. [6].

Fig. 7.18.
Analogía de la
membrana de L.
Prandtl para
régimen elástico

Fig. 7.19. Analogía del montículo de arena de A. Nadai para régimen plástico.

7.3.3 MOMENTO TORSOR DE FISURACIÓN.

Se trata a continuación de encontrar una expresión que permita calcular el


momento torsor de fisuración para el hormigón, lo designaremos con Tcr, y que es el
que corresponde al valor de T para el cual la tensión principal de tracción alcanza su
máximo valor.

La Fig.7.20(a) muestra una porción de elemento prismático de hormigón


sometido a momentos torsores, T, iguales y opuestos en sus caras extremas. Como
se dijo antes, aceptando la teoría elástica de St. Venant, la distribución de tensiones
en la sección transversal es como se indica en la Fig.7.20(b). Las mayores tensiones
se presentan en el centro de las caras más anchas. Si el material fuera capaz de
sobrellevar deformaciones inelásticas, como se espera en el hormigón, la
distribución de esfuerzos se aproxima a la indicada con líneas de trazos. Note la
diferencia de la distribución de tensiones de corte de secciones rectangulares con la
de una sección circular, observando la Fig.7.9 y Fig.7.11. En la sección circular la
tensión es máxima en el punto más remoto, mientras que para la rectangular la
tensión es cero en el punto más lejano.
19

Fig. 7.20
Elemento prismático rectangular sometido
a torsión y esfuerzos internos resultantes.

Los esfuerzos de corte resultantes,


indicados con τ en la figura, actúan
siempre en pares sobre las caras o
planos mutuamente perpendiculares
de elementos diferenciales. Como se
sabe, este estado es equivalente a un
estado de fuerzas de tracción, en la
figura σ= τ y compresión, σ= -τ, iguales a la tensión de corte, y actuando en las
caras de un elemento rotado a un ángulo de 45o con respecto a la dirección del
cortante. Las tensiones inclinadas son similares a las inducidas por fuerzas de corte
transversal, pero en el caso de torsión, puesto que las tensiones tienen signos
opuestos en las dos caras opuestas, Fig. 7.20(b), los esfuerzos de tracción diagonal
resultan perpendiculares entre sí, en una cara a 45o y en la opuesta a 135o, es decir
son hélices que se cruzan a lo largo de la barra, como muestra la Fig.7.21(a).

La Fig.7.21(b) muestra la fisuración de un prisma de hormigón armado sometido


a torsión pura, ref.[6]. Como se ve, la armadura más adecuada, para un elemento de
hormigón sería una espiral con inclinación siguiendo las líneas de tracción. Esto no
es nada práctico ni eficiente por estar la torsión combinada con otros esfuerzos. Por
ello se verá otra forma de armado.

Cuando los esfuerzos de tracción diagonal exceden la resistencia a tracción del


hormigón, se forma una fisura en algún sitio donde se encuentra alguna debilidad en
el material, y la misma se propaga inmediatamente a través de la viga. El valor del
momento torsor asociado a la formación de la primer fisura diagonal se llama
momento torsor de fisuración, Tcr.

Fig. 7.21(a). Trayectorias de las tensiones principales para torsión pura.


20

Fig. 7.21(b) Fisuración en un prisma de hormigón armado solicitado a torsión pura.

Tal como lo sugiere la distribución de tensiones de Fig. 20(b), para los efectos
del diseño una buena aproximación es la de idealizar que en una sección maciza la
torsión sólo es resistida por una sección o tubo de pared delgada, ignorando la parte
central. Cinco razones fundamentales soportan esta analogía:

(i) Las tensiones en la parte central son muy pequeñas.


(ii) Los brazos de palanca de las resultantes de las tensiones en el centro son
también menores.
(iii) Por las dos razones anteriores, la contribución al momento torsor de la
parte central es doblemente menor que en las partes externas.
(iv) En la parte externa la tendencia a entrar en campo no lineal del material
hace que en ese tubo idealizado de pared delgada la tensión tienda a ser
uniforme, y se acrecientan entonces las diferencias con las tensiones
internas cada vez más relativamente menores.
(v) Los resultados experimentales avalan la modelación propuesta.

En definitiva entonces, en la viga de sección maciza se puede considerar que los


esfuerzos de corte por torsión son constantes a través de un espesor finito t
alrededor de la periferia del elemento, permitiendo representar a la viga como un
tubo equivalente como muestra la Fig.7.22.

Fig. 7.22
Tubo de pared delgada sometido a torsión.

Dentro de las paredes del tubo la torsión es resistida por el corte de flujo q, cuya
trayectoria, como lo muestra la Fig.7.23, (tomada de ref. [7]) y con unidades de
fuerza por unidad de longitud, se representa por una línea en la mitad del espesor
idealizado t. En la analogía dicho flujo, q= τ.t, se considera constante en el perímetro
(la tensión y el espesor son constantes).
21

Fig. 7.23.
Ejemplo de una viga
sometida a torsión
que se idealiza como
un tubo de pared
delgada (a) en que
no se considera el
núcleo de hormigón
de la sección
transversal maciza,
siendo Ao el área
total encerrada por
la trayectoria del
flujo de corte.

Como muestra la Fig.7.22, las resultantes de las componentes individuales del


flujo de corte están localizadas dentro de las paredes del tubo, actúan a lo largo de
las longitudes yo y xo en las paredes verticales y horizontales respectivamente,
medidas por supuesto, en el plano medio del tubo. Esta suposición facilita
enormemente el planteo de las ecuaciones de equilibrio, ya que la relación entre
momento torsor actuante y resultante de esfuerzos internos es:

T = 2qxo yo / 2 + 2qyo xo / 2 = 2qxo yo = 2qAo (7.10)

donde Ao= xo.yo, representa el área total encerrada por la trayectoria del flujo de
corte, por lo que entonces el esfuerzo de corte unitario que actúa dentro de las
paredes, tomado como uniforme es:

q T
τ= = (7.11)
t 2 Ao t

Dado que ya se explicó que dicho esfuerzo es igual a la tensión principal de


tracción, cuando éste alcance la resistencia a tracción del hormigón, ft, se alcanzará
el momento torsor de fisuración. Ya se vio en el capítulo 2, ecuación (2.23) que:

1
f t = λ f c´ (7.12)
3
22

con λ= 1.0 para hormigón de densidad normal. Por lo tanto, el momento torsor de
fisuración (note: “cr” por cracking) resulta:

1
Tcr = f c´ (2 Ao t ) (7.13)
3

El valor de Ao se puede representar como una fracción del área total Acp
encerrada por el perímetro de la sección transversal, pcp. A su vez, el espesor t se
puede aproximar como una fracción de la relación Acp/pcp. Para elementos sólidos
con sección transversal rectangular, t puede tomarse como un valor comprendido
entre 1/6 a 1/4 del ancho mínimo. Utilizando un valor de t= 1/4x, para y/x= 2, resulta,
(ver luego la demostración) como se indica en la Fig.7.23, una relación aproximada:

2
AO = Acp (7.14)
3
y también que:
3 Acp
t= (7.15)
4 pcp

por lo que en definitiva el momento torsor de fisuración, para torsión pura, en


función de las dimensiones totales de la sección, vale:

1 Acp2
Tcr = f c
´
(7.16)
3 pcp

Se ha encontrado que el uso de la ecuación (7.16) permite en forma razonable


evaluar el momento de fisuración por torsión para elementos de hormigón armado
independientemente de la forma de su sección transversal.

En un elemento hueco con paredes continuas, la determinación de Ao incluye el


área del hueco, y se utiliza directamente la ecuación 7.13.

Para llegar a la aproximación de ecuación 7.14, se tiene en cuenta que:


Acp = Área total de hormigón (c por concrete y p por periférico o total)
pcp = perímetro de dicha sección total (ídem explicación por los subíndices)
Para el caso de y = 2x, resulta:

Acp = x . 2x = 2 x2
pcp = 2(x+2x) = 6x

Ao= xo.yo , donde en este caso:


xo = x- t = x – x/4 = ¾ x
yo = 2x – x/4 = 7/4 x
resulta entonces
Ao = 21/16 x2

por lo que la relación:


Ao / Acp = 21/16 x2 / 2x2 = 21/32 = 2.1/3.2 ≅ 2/3, es decir:
23

2
AO = Acp (7.14)
3

y la relación:
Acp / pcp = 2x2 / 6x = 1/3 x = 1/3 x 4t
por lo que:
t = ¾ A cp / pcp , que es la ecuación (7.15).

7.4 TORSIÓN EN ELEMENTOS DE HORMIGÓN ARMADO.

Como se dijo antes, colocar la armadura siguiendo en forma estricta y continua


las trayectorias de las líneas de tracción en un elemento de hormigón armado
sometido a torsión es difícil, costoso, poco práctico y, para combinación de
esfuerzos, poco eficiente. Por ello, para resistir torsión se utiliza una combinación de
estribos poco separados y barras longitudinales. Esto implica que, de ser aplicable,
se deben adicionar refuerzos de acero a los necesarios para corte y flexión
(esfuerzos con los que normalmente coexiste la torsión).

Los ensayos han demostrado que con barras longitudinales solamente, se


aumenta muy poco la resistencia a torsión por encima del valor dado por la ecuación
(7.16). Esto es razonable pues las mismas sólo pueden contribuir con el mecanismo
de taco o dovela, el cual es débil y poco confiable si el fracturamiento longitudinal a
lo largo de las barras no es restringido por armadura transversal.

Fig. 7.24(a)
Analogía del reticulado
Espacial para torsión

Cuando los elementos se refuerzan en forma adecuada como muestra la


Fig.7.24(a) y (b), las primeras fisuras en el hormigón aparecen para un momento
torsor igual o un poco mayor que el que corresponde a elemento no armado a
torsión, y aproximado por la ecuación (7.16). Esto es similar al mejoramiento de la
resistencia al corte en vigas de hormigón por efecto de los estribos. Las fisuras
tienen una configuración similar a la que indica la Fig.7.24(a). Luego de ocurrir la
fisuración, la resistencia del hormigón sólo cae cerca de un 50 % y sobreviene una
redistribución de esfuerzos hacia las armaduras. Cuando la resistencia a torsión de
la sección se aproxima a su máximo valor, el recubrimiento del acero está muy
24

deteriorado y empieza a desprenderse, por lo cual su contribución en este estado


debe ignorarse.

Fig. 24(b) Concepto de Aoh para sección efectiva a torsión.

Se define el área Aoh= xoyo como el área encerrada por el eje de la armadura
transversal cerrada más extrema dispuesta para resistir torsión, y además el
perímetro ph= 2(xo + yo) del eje de la armadura de torsión transversal cerrada
ubicada en la posición más externa.

La resistencia a torsión en elementos de hormigón armado se puede obtener a


partir de la analogía del reticulado espacial, en la que existen diagonales
comprimidas de hormigón en espiral que toman los esfuerzos paralelos, pero no los
perpendiculares, a las fisuras de torsión, tensores de acero transversales que
corresponden a los estribos cerrados y cordones de tracción que corresponden a las
armaduras longitudinales.

De acuerdo a la Fig. 7.24(a), la resistencia de torsión correspondiente a un


elemento con una sección transversal rectangular puede representarse como la
suma de las contribuciones de los cortantes en cada una de las cuatro paredes del
tubo equivalente. Por ejemplo, la contribución del cuarto elemento, pared vertical
derecha del tubo es:
Vx
T4 = 4 o (7.17)
2

Fig. 7.25
Diagrama de cuerpo libre para
Equilibrio vertical.

Como lo indica la Fig.7.25, el equilibrio en dicha pared vertical, con fisuras en


ángulo θ, que son atravesadas por n estribos de sección transversal At (una rama
pues refiere a una sola cara) y tensión de fluencia fyv, con separación s, requiere:
25

V4 = At f yv n (7.18)

y como n= yocot.θ/s, resulta:


At f yv yo
V4 =cot θ (7.19)
s
por lo que combinando las ecuaciones (7.17) y (7.19), se obtiene:

At f yv xo y o
T4 = cot θ (7.20)
2s

Para las cuatro paredes existirán expresiones similares, por lo que sumando la
contribución de todos los lados, la resistencia nominal a torsión de la sección es:

2 Aoh At f yv
Tn = cot θ (7.21a)
s

Sin embargo, los ensayos han demostrado que, después de que ocurre la
fisuración, el área encerrada por el flujo de corte, Ao, es menor que el área
encerrada por las dimensiones xo e yo, medidas hasta la línea central del estribo
cerrado más externo. En consecuencia, la versión ACI-318-2005, sección 11.6.3.6
especifica que debe utilizarse Ao en vez de Aoh para determinar el Momento Torsor
Nominal con esta expresión:

2 Ao At f yv
Tn = cot θ (7.21b)
s

donde Ao se debe determinar en forma analítica, o bien adoptar:

Ao= 0.85 Aoh (7.22)

y Aoh según la Fig.7.24(b). El ángulo de las diagonales comprimidas debe adoptarse


de forma tal que 30o ≤ θ ≤ 60o. La norma especifica que puede tomarse:
(a) θ = 45o para elementos no pretensados o pretensados con valores
menores a los que da el punto (b), y
(b) θ = 37.5o para elementos pretensados tal que la fuerza efectiva de
pretensado sea mayor que el 40 % de la resistencia a tracción de la
armadura longitudinal.

La resistencia de diseño a torsión, Td, se obtiene aplicando el factor de reducción


de resistencia φ = 0.75, por lo que la ecuación básica de diseño es:

Td = φTn = 0.75Tn ≥ Tu (7.23)

siendo Tu el momento torsor demanda en estado último o torsor requerido mayorado,


el cual, como se verá más adelante, se determina según lo que especifica el ACI-318
en su sección 11.6.2.
26

Las bielas comprimidas de las Figs.7.24(a) y 7.25, que transmiten esfuerzos de


compresión paralelos a las fisuras diagonales, son necesarias para el equilibrio de la
sección transversal. Como se muestran en la Fig.7.26, para cualquier cara i, la
fuerza de corte vertical Vi se puede descomponer en una diagonal Di con inclinación
θ, y y otra horizontal Ni, tal que:

Vi
Di = (7.24a)
senθ
y
N i = Vi cot θ (7.24b)

Fig. 7.26
Diagrama de cuerpo libre
Para equilibrio horizontal.

La fuerza Ni está centrada a media altura de la pared i puesto que se supone que
el flujo de corte q es constante en el ancho del la pared. En la analogía del reticulado
espacial entonces para cada cordón superior e inferior le corresponde una fuerza
Ni/2. Internamente se supone que el acero longitudinal fluye cuando se alcanza la
resistencia a torsión, por lo que la contribución total de la pared vertical derecha 4 al
cambio de la fuerza axial del elemento por presencia de torsión es:

At f yv yo
N 4 = V4 cot θ = cot 2 θ
s
Totalizando el efecto para todas las caras:

At f yv
∑A li f yl = Al f yl = ∑ N i = ∑Vi cot θ = 2( xo + y o )cot 2 θ
s
y como:
p h = 2( xo + yo ) (7.25)

es el perímetro de la línea central de los estribos cerrados, en forma reducida el


equilibrio se escribe como:
At f yv
Al f yl = p h cot 2 θ
s

de donde se obtiene la expresión del refuerzo longitudinal que se debe suministrar


para materializar la fuerza axial de tracción ∑ N i :

At f yv
Al = ph cot 2 θ (7.26)
s f yl

Al = área total del refuerzo longitudinal para resistir la torsión (en todo el perímetro)
27

fyl = resistencia de fluencia del acero longitudinal,

Esta es la expresión que da el ACI-318, como armadura longitudinal adicional


(a flexo-compresión) requerida por torsión, en su sección 11.6.3.7. Para el caso
común en que las tensiones de fluencia de ambos aceros, longitudinal y transversal,
sean iguales, y se adopte ángulo de las fisuras θ= 45o, la expresión se simplifica a:

At
Al = ph (7.27)
s

A partir de la ecuación (7.21) se obtiene el área requerida para la sección


transversal de una rama de estribo para torsión como:

Tu s
At = (7.28)
2φAo f yv cot θ

7.5 TORSIÓN Y CORTE.

La situación más común es que los elementos no estén sometidos a torsión


pura sino que aparezca una combinación con momentos flectores y esfuerzos de
corte. En un elemento de hormigón armado en estado I, no fisurado, el corte y la
torsión producen esfuerzos de corte que son resistidos por el hormigón. En el
elemento fisurado, el corte y la torsión aumentan las fuerzas en las diagonales
comprimidas, incrementan el ancho de las fisuras, aumentan las tensiones en las
barras longitudinales y crecen las fuerzas en los estribos.

El ACI-318-05, sección 11.6.3.1 establece un control de las tensiones de corte


para la combinación de corte por flexión y torsión. En corte por flexión limita con:
vu ≤ φvn ≤ 0.75(0.30 + 0.67) f c´ = 0.7275 f c´

que de no verificar lleva a modificar las dimensiones para bajar la tensión máxima de
corte. Para torsión y corte, la norma impone con similar concepto este límite:

(a) para secciones macizas:

2 2
 Vu   Tu ph   V 
  +   ≤ φ c + 2 f c´  (7.29)
 2  b d 3
 bw d   1.7 Aoh   w 

(b) para secciones huecas:

 Vu   Tu ph   Vc 2 
  +   ≤ φ + f c´  (7.30)
 2  
 bw d   1.7 Aoh   bw d 3 

La diferencia entre estas ecuaciones tiene su origen en la Fig.7.27. Para un


elemento de sección sólida, como en la Fig.7.27(b), las tensiones de corte por
torsión se distribuyen principalmente alrededor del perímetro, tal como lo sugiere la
28

analogía del tubo hueco, pero toda la sección transversal es efectiva para resistir
corte por flexión. En la sección hueca, Fig. 27(a), en el punto A las tensiones de
corte se suman en forma directa, y por ello la forma de la expresión (7.30). Sin
embargo, en la sección maciza, el corte que no es de torsión se distribuye a través
del ancho. Por esto, y corroborado por ensayos, la ecuación (7.29) permite una
mejor representación, y a la vez no tan conservadora, de las tensiones de corte.

Fig. 27.
Suma de esfuerzos de torsión y de corte en
secciones huecas y macizas.

Si alguna de las ecuaciones


(7.29) o (7.30) no se cumple, la norma
exige que deben aumentarse las
dimensiones o utilizar un hormigón de
mayor resistencia.

A su vez, la norma en la sección


11.6.3.2, especifica que si el espesor
de la pared varía a lo largo del
perímetro de una sección hueca, la
ecuación (7.30) se debe evaluar para el
caso en que las demandas, es decir la parte izquierda de la ecuación resulte
máxima. En el punto A de la figura anterior las tensiones son aditivas por lo que
puede ser un punto crítico. Si las alas superior e inferior de la sección hueca son
más delgadas que el alma, puede ser necesario verificar la expresión en los puntos
B y C. De todos modos en esos puntos las tensiones de corte son normalmente
pequeñas y la norma dice que pueden ignorarse.

También la norma aclara que si el espesor real de la pared es t<(Aoh/ph),


entonces el segundo término de la ecuación (7.30) se debe reemplazar por:

 Tu 
 
 1.7 Aoh t 

siendo t el espesor de la pared hueca en el punto que se verifican las tensiones.

La norma también hace la diferencia para casos de secciones en L o T que se


construyan o no monolíticamente. En la sección 11.6.1.1 dice que se deben utilizar
las especificaciones de la sección 13.2.4 para obtener los valores de Acp y de pcp, y
se debe establecer la relación entre (Acp2/pcp) y comparando los casos en que se
incluye y no se incluyen las alas. Más adelante en un ejemplo se utiliza este
concepto.
29

7.6 ARMADURAS MÍNIMAS.


7.6.1 ARMADURA TRANSVERSAL.

De la ecuación (7.28) se obtiene la armadura transversal para torsión. La


misma debe combinarse con la necesaria para el esfuerzo cortante. En el caso
típico de estribos de dos ramas, el requerimiento puede expresarse como:

 Av +t Av A 
 = +2 t  (7.31)
 s s s 

La norma ACI-318, en la sección 11.6.5 especifica que en toda zona donde el


momento torsor Tu mayorado supere un cierto valor crítico, que luego se verá
cómo se determina, será necesario contar con armadura de torsión, y la mínima
cantidad a colocar debe ser tal que:

( Av + 2 At ) ≥ 1
f c´
bw s
(7.32a)
16 f yv
y también:
( Av + 2 At ) ≥ 0.33bw s (7.32b)
f yv

Fig. 7.28 Estribos y armaduras longitudinales de torsión.


30

Fig. 29.
Descascaramiento en las esquinas de
vigas solicitadas a torsión.

La norma aclara también que


los estribos transversales para
torsión deben ser cerrados para
proporcionar la capacidad a tracción
a través de las fisuras potenciales
diagonales en todas las caras de la
viga. Por ello, ciertas formas de colocar estribos en U no cerrados pueden no ser
aptos para el caso de torsión. La Fig.7.28 muestra detalles permitidos, haciendo
hincapié en la necesidad de cerrar estribos con ganchos a 135o a menos que se
cuente con confinamientos de las ramas no cerradas. Se hace notar que para zona
sísmica, tanto para corte, confinamiento o evitar pandeo, los estribos cerrados son
los más eficientes.

Además, en sus comentarios menciona que cuando una viga falla por torsión
las esquinas de las vigas tienden a desprenderse debido a las tensiones inclinadas
de compresión en las diagonales de hormigón del reticulado espacial, que cambian
de dirección en la esquina. La Fig.7.29(a) muestra la zona potencial de
descascaramiento, y en la Fig.7.30(a) y (b) esquemas de cuerpo libre que explican el
fenómeno citado. Los ensayos demuestran que si los estribos sólo tienen ganchos a
90o los mismos no son efectivos por el salto potencial del recubrimiento. Por ello la
norma exige que los estribos deben anclarse dentro del hormigón confinado. Sólo en
el caso en que el descascaramiento esté restringido se permiten utilizar ganchos a
90o. La Fig.7.28 muestra las exigencias de la norma.

La separación s de los estribos se limita con el fin de asegurar el desarrollo de


la resistencia última a torsión, prevenir pérdida de rigidez luego de la fisuración,
conferir adecuada capacidad de rotación a torsión y controlar el ancho de las fisuras.
La exigencia es que:

ph
s≤ (7.33a)
8

s ≤ 300mm (7.33b)
31

Fig. 30(a) Desvío de los elementos comprimidos en la arista.

Fig. 30(b)
Modelo de una sección llena fisurada en torsión.

7.6.2 ARMADURA LONGITUDINAL.


La ecuación (7.26) es la que permite calcular el área de armadura longitudinal
para torsión:
A f yv
Al = t ph cot 2 θ (7.26)
s f yl

y la norma aclara que, a los efectos de evitar cantidades excesivas de armadura


longitudinal, la relación (At/s) debe tomarse con el mismo valor que resulta de la
ecuación de armadura transversal (7.28), sin que se vea modificado por los
requerimientos de acero transversal mínimo que especifica en la sección 11.6.5.2 o
11.6.5.3.

Hasta la edición del ACI-318-1989 se utilizaba una expresión que exigía una
cuantía longitudinal de acero cercana al 1 % para vigas sometidas a torsión pura, y
valores menores para vigas con corte y torsión en función de las relaciones entre
32

dichos esfuerzos. La siguiente ecuación es la que adopta el ACI-318-2005 para


establecer la mínima cantidad de armadura longitudinal de torsión que es necesario
disponer para los casos en que sea necesario armadura de torsión:

5 f c´ Acp  A  f yv
Al ,min = −  t  ph (7.34)
12 f yl  s  f yt
donde:
At 1 bw
≥ (7.35)
s 6 f yv

Existen estudios críticos sobre las armaduras mínimas de torsión exigidas por
el ACI-318-1995, como los presentados en ref.[8].

En su sección 11.6.6.2 la norma aclara que la separación entre las barras


longitudinales no debe ser mayor de 300 mm, y debe distribuirse en lo posible
uniformemente alrededor del perímetro de la sección transversal. Esto es porque la
armadura longitudinal es necesaria para resistir la suma de las fuerzas de tracción
longitudinales debidas a torsión inducidas en las paredes de los tubos de pared
delgada. Como el flujo se considera constante, el baricentro de la armadura
longitudinal adicional por torsión debe coincidir en forma aproximada con el
baricentro de la sección.

Además, el diámetro mínimo de la armadura longitudinal ds, en función de la


separación de estribos s, es según norma:

d s ≥ 10mm
(7.36)
d s ≥ s / 24

(Considero que en nuestro medio podría usarse 8 mm como diámetro mínimo).


Debe existir al menos una barra longitudinal en cada esquina de estribo.

El ACI-318- sección 11.6.4.3 establece que la armadura longitudinal debe ser


anclada en ambos extremos del elemento sometido a torsión. En la sección 11.6.6.3
aclara que la armadura se debe prolongar, como mínimo, una distancia (bt+d) más
allá del punto en el que ya no es teóricamente necesaria, siendo bt el ancho de la
parte de la sección transversal que contiene los estribos cerrados que resisten la
torsión. Aclaran los comentarios que la distancia (bt+d) que se toma es mayor que la
que se utiliza para la armadura de corte y flexión pues ahora las fisuras de tracción
por torsión se desarrollan en forma helicoidal.

7.7 DETERMINACIÓN DEL MOMENTO TORSOR MAYORADO TU. CRITERIO DE


DIFERENTES NORMAS.

Se presentan a continuación los criterios de las normas CIRSOC-201-05 que


sigue al ACI-318, y el de la norma NZS-3101 1995, ref.[17]. En mi interpretación,
esta última es más clara cuando se trata de decidir sobre cómo resolver los casos
de torsión por compatibilidad. El ACI-318-2005, en su sección 11.6.2 especifica los
33

casos diferentes para evaluar el momento de torsión Tu último o requerido como


demanda. El NZS 3101 trata el tema en su capítulo 9.

7.7.1 TORSIÓN POR EQUILIBRIO. ACI-318-05

La Fig.7.31, torsión primaria o por equilibrio, y que ratifica los conceptos antes
explicados, muestra el caso en que el momento torsor, obtenido por simple
equilibrio estático, no se puede reducir, ya que el mismo se necesita
indefectiblemente para el cumplir condiciones de equilibrio. En este caso, se debe
disponer de armadura de torsión, obtenida con los criterios antes explicados, para
soportar la totalidad del momento torsorTu. Esto es lo que expresa la norma en su
sección 11.6.2.1.

Fig. 7.31
Ejemplo de acción de
momento torsor que
el reglamento no
permite reducir.

7.7.2 TORSIÓN POR COMPATIBILIDAD. ACI-318-05

En los casos como muestra la Fig.7.32, estructura estáticamente


indeterminada, ver sección C-201-05 11.6.2.2, es posible una reducción de las
fuerzas internas, incluidas las debidas a torsión, invocando redistribución de
esfuerzos que se producen después de la fisuración. Esto es posible cuando exista
torsión por compatibilidad. Esto significa que la norma dice que hay que evaluar el
momento torsor a partir de un análisis estructural que contemple la compatibilidad de
deformaciones por continuidad estructural, pero permite una “reducción de dicho
momento máximo mayorado Tu a los siguientes valores:

(a) En elementos no pretensados con N= 0:

1 Acp2
Tu = φ f c´
(7.37)
3 pcp

(b) En elementos no pretensados con axial de tracción o compresión:

1 Acp2 3N u
Tu = φ f c´
1+ (7.38)
3 pcp Ag f c´
34

donde Nu se toma con valor positiva en caso de compresión y negativa en tracción, y


corresponde a la carga axial para el estado último que se analiza (no es
necesariamente una carga mayorada).

Esto implica, como se ve, que la norma ha tomado el momento que produce
fisuración como referencia para la máxima redistribución posible (es decir, se puede
“redistribuir” todo el exceso por encima de ese valor de referencia), pero afectado
por el factor de reducción de resistencia φ, ya que Tcr (por “cracking”) vimos está
dado por:
1 Acp2
Tcr = f c´ (7.16)
3 pcp

Fig. 7.32.
Situación en la que
el momento torsor
último puede
reducirse.

En síntesis, hasta aquí la norma C-201-05 nos indicaría que los casos
posibles que se pueden presentar luego de obtener el Tu, a partir de un análisis
elástico basado en propiedades de la sección no fisurada (ver comentario del
código en sección C 11.6.2.1 y C 11.6.2.2, último párrafo) son tres:

(i) Si Tu es menor que la “torsión crítica” y que es un valor mínimo de


referencia que ya se verá cómo se obtiene, la torsión puede
ignorarse y sólo se provee armadura mínima.
(ii) Si Tu es mayor que la “torsión crítica” pero menor que “mínima
posible resultante de la redistribución” (y que sólo depende de
propiedades geométricas), entonces se diseña con el valor de Tu
(esto es obvio pues no hay razones para redistribuir).
(iii) Si Tu es mayor que el momento torsor que resulta de la
redistribución permitida, entonces es posible “aferrarse” a la
redistribución y diseñar con esos momentos “reducidos”.

Esto es lo que interpreta también la Ref.[16], capítulo 7, sección 7.5.7, y que


aplica en el Ejemplo 7.3. En definitiva, por lo expresado hasta ahora, el ACI-318 no
permitiría ignorar la torsión por compatibilidad cuando, como en los casos (ii) y (iii) se
supera el valor crítico. Note además que en sus comentarios habla de “un análisis
elástico basado en propiedades de la sección no fisurada”. Sin embargo, y
35

ahora aparecen ciertas incongruencias o ambigüedades en la norma, en la sección


8.6 dedicada a Rigidez y comentario C 8.6 en particular, dice que las rigideces de un
elemento EI y GJ deben tener en cuenta el grado de fisuración y plastificación
ocurrida antes de la fluencia. Como esto es complejo, admite, da simplificaciones
para pórticos arriostrados para los valores de EI (recordar que esto es válido sólo
para cargas gravitatorias: para combinación con sismo referirse a IC-103-05, parte
II). En otro párrafo siguiente del comentario manifiesta que es necesario “incorporar
la rigidez a torsión” cuando se necesita evaluar la interacción flexión y torsión. Luego
dice que en el caso de “torsión por compatibilidad, la rigidez a torsión con frecuencia
puede no ser tomada en consideración”. La falta de claridad que observo en la
aplicación de la norma se refieren a:

(i) habla de sección no fisurada para torsión, cap. 11.


(ii) en el cap. 8, dice que hay que tener en cuenta el grado de fisuración.
(iii) mismo cap. 8, en torsión por compatibilidad, dice que con frecuencia
podría tomar GJ=0.

7.7.3 TORSIÓN POR EQUILIBRIO. NZS-3101-1995.


En la Sección 9.3.7.2 da lineamientos similares a los del ACI-318.

7.7.4 TORSIÓN POR COMPATIBILIDAD. NZS-3101-1995.

Es en esta parte donde la norma de Nueva Zelanda trata el tema con mayor
claridad y consistencia que el ACI-318. En sus comentarios, sección C9.3.7.2 el NZS
aclara que las previsiones para torsión siguen los lineamientos de el Código de
Canadá en vez de los del ACI-318.

En su sección 9.3.7.3 el NZS dice claramente que “si la torsión en un miembro


aparece porque éste debe torcerse para mantener compatibilidad, el efecto de
torsión puede ignorarse, siempre que los momentos y cortes en la estructura sean
evaluados suponiendo que el elemento en cuestión carece de rigidez a torsión, y que
se adoptan las siguientes previsiones:
(i) se debe suministrar una armadura mínima de torsión (ver
previsiones 9.3.8 y 9.39)
(ii) en aquellos elementos que se unen al miembro en cuestión y en el
que ocurrirán momentos debido a la restricción torsional, se debe
colocar la armadura mínima de flexión la cual debe ser
apropiadamente anclada para desarrollar la máxima resistencia.
(iii) Si la fisuración por torsión bajo el estado de cargas de servicio debe
ser tenida en cuenta, se debe suministrar una armadura de torsión
que resista al menos 2/3 del momento torsor que produce la
fisuración.

Como se ve, la norma NZS no deja dudas sobre cómo tratar el tema, y
sugiere ignorar la torsión por compatibilidad salvo casos muy especiales. Cuando se
la ignora se debe adoptar GJ=0 para que los momentos y cortes resultantes sean
coherentes con la hipótesis adoptada.

El NZS aclara aún más el tema en sus comentarios de sección C9.3.7.3


donde expresa que cuando aparece la torsión por compatibilidad sería necesario
36

evaluar tanto la rigidez a flexión como la de torsión. Adopta el tubo de pared


delgada equivalente para determinar la rigidez a torsión para una sección no fisurada
a través de la siguiente expresión:

4( Aco ) 2 tc
Gc K gross = Gc (7.39)
poc

con el significado según Fig. 7.33, donde Gc puede tomarse como 0.4Ec.

Fig. 7.33
Concepto de tubo equivalen-
te para secciones de hormi-
gón no fisuradas.

Tener cuidado con la notación (aún en la fuente se ha observado errores: note


corrección en Fig.733). El resumen sería:

Aco= Área encerrada por el perímetro de la sección ≡ Acp del ACI


pc = perímetro correspondiente a dicha área ≡ pcp del ACI
poc= perímetro definido a mitad del espesor de tubo de pared delgada.
Aoc = área encerrada por el perímetro poc. Puede tomarse Aoc= 0.67 Aco
Note similitud con ecuac. (7.14) del ACI:

2
AO = Acp (7.14)
3

tc = espesor del tubo equivalente, supuesto constante, y según la Fig.7.33 note la


equivalencia con lo del ACI:
3 Acp
t= (7.15)
4 pcp

Es importante seguir leyendo los comentarios de la norma NZS pues allí


aclara, tal cual antes se expresó, que la rigidez a torsión del miembro fisurado es
una fracción pequeña del que corresponde a sección no fisurada. Se puede
demostrar, ref.[2], ver cap. 8, ecuación 8.36) que la rigidez a torsión de una sección
fisurada es controlada primariamente por las deformaciones de la armadura, y puede
evaluarse mediante:

Es 4( Ao ) 2 At Al
Gc K cr = (7.40)
2 po spo

La norma aclara que para vigas típicas se encuentra que la rigidez a torsión
dada por la ecuación anterior es menos del 10 % de la que corresponde a sección
37

no fisurada. Dice la norma que al pasar al sección fisurada, la rigidez a flexión se


reduce cerca del 50 %, por lo que para obtener esfuerzos, habría que hacer el
análisis, por ejemplo, con sección no fisurada para flexión y dividiendo la rigidez a
torsión por 5 (cinco). Esto es como tomar rigidez a flexión dividida por 2 (dos) y la de
torsión por 10 (diez). Los elementos diseñados para resistir torsión a partir de las
hipótesis anteriores, se comportarán en forma satisfactoria. Sin embargo, el análisis
puede involucrar un trabajo significativo, dice la norma. Si la torsión en los miembros
aparece sólo porque los mismos deben girar en torsión para mantener la
compatibilidad de deformaciones, la magnitud de la torsión será casi directamente
proporcional a la rigidez de torsión. Esto queda nuevamente demostrado en la
Fig.7.34 y donde se expresan además los requerimientos de la norma NZS. Por lo
tanto, disminuyendo la cantidad de armadura de torsión hace decrecer la rigidez
(note la dependencia de rigidez con resistencia en el rango no lineal) por lo que se
reduce entonces el torsor inducido. Esto es coherente con las hipótesis adoptadas.

Fig. 7.34
Torsión por
compatibilidad.

En tales casos, es decir, donde la torsión no es necesaria para mantener el


equilibrio, el NZS permite al diseñador suministrar una mínima cantidad de armadura
de torsión apropiadamente detallada y suponer que la rigidez a ese esfuerzo es nula.
Como en realidad cierta torsión es inevitable, se exige la mínima armadura de flexión
en el elemento de apoyo como indica la figura. Ello implicará en cierto grado una
reducción en el corte que produce la fluencia de la armadura de alma. Sin embargo,
si el elemento ha sido correctamente diseñado al corte (es decir para fallar en forma
dúctil por flexión en vez de frágil por corte), la pequeña torsión no tendrá un efecto
significativo en la carga de falla del elemento.

La Fig. 7.35 muestra la “sección efectiva” para resistencia a torsión en vigas


de hormigón armado según el NZS, con la siguiente notación:

to = 0.75 Ao/po
po = perímetro supuesto como pasando por los centros de las barras
longitudinales.
Ao= boho = área que encierra po = 2(ho+bo)
bo = se puede tomar como 0.5(b´o+b”o)
38

Fig. 7.35 Secciones efectivas para resistencia a torsión.

Hasta este punto este trabajo desarrolla los conceptos de la norma NZS, los
que simplemente han sido explicados para por un lado ver la diferencia de
tratamiento del problema con el ACI-318, y para aclarar sus fundamentos. Se deja al
lector la referencia indicada para mayor profundización del tema.

7.7.5 PREVISIONES ADICIONALES DEL CIRSOC 201-2005.

El código ACI-318 establece que los momentos flectores y esfuerzos de corte


obtenidos luego de la redistribución de momentos en los elementos adyacentes, se
pueden utilizar para el diseño de dichos elementos; ver Fig. 7.3(d).

También aclara la norma que para secciones huecas el valor de Acp no se


debe reemplazar por el de Ag, como se hace para obtener el valor de torsión crítica
(ver más adelante). Es decir que en secciones huecas se debe usar Acp, que dará un
valor mayor de torsión, por lo tanto más conservador para torsión. Habría que usar
directamente la ecuación 7.13.

La norma aclara, sección 11.6.2.3, que los momentos torsores provenientes


de la losa se pueden considerar como uniformemente distribuidos a lo largo de la
viga, a menos que se determinen por medio de un análisis más preciso.

En los elementos no pretensados, las secciones ubicadas a una distancia


menor que d medida desde la cara del apoyo, se deben dimensionar para una
torsión mínima Tu que se evalúa a la distancia h/2 desde la cara del apoyo. Sin
embargo, si existiera un torsor concentrado dentro de dicha distancia, al igual que
ocurría con el esfuerzo de corte, la sección crítica debe ser la que corresponde a la
cara del apoyo.
39

7.8 TORSIÓN CRÍTICA.

La norma ACI-318 considera que cuando los momentos torsores Tu no


superen un valor crítico o de referencia, Tcrítico, no provocarán una reducción
significativa a la resistencia de flexión y corte, por lo que pueden ser ignorados. El
valor crítico se toma, en forma aproximada, como ¼ del momento de torsión que
produce la fisuración, Tcr,. En consecuencia, en la sección 11.6.1 la norma indica
que el efecto de torsión puede ser ignorado si resulta:

(a) En elementos no pretensados con N= 0:

Tcr 1 Acp2
Tu ≤ Tcritico= = = φ fc´
(7.39)
4 12 pcp

(c) En elementos no pretensados con axial de tracción o compresión:

1 Acp2 3N u
Tu = φ f c´
1+ (7.40)
12 pcp Ag f c´

Para valores superiores a los de torsión crítica, el efecto de torsión no puede


ignorarse y hay que tomar los recaudos de diseño necesarios.

Cuando se trata de secciones huecas la norma dice que se debe utilizar Ag en


lugar de Acp. Ag el área bruta o total de la sección, que en las secciones huecas no
incluye los vacíos. Esto se hace para bajar el valor de la torsión crítica o de
comparación. Solamente si Tu es menor que dicho valor la torsión por equilibrio
puede ser ignorada. Se ve además que se incluye el valor de φ, factor de reducción
de resistencia, 0.75 en esta versión, para hacer aún menor el valor de comparación.

7.9 RIGIDEZ A TORSIÓN.

Al sólo efecto de completar el tema, se presentan algunos conceptos


adicionales sobre la rigidez a torsión.

A partir de la teoría clásica de elasticidad se puede obtener la rigidez a torsión


de vigas de material homogéneo con diferentes secciones transversales. Las
ecuaciones (7.2) a (7.7) relacionan variables estáticas y cinemáticas con ese
propósito. Experimentos llevados a cabo sobre elementos de hormigón armado
indican que existe una buena concordancia con las expresiones teóricas.

La Fig. 7.36 presenta una síntesis de tensiones máximas por torsión en


distintos puntos de diferentes secciones transversales y el momento de inercia
polar C= JT que corresponde a cada sección.
40

Fig. 7.36. Máximas tensiones de torsión y momentos de Inercia Polar J para algunas
secciones homogéneas según la teoría de la elasticidad.
41

Sin embargo, cuando el hormigón armado se fisura, lo cual es lo normal,


estos valores dejan de tener relevancia. Los ensayos de torsión efectuados sobre
vigas de 250 mm x 381 mm y presentados en la Fig.7.37, muestran que en la
relación momento torsor vs. ángulo de giro, al inicio aparece un comportamiento
francamente lineal, y luego de la fisuración si bien se pierde rigidez existe un
incremento de la resistencia por encima del momento Tcr. Una vez fisurada la viga
un nuevo mecanismo, como puede ser el explicado antes y referido como
reticulado espacial, es el que soporta la torsión. Para este caso, el ángulo de giro
por torsión está controlado no por las deformaciones de corte sino por las
deformaciones que sufren las diagonales comprimidas de hormigón y las
deformaciones de tracción tanto en los estribos como en las barras longitudinales.
La Fig.7.35 muestra en forma esquemática deformaciones de un trozo de viga
sometido a torsión. Note que las diagonales comprimidas está simultáneamente
sometidas a tracciones transversales por lo que su rigidez y resistencia se ven
afectadas.

Fig. 7.37
Típicas Relaciones
Torsión-Ángulo de giro
para vigas según
ensayos presentados en
ref.[2].

El núcleo de una sección sólida no contribuye significativamente a la


resistencia a torsión, tal cual antes se expresó; por lo tanto, a los efectos de
determinación de rigidez la sección sólida fisurada se puede reemplazar por una
sección hueca. Se ha encontrado además que la relación y/x no es una variable
significativa en la determinación de la pérdida de rigidez por fisuración. La Fig.7.36
42

muestra una síntesis de experimentos sobre vigas con el mismo área del núcleo
(xoyo = constante) y con relaciones de 1≤ y/x≤ 6, las cuales muestran casi la misma
rigidez en todos los estados asociados con la fisuración. La rigidez del reticulado
espacial depende en gran medida del contenido de acero de torsión. Note que se
da un fenómeno similar a la dependencia de la rigidez a flexión en función de la
resistencia de la viga (contenido de armadura en tracción) que ha sido manifestado
por Paulay y Priestley en sus últimos trabajos, ref.[12].

Fig. 7.38 Deformación por torsión de un elemento de viga.

Fig. 7.38. Rigidez torsional para secciones rectangulares y huecas de hormigón armado
diagonalmente fisuradas.
43

7.10 EJEMPLO DE APLICACIÓN No 1.

Se trata del diseño de una viga prefabricada sometida a combinación de corte y


torsión. La misma debe soportar elementos de techos prefabricados, simplemente
apoyados sobre el lateral de la viga, como se muestra en la Fig.E1-1, en planta y
elevación. Las vigas a diseñar están conectadas a las columnas para transferir la
torsión y el corte. No se suministra continuidad entre las vigas soporte. Tomado de
Ref. [15]

A) Datos:
D= doble TT + aislación + piso= 0.30 ton/m2
L = 0.15 ton/m2
f´c = 35 MPa = 3500 ton/m2 wc = 2.4 ton/m3 fy= 420 MPa= 42000 ton/m2

Fig. E1-1. Planta. Ejemplo de aplicación. 1pié=0.305m, 1pulgada=0.0254m: para el


ejemplo se toma luz de vigas a ejes 9.0 m y columnas de 0.40x0.40 m. Luz de vigas de
techo TT a ejes de columnas 18 m.

Fig. E1-2. Elevación. Ejemplo de aplicación. 1pié=0.305m, 1pulgada=0.0254m: para el


ejemplo se toma viga de ancho arriba de 0.40m, altura toral 0.80 m y ancho inferior 0.55m.
Saliente de apoyo de vigas TT de 0.15m de ancho por 0.20m de altura. Distancia de eje de
apoyo a eje de viga 0.275m. Altura de vigas TT 0.60 m.
44

B) Resolución.

1) determinar los esfuerzos internos. Suponer carga uniforme de las vigas TT


sobre las vigas a diseñar.

Reacción de techo sobre viga:


Luz l= 18 m – 2 x 0.2750 m = 17.45 m

Reacción a D ...........RD= 0.30 x 17.45/2 t/m = 2.62 t/m


Reacción a L ........... RL= 0.15 x 17.45/2 t/m = 1.31 t/m

Peso propio de viga:


[(0.40x0.80) + (0.20x0.15)] m2 x 2.4 t/m3 = 0.84 t/m

Carga mayorada para Mu y Vu:


U = 1.2 D + 1.6 L = 1.2 (2.62 + 0.84) + 1.6 X 1.31 = 6.25 t/m

Momento en el centro del tramo:


Mu 6.25 t/m x 92/8 m2 = 63.30 tm

Corte en los extremos:


Vu = 6.25 t/m x 9/2 m = 28.13 t

Carga mayorada para Tu:


U = 1.2 D + 1.6 L
D = 2.62 t/m + (0.15 x 0.20) x 2.4 t/m = 2.70 t/m
U = 1.2 x 2.70 + 1.6 x 1.31 = 5.35 t/m

Torsión en los extremos:


Tu = (5.35 t/m x 9 m) x (0.075 + 0.20)m / 2 = 6.65 tm

El corte y la torsión crítica están a una distancia d desde la cara del soporte.
Se supone altura útil d = 80cm – 5 cm = 75 cm. Por lo tanto, la sección crítica está
a 75cm + 20cm= 95 cm del centro o eje de la columna, es decir:
Sección crítica desde el centro del tramo (4.50m – 0.95m) = 3.55 m

Esfuerzos en secciones críticas:

Vu = 28.13 t x 3.55/4.50 = 22.20 t


Tu = 6.65 tm x 3.55/4.50 = 5.25 tm

La viga debe ser diseñada para resistir en forma completa el momento torsor
Tu pues se trata de un caso de torsión por equilibrio.

2) Verificar si es posible ignorar la torsión.


45

Torsión de fisuración:

1 Acp2
Tcr = f c
´
(7.16)
3 pcp

y se puede ignorar si la torsión es menor de 0.25 ese valor, afectado por φ, es


decir:

1 A2
Tu = φ f c´ cp (7.39)
12 pcp

Acp = área encerrada por el perímetro exterior de la viga incluido el borde de apoyo

Acp = (0.40 x 0.80 + 0.15 x 0.20) = 0.35 m2.

pcp = perímetro exterior de la viga = 2 (0.40 + 0.80 + 0.15 ) m = 2.70 m

1 0.35 2 m 4
Tcr = 35 = 0.0895MNm = 8.95tm
3 2 .7 m

y la torsión crítica o límite es:

Tlim = 0.75 x 0.25 x 8.95 tm = 1.68 tm

que resulta menor que la demanda Tu = 5.25 tm, por lo cual NO puede ignorarse el
efecto de torsión.

3) Verificar si la sección transversal de la viga es suficiente, es decir verificar la


tensión máxima de corte por combinación de efectos.

Tiene como objeto cuidar que las diagonales comprimidas no estén sobre
cargadas. Por tratarse de sección maciza:

2 2
 Vu   Tu ph   Vc 2 
  + 


2 
≤ φ  + f c´  (7.29)
 bw d   1.7 Aoh   bw d 3 

En la Fig. E1-3 se dan detalles que permiten obtener:

Aoh = área encerrada por el perímetro externo de estribo cerrado.


Aoh = 0.33 x 0.73 + 0.15 x 0.13 = 0.26 m2

ph = perímetro correspondiente = 0.33+0.73+0.48+0.13+0.15+0.60 = 2.43 m


46

Fig. E1-3.
Se ha tomado como distancias a ejes de estribos:
Arriba (13”) 0.33m (es decir 3.5cm de recubrimiento
a eje de estribos), izquierda (29”) 0.73m; abajo (19”)
0.48m; borde apoyo (5”) 0.13m; las 6”= 0.15m y las
24”= 0.60m.

la contribución del hormigón a se vez debe ser tal que:

Vc
vc = ≤ 0.30 f c´
bw d

 2 
φ  0.30 f c´ + f c´  = 0.75 x0.97 35 = 4.30MPa = 430t / m 2
 3 

2 2
 22.20t   5.25tmx 2.42m 
 2 
+ 2 4 
= 5476 + 12222 = 133t / m 2 < 430t / m 2
 0.40 x0.75m   1.7 x0.26 m 

por lo que las dimensiones de la sección transversal son adecuadas.

4) Determinar el área de estribos por torsión.

Td = φTn ≥ Tu = Tr = 5.25tm
2 Ao At f yv
Tn = cot θ
s

Ao = 0.85 Aoh = 0.85 x 0.26 m2 = 0.221 m2 = 2210 cm2


fy = 4.20 t/cm2 θ= 45o cot θ= 1.0

separación máxima de estribos por torsión es s≤ ph/8 = 242cm/8= 30 cm


y por corte d/2= 75cm/2 = 37.50 cm
Adoptamos s= 30 cm

525tcmx30cm
At = = 1.13cm 2 por rama cada 30 cm.
2 x0.75 x 2210cm 2 x 4.2t / cm 2

que podría corresponder a un estribo cerrado con una barra de 12 mm cada 30 cm.
Sin embargo hay que sumar requerimientos por corte.

5) Determinar el área de estribos por corte.


47

Vd = φVn = φ (Vc + Vs ) ≥ Vu = Vr = 22.20t

vc = 0.167 35 = 0.99 MN/m2 = 99 t/m2

corte último:

vu = 22.20 t / (0.40 x 0.75) m2 = 74 t/m2

necesario a tomar por acero:

φvs = vu - φvc = 74 – 0.75 x 99 = 0 t/m2

por lo que no es necesario armadura de corte.

6) Área total de estribos por combinación de corte y torsión.

Si se adopta un solo estribo cerrado:

 Av 
 + At  = 0 + 1.13 = 1.13cm 2 en cada rama y cada 30 cm.
 2 

En este caso resultaría un estribo con diámetro 12 mm cada 30 cm.

El diámetro del estribo cumple además el requerimiento de norma de ser mayor de


10 mm.

7) Verificar armadura mínima de estribos.

El área total de las dos ramas del estribo debe ser:

bw s
( Av + 2 At ) = (0.0 + 2 x1.13) = 2.26cm 2 ≥ 1
f c´ = 0.0625 x
35
x 40 x30cm 2 = 1.05cm 2
16 f yv 420
y
( Av + 2 At ) = 2.26cm 2 ≥ 0.33bw s = 0.33 x 40 x30cm 2 = 0.94cm 2
f yv 420

con lo cual se verifican ambos requerimientos.

8) Obtener la armadura longitudinal adicional por torsión.

At f yv 1.13cm 2
Al = ph cot 2 θ = x 242cmx1.0 x1.0 = 9.10cm 2
s f yl 30cm

9) Verificar la cantidad mínima de armadura longitudinal por torsión.


48

5 f c´ Acp A  f yv
Al ,min = − t  ph
12 f yl  s  f yt

5 35 x 3500cm 2
Al ,min = − 0.028cmx 242cm = 20.54 − 9.10 = 11.44cm 2
12 x 420

debiéndose cumplir además que:

At 113mm 2 1 bw 400
= = 3.43 ≥ = 0.167 mm = 0.15
s 300mm 6 f yv 420

y se ve que controla la condición de cuantía mínima adicional por torsión.

El acero longitudinal requerido por torsión debe ser distribuido alrededor del
perímetro del estribo cerrado, con separación máxima de 30 cm, y estar dentro del
estribo, con una barra en cada esquina del mismo.

En las siguientes figuras se indican esquemas de armado. De topas maneras,


se verá que se ha apartado de lo calculado para el ejemplo, adoptando armaduras
para corte y torsión un poco más conservadoras.

Se adoptan 12 barras de diámetro 12 mm que suministran 13.56 cm2. El


perímetro donde se deben colocar es de 243 cm, lo que da una barra cada 20 cm
aproximadamente. La Fig. E1-4 muestra cuál sería la primer tentativa de armadura
longitudinal por torsión. La misma puede verse levemente modificada en función de
cómo se acomode la armadura de flexión.

Fig. E1-4. Armaduras parciales de torsión, corte y flexión.


49

10) Armadura de flexión en el centro del tramo:

M u /φ 6330tcm
A≅ = = 23.92cm 2
f y (d − d ´) 0.90 x 4.2t / cm 2 (75 − 5)

mientras que la cuantía mínima por flexión es (1.4/fy) = 0.3333, por lo que:

Amin = 0.333 x 40 cm x 75 cm = 10 cm2

por lo que controla el momento demanda.

En los extremos, donde el momento flector es nulo, se debe suministrar al


menos 1/3 de la armadura que cubre el momento máximo, según el ACI-318,
sección 12.11, es decir (24 cm2/ 3 = 8 cm2).

Teniendo ya presente los requerimientos de torsión, para la armadura de flexión


se adoptan 4 barras de diámetro 25 mm, 2 de 20 mm y una de 12 mm, lo que da un
total de 27 cm2, dispuestos como lo indica la Fig. E1-4. Con esta disposición, y sin
tener en cuenta la armadura de torsión, pues es adicional, un análisis seccional
preciso da los siguientes resultados, para el estado último o resistencia nominal:

Mn= 72.47 tm εsmax =1.7 % por lo que φ= 0.90, con eje neutro a 11.23 cm

Md= 0.90 x 72.47 tm = 65 tm > 63 tm, O.K.

La Fig. E1-5 muestra en definitiva las secciones transversales en tramo y apoyo


cuando se combinan los requerimientos de torsión, flexión y corte.

Fig. E1-5. Diseño de la sección transversal en Tramo y Apoyo.


50

7.11 EJEMPLO DE APLICACIÓN No 2.

Una viga con un extremo empotrado y otro libre en voladizo, de sección con
ancho b= 0.30m y altura total h= 0.50 m está sometida a un par torsor en su extremo
libre igual a Tu= 4.0 tm. El hormigón es calidad H21 y el acero ADN 420. Diseñar la
sección a torsión.

Solución.

(1) Es torsión por equilibrio, por lo que hay que evaluar Tu, que es dato para
este problema.
(2) Torsión crítica:

Acp = 0.15 m2
pcp = 1.6 m

Torsión que produce fisuración:

1 Acp2
Tcr = f c
´
(7.16)
3 pcp

Tcr = 0.016 MNm = 1.6 tm

Torsión crítica = ¼ T cr = 0.40 tm < 4.0 tm

por lo que la torsión no puede ser ignorada.

(3) Verificación de dimensiones de hormigón

Distancia de bordes a centros de estribos estimada en 2.5 cm, por lo que:

ph = (0.25 m + 0.45m) x 2 =1.40 m

Aoh = (0.25 x 0.45) m2 = 0.1125 m2

Tu x ph / 1.7 x Aoh2 = 2.60 MNm < φ 0.97 (f´c)1/2= 0.75 x 0.97 x (21)1/2 = 3.33 MNm

por lo que la condición queda satisfecha.

(4) Armadura transversal:

De la ecuación de diseño se obtiene

Tu s
At = (7.28)
2φAo f yv cot θ

y para s=17 cm < ph/ 8 = 17.5 cm


51

Ao = 0.85 Aoh = 0.85 x 0.1125 m2 = 0.096 m2

400tcmx17cm
At = = 1.12cm 2
2 x0.75 x 4.2t / cm 2 960cm 2

por lo que se adopta estribos de 12 mm (At = 1.13cm2) cada 17 cm.

(5) Armadura longitudinal:

Teniendo en cuenta que el tipo de acero para armadura transversal y longitudinal es


el mismo:

At 1.13cm 2
Al = ph = 140cm = 9.31cm 2
s 17cm

para lo cual se pueden disponer de 4 barras de diámetro 12 mm por cara lateral y


adicionar 1 barra de diámetro de 8 mm arriba y abajo, lo cual suma 10cm2, y la
distribución es casi uniforme como es la exigencia.

(6) Armaduras mínimas:


Transversal:

1 bw s
2 At ≥ f c' = 0.0625 x 4.58 x300mmx170mm / 420 = 35mm 2
16 fy

y esta expresión controla sobre:

0.33bw s
(2 At ) ≥ (7.32b)
f yv

pero se necesitan 112 mm2, tal cual se calculó antes.

Longitudinal:

5 f c´ Acp  A  f yv
Al ,min = −  t  ph
12 f yl  s  f yt

5 21x1500 2
Al , min = cm − 9.13cm 2 = 6.82 − 9.13
12 x 420

la cual en este caso carece de sentido por dar negativa.


52

7.12 EJEMPLO DE APLICACIÓN No 3.

La viga de la Fig. E3-1 es continua, está apoyada en columnas tal que la distancia
entre caras de columnas es de 8.50m y soporta una losa construida monolíticamente
con un voladizo de luz libre 1.70m. La losa tiene espesor de 15 cm y la viga es de 30
cm de ancho y 60 cm de alto. La altura útil de la viga es d= 55 cm. La losa soporta
una carga viva L= 0.25 t/m2.

El hormigón es H30 y el acero ADN420. La viga además soporta una carga


accidental centrada en su eje longitudinal y uniformemente distribuida de L=1.50 t/m.

Evaluación de Cargas Últimas:

Peso propio de losa = 0.15m x 2.40 t/m3 = 0.36 t/m2


Carga última sobre la losa U= 1.2 x 0.36 + 1.6 x 0.25 = 0.83 t/m2

Peso propio de la viga = 0.30 x 0.60 x 2.4 t/m = 0.43 t/m


Carga Última en viga U= 0.83 t/m2 x 1.70m +1.2 x 0.43 t/m + 1.6 x 1.5 t/m = 4.33 t/m

Fig. E3-1. Viga continua sometida a Torsión por losa en vodadizo.

Esfuerzos para estado de diseño por resistencia.

A) losa.

Momento flector a cara de viga (ver ACI-318-sección 8.7, luz de cálculo)


Mu/m = (0.83 t/m2/m) x 1.702 m2 / 2 = 1.20 tm/m
Es el momento de empotramiento en losa por unidad de longitud de viga.

Vu/m = 0.83 t/m2/m x 1.70m = 1.40 t/m

B) Viga.
Momento flector:
Mu = 4.33 t/m x 8,502 m2 / x x = f(del grado de empotramiento)
Corte:
Vu = 4.33 t/m x 8.50 m / 2 = 18.50 t
53

Momento Torsor máximo en caras de columnas o extremos de vigas:


Tu = 0.83 t/m2 x 1.70 m (1.70/2 + 0.15) m x 8.50 m /2 = 6.0 tm

Relaciones geométricas:

(i) como sección rectangular:


Acp = 0.30m x 0.60m = 0.18 m2
pcp = (0.30 + 0.60) m x 2 = 1.80 m
Acp / pcp = 0.018

(i) como sección rectangular L:

Acp = 0.30m x 0.60m + 0.15 x 0.45 = 0.2475 m2


pcp = (0.60 + 0.30 + 0.45 + 0.45 + 0.15 + 0.75) m = 2.70 m
Acp / pcp = 0.023

por lo que controla este valor, y se debe considerar el efecto de las alas.

El valor de Tlim o crítico es:

Tlim = 1/12 x 0.75 x (30)1/2 x 0.023= 7.87x10-3MNm= 0.79 tm

y resulta bastante menor que Tu= 6.0 tm, por lo que la torsión no puede ser
ignorada.

Suponiendo un recubrimiento de 3.4 cm en toda la periferia (a borde exterior


de estribo), y considerando que se colocará estribo de 12 mm (prediseño), resultan:

xo = 30 cm – 2(3.4+1.2/2) = 22 cm yo = 52 cm

por lo que:

ph = (0.22 m + 0.52 m) x 2 =1.48 m


Aoh = (0.22 x 0.52) m2 = 0.1144 m2

vt= Tu x ph / 1.7 x Aoh2 = 3.99 MNm = 399 t/m2

(note que el código NZS-3101 designa a la tensión de corte por torsión como
vt=Tu/(2tAo), y observando la ecuación 7.15 se ve que son similares)

y el corte es:

vu = 18.50 t / 0.30 x 0.56m2 = 110 t/m2

(vt2+vu2)1/2 = 413 t/m2 > φ 0.97 (f´c)1/2= 0.75 x 0.97 x (30)1/2 = 3.98 MNm= 398 t/m2

por lo que es necesario modificar las dimensiones.

Se deja al lector la continuidad del ejercicio.


54

7.11 REFERENCIAS.
[1] “Building Code Requirements for Reinforced Concrete”. ACI-318-83 y ACI-318-
2005.
[2] “Reinforced Concrete Structures”. Robert Park y Tomas Paulay. John Wiley &
Sons. 1975.
[3] “Seismic Design and Retrofit of Bridges”. M. J. N. Priestley, F. Seible & G. M.
Calvi. John Wiley & Sons. 1996.

[4] “Mechanics of Materials”. E. P. Popov. Prentice-Hall, INC, Englewood Cliffs, N.J.,


sixth printing, 1957.

[5] “Ciencia de la Construcción”. Odone Belluzzi. Tomo I. 1970.

[6] “Estructuras de Hormigón Armado”. Fritz Leonhardt, Tomo I: Bases para el


dimensionamiento de estructuras de hormigón armado. El Ateneo. 1973.

[7]. CIRSOC 201. Proyecto de Reglamento Argentino para Estructuras de Hormigón.


En período de discusión pública. Noviembre 2005. INTI.

[8]”Armadura Mínima de Torsión”. Emil Sánchez. XXXI Jornadas Sud Americanas de


Ingeniería Estructural. Mendoza. 17 a 21 Mayo 2004.

[9] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”. T. Paulay & M.
N. J. Priestley. John Wiley & Sons. 1992.

[10] “Diseño de Estructuras de Concreto”. Arthur H. Nilson. 20th. Edición. McGraw-


Hill. 1999.

[11] “Curso de Hormigón Armado”. Oreste Moretto. 2th. Edición. El Ateneo. 1970.

[12] “A Re-definition of the Stiffness of Reinforced Concrete Elements and its


Implications in Seismic Design”. Tomas Paulay. Structural Engineering International
2001; 11(1): 36-41.

[13] “Turning Loss to Gain”. Northridge Earthquake. Seismic Safety Comission. State
of California. Report to the Governor. Governor´s Executive Order W-78-94. SSC
Report No. 95-01. Sacramento, California, 1995.

[14] “The 1994 Northridge Earthquake Damage Analysis of Selected Freeways


Bridges”. Nigel Priestley. 2-EIPAC-1994. 24 al 28 de Octubre 1994. Mendoza.

[15] “Notes on ACI 318-02. Building Code Requirements for Structural Concrete with
design applications”. Edited by David Fanella & Basile Rabat. PCA, Portland Cement
Association.

[16] “Reinforced Concrete. A fundamental approach. Fifth edition. ACI-318-05 Code


edition”. Edard G. Nawy. Prentice Hall. 2005.
[17] “NZS-3101. Concrete Structures Standard”. Part 1 Design of Concrete
Structures and Part 2 Commentary. 1995.
55

7.12 APÉNDICE: EJEMPLO DE TORSIÓN POR COMPATIBILIDAD.


56
57

Modelos del ejemplo con ETABS.


1

Instituto de Mecánica Estructural


y Riesgo Sísmico

HORMIGÓN I
Unidad 8:

ANCLAJES Y EMPALMES.
Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.
2

Contenido.

EL MATERIAL COMBINADO HORMIGÓN ARMADO.

8.1. INTRODUCCIÓN.

8.2. LA ADHERENCIA EN ELEMENTOS DE HORMIGÓN ARMADO.


8.2.1. ELEMENTO EN TRACCIÓN.
8.2.2. ELEMENTO EN FLEXIÓN.

8.3. NATURALEZA DE LA RESISTENCIA DE ADHERENCIA.


8.3.1. RELACIÓN TENSIÓN DE ADHERENCIA vs. DESLIZAMIENTO.
8.3.2. BARRAS LISAS.
8.3.3. BARRAS NERVURADAS.

8.4. INFLUENCIA DE LA POSICIÓN DE LA BARRA CON RESPECTO A LA


COLOCACIÓN DEL HORMIGÓN QUE LAS RODEA.

8.5. INFLUENCIA DEL DIÁMETRO DE LA BARRA Y CONDICIONES DE LA


SUPERFICIE.

8.6. EFECTO DEL CONFINAMIENTO.

8.7. PRESCRIPCIONES REGLAMENTARIAS DEL ACI-318 Y OTRAS NORMAS EN


RELACIÓN AL DESARROLLO DE LAS ARMADURAS.
8.7.1. GENERALIDADES.
8.7.2. DESARROLLO DE BARRAS CONFORMADAS A TRACCIÓN CON
EXTREMOS RECTOS.
8.7.3. DESARROLLO DE BARRAS LISAS A TRACCIÓN.
8.7.4. DESARROLLO DE BARRAS CONFORMADAS A COMPRESIÓN.
8.7.5. DESARROLLO DE BARRAS LISAS A COMPRESIÓN.
8.7.6. DESARROLLO DE PAQUETES DE BARRAS.
8.7.7. DESARROLLO DE BARRAS EN TRACCIÓN CON EXTREMOS CON
GANCHOS NORMALES.
8.7.7.1. INTRODUCCIÓN.
8.7.7.2. LONGITUD DE DESARROLLO PARA BARRAS
NERVURADAS CON EXTREMOS CON GANCHOS.

8.7.8. DESARROLLO DE MALLAS ELECTROSOLDADAS DE ACERO


CONFORMADO SOMETIDAS A TRACCIÓN.
8.7.9. DESARROLLO DE MALLAS ELECTROSOLDADAS DE ACERO
LISO SOMETIDAS A TRACCIÓN.

8.8. EMPALMES DE ARMADURAS.


8.8.1. INTRODUCCIÓN.
8.8.2. EMPALMES DIRECTOS.
8.8.2.1. EMPALMES SOLDADOS.
8.8.2.2. EMPALMES CON CONECTORES MECÁNICOS.
8.8.2.2.1. EMPALMES CON MANGUITOS ROSCADOS.
3

8.8.2.2.2. EMPALMES CON MANGUITOS A PRESIÓN


PARA BARRAS NERVURADAS.

8.8.3. EMPALMES INDIRECTOS.


8.8.3.1. TRASLAPES DE TRACCIÓN.
8.8.3.2. TRASLAPES DE COMPRESIÓN.

8.8.4. PRESCRIPCIONES REGLAMENTARIAS RESPECTOS A LOS


EMPALMES.
8.8.4.1. EMPALMES POR TRASLAPE EN TRACCIÓN.
8.8.4.2. EMPALMES POR TRASLAPE EN COMPRESIÓN.
8.8.4.3. DISPOSICIONES ESPECIALES PARA DISEÑO SÍSMICO.

8.9. DESARROLLO DE LA ARMADURA EN FLEXIÓN.


8.9.1. GENERALIDADES.
8.9.2. PRESCRIPCIONES REGLAMENTARIAS DEL NZS:3101 Y DEL ACI 318
8.9.2.1. INTERRUPCIÓN DE LA ARMADURA DE TRACCIÓN.
LONGITUDES DE EMBEBIDO.
8.9.2.2. CONDICIONES PARA INTERRUMPIR LA ARMADURA.
8.9.2.3. ANCLAJES EN ELEMENTOS DE SECCIÓN VARIABLE.
8.9.2.4. DESARROLLO DE ARMADURA DE TRACCIÓN PARA
MOMENTO POSITIVO.
8.9.2.5. DESARROLLO DE LA ARMADURA PARA MOMENTO
NEGATIVO.
8.9.2.6. DESARROLLO DE LA ARMADURA DEL ALMA.

8.10. CONSIDERACIONES ESPECIALES DEL NZS:3101 PARA ANCLAJES Y


EMPALMES EN ELEMENTOS SOMETIDOS A TERREMOTOS.
8.10.1. EMPALMES E INTERRUPCIÓN DE BARRAS.
8.10.2. LONGITUD EFECTIVA DE ANCLAJE EN NUDOS.
8.10.3. SITUACIÓN EN NUDOS INTERIORES VIGA-COLUMNA.
RELACIÓN DIÁMETRO DE BARRA CON PROFUNDIDAD DE
COLUMNA.
8.10.4. DIÁMETRO DE BARRAS DE LOSAS COLABORANTES.
8.10.5. ANCLAJES EN PROLONGACIÓN DE VIGAS (BEAM STUBS).
8.10.6. USO DE ARMADURA TRANSVERSAL PARA REDUCIR ldh.
8.10.7. CONDICIONES ESPECIALES PARA BARRAS DE COLUMNAS.

8.11. NUEVAS TENDENCIAS PARA EL ANCLAJE DE BARRAS.

8.12. BIBLIOGRAFÍA.

Emisión Revisión Revisión Revisión


Filename Obs.
0 1 2 2
Anclajes y
FEB 2002 AGO2002 SEP 2007 OCT 2009
empalmes.doc
Páginas 90 100 98 85
4

EL MATERIAL COMBINADO HORMIGÓN ARMADO.

8.1. INTRODUCCIÓN.
Tal cual se expresó capítulos anteriores, el hormigón armado es un material
compuesto. La eficiente interacción de los dos componentes constituyentes requiere de
una adherencia e interacción confiable entre el acero y el hormigón.
Básicamente, las recomendaciones y exigencias de los códigos apuntan a
asegurar que las barras de acero estén adecuadamente embebidas en un hormigón
bien compactado de modo que las mismas puedan desarrollar su resistencia (al menos
de fluencia) sin que se produzcan deformaciones excesivas. Es decir se deben
observar requerimientos de rigidez, resistencia y de compatibilidad de deformaciones.

Fig. 8.1(a). Falla de Anclaje de las Armaduras, en el Viaducto Cypres, durante el terremoto de Loma
Prieta, 1989, San Francisco. California.

En la teoría del hormigón armado generalmente se asume como hipótesis de


que las deformaciones específicas del hormigón, εc, y del acero εs, son iguales. Esto
implica suponer que la adherencia entre el hormigón y las barras de acero es perfecta,
por lo cual no habría desplazamiento relativo entre los materiales en la superficie de
interfase. Si se recuerda que la deformación límite del hormigón en tracción es del
orden de 0.2x10-3, es decir de un orden menor que la deformación del acero ADN-420
para fluencia (2x10-3, que es similar al valor de deformación para máxima tensión de
compresión en el hormigón) se comprenderá que es imposible postular εc = εs, en
particular para estados donde el hormigón armado tenga comportamiento francamente
no lineal. Tal cual se expresó en el capítulo 1, en zonas de alta sismicidad, las
condiciones de diseño hacen que ciertas zonas críticas sean inducidas a plastificar. En
ese contexto, pueden aparecer fisuras de tracción multi-direccionales por lo que las
condiciones de adherencia se ven seriamente deterioradas a menos que se comprenda
el fenómeno y se adopten condiciones especiales para el detalle y la construcción. Se
ha dicho en varias oportunidades que para tener comportamiento dúctil en el hormigón
5

armado se deben evitar o demorar al máximo posible dos tipos de fallas por ser
frágiles: las de corte por un lado, y las de adherencia y anclaje por otro.
Para las situaciones normales, y las extremas cuando actúa por ejemplo el
sismo severo, se debe admitir como inevitable en el hormigón armado convencional (no
precomprimido), la formación de fisuras debidas a tracción. Si bien εc no es igual a εs, la
hipótesis de igualdad de deformaciones, a los efectos del diseño de las secciones,
puede admitirse como válida pues está ampliamente demostrado que da buenos
resultados. Sin embargo, se debe cuidar el diseño y detalle de modo que las fisuras
puedan considerarse como capilares (del orden de la décima de mm). Para esto, en las
condiciones de trabajo del material compuesto hormigón armado la adherencia cumple
un rol fundamental, y por ello la ref. [1] indica que el aspecto más importante en el
detalle de las estructuras de hormigón armado apunta a que las condiciones de
adherencia sean las más efectivas. Lamentablemente esto no es muy comprendido en
la práctica real, y en general se han prior izado los cálculos numéricos de las secciones
de hormigón armado antes que el diseño y detalle de las mismas, de los elementos
estructurales completos y de sus conexiones. Muchos terremotos pasados han dado
cuenta de falta de adecuados detalles de anclaje, como los que se muestran en la Fig.
8.1(a) y (b), durante los terremotos de Loma Prieta (1989) y San Fernando (1971),
ambos en California, EEUU.

Fig. 8.1(b).
Falla de arrancamiento de las barras
durante el terremoto de San
Fernando, 1971. California. EEUU.

Algunos autores,
Ref.[2], hacen una distinción
entre dos estados para el
comportamiento del hormigón
armado: (i) Estado I: la zona
traccionada no se encuentra
fisurada, y el hormigón
contribuye a resistir la tracción;
y (ii) Estado II: cuando
superado el valor máximo de deformación por tracción aparecen numerosas fisuras, y
entonces es la armadura la que debe resistir la tracción.

Fig. 8.2.
Generación de fuerzas de
anclaje y de adherencia por
flexión.
6

El concepto fundamental alrededor del cual gira la interacción entre el acero y el


hormigón radica en que se van a desarrollar tensiones de adherencia entre dos
secciones en la superficie de contacto siempre y cuando exista variación entre las
tensiones del acero entre ambas secciones. La Fig. 8.2 muestra dos casos típicos
donde se desarrollan tensiones de adherencia indicadas con u, y designadas muchas
veces como fuerzas de corte por unidad de área. El otro concepto fundamental es que
una barra se debe extender y estar embebida en el hormigón una distancia ld, conocida
como longitud de desarrollo, para poder transferir a éste, y por ende desarrollar la
fuerza que se desee.
En la Fig. 8.2(a), por ejemplo, caso de tracción simple, se ve que para que se
transmita el esfuerzo T, cuantificado por la tensión en el acero fs actuando sobre el área
transversal de la barra, As, al bloque de hormigón es necesario que se desarrollen las
tensiones u en la longitud ld. Dos aspectos se hacen notar: primero que las tensiones u
no son uniformes a lo largo de ld, sino que varían de acuerdo a lo que luego se
explicará, y segundo que esas tensiones u existen porque sección a sección la tensión
de tracción fs en el acero varía desde un máximo en el extremo libre (donde comienza
el empotramiento) a cero al final de ld, por la transferencia de esfuerzos que se hace
hacia el hormigón. La distribución de tensiones fs y u es bastante compleja, pero por el
momento adviértase el fenómeno físico de transferencia de esfuerzos. En la Fig. 8.2(b),
caso de tracción por flexión, se observa que, dado que el momento flector varía a lo
largo del tramo de viga analizado, los esfuerzos de tracción varían también, de T desde
un extremo a T+∆T en el otro, y en consecuencia existen tanto esfuerzos de corte en el
tramo de viga, como de corte por unidad de área en la interfase acero-hormigón, es
decir tensiones u, que restituyen el equilibrio interno.
Para el caso de la Fig. 8.2(a), la fuerza de corte por unidad de área de superficie
de barra se puede escribir así:
q ∆f s Ab ∆f sπdb2 d b 1
u= = = = ∆f s (8.1)
∑o ∑ o 4πdb 4 1m
q = cambio de fuerza en la barra por unidad de longitud.
∑o = área nominal de la superficie de la barra por unidad de longitud.
db = diámetro nominal de la barra
∆fs = cambio en la tensión del acero por unidad de longitud.
Ab = área nominal de la barra.
Si u se considerara como uniforme a lo largo de ld, y T es el esfuerzo a transferir,
entonces se puede calcular la longitud de desarrollo ld a partir de las siguientes
expresiones:
T = Ab fs = u ∑o ld (8.2a)

fs
ld = db (8.2b)
4u

Para la Fig. 8.2(b), la tensión de adherencia responde a la expresión:

u = ∆T / π db ∆x (8.3)
7

Algunos códigos, Ref. [3] sección 18.4, tabla 24, especifican valores permisibles
para las tensiones u, lo cual permite calcular, en función de otras variables que luego
se mencionarán, la longitud de desarrollo ld. Más adelante se hará referencia a los
requisitos que estipula el código ACI-318, Ref.[4], y la norma de Nueva Zelanda, Ref.
[5]. Estas son las bases de las actuales normas en nuestro país, CIRSOC 201-2005 e
INPRES-CIRSOC 103-parte2-2005.

8.2. LA ADHERENCIA EN ELEMENTOS DE HORMIGÓN ARMADO.


8.2.1. ELEMENTO EN TRACCIÓN.
La Fig. 8.3(a) muestra una barra prismática de hormigón armado sometida en
sus extremos a un esfuerzo de tracción P. Si bien el caso que se presenta es general,
vamos a suponer, a los efectos de hacer algunas evaluaciones numéricas, que la pieza
tiene sección cuadrada, de 500 x 500 mm de lado, con una barra simple de 40 mm de
diámetro en su eje y que la misma sobresale apenas del hormigón para poder aplicar la
fuerza sólo en el acero. Suponemos que la longitud embebida de la barra es de
4000mm. Se asume además que el hormigón tiene una resistencia característica
f´c=21MPa, por lo que de acuerdo al ACI-318, el material poseería un módulo de
elasticidad longitudinal cercano a Ec= 21000 MPa y una resistencia a tracción del orden
de f cr= 0.33 f c´ = 1.5MPa . Para el acero, supóngase que es una barra conformada, tipo
ADN 420, es decir con fy= 420 MPa y Es= 210000 MPa. La relación de módulos de
materiales es entonces n=10. El área total de acero es As= 1250 mm2, por lo que la
cuantía es ρs= 0.005 = 0.5 %. Para permanecer en estado I se supone que la carga
axial P alcanza un valor máximo de 250 KN (es decir 25 ton). La Fig. 8.3 pertenece a la
ref.[2], por lo cual la nomenclatura no es la misma que corresponde al ACI ni a la
utilizada en el curso. De todas maneras, las relaciones, por observación, son
inmediatas.

(a)

(b)

(c)

(d)

Fig. 8.3. (a) Vista longitudinal y Sección transversal; (b) Distribución de tensiones fs en estado I; (c)
Tensiones de tracción en el hormigón; (d) Tensiones de adherencia.
8

Las Fig. 8.3(b), 3(c) y 3(d) muestran respectivamente y a lo largo de la longitud


de la barra, la distribución de tensiones de tracción fs (σe en la figura) en el acero, de
tensiones de tracción ft (σb en la figura) en el hormigón y de adherencia u (τ1 en la
figura). Corresponden las siguientes observaciones:
(i) Note la variación de las tensiones del acero desde un máximo de 200
MPa a un mínimo de 9.6 MPa (se deja al lector la demostración
respectiva).
(ii) A partir de la sección extrema comienza la transferencia de esfuerzos
desde el acero al hormigón, el que toma tensiones desde cero hasta
0.96 MPa. Este valor es menor que el límite de tracción de 1.50 MPa,
supuesto antes. Estado I.
(iii) En este tramo de transición, debido a la variación de tensiones en el
acero, deben aparecer tensiones de adherencia, que tienen una
distribución bastante compleja, según muestra la figura.
(iv) La fuerza que se debe transferir por adherencia no es el total T=250
KN, sino la diferencia entre Pso, fuerza que toma el acero en la sección
0 o extrema, y Ps1 que es la fuerza que permanece en el acero en la
sección 1-1. Esta es la sección donde se alcanza la compatibilidad de
deformaciones, es decir donde εc = εs. Esa misma fuerza a tomar en la
transición de superficie de ambos materiales es entonces la que el
acero “descarga en el hormigón”, y por ende también, la que el
hormigón tiene que tomar en el tramo central de la barra, de valor
constante, hasta la transición en el otro extremo. Ese valor vale
entonces, 238 KN (de nuevo se deja al lector su derivación).
(v) En las zonas extremas, zona de tensiones axiales variables y u distinta
de cero, no es válida la aseveración de que εc = εs, y la barra presenta
un deslizamiento dentro del hormigón hasta que se alcanza la total
compatibilidad. En el tramo central, se supone que existe contacto
perfecto, no hay deslizamiento, las tensiones axiales permanecen
constantes y u= 0.
(vi) Si se admitiera una distribución uniforme de tensiones para u (lejos de
la realidad, pero que se admite a los fines prácticos), y se tomara como
valor límite el de u =0.3 21 = 1.37 MPa, la longitud de desarrollo sería
cercana a 1450 mm, es decir la relación ld / db del orden de 36, lo cual
es típico de admitir en estos casos. Para tener como referencia, vale la
pena mencionar que el texto ref.[6] da valores para la tensión de
adherencia para estado último del orden de 1.2 f ´c , y los autores del
texto admiten que en experimentos y bajo ciertas condiciones se han
llegado a medir valores de u ≈ 2.5 f ´c .

Si ahora la carga P se aumenta en forma considerable, digamos cerca de dos


veces más, es obvio que, tal cual se indica en la Fig. 8.4(a), aparecerán en el hormigón
fisuras en las zonas más débiles de su estructura interna por haberse superado el
límite de su capacidad de deformación de tracción, sección 1 por ejemplo. En ese caso,
el hormigón debe transferir todo el esfuerzo en esa sección al acero, el cual tendrá un
pico de tensión nuevamente, e igual al que corresponde a las secciones extremas. El
9

efecto de adherencia hace que el acero intente nuevamente transferir parte de los
esfuerzos a ambos lados de las fisuras hacia el hormigón. Se van generando
longitudes de desarrollo ld a medida que la carga aumenta, con aparición de nuevas
fisuras, cuya configuración y separación depende del grado de adherencia. Las Fig.
8.4(b), (c) y (d) muestran cómo han variado para este estado II las distribuciones de
tensiones en el acero y en el hormigón, como así también las zonas del interior de la
barra donde se generan tensiones de adherencia, con el signo distinto (cambio de
sentido) a cada lado de la fisura.

Fig. 8.4 distribución de tensiones para el estado II, hormigón fisurado.

Entre fisuras principales, que son aquellas que abarcan todo el ancho por lo que
la sección de hormigón es completamente interrumpida, se generan fisuras menores o
secundarias, que no se propagan hasta la superficie externa. En este último caso la
sección de hormigón puede tomar cierta proporción de tracción.

La Fig. 8.5 muestra un esquema de fisuras principales, secundarias y sentido de


las tensiones de adherencia.

Fig. 8.5. Deformación del hormigón entre fisuras y sentido de las tensiones de adherencia.
10

8.2.2. ELEMENTO EN FLEXIÓN.

La Fig. 8.6 muestra un tramo de elemento en flexión sometido a momento


positivo donde en la zona inferior aparecen fisuras de tracción.

Fig. 8.6. Elemento sometido a flexión con fisuras por tracción.

(a)

(b)

(c)

(d)

(e)

(f)

Fig. 8.7. Efecto de fisuración en elementos de hormigón armado.


11

Suponiendo que los momentos varíen desde M1 en la cara izquierda a M2 en la


cara derecha de dicha porción de viga, tal cual se esquematizan en la Fig. 8.7(a), se
generarán tensiones de corte en el tramo ya que hay variación de las fuerzas de
tracción en el acero.

Las Fig. 8.7(b) a (f) indican respectivamente la distribución de momentos


flectores M, de tensiones de adherencia u, de tensiones de tracción ft en el hormigón,
de tensiones de tracción en el acero fs y del módulo de rigidez a flexión EI. Tal cual
muestra la Fig. 8.2(b), las fuerzas de adherencia en una porción de viga de longitud ∆x,
se generan a causa de que las tensiones en el acero, y en consecuencia las fuerzas de
tracción, varían de T a T+∆T. Si se supone una distribución uniforme de u en ese
tramo, por equilibrio deber ser:

∆T = u ∑o ∆x (8.4a)

y se puede admitir que la fuerza interna de tracción T debe variar en la misma forma
que lo hace el momento externo M, por lo que entonces, siendo jd el brazo elástico es:

∆M V
∆T = = ∆x (8.4b)
jd jd

de donde resulta:
V
u= (8.5)
jd ∑ o

Esta ecuación indica que cuando el grado de variación del momento flector (esto
es el esfuerzo de corte) es alto, las tensiones de adherencia resultarán elevadas. Debe
aclararse, sin embargo, que la ecuación 8.5 es muy simplificada y sobre estima el valor
real de las tensiones de adherencia. Esto es porque, tal cual muestra la Fig. 8.7, la
presencia de fisuras en el hormigón a intervalos discretos a lo largo del elemento hace
que aparezcan tensiones adicionales de adherencia debido a la tracción que es posible
que el hormigón aún pueda desarrollar entre las grietas. Es decir, hay cierta
redistribución de las tensiones, por lo que la ecuación anterior es muy conservadora.

Es de hacer notar que, aún cuando la fuerza de corte sea nula (por ser zona de
momento constante), se van a producir tensiones de adherencia debidas a la variación
de la fuerza de tracción en el acero. A tal respecto es interesante analizar la Fig. 8.8,
tomada de Ref.[2]. En esta figura, note además que para el estado I no deberían
aparecer tensiones de adherencia en el tramo central, entre las fuerza P, pues como no
deberían aparecer fisuras, no hay razón para que las fuerzas en el acero varíen en ese
tramo. Sí aparecerán, tal cual se indican, en el estado II.
12

Fig.8.8. Distribución de tensiones en viga de hormigón armado para estados I y II.


13

8.3. NATURALEZA DE LA RESISTENCIA DE ADHERENCIA.


8.3.1. RELACIÓN TENSIÓN DE ADHERENCIA vs. DESLIZAMIENTO.

Como para cualquier otro tipo de esfuerzo, es conveniente tratar de establecer


para los esfuerzos de adherencia una relación entre la rigidez y la resistencia. En este
caso carece de sentido hablar de ductilidad. La Fig. 8.9, ref.[2], muestra distintas
formas de llevar a cabo el ensayo de arrancamiento (pull-out). Consiste en traccionar
una barra de acero embebida en el hormigón en una cierta longitud de anclaje, lv en la
figura, midiendo el desplazamiento de la barra con respecto al hormigón en la parte de
la misma que sobresale de este último.

Fig. 8.9. Probetas para el ensayo de arrancamiento y las correspondientes distribuciones de


las tensiones de adherencia.

La forma y dimensiones de las probetas, ubicación y longitud del tramo


empotrado, y otros factores influyen considerablemente en los resultados. Así por
ejemplo, si se quiere medir la respuesta para anclaje en hormigón no confinado, la
disposición mostrada en Fig. 8.9(a) no sería muy adecuada por la compresión
transversal en la barra que se induce por la restricción a la deformación transversal de
las placas de apoyo. Se dispondría en este caso de una adherencia adicional por
resistencia al deslizamiento por la acción de presión transversal. De todas maneras
este tipo de circunstancias muchas veces está presente en las estructuras de hormigón
armado debido a presiones laterales de confinamiento, sea por masa de hormigón o
por acción de armaduras transversales. Las probetas dispuestas según Fig. 8.9(b) y(c)
eliminan el efecto anterior. La figura muestra además las complejas distribuciones de
14

adherencia sobre el tramo empotrado. A los efectos prácticos se adopta como tensión
de arrancamiento la que corresponde al valor medio, es decir:

P
u= (8.6)
∑ o.lv
donde en la figura, debe tomarse a u = τ1m. Lo correcto sería tomar una tensión media
tal que no modifique la fuerza efectiva de adherencia (resultante de los diagramas de
tensión).

Fig. 8.10. Relación


resistencia vs.
deslizamiento en barras
lisas y barras
nervuradas en hormigón
armado.

La Fig. 8.10 permite establecer la relación entre las variables estáticas y


cinemáticas, y poder expresar características de resistencia y rigidez. Se ve la clara
distinción entre la respuesta de barras nervuradas o conformadas y la de barras
redondas lisas. Se puede definir entonces la rigidez al deslizamiento o rigidez de
adherencia como la relación u/∆ = τ1/∆. Convencionalmente además, se define como
resistencia de adherencia aquella que se corresponde con un deslizamiento de 0.10
mm. A su vez, la parte de rigidez infinita, que corresponde a contacto perfecto, se
designa como adherencia por contacto. A continuación se comentan las características
de estas curvas en relación a los dos tipos de barras mencionados, lisas y nervuradas.

8.3.2. BARRAS LISAS.

La adherencia en barras lisas es atribuida fundamentalmente a la adhesión


química entre la pasta de mortero y la superficie de la barra. El inconveniente con el
uso de las barras lisas es que aún con un nivel de tensiones axiales bajas se producirá
la rotura de tal mecanismo de ligazón debida a la tendencia de deslizamiento de la
barra en el hormigón que la rodea. Una vez que tal deslizamiento ocurre, la adherencia
será posible si se puede desarrollar cierta fricción entre las rugosidades del agregado
del hormigón y de la superficie de la barra. En consecuencia, esta reserva de
adherencia en las barras lisas dependerá fuertemente de las condiciones de la
superficie del acero.

La Fig. 8.11, ref.[1], muestra diferentes configuraciones de la superficie de


barras de acero redondas bajo diferentes condiciones de oxidación. La variación de las
irregularidades, salientes y depresiones, es significativa, y por ende no es casual que
los diseñadores prefieran utilizar en el hormigón armado barras que estén con cierto
grado admisible de oxidación. Ver también Fig. 8.17.
15

Fig. 8.11. Ampliación del perfil de la


superficie de barras lisas con cierto
grado de oxidación.

Cuando las barras


redondas de acero liso son
sometidas a los ensayos standard
de carga para determinar su
comportamiento al arrancamiento,
tal cual se mostró en la sección
anterior, la respuesta es la que
muestra la Fig. 8.10. El
incremento de la resistencia de
adherencia por rozamiento es
poca, el diagrama tiende a ser
horizontal explicando de esta
manera el fenómeno de
deslizamiento que se observa en
el ensayo.

Dado que la reserva de


resistencia de adherencia
después de vencida la resistencia
inicial química es mínima para las barras lisas, todos los códigos están de acuerdo en
que para el empalme y anclaje de barras redondas lisas en estructuras de hormigón
armado deben utilizarse ganchos reglamentarios en sus extremos.

8.3.3. BARRAS NERVURADAS.


En las barras con algún tipo de configuración superficial, obtenida normalmente
durante la operación de laminado de las barras, se aumenta notablemente la capacidad
de adherencia debido a la interacción entre las nervaduras y el hormigón que las rodea.
La Fig. 8.12 muestra, por ejemplo, las diferentes tensiones inducidas entre dos nervios
de una barra conformada.

Fig. 8.12.
Mecanismos de resistencia que aparecen
entre dos nervaduras de una barra
conformada.

Básicamente, la resistencia al deslizamiento está asociada con las siguientes


tensiones:
(i) Tensiones de corte va debidas a la adherencia química en la superficie
de contacto.
16

(ii) Tensiones de normales de apoyo fb, que actúan contra la cara de los
nervios.
(iii) Tensiones de corte vc, que actúan sobre la superficie cilíndrica de
hormigón entre las nervaduras adyacentes.

La relación entre estos mecanismos de resistencia se puede consultar, por


ejemplo, en la ref.[1]. Al sólo efecto de comprender cualitativamente el fenómeno,
pueden observarse las Fig. 8.13, de ref.[1] y Fig. 8.14, de ref.[2]. El mecanismo de
resistencia más importante es el llamado resistencia de corte, mediante el cual, para
que se produzca algún deslizamiento de la barra, deben romperse por corte las
ménsulas de hormigón que se forman entre las salientes de la barra. En ambas
referencias se marca la importancia de la relación a/c.

En la ref.[1] se deduce numéricamente la relación aproximada dada por:

a
vc ≈ fb (8.7)
c

es decir la relación entre la tensión de corte y la presión sobre las nervaduras.

Fig. 8.13.
Mecanismos de
fallas en las
nervaduras de
barras conformadas.
(a)cuando a/c >
0.15, (b) a/c < 0.10.

Trabajos de investigación demostraron que la relación a / c debería mantenerse


cercana a 0.065. Así por ejemplo, los requerimientos de las normas ASTM son tales
que 0.057< a / c <0.072, y para las DIN 488, se impone 0.065< a / c <0.10. Si las
nervaduras son muy altas y su separación pequeña, la relación a / c crece, por lo que vc
es elevada, y entonces este valor es el que controla la respuesta. En este caso la barra
tenderá a deslizarse, por lo cual este tipo de falla debe evitarse. Si la separación c es
mayor que 10 veces la altura a , entonces se puede producir la desintegración del
hormigón por compresión frente a la cara del nervio, y luego la falla se produce por
separación del hormigón que rodea la barra. Note que fb puede alcanzar varias veces el
valor de la resistencia cilíndrica f´c debido a las condiciones de hormigón confinado en
que se encuentra.

Las nervaduras son normalmente, tal cual se muestra en la Fig. 8.14, del tipo
medialuna, paralelas entre sí e inclinadas con respecto al eje de la barra, pues se ha
demostrado que frente a las del tipo anulares y nervios perpendiculares al eje de la
barra, tienen un mejor comportamiento frente a la fatiga y cargas cíclicas.

La Fig. 8.10 muestra el comportamiento ampliamente superior de las barras


conformadas respecto de las lisas. Note el incremento de resistencia por encima de la
de adherencia por contacto que poseen aquellas, que se atribuye a la resistencia por
corte antes explicada.
17

Uno de los aspectos más influyentes de una buena adherencia está asociado al
desarrollo de fisuras. Esto depende fuertemente de la relación resistencia de
adherencia vs. deslizamiento, la que es función como se vio de las distintas
configuraciones de barras y, como se verá, de las diferentes situaciones tanto en
relación a los esfuerzos como a la posición de la barra dentro del hormigón.

A continuación se evalúan otros factores que hacen a la disposición y


construcción de los elementos de hormigón armado.

(a)

(b)

(c)

Fig. 8.14. Ver leyenda de Fig. 4.5 a 4.7 de ref. [2].


18

8.4. INFLUENCIA DE LA POSICIÓN DE LA BARRA CON RESPECTO A LA


COLOCACIÓN DEL HORMIGÓN QUE LAS RODEA.

La relación adherencia vs. deslizamiento para las barras conformadas está


afectada notablemente por el comportamiento del hormigón que se encuentra frente a
las nervaduras. A su vez, la calidad del hormigón en esta región depende de su
posición relativa al momento de hormigonado. Las diferencias más importantes son por
un lado si la barra está colocada en forma horizontal o vertical, y por otro la distancia de
la barra al encofrado.

Fig. 8.15. Formación de oquedades o poros debajo


de barras horizontales como consecuencia del
asentamiento y exudación de agua (bleeding).

Debido al asentamiento del hormigón fresco, existe la tendencia de acumularse


agua debajo de las barras y de las partículas más gruesas del agregado (bleeding o
ganancia de agua). El agua es luego reabsorbida por el hormigón y quedan oquedades
y poros como se muestra en forma esquemática en la Fig. 8.15. Cuando se necesita el
concurso del hormigón en esas zonas y el mismo es deficiente, se producen
deslizamientos.

La Fig. 8.16(c) muestra tres casos diferentes de efectos de capas con poros en
el hormigón y los efectos en la respuesta en términos de deslizamiento. Los
comportamientos son diferentes aunque se tienda a alcanzar la misma relación de
carga última. Se nota claramente la ventaja que tiene la barra en posición vertical. Ver
también la Fig. 8.17.

El efecto de la posición de la barra en el llenado del hormigón es aún más


severo para el caso de barras lisas. La Fig. 8.17 muestra que la resistencia última de
adherencia es drásticamente reducida en el caso de barras horizontales con respecto a
las verticales. Las curvas que están por encima en cada par corresponden a superficies
bastante oxidadas.

Con respecto a la posición de la barra en el encofrado, hay que destacar que en


general se espera que las barras horizontales ubicadas en la parte superior van a tener
desfavorables condiciones de adherencia con respecto a las ubicadas cerca del fondo
del encofrado o de la capa de hormigón llenada previamente. Esto es porque el
fenómeno de ganancia de agua (exudación) y consecuente porosidad mencionada es
mayor en las barras ubicadas en la parte superior.

En tal sentido, el ACI-318-05 estipula, sección 12.2.4. que para el caso de


armaduras horizontales que estén ubicadas de tal forma que se colocan por debajo de
ella más de 300 mm de hormigón fresco en el elemento para el cual se está
determinado la longitud de desarrollo, debe aplicarse un factor de amplificación de 1.3.
Si el elemento está vertical, o con menos de ese espesor de hormigón fresco por
debajo el factor es 1.0.
19

La Fig. 8.18 muestra en forma esquemática cuándo una barra debe considerarse
en posición favorable, I, o desfavorable, II, tomada de ref.[7], aunque en este caso el
umbral lo define un espesor de 250 mm en vez de 300 mm como estipula el ACI-318. Si
la barra está inclinada entre 45 a 90 grados, se puede considerar como ubicada en
zona I.

Fig. 8.16. Influencia de la posición de la barra durante el llenado y de la dirección de los


esfuerzos sobre la respuesta de adherencia.

Fig. 8.17.
Relación carga vs. deslizamiento
para una barra diámetro 16 mm de
acero lisa en distintas posiciones y
con distinto grado de oxidación
superficial.

8.5. INFLUENCIA DEL DIÁMETRO DE LA BARRA Y DE LAS CONDICIONES


DE LA SUPERFICIE.

La Fig. 8.19 muestra la influencia de las indentaciones de la superficie de la


barra, en particular la relación f r = a / c a la que antes se hizo referencia. Además, el
20

ángulo entre la cara de la nervadura y el eje de la barra, ángulo α en Fig. 8.12, no


tiene mayor influencia siempre y cuando éste sea mayor de 70o. Si el ángulo es menor
de 40o, por ejemplo, y la superficie es suave, se podría producir el deslizamiento a lo
largo de las caras de las nervaduras, por lo que éstas tenderían a empujar al hormigón
fuera del contacto con las barras. Esto puede ser causal de deslizamiento.

Ya se dijo que la oxidación controlada de las barras produce beneficios


adicionales a la adherencia. Por ello, siempre y cuando se cumplan los requisitos
mínimos de condición y diámetro de las barras, no es necesario limpiar para eliminar
esa leve oxidación que sería beneficiosa. Ver Fig. 8.17.

El diámetro de la barra influye poco sobre el valor de la adherencia. Sin


embargo, se prefiere el uso de barras de diámetro menor por dos razones: (i) las
condiciones de anclaje y manejo en obra serán más favorables, y (ii) la sección y por
ende el esfuerzo que deben transmitir, demanda, crece cuadráticamente con el
diámetro, (db2), mientras que el perímetro, suministro, lo hace linealmente, por lo que
serán más efectivas las de menor que las de mayor diámetro.

La Fig. 8.20, ref. [2], muestra la influencia del diámetro de la barra sobre la
tensión media de adherencia.

Fig. 8.18. Ejemplos para determinar si las barras de la armadura quedan ubicadas en zonas de
adherencia favorable (zona I) o desfavorable (zona II).
21

Fig. 8.19. Influencia de la superficie nervurada relativa, fr, sobre el valor de cálculo de la
resistencia de adherencia relativa, τ1r, para la longitud de anclaje lv = 10 db = 10 de constante.

Fig. 8.20. Influencia del diámetro de la barra de = db sobre la tensión media de adherencia
relativa, para ∆= 5x10-3, fr = 0.065, lv= 14cm, βw=f´c = 22.5 MPa.

8.6. EFECTO DEL CONFINAMIENTO.


Las condiciones de adherencia de las barras de acero pueden verse muy
favorecidas si se tiene la posibilidad de suministrar cierto grado de confinamiento al
hormigón que las rodea.

Fig. 8.21. Distintos tipos de falla de anclaje de una barra


simple embebida en hormigón sin y con confinamiento.

La Fig. 8.21 muestra los dos tipos de fallas


que se pueden identificar para una barra de acero
embebida en una masa de hormigón, sin y con
confinamiento transversal.

El confinamiento puede resultar por acción de


armadura transversal o por la misma influencia de
hormigón comprimido, de la misma pieza o de un
elemento adyacente. Si no hay confinamiento, se
origina un tipo de falla asociado a bloques de
compresión que se intentan separar (splitting failure)
por las tensiones perpendiculares de tracción que se
inducen por la transferencia del esfuerzo T=Abfy
hacia el hormigón. Si no hay confinamiento, al
crecer los esfuerzos, las fisuras se dilatan y la barra
se deslizará. Seguramente, las primeras fallas se
producirán cerca del extremo libre de la barra, donde las tensiones de adherencia son
22

elevadas, habrá degradación del hormigón alrededor de las barras, el mismo es


incapaz de recibir el esfuerzo de tracción que la barra le intenta transmitir, y se
producirá, si se alcanzó fy, lo que se llama penetración de fluencia. Esto implica que la
fluencia de la barra comienza a penetrar en la zona donde está anclada. Es decir no
hay transferencia en esa porción desde el acero al hormigón.

Sin embargo, si la dilatación de las fisuras es impedida, los mecanismos de


resistencia al deslizamiento se pueden desarrollar a pleno, y es probable que se
produzca primero la falla por desintegración del hormigón frente a las nervaduras, y
luego, la falla de corte que se mostró en la Fig. 8.13(a). Esta se conoce en la literatura
inglesa como “sleeve” o falla de superficie de corte con un diámetro ligeramente mayor
que el que corresponde a la superficie externa de los nervios.

8.7. PRESCRIPCIONES REGLAMENTARIAS DEL ACI-318 Y OTRAS


NORMAS EN RELACIÓN AL DESARROLLO DE LAS ARMADURAS.
8.7.1. GENERALIDADES.

Los códigos de hormigón armado en general especifican requerimientos


mínimos para que las barras de acero puedan desarrollar en forma efectiva las
tensiones para las que fueran calculadas cuando actúan embebidas en hormigón. Para
esto distinguen los siguientes casos:

(i) La situación en que se encuentra el extremo de la barra que debe transferir los
esfuerzos al hormigón y viceversa, para distinguir por ejemplo si se trata de un
problema de “empalme” o de “anclaje”, y
(ii) La forma que adoptan los extremos de las barras para transferir los esfuerzos
hacia el hormigón y viceversa, que básicamente se clasifican en extremos
rectos, extremos con ganchos normales, dispositivos mecánicos o una
combinación de ellos.

Así es entonces como el ACI-318 en su sección 12.1.1 especifica que en todos


los casos se debe lograr la longitud de desarrollo adecuada hacia cada lado de la
sección en cuestión, sea con extremo recto, gancho o medio mecánico. En forma
explícita aclara que los ganchos NO se deben considerar como efectivos para
desarrollar barras en compresión. La razón de esta limitación se dará más adelante.

Se dijo antes que la longitud de desarrollo es función, inversamente


proporcional, de la resistencia a tracción. La misma es una función de f ´c y el ACI
limita, sección 12.1.2, este valor a 8.3 MPa, es decir a f´c de 70 MPa.

El reglamento citado especifica las longitudes de desarrollo para los siguientes


casos, en estas secciones:

(i) Desarrollo a tracción con extremos rectos, sección 12.2.


(ii) Desarrollo a compresión, sección 12.3.
(iii) Desarrollo de paquetes de barras, sección 12.4.
(iv) Desarrollo a tracción con ganchos, sección 12.5.
(v) Desarrollo con anclajes mecánicos, sección 12.6.
23

(vi) Desarrollo de mallas de acero, secciones 12.7 y 12.8.


(vii) Desarrollo de torones de pretensado en sección 12.9.
(viii) Desarrollo de armado en flexión, secciones 12.10 a 12.12.
(ix) Desarrollo de armaduras de alma, sección 12.13.
(x) Empalmes es tratado entre las secciones 12.14 a 12.18.

Esta norma, a su vez, previamente y en su capítulo 7 ha establecido las


condiciones para los ganchos normales y los diámetros mínimos de doblado de las
barras. A los efectos de facilitar la comprensión de los conceptos involucrados, en este
trabajo se opta primero por analizar los requerimientos del ACI-318 de longitudes de
desarrollo. Luego se explicará el mecanismo de transferencia de esfuerzos a través de
los ganchos, después de lo cual se presentarán los ganchos normales según la norma.
A continuación se expondrá lo que en relación a anclajes y empalmes con ganchos
especifica la norma. Finalmente, se presentan los conceptos asociados a empalme de
barras y lo que la norma especifica.

8.7.2. DESARROLLO DE BARRAS CONFORMADAS A TRACCIÓN CON


EXTREMOS RECTOS.

Los reglamentos ACI-318, en su capítulo 12, y NZS-3101, en el capítulo 7,


tienen similares expresiones para definir la longitud de desarrollo ld de barras
conformadas con extremo recto, de diámetro d b . En ambos casos se propone en
primer lugar una expresión simplificada y otra como opción un poco más elaborada,
que puede conducir a requerimientos menores. Sin embargo, en ningún caso la
longitud de desarrollo ld debe ser menor de 300 mm para barras conformadas en
tracción con extremos recto.

Fig. 8.22.
Caso típico de arreglo de armaduras en vigas de
hormigón armado

Por ejemplo, el ACI, sección 12.2.2, para el caso en que


el espaciamiento libre de las barras a desarrollar no sea
menor de 2 d b y el recubrimiento libre no menor de d b , ver Fig. 6.22, propone como
expresiones más simples las siguientes:

 fy 
l d = 0.50   αβλ db (8.8a)
 f ´c 
 

para barras de diámetro menor a 18 mm, y

 fy 
l d = 0.625   αβλ db (8.8b)
 f ´c 
 

para barras de diámetro mayor a 22 mm.


24

Si se compara (8.8a) con (8.2b), para α=β=λ=1.0,

0.50 f y d b f s db
ld = = y si fy = fs
fc
' 4u

la tensión de adherencia acero/hormigón debe ser:

fc
4u = ∴ u = 0.5 f c
'
para acero conformado
´ 0.5

Las normas duplican los valores de ld para barras lisas, o sea, es como tomar
u = 0.25 f c
'

En su sección 12.2.3, opcionalmente, el ACI especifica que:

 
 
 f y  αβγλ 
l d = 0.9   db (8.9)
 f ´c   c + K tr 
  
 d 
 b 

 c + K tr 
y donde el factor   no debe tomarse mayor que 2.5. En estas expresiones se
 db 
debe tomar siempre a las tensiones en MPa, y las unidades ld serán las que se tomen
para db.

Es importante hacer notar que en ref.[6] se marca la inconsistencia que por años
ha tenido el ACI haciendo depender la longitud de desarrollo de el diámetro de la barra.
Los autores manifiestan que los análisis y los experimentos demuestran que la ld no
debe depender de db, y así lo toma además el NZS-3101, ref.[5], en su sección 7.3.7.2,
donde para todos los diámetros de barras, adopta una ecuación idéntica a (8.8a).
Ambos códigos están de acuerdo que f´c no debe tomarse mayor a 70 MPa, por lo que
el factor f ´c termina limitado en 8.3 MPa, tal cual se dijo antes. En definitiva, para
nuestro medio, donde generalmente la barras están comprendidas entre diámetros de 6
mm a 25 mm, se aconseja utilizar siempre la expresión (8.8a).

El ACI-318 en la sección 12.2.4 especifica el significado de los siguientes


factores:

α = factor de ubicación de la armadura, tal cual se explicó en la sección 8.4 de este


trabajo, y se graficó en Fig. 8.18. El factor α puede ser 1.0 para ubicación favorable, y
1.3 en los otros casos.
25

β = factor por revestimiento. Este factor expresa la situación desfavorable que pueden
presentar las barras revestidas con materiales epóxidos, por disminuir la adherencia y
fricción entre barra y hormigón. El factor toma los siguientes valores:

(i) 1.5, si las distancias entre barras revestidas es menor de 6db, o


recubrimiento menor de 3db,
(ii) 1.2 para los otros casos de barras revestidas y
(iii) β = 1 si la armadura no está recubierta.

El ACI especifica que el factor (α β) no necesita ser mayor de 1.70.

λ = factor por densidad de hormigón. Vale 1.0 (uno) para hormigón normal, y 1.30 para
hormigón con agregado liviano.

γ = factor por tamaño de la armadura, que adopta el valor 0.80 para barras de diámetro
menor de 18 mm, y 1.0 para diámetros mayores de 22 mm. Este factor ya fue tenido en
cuenta en las expresiones simplificadas 6.8. En nuestro medio se aconseja usar
siempre el valor de 0.80 para que la ecuación (6.8.b) se transforme en la expresión
(6.8a).

Para los casos más comunes, barras no revestidas y hormigón normal, y


tomando fy = 420 MPa, las expresiones más simples conducen a:

ld = (273 / f ´c ) db

para caso de barra en posición desfavorable y:

ld = (210 / f ´c ) db

para barras en situación favorable. Así por ejemplo, cuando se utiliza un hormigón de
f´c = 21 MPa, las longitudes de desarrollo resultan 60 db y 46 db para los casos
desfavorables y favorable respectivamente.

Con respecto a la expresión más sofisticada (8.9), el ACI justifica su presencia


ya que permite calcular más rigurosamente las longitudes de desarrollo en sectores
críticos o en investigaciones especiales. Si se adoptan ciertas combinaciones de
recubrimiento y espaciamiento de armaduras, se pueden llegar a reducciones
importantes. Por ello es conveniente explorar la ecuación (8.9). Una expresión similar, y
teniendo en cuenta los mismos factores, es utilizada en la norma NZS 3101, sección
7.3.7.3. En la expresión del ACI, c representa un espaciamiento o un recubrimiento,
dado en mm, y debe tomarse como el menor entre centro de la barra a superficie de
hormigón más próxima, o mitad de separación entre centro de barras en cuestión.

La Fig. 8.23 es tomada de la ref. [5], y sirve para mostrar el significado físico de
c y la razón de su presencia en la ecuación. En este caso, según el ACI, y obviando
que el NZS no toma distancias a eje sino a caras libres, c debería ser la menor
distancia entre los valores de cb, cs y cp/2. Claro está que lo que se reconoce con este
factor es que si la barra tiene más recubrimiento o más separación a la adyacente, las
condiciones para transferir esfuerzos al hormigón mejoran.
26

Fig. 8.23.
Definición del
significado de
las distancias cb,
cs y cp.

El factor Ktr,
llamado de
factor de armadura transversal, representa la contribución de la armadura de
confinamiento que atraviesa los planos potenciales de falla de hendimiento o de
separación (splitting planes). El factor está dado por:

Atr f yt
K tr = (8.10)
260 sn
donde:
Atr = área total de la armadura transversal dentro de un espaciamiento s que cruza el
plano potencial de falla a través de la armadura en desarrollo.
fyt = tensión de fluencia de la armadura transversal, MPa.
s = separación máxima de la armadura transversal dentro de la longitud ld.
n = número de barras que están siendo desarrolladas a lo largo del plano de falla.

La Fig. 8.24 muestra los fundamentos para la evaluación de Atr. De todas


maneras, generalmente se toma Ktr = 0 pues, salvo casos muy especiales, da valores
muy pequeños. La ventaja de usar la fórmula más sofisticada sería, por ejemplo en el
caso de tener un recubrimiento libre mínimo no menor de 2db (es decir en ese caso el
valor de c sería 2.5 db), y una separación libre entre barras no menor de 4db. En ese
caso, y para Ktr = 0, el factor de ecuación (8.9) da 2.5, que es el límite superior que se
puede adoptar, y se obtienen importantes reducciones de longitud de desarrollo, ya
que, por ejemplo, para los casos más comunes, y adoptando γ=0.8, resultarían:

ld = (157 / f ´c ) db

para caso de barra en posición desfavorable y:

ld = (120 / f ´c ) db

para barras en situación favorable. Es decir, valores de sólo 0.57 veces los obtenidos
de las fórmulas simplificadas. Así por ejemplo, cuando se utiliza un hormigón de f´c= 21
MPa, las longitudes de desarrollo resultan 35db y 27db para los casos desfavorables y
favorable respectivamente.

Tanto el ACI-318, sección 12.2.5, como el NZS:3101, consideran el caso en que


se tenga más armadura de la requerida en un elemento sometido a flexión. En ese
caso, la longitud de desarrollo se puede reducir en la misma proporción que el cociente
entre la sección requerida y la proporcionada. Esto NO es válido si las barras a
27

desarrollar pueden alcanzar la tensión de fluencia, como es el caso de armaduras que


son parte del sistema sismo resistente.

8.7.3. DESARROLLO DE BARRAS LISAS A TRACCIÓN.

Por los fundamentos antes dados, las barras lisas en tracción sólo pueden
desarrollar en forma confiable su resistencia a través de ganchos. La longitud de
desarrollo en ese caso, según el NZS:3101, sección 7.3.8, debe ser el doble del valor
ldh que se obtiene en su sección 7.3.14.2 y que corresponde al desarrollo de barras en
tracción para barras conformadas y con gancho normal. Ver más adelante ecuación
(8.12).

8.7.4. DESARROLLO DE BARRAS CONFORMADAS A COMPRESIÓN.


Los mecanismos de transferencia de esfuerzos de barras en tracción al
hormigón son diferentes si la barra está en compresión. En primer lugar , hay una
menor tendencia de que ocurran las fallas por separación (splitting) que se dan en
barras desarrolladas en tracción, porque el hormigón que la rodea está en compresión.
En segundo lugar, una parte de la compresión de la barra puede ser transmitida al
hormigón directamente por presión de punta. El peligro en este tipo de mecanismo
reside en que la presión de punta pueda hacer saltar las zonas del hormigón
movilizadas para soportar las fuertes presiones de compresión, muy concentradas. El
desarrollo de este mecanismo es posible si después del extremo de la barra existe
suficiente masa de hormigón, o algún otro dispositivo que distribuya los esfuerzos en
compresión.

La Fig. 8.25 muestra a la izquierda los dos mecanismos de transferencia a


través de tensiones de punta y de adherencia. Cuando las barras son de diámetro
importante, y el recubrimiento de hormigón escaso, se pueden dar fallas como la que
se esquematiza en el centro de la figura. Para evitar este problema, se debería
disponer de estribos como se indican. Como se ve, sea por tracción o por compresión
es conveniente disponer de armaduras transversales en las zonas de transición de
transferencia de esfuerzos.

Fig. 8.25. Efecto de presión de punta S en barras comprimidas; el peligro de fractura se reduce
disponiendo de armadura transversal como se indica.
28

La Fig. 8.26 muestra también la posibilidad de que la presión de punta tienda a


producir una rotura con superficie cónica cuando las barras terminan muy próximas a la
superficie libre de hormigón. Ver Fig. 8.37.

Fig. 8.26.
Precaución a tomar cuando se interrumpen barras
cercanas a las superficies libres de hormigón. Ver
Fig. 8.37.

En ese caso se debe disponer de un


gancho a 90 grados en la dirección opuesta a
la ubicación de la barra. Este detalle podría
además completarse con armadura
transversal con barras cortas tipo caballete como muestra la Fig. 8.27. Sin embargo,
este detalle no es recomendado por la ref.[1] para absorber los esfuerzos de corte que
se generan en los apoyos, por la tendencia a ser empujadas la parte inferior de dichas
barras hacia abajo, induciendo fisuras de tracción en las zonas de compresión. En ese
caso, en los extremos de las vigas deben colocarse estribos a corta distancia. Lo más
aconsejable sería tratar de continuar la columna por encima del nivel de viga o losa,
formando una especie de “stub” vertical, que tiene además la ventaja que allí se
pueden anclar las barras en compresión de la columna, que han pasado rectas por el
nudo y que en consecuencia no generaron congestión de acero en zona crítica.

Fig. 8.27. Pobre respuesta que se


obtiene si se agregan barras tipo
caballetes en los apoyos.

La Fig. 8.28 muestra que


los ganchos no son adecuados
para anclar barras comprimidas.
En definitiva, las normas no consideran reducción de longitud de desarrollo en
compresión por la existencia de ganchos. Esto ya se adelantó en la sección 8.7.1.

Fig. 8.28. Los ganchos no son


apropiados para anclar barras
comprimidas, en especial en
columnas.

En definitiva, las normas


reconocen la situación más
favorable para desarrollar
esfuerzos de compresión, por
lo que las longitudes de
29

desarrollo resultan menores que las de tracción. Así por ejemplo, la norma ACI-318,
sección 12.3.2 especifica que para barras conformadas en compresión la longitud de
desarrollo no debe ser menor de 200 mm, ni de la que resulte de:

fy
l d = 0.24 db (8.11a)
f ´c
ni de:
l d = 0.04 f y d b (8.11b)

aunque esta longitud puede ser reducida por los siguientes factores:

(i) (Asr/AsP) cuando hay armadura proporcionada en exceso, AsP, por encima de
la requerida Asr, pero que no esté sometida a fuerzas sísmicas, y
(ii) 0.75 cuando hay armadura de confinamiento de diámetro 6mm con
separación no mayor de 100mm, o se cumple con lo que especifica la
sección 7.10.5 de la misma norma.

Si se expresa a la longitud de desarrollo como:

fy
ld = x α β λ db
'
fc

note que, comparando con la ecuación (8.8a) de ld para tracción, el factor x es igual a
0.5, mientras que para compresión el factor es 0.25 (el cual a su vez si se confina con φ
6 @ 10 cm se reduce a x = 0.25 x 0.75 = 0.1875).

8.7.5. DESARROLLO DE BARRAS LISAS A COMPRESIÓN.

La norma NZS:3101, en la sección 7.3.10 especifica que las longitudes de


desarrollo de las barras lisas en compresión deben duplicarse con respecto a las que
corresponden a las barras nervuradas.

8.7.6. DESARROLLO DE PAQUETES DE BARRAS.

En ciertas circunstancias es necesario disponer de paquetes de barras para


soportar los esfuerzos. Podría ser que fueran grupos de barras colocadas en contacto
unas con otras, como se muestra en la Fig. 8.29.

Fig. 8.29.
Ejemplos de grupos de barras.

Estos casos no son muy comunes,


en particular en diseño sismo resistente
donde las cuantías de acero deben ser
limitadas para que los elementos
estructurales posean suficiente
ductilidad.
30

Otro caso que se muestra en Fig. 8.30, corresponde a grupo de barras formando
diagonales de tracción y compresión en vigas de acople de tabiques de hormigón
armado, donde las barras están muy cerca unas de otras, soportando casi la misma
fuerza.

Fig. 8.30.
Detalles de armado de
una típica viga de
acople de tabiques de
hormigón armado.

El código ACI-318, sección 12.4.1, al igual que el NZS:3101, sección 7.3.16.4,


establece que en estos casos es necesario aumentar la longitud de desarrollo con
relación a la que correspondería para la barra individual. El adicional de longitud es
atribuido a la reducción del diámetro exterior expuesto de las barras, por lo que la
superficie de transferencia es menor. Ambas normas citadas están de acuerdo en que
los incrementos tanto para barras sujetas a compresión como a tracción debe ser de un
20 % para paquete de 3 barras y 33 % para un paquete de 4 barras.

Fig. 8.31.
Anclaje requerido cuando se trabaja con varias barras o grupos de
barras en tracción.

Las normas además estipulan que a los efectos de aplicar los factores de
modificación de la longitud de desarrollo de un grupo de barras, éste debe ser tratado
como una unidad de diámetro equivalente al área del total de grupo o manojo de
barras.

Para el caso de la Fig. 8.30, se puede generar una situación como la que se
esquematiza en la Fig. 8.31. En este caso, la ref. [8] sugiere que las longitudes de
desarrollo individuales (generalmente son de diámetros iguales) sea incrementada en
un 50 %.
31

8.7.7. DESARROLLO DE BARRAS EN TRACCIÓN CON EXTREMOS CON


GANCHOS NORMALES.

8.7.7.1 Introducción

Cuando la longitud recta disponible para anclaje o empalme de barras no es


suficiente, se pude disponer de un extremo con gancho que reduce en forma
considerable la longitud de desarrollo, designada como ldh en este caso (h por hook).
Tal cual se explicitó antes, para compresión no se puede utilizar el gancho como
reductor de longitud de desarrollo. La Fig. 8.32 muestra los ganchos reglamentarios de
acuerdo al ACI-318, mientras que la Fig. 8.33 hace lo propio con los que propone el
NZS:3101.

Fig. 8.33.

Ganc
hos
norma
les
según
el
NZS:3
101.

Fig. 8.32.
Ganchos normales según el ACI-318.

Fig. 8.34.
Forma típica de ejecutar ensayos de
32

arrancamiento de barras con ganchos. Distribución de tensiones en el acero.

Para observar la efectividad de los ganchos, en los ensayos de arrancamiento


como el que se esquematiza en la Fig. 8.34, se elimina el contacto de la barra con el
hormigón en la porción recta antes del gancho.

Lo que se obtiene de los ensayos es la relación carga vs. deslizamiento, el cual


se mide en el punto donde la barra entra al hormigón. De la figura se observa que la
distribución de deformaciones, y por lo tanto de tensiones, en el acero a lo largo del
gancho revela que la barra transfiere la fuerza de tracción rápidamente hacia el
hormigón y que la porción recta que sigue al gancho es generalmente inefectiva. Esto
es particularmente cierto para barras nervuradas, pero en barras lisas la transferencia
de esfuerzos es más lenta, y por lo tanto la extensión recta que sigue al gancho puede
dar beneficios para el anclaje. Note de las Figs. 8.32 y 8.33 las exigencias de las
normas al respecto, sean barras lisas o conformadas.

Es de destacar que el mayor beneficio del gancho está en las tensiones que se
puedan desarrollar en el lado interno del mismo, del lado cargado. Por lo tanto las
condiciones del hormigón que rodea esa zona son las que controlan el comportamiento
del anclaje. Si existiera porosidad o espacios sin llenar, se pueden producir
deslizamientos de la barra que degradan el anclaje. La Fig. 8.35 muestra la respuesta
para ganchos a 180o y diferentes
posiciones del mismo respecto a
la dirección de colado del
hormigón. Se muestra la relación
fs/f´cu vs. el deslizamiento, donde fs
es la tensión de tracción del acero
aplicada a la barra frente al
gancho, y f´cu es la resistencia
cúbica del hormigón que rodea al
gancho. Se deja al lector las
conclusiones.

Fig. 8.35.
Relación Carga vs. Deslizamiento
para anclaje de barras nervuradas
con ganchos.

La Fig. 8.36 muestra comportamiento frente al arrancamiento para distintos tipos


de doblado extremo, incluido extremos rectos. Se ve que los ganchos, para una misma
longitud de anclaje, no necesariamente proveen mejores condiciones que un extremo
recto. Si se reconoce que del lado interno del doblado se introducen fuertes
concentraciones de tensiones, por lo que se pueden inducir grandes deformaciones en
el hormigón, es viable comprender que para la misma longitud de embebido, el extremo
recto vertical da los mejores resultados. En la figura, las longitudes de contacto son
iguales en todos los casos a 10 db. Note que si la tracción en la barra es aplicada en
33

dirección contraria al sentido de llenado, las diferencias son menores. Esto es porque
los ganchos se apoyan sobre hormigón que no está afectado por falta de llenado, por
ganancia de agua o por sedimentación. A menor ángulo de doblado, menor
concentración de tensiones, y por ende menor deslizamiento. Por lo tanto, con mayor
diámetro de doblado se transmitirá mayor carga para el mismo valor de deslizamiento
admitido.

Cuando una barra se dobla alrededor de otra transversal, como es el caso de


anclaje de estribos, se pueden desarrollar tensiones de tracción del orden de 10 a 30 %
mayores para el mismo valor de deslizamiento. Sin embargo, este beneficio solamente
puede ser obtenido si existe contacto directo entre el gancho y la barra que sirve de
apoyo. En las condiciones normales de construcción, dicho contacto no se puede
garantizar, en particular si los estribos son de diámetro importante. Además, en esa
zona de contacto es muy probable que la calidad del hormigón no sea muy buena
(discontinuidad, porosidad, etc.). Esos dos factores pueden inducir deslizamientos a
tensiones relativamente bajas.

Fig. 8.36. Comportamiento de anclajes de barras de acero conformadas con varios grados de
doblado. (a) barras superiores y (b) barras inferiores.

8.7.7.2. LONGITUD DE DESARROLLO PARA BARRAS NERVURADAS CON


EXTREMOS CON GANCHOS.

El ACI-318, sección 12.5.1, al igual que el NZS:3101 sección 7.3.14.2, establece


que la longitud de desarrollo ldh, que se indica en la Fig. 8.32, para barras con resalte y
extremo en gancho, no debe ser menor de 150 mm, ni menor de 8db y tampoco menor
del valor en mm que resulta de esta expresión:

fy
l dh = 0.24α 1α 2α 3 βλ db (8.12a)
f 'c

donde:
34

(i) α1 factor de recubrimiento. Vale 0.70 para el caso de barras de diámetro


menor de 36 mm que tengan un recubrimiento lateral (es decir normal al
plano del gancho) no menor de 60 mm y para los ganchos a 90o, con
recubrimiento en la extensión de la barra más allá del gancho de 50 mm. El
código NZS, sección C7.5.2.8 establece además que si las barras de la viga
son ancladas dentro de las barras de la columna que pasan por el nudo, ese
factor de 0.70 es apropiado.
(ii) α2 factor de confinamiento. Vale 0.80 para barras de diámetro menor de 36
mm en donde los ganchos estén confinados vertical u horizontalmente por
estribos separados a no más de 3db lo largo de ldh.
(iii) α3 relación entre Arequerida/Aexistente (Asr/AsP) cuando hay armadura
proporcionada en exceso, AsP, de la requerida Asr, pero que no esté sometida
a fuerzas sísmicas.
(iv) β factor por revestimiento. Este factor expresa la situación desfavorable que
pueden presentar las barras revestidas con materiales epóxidos, por
disminuir la adherencia y fricción entre barra y hormigón. El factor toma el
valor de 1.2 para los otros casos de barras revestidas con epoxi.
(v) λ factor por densidad de hormigón. Vale 1.0 para hormigón normal, y 1.30
para hormigón con agregado liviano.

Note que ldh se mide desde la sección crítica hasta el extremo exterior o borde del
gancho. Además, se ve que no se hace diferencia entre barras horizontales que
puedan estar en la parte superior o inferior del encofrado. El ACI en sus comentarios
aclara que para el caso de ganchos esta distinción (que castigaba con el factor 1.30
para barras superiores) es difícil de visualizar o justificar para el caso de barras con
ganchos.

El estudio de fallas de barras con gancho ha demostrado que la causa principal


de la falla está dada por la pérdida o separación del recubrimiento del hormigón en el
plano del gancho, ver Fig. 8.37, en donde de todas maneras existen defectos en el
detalle de nudo (compare con esquema de Fig. 8.26). La separación se inicia desde la
parte interior del gancho donde las tensiones en el hormigón son muy elevadas. Por
ello la importancia de los recubrimientos laterales y del confinamiento.

Fig. 8.37.
Incorrecto detalle de
anclaje con ganchos a
180o. Comparar con
esquema de falla de Fig.
8.26. Importancia del
confinamiento del núcleo.
Inconveniencia del tipo de
gancho.
35

Note que para los casos comunes de fy= 420 MPa, y α1= α2 = α3= β= λ =1.0, la
expresión se reduce a:

fy
l dh = 0.24 db (8.12b)
f 'c

es decir, muy parecida a la de una barra nervurada en compresión con extremo recto.

8.7.8. DESARROLLO DE MALLAS ELECTROSOLDADAS DE ACERO


CONFORMADO SOMETIDAS A TRACCIÓN.

Según muestra la Fig. 8.38, ACI-318, sección 12.7, la longitud de desarrollo de


la malla electro soldada de barras nervuradas y medida desde la sección crítica hasta
el extremo libre debe calcularse como el producto de la longitud ld evaluada según la
ecuaciones 8.8 o 8.9, afectada por un factor de reducción, pero no menor de 200 mm.
El factor de reducción se aplica al caso en que exista al menos una barra transversal
dentro de la longitud de desarrollo y a más de 50 mm de la sección crítica. Dicho factor,
que no necesita ser mayor a 1.0, debe tomarse como el mayor entre (fy–250)/fy, y
(5db/sw), donde sw es la separación entre las barras de la malla a desarrollar.

Si la barra de la malla a desarrollar no tiene barra transversal o ésta está a


menos de 50 mm de la sección crítica, el factor se debe tomar igual a 1.0.

En las mallas el desarrollo de la fuerza depende tanto de las armaduras


transversales como de la longitud de embebido de la barra en cuestión.

Fig. 8.38. Longitud de desarrollo de malla de


acero conformado electrosoldada.

8.7.9. DESARROLLO DE MALLAS ELECTROSOLDADAS DE ACERO LISO


SOMETIDAS A TRACCIÓN.

Según muestra la Fig. 8.39, ACI-318, sección 12.8, la longitud de desarrollo para
el caso de malla con barras lisas que poseen 2 alambres transversales, y con el más
próximo a la sección crítica a más de 50 mm, no debe ser menor de 150 mm, ni de:

Aw f y
l d = 3 .3 ( λ (8.13)
sw f 'c

donde Aw es el área de una barra individual a empalmar.


36

Fig. 8.39.

Longitud de desarrollo de la malla electro


soldada de barras lisas.

8.8. EMPALMES DE ARMADURAS.


8.8.1. INTRODUCCIÓN.

Las longitudes de las barras de acero tienen dimensiones limitadas. Las barras
en nuestro medio tienen una longitud máxima de 12 metros. Barras de diámetro menor
o igual a 12 mm se pueden conseguir en rollos. De todas maneras, por razones
también de orden constructivo, las barras se colocan en obra con dimensiones
limitadas. En consecuencia, es necesario empalmar las barras de acero para que
tengan continuidad en el hormigón. En general, los empalmes pueden clasificarse en
directos e indirectos. Los directos son aquellos en los que la transferencia de esfuerzos
se hace de barra a barra directamente sin la intervención del hormigón. Este es el caso
de empalmes por soldadura y por elementos mecánicos, como manguitos roscados o a
presión.

En el empalme indirecto, las barras de acero transmiten los esfuerzos a través


del hormigón que las rodea. Este es el caso de los empalmes por solape, donde
además a veces es necesario de la intervención de barras de acero transversales. Lo
importante de destacar es que en los empalmes indirectos el hormigón en contacto con
las barras interviene en el mecanismo de transferencia (que no se hace de acero a
acero), y por lo tanto la ubicación del empalme es importante para juzgar su efectividad
y el comportamiento de la sección de hormigón armado en dicha zona.

8.8.2 EMPALMES DIRECTOS.


8.8.2.1. Empalmes soldados.

Los empalmes por soldadura deben ser sometidos a un control de calidad muy
exigente, el que debería incluir muestras preparadas en el mismo sitio de la obra, para
asegurar las características de resistencia y deformación.

El código ACI-318 en su sección 12.4.3.2 especifica que las uniones soldadas se


deben regir por la norma del “Structural Welding Code-Reinforcing Steel”, ANSI/AWS,
American Welding Society D1.4. La norma establece que se requiere considerar la
soldabilidad del acero y los procedimientos adecuados para efectuar la soldadura. Los
37

planos y especificaciones de construcción deben ser explícitos en estos casos. La


soldabilidad del acero está basada en su composición química o equivalente de
Carbono (CE). A su vez, el código de procedimientos de soldadura establece un
precalentamiento y temperaturas de interpaso que son función del contenido de
carbono y del diámetro de las barras. En la sección 12.14.3.3. el ACI establece que un
empalme soldado debe desarrollar por lo menos un 125 % de la tensión real de fluencia
de la barra especificada mediante ensayos. El motivo es alejar la falla de la zona de
empalme, que por soldadura podría verse fragilizada.

La norma DIN 4099 establece que los empalmes pueden hacerse a tope (butt
weld) o por superposición con otra barra o con cubrejuntas. La Fig. 8.40, ref.[7],
muestra los diferentes casos. Para las limitaciones en cada caso consultar la norma
respectiva.

Fig. 8.40. Tipos de empalmes por soldadura propuestos en ref.[7].

El reglamento NZS:3101, en su sección 7.3.16.1, dice que los empalmes por


soldadura deben satisfacer la norma NZS 4702. En la sección 7.3.16.5 establece que
solamente con el tipo de soldadura a tope se puede alcanzar la resistencia a rotura de
la barra. En ese caso, en su sección C.7.3.16.5, se establece que cuando está
correctamente ejecutada, la unión puede soportar severas condiciones de reversión de
deformaciones, por lo cual este tipo de empalme se puede implementar en cualquier
sección del hormigón. Así entonces, este tipo de soldadura es apta para ser utilizada
en uniones de barras longitudinales de regiones potenciales de articulación plástica en
vigas, o en uniones viga-columna, etc. Si la unión está hecha por soldadura de solape,
sólo es posible alcanzar alta resistencia, pero no asegura que sea mayor que la de
rotura de la barra. Por ello, este caso y la de uniones con elementos mecánicos no
puede efectuarse en zonas críticas, como aquellas posibles de plastificación.
38

La ref. [6] indica que los empalmes no deben ejecutarse en zonas de rótulas
plásticas, ni dentro de una distancia a partir de las mismas igual a la profundidad o
diámetro de la columna, para permitir el cambio de tracción por efecto de corte. Esta
restricción, dice la referencia citada, debería aplicarse a cualquier tipo de empalme, sea
directo o indirecto. En Japón el tipo de unión por soldadura a tope adquirió gran auge.
Sin embargo, durante el terremoto de Kobe (Kyogo-Ken-Nambú, del 17 Enero de
1995), fueron muchas las fallas por soldadura que se produjeron. La Fig. 8.41 muestra
la falla de flexión de una de las columnas del Hanshin Expressway durante dicho
evento. La falla se inició en las soldaduras a tope, que estaban ejecutadas en la misma
sección de hormigón y en la zona de máximo momento, cercana a la base de la
columna. Al menos 50 de esas columnas de ese viaducto fallaron provocando el
colapso total que se observa en la Fig. 8.42. Ver también la Fig. 8.88.

Fig. 8.41.
Fallas de Soldadura a tope en
las barras longitudinales de
las columnas de hormigón
armado de una de las
columnas de la Hanshin
Express Way, Kobe, Japón,
durante el terremoto del 17 de
Enero de 1995.

Fig. 8.42.
Falla de Flexión por encima
de las bases de las columnas
durante el terremoto de Kobe,
1995.

En Japón aún es
común para barras de
diámetro mayor de 22 mm
el uso de las uniones con
soldadura a tope del tipo
mostrada en la Fig. 8.40
(indicada como Fig. 5.1),
pero se requiere de licencia
especial para ejecutar este
tipo de unión. En este caso, se utiliza un procedimiento en el que los extremos de las
barras son calentados (a gas) a una temperatura adecuada, se presionan uno contra
otro y se logra la fusión mientras que se forma un bulbo en la sección de contacto. Para
barras de diámetro mayor de 32 mm es común el uso de conectores mecánicos, debido
39

a la dificultad de lograr en el sitio la condición necesaria de calentamiento


indispensable para la fusión de los extremos en barras de esos diámetros.

Para barras menores de 16 mm es común el uso de empalmes indirectos (por


traslape). Es evidente que se trata de evitar las grandes longitudes de empalme por
solape (que se verán más adelante) necesarias para barras de gran diámetro.

8.8.2.2. Empalmes con conectores mecánicos.


Como se verá, el eslabón débil de las uniones indirectas es el hormigón entre las
barras a unir. Cuando se desea transferir la resistencia total de las barras al hormigón
se debe disponer de longitudes que como se verá luego, a veces son bastante
mayores a las longitudes de desarrollo ld antes calculadas.

Si la pieza de hormigón armado tiene bastante armadura y de diámetros


importantes, se requiere de considerables cantidades de acero adicional para
materializar el empalme. En columnas de edificios de varios pisos tal vez las longitudes
necesarias de empalme excedan del 1/3 o de 1/2 de la altura de piso. Además se
pueden producir congestiones de acero lo cual interfiere con la apropiada
compactación del hormigón.

Sin un buen hormigón la transferencia de esfuerzos por métodos indirectos no


es confiable. Por eso surgen los métodos de transferencia directa, entre los que se
encuentran los que utilizan componentes mecánicos.

Al igual que para uniones soldadas, cuando se usan conectores mecánicos, el


ACI-318, sección 12.14.3.4 especifica que las conexiones deben desarrollar en tracción
y compresión por lo menos un 125 % de la tensión de fluencia real de las barras a
empalmar. Más adelante se mencionarán las prescripciones adicionales que establece
la norma NZS en relación a los conectores mecánicos, en particular la forma de
ensayos para aceptación de la conexión. En el caso de miembros sometidos a cargas
sísmicas, el requisito es que las conexiones deben poder desarrollar la resistencia a
rotura de las barras.

En la sección 8.11 se verán algunas tendencias actuales en Japón respecto a


metodologías de anclajes y empalmes. Como se sabe, En este país existe una fuerte
cultura de experimentación, y existen firmas privadas, corporaciones, que son las que
marcan el estado del arte en desarrollos innovadores.

8.8.2.2.1. Empalmes con manguitos roscados.


La ref. [7] contiene bastante información con respecto a uniones con manguitos
roscados. La Fig. 8.43 muestra detalles de este tipo de uniones. Las mismas no son
muy utilizadas en nuestro medio.

Fig. 8.43. Distintos tipos de empalmes por manguitos roscados.


40

8.8.2.2.2. Empalmes con manguitos a presión para barras nervuradas.

Las mismas consideraciones anteriores corresponden a este tipo de unión.


Algunas de ellas se pueden ver en la Fig. 8.44(a) y (b). En este caso, se utiliza un trozo
de tubo de acero anular o manguito que se posiciona solapando los extremos de las
barras a unir (generalmente del orden de 5 veces el diámetro de la barra a unir, es
decir 2.5 db para cada lado). Se presiona en frío contra ellas, forzando que la
nervaduras se introduzcan en las paredes del manguito.

Alternativamente, a veces el manguito se diseña con un diámetro


adecuadamente mayor que el de la barra y por un proceso térmico se llena el espacio
entre barra nervurada y el manguito con un componente metálico.

Fig. 8.44(a). Empalme con manguito a presión.

Los manguitos a presión pueden también emplearse para empalmes roscados,


como se muestra en la Fig. 8.44(b). El perno roscado es de acero de alta resistencia.
Este tipo de empalme permite la transmisión de acero a acero tanto a esfuerzos de
tracción como de compresión.
41

Fig. 8.44(b).
Empalme de manguito roscado a presión para barras nervuradas.

La norma NZS, sección 7.5.1.3 establece que a más


de los requerimientos antes mencionados para uniones
soldadas y con conectores, los empalmes mecánicos deben
ser ensayados a través de 8 ciclos de carga hasta que en la
barra se alcance una tensión máxima de 0.90fy. El requisito
es que durante este ensayo, bajo la carga máxima de
tracción o compresión, el cambio de longitud, medida sobre la
longitud completa del sistema de conexión, no debe resultar
en más del 10 % en exceso de la extensión de la misma longitud de una barra sin
empalmar.

8.8.3 EMPALMES INDIRECTOS.

En el caso de un empalme por solape o traslape, la transferencia de esfuerzos


de una barra a otra se hace a través del hormigón que rodea ambas barras. En
cualquier parte de la longitud de empalme la fuerza se transmite de una barra al
hormigón por adherencia y también por este mecanismo simultáneamente se transmite
del hormigón hacia la otra barra. Dentro del hormigón se generan tensiones muy
elevadas y fuerzas que tienden a la falla por separación (splitting failure). En
consecuencia, la integridad de un empalme por solape depende de que se pueda
desarrollar la adherencia entre barra y hormigón sin que éste se desintegre o se
induzcan excesivas deformaciones.

8.8.3.1. Traslapes de tracción. En Los empalmes traslapados sometidos a tracción


existe una fuerte tendencia a la falla de hendimiento o separación. Si bien el
mecanismo de transferencia es bastante complejo, se pueden obtener algunas
conclusiones por inspección de la forma de falla del mecanismo.
42

Fig. 8.45.
Distintos tipos de fallas por
empalmes por solape en
columnas.

La Fig. 8.45
muestra distintas
situaciones de
empalmes de barras en
columnas.

Como se ve, tanto


para columnas circulares
como para las de
sección rectangular, una
falla del empalme
implicaría un movimiento relativo longitudinal entre las barras empalmadas, lo que se
debería dar si es posible la formación de una serie de superficies de fractura
perpendiculares a las caras de la columna. Además se debería generar una superficie
de falla paralela a la superficie de la columna que induzcan a la dilatación de las fisuras
radiales (perpendiculares al radio) o circunferenciales, que permiten a las barras
deslizarse con respecto al núcleo de la columna.

Fig. 8.46. Fallas en columnas con empalmes en las regiones extremas.

La Fig. 8.46 muestra fallas de empalmes por traslape en columnas, donde las
barras longitudinales de las columnas son de diámetro grande.
43

Fig. 8.47.
Tensiones de tracción inducidas por las fuerzas de
transferencia que se desarrollan en los empalmes
por solape.

Con referencia a la Fig. 8.45, se ve que


existe un bloque de hormigón de longitud ls
(longitud de traslape) y perímetro p que estará
asociado a cada barra. Si se permite cierta
plastificación en la resistencia a tracción del
hormigón, ft, y en referencia a la Fig. 8.47, la fuerza transversal que se resiste a la
formación de las superficies de fisuras es entonces ftpls. Suponiendo que la resistencia
al deslizamiento es suministrada por diagonales de compresión a 45o entre las
deformaciones de barras adyacentes, Fig. 8.47(a), o entre barras y el núcleo del
hormigón, Fig. 8.47(b), la fuerza de tracción transversal es igual a la resistencia
longitudinal o fuerza que el acero debe desarrollar. Por lo tanto, la máxima fuerza Tb
que puede ser transferida sin la colaboración de armadura transversal está dada por:

Tb = Ab f s = f t pl s (8.14)

En la ref. [6], de donde se extraen estos conceptos, se dan mayores detalles del
mecanismo de resistencia, pero para resumir, y adoptando un valor límite superior del
perímetro dado por:
p = 2 2 (c + d b ) (8.15)

y para valores de recubrimientos típicos, se llega a que la longitud de traslape


necesaria es del orden de (comparar con la ecuac. 8.8a):

fs
l s = 0.50 db (8.16)
f 'c

donde para valores de las tensiones en MPa, las unidades de ls son las de db. La
misma referencia aconseja que el empalme esté suficientemente confinado por
armadura transversal para que no se desintegre el mecanismo de transferencia de
corte por fricción en el caso que se supere la resistencia a tracción del hormigón.

Fig. 8.48(a). Transmisión de esfuerzos en un empalme por traslapo: el esfuerzo Z se transmite


por compresión oblicua, por lo que se origina una tracción transversal.
44

Tal cual se muestra en la Fig. 8.48a, donde los esfuerzos a transmitir se


designan con Z, tomada de ref. [7], y las diagonales comprimidas con D, debido a que
sólo parte del perímetro de las barras puede participar en el mecanismo de
transferencia y debido a las condiciones adversas del hormigón que rodea las barras, la
longitud de empalme debería ser mayor que la longitud de desarrollo ld que
corresponde a una barra aislada. La Fig. 8.48b muestra las fisuras entre las barras y
las diagonales comprimidas, por ensayos realizados por Y. Goto en Japón (tomada de
ref. [7]).

Fig. 8.48(b).
Fisuras entre las barras que muestran claramente las diagonales
comprimidas.

El efecto de “wedging” o contacto entre las superficies de las


barras a empalmar hace que se tienda a formar una fisura a lo
largo de una línea que pasa a través de los centros de las barras
traslapadas. Este efecto se esquematiza en la Fig. 8.49, donde
son empalmadas cuatro barras de una viga. Es claro que
solamente las ramas externas del estribo son las que ofrecen
resistencia contra la separación de los bloques de hormigón que
se intentan separar por debajo de las armaduras. El estribo es el
que toma las fuerzas de tracción del modelo de reticulado,
fuerzas ∆Zq en Fig. 8.48a, que completa el mecanismo de
resistencia.

Fig. 8.49(a). Posible formación de


fisuras en empalmes por traslape.

Fig. 8.49(b). Vista de la formación de


fisuras a lo largo del elemento
estructural.
El extremo libre de las
barras empalmadas, por ser focos
de discontinuidad, actúan como
iniciadores de fisuras a través de
las zonas de tracción. Ver la Fig.
8.48(b). La fisura transversal
dispara a su turno fisuras de
separación. Esto produce el incremento de la distancia A-B de la Fig. 8.49(a), lo cual se
puede monitorear en ensayos a través de una adecuada instrumentación, a medida
que las cargas se incrementan. El inicio de la fisuración se puede detectar a partir de
un incremento repentino de las dimensiones de la sección transversal en coincidencia
con la ubicación de los traslapes.
45

Fig. 8.50. Distribución cualitativa de las deformaciones


transversales en un empalme por superposición de barras.

Mediciones experimentales han demostrado


que las expansiones transversales son mayores en
coincidencias con los extremos libres de las barras.
Esto se grafica en la Fig. 8.50. Por ello es que
cuando se terminan varias barras que están fuertemente tensionadas en la misma
sección, los efectos de deformación son acumulativos, a menos que las separaciones
laterales de los empalmes sea generosa.

En consecuencia, es beneficioso
alternar los empalmes de forma tal que
los extremos libres de las barras no
sean coincidentes, a menos que las
barras estén separadas por una
distancia mayor de 12db. Lo que se
recomienda es que se alternen los
extremos libres a través de media
longitud de empalme, o por más de
1.30 veces dicha longitud, tal cual se
muestra en la Fig. 8.51. Las ventajas y
desventajas de cada caso se deducen
por inspección de las figuras.
Más adelante se verá las
prescripciones de las normas, que
tienen que ver con la ubicación de los
empalmes, las longitudes de empalme
y el número de barras a empalmar.

Fig. 8.51. Expansión transversal y fisuras en


empalmes por superposición desfasados o
alternados. (a) expansión transversal por
superposición de traslape; (b) la expansión
trasversal no se acumula; (c) superposición de
expansión transversal no es crítica.

Dentro del rol que le cabe a la armadura transversal, en la resistencia al corte, en evitar
pandeo de barras y proveer confinamiento de hormigón armado, está también la que
corresponde a suministrar resistencia de adherencia. La falla de un empalme en
tracción es muy violenta y completa si no se ha suministrado armadura transversal en
la zona de unión de las barras. Con un mínimo de contenido de armadura de estribos,
por ejemplo, 0.15%, se incrementa notablemente la resistencia del empalme, se
restringe el crecimiento de la fisuración y se puede asegurar el comportamiento dúctil
de la pieza.

8.8.3.2. Traslapes de compresión.


46

Debido a las condiciones de adherencia más favorables para barras en


compresión que en tracción, los códigos permiten menores longitudes de solape en
empalmes comprimidos.

La mayor diferencia entre empalmes en tracción y en compresión radica en que


en este último caso las barras pueden transferir parte de la fuerza por presión de punta.
Algunos ensayos han demostrado que las presiones de punta han alcanzado hasta 5
veces la resistencia cilíndrica del hormigón en los extremos de barras traslapadas en
compresión.

Otros ensayos de empalmes de barras en compresión han demostrado que:

(i) La presión de punta fue la responsable de la mayoría de las fallas en los


empalmes, independientemente de la longitud de empalme ensayada. Los
ensayos se efectuaron para longitudes de empalme entre 9 a 38 veces el
diámetro de las barras. Una falla típica de presión de punta se observa en la
Fig. 8.52.

(ii) La capacidad de los empalmes fue mejorada cuando se dispuso de armadura


de confinamiento, la cual limitó la expansión lateral del hormigón. En tales
casos se llegó a medir presiones de punta de hasta 120 MPa.

(iii) Un incremento del espesor del recubrimiento de hormigón en la zona del


empalme en compresión no resultó significativo.

(iv) Cuando se usaron barras longitudinales de diámetro pequeño, menores de


14 mm, en el solape, la presión de punta no influencia en forma apreciable la
respuesta, y en ese caso el uso de armadura transversal, como se utiliza
fuera de la zona de empalme, suele ser suficiente.

Fig. 8.52. Falla de un empalme por solape en


compresión por presión de punta.

El efecto explosivo (falla muy frágil) que


puede producir una presión de punta excesiva,
requiere de armadura transversal con poca
separación, la cual debe prolongarse más allá
de los extremos de las barras. La Fig. 8.53, de
ref.[7], ilustra el concepto e indica una expresión
razonable para el cálculo y disposición de la
armadura transversal.
47

Fig. 8.53.
Empalmes por
traslape de barras en
compresión. La
armadura transversal
debe extenderse más
allá de los extremos
de las barras.

8.8.4. PRESCRIPCIONES REGLAMENTARIAS RESPECTOS A LOS EMPALMES.

El código ACI-318, sección 12.14 aclara que los lugares de empalmes deben
quedar bien definidos en los planos. En sus comentarios recomienda que se ubiquen
lejos de los puntos de máximo esfuerzo de tracción. El uso de factores 1.3ld y 1.0ld que
se verá más adelante tiende a motivar al diseñador en este aspecto.

En su sección 12.14.2.1 aclara que para barras de diámetro 36 mm o mayores


no se pueden usar traslapes, excepto en casos específicos que luego aclara, por
ejemplo, para barras de columnas unidas a bases, ver Sección 15.8.2.3 y comentarios.

Para los paquetes de barras aclara que se debe tomar la longitud de desarrollo
para barra individual aumentada por los coeficientes que antes se mencionaron de 1.20
y 1.33 para paquetes de 3 y 4 barras respectivamente. Los traslapes de las barras
individuales de un paquete no deben sobreponerse y no se deben empalmar paquetes
enteros por solape.

En la sección 12.14.2.3. aclara que en elementos sometidos a flexión, las barras


traslapadas que no están en contacto no deben estar separadas por más de 150 mm ni
de 1/5 de la longitud de traslape. La razón es que si las barras a traslapar están muy
separadas se crea una sección en el hormigón no armada.

8.8.4.1. Empalmes por traslape en tracción.

El ACI, sección 12.15 establece que la longitud requerida para traslapes en


tracción es básicamente la que se requiere para el desarrollo de las barras, es decir ld.
Referirse a ecuaciones 8.8 y 8.9 para extremos rectos en tracción, ecuación 8.12 para
extremos con ganchos en tracción y ecuación 8.11 para barras en compresión, con o
sin gancho. En ningún caso la longitud del empalme debe ser menor de 300 mm. Se
debe calcular esa longitud utilizando los coeficientes respectivos que ya fueron
48

analizados, sin aplicar el que corresponde a exceso de armadura (ACI, sección 12.2.5).
La barra lisa no puede traslaparse con extremo recto.

De todas maneras, el ACI castiga con un factor de 1.3, y designa como traslape
clase B cuando el área de acero en toda la longitud del empalme suministrada no es
mayor que el doble de la requerida por análisis, o bien cuando se empalma más de la
mitad del esfuerzo a transferir dentro de la longitud de empalme. Tal cual se expresó
antes, se trata de motivar (o forzar) a que el diseñador ubique los empalmes fuera de
las regiones de máximo esfuerzo, ya que allí el área de acero colocada fácilmente
puede exceder el doble de los requerimientos, y además para que realice los traslapes
en forma escalonada. Para los otros casos el traslape lo designa como tipo A, y en ese
caso la longitud de desarrollo es igual a la de empalme, es decir el coeficiente es 1.0.

La siguiente tabla muestra una síntesis de lo anterior:

As proporcionado Porcentaje máximo de As traslapado en la longitud


As requerido requerida para dicho traslape [%]
50 100
Igual o mayor que 2 Clase A Clase B
Menor que 2 Clase B Clase B

Se ve entonces que cuando las tensiones de las barras debido a cargas


mayoradas es mayor que 0.5fy en tracción, los traslapes deben tomarse siempre como
de clase B.

El código NZS:3101, sección 7.3.17 especifica que las longitudes de desarrollo,


ld, y de empalme, Lds (s por “splice”), para barras corrugadas pueden ser las mismas.
No hay motivos para incluir nuevos coeficientes. Aclara que las barras lisas no pueden
empalmarse con extremos rectos. Esta norma además aclara cual es el valor que se
debe adoptar para el factor cp en el cálculo de Lds, lo cual queda aclarado en la Fig.
8.54. Esa es la distancia que el ACI menciona como espaciamiento libre entre las
barras (de la cual es función la longitud de empalme) y que se muestra en la Fig. 8.56.
En la sección 12.15.4.1 especifica que los empalmes deben estar escalonados por lo
menos 600 mm. Esta norma no contiene el factor de 1.3 del ACI-318.

Fig. 8.54. Definición de cp para


los empalmes.
49

Fig. 8.55.
Separación de las barras
empalmadas (NZS).

Fig. 8.56.
Criterio del ACI para el espaciamiento libre
de barras traslapadas.

En la sección 7.3.17.3 la norma


NZS aclara además que en el caso de
que en miembros en flexión las barras a
empalmar no estén en contacto, y su
separación sea mayor de 3db, entonces
Lds ≥ Ld + 1.5 sL, lo cual se grafica en la
Fig. 8.55.

Es importante hacer notar


además lo que la norma NZS establece
en su sección 7.3.17.6 donde expresa que en el caso de anclaje de los ganchos de
estribos éstos no debe estar en el recubrimiento de hormigón, sino que se deben anclar
a través y dentro del núcleo de hormigón y el gancho puede ser horizontal, vertical o
inclinado, en función de la conveniencia para la construcción.

8.8.4.2. Empalmes por traslape en compresión.

El típico caso de empalme de barras de refuerzo en compresión se encuentra en


las columnas donde las barras llegan generalmente un poco más arriba del nivel
superior de la losa de cada piso (debe permitir el empalme respectivo), o a veces pasar
un piso sin empalme y traslapar en el siguiente (cortes normales entre 6 a 8 m). Rara
vez es posible, por razones constructivas utilizar la barra completa de 12 m de largo,
aunque esto sería ideal por razones económicas y también para evitar los problemas
derivados de los empalmes.

El ACI en sección 12.16.1 establece que la longitud del empalme en barras a


compresión no debe ser menor de:

(i) 0.07fydb cuando fy ≤ 420 MPa, o bien


(ii) (0.13fy – 24)db para fy > 420 MPa
(iii) 300 mm.
50

Si la resistencia del hormigón f´c es menor de 20MPa, la longitud de traslape se


debe incrementar en un 1/3.

Cuando se traslapan barras de diferente diámetro, la longitud de empalme debe


ser la mayor entre la longitud de desarrollo de la barra mayor y la de empalme de la
barra menor.

Cuando los empalmes a compresión están protegidos a lo largo de toda la


longitud de traslape con armadura transversal tal que sea igual o mayor que 0.0015h.s,
donde h es la altura del elemento y s la separación de estribos, se permite disminuir la
longitud de traslape al afectarla por 0.83. Si el empalme está confinado con zunchos en
espiral, entonces el factor puede ser 0.75. De todas maneras el empalme nunca debe
ser menor de 300 mm.

8.8.4.3. Disposiciones especiales para diseño sísmico.

Se debe recordar que el ACI-318 tiene disposiciones para las construcciones en


general, pero que en el Capítulo 21 agrega requisitos adicionales o modificatorios de
secciones anteriores para los casos de construcciones en zonas de sismicidad
moderada y fuerte. Si la sismicidad es baja valen las disposiciones generales. Algunas
de las disposiciones que pueden modificar lo relativo a ubicación y longitud de
empalmes se muestran a continuación.
Cabe aclarar que el CIRSOC 201-2005 no sigue el ACI en la parte sísmica.

(i) ubicación de traslapes.

En la sección 21.3.2.3, el ACI-318 establece que sólo se permiten traslapes de


armadura en flexión cuando se proporcionan estribos o espirales en la longitud del
traslape. La separación máxima de la armadura transversal que envuelve a las barras
no debe exceder de d/4 ni de 100 mm. Además, no pueden traslaparse barras (i) dentro
de los nudos, (ii) a una distancia de dos veces la altura del elemento desde la cara del
nudo y (iii) donde el mecanismo de colapso indique zonas potenciales de rotulación
plástica. La razón es que no es confiable el traslape en zonas donde habrá fuertes
reversiones de deformación y tensión.

En la sección 21.4.3, para armadura longitudinal de columnas, el ACI establece


que los traslapes sólo se permiten dentro de la mitad central de la longitud del
elemento, y deben estar dimensionados como traslapes de tracción. La pérdida del
recubrimiento de hormigón que puede llegar a ocurrir en los extremos de columnas que
forman pórticos hace que no sea conveniente ubicar los traslapes en esas zonas por el
debilitamiento que ocasionaría. En la mitad de la altura generalmente las inversiones
de momentos involucran menores tensiones que en los extremos.

(ii) longitud de desarrollo para barras a tracción con gancho.

En la sección 21.5.4.1 establece que la longitud de desarrollo para barras a


tracción con gancho estándar a 90o no puede ser menor de 8 db ni de 150 mm, ni que
la longitud que surge de:
51

fy
l dh = 0.185 db (8.17a)
f ´c

por lo que para el caso normal de fy= 420 MPa, resulta:

1
l dh = 78 db (8.17b)
f ´c

El ACI aclara que el gancho a 90o debe estar situado dentro del núcleo
confinado de una columna o elemento de borde.

Es importante comparar este requerimiento con el que se expresó en la sección


8.7.7.2, ecuación (8.12.b), que corresponde a cargas principalmente gravitatorias y
zona sísmica leve. En principio hay que reconocer que la expresión (8.17.b) ya tiene
incorporados los coeficientes de 0.70 y 0.8 que se designaron como α1 y α2 en la
sección 8.7.7.2, pues ante acciones sísmicas es requisito que el gancho a 90o esté
embebido en hormigón confinado. Además, α3 no corresponde ser menor de 1.0 en
este caso. En definitiva, si en la ecuación (8.12.b) se hubieran dado las condiciones de
usar los coeficientes de minoración 0.70 y 0.80, el factor hubiera resultado 56 (en vez
de 100), por lo cual el incremento efectivo por acción cíclica respecto a al de carga
estática es básicamente 78/56 = 1.40.

(iii) longitud de desarrollo para barras a tracción sin gancho.

En la sección 21.5.4.2 el ACI establece que la longitud de desarrollo, ld, para


barras con extremo recto no debe ser nunca menor de 300 mm, y además:

(a) 2.5 veces mayor que el que resulta de aplicar la ecuación (8.17a) si el espesor de
hormigón colocado de una sola colada debajo de la barra no excede de 300 mm, y

(b) 3.5 veces mayor que el que resulta de aplicar la ecuación (8.17a) si el espesor de
hormigón colocado de una sola colada debajo de la barra excede de 300 mm.

Es decir que para extremos rectos vuelve a considerar la diferencia entre barra
en posición favorable o desfavorable.

En definitiva, la longitud de desarrollo sería para el caso de barra con extremo


recto y en posición favorable:

fy
l d = 0.46 db (8.18a)
f ´c

que se transforma para el caso de acero ADN-420 en :

1
l d = 195 db (8.18b)
f ´c
52

y para barra en posición desfavorable:


fy
l d = 0.65 db (8.19a)
f ´c

que se transforma para el caso de acero AND-420 en:

1
l d = 273 db (8.19b)
f ´c

Si se comparan estas exigencias con las que corresponden a la ecuación


(8.8.a), que es para extremos rectos y cargas no cíclicas o casos generales, y
suponiendo λ =β =1.0 y acero ADN-420, es decir con la expresión:

 1 
l d = 210  α db
 f ´c 

se ve que para α=1.3 (posición desfavorable) ambas exigencias coinciden. Sin


embargo, para α=1.0 aparece una menor exigencia para casos de acción sísmica, lo
cual no es razonable. Tal vez, el ACI-318 debería directamente expresar que para
extremos rectos no hay modificación a lo exigido en su parte general. De lo contrario,
(aunque esto no tendría sentido pues complica la norma sin necesidad) el factor a
utilizar para mayorar la longitud de desarrollo desde el caso con gancho hacia el caso
sin gancho debería ser 2.5 x 210/193= 2.70 en vez de 2.5.

(iv) Evaluación de la comparación de la longitud de desarrollo para barras a


tracción con y sin gancho según ACI. Resultados de ensayos de barras a
carga cíclica.

Pareciera ser que el ACI no tenía intenciones de incrementar en caso de tratarse


de acción dinámica, las longitudes de desarrollo para los casos de barras con extremo
recto, pero si tiene la intención de incrementar en el caso de extremos con ganchos, en
casi un 40 % según se demostró antes. Esto podría explicarse si se analizan los
resultados que se presentan, por ejemplo, en la refs. 11 y 12, y las consignadas en el
apéndice de ref. 10.

En la Fig. 8.57, (a), (b), y (c) se muestran respectivamente las idealizaciones,


configuración de fisuras y los esquemas de los ensayos que se presentan en las
referencias citadas. El objetivo de estos estudios fue analizar los comportamientos de
barras embebidas en hormigón sometidas cargas cíclicas, con extremos rectos y con
ganchos a 180o y 90o. Una de las principales conclusiones fue la siguiente: ”para barras
con ganchos sometidas a esfuerzos cíclicos con reversión de cargas, la resistencia de
adherencia y la absorción de energía es suministrada inicialmente por el extremo
embebido recto antes del gancho. Debido a que el empleo del gancho reduce esa
longitud previa al gancho (note que para f´c= 21Mpa la longitud de desarrollo para
extremo recto resulta ld ≅ 45db, mientras que si es con gancho a 90o, para carga cíclica
daría ldh ≅ 17db, de las cuales la longitud pre-gancho sería del orden de 13db, luego un
53

desarrollo de cuarto de circunferencia aproximado de 4db, seguido de extremo final


recto de 12db, lo que da una longitud total de embebido aproximada a 30 db; es decir el
pre-gancho de 13db más los 4db que dan 17db representan cerca de (17/45) 1/3 de la ld
de la barra recta), se puede producir un efecto adverso en la absorción de energía. Una
vez que el efecto de deslizamiento llega al extremo recto pre-gancho no existe
capacidad de absorción de energía a menos que los movimientos por cargas de
presión sobre el hormigón que rodea al gancho sean restringidos. Aún cuando se
colocaron armaduras transversales (estribos) en cantidad más del doble de la requerida
para prevenir una falla de corte, estos fueron insuficientes para limitar en forma
adecuada los movimientos de los ganchos a 180o, una vez que el deslizamiento entró
en la zona del gancho”.

Fig. 8.57(a).
Esquema 3-D de nudo y representación de la porción de
espécimen del ensayo que se muestra en Fig. 8.57(c).

En otra de las ref. N. Hawkings aclara que, tal


cual se muestra en la Fig. 8.58(a) para barra recta y (b)
para extremo con gancho a 180o, la respuesta de esta
última es mucho más pobre que cuando el extremo es
recto, puesto que una vez que el deslizamiento entra al
gancho el movimiento de éste tiende a romper la
conexión. Para el ensayo que se muestra en la Fig. 8.59,
se compara el extremo recto con el de gancho a 90o. Las
curvas de respuesta se muestran en la Fig. 8.60 (a) y
(b). En este caso la conexión con gancho tiene mejores
características cuando es sometido a tracción que a
compresión, pero aún así no es tan buena como la respuesta con extremo recto. Una
ventaja adicional que se observó del gancho a 90o, de acuerdo a Hawkings, con
respecto al gancho a 180o es que para cargas de tracción a desplazamientos mayores
del que corresponde al pico de capacidad, hay cierta ganancia en resistencia con el
incremento de desplazamiento.

Fig. 8.57(b.) Configuración de fisuras bajos cargas monotónica y bajo carga cíclica.
54

Fig. 8.57(c). Representación de los ensayos de Hawkings et al.


55

Fig. 8.58. Comparación de respuestas en términos de tensión vs. deslizamiento de


barras embebidas con extremo recto y con gancho a 180o bajo carga cíclica.

a) barra terminada en forma recta


b) barra terminada con gancho a 180o.
56

Fig. 8.59(a). Esquema de disposición probeta y de elementos de carga.

Haciendo referencia a los mencionados ensayos de Hawkings et al, se aclara


que el hormigón tenía una resistencia cilíndrica a compresión promedio (hubo varios
ensayos) cercana a f´c = 32 MPa, y el acero una tensión de fluencia cercana a fy = 320
MPa. Si se aplicaran los criterios del ACI, las longitudes de desarrollo deberían haber
sido:
f 320
l d = 0.65 y d b = 0.65 d b = 37d b
f ´c 32
para extremo recto, y:
fy 320
l dh = 0.185 d b = 0.185 d b = 10.5d b
f ´c 32

para extremos con gancho a 90o. Según se ve en la Fig. 8.57(c), en los ensayos se ha
utilizado ldh ≅ 569 mm (22.4”), lo cual para una barra # 10 que equivale a diámetro 32
mm, resulta ldh ≅ 18db. Para la barra recta, ld ≅ 610 mm ≅ 19 db.

Se concluye entonces que los resultados de los análisis sobre los ensayos sobre
las barras a cargas cíclicas demostró que la presencia de los ganchos causaron un
marcado deterioro de las condiciones de anclaje. Tal vez esa fue la razón por la que se
incrementó la longitud de desarrollo en un 40 % para carga cíclica con respecto a carga
estática, si la barra tiene extremos con gancho.

Uno de los problemas prácticos que se presentan a menudo en las obras, y que
no formó parte de esta investigación, es que muchas veces los ganchos son causales
57

de congestión de armaduras. Esto provoca que el hormigón que debe rodear a dichos
ganchos no tenga la suficiente densidad, presencia de poros y habrá falta de
uniformidad de la mezcla de hormigón, etc. por lo que dicho material dista mucho de las
condiciones que debe cumplir para la correcta transferencia de los esfuerzos. Si, por
ejemplo, los empalmes en las columnas no se alternan, y encima se usan ganchos, la
situación se agrava, dejando a la columna en una cierta longitud con una debilidad que
seguramente el diseñador ni se imaginó. Esto muchas veces es subestimado, tanto por
quienes ejecutan la construcción como por quienes deben servir como órganos de
contralor. En nuestro medio, por ejemplo, se fija la atención en si la barra tiene gancho
terminal, y no en el detalle completo de armado, por ejemplo, en la correcta longitud de
empalme o anclaje, que no haya congestión de armaduras, etc. Un ejemplo de esta
situación se muestra en la Fig. 8.60.

Fig. 8.59(c).
Comparación de
respuesta de
barras con
extremo recto y
barras con
gancho a 90o.
58

Fig. 8.60.
Ejemplo de innecesario uso de ganchos a 180o en un
obra en el centro de Mendoza Ciudad, y potencial
problema de congestión de armaduras longitudinales.

(v) Otras consideraciones del ACI:


barras rectas pasantes por nudos.

Los comentarios del ACI indican además


que los factores posibles como que las barras se
vean sometidas a una tensión mayor que la de
fluencia, o que la longitud de desarrollo no se
inicie necesariamente en la cara de la unión
(señalada como sección crítica) ya han sido
tenidas en cuenta en la ecuación de
requerimientos.

En la sección 21.5.4.3 el ACI expresa que las barras rectas que terminan en un
nudo deben atravesar el núcleo confinado de una columna o de los elementos de
borde. Cuando la longitud recta embebida requerida para una barra se debe extender
más allá del volumen de hormigón confinado, la longitud de desarrollo, ldm, se obtiene
mediante esta expresión:

l dm = 1.6(l d − l dc ) + l dc (8.20a)
o
l dm = 1.6l d − 0.6l dc (8.20b)
donde:

ldm= longitud total de desarrollo cuando la barra recta no está totalmente confinada.
ld = longitud de desarrollo requerida para barras rectas embebidas en hormigón
ldc = longitud de barra embebida en hormigón confinado.

8.9. DESARROLLO DE LA ARMADURA EN FLEXIÓN.


8.9.1. GENERALIDADES.

Las consideraciones que siguen son de aplicación fundamentalmente para


vigas. Se supone que sobre el elemento sometido a flexión se conoce la distribución de
envolvente de momentos para todas las cargas posibles. La misma ha surgido de un
análisis estructural que contempla todos los casos posibles de cargas, y que han sido
comparadas para el mismo estado límite. El estado límite para el diseño por resistencia
y capacidad es el que corresponde a cargas y fuerzas amplificadas por los factores que
se vieron en el capítulo I. Además, se supone que ya se han efectuado las operaciones
de redistribución de esfuerzos de flexión, cuando éstos sean pertinentes.

En cuanto a solicitaciones de flexión, para el caso que predominen las cargas


gravitatorias, las secciones críticas se ubican en la cara de los apoyos, por momentos
negativos, y cerca del centro del tramo, por momentos positivos. Si es la acción sísmica
la que predomine, podría ser que se adicionen como secciones críticas las que
corresponden a momentos positivos en los apoyos.
59

Salvo casos muy contados en los que se utilizan elementos de sección variable,
las vigas son de sección prismática con dimensiones constantes de su sección
transversal, que facilita la construcción (encofrados, estribos y apuntalamiento) y
reduce costos. En consecuencia, al variar el momento a lo largo de la viga, para
optimizar los materiales, se puede variar el contenido de acero a lo largo de la misma.
Es práctica común interrumpir algunas armaduras a partir de puntos específicos que
están asociados a disminución de los momentos flectores. En épocas anteriores incluso
era típico el doblado de barras, para pasarlas de zonas de momentos positivos a zonas
de momentos negativos e incluso, por el efecto de barra inclinada, para absorber
esfuerzos de corte. Por varias razones, esta práctica no es muy efectiva y en general,
es más conveniente interrumpir las barras donde no sean necesarias y utilizar estribos
para absorber los esfuerzos de corte.

8.9.2. PRESCRIPCIONES REGLAMENTARIAS DEL NZS:3101 Y DEL ACI 318-95


8.9.2.1. Interrupción de la armadura de tracción. Longitudes de embebido.

Fig. 8.61.
Prescripciones de la
norma NZS para el
desarrollo de
armadura de flexión
en una típica viga
continua de hormigón
armado.

Tanto el ACI-
318 como el
NZS:3101 tienen
formato y contenidos
similares para definir
los requisitos a
cumplir para el
desarrollo de barras
en flexión. Sin
embargo, se
adoptará las
prescripciones que
establece el
reglamento de
Nueva Zelanda ya
que el ACI no
instrumenta, en
opinión del autor de
este trabajo, en
forma explícita lo que denota en sus comentarios. Esto quedará aclarado más adelante.
60

La Fig. 8.61 muestra una porción de tramo y apoyo continuo de una viga de un
pórtico de hormigón armado con su correspondiente envolvente de diagrama de
momentos. Es claro que la demanda de momentos es una curva continua, pero el
suministro de resistencia, para sección de hormigón constante, no lo puede ser.
Existirán zonas que tendrán más barras que otras y por ende habrá diferencias en las
capacidades a flexión. De eso justamente se trata para optimizar el uso de las barras
de acero. Por ejemplo, en la figura citada se ha supuesto que el momento negativo es
tomado en el apoyo por dos grupos de barras, “a” y “b”, mientras que otros dos grupos
distintos pero designados de igual manera toman el momento positivo. En algunas
secciones se producen las interrupciones o corte de barras (cut-off points). Si se
supone que cada grupo de barras resiste una porción o fracción definida del momento,
se pude hablar de dos puntos característicos de la curva de momentos que se
corresponden con dos secciones de la viga: un punto que corresponde a la sección
donde la barra o el grupo de barras debe desarrollar la resistencia a fluencia (máxima),
y otro punto a partir del cual teóricamente la barra no es necesaria. En el caso de la
figura anterior, en el apoyo (cara de la columna) el punto Y representa la sección donde
las barras adicionales “a” deben desarrollar la máxima o resistencia total (full strength).
A partir de X y hacia el centro del tramo, en ese diagrama de momentos negativos,
esas barras no serían necesarias. Es decir de X hacia Y (hacia donde crece el
momento) comienzan las barras “a” a ser necesarias (con tensión progresivamente
creciendo) y en Y se las necesita a full. Para el grupo de barras “b”, siguiendo en la
zona de momentos negativos, en X deben desarrollar la máxima resistencia y a partir
de la sección donde el momento se hace nulo hacia la derecha ya no serían
necesarias. Un razonamiento similar se puede llevar a cabo con el grupo de barras “a”
y “b” que deben absorber los momentos positivos.

El NZS, sección 7.3.22.3, establece que, salvo en el caso de apoyos de vigas


simplemente apoyadas y en los extremos libres de voladizos, las barras se deben
extender:

1) una longitud igual o mayor a “ld + d” a partir del punto donde se


requiere que desarrolle su máxima resistencia (el ACI, sección
12.10.4, exige sólo que a partir de ese punto la longitud de embebido
sea mayor que ld),
2) una longitud igual o mayor a “1.3d” del punto donde teóricamente no
es necesaria para resistir flexión (acá el ACI, sección 12.10.3 pide que
a partir de ese punto la longitud adicional sea o bien “d” o “12db”, la
que resulte mayor).

En principio, tanto el NZS, en su sección C7.3.22.3 como el ACI en sección


C.12.10.3 reconocen que los diagramas de momentos que se utilizan para el diseño
son aproximados y seguramente se van a producir desviaciones en la ubicación de los
puntos de máximo esfuerzo. Esto puede ser debido a aproximaciones en la modelación
de la estructura y las cargas, asentamientos de apoyos, redistribuciones por
comportamiento no lineal, diferencia entre respuesta a cargas estáticas y cargas
dinámicas, etc. Además, ambas normas reconocen los efectos de las fisuras por
tracción diagonal que hace que la localización del esfuerzo de tracción calculado en la
barra pueda cambiar en una distancia aproximadamente igual a d hacia el lado donde
el momento se hace nulo. Por ello la norma NZS establece que, para cubrir ambas
61

causas de tensiones “inesperadas”, se deben prolongar las longitudes de embebido por


los factores de 1.3d a partir del punto donde la armadura no es más requerida y de d a
partir de ld. Note que esas precauciones no las adopta el ACI (al respecto véase
también comentario de sección 5.9.b de ref. [9]).

El INPRES-CIRSOC 103-05 especifica que los diagramas de momentos a


utilizar para interrumpir las armaduras deben ser aquellos que en un extremo permiten
desarrollar la sobrerresistencia y en el opuesto la resistencia a momento nominal.

8.9.2.2. Condiciones para interrumpir la armadura.

Existe evidencia de que la interrupción de las armaduras conduce a una


disminución de la resistencia al corte, y por lo tanto a posibles pérdidas de la ductilidad.
Esto es debido en general a la tendencia a la apertura de fisuras en cualquier sección
con interrupción de barras.

Por ello las siguientes limitaciones tienden a garantizar que en la zona de


interrupción el corte esté razonablemente controlado, que las tensiones en las
armaduras no sean elevadas y que un mínimo de estribos con adecuada separación
pueda controlar la fisuración.

En este aspecto, el ACI y el NZS tienen iguales prescripciones. Ambos establecen


que ninguna barra de flexión puede terminarse en una zona de tracción a menos que
se cumpla alguna de las siguientes condiciones:

(a) Que en la sección que la armadura se interrumpe, el corte demanda no exceda


el valor de 2/3 de la capacidad al corte, obtenida ésta incluyendo la resistencia
suministrada por los estribos.

(b) Que si el corte excede 2/3 pero es menor de 3/4 de la capacidad, que la
armadura de flexión en el punto de corte sea más del doble de la requerida.

(c) Se suministre armadura de corte en exceso a la requerida por corte y torsión a lo


largo de cada barra que se interrumpe y en una distancia que se prolonga desde
el punto de terminación de la misma al menos 3/4 de la altura efectiva d del
miembro. La armadura en exceso de estribos debe ser tal que Av no sea menor
de 0.4MPa.bw.s / fy[MPa]. Esto implica en forma efectiva que, para fy=420 MPa,
el exceso en estribos debe conducir a que Av≥0.001bws. Además, la separación
s no debe ser mayor de d/8βd, donde:
βd es la relación entre el área de armaduras a ser interrumpida y el área total
de armadura de tracción en la sección, incluyendo aquellas barras que van a ser
interrumpidas. Por ejemplo, si en una sección se interrumpiera un 25 % de las
barras, para una viga con d=50 cm, la separación de estribos no debería ser
mayor de 25 cm. Para el mismo caso, y con bw=20 cm, la armadura de estribos
no debería ser menor de 0.50 cm2 @ 25cm, es decir requeriría de al menos una
barra de diámetro 6mm cada 25cm.

El NZS aclara además que si las barras son dobladas hacia el alma de la viga
con un ángulo que no exceda 45o y terminadas a una distancia que no sea menor a d/2
de la cara traccionada, estos requisitos pueden ser obviados ya que se puede
62

considerar que dichas barras no se están interrumpiendo en zona de tracción. El código


ACI-318 en su sección 12.10.1 dice algo al respecto aunque sin dar mayores
precisiones.

8.9.2.3. Anclajes en elementos de sección variable.

Para el caso de elementos como ménsulas y zapatas de altura variable, en


pendiente constante, o escalonada, se deben tomar recaudos especiales. En estos
casos, el elemento está sujeto a flexión pero la tensión en la armadura no es
directamente proporcional al momento, es decir fs no disminuye linealmente con la
disminución de momento.

Fig. 8.62(a). Consideración para


el anclaje crítico en una ménsula.
NZS.

El ACI en la sección 12.10.6 y el NZS en la 7.3.22.5 señalan por ejemplo, en


referencia a Fig. 8.62(a), que la tensión de tracción en la armadura de la ménsula es
casi constante e igual, para el caso de resistencia nominal, a fy desde la cara del
soporte hasta el extremo cargado. En tal caso, el desarrollo de la armadura de flexión
depende fuertemente del anclaje suministrado en el extremo cargado.

La Fig. 8.62(b) muestra el mecanismo de resistencia y el problema de anclaje


desde el punto de vista físico. La Fig. 8.62(c) muestra la sugerencia que hace el comité
del ACI-408 en donde se propone soldar una barra transversal y de igual diámetro a la
barra a anclar. Esta figura contiene además detalles de armado de la ménsula que
corresponden al tema de corte, pero que completan el armado del elemento analizado.

Se aclara que el colocar un gancho en el plano vertical, cumpliendo con los


requisitos de mínimo diámetro de doblado no será totalmente efectivo pues quedaría
una zona de hormigón sin armar cerca del punto de aplicación de la carga. Por ello el
detalle de extremo recto y barra soldada.

Para el caso de ménsulas anchas (dimensión perpendicular al plano de la figura)


y cargas aplicadas no muy cerca de las esquinas, se podrían utilizar barras con forma
de U horizontales para que suministren el anclaje. En el extremo del soporte, se
debería anclar, tal cual muestra la figura, con un gancho estándar.
63

Fig. 8.62(b). Representación física del problema de anclajes mediante la analogía de la biela-
tensor (compresión - tracción), para distintas situaciones de nudos. Note la necesidad de
anclaje de la armadura de tracción en zonas donde en teoría pareciera no existir esfuerzo. Si la
armadura de tracción no es correctamente anclada, no es posible desarrollar el esquema de
comportamiento similar al de reticulado.
64

Fig. 8.62(c). Armado de Ménsula según recomendaciones del NZS, C9.10, y del ACI, Fig.
11.9.2. Note el detalle del extremo recto de la barra en tracción y de la barra transversal
soldada.

Nuevamente se pone énfasis que el detalle de la configuración de armaduras es


parte del diseño estructural del miembro. De nada vale el análisis ni la declaración de
las armaduras, por ejemplo en cantidad de barras con separación entre ellas, si no se
ha estudiado la disposición de las mismas y cómo se anclarán en la zona de apoyos.
Es típico en construcciones donde el diseñador no se ha ocupado de solucionar los
detalles constructivos, ver serias deficiencias en la resolución de la disposición de las
armaduras en obra. En estos casos, normalmente es el constructor quien termina
resolviendo el detalle en obra, con los elementos de juicio que en ese momento
disponga. El resultado suele ser catastrófico si no se ha implementado una correcta
supervisión. De todas maneras, de existir ésta y verificar el problema podría provocar,
por la necesaria corrección del detalle en sitio, un costo adicional de obra y un atraso
en la misma (que también incidirá en el costo final).
65

8.9.2.4. Desarrollo de armadura de tracción para momento positivo.

El ACI, sección 12.11 y el NZS en 7.3.23 estipulan las mismas prescripciones. En


primer lugar, y debido a la posibilidad de cambios en la configuración de momentos a lo
largo de los elementos debido a cambios de carga, asentamientos, redistribuciones,
efectos de cargas dinámicas, etc., se especifica que:

(i) para elementos simplemente apoyados, al menos 1/3 de la armadura que


cubre el momento positivo máximo, y

(ii) para elementos continuos, al menos 1/4 de la armadura asignada al máximo


momento positivo,

debe extenderse a lo largo de la misma cara del elemento hasta el apoyo. En las vigas,
dicha armadura se debe extender por lo menos 150 mm dentro del apoyo.

Además, cuando un elemento sujeto a flexión forme parte del sistema que
resiste cargas horizontales, la armadura que se requiere según la sección anterior que
se prolongue hasta los apoyos, se debe anclar de tal forma que sea capaz de
desarrollar la tensión de fluencia fy en la cara de apoyo. Es decir que debe cumplir con
el requisito de ldh. Esto es debido a que el elemento en cuestión puede verse sometido
a reversión de momentos en el apoyo ante acciones de signo alternativo. Por ello, la
armadura en apoyo para momento positivo debe estar también apropiadamente
anclada. De lo contrario la ductilidad ante reversión de cargas se puede ver seriamente
afectada. La norma ACI en su comentario aclara que no se debe aducir que los
requerimientos de anclaje se relajan por el hecho de usar armadura en exceso. Se
debe recordar que es probable que durante un fuerte terremoto toda la armadura
colocada sea llamada a trabajar a tensión nominal o aún más. Por ello, los anclajes
deben responder a pleno. Por esta razón, pareciera que el comentario de la norma
NZS, C7.3.23.3, último párrafo, no pareciera muy adecuado.

Otra consideración importante para el anclaje de armaduras en zonas de


momentos positivos, se refiere a la limitación que se impone a los diámetros db de las
barras en apoyos simples y puntos de inflexión en elementos continuos. El tema es
que, debido a consideraciones de mecanismos de adherencia por esfuerzos de flexión,
se debe verificar la longitud de anclaje en zonas donde el momento flector es cero. En
estas zonas, debido a que el valor de momento es nulo el diseñador tenderá a colocar
bajas cantidades de armadura, y a la vez los esfuerzos de corte suelen ser importantes,
lo que se traduce en altas tensiones de adherencia por flexión. Recordar que éstas se
originan por el cambio de la fuerza de tracción a lo largo de la barra.

Si se observan los diagramas de la Fig. 8.63, y se compara la variación del


momento (pendiente del diagrama), se comprende el hecho de la existencia de fuertes
tensiones de adherencia.
66

Fig. 8.63. Criterio que establece el NZS (similar al ACI) para limitar los diámetros de las barras
en apoyos simples.

La figura citada ilustra el requerimiento del NZS. Si la armadura es terminada


más allá del eje central del apoyo y con gancho normal, no se requiere cumplir la
siguiente condición. El enfoque del ACI es similar y en referencia a la Fig. 8.64
establece que en los apoyos y puntos de inflexión el diámetro de la armadura, db, de
tracción para momento positivo debe limitarse tal que ld (ver ecuaciones 8.8 y 8.9)
cumpla que:

Mn
ld ≤ + la (8.21)
Vu

donde:

Mn es el momento resistente nominal (es decir con fy y sin aplicar el factor φ) calculado
con la armadura suministrada en la sección de cara del apoyo.
Vu es el esfuerzo de corte último en la sección.
la representa la longitud de embebido efectiva, y que:

(i) En el apoyo, ver Fig. 8.64.a, debe ser la longitud embebida que está más allá
del centro del apoyo.

(ii) En el punto de inflexión, Fig. 8.64(b), debe limitarse a la distancia que sea
mayor entre estos valores: la altura útil del elemento, d, o 12 db.
67

Fig. 8.64(a). Tamaño máximo de la barra en apoyo simple (ACI).

Fig. 8.64(b). Tamaño máximo de la barra en el punto de inflexión (ACI).

Se permite que el valor de Mn/Vu sea incrementado en un 30 % cuando los


extremos de la armadura están confinados por una reacción de compresión.

El NZS aclara que durante el diseño puede ocurrir en forma frecuente que Mn/VU
resulte mayor que ld por lo que no es necesaria ninguna verificación posterior. Si los
requerimientos anteriores no son satisfechos, entonces se debe proceder a reducir db a
los efectos de que ld decrezca, o aumentar el área de acero para momento positivo en
el apoyo, para aumentar Mn.

En la sección 12.11.4, el ACI se refiere a anclaje en elementos de gran altura. Al


interpretar el modelo de puntales y tensores (strut and tie model) para el diseño de
elementos de gran altura sometidos a flexión, se visualiza la necesidad de anclar las
barras en el apoyo para efectivizar la fuerza de tracción en la cara del apoyo. Por eso
se requiere de que la armadura de tracción o bien sea continua o se desarrolle más allá
del apoyo. En definitiva, debe asegurarse de que se pueda alcanzar la tensión fy de las
barras. Se refiere al lector a la ref. [9], sección 4.9.c para mayor detalle del modelo y
comportamiento de estos elementos.
68

Fig. 8.65. Modelos de strut & tie.

8.9.2.5. Desarrollo de la armadura para momento negativo.

En la sección 12.12 del ACI y 7.3.24 del NZS se establecen las siguientes
disposiciones:

(i) La armadura para momento negativo en elementos continuos y en voladizos


se debe anclar según se ilustra en la Fig. 8.66.
69

(ii) Las longitudes de desarrollo deben responder a ecuaciones (8.8) y (8.9) para
barras con extremo recto, y a (8.12) para extremos con ganchos normales.
(iii) Debido a la posibilidad de cambio en la configuración de los momentos, por
las mismas razones que antes se enunciaron, al menos 1/3 de la armadura a
tracción total asignada para el momento en el apoyo debe tener una longitud
de embebido más allá del punto de inflexión no menor simultáneamente que
la altura útil del elemento, d, doce veces el diámetro de la barra, o sea 12db,
o 1/16 de la luz libre. La Fig. 8.66(b) ilustra esta exigencia del ACI, mientras
que la Fig. 8.67 hace lo propio con la exigencia del NZS:3101. El lector
apreciará la diferencia.

Fig. 8.67. Anclaje hacia viga adyacente


(NZS).

Fig. 8.66. Desarrollo de la Armadura por momento negativo (ACI).

8.9.2.6. Desarrollo de la armadura del alma.

La sección 12.13 del ACI-318 contiene requerimientos para el desarrollo de


armadura de alma, en particular de estribos. Establece que los mismos deben llevarse
tan cerca como sea posible de las caras a compresión y tracción de la viga, con
adecuado anclaje. La Fig. 8.68 muestra que el modelo o analogía del reticulado
involucra puntales diagonales de hormigón a compresión, con nudos ideales a donde
concurren los estribos y las barras de tracción inferior que completan el equilibrio. En
consecuencia los estribos deben desarrollar la resistencia a tracción prácticamente en
toda su altura, y la única forma de anclar y desarrollar los esfuerzos es mediante
estribos con ganchos como se muestra en la Fig. 8.69. El código NZS, sección
C7.3.29.2, especifica sin embargo, que las barras en compresión de vigas deben estar
completamente encerradas por estribos a los efectos de prevenir el pandeo. Se
aconseja que todas las barras longitudinales sean tomadas por estribos cerrados.
70

La Fig. 8.69(a), tomada del ACI, es para anclaje de estribos menores a


diámetros de 16 mm (que es el caso normal). Si los diámetros son mayores, debe
cumplirse con la Fig. 8.69(b), aunque la nueva versión (1995) especifica un factor de
0.17 d b f y / f ´c para unidades en MPa y mm. Para viga ancha con estribos en U vale la
Fig. 8.69(c), y cada doblez en el tramo continuo de la U debe encerrar a una barra
longitudinal. Para pareja de estribos en U debe cumplirse lo indicado en Fig. 8.69(d),
para considerar que forman una unidad cerrada. La norma dice además, que para
elementos con una altura útil mayor de 500 mm, y para acero fy=420 MPa, si el
diámetro del estribo es menor de 12 mm, se puede considerar anclaje adecuado si las
ramas de los estribos se prolongan a lo largo de la altura total disponible del elemento.

Fig. 8.68.
Modelo de armaduras para vigas con
refuerzo en el alma (a) viga
uniformemente cargada; (b) modelo de
armadura simple y (c) modelo más
realista.

Fig. 8.69. Requisitos del ACI para


anclajes de estribos.

8.10. CONSIDERACIONES ESPECIALES DEL NZS:3101 PARA ANCLAJES Y


EMPALMES EN ELEMENTOS SOMETIDOS A TERREMOTOS.
8.10.1. EMPALMES E INTERRUPCIÓN DE BARRAS.

El reglamento NZS en su sección 7.5.1.4, establece que en zonas de potencial


rótula plástica no se pueden empalmar ramas de estribos. Además, los estribos deben
ser cerrados. En consecuencia no son permitidos los detalles de la Fig. 8.69. Arreglo de
estribos como los mostrados en la Fig. 8.70(a) y (b) son los presentados en la norma
citada.
En la sección 7.5.2.1 aclara que la distribución e interrupción de barras
longitudinales en zonas de posible plastificación debe ser tal que sea factible que
71

dichas zonas críticas alcancen la sobre resistencia en flexión. A tal efecto en sus
comentarios expresa que la envolvente de momentos a ser utilizada es la que
corresponde a la formación de 2 rótulas plásticas en cada vano bajo la combinación de
fuerzas sísmicas y cargas gravitatorias. Los momentos en dichas zonas deben estar
basados en las sobre resistencias de las secciones tal cual fueron detalladas. Para
asegurar que la interrupción de las armaduras sea la adecuada en función de la
demanda entre rótulas, la envolvente debería considerar también la posibilidad de que
la sobre resistencia se alcance en una rótula plástica mientras que en la otra sólo se
desarrolla su resistencia nominal.

Fig. 8.70. Consideraciones de la norma NZS para arreglo de estribos.


72

8.10.2. LONGITUD EFECTIVA DE ANCLAJE EN NUDOS.

En la sección 7.5.2.2 se especifica que cuando las barras longitudinales son


ancladas en los núcleos de nudos viga-columna interiores o exteriores o
prolongaciones de vigas (beam stubs), el anclaje para la tracción se debe considerar
que comienza a 1/2 de la altura hc de la columna u 8db, la menor de ellas, medida
desde la cara en la cual la viga entra a la columna.

Fig. 8.71. Anclaje de las barras


de las vigas cuando la sección
crítica de la rótula plástica se
forma en la cara de las
columnas.

Si se demuestra que la
rótula no se va a formar a
partir de la cara de la columna
sino a una distancia mayor de
hb o 500 mm, la longitud de
desarrollo se puede considerar que comienza en la cara de la columna. Estas
disposiciones se ilustran en las Figs. 8.71 y 8.72. La razón a estas exigencias es
porque debido a la penetración de fluencia desde la cara de la columna hacia su
núcleo, la longitud disponible para el desarrollo de la resistencia de las barras de la viga
se reduce gradualmente durante la respuesta cíclica debida a las acciones inducidas
por los terremotos.

Fig. 8.72. Anclaje de las


barras de las vigas
cuando la sección crítica
de la rótula plástica está a
una distancia de la cara
de las columna de al
menos la profundidad de
la viga o de 500mm, la
que sea menor.

A los efectos de
asegurar que la
capacidad de la viga se
mantiene sin
degradación apreciable
después de varias excursiones dentro del rango no lineal, se desplaza la sección de
inicio efectivo de anclaje según se muestra. Los ensayos han demostrado que si las
barras superiores se anclan en forma separada de las inferiores tal como se muestra
en Figs. 8.71 y 8.72, el comportamiento es superior a los casos en que se arma un
73

buckle o lazo común. Esto no se cumple sin embargo, si se cuenta con una
prolongación de viga (beam stub) como se muestra en la Fig. 8.74.

En la sección 7.5.2.4 se especifica que pese a lo adecuada que puede ser la


longitud de desarrollo de una barra dentro de un núcleo de columna o prolongación de
viga, ninguna barra se debe terminar sin un gancho estándar vertical a 90o tan cerca
como sea posible de la cara más alejada del núcleo de la columna o extremo de la
prolongación de viga, y no más cerca de 3/4 de la altura de la columna medida de la
cara de entrada. Tal cual se indica en las Figs. 8.71 y 8.72, los extremos de las barras
superiores se deben doblar hacia abajo, y los de las inferiores hacia arriba. La razón es
que se desea que las tensiones de apoyo inducida por los ganchos sean dirigidas hacia
el centro del núcleo, para asegurar que se desarrolle un mecanismo de diagonal de
compresión y tensor adecuado dentro del nudo. Ver, por ejemplo, la Fig. 8.75.

8.10.3. SITUACIÓN EN NUDOS INTERIORES VIGA-COLUMNA. RELACIÓN


DIÁMETRO DE BARRA CON PROFUNDIDAD DE COLUMNA.

En la sección 7.5.2.5(a) establece la relación entre el diámetro de la barra


longitudinal que pasa a través de un nudo interior y la dimensión del nudo en la
dirección de la barra.

Fig. 8.73.
Terminación de las barras de la viga en un nudo
interior.

El problema que aparece en uniones viga-


columnas interiores, tales como la que se muestra
en la Fig. 8.73, es que en las barras pasantes se
pueden desarrollar tensiones de adherencia
extremadamente altas cuando el pórtico se vea sometido a deformaciones inelásticas
importantes durante sismos severos. Las barras de las vigas se pueden ver forzadas a
fluir en tracción en una de las caras de la columna y ser sometidas a fuertes tensiones
de compresión en la cara opuesta.

Fig. 8.74.
Anclaje de las barras de la viga en una
prolongación de la misma.
74

La Fig. 8.76 muestra en forma esquemática la situación en un nudo interior.


Además, la penetración de fluencia a lo largo de la barra de la viga desde cualquiera de
las caras de la columna puede reducir en forma considerable la longitud de anclaje
efectiva de la barra. En consecuencia, el límite impuesto entre el diámetro de la barra
db y la profundidad de la columna, hc, intenta asegurar que la barra de la viga no se
deslizará en forma prematura a través del núcleo del nudo durante las incursiones
cíclicas con reversión de desplazamientos. Sin embargo, cuando las potenciales rótulas
plásticas se diseñan de forma tal que la fluencia de las vigas no puede ocurrir a una
distancia medida desde la cara de la columna menor que el valor de la mitad de la
profundidad de la viga, como se muestra en la Fig. 8.72, se obtienen mejores
condiciones de transferencia de esfuerzos por adherencia, por lo que en consecuencia
se pueden utilizar en estos casos barras de mayor diámetro.

Fig. 8.75.
Anclaje en nudo exterior superior. Note el desarrollo de
la biela de compresión.

La Fig. 8.76 muestra en forma esquemática


las acciones internas que transmiten los elementos
estructurales a un nudo de un pórtico uni-
direccional, es decir trabajando sólo en el plano. En
la mayoría de los casos, los nudos reciben
elementos de ambas direcciones en planta. Esto es
favorable en relación a confinamiento del nudo.

La Fig. 8.77 muestra las condiciones de anclaje de las barras superiores de una
viga dentro del nudo. Se ven distintas distribuciones de tensiones según el grado de
deformación impuesto.

La Fig. 8.78 muestra las deformaciones medidas a lo largo de las barras de


acero de una unidad ensayada que se muestra en la Fig. 8.79. Se aprecia que cuando
se desarrolla una ductilidad del orden de 6, las
tensiones de tracción son del orden de 20εy,
mientras que en el centro del núcleo de la unión las
deformaciones son cercanas a las de fluencia. Note
que en el lado en compresión de la viga las
tensiones residuales de tracción aún son elevadas.

Fig. 8.76. Esquema de acciones en un nudo interior de


un pórtico de varios niveles.

En definitiva, la norma establece una


expresión con un número limitado de parámetros,
tal que la relación entre el diámetro máximo de la
barra longitudinal de la viga y la profundidad de la columna debe ser tal que:

db f ´c
≤ 3.3α f (8.22)
hc αo f y
75

cuando las barras de las vigas pasan en nudos que acoplan en dos direcciones,
pórticos bi-direccionales (two way frames), αf = 0.85, mientras que si el pórtico es
unidireccional, el factor se toma unitario. Además, cuando las rótulas plásticas en la
vigas se forman en la caras de las columna, αo= 1.25. Si en cambio, tal cual se explicitó
antes (sección 7.5.2.2 de la norma) la articulación plástica se puede ubicar lejos de la
cara de la columna, se puede suponer que las secciones de la viga en la cara de la
columna permanece elástica, con lo cual es posible adoptar αo =1.0. El valor límite que
se puede adoptar para f´c en la expresión anterior es de 70 MPa.

Fig. 8.77.
Condiciones de
anclaje de las
barras
superiores de
las vigas en un
nudo interior de
un pórtico.

La norma a su vez, propone una expresión más sofisticada como alternativa, en su


sección 7.5.2.5(b). Esto es debido a que si el criterio (a) es difícil de satisfacer, se
pueden considerar los beneficios de ciertas condiciones que la norma cuantifica con
diversos factores.

Para el caso de estructuras de pocos pisos, en las cuales podría admitirse un


mecanismo de piso o de columnas, éstas pueden resultar de dimensiones pequeñas.
Dado que el diseño de las vigas puede estar controlado por cargas gravitatorias, podría
existir un importante exceso de resistencia contra acciones sísmicas. En ese caso, las
tensiones de las barras de las vigas al momento de desarrollarse la capacidad de las
76

columnas puede ser de un signo solamente (por ejemplo tracción) a través de toda la
profundidad de la columna.

Las limitaciones que se imponen por la aplicación de la ecuación (8.22), y la


opcional que puede consultarse en la norma, fueron derivadas en la hipótesis de que
las vigas se han rotulado por flexión en ambas caras de la columna, generando fluencia
por tracción en una cara de la columna y fluencia por compresión en la otra. En el caso
de que tales condiciones no existan, tales como el caso de que la barra permanezca en
tracción en todo el recorrido por el nudo, existirán menores tensiones de adherencia,
por lo que se puede incrementar el diámetro de las barras. Además, por redistribución
de esfuerzos, cualquier pérdida de anclaje causado por el deterioro de las condiciones
de adherencia dentro del nudo generaría una variación de rigidez y un
reacomodamiento de esfuerzos hacia el otro extremo de la viga sin deterioro apreciable
del comportamiento estructural global. La relajación que se pueda introducir evitaría
además la congestión causada por la necesidad de utilizar diámetros pequeños de
barras pero en mayor número.
El diseñador debe reconocer que cada decisión que tome debe tender al
comportamiento satisfactorio global, y no solamente del problema que en particular le
toca resolver. Por ejemplo, si bien el diámetro menor de las barras suministra mayor
superficie efectiva de contacto, el mayor número de barras puede llevar a congestión y
deterioro de la calidad del hormigón que rodea las barras.

Fig. 8.78. Distribución


de deformaciones
medidas en el acero a lo
largo de la barra de la
viga que pasa a través
de rótulas plásticas en
un nudo interior.

Fig. 8.79.
Configuració
n de fisuras
en un modelo
físico de
columna-
viga-nudo
con
formación
clara de
rótulas
plásticas en
vigas.
77

8.10.4. DIÁMETRO DE BARRAS DE LOSAS COLABORANTES.

Tal cual se mostró en la Fig. 3.22. del capítulo 3, ciertas barras de las losas
pueden considerarse como efectivas en resistir la tracción participando con el nervio de
la viga. Sin embargo, para evitar el pandeo de esas barras, y además como la
transmisión de esfuerzos hacia el núcleo de las columnas puede resultar difícil a través
de barras de gran diámetro, por un lado se limita el mismo a 1/5 del espesor de la losa,
y por otro se debe contemplar suficiente cantidad de armadura transversal en la losa
para garantizar la transferencia de esfuerzos.

8.10.5. ANCLAJES EN PROLONGACIÓN DE VIGAS (BEAM STUBS).

Cuando las barras de las vigas en nudos exteriores se terminan en prolongación


de vigas, como se muestra en la Fig. 8.74, se debe suministrar armadura dentro de
dicha prolongación a los efectos de que la barra en compresión también pueda
desarrollar su resistencia sin falla. Por ejemplo, podría tender a desprenderse el
hormigón por el empuje del extremo en gancho de la barra en compresión, como
muestra la Fig. 8.80, deteriorando el comportamiento del nudo.

Esto también podría producirse si se utilizan placas de anclaje en los extremos


de las barras, que aunque se comporten bien en tracción, tenderán a desplazar en
compresión el hormigón por detrás del gancho o de la placa si el mismo no está
anclado. Por ello, las barras en pendiente y barras secundarias que se muestran en la
Fig. 8.74 son una forma de mejorar el anclaje cuando la barra se vea sometida a
compresión.

Fig. 8.80.
Deterioro de las condiciones de adherencia en un nudo
exterior.

8.10.6. USO DE ARMADURA TRANSVERSAL PARA REDUCIR ldh.

El requerimiento de longitud de desarrollo ldh para barras con gancho extremo


sometidas a tracción, y de acuerdo a las limitaciones impuestas según se ve en Fig.
8.71, podría exceder con lo disponible en la profundidad de la columna. En tales casos,
es preferible mejorar las condiciones de transferencia por presión sobre el hormigón
que ejerce el gancho, antes que incrementar la longitud que está más allá del ángulo
78

de 90o. Si hay disponible barras transversales, tal como se muestra en la Fig. 8.81,
dentro del gancho, se puede optar por una reducción del 20 % en la longitud ldh. La
norma dispone que se debe contar con al menos dos barras transversales en contacto
con el lado interno del gancho, y con diámetro al menos igual al de la barra doblada.

Fig. 8.81.
Arreglo de armadura transversal adicional para reducir las
tensiones de apoyo en el hormigón por el gancho.

Además, si las barras se anclan dentro del


núcleo de la columna, en la ecuación (6.12.a) es válido
adoptar α1=0.70.

Cuando la misma barra debe desarrollar su


resistencia en compresión, se recuerda que se debe
ignorar la porción del gancho. Sin embargo, si se ancla en el núcleo del nudo de la
columna, el confinamiento es efectivo y el anclaje puede considerarse que comienza
más cerca de la cara interior de la columna exterior.

8.10.7. CONDICIONES ESPECIALES PARA BARRAS DE COLUMNAS.

En la sección 7.5.3.1, y similar al caso de anclaje de barras de vigas, se


especifica que cuando las barras longitudinales de columnas son ancladas en los
núcleos de nudos viga-columna interiores o exteriores o prolongaciones de columnas
(column stubs), o miembros de fundación, o donde se espera rótula plástica en el
extremo de la columna, el anclaje para la tracción se debe considerar que comienza a
1/2 de la altura de la viga u 8db, la menor de ellas, medida desde la cara en la cual la
columna entra a la viga o elemento de fundación. Si se demuestra que la rótula no se
va a formar a partir de la cara de la viga, la longitud de desarrollo se puede considerar
que comienza en la cara de la viga.

Fig. 8.82. Forma en que se deben doblar las barras de las columnas en sus extremos.

En la sección 7.5.3.2 se especifica que pese a lo adecuada que puede ser la


longitud de desarrollo de una barra dentro de un núcleo de columna o prolongación de
viga, ninguna barra se debe terminar sin un gancho estándar vertical a 90o tan cerca
79

como sea posible de la cara más alejada de la cara de la viga, y no más cerca de 3/4
de la altura de la viga medida de la cara de entrada. A menos que la columna sea solo
diseñada para resistir cargas axiales, las direcciones de los extremos horizontales de
las barras se deben doblar hacia la cara opuesta. La razón es que se desea que las
tensiones de apoyo inducida por los ganchos sean dirigidas hacia el centro del núcleo,
para asegurar que se desarrolle un mecanismo de diagonal de compresión y tensor
adecuado dentro del nudo. Ver, por ejemplo, la Fig. 8.75.

Es de destacar que en algunos casos de nudo exterior viga-columna donde la


columna termina en la parte superior de la viga, sea nudo tipo “rodilla” (knee joint), o
tipo “T”, una parte significativa del momento negativo a transferir desde el extremo de la
viga a la columna se obtiene a partir de acción de empalme por traslape entre la rama
horizontal del gancho extremo de barra de la columna y la porción de barra superior
correspondiente de la viga. En ese caso, y tal cual muestra la Fig. 8.82, el diseñador
debe considerar la posibilidad de incrementar la longitud de ese tramo horizontal post-
gancho más allá del mínimo de 12 db para el gancho estándar.

En la sección 7.5.3.3, el NZS establece que cuando las columnas son diseñadas
para desarrollar rótulas plásticas en los extremos, la relación entre el diámetro de las
barras de las columnas que pasan a través de las vigas de altura hb debe ser tal que:

db f
≤ 3 .2 ´ c (8.23)
hb fy

Debido a que las condiciones de adherencia son mejores para el caso de barras
verticales que para horizontales, la norma NZS aclara que los valores máximos
permitidos por la ecuación 8.23 intentan dar un incremento del orden del 10 % con
respecto a los que se obtienen de aplicar 8.22.

En la sección siguiente se aclara que si no se van a desarrollar rótulas en los


extremos de las columnas, la relación anterior se puede incrementar en un 25 %. A su
vez se aclara que este requerimiento no necesita ser satisfecho si se demuestra que
las tensiones en los extremos de las barras de las columnas durante un terremoto
permanecen en tracción o compresión a lo largo de toda la longitud de la barra
contenida en el nudo. Cuando se hace el diseño por capacidad de las columnas, el
problema ya no es tan crítico y se pueden usar relaciones mayores que las que impone
la ecuación 8.23.

En la sección 7.5.3.5 la norma aclara que si se esperan rótulas plásticas en los


extremos de las columnas, las barras longitudinales de las columnas que atraviesan el
nudo se deben extender rectas más allá del mismo. Sin embargo, cuando no se
esperan rótulas en los extremos, y las barras son dobladas como se mostró en la Fig.
4.32 del capítulo 4, la pendiente no debe ser mayor de 1/6 y se debe suministrar
armadura transversal adicional para soportar 1.50 veces el esfuerzo resultante
desarrollado por las barras de la columna suponiendo que están en fluencia. Esta
cláusula es a los efectos de prevenir la posibilidad de pandeo de las barras en los
dobleces cuando las barras están en compresión, o el desprendimiento del
recubrimiento de hormigón cuando las barras están en tracción.
80

8.11. NUEVAS TENDENCIAS PARA EL ANCLAJE DE BARRAS.

Debido a las dificultades que se presentan asociadas a los anclajes y empalmes


de barras en estructuras de hormigón armado, como son los de congestión de
armaduras y consumo de acero por longitudes importantes de traslape, por ejemplo, en
diversas partes del mundo se sigue investigando y experimentando para buscar
alternativas a las soluciones convencionales.

Fig. 8.83. Investigaciones que se llevan a cabo en la Corporación Kajima, Japón.

Uno de los países que está a la vanguardia de las investigaciones, tanto analíticas
como experimentales, es Japón. Es en este país donde, por ejemplo, comenzó el uso
de la soldadura de barras de acero a tope por fusión, (sin material de aporte) de sus
extremos. Esta técnica, tal cual se expresó antes, sufrió un revés durante la ocurrencia
del terremoto de Kyogo-Ken-Nambú (Kobe-1995), debido a las numerosas fallas de
soldadura que se produjeron. Toda soldadura efectuada en el lugar de construcción (y
no en el taller) conlleva ciertos riesgos. Sin embargo, cuando la misma ha sido
cuidadosamente efectuada ha demostrado dar buenos resultados. Es así que, bajo
81

estrictas normas de control, Japón continúa con el uso de este tipo de unión para
empalme de barras, para el caso de diámetros mayores de 22 mm (se utilizan
comúnmente barras de 25, 29, 32 o 35 mm). En todos los casos se debe contar con
una licencia especial para ejecutar los trabajos.

En general, en Japón, para diámetros mayores de 32 mm se utilizan elementos


mecánicos por la dificultad de lograr la cantidad de calor necesaria para lograr que la
soldadura sea totalmente efectiva. En la Fig. 8.83 se muestra las investigaciones que
se llevan a cabo en la Corporación de Kajima (una de las 5 grandes de Japón, junto
con la Shimizu, la Takenaka, la Taisei y la Obhayashi), con relación al uso de una placa
de anclaje que por rosca se fija al extremo de la barra.

Fig. 8.84. Más detalles de la investigación en la Corporación Kajima.


82

En la figura se ve que la investigación apunta a comparar la perfomance de este


sistema de anclaje en los nudos de pórticos con los tradicionales logrados o con
ganchos estándar a 90o para barras superior e inferior, o con el buckle continuo que
hace que la misma barra en tracción suministre la resistencia a compresión en la cara
opuesta de la viga. La figura muestra además una vista 3-D del nudo que indica la
localización de las placas de anclaje.

En la Fig. 8.84 se muestran las dimensiones características de las placas, la


forma de tomar la barra, la disposición de especimenes y sistemas de cargas para los
ensayos que se ejecutan en laboratorio y los resultados en términos de resistencia de
la barras vs. deformación específica. Se ve como para una longitud de embebido de 15
db dentro del nudo, se ha logrado tanto para el sistema “loop” como con las placas de
anclaje alcanzar y superar la carga asociada con la fluencia de la barra de acero. En la
parte inferior de la figura, se esquematiza las distintas aplicaciones de esta placa, en
nudos de hormigón armado prefabricado, de construcción compuesta acero-hormigón
armado y también para el anclaje en los extremos superiores de las barras
longitudinales de las columnas.

Fig. 8.85.
Investigador con una barra cuyo
extremo se encuentra aplanado.

En la corporación
Shimizu se ha estado
investigando el uso de extremos
de barras modificados por
aplastamiento ante la acción de
calor, que simulan en cierta
forma el efecto de placa antes
vista. La Fig. 8.85 muestra uno
de los investigadores a cargo
del proyecto con una barra con
su extremo aplanado, mientras
que la Fig. 8.86 muestra los
distintos tipos de arreglo de
extremo de barras utilizados
para la comparación de los
resultados experimentales.
También en este caso se
ensayaron nudos viga-columna
y se demostró el buen
comportamiento del sistema
propuesto. Por último, en la Fig.
8.87 se muestra otra aplicación
83

del uso de barra con extremo aplanado, esta vez para sustituir a los estribos
suplementarios, sean éstos de una pieza o empalmados, que para el caso de
diámetros importantes son costosos, sus ganchos normales insumen bastante material,
son difíciles de doblar en esa corta longitud y además interfieren o dificultan la
colocación del hormigón. Se ve que la pieza de acero con extremo aplanado es
bastante limpia como solución y muy simple de colocar. Por la información recibida (a
Junio del 2000), los resultados fueron también muy satisfactorios.

Fig. 8.86. Distintos tipos de extremos de barras ensayadas en la


corporación Shimizu.

Fig. 8.87. Utilización de variante a estribos suplementarios.


84

Fig. 8.88. Secuencia de Mecanismo de falla de los puentes de la Autopista en Fukae, Ruta 3
de la Línea de Kobe en la Hanshin Expressway, el 17-1-1995. Note la falla de las soldaduras
en las barras longitudinales.
85

8.12. BIBLIOGRAFÍA.

1. “Reinforced Concrete Structures”. R. Park y T. Paulay. J. Wiley & Sons, Inc.


1975.

2. “Estructuras de Hormigón Armado”, de Fritz Leonhardt, Tomo I. El Ateneo. 1973.

3. Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. 1982.

4. Building Code Requirements for Reinforced Concrete. ACI-318. 1995.

5. New Zealand Standard, NZS, 3101:1995, Parte 1 (Código) y Parte 2


(Comentarios).

6. “Seismic Design and Retrofit of Bridges”. M.N.J. Priestley, F. Seible y G.M. Calvi.
Wiley & Sons, Inc. 1996.

7. “Estructuras de Hormigón Armado”, de Fritz Leonhardt, Tomo III. El Ateneo.


1977.

8. “Seismic Design of Reindorced Concrete and Masonry Buildings”, Tomas Paulay


& M.J.N. Priestley, John Wiley & Sons, Inc. 1992.

9. “Diseño de Estructuras de Concreto”. A. Nilson & G. Winter. Mc. Graw Hill. 1997.

10. “Consideraciones sobre anclajes y empalmes de barras de acero en estructuras


de hormigón armado”. C. R. Llopiz. 1-EIPAC-92. Mendoza. Tomo IV. 1992.

11. “Anchorage of Reinforcing Bars for Seismic Forces”. M. Faysal Hassan & Neil M.
Hawkings. SP-53. ACI. Detroit. 1977.

12. “Prediction of Seismic Loading Anchorage Characteristic of Reinforcing Bars”.


M. Faysal Hassan & Neil M. Hawkings. SP-53. ACI. Detroit. 1977.

13. Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.

14. Reglamento INPRES-CIRSOC 103. Parte 2. 2005.

15. Reglamento CIRSOC 101 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.


1

Instituto de Mecánica Estructural


y Riesgo Sísmico

HORMIGÓN I
Unidad 9:
BASES DE HORMIGÓN ARMADO.
Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.
2

CONTENIDO

9.1 GENERALIDADES

9.2 CIMENTACIONES SUPERFICIALES Y PROFUNDAS. INDIVIDUALES Y COMBINADAS

9.3 COMPORTAMIENTO DE CIMENTACIONES SUPERFICIALES

9.3.1 CURVA PRESIÓN DEFORMACIÓN

9.3.2 CRITERIOS DE PROYECTO

9.3.2.1 RESTRICCIÓN DE DESPLAZAMIENTOS

9.3.2.2 PRESIONES DE CONTACTO en ZAPATAS RÍGIDAS

9.4 CRITERIOS DE DISEÑO EN FUNCIÓN DE CARGAS Y RESISTENCIAS DEL SUELO


EVALUACIÓN DE LAS PRESIONES

9.5 ZAPATAS AISLADAS PARA COLUMNAS SOMETIDAS A CARGAS CENTRADAS

9.5.1 GENERALIDADES

9.5.2 ÁREA DE CONTACTO

9.5.3 DISEÑO Y VERIFICACIÓN A CORTE O PUNZONADO

9.5.3.1 INTRODUCCIÓN

9.5.3.2 ACCIÓN DE VIGA

9.5.3.3 ACCION EN DOS DIRECCIONES

9.5.4 DISEÑO A FLEXIÓN

9.5.5 TRANSFERENCIA DE FUERZAS EN LA BASE DE LA COLUMNA

9.5.6 ANCLAJES, EMPALMES

9.6 BIBLIOGRAFÍA

Filename Emisión Revisión Revisión Observaciones


0 1 2
bases.doc Feb Sep 2 Jul
2004 007 2008
Páginas 69 70 28
3

9.1 GENERALIDADES
Prácticamente todas las superestructuras, sean de edificios, puentes, túneles,
carreteras, muros, torres, canales, diques, etc., necesitan transmitir sus esfuerzos al
terreno. La subestructura o cimentación es aquella parte de la estructura que estando
en la misma superficie del suelo o dentro del mismo transfiere las cargas al suelo
adyacente. Con superestructura en general se designa a toda parte de la estructura
que no corresponde al sistema de fundación. Sin embargo, debe tenerse mucha
precaución al usar los términos pues en realidad la estructura es una sola, las
fundaciones son parte de ellas y como tal se las debe considerar desde el mismo
inicio del proceso de diseño. Si el proyectista no considera la forma en que va a
transmitir las cargas y acciones, las sísmicas incluidas, desde el planteo inicial de la
estructural global, las hipótesis planteadas en la superestructura podrían resultar poco
válidas y podría ser necesario una reformulación de todo lo proyectado. Por ejemplo,
la rigidez de las fundaciones ante acciones sísmicas es un requisito fundamental a ser
evaluado al menos en forma cualitativa o conceptual antes de asignar acciones y
diseñar los elementos. Para algunas normas esto es mandatario.
El suelo en sí mismo es una estructura, la cual se deforma e interactúa con las
fundaciones y construcciones que sobre ella descansan. En general, son raras las
fallas de fundaciones por cargas verticales, y cuando ocurren no suelen ser
espectaculares ni repentinas. Han ocurrido casos de asentamientos que se traducen
en agrietamientos en la superestructura. Esto lleva a detectarlas y si es posible a
repararlas, con ciertos costos que pueden ser importantes. Sin embargo, cuando en
zonas sísmicas las fundaciones no han sido correctamente diseñadas y detalladas, las
mismas pueden conducir a la falla total de la construcción. Las Figs. 9.1 y 9.2
muestran dos casos de viviendas que aún siendo livianas, sus fijaciones al suelo
fueron subestimadas y las llevaron al colapso durante el terremoto de Northridge del
17 Enero de 1994, en EEUU.

Fig.9.1. Falla en una vivienda de madera Fig. 9.2. Este edificio de departamentos tuvo
que no fue correctamente anclada en una falla por piso flexible pero además las
sus fundaciones. Terremoto de Northridge fundaciones eran deficientes.
17 Enero 1995.

Cuando la estructura del suelo reúne ciertas características como la de ser


granular de cierta finura y suelto, ante la presencia de agua puede saturarse
4
resultando en lo que se llama licuación o licuefacción del suelo que lleva a la pérdida
de su capacidad portante con consecuencias como las que muestra en Fig. 9.3.

Fig. 9.3
Inclinación de Edificios de
departamentos como cuerpos
rígidos durante el terremoto de
Niigata, Japón, 1964. Si el suelo
consiste de materiales granulares
sueltos la tendencia a la
compactación resulta en el
desarrollo de un exceso de presión
hidrostática de poros o
intersticiales que causa la pérdida
casi total de la capacidad de
resistencia al corte del suelo y por
ello de su capacidad portante.

Las normas en general piden que se verifiquen si pueden existir condiciones de


suelos dinámicamente inestables para evitar estas graves consecuencias.
Una ubicación inadecuada de la construcción puede llevar a una falla
espectacular como la derivada del deslizamiento del suelo con arrastre de lo que
soporte como el caso que se
muestra en Fig. 9.4, ocurrido
durante el sismo de Northridge
antes mencionado.
Como se dijo, el suelo es
una estructura y se deforma. El
problema fundamental a resolver
con las fundaciones es que por un
lado el asentamiento total de la
estructura esté limitada a una
cantidad pequeña y tolerable (se
verán más adelante ciertos
criterios) y por otro a que se traten
de minimizar o eliminar los
asentamientos diferenciales entre
las distintas partes de la estructura.
Por ello entonces es necesario
transmitir la carga a un estrato de
suelo con cierta rigidez y
resistencia y por otro distribuir la
carga sobre un área que sea
suficientemente grande como para
minimizar las presiones de
contacto y reducir así las
deformaciones.

Fig.9.4. Deslizamiento de tierra y colapso consecuente de parte de una vivienda durante Northridge,
1995.
5
Cuando las condiciones del suelo de fundación no son buenas o por razones
económicas o de falta adecuada de estudios no se detectan las falencias del terreno,
se pueden producir asentamientos muy importantes con daños sobre las estructuras
que soportan. Quizás el caso más clásico de malas condiciones de cimentación sea el
de Ciudad de México. El edificio del palacio de Bellas Artes, que se muestra en Fig.
9.5, se mantiene en servicio, pero se ha hundido más de 3.50 metros respecto al
terreno circundante. Quienes antes tenían que subir escaleras para ir a planta baja
ahora las tienen que bajar. El valor de los asentamientos depende de las condiciones
de diseño. Tal vez sean tolerables asentamientos de varias decenas de centímetros
en caso de estructuras flexibles como depósitos o en terraplenes, pero otras veces
desplazamientos de décimas de milímetro pueden ser inadmisibles para estaciones de
radar o apoyos de equipamiento de transmisión de rayos en centrales nucleares.

Fig. 9.5.
Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México.
Tomada de Ref.[1].
El asentamiento diferencial de 2.0 m entre la
calle y el edificio de la derecha hizo preciso
construir una escalinata a la que se le iban
agregando peldaños según progresaban los
asentamientos. El hundimiento general en
esta parte de la ciudad alcanza los 7 m.

9.2 CIMENTACIONES SUPERFICIALES Y PROFUNDAS. INDIVIDUALES Y


COMBINADAS.
Cuando el terreno firme está próximo a la superficie, se puede adoptar una
cimentación superficial, sea para transmitir al suelo cargas de columnas o de muros.
La Fig. 9.6 muestra en forma simplificada el esquema para un edificio. Antiguamente
se empleaban como zapatas entramados de madera o metal, capas de grava, etc.,
pero actualmente las zapatas son casi siempre de hormigón armado.

Fig. 9.6.
Esquema de Edificio fundado con cimentación
superficial.

Si el terreno firme no está próximo a la


superficie, un sistema muy utilizado para
transferencia de esfuerzos al suelo es el de
cilindros, pilotes, cajones, pozos de
fundación, etc. Un esquema se muestra en la Fig. 9.7. En general se designa con
pilotes a las estructuras generalmente cilíndricas que se hincan por golpeo o martilleo.

En nuestro medio es común el uso de cilindros o pozos colados in situ, de


diámetro necesario, del orden de 0.90 a 1.0 metro, para ser excavado por pozeros con
ensanchamiento, si el terreno lo permite, en la parte inferior para lograr mayor
superficie de apoyo. Dependiendo del tipo de terreno pueden trabajar de punta y/o por
fricción lateral en la superficie de contacto. En ciertos sectores de la ciudad de
6
Mendoza se han debido utilizar pozos de fundación de hasta 25 metros o más de
profundidad dependiendo del sector involucrado y las cargas a transmitir.

Fig.9.7.
Esquema de Edificio con fundación profunda a través de
pilotes que atraviesan el manto de suelo blando y se
introducen y apoyan en el manto de suelo firme. En
Mendoza es común el uso de pozos excavados a mano a
cielo abierto, en mantos arcillosos, de diámetro cercano a
1.0 m y ensanche en la base. La excavación es a mano
por razones de costo. En otros países, donde la mano de
obra es cara, el desarrollo de máquinas adecuadas para
practicar los agujeros ha substituido el procedimiento
manual. La misma técnica es utilizada en los pozos a cielo
abierto para estudio de suelos.

Las cimentaciones superficiales pueden ser


individuales o combinadas. Pueden además ser
corridas bajo un muro. Las zapatas individuales
son por lo general cuadradas, pero en muchos casos resultan rectangulares por
necesidad de proyecto. Para columnas exteriores que se deban ubicar en el límite de
terrenos linderos el uso de bases aisladas presenta la dificultad de excentricidades por
lo que se suelen utilizar zapatas combinadas como se muestra en Fig. 9.8. Se verá su
solución más adelante. Las zapatas combinadas también se usan cuando en el caso
de columnas interiores con cargas considerables las zona de descarga tomadas como
aisladas se superponen por lo que es más conveniente agruparlas y considerar las
acciones de conjunto.

Fig. 9.8.
Esquema en planta de parte de las fundaciones de un
edificio. Se distinguen las zapatas aisladas, combinadas
entre columnas interiores, combinadas con columnas
exteriores y corridas bajo muros.

Si el suelo es blando y las bases de todas


las columnas y muros necesitan de un área de
apoyo considerable, a menos que se requiera de
fundación profunda, se puede adoptar la solución
de una losa de hormigón armado. Esta se
extiende bajo todo el edificio y distribuye la carga sobre la máxima área disponible.
Dada su gran rigidez, minimiza los asentamientos diferenciales. Puede ser una losa
maciza, un sistema de losa con vigas invertidas o bien un sistema muy rígido de doble
losa superior e inferior con vigas en ambas direcciones, como se muestra en Fig. 9.9.
Las vigas se ubican en las líneas de columnas o muros.

Fig. 9.9. Sistema de Viga-Losa Platea de Fundación.


7

9.3. COMPORTAMIENTO DE CIMENTACIONES SUPERFICIALES.


El proyecto de cimentaciones suele hacerse por tanteos. Se seleccionan tipos y
dimensiones de las fundaciones, en función del tipo de estructura y del suelo que se
cuenta. En muchos códigos se dan tablas con presiones admisibles para los suelos.
Las tablas están basadas en la experiencia general de los suelos en la zona en
estudio. Las presiones máximas permitidas suelen dar lugar a dimensionamientos muy
conservadores pero pueden llevar a situaciones peligrosas en otros casos.
En la ref.[2] se menciona que las tablas de los códigos con “tensiones
admisibles” en general no proporcionan indicación alguna de los valores, ni tampoco
explican el significado de “presión admisible de suelo”. Esto ha fomentado la creencia
de que el asentamiento de un edificio será uniforme y no tendrá consecuencias toda
vez que la presión que las zapatas transmiten al suelo sea igual o menor la tensión
admisible. A veces se utilizan ensayos de carga para corroborar la presión admisible.
Sin embargo, los ensayos suelen ser complicados y la interpretación de los resultados
también, los cuales en general tienen mucha variabilidad. Los ensayos con platos de
carga sólo reflejan las características del suelo situado a una profundidad menor de
dos veces el ancho del plato, mientras que el asentamiento de las zapatas depende
de las propiedades de un espesor de suelo bastante mayor. Las dimensiones del plato
son cercanas a 30 cm. Dadas estas limitaciones, como es práctica casi universal
elegir la presión admisible sin considerar para nada el tamaño de las zapatas, ni del
tipo de la superestructura, ni de otros factores importantes, no resulta sorprendente,
ref.[2], que la aplicación cada vez más extendida de ensayos de carga no redujeron en
forma significativa la frecuencia con que se proyectaban fundaciones inadecuadas.
Siempre es recomendable un estudio del suelo tanto por razones económicas
como por seguridad. El estudio de suelo será tan sofisticado como lo requiera el tipo
de construcción. Sin embargo, a veces con simples excavaciones previas se puede,
para el caso de construcciones bajas y relativamente livianas o de poca presión para
el suelo, obtener datos que con más seguridad no resulten en sobre dimensiones
innecesarias a las fundaciones. En cuanto a profundidad activa del suelo, es decir el
que afecta el comportamiento de las fundaciones, depende no sólo del tamaño de las
zapatas y carga que soporta sino también en alto grado del perfil del subsuelo y de las
propiedades físicas de sus estratos. Si el módulo tangente inicial longitudinal del
suelo, que en cierta forma está asociado a su rigidez, aumenta con la profundidad, a
contar a partir de la cota de fundación, la profundidad activa no excede el ancho de la
zapata; si por el contrario el suelo se hace cada vez más blando con la profundidad, la
zona activa o de influencia puede resultar igual a varias veces la dimensión de la
zapata.
Más adelante se verá que existe una tendencia a trabajar con capacidad
portante del suelo y no con tensiones admisibles. El uso de métodos basados en
resistencia para el diseño de la superestructura, y por lo tanto de definición de estados
de carga, lo justifica. De todas maneras, la ref.[2] menciona que el coeficiente de
seguridad de la fundación con respecto a falla por hundimiento del terreno no debería
tomarse, por varias razones, como menor de 3.0.

9.3.1 CURVA PRESIÓN DEFORMACIÓN.


En la ref.[1] se da una descripción detallada del comportamiento de una zapata
superficial sobre un material elástoplástico, de la cual se extraen para este trabajo
algunos conceptos. La Fig. 9.13 muestra un esquema del estudio analítico que fue
resuelto por el método de diferencias finitas, donde se aplica un incremento de presión
∆qs sobre una superficie de un material ideal.
8

Fig. 9.13
Esquema de un modelo tomado de ref.[1] de
carga uniforme en faja sobre un material
elastoplástico perfecto.

Fig.9.14
(a) Curva carga-asentamiento en el eje;
(b) Desplazamiento y primer fluencia bajo
carga de 4.40Kgr/cm2;
(c) propagación de la plastificación y
campo de desplazamientos para carga de
6.80Kgr/cm2;
(d) Extensión de la zona plastificada para
carga de 8.30Kgr/cm2.

La Fig. 9.14(a) indica la


curva de comportamiento. Cuando
∆qs aumenta el material se comporta elásticamente hasta que, en este caso para una
presión cercana a 4.40 Kgr/cm2 = 0.44 MPa, se produce una primer fluencia, aunque
no ocurre falla pues, como en el caso de hormigón o acero u otros materiales, si la
zona crítica está rodeada de material que puede soportar esfuerzos adicionales, se
produce una expansión de la plastificación local. Los puntos circundantes comienzan
entonces a fluir. La Figs. 9.14(b), (c) y (d) muestran a través de las flechas las
direcciones y magnitudes relativas de los desplazamientos de los diversos puntos bajo
la acción de la carga. Ya en el punto A se nota una falla local, rotura o falla por corte,
pero aún confinada. La curva se inclina, se pierde rigidez. Cuando la presión ha
alcanzado cerca de 6.8 Kgr/cm2, se alcanza el punto B, la zona plastificada se ha
propagado como muestra Fig. 9.14(c), la rigidez sigue decreciendo con aumento
considerable de los asentamientos, hasta que para un incremento de presión ∆qs
cercana a 9 Kgr/cm2 se produce una falla general de corte, con plastificación muy
extendida, como muestra Fig. 9.14(d) y la carga asociada se llama de hundimiento o
capacidad de carga final. Lo importante es que ante esta carga, el suelo fluye bajo la
carga tanto lateralmente como hacia arriba.
9

Fig. 9.15. de ref.[1].


Curvas carga-asentamiento y zonas de
fallas observadas en pruebas en modelo
sobre arena.
(a) arena compactada
(b) arena de compacidad media
(c) arena muy suelta.

La Fig. 9.15 muestra curvas


carga-asentamiento que se han
observado para pruebas sobre el
suelo de arena seca con distintos
grados de compactación
efectuadas con placas circulares
de 5 a 20 cm de diámetro. Para el
caso de arenas de compacidad
media la curva es similar a la que
se mostró en Fig. 9.14(a). Existe
un quiebre muy notorio en la curva
luego de la falla local, pero se
sigue absorbiendo carga a costa
de asentamientos importantes hasta la falla general. Si la arena es muy suelta se
producen zonas de corte muy marcadas a los lados de la zapata y no existe
prácticamente levantamiento lateral. Es un caso de falla por penetración. Cuando la
zapata asienta sobre una arena muy compacta, existe un alargamiento de la zona de
comportamiento elástico y la falla general se produce muy poco después de la falla
local.

9.3.2 CRITERIOS DE PROYECTO


9.3.2.1 PRESIONES DE CONTACTO EN ZAPATAS RÍGIDAS
El proyecto de zapatas de fundación requiere de un análisis de la distribución
de las presiones en el contacto de las mismas con el terreno. Se sabe que dicha
distribución no es lineal. La aplicación de la teoría de la elasticidad aplicada al estudio
de la distribución de tensiones en un cuerpo semi infinito cargado parcialmente en su
superficie a través de un elemento rígido muestra dos respuestas muy distintas según
al suelo sea o no cohesivo. Además, debe diferenciarse entre zapata rígida y flexible.

Fig. 9.16
Distribución de las presiones de contacto entre la
zapata y el terreno de fundación.

(a) zapata rígida sobre material ideal elástico,


cohesivo.
(b) Zapata rígida sobre material no cohesivo
(c) Y (d) respuestas en suelos intermedios y
más reales.

Como el asentamiento de una zapata


perfectamente rígida debe ser uniforme, la
distribución de presiones bajo la misma
debe ser idéntica a la que se requiere para
provocar dicha uniformidad de
10
desplazamientos. Si la subrasante es un material perfectamente elástico, o una arcilla,
o arena con espesas capas de arcilla, es decir con resistencia a tracción, las
presiones de contacto deben ser máximas en los bordes y mínimas en los centros,
similar a lo que expresa Fig. 9.16(a), para provocar el descenso constante. La presión
que se alcanza en los bordes depende de la tensión de fluencia del material, y en
teoría puede llegar a ser infinita. En estos suelos la carga produce una resistencia al
cortante alrededor del perímetro. Es decir, es como que se necesita desplazar parte
de la carga desde el centro hacia las orillas o bordes para lograr el asentamiento
uniforme de la placa rígida. La Fig. 9.17 muestra los resultados teóricos para este
caso indicando que la presión de contacto varía de una valor cercano a 0.7 qa, siendo
qa la presión uniforme, hasta infinito en los bordes.

Fig. 9.17
Distribución de la presión de contacto en la cota de fundación de una
zapata rígida de longitud muy grande cargada en forma uniforme y que
descansa sobre un subsuelo perfectamente elástico, homogéneo e
isótropo.

Fig. 9.18. Resultados experimentales de la distribución de


presiones de contacto bajo bases circulares de 30 cm de
diámetro y asentadas en suelo con y sin cohesión.

Si la misma zapata rígida se asienta sobre un


suelo como arena o grava, no cohesivos, con carga
uniforme el asentamiento es mayor en los bordes
que en el centro. Como los granos están sueltos, el
suelo localizado en los bordes tiende a desplazarse
hacia fuera en la dirección donde no hay
restricciones al movimiento. Un asentamiento
uniforme sólo es posible distribuyendo la carga de tal
modo que su intensidad disminuya desde un máximo
en el centro a un mínimo en los bordes, lo cual
representa también la distribución de las presiones
de contacto en la base de zapatas rígidas. Esto se
representa según la Fig. 9.16(b). De tomas maneras,
si el cuerpo en lugar de estar cargado en la
superficie lo está a cierta profundidad, de modo que
en los bordes se produce un efecto de restricción al
desplazamiento o confinamiento lateral, las
diferencias entre las presiones máximas y las
mínimas se atenúan como en forma esquemática lo
muestran la Fig. 9.16(c) y (d).
11
La Fig. 9.18 muestra resultados experimentales con placas circulares de 30 cm
de diámetro, que certifican lo antes dicho. Sin embargo, la experimentación tiene
limitaciones importantes como: (i) se hacen sobre suelos artificiales, en laboratorio,
donde generalmente se busca homogeneidad del suelo; y (ii) son experiencias de
corta duración en las que no han podido ser incorporados los efectos de
deformaciones lentas que conducen a asentamientos, como así también los efectos
de deformaciones de fluencia que con el tiempo tienden a redistribuir las tensiones y a
atenuar los picos de las mismas.
Por lo expuesto es que en la práctica lo corriente en el diseño de zapatas
rígidas es suponer una distribución lineal de tensiones, pues a más de ser la más
simple es en definitiva la que más se acerca a las posibles variantes que se puedan
desarrollar. Una mayor sofisticación no garantiza mejores resultados. La simplificación
con respecto a la determinación de la magnitud de momentos flectores y cortes en la
zapata es despreciable frente a otras incertidumbres.
La hipótesis de zapata rígida supone para una carga centrada un hundimiento
uniforme de su plano de asiento. Tal situación sólo es posible cuando la elástica de la
zapata produce deformaciones muy pequeñas respecto a la compresión que
experimenta el suelo. Por ello, si la zapata es flexible, existe una tendencia a
concentrar la reacción del suelo en el centro de la zapata a medida que la rigidez de
ésta disminuye, con distribución de presiones similar a la de Fig. 9.16(b), sea para
suelos cohesivos como no cohesivos. En este caso la hipótesis de distribución
uniforme coloca al proyectista del lado de la seguridad, pues los esfuerzos internos
sobre la sección de hormigón son mayores que en la realidad. De todas maneras, en
la práctica, la mayoría de las zapatas aisladas tienen rigidez suficiente como para
hacer razonablemente válidas las hipótesis supuestas.

9.4 CRITERIO DE DISEÑO EN FUNCIÓN DE CARGAS Y RESISTENCIAS


DEL SUELO. EVALUACIÓN DE LAS PRESIONES
En la ref.[10], que sigue los lineamientos del Reglamento ACI-318-2005, en el
capítulo 10 se establecen los criterios para el diseño de zapatas aisladas, cabezales
de pilotes, zapatas combinadas y plateas de fundación.

En la mayoría de las normas se trabaja con el método de tensiones admisibles,


es decir trabajando con las cargas en estado de servicio (sin mayorar) y adoptando
como tensión máxima del suelo la que corresponde a la de capacidad de carga del
suelo dividido por un factor de seguridad. Por ejemplo, se suele usar un factor de 3.0 a
3.5 para el caso de cargas verticales solamente, ver ref.[11], y el factor pasa a 1.50
cuando se considera acciones de servicio y sismo. Sin embargo, el diseño de la
superestructura se hace a través del método LRFD, Load Resistance Factor Design,
es decir, por el método de resistencia. Implica mayorar las cargas de servicio por
factores y trabajar con los materiales a nivel de sus resistencias nominales, afectadas
por un factor de reducción, si correspondiera. Las combinaciones de carga para
método por resistencia para obtener las demandas son:
U = 1.4 D (9.1.a)
U = 1.2 D + 1.6 L (9.1.b)
U = 1.0 D + ηL ± E (9.1.c)
U = 0.9D ± E (9.1.d)

D indica la carga muerta, L la viva y E el sismo, para seguir la notación del C-201-05.
Lo más conveniente y lógico sería diseñar las fundaciones siguiendo con el método de
12
resistencia. Para ello, siguiendo con el criterio adoptado para la superestructura, se
debe fijar un factor de reducción de capacidad del suelo y con él obtener la resistencia
de diseño a partir de la resistencia nominal del suelo que se obtenga por el análisis de
suelo respectivo. Esto es lo que propone por ejemplo el reglamento NZS:4203:1992,
ref.[12], el cual en su sección 2.5.3.3 especifica que la resistencia confiable o
dependiente o de diseño de los suelos que actúen como soportes de la
superestructura deberá ser determinada a partir de los parámetros de resistencia del
suelo obtenidos como consecuencia de las investigaciones geotécnicas del sitio o de
datos confiables de la zona, y afectada por un factor de reducción de resistencia del
suelo que no puede ser mayor de 0.60.
Utilizar el método convencional de tensiones admisibles tiene el inconveniente
de que habría que trabajar con las cargas en estado de servicio cuando en realidad
toda la estructura está siendo diseñada por un método de resistencia. El problema se
agrava si fuera necesario utilizar el diseño por capacidad.
Una vez determinadas las demandas para estado último, es decir las
resistencias últimas, Su, y contando con la resistencia nominal del suelo, Sn, habiendo
adoptado el factor de reducción de resistencia φ, se debe determinar un área
necesaria de apoyo de forma tal que se satisfaga la ecuación básica de diseño:
Sd = φ Sn ≥ Su (9.2)

S (por “Strength”) indica resistencia, y Sd es la resistencia confiable o de diseño.


Si con Pu se designa la carga que corresponde al estado límite último de
diseño, para el caso de bases cargadas concéntricamente, el área de apoyo requerida
sobre un suelo cuya capacidad de carga, en términos de presión de diseño, es qd= φ
qc, debe ser tal que:
Pu
Areq ≥ (9.3)
qd

Una zapata se considera cargada excéntricamente si la columna soportada no


es concéntrica con el área de apoyo de la zapata, o si la columna transmite no
solamente una carga Pu sino también un momento flector Mu. En ese caso, siguiendo
con la hipótesis de distribución lineal de presiones bajo la zapata, pueden resultar dos
casos, según la excentricidad e= Mu/Pu sea menor o mayor que 1/6 de la dimensión de
la zapata en el plano en que actúa el momento. Las expresiones de las tensiones
máximas y mínimas vienen dadas por, en referencia a Fig. 9.28(a) y (b)
respectivamente, para el primer caso:

Pu M u c
q máx ,min = ± (9.4)
A I

A = Bl es el área de apoyo, de ancho B y largo l , c distancia a bordes desde el eje


baricéntrico e I = Bl 3 / 12 el momento de inercia de la superficie de apoyo, y para el
segundo caso, Fig. 9.28(b):

2P
q máx = (9.5)
3Bm
13

Fig. 9.28. Zapatas sometidas a cargas excéntricas.

Cuando se utiliza el método de tensiones admisibles, el valor de tensión qmáx


corresponde a la capacidad portante del suelo dividida por el factor de seguridad. Con
ello se verifica que el área de apoyo sea suficiente. Las cargas demandas son las de
servicio. A continuación, para la verificación al corte, momento y aplastamiento se
deben obtener las presiones del suelo asociadas con las cargas últimas, según
ecuaciones (9.1), dado que se debe aplicar el diseño por resistencia.
Cuando se utiliza el método de resistencia en forma completa, incluyendo el
suelo, las presiones que se obtienen corresponden al estado de cargas U ya definidas
para la superestructura, y las presiones sobre el terreno se comparan con la
resistencia de diseño del suelo, es decir la nominal reducida por el factor de reducción
que como se dijo puede estar entre 0.5 a 0.6. Este será el procedimiento que se
llevará a cabo en los ejemplos que más adelante se presentan en este trabajo. Es de
hacer notar que en la mayoría de la bibliografía el método que se emplea es el de
tensiones admisibles, y que además los coeficientes para llevar las presiones a estado
último son los de la versión anterior del ACI-318, es decir 1.4 para D y 1.7 para L.

9.5 ZAPATAS AISLADAS PARA COLUMNAS SOMETIDAS A CARGAS


CENTRADAS
9.5.1 GENERALIDADES

En general se las construye de forma cuadrada o rectangular. Pueden fallar por


punzonamiento, por flexión, por aplastamiento o por adherencia. Para evaluar los
esfuerzos de corte y momentos flectores se supone una distribución uniforme de la
reacción del suelo. En su forma más simple constan de una losa de altura uniforme,
tal cual se muestra en la Fig. 9.29(a). A veces se interpone un pedestal o dado, como
muestra la Fig. 9.29(b), o varios escalones entre la columna y la losa para una mejor
transferencia de cargas y en casos para suministrar una longitud de desarrollo
adecuada de las barras de la columna o barras de espera (ver más adelante) dentro
de la base; se conoce como zapata escalonada, y sus partes deben ser construidas
en forma monolíticas, sec. 15.9.2 del ACI-318, si esa va a ser la suposición de diseño.
Otras veces se le da a la cara superior de la losa una inclinación, la cual se puede
lograr si la consistencia del hormigón lo permite colocando el encofrado lateral o
exterior más bajo. Esta forma tiende a ubicar más material donde los esfuerzos son
14
mayores. Si la pendiente es pronunciada se necesita más mano de obra aunque el
material hormigón se reduzca. En general, las zapatas de altura constante son más
económicas cuando la altura requerida es menor de 1.0 metro. Sin embargo, la
ref.[13], a través de la Fig. 9.30, muestra un detalle a tener en cuenta con el
contrapiso cuando es apoyado sobre discontinuidades bruscas.

Fig. 9.29
Tipos de bases aisladas.
(a) de losa con altura
constante
(b) Con pedestal.
(c) De altura variable.

Fig. 9.30
Interacción entre losa de piso y base con
losa de altura constante.

Las bases para columnas individuales se comportan como losas en voladizos


sometidas a la presión vertical de abajo hacia arriba inducida en el suelo sobre el que
apoyan. En la superficie de contacto de apoyo se producen tracciones en ambas
direcciones por lo cual se deben reforzar con acero en ambas direcciones. La cantidad
de esta armadura responderá a requisitos de flexión pero deben verificar además las
cantidades de cuantía mínima para controlar efectos de retracción y temperatura.
En el diseño de bases se deben considerar básicamente los siguientes
aspectos asociados con los tipos de fallas posibles del sistema suelo-fundación: área
de contacto, esfuerzos de corte o punzonamiento, flexión de la losa y aplastamiento
en la transición columna-base. A los efectos de comprender el fenómeno físico y los
requerimientos de la norma, el C-201-05 en este caso, se desarrollará un ejemplo
sencillo a medida que se resuelven cada uno de los aspectos antes mencionados.

Ejemplo No 1. Base cuadrada con carga centrada. Se trata de diseñar una


base cuadrada con carga concéntrica. La misma debe soportar una columna cuadrada
de c1= c2 = 50 cm, armada con 8 barras de diámetro 25 mm, cuyas características de
materiales son f´c= 21 MPa y fy= 420 MPa, que soporta una carga D= 100 ton y L= 70
ton. El suelo a una profundidad de 1.50 metros tiene una capacidad de carga qc = 50
ton/m2. Adopte φ= 0.60. Suponga que el peso específico del suelo es γs= 2.0 ton/m3.
Diseñe la base con losa de altura constante.

9.5.2 ÁREA DE CONTACTO

Tal cual se expresó con la ecuación (9.3), el área de contacto requerida se


obtiene dividiendo la carga total última demanda, incluyendo el peso propio de la
zapata y el del suelo por encima, mayorados por sus coeficientes, por la capacidad del
suelo expresada como presión de diseño qd. Sobre la capacidad del suelo nos
referiremos luego.
15
Para el ejemplo:
Pu = 1.2 D + 1.6 L + 1.2 (Pp(base + suelo)
qd = φ qc = 0.60 x 50 ton/m2 = 30 ton/m2.

Una primera aproximación, suponiendo peso propio como 10% de la carga


actuante, daría un área de apoyo cercana a (230 ton + 0.10 x 230 ton) / (30 ton / m2)=
8.43m2. Se adopta una base de 3.0 m x 3.0 m, y se verifica a continuación.
Dado que el hormigón tiene un peso específico de 2.3 ton/m3, y el suelo de 2.0
ton/m3, se adopta en forma preliminar, y hasta que se determine la altura de la base,
un peso propio de 3m x 3 x 1.50m x 2.1 ton/m3= 28 ton. Entonces:
Pu = 1.2 x 100+ 1.6 x 70 + 1.2 x 28 = 266 ton

266ton
Areq ≥ 2
= 8.86m 2
30ton / m

Para el ejemplo que se desarrolla, con la base adoptada se verifica que no se


excede la capacidad de carga del suelo.

9.5.3 DISEÑO Y VERIFICACIÓN A CORTE O PUNZONADO


9.5.3.1. Introducción

El corte generalmente no es crítico en losas que soportan cargas distribuidas o


cargas sobre franjas, o cuando dichos elementos se apoyan sobre vigas o tabiques,
porque en estos casos el corte por unidad de longitud en la losa es relativamente
pequeño. El esfuerzo que controla en esos casos es el de flexión. Sin embargo, el
corte puede ser crítico en las losas en las zonas adyacentes a cargas concentradas,
porque allí el cortante por unidad de longitud puede resultar muy elevado. En las losas
las cargas concentradas pueden ser aplicadas por transferencia de fuerzas: (i) de la
losa a la columna en el caso de losas placas o planas; (ii) de las columnas a las losas
de las bases y (iii) de cargas aplicadas sobre las losas como el caso de ruedas de
equipos, de camiones, etc.
Para la resistencia al corte de bases, es de aplicación la ecuación ya vista en el
capítulo de corte:
Vd = φVn = φ (Vc + Vs ) ≥ Vu = Vr (9.6)

donde φ= 0.75 según C-201-05. Una vez determinada la superficie de contacto, se


debe determinar la altura de la losa de la zapata. La altura efectiva d, idéntica en
significado a la de miembros sometidos a flexión, es controlada generalmente por los
esfuerzos de corte o punzonado. Agregando el recubrimiento de las barras a este
valor d se obtiene la altura total, h. En su sección 15.7 establece que la altura de las
zapatas por encima de la armadura inferior debe ser como mínimo de 150 mm. Dado
que el recubrimiento a dicha armadura debe ser no menor de 50 mm por tratarse de
estructura en contacto con la tierra, sección 7.7.1 de la norma (el recubrimiento NO es
parte del hormigón de limpieza), resulta una altura total mínima de 200 mm.
La resistencia al corte de losas, sea de entrepisos o fundaciones, en la
vecindad de cargas concentradas es controlada por la más severa de estas dos
condiciones: acción de viga (una dirección) o acción de losa (dos direcciones). La Fig.
9.32 muestra en forma esquemática los planos de falla en cada caso.
16
9.5.3.2 Acción de viga
Si es este el caso que controla el diseño, la losa falla como una viga ancha con
la sección crítica extendiéndose a lo largo de una sección en un plano que atraviesa el
ancho total de la losa o base. Para tal situación el plano de falla se indica en la Fig.
9.32(b) por la línea discontinua e-f. El código supone que la sección crítica está
ubicada a una distancia d desde la cara de la columna o de la carga aplicada (o de la
cara de una línea de carga o pared soporte). El valor d es la distancia de la fibra
comprimida extrema al centroide de la armadura traccionada. En la realidad, la
sección crítica pasa a través de la fisura de tracción diagonal crítica donde se espera
que ocurra la falla. Para este tipo de falla, es de aplicación la teoría convencional de
corte. Por lo general no es económico utilizar refuerzo de acero para absorber el corte,
por lo que de la resistencia nominal en la ecuación (9.6) se diseña para que la
componente del hormigón, Vc, sea la única que resiste el cizallamiento.

(a)

(b)

Fig. 9.32 (a) Falla a cortante por punzonamiento; (b) Secciones críticas para cortante.

Para el ejemplo que se analiza, suponiendo una altura total de h= 60 cm,


corresponde altura útil d= 55 cm, B= ancho= 3.00 m, el suministro al corte por acción
de viga sería:
Vd = 0.75Vn = 0.75Vc = 0.75 x(1 / 6) f c´ Bxd (9.7)
Vd = 0.75 x0.16667 x 21x3000mmx550mm = 945158 N = 945 KN = 94.50ton

Tanto para calcular los momentos flectores Mu demandas y los esfuerzos de


corte, Vu, únicamente se considera la presión generada hacia arriba por la carga axial
que transmite la columna Pu, sin tener en cuenta el peso propio de base y suelo sobre
ella, pues estas presiones se auto eliminan al efecto de dichos esfuerzos internos. La
demanda sería en este caso:

Pu = 1.2 x100ton + 1.6 x70ton = 232ton


qu = Pu / Area apoyo = 232ton / 9m 2 = 25.80ton / m 2
Vu = qu xArea efgh = 25.80(ton / m 2 ) x3m x(1.50 − 0.25 − 0.55) = 54.18ton

con lo cual la ecuación (9.7) queda satisfecha con un margen en exceso de 75 %.

9.5.3.3 Acción en dos direcciones


Cuando la losa trabaja en dos direcciones la falla por corte es local y alrededor
de la carga concentrada o la columna. La falla por punzonamiento ocurre a lo largo de
un cono o pirámide truncada, dependiendo de la forma de la columna, causada por el
desarrollo de la fisura diagonal de tracción. La superficie se aprecia en la Fig. 9.32(a),
y como lo indica la Fig. 9.32(b), las normas en general consideran que la sección
17
crítica está localizada a una distancia d/2 del perímetro de la columna. La Fig. 9.33(a)
muestra que el antiguo concepto de falla de la losa en las caras coincidentes con la
columna no es válido, sino que el esquema de Fig.9.33(b) es el que más se ajusta a
los resultados experimentales. La Fig. 9.34 muestra un ensayo de columna-losa con
falla de corte. Se puede apreciar claramente la pirámide truncada de hormigón
alrededor de la columna una vez que se ha producido la falla por tracción diagonal.
La resistencia a rotura de zapatas cuadradas y rectangulares ha sido motivo de
extensas investigaciones en EEUU, en particular en la Universidad de Illinois. Las
prescripciones del ACI-318 están basadas en dichos resultados y en otros obtenidos
en diversas partes del mundo. El comportamiento real de la región que falla es
extremadamente complejo, tanto debido a la combinación de flexión con fisuración por
tracción diagonal como a la naturaleza tridimensional del problema. Las previsiones de
diseño utilizadas han sido derivadas necesariamente de simplificaciones empíricas del
comportamiento real.

Fig. 9.33
Falla de corte por punzonamiento en una
conexión columna-losa de hormigón
armado con carga axial en la columna.
(a) falla por corte en la cara de la
columna: no existe este mecanismo; es
un error. (b) Suposición de la ubicación
de la sección crítica y modo real de falla.

Fig.9.34
Resultado de la
experimentación sobre
un espécimen de
columna-losa que falló
por punzonamiento de
corte debido a la carga
axial de la columna.
Note la forma de
pirámide truncada
18
Una vez que la fisura diagonal de tracción ha ocurrido en las adyacencias de la
sección crítica de una losa alrededor del perímetro del área cargada, cuando la losa
no tiene armadura de corte sino sólo de flexión, la losa soporta el corte por los
mecanismos ya descriptos de corte en zona de compresión, interacción de agregados
y acción de taco o dovela. Sin embargo, la situación es bastante diferente al caso de
acción en una dirección o de viga.
Cuando hay flexión en dos direcciones aparecen esfuerzos que comprimen en
dos direcciones a la zona adyacente a la crítica, y además hay esfuerzos de
compresión concentrados que provienen de la columna y se distribuyen en la zapata.
De este modo el hormigón que rodea la sección crítica está prácticamente sometido a
un estado de compresión triaxial o tridimensional, por lo que por un lado el tipo de falla
es de pirámide o cono truncado y por otro hay una situación más favorable para
resistir corte por la acción de compresión. Esto es reconocido en las normas y por ello,
para evaluar la capacidad nominal de la losa al punzonamiento sin armadura de corte
se dan valores más generosos tanto para el para área resistente movilizado como
para el valor del factor Vc de la ecuación (9.6).

Fig. 9.35
Secciones críticas,
Perímetro crítico y
áreas tributareas para
la evaluación de
momentos y cortantes

Como se
indica en la Fig.
9.32(a), el esfuerzo
de corte promedio
puede considerarse
actuando en planos
verticales través de
la zapata y
alrededor de la
columna sobre un
perímetro a una
distancia d/2 desde la cara de la columna, es decir perímetro abcd en la figura.
Es entonces necesario determinar el
“perímetro crítico”, el cual se indica también
en la Fig. 9.35, ref.[14]. El perímetro se
designa con bo y se evalúa en función de lo
que se llama área cargada real y área
cargada efectiva, las cuales quedan
interpretadas para una sección en L en la
Fig. 9.36.

Fig. 9.36
Concepto de áreas cargadas y críticas en una
sección no rectangular.
19

Se ve que la superficie cargada efectiva es aquella que encierra totalmente a la


superficie cargada real y para la cual el perímetro es mínimo. En la Fig. 9.37 se
indican los casos más comunes de secciones críticas en losas sin armaduras de corte.

Fig. 9.37
Secciones críticas en losas para distintas
secciones transversales de columnas.

En definitiva, el C-201-05 establece en su sección 11.12.2.1 que en losas y


zapatas no pretensadas, el valor de Vc debe ser el menor obtenido a partir de las
siguientes expresiones:

 2  f c´ bo d
a) Vc = 1 +  (9.8a)
 β c  6

α d  f c´ bo d
b) Vc =  s + 2  (9.8b)
 bo  12

f c´ bo d
c) Vc = (9.8c)
3

en donde αs es una constante cuyo valor es 40, 30 y 20 para columnas interiores, de


borde y de esquina respectivamente. En la primera de las ecuaciones anteriores se ve
que aparece además el factor βc, que representa la relación entre las longitudes de los
lados mayor y menor de la columna rectangular, βc= c1/c2 en la Fig. 9.38, o de una
superficie de carga βc= a/b en la Fig. 9.36.
20

Fig. 9.38
Variación de la contribución del
hormigón al corte en función de la
relación βc, para el caso de acción
de losa en dos direcciones.

La razón es la siguiente: en columnas cuadradas para acción en dos


direcciones controla la ecuación 9.8(c). Sin embargo, los ensayos han demostrado
que dicho valor no es conservador cuando la relación βc es mayor que 2. A medida
que βc crece, la resistencia al corte disminuye. Esto quedó demostrado en ensayos en
los que se mantenía la longitud del perímetro de la columna cargada constante y se
comenzaba a incrementar la relación entre el lado mayor y el lado menor, es decir βc ,
la resistencia al corte disminuía porque se tendía a la situación de flexión en una
dirección y por lo tanto a corte en una dirección, es decir se acercaba al
comportamiento de viga. La Fig. 9.38 muestra que para valores muy elevados de βc la
resistencia al corte toma el valor de acción de viga. Esto refleja además la tendencia
del corte a concentrarse en los extremos de la columna alargada, es decir que las
tensiones de corte no están uniformemente distribuidas alrededor de la columna. Debe
observarse que en la Fig.9.38 los valores de las ordenadas corresponden a
resistencias de corte dadas en p.s.i., libras por pulgada cuadrada (motivo por el cual
se deben dividir por 12 para unidades en MPa).
Los ensayos han demostrado también que la resistencia al corte disminuye a
medida que la relación entre el perímetro crítico y el espesor efectivo, bo/d, aumenta
(ver también Ref.[15], pág. 503).
El factor αs tiene en cuenta el número de secciones críticas que tienen las
columnas, según sean interiores, de borde o de esquina.
Para el ejemplo que se desarrolla, el perímetro crítico es:
b0 = 4(50 + 55)cm = 420cm = 4.20m

y para la altura útil adoptada d= 55 cm= 0.55 m, la resistencia de diseño está dada
por:

Vd = 0.75 x0.333 21x 4200mmx550mm = 2643800 N = 2644 KN = 264.4ton


21

la cual ya resulta mayor que Pu= 232 ton, aunque no es este el corte demanda, ya que
según se indica en la Fig. 9.35, para obtener Vu hay que considerar el área tributaria.
Esta se indica en esa figura con rayado, por lo que en este caso:

Vu = qu xAreatrib = 25.80ton / m 2 x(3 2 − 1.15 2 )m 2 = 198ton

Es decir que la condición se cumple con un margen en exceso cercano al 35 %.


Se ve que hay más reserva para el caso de falla por acción de viga.
Se aclara que el procedimiento establecido es para el caso en que exista un
corte uniforme alrededor de la zona crítica. Cuando no existe esa situación, como el
caso de transferencia de axial y momento, es decir axial con excentricidad, como
indica la ref.[15], sección 10.3.1, el corte y momento deben ser transferidos por la
combinación de flexión, torsión y corte en las caras de la sección crítica de la losa
alrededor de la columna.

9.5.3.4 Diseño a flexión


Los ensayos de zapatas donde la falla es por flexión han demostrado que ésta
se produce a lo largo de secciones de fractura que pasan bordeando las caras de las
columnas, como lo indica la Fig. 9.39. El momento flector producido en esta sección
se encuentra por simple estática como el producido por la presión última qu (la debida
sólo a la carga axial de la columna, en estado último). Los ensayos han demostrado
que, al igual que en entrepisos sin vigas, la armadura en cada dirección debe resistir
todo el momento estático producido por dicha presión. Por ello, se debe dimensionar a
flexión simple en cada dirección y en forma independiente. El estado real por supuesto
es mucho más complejo, hay flexión biaxial, las presiones pueden en diversos estados
no ser uniformes, pero en definitiva, para la capacidad a flexión, cualquiera de las dos
fallas, asociadas a cada dirección de armado, puede suceder, por lo que se estudian
ambas. Si la parte superior de la losa es inclinada, la norma establece que tanto para
el corte como para la flexión debe tenerse en cuenta la variación de la altura, por lo
que es necesario investigar todas las secciones.

Fig. 9.39
Columna cuadrada sometida a carga centrada. Ubicación de las zonas y
planos críticos para el diseño a flexión. Note que si la losa es de altura
variable la norma exige, sección 15.9.1, la verificación de todos los
requerimientos del capítulo 15 para cada sección de la losa.

El C-201-05 establece en su sección 15.4.2 cuáles son


las secciones críticas a considerar para flexión, en función del
elemento que transmite el axial y del diseño de la base, tal cual
se expresa en la Fig. 9.40.
22

Fig. 9.40 Ubicación de


secciones críticas para momento
máximo en zapatas y cabezales,
en función del elemento a resistir
y su material.

En la sección 15.4.3
especifica que para
zapatas que trabajan en
una dirección, sean
cuadradas o rectangulares,
y en zapatas de planta
cuadrada que soportan momentos en dos direcciones, la armadura se debe distribuir
en forma uniforme a través del ancho total de la zapata. Para el caso de bases
rectangulares, que soportan momentos en las dos direcciones, para ubicar las barras
en la dirección más corta se debe tener en cuenta que el soporte suministrado por la
columna a la zapata se concentra cerca de la mitad; por lo tanto la curvatura de la
zapata es más pronunciada, es decir el momento por unidad de longitud, es mayor
inmediatamente bajo la columna y disminuye hacia los extremos de la dirección larga.
Por ello la distribución de armaduras se hace según se muestra en la Fig. 9.41.

Fig. 9.41
Distribución de las
armaduras según C-201-
05.

Para el ejemplo, resulta:


2
ton  3.0m − 0.5m 
M ux = M uy = q u ( B1 − c1 ) / 8 = 25.80 2 
2
 m = 20.15tm
m  8 

por cada metro de ancho de base. En el ancho total de 3.0 metros y en cada
dirección, el momento total es 60.50 tm.
La cuantía mínima que establece el C-201-05 para el caso de losas es el que
corresponde a temperatura y contracción, y es de 0.0018 para el acero ADN-420. Por
lo tanto, en este caso:
Amin = 0.0018 x300cmx55cm = 30cm 2
23

por lo que se adoptan para una verificación inicial 15 barras de diámetro 16mm
separadas cada 20 cm que da un área total de 30.15 cm2. De simple estática, para
sección con armadura simple, la altura del bloque de tensiones equivalentes es:

30.15cm 2 x 4.2ton / cm 2
a= = 2.36cm
300cmx0.85 x0.21ton / cm 2

por lo que el eje neutro es entonces c = 2.36 / 0.85 = 2.80cm .


La deformación en la armadura extrema traccionada es:

0.003 x52.20cm
ε smáx = = 0.056
2.80cm

por lo cual supera ampliamente el límite del 0.005 y puede considerarse como
controlado por la tracción, con lo cual φ= 0.90. En consecuencia:

M d = φM n = 0.90 x30.15cm 2 x 4.20(ton / cm 2 ) x0.5382m = 61.33tm

que supera en apenas un 1.5 % el momento de resistencia requerida. La separación


máxima entre barras, sección 7.12.2.2 C-201-05, debe ser de 3 veces el espesor de la
losa y no mayor de 300 mm. Ambas condiciones son satisfechas.

9.5.3.5 Transferencia de fuerzas en la base de la columna


Cuando una columna descansa sobre una zapata transfiere su carga sólo a una
parte del área total del elemento de soporte. El hormigón adyacente que rodea esta
zona de transferencia suministra apoyo lateral al hormigón cargado. Esto produce
esfuerzos triaxiales de compresión, efecto de confinamiento, que aumentan la
resistencia del hormigón sometido a carga en forma directa bajo la columna. Este
efecto es reconocido por el C-201-05, el cual en la sección 10.17 establece las
condiciones para verificación al aplastamiento.
De nuevo entonces, la ecuación básica de diseño es:

A2
Pd = φ Pn = 0.65 x 0.85 x f c´ x A1 x ≥ Pu (9.9)
A1

en donde el factor de 0.85 tiene la misma razón de ser que en resistencia máxima de
columnas, por la diferencia entre un ensayo de probeta cilíndrica y una columna, y:
Pu = carga demanda última o requerida a transferir.
Pd = suministro o resistencia de diseño al aplastamiento.
φ = factor de reducción de resistencia por aplastamiento, igual a 0.65, sección 9.3.2.4
f´c = tensión característica del hormigón de la base.
A1 = área cargada.
A2 = área de la base inferior del mayor tronco de cono, pirámide o cuña contenida
completamente dentro del apoyo, que tiene como base superior el área cargada A1 y
24
o
pendiente de los lados iguales a 1 vertical por 2 horizontal (p. 50 %, ángulo 26.5 ). La
norma permite tomar una superficie mayor de transferencia para verificar el
aplastamiento, pero impone la condición que el factor A2 / A1 ≤ 2 , es decir que el
área resistente debe ser como máximo el doble del área directamente cargada. Este
factor la norma lo designa como grado de confinamiento, y tiene el significado que se
aprecia en la Fig. 9.42(a), (b) y (c).

Fig. 9.42(a) Esquemas para interpretar los factores asociados a la resistencia nominal al aplastamiento
del hormigón.

Fig. 9.42(b)
Ejemplos típicos para
determinar el grado de
confinamiento para la
resistencia al
aplastamiento en la
interacción columna-
base.
25

Fig. 9.42(c)
Vista en planta y elevación de una
zapata de losa escalonada para
interpretar el significado de las áreas A1
y A2 en la determinación del factor de
confinamiento para la resistencia al
aplastamiento.

Es claro que si la parte superior de la zapata es plana, y la columna es interior,


A2 es simplemente el área máxima de la porción de la superficie de apoyo que es
geométricamente similar y concéntrica con el área cargada. Note el caso de columna
de borde, Fig. 9.42(b). La pirámide de confinamiento tiene poca pendiente en las caras
laterales justamente para asegurar que existe hormigón rodeando inmediatamente las
zonas de altas tensiones en el área de apoyo. Para el caso en que la parte superior
esté escalonada, caso de Fig. 9.42(c), se pueden tomar ventajas del hecho que el
elemento de apoyo es mayor, pero se debe observar que un escalón de mayor altura
o más cercano al área cargada que el que se muestra, puede generar una reducción
en el valor de A2.
Para el ejemplo que se desarrolla:

Pd = 0.65 x0.85 x0.21(ton / cm 2 )50 x50cm 2 x 2 = 580ton >232 ton

9.5.3.6 Anclajes, empalmes

El C-201-05 especifica que para transferir los esfuerzos de compresión y


tracción a la base, las barras se deben anclar y empalmar siguiendo las
especificaciones de su capítulo 12.
En la sección 15.8.2.1 aclara que la sección de armadura que atraviesa la
superficie de contacto debe ser al menos 0.5 % del área transversal del elemento
apoyado. Esto es para asegurar la integridad de la unión entre la columna y la zapata.
El requisito anterior se puede lograr sea prolongando parte o todas las barras de la
columna en la base, o bien colocando barras de espera o arranque ancladas en la
base y con longitud suficiente fuera de la misma para ejecutar el empalme con las
barras de la columna. La Fig. 9.43 muestra el caso en que se colocan barras de
espera y luego de la unión se empalman con las barras de las columnas. Se debe
recordar que en zonas sísmicas, si esa región de las columnas ha sido diseñada como
zona potencial de rótula plástica, el empalme de barras no es permitido.
26

Fig. 9.43. Detalles de armado, anclajes y empalmes, según el ACI-318 en la unión de la columna con
la base.

Es de destacar que el C-201-05 aclara en la sección 12.14.2.1 que en general


las barras de diámetro mayor de 36 mm no se pueden empalmar por traslape, dado
que los ensayos han demostrado que para esos diámetros grandes se requieren de
soldadura o conectores mecánicos para desarrollar la resistencia. Sin embargo, como
resultados de muchos años de experiencia satisfactoria empalmando barras de gran
diámetro de columnas con barras de menor diámetro de arranque en zapatas, dicha
norma hace en forma explícita la excepción en este caso, y permite que se utilicen
barras con diámetros menores de 32 mm para transferir esfuerzos por yuxtaposición
de barras de diámetros mayores. Esto es a los efectos de reducir la longitud de
desarrollo de la barra dentro de la base, con lo cual se pueden obtener ahorros en la
altura de la misma.
Para el caso del ejemplo que se está desarrollando, se deben anclar las barras
de 25 mm de diámetro que tiene la columna. La cuantía de armadura de la columna es
(4x4.91cm2/50x50cm2= 0.0157), es decir del 1.57 %. La norma exige que la cuantía en
esa zona sea al menos de 0.005 por lo que al menos deberían pasar las 4 barras de
esquina, o suplir el área de 12.5 cm2 con armadura equivalente (4 hierros de diámetro
20 mm, por ejemplo).
La longitud de desarrollo, barra nervurada en compresión, debe ser mayor de:
fy
l d = 0.24 db
f ´c
y
l d = 0.04 f y d b

y no menor de 8db y de 150 mm.


En el ejemplo, para el caso de atravesar con barras de 25 mm de diámetro,
corresponde:
420
l d = 0.24 25mm = 550mm
21
o
l d = 0.04 x 420 x 25mm = 420mm
27

En definitiva, como el recubrimiento mínimo es de 50 mm, la altura total de la


base seleccionada es adecuada, pero sin margen en exceso. Se aprecia que si la
columna tuviera diámetros mayores de las barras, por ejemplo de 32 mm, ya la altura
disponible no hubiera sido suficiente. En ese caso, si no se aumenta la altura de la
base (que de hacerlo podría ser antieconómico), se podría utilizar la opción de
empalmar o colocar barras de espera de menor diámetro (del 20 mm, por ejemplo).
La otra verificación de longitud de desarrollo que hay que efectuar, es la que
corresponde a la armadura de flexión de la base. La sección crítica de desarrollo es la
misma que la de máximo momento, es decir en la cara de la columna. Para el caso de
barra nervurada, en tracción, sin gancho, ld siempre debe ser mayor de 300 mm, y:

 fy 
l d = 0.50   αβλ db
 f ´c 
 

donde para el caso de coeficientes α, β y λ unitarios resulta en este caso:

 420 
l d = 0.50   db = 46 db = 46x16mm = 735 mm
 21 

Por lo que se necesitaría ld + d según NZS, es decir (735mm + 550mm) = 1285mm, y


la longitud disponible es:

3000 500
− − 50mm = 1200mm , por lo que habría que colocar ganchos.
2 2

Fig. 9.44 Modelo de bielas y tensores que demuestra lo importante de anclar correctamente los
extremos de las barras inferiores sometidas a tracción.

La Fig. 9.44 muestra lo que ya se mencionó en el capítulo de adherencia y


anclaje: las barras a tracción deben estar correctamente ancladas para que pueda
desarrollarse el mecanismo de bielas de compresión y tensores de acero. El concepto
a aplicar en los extremos sería el de prolongar las barras a partir de la sección donde
no se las necesita un valor de 1.3d, para seguir el criterio del NZS:3103.
28

9.6 BIBLIOGRAFÍA

[1] “Mecánica de Suelos”, T. William Lambe y R. V. Whitman. Instituto Tecnológico de


Massachussets. Limusa-Noriega Editores. John Wiley & Sons. 2001.
[2] “Mecánica de Suelos en la Ingeniería Práctica”, K. Terzaghi & R. Peck. Versión
española por Oreste Moretto. Segunda edición. El Ateneo. 1973.
[3] “Diseño de Estructuras de Concreto”, A. Nilson. 12ma. Edición. Mc Graw Hill. 2000.
[4] “Curso de Hormigón Armado”, Oreste Moretto. 2da. Edición. El Ateneo. 1970.
[5] “FEMA 273: Guidelines for the Rehabilitation of Buildings”, Octubre 1997, cap. 4.
[6] “Seismic Evaluation and Retrofit of Concrete Buildings”, Applied Technology
Council, ATC Noviembre 1996, capítulo 10.
[7] “Mecánica de Suelos y Cimentaciones”, Carlos Crespo Villalaz. Limusa. 1991.
[8] “Foundation Analysis and Design”, Joseph E. Bowles. McGraw-Hill Int. Book Ltd.
1977.
[9] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”, Tomas Paulay &
M.J.N. Priestley, John Wiley & Sons, Inc. 1992.
[10] “Reglamento CIRSOC 201”. Reglamento Argentino de Estructuras de Hormigón.
Noviembre 2005. INTI.
[11] “Código de Construcciones Sismo Resistentes para la Provincia de Mendoza”.
CCSR. Mendoza, 1987.
[12] “Code of Practice for General Structural Design and Design Loading For
Buildings”. NZS:4203:1992. Volume 1 and 2. New Zealand Standards. Wellington.
[13] “Estructuras de Hormigón Armado”, de Fritz Leonhardt, tomos III. El Ateneo. 1977.
[14] “Notes on ACI-318-2002 Building Code Requeriments for Structural Concrete”,
edited by D. A. Fanella & Basile G. Rabat. P.C.A., Portland Cement Association.
[15] “Reinforced Concrete Slabs”, R. Park and W. L. Gamble. John Wiley & Sons, Inc.
1980.
[16] Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.

[17] Reglamento INPRES-CIRSOC 103. Tomo 2. 2005.

[18] Reglamento CIRSOC 101 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.

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