Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
HORMIGÓN I
unidad 1:
FILOSOFÍA DEL DISEÑO PARA ESTRUCTURAS
DE HORMIGÓN ARMADO.
2
CONTENIDO.
I.6. BIBLIOGRAFÍA.
Fig. 1.2.
Respuesta Global.
Comportamiento Lineal y
No Lineal.
Fig. 1.3.
Respuesta Global. Identificación del
Comportamiento a varios Niveles.
4
Para ambos tipos de respuesta, global y local, se utiliza una representación en
ordenadas de la variable estática (asociada a equilibrio, fuerza, momento) y en abscisa
de la variable cinemática (asociada a compatibilidad, por ejemplo desplazamientos,
deformaciones, rotaciones, etc.), y lo que las vincula es algún tipo de ley constitutiva.
En los capítulos siguientes se trabajará con respuestas locales, como lo son momento
vs. rotación, momento vs. curvatura, corte vs. distorsión, para los elementos y sus
secciones y con tensión vs. deformación para los materiales.
I.1.2.1 Rigidez.
Este parámetro relaciona directamente, por ejemplo en este caso, las fuerzas
con los desplazamientos, y sirve principalmente para verificar el estado límite de
servicio. En la rigidez global intervienen los módulos de elasticidad de los materiales,
las características geométricas de los elementos estructurales y la topología
(distribución y conexiones de los elementos) de la estructura en su conjunto. No debe
olvidarse de que la estructura no es algo plano sino tridimensional. En el caso de
estructuras de hormigón armado y de mampostería, la evaluación de la rigidez con
cierto grado de precisión no es tan simple, como lo podría ser para, por ejemplo, una
estructura metálica. Los fenómenos de fisuración, deformación diferida y la evaluación
de la contribución en tracción del hormigón y los mampuestos suele presentar
5
bastantes incertidumbres. Estos problemas se enfrentarán más adelante. Si en la Fig.
1.3 se toma como representativa cualquiera de las dos curvas bilineales, y se define
como ∆y el desplazamiento que corresponde a la “fluencia” de la estructura, y que está
asociado a una resistencia Sy, entonces la pendiente de dicha respuesta idealizada
como lineal y elástica y dada por K= Sy/∆y es utilizada para cuantificar la rigidez inicial
global del edificio en la dirección analizada.
Muchas son las discusiones que se han generado para definir el punto de
fluencia. No es objeto entrar ahora en detalle sobre los distintos criterios, sino
simplemente mencionar que en la ref.[2] se toma el concepto de rigidez secante
refiriéndola al valor de 0.75 Si, donde con Si se representa la resistencia “ideal” o de
fluencia de la estructura.
I.1.2.2 Resistencia.
La resistencia de una estructura está dada por la máxima carga, generalmente
expresada a través del esfuerzo de corte en la base, que ésta puede soportar bajo la
combinación de cargas verticales y horizontales.
I.4.2.3 Ductilidad.
Para asegurar que el edificio quede en pie después de un gran sismo, su
estructura debe ser capaz de sobrellevar grandes deformaciones sin que su resistencia
se vea seriamente afectada. Los desplazamientos a que se vería sometido el edificio
pueden estar bastante más allá del que corresponde a la fluencia, y que marcaría en
nuestro modelo el límite de comportamiento elástico. La habilidad de la estructura para
ofrecer resistencia en el rango no lineal de la respuesta se denomina ductilidad. Esta
implica sostener grandes deformaciones y capacidad para absorber y disipar energía
ante reversión de cargas y/o desplazamientos (comportamiento histerético) por lo que
representa, para muchos autores, la propiedad más importante que el diseñador debe
proveer al edificio que se vaya a construir en una zona de alto riesgo sísmico.
En la Fig. 1.3 se puede contrastar una falla dúctil contra tipos de falla frágil, las
que se representan con líneas de trazo descendentes. Fallas frágiles (brittle) implican
pérdidas completas de la resistencia. En el hormigón armado implican generalmente
desintegración del hormigón, y sobrevienen sin ningún tipo de aviso. Por razones
obvias, este tipo de comportamiento debe ser evitado y es el que ha causado la
mayoría de los colapsos durante terremotos, siendo responsable por lo tanto de las
pérdidas de vidas.
A los efectos de llevar a cabo los análisis de cargas y de fuerzas que actúan sobre
los edificios, se debe reconocer, para las construcciones en general, las siguientes
acciones (entre paréntesis se coloca la designación en inglés según notación del ACI-
318), según el reglamento CIRSOC-201-05:
Dado que se utiliza en gran parte bibliografía en inglés como referencia, y como
reglamento de hormigón armado el ACI-318, en ocasiones se coloca también la
designación en inglés a los efectos de facilitar comparaciones, búsquedas de temas y
asociar la notación con la designación.
7
I. Cargas Permanentes: resultan del peso propio de la estructura y de otros
elementos componentes de la construcción adheridos en forma permanente,
como pueden ser contrapisos, pisos, paneles divisorios de ambientes,
cielorrasos, etc. La cuantificación del peso propio de la estructura se hace en
principio a partir del predimensionado individual de los elementos
estructurales, el cual se verifica y ajusta una vez adoptado el diseño final. A
los efectos de valorar las cargas de los materiales adosados en la estructura,
existen manuales y normas que poseen los pesos promedios típicos. Por
ejemplo, el Reglamento CIRSOC 101, ref.[8], en su capítulo 3, tabla 1, da los
pesos unitarios de los materiales más comunes usados en la construcción.
II. Cargas de Uso o Sobrecargas: son las que resultan del mismo uso o
función de la construcción. Pueden ser móviles y variar en intensidad. Los
máximos valores que dan los códigos están basados en estimaciones
probabilísticas. En la mayoría de los casos estas cargas son simuladas como
uniformemente distribuidas sobre el área total de piso. Sin embargo, en
varias ocasiones es necesario la consideración de cargas puntuales. En
edificios industriales ésta suele ser una situación muy común. La probabilidad
de que un área en forma completa esté sometida a la máxima intensidad de
carga accidental especificada disminuye cuando la dimensión del área
cargada aumenta. Los pisos utilizados para oficinas suelen ser ejemplos de
estos casos. Si bien es recomendable diseñar las losas para que soporten la
carga accidental total, las columnas y vigas que reciban cargas de una gran
área tributaria asociada, podrían ser diseñadas suponiendo una reducción de
aquellas. A tal efecto, la norma NZS:4203-1992, propone la siguiente
expresión:
Lr = r.l (1.4)
y adopta η = 0.0, 0.6 y 0.4 para los techos, pisos de depósitos y el resto de
los casos respectivamente. El INPRES-CIRSOC toma valores que van de 0,
0.25, 0.50, 0.75 y 1.0 según los casos que da en su tabla 6 (ref.[5]).
III. Fuerzas sísmicas: El método más empleado para evaluar el efecto sísmico
sobre los edificios es conocido como método de las fuerzas horizontales
estáticas equivalentes. Si bien su aplicación está limitado a cumplir ciertas
condiciones, se prefiere el mismo por su simplicidad, pues da buenos
resultados en particular para edificios simples y simétricos y además porque
es el método con el cual los diseñadores están más familiarizados. La Fig.
1.17 muestra un esquema del modelo utilizado para determinar las fuerzas
sísmicas que se deben aplicar en cada nivel del edificio. Primeramente se
calcula la fuerza sísmica total, expresada como esfuerzo de corte total en la
base del edificio, y dada por:
Vb = C . Wt (1.7)
Wr h r
Fr = α Vb (1.8.1)
∑ Wi h i
Fn = (1 - α ) Vb + αVb
Wn h n
(1.8.2)
∑ Wi h i
Wr h r
Fr = 0.90Vb (1.11.1)
∑ Wi h i
Wn h n
Fn = 0.10 Vb + 0.90Vb (1.11.2)
∑ Wi h i
Otros efectos que se debe considerar son los de contracción y fluencia lenta del
hormigón, y los originados por diferencias de temperatura. La incidencia y posibles
efectos de estos fenómenos se verán cuando se estudien las propiedades del
hormigón.
donde en este caso el valor de Lu está dado por la carga viva reducida, según ecuación
(1.4) multiplicada a su vez por el factor η, es decir:
Lu = η . r . L (1.15)
S = D + Ls. (1.16.1)
S = D + Ls ± Es (1.16.2)
donde Es define al terremoto a nivel de servicio y en este caso el valor de Ls está dado
por la carga viva reducida, según ecuación (1.4) multiplicada a su vez por el factor ηs,
factor de participación específico para cargas de servicio, es decir:
Ls = ηs r L (1.17)
Su = SD + SL + SEo (1.18.1)
donde con SEo se denota una acción que ha sido obtenida de sobre resistencias
inducidas por el sismo en las correspondientes rótulas plásticas.
Sd = φ . Sn ≥ Sr (1.19)
** Compresión y flexo-compresión
(cuando εt está por debajo del valor 0.002)
para elementos zunchados......................................0.70
para otra forma de estribos .....................................0.65
sin embargo, se establece una transición entre 0.90 y estos valores en función
del valor de εt, según se verá luego.
So = φo . Sn (1.20)
(f) Resistencia Ideal: este nivel de resistencia (sugerido por Paulay & Priestley, ref [2]),
Si, está asociada a resultados experimentales y se refiere a la mejor predicción de
resistencia que se pueda realizar de una específica unidad de ensayo utilizando en los
análisis las características medidas de los materiales. Su uso fundamental está en
calibrar la validez de las ecuaciones que se utilizan para predecir resistencia.
La Fig. 1.18 muestra una clarificación de las relaciones entre los distintos niveles
de resistencias, a través de un típico gráfico de distribución de frecuencias de
resistencias.
Sn Sr 1.2S D + 1.6S L
≥ =
S D + S L φ(S D + S L ) 0.9(S D + S L )
Sn Sr 1.2S D + 1.6S L
≥ = = 1.56
S D + S L φ(S D + S L ) 0.9(S D + S L )
II. balcones.
En el área de balcones (exterior), la carga Permanente se adopta igual a D=0.40
t/m2 (no corresponde incluir tabiques de cierre) y como sobrecarga de uso, la ref [8],
sección 4.1.1, especifica que se debe tomar el valor de los locales a los cuales sirven,
L= 0.25 t/m2, y nunca menor a 0.05 t/m2.
2. CCSR-87 ref.[16]
Cx = 0.85 γdu = 0.85 Co = 0.30 CIx =0.22
Cy = 1.00 γdu = 1.00 Co = 0.30 CIy =0.30
3. PRONAM-97 ref.[17]
Sax = 0.95 ductilidad µ = 4.5 CIx = 0.21
Say = 1.05 ductilidad µ = 5.0 CIy = 0.21
1.6 BIBLIOGRAFÍA.
HORMIGÓN I
Unidad 2:
CONTENIDO.
2.3 MATERIALES
2.3.1 HORMIGÓN.
2.3.2.1 GENERALIDADES.
2.3.2.2 CONTROL DE CALIDAD DE LOS HORMIGONES.
2.3.3 ACERO.
2.4 BIBLIOGRAFÍA.
Emisión
Filename Rev. 1 Rev. 2 Rev. 3 Rev. 4 Rev. 5 Observaciones
0
MATERIALES. AGO AGO JUL AGO MAY JUL
DOC 2001 2002 2006 2008 2009 2009
Julio 2009 corrige curvas Ao.
Páginas 36 54 66 56 65 65
3
La densidad del hormigón simple es cercana a los 2300 Kgr/m3, mientras que la
del acero es de 7850 Kgr/m3. Las barras de acero que se suelen utilizar en el material
combinado varían para los casos más comunes entre 3 mm a 25 mm de diámetro, y la
sección total de barras suele oscilar entre el 0.2 % y el 3% de la sección total. Esto
implica índices de consumo que varían entre 15 a 250 Kgr de acero por metro cúbico
de hormigón. El valor de densidad del hormigón armado se toma como 2400 kgr/m3, lo
que se explica considerando el caso de tener una cuantía de acero total del 2 %:
Sin embargo, para el caso de una losa, de espesor 12 cm, con incidencia de
acero de unos 70 Kgr/m3, el costo sería (para 1 m2) :
Se ve por un lado cómo cambian los costos según el elemento estructural, y por otro
la fuerte incidencia del encofrado. En este respecto hay que aclarar que depende de la
calidad de la madera (en estos ejemplos se ha tomado muy buena calidad) y
obviamente del elemento en cuestión para la incidencia en el costo. Hay casos en que
el encofrado es muy poco o nulo (pozos de fundación, vigas de fundación enterradas).
Sin embargo, como se verá a lo largo del curso, la utilización de las normas DIN
para diseño de estructuras de hormigón armado en zonas sísmicas es muy
cuestionable. En particular, las limitaciones que la norma impone a los materiales en la
fase no lineal hace que no se puedan evaluar las características de resistencia y
ductilidad con el grado de precisión que se requiere en diseño sismorresistente.
expresan sus autores, el énfasis del texto se coloca en analizar por qué ciertas
decisiones deberían tomarse, motivar a los ingenieros a que razonen sobre los
procesos de diseño y no se conviertan en ciegos seguidores de los códigos. Park y
Paulay han sido responsables de una muy fructífera investigación analítico -
experimental que ha permitido resolver problemas de diseño de hormigón armado con
relativa sencillez y precisión adecuada.
2.3. MATERIALES.
A los efectos del diseño y construcción en hormigón armado, es necesario
conocer las características y el comportamiento de sus materiales componentes, el
hormigón y el acero, primero por separado y luego en conjunto como sólido único.
2.3.1. HORMIGÓN.
2.3.1.1. Respuesta del Hormigón y de sus componentes en compresión.
Los componentes principales del hormigón son el cemento Pórtland, el agua y
los agregados. El hormigón endurece gracias a la reacción química que se produce
entre el agua y el cemento. Generalmente las características mecánicas del hormigón
quedan especificadas a partir de su comportamiento en compresión uniaxial, para lo
cual se utilizan probetas de control cilíndricas de 15 cm de diámetro y 30 cm de alto, o
cúbicas de 15 cm de lado. Las resistencias a compresión se designan como resistencia
cilíndrica y cúbica respectivamente. Recientemente se ha adoptado también para
control la probeta cilíndrica de 10 cm de diámetro por 20 cm de altura.
Fig. 2.4.
Respuesta tensión - deformación del
hormigón y de sus componentes a ensayo de
compresión axial.
(b) Los agregados tienen mayor rigidez y mayor resistencia (valores típicos
pueden ser de 100 a 200 MPa; los ensayos se hacen normalmente sobre
muestras obtenidas de rocas).
[1Pa=1N/m2; 1N=0.10Kgr,1KN=0,10 ton, 1MPa=1MN/m2=1N/mm2=10 Kgr/cm2=100 T/m2].
(c) La pasta de cemento es la que tiene menor rigidez y resistencia. Los ensayos
generalmente no se hacen en probetas de pasta de cemento puro (dificultad
para moldeo de probetas y dispersión de resultados) sino sobre testigos de
cemento y arena, en proporción 1:3. Como dato ilustrativo, de Ref. [4] se
extrae la Fig. 2.5 donde se comparan las resistencias del hormigón y del
mortero de cemento para proporciones fijas de componentes. Se ve que la
relación entre ellas es prácticamente lineal, y que la resistencia del mortero
es del orden de 60 a 65 % de la resistencia del hormigón.
Variando la proporción y
calidad de los componentes se
obtienen distintas características
mecánicas en el hormigón. Las
Fig. 2.6a y b muestran curvas
típicas de tensión vs.
deformación en un rango de
resistencias máximas de 20 a 80 MPa en la primera; en la segunda, el cambio de
escala hace ver mejor las características salientes para los hormigones de mayor uso
en nuestro medio. Se puede observar que a medida que la resistencia máxima se
incrementa:
E c = wc 0.043 f´ c
1.5
[MPa] (2.1)
Con esta información se puede explicar el por qué del aumento de la deformación εo
(ítem d) de la siguiente manera:
'
2f ' 2 fc
La deformación εo se calcula como ε0 ≅ = , como el numerador crece
Ec 4700 f c
'
'
con f’c y el denominador sólo lo hace con f c , un aumento en f’c produce un aumento
en εo , pero εmax disminuye. Por lo tanto, a mayor resistencia se produce un incremento
de la rigidez del material pero disminuye el comportamiento no lineal.
que arroja resultados similares. Por ej, para f´c= 35 MPa, la ecuación (2.2) da un valor
de Ec= 27800 MPa y la ecuación (2.3) Ec= 26500 MPa, es decir una diferencia de 5 %.
fc= Ec εc (2.5a)
Se hace notar que para el primer tramo de la curva de la Fig. 2.7, donde Ei es el
módulo de elasticidad tangente o inicial, el valor de εo resulta:
2 f ´c
εo = (2.5.b)
Ei
Así por ejemplo, para f´c= 21 MPa y Ec= 21500 MPa, resulta εo ≅ 0.002.
De las Figs. 2.6 se observa que las deformaciones para las máximas tensiones
están cercanas a 0.002. Para deformaciones mayores todavía se pueden soportar
tensiones aunque aparecen en forma visible fisuras paralelas a la dirección de la carga.
Cuando el hormigón es ensayado en máquinas relativamente flexibles (poca capacidad
de carga) suele fallar en forma explosiva ya que la probeta no puede absorber la
liberación de energía acumulada por la máquina de ensayos por lo que la carga y la
14
tensión decrecen rápidamente. Se necesita una máquina muy rígida, o una con control
de deformaciones, para poder obtener en forma completa la rama descendente de la
curva f-ε. Un procedimiento para lograr la curva completa es a través de cargas y
descargas, trazando luego la envolvente a la respuesta cíclica como la que se
representa en la Fig. 2.8b.
Para obtener la curva completa como las que se muestran en la Fig. 2.6, los
cilindros de hormigón son ensayados a una velocidad tal que la tensión máxima se
alcanza a los 2 ó 3 minutos de comenzado el ensayo.
Fig. 2.8a.
Respuesta a carga cíclica del hormigón.
El hormigón tiene una buena capacidad para resistir varios ciclos de carga
repetida. La Fig. 2.8b muestra además como al producir cargas y descargas repetidas
siempre en compresión se manifiesta un efecto de histéresis, es decir disipación de
energía por comportamiento inelástico. Se ve además, y así lo han demostrado los
ensayos de varios investigadores, que la envolvente de la curva es casi idéntica a la
que se obtendría por aplicar la carga de una sola vez, monotónica y creciente hasta la
rotura, con una máquina de ensayos que tuviera control de deformaciones.
15
El efecto de
la temperatura
durante las dos
primeras horas de
llenado se ve en la
Fig. 2.10b.
Se observa
que si se aplican
temperaturas altas
al inicio se
obtendría rápida
ganancia de
resistencia en los
primeros días
después de llenado, pero después de una a dos semanas la situación cambia
drásticamente. Las probetas curadas durantes esas primeras 2 horas a temperaturas
entre los 4 y 23 oC mostraron mayor ganancia en el tiempo que las curadas en ese
lapso entre 32 a 40oC.
17
La tabla 2.1 muestra las relaciones de los valores de resistencia que el código
CP110 (Código de Práctica del Reino Unido, Ref.[17]) acepta cuando se prueba que la
carga va a ser aplicada un cierto tiempo después de colocado el hormigón. Esto es un
indicador del aumento de la resistencia con el tiempo. El aumento de resistencia
respecto a la especificada también es de importancia cuando se trata de evaluar la
resistencia de una estructura ya construida. A veces se recurre a ensayos sobre
probetas que se obtienen de la misma construcción. Sin embargo, no siempre es esto
posible y resulta necesario hacer una extrapolación de la resistencia desde la ensayada
18
Tabla 2.1.
Edad mínima del hormigón
del elemento cuando sea Factor
sometido a carga completa de corrección
[meses]
1 1.00
2 1.10
3 1.15
6 1.20
12 1.24
fi fi fi
E ci = E ceff = =
ε ci ε cf (ε ci + ε cflu )
E ceff ε ci 1 1
= = = (2.6.a)
E ci (ε ci + ε cflu ) 1+
ε cflu 1+ φ
ε ci
1
E ceff = E ci
1+φ
ε cflu (t − t i ) 0.6
φ (t , t i ) = = 3.5k c k f (1.58 − H / 120)t i−0.118 (2.6.b)
ε ci 10 + (t − t i ) 0.6
20
1
kf = (2.7)
f
'
0.67 + c
62
donde f´c es la resistencia del hormigón a los 28 días en MPa. Note que para f´c menor
de 21 MPa, el factor resulta mayor que la unidad.
La Fig. 2.13 da los valores de kc. Cuando se evalúa la edad del hormigón para el
tiempo ti, que es aquel instante donde se comienza a cargar, un día con curado
acelerado puede considerarse como equivalente a agregar 7 días a la edad del
hormigón. Este coeficiente tiende a cuantificar la disminución de la fluencia (lo mismo
ocurre con la contracción) al aumentar las dimensiones del elemento, es decir al
aumentar la relación volumen/superficie (o cuando aumenta su espesor). Cuando el
elemento tiene mucha superficie (poco espesor), el efecto del creep, que ocurre en la
superficie, lo hace en condiciones de menor humedad, y es mayor que en el núcleo del
elemento donde las condiciones de humedad son más favorables, similares a las del
curado en masa. Por ello, a mayor superficie expuesta mayor fluencia.
ε cf (t,t j ) =
f ci
(2.8)
Eceff
Eci
Eceff =
1 + φ (t , ti )
(2.9)
21
f ci
ε ci =
Ec
La deformación por fluencia puede ser varias veces mayor que la elástica. La
Fig. 2.12 indica que la fluencia continúa con pendiente en descenso a lo largo del
tiempo. Si la carga se elimina, la deformación elástica se recupera en forma inmediata,
pero es menor que la que corresponde a deformación elástica inicial debido a que el
módulo de elasticidad crece con la edad del hormigón. La recuperación elástica es
seguida por una recuperación proporcionalmente pequeña de la deformación por
fluencia, por lo que la deformación permanente puede ser importante.
Fig. 2. Ejemplo-1
Prisma de hormigón sometido a compresión.
Calcular la deformación elástica, de fluencia y
total.
Solución:
1
kf = = 0.87
30
0.67 +
62
70 100
φ(116,16) = 3.5 x 0.68 x0.87(1.58 − ) x16− 0.118 x = 3.5 x 0.68 x 0.87 x 0.72 x 0.61 = 0.95
120 10 + 1000.6
por lo que:
25743MPa
E ceff = = 13234 MPa
1 + 0.95
y de donde resulta una deformación final total a los 116 días de:
15
ε cf (116,16) = = 1.13x10 −3
13234
ε cflu (t , t i )
Ct = (2.11)
ε ci
factor está dado por:
C t = C u k t k a k h k th k s k f k e (2.12)
Cu = coeficiente último de fluencia, que varía entre 1.30 a 4.15, y que en general se
toma igual a 2.35.
Kt = coeficiente que depende del tiempo de carga t, y dado por:
Kt =
(t − ti )
0.6
(2.13)
10 + (t − t i )
0.6
23
para hormigón curado con vapor, siendo ti el tiempo la edad del hormigón en días
cuando se le aplica la carga.
Kf = coeficiente que depende del porcentaje de agregados finos del hormigón, igual a:
0.95 para 30 %,
1.00 para 50 %
1.05 para 70 %.
Fig. 2.16.
Curva Típica de contracción
para el hormigón.
Como regla general, un hormigón que exhibe alta fluencia sufrirá también alta
tendencia a la contracción. Por ello es que las causales son compartidas.
Fig. 2.17.
Contracción en un elemento de
hormigón armado simétricamente.
fs = x.Es (2.16)
siendo Ct el factor de deformación por fluencia lenta del hormigón. Este factor hace que
Ec disminuya y tome el valor Eceff .
ε sh
fc = (2.18)
1 + Ct 1
+
Ec ρE s
de 1.4 MPa= 14 Kgr/cm2. Si para ese hormigón, tal cual se verá más adelante, la
resistencia a tracción fuera del orden de 1.5 a 2.0 MPa, se ve que antes de la
aplicación de carga alguna y tal vez ya por peso propio el hormigón pueda alcanzar su
resistencia a rotura por tracción. Esta es una de las razones por las que en el hormigón
armado se desprecia la resistencia a tracción del hormigón para estados límites de
cargas de servicio y último. Para casos donde el estado límite de fisuración es
importante la resistencia a tracción no puede ser ignorada.
Fig. 2.18.
Contracción cuando el
elemento de hormigón
no tiene armadura
simétrica.
La ref.[6] da este otro método adoptado por el Comité ACI 209 (en 1971, por lo
que seguramente ya debe haber sido actualizado). Allí se da esta expresión:
St = factor que depende del tiempo expuesto a contracción, para curado normal por
humedad dado por:
St = t / 35 + t (2.21a)
y para curado por vapor por:
St = t / 55 + t (2.21b)
30
Sf = coeficiente que depende del porcentaje de agregados finos del hormigón, y vale:
• 0.86 para 40 %
• para 50 %
• 1.04 para 70 %
La respuesta del hormigón a tracción uniaxial es casi lineal hasta que ocurre la
falla repentina. La Fig. 2.20 muestra una curva tensión-deformación de tracción
obtenida con una máquina de ensayos muy rígida que sea capaz de captar, mediante
sucesivas cargas y descargas, el comportamiento después de la primer fisuración.
Hay que reconocer que las superficies entre las fisuras son bien irregulares y
que dichas fisuras son bien pequeñas en comparación con las irregularidades mismas
por lo que la interacción entre bordes de las fisuras posibilita la transmisión de cierta
tracción cuando los anchos de las fisuras permanezcan por debajo de 0.05 mm.
Fig. 2.20.
Respuesta tensión –
deformación del hormigón
en tracción.
Fig. 2.22
Esquema del “split cylinder” o ensayo de fractura
del cilindro para obtener la resistencia a tracción
del hormigón.
Este método fue sugerido por Fernando Carneiro, un brasileño, y por ello es
conocido como el método brasileño. Se sabe de todos modos que en forma
independiente también fue desarrollado en Japón. En el ensayo, el cilindro de hormigón
(puede ser el mismo que el de ensayo a compresión) se coloca con su eje horizontal
entre las placas o cabezales de la máquina de ensayos, y se somete a carga a lo largo
de su eje vertical. Como la carga es aplicada a lo largo de la generatriz resulta
entonces, por la teoría de la elasticidad, que un elemento sobre el diámetro vertical
estará sometido a una tensión de compresión vertical dada por:
2P D 2
f2 = − 1
πLD r ( D − r )
2P
f1 =
πLD
P= carga de compresión.
L= longitud del cilindro.
D= Diámetro del cilindro.
r y (D - r) son las distancias del elemento considerado respecto a los puntos de
aplicación de las cargas P (ver figura 2.22b).
2P
f2 = 3
πLD
es decir que f 2 = 3.0 en la sección transversal que coincide con el diámetro. La Fig.
f1
2.22 muestra la distribución de tensiones. Note que d y h son equivalentes en dicha
figura a D y L respectivamente.
33
Fig. 2.23.
Deformaciones longitudinales y transversales
medidas en una probeta de hormigón
ensayada a compresión uniaxial.
Fig. 2.24.
Reducción de la resistencia del
hormigón a compresión
sometido a altas temperaturas.
2.3.2.1. Generalidades.
Para todo el territorio de la república Argentina, tal cual se expresó
anteriormente, se ha decidido adoptar como norma de hormigón armado el ACI-318.
Esta norma se puso a discusión pública a fines del 2002 y se esperaba que entrara en
vigencia a fines del 2003. La norma ya está lista (con revisión) y ya a mediados del
2008 aún estamos esperando la “firma” de algún funcionario responsable (?) para que
se ponga en vigencia: sin palabras. En Mendoza fue puesto en vigencia para la obra
pública a fines del 2007 y para aplicación a partir del 1 de julio 2008.
La norma anterior v-1982 (todavía en vigencia) tiene como base las normas
alemanas DIN. Para el proyecto, cálculo y ejecución de estructuras de hormigón
armado y pretensado, en nuestro país rige aún el reglamento CIRSOC 201, tomos 1 y
2, 1982. Por muchas razones el cambio hacia la norma de EEUU era muy necesario.
menos 100 Kgr de cemento por metro cúbico, mientras que en el hormigón estructural
este contenido debe ser casi 3 veces más. Se remite al lector para que lea en forma
cuidadosa todo el contenido de la norma que debe ser de aplicación.
El CIRSOC 201-82 tabla 15, sección 13.2 da los recubrimientos mínimos para
las armaduras, según tipos de hormigones y ubicación de los elementos estructurales.
En su Anexo 13.2.1 define con claridad qué se entiende por recubrimiento. Es
interesante además leer las disposiciones del capítulo 10 relacionadas con manipuleo,
transporte, colocación, compactación y curado del hormigón.
A la vez, con ensayos que buscan cumplir esos objetivos, se trata también de
evaluar en forma indirecta el contenido de agua en la mezcla, es decir la relación agua /
cemento. El ensayo más común es del asentamiento en el cono de Abrams.
37
La Fig. 2.25 muestra un esquema del ensayo, donde aparecen las dimensiones
del cono para el ensayo de asentamiento (slump test). La Fig. 2.25(b) muestra como
se mide en la práctica el asentamiento.
Fig. 2.25(b).
Forma de medir el
asentamiento del
hormigón fresco.
La misma tabla
muestra los grados
de trabajabilidad, los
valores esperables
de asentamiento y
para qué casos de
hormigón se deben
poseer dichos
asentamientos. Por ejemplo, si la sección de hormigón armado tiene una alta cuantía
de acero, donde la colocación y vibración del hormigón será muy difícil, el asentamiento
deberá ser superior a los 100 mm y puede llegar hasta los 170 mm.
La tabla 2.3, extraída del CIRSOC 201, muestra también la relación entre la
consistencia, la gama de asentamientos y el método de compactación. A se vez, la
misma referencia indica que las tolerancias en los asentamientos son de ±1.5 cm para
asentamientos menores de 7 cm y de ±2.5 cm para mayores de 7 cm.
Fig. 2.26. Comparación entre los criterios de control de calidad de las normas CIRSOC
versiones 1982 y 2005.
41
La norma, 4.1.6.2, aclara que se debe tomar como resultado de un (1) ensayo, o
sea un valor de f´c, al valor que se obtiene como promedio de las resistencias de cómo
mínimo 2 probetas cilíndricas normales moldeadas con la misma muestra de hormigón
y a la misma edad. Se debe cumplir que la diferencia entre las resistencias extremas
del grupo que constituye cada ensayo sea menor del 15 % de la resistencia media de
42
las probetas que constituyen el grupo. Si no se cumple se debe rechazar el ensayo. Sin
embargo, si el grupo es de 3 probetas y no se cumple lo anterior, pero la resistencia de
2 de las probetas difieren en menos del 10 % con respecto a su resistencia promedio,
se puede aceptar el resultado descartando el tercer resultado.
Para el Modo 1 la dimensión de los lotes debe ser igual o menor que dos veces la
indicada en la Tabla 4.1, pero cumpliendo algunas condiciones que la norma da. Si un
conjunto de elementos estructurales posee dimensiones mayores que el doble de los
límites de la tabla anterior, se pueden considerar que constituyen un lote único si
cumple ciertos requisitos, ver norma, 4.2.2.3.
El número de muestras a extraer debe ser igual o mayor que el menor resultante de
aplicar las siguientes frecuencias:
La norma reitera que de cada muestra se debe realizar como mínimo un ensayo (es
decir dos probetas) a la edad de diseño.
La norma dice que cumplidas todas las condiciones dichas para el Modo 1, se
considera que el hormigón evaluado posee la resistencia especificada cuando:
• la resistencia media móvil de todas las series posibles de tres (3) ensayos
consecutivos cualesquiera es igual o mayor que la resistencia especificada, es
decir:
f´cm3 ≥ f´c (2.28)
• la resistencia media móvil de todas las series posibles de tres (3) ensayos
consecutivos cualesquiera es igual o mayor que la resistencia especificada más 5
MPa, es decir:
f´cm3 ≥ f´c + 5 MPa (2.30.a)
f ´1 + f ´2 + f ´3 +.... + f ´n
f ´cm = ≥ f r´ (2.33)
n
s=
∑ ni =1 ( f ´i − f ´ m )
n 2
(2.34)
n −1
Fig. 2.28.
Área bajo la curva de distribución de
probabilidades normal que representa la
resistencia característica o confiable.
Es importante destacar que en nuestro medio se está utilizando cada vez más el
cemento puzolánico, que aunque da lugar a resistencias similares a las de cemento
Pórtland normal, la ganancia de resistencia es más lenta, por lo que los períodos de
curado y de desencofrado deberían ampliarse.
2.3.3 ACERO.
2.3.3.1 Tipos de aceros. Formas y dimensiones.
El acero que se utiliza en hormigón armado es generalmente de sección circular.
A los efectos de restringir el movimiento de las barras con relación al hormigón que las
rodea se utilizan barras “conformadas” lo cual implica que en sus superficies existen
protuberancias o nervaduras o rugosidades con distintas formas. La Fig. 2.29 muestra
por ejemplo las barras conformadas del tipo ACINDAR, de gran utilización en nuestro
medio. En este caso la conformación se logra con dos nervaduras longitudinales
continuas, ubicadas sobre generatrices opuestas y con nervios transversales y
paralelos entre sí e inclinados respecto a su eje longitudinal, formando lo que se
conoce como conformación en espina de pescado.
Fig. 2.29.
Tipo de barra conformada Acindar.
ADN – 420.
Fig. 2.30.
Tipos de barras de refuerzo (a) acero
dulce lisa, (b) corrugada templada en
caliente, (c) corrugada formada en frío,
(d) torsionada en frío (no debe usarse).
Para el caso del acero ADN - 420 las barras poseen una identificación mediante
dos puntos y dos nervios cortos, como muestra la figura. ADN - 420 significa Acero de
Dureza Natural con tensión de fluencia de 420 MPa. La Fig. 2.30 representa distintos
tipos de barras que podrían utilizarse como refuerzo. Al respecto cabe aclarar que debe
evitarse para tal fin el empleo de las barras torsionadas en frío. La Fig. 2.31 muestra
características de las barras más utilizadas en nuestro medio. La denominación de
ADN significa que la dureza, y mayor resistencia resultante, se obtienen a través de
composición química (es decir, sin procedimiento mecánico).
Es también común el uso de las mallas soldadas, ver Fig. 2.32, que consisten en
barras que corren en dos direcciones perpendiculares y que se sueldan en sus
intersecciones mediante soldadura eléctrica de punto. Pueden ser mallas de Acero Liso
(AL) o Acero Nervurado (ADN), o Acero Perfilado (AP). El acero perfilado se logra con
simples muescas en su superficie.
La Fig. 2.34 muestra la tabla que corresponde al CIRSOC 201, Tomo I, pág. 78,
donde se muestra un resumen de tipos de acero para uso en hormigón y sus
características principales.
Fig. 2.34. Reproducción de la tabla del CIRSOC sobre los tipos de acero.
Fig. 2.35
Curva tensión-deformación que
publica ACINDAR para sus aceros
ADN-420
Para cables y alambres que no exhiben una tensión de fluencia, se define una
tensión de fluencia equivalente como aquella que corresponde a una deformación del
0.2 % (0.002). Es claro que a un aumento de la resistencia, y que está asociada a
aceros con mayor contenido de carbono, corresponde una disminución de la
deformabilidad de los aceros, y por lo tanto una reducción en la capacidad de
disipación de energía, generalmente cuantificada por el factor de ductilidad, el cual
representa la relación entre la deformación máxima y aquella que corresponde al inicio
de fluencia. La deformabilidad de los aceros también se ve disminuida por los procesos
de endurecimiento en frío a que puedan ser sometidos.
Las características deseables del acero de refuerzo son que posea un largo
escalón de fluencia seguido de un endurecimiento gradual de postfluencia, y que
además posea una baja variabilidad de la tensión de fluencia con respecto al valor
nominal especificado.
Estas características son recomendables desde el punto de vista del diseño por
capacidad. Este necesita que la resistencia al corte de todos los elementos y que la
resistencia a flexión de las secciones que no son detalladas como regiones potenciales
de articulación plástica deberían exceder las fuerzas que corresponden al desarrollo de
la sobre resistencia en las zonas plásticas seleccionadas. Si el acero exhibe un
temprano y rápido endurecimiento, las tensiones en el acero en una sección con
fuertes demandas de ductilidad pueden exceder la tensión de fluencia por un margen
excesivo. Esto también ocurriría si la tensión de fluencia real es mayor que la
especificada y supuesta en el diseño. En ambos casos, el resultado será que será
necesario utilizar mayores factores de sobre resistencia, para protegerse de fallas de
corte o inesperadas zonas plásticas.
En países como Japón, Nueva Zelanda y EEUU los ensayos de los aceros han
dado suficiente información sobre las verdaderas características mecánicas. En nuestro
medio se hacen necesarios estudios similares. En la sección 2.3.3.4 se presentan
algunos resultados de barras de acero utilizadas en Mendoza.
Fig. 2.38.
Reducción de la resistencia de
los aceros a altas temperaturas.
52
Se deja al alumno la tarea de investigar cuáles son las razones por las que la
norma impone tales requerimientos, y el alumno debe verificar además si las curvas
que a continuación se muestran cumplen con las normas CIRSOC 201 e INPRES
CIRSOC 103, parte II, 2005.
53
750
700
650
600
550
500
450
Tensión [MPa]
400
350
300
250
200
150
100
50
0
0,0 0,3 0,5 0,8 1,0 1,3 1,5 1,8 2,0 2,3 2,5 2,8 3,0
Deformación %
750
700
650
600
550
500
450
Tensión [MPa]
400
350
300
250
200
150
100
50
0
0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0
Deformación %
700
650
600
550
500
450
Tensión [MPa]
400
350
300
250
200
150
100
50
0
0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0 17,0
Deformación %
750
700
650
600
550
500
450
Tensión [MPa]
400
350
300
250
200
150
100
50
0
0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0 17,0 18,0 19,0 20,0
Deformación %
850
800
750
700
650
600
550
500
Tensión [MPa]
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0 17,0
Deformación %
12mm #1 Acindar 12mm#2 Acindar 12mm#3 Acindar 12mm#4 Acindar 12mm#5 Acindar
900
850
800
750
700
650
600
550
Tensión [MPa]
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0
Deformación %
En la norma U 500 528 se aclara que hay dos tipos de dimensiones: las nominales y
las equivalentes, que se utilizan para distintos propósitos. Las nominales son las que
sirven para su designación, referencia para establecer discrepancias y para el cálculo
de esfuerzos en las barras en los diseños estructurales. Las equivalentes se utilizan
para el cálculo de las características mecánicas.
En la sección 2.3 aclara que el diámetro nominal, d, es aquel con el que se designan
las barras, y que sirve para determinar área, perímetro y masas nominales.
De donde:
57
m
d e = 12.74 (2.36)
l
expresando el peso m en gramos, la longitud en mm y de resulta en mm.
Área equivalente, Se, sección 2.6: se determina a partir de la masa (peso) medida
de un trozo de barra, con la expresión:
πd e2 m
Se = = 127.48 (2.37)
4 l
Qué se debe controlar: con inspección visual en la recepción el estado de los atados y
la tarjeta para cada lote.
Muestras: de cada lote se deben extraer al azar 5 barras de tramos rectos, o 5 rollos
según se suministre. Se forman grupos según sean de la misma colada o no (en este
caso cada grupo de 10 ton). Si es una misma colada, grupo=lote (ver Diagrama de
Flujo, Fig. 2 de la norma).
Para el ejemplo, se supone que todas las barras son de la misma colada, por lo que
al azar, de cada lote se toman cinco (5) barras rectas, como muestras.
Para las medidas, la norma en sección 7.3 aclara que se deben realizar con
calibradores adecuados para verificar si están dentro de las discrepancias. En su tabla
V (ver norma), da las tolerancias para dimensiones para nervios longitudinales, en
función del diámetro nominal d, y para las dimensiones, separaciones y ángulos de
nervios transversales.
Es de hacer notar que las barras se suministran con un largo nominal, para tramos
rectos, de 12 m, pero se admite que de la masa total de un lote, hasta el 15 % puede
venir con barras de 8 m a 11.50 m. Además, las discrepancias en el largo solicitado
pueden ser de ± 0.50 m. Esto puede ser modificado por convenio.
Se remite al lector a la norma, o a los apuntes del tema Adherencia y Anclajes para
consultar las dimensiones.
Note que no hay control directo del diámetro (debido a la configuración superficial).
Se lo verifica en forma indirecta a través de la masa.
Para las masas (pesos) se define la discrepancia como la diferencia porcentual entre
la masa medida y la masa nominal de las barras, referida a ésta última. La siguiente
tabla muestra las discrepancias admitidas:
Para determinar las masas, se cortan trozos de aproximadamente 1.0 metro de largo
y se los pesa en balanza con sensibilidad de 0.1 gr para diámetros de 6 mm hasta 12
mm, y de 1 gr para diámetros mayores.
Si cumple las condiciones se califica como lote aprobado sólo en medidas y masa.
Re ≥ 412MPa + X 1 (2.38)
X 1 = 18MPa
X 2 = 1 .5 %
R
≥ 1.20 (2.40a)
Re
Para barras laminadas en caliente y obtenida en tramos rectos, y
R
≥ 1.10 (2.40b)
Re
Para barra laminada obtenida en rollo y luego enderezada.
Se hace notar que el Reglamento INPRES CIRSOC 103, parte II, establece
condiciones adicionales para diseño sismorresistente, y que hacen aún más estrictas
las condiciones anteriores:
Se ve que esta última condición controla sobre la exigida por la ecuación (2.40).
Como se aclaró antes, las resistencias a tracción se evalúan con el área equivalente
(ver excepción de norma) Para el alargamiento, la longitud de referencia debe ser igual
a diez (10) diámetros.
El ensayo de doblado, que se hace con ángulo de 180o, se deben se hacen sobre un
mandril respetando los diámetros indicados en la siguiente tabla:
Fig. 2.44. Importancia del recubrimiento. Daño originado por oxidación debido a recubrimiento
insuficiente. Observe el grave estado de corrosión.
Fig. 2.45. Forma de colocar los espaciadores de concreto para lograr un recubrimiento
adecuado de las barras de acero. Note que las barras llevan gancho a 180o pero son lisas.
65
2.4. BIBLIOGRAFÍA.
[1] “Prestressed Concrete Structures” M. P. Collins y D. Mitchel. Prentice Hall Inc. 1991.
[2] “Design of Prestressed Concrete Structures”. Volume 1: Theory of Prestressed
Concrete. Robert Park. Monografía de la Universidad de Canterbury, Christchurch,
Nueva Zelanda.
[3] “Estructuras de Hormigón Armado: Tomo V. Hormigón Pretensado”. Fritz
Leonhardt. El Ateneo. 1988.
[4] “Properties of Concrete “. A. M. Neville. Pitman Publishing Ltd. 1978.
[5] “Curso de Hormigón Armado “Oreste Moretto. El Ateneo. 1970.
[6] “Reinforced Concrete Structures”. R. Park y T. Paulay. John Wiley & Sons. 1975.
[7] Productos, Sistemas y Servicios para la Construcción. Tablas y Equivalencias.
ACINDAR.
[8] American Concrete Institute. ACI-318-1995.
[9] “El Hormigón Armado”. R. Saliger. Labor S.A. 1963.
[10] “Estructuras de Hormigón Armado”. F. Leonhardt. Tomo I. El Ateneo. 1973.
[11] “Comportamiento Sísmico de Estructuras de Hormigón Armado”. V. V. Bertero. 3-
EIPAC-1997. Mendoza.
[12] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”. T. Paulay &
M.N.J. Priestley. J. Wiley & Sons. 1992.
[13] “Código de Diseño de Hormigón Armado-Basado en el ACI-318-95”. Chile. Abril
1997.
[14] “Concrete Structures Standard”. NZS 3101:Part 1:1995. Standards New Zealand.
[15] “Seismic Design and Retrofit of Bridges”. M. J. N. Priestley, F. Seible and G. M.
Calvi. John Wiley &b Sons. 1996.
[16] “Theory of Elasticity” S.P. Timoshenko y J.N. Goodier. 3er. Edición. 1970. Mc
Graw-Hill-Inc.
[17] “The Structural Use of Concrete”. British Standard Institution. CP110:Part1:1972.
Noviembre 1972.
[18] Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. Proyecto, Cálculo y Ejecución
de Estructuras de Hormigón Armado y Pretensado. Julio 1982. INTI.
[19] CEN. Comité Europeo de Normalización. ENV:1992-1-1. ENV 206:1990.
[20] Reglamento CIRSOC 201. Reglamento Argentino de Estructuras de Hormigón.
2005. INTI.
[21] Informe de Proyecto de Investigación: “Curvas Tensión-Deformación de Barras de
Acero Utilizadas en Estructuras de Hormigón Armado en Nuestro Medio”. Mariana E.
Giménez, Germán A. Nanclares y Sebastián D. Furlán. Supervisor: Ing. Carlos R.
LLopiz. Parte de la Asignatura Investigación en la Ingeniería Civil. Marzo 2009.
[22] Reglamento INPRES CIRSOC 103, parte II. 2005. INTI CIRSOC.
[23] “Factor de sobrerresistencia de Material. Incidencia en el Diseño por Capacidad.
Caso de los Aceros utilizados en Mendoza”. 8-EIPAC-09. Septiembre 2009. Mendoza.
C.R. LLopiz, E. Vega, G. Nanclares, M. Giménez y S. Furlán.
1
HORMIGÓN I
Unidad 3:
COMPORTAMIENTO, RESISTENCIA Y
DEFORMACIÓN DE ELEMENTOS DE HORMIGÓN
ARMADO SOMETIDOS A FLEXIÓN.
Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.
2
CONTENIDO.
3.1 INTRODUCCIÓN.
3.2 RELACIÓN MOMENTO vs. CURVATURA.
3.3 SUPOSICIONES BÁSICAS PARA EL COMPORTAMIENTO EN FLEXIÓN.
3.4 BLOQUE DE TENSIONE RECTANGULAR EQUIVALENTE.
3.5 MAXIMA DEFORMACIÓN DEL HORMIGÓN EN COMPRESIÓN.
3.6 ÁREAS COMPRIMIDAS NO RECTANGULARES.
3.7. RESUMEN DE LAS SUPOSICIONES Y RECOMENDACIONES PARA DETERMINAR
LAS RESISTENCIAS DE SECCIONES SOMETIDAS A FLEXIÓN. DIFERENCIAS
ENTRE LAS NORMAS.
3.8 RESISTENCIA DE MIEMBROS SOMETIDOS A FLEXIÓN SIMPLE. VIGAS.
GENERALIZACIÓN DEL PROBLEMA.
3.9 DISEÑO A FLEXIÓN CON FÓRMULA APROXIMADA.
3.10. RESPUESTA DÚCTIL. CONCEPTO DE FALLA BALANCEADA.
3.11 CUANTÍAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DE FLEXIÓN. REDISTRIBUCIÓN DE
ESFUERZOS.
3.12 REQUISITOS ADICIONALES PARA DISEÑO SISMO RESISTENTE.
3.13 DISTRIBUCIÓN DE LA ARMADURA DE TRACCIÓN EN VIGAS Y LOSAS.
3.14 SECCIONES CON FORMA DE I, L y T.
3.14.1. RESISTENCIA A FLEXIÓN.
3.14.2. ANCHO EFECTIVO EN VIGAS T.
3.14.2.1. ANCHO EFECTIVO EN COMPRESIÓN.
3.14.2.2. ANCHO EFECTIVO EN TRACCIÓN.
3.15 RESPUESTA DE VIGAS A FLEXIÓN CON ARMADURA DISTRIBUIDA
VERTICALMENTE.
3.16 LIMITACIONES A LAS DIMENSIONES DE LOS ELEMENTOS
ESTRUCTURALES.
3.17 REFERENCIAS.
3.18. Apéndice A: Puntos del Diagrama Momento Curvaturas.
Momentos de Fisuración Positivos y Negativos en Vigas T.
3.19. Apéndice C: Ejemplos de Análisis Seccional. Momentos vs. Curvaturas.
3.20 Apéndice D: Tablas con fórmulas útiles para cálculo de áreas y baricentros.
Revisión Revisión
Emisión Revisión Revisión
Filename 1 3 Observaciones
0 2 4
AGO AGO ABR DIC ABR
T3-vigas.DOC
2001 2002 2006 2008 2009
Páginas 68 52 62 67 80
3
3.1. INTRODUCCIÓN.
En este capítulo se introduce al lector en los conceptos fundamentales que
rigen el comportamiento a flexión de los elementos de hormigón armado, las
hipótesis de diseño y análisis, y las prescripciones reglamentarias que se deben
satisfacer. Salvo otra indicación, nos referiremos a vigas y losas de hormigón
armado, para diferenciarlo en esta introducción de los elementos sometidos a
flexo-compresión, típicamente columnas y tabiques.
estudia se supone con una relación elevada luz/altura de sección, con cierta
distribución de barras de acero en la parte superior, en la parte media y en la parte
inferior. Al respecto se hacen las siguientes observaciones:
compresión del hormigón en la fibra extrema εc y la del acero en tracción εs, varían
a lo largo de toda la viga. Para el elemento analizado de longitud dx la rotación θ
entre sus extremos, se puede calcular como:
d x ε cd x ε d
θ= = = s x
R kd d (1 − k )
Por otro lado, 1/R, o sea la inversa del radio de curvatura, es la curvatura
θ
del elemento φ , es decir la rotación por unidad de longitud , que resulta ser:
dx
φ=
1 εc
= =
εs
=
(ε c + ε s ) (3.1)
R kd d (1 − k ) d
θ /2 θ /2 εc dx
2
εs dx . 1
dx
(d-kd) 2
fmax
f
c
y
-y
dA -f
y f max
∑F x = 0 = ∫ f dA = ∫ f max dA =
A
A kd
kd ∫ A
y dA = y A (3.3.a)
Esto significa que el eje neutro debe pasar por el centroide o baricentro
geométrico de la sección homogénea.
C=T (3.3.b)
C . jd = T . jd = M (3.3.c)
8
y f max
∑ M = 0 = ∫ kd f
A
max dA y =
kd ∫
A
y 2 dA (3.4.a)
Por lo tanto:
f max
M= I (3.4.b)
kd
ε max
M= E I = ϕ .E I (3.4.c)
kd
M
EI = (3.5)
ϕ
Fig. 3.4. Respuesta Local: Relaciones Momento vs. Curvaturas para Vigas
Simplemente Armadas.(a) Respuesta Dúctil. (b) Respuesta Frágil.
(c) A partir de cierto instante, solamente el acero ubicado bajo el eje neutro
podrá equilibrar al momento actuante.
Es claro que hay una gran diferencia entre estos dos tipos de “fallas”: si el
hormigón llega antes a la máxima deformación por compresión que el acero al
comienzo de fluencia, significa que, a menos que el hormigón en compresión esté
confinado por estribos a poca separación entre ellos, acá termina la historia de la
viga, pues se produce su falla completa. Su representación M-ϕ sería del tipo de
Fig. 3.4(b), como respuesta global, e induciría una respuesta global del tipo “brittle
behaviour”, ver Fig. 3.2. Si en cambio, se le da la oportunidad al acero para que
entre en fluencia por tracción antes de que el hormigón alcance su límite de
deformación de compresión, la sección crítica de la viga habrá alcanzado un
estado límite que llamaremos de fluencia del acero en tracción, y que realmente
no implica una falla sino más bien “un logro”. Se alcanza el punto “first yielding of
steel” en la Fig. 3.4(a) y a partir de este estado, cualquier intento de incremento de
cargas se traducirá en deformaciones plásticas importantes Esto puede o no
implicar importantes variaciones de la resistencia por encima del valor de fluencia,
lo que dependerá fundamentalmente de las características mecánicas del acero
en tracción ubicado en el nivel inferior, y de si existen otras capas de acero por
encima de aquel. Se ve según Fig. 3.4(a) que la respuesta local es bastante dúctil
(del orden de 8 en la gráfica), y esto va a inducir una respuesta global también
dúctil, señalada como “ductile behaviour” en la Fig. 3.2. En teoría, para ciertas
condiciones del diseño de la sección de la viga de hormigón armado podría ocurrir
que en forma simultanea se alcance la deformación máxima del hormigón en
compresión y la de fluencia del acero en tracción. Este estado se llama de “falla
balanceada”, y correspondería a una ductilidad de curvaturas igual a la unidad, ya
que:
ϕu
µϕ = (3.6)
ϕy
donde:
µϕ = ductilidad de curvaturas.
ϕu = curvatura última
ϕy = curvatura de fluencia
11
y como para el estado de falla balanceado ambas curvaturas son iguales, el factor
de ductilidad es unitario (atención, no es cero).
M crk
(EI)crk = (3.7a)
ϕcrk
(b) otro (el de más aplicación tal vez) el que corresponde a valores de fluencia, y
normalmente conocido como módulo de rigidez efectivo:
My
(EI)efec = (3.7b)
ϕy
Mu − My
(EI)p = (3.7c)
ϕu − ϕ y
En 1676 Robert Hook expresó la célebre frase “Ut tensio sic vis”, que
traducida significa “como sea la tensión así será la fuerza” y que se transformó en
la Ley de Hooke. En este caso tensión significa deformación, y fuerza no es otra
cosa que la tensión por el área analizada. En definitiva, la ley de Hooke expresaba
la relación directa y proporcional entre las tensiones y deformaciones para
materiales elásticos y homogéneos. Sumado esta observación al hecho,
observado por Bernoulli, de que durante la flexión una sección vertical gira con
respecto a otra suficientemente cercana permaneciendo en un plano (es decir la
curvatura o rotación unitaria es única), posibilitó a Navier desarrollar, unos 150
años después, los fundamentos de la teoría para flexión.
que ocurra un incremento en las tensiones por endurecimiento que pueda conducir
a una situación desfavorable, por ejemplo falla frágil por corte o por adherencia, el
diseñador puede y debería tomar en cuenta el posible incremento de resistencia.
Esta es una de las causas que se consideran en la sobre-resistencia a la que se
refirió en el capítulo 1.
época. En la tabla 3.1 se muestran los valores que se encontraron en el PCA, los
cuales se encontraron igualando las fuerzas y momentos internos y externos.
Fig. 3.7c. Tipo de ensayos que se efectuaron en la Cement Pórtland Association (PCA).
Tabla 3.1. Parámetros del bloque de tensiones al momento del desarrollo de la resistencia
a flexión de secciones rectangulares encontrados por el PCA a través de ensayos de
hormigón no confinado.
(i) Tal cual se ve en la tabla, y quedó manifestado en las curvas de la Fig. 2.5
del capítulo 2, la deformación εc es función de f´c y disminuye a medida que
aumenta la resistencia del hormigón.
(ii) Para los hormigones de más resistencia, la máxima tensión que se alcanzó
en los especímenes en el momento de desarrollo de máxima resistencia
dado por k3 f´c, resultó levemente menor que la resistencia cilíndrica f´c.
( f c' − 30MPa)
β 1 = 0.85 − 0.05 (3.9)
7
pero nunca menor de 0.65 (es decir que a partir de f´c = 58 MPa, β1 debe tomarse
igual a 0.65). La reducción en el valor de β1 para hormigones de alta resistencia es
debida a la forma menos favorable de la curva tensión-deformación que se vio en
Fig. 2.5 del capítulo2.
La Fig. 3.10 muestra los valores obtenidos por el PCA y por Rusch en
hormigón no confinado. Esta indica que el valor de 0.003 es razonablemente
conservativo. Para este valor de deformación el hormigón en compresión no va a
mostrar como visible fisuras ni desintegración (por el efecto de Poisson), aunque
ese valor de εc sea bastante mayor al que corresponde a la máxima tensión.
Fig. 3.9
Propiedades de la
distribución de tensiones
de compresión del
hormigón al desarrollar
la resistencia a flexión
de una sección
rectangular:
comparación de los
parámetros que adopta
el ACI con los resultados
de los ensayos.
Fig. 3.10
Deformación de la fibra
extrema del hormigón en
compresión al desarrollar
la resistencia a flexión.
Comparación del valores
del ACI con los ensayos.
La Fig. 3.11 muestra esta aseveración en forma muy clara, para una viga
de hormigón simplemente armada (sólo con armadura inferior) y con dos cuantías
de acero bien diferenciadas. Se grafica la relación entre el momento resistente
evaluado a partir de una relación fc-εc y el momento evaluado de acuerdo a la
21
Fig. 3.11
varias formas que pueda adoptar el área de hormigón comprimida. También será
diferente la deformación en la fibra extrema al instante del máximo momento. Sin
embargo, y sin entrar en mayores detalles, la ref. 2 concluye que en base a
trabajos de investigación de varios autores, y a menos que la sección esté muy
sobre armada, la resistencia a flexión de vigas con secciones comprimidas no
rectangulares se puede estimar con buena aproximación utilizando los parámetros
del bloque de tensiones equivalentes y la deformación extrema del hormigón
comprimido que se utilizan para secciones rectangulares, ya que el brazo de la
cupla de flexión y las fuerzas internas no son afectadas en forma significativa. Sin
embargo, para columnas con sección no rectangular, debido a la influencia del
esfuerzo axial y el consecuente incremento de la zona comprimida, el uso de los
parámetros del bloque equivalente podría llevar a resultados no aceptables.
Fig. 3.11(b).
Efecto de la forma de la
sección en la
deformación del
hormigón en la fibra
extrema al desarrollar el
máximo momento.
Fig. 3.13.
Curva de comportamiento del
hormigón en compresión según
DIN 1045.
24
Fig. 3.14. Deformaciones del acero en tracción para determinar cuando la sección
está controlada por compresión o por tracción. Variación del factor φ.
Como se ve, las diferencias de criterios entre las normas del CEB-FIP y las
DIN, y por ende las actuales CIRSOC 201, 1982, ref.10, con respecto a las del
ACI-318, que son las del CIRSOC 201-2005, no son triviales. Existen aún más
diferencias en los criterios de adopción de factores de carga para solicitaciones
últimas (referir a Capítulos 1 y 2), y en los criterios de armado, en particular
cuantías mínimas y máximas de acero, a los que nos referiremos más adelante.
26
Fig. 3.15
Sección de hormigón armado
simplemente armada al momento de
alcanzar la máxima resistencia a
flexión.
Cc = ab0.85 f c´ = Ts = As f y (3.13)
a A f
M n = As f y (d − ) = As f y (d − 0.59 s ´y ) (3.15)
2 bf c
Fig. 3.16
Equilibrio de una
sección
de viga en el
desarrollo
de la resistencia a
flexión.
(i) compatibilidad:
c −d'
ε ' s = ε cu (3.16a)
c
d −c
ε s = ε cu (3.16b)
c
Cc + Cs + T = 0 (3.20a)
la posición del eje neutro, o sea se cambia c y se repiten los pasos anteriores
hasta verificar la ecuación anterior. Para aplicar esta ecuación se debe adoptar
una convención de signos, por ejemplo tracción negativa y compresión
positiva.
M n = ∑ Tsi d it − ∑ C si d ic − C c a / 2 (3.22b)
siendo dti las distancias di de las barras traccionadas y dci las distancias de las
barras comprimidas, Ts las fuerzas de tracción de las armaduras y Cs las de
compresión, y Cc la resultante de compresión del hormigón.
Cc + Cs + T = P (3.20b)
30
ϕu =
(ε cu + ε s ) (3.24)
d
situación que en la realidad casi nunca se da pues toda viga tiene al menos dos
capas de armaduras, una inferior y otra superior.
εy f y / E s d − cb
= =
0.003 0.003 cb
donde cb es la profundidad del eje neutro para el estado de falla balanceada, por lo
que entonces:
0.003E s
cb = d (3.27)
0.003E s + f y
0.003E s
ab = β1 d (3.28)
0.003E s + f y
0.85 f´c ab b = As . fy = ρb . b . d . fy
'
0.85 f c ab 0.003E s
ρb = (3.29b)
fy d 0.003E s + f y
33
lo cual implica que, por ejemplo, para un hormigón de f´c= 20 MPa la cuantía
balanceada es del orden del 2 %. Así entonces, si la viga fuera de b=20 cm con
altura útil de d=50 cm, la cantidad de armadura de tracción para falla balanceada
sería de 20 cm2 (aproximadamente cuatro barras de 25 mm de diámetro).
Fig. 3.17
Perfiles de distribución de
deformaciones de una
sección al desarrollo de la
resistencia a flexión en
función de la cantidad de
armadura en tracción.
(i) Si ρ < ρb, entonces es c < cb, es decir εs > εy, por lo que fs = fy y corresponde
a una falla primaria por tracción (fluencia del acero antes que rotura por
compresión del hormigón). La ductilidad de curvaturas, ecuación 3.6, es µϕ
> 1.0.
(ii) Si ρ > ρb, entonces es c > cb, es decir εs < εy, por lo que fs < fy y la falla es
por compresión (NO fluye el acero antes que rompa por compresión el
hormigón). No existe ductilidad de curvaturas.
34
La Fig. 3.18 muestra cómo ha fallado un modelo físico de una unión viga-
columna de hormigón armado y donde se nota que antes de la rotura por
compresión del hormigón ha existido una importante fisuración de tracción por
flexión, lo que implica que la armadura de tracción se ha plastificado y se ha
producido lo que se llama “falla de tracción primaria”. Tal cual se expresó antes, el
término de falla por tracción indica que la armadura se plastificó en tracción y dio
la oportunidad de “avisar” que se acercaba a la falla definitiva, no sin antes haber
disipado bastante energía por deformación plástica. Es importante reconocer que
las vigas en definitiva fallan por compresión, y que el término “falla por tracción”
puede llamar a confusión. En realidad, deberían mencionarse “falla con fluencia de
acero en tracción” y “falla sin fluencia del acero en tracción” los casos de falla
dúctil y frágil respectivamente, porque es la existencia o no de la fluencia por
tracción lo que las distingue, y en cambio la falla última por compresión está en
ambos casos.
Fig.3.18
Fig. 3.19
Resistencia a la
Flexión de la sección
de una viga
simplemente armada
con distintos
contenidos de
armadura de
tracción.
(ρ-ρ´) no sean mayor que (0.5ρb). La cuantía balanceada está dada por la
expresión 3.28 y siendo ρ´ la cuantía de la armadura en compresión.
Fig. 3.20.
Modelo de
comportamiento
en flexión para el
estado de rotura
permitido por el
ACI-318.
Tabla 3.2 Comparación de criterios de cuantía máxima del ACI-318 versión 1999 vs. 2005.
Versión anterior Versión 2005 observaciones
cuantía c/d εt
ρ = ρb 0.6 0.002 Falla Balanceada
0.00375, pero Limitación en
ρ = 0.75 ρb 0.444
adopta 0.004 general
Limitación para
ρ = 0.50 ρb 0.286 0.0075 aceptar
redistribución
Los comentarios del ACI-318 señalan que estudios hechos por Cohn y
Mattock demostraron que el agrietamiento y la deformación de las vigas diseñadas
por medio de redistribución de momentos no son mucho mayores, bajo cargas de
servicio, que las de vigas diseñadas con la distribución de momentos dado por la
teoría elástica. Los estudios además indican que queda disponible una adecuada
capacidad de rotación para la redistribución de momentos permitida si los
elementos satisfacen los requerimientos de cuantía máxima limitada al 50 % de la
balanceada.
Note que el criterio de las normas europeas para fijar los límites de cuantías
máximas no es el mismo que el del código ACI-318 y el NZS.
1.4
ρ≥ (3.34b)
fy
que para el caso del acero con fy= 420 MPa, y hormigones por debajo de 31MPa
de resistencia característica, la cuantía mínima es del orden de 0.33%. Se
entiende por cuantía en vigas la expresión:
A
ρ= s (3.35)
bw d
f c´ 1
ρ≥ (3.36a)
2 fy
2.8
ρ≥ (3.36b)
fy
Estos incrementos para vigas con ala en tracción se hacen porque el momento
de fisuración en esos casos será substancialmente mayor que para la sección
rectangular o bien la misma sección bajo momento positivo. En estos casos, claro
está, el ρ contiene las armaduras de tracción que estén en las alas. Se
recomienda al lector que analice esta situación de vigas T para poder comprender
el porqué de las ecuaciones (3.36a) y (3.36b). Ver Apéndice A de este apunte.
f c´ + 10
ρ≤ (3.37a)
6 fy
ρ ≤ 0.025 (3.37b)
En el caso de f´c= 21 MPa= 0.21 ton/cm2 y fy= 420 MPa= 4.20 ton/cm2 la
cuantía máxima no debe superar 0.0123, es decir el 1.23 %. Note que si se aplica
el concepto para una viga simplemente armada, es decir sólo con armadura de
tracción (irreal pero sirve como referencia), tal cual se vio en la ref.[2] en ecuación
(3.27), hubiera resultado:
ρ ≤ 0.001 f c´ =0.001x21= 0.021
40
(ii) En zona de rótula plástica se exige que A´s≥ 0.50 As, es decir en zona de
momento positivo dar al menos 50 % de la resistencia que se da para el
momento negativo. Esto es a los efectos de (a) asegurar una adecuada
ductilidad en la rótula; (b) asegurar una mínima cantidad de armadura
cuando el sismo se revierta; (c) cubrir posibles variaciones en la
distribución de los momentos obtenidos por el análisis estructural y (d)
posibilita incrementar la cuantía máxima de tracción. Por ejemplo, si
ρ´=0.75ρ, el NZS, sección C.8.5.3.2(b) dice que el ρmáx se puede
incrementar en hasta un 30 %.
s ≤ 300mm(252 / f s ) (3.38b)
donde fs es la tensión del acero para cargas de servicio y puede adoptarse como
igual a 0.60fy, y cc es el espesor de recubrimiento libre para la armadura de
tracción, es decir distancia de la cara traccionada a la superficie de la armadura en
41
tracción. Por ejemplo, si fuera cc= 30mm y fy= 420 MPa, por lo que fs= 252 MPa, la
primera de las ecuaciones daría que s≤ 302 mm, por lo que se adopta 300 mm.
Esta limitación no es válida para ambientes muy agresivos.
(b) Para vigas L y T con ala en tracción, parte de la armadura de tracción por
flexión se debe disponer dentro del ancho efectivo be según se determinó
como ancho efectivo en compresión, o en un ancho 1/10 de la luz, el que
sea menor. La Fig. 3.22 muestra el requerimiento. Si be>l/10 se debe
disponer alguna armadura longitudinal en las zonas externas del ala. El
reglamento NZS hace la misma consideración, pero en vez de tomar como
segundo ancho de control l/10 toma el que resulta de la Fig. 3.23.
Fig. 3.24. Armadura Longitudinal en las Caras Laterales de Vigas con altura >1.0m
Cuando una losa de hormigón armado y sus vigas soportes son construidas
en forma monolítica, lo cual es práctica común y se mostró en la Fig. 3.1, estos
elementos van a trabajar en conjunto. La Fig. 3.26 muestra un esquema del
sistema losa, viga y columnas, que es lo que el diseñador debe contemplar
siempre, es decir, la concepción en 3D del problema a resolver.
44
Fig. 3.26
Esquema tri-dimensional de la
unión viga-losa-columna en una
Construcción monolítica.
A los efectos del diseño, para tener en cuenta la variación de las tensiones
de compresión en el ala, es conveniente el uso de lo que se llama un “ancho
efectivo” que puede ser menor que el ancho real pero sobre el que se considera
que actúa una tensión longitudinal de compresión constante.
siendo:
l = luz de la viga.
bw = ancho del nervio de la viga.
hs = altura de la losa.
lny = distancia libre al siguiente ala.
Para el caso de que las vigas tengan losa de un solo lado, sección 8.10.3
del ACI, las restricciones son:
Por ello se recomienda que para acciones que incluyen el sismo, el ancho
efectivo de contribución de ala para la rigidez sea del 50 % del que normalmente
se adopta para diseño por resistencia para cargas gravitatorias.
Fig. 3.28. Resumen de anchos Efectivos de las en compresión (M+) sugeridos por ref.[3]
para resistencia y rigidez
(i) Hacer economía sobre la cantidad de acero que se coloca sobre el nervio
de la viga.
(ii) Evitar congestiones de acero como las que se mostró en la Fig. 3.21.
47
Fig. 3.29 Anchos efectivos de alas traccionadas de vigas con momentos negativos para
sistemas de entrepisos monolíticos. Norma NZS:3101.
La Fig. 3.29 ilustra la forma de interpretar los criterios que define la norma
NZS:3101 para determinar el ancho efectivo en tracción, designado como be, que
debe ser el menor entre los siguientes casos:
(d) Idem caso anterior pero no existe la viga transversal de borde de losa, un
ancho de columna hacia cada lado del centro de la viga.
La citada norma a su vez especifica que tanto las barras de la losa ubicadas en
cara superior e inferior, paralelas al nervio de la viga, pueden ser consideradas
como efectivas si están dentro del menor de los límites antes descriptos y a su vez
están correctamente ancladas. Para esto exige que las barras tienen que
desarrollar su resistencia a tracción, tal cual se ilustra en la Fig. 3.30, dentro de
una zona de la losa que se llama de anclaje efectivo. Esta zona se determina a
través de una línea que se inicia en el centro de apoyo de la columna y se
extiende con ángulos de 45º hacia ambos lados del eje longitudinal de la viga. El
extremo de la barra debe quedar dentro de dicha zona, y a su vez la longitud de
anclaje se debe contar a partir de la línea a 45º antes descripta.
Fig. 3.30 Determinación del número de barras de las losas dentro del ancho efectivo
en tracción que están efectivamente ancladas y que pueden tomarse como activas en la
resistencia a momentos negativos. Norma NZS:3101.
El texto de F. Leonhardt, ref. [6], tomo III, sección 9.4, muestra claramente, ver
Fig. 3.31, las ventajas de colocar gran parte de la armadura de tracción bien
distribuida en las alas. Este texto recomienda incluso colocar entre un 40 a 80 %
de la armadura necesaria para momento negativo dentro de las alas de la losa. El
texto menciona que las normas DIN 1045 sugiere la distribución en forma uniforme
de dicha armadura dentro del 50 % del ancho efectivo, según se ilustra en Fig.
3.32.
51
3.15.1 INTRODUCCIÓN.
Los estudios llevados a cabo por Park, Priestley y Wong, como la mayoría de
los realizados en la Universidad de Canterbury, Christchurch, Nueva Zelanda,
tuvieron un carácter analítico y experimental simultaneo, lo cual fortalece los
estudios desarrollados.
que son frecuentemente similares o casi iguales. Esto es particularmente cierto si,
a los efectos de mejorar la eficiencia del diseño, se ha resuelto llevar a cabo una
redistribución de los momentos que fueran derivados de la suposición en el
análisis estructural por un comportamiento puramente elástico del pórtico.
Fig. 3.37 Curvas Teóricas Momento vs. Curvaturas para carga Monotónica.
La Fig. 3.36 las suposiciones que se hicieron para cada caso. Se ve según
estos estudios que sólo en el caso de valores elevados de la relación ρfy/f´c ocurre
que la resistencia a flexión de las vigas con armadura distribuida es menor que
para vigas con armadura de tradicional configuración, y con una relación mínima
entre ellas del orden de 0.90 para valores de ρfy/f´c cercanos a 0.40. Sin embargo,
para los casos de cuantías moderadas o bajas, los resultados de resistencia con
casi coincidentes.
Ln/bw ≤ 25 (3.42a )
y
Ln h/bw2 ≤ 100 (3.42b )
Ln/bw ≤ 15 (3.43a)
y
Ln h/bw2 ≤ 60 ( 3.43.b)
58
El ACI-318, sección 21.3.1 por su parte exige que, para elementos de pórticos
resistentes a sismo y diseñados a flexión,
(i) la luz libre no debe ser menor que 4 veces su altura útil,
(ii) la razón ancho/alto no debe ser menor de 0.30, y
(iii) el ancho no debe ser menor de 250 mm, ni mayor que el ancho del
elemento de apoyo más una distancia a cada lado del elemento de
apoyo que no exceda ¾ de la altura del elemento en flexión.
60
3.17 REFERENCIAS.
[2] “Reinforced Concrete Structures”. Robert Park y Tomas Paulay. John Wiley &
Sons. 1975.
[3] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”. T. Paulay &
M. N. J. Priestley. J. Wiley & Sons. 1992.
[5] “CP110”. Code of Practice for the Structural use of Concrete. Part1. Noviembre
1972. British Standard Institution. Oreste Moretto.
[12] “Reglamento INPRES CIRSOC 103, parte II, 2005, INTI. 2005.
61
3.18 APÉNDICE A.
Puntos Diagramas Momento-curvaturas.
3.18 APÉNDICE B.
Momentos de Fisuración Positivo y Negativo en vigas T.
64
65
66
3.19 APÉNDICE C.
EJEMPLOS DE ANÁLISIS SECCIONAL DE VIGAS. MOMENTO vs.
CURVATURAS.
Datos de Vigas:
(i) Dimensiones:
Ancho de viga: 20 cm
Altura total de viga: 40 cm
Recubrimiento a estribo: 2 cm.
Acero ADN420
Características según Código
f y = 420MPa Tensión de fluencia especificada.
Es = 200000MPa Módulo de Young.
Características Reales:
Ver Apunte Hormigón I, Unidad 2, Curva de aceros.
f y = 500MPa Tensión de fluencia medida.
ε y = 0.0025 Deformación de Fluencia.
ε sh = 0.0025 x3 = 0.0075 Deformación al inicio de endurecimiento.
Es = 200000MPa Módulo de Young.
Esh = 10000MPa Módulo de Elasticidad al inicio de endurecimiento (5% de Es).
f máx = 800MPa Tensión Máxima.
ε máx = 0.14 = 14% Deformación para la Tensión Máxima.
Resultados del Análisis Seccional. Unidades en ton y cm.
1. Diámetro 12 mm.
67
steel
YYS SY SESH ES ESH EUS FU
4.20 .002100 .010 2000.00 100.00 .200 4.20
section dimensions
B H
20.00 40.00
steel layers
N D A
1 3.5000 2.2600
2 36.5000 2.2600
1 .00012 .243
2 -.00012 -.243
69
1. Diámetro 16 mm.
(a) Acero Especificado según Código.
steel
YYS SY SESH ES ESH EUS FU
4.20 .002100 .010 2000.00 100.00 .200 4.20
steel layers
N D A
1 3.5000 4.0000
2 36.5000 4.0000
steel layers
N D A
1 3.5000 4.0000
2 36.5000 4.0000
1. Diámetro 20 mm.
(a) Acero Especificado según Código.
steel
YYS SY SESH ES ESH EUS FU
4.20 .002100 .010 2000.00 100.00 .200 4.20
steel layers
N D A
1 4.0000 6.2800
2 36.0000 6.2800
73
---------------------------------------------------------
uncraked 233.65 .000007 -
yield 845.88 .000080 3.62
nominal 880.96 .000608 1.04
=====================================
CURVATURE DUCTILITY ===== DUC = 7.59
1 .00099 1.984
2 -.01507 -5.701
1. Diámetro 25 mm.
(a) Acero Especificado según Código.
steel
YYS SY SESH ES ESH EUS FU
4.20 .002100 .010 2000.00 100.00 .200 4.20
steel layers
N D A
1 4.0000 9.8200
2 36.0000 9.8200
steel layers
N D A
1 4.0000 9.8200
2 36.0000 9.8200
D16-420
1200
D16-REAL
1000
D20-420
800
D20-REAL
600
D25-420
400
D25-REAL
200
0
0 200 400 600 800 1000 1200
curvaturas 1/cm x(10)-6
79
3.20 APÉNDICE D.
Tablas con fórmulas útiles para cálculo de áreas y baricentros.
HORMIGÓN I
Unidad 4:
DISEÑO Y ANÁLISIS DE LOSAS
DE HORMIGÓN ARMADO
Profesor: CARLOS R. LLOPIZ
2
Contenido
4.1 INTRODUCCIÓN. TIPOS DE LOSAS
4.6 REFERENCIAS
name Emis. Emis. Emis. Emis. Emis. Emis. Emis. Emis. Obs.
1 2 3 4 5 6 7 8
Losas. Mar Mar Feb Abr Set Mar Jun Dic
doc 1987 1992 2001 2003 2003 2004 2007 2009
Páginas 53 53 53 34 47 104 46 50
3
El tipo de carga más común que deben soportar las losas son las cargas
verticales, provenientes de su peso propio y elementos que forman parte de los
entrepisos designadas como cargas permanentes y cuya notación es D (Dead load)
y sobrecargas de uso como el peso de muebles, personas, etc. designadas como
cargas de uso o accidentales, con notación L (Live load). Sin embargo, en zonas de
alta sismicidad, como la que corresponde a zona de Cuyo, las losas de hormigón
armado tienen una importante misión en cuanto se refiere a la transmisión de
acciones inerciales que se generan durante la ocurrencia de movimientos sísmicos.
En estos casos, las fuertes aceleraciones que se inducen en un edificio debido a los
movimientos de su base, generan fuerzas inerciales, tanto horizontales como
verticales, y que los entrepisos deben absorber y ser capaces de transmitir a los
elementos con suficiente rigidez y resistencia lateral.
En el caso de losas sin vigas las cargas que ellas soportan son transmitidas a
columnas o tabiques, y se distinguen también dos casos, según que la columna
posea o no capitel. En la Fig. 4.1(b) y (c) se ilustra este tipo de losas.
En casos de losas apoyadas sobre vigas, como se muestra en Fig. 4.1(a), las
cargas son transmitidas a vigas perimetrales del panel de losa. Dependiendo de la
relación Ly/Lx, las losas se pueden armar con armadura principal en dos o una
dirección. Cuando la relación de luces es mayor que 2, en general se puede
considerar a la losa formada por un haz de fajas paralelas a la dirección de la menor
luz y de ancho unitario. Sin embargo, como se verá luego, siempre es colocada una
armadura de repartición en dirección perpendicular a la armadura principal. En las
fajas adyacentes a las vigas de borde se debe tener en cuenta que aquella hipótesis
simplificadora ya no es válida y se debería proveer armadura adicional paralela a la
armadura de repartición para compensar los esfuerzos adicionales que allí se
generan. Sin embargo, la cantidad y forma de disposición de las barras de acero en
las losas será una función de la filosofía de diseño y análisis en sus diversos
métodos que más adelante se aplicará en detalle. Es decir entonces que existe otra
posible clasificación que es:
Fig. 4.1
Distintos tipos de losas.
De acuerdo a los materiales y procedimientos con que son construidas las losas,
éstas se clasifican en:
Las losas tipo nervuradas, que son una especie de variante de la losa sólida,
están constituidas por nervios de hormigón armado en forma de sección T y
separados una distancia entre sí que deben satisfacer ciertos requerimientos para su
5
Fig. 4.2
Caso de Losa
nervurada donde
Se usan ladrillos
cerámicos como
separadores de
nervios.
dV .
V − q.dx − V − dx = 0
dx
o sea:
8
dV
= −q (4.1)
dx
siendo V el corte sobre las caras del elemento viga. De la Fig. 4.5 (b), del equilibrio
de momentos respecto al punto A, resulta:
dV dM
M + q.dx.dx / 2 + V + dx dx − M + dx = 0
dx dx
dM
=V (4.2)
dx
d 2M
= −q (4.3)
dx 2
siendo las ecuaciones (4.1) y (4.3) las que definen las relaciones estáticas de un
elemento bidimensional sometido a flexión.
dVx dVy
+ = −q (4.4)
dx dy
y del planteo de la ecuación de equilibrio de momentos según Fig. 4.6 (b), se tiene:
9
d 2M x d 2 M xy d 2 M y
+ 2 + = −q (4.5)
dx 2 dxdy dy 2
θ1
ω
θ2
dx
Elástica
Fig. 4.7 Deformaciones. Rotación.
Rotación dθ
φ = curvatura = =
unidad de longitud dx
pero
dw
θ= w = desplazamiento según eje Z
dx
por lo tanto
d 2w
φ= ecuación de compatibilidad
dx 2
M d 2w M d 4w d 2M 1 q
φ= ∴ = o bien = =
EI dx 2 EI dx 4 2
dx EI EI
d 4w q
4
= (4.6)
dx EI
d 4w d 4w d 4w q
+ 2 + = (4.7)
dx 4 dx 2 dy 2 dy 4 D
donde
w = w(x,y) = flecha en un punto cualquiera de la losas de coordenadas (x,y), en la
dirección de la carga q.
a. Momentos de flectores:
d 2w d 2w
M x = − D 2 + ν 2 (4.8.a.)
dx dy
d 2w d 2w
M y = − D 2 + ν 2 (4.8.b.)
dy dx
b. Momentos de torsores:
d 2w
M xy = − D .(1 − ν ) (4.9)
dxdy
c. Esfuerzos de corte:
dM x dM xy
V x = + (4.10.a.)
dx dy
dM y dM xy
V y = + (4.10.b.)
dy dx
d. Reacciones.
d 3w d 3w
R x = D 3 + ( 2 − ν) (4.11.a.)
dx dxdy 2
d 3w d 3w
Ry = D 3 + ( 2 − ν) (4.11.b.)
dy dydx 2
Una solución más general se obtiene por aplicación del método de Levy,
quien propuso un método exacto para el caso de una placa con dos lados opuestos
simplemente apoyados y pudiendo los otros dos lados admitir condiciones de
contorno arbitrarias. Para este caso utilizó series simples de Fourier. También por el
método de Levy se pueden obtener soluciones aproximadas para el caso de placas
rectangulares muy largas con condiciones de borde arbitrarias en todos sus lados,
ref. [2]. Cuando se menciona la palabra método “exacto” hay que reconocer las
limitaciones que implica al tratarse de losas de hormigón armado, salvo que
estrictamente se hable del estado sin fisuración alguna.
Otras soluciones en el rango elástico para placas han sido los obtenidos a
partir del método de las diferencias finitas y el método de los elementos finitos,
ref.[9]. Ambos son métodos aproximados derivados de la teoría elástica.
Del CIRSOC 101-2005 y comentarios y según el apunte Cap. 1 del curso, para el
edificio en estudio se adoptó:
Cargas permanentes D:
(i) Estructura resistente hormigón armado........................ 0.29 t/m2
(ii) Piso y contrapiso ......................................................... 0.11
(iii) Incidencia tabiquería de cierre .................................... 0.10
(ver tabla 3.1 de CIRSOC101-tabiques de yeso)
total .................... 0.50 t/m2
Cargas de uso L ................................................................... 0.25 t/m2
13
En todos los casos especifica que se puede utilizar cualquier método que
cumpla las condiciones de equilibrio y compatibilidad.
Para el rol de las losas como diafragma ante solicitaciones sísmicas, se debe
tener en cuenta el capítulo 5 del IC-103-II-05. Ver además comentarios más
adelante respecto a este tema. Se deben verificar condiciones de rigidez y de
resistencia. A su vez, si se va a llevar a cabo redistribución de momentos, se deben
cumplir requisitos de ductilidad.
En CIRSOC 201, sección 8.3.3 establece que para vigas continuas y losas en
una dirección, se pueden utilizar los coeficientes de las tablas 8.3.3 de dicho
reglamento y representados en la Fig.4.8, siempre y cuando:
(iv) que L ≤ 3 D
Fig. 4.8 Ejemplos de los Coeficientes para el cálculo de momentos para vigas y losas en
una dirección. Tabla 8.3.3 de CIRSOC-201-2005
La Fig. 4.8 muestra en forma esquemática los coeficientes a aplicar para obtener
los momentos en tramos y apoyos. Se hace notar que los coeficientes de la tabla
suponen que la carga de uso L actúa en tramos alternados de modo de obtener las
solicitaciones máximas para momentos positivos, como lo indica la Fig. 4.9, y para
15
M = wu ln2/(coef.)
Fig. 4.10. Luces libres y a ejes para el caso del edificio en estudio.
Tanto para vigas y losas en una dirección por un lado como para losas cruzadas
por otro, la norma acepta dos formas de satisfacer los requisitos de rigidez:
en este caso (note que la versión anterior CIRSOC 201-1982, para este hormigón, le
asignaría 30000 MPa, es decir casi un 40 % mayor), cuya interpretación gráfica se
ve en Fig. 4.12.
M
3
M
3
I e = cr I g + 1 − cr I cr ≤ I g
Ma M a
donde:
Mcr= momento para el estado límite de fisuración, que se puede evaluar mediante:
fr I g
M cr =
yt
bw h 3
Ig = momento de inercia de la sección bruta de hormigón =
12
Fig. 4.13
Nomenclatura en la sección transversal
a flexión.
Fig. 4.14
Interpretación de los momentos de inercia para
sección fisurada.
19
Fig. 4.15
Sección de Hormigón
Armado Fisurada
Transformada.
como factor por el cual hay que multiplicar la deformación instantánea para obtener
la deformación “adicional”, es decir :
δt = δi + kcp . δi (4.44)
donde :
δt = deformación total
δi = deformación instantánea
kcp = coeficiente de deformación adicional
ξ
λ=
1 + 50 ρ ´
donde :
Note que para A´s= 0, ρ´=0, y ambas expresiones coinciden en que Kcp= 2.
21
La Fig.4.16 muestra las relaciones que se deben cumplir de (h/l) altura total de
losa vs. luz de cálculo de las losas en una dirección, para el caso en que dichos
elementos NO soporten elementos susceptibles de dañarse por grandes
deformaciones. En el Apéndice, pág. 25, está la tabla 9.5(a) que da el CIRSOC.
h = hb (0.40 + f y / 700)
Fig. 4.16 Relación de esbelteces para distintas condiciones de apoyo en losas macizas (no
nervuradas) apoyadas en una dirección si no soportan elementos frágiles. Ver tabla 9.5(a)
en Apéndice A, pág. 30.
El CIRSOC 201-2005, sección 9.5.3 establece que para el caso de losas que se
puedan definir como rectangulares y en las que la relación de luz mayor a menor,
medida a ejes de apoyos, sea igual o menor que 2.0, se deben distinguir los casos
que se muestran en la Fig. 4.17. A los efectos de satisfacer los requerimientos de
rigidez, tal cual se expresó, se deben:
Para el caso de losas SIN vigas interiores, distingue entre los casos de las Figs.
4.1(b) y (c), y los espesores mínimos para el caso de acero ADN-420 se resumen en
la Fig. 4.17.
Fig. 4.17
Espesores para
el caso de
Losas sin
Vigas.
De todas maneras, para losas sin ábacos la altura mínima debe ser 120 mm,
mientras que si tiene ábacos, se puede reducir a 100 mm.
Fig. 4.18(a)
Definición de Ábaco y Capitel para el caso de
losas sin vigas.
esa dirección. El espesor del ábaco por debajo de la losa debe ser cómo mínimo ¼
del espesor total de la losa.
Para el caso de losas con vigas en todos sus lados, el espesor mínimo debe
ser obtenido según se cumpla alguno de los siguientes tres casos:
fy
l n 0.8 +
1400
h≥
36 + 5 β (α m −0.2 )
c) αm > 2.0
fy
l n 0.8 +
1400
h≥
36 + 9 β
E cb .I b
α=
E cs .I s
donde b es por “beam”, viga y s por “slab”, losa. Para evaluar el momento de Inercia
de la viga, I b , con respecto a su eje baricéntrico, se adopta la sección que se ilustra
en la Fig. 4.19. En la Fig. 4.20 se incluye de nuevo la sección de viga a tomar, y se
indica el ancho de losa a considerar para calcular I s . No se debe confundir estas
secciones con anchos efectivos de tracción o compresión para evaluar la resistencia
de las vigas L y T. I s es el momento de inercia de la franja de losa limitada
lateralmente por los ejes de los paneles de losa adyacente (si los hubiera) a cada
lado de la viga.
Fig. 4.20
Secciones de Viga y Losa
para evaluar Ib e Is.
Fig. 4.21
En el Apéndice A, pág. 86, se da también una tabla de ref.[14] que permite calcular
los momentos de inercia brutos y fisurados.
Uno de los métodos más utilizados consiste en aplicar tablas para el diseño, y
en particular las aceptadas por los códigos de Nueva Zelanda y el CP-110 de
Inglaterra.
Estas normas especifican que los momentos en las losas se pueden calcular
sea por métodos elásticos o plásticos, o simplificados con el uso de tablas como el
que se da a continuación.
(a) Los momentos máximos por unidad de ancho estarán dados por las siguientes
ecuaciones:
donde los coeficientes §sx y §sy se dan en la tabla 4.3 (tabla 14.1 del NZS:3101).
Estos han sido derivados utilizando la teoría de las líneas de fluencias para
armadura distribuida en forma uniforme de Taylor, et al [1], y multiplicados por 1.33
para permitir una distribución especial de armaduras sobre la faja central de la losa,
tal cual se define en la Fig. 4.22.
Msx o Msy refieren a momentos en tramos o soportes, según sean los coeficientes
respectivos.
Fig. 4.22
División de la losa cargada
uniformemente en franjas
centrales y laterales.
(b) Las losas se consideran divididas en cada dirección en fajas centrales y fajas
laterales o de borde, tal cual se muestra en Fig. 4.22, siendo la franja central de
un ancho igual a ¾ del ancho total, y cada franja de borde 1/8 del ancho total.
(c) Los momentos máximos calculados según las ecuaciones dadas corresponden
sólo a las fajas centrales y no se permite redistribución de momentos.
(k) Donde Ly/Lx es mayor de 2, las losas se deben diseñar como apoyando en una
sola dirección.
(l) las armaduras principales son las calculadas para cubrir los momentos máximos,
pero en ambas direcciones la cuantía no debe ser menor del cociente 0.756/fy
(0.0018 para fy = 420MPa) ni menor de 0.0014.
(m) la separación entre barras de armadura principal no debe ser mayor a 2 veces la
altura de la losa (coincide con CIRSOC 201, sección 13.3.2).
(o) Las áreas tributarias para descarga de losas sobre vigas se indican en la
Fig.4.23.
Fig. 4.23
Distribución
de cargas en
vigas de
apoyo de
losas
cruzadas.
29
ρ ≥ 0.0018 x 420 / fy
ρ ≥ 0.0014
Para el caso del edificio en estudio, fy= 420 MPa, la armadura mínima debe
ser entonces:
Md = φ Mn
M n = As f y (d − d ')
y en este caso:
Un análisis más preciso con SECAN, ref.[9], colocando las armadura con
separación de 2 cm a los bordes, y las características de los materiales según
especifica la norma, arroja los siguientes resultados que se muestran en la
siguiente tabla, donde se indican los parámetros más relevantes que surgen del
análisis, en particular los momentos para cada estado, profundidad de eje neutro
y deformaciones máximas de armadura en tracción.
Esta tabla indica que un análisis más preciso da un momento nominal del
orden de 15 % mayor que la fórmula aproximada. En este caso esto es debido a
que la armadura de tracción es tan poca que para el estado último el eje neutro
está muy arriba. Se corrobora que la deformación de tracción es elevada como
para permitir redistribución.
120 / 0.9 2
As− = cm = 4cm
2
4.2 x8
tomando como ancho efectivo l/4 = 1.50 m, lo cual se muestra en la Fig. 4.62,
es:
Mr = 1t/m x 0.752 / 2 = 0.28 tm = 28 tcm.
Anec= (28/0.90) / [4.2 x (10-2)] = 0.93 cm2 @ m
para el caso de h= 12 cm, d= 10 cm y d´= 2cm, y fy= 420 MPa= 4.2 t/cm2.
es decir se necesitan 3.30 barras de φ6mm por metro. Esto se cumple con
φ6mm@30cm.
Fig. 4.26 Viga T con ancho efectivo en compresión que requiere armadura en el ala
perpendicular a la principal de flexión.
st ≤ 3 h
st ≤ 300 mm
Si bien por lo expuesto hasta acá no quedarían dudas sobre que la cuantía
mínima sería entonces, para nuestros aceros, ρ ≥ 0.18% , distintos autores lo han
interpretado en forma diferente. Por ejemplo, en la Ref.[29], pág. 100, capítulo 4,
ejemplo 4.6, para una losa en una dirección, utiliza en la dirección de apoyo como
verificación de la armadura de cálculo, ρ ≥ 0.33% , y en la dirección perpendicular
adopta ρ ≥ 0.18% . Exactamente el mismo criterio adopta la Ref.[30], capítulo 5,
ejemplo 5.6.1, pág. 114. Esta referencia, para losas en dos direcciones adopta en
ambas ρ ≥ 0.18% (ver por ejemplo, pág. 478). En la Ref.[26], sección 13.3 dice que
en ambas direcciones de una losa cruzada la cuantía debe ser ρ ≥ 0.18% .
Sin embargo, la Ref.[27], sección 12.3, interpreta que para ambos tipos de
losas, tanto para las que apoyan en una dirección como para las que apoyan en dos
direcciones, y en ambas direcciones, longitudinal y perpendicular, la cuantía mínima
es de ρ ≥ 0.18% .
Dado que podría interpretarse, como una hipótesis simplificadora, que una
losa en una dirección se comportaría en forma similar a una viga de ancho unitario,
existe la tendencia a adoptar los criterios de las Ref.[29] y [30]. Pero es claro que no
lo tomó así la Ref.[27].
sección 8.4.3 pone como título: “Armadura longitudinal mínima en Vigas y Losas”, es
decir no dice en general como el ACI-318 “Armadura mínima en elementos
sometidos a Flexión”. El NZS 3101 se refiere entonces en forma separada a vigas
en la sección 8.4.3.1, con el límite de ρ ≥ 0.33% , y en la sección 8.4.3.4 a losas, con
el límite de ρ ≥ 0.18% . Además, en sus comentarios, sección C8.4.3.4 aclara que el
límite de armadura mínimo requerido para losas es menor que para vigas puesto
que las cargas tienden a ser distribuidas en forma lateral, es decir en ambas
direcciones, y que en losas una falla repentina y frágil es menos probable que
ocurra. Agrega que la armadura de cálculo debe ser al menos igual que la requerida
por contracción y temperatura. En la sección 14.4.1 (específica para losas en ambas
direcciones) vuelve a aclarar que la armadura debe determinarse en función de los
momentos en las secciones críticas, pero nunca debe ser menor de ρ ≥ 0.18% .
(a) Que por cálculo se necesitara 1.20 cm2 para momento positivo. En ese caso se
podría, entre otras alternativas, colocar:
(i) abajo toda la armadura mínima, 5 barras de 8mm cada 20 cm, o
(ii) mitad de la armadura, 1.25 cm2 arriba y la otra mitad abajo,
(iii) colocar 3 barras de 8mm abajo y completar con otra armadura arriba, por
ejemplo 4 barras de 6mm.
(b) Que por cálculo se necesitaran 2.0 cm2. En ese caso podría, entre otras
alternativas, colocar:
(i) abajo toda la armadura mínima, 5 barras de 8mm cada 20 cm, o
(ii) colocar abajo 4 barras de 8 mm, cada 25 cm, que dan 2.0 cm2, y el resto para
completar los 2.50 cm2 arriba.
(b) Que por cálculo se necesitaran 3.0 cm2. En ese caso se debería cubrir toda esa
armadura abajo, es decir con al menos 6 barras de 8 mm por metro.
37
4.6 REFERENCIAS
[1] “Reinforced Concrete Slabs”. R. Park and W. Gamble. J. W. & Sons. 1980.
[2] Notas del curso “Plates & Shells”. Cursos del Imperial College, Londres.
Instructor: Dr. Milija Pavlovic. 1981.
[5] “Reinforced Concrete Structures”. R. Park and T. Paulay. John Wiley and Sons,
Inc. 1975.
[6] Notas del Curso “Reinforced Concrete”. Imperial College, Londres. Instructor: Dr.
C. J. Burgoyne. 1981.
[8] “Reinforced and Prestressed Concrete”. F. K. Kong & R. H. Evans. 2da. Edición.
Thomas Nelson & Sons. 1980.
[9] “The Finite Element Method”. O. C. Zienkiewicks. Mc. Graw Hill. 3ra. Edición.
1979.
[16] New Zealand Standard. Code of Practice for Concrete Structures. NZS-3101-
1995.
[17] Code of Practice for The Structural Use of Concrete. CP 110 :part 1 : Noviembre
1972. British Standards Institution.
[20] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”, Tomas Paulay
& M. J. Nigel Priestley, John Wiley & Sons, Inc. 1992.
[27] “Diseño de Estructuras de Concreto”. Arthur Nilson. 12ª edición. Mc. Graw Hill.
Año 2000.
[28] “Seismic Design of Concrete Structures: The present need of societies”. Tom
Paulay. Paper No. 2001. 11th. World Conference on Earthquake Engineering.
Acapulco. México. 1996.
[31] “PCA, notes on ACI-318-02 Building Code Requirements for Structural Concrete:
a Fundamental Approach. ACI-318-05 Code Edition”. Edward G. Nawy.
39
4.7 APÉNDICE A
40
41
1. Para las distintas series, 90, 120, 160, 200 y 240 (consultar
con fabricante por series especiales; el número indica en mm
la altura de las placas pretensadas prefabricadas), se dan las
dimensiones de fabricación. Anchos de 600 y 1200 mm.
2. Para cada serie, se dan los pesos propios y los momentos
admisibles, junto con una tabla que especifica la sobrecarga
que se le puede colocar a la losa en función de la luz.
3. Se dan características de las placas, luz de cálculo, largo de
corte, y ejemplos de cálculo.
4. Detalles constructivos para materializar apoyos.
42
43
44
45
46
47
48
49
50
1
HORMIGÓN I
Unidad 5:
ELEMENTOS DE HORMIGÓN ARMADO
SOMETIDOS A FLEXO-COMPRESIÓN.
Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.
2
CONTENIDO
5 COLUMNAS
5.1 INTRODUCCIÓN
5.10 BIBLIOGRAFÍA
5 COLUMNAS.
5.1. INTRODUCCIÓN.
Haciendo referencia a la Fig. 2.6 del capítulo 2, para una tensión cercana al 60%
de f´c se podría considerar con cierta aproximación que es válida la ley de Hooke, es
decir fc= εc Ec en el hormigón, y en el acero, para tensiones menores a fy es válida la
proporcionalidad. Por condición de compatibilidad de deformaciones, el acortamiento
es igual en ambos materiales es decir:
6
ε = εc = εs (5.1)
donde:
fc / Ec = fs / Es (5.3)
n = Es / Ec (5.4)
se podría escribir que el área transformada al equivalente de hormigón está dada por:
ρ = Ast / Ag (5.6)
Por lo que:
N
fc = (5.7a)
Ag [1 + ρ(n − 1)]
7
y
nN
fs = (5.7b)
Ag [1 + ρ(n − 1)]
Por ejemplo, para una columna de 40 x 40cm, con una cuantía ρ= 0.01 (i.e.,
1%, por ejemplo con 8 barras de 16 mm), cuando es sometida a una carga axial de 200
toneladas, las tensiones máximas alcanzadas son:
200 ton
fc = = 1147 t/m2 = 11.5 MPa
0.16 [1 + 0.01 (10-1)] m2
Hasta el valor de carga Po tanto las columnas estribadas como las zunchadas se
comportan casi igual, por lo que la influencia de la armadura transversal no es tan
significativa. Sin embargo, una vez que se alcanzó la carga máxima, una columna con
estribos no muy cercanos entre sí falla casi inmediatamente, con una secuencia que
10
Fig. 5.7.
Comparación de las curvas de
carga-deformación total para
columnas con estribos y columnas
Fig. 5.8(a) y (b) Terremoto del 26-01-2001 en Bhuj, India. Fallas de Compresión y Corte.
(Columna corta. Ver claro plano de falla de corte). Falta de confinamiento por carencia de
adecuada armadura transversal.
12
Fig. 5.8(d). Falla en pie de columnas por falta de confinamiento. Imperial County
Service Building, terremoto del 15 Octubre de 1979. Ver páginas siguientes.
Fig. 5.9(b). Vista de cómo se desintegró la columna del edificio de la Fig. 5.9(a), del Hospital Psiquiátrico
del Olive View después del terremoto de San Fernando, 1971. Note la falta de confinamiento transversal.
Tal cual se expresó anteriormente, ante la tendencia del hormigón y del acero a
comportamiento inestable bajo compresión en el hormigón armado sin confinar, un
correcto diseño y detalle de armadura transversal puede cambiar en forma radical la
respuesta para hacerla adecuada ante solicitaciones extremas. La combinación de
armadura transversal con barras longitudinales, ambas con espaciado pequeño, se
traduce en una restricción a la expansión lateral del hormigón, permitiendo soportar
mayores tensiones de compresión, y lo que es más importante, sobrellevar
deformaciones de compresión mucho mayores antes de que se produzca la falla
completa.
El efecto de arco resulta en estos casos más controlado pues los arcos son más
chatos y por lo tanto se reduce la cantidad de hormigón sin confinar. Esta es una de las
causas por la cual es recomendable que las barras longitudinales verticales tengan una
separación máxima o exista un mínimo de barras por cara de la columna.
Cuando estas barras están bien distribuidas en la periferia de la columna y sus
movimientos laterales son restringidos en forma efectiva por la armadura transversal,
se materializa el confinamiento en altura. El hormigón se apoya contra las barras
longitudinales y entonces la armadura transversal suministra las reacciones de
confinamiento tal cual se muestra en la Fig. 5.12(e) y (f).
Como claramente se observa, el confinamiento del hormigón se mejora si la
armadura transversal es distribuida con pequeña separación. Existirá una separación
crítica de las capas de armadura transversal por encima de la cual la sección que está
a mitad de camino entre dos estribos consecutivos estará inefectivamente confinada,
por lo cual no es apropiado aplicar la ecuación 5.10. Sin embargo, en general, el
requerimiento de evitar el pandeo de las barras longitudinales hace que la separación
sh esté controlada por este hecho por lo cual el confinamiento queda asegurado.
Paulay & Priestley, la ref.[2], mencionan que los experimentos indican que en las
regiones potenciales de articulación plástica la separación de la armadura transversal
no debe exceder de seis (6) veces el diámetro de la barra a restringir contra el pandeo.
17
El efecto del confinamiento se traduce, tal cual se muestra en la Fig. 5.13, tanto
en aumento de la resistencia a compresión como también de la deformación máxima
del hormigón. Varios investigadores, entre ellos Park, Priestley y Bertero, han
propuesto relaciones constitutivas para el hormigón confinado. A los efectos del diseño
los parámetros significativos que se necesitan son la resistencia a compresión, la
deformación última de compresión (para verificación de la ductilidad) y los parámetros
que definan el bloque de tensiones equivalentes. Dada la trascendencia del tema, y de
los sorprendentes resultados obtenidos de las investigaciones en Canterbury (Nueva
Zelanda) y Berkeley (California), se dará al tema de hormigón armado confinado cierta
extensión en este trabajo.
18
f´l = Ke fl (5.11)
Fig. 5.13. Modelo de tensión - deformación para carga monotónica de hormigón armado
confinado y no confinado.
19
f cc´ 7.94 f ´l
K= = − 1.254 + 2.254 1 + − 2 f ´l (5.13)
f ´co f ´co f ´co
donde Asp es el área del estribo o zuncho, s la separación o paso y d” es el diámetro del
núcleo de hormigón medido hasta el borde externo del estribo. La expresión anterior se
obtiene simplemente haciendo la relación entre el volumen de estribo con el volumen
de hormigón armado confinado en una altura s de columna.
Los valores de α y β dados por la Fig. 5.15 se pueden utilizar en conjunto con los
valores calculados para K para predecir la resistencia a flexión de secciones
rectangulares confinadas. Sin embargo, se debe reconocer que estos parámetros son
sólo aplicables a la zona de hormigón confinado del núcleo. Para altos valores de
deformación en compresión, el recubrimiento de la armadura se pierde por
21
5.3.3. Ejemplo No 1.
(b) Requerimiento.
(c) Solución.
εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0225 x 420 MPa x 0.12 / 39 MPa = 0.004 + 0.041 = 0.045
ejemplo cómo las características del hormigón se han modificado por la consideración
del confinamiento de la armadura transversal.
5.3.4. Ejemplo No 2.
(b) Requerimiento.
(c) Solución.
f´lx = f´ly = 0.75 x 0.00911 x 4.2 t/cm2 = 0.0287 t/cm2 = 2.87 MPa
ρs = ρx + ρy = 0.00911 x 2 = 0.0182
εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0182 x 420 MPa x 0.12 / 43 MPa = 0.004 + 0.03 = 0.034
Variante:
f´lx = f´ly = 0.75 x 0.0182 x 4.2 t/cm2 = 0.0573 t/cm2 = 57.3 MPa
ρs = ρx + ρy = 0.0182 x 2 = 0.0364
εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0364 x 420 MPa x 0.12 / 54 MPa = 0.004 + 0.0475 = 0.05
5.3.5. Ejemplo No 3.
(b) Requerimiento.
(c) Solución.
εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0089 x 420 MPa x 0.12 / 38 MPa = 0.004 + 0.0165 = 0.02
Variante:
26
εcu = 0.004 + 1.4 x 0.022 x 420 MPa x 0.12 / 50 MPa = 0.004 + 0.031 = 0.035
Fig. 5.18. Otro de los resultados experimentales en Canterbury sobre columnas circulares, ref.[10].
En las Figs. 5.19 y 5.20 se presentan resultados sobre columnas cuadradas, con
diferentes arreglos de armaduras longitudinales y transversales, tanto en cantidad
como en diámetros.
29
Fig. 5.19. Algunos de los resultados experimentales en Canterbury sobre columnas cuadradas, ref.[10].
30
Fig. 5.20. Más resultados experimentales en Canterbury sobre columna cuadradas, ref.[10].
fc = fcr = 0.33 f´ c
P = fs Ast (5.17)
4
C c + ∑ A si f si = Pi (5.19)
1
C c = αf c´ ab
y (Asi fsi) representa la contribución de cada capa de acero a los esfuerzos axiales (que
se deben tomar con su signo de acuerdo al sentido de las deformaciones).
4
Mi = C c (c − a / 2) + ∑ A si f si (c − x i ) + Pi (h / 2 − c ) (5.20)
1
carga axial no es significativa. Sin embargo, para altos niveles de carga axial, el
mejoramiento de las características de resistencia del hormigón a compresión cuando
está confinado tiene mucha influencia, tal cual se muestra, ref.[2], en la Fig. 5.22. En
ésta se compara la resistencia a flexión obtenida en forma experimental en columnas
circulares, cuadradas y rectangulares con las predicciones basadas en la teoría
convencional de resistencia a flexión utilizando características medidas en los
materiales y una deformación máxima de compresión del hormigón de 0.003, la sección
transversal total y sin aplicar reducción, es decir φ = 1.0.
La influencia creciente de las resistencias de hormigón confinado resulta del
aumento de la profundidad de zona comprimida, c, que acompaña al aumento de axial,
y por lo tanto en la mayor importancia que toma el factor Cc (c – a/2) en la resistencia
total de flexión en la ecuación (5.20). Para niveles de carga axial bajos, la relación
promedio entre la resistencia experimental y la predicción por código basada en la
resistencia medida en los materiales es de 1.13, lo cual resulta primariamente de los
efectos de endurecimiento por deformación de la armadura de flexión para desarrollar
ductilidades elevadas. Para niveles de carga axial elevados, particularmente para
(P/(f´cAg)) ≥ 0.3, el factor de mejoramiento de resistencia se incrementa rápidamente.
Como una alternativa para predecir la resistencia a flexión de secciones de
columnas utilizando los parámetros del bloque de tensiones derivados para hormigón
confinado y dimensiones del núcleo de hormigón, se puede utilizar la siguiente
expresión, ref.[2], que tiene en cuenta los resultados analíticos y experimentales antes
descriptos:
35
Mmax P
= 1.13 + 2.35( ´ i − 0.1) 2 (5.23)
Mn fc A g
La citada ref. indica que los datos hallados experimentalmente están dentro del
rango ± 15 % de la ecuación propuesta.
Para el caso de secciones de tabiques de hormigón armado, la profundidad de la
zona de compresión no es generalmente suficientemente grande como para esperar
una mejora sustancial a partir de la mayor resistencia del hormigón comprimido
confinado. Tal vez la misma pérdida de hormigón de recubrimiento, y por ende
reducción de área, por deformaciones mayores al 0.004 que se ignoran en el análisis,
en cierta forma se compensa con el mayor beneficio que aporta el confinamiento. En
consecuencia, la resistencia a flexión que se corresponde con una deformación
máxima del hormigón en la fibra extrema en compresión del orden de 0.004 es
probablemente una buena estimación de la resistencia nominal, Mn, la cual se debería
combinar con el reconocimiento de la mayor tensión en el acero que pueda tener por
encima de los valores especificados y por el endurecimiento plástico del acero para
alcanzar altas ductilidades.
La Fig. 5.24 muestra en línea de trazos las combinaciones que llevan a alcanzar
el punto B, de falla balanceada. Entre A y B la falla es por compresión sin ductilidad, y
entre C y B la falla es dúctil, correspondiendo al punto B la ductilidad de curvaturas
unitaria para la sección. La Fig. 5.25 muestra los perfiles de deformación y las
posibilidades de fallas frágiles y dúctiles.
Los valores de Pb y Mb se pueden calcular fácilmente. En referencia a la Fig.
5.26, y tal cual se derivó para vigas, por similitud de triángulos se tiene que:
y en definitiva:
εu
Cb = d (5.25)
εu + εy
ab = β1 x cb (5.26)
39
ϕu
µϕ =
ϕy
Fig. 5.28. Diagrama de interacción para la columna típica del edificio de 7 pisos de hormigón
armado presentado en el capítulo 1, y que corresponde a la Fig. 5.29(a).
Fig. 5.29(b). Distribución de estribos y densificación de los mismos en la columna de hormigón del edificio
de 7 pisos ensayado en Berkeley.
(iv) El punto F, que corresponde a la falla por flexión simple, de M = 2400 Kip-in.
∑ Me ≥ 1. 2∑ M g
44
donde:
∑ Me = suma de momentos, al centro del nudo, correspondientes a la resistencia de
diseño de flexión de las columnas que confluyen en dicho nudo. La resistencia se debe
calcular para la fuerza axial mayorada que de la resistencia más baja a flexión.
∑ Mg = suma de momentos, al centro del nudo, correspondientes a la resistencia de
diseño de flexión de las vigas que confluyen en dicho nudo.
Paulay sostiene que si se llevara a cabo un diseño por capacidad racional de las
columnas, entonces la región donde se realizan los solapes de las armaduras
longitudinales de las columnas se podrían elegir libremente, excepto para el caso
donde se prevean rótulas plásticas, como en la base de las columnas del primer nivel,
por ejemplo. El autor considera que la ecuación anterior no es conservadora para
asegurar la formación de las rótulas en las vigas. Si bien la relación 6/5 = 1.2 aumenta
en términos de resistencia nominal Mn al valor de 1.54 cuando la carga axial de la
columna sea mayor que Ag f´c / 10 (1.2 x 0.9/0.7), aún así el factor de sobrerresistencia
asignado a las columnas no sería suficiente en muchos casos. Paulay demuestra,
ref.[11] que ese factor debe a veces estar comprendido entre 2 y 2.5.
En los comentarios de la norma ACI también se aclara que la razón de la cuantía
mínima en columnas trata de reducir los efectos de fluencia lenta y de retracción del
hormigón que antes se mencionaron. Ante cargas sostenidas en compresión estos
efectos tienden a transferir esfuerzos de compresión desde el hormigón hacia la
armadura, y este aumento de esfuerzo en la tensión de compresión en el acero es
mayor en la medida que disminuye la cantidad de refuerzo. A menos que se imponga
un límite inferior a esta cuantía, el esfuerzo de compresión en las barras puede llegar al
de fluencia aún bajo cargas de servicio.
En cuanto al número de barras, el CIRSOC 201-2005, sección 10.9.2 especifica
que el mínimo de barras longitudinales en elementos sometidos a compresión debe ser
4 para el caso de usar estribos, sean éstos circulares o rectangulares, 3 para barras
dentro de estribos triangulares y 6 para barras confinadas por zunchos, que cumpla con
la disposición, sección 10.9.3, de que:
Ag f´
ρ s = 0.45 − 1 c (5.27)
Ac fy
Como se verá más adelante, Figs. 5.27 y 5.29, los requerimientos de separación
máxima entre armaduras longitudinales también son diferentes entre el ACI y el NZS.
Note, sin embargo, que la limitación del CIRSOC 201-2005 de los 150 mm o 15dbe se
refiere a barras intermedias entre las apoyadas cuando éstas superan el número de
tres (Ver Fig. 7.5.10.3 de norma), mientras que los 200 mm o b/4 del NZS se refieren a
la distancia máxima entre las barras apoyadas.
El NZS en su sección 8.5.4.2(c) establece que en una misma fila de barras, la de
menor diámetro no debe ser menor de 2/3 del diámetro de la mayor barra de esa fila.
que el elemento va a fluir por demandas de flexión. El primer estribo se debe colocar a
50 mm de la cara del elemento de apoyo. La separación máxima debe ser la menor
entre estas cuatro posibilidades: (i) 300 mm, (ii) d/4, d altura útil del elemento, (iii) 8
veces el diámetro de la barra longitudinal más pequeña y (iv) 24 veces el diámetro de la
barra del estribo. Como se ve estas dos últimas condiciones reducen la separación a la
mitad de lo que se exige para cargas en general. El ACI-318 permite el arreglo de
estribos como se muestra en la Fig. 5.31(b). Sin embargo, se reitera que en diseño
sismorresistente los estribos deberían cerrarse con ganchos a 135o.
El reglamento NZS: 3101, especifica en su sección 7.3.28.1 que el diámetro del
estribo debe ser mayor de 5 mm para encerrar a barras longitudinales mayores de 20
mm de diámetro, 10 mm para barras entre 20 mm y 32 mm, y de 12 mm para barras
mayores o grupo de barras. En la sección 7.3.27.2 establece que el diámetro mínimo
para estribos circulares o zunchos es de 5 mm. Esta es una gran diferencia con el ACI
que sin distinciones pide diámetro 10 mm como estribo. La figura 5.32 presenta los
requerimientos de la NZS en cuanto a la disposición de estribos en columnas. El
proyecto del reglamento CIRSOC 201-2005 en su tabla 7.10.5.1, tal cual antes se
expresó, especifica el diámetro mínimo de estribos en función del diámetro de la
armadura longitudinal.
El código NZS también aclara sobre los requerimientos adicionales que deben
satisfacer los elementos estructurales donde el sismo controla el diseño, sección 7.5,
de aquellos en los que no controla el sismo, sección 7.4. Por ejemplo, ver sección
8.4.7.2 del NZS: 3101, para este último caso, diseño para carga en general sin sismo,
para estribos que no sean circulares, el área total efectiva en cada dirección principal
de la sección transversal dentro de la separación sh no deber ser menor de:
47
(1 − ρm)s h h " A g f c´ N *
A sh = − 0.0065s h h " (5.28)
3.3 A c f yt φf c´ A g
donde Ag /Ac no debe tomarse menor de 1.2, ni (ρm) mayor de 0.4, y donde N* es la
carga de diseño para el estado último. Ash es el área de todos los estribos y estribos
suplementarios en la dirección que se considera, dentro de la separación sh, y h” es la
dimensión del núcleo rectangular de la sección de hormigón medida
perpendicularmente a la dirección de las barras de estribo y hasta el lado externo del
estribo periférico. Además ρ= As t /Ag es la cuantía de armadura longitudinal total de la
columna y m= fy / (0.85 f´c).
A su vez, el área de cualquier rama individual, Ate, no puede ser menor de:
48
∑ Ab f y s
Ate = (5.29a)
135 f yt d b
donde ∑Ab incluye la suma de las áreas de todas las barras longitudinales que están
bajo la responsabilidad de la rama en estudio. A su vez, la separación de estribos no
debe exceder la menor distancia entre 1/3 de la dimensión lateral menor ni 10 veces el
diámetro de la barra longitudinal restringida. A modo de ejemplo, para aplicar la
ecuación 5.29, supóngase que la columna de la Fig. 5.31(a), con 30 cm de lado, tenga
como armadura longitudinal 8 barras db= 16 mm de diámetro. La separación máxima de
estribos será entonces 10 cm (1/3 de 30 cm controla). Si fy = fyt, es decir las tensiones
de fluencia de la armadura longitudinal y de estribos es la misma (caso común en
nuestro medio), y dado que para este ejemplo s/db = 10/1.6 = 6.25, la ecuación se
reduce a:
por lo que hubiera bastado un estribo de diámetro 4.2 mm (área 0.14 cm2) cada 10 cm.
Sin embargo, el NZS exige estribos de diámetro mínimo de 5 mm (6 mm en nuestro
medio).
No obstante, para estribos rectangulares, si controla el sismo, el requerimiento
para las regiones potenciales de articulación plástica, y estribos no circulares, es
diferente. Así también, análogamente, el IC-103II-2005, en su sección 2.3.9.1.b,
establece:
donde Ag/Ac no debe tomarse menor de 1.2, ni el producto (ρm) mayor de 0.4, pero
tampoco ser menor de:
A st fy 1
ρs = "
(5.32)
155d f yt d b
49
(1.3 − ρm) A g f c N *
´
ρs = − 0.0084 (5.33)
2.4 A c f yt φf c´ A g
donde Ag/Ac no debe tomarse menor de 1.2 ni (ρm) mayor de 0.4, pero tampoco puede
ser menor de:
A st fy 1
ρs = "
(5.34)
110d f yt d b
(1 − 0.376 )
ρs = 1.23 x0.05 x0.60 − 0.0084 = 0.001194
2.4
con lo cual con barra de diámetro de 6 mm (área 0.28 cm2) cada 10 cm se satisface el
requerimiento. Esto es simplemente un ejemplo. Probablemente, para esa sección, con
ese nivel de axial y esa armadura, hubiera sido más lógico colocar un diámetro mayor
de estribo.
El mismo ejemplo para zona sísmica hubiera exigido:
(1.3 − 0.376 )
ρs = 1.23 x0.05 x0.60 − 0.0084 = 0.00581
2.4
10 x3.14
ρs = = 0.00317
110 x 45 x 2
ρs xd"s
A sp ≥ = (0.00581x 45 x7.5 / 4)cm2 = 0.49cm2
4
lo cual hubiera exigido al menos estribo circular de diámetro 8 mm cada 7.5 cm, o bien,
adoptando separación de 12 cm (cumple que sea d/4 de la sección y es igual a 6 db),
se hubiera necesitado adoptar estribo de 10 mm de diámetro (0.80 cm2).
Es importante notar que la norma NZS: 3101, da lineamientos adicionales para
relajar la cantidad de armadura transversal en columnas, cuando se han utilizado
principios del diseño por capacidad y se ha suministrado un razonable grado de
protección contra la rotulación. Al respecto se puede consultar la sección 8.4.5.3(c) y
8.5.4.1 de dicha norma.
Como ejemplo para comparar los requerimientos de confinamiento entre las normas
del ACI y el NZS, se toma el caso de la columna de Fig. 5.29(a).
(i) De acuerdo al ACI, el estribo debe ser como mínimo de diámetro 10mm, y se
necesita un estribo exterior y un estribo suplementario para las barras
ubicadas en la mitad de las caras. En definitiva se requerirían 2.35 cm2. Por
ello el detalle de la Fig. 5.29(b), en el pié de la columna del primer nivel.
(ii) Los siguientes datos son necesarios para aplicar las expresiones (5.28) y
(5.30) (note que el área de la barra de 22 mm de diámetro es de 3.80 cm2):
f´c = 0.21 t/cm2 fy = 4.2 t/cm2 f’c / fy = 0.05
Ast = 8 x 3.80 cm2 = 30.41 cm2 ρ = 0.012 = 1.2 % ρm = 0.285
Ac = (50 – 2 x 3.81)2 cm2 = 1796 cm2 Ag = 2500 cm2 Ag / Ac = 1.39
h” = 50 – 2 x 3.81 = 42.40 cm m = fy / (0.85 f’c) = 23.52
ρsh = [(1 - 0.285) / 3.3] x 1.39 x 0.05 x (N* / (φ f’c Ag)) – 0.0065
se ve que para la relación (N*/(φ f’c Ag)) < 0.42, controla el requerimiento mínimo.
ρsh = [(1.3 - 0.285) / 3.3] x 1.39 x 0.05 x (N* / (φ f’c Ag)) – 0.006
En este caso, ya para relaciones de (N*/(φ f’c Ag)) > 0.28 el requerimiento está
por encima del mínimo. Por ejemplo, para (N*/(φ f’c Ag)) = 0.50,
ρ s = 0.12f c´ / f yh (5.35)
[( ) ]
A sh = 0.3(sh c f c´ / f yh ) A g / A ch − 1 (5.36)
ni tampoco de:
A sh = 0.09sh c f c´ / f yh (5.37)
Fig. 5.33. Comparación entre cantidades de armadura transversal requeridas por el ACI y el NZS en
una zona potencial de articulación plástica de una columna de hormigón armado.
Fig. 5.34. Congestión de armaduras en un edificio de hormigón armado de altura media. Note las deficiencias en
el detalle de estribos debidas a la alta densidad de armaduras.
donde εt=0.005, para la cual φ=0.90. Esto permitirá encontrar en forma más rápida las
resistencias “de diseño”, a partir de las resistencias “nominales”.
Las Figs. 5.41, 5.42 y 5.43 muestran los diagramas que permiten calcular los
estados de resistencia nominal para flexión simple, falla balanceada y límite inferior de
falla controlada por tracción. Observe ubicación de Resultante (verde).
58
Fig. 5.43 Estado para límite de Resistencia Nominal controlada por Flexión.
60
La Fig. 5.44 muestra los diagramas M-N para las resistencias nominales y las de
diseño luego de aplicar factor φ. Se deja al lector la obtención de los valores de los
momentos que se indican en la figura y las conclusiones. Note que el autor ha preferido
no incluir el efecto de reducción de la resistencia de diseño a compresión por supuesta
excentricidad y que la norma menciona como aquella que corresponde a una
excentricidad del orden de 0.05 a 0.10 h (ver comentarios de CIRSOC 201-2005).
61
5.10 BIBLIOGRAFÍA
[1] “Reinforced Concrete Structures”. Robert Park y Tomas Paulay. John Wiley & Sons.
1975.
[2] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Structures”. T. Paulay and
M.N.J. Priestley. John Wiley & Sons. 1992.
[3] “Seismic Design of Bridges”. M.N.J. Priestley, F. Seible and G. M. Calvi. John Wiley
& Sons. 1996.
[4] “Reinforced Concrete Structures”. Kong and Evans.
[5] “Diseño de Estructuras de Concreto“. A. Nilson y G. Winter. Mc Graw-Hill. 1994.
[6] ACI-318-1995.
[7] “Seismic Design of Bridge Piers“. J. B. Mander, M.N.J. Priestley and R. Park. Report
84-2. University of Canterbury. New Zealand.
[8] “An Evaluation of The Design and Analytical Seismic Response of a Seven Story
Reinforced Concrete Frame-Wall Structure“. Finley Charney and Vitelmo V. Bertero.
Report UCB-EERC-82/08. Agosto 1982.
[9] NZS 3101: Partes 1 y 2. 1995. New Zealand Standards. Concrete Structures
Standards.
[10] “Seismic Design of Bridge Piers”. Mander, Priestley and Park. Febrero 1984.
Research Report. 84-2. Department of Civil Engineering. University of Canterbury.
[11] “A critique of the Special Provisions for Seismic Design of the Building Code
Requirements for Reinforced Concrete. ACI-318-83. ACI Journal, Marzo-Abril 1986. pp
274-283.
[12] “Seismic Design of Concrete Structures. The Present Needs of Societies”. T.
Paulay. Paper No. 2001. 11WCEE. Acapulco, México. Julio 1996.
[13] Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.
HORMIGÓN I
Unidad 6:
ANÁLISIS Y DISEÑO AL CORTE
Profesor:
CARLOS RICARDO LLOPIZ.
2
CONTENIDO.
6.1 INTRODUCCIÓN
6.2 DEMANDAS DE CORTE. MÉTODO DE RESISTENCIA Y MÉTODO POR CAPACIDAD
6.3 INVESTIGACIÓN. DEMANDAS. CÓDIGOS
6.4 CONCEPTO DE ESFUERZO Y TENSIONES DE CORTE
6.15 REFERENCIAS
Filename Emisión Revis Revis Revis. Observaciones
0 1 2 3
T6-corte Feb Ago Feb Feb
2003 2007 2008 2010
Páginas 80 83 86 86
3
6.1 INTRODUCCIÓN
Con justa razón se ha mencionado, ref.[1], que así como en las estructuras de
acero los aspectos más críticos del comportamiento son el pandeo y las conexiones,
en las estructuras de hormigón armado las fallas por corte y por adherencia o anclaje
constituyen fenómenos que requieren mucha atención del diseñador, en particular en
las zonas de alto riesgo sísmico, para evitar comportamientos indeseables.
Ante cualquier efecto o solicitación externa siempre se debe cumplir con la
ecuación básica de diseño, que establece que las demandas no deben superar al
suministro. Esto es válido tanto para requerimientos de rigidez como de resistencia y
ductilidad. Es decir:
Suministro ≥ Demanda
Para el caso particular de resistencia, y siguiendo los lineamientos del método
LRFD (por Load Resistance Factor Design), o Diseño por Factores de Carga y
Resistencia, para el caso de diseño al corte, debe ser:
Vd = φVn ≥ Vu (6.1)
Fig. 6.1
Incipiente falla de
corte en las columnas
de la fachada de un
colegio en Mendoza
En Estados Unidos era típico por ejemplo diseñar los puentes de las carreteras a
flexión, colocando en la mayoría de los casos armadura longitudinal en exceso, pero
al llegar a la instancia del diseño al corte, simplemente se verificaba la tensión de
corte en el hormigón a partir de las acciones ficticias aplicadas a un diseño elástico.
En definitiva, como una regla práctica (“rule of thumb” regla del pulgar como se la
conoce), si la tensión era menor de un cierto valor de comparación, se adoptaba
generalmente barras No 4 (de diámetro 12.7 mm) separadas a 12 pulgadas, es decir
cada 30 cm, sin hacer diferencias de la verdadera capacidad a flexión, es decir sin
reconocer las verdaderas demandas potenciales de corte. En nuestro medio, ocurrió
algo similar con el diseño de tabiques de hormigón armado, donde era práctica
común colocar en el alma una simple malla del 4.2 mm, o a veces de 6mm, cada 20
cm. La falla de corte, de ocurrir un sismo aún de mediana intensidad, era casi
inevitable.
Fig.6.3 Falla de corte fuera de la Fig. 6.4 Falla frágil de corte de una
región de rótula plástica, en la columna de un puente durante el
columna de un puente durante el terremoto de Whittier en 1987.
terremoto de San Fernando, en 1971.
6
La Fig. 6.3 muestra una falla de corte en una columna de una carretera durante
el terremoto de San Fernando, California, en 1971. Se ve claramente el plano
diagonal de la falla. De acuerdo a la ref. [5], no es raro encontrar en las autopistas
de EEUU columnas en las que la resistencia a flexión exceda 2 a 3 veces la
capacidad al corte.
La Fig. 6.4 muestra la falla de corte de una columna de un puente durante el
terremoto de Octubre de 1987 en Whittier, California. La misma referencia [5] indica
que de las siete estructuras de puente que fallaron durante el terremoto de
Northridge, 17 de Enero de 1994, seis se atribuyeron a fallas de corte, algunas de
las cuales muestra la Fig. 6.5(a) y (b). En la Fig. 6.6 se muestra una vista aérea
donde aparecen otros ejemplos de fallas de corte ocurridos en 1994 debido a la
diferencias de corte atraído por columnas más cortas y por ende más rígidas, y
donde es probable que se haya aplicado para todas la regla práctica antes
enunciada. La fotografía muestra el gran peligro que encierran esas autopistas,
donde existen zonas con hasta cuatro pasos a diferentes niveles, en casos de alto
tránsito y falla generalizada.
(a) (b)
Fig. 6.5 Más ejemplos de Fallas de corte durante el sismo de Northridge en 1994
Debido a que la falla de la armadura transversal por corte trae aparejado una
pérdida de la integridad estructural de la columna, la misma se vuelve incapaz de
soportar las cargas gravitatorias, lo que se observa, por ejemplo, en Fig. 6.5(b).
Finalmente, la Fig. 6.7 muestra la falla de corte en los niveles inferiores del
edificio de hormigón armado de oficinas durante el mismo sismo de Northridge.
En cualquiera de los casos mostrados, si la demanda de corte se hubiera
obtenido a partir de las máximas capacidades a flexión posibles de desarrollar en las
regiones críticas (rótulas plásticas), seguramente la performance hubiera sido
diferente. Lo notable y lamentable es que la demanda de corte era extremadamente
simple de obtener en esos casos: bastaba con postular un mecanismo de colapso
que involucrara la existencia de articulaciones plásticas en cada extremo del
miembro y obtener el corte como la suma de los momentos máximos en dichas
7
regiones dividida por la distancia entre ejes de rótulas. Una vez fijada la resistencia a
flexión, independientemente del sismo, el elemento no puede atraer más corte que el
que proviene de la flexión. Para los diseños de aquellos años esta falencia en el
análisis era justificable, pues el fenómeno no era conocido, o al menos no estaba
incorporado a la práctica profesional. Es esperable que hayamos aprendido la
lección. No debería ser admisible en estos días ignorar o desconocer estos
principios básicos. Para ello, los códigos, la divulgación de estos fenómenos y la
iniciativa de los profesionales a “conocer que pasó en experiencias pasadas” juegan
un rol fundamental a la hora de concebir diseños más seguros.
Fig. 6.6(a)
Colapso de dos de los viaductos
elevados en rutas de conexión de
estados en California, durante el
sismo de Northridge, 1994.
Fig.6.6(b) Falla típica de corte en la fachada de este edificio por efecto de columna corta, durante
el sismo de Northridge, 1994.
8
Fig.6.7(a) Fallas típicas de corte en fachada por efecto de columna corta, sismo de India, 2001.
Fig.6.7(b) Sismo de India, 2001. Note falta de buena respuesta por mal detalle de estribos, y una
columna en construcción al momento del sismo: los estribos no están correctamente cerrados. Uso
de hierro torsionado en frío (uso prescripto ahora en nuestro medio).
9
Fig. 6.8
Modelo de viga con simple
apoyo sometida a flexión.
Posibles tipos de respuesta en
función del diseño de su sección
crítica.
Mu = Mr = 4.56 x 25 / 8 tm = 14.25 tm
Vu = Vr = 4.56 x 5 / 2 = 11.40 t.
seccional se obtiene que dicha sección de hormigón armado tiene una resistencia
nominal Mn = 16.70 tm. La verificación a flexión que corresponde es:
Vu = U x l /2 = 17.92 t
11
Fig. 6.9(b) Análisis de Resistencia a flexión, estado de rotura, para distintas leyes
constitutivas de los aceros.
Fig. 6.10 Fuerza de corte, flujo de corte y tensión de corte en una viga de
comportamiento elástico y material homogéneo e isótropo.
_
VA y
v= i (6.2)
bI
I
z= _
(6.3)
Ai y
q = v.b (6.4a)
V
q max = (6.4b)
z
My
f = (6.5)
I
f1 =
1
2
(f + f 2 + 4v 2 ) (6.6a)
f2 =
1
2
f −( f 2 + 4v 2 ) (6.6b)
2v v
tan 2ϕ = o tan ϕ = (6.6c)
f f1
Se recuerda que las tensiones principales actúan sobre lo que se llaman planos
principales, y sobre éstos no actúan tensiones de corte, sino simplemente los
esfuerzos principales de tracción o compresión. La figura muestra las trayectorias de
los esfuerzos principales, a veces llamadas líneas isostáticas. Estas NO conectan
puntos de igual tensión sino que son líneas continuas que indican las direcciones de
las tensiones principales. Note que como las tensiones principales en cualquier
punto son mutuamente perpendiculares, las trayectorias de los esfuerzos principales
forman una familia de curvas ortogonales o mutuamente perpendiculares. En la
figura, las trayectorias de esfuerzos principales de tracción se muestran con trazo
lleno, mientras que las de compresión con trazo discontinuo. Se ve que en el eje
neutro, donde el esfuerzo de corte es máximo y los axiales de flexión cero, los
esfuerzos principales son iguales en valor absoluto al esfuerzo de corte v y están
inclinados a 45o con respecto al eje de la viga. Esto se verifica por aplicación de las
ecuaciones (6.6). En las fibras extremas, no hay tensiones de corte, y los esfuerzos
principales son prácticamente horizontales.
El hormigón es particularmente vulnerable cuando está sometido a tracción. Se
observa también que dichos esfuerzos de tracción no provienen solamente de los
axiales por flexión pura, sino que además provienen o de corte puro (en eje neutro) o
por combinación de ambos. Estos esfuerzos de tracción se presentan en toda la viga
y pueden afectar la integridad de la misma si no se toman los recaudos necesarios.
Antes de pasar a la extensión de estos conceptos de tensiones en medio
homogéneo e isótropo a hormigón armado, es interesante visualizar físicamente el
concepto de tensiones y flujo de corte. La Fig. 6.12 muestra el comportamiento de
una viga formada por dos mitades superpuestas. En el caso (a) ambas mitades
están unidas por algún medio totalmente efectivo, y ante acciones que inducen
flexión la pieza completa se deforma como si fuera una sola viga, es decir que existe
un solo eje neutro en cada sección transversal. Si la adherencia entre ambas
mitades es débil o no existe, caso (b), ambas piezas a flexión tienden a deslizar
entre sí, por lo cual cada pieza actúa independientemente a flexión. Es claro que las
diferencias de comportamiento entre ambos casos no solamente van en resistencia
sino también en rigidez: para el caso (a) el momento de inercia I está asociado al
16
cubo de la altura total del paquete, mientras que en el caso (b) a la suma de los
cubos de las alturas parciales.
En ambas, Fig. 6.12 y 6.13, se muestra que el valor máximo de las tensiones de
corte alcanza, para la sección rectangular, 1.5 veces el valor de la tensión de corte
promedio, computada como v=V/A, de toda la sección transversal. Sobre esta forma
de evaluar la tensión de corte se referirá luego.
La Fig. 6.14 muestra una viga de hormigón armado ensayada en los laboratorios
de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza. La
misma posee 7.5 cm de ancho y 15 cm de altura. La luz libre fue de 1.20 m. Se
observa una típica configuración de fisuras verticales de flexión e inclinadas de
flexión y corte.
17
Fig. 6.15 Tensiones de corte a través de una sección fisurada idealizada de hormigón armado
La Fig. 6.15 muestra que la fuerza horizontal a ser transferida a través de la zona
de hormigón fisurada permanece constante. Entones, el flujo de corte en la zona
traccionada también es constante. Utilizando los conceptos de la Fig. 6.10, la fuerza
incremental de tracción está dada por dT= v.bw.dx, y por lo tanto:
1 dT dM 1 V
v= = = (6.7a)
bw d x d x bw jd bw jd
o bien:
V
q= (6.7b)
jd
Es evidente que las tensiones de corte dependen del ancho bw del alma, ver
ecuación (6.7a) y Fig.6.10, y que el flujo de corte representa una fuerza rasante por
unidad de ancho, q= v.bw.
En definitiva, la ecuación (6.7a) es utilizada en la mayoría de los países como
una forma muy conveniente en la rutina de diseño. En términos de tensiones reales
la expresión carece de rigurosidad pero debe tomarse como un índice para
18
V
v= (6.8)
bw d
Debe hacerse notar que en ciertos casos las tensiones máximas ocurrirán en
otras fibras que no correspondan al alma de la sección. Por ejemplo, y en ref. a Fig.
6.15, cuando el ala de una sección T deba soportar una fuerza importante de
compresión (momento positivo) o bajo momento negativo hay transferencia de
fuerzas de tracción del ala hacia el alma, el corte en la unión ala-alma puede ser la
sección crítica. En ese caso, se necesita suministrar armadura horizontal en al ala
que permita la transferencia de corte por el mecanismo de reticulado al que luego se
referirá. En el caso de vigas que soportan losas, generalmente la armadura de éstas
es suficiente para cumplir tal función. La Fig. 6.16 ilustra como se transmiten las
tensiones entre ala y alma, y las trayectorias de las tensiones. Se observa la
necesidad de colocar armadura horizontal en el ala y perpendicular al alma.
Fig. 6.19
Requerimientos de equilibrio en el tramo de
corte de una viga.
Identificación de los mecanismos de resistencia
del hormigón, cuando no existe armadura de
corte en el alma de la viga.
En la Fig. 6.19 se muestra parte de una viga simplemente apoyada sobre la cual
el esfuerzo de corte permanece constante. La viga tiene armadura longitudinal
inferior para absorber la tracción por flexión, pero carece de armadura para absorber
el corte. Tal cual se indica, es posible identificar las fuerzas internas y externas que
mantienen en equilibrio al cuerpo libre limitado por las condiciones dadas de borde y
por la fisura diagonal.
Se puede ver que la fuerza de corte total V es resistida por la combinación de:
(i) Una fuerza de Corte Vc que se desarrolla a través de la zona de
compresión.
(ii) Una fuerza de dovela o pasador Vd que la armadura longitudinal transmite
a través de la fisura.
(iii) La componente vertical Va que es la resultante de los esfuerzos de corte
inclinados va que se transmiten por las caras de la fisuras por la interacción entre las
partículas de los agregados.
De la Fig. 6.19c se aprecia que el equilibrio de cuerpo libre de todas las fuerzas
involucradas, donde con G se aglutina a la resultante de todas las tensiones de corte
inducidas por la interacción de los agregados.
22
que representan las componentes descriptas, y V sería el corte que puede absorber
la viga sin armadura de alma, y se conoce como contribución del hormigón. Además,
la fuerza de tracción en la sección 2-2, designada como T es un poco mayor que la
de compresión C que corresponde a la sección 1-1 (la diferencia es justamente la
componente horizontal de G). Se volverá sobre este punto luego.
El momento resistente de la viga se puede expresar como:
M = xV = jd (T + Vd cot α ) (6.10)
V =
dM
=
d
(Tjd ) = jd dT + T d ( jd ) (6.12)
dx dx dx dx
dT
V = jd = qjd (6.13)
dx
d ( jd ) d ( jd )
V =T =C (6.14)
dx dx
Fig. 6.22
Acciones que actúan sobre un bloque de
hormigón empotrado en zona de compresión y
en voladizo, en el tramo de corte de la viga.
Fig. 6.23
Ensayos de dovela.
(a) configuración de ensayos.
(b) Resultados típicos para caso de
dovelas cortas.
(c) Resultados típicos para dovelas
largas.
Fig. 6.24 Tipología de ensayos propuestos para observar los efectos del mecanismo de dovela o
pasador
Cuando las dos caras de una fisura de flexión con ancho moderado sufren un
desplazamiento de corte relativo entre ambas, un número de partículas que emergen
de las fisuras van a permitir que se transmitan fuerzas de corte. Entre las muchas
variables que influyen en este mecanismo se encuentran el ancho y rugosidad de la
fisura, la magnitud de desplazamiento y la resistencia del hormigón. Cuando se
llevaron a cabo las investigaciones fue una sorpresa para los autores, ref.[10], que
una gran parte de la fuerza de corte podía ser transmitida a través de este
mecanismo. En definitiva, la ref.[9] indica que entre un 50 a 70 % de la fuerza de
corte inducida por la adherencia puede ser resistida por la fricción de los agregados
emergentes de las fisuras. La misma referencia presenta además resultados de las
investigaciones de Leonhardt y Walter, que se muestran en la Fig. 6.26.
Las máximas capacidades de los tres mecanismos, empotramiento de bloque,
dovela y fricción en grieta, no necesariamente son contemporáneas cuando la falla
de la pieza es inminente. Cuando la fisura diagonal avanza hacia la zona de
compresión, el grado de fijación y rigidez de esta unión disminuye drásticamente.
Esto resulta en grandes rotaciones, en particular en el extremo libre, lo que implica
que la resistencia de pasador es consumida. Fisuras por acción de dovela y densa
fisuración cerca de las armaduras, lo cual es muy visible en el espécimen 8/1 de Fig.
6.26 afectan la eficacia la interacción de agregados que en este estado están
soportando la mayor parte del esfuerzo de corte. Con aumento de deformación, las
fisuras se propagan y se llega al una falla conocida como de tracción diagonal, que
es muy repentina. Las vigas 7/1 y 8/1 de Fig. 6.26 son buenos ejemplos de falla de
acción de viga en el tramo de corte. Una vez que se agotan los mecanismos de
dovela y fricción en las fisuras, la zona de compresión de la viga es generalmente
incapaz de soportar el corte y la compresión que resulta de la flexión, por lo cual la
viga falla en forma completa.
29
El segundo término de la ecuación (6.12) implica que parte del corte puede ser
soportado por la inclinación del bloque diagonal comprimido en la viga, tal cual se
muestra en la Fig. 6.27. Por supuesto que en estas circunstancias las hipótesis de
Navier-Bernoulli de secciones planas antes de la flexión permanecen planas
después de la flexión no son de aplicación. La acción de arco demanda una reacción
horizontal importante en el apoyo, la cual en vigas simplemente apoyadas es
suministrada por la armadura de flexión. Esto impone importantes demandas en los
anclajes, y es la mayor causa de fallas tipo arco. En la figura se ha supuesto anclaje
completo, lo que se puede lograr si en el extremo se coloca, por ejemplo, una placa
de anclaje. En ese caso se puede desarrollar en la armadura inferior una fuerza de
tracción constante. La zona sombreada indica la parte comprimida, fuera de la cual
hay tracción, por lo que se desarrollan fisuras.
Se remite al lector a ref.[9] y [10] para más detalles de este tipo de mecanismo.
Los puntos importantes a mencionar son:
30
Fig. 6.27
Acción de arco en una viga ideal.
Distribución del deslizamiento de la
barra a lo largo del tramo de corte
a Va M
= = (6.15)
d Vd Vd
Fig. 6.28 Momentos y cortes en el momento de la falla vs. la relación tramo de corte sobre altura
útil.
M u = f y As d = 420 N/mm 2 x 0.02 x 190mm x 270mm x 270mm = 116 x 10 6 Nmm = 116 KNm
dT
V = jd = qjd (6.13)
dx
para jd = 270 mm, sería q= 203 N/mm como flujo de corte constante bajo el eje
neutro. Como ρw = 0.02, para la sección corresponderían aproximadamente a 2
barras de diámetro 25 mm por lo que la tensión de adherencia u, ver ecuación (8.1)
de capítulo 8, sería:
Fig. 6.29
Fisura de corte por flexión.
Falla por tracción diagonal.
Tipo I. Cuando 3 < a / d < 7 , falla del mecanismo de viga para una carga que se
corresponde con o está un poco por encima de la carga que provoca la fisura
diagonal. Este tipo de falla se esquematiza en la Fig. 6.29, donde para su autor,
ref.[11] los límites son 2.5 y 6 respectivamente. Cuando V se incrementa, la falla de
flexión a-b cerca del apoyo se propaga hacia el punto de carga, por que
gradualmente se va inclinando y se designa como fisura de corte por flexión.
Finalmente la fisura se propaga, digamos hasta e, resultando en el colapso de la
viga por separación de la misma en dos partes. Se conoce como falla por tracción
diagonal.
Tipo II. Cuando 2 < a / d < 3 , con aumento de carga la falla diagonal tiende a
interrumpirse a cierta altura del alma, digamos j, y comienzan a desarrollarse una
serie de fisuras variables en el hormigón que rodea las armaduras longitudinales.
Cuando V se incrementa aún más, la falla diagonal aumenta su ancho y se propaga
en el mismo nivel de la armadura, digamos fisura g-h en la figura. Los incrementos
de corte presionan hacia abajo las barras de acero y causan la destrucción de la
adherencia con el hormigón, lo cual generalmente lleva a una separación de ambos
materiales a los largo de g-h. Si el acero no está bien anclado en su extremo, dicha
separación lleva al colapso. Si el anclaje es bueno, la viga se comporta como arco
de dos articulaciones, hasta que el anclaje falla y ocurre el colapso. Se suele llamar
falla de tracción por flexión (shear-tension failure) o falla de adherencia por corte
(shear-bond failure). En este caso la carga última comienza a ser superior a la carga
que provocó la primera fisura diagonal. Es típica falla del tipo de arco.
Tipo III. Cuando a / d < 2.5 , o para referencia [11], cuando se está en el rango
entre 1.0 y 2.5, como indica la Fig. 6.30, la fisura diagonal frecuentemente se forma
independiente de las fisuras de flexión, y permanece estable después del desarrollo
de las mismas. Con el incremento de V la fisura diagonal penetra en la zona de
compresión, cerca la zona de aplicación de la carga, y eventualmente se produce la
falla por desintegración del hormigón, que suele ser explosiva. Se conoce como falla
de compresión por corte, es decir es claramente falla por acción de arco, con carga
bastante superior a la que provocó las fisuras diagonales.
33
Fig. 6.30
Falla de compresión por corte.
Mecanismo de arco.
Fig. 6.31
Falla por diagonal comprimida.
M = Va = V .d .(a / d )
1. expresión simple:
Vc = 0.167 f c´ bw d (6.16)
Vu d
Vc = (0.143 f c´ + 17.14 ρ w )bw d ≤ 0.30 f c´ bw d (6.17)
Mu
ecuación (6.16) más simple y conservadora. Una razón es por simplicidad (note que
Vu, Mu y ρw pueden ir cambiando sección a sección), otra porque para diseño al corte
siempre es conveniente ser conservador y por último porque según la ref.[7] esa
contribución adicional no siempre está totalmente garantizada.
Fig. 6.32 Comparación de ecuaciones 6.16 y 6.17 con los resultados experimentales
La Fig. 6.32 muestra una comparación entre las ecuaciones (6.16), (6.17) con
resultados experimentales. En la misma las ecuaciones están expresadas en
unidades de libras y pulgadas. En las ordenadas de la derecha se han incorporado
los valores con unidades en MPa.
Este valor que no necesita ser menor de 0.08 f c´ , y donde vc= Vc/bwd,
representa la contribución del hormigón al corte en términos de tensión de corte.
Las diferencias con el ACI-318 son varias, algunas muy importantes y otras de
forma. Algunas se analizan a continuación:
(i) El límite en la contribución de vc es un 50 % menor (factor 0.20 vs. 0.30) en
el NZS:3101. Se ve que para cuantías superiores a 1.3 % se debe aplicar el límite
máximo.
(ii) Para cuantías longitudinales de tracción menores del 1% aparece como
más conservadora la expresión del NZS. En sus comentarios, esta norma aclara que
esta diferencia con el ACI-318 ha sido demostrada por ensayos y por estudios
analíticos (la misma norma indica las referencias). Esto ha sido reconocido además
por las normas de Australia, Gran Bretaña y el Comité Europeo del Hormigón.
36
(iii) Como la cuantía mínima por flexión, para el acero ADN-420, es 1.4/fy=
0.0033, resulta que prácticamente el valor mínimo es 0.10 f c´ . Es decir que para
armadura mínima el ACI-318 adopta como contribución del hormigón un valor un 65
% mayor que el NZS.
(iv) El NZS no incluye, por simplicidad según sus comentarios, la incidencia de la
relación corte/momento. Rara vez esto es usado en la práctica.
(v) La norma de NZS prefiere expresarse en términos de tensión en vez de
fuerzas, como lo hace el ACI.
Es importante destacar nuevamente, que el reglamento de hormigón armado NZS:3101
ha tenido como base el ACI-318, pero en muchos aspectos ha sido modificado en función
del avance del estado del arte. Dado que Nueva Zelanda es un país pequeño los cambios
necesarios en las normas son más rápidamente implementados en dicho país que en EEUU.
Para muchos, el NZS:3101 es más racional y un paso más adelante que el ACI-318.
A los efectos de utilizar la ecuación (6.18), el diseñador debe primero determinar
la armadura necesaria por flexión, y tener en cuenta al aplicar la expresión las
posibles interrupciones de las armaduras longitudinales. En la determinación de la
cuantía se toma el ancho del alma de la viga y se puede incluir tanto las barras
convencionales como las de precompresión si hubiera. Sin embargo, sólo aquellas
barras que posean una longitud completa de desarrollo más allá de la sección en
estudio pueden ser incorporadas en la ecuación.
Fig. 6.33 Distintos tipos de refuerzo en el alma de vigas para absorber corte
Fig. 6.34
Bloques empotrados de hormigón
actuando como bielas de
compresión
Ts Vs A f
= = v s (6.21)
s jd .senβ (cot α + cot β ) s
v n = vc + v s (6.22)
donde:
40
Vs V
vs = ≈ s (6.23)
bw jd bw d
vs sbw
Av = (6.24)
senβ (cot α + cot β ) f y
Cd Vs vs
f cd = = = (6.26)
bw s ´
bw jd .sen α (cot α + cot β ) sen α (cot α + cot β )
2 2
sbw
Av = v s (6.27a)
fy
f cd = 2v s (6.28a)
sbw
Av = 0.58v s (6.27b)
fy
f cd = 2.31v s (6.28b)
vs sbw
Av = (6.27c)
( senβ + cos β ) f y
41
2v s
f cd = (6.28c)
1 + cot β
sbw
Av = 0.71v s (6.27b)
fy
f cd = v s (6.28b)
Cuando las diagonales de compresión tienen menor ángulo y los estribos tienden
a ser verticales, ver ecuación (6.28b), las compresiones diagonales aumentan. Esto
implica que el contenido de acero del alma no puede crecer en forma indefinida,
pues se podría producir una falla frágil, explosiva por desintegración del hormigón
del alma en compresión. Cuando se evalúa la resistencia a compresión del alma de
las vigas, es necesario considerar los siguientes factores adicionales:
(i) Las diagonales comprimidas también están sometidas a momentos por la
acción de viga, ver Fig. 6.37. Además, la suposición de bielas articuladas es una
simplificación, pues en la realidad existen momentos secundarios porque las
conexiones no son libres de rotar.
42
Fig. 6.37
Esquema de distribución de tensiones en los bloques de
hormigón comprimidos, según Paulay et. al
(ii) Como los estribos que pasan a través de los bloques inducen tracción a las
diagonales por medio de tensiones de adherencia, lo que realmente ocurre al menos
es un estado biaxial de deformaciones. Se sabe que la capacidad del hormigón se
reduce drásticamente cuando se imponen simultáneamente deformaciones
transversales de tracción. Ver Fig. 6.56.
(iii) Las fuerzas de compresión se suponen introducidas en el modelo a través de
las uniones, y dichas fuerzas distan mucho de estar distribuidas en forma uniforme
en el espesor del alma. Es muy posible la presencia de excentricidades y de
tensiones de tracción transversal.
(iv) Algunas de las diagonales pueden estar inclinadas a ángulos
considerablemente menores de 45o con la horizontal, lo que resultará en un
incremento significativo de las tensiones diagonales de compresión. Ver Fig. 6.36.
Estas observaciones apuntan a la necesidad de limitar las tensiones diagonales
del hormigón bien por debajo de la resistencia del mismo a compresión. Por ello, el
CIRSOC 201-2005, en su sección 11.5.6.9 limita la contribución de la armadura de
alma al corte de la siguiente manera:
Vs = 0.67 f c´ bw d (6.29)
v d = φv n ≥ vu (6.30)
y esta es la primer verificación que debe hacer el diseñador una vez obtenida la
demanda vu a partir del análisis estructural. Si esta condición no se cumple deberá,
por ejemplo, modificar el ancho del alma (no sería acertado aumentar la altura de la
viga pues en ese caso se aumentaría la resistencia a flexión lo cual traería aparejado
un aumento en la demanda de corte).
43
v n ≤ 0.20 f c´
v n ≤ 1.10 f c´ (6.31.b)
v n ≤ 9 MPa
Se reitera que las prescripciones del NZS-3101 son las que se deben aplicar
para diseño sismo resistente en nuestro medio, y son las que han sido incorporadas
al Reglamento INPRES-CIRSOC 103, parte II, [ref.14]. Por decreto de gobierno
firmado en Diciembre 2007, estas disposiciones han sido adoptadas para su
aplicación en la Provincia de Mendoza.
Fig. 6.38 Diferentes formas de estribos. (a) incorrecta. (b) insuficiente. (c) no conveniente. (d)
aplicación limitada. (e) formas satisfactorias. (f) fabricados con mallas soldadas
Fig. 6.40 Mala ejecución de los estribos en columnas y vigas de un edificio de Mendoza. Note que los
estribos no se cierran con ganchos a 135o. Hay exceso de armadura longitudinal. En la viga de
acople los hierros de capa superior se doblan hacia arriba: deducir posibles consecuencias
La Fig. 6.39 esquematiza la posible falla que puede ocurrir por un detalle no
satisfactorio. Las Figs. 6.40, tomadas de obras construidas en la ciudad de
Mendoza, se observan malos detalles de armado, como la falta del correcto anclaje
de los estribos. Otra razón muy fuerte para anclar en forma correcta el estribo es que
una de las funciones fundamentales de los mismos es prevenir el pandeo de las
barras longitudinales, al suministrarles apoyo efectivo a distancias prudenciales.
Detalles como el de la Fig. 6.39 y 6.40 son incapaces de lograr dicho objetivo.
(i) Cuando están bastante espaciadas las barras dobladas pueden causar gran
concentración de tensiones en los dobleces. Esto puede conducir a fisuras de
desgarramiento o separación, en particular cuando la configuración no es simétrica.
Ver Fig. 6.42.
(ii) Si las barras dobladas están poco separadas, para minimizar el efecto
anterior, generan discontinuidad marcada por privar la sección de muchas barras de
flexión.
(iii) No suministran el confinamiento al hormigón en compresión que sí proveen
los estribos.
(iv) Generalmente conducen a mayores anchos de fisuras.
(v) Son más difíciles de configurar y manejar en la obra, por lo que generalmente
son más caras.
(vi) En zonas sísmicas, el esfuerzo de corte es alternativo en signo, por lo que
serían alternativamente ineficaces.
Fig. 6.41 Distribución no aconsejable de las diagonales comprimidas debido al uso de estribos
muy anchos. Ver la deformación en zona inferior central
La Fig. 6.43 muestra los anchos de fisuras para varios estados de carga
obtenidos en experimentos de Leonhardt y Walter en cuatro vigas de idénticas
dimensiones y contenidos de armaduras. Es claro el efecto beneficioso de colocar
estribos poco separados, particularmente si se colocan en forma diagonal. De todas
maneras el colocar estribos inclinados no es práctico y por la razón (iv) anterior,
tampoco serían efectivos para una dirección del sismo. Sólo suelen utilizarse en el
caso de bases, vigas de fundación o tabiques donde no vaya a ocurrir inversión del
signo de los esfuerzos. En tales casos, las secciones son diseñadas con anchos
generosos como para sobrellevar niveles bajos de tensiones de corte.
48
Fig. 6.42
Las barras dobladas no
soportan en forma
satisfactoria las fuerzas de
compresión.
Fig. 6.43 Efecto de diferentes configuraciones de armaduras de alma en el ancho de las fisuras
de corte. Observar los anchos de fisuras en función de arreglo de armaduras
Fig. 6.44
Mecanismos de resistencia al
corte en vigas de acople de
tabiques
muy efectivas para resistir fuerzas transversales verticales, más allá de controlar el
ancho de fisuras y la acción de dovela. Se puede ver en la Fig. 6.44.(a) la menor
efectividad de las barras horizontales. De todas maneras, cuando el corte es muy
elevado, la misma Fig. 6.44(b) muestra que, de ocurrir una falla por deslizamiento,
sólo barras diagonales pueden ser efectivas para tomar el corte, como se propone
en Fig.6.44(c). Este puede ser el caso típico en vigas que acoplan tabiques y estén
sometidos a cortes muy importantes. Este tema se desarrolla más adelante.
En el caso de que las cargas estén aplicadas muy cerca de los apoyos,
induciendo una relación a / d pequeña, la acción de arco predomina como
mecanismo de resistencia después de la formación de la fisura diagonal. En
consecuencia, si se colocan barras horizontales sobre el tramo corte de corte, como
muestra la Fig. 6.45, se mejoran las condiciones del hormigón que rodea la reacción
(confinamiento) y se incrementa la fricción diagonal a lo largo de la potencia fisura
diagonal entre los puntos de carga y reacción.
Fig. 6.45
Detalles aconsejables para
confinamiento en los apoyos
ante proximidad de cargas
concentradas para controlar
fallas potenciales
v n = vc + v s
v s = v n − vc (6.32)
sbw
Av = v s
fy
Vu
vu = (6.33)
bw d
donde (según ACI-318) bw es el ancho del alma o diámetro de una sección circular, d
distancia de la fibra comprimida extrema a baricentro de armadura traccionada, o
bien, 0.8h para sección circular. El código NZS-3101, sección 9.3.1.1 aclara que en
caso de secciones exagonal, octogonal, circular, elíptica o similar, (bwd) debe
reemplazarse por el área encerrada por el centro del estribo periférico.
4. Verificar que el corte demanda no supere el máximo permitido:
vu ≤ 0.73 f c´ (6.34)
v c = 0.167 f c´ (6.35)
Si es zona de potencial rótula plástica, fijar vc= 0. Es decir, por lo que luego se
verá, se ignora la contribución del hormigón al corte.
6. Verificar si es necesaria armadura de alma con los siguientes criterios:
(i) Si vu ≤ φvc / 2 no sería necesaria armadura de alma, pero es recomendable
colocar al menos la mínima.
51
φAv f y
s= ≤ s max (6.36b)
(vu − φvc )bw
Ate ≥
∑ Ab f y s
16 f yt 6 db
s ≤ d/2
s ≤ 400 mm
h ≤ 250 mm
h ≤ máximo valor entre 2.50 el espesor del ala
h ≤ 0.50 bw, del ancho del alma.
Fig. 6.46
La formación de la falla diagonal indica la
sección crítica cuando: (a) la reacción es
aplicada desde abajo, y (b) cuando la reacción
es aplicada desde arriba
53
Por ello, el ACI-318, según la Fig. 6.47, muestra el diagrama de cuerpo libre de
un tramo de viga en el apoyo, para cargas que se aplican en la cara superior de la
viga y reacción desde abajo, se ve que la fisura inclinada más cercana al apoyo se
extiende en un ángulo de aproximadamente 45o hacia la parte superior y alcanza la
zona de compresión a una distancia cercana a d desde la cara del apoyo. En
consecuencia, las cargas aplicadas sobre la viga entre la cara de la columna y la
sección ubicada a una distancia d desde la cara, se transfieren directamente al
apoyo por compresión diagonal en el alma arriba de la fisura. Este es un mecanismo
de arco como el descrito anteriormente. Por ello, los reglamentos citados permiten
que en la cara del apoyo y hasta una distancia d hacia el centro de la viga, el corte
Vu sea el que corresponde a la distancia d. Aclaran las normas que se deben cumplir
las siguientes condiciones:
Fig. 6.47
Diagramas de cuerpo libre en el extremo
apoyo de una viga
Fig. 6.48
Ubicación de la sección crítica de corte en
un elemento en el cual las cargas actúan
cerca del fondo de la viga.
54
(iii) Que no se presente ninguna carga concentrada entre el borde del apoyo y la
ubicación de la sección crítica (que NO es el caso de la Fig. 6.48).
(iv) Se necesitan de estribos a través de la fisura potencial, que se debe
determinar en base al corte Vu a la distancia d, ver Fig. 6.46.
(v) Reconocer que existe una fuerza de tracción T en la armadura longitudinal
inferior, ver Fig. 6.46, por lo cual ésta debe estar bien anclada. No se puede concebir
una falla de anclaje, pues de lo contrario se anula el sistema postulado de “acción de
arco” que se muestra en al Fig. 6.49a. Observar cómo en la Fig. 6.49.b se cuida el
desarrollo de la longitud de la barra traccionada en el apoyo más allá del punto A.
En la ref.[12] se aclara que en particular en losas, vigas T o rectangulares
con alma anchas, la armadura longitudinal está muy solicitada en el apoyo por el
efecto arco. Si se produce una falla de anclaje allí, ceden las uniones entre las
diagonales ideales comprimidas y el cordón traccionado, como se muestra en la Fig.
6.50. Cuando existen ganchos como los que indica la figura, (lamentablemente
todavía práctica usual en nuestro medio), la misma referencia indica que el hormigón
del alma por concentración de tensiones se puede fisurar y separar (splitting),
saltando el recubrimiento y degradando el hormigón dentro del gancho, por lo cual
se produce la cedencia y el deslizamiento que lleva a la falla de anclaje.
Fig. 6.49(a) Efecto resistente en forma de pórtico y arco con tensor en vigas
Fig. 6.50 Fallas potenciales de los anclajes. Note efecto del gancho (ver ref.[12])
Fig. 6.51 Secciones críticas donde debe evaluarse el esfuerzo de corte último Vu.
Reglamento Cirsoc 201-2005
56
114000 N
vu = = 0.76MPa < 0.73 21MPa = 2.34MPa
300 x500mm 2
vc = 0.167 21 = 0.765MPa
lo cual verifica.
Zona de armado por esfuerzos:
Si se adoptara una separación s= 250mm, resultaría:
por lo que no es suficiente colocar 1φ6 mm @ 25cm. Se opta por 1φ6mm @ 20cm.
179200 N
vu = = 1.20MPa < 1.10 21MPa = 5.04MPa
300 x500mm 2
Cierto sector requiere de armadura por cálculo, y otro tramo armadura de corte
mínima.
Fig. 6.52 Criterios del ACI-318 y del NZS: 3101 para determinar zonas de armado por corte
59
v n − v c = v s ≤ 0.07 f '
c = 1.47 MPa
es decir ¡¡¡3 !!! veces más que antes, aún cuando φ=1.0, ya que: (i) el corte último es
mayor (1.57 veces), (ii) la contribución admitida para el hormigón es menor (1.32
veces). La relación (0.76-0.57)/0.75=0.25, mientras que (1.20-0.43)/1.0 =0.77.
Armadura mínima:
300 x190
Av min = 0.35 mm 2 = 48mm 2
420
Fig. 6.53
Fuerzas internas en elemento de hormigón armado
diagonalmente fisurado.
M 1 = M 2 + z bV (6.38b)
1 M
T2 = ( M 2 + zbV − 0.5 zbVs ) = 2 + (1 − 0.5η )V (6.39)
zb zb
donde:
Vs v s
η= = (6.40)
V v
representa la relación o proporción del corte resistido por los estribos con respecto al
corte total. Se puede escribir:
T2 zb = M 2 + V (1 − 0.5η ) zb = M 2 + Veb
ev = (1 − 0.5η ) z b (6.41)
ev = z b ≈ d (6.42)
Fig. 6.54 Criterios para interrupción de barras de flexión. Efecto del diagrama de tracción o
decalaje Tjd y su relación con el diagrama M
ev η
= cot α − (cot α + cot β ) ≥ 0 (6.43)
d 2
La tabla 6.1, ref.[7], muestra la relación ev/d para diferentes valores de η, β y α.,
y se observa que para valores moderados de cuantía de acero del alma, η<0.50, e
inclinación de fisuras cercanas a 40o el valor de ev es aproximadamente igual a la
altura útil d, pero si α es cercano a 30o y el contenido de armadura de corte es
importante, adoptar un cambio de tracción igual a d puede resultar peligroso.
Fig. 6.55
Ensayos, ref.[2], que muestran la fisuración diagonal en ambos
sentidos en un muro de hormigón armado sometido a carga
horizontal cíclica.
64
ε ε 2
f 2 = f 2 max 2 2´ − 2´ (6.44)
ε c ε 2
donde:
f c´
f 2 max = ≤ f c´ (6.45)
0.8 + 170ε1
Fig. 6.57 Mecanismos de transferencia de corte en zonas de rótulas plásticas. Modelación con
biela y tensor
66
Una situación más desfavorable aún se puede presentar cuando las tensiones de
corte en zonas plásticas son muy elevadas. Si las fisuras de flexión por efecto de
reversión intensa abarcan la casi total altura de la viga, más el efecto de fisuras
diagonales de tracción alternadas, pueden llevar a la inutilización del mecanismo de
reticulado también. Esto es porque cuando el acero longitudinal fluye en tracción por
carga en una dirección, cuando la misma se revierte no habrá contacto de hormigón
en la zona de compresión, ver Fig.6.58.
Estas fisuras permanecerán abiertas hasta que el acero fluya en compresión y
permita que se pueda materializar el puntal de compresión. En consecuencia en una
parte de los ciclos, la flexión y el corte, para armadura convencional, estaría
soportada por la cupla de acero solamente. Se puede producir una falla por
deslizamiento por corte, con una apreciable pérdida de la capacidad de disipación de
energía.
El código NZS:3101, en su sección 9.4.4.2, y la ref.[14], que es traducción de la
misma, en la sección 2.2.8.3.2, exigen armadura diagonal para resistir el corte. La
Fig. 6.60 muestra la magnitud del desplazamiento por deslizamiento de corte a lo
largo de fisuras casi verticales cuando las tensiones de corte fueron muy elevadas y
hubo fuerte reversión de esfuerzos.
Fig. 6.58
Diferentes estados en el desarrollo de una rótula durante
acciones cíclicas de flexión con elevado corte
67
Fig. 6.60 Control del deslizamiento por corte en una zona de rótula plástica
vn ≥ 0.25(2 + r ) f c´ (6.46)
con valor siempre negativo, y donde Vun indica el menor y Vum el mayor de las
fuerzas de corte aplicadas en sentidos opuestos en dicha sección.
Cuando es de aplicación la ecuación (6.46), la armadura diagonal suministrada
debería resistir una fuerza de corte no menor a:
v
Vdi ≥ 0.7 n + 0.4 (−r )Vu / φ (6.48)
f´
c
Cuando se utilizan barras diagonales del tipo mostrado, sólo las barras en
tracción, Asd1, se pueden utilizar para la contribución de la resistencia al corte
asociada con una potencial falla por tracción diagonal, es decir esa componente es
la que se adiciona a la resistencia que suministran los estribos. Por ello, la armadura
de estribos verticales se calcula como:
Av
= (Vu − Asd 1 f y senα ) / f y d (6.50)
s
Fig. 6.61 Ejemplo de aplicación para el diseño de armadura de corte diagonal y estribos en
regiones potenciales de articulación plástica para controlar falla por deslizamiento y falla por
tracción diagonal.
Extraído de los comentarios del reglamento NZS:3101:1992, C9.4.4, página 166.
70
Fig. 6.62 Falla de corte en una columna durante el terremoto de Venezuela de 1967
Nu ´
vc = 0.167 + 0.012 f c ≤ 0.30 f ' c (6.51)
Ag
Nu ´
vc = 0.167 + 0.05 f c ≥ 0 (6.52)
Ag
vb = (0.07 + 10 ρ w ) f c´ ≤ 0.20 f c´
y para todos los casos de compresión axial excepto donde se pueda producir una
rótula plástica, está dada por:
72
Nu
vc = 1 + 3 v b (6.53)
Ag f c´
y también para los casos fuera de rótula plástica pero con tracción axial:
Nu
vc = 1 + 12 v b (6.54)
Ag f c´
vc = 0 (6.55)
Nu
vc = 4vb − 0 .1 (6.56)
Ag f c´
La misma norma aclara que fuera de las zonas definidas como de rótula plástica,
el elemento se supone que permanece en rango casi elástico, por lo cual la
contribución del hormigón a la resistencia al corte puede considerarse como válida.
La Fig. 6.64 (c) muestra una viga en voladizo empotrada en su extremo izquierdo
y sometida a una carga puntual P en el otro extremo. La altura del elemento
aumenta de modo lineal en dirección del incremento de momento. Claramente se
observa que la tracción del acero y la resultante de compresión en el hormigón
resultan inclinadas e introducen componentes transversales al eje del elemento.
74
_
Vefec. = V u = Vu − T . tan θ 1 − C. tan θ 2 (6.57)
Fig. 6.65
Corte efectivo en vigas de
altura variable o con cartelas
en apoyos
La Fig. 6.65 muestra casos típicos que se pueden presentar y con línea
discontinua se indica el corte derivado de la estática y con Veff el esfuerzo para
considerar en diseño.
El reglamento NZS:3101, ref.[9] en su sección 9.3.2.1.(b) tiene este efecto en
cuenta y da una expresión que incluye como vin (por esfuerzo de corte suministrado
o amplificado por los esfuerzos internos) en la ecuación de diseño al corte. El
CIRSOC 201, ref.[6], en su sección 11.1.1.2 indica sin dar expresión matemática
alguna que se permite incluir los efectos de la compresión inclinada por flexión en los
elementos de altura variable. El autor considera que el CIRSOC 201, que sigue al
ACI-318, no es correcto en este aspecto pues hay casos en que la dirección de la
compresión hace aumentar el esfuerzo de corte de diseño, por lo que la norma
debería exigir su consideración.
Fig. 6.66 Casos donde se debe aplicar el diseño de corte por fricción
77
Fig. 6.67 Colapso de elementos prefabricados de fachada por falta de buen diseño al corte por
fricción en los anclajes durante el sismo de Northridge, 1994
Fig. 6.68 Modelo que simula el comportamiento de bloques de hormigón armado en fisuras
potenciales y bajo corte directo. Corte por fricción
Vd = φVn ≥ Vu (6.59)
78
Vn = µAvf f y (6.60)
v d = φv n ≥ vu (6.30)
y en términos de fuerzas:
Tabla 1 Valores del coeficiente de fricción para el diseño al corte por fricción. Extraída del
CIRSOC-201-2005
Vn ≤ 0.2 f c´ Ac
(6.62)
Vn ≤ 5.5 Ac
79
v n ≤ 0.20 f c´
v n ≤ 1.10 f c´ (6.31.b)
v n ≤ 9 MPa
donde N* es la carga axial de diseño, que debe incluir los efectos de contracción y
temperatura, que se produce en la sección transversal simultáneamente con el
cortante Vu, y que se debe tomar como positiva cuando es de compresión y negativa
cuando es de tracción. Por ello, la norma NZS:3101 establece como ecuación de
diseño de las armaduras que atraviesan la grieta la siguiente expresión:
V 1
Avf = u − N * (6.63)
φµ fy
en donde φ toma el valor de 0.75 en la nueva versión 1992, es decir menor que el
valor de 0.85 que adoptaba el ACI-318 y que también adoptaba la versión
NZS:3101-1982.
80
Fig. 6.69
Armadura de corte por fricción ubicada con un
ángulo con respecto a la supuesta fisura potencial
Puede ser el caso de que el refuerzo de acero para cortante por fricción no
atraviese el plano de corte a 90o, sino que lo haga con cierto ángulo como se
muestra en la viga inferior de la Fig. 6.66, y tal cual muestran las Figs. 6.69 y 6.70
corresponde hacer análisis adicionales. Si el refuerzo está inclinado con respecto al
plano de corte en un ángulo αf y la fuerza de corte provoca un aumento en la
tensión de tracción del acero, entonces por un lado hay que considerar que la
componente vertical de la fuerza normal a la fisura debe contener el factor (sen αf), y
que a su vez, la componente horizontal de la armadura diagonal, donde aparece el
factor (cos αf), contribuye a la resistencia al corte, por lo que entonces resulta:
Vu − µφN *
Avf = (6.64)
φf y ( µ .senα f + cosα f )
Fig. 6.70 Modelo de resistencia a través de una fisura de la armadura inclinada necesaria por
corte por fricción
Fig. 5.71
Disposición de armadura
diagonal en los muros
estructurales de hormigón
armado bajos para evitar
fallas por deslizamiento
Fig. 6.72 Ejemplo de edificio con muros estructurales de hormigón armado sometido a cargas
horizontales: (a) planta; (b) elevación a través de muros C o D; (c) elevación por muros A o B
vn ≤ 0.833 f c´ (6.65)
donde:
Vn
vn = (6.66)
0.8bwlw
vc ≤ 0.17 f c´ (6.67)
0.3 N * ´
vc ≤ 0.171 + fc (6.68)
A
g
para tabiques con N* en tracción, la cual debe tomarse con signo negativo.
4. Cuantías mínimas:
Ash
ρh = ≥ 0.0025 (6.69)
bw s2
Asv
ρv = ≥ 0.0025 (6.70a)
bw s1
h
≥ 0.0025 + 0.5 2.5 − w ( ρ h − 0.0025)
Asv
ρv = (6.70b)
bw s1 lw
pero no necesita ser mayor que la armadura horizontal colocada, y donde Asv es la
armadura vertical colocada dentro del espesor bw y con separación horizontal s1.
84
vn ≤ 0.16 f c´ (6.72)
vc ≤ 0.6 N * / Ag (6.74)
ρ v ≥ 0.70 / f y (6.75a)
ρ h ≥ 0.70 / f y (6.75b)
De todas maneras, en diseño sismo resistente hay que tener en cuenta que para
asegurar que el corte no inhibirá un comportamiento dúctil supuesto en los muros
estructurales de hormigón armado dicho efecto no debe controlar el diseño. En
consecuencia, se deben estimar las demandas como los máximos esfuerzos de
corte que potencialmente se puedan desarrollar durante un evento sísmico extremo,
para lo cual deberían aplicarse los principios del diseño por capacidad que fueron
desarrollados por Tom Paulay, ref.[2], y que han sido incorporados en la ref.[14], es
decir Reglamento Argentino para construcciones sismorresistentes, INPRES-
CIRSOC 103, Parte II que corresponde a las construcciones de hormigón armado.
85
Tal vez sea pertinente cerrar este capítulo, cuyo contenido obviamente no es
completo sino pretende tomar algunos de los principales aspectos del diseño al
corte, con reflexiones de la ref.[17]. Cualquier estrategia de diseño debe ser bien
comprendida para poder ser aplicada en forma efectiva. Los fenómenos involucrados
en el corte en secciones de hormigón armado son bastante complejos. Sin embargo,
en la rutina de diseño de la práctica ingenieril sólo técnicas simples debe esperarse
que sean bien comprendidas. Además, la estrategia de diseño debe ser racional de
modo que su aplicación es acompañada por una firme convicción de su aplicabilidad.
Reglas del tipo “recetas de cocina” pueden correr el peligro de ser mal interpretadas.
Por ello, es conveniente al aplicar un código ver cuales son los principios y
fundamentos que avalan su razón de ser, y tener siempre presente que el código es
una guía, pero que necesita del buen juicio y conocimientos extra del proyectista
para lograr el resultado esperado. La referencia citada enfatiza que en cualquier
proceso de diseño no debe estar ausente poner el máximo esfuerzo en la ingeniería
de detalle y el control de ejecución de la misma en la obra. Recordar que las
estructuras responden, llegado el momento de acción de las demandas, en función
de cómo han sido construidas, detalladas y conservadas.
86
6.14 REFERENCIAS
HORMIGÓN I
unidad 7:
CONTENIDO.
7.1. INTRODUCCIÓN.
7.11 REFERENCIAS.
7.1. INTRODUCCIÓN.
Por muchos años los efectos de torsión fueron ignorados en el diseño. Como se
verá más adelante, en algunos casos es justificado, pero no en otros. Se tomaba a la
torsión como una acción secundaria y en general no era tenida en cuenta en el
diseño; su influencia era absorbida por el factor de seguridad global de las
estructuras diseñadas a otros esfuerzos muy conservadoramente. Sin embargo,
años posteriores surgió la necesidad de considerar la torsión porque por un lado los
métodos más sofisticados de análisis permitían estructuras más livianas, menos
conservadoras y por lo tanto con menor coeficiente de seguridad global; por otro
lado se incrementó el uso de elementos estructurales en los cuales la torsión jugaba
un rol principal en la respuesta ante las acciones, como es el caso de vigas de
puentes curvos, vigas cargadas excéntricamente, estructuras prefabricadas sin
continuidad para redistribución de esfuerzos, balcones, losas helicoidales, etc.
Fig. 7.1(a)
Ejemplo de torsión por equilibrio:
voladizo cargado excéntricamente
La Fig.7.1(b) muestra otro caso muy típico de torsión por equilibrio donde la
flexión de la losa en voladizo se transforma en torsión de su viga soporte la cual en
sus apoyos debe contar con restricción a torsión y por otro lado resistir tanto torsión
como flexión. El momento de torsión en los extremos de la viga induce momentos
flectores del mismo valor en las columnas. Note que en dicha figura para que el
efecto sea estrictamente de torsión primaria, la losa debe estar en voladizo, es decir
su único apoyo debe ser la viga de borde indicada, por lo que el momento mE de la
losa, por unidad de longitud, en su apoyo no puede ser nulo. No hay posibilidades de
redistribuir o ignorar los momentos de torsión inducidos en la viga de borde.
La Fig.7.2, de ref. [2], muestra en (a) y (b) dos casos también muy frecuentes de
encontrar en la práctica, siendo el tercero en (c) análogo al presentado en la
Fig.7.1(b). Todos corresponden a torsión primaria.
Fig.7.2
Tres nuevos ejemplos de
torsión primaria o por
equilibrio.
Fig. 7.3
Efectos de torsión en hormigón
armado.
(a) torsión primaria en viga por
descarga de losa en voladizo.
(b) torsión secundaria o de
compatibilidad en viga de borde de
entrepiso.
(c) momentos en las losas si la viga
de borde es rígida a torsión
(d) momentos en las losas si la viga
de borde es flexible a torsión.
línea estructural del puente sea estabilizada por otras líneas transversales
adyacentes que resistan el sismo longitudinal, la resistencia a torsión de la viga es
indispensable para mantener el equilibrio. Esto es torsión por equilibrio. Si se
incluyen líneas resistentes alternativas para el sismo longitudinal, no sería necesaria
la torsión de equilibrio, pero a la vez, la falta de resistencia a torsión llevaría a una
reducción de los momentos de flexión en los extremos de las columnas, lo cual haría
que en definitiva no se produjeran los momentos plásticos en extremos de columnas.
Fig. 7.4
Torsión por
equilibrio y por
compatibilidad en
puentes bajo
acción sísmica.
El caso de Fig. 7.4(b) muestra otro ejemplo de torsión por compatibilidad ante
acciones horizontales inducidas en la porción de puente limitada por juntas de
movimiento. La superestructura cuenta con una columna corta y otra larga. Se
supone que está sometida a sismo transversal al eje longitudinal del puente. Como
consecuencia de la diferente altura de las columnas, el centro de rigidez se desplaza
desde el centro de masa (casi en el centro del tablero) hacia la columna más corta.
Ante movimientos horizontales por sismo, se induce un modo de torsión indicado con
línea a trazos y giro de planta θ alrededor del eje vertical. Esta rotación implica
torsión en las columnas, con magnitud proporcional a la rigidez a torsión de las
columnas. Sin embargo, aún con rigidez cero a torsión de dichas columnas, el
sistema es aún estable. En este caso es posible la redistribución de esfuerzos.
8
Fig. 7.5
Puente con viga y columna
exteriores, con falla de corte y de
nudo durante el terremoto de
Loma Prieta, Octubre de 1989.
M = EIφ (7.1)
A su vez, para torsión, si bien aún no hemos hecho referencia a los parámetros
que controlan la respuesta, a partir del fenómeno descrito hasta ahora se puede
adivinar que en el módulo de rigidez de la sección a torsión deben intervenir el
9
Fig. 7.6
Idealización de las características Torsión-Giro
en hormigón armado.
Fig. 7.7(a)
Colapsos en dos sobre-pasos de las rutas I-
5/SR-14, cerca de Sylmar y San Fernando, en
las afueras y a 45 Km de Los Angeles, durante
el terremoto de Northridge del 17 de Enero de
1995. Los colapsos fueron atribuidos al inicio de
fallas por corte en las columnas más cortas y
por ende más rígidas, que atrajeron más
momento flector.
Fig. 7.7(b). Elevación y dimensiones del soporte 2 (bent 2), del conector Sur (que aparece al
frente de la figura). Los otros apoyos son similares pero tenían alturas diferentes
11
Fig. 7.7(c). Planta y elevación con dimensiones y designación de los apoyos, del conector
Sur de la ruta I-5/SR-14. La falla comienza en el soporte (bent) No. 2. Las columnas, por
costumbre, eran reforzadas con la misma armadura longitudinal y el mismo estribo,
típicamente equivalente a diámetro de 13 mm (barra No.4 en EEUU) cada 30 cm.
Obviamente, las columnas más cortas entraban antes en fluencia con demandas de corte
mucho mayores que en las columnas esbeltas. Allí empezó la tragedia para esos cruces a
las 4:40 del lunes 17 de enero de 1994. Epicentro a 30 Km. NW de centro de Los Ángeles.
Tr
vmáx =
J
Fig. 7.8
Trayectorias de las
tensiones principales
en una barra cilíndrica
sometida a torsión pura.
12
Fig. 7.9
Distribución de tensiones
de torsión en secciones
rectangulares, circulares y
huecas.
T
vt = ψ (7.3)
x2 y
donde T= momento de torsión en la sección.
y,x = dimensiones totales de la sección transversal, con y>x
ψt = un factor de tensión que es función de la relación y/x, y que aparece
cuantificado en la Fig. 7.10.
Fig. 7.10
Factores de Rigidez y
de tensión para
secciones
rectangulares
sometidas a torsión.
dθ t T
= (7.4)
dz GC
13
Ec
G= (7.5)
2(1 + µ )
C = βt x3 y (7.6)
Fig. 7.11
Torsión en un elemento rectangular.
GC
Kt = (7.7)
l
Para el análisis de estructuras hiperestáticas tanto la rigidez a flexión, ecuación
(7.1), como la rigidez a torsión son necesarias de cuantificar. La ecuación (7.7) que
expresa la rigidez a torsión de un miembro se puede comparar con la ecuación para
la rigidez a flexión del mismo miembro cuando su extremo más alejado está
empotrado, definido como el momento requerido para producir una rotación unitaria,
y de valor 4EI/l, en un esquema como el representado en la Fig. 7.12.
14
Fig. 7.12
Esquema de viga empotrada con momento
M en el extremos libre.
Fig. 7.13
División de componentes de
secciones transversales para
un análisis a torsión más
simple.
La respuesta de secciones
compuestas, como L y T, es
más complejo. Es común
aceptar a los fines del diseño
que la sección está
apropiadamente dividida en
rectángulos y que cada uno
de ellos absorbe una porción del momento torsor total en función de su rigidez.
La Fig. 7.13 muestra casos típicos y divisiones posibles. En el caso de losas que
forman parte de alas de las vigas, el ACI-318-05, en la sección 11.6.1 especifica que
el ancho del ala en voladizo que se debe considerar (lo que indica la Fig. 7.13, de
ref.[2], es anterior a la versión 2005) es el mismo que se estableció para sección
efectiva en la evaluación de la rigidez de las vigas para ser comparada con la rigidez
de las losas, sección 13.2.4 de la misma norma y que se muestra en la Fig. 7.14.
Fig. 7.14
Tomada de CIRSOC 201-2005. Sección de losa
a considerar con la viga como alas para la
contribución a la torsión, en los casos de
construcción monolítica.
15
Kt 2
T2 = T (7.7a)
∑ i3=1Kti
y la máxima tensión de corte por torsión según la ecuación (7.3) está dada por:
T2
vt 2 = ψ t 2 (7.7b)
x22 y 2
Además de ser una herramienta muy útil y que ha sido utilizada en varios
casos prácticos, ref. [5], es una herramienta mental excelente para visualizar las
tensiones y capacidades de torsión, en el rango elástico. Por ejemplo, todas las
secciones que se muestran en la Fig. 7.15 pueden soportar aproximadamente el
mismo momento torsor para la misma tensión máxima de corte (es decir para la
misma pendiente máxima de la membrana), puesto que el volumen encerrado por la
16
membrana será casi el mismo en los tres casos. Además, con poco esfuerzo el
lector puede convencerse de que las líneas de contorno de una película jabonosa se
apilarán en el punto a de la sección angular, por lo que en dicho punto se producirá
una alta concentración de tensiones.
Fig. 7.15
Miembros con igual sección transversal y
espesor t resisten el mismo torsor (no es
aplicable a secciones tubulares).
b1 b2
Vt = b vty = vty (7.7c)
22 4
b b3
T = 4Vt = vty (7.7d)
3 3
Fig. 7.16
Sección cuadrada cometida a torsión en la que
se considera que se ha alcanzado la fluencia por
torsión.
17
bvty b3
T = b2 = vty (7.7e)
3 3
Fig.7.17
Esquema de aplicación de la analogía del
montículo de arena de Nadai para una sección
rectangular.
T
vty = ψ ty (7.8)
x2 y
donde:
2
Ψty = (7.9)
1− x / 3y
Dado que x≤ y, cuando x= y el factor ψty= 3.0, su máximo valor posible, y (7.8) se
hace igual a (7.e), mientras que cuando x/y= 0, resulta ψty= 2.0. La ecuación (7.8) es
análoga a la (7.3).
Fig. 7.18.
Analogía de la
membrana de L.
Prandtl para
régimen elástico
Fig. 7.19. Analogía del montículo de arena de A. Nadai para régimen plástico.
Fig. 7.20
Elemento prismático rectangular sometido
a torsión y esfuerzos internos resultantes.
Tal como lo sugiere la distribución de tensiones de Fig. 20(b), para los efectos
del diseño una buena aproximación es la de idealizar que en una sección maciza la
torsión sólo es resistida por una sección o tubo de pared delgada, ignorando la parte
central. Cinco razones fundamentales soportan esta analogía:
Fig. 7.22
Tubo de pared delgada sometido a torsión.
Dentro de las paredes del tubo la torsión es resistida por el corte de flujo q, cuya
trayectoria, como lo muestra la Fig.7.23, (tomada de ref. [7]) y con unidades de
fuerza por unidad de longitud, se representa por una línea en la mitad del espesor
idealizado t. En la analogía dicho flujo, q= τ.t, se considera constante en el perímetro
(la tensión y el espesor son constantes).
21
Fig. 7.23.
Ejemplo de una viga
sometida a torsión
que se idealiza como
un tubo de pared
delgada (a) en que
no se considera el
núcleo de hormigón
de la sección
transversal maciza,
siendo Ao el área
total encerrada por
la trayectoria del
flujo de corte.
donde Ao= xo.yo, representa el área total encerrada por la trayectoria del flujo de
corte, por lo que entonces el esfuerzo de corte unitario que actúa dentro de las
paredes, tomado como uniforme es:
q T
τ= = (7.11)
t 2 Ao t
1
f t = λ f c´ (7.12)
3
22
con λ= 1.0 para hormigón de densidad normal. Por lo tanto, el momento torsor de
fisuración (note: “cr” por cracking) resulta:
1
Tcr = f c´ (2 Ao t ) (7.13)
3
El valor de Ao se puede representar como una fracción del área total Acp
encerrada por el perímetro de la sección transversal, pcp. A su vez, el espesor t se
puede aproximar como una fracción de la relación Acp/pcp. Para elementos sólidos
con sección transversal rectangular, t puede tomarse como un valor comprendido
entre 1/6 a 1/4 del ancho mínimo. Utilizando un valor de t= 1/4x, para y/x= 2, resulta,
(ver luego la demostración) como se indica en la Fig.7.23, una relación aproximada:
2
AO = Acp (7.14)
3
y también que:
3 Acp
t= (7.15)
4 pcp
1 Acp2
Tcr = f c
´
(7.16)
3 pcp
Acp = x . 2x = 2 x2
pcp = 2(x+2x) = 6x
2
AO = Acp (7.14)
3
y la relación:
Acp / pcp = 2x2 / 6x = 1/3 x = 1/3 x 4t
por lo que:
t = ¾ A cp / pcp , que es la ecuación (7.15).
Fig. 7.24(a)
Analogía del reticulado
Espacial para torsión
Se define el área Aoh= xoyo como el área encerrada por el eje de la armadura
transversal cerrada más extrema dispuesta para resistir torsión, y además el
perímetro ph= 2(xo + yo) del eje de la armadura de torsión transversal cerrada
ubicada en la posición más externa.
Fig. 7.25
Diagrama de cuerpo libre para
Equilibrio vertical.
V4 = At f yv n (7.18)
At f yv xo y o
T4 = cot θ (7.20)
2s
Para las cuatro paredes existirán expresiones similares, por lo que sumando la
contribución de todos los lados, la resistencia nominal a torsión de la sección es:
2 Aoh At f yv
Tn = cot θ (7.21a)
s
Sin embargo, los ensayos han demostrado que, después de que ocurre la
fisuración, el área encerrada por el flujo de corte, Ao, es menor que el área
encerrada por las dimensiones xo e yo, medidas hasta la línea central del estribo
cerrado más externo. En consecuencia, la versión ACI-318-2005, sección 11.6.3.6
especifica que debe utilizarse Ao en vez de Aoh para determinar el Momento Torsor
Nominal con esta expresión:
2 Ao At f yv
Tn = cot θ (7.21b)
s
Vi
Di = (7.24a)
senθ
y
N i = Vi cot θ (7.24b)
Fig. 7.26
Diagrama de cuerpo libre
Para equilibrio horizontal.
La fuerza Ni está centrada a media altura de la pared i puesto que se supone que
el flujo de corte q es constante en el ancho del la pared. En la analogía del reticulado
espacial entonces para cada cordón superior e inferior le corresponde una fuerza
Ni/2. Internamente se supone que el acero longitudinal fluye cuando se alcanza la
resistencia a torsión, por lo que la contribución total de la pared vertical derecha 4 al
cambio de la fuerza axial del elemento por presencia de torsión es:
At f yv yo
N 4 = V4 cot θ = cot 2 θ
s
Totalizando el efecto para todas las caras:
At f yv
∑A li f yl = Al f yl = ∑ N i = ∑Vi cot θ = 2( xo + y o )cot 2 θ
s
y como:
p h = 2( xo + yo ) (7.25)
At f yv
Al = ph cot 2 θ (7.26)
s f yl
Al = área total del refuerzo longitudinal para resistir la torsión (en todo el perímetro)
27
At
Al = ph (7.27)
s
Tu s
At = (7.28)
2φAo f yv cot θ
que de no verificar lleva a modificar las dimensiones para bajar la tensión máxima de
corte. Para torsión y corte, la norma impone con similar concepto este límite:
2 2
Vu Tu ph V
+ ≤ φ c + 2 f c´ (7.29)
2 b d 3
bw d 1.7 Aoh w
Vu Tu ph Vc 2
+ ≤ φ + f c´ (7.30)
2
bw d 1.7 Aoh bw d 3
analogía del tubo hueco, pero toda la sección transversal es efectiva para resistir
corte por flexión. En la sección hueca, Fig. 27(a), en el punto A las tensiones de
corte se suman en forma directa, y por ello la forma de la expresión (7.30). Sin
embargo, en la sección maciza, el corte que no es de torsión se distribuye a través
del ancho. Por esto, y corroborado por ensayos, la ecuación (7.29) permite una
mejor representación, y a la vez no tan conservadora, de las tensiones de corte.
Fig. 27.
Suma de esfuerzos de torsión y de corte en
secciones huecas y macizas.
Tu
1.7 Aoh t
Av +t Av A
= +2 t (7.31)
s s s
( Av + 2 At ) ≥ 1
f c´
bw s
(7.32a)
16 f yv
y también:
( Av + 2 At ) ≥ 0.33bw s (7.32b)
f yv
Fig. 29.
Descascaramiento en las esquinas de
vigas solicitadas a torsión.
Además, en sus comentarios menciona que cuando una viga falla por torsión
las esquinas de las vigas tienden a desprenderse debido a las tensiones inclinadas
de compresión en las diagonales de hormigón del reticulado espacial, que cambian
de dirección en la esquina. La Fig.7.29(a) muestra la zona potencial de
descascaramiento, y en la Fig.7.30(a) y (b) esquemas de cuerpo libre que explican el
fenómeno citado. Los ensayos demuestran que si los estribos sólo tienen ganchos a
90o los mismos no son efectivos por el salto potencial del recubrimiento. Por ello la
norma exige que los estribos deben anclarse dentro del hormigón confinado. Sólo en
el caso en que el descascaramiento esté restringido se permiten utilizar ganchos a
90o. La Fig.7.28 muestra las exigencias de la norma.
ph
s≤ (7.33a)
8
s ≤ 300mm (7.33b)
31
Fig. 30(b)
Modelo de una sección llena fisurada en torsión.
Hasta la edición del ACI-318-1989 se utilizaba una expresión que exigía una
cuantía longitudinal de acero cercana al 1 % para vigas sometidas a torsión pura, y
valores menores para vigas con corte y torsión en función de las relaciones entre
32
5 f c´ Acp A f yv
Al ,min = − t ph (7.34)
12 f yl s f yt
donde:
At 1 bw
≥ (7.35)
s 6 f yv
Existen estudios críticos sobre las armaduras mínimas de torsión exigidas por
el ACI-318-1995, como los presentados en ref.[8].
d s ≥ 10mm
(7.36)
d s ≥ s / 24
La Fig.7.31, torsión primaria o por equilibrio, y que ratifica los conceptos antes
explicados, muestra el caso en que el momento torsor, obtenido por simple
equilibrio estático, no se puede reducir, ya que el mismo se necesita
indefectiblemente para el cumplir condiciones de equilibrio. En este caso, se debe
disponer de armadura de torsión, obtenida con los criterios antes explicados, para
soportar la totalidad del momento torsorTu. Esto es lo que expresa la norma en su
sección 11.6.2.1.
Fig. 7.31
Ejemplo de acción de
momento torsor que
el reglamento no
permite reducir.
1 Acp2
Tu = φ f c´
(7.37)
3 pcp
1 Acp2 3N u
Tu = φ f c´
1+ (7.38)
3 pcp Ag f c´
34
Esto implica, como se ve, que la norma ha tomado el momento que produce
fisuración como referencia para la máxima redistribución posible (es decir, se puede
“redistribuir” todo el exceso por encima de ese valor de referencia), pero afectado
por el factor de reducción de resistencia φ, ya que Tcr (por “cracking”) vimos está
dado por:
1 Acp2
Tcr = f c´ (7.16)
3 pcp
Fig. 7.32.
Situación en la que
el momento torsor
último puede
reducirse.
En síntesis, hasta aquí la norma C-201-05 nos indicaría que los casos
posibles que se pueden presentar luego de obtener el Tu, a partir de un análisis
elástico basado en propiedades de la sección no fisurada (ver comentario del
código en sección C 11.6.2.1 y C 11.6.2.2, último párrafo) son tres:
Es en esta parte donde la norma de Nueva Zelanda trata el tema con mayor
claridad y consistencia que el ACI-318. En sus comentarios, sección C9.3.7.2 el NZS
aclara que las previsiones para torsión siguen los lineamientos de el Código de
Canadá en vez de los del ACI-318.
Como se ve, la norma NZS no deja dudas sobre cómo tratar el tema, y
sugiere ignorar la torsión por compatibilidad salvo casos muy especiales. Cuando se
la ignora se debe adoptar GJ=0 para que los momentos y cortes resultantes sean
coherentes con la hipótesis adoptada.
4( Aco ) 2 tc
Gc K gross = Gc (7.39)
poc
con el significado según Fig. 7.33, donde Gc puede tomarse como 0.4Ec.
Fig. 7.33
Concepto de tubo equivalen-
te para secciones de hormi-
gón no fisuradas.
2
AO = Acp (7.14)
3
Es 4( Ao ) 2 At Al
Gc K cr = (7.40)
2 po spo
La norma aclara que para vigas típicas se encuentra que la rigidez a torsión
dada por la ecuación anterior es menos del 10 % de la que corresponde a sección
37
Fig. 7.34
Torsión por
compatibilidad.
to = 0.75 Ao/po
po = perímetro supuesto como pasando por los centros de las barras
longitudinales.
Ao= boho = área que encierra po = 2(ho+bo)
bo = se puede tomar como 0.5(b´o+b”o)
38
Hasta este punto este trabajo desarrolla los conceptos de la norma NZS, los
que simplemente han sido explicados para por un lado ver la diferencia de
tratamiento del problema con el ACI-318, y para aclarar sus fundamentos. Se deja al
lector la referencia indicada para mayor profundización del tema.
Tcr 1 Acp2
Tu ≤ Tcritico= = = φ fc´
(7.39)
4 12 pcp
1 Acp2 3N u
Tu = φ f c´
1+ (7.40)
12 pcp Ag f c´
Fig. 7.36. Máximas tensiones de torsión y momentos de Inercia Polar J para algunas
secciones homogéneas según la teoría de la elasticidad.
41
Fig. 7.37
Típicas Relaciones
Torsión-Ángulo de giro
para vigas según
ensayos presentados en
ref.[2].
muestra una síntesis de experimentos sobre vigas con el mismo área del núcleo
(xoyo = constante) y con relaciones de 1≤ y/x≤ 6, las cuales muestran casi la misma
rigidez en todos los estados asociados con la fisuración. La rigidez del reticulado
espacial depende en gran medida del contenido de acero de torsión. Note que se
da un fenómeno similar a la dependencia de la rigidez a flexión en función de la
resistencia de la viga (contenido de armadura en tracción) que ha sido manifestado
por Paulay y Priestley en sus últimos trabajos, ref.[12].
Fig. 7.38. Rigidez torsional para secciones rectangulares y huecas de hormigón armado
diagonalmente fisuradas.
43
A) Datos:
D= doble TT + aislación + piso= 0.30 ton/m2
L = 0.15 ton/m2
f´c = 35 MPa = 3500 ton/m2 wc = 2.4 ton/m3 fy= 420 MPa= 42000 ton/m2
B) Resolución.
El corte y la torsión crítica están a una distancia d desde la cara del soporte.
Se supone altura útil d = 80cm – 5 cm = 75 cm. Por lo tanto, la sección crítica está
a 75cm + 20cm= 95 cm del centro o eje de la columna, es decir:
Sección crítica desde el centro del tramo (4.50m – 0.95m) = 3.55 m
La viga debe ser diseñada para resistir en forma completa el momento torsor
Tu pues se trata de un caso de torsión por equilibrio.
Torsión de fisuración:
1 Acp2
Tcr = f c
´
(7.16)
3 pcp
1 A2
Tu = φ f c´ cp (7.39)
12 pcp
Acp = área encerrada por el perímetro exterior de la viga incluido el borde de apoyo
1 0.35 2 m 4
Tcr = 35 = 0.0895MNm = 8.95tm
3 2 .7 m
que resulta menor que la demanda Tu = 5.25 tm, por lo cual NO puede ignorarse el
efecto de torsión.
Tiene como objeto cuidar que las diagonales comprimidas no estén sobre
cargadas. Por tratarse de sección maciza:
2 2
Vu Tu ph Vc 2
+
2
≤ φ + f c´ (7.29)
bw d 1.7 Aoh bw d 3
Fig. E1-3.
Se ha tomado como distancias a ejes de estribos:
Arriba (13”) 0.33m (es decir 3.5cm de recubrimiento
a eje de estribos), izquierda (29”) 0.73m; abajo (19”)
0.48m; borde apoyo (5”) 0.13m; las 6”= 0.15m y las
24”= 0.60m.
Vc
vc = ≤ 0.30 f c´
bw d
2
φ 0.30 f c´ + f c´ = 0.75 x0.97 35 = 4.30MPa = 430t / m 2
3
2 2
22.20t 5.25tmx 2.42m
2
+ 2 4
= 5476 + 12222 = 133t / m 2 < 430t / m 2
0.40 x0.75m 1.7 x0.26 m
Td = φTn ≥ Tu = Tr = 5.25tm
2 Ao At f yv
Tn = cot θ
s
525tcmx30cm
At = = 1.13cm 2 por rama cada 30 cm.
2 x0.75 x 2210cm 2 x 4.2t / cm 2
que podría corresponder a un estribo cerrado con una barra de 12 mm cada 30 cm.
Sin embargo hay que sumar requerimientos por corte.
corte último:
Av
+ At = 0 + 1.13 = 1.13cm 2 en cada rama y cada 30 cm.
2
bw s
( Av + 2 At ) = (0.0 + 2 x1.13) = 2.26cm 2 ≥ 1
f c´ = 0.0625 x
35
x 40 x30cm 2 = 1.05cm 2
16 f yv 420
y
( Av + 2 At ) = 2.26cm 2 ≥ 0.33bw s = 0.33 x 40 x30cm 2 = 0.94cm 2
f yv 420
At f yv 1.13cm 2
Al = ph cot 2 θ = x 242cmx1.0 x1.0 = 9.10cm 2
s f yl 30cm
5 f c´ Acp A f yv
Al ,min = − t ph
12 f yl s f yt
5 35 x 3500cm 2
Al ,min = − 0.028cmx 242cm = 20.54 − 9.10 = 11.44cm 2
12 x 420
At 113mm 2 1 bw 400
= = 3.43 ≥ = 0.167 mm = 0.15
s 300mm 6 f yv 420
El acero longitudinal requerido por torsión debe ser distribuido alrededor del
perímetro del estribo cerrado, con separación máxima de 30 cm, y estar dentro del
estribo, con una barra en cada esquina del mismo.
M u /φ 6330tcm
A≅ = = 23.92cm 2
f y (d − d ´) 0.90 x 4.2t / cm 2 (75 − 5)
mientras que la cuantía mínima por flexión es (1.4/fy) = 0.3333, por lo que:
Mn= 72.47 tm εsmax =1.7 % por lo que φ= 0.90, con eje neutro a 11.23 cm
Una viga con un extremo empotrado y otro libre en voladizo, de sección con
ancho b= 0.30m y altura total h= 0.50 m está sometida a un par torsor en su extremo
libre igual a Tu= 4.0 tm. El hormigón es calidad H21 y el acero ADN 420. Diseñar la
sección a torsión.
Solución.
(1) Es torsión por equilibrio, por lo que hay que evaluar Tu, que es dato para
este problema.
(2) Torsión crítica:
Acp = 0.15 m2
pcp = 1.6 m
1 Acp2
Tcr = f c
´
(7.16)
3 pcp
Tu x ph / 1.7 x Aoh2 = 2.60 MNm < φ 0.97 (f´c)1/2= 0.75 x 0.97 x (21)1/2 = 3.33 MNm
Tu s
At = (7.28)
2φAo f yv cot θ
400tcmx17cm
At = = 1.12cm 2
2 x0.75 x 4.2t / cm 2 960cm 2
At 1.13cm 2
Al = ph = 140cm = 9.31cm 2
s 17cm
1 bw s
2 At ≥ f c' = 0.0625 x 4.58 x300mmx170mm / 420 = 35mm 2
16 fy
0.33bw s
(2 At ) ≥ (7.32b)
f yv
Longitudinal:
5 f c´ Acp A f yv
Al ,min = − t ph
12 f yl s f yt
5 21x1500 2
Al , min = cm − 9.13cm 2 = 6.82 − 9.13
12 x 420
La viga de la Fig. E3-1 es continua, está apoyada en columnas tal que la distancia
entre caras de columnas es de 8.50m y soporta una losa construida monolíticamente
con un voladizo de luz libre 1.70m. La losa tiene espesor de 15 cm y la viga es de 30
cm de ancho y 60 cm de alto. La altura útil de la viga es d= 55 cm. La losa soporta
una carga viva L= 0.25 t/m2.
A) losa.
B) Viga.
Momento flector:
Mu = 4.33 t/m x 8,502 m2 / x x = f(del grado de empotramiento)
Corte:
Vu = 4.33 t/m x 8.50 m / 2 = 18.50 t
53
Relaciones geométricas:
por lo que controla este valor, y se debe considerar el efecto de las alas.
y resulta bastante menor que Tu= 6.0 tm, por lo que la torsión no puede ser
ignorada.
xo = 30 cm – 2(3.4+1.2/2) = 22 cm yo = 52 cm
por lo que:
(note que el código NZS-3101 designa a la tensión de corte por torsión como
vt=Tu/(2tAo), y observando la ecuación 7.15 se ve que son similares)
y el corte es:
(vt2+vu2)1/2 = 413 t/m2 > φ 0.97 (f´c)1/2= 0.75 x 0.97 x (30)1/2 = 3.98 MNm= 398 t/m2
7.11 REFERENCIAS.
[1] “Building Code Requirements for Reinforced Concrete”. ACI-318-83 y ACI-318-
2005.
[2] “Reinforced Concrete Structures”. Robert Park y Tomas Paulay. John Wiley &
Sons. 1975.
[3] “Seismic Design and Retrofit of Bridges”. M. J. N. Priestley, F. Seible & G. M.
Calvi. John Wiley & Sons. 1996.
[9] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”. T. Paulay & M.
N. J. Priestley. John Wiley & Sons. 1992.
[11] “Curso de Hormigón Armado”. Oreste Moretto. 2th. Edición. El Ateneo. 1970.
[13] “Turning Loss to Gain”. Northridge Earthquake. Seismic Safety Comission. State
of California. Report to the Governor. Governor´s Executive Order W-78-94. SSC
Report No. 95-01. Sacramento, California, 1995.
[15] “Notes on ACI 318-02. Building Code Requirements for Structural Concrete with
design applications”. Edited by David Fanella & Basile Rabat. PCA, Portland Cement
Association.
HORMIGÓN I
Unidad 8:
ANCLAJES Y EMPALMES.
Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.
2
Contenido.
8.1. INTRODUCCIÓN.
8.12. BIBLIOGRAFÍA.
8.1. INTRODUCCIÓN.
Tal cual se expresó capítulos anteriores, el hormigón armado es un material
compuesto. La eficiente interacción de los dos componentes constituyentes requiere de
una adherencia e interacción confiable entre el acero y el hormigón.
Básicamente, las recomendaciones y exigencias de los códigos apuntan a
asegurar que las barras de acero estén adecuadamente embebidas en un hormigón
bien compactado de modo que las mismas puedan desarrollar su resistencia (al menos
de fluencia) sin que se produzcan deformaciones excesivas. Es decir se deben
observar requerimientos de rigidez, resistencia y de compatibilidad de deformaciones.
Fig. 8.1(a). Falla de Anclaje de las Armaduras, en el Viaducto Cypres, durante el terremoto de Loma
Prieta, 1989, San Francisco. California.
armado se deben evitar o demorar al máximo posible dos tipos de fallas por ser
frágiles: las de corte por un lado, y las de adherencia y anclaje por otro.
Para las situaciones normales, y las extremas cuando actúa por ejemplo el
sismo severo, se debe admitir como inevitable en el hormigón armado convencional (no
precomprimido), la formación de fisuras debidas a tracción. Si bien εc no es igual a εs, la
hipótesis de igualdad de deformaciones, a los efectos del diseño de las secciones,
puede admitirse como válida pues está ampliamente demostrado que da buenos
resultados. Sin embargo, se debe cuidar el diseño y detalle de modo que las fisuras
puedan considerarse como capilares (del orden de la décima de mm). Para esto, en las
condiciones de trabajo del material compuesto hormigón armado la adherencia cumple
un rol fundamental, y por ello la ref. [1] indica que el aspecto más importante en el
detalle de las estructuras de hormigón armado apunta a que las condiciones de
adherencia sean las más efectivas. Lamentablemente esto no es muy comprendido en
la práctica real, y en general se han prior izado los cálculos numéricos de las secciones
de hormigón armado antes que el diseño y detalle de las mismas, de los elementos
estructurales completos y de sus conexiones. Muchos terremotos pasados han dado
cuenta de falta de adecuados detalles de anclaje, como los que se muestran en la Fig.
8.1(a) y (b), durante los terremotos de Loma Prieta (1989) y San Fernando (1971),
ambos en California, EEUU.
Fig. 8.1(b).
Falla de arrancamiento de las barras
durante el terremoto de San
Fernando, 1971. California. EEUU.
Algunos autores,
Ref.[2], hacen una distinción
entre dos estados para el
comportamiento del hormigón
armado: (i) Estado I: la zona
traccionada no se encuentra
fisurada, y el hormigón
contribuye a resistir la tracción;
y (ii) Estado II: cuando
superado el valor máximo de deformación por tracción aparecen numerosas fisuras, y
entonces es la armadura la que debe resistir la tracción.
Fig. 8.2.
Generación de fuerzas de
anclaje y de adherencia por
flexión.
6
fs
ld = db (8.2b)
4u
u = ∆T / π db ∆x (8.3)
7
Algunos códigos, Ref. [3] sección 18.4, tabla 24, especifican valores permisibles
para las tensiones u, lo cual permite calcular, en función de otras variables que luego
se mencionarán, la longitud de desarrollo ld. Más adelante se hará referencia a los
requisitos que estipula el código ACI-318, Ref.[4], y la norma de Nueva Zelanda, Ref.
[5]. Estas son las bases de las actuales normas en nuestro país, CIRSOC 201-2005 e
INPRES-CIRSOC 103-parte2-2005.
(a)
(b)
(c)
(d)
Fig. 8.3. (a) Vista longitudinal y Sección transversal; (b) Distribución de tensiones fs en estado I; (c)
Tensiones de tracción en el hormigón; (d) Tensiones de adherencia.
8
efecto de adherencia hace que el acero intente nuevamente transferir parte de los
esfuerzos a ambos lados de las fisuras hacia el hormigón. Se van generando
longitudes de desarrollo ld a medida que la carga aumenta, con aparición de nuevas
fisuras, cuya configuración y separación depende del grado de adherencia. Las Fig.
8.4(b), (c) y (d) muestran cómo han variado para este estado II las distribuciones de
tensiones en el acero y en el hormigón, como así también las zonas del interior de la
barra donde se generan tensiones de adherencia, con el signo distinto (cambio de
sentido) a cada lado de la fisura.
Entre fisuras principales, que son aquellas que abarcan todo el ancho por lo que
la sección de hormigón es completamente interrumpida, se generan fisuras menores o
secundarias, que no se propagan hasta la superficie externa. En este último caso la
sección de hormigón puede tomar cierta proporción de tracción.
Fig. 8.5. Deformación del hormigón entre fisuras y sentido de las tensiones de adherencia.
10
(a)
(b)
(c)
(d)
(e)
(f)
∆T = u ∑o ∆x (8.4a)
y se puede admitir que la fuerza interna de tracción T debe variar en la misma forma
que lo hace el momento externo M, por lo que entonces, siendo jd el brazo elástico es:
∆M V
∆T = = ∆x (8.4b)
jd jd
de donde resulta:
V
u= (8.5)
jd ∑ o
Esta ecuación indica que cuando el grado de variación del momento flector (esto
es el esfuerzo de corte) es alto, las tensiones de adherencia resultarán elevadas. Debe
aclararse, sin embargo, que la ecuación 8.5 es muy simplificada y sobre estima el valor
real de las tensiones de adherencia. Esto es porque, tal cual muestra la Fig. 8.7, la
presencia de fisuras en el hormigón a intervalos discretos a lo largo del elemento hace
que aparezcan tensiones adicionales de adherencia debido a la tracción que es posible
que el hormigón aún pueda desarrollar entre las grietas. Es decir, hay cierta
redistribución de las tensiones, por lo que la ecuación anterior es muy conservadora.
Es de hacer notar que, aún cuando la fuerza de corte sea nula (por ser zona de
momento constante), se van a producir tensiones de adherencia debidas a la variación
de la fuerza de tracción en el acero. A tal respecto es interesante analizar la Fig. 8.8,
tomada de Ref.[2]. En esta figura, note además que para el estado I no deberían
aparecer tensiones de adherencia en el tramo central, entre las fuerza P, pues como no
deberían aparecer fisuras, no hay razón para que las fuerzas en el acero varíen en ese
tramo. Sí aparecerán, tal cual se indican, en el estado II.
12
adherencia sobre el tramo empotrado. A los efectos prácticos se adopta como tensión
de arrancamiento la que corresponde al valor medio, es decir:
P
u= (8.6)
∑ o.lv
donde en la figura, debe tomarse a u = τ1m. Lo correcto sería tomar una tensión media
tal que no modifique la fuerza efectiva de adherencia (resultante de los diagramas de
tensión).
Fig. 8.12.
Mecanismos de resistencia que aparecen
entre dos nervaduras de una barra
conformada.
(ii) Tensiones de normales de apoyo fb, que actúan contra la cara de los
nervios.
(iii) Tensiones de corte vc, que actúan sobre la superficie cilíndrica de
hormigón entre las nervaduras adyacentes.
a
vc ≈ fb (8.7)
c
Fig. 8.13.
Mecanismos de
fallas en las
nervaduras de
barras conformadas.
(a)cuando a/c >
0.15, (b) a/c < 0.10.
Las nervaduras son normalmente, tal cual se muestra en la Fig. 8.14, del tipo
medialuna, paralelas entre sí e inclinadas con respecto al eje de la barra, pues se ha
demostrado que frente a las del tipo anulares y nervios perpendiculares al eje de la
barra, tienen un mejor comportamiento frente a la fatiga y cargas cíclicas.
Uno de los aspectos más influyentes de una buena adherencia está asociado al
desarrollo de fisuras. Esto depende fuertemente de la relación resistencia de
adherencia vs. deslizamiento, la que es función como se vio de las distintas
configuraciones de barras y, como se verá, de las diferentes situaciones tanto en
relación a los esfuerzos como a la posición de la barra dentro del hormigón.
(a)
(b)
(c)
La Fig. 8.16(c) muestra tres casos diferentes de efectos de capas con poros en
el hormigón y los efectos en la respuesta en términos de deslizamiento. Los
comportamientos son diferentes aunque se tienda a alcanzar la misma relación de
carga última. Se nota claramente la ventaja que tiene la barra en posición vertical. Ver
también la Fig. 8.17.
La Fig. 8.18 muestra en forma esquemática cuándo una barra debe considerarse
en posición favorable, I, o desfavorable, II, tomada de ref.[7], aunque en este caso el
umbral lo define un espesor de 250 mm en vez de 300 mm como estipula el ACI-318. Si
la barra está inclinada entre 45 a 90 grados, se puede considerar como ubicada en
zona I.
Fig. 8.17.
Relación carga vs. deslizamiento
para una barra diámetro 16 mm de
acero lisa en distintas posiciones y
con distinto grado de oxidación
superficial.
La Fig. 8.20, ref. [2], muestra la influencia del diámetro de la barra sobre la
tensión media de adherencia.
Fig. 8.18. Ejemplos para determinar si las barras de la armadura quedan ubicadas en zonas de
adherencia favorable (zona I) o desfavorable (zona II).
21
Fig. 8.19. Influencia de la superficie nervurada relativa, fr, sobre el valor de cálculo de la
resistencia de adherencia relativa, τ1r, para la longitud de anclaje lv = 10 db = 10 de constante.
Fig. 8.20. Influencia del diámetro de la barra de = db sobre la tensión media de adherencia
relativa, para ∆= 5x10-3, fr = 0.065, lv= 14cm, βw=f´c = 22.5 MPa.
(i) La situación en que se encuentra el extremo de la barra que debe transferir los
esfuerzos al hormigón y viceversa, para distinguir por ejemplo si se trata de un
problema de “empalme” o de “anclaje”, y
(ii) La forma que adoptan los extremos de las barras para transferir los esfuerzos
hacia el hormigón y viceversa, que básicamente se clasifican en extremos
rectos, extremos con ganchos normales, dispositivos mecánicos o una
combinación de ellos.
Fig. 8.22.
Caso típico de arreglo de armaduras en vigas de
hormigón armado
fy
l d = 0.50 αβλ db (8.8a)
f ´c
fy
l d = 0.625 αβλ db (8.8b)
f ´c
0.50 f y d b f s db
ld = = y si fy = fs
fc
' 4u
fc
4u = ∴ u = 0.5 f c
'
para acero conformado
´ 0.5
Las normas duplican los valores de ld para barras lisas, o sea, es como tomar
u = 0.25 f c
'
f y αβγλ
l d = 0.9 db (8.9)
f ´c c + K tr
d
b
c + K tr
y donde el factor no debe tomarse mayor que 2.5. En estas expresiones se
db
debe tomar siempre a las tensiones en MPa, y las unidades ld serán las que se tomen
para db.
Es importante hacer notar que en ref.[6] se marca la inconsistencia que por años
ha tenido el ACI haciendo depender la longitud de desarrollo de el diámetro de la barra.
Los autores manifiestan que los análisis y los experimentos demuestran que la ld no
debe depender de db, y así lo toma además el NZS-3101, ref.[5], en su sección 7.3.7.2,
donde para todos los diámetros de barras, adopta una ecuación idéntica a (8.8a).
Ambos códigos están de acuerdo que f´c no debe tomarse mayor a 70 MPa, por lo que
el factor f ´c termina limitado en 8.3 MPa, tal cual se dijo antes. En definitiva, para
nuestro medio, donde generalmente la barras están comprendidas entre diámetros de 6
mm a 25 mm, se aconseja utilizar siempre la expresión (8.8a).
β = factor por revestimiento. Este factor expresa la situación desfavorable que pueden
presentar las barras revestidas con materiales epóxidos, por disminuir la adherencia y
fricción entre barra y hormigón. El factor toma los siguientes valores:
λ = factor por densidad de hormigón. Vale 1.0 (uno) para hormigón normal, y 1.30 para
hormigón con agregado liviano.
γ = factor por tamaño de la armadura, que adopta el valor 0.80 para barras de diámetro
menor de 18 mm, y 1.0 para diámetros mayores de 22 mm. Este factor ya fue tenido en
cuenta en las expresiones simplificadas 6.8. En nuestro medio se aconseja usar
siempre el valor de 0.80 para que la ecuación (6.8.b) se transforme en la expresión
(6.8a).
ld = (273 / f ´c ) db
ld = (210 / f ´c ) db
para barras en situación favorable. Así por ejemplo, cuando se utiliza un hormigón de
f´c = 21 MPa, las longitudes de desarrollo resultan 60 db y 46 db para los casos
desfavorables y favorable respectivamente.
La Fig. 8.23 es tomada de la ref. [5], y sirve para mostrar el significado físico de
c y la razón de su presencia en la ecuación. En este caso, según el ACI, y obviando
que el NZS no toma distancias a eje sino a caras libres, c debería ser la menor
distancia entre los valores de cb, cs y cp/2. Claro está que lo que se reconoce con este
factor es que si la barra tiene más recubrimiento o más separación a la adyacente, las
condiciones para transferir esfuerzos al hormigón mejoran.
26
Fig. 8.23.
Definición del
significado de
las distancias cb,
cs y cp.
El factor Ktr,
llamado de
factor de armadura transversal, representa la contribución de la armadura de
confinamiento que atraviesa los planos potenciales de falla de hendimiento o de
separación (splitting planes). El factor está dado por:
Atr f yt
K tr = (8.10)
260 sn
donde:
Atr = área total de la armadura transversal dentro de un espaciamiento s que cruza el
plano potencial de falla a través de la armadura en desarrollo.
fyt = tensión de fluencia de la armadura transversal, MPa.
s = separación máxima de la armadura transversal dentro de la longitud ld.
n = número de barras que están siendo desarrolladas a lo largo del plano de falla.
ld = (157 / f ´c ) db
ld = (120 / f ´c ) db
para barras en situación favorable. Es decir, valores de sólo 0.57 veces los obtenidos
de las fórmulas simplificadas. Así por ejemplo, cuando se utiliza un hormigón de f´c= 21
MPa, las longitudes de desarrollo resultan 35db y 27db para los casos desfavorables y
favorable respectivamente.
Por los fundamentos antes dados, las barras lisas en tracción sólo pueden
desarrollar en forma confiable su resistencia a través de ganchos. La longitud de
desarrollo en ese caso, según el NZS:3101, sección 7.3.8, debe ser el doble del valor
ldh que se obtiene en su sección 7.3.14.2 y que corresponde al desarrollo de barras en
tracción para barras conformadas y con gancho normal. Ver más adelante ecuación
(8.12).
Fig. 8.25. Efecto de presión de punta S en barras comprimidas; el peligro de fractura se reduce
disponiendo de armadura transversal como se indica.
28
Fig. 8.26.
Precaución a tomar cuando se interrumpen barras
cercanas a las superficies libres de hormigón. Ver
Fig. 8.37.
desarrollo resultan menores que las de tracción. Así por ejemplo, la norma ACI-318,
sección 12.3.2 especifica que para barras conformadas en compresión la longitud de
desarrollo no debe ser menor de 200 mm, ni de la que resulte de:
fy
l d = 0.24 db (8.11a)
f ´c
ni de:
l d = 0.04 f y d b (8.11b)
aunque esta longitud puede ser reducida por los siguientes factores:
(i) (Asr/AsP) cuando hay armadura proporcionada en exceso, AsP, por encima de
la requerida Asr, pero que no esté sometida a fuerzas sísmicas, y
(ii) 0.75 cuando hay armadura de confinamiento de diámetro 6mm con
separación no mayor de 100mm, o se cumple con lo que especifica la
sección 7.10.5 de la misma norma.
fy
ld = x α β λ db
'
fc
note que, comparando con la ecuación (8.8a) de ld para tracción, el factor x es igual a
0.5, mientras que para compresión el factor es 0.25 (el cual a su vez si se confina con φ
6 @ 10 cm se reduce a x = 0.25 x 0.75 = 0.1875).
Fig. 8.29.
Ejemplos de grupos de barras.
Otro caso que se muestra en Fig. 8.30, corresponde a grupo de barras formando
diagonales de tracción y compresión en vigas de acople de tabiques de hormigón
armado, donde las barras están muy cerca unas de otras, soportando casi la misma
fuerza.
Fig. 8.30.
Detalles de armado de
una típica viga de
acople de tabiques de
hormigón armado.
Fig. 8.31.
Anclaje requerido cuando se trabaja con varias barras o grupos de
barras en tracción.
Las normas además estipulan que a los efectos de aplicar los factores de
modificación de la longitud de desarrollo de un grupo de barras, éste debe ser tratado
como una unidad de diámetro equivalente al área del total de grupo o manojo de
barras.
Para el caso de la Fig. 8.30, se puede generar una situación como la que se
esquematiza en la Fig. 8.31. En este caso, la ref. [8] sugiere que las longitudes de
desarrollo individuales (generalmente son de diámetros iguales) sea incrementada en
un 50 %.
31
8.7.7.1 Introducción
Fig. 8.33.
Ganc
hos
norma
les
según
el
NZS:3
101.
Fig. 8.32.
Ganchos normales según el ACI-318.
Fig. 8.34.
Forma típica de ejecutar ensayos de
32
Es de destacar que el mayor beneficio del gancho está en las tensiones que se
puedan desarrollar en el lado interno del mismo, del lado cargado. Por lo tanto las
condiciones del hormigón que rodea esa zona son las que controlan el comportamiento
del anclaje. Si existiera porosidad o espacios sin llenar, se pueden producir
deslizamientos de la barra que degradan el anclaje. La Fig. 8.35 muestra la respuesta
para ganchos a 180o y diferentes
posiciones del mismo respecto a
la dirección de colado del
hormigón. Se muestra la relación
fs/f´cu vs. el deslizamiento, donde fs
es la tensión de tracción del acero
aplicada a la barra frente al
gancho, y f´cu es la resistencia
cúbica del hormigón que rodea al
gancho. Se deja al lector las
conclusiones.
Fig. 8.35.
Relación Carga vs. Deslizamiento
para anclaje de barras nervuradas
con ganchos.
dirección contraria al sentido de llenado, las diferencias son menores. Esto es porque
los ganchos se apoyan sobre hormigón que no está afectado por falta de llenado, por
ganancia de agua o por sedimentación. A menor ángulo de doblado, menor
concentración de tensiones, y por ende menor deslizamiento. Por lo tanto, con mayor
diámetro de doblado se transmitirá mayor carga para el mismo valor de deslizamiento
admitido.
Fig. 8.36. Comportamiento de anclajes de barras de acero conformadas con varios grados de
doblado. (a) barras superiores y (b) barras inferiores.
fy
l dh = 0.24α 1α 2α 3 βλ db (8.12a)
f 'c
donde:
34
Note que ldh se mide desde la sección crítica hasta el extremo exterior o borde del
gancho. Además, se ve que no se hace diferencia entre barras horizontales que
puedan estar en la parte superior o inferior del encofrado. El ACI en sus comentarios
aclara que para el caso de ganchos esta distinción (que castigaba con el factor 1.30
para barras superiores) es difícil de visualizar o justificar para el caso de barras con
ganchos.
Fig. 8.37.
Incorrecto detalle de
anclaje con ganchos a
180o. Comparar con
esquema de falla de Fig.
8.26. Importancia del
confinamiento del núcleo.
Inconveniencia del tipo de
gancho.
35
Note que para los casos comunes de fy= 420 MPa, y α1= α2 = α3= β= λ =1.0, la
expresión se reduce a:
fy
l dh = 0.24 db (8.12b)
f 'c
es decir, muy parecida a la de una barra nervurada en compresión con extremo recto.
Según muestra la Fig. 8.39, ACI-318, sección 12.8, la longitud de desarrollo para
el caso de malla con barras lisas que poseen 2 alambres transversales, y con el más
próximo a la sección crítica a más de 50 mm, no debe ser menor de 150 mm, ni de:
Aw f y
l d = 3 .3 ( λ (8.13)
sw f 'c
Fig. 8.39.
Las longitudes de las barras de acero tienen dimensiones limitadas. Las barras
en nuestro medio tienen una longitud máxima de 12 metros. Barras de diámetro menor
o igual a 12 mm se pueden conseguir en rollos. De todas maneras, por razones
también de orden constructivo, las barras se colocan en obra con dimensiones
limitadas. En consecuencia, es necesario empalmar las barras de acero para que
tengan continuidad en el hormigón. En general, los empalmes pueden clasificarse en
directos e indirectos. Los directos son aquellos en los que la transferencia de esfuerzos
se hace de barra a barra directamente sin la intervención del hormigón. Este es el caso
de empalmes por soldadura y por elementos mecánicos, como manguitos roscados o a
presión.
Los empalmes por soldadura deben ser sometidos a un control de calidad muy
exigente, el que debería incluir muestras preparadas en el mismo sitio de la obra, para
asegurar las características de resistencia y deformación.
La norma DIN 4099 establece que los empalmes pueden hacerse a tope (butt
weld) o por superposición con otra barra o con cubrejuntas. La Fig. 8.40, ref.[7],
muestra los diferentes casos. Para las limitaciones en cada caso consultar la norma
respectiva.
La ref. [6] indica que los empalmes no deben ejecutarse en zonas de rótulas
plásticas, ni dentro de una distancia a partir de las mismas igual a la profundidad o
diámetro de la columna, para permitir el cambio de tracción por efecto de corte. Esta
restricción, dice la referencia citada, debería aplicarse a cualquier tipo de empalme, sea
directo o indirecto. En Japón el tipo de unión por soldadura a tope adquirió gran auge.
Sin embargo, durante el terremoto de Kobe (Kyogo-Ken-Nambú, del 17 Enero de
1995), fueron muchas las fallas por soldadura que se produjeron. La Fig. 8.41 muestra
la falla de flexión de una de las columnas del Hanshin Expressway durante dicho
evento. La falla se inició en las soldaduras a tope, que estaban ejecutadas en la misma
sección de hormigón y en la zona de máximo momento, cercana a la base de la
columna. Al menos 50 de esas columnas de ese viaducto fallaron provocando el
colapso total que se observa en la Fig. 8.42. Ver también la Fig. 8.88.
Fig. 8.41.
Fallas de Soldadura a tope en
las barras longitudinales de
las columnas de hormigón
armado de una de las
columnas de la Hanshin
Express Way, Kobe, Japón,
durante el terremoto del 17 de
Enero de 1995.
Fig. 8.42.
Falla de Flexión por encima
de las bases de las columnas
durante el terremoto de Kobe,
1995.
En Japón aún es
común para barras de
diámetro mayor de 22 mm
el uso de las uniones con
soldadura a tope del tipo
mostrada en la Fig. 8.40
(indicada como Fig. 5.1),
pero se requiere de licencia
especial para ejecutar este
tipo de unión. En este caso, se utiliza un procedimiento en el que los extremos de las
barras son calentados (a gas) a una temperatura adecuada, se presionan uno contra
otro y se logra la fusión mientras que se forma un bulbo en la sección de contacto. Para
barras de diámetro mayor de 32 mm es común el uso de conectores mecánicos, debido
39
Fig. 8.44(b).
Empalme de manguito roscado a presión para barras nervuradas.
Fig. 8.45.
Distintos tipos de fallas por
empalmes por solape en
columnas.
La Fig. 8.45
muestra distintas
situaciones de
empalmes de barras en
columnas.
La Fig. 8.46 muestra fallas de empalmes por traslape en columnas, donde las
barras longitudinales de las columnas son de diámetro grande.
43
Fig. 8.47.
Tensiones de tracción inducidas por las fuerzas de
transferencia que se desarrollan en los empalmes
por solape.
Tb = Ab f s = f t pl s (8.14)
En la ref. [6], de donde se extraen estos conceptos, se dan mayores detalles del
mecanismo de resistencia, pero para resumir, y adoptando un valor límite superior del
perímetro dado por:
p = 2 2 (c + d b ) (8.15)
fs
l s = 0.50 db (8.16)
f 'c
donde para valores de las tensiones en MPa, las unidades de ls son las de db. La
misma referencia aconseja que el empalme esté suficientemente confinado por
armadura transversal para que no se desintegre el mecanismo de transferencia de
corte por fricción en el caso que se supere la resistencia a tracción del hormigón.
Fig. 8.48(b).
Fisuras entre las barras que muestran claramente las diagonales
comprimidas.
En consecuencia, es beneficioso
alternar los empalmes de forma tal que
los extremos libres de las barras no
sean coincidentes, a menos que las
barras estén separadas por una
distancia mayor de 12db. Lo que se
recomienda es que se alternen los
extremos libres a través de media
longitud de empalme, o por más de
1.30 veces dicha longitud, tal cual se
muestra en la Fig. 8.51. Las ventajas y
desventajas de cada caso se deducen
por inspección de las figuras.
Más adelante se verá las
prescripciones de las normas, que
tienen que ver con la ubicación de los
empalmes, las longitudes de empalme
y el número de barras a empalmar.
Dentro del rol que le cabe a la armadura transversal, en la resistencia al corte, en evitar
pandeo de barras y proveer confinamiento de hormigón armado, está también la que
corresponde a suministrar resistencia de adherencia. La falla de un empalme en
tracción es muy violenta y completa si no se ha suministrado armadura transversal en
la zona de unión de las barras. Con un mínimo de contenido de armadura de estribos,
por ejemplo, 0.15%, se incrementa notablemente la resistencia del empalme, se
restringe el crecimiento de la fisuración y se puede asegurar el comportamiento dúctil
de la pieza.
Fig. 8.53.
Empalmes por
traslape de barras en
compresión. La
armadura transversal
debe extenderse más
allá de los extremos
de las barras.
El código ACI-318, sección 12.14 aclara que los lugares de empalmes deben
quedar bien definidos en los planos. En sus comentarios recomienda que se ubiquen
lejos de los puntos de máximo esfuerzo de tracción. El uso de factores 1.3ld y 1.0ld que
se verá más adelante tiende a motivar al diseñador en este aspecto.
Para los paquetes de barras aclara que se debe tomar la longitud de desarrollo
para barra individual aumentada por los coeficientes que antes se mencionaron de 1.20
y 1.33 para paquetes de 3 y 4 barras respectivamente. Los traslapes de las barras
individuales de un paquete no deben sobreponerse y no se deben empalmar paquetes
enteros por solape.
analizados, sin aplicar el que corresponde a exceso de armadura (ACI, sección 12.2.5).
La barra lisa no puede traslaparse con extremo recto.
De todas maneras, el ACI castiga con un factor de 1.3, y designa como traslape
clase B cuando el área de acero en toda la longitud del empalme suministrada no es
mayor que el doble de la requerida por análisis, o bien cuando se empalma más de la
mitad del esfuerzo a transferir dentro de la longitud de empalme. Tal cual se expresó
antes, se trata de motivar (o forzar) a que el diseñador ubique los empalmes fuera de
las regiones de máximo esfuerzo, ya que allí el área de acero colocada fácilmente
puede exceder el doble de los requerimientos, y además para que realice los traslapes
en forma escalonada. Para los otros casos el traslape lo designa como tipo A, y en ese
caso la longitud de desarrollo es igual a la de empalme, es decir el coeficiente es 1.0.
Fig. 8.55.
Separación de las barras
empalmadas (NZS).
Fig. 8.56.
Criterio del ACI para el espaciamiento libre
de barras traslapadas.
fy
l dh = 0.185 db (8.17a)
f ´c
1
l dh = 78 db (8.17b)
f ´c
El ACI aclara que el gancho a 90o debe estar situado dentro del núcleo
confinado de una columna o elemento de borde.
(a) 2.5 veces mayor que el que resulta de aplicar la ecuación (8.17a) si el espesor de
hormigón colocado de una sola colada debajo de la barra no excede de 300 mm, y
(b) 3.5 veces mayor que el que resulta de aplicar la ecuación (8.17a) si el espesor de
hormigón colocado de una sola colada debajo de la barra excede de 300 mm.
Es decir que para extremos rectos vuelve a considerar la diferencia entre barra
en posición favorable o desfavorable.
fy
l d = 0.46 db (8.18a)
f ´c
1
l d = 195 db (8.18b)
f ´c
52
1
l d = 273 db (8.19b)
f ´c
1
l d = 210 α db
f ´c
Fig. 8.57(a).
Esquema 3-D de nudo y representación de la porción de
espécimen del ensayo que se muestra en Fig. 8.57(c).
Fig. 8.57(b.) Configuración de fisuras bajos cargas monotónica y bajo carga cíclica.
54
para extremos con gancho a 90o. Según se ve en la Fig. 8.57(c), en los ensayos se ha
utilizado ldh ≅ 569 mm (22.4”), lo cual para una barra # 10 que equivale a diámetro 32
mm, resulta ldh ≅ 18db. Para la barra recta, ld ≅ 610 mm ≅ 19 db.
Se concluye entonces que los resultados de los análisis sobre los ensayos sobre
las barras a cargas cíclicas demostró que la presencia de los ganchos causaron un
marcado deterioro de las condiciones de anclaje. Tal vez esa fue la razón por la que se
incrementó la longitud de desarrollo en un 40 % para carga cíclica con respecto a carga
estática, si la barra tiene extremos con gancho.
Uno de los problemas prácticos que se presentan a menudo en las obras, y que
no formó parte de esta investigación, es que muchas veces los ganchos son causales
57
de congestión de armaduras. Esto provoca que el hormigón que debe rodear a dichos
ganchos no tenga la suficiente densidad, presencia de poros y habrá falta de
uniformidad de la mezcla de hormigón, etc. por lo que dicho material dista mucho de las
condiciones que debe cumplir para la correcta transferencia de los esfuerzos. Si, por
ejemplo, los empalmes en las columnas no se alternan, y encima se usan ganchos, la
situación se agrava, dejando a la columna en una cierta longitud con una debilidad que
seguramente el diseñador ni se imaginó. Esto muchas veces es subestimado, tanto por
quienes ejecutan la construcción como por quienes deben servir como órganos de
contralor. En nuestro medio, por ejemplo, se fija la atención en si la barra tiene gancho
terminal, y no en el detalle completo de armado, por ejemplo, en la correcta longitud de
empalme o anclaje, que no haya congestión de armaduras, etc. Un ejemplo de esta
situación se muestra en la Fig. 8.60.
Fig. 8.59(c).
Comparación de
respuesta de
barras con
extremo recto y
barras con
gancho a 90o.
58
Fig. 8.60.
Ejemplo de innecesario uso de ganchos a 180o en un
obra en el centro de Mendoza Ciudad, y potencial
problema de congestión de armaduras longitudinales.
En la sección 21.5.4.3 el ACI expresa que las barras rectas que terminan en un
nudo deben atravesar el núcleo confinado de una columna o de los elementos de
borde. Cuando la longitud recta embebida requerida para una barra se debe extender
más allá del volumen de hormigón confinado, la longitud de desarrollo, ldm, se obtiene
mediante esta expresión:
l dm = 1.6(l d − l dc ) + l dc (8.20a)
o
l dm = 1.6l d − 0.6l dc (8.20b)
donde:
ldm= longitud total de desarrollo cuando la barra recta no está totalmente confinada.
ld = longitud de desarrollo requerida para barras rectas embebidas en hormigón
ldc = longitud de barra embebida en hormigón confinado.
Salvo casos muy contados en los que se utilizan elementos de sección variable,
las vigas son de sección prismática con dimensiones constantes de su sección
transversal, que facilita la construcción (encofrados, estribos y apuntalamiento) y
reduce costos. En consecuencia, al variar el momento a lo largo de la viga, para
optimizar los materiales, se puede variar el contenido de acero a lo largo de la misma.
Es práctica común interrumpir algunas armaduras a partir de puntos específicos que
están asociados a disminución de los momentos flectores. En épocas anteriores incluso
era típico el doblado de barras, para pasarlas de zonas de momentos positivos a zonas
de momentos negativos e incluso, por el efecto de barra inclinada, para absorber
esfuerzos de corte. Por varias razones, esta práctica no es muy efectiva y en general,
es más conveniente interrumpir las barras donde no sean necesarias y utilizar estribos
para absorber los esfuerzos de corte.
Fig. 8.61.
Prescripciones de la
norma NZS para el
desarrollo de
armadura de flexión
en una típica viga
continua de hormigón
armado.
Tanto el ACI-
318 como el
NZS:3101 tienen
formato y contenidos
similares para definir
los requisitos a
cumplir para el
desarrollo de barras
en flexión. Sin
embargo, se
adoptará las
prescripciones que
establece el
reglamento de
Nueva Zelanda ya
que el ACI no
instrumenta, en
opinión del autor de
este trabajo, en
forma explícita lo que denota en sus comentarios. Esto quedará aclarado más adelante.
60
La Fig. 8.61 muestra una porción de tramo y apoyo continuo de una viga de un
pórtico de hormigón armado con su correspondiente envolvente de diagrama de
momentos. Es claro que la demanda de momentos es una curva continua, pero el
suministro de resistencia, para sección de hormigón constante, no lo puede ser.
Existirán zonas que tendrán más barras que otras y por ende habrá diferencias en las
capacidades a flexión. De eso justamente se trata para optimizar el uso de las barras
de acero. Por ejemplo, en la figura citada se ha supuesto que el momento negativo es
tomado en el apoyo por dos grupos de barras, “a” y “b”, mientras que otros dos grupos
distintos pero designados de igual manera toman el momento positivo. En algunas
secciones se producen las interrupciones o corte de barras (cut-off points). Si se
supone que cada grupo de barras resiste una porción o fracción definida del momento,
se pude hablar de dos puntos característicos de la curva de momentos que se
corresponden con dos secciones de la viga: un punto que corresponde a la sección
donde la barra o el grupo de barras debe desarrollar la resistencia a fluencia (máxima),
y otro punto a partir del cual teóricamente la barra no es necesaria. En el caso de la
figura anterior, en el apoyo (cara de la columna) el punto Y representa la sección donde
las barras adicionales “a” deben desarrollar la máxima o resistencia total (full strength).
A partir de X y hacia el centro del tramo, en ese diagrama de momentos negativos,
esas barras no serían necesarias. Es decir de X hacia Y (hacia donde crece el
momento) comienzan las barras “a” a ser necesarias (con tensión progresivamente
creciendo) y en Y se las necesita a full. Para el grupo de barras “b”, siguiendo en la
zona de momentos negativos, en X deben desarrollar la máxima resistencia y a partir
de la sección donde el momento se hace nulo hacia la derecha ya no serían
necesarias. Un razonamiento similar se puede llevar a cabo con el grupo de barras “a”
y “b” que deben absorber los momentos positivos.
(b) Que si el corte excede 2/3 pero es menor de 3/4 de la capacidad, que la
armadura de flexión en el punto de corte sea más del doble de la requerida.
El NZS aclara además que si las barras son dobladas hacia el alma de la viga
con un ángulo que no exceda 45o y terminadas a una distancia que no sea menor a d/2
de la cara traccionada, estos requisitos pueden ser obviados ya que se puede
62
Fig. 8.62(b). Representación física del problema de anclajes mediante la analogía de la biela-
tensor (compresión - tracción), para distintas situaciones de nudos. Note la necesidad de
anclaje de la armadura de tracción en zonas donde en teoría pareciera no existir esfuerzo. Si la
armadura de tracción no es correctamente anclada, no es posible desarrollar el esquema de
comportamiento similar al de reticulado.
64
Fig. 8.62(c). Armado de Ménsula según recomendaciones del NZS, C9.10, y del ACI, Fig.
11.9.2. Note el detalle del extremo recto de la barra en tracción y de la barra transversal
soldada.
debe extenderse a lo largo de la misma cara del elemento hasta el apoyo. En las vigas,
dicha armadura se debe extender por lo menos 150 mm dentro del apoyo.
Además, cuando un elemento sujeto a flexión forme parte del sistema que
resiste cargas horizontales, la armadura que se requiere según la sección anterior que
se prolongue hasta los apoyos, se debe anclar de tal forma que sea capaz de
desarrollar la tensión de fluencia fy en la cara de apoyo. Es decir que debe cumplir con
el requisito de ldh. Esto es debido a que el elemento en cuestión puede verse sometido
a reversión de momentos en el apoyo ante acciones de signo alternativo. Por ello, la
armadura en apoyo para momento positivo debe estar también apropiadamente
anclada. De lo contrario la ductilidad ante reversión de cargas se puede ver seriamente
afectada. La norma ACI en su comentario aclara que no se debe aducir que los
requerimientos de anclaje se relajan por el hecho de usar armadura en exceso. Se
debe recordar que es probable que durante un fuerte terremoto toda la armadura
colocada sea llamada a trabajar a tensión nominal o aún más. Por ello, los anclajes
deben responder a pleno. Por esta razón, pareciera que el comentario de la norma
NZS, C7.3.23.3, último párrafo, no pareciera muy adecuado.
Fig. 8.63. Criterio que establece el NZS (similar al ACI) para limitar los diámetros de las barras
en apoyos simples.
Mn
ld ≤ + la (8.21)
Vu
donde:
Mn es el momento resistente nominal (es decir con fy y sin aplicar el factor φ) calculado
con la armadura suministrada en la sección de cara del apoyo.
Vu es el esfuerzo de corte último en la sección.
la representa la longitud de embebido efectiva, y que:
(i) En el apoyo, ver Fig. 8.64.a, debe ser la longitud embebida que está más allá
del centro del apoyo.
(ii) En el punto de inflexión, Fig. 8.64(b), debe limitarse a la distancia que sea
mayor entre estos valores: la altura útil del elemento, d, o 12 db.
67
El NZS aclara que durante el diseño puede ocurrir en forma frecuente que Mn/VU
resulte mayor que ld por lo que no es necesaria ninguna verificación posterior. Si los
requerimientos anteriores no son satisfechos, entonces se debe proceder a reducir db a
los efectos de que ld decrezca, o aumentar el área de acero para momento positivo en
el apoyo, para aumentar Mn.
En la sección 12.12 del ACI y 7.3.24 del NZS se establecen las siguientes
disposiciones:
(ii) Las longitudes de desarrollo deben responder a ecuaciones (8.8) y (8.9) para
barras con extremo recto, y a (8.12) para extremos con ganchos normales.
(iii) Debido a la posibilidad de cambio en la configuración de los momentos, por
las mismas razones que antes se enunciaron, al menos 1/3 de la armadura a
tracción total asignada para el momento en el apoyo debe tener una longitud
de embebido más allá del punto de inflexión no menor simultáneamente que
la altura útil del elemento, d, doce veces el diámetro de la barra, o sea 12db,
o 1/16 de la luz libre. La Fig. 8.66(b) ilustra esta exigencia del ACI, mientras
que la Fig. 8.67 hace lo propio con la exigencia del NZS:3101. El lector
apreciará la diferencia.
Fig. 8.68.
Modelo de armaduras para vigas con
refuerzo en el alma (a) viga
uniformemente cargada; (b) modelo de
armadura simple y (c) modelo más
realista.
dichas zonas críticas alcancen la sobre resistencia en flexión. A tal efecto en sus
comentarios expresa que la envolvente de momentos a ser utilizada es la que
corresponde a la formación de 2 rótulas plásticas en cada vano bajo la combinación de
fuerzas sísmicas y cargas gravitatorias. Los momentos en dichas zonas deben estar
basados en las sobre resistencias de las secciones tal cual fueron detalladas. Para
asegurar que la interrupción de las armaduras sea la adecuada en función de la
demanda entre rótulas, la envolvente debería considerar también la posibilidad de que
la sobre resistencia se alcance en una rótula plástica mientras que en la otra sólo se
desarrolla su resistencia nominal.
Si se demuestra que la
rótula no se va a formar a
partir de la cara de la columna
sino a una distancia mayor de
hb o 500 mm, la longitud de
desarrollo se puede considerar que comienza en la cara de la columna. Estas
disposiciones se ilustran en las Figs. 8.71 y 8.72. La razón a estas exigencias es
porque debido a la penetración de fluencia desde la cara de la columna hacia su
núcleo, la longitud disponible para el desarrollo de la resistencia de las barras de la viga
se reduce gradualmente durante la respuesta cíclica debida a las acciones inducidas
por los terremotos.
A los efectos de
asegurar que la
capacidad de la viga se
mantiene sin
degradación apreciable
después de varias excursiones dentro del rango no lineal, se desplaza la sección de
inicio efectivo de anclaje según se muestra. Los ensayos han demostrado que si las
barras superiores se anclan en forma separada de las inferiores tal como se muestra
en Figs. 8.71 y 8.72, el comportamiento es superior a los casos en que se arma un
73
buckle o lazo común. Esto no se cumple sin embargo, si se cuenta con una
prolongación de viga (beam stub) como se muestra en la Fig. 8.74.
Fig. 8.73.
Terminación de las barras de la viga en un nudo
interior.
Fig. 8.74.
Anclaje de las barras de la viga en una
prolongación de la misma.
74
Fig. 8.75.
Anclaje en nudo exterior superior. Note el desarrollo de
la biela de compresión.
La Fig. 8.77 muestra las condiciones de anclaje de las barras superiores de una
viga dentro del nudo. Se ven distintas distribuciones de tensiones según el grado de
deformación impuesto.
db f ´c
≤ 3.3α f (8.22)
hc αo f y
75
cuando las barras de las vigas pasan en nudos que acoplan en dos direcciones,
pórticos bi-direccionales (two way frames), αf = 0.85, mientras que si el pórtico es
unidireccional, el factor se toma unitario. Además, cuando las rótulas plásticas en la
vigas se forman en la caras de las columna, αo= 1.25. Si en cambio, tal cual se explicitó
antes (sección 7.5.2.2 de la norma) la articulación plástica se puede ubicar lejos de la
cara de la columna, se puede suponer que las secciones de la viga en la cara de la
columna permanece elástica, con lo cual es posible adoptar αo =1.0. El valor límite que
se puede adoptar para f´c en la expresión anterior es de 70 MPa.
Fig. 8.77.
Condiciones de
anclaje de las
barras
superiores de
las vigas en un
nudo interior de
un pórtico.
columnas puede ser de un signo solamente (por ejemplo tracción) a través de toda la
profundidad de la columna.
Fig. 8.79.
Configuració
n de fisuras
en un modelo
físico de
columna-
viga-nudo
con
formación
clara de
rótulas
plásticas en
vigas.
77
Tal cual se mostró en la Fig. 3.22. del capítulo 3, ciertas barras de las losas
pueden considerarse como efectivas en resistir la tracción participando con el nervio de
la viga. Sin embargo, para evitar el pandeo de esas barras, y además como la
transmisión de esfuerzos hacia el núcleo de las columnas puede resultar difícil a través
de barras de gran diámetro, por un lado se limita el mismo a 1/5 del espesor de la losa,
y por otro se debe contemplar suficiente cantidad de armadura transversal en la losa
para garantizar la transferencia de esfuerzos.
Fig. 8.80.
Deterioro de las condiciones de adherencia en un nudo
exterior.
de 90o. Si hay disponible barras transversales, tal como se muestra en la Fig. 8.81,
dentro del gancho, se puede optar por una reducción del 20 % en la longitud ldh. La
norma dispone que se debe contar con al menos dos barras transversales en contacto
con el lado interno del gancho, y con diámetro al menos igual al de la barra doblada.
Fig. 8.81.
Arreglo de armadura transversal adicional para reducir las
tensiones de apoyo en el hormigón por el gancho.
Fig. 8.82. Forma en que se deben doblar las barras de las columnas en sus extremos.
como sea posible de la cara más alejada de la cara de la viga, y no más cerca de 3/4
de la altura de la viga medida de la cara de entrada. A menos que la columna sea solo
diseñada para resistir cargas axiales, las direcciones de los extremos horizontales de
las barras se deben doblar hacia la cara opuesta. La razón es que se desea que las
tensiones de apoyo inducida por los ganchos sean dirigidas hacia el centro del núcleo,
para asegurar que se desarrolle un mecanismo de diagonal de compresión y tensor
adecuado dentro del nudo. Ver, por ejemplo, la Fig. 8.75.
En la sección 7.5.3.3, el NZS establece que cuando las columnas son diseñadas
para desarrollar rótulas plásticas en los extremos, la relación entre el diámetro de las
barras de las columnas que pasan a través de las vigas de altura hb debe ser tal que:
db f
≤ 3 .2 ´ c (8.23)
hb fy
Debido a que las condiciones de adherencia son mejores para el caso de barras
verticales que para horizontales, la norma NZS aclara que los valores máximos
permitidos por la ecuación 8.23 intentan dar un incremento del orden del 10 % con
respecto a los que se obtienen de aplicar 8.22.
Uno de los países que está a la vanguardia de las investigaciones, tanto analíticas
como experimentales, es Japón. Es en este país donde, por ejemplo, comenzó el uso
de la soldadura de barras de acero a tope por fusión, (sin material de aporte) de sus
extremos. Esta técnica, tal cual se expresó antes, sufrió un revés durante la ocurrencia
del terremoto de Kyogo-Ken-Nambú (Kobe-1995), debido a las numerosas fallas de
soldadura que se produjeron. Toda soldadura efectuada en el lugar de construcción (y
no en el taller) conlleva ciertos riesgos. Sin embargo, cuando la misma ha sido
cuidadosamente efectuada ha demostrado dar buenos resultados. Es así que, bajo
81
estrictas normas de control, Japón continúa con el uso de este tipo de unión para
empalme de barras, para el caso de diámetros mayores de 22 mm (se utilizan
comúnmente barras de 25, 29, 32 o 35 mm). En todos los casos se debe contar con
una licencia especial para ejecutar los trabajos.
Fig. 8.85.
Investigador con una barra cuyo
extremo se encuentra aplanado.
En la corporación
Shimizu se ha estado
investigando el uso de extremos
de barras modificados por
aplastamiento ante la acción de
calor, que simulan en cierta
forma el efecto de placa antes
vista. La Fig. 8.85 muestra uno
de los investigadores a cargo
del proyecto con una barra con
su extremo aplanado, mientras
que la Fig. 8.86 muestra los
distintos tipos de arreglo de
extremo de barras utilizados
para la comparación de los
resultados experimentales.
También en este caso se
ensayaron nudos viga-columna
y se demostró el buen
comportamiento del sistema
propuesto. Por último, en la Fig.
8.87 se muestra otra aplicación
83
del uso de barra con extremo aplanado, esta vez para sustituir a los estribos
suplementarios, sean éstos de una pieza o empalmados, que para el caso de
diámetros importantes son costosos, sus ganchos normales insumen bastante material,
son difíciles de doblar en esa corta longitud y además interfieren o dificultan la
colocación del hormigón. Se ve que la pieza de acero con extremo aplanado es
bastante limpia como solución y muy simple de colocar. Por la información recibida (a
Junio del 2000), los resultados fueron también muy satisfactorios.
Fig. 8.88. Secuencia de Mecanismo de falla de los puentes de la Autopista en Fukae, Ruta 3
de la Línea de Kobe en la Hanshin Expressway, el 17-1-1995. Note la falla de las soldaduras
en las barras longitudinales.
85
8.12. BIBLIOGRAFÍA.
6. “Seismic Design and Retrofit of Bridges”. M.N.J. Priestley, F. Seible y G.M. Calvi.
Wiley & Sons, Inc. 1996.
9. “Diseño de Estructuras de Concreto”. A. Nilson & G. Winter. Mc. Graw Hill. 1997.
11. “Anchorage of Reinforcing Bars for Seismic Forces”. M. Faysal Hassan & Neil M.
Hawkings. SP-53. ACI. Detroit. 1977.
HORMIGÓN I
Unidad 9:
BASES DE HORMIGÓN ARMADO.
Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.
2
CONTENIDO
9.1 GENERALIDADES
9.5.1 GENERALIDADES
9.5.3.1 INTRODUCCIÓN
9.6 BIBLIOGRAFÍA
9.1 GENERALIDADES
Prácticamente todas las superestructuras, sean de edificios, puentes, túneles,
carreteras, muros, torres, canales, diques, etc., necesitan transmitir sus esfuerzos al
terreno. La subestructura o cimentación es aquella parte de la estructura que estando
en la misma superficie del suelo o dentro del mismo transfiere las cargas al suelo
adyacente. Con superestructura en general se designa a toda parte de la estructura
que no corresponde al sistema de fundación. Sin embargo, debe tenerse mucha
precaución al usar los términos pues en realidad la estructura es una sola, las
fundaciones son parte de ellas y como tal se las debe considerar desde el mismo
inicio del proceso de diseño. Si el proyectista no considera la forma en que va a
transmitir las cargas y acciones, las sísmicas incluidas, desde el planteo inicial de la
estructural global, las hipótesis planteadas en la superestructura podrían resultar poco
válidas y podría ser necesario una reformulación de todo lo proyectado. Por ejemplo,
la rigidez de las fundaciones ante acciones sísmicas es un requisito fundamental a ser
evaluado al menos en forma cualitativa o conceptual antes de asignar acciones y
diseñar los elementos. Para algunas normas esto es mandatario.
El suelo en sí mismo es una estructura, la cual se deforma e interactúa con las
fundaciones y construcciones que sobre ella descansan. En general, son raras las
fallas de fundaciones por cargas verticales, y cuando ocurren no suelen ser
espectaculares ni repentinas. Han ocurrido casos de asentamientos que se traducen
en agrietamientos en la superestructura. Esto lleva a detectarlas y si es posible a
repararlas, con ciertos costos que pueden ser importantes. Sin embargo, cuando en
zonas sísmicas las fundaciones no han sido correctamente diseñadas y detalladas, las
mismas pueden conducir a la falla total de la construcción. Las Figs. 9.1 y 9.2
muestran dos casos de viviendas que aún siendo livianas, sus fijaciones al suelo
fueron subestimadas y las llevaron al colapso durante el terremoto de Northridge del
17 Enero de 1994, en EEUU.
Fig.9.1. Falla en una vivienda de madera Fig. 9.2. Este edificio de departamentos tuvo
que no fue correctamente anclada en una falla por piso flexible pero además las
sus fundaciones. Terremoto de Northridge fundaciones eran deficientes.
17 Enero 1995.
Fig. 9.3
Inclinación de Edificios de
departamentos como cuerpos
rígidos durante el terremoto de
Niigata, Japón, 1964. Si el suelo
consiste de materiales granulares
sueltos la tendencia a la
compactación resulta en el
desarrollo de un exceso de presión
hidrostática de poros o
intersticiales que causa la pérdida
casi total de la capacidad de
resistencia al corte del suelo y por
ello de su capacidad portante.
Fig.9.4. Deslizamiento de tierra y colapso consecuente de parte de una vivienda durante Northridge,
1995.
5
Cuando las condiciones del suelo de fundación no son buenas o por razones
económicas o de falta adecuada de estudios no se detectan las falencias del terreno,
se pueden producir asentamientos muy importantes con daños sobre las estructuras
que soportan. Quizás el caso más clásico de malas condiciones de cimentación sea el
de Ciudad de México. El edificio del palacio de Bellas Artes, que se muestra en Fig.
9.5, se mantiene en servicio, pero se ha hundido más de 3.50 metros respecto al
terreno circundante. Quienes antes tenían que subir escaleras para ir a planta baja
ahora las tienen que bajar. El valor de los asentamientos depende de las condiciones
de diseño. Tal vez sean tolerables asentamientos de varias decenas de centímetros
en caso de estructuras flexibles como depósitos o en terraplenes, pero otras veces
desplazamientos de décimas de milímetro pueden ser inadmisibles para estaciones de
radar o apoyos de equipamiento de transmisión de rayos en centrales nucleares.
Fig. 9.5.
Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México.
Tomada de Ref.[1].
El asentamiento diferencial de 2.0 m entre la
calle y el edificio de la derecha hizo preciso
construir una escalinata a la que se le iban
agregando peldaños según progresaban los
asentamientos. El hundimiento general en
esta parte de la ciudad alcanza los 7 m.
Fig. 9.6.
Esquema de Edificio fundado con cimentación
superficial.
Fig.9.7.
Esquema de Edificio con fundación profunda a través de
pilotes que atraviesan el manto de suelo blando y se
introducen y apoyan en el manto de suelo firme. En
Mendoza es común el uso de pozos excavados a mano a
cielo abierto, en mantos arcillosos, de diámetro cercano a
1.0 m y ensanche en la base. La excavación es a mano
por razones de costo. En otros países, donde la mano de
obra es cara, el desarrollo de máquinas adecuadas para
practicar los agujeros ha substituido el procedimiento
manual. La misma técnica es utilizada en los pozos a cielo
abierto para estudio de suelos.
Fig. 9.8.
Esquema en planta de parte de las fundaciones de un
edificio. Se distinguen las zapatas aisladas, combinadas
entre columnas interiores, combinadas con columnas
exteriores y corridas bajo muros.
Fig. 9.13
Esquema de un modelo tomado de ref.[1] de
carga uniforme en faja sobre un material
elastoplástico perfecto.
Fig.9.14
(a) Curva carga-asentamiento en el eje;
(b) Desplazamiento y primer fluencia bajo
carga de 4.40Kgr/cm2;
(c) propagación de la plastificación y
campo de desplazamientos para carga de
6.80Kgr/cm2;
(d) Extensión de la zona plastificada para
carga de 8.30Kgr/cm2.
Fig. 9.16
Distribución de las presiones de contacto entre la
zapata y el terreno de fundación.
Fig. 9.17
Distribución de la presión de contacto en la cota de fundación de una
zapata rígida de longitud muy grande cargada en forma uniforme y que
descansa sobre un subsuelo perfectamente elástico, homogéneo e
isótropo.
D indica la carga muerta, L la viva y E el sismo, para seguir la notación del C-201-05.
Lo más conveniente y lógico sería diseñar las fundaciones siguiendo con el método de
12
resistencia. Para ello, siguiendo con el criterio adoptado para la superestructura, se
debe fijar un factor de reducción de capacidad del suelo y con él obtener la resistencia
de diseño a partir de la resistencia nominal del suelo que se obtenga por el análisis de
suelo respectivo. Esto es lo que propone por ejemplo el reglamento NZS:4203:1992,
ref.[12], el cual en su sección 2.5.3.3 especifica que la resistencia confiable o
dependiente o de diseño de los suelos que actúen como soportes de la
superestructura deberá ser determinada a partir de los parámetros de resistencia del
suelo obtenidos como consecuencia de las investigaciones geotécnicas del sitio o de
datos confiables de la zona, y afectada por un factor de reducción de resistencia del
suelo que no puede ser mayor de 0.60.
Utilizar el método convencional de tensiones admisibles tiene el inconveniente
de que habría que trabajar con las cargas en estado de servicio cuando en realidad
toda la estructura está siendo diseñada por un método de resistencia. El problema se
agrava si fuera necesario utilizar el diseño por capacidad.
Una vez determinadas las demandas para estado último, es decir las
resistencias últimas, Su, y contando con la resistencia nominal del suelo, Sn, habiendo
adoptado el factor de reducción de resistencia φ, se debe determinar un área
necesaria de apoyo de forma tal que se satisfaga la ecuación básica de diseño:
Sd = φ Sn ≥ Su (9.2)
Pu M u c
q máx ,min = ± (9.4)
A I
2P
q máx = (9.5)
3Bm
13
Fig. 9.29
Tipos de bases aisladas.
(a) de losa con altura
constante
(b) Con pedestal.
(c) De altura variable.
Fig. 9.30
Interacción entre losa de piso y base con
losa de altura constante.
266ton
Areq ≥ 2
= 8.86m 2
30ton / m
(a)
(b)
Fig. 9.32 (a) Falla a cortante por punzonamiento; (b) Secciones críticas para cortante.
Fig. 9.33
Falla de corte por punzonamiento en una
conexión columna-losa de hormigón
armado con carga axial en la columna.
(a) falla por corte en la cara de la
columna: no existe este mecanismo; es
un error. (b) Suposición de la ubicación
de la sección crítica y modo real de falla.
Fig.9.34
Resultado de la
experimentación sobre
un espécimen de
columna-losa que falló
por punzonamiento de
corte debido a la carga
axial de la columna.
Note la forma de
pirámide truncada
18
Una vez que la fisura diagonal de tracción ha ocurrido en las adyacencias de la
sección crítica de una losa alrededor del perímetro del área cargada, cuando la losa
no tiene armadura de corte sino sólo de flexión, la losa soporta el corte por los
mecanismos ya descriptos de corte en zona de compresión, interacción de agregados
y acción de taco o dovela. Sin embargo, la situación es bastante diferente al caso de
acción en una dirección o de viga.
Cuando hay flexión en dos direcciones aparecen esfuerzos que comprimen en
dos direcciones a la zona adyacente a la crítica, y además hay esfuerzos de
compresión concentrados que provienen de la columna y se distribuyen en la zapata.
De este modo el hormigón que rodea la sección crítica está prácticamente sometido a
un estado de compresión triaxial o tridimensional, por lo que por un lado el tipo de falla
es de pirámide o cono truncado y por otro hay una situación más favorable para
resistir corte por la acción de compresión. Esto es reconocido en las normas y por ello,
para evaluar la capacidad nominal de la losa al punzonamiento sin armadura de corte
se dan valores más generosos tanto para el para área resistente movilizado como
para el valor del factor Vc de la ecuación (9.6).
Fig. 9.35
Secciones críticas,
Perímetro crítico y
áreas tributareas para
la evaluación de
momentos y cortantes
Como se
indica en la Fig.
9.32(a), el esfuerzo
de corte promedio
puede considerarse
actuando en planos
verticales través de
la zapata y
alrededor de la
columna sobre un
perímetro a una
distancia d/2 desde la cara de la columna, es decir perímetro abcd en la figura.
Es entonces necesario determinar el
“perímetro crítico”, el cual se indica también
en la Fig. 9.35, ref.[14]. El perímetro se
designa con bo y se evalúa en función de lo
que se llama área cargada real y área
cargada efectiva, las cuales quedan
interpretadas para una sección en L en la
Fig. 9.36.
Fig. 9.36
Concepto de áreas cargadas y críticas en una
sección no rectangular.
19
Fig. 9.37
Secciones críticas en losas para distintas
secciones transversales de columnas.
2 f c´ bo d
a) Vc = 1 + (9.8a)
β c 6
α d f c´ bo d
b) Vc = s + 2 (9.8b)
bo 12
f c´ bo d
c) Vc = (9.8c)
3
Fig. 9.38
Variación de la contribución del
hormigón al corte en función de la
relación βc, para el caso de acción
de losa en dos direcciones.
y para la altura útil adoptada d= 55 cm= 0.55 m, la resistencia de diseño está dada
por:
la cual ya resulta mayor que Pu= 232 ton, aunque no es este el corte demanda, ya que
según se indica en la Fig. 9.35, para obtener Vu hay que considerar el área tributaria.
Esta se indica en esa figura con rayado, por lo que en este caso:
Fig. 9.39
Columna cuadrada sometida a carga centrada. Ubicación de las zonas y
planos críticos para el diseño a flexión. Note que si la losa es de altura
variable la norma exige, sección 15.9.1, la verificación de todos los
requerimientos del capítulo 15 para cada sección de la losa.
En la sección 15.4.3
especifica que para
zapatas que trabajan en
una dirección, sean
cuadradas o rectangulares,
y en zapatas de planta
cuadrada que soportan momentos en dos direcciones, la armadura se debe distribuir
en forma uniforme a través del ancho total de la zapata. Para el caso de bases
rectangulares, que soportan momentos en las dos direcciones, para ubicar las barras
en la dirección más corta se debe tener en cuenta que el soporte suministrado por la
columna a la zapata se concentra cerca de la mitad; por lo tanto la curvatura de la
zapata es más pronunciada, es decir el momento por unidad de longitud, es mayor
inmediatamente bajo la columna y disminuye hacia los extremos de la dirección larga.
Por ello la distribución de armaduras se hace según se muestra en la Fig. 9.41.
Fig. 9.41
Distribución de las
armaduras según C-201-
05.
por cada metro de ancho de base. En el ancho total de 3.0 metros y en cada
dirección, el momento total es 60.50 tm.
La cuantía mínima que establece el C-201-05 para el caso de losas es el que
corresponde a temperatura y contracción, y es de 0.0018 para el acero ADN-420. Por
lo tanto, en este caso:
Amin = 0.0018 x300cmx55cm = 30cm 2
23
por lo que se adoptan para una verificación inicial 15 barras de diámetro 16mm
separadas cada 20 cm que da un área total de 30.15 cm2. De simple estática, para
sección con armadura simple, la altura del bloque de tensiones equivalentes es:
30.15cm 2 x 4.2ton / cm 2
a= = 2.36cm
300cmx0.85 x0.21ton / cm 2
0.003 x52.20cm
ε smáx = = 0.056
2.80cm
por lo cual supera ampliamente el límite del 0.005 y puede considerarse como
controlado por la tracción, con lo cual φ= 0.90. En consecuencia:
A2
Pd = φ Pn = 0.65 x 0.85 x f c´ x A1 x ≥ Pu (9.9)
A1
en donde el factor de 0.85 tiene la misma razón de ser que en resistencia máxima de
columnas, por la diferencia entre un ensayo de probeta cilíndrica y una columna, y:
Pu = carga demanda última o requerida a transferir.
Pd = suministro o resistencia de diseño al aplastamiento.
φ = factor de reducción de resistencia por aplastamiento, igual a 0.65, sección 9.3.2.4
f´c = tensión característica del hormigón de la base.
A1 = área cargada.
A2 = área de la base inferior del mayor tronco de cono, pirámide o cuña contenida
completamente dentro del apoyo, que tiene como base superior el área cargada A1 y
24
o
pendiente de los lados iguales a 1 vertical por 2 horizontal (p. 50 %, ángulo 26.5 ). La
norma permite tomar una superficie mayor de transferencia para verificar el
aplastamiento, pero impone la condición que el factor A2 / A1 ≤ 2 , es decir que el
área resistente debe ser como máximo el doble del área directamente cargada. Este
factor la norma lo designa como grado de confinamiento, y tiene el significado que se
aprecia en la Fig. 9.42(a), (b) y (c).
Fig. 9.42(a) Esquemas para interpretar los factores asociados a la resistencia nominal al aplastamiento
del hormigón.
Fig. 9.42(b)
Ejemplos típicos para
determinar el grado de
confinamiento para la
resistencia al
aplastamiento en la
interacción columna-
base.
25
Fig. 9.42(c)
Vista en planta y elevación de una
zapata de losa escalonada para
interpretar el significado de las áreas A1
y A2 en la determinación del factor de
confinamiento para la resistencia al
aplastamiento.
Fig. 9.43. Detalles de armado, anclajes y empalmes, según el ACI-318 en la unión de la columna con
la base.
fy
l d = 0.50 αβλ db
f ´c
420
l d = 0.50 db = 46 db = 46x16mm = 735 mm
21
3000 500
− − 50mm = 1200mm , por lo que habría que colocar ganchos.
2 2
Fig. 9.44 Modelo de bielas y tensores que demuestra lo importante de anclar correctamente los
extremos de las barras inferiores sometidas a tracción.
9.6 BIBLIOGRAFÍA