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problemática escolar”
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Comisión: Cuarto año, turno vespertino
Coronel, Macarena
Stieben, Graciela
Torres, Ayelén
Índice
1. Introducción .............................................................................................................................. 2
2. Situación de violencia escolar ................................................................................................... 2
3. Diez aspectos que constituyen zonas de sombra ..................................................................... 3
4. Planos de significación .............................................................................................................. 4
5. Principios básicos para trabajar la violencia desde el aspecto ético – político de la educación5
Identificación del problema ...................................................................................................... 5
Análisis del problema ................................................................................................................ 5
Sugerir y estudiar soluciones .................................................................................................... 6
Posibles soluciones.................................................................................................................... 6
Evaluación y conclusión ............................................................................................................ 7
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1. Introducción
Se entiende por violencia a aquellos actos que tengan que ver con el ejercicio de una
fuerza verbal o física sobre otra persona, animal u objeto y que tenga por resultado la
generación de un daño sobre esa persona, animal u objeto de manera voluntaria o
accidental. La violencia es uno de los actos más comunes del ser humano (aunque este
no es privativo de él sino que también se da entre otros seres vivos) y es difícil
determinar a ciencia cierta si el ser humano es capaz de vivir en sociedad sin ejercer
ningún tipo de violencia.
La violencia se pretende justificar como algo natural diciendo que los seres humanos
son violentos por naturaleza, que siempre han existido las guerras, y las peleas por lo
que resulta necesario distinguir la agresividad, que sucede de manera natural, por la
herencia genética, de la violencia, que es provocada socialmente por las relaciones de
dominación y subordinación entre los seres humanos. Por lo tanto, se considera a la
violencia como una construcción social y no como un fenómeno natural.
La violencia es intencional porque un insulto, un golpe, una mirada o una palabra, para
que sean considerados como actos violentos deben tener la intención consciente o
inconsciente de dañar. Además, es dirigida porque no se violenta indiscriminadamente,
ni de la misma manera en todos los casos. Muchas veces se elige violentar a las
personas más cercanas, con quienes existe un lazo afectivo (la familia, la pareja, los
compañeros/as de trabajo, etc.), y que casi siempre se ejerce contra la persona que
parece o es más débil, o contra quien se considera vulnerable o incapaz de defenderse.
Según E.P. Riviere […] “La violencia es una reacción provocada por acumulación de
frustraciones. Apunta siempre a una dirección pero está precedida de un momento
ciego, en el que se desata la censura y aparece la agresión. Para analizar un hecho de
violencia hay que analizar sus personajes, sus causas, el contexto en el que se
desarrolla y su direccionalidad. Negar las causas verdaderas que originan la violencia
es una forma más de violencia”, es un fenómeno acerca del cual tenemos intensas
vivencias y forma parte de nuestra experiencia cotidiana. En ocasiones, en forma
invisible, su presencia acompaña nuestras interacciones diarias, se puede decir que la
violencia circula en nuestro entorno.
Nuestra sociedad está atravesada por la violencia, como toda sociedad de clases, la
violencia es una construcción social, como dice Esther Díaz, “los seres humanos no
somos violentos o pacíficos por naturaleza sino por las prácticas y los discursos desde
los que nos formamos y conformamos como sujetos históricos”
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2. Situación de violencia escolar
En el presente trabajo nos hemos centrado con mayor precisión en la violencia escolar,
que con seguridad podemos señalar que no se genera en la escuela, más bien tienen
sus raíces en el seno familiar y/o social. En los hogares hay violencia intrafamiliar, los
niños/as son objetos de maltrato por parte de sus padres, madres o familiares más
cercanos.
Desde muy temprano las niñas/os aprenden que la violencia es una forma eficaz para
"resolver" conflictos interpersonales, especialmente si la han padecido dentro del
hogar, ya sea como víctimas o como testigos. La violencia se transforma
paulatinamente en el modo habitual de expresar los distintos estados emocionales,
tales como enojo, frustración o miedo; situación que no se reduce exclusivamente al
seno familiar, sino que invariablemente se verá reflejada en la interacción de cada uno
de los miembros de la familia con la sociedad.
La violencia es un tema que preocupa y asusta cada vez más, más aún en las escuelas
porque no hay muros ni pared que permita evitar que ésta llegue a ellas. Más allá de la
preocupación, los padres, madres, maestras/os y alumnos/as sienten con frecuencia
miedo e impotencia cuando se presenta la violencia en la escuela con toda su dureza y
cada vez con más frecuencia.
Hemos elegido este tema para dar énfasis a las estrategias para prevenir la violencia
escolar así como reconocer los indicadores que permiten detectar tanto al agresor
como a la víctima. Identificar las causas que conducen a la violencia, así como los
factores detonantes nos llevará a actuar de manera efectiva e inmediata para poder
disminuir el índice de violencia en las escuelas.
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una agresión contra las personas que va más allá de las pautas de convivencia y
socaba lo más profundo de la personalidad y su desarrollo social.
La exclusión social.
La exposición a la violencia transmitida por los medios de comunicación.
La ausencia de límites en el comportamiento social y esto no es más que una
señal de alarma ante algún tipo de carencia, ya sea afectiva, social, etc.
La crisis en las familias.
El exceso de trabajo y el abandono, son algunas, así como el desempleo en otras.
La falta de límites, el alcohol, la droga y la pérdida de valores.
Lo importante es destacar que ninguno de estos factores es, por sí solo, causa de
violencia. Esta realidad es siempre consecuencia de una multicausalidad, de una
combinación de factores que generan una descarga violenta. También hay una
predisposición personal a desencadenar un hecho de esta magnitud.
Las causas que llevan a un compañero a agredir a otro pueden ser múltiples, aunque
siempre tienen un mismo trasfondo: el agresor ataca porque necesita llamar la
atención. Las aulas, los pasillos, el baño y el patio o la salida del colegio son el
escenario donde la violencia ejecuta su propia ley, sin que los agentes escolares
puedan evitarlo. La violencia escolar es siempre consecuencia de múltiples causas y
combinación de factores externos y personales.
El adulto/a no puede mirar a un costado, ante estas situaciones, sino que debe
intervenir y actuar como mediador/a para facilitar el diálogo, ayudando a buscar una
solución favorable para ambos.
La institución deberá agotar todos los recursos para la resolución de una situación
violenta sin llegar a recurrir a la fuerza pública, ya que para que esta intervenga tiene
que acontecer una situación extrema.
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Actitud docente que predestina la conducta de los alumnos/as.
Esto se genera para no ver la realidad por la cual se está atravesando, sea por
desinterés o inacción
Cuando el/la docente no se hace cargo de su rol y utiliza a sus alumnos/as para este
fin.
La institución debe dar aviso al E.O.E. y estos actuar en consecuencia. Estos niños/as
deben estar dentro de una institución escolar.
4. Planos de significación
El espacio: es habitual que los chicos/as escuchen en las escuelas “no podes pasar por
ahí, es un espacio para adultos/as o para docentes” generando el efecto contrario al
esperado de modo que les genera aún más curiosidad y ponen mayor énfasis en
transgredir la norma. Esto posiciona al alumnado en un lugar de vulnerabilidad
respecto a los adultos/as en el cual los intereses de unos se ubican por sobre los de
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otros. El negarle el acceso a ciertos espacios puede llevarlos a pensar en las notorias
diferencias que existen con los/as docentes teniendo en cuenta la relación asimétrica
que debe existir entre ambas partes. Consideramos que es importante hacerles
entender que esas diferencias no son malas ni buenas simplemente necesarias de
modo que contribuyen a establecer un vínculo sano dentro de la institución escolar.
Junto a esto también se puede mencionar la idea de “poner” un límite a los/as
estudiantes, a veces mal visto y asociado a la maldad o la “mala onda” del adulto/a, en
cambio creemos que es la mayor muestra de cariño que se le puede brindar a un
pequeño/a, cuidarlo y enseñarle que hay situaciones que corresponden y otras tantas
que no.
Es sabido que dentro de la escuela se ponen en juego una serie de valores que los
niños/as traen consigo desde el hogar y con ayuda de los/as docentes refuerzan dentro
de esas cuatro paredes. Muchas veces esos valores no condicen con los que buscan
los/as educadores transmitir a sus estudiantes y allí nos topamos con un pequeño
inconveniente ya que la niña/o recibe dos discursos distintos en esos dos ámbitos de
su vida. Por esto, y por otras razones, creemos que es fundamental que exista un
marco normativo que organice la escuela y que el mismo sea conocido por todo el
equipo docente y aplicado conscientemente. A su vez consideramos que esta
organización establecida en la institución escolar les servirá a los/as estudiantes para
todos los ámbitos de su vida teniendo en cuenta que como sociedad atravesamos
muchas falencias en este aspecto.
Por último, hacer hincapié que todas las normas que se establecen tienen como
principal objetivo cuidarlos a ellas/os y que aprendan a cuidarse con sus pares,
teniendo presente sus derechos y lo que nuestra Constitución predica.
Los valores: este universo temático sea quizás el más complicado de comprender y
problematizar. Los/as estudiantes tienen creencias arraigadas desde temprana edad y
esto nos para frente a un desafío: desnaturalizar el modo de pensar y de actuar. Uno
de los ejemplos más comunes que podemos mencionar es el ya conocido “juego” de la
guerra en el cual se golpean, se empujan y simulan tener armas con las que se
disparan ilimitadamente. En primer lugar, es fundamental hacerles entender que
golpearse, violentarse, agredirse, jamás es un juego. En segundo lugar, y ahondando
un poco más profundo, se puede conversar sobre el concepto de la guerra, qué es,
cómo se desarrolla, qué causas y qué consecuencias tiene, etc. Consideramos
relevante acompañar a las alumnas/os en ese proceso de desnaturalizar algo que a
simple vista resulta sencillo y que tiene un trasfondo tan sangriento y doloroso, el cual
se ha llevado muchas muertes de manera injusta. Estos valores son reforzados día a
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día con la ayuda de la televisión y sobre todo de los videojuegos a los que tienen
acceso durante varias horas al día, y cada vez a más temprana edad, lo cual es
preocupante. Por momentos pareciera que no logran distinguir la realidad de lo virtual
y en muchos casos los padres y madres no intervienen siquiera para cuidar a sus
propios hijos/as y contra eso es aún más complicado lidiar.
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conducta que cada niño o niña y cada joven va construyendo dentro y fuera de la
escuela.
Favorecer, desde la institución, un grado de concientización que lleve a actitudes
de un mayor cuidado y respeto, tanto de los estudiantes como del cuerpo docente
y directivo, en sus modos de actuar y vincularse.
Considerar la intervención pedagógica como modo privilegiado de actuación en las
escuelas y en el sistema educativo en general, asumiéndola como complementaria
de intervenciones psicológicas, jurídicas, sanitarias, y sociales.
Asumir la responsabilidad que tienen todos los actores institucionales en cuanto a
la necesidad de favorecer una convivencia escolar democrática, participativa y
justa, donde todos y todas se sientan involucrados en la comunidad educativa,
profundizando el trabajo que se viene realizando en la construcción de los
Acuerdos Escolares de Convivencia y en la promoción de espacios participativos
como los Consejos de Convivencia.
Interpretar y analizar los hechos de violencia dentro de la escuela desde una
perspectiva ética, entendiendo que toda violencia en la escuela, ejercida por
cualquiera de sus actores es un hecho de injusticia. El dolor del que sufre violencia
interpela a una conciencia ética. Consolidar dicha conciencia de los actores
escolares es un modo de respetarlos como sujetos de derecho.
La institución escolar cuenta con siete grados, una única división para cada uno de
ellos y la cantidad de estudiantes por salón es de 22 a 32 niñas/os. En el caso a
estudiar, nos enfocaremos en quinto grado conformado por 32 estudiantes (19 niños y
13 niñas) de 10 y 11 años de edad.
Es válido aclarar que tampoco podemos encontrar allí una sala de maestros/as ni un
esparcimiento donde trabaje el equipo de orientación escolar, sumando así más
limitaciones para las personas que allí trabajan.
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Análisis del problema
Por otro lado, Nahuel es un joven que a simple vista resulta encantador y educado, se
lo puede observar en los pasillos de la institución saludando amablemente a las
maestras, colaborando con aquellos que necesitan ayuda y predispuesto ante cualquier
situación. Ahora bien, en el aula pareciera que todas estas características se evaporan:
genera malestar en sus compañeros y compañeras intencionalmente, hace ruidos que
distraen tanto a la docente como a sus pares, golpea la mesa con objetos que
encuentra a mano y siempre está atento a lo que hace el resto para entrometerse y
generar conflicto. Estas actitudes claramente negativas y tóxicas ocasionan enojo e
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indignación en el resto de los estudiantes, quienes insisten en decirle las cosas de
manera tranquila y educada pero luego de varios intentos caen, desafortunadamente,
en los gritos y los reproches con la docente del aula. Cuando la maestra le llama la
atención, varias veces en la jornada escolar, ignora por completo lo que oye: no te
mira a la cara, contesta de mala manera, grita y muchas veces golpea cosas de
manera violenta. Son varias las situaciones en las que ha golpeado la puerta, pateado
un banco, zamarreado a la docente y a sus pares, y demás actitudes desconcertantes
para todos/as. Durante el año se lo cambió de lugar aproximadamente cinco veces y
siempre se han obtenido malos resultados ya que se pelea con quien lo sienten y con
las personas que lo rodean. La maestra ha tenido la intención de conversar con él en
muchas oportunidades sobre el respeto, la tolerancia y los buenos modos en el aula, la
manera de relacionarse con sus pares y los mayores. También se charló sobre el
malestar que genera en el resto la mayoría de sus actitudes y él ha respondido con
tranquilidad: “ya sé que les molesta, por eso mismo lo hago”. Con este panorama
desalentador también se ha sabido de boca de él que el propio padre le sugirió: “si un
compañero te molesta, cuando la seño no te vea, vos le pegas una patada o una
trompada”, evidenciando que en la casa de Nahuel avalan los malos tratos y la
violencia física. La alianza familia – escuela es difícil, se los ha citado un par de veces
durante este año y la maestra, acompañada por la directora y el psicólogo, ha recibido
gritos e insultos por parte de la madre del estudiante negando la mala conducta de su
hijo en la escuela. Luego de recibir presión por parte de las autoridades del colegio y
actuando como una condición para renovarle la matrícula el año entrante, la familia
accedió a que Nahuel comience un tratamiento psicológico por fuera de allí. En cuanto
al trabajo en el aula, trabaja con mala actitud, entrega trabajos desprolijos y hechos
con poco interés, no escucha las sugerencias de la maestra para mejorar ciertos rasgos
que pueden ayudarlo y suele pasar los exámenes con la nota justa y necesaria.
Ahora bien, luego de explicar brevemente cómo son ellos dos, es necesario
comprender cuál es la relación que se da. Facundo y Nahuel no se quieren, no toleran
la presencia del otro en el mismo salón, no se respetan y buscan ir al choque
constantemente. Si bien la maestra trabaja la tolerancia y el respeto por el par en
varias situaciones áulicas pareciera que nunca es suficiente con ellos de modo que no
quieren o no pueden aceptar las diferencias que se dan entre ambos. Las reiteradas
discusiones y peleas que hay entre Facundo y Nahuel generan un clima hostil en el
aula, la docente no puede dar una clase sin interrumpirla por ellos y claramente esto
despierta incomodidad y frustración en el resto del grupo que si tiene interés en
escuchar y participar de la clase.
Muchas de las peleas terminan con golpes y algún herido en dirección, ambos se han
llevado notas en sus cuadernos de comunicaciones (al menos una vez a la semana), se
los ha sancionado y hasta suspendido durante dos días de la institución. Pareciera que
estas medidas tomadas por el colegio no son suficientes o al menos no son la manera
correcta de encarar el conflicto. No le temen a la sanción por parte de la directora, el
reto de cualquier autoridad de la escuela no los inmuta y la maestra ha agotado sus
recursos para el trabajo con ellos. La persona que entendemos debería intervenir con
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más énfasis es el psicólogo y al no hacerlo difícilmente se obtengan resultados
favorables para ellos y para el resto.
Directora: tiende a tomar una postura protectora de los padres, tiene la necesidad de
evitar los conflictos con la familia evadiendo las reuniones, le pide a las maestras que
no se manden malas notas a través del cuaderno de comunicaciones y exige más
tolerancia a las docentes. A simple vista es fácil decir que no cuida a su equipo
docente, prioriza el “quedar bien” frente a los padres pero genera malestar con sus
colegas, quienes sienten que la directora no ejerce sus tareas como debería. Son pocas
las veces que ella interviene ante los conflictos que se dan en el aula o en algún
espacio escolar. Es querida por los estudiantes porque el trato con ella es dulce y
protector.
Psicólogo: es solo uno para toda la institución, incluyendo jardín y primaria, por lo
tanto carga con mucho trabajo para las pocas horas que se encuentra en el
establecimiento (3 horas, 4 días a la semana). Los/as estudiantes no suelen recurrir a
él salvo que este los llame por alguna situación en particular que desee charlar.
Cuando en el aula surge algún conflicto que se desbanda y la docente no es suficiente
para separar a los involucrados en la pelea, recurre a él y no recibe la ayuda necesaria.
Él entra al aula, se sienta y observa el comportamiento de Facundo y Nahuel en una
clase y al ver que no se pelean o discuten se va sin siquiera charlar con ellos fuera del
salón. Este tipo de intervención se da constantemente por lo tanto la maestra no
puede respaldarse en él ya que no pone un mínimo interés en su labor y en trabajar
con los chicos fuera del aula por lo menos una vez a la semana.
Maestra a cargo de quinto grado: al ser la persona que más tiempo pasa con los/as
estudiantes tiene bien en claro las dinámicas que se dan dentro del aula. Es una
persona atenta que se ocupa de cada niño y niña en tanto le es posible debido a la
demanda que recibe por parte de ellos/as. Los/as estudiantes tienen gran confianza en
ella y eso los lleva a contarle aspectos de la vida personal que pueden ayudarla a
entender el comportamiento de cada chico/a en la institución. En cuanto a Nahuel y
Facundo, intenta mantener un diálogo tranquilo con ellos pero muchas veces resulta
difícil porque ambos están muy cerrados en la postura que tienen para con el otro.
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Sugerir y estudiar soluciones
Posibles soluciones
El juego y/o representación teatral son canales comunes para expresar y descargar
tanto sentimientos positivos como negativos. Permite un equilibrio emocional. Por
lo tanto, es común que podamos observar, a través de esos juegos, situaciones de
violencia que los niños/as hayan vivido o visto en el seno de su familia, la
televisión, etc. Si bien es cierto que el niño/a pequeño/a daña sin intención a algún
compañero/a, desde ese mismo momento debemos tratar el origen de la agresión
para que la misma se revierta.
Posibilitar diferentes espacios de expresión.
Promover la no discriminación bajo ningún motivo.
En los recreos, la mirada atenta de cada docente deberá ser sentida por todos los
niños/as, y además, permitirá intervenir de inmediato ante el comienzo de una
acción agresiva de un compañero/a hacia otro.
Trabajar conjuntamente y crear entre todos, adultos/as y niños/as, un ambiente
sano, en el cual prevalezca el respeto, la libertad, la posibilidad de expresarse sin
miedos al efecto.
La mediación con presencia de adulto/a, facilitando el diálogo con sus pares,
evitando generar malos entendidos, aclarando los problemas y ayudando a buscar
soluciones aceptables para ambas partes.
Mejorar el ambiente en el aula al disminuir la tensión y hostilidad.
Desarrollar habilidades de gestión de la convivencia, resaltando la empatía y el
respeto que se debe tener hacia el otro/a.
Favorecer el incremento de la autoestima a través de espacios artísticos.
Resolver disputas menores entre iguales que interfieran en el proceso educativo.
Acciones que pueden ayudar a lograr una convivencia sin problemas entre todos los
integrantes de la comunidad educativa. Lo principal con respecto a este tema, como
dijimos anteriormente, es la prevención, y para ello hay que tomar acciones desde las
salas más pequeñas del jardín de infantes y unificar criterios entre los distintos niveles,
incluido el secundario. Por ejemplo:
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Al primer acto de violencia (no el segundo o el tercero) realizar una reunión inmediata
de toda la comunidad educativa para discutir, unificar criterios y proponer estrategias y
soluciones.
Evaluación y conclusión
Teniendo en cuenta la Declaración de los “Derechos del Niño”, como indica el Derecho
a la educación, “Todo niño tiene derecho a recibir una educación, a disfrutar de una
vida social y a construir su propio futuro. Este derecho es esencial para su
desarrollo económico, social y cultural”. Este derecho debería estar más presente en
el instituto respetando a todos los niños involucrados en este caso.
Familias ausentes y que medican a sus hijos, es un hecho que varios psicólogos,
psicopedagogos y especialistas en educación mencionan que aumenta potencialmente
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en clases media y alta. La licenciada Liliana González (psicopedagoga) cordobesa, que
trata este tema y envía mensajes positivos, invita a las familias al dialogo ante todo, a
compartir los tiempos a conocer a los niños que conviven con nosotros, como ella
menciona en una entrevista "Como todo lo que excede el aparato psíquico de un niño
por suerte 'lo juegan', uno se puede enterar de lo que están viendo, sintiendo o
haciendo. Jamás te vas a enterar si gritas o amenazas".
Aunque sabemos que este problema que tiene el colegio se repite en distintas
instituciones (no necesariamente escolares), creemos que es indispensable que el
equipo directivo debe reorganizar la gestión institucional, en la cual se trabaje de cerca
con los docentes y con las familias. Este lugar donde los niños depositan sus deseos,
sus sentimientos y sus frustraciones es el primer espacio que los afecta de la sociedad;
por ende si trabajamos para formar ciudadanos éticos-políticos críticos de la sociedad,
tenemos que demostrarles que su aporte es importante y que todo lo que ellos
ocasionan modifica al contexto (en este caso el colegio y específicamente el grupo de
alumnos del grado) de forma positiva o negativa.
Desde que ha comenzado el problema no han realizado proyectos a largo plazo para
solucionar este tipo de violencia. Pero, pensamos que es de suma importancia que el
colegio trabaje en este punto, no solo por este hecho sino también para problemas
similares que surjan en un futuro.
La institución debe tener en cuenta que no son solamente dos alumnos que padecen la
violencia; sino todo el equipo escolar. El contexto que los rodea se tensiona
progresivamente, y esto puede provocar otro tipo de violencia (o la misma) con
distintas figuras involucradas.
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