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Fotografía en B&W de Shirin Neshat, nacida en Irán, dentro de la serie Women of Allah.

Antes de analizar a fondo esta propuesta, su simple observación hace detenerse al


espectador para interesarnos por su mensaje, la composición atrapa al observador y no
le deja indiferente, la fuerza que emana de esta imagen bizarra, fuerte contundente;
golpea al observador llevándole al terreno en que la autora propone, entrar en
comunicación con el simbolismo de la fotografía. Si analizamos la imagen, mujer con
velo, mujer islámica por la cartela que informa sobre el título de la serie, que tiene la
cabeza cubierta, el arma desenfocada y la boca tapada nos conducen a los ojos. La
mirada es el punto de referencia, es con lo que el espectador debe entrar en
comunicación para activar la obra. Los ojos atraen, subyugan, comunican, pero aquí
surge la paradoja, el arma aleja, amenaza pone una barrera que la mirada está
intentando que el espectador atraviese para que la comunicación fluya, el dialogo se
establezca y el paradigma desaparezca.
Contextualizada esta obra en el momento de su creación se podría analizar el plano
feminista, sexual, identitario…, pero una vez que la autora ha realizado su propuesta,
es el espectador el que marca el aquí y el ahora. La reproductividad podría rearmar la
obra en otros contextos, se puede establecer la similitud con los carteles británicos o
estadounidenses (“BRITONS, Wants you join your country’s Army! God save the King”,o
“I wanted you for U.S. Army”, respectivamente) que apelaban al espíritu patriótico para
buscar el alistamiento de personas al ejército en la Segunda Guerra Mundial;
reinterpretado como un mensaje empoderando a las mujeres islámicas para que formen
parte de la Guerra Santa contra el infiel. Pero ciñéndonos al temario, se tratará de hacer
una propuesta critica en el plano del colonialismo y el arte político con la lectura de los
textos propuestos en la presente actividad.
En el plano político aparece una lucha, pero ¿una lucha contra qué? O quizá ¿contra
quién?, una lucha que cuestiones varios contextos: lucha oriente-occidente, lucha
patriarcado-matriarcado, lucha islam-cristianismo, …Una lucha comunitaria que, sin
embargo, cuestiona el estatus del individuo, su objetividad que le conduce al
aislamiento. El ser humano convertido en sujeto objetivado en las practicas divisorias
que trasmite la imagen, el arma así lo corrobora. Pero aparece la subjetivación que se
establece en la ambivalencia entre la amenaza y la súplica, entre la frialdad y la calidez,
entre el alejamiento y la comunicación próxima; simbolismo representados por el arma
y la mirada. El desenfoque de uno de estos actores nos puede dar pistas del mensaje
de la autora. La estrategia para obtener la victoria está clara, hay que obviar la
objetividad propuesta y fomentar la subjetivad que se trasmite. En este punto se entra
en una paradoja, si la lucha asegura la salvación individual en el otro mundo, objetivo
del poder pastoral, la imagen y su contexto no trasmiten la salvación individual, tratan
de reivindicar una salvación colectiva por medio de una identidad perdida, pero añorada.
Quizás ésta sea la respuesta a las preguntas iniciales.
La ambivalencia de la imagen hace que su reconocimiento rápido pase de positiva, en
el momento de su producción, a negativa en el momento actual. El estereotipo se
plantea sobre la base de la normalidad política donde la efectividad impone, según la
estrategia que tiende a ganar la batalla, que se sitúa en el plano que el poder desea. El
neologismo occidental de terrorismo yihadista somete está imagen a un juicio colonial
pretendiendo construir el pensamiento verdadero que no admite discusión. El que el
sujeto sea una mujer contribuye a negar la realidad de esa otredad que es despojada
de su entorno intimo haciéndola objeto de diferencia racial, sexual, cultural e históricas.
En resumen, se cuestiona la construcción de esa otredad que sistematiza los signos
culturales desbaratando la búsqueda del sentido primigenio, que fue en su momento
nacionalista y feminista. El discurso colonial está servido.

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