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Apuntes 40 - Primer Semestre 1997 97

POPULISMO Y NEOPOPULISMO: LA EXPERIENCIA PERUANA*

John Crabtree

RESUMEN ABSTRACT

Este artículo examina la tradicíon populista eu el The articlc examines ihe populist tradition i-lí Peru's
desarrollo político del Perú durante los últimos SO mios. Resalta política/ den·lopmmt 01•er ihe last fifty years, seeking to draio
algwuzs de las continuidades C1I la práctica política de los regimenes attention to some of the continuities in thc política/ praciice of
correspondientes, a pesar de sus distintas orientaciones successire rcgimes, albeit 011cs of different idcoloeical
ideológicas. En este afán, busca definir el orienuüions. /11 so doi11g, it seeks to dejinc 'popuíism' as a style
'populismo' como u11 estilo de gobierno que ¡,incula a los of gorernment uhit]¡ links the rulers toil}: ihe ruled bypas,i11g
gobemantes con los gobemados, ig11ora11do los sistemas represcntntire systems uf potitical media/ion.
representativos de mediacion política. Wlzilst ti¡pically populism emerges al moment of
Aunque el populismo suele emerger fil momentos de economic and political crisis, tohen rcpresentatírc instiiutions
crisis económica y política. cuando las instituciones represcntnti- fail to protnde solulions to popular demands, it a/so rcflccts the
vas dejan de prm,ecr soluciones a las demandas populares, iam- /011gsla11tli11g treakncs« of sucli institutione i11 Peru thi« ccnturu.
bién refleja la debilidad permanente de estas instituciones e11 el Despite the terv diffcren! orientation of thcir economic policies,
Perú a lo largo del siglo. A pes11r de las distintas orirntacio11es de the political methods of tlze García mu! Fuiimori goivrnmcn!«
las políticas económicas de los gobicmus de García y Fujimori, la Iuue more in co111nzon than is oiten belicred. These coníinuitics
furnia de hacer política de ambos es más similar de lo que con- reflect. i11 part, tlze chasm dii•idi11g the siate and th« rest of
nencionalmente se cree. Estas continuidades reflcian, en parte, el socicty.
gm11 abismo que existe mire el Estado y el resto de la sociedad.

Introducción: cambios y continuidades más, observamos la emergencia de figuras


políticas que tratan de obviar las instituciones
Después de un prolongado período, la existentes, de cuestionar el status quo y de legi-
discusión de la noción de populismo empieza a timizarse a través de su relación directa con el
destacarse nuevamente. Esto no es una coinci- pueblo. La naturaleza del nuevo discurso es
dencia. La aparición de líderes políticos como claramente diferente al que caracterizó a la an-
Carlos Menem en Argentina, Femando Collor tigua generación de populistas. En términos
en Brasil, Alberto Fujimori en Perú y aún Ra- económicos, los nuevos populistas optan por
fael Caldera en Venezuela (sin mencionar las políticas muy diferentes a las aplicadas por sus
variantes en otras partes del mundo), ha obli- predecesores, apuntalando hacia una trans-
gado a los analistas políticos a retomar y re- formación neo-liberal y dejando de lado las
examinar los métodos de análisis, comunes en políticas de desarrollo industrial del modelo
los años 1950 y 1960, que buscaron explicar el cepalino. En términos políticos, sin embargo, la
ciclo anterior de gobiernos populistas. Una vez continuidad es más evidente y, por esta razón,

Una versión preliminar de este artículo será publicada por El Colegio de México.
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el término neo-populismo surge en la literatura cuando, aparentemente, el Perú no pudo estar


para describir este fenómeno. más cerca de caer en el precipicio. En la esfera
La utilidad del término populismo, económica, las políticas de Fujimori contrasta-
una vez más, está siendo cuestionada'. Este ron nítidamente con las del gobierno de García:
término nunca ha tenido el peso teórico de un proceso de liberalización reemplazó el in-
otros conceptos en las ciencias políticas y ha tervencionismo; el objetivo fue el crecimiento
sido considerado como vago, impreciso y ca- orientado hacia el mercado de exportaciones,
rente de rigor analítico. Además, ha adquirido en lugar del basado en la sustitución de impor-
connotaciones peyorativas que han contribuido taciones; y la reconciliación con la comunidad
a crear desconfianza entre analistas rigurosos. financiera internacional puso fin a un período
Sin embargo, proporciona contenido suficiente de autarquía.
para facilitar la comparación entre distintos ti- Sin embargo, estos contrastes no de-
pos de movimientos y regímenes políticos en ben ocultar un sinnúmero de continuidades
diferentes lugares. Nos ayuda también a hacer existentes entre ambos regúnenes. Ambos go-
comparaciones entre distintas coyunturas en el biernos fueron presididos por líderes con incli-
mismo país. Ciertamente, la historia de Améri- naciones autoritarias, dispuestos al ejercicio de
ca Latina no carece de ejemplos de regímenes repentinos cambios en las reglas de juego
con características que podemos reconocer co- existentes cuando éstas les convenían. Asimis-
mo populistas o con rasgos populistas. mo, fueron líderes que rehuyeron compartir el
En síntesis, en la búsqueda de un de- poder con otros, evitando instituciones e in-
nominador común, quizás la definición de po- termediarios, pero dispuestos a legitimizarse a
pulismo más fructífera sea: "el llamamiento al través de un contacto directo con el 'pueblo'.
pueblo sin intermediacion politica'". Funda- Del mismo modo, fueron personalistas en su
mentahnente, regresamos a la noción de una estilo político, altamente preocupados de sus
identidad entre el líder o un movimiento polí- índices de popularidad y desdeñosos de todo
tico con el populus, aunque la popularidad de sistema formal de rendición de cuentas
los llamados populistas no es tan clara y a ve- (accountability).
ces ha sido poco duradera. Postulamos que el No obstante, las diferencias entre los
gobierno de Fujimori encaja con esta defini- regímenes de García y Fujimori nos proveen de
ción. Más aún, es parte de una larga tradición un buen paradigma para observar el contraste
histórica en el Perú. Sobresale como ejemplo de entre el nuevo y viejo populismo. El primero se
lo que O'Donnell denomina 'democracia dele- asocia con un modelo de desarrollo centrado
gativa', en la cual se renuncia a las normas de en el Estado y sobre la base de un proyecto de
la democracia liberal, se marginaliza a las insti- nacionalismo económico. El segundo es una
tuciones democráticas y la mediación política nueva forma de populismo, elaborado sobre
consiste más en una movilización 'desde arriba' supuestos económicos totahnente diferentes,
que en la articulación de demandas 'desde como la privatización del sector estatal, la des-
abajo". regulación de los mercados y la liberalización
Para muchos observadores de la reali- de la economía en su conjunto. Los ganadores
dad peruana, el año 1990 representa una línea y perdedores de cada fase son evidentemente
divisoria en la política peruana, entre el caos y distintos, así como quienes proveen el sustento
desorden de los años del Presidente Alan Gar- político. Sin embargo, la especificidad de las
cía y una nueva era de recuperación y estabili- circunstancias en que Fujimori llegó al poder,
dad bajo la presidencia de Alberto Fujimori. El facilitó la adaptación de métodos políticos tra-
mismo Fujimori suele utilizar este contraste y dicionales para el logro de fines económicos
busca, de esta forma, legitimizar su gobierno. muy distintos. Así, este nuevo tipo de popu-
Así destaca sus logros, llamando la atención en lismo es, en sí, muy diferente. Por tanto, surge
los tiempos difíciles previos a su mandato, la inquietud de si el populismo aparece o no
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estrechamente vinculado con un tipo específico ña. Aunque en este período la migración urba-
de proyecto económico. na empezó a acelerarse, la mayoría de la po-
Por otro lado, se ha argumentado que blación todavía vivía en el sector rural, donde
el populismo está particularmente asociado la participación política se encontraba restrin-
con coyunturas disruptivas, en donde las viejas gida por la continua dominación del sistema de
formas de hacer política cayeron en el des- hacienda y las limitadas perspectivas de la co-
crédito y las instituciones existentes no logra- munidad campesina. Sólo cuando este patrón
ron adecuarse a las presiones impuestas sobre se quebró, como consecuencia del proceso
ellas. Ambos episodios, el de García y Fujimori, acelerado de la reforma agraria de 1970,
se llevaron a cabo en momentos de dificultad emergió una política de masas'. Julio Cotler ha
económica, con efectos disruptivos en la esfera enfatizado insistentemente en subrayar la im-
política. Sin embargo, postulamos que las con- portancia de esta falta de integración y la per-
tinuidades entre los dos son el reflejo de los manencia, hasta el presente, de patrones de
viejos y duraderos problemas en el desarrollo clientelismo y patrimonialismo que han obs-
político del Perú, problemas que de ninguna truido repetidos intentos de reorganización".
manera pueden ser considerados únicos al El fracaso de los partidos políticos -po-
país, pero que revela con gran claridad. Es por pulares para alcanzar una posición política
esta razón que cualquier análisis del populís- dominante, retrasó el momento en el que el
mo en el Perú debe empezar con un breve re- poder de la oligarquía fue finahnente quebra-
sumen de su tradición populista y las circuns- do. Aunque durante este período aparecieron
tancias que lo fomentó. nuevos partidos, no se observa el desarrollo de
un sistema de partidos estable, mediante el
2. Una tradición populista cual los intereses de los grupos sociales emer-
gentes pudieran obtener representación políti-
En los 40 años entre 1930 y 1970, Perú ca a nivel de gobierno.
se destaca en comparación con los países más A pesar del hecho que Perú no tuvo
grandes de América Latina, donde la emer- experiencias similares a las de otros países y
gencia de nuevos actores (tanto de la clase que los sectores emergentes quedaron poco
media como de la clase obrera) apuntaló un integrados políticamente, el movimiento popu-
nuevo modelo de desarrollo nacional liderado lar empezó a tener influencia como actor políti-
por el Estado. Este período se caracterizó co, incluso al margen del sistema político for-
esenciahnente por la permanencia de un Esta- mahnente constituido. Durante este período
do no-intervencionista, por la dependencia en pueden encontrarse elementos de movilización
un modelo de crecimiento liberal orientado popular, así como intentos por parte de la aún
hacia afuera y por un modelo relativamente élite dominante de dirigir o cooptar las inci-
débil de desarrollo industrial'. Las nuevas pentes presiones populares, debido entre otras
fuerzas sociales, que en otras partes de la re- cosas a la urbanización, industrialización y la
gión proveyeron la fuerza impulsora y el sus- extensión de la educación.
tento político para la industrialización vía la Hubieron períodos (algunos de ellos
sustitución de importaciones (ISI), eran débiles breves) en los cuales el movimiento popular
y los partidos políticos, con los cuales se les ayudó a dar forma a las políticas gubernamen-
asociaban, fracasaron en articular la fuerza su- tales. Este es el caso, por ejemplo, del gobierno
ficiente para cambiar el status qua. del presidente José Luis Bustamente y Rivera
Más aún que la mayoría de los gran- en la posguerra (1945-48). Apoyado por la
des países de la región, Perú se mantuvo bási- Alianza Popular Revolucionaria Americana
camente como un país rural, pobremente inte- (APRA), se embarcó (para luego abandonar) en
grado (tanto física como sociahnente) y con políticas de moderado intervencionismo esta-
una clase media y obrera relativamente peque- tal. Así como, del gobierno del Presidente Ma-
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nuel Odría (1948-56), que vivió no sólo el re- hacia la movilización de amplios sectores de la
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tomo de políticas ortodoxas en la esfera eco- 00
población, tanto urbanos como rurales, exclui-
nómica sino también el intento de un liderazgo dos del sistema político establecido. Su ideo-
nacional, de desarrollar una relación persona- logía era fuertemente nacionalista, con los inte-
lista con los pobres de la ciudad". Después de reses de la 'nación' (con los cuales buscó iden-
1963, el Presidente Femando Belaúnde buscó tificarse) contrapuestos a los 'imperialismos' de
movilizar el apoyo popular alrededor de una todo tipo. En su estructura interna, el partido
ideología semi-nacionalista ('Perú' como doc- evolucionó en un movimiento altamente jerár-
trina), con un programa de reforma social mo- quico, clientelista y autoritario, con escasa de-
derada, promoviendo un culto de personalis- mocracia interna y marcado por un fuerte culto
mo. Si bien no se contaba con un sistema de al líder. En algunos aspectos representa más a
partidos propiamente dicho, existía una histo- un movimiento que a un partido clásico.
ria de populismo, con políticos que muchas ve- El APRA se distinguió de otras expe-
ces desempeñaban el rol de 'salvadores'. No riencias populistas más exitosas por su inca-
existía una tradición de democracia liberal con pacidad de imponer una nueva instancia
la emergencia de instituciones políticas eficaces institucional. Debido a su retórica radical y al
y representativas. estilo algunas veces semi-clandestino y cuasi-
Es hacia el APRA que debemos diri- militarista, el APRA generó una fuerte y ne-
gimos si queremos encontrar la expresión más gativa reacción en la élite, dificultando la crea-
clara del populismo peruano en este período'. ción de un enlace con los militares y con los
Este partido fue fundado en 1924, por Víctor sectores más progresistas a su interior. El estilo'
Raúl Haya de la Torre, y expresa mucho de los personalista de Haya de la Torre (sobre todo su
rasgos populistas clásicos. De la misma forma actitud de 'salvador') fue una fuente de fuerza
que otros movimientos de tipo populista, el y debilidad; fuerza porque tenía poderes ex-
APRA salió a la escena política como respuesta traordinarios de liderazgo y exigía una firme
a un colapso político y económico. La crisis lealtad personal, y debilidad en el sentido que
política se hizo evidente por el agotamiento del el movimiento que dirigía era excesivamente
régimen autocrático de Leguía, el llamado 'on- dependiente de una sola persona. Sin embargo,
cenio'. La crisis fue consecuencia de la quiebra una vez más en contraste con otros países, la
económica de 1929, que tuvo un impacto fuerte economía peruana se recuperó rápidamente y
en un economía vulnerable como la peruana. la élite económica tradicional recobró su senti-
Estimulado por el colapso económico y la in- do de equilibrio"'. Fue así que el modelo eco-
capacidad de la élite de controlarlo, el APRA se nómico orientado a las exportaciones sólo atra-
impuso por sí misma en la escena política, de- vesó una crisis temporal, recuperando mucho
safiando seriamente el status q110 tanto por su de su dinamismo perdido en las décadas de los
actividad electoral como por otras formas de años treinta y cuarenta. La incorporación de las
política más insurreccionales. masas en la política de la nación, fue efectiva-
El programa del APRA contenía algu- mente postergada por una generación.
nas de las características clásicas del populismo El caso peruano no sólo fue uno de lí-
latinoamericano de la época". La movilización deres populistas como Haya de la Torre, capa-
desde arriba implicaba una fuerte invocación al ces de movilizar la insatisfacción con el status
pueblo, buscando interpretar sus necesidades y qua que acabó con la vieja oligarquía; por el
aspiraciones, y observando en 'lo popular' las contrario, fueron los militares quienes tomaron
raíces de su legitimidad política. Buscó estable- la iniciativa, preocupados con el hecho que la
cerse como movimiento multiclasista, agluti- ausencia de reformas podría dar inicio a una
nando a las clases medias, clase obrera y secto- insurrección revolucionaria al estilo cubano. El
res del campesinado, en la búsqueda de una gobierno del General Juan Velasco Alvarado,
agenda progresista y reformista. Se orientó que derrocó a Belaúnde en 1968, representó
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una ruptura con el pasado, imponiendo desde existencia intermitente en 101
la práctica, represen-
arriba el mismo tipo de cambios a las expe- tando los intereses de un pequeño sector de la
riencias populistas señaladas anteriormente. población. Tanto dentro de las instituciones
Así, tardíamente, se buscó reproducir en el Pe- formales como fuera de ellas, los partidos polí-
rú el modelo de desarrollo de sustitución de ticos fracasaron en desarrollarse como meca-
importaciones; acabar con el poder de la élite nismos de vinculación entre las masas y sus
terrateniente; reducir el nivel de control extran- organizaciones con el gobierno. Donde éstas si
jero en las industrias claves de la economía; de- existieron (el APRA, por ejemplo) se desarro-
sarrollar un Estado fuerte e intervencionista; y llaron sobre la base de instituciones 'de arriba
por último, crear nuevos canales institucionales hacia abajo', en donde las organizaciones de
para controlar la participación popular. Si bien base encontraron escasa representación. Aun
el gobierno de Velasco nunca quiso comprobar cuando los partidos pudieron funcionar con
su validez electoral y no involucró el mismo cierta libertad, la brecha entre una pequeña
grado de personalismo como Perón, por ejem- élite y la masa de la población continuaba
plo en Argentina, forma parte de una tradición siendo amplia y difícil de unificar. Durante este
populista que buscó evitar la mediación políti- período resulta difícil hablar de la existencia y
ca en favor de un proceso de cambio radical, desarrollo de un sistema de partidos, basado
justificando una vez más su legitimidad a tra- en normas de competencia, en una política
vés de la invocación al pueblo. Efectivamente, abierta. La debilidad o la ausencia de institu-
puso en práctica algunos de los puntos centra- ciones representativas dio lugar a un terreno
les de la agenda del APRA de los años treinta, fértil para el surgimiento de estilos populistas
logrando conseguir cambios en el patrón tra- de gobierno.
dicional de propiedad y mejorando ligera- Estos antecedentes son importantes
mente la desigualdad en la distribución de los porque muestran las características del caso pe-
ingresos. ruano. Si bien es cierto que la irrupción del mo-
A pesar de la diferente orientación de vimiento popular en la vida política del país, en
los sucesivos gobiernos, especialmente en el parte, fue consecuencia de la crisis política y
campo de la política económica, en todo este económica de los últimos años de la década
período el Perú se caracterizó por una tradi- de 1920 y los inicios de 1930, estas nuevas
ción autoritaria. El país, altamente centralizado fuerzas carecían del impulso necesario para
en sus estructuras administrativas, carece de derrocar el viejo orden. Mientras el APRA, en
una tradición democrática institucional y cul- particular, se constituyó en el canal principal a
tural. Los períodos de gobierno más abiertos y través del cual se manifestaron todas estas
representativos fueron escasos y breves, mien- nuevas energías, fracasó en su intento de al-
tras un sufragio reducido excluyó la participa- canzar sus metas políticas proclamadas. De
ción de amplias masas de la población. Al esta forma, se retrasó el proceso de integración
mismo tiempo, en términos operativos, el Es- de las masas al sistema político. La erupción
tado se mantuvo débil e incapaz de intervenir periódica del populismo en la vida política fue,
con eficiencia, sobre todo en áreas alejadas del en parte, provocada por los momentos de cri-
centro del poder político. Se mantuvo 'cliente- sis, pero también fue la expresión permanente
lístico' y propenso tanto a la corrupción como de la debilidad continua de las instituciones
al comportamiento arbitrario de oficiales gu- políticas y la falta de canales (entre ellos, de
bernamentales. La rápida expansión del sector partidos políticos democráticos) mediante los
público durante el gobierno de Velasco hizo cuales las demandas populares pudieran ex-
poco para cambiar esta figura; al contrario, presarse. En otras sociedades y en otros tiem-
aumentó el problema de excesiva centraliza- pos, estos son los mecanismos que proveen la
ción. Incluso, las instituciones formales propias de legitimización de regímenes. Fue sólo en los
una democracia republicana tuvieron una años ochenta, con el retomo a la constituciona-
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lidad después de 12 años de gobierno militar,
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Sin embargo, esta confianza inicial fue
que la participación popular encontró una me- errada. Mientras que la crisis de la deuda en
jor y más sólida expresión institucional. 1982 acentuó los problemas en el manejo ma-
croeconómico, dos gobiernos sucesivos -el de
3. Los años 80: consolidación demo- Femando Belaúnde (1980-85) y el de Alan
crática y nuevos impulsos populistas García (1985-90)- demostraron su incapacidad
de proveer el mínimo nivel de seguridad eco-
En 1980, el retomo a un gobierno nómica y política para la mayoría de la pobla-
constitucional trajo consigo un ambiente más ción. Más aún, los partidos políticos (tanto de
proclive al desarrollo de instituciones demo- izquierda como de derecha) mantuvieron los
cráticas. La frustración con los defectos del ré- rasgos autoritarios, clientelistas, personalistas
gimen militar, tanto en su fase izquierdista de sus antecesores. Características que muchas
(1968-75) como en su denouement conservadora veces chocaron con la proliferación, durante
(1975-80), generó un amplio consenso político estos años, de organizaciones populares de ba-
sobre la necesidad de una transición democrá- se en el ambiente urbano y rural.
tica. Al inicio, por lo menos, había un conside- Fueron años en los cuales la inflación
rable optimismo respecto de la factibilidad de aceleraba ( con excepción de 1986-87) hacia una
un gobierno democrático, a pesar de las de- hiperinflación casi incontrolable en 1988-90,
mandas sociales exigidas por un público cada trayendo consigo una caída fuerte en los ingre-
vez más articulado. sos reales y un sustancial crecimiento del ta-
La Constitucion de 1978 creó un nue- maño del sector informal. Asimismo, en esos
vo marco de referencia con reglas de juego años, la violencia de los grupos en armas, que
ampliamente aceptadas. Entre otras cosas, se iniciaron sus actividades a comienzos de los
estableció por primera vez el sufragio univer- ochenta, expandió su radio de acción, afectan-
sal. En el período posterior a 1980 se llevaron a do casi todo el territorio nacional. A pesar de
cabo procesos electorales de manera regular, a que las instituciones democráticas formales
tiempo, limpiamente y con un grado de parti- pudieron resistir estas presiones, la volatilidad
cipación relativamente alto". Aún más impor- del voto electoral entre 1980 y 1990 mostró que
tante, en los años ochenta se evidenció el esta- las lealtades políticas carecieron de raíces pro-
blecimiento (posiblemente por primera vez) de fundas en la población votante". En el trans-
un sistema partidario con partidos representa- curso del período, el poder real de las autori-
tivos que cubrieron un gran espectro ideológi- dades elegidas estuvo crecientemente condi-
co y que pugnaron por el poder en elecciones cionado por los estados de excepción que re-
bastante competitivas. En la derecha, el Partido gían en muchas partes del país y que reducían
Popular Cristiano (PPC), con apoyo del sector el espacio en el cual la política democrática
empresarial, tenía presencia dentro de la clase pudo realizarse.
media y alta limeña. En el centro-derecha, Ac- El gobierno de Belaúnde tuvo rasgos
ción Popular (AP) proyectó la popularidad de híbridos: mientras en lo económico fue fuerte-
su líder y fundador, Femando Belaúnde, con mente influenciado por las corrientes neo-
apoyo popular en el sur del país y en la 'ceja de liberales y buscó revertir el estatismo del go-
selva'. El APRA, en el centro-izquierda, man- bierno militar, en lo político se caracterizó por
tuvo sus bases históricas en el norte del país. impulsos populistas. Impulsos que empezaron
Por último, con la formación de Izquierda Uni- a destacarse en los dos últimos años del go-
da (IU) en 1980, se incorporó al ámbito del sis- bierno, cuando fue evidente que la liberaliza-
tema político formal un número de partidos ción económica no conducía al establecimiento
radicales y marxistas, que habían ganado fuer- de un proceso de crecimiento con mayor pros-
za al interior del movimiento popular durante peridad. Este rasgo populista fue representado
los años setenta. por el mismo Belaúnde, quien era muy cons-
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ciente que los problemas económicos po-
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de libre mercado, recalcando que los mecanis-
dían poner en riesgo la legitimidad de un go- mos del mercado parecían empeorar, en103lugar
bierno constitucional débilmente establecido y de reducir, las desigualdades internas y las
que no era ajeno al desafío militar". Su gobier- divisiones sociales. Efectivamente, por lo me-
no se vio debilitado en su autoridad moral por nos al inicio, se buscó utilizar políticas mone-
los pobres resultados económicos y por la ex- tarias y fiscales para maximizar el crecimiento
pansión de la violencia senderista. Después de e inducir un mínimo de redistribución. Al
haber atraído el 45.7% del voto en las eleccio- mismo tiempo, sobre la base de una ideología
nes presidenciales en 1980; Acción Popular fue nacionalista y la reactivación económica, Gar-
humillado en 1985, cuando obtuvo apenas 7% cía buscó apelar políticamente a un amplio
de la preferencia electoral. abanico de intereses, incluyendo a la clase em-
Ante el fracaso de Belaúnde de solu- presarial, la clase trabajadora organizada, el
cionar estos problemas, el electorado se volcó sector informal urbano y hasta sectores del
en 1985 hacia el APRA de Alan García, quien campesinado (los dos últimos representando a
con su juventud y energía presentó un contras- los sectores sociales menos organizados). Por
te con el estilo paternalista del envejecido Be- último, García trajo consigo una fuerte dosis dé
laúnde. A. García ganó las elecciones con el personalismo y liderazgo autoritario, buscando
53% de los votos, logrando una mayoría en (tal como lo hizo Haya de la Torre con anterio-
ambas Cámaras del Congreso. Por primera vez ridad) sobresalir con el propósito de desarro-
en sus 60 años de existencia y cuatro años des- llar un contacto directo con 'el pueblo' y asegu-
pués de la muerte de Haya de la Torre, el rar su propia popularidad. Usando la frase de
APRA asumió el poder sin necesidad de aliarse O'Donnell, busco ser el 'alfa y omega' de la
con otro partido político. Mientras García bus- política is .
có adaptar el viejo mensaje de su partido a las Sus críticos a veces tratan de retratar a
nuevas circunstancias, a su vez, se encontraba García como un megamaniaco, obsesionado
influenciado por las experiencias del gobierno con las evidencias de su propia popularidad y
de Velasco y por la tradición aprista. Efectiva- extasiado con el poder. Sin entrar en detalles
mente, el APRA es un partido en el cual el pa- acerca de su situación sicológica, su actuación
sado influye fuertemente en el presente y la se basó en la convicción que el Perú era un
memoria de Haya ejerce una devoción casi re- 'volcán social' a punto de erupcionar, y que
ligiosa. Por ello, la influencia de Haya sobre sólo una fuerte dirigencia en combinación con
García no debe ser menospreciada. un Estado activista y políticas redistributivas
El objetivo de este documento no es podían evitar dicha 'erupción'. Por lo menos,
describir detalladamente el gobierno de Gar- en el clima de 1985 existían evidencias para
cía 1", sino tratar de resaltar algunas de sus ca- mantener este punto de vista. El Perú no sólo
racterísticas más importantes. De muchas for- tenía las tasas más altas de pobreza en América
mas reafirmó los postulados de la tradición Latina (acentuadas por las políticas de estabili-
populista en el Perú. Tal es así que algunos ob- zación implementadas desde mediados de los
servadores lo han caracterizado como el 'últi- años setenta), sino que engendraba al grupo
mo grito' del populismo tradicional latinoame- maoista en armas Sendero Luminoso, a una
ricano. Una vez más se alzó la bandera del na- izquierda marxista capaz de atraer a más de la
cionalismo económico, esta vez como una cuarta parte del electorado. El culto de la per-
reacción contra la banca internacional acreedo- sonalidad de García parecía orientado par-
ra y las instituciones multilaterales de Wa- cialmente por la convicción que su populari-
shington y no en contra del control extranjero dad era su activo político más importante, que
de industrias estratégicas (como bajo el régi- le proveía de la autoridad para gobernar.
men de Velasco). Reafirmó las virtudes de la Como es bien conocido, el gobierno de
intervención estatal en contra de la economía García terminó empeorando y creando más
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problemas los que buscó remediar. Al final
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mo la sustitución de importaciones no eran
de los años ochenta, el país se encontró envuel- 104
apropiadas en el momento, cuando la mayoría
to en dos 'tormentas': la hiperinflación y la de los otros países latinoamericanos (por su
ofensiva guerrillera que, en la opinión de algu- propia voluntad o porque no tenían otro re-
nos observadores, amenazaba con la destruc- medio) se movían en la dirección opuesta. En
ción del Estado peruano": Las enormes expec- particular, la reafirmación de la primacía eco-
tativas estimuladas por la retórica de García nómica del Estado iba en contra del espíritu de
dieron lugar a un pesimismo y desesperación. la época porque, debido a la crisis de la deuda,
Esta experiencia reveló la incapacidad del Es- la mayoría de los países latinoamericanos
tado, así como la intensificación del problema (sobre todo el Perú) enfrentaban serios dese-
crónico de clientelismo y corrupción. Después quilibrios fiscales que no eran fáciles de finan-
de revelar la insostenibilidad de sus políticas ciar. El populismo del viejo orden pasó de mo-
iniciales frente a una crisis severa de la balanza da en los ochenta, en parte, porque los gobier-
de pagos y frente a una derecha resurgente, el nos tenían poco que redistribuir. La crisis
gobierno del APRA finalizó en una crisis ge- también puso en evidencia la debilidad de una
neralizada que sacudió a la sociedad peruana maquinaria burocrática altamente centralizada,
y en la cual, la clase política de todas las ten- inadecuada para asumir políticas intervencio-
dencias mostró también su incapacidad de nistas. Finalmente, el estilo personalista y au-
cubrir las mínimas necesidades humanas de toritario del presidente tenía la gran desventaja
la población. que cuando las cosas marchaban mal, no había
No hay claridad respecto de si las otra persona a quien culpar.
políticas alternativas auspiciadas por García Sin embargo, la experiencia de García
estaban destinadas al fracaso o si el problema resalta la necesidad de crear políticas que ten-
fue más bien de mala gestión. El tema sigue gan en cuenta las realidades en las cuales éstas
en debate. Sin embargo, la experiencia de emergen. La explicación de estos impulsos po-
García terminó sintetizando supuestamente pulistas, condenados a fracasar o no, debe in-
todos los males asociados con el populismo, volucrar una consideración de la lógica popu-
siendo difícil evitar la conclusión que el caso lista detrás de ellos, aunque esta lógica sea
peruano fue uno de los ejemplos claves de lo prácticamente una de sobrevivencia diaria
que Dornbusch y Edwards denominan 'lama- (como ocurrió durante la crisis de 1988-90). Tal
croeconomía del populismo'". Fue un fuerte como Paul Drake argumenta, los impulsos no
aviso preventivo contra quienes estarían ten- son sólo el resultado de una serie de ambicio-
tados a seguir el ejemplo de García y a desa- nes autodestructivas'". El análisis exige una
fiar los supuestos básicos del 'Consenso de consideración seria de los dilemas (percibidos
Washington'. o reales) y de las alternativas existentes en cir-
Evidentemente, García fue en gran cunstancias determinadas. Aunque en restros-
medida la persona responsable de la debacle. pectiva pareciera dudoso de que 'el volcán so-
El éxito o fracaso de sus políticas heterodoxas, cial' pudo haber erupcionado de la manera que
de haber sido implementadas con más cautela, García temía de haber continuado con las polí-
es algo que debe analizarse. Sin embargo, no ticas sugeridas por el Fondo Monetario Inter-
queda duda que su decisión de declararse en nacional (FMI), esta no era una hipótesis tan
contra de la comunidad financiera internacio- irracional.
nal fue miope y riesgosa. La posición peruana
contra la banca pasó desapercibida por los 4. Fujimori y el neo-populismo
otros países deudores y aseguró que el país no
fuera respaldado cuando se encontró en difi- En las circunstancias en las cuales el
cultades con la balanza de pagos. Es aún dis- Perú parecía estar al borde del caos, a finales
cutible hasta qué punto las viejas políticas co- de los ochenta, y en las cuales Fujimori emer-
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gió de manera extraordinaria en la campaña 110Alternative (no hay alternativa). Entre 1990
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electoral de 1990, destacan dos aspectos. 1995 se pivatizó una parte sustancial del sector
El primero era la crisis de confianza en público, los precios fueron dejados a las fuer-
la capacidad de la élite de manejar los proble- zas del mercado, se buscó una convivencia con
mas del país. La doble crisis de hiperinflación y la banca acreedora y se estableció como priori-
del desorden social/ político creó una psicosis dad en la política la atracción de inversionistas
de inestabilidad que afectaba a todas las clases, extranjeros.
tanto a ricos como a pobres, tanto a la pobla- Luego, en términos de la política eco-
ción urbana como a la rural. Es en esta coyun- nómica, el contraste con el anterior gobierno no
tura de inestabilidad económica y política que pudo haber sido más fuerte. Para muchos ob-
surge la figura de Fujimori, desconocido como servadores, Fujimori era la antítesis del popu-
político, que fue 'detectado' por el 'radar' de los lismo en el sentido que buscó comprar el res-
sondeos preelectorales sólo dos o tres semanas paldo popular a través de políticas fiscales y
antes de la primera vuelta. El caso de Fujimori monetarias irresponsables. Sin embargo, al
no fue uno en el que jugó la carta populista en usar el término 'populismo' más en su sentido
la campaña electoral; sus promesas fueron mí- político, queda claro que Fujimori heredó y de-
nimas dentro de una campaña llena de matices sarrolló varias de las viejas características de
y ambiguedades, para luego ignorarlas. Más los distintos regímenes en el Perú, canalizándo-
bien, Fujimori era producto de una situación las sin embargo hacia fines distintos".
de desesperación, en la cual las alternativas de El problema inicial que enfrentó Fu-
programas de gobierno de sus rivales no eran jimori fue el de ser un 'huérfano' político: no
nada atractivas. Su potencial residía precisa- sólo carecía de una mayoría parlamentaria en
mente en no ser un político profesional, con el Congreso, sino también (a diferencia de
grandes recursos económicos para comprar el García) de un partido político que lo respal-
voto popular. dara. Mientras que estar fuera del ámbito
El segundo aspecto era que quedó político constituyó una ventaja en el clima
bastante claro, de la experiencia de los años electoral de 1990, esto hizo más difícil la tarea
anteriores, que el modelo estatista estaba aca- de gobernar. El problema se acentúa más
bado y se requería un modelo diferente. Aun- porque la política económica que eligió no era
que Fujimori 'coqueteaba' con ideas heterodo- muy popular. A pesar del éxito en bajar la in-
xas al principio, su gobierno vio el retomo de flación, la política económica tuvo un costo
la ortodoxia con creces. La disyuntiva entre el social muy alto debido a la caída de los suel-
Estado y el mercado había sido ya explorada dos reales, el aumento en el nivel de desem-
durante los años setenta y ochenta, el énfasis pleo y el efecto de la abolición de todos los
cayó de un lado u otro según las circunstancias subsidios. En este contexto fue necesario para
políticas. En 1985, cuando García asumió el Fujimori (al igual que muchos de sus prede-
poder, las condiciones políticas no eran favo- cesores) establecer la legitimidad de su go-
rables para ejecutar una agenda neoliberal. Sin bierno a través de una relacion directa entre
embargo, en 1990, no había ni una sola voz el Presidente y el pueblo, sin la mediación de
fuerte que reivindicara el estatismo, dado que otros grupos y partidos. Esto fue más fácil por
la experiencia de García lo había reducido en el bajo nivel de popularidad de los partidos
su convocatoria y que quienes antes lo apoya- políticos tradicionales", De manera que
ban (como los sindicatos y manufactureros) mientras García buscó forjar el consenso con
ahora carecían de fuerza. Así, irónicamante, el su política de no pagar la deuda, Fujimori
fracaso del gobierno de García eliminó los buscó crear consenso con su ofensiva contra
obstáculos políticos para que, en los años no- los partidos y sus líderes.
venta, se implementara rápidamente el neoli- Tal como se desarrolló el gobierno de
beralismo. Era un caso típico de TINA: There is Fujimori, entre 1990 y 1�95, éste manifestó ca-
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106 bien
racterísticas definidas e interrelacionadas.
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plotarel profundo escepticismo popular que
Entre ellas sobresalen cuatro. existía 106
hacia estas instituciones del Estado, las
La primera fue la personalización del cuales se asociaban a centros de 'politiquería' y
poder político. Fujimori emerge como otro lí- corrupción.
der que quiso ser el 'alfa y omega' de la políti- En tercer lugar, Fujimori se mostró ca-
ca, la cabeza de una cadena jerárquica de di- paz de forjar un estrecho lazo con la mayoría
rección y mando, comparándose frecuente- del pueblo. Durante gran parte de su primera
mente con el gerente ejecutivo de una empresa. administración y en la segunda, mantuvo tasas
Tal como Alan García anteriormente, Fujimori muy altas de popularidad en las encuestas de
se vio como el eje de la toma de decisiones, in- opinión pública. Efectivamente, el autogolpe
sistiendo en la lealtad absoluta y la subordina- de 1992 fue cuidadosamente calculado para
ción de los miembros de su gabinete, y resis- promover el apoyo popular. Esta popularidad
tiendo la delegación de poder y autoridad a los se basó primordialmente en su logro de frenar
escalones más bajos de gobierno. Esta actitud la inflación y, posteriormente a partir de 1992,
se justificaba en el nombre de la 'eficiencia', un en su éxito en desarticular a Sendero Lumino-
término importante en la prédica del presiden- so. Sin embargo, era una popularidad muy
te 'gerente', quien quiso distinguirse de la ine- personal, que no se tradujo fácilmente en apo-
ficiencia y corrupción tradicional del Estado yo para sus partidarios en Cambio 90. Como
peruano. El gabinete se convirtió básicamente García antes, Fujimori parece haber asumido
en un mecanismo para la validación de deci- su popularidad como su ventaja comparativa
siones ya tornadas". Este enfoque reforzó, más en la política, que le proporcionaba legitimi-
aún, el centralismo tradicional en la toma de dad para gobernar. En la construcción de este
decisiones. respaldo popular, Fujimori se beneficiaba
La segunda fue la omnipotencia del mucho del colapso de los partidos políticos,
poder Ejecutivo frente a las otras funciones. puesto que no se encontraba obligado a entrar
Un poder Ejecutivo fuerte había sido una de en alianzas con ellos para movilizar el apoyo.
las caraterísticas de la Constitución de 1979. En De hecho, su rechazo a lo que denominaba la
los gobiernos posteriores de Belaúnde y García, 'partidocracia' constituyó una arma clave en
el poder del Ejecutivo fue reforzado por el he- su ofensiva política. Y tal como él mismo ex-
cho que poseían mayorías parlamentarias. En puso, como clara expresión de un punto de
ambos casos, el poder Legislativo y el Judicial vista netamente populista, "En el Perú no
se manifestaron bastante 'dóciles' a los manda- existen partidos ... El poder soy yo. Pero es un
tos del Ejecutivo. Durante los dos primeros poder que me fue dado por el pueblo. Yo lo
años de Fujimori, Fredemo (la coalicion de de- represento':".
recha) apoyó la mayoría de las políticas eco- Una cuarta característica de su estilo
nómicas del gobierno, aunque en el Congreso de gobierno fue el uso de los recursos del Es-
mostró signos de resistencia para conceder tado para construir su base de apoyo, espe-
mayores poderes a las fuerzas armadas. El cialmente entre los más pobres y marginados.
autogolpe de Fujimori, en abril de 1992, me- Esto es más claro después del referéndum de
diante el cual clausuró arbitrariamente el Con- 1993 para aprobar la nueva constitución, de-
greso y despidió a la Corte Suprema, debe ser mostrándose que a pesar de la popularidad del
analizado en este contexto. La Constitución presidente, la opinión pública no avalaba to-
de 1993, aprobada por el nuevo Congreso talmente sus políticas gubernamentales. Entre
donde Fujimori gozaba de una mayoría abso- 1993 y 1995 y después, Fujimori se concentraba
luta, reforzó aún más los poderes ejecutivos, en movilizar recursos para el gasto social cui-
mostrándose el Congreso poco favorable a dadosamente priorizado, viajaba constante-
cuestionar la legislación impuesta por el go- mente por el país en búsqueda de apoyo políti-
bierno. En 1992 y después, Fujimori pudo ex- co para su persona. Estos gastos (que ascendie-
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ron hasta el 40% del presupuesto en 1996) no por lo menos para las elecciones de 1995. En
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fueron canalizados a través de los ministerios los inicios de su segundo período de gobierno,
tradicionales, sino mayormente a través del algunos observadores políticos especulaban si
Ministerio de la Presidencia, sobre el cual Fu- Fujimori aprovecharía la oportunidad para
jimori ejercía un fuerte control personal. cambiar de rumbo y hacer de la reconstrucción
Estos métodos de gobierno han sido de las instituciones políticas una prioridad. A
criticados por constituir una especie de dicta- un año del inicio de su segundo mandato, no
dura personal, carente de sistemas de fiscali- existe evidencia alguna que éste ha sido el ca-
zación para equilibrar el poder presidencial. mino seguido.
Varios adjetivos han sido utilizados para des- Más aún, tal como la experiencia de
cribir este tipo de régimen: tanto como neo- García demostró, la popularidad puede ser un
populismo, tenemos en la literatura términos recurso altamente volátil, que en algunas cir-
como 'movimientismo', 'dernocradura', Bona- cunstancias desaparece rápidamente. Es posi-
partismo, democracia delegativa, democracia ble que luego de las victorias de Fujimori sobre
plebiscitaria, etc. Cualquiera sea el término la inflación y Sendero luminoso, éstas desapa-
más usado, resulta claro que el régimen es per- rezcan de la memoria colectiva del pueblo con -:
sonalista, clientelista, anti-institucional y en el surgimiento de nuevas controversias políti-
contra del desarrollo de una democracia ver- cas. Por este motivo, Fujimori necesita encon-
daderamente representativa. Al mismo tiempo, trar nuevas formas de alimentar su populari-
es también un agente legitimizador de un nue- dad para asegurar así su primacía. Una de las
vo orden económico competitivo y orientado paradojas de los primeros cinco años de go-
por el mercado que, debido a la ausencia de bierno de Fujimori, que explica en parte su uso
alternativas claras, parece que empieza a con- de los métodos populistas mencionados, fue el
solidarse en el país. alto apoyo que el régimen recibía justo en mo-
Un problema clave para un régimen mentos en que la distribución de los ingresos y
de este tipo es: ¿cómo asegurar su permanen- recursos en la sociedad era cada vez más desi-
cia, dando lugar a un sistema político estable? gual y la pobreza más extensa. Esto sucedía
la concentración del poder, la creación de una mientras Fujimori logró generar un optimismo
pirámide social invertida, hace que todo el sis- extraordinario entre la gente del pueblo, ase-
tema sea muy vulnerable. Más aún, su perma- gurando que el 'ajuste del cinturon' pagaría
nencia se pone en peligro por el hecho que la dividendos futuros. Sin embargo, el momento
amplia mayoría de la población (a no ser que llegará cuando tales expectativas positivas
sea aliviada por la acción del Estado) recibe precisan de ser alcanzadas.
relativamente pocos beneficios, dado que la
lógica del liberalismo es la de concentrar más 5. Conclusiones
que distribuir el poder y los recursos. A pesar
de que Fujimori logró gobernar un segundo Una lectura de la historia peruana en
período consecutivo gracias a su autogolpe y a los últimos 60 años, parece convalidar la idea
la nueva constitución, existe una contradicción que los momentos de mayor populismo co-
(que se encuentra muchas veces presente tanto rresponden hasta cierto punto con períodos de
en el Perú como en otros países latinoamerica- crisis económica y política. la emergencia del
nos): el de la concentración y personalización APRA, en los finales de 1920 e inicios de 1930,
del poder político, y la creación de reglas para coincide con la ruptura a finales del 'oncenio'
asegurar una transferencia pacífica y tranquila de leguía, cuando las fuerzas populares
del poder y autoridad a otros. El tipo de go- emergieron para cuestionar los patrones tradi-
bierno constituido por Fujimori crea problemas cionales de hacer política. En forma similar, la
serios de sucesión, los cuales se tradujeron en crisis económica profunda de los últimos años
el autogolpe de 1992 para resolver la dificultad, de 1980 da lugar al resurgimiento de la política
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populista bajo Alan García y luego bajo una ver los inicios de un proceso de consolidación
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nueva modalidad, Alberto Fujimori.
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de las instituciones democráticas. Sin embargo,
Uno de los argumentos de este ensayo este no fue un momento muy favorable para la
es que mientras períodos de colapso y ruptura consolidación democrática, fracasando los par-
económica y política puedan llevar al surgi- tidos en asumir sus dos (y muchas veces con-
miento de estilos populistas, países como el Pe- tradictorias) tareas: de representar los intereses
rú proveen un espacio muy fértil para la emer- populares y de cumplir con eficacia su función
gencia de este tipo de régimen. Populismo es de gobernar. Una de las características del Pe-
más que una respuesta a rupturas, aunque en rú, con sus profundas divisiones sociales, ét-
el Perú ha sido un fenómeno casi permanente a nicas y geográficas, es que la brecha entre go-
lo largo de este siglo. Es una característica muy bernantes y gobernados siempre ha sido muy
marcada la manera en que se practica la políti- amplia (incluso si la comparamos con otros
ca, que se deriva de la gran brecha que separa países latinoamericanos), con grandes secto-
a los líderes políticos de su público y el desafío res de la población (y no sólo en las áreas ru-
que enfrenta cualquier organización política rales) excluidos de la participación activa en
para convertirse en un 'puente' entre uno y el la política. Por eso, aunque los políticos pe-
otro. Particularmente, es muy difícil que la ruanos llevan parte de la culpa por su inca-
mediación política, en estas circunstancias, se pacidad de cumplir el rol de mediadores en-
pueda cumplir de manera exitosa. Así, este es tre el Estado y el pueblo, el papel que les ha
un tema constante que se encuentra detrás de correspondido desempeñar ha sido uno su-
todo régimen, tanto estatista o de orden más mamente difícil.
liberal. La propensión hacia el populismo está La situación actual, en que práctica-
estrechamente relacionada con la ausencia de mente los partidos han dejado de exisitir y las
un sistema efectivo y consolidado de gobierno otras instituciones democráticas han sido gra-
representativo que, en última instancia, hace vemente debilitadas, no ofrece un panorama
que los gobernantes sean responsables ante los muy alentador para el establecimiento de una
gobernados. mayor participación pública en el gobierno.
De esta manera, el fracaso del gobier- De hecho, dado el contexto histórico y la es-
no aprista en implementar su agenda reformis- tructura heterogénea existente en la sociedad
ta en 1930, retarda el momento en el que la peruana, las perspectivas para la continua-
mayoría de la población se integró activamente ción del populismo (aunque en formas nue-
al sistema político. A pesar de que una especie vas) son más prometedoras que las de la fir-
de sistema partidario empieza a desarrollarse me consolidación de una democracia verda-
en los sesenta, no es hasta 1980 que podemos deramente representativa.

NOTAS 3. O'Donnell, Guillermo, "Delegative


Democracy", en [ournai of Democracy, vol. 5, No.
l. Véase, por ejemplo, L. Conniff (ed.), Latin 1, Baltimore MD: enero de 1994.
American Populism in Comparative Perspective, 4. Thorp. Rosemary y Geoffrey Bertram, Peru
Alburquerque: University of New Mexico, 1982; 1890-1977: Growtlz and Policy in an Open
y Conovan, Margaret, Populismo, Londres: Economy, London y Basingstoke: The Macmillan
Junction Books, 1981. Press Ltda., 1978.
2. Definición utilizada en la Conferencia 'New 5. La fuerza del APRA se concentraba en las
and Old Populism in Latin America', que se partes más desarrolladas del Perú,
llevó a cabo en el Institute of Latin American especialmente entre los sectores medianos en el,
Studies, London University, en noviembre de norte.
1995. En ella, el autor presentó un borrador de 6. Cotler, Julio, Política y sociedad en el Pení: cambios
este ensayo. y continuidades, Lima: IEP, 1994.
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7. Collier, David, Squatters and Oligarchs 16. Algunos estudiosos visualizaron 109 la
Authoritarian Rule and Policy Clumge in Peru, desintegración del país, dando lugar a la noción
Baltimore: Johns Hopkins Press, 1976. de 'libanización'.
8. Stein, Steve, Populism in Peru: The Emergence 17. Dombusch, Rudiger y Sebastian Edwards
of the Masses and the Politics of Social Control, (eds.), 711e Macroeconomics of Populism,
Madison: University of Wisconsin Press, Baltimore: Johns Hopkins Press.
1980. 18. Drake, Paul, "Comentario sobre el capítulo de
9. En su tipología de populismo latino- Kaufman y Stallings", en Dombusch, Rudiger y
americano, Torcuato di Tella ve en el aprismo Sebastian Edwards (eds.), op. cit.
una variante específica. Tella, Torcuato di, 19. Este aspecto está tomado y elaborado en
"Populism and Reform in Latin América", en Roberts, Kenneth M., "Neoliberalism and the
Claudia Veliz (ed.), Obstac/es to Change in Latin Transformation of Populism in Latin America:
America, Londres: Oxford University Press, The Peruvian Case", en World Politics, vol. 48,
1965. No. 1, Baltimore MD: [ohn Hopkins University
10. Thorp, Rosemary y Geoffrey Bertram, op. cit. Press, octubre de 1995.
11. Tuesta Soldevilla, Femando, Pení político en 20. Crabtree, [ohn, The 1995 Elections in Peru: End of
cifras, Lima: Fundación Friedrich Ebert, 1994 the Road far the Party System?, London: Institute"
(segunda edición). of Latin American Studies, University of
12. Tuesta Soldevilla, Femando, op. cit. London, 1995.
13. Belaúnde fue removido en forma poca decorosa 21. Entrevista con Carlos Amat y León, Ministro de
de la presidencia. Se mantuvo altamente sensible Agricultura durante el primer año de gobierno
a las demandas de los militares durante su de Fujimori, Lima, mayo de 1995.
segundo gobierno. 22. Citado en Panfichi, Aldo y Cynthia Sanbom,
14. Véase Crabtree, John, Peru under García: An "Democracia y neopopulismo en el Perú
Opportunitv Lost, Basingstoke: The Macmillan contemporáneo", en Márgenes, No. 13/14, Lima:
Press Ltda., 1992. Sur, Casa de Estudios del Socialismo,
15. O'Donnell, Guillermo, op. cit. noviembre 1995, pp. 43-67.

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