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Terapias psicológicas hay muchas, pero dejando a un lado sus diferentes perspectivas, enfoques y
teorías originarias, todas buscan una mismo objetivo, una misma meta terapéutica: facilitar el
cambio hacia el bienestar. Así, en lugar de preguntarnos cuál de estas estrategias psicológicas es
mejor o cuál peor, deberíamos preguntarnos primero qué es lo que necesitamos.
Si establecemos esta jerarquía en los interrogantes… es por una razón muy sencilla. En muchas
ocasiones, cuando una persona toma conciencia de que debe ir a un psicólogo, sigue manteniendo
ideas erróneas sobre lo que son las terapias psicológicas. A menudo, tiene en mente la clásica
escena de un paciente tumbado en un sillón (diván) con el terapeuta situado detrás de él tomando
nota.
-Viktor Frankl-
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Cada modelo utiliza una serie de técnicas distintivas que se ajustarán mejor a unas personas y no a
otras. A su vez, tampoco podemos olvidar que muchas de ellas se enfocan en un tipo de objetivo
determinado que otras no suelen trabajar. Asimismo, es importante tener siempre presente cuál
es el propósito general en el que coinciden todas las terapias psicológicas.
El propio término “terapia” proviene del griego “therapeutikós” y significa “aquel que cuida de
otra persona”. Ahora bien, quien cuida es un profesional entrenado y capacitado para tal fin a
través de una serie de estudios y prácticas. Su propósito no es exactamente “cuidar”, sino facilitar
estrategias adecuadas y herramientas para que las personas puedan por sí mismas alcanzar el
equilibrio y el bienestar.
Estamos ante un proceso activo y proactivo entre dos o más personas. Es una relación de trabajo
intensa, dura a veces, un viaje de descubrimientos, de creatividad y de dinámicas interpersonales
donde no vale quedarse quietos, donde el terapeuta no se limita a dar consejos o directrices sobre
lo que su paciente o cliente está obligado a hacer. Tal y como nos explica Richard Lazarus, “el
objetivo de la terapia es enseñar a ver los problemas como desafíos y no como amenazas”.
Todas ellas, si son llevadas por profesionales competentes, capacitados y bien formados pueden
ser efectivas. Sabemos ya que como pacientes o clientes debemos asumir un papel activo; a su
vez, es necesario saber qué enfoque utiliza cada terapia psicológica para intuir al menos si ese
encuadre terapéutico puede ajustarse a nuestras características y necesidades.
Veamos ahora cuáles son las principales terapias psicológicas y lo que nos pueden ofrecer.
A. Terapias Cognitivo-Conductuales
En este tipo de terapia, el especialista buscará identificar los problemas del paciente, sirviendo de
guía para a cambiar los patrones de pensamiento disfuncionales.
Para lograrlo, se procede a un análisis funcional de la conducta con el fin de averiguar cuáles son
los comportamientos “desadaptados”.
Una vez identificados, el terapeuta cognitivo-conductual utilizará diversas técnicas para entrenar a
la persona en la resolución de problemas, en el entrenamiento de habilidades, en la
reestructuración cognitiva, etc.
La terapia cognitivo-conductual resulta muy eficaz en el tratamiento de depresiones, fobias,
trastornos de ansiedad, procesos traumáticos…
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Por otro lado, dentro de las terapias cognitivo-conductuales se incluyen otras líneas terapéuticas
que es importante conocer.
Se utilizan una serie de ejercicios prácticos con el que reconocer el problema emocional, ver el
efecto que tienen sobre nuestros pensamientos y comportamientos y asumir así un compromiso
auténtico y pleno con nosotros mismos.
2. Terapia conductual
La terapia conductual, como el propio nombre indica, busca hacernos ver nuestros
comportamiento aprendidos o condicionados para ver el impacto que ellos pueden tener en
nuestra vida.
Muy útil en tratamientos breves y puntuales (se basa en 12 sesiones) para mejorar determinados
comportamientos, pensamientos distorsionados, problemas de conducta…
El objetivo es ayudar al paciente a comprender por qué piensa como lo hace o por qué se
comporta del modo en el que lo hace. De esta manera, se le facilita diversas técnicas de
afrontamiento para que ponga en marcha el cambio.
La terapia racional Emotiva- Conductual de Albert Ellis es útil para el tratamiento de la ira, la
ansiedad, las frustraciones, la fobia social, la timidez y las disfunciones sexuales.
Su objetivo es resolver problemas emocionales y conductuales mediante un enfoque más
directivo, más filosófico y empírico.
Se utiliza a la razón y a la racionalidad para que la persona logre tomar conciencia de sus
emociones, así como de esos pensamientos destructivos y limitantes. Esos que a menudo están en
un plano más inconsciente o automático y que la propia persona no suele identificar por sí misma.
Más tarde, el psicoterapeuta facilita estrategias para que el paciente haga uso de pensamientos
más constructivos.
Una de las terapias psicológicas más conocidas es sin duda la que responde al modelo teórico que
Sigmund Freud hace casi un siglo. A pesar de que por sí misma dibuje esa iconografía tan cercana y
familiar para la población en general, es necesario conocer cuáles son sus dinámicas, sus principios
y objetivos antes de elegir iniciar una terapia dentro de este encuadre.
La terapia psicoanalítica parte del principio de que en ocasiones los seres humanos manifestamos
una serie de conflictos inconscientes que se originan en nuestro pasado, especialmente en la
niñez.
Gran parte de nuestros problemas son el resultado de impulsos instintivos mal reprimidos en el
inconsciente.
La finalidad del psicoanalista es facilitar que todos esos conflictos inconscientes asciendan al
mundo consciente. Para ello, se hará uso de la catarsis emocional o la hipnosis, facilitando la
posibilidad de que los identifiquemos, desnudando esos mecanismos de defensa que la mayoría
utilizamos para esquivar el problema original.
Estas serían las principales terapias psicológicas que se encuadran dentro de este enfoque.
“Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores
formas”
-Sigmund Freud-
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5. La Terapia Psicoanalítica
Sobre todo centra sus esfuerzos en analizar experiencias de la infancia, intentando identificar
cómo esos hechos puntuales han impactado en la vida de la persona.
La terapia interpersonal dinámica nos ayuda a mejorar nuestras relaciones con los demás.
Es limitada en el tiempo y nos facilita poder entender determinados vínculos problemáticos que
podemos estar manteniendo con ciertas personas.
7. La terapia junguiana
El objetivo de Carl Jung era ahondar en el inconsciente de la persona a través de esos arquetipos
inscritos en nuestros sueños e incluso en nuestras expresiones artísticas.
Este tipo de terapia se basa en la conversación entre el terapeuta y el paciente donde se busca
establecer entre ambos una relación de confianza, de igualdad, apoyo y colaboración.
C. Terapias humanistas
Las terapias humanistas están de actualidad. Es un enfoque muy apreciado, útil y uno de los
preferidos por los profesionales y personas en general por la gran amplitud de técnicas que utiliza
y las estrategias terapéuticas en las que se basa.
El precursor de este enfoque fue Carl Rogers. Ya hemos hablado en más de una ocasión de este
gran experto en el comportamiento humano, que buscó por encima de todo traer el optimismo a
la psicoterapia, favorecer nuestro crecimiento personal y acercarnos hacia el cambio para alcanzar
así nuestro máximo potencial humano.
Estas serían algunas características de este tipo de una de las terapias psicológicas más usadas en
la actualidad.
En lugar de profundizar en nuestros sufrimientos o traumas, la terapia humanista se preocupa más
por facilitarnos alternativas a estos estados. Nos capacita para ser agentes activos de nuestros
cambios.
Buscan ofrecernos también una visión más esperanzadora de nosotros mismos. Los terapeutas
humanistas creen en la bondad del ser humano, en el bienestar y la salud como tendencia natural.
Así, el propósito último es por tanto ayudarnos a dejar a un lado esas “desviaciones” que a veces
nos alejan de ese punto mágico de equilibrio. para hallar el auténtico sentido de nuestras vidas.
En el modelo humanista se valora el presente como momento perfecto para resolver los
problemas. El pasado, a diferencia del psicoanálisis, deja de tener tanta importancia.
8. Terapia existencial
La terapia existencial nos ayuda a hallar un sentido, un propósito vital. Lo hace al invitarnos a
reflexionar sobre la propia existencia.
Facilita el que podamos asumir responsabilidades y nuevos retos personales para alcanzar el éxito.
Entiende a las dificultades emocionales, los conflictos internos y nuestros miedos como esas
piedras que nos obstaculizan el camino hacia nuestras metas; además, lo hacen en “el aquí y el
ahora”.
Los terapeutas existenciales nos ofrecen estrategias para vivir de un modo más auténtico,
hallando significados a nuestras vidas y dejando a un lado lo superficial. Al menos, intentándolo.
9. Terapia Gestalt
Es el objetivo de la terapia Gestalt es trabajar nuestra auto-conciencia para que podamos resolver
nuestros problemas con mayor seguridad. El objetivo de los procedimientos que plantea es que
dejemos a un lado angustias vitaleles, alcancemos la libertad personal y adquiramos la
determinación suficiente para alcanzar nuestro máximo potencial.
La terapia gestalt fue desarrollada a finales de los años 40 por Fritz Perls. Asumía por ejemplo que
cada persona es un todo, ahí donde un pensamiento, una sensación, una emoción o una acción no
podrán darse nunca de forma aislada.
El terapeuta procurará siempre que sus clientes se sientan cómodos, que sean partícipes en todo
momento para poder ver sus propias resistencias y ser plenamente conscientes de la importancia
de sus emociones, pensamientos, ideas, recuerdos…
La terapia centrada en el cliente nos ayudará a entender nuestras necesidades para potenciar
nuestro crecimiento personal.
Estamos ante una de las terapias psicológicas más interesantes dentro de esta área, donde el
terapeuta humanista nos ayudará ante todo a clarificar necesidades, a potenciar los valores que
nos identifica, a facilitar nuestra aceptación y a trabajar nuestras fortalezas.
Asimismo, es importante recordar que estamos ante un tipo de terapia no directiva: el propio
cliente, y no el terapeuta, es quien tiene el peso de gran parte del proceso terapéutico.
Durante todo el proceso priman tres dimensiones clave: Empatía, Aceptación positiva
incondicional y Autenticidad o Congruencia.
Terapia psicológica
Como el propio nombre lo indica, la terapia breve centrada en soluciones es limitada en el tiempo
y busca cambiar algún tipo de pensamiento disfuncional, mejorar la relación entre parejas o
familias o ayudar al cliente a encontrar su equilibrio emocional y social.
La terapia se basa en una serie de preguntas donde se facilita el proceso de reflexión y auto-
conocimiento.
El análisis transaccional es una terapia muy efectiva para mejorar el bienestar psicológico y
facilitar la re-estructuración y el cambio personal.
Cabe decir además, que este enfoque es muy utilizado en muchos hospitales psiquiátricos para el
tratamiento de diversos trastornos.
Fundada por Eric Berne a fines de la década de 1950, la terapia o análisis transaccional se basa en
la teoría de que cada persona tiene tres estados del ego: padre, adulto y niño.
El propósito del terapeuta es ayudarnos a que hagamos uso de una personalidad más integradora
en base a estas transacciones psicológicas. Así, por ejemplo, el adulto representa el área más
racional, el niño se vincula a lo espontáneo y el padre a lo normativo y a lo ético…
El terapeuta adquiere aquí un papel muy concreto. Debe tener una mentalidad abierta, gran
respeto, inocencia y capacidad para maravillarse. Debe mostrar a su cliente que todo lo que le
dice, que todo lo que le comunica es nuevo y es valioso. Así, la metodología utilizada para impulsar
este proceso terapéutico tan singular es una combinación de tradiciones espirituales, donde es
común que se haga uso de alguna de estas dinámicas:
Yoga.
Escritura creativa.
Visualizaciones guiadas.
Meditación.
Arte simbólico.
D. Terapias artísticas
Es muy posible que dentro de los diferentes tipos de terapias psicológicas, al gran público le pasen
desapercibidos este tipo de enfoques tan catárticos, liberadores y sanadores a la vez. Tal y como
hemos señalado al inicio, cuando buscamos algún tipo de estrategia terapéutica, es muy
importante identificar qué queremos y qué mecanismo terapéutico puede ir mejor con nosotros.
La arteterapia o la psicoterapia artística utiliza herramientas como los lienzos, la pintura o la arcilla
para que las personas puedan expresar sus universos internos. De este modo, salen al exterior
problemas y conflictos que más tarde pueden abordarse de otras formas. Lo bueno de este tipo de
ayudas es que le ofrecen una forma de expresión al paciente que quizás es mucho más natural
para él, posibilitando que diga más y se guarde menos.
14. Dramaterapia
Este tipo de terapia hace uso del arte dramático para conferir alivio y favorecer la integración física
y emocional.
Se hace uso de improvisaciones teatrales o de guiones específicos para que la persona profundice
en su universo personal, mejore sus habilidades sociales y adquiera mayor seguridad.
15. Musicoterapia
La musicoterapia es un tipo de terapia creativa muy versátil, muy intensa a la vez que sanadora.
Los cambios son casi inmediatos, y esto es algo que se puede ver con mucha frecuencia en
pacientes con trastornos de espectro autista, con demencias o ansiedad. La persona responde al
segundo y experimenta todo un torrente de emociones y sensaciones.
Tal y como hemos podido ver, gran parte de las terapias psicológicas pueden encuadrarse en 4
enfoques muy claros. Sin embargo, a nuestro alcance tenemos muchas más opciones que vale la
pena conocer.
La terapia familiar o terapia sistémica es muy útil en grupos de personas unidas por un vínculo
familiar. El objetivo es mejorar la propia relación, el estilo comunicativo y esa interacción a veces
compleja que empaña la cohesión de ese grupo de personas.
Por lo general, la terapia se concentra sobre todo en el “paciente índice”; es decir, en esa persona
que presenta algún trastorno clínico o comportamiento problemático.
En la terapia psicosexual, el buen profesional nos ayudará explorar, reflexionar y analizar de forma
abierta y sincera nuestros problemas sexuales. Muchas veces, tras ellos hay muchos bloqueos
emocionales en la pareja que es necesario resolver.
19. El psicodrama
Es posible que muchos hayamos oído hablar del psicodrama de Jacob Levy Moreno. Aún más,
puede que hayamos practicado alguna dinámica en nuestros entornos laborales.
Estamos ante un tipo de psicoterapia de grupo donde se aplica la expresión dramática, el juego
teatral o el movimiento del cuerpo. Hablamos de herramientas terapéuticas para mejorar así
nuestra relación con los demás y nuestra seguridad personal.
Es una invitación muy enriquecedora a la espontaneidad que suele dar buenos resultados en las
dinámicas grupales.
Para concluir, añadir que existen sin duda muchas más terapias psicológicas. No obstante, las aquí
reseñadas son las que más se usan, las que mayores beneficios propician y las que mejor
respuesta nos pueden ofrecer en un momento dado. No dudemos en acercarnos a cualquiera de
estas terapias psicológicas si en un momento dado así lo necesitamos. Todos tenemos derecho a
sentirnos mejor, disfrutar de un mayor bienestar y a crecer como personas.
Referencias Bibliográficas
Los psicofármacos son más perjudiciales y menos eficaces que la terapia cognitivo-conductual,
¡descubre porqué es mejor el tratamiento psicológico!
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