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PATOGENIA y DINAM ISM OS DE LA EPILEPSIA *

por E nrique Pichon R iviere


(Buenos Aires)

Consideram os que para un m ejor planteo del problem a general de la


epilepsia deben tenerse en cuenta la totalidad de sus m anifestaciones ya sean
ellas de carácter paroxístico o perm anente. La valoración parcial de estas
m anifestaciones por parte de la neurología y la psiquiatría respectivam ente
fué lo que a nuestro entender im pidió una concepción unitaria de dicha
afección.
En térm inos generales la epilepsia es un tipo de respuesta total del or-
ganism o frente a determ inadas situaciones vitales, estando a su vez dicho
tipo de respuesta condicionado por factores dependientes de la estructura
del yo y de los instintos. Esta situación hace posible que un cierto m on-
tante de agresión se descargue de una m anera especial siguiendo cauces y
niveles determ inados. La situación patogénica de la epilepsia está regida por
una policausalidad, se expresa com o pluralidad fenom énica bajo el im pulso
de una unidad funcional.
El síntom a epiléptico es de carácter funcional, reversible, espontánea-
m ente, sigue un determ inado ritm o, y constituye un m ecanism o de defensa
del tipo de la conversión som ática. Dicha conversión som ática no se dife-
rencia de cualquier otro síntom a neurótico ya que com o ellos tiene una es-
tructura, un sentido, una finalidad y causa.
En la ecuación etiológica de la enferm edad intervienen factores consti-
tucionales, heredados con una expresión estructural determ inada, o factores
accidentales que pueden llegar a crear dicha condición, entrando los facto-

* Trabajo leído en el Prim er Congreso de la Sociedad de N eurología y Psiquiatría de


Buenos A ires, 14 de noviem bre de 1944. Constituye en realidad un resum en de los trabajos
anteriores sobre epilepsia aparecidos en lndex de Neurología y Psiquiatría. V ol. 3, n? 3, 1941,
Y en la "Revista de Psicoanálisis", vol. 1, n? 3, 1944.
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res del prim er tipo con los segundos en relación recíproca y condicionando
los distintos tipos de epilepsia que van desde la llam ada epilepsia esencial a
la epilepsia sintom ática, existiendo todas las graduaciones interm edias. La
conversión som átícaes un m ecanism o de defensa em pleado por el yo frente
a determ inadas situaciones de ansiedad, causadas por aprem ios instintivos,
De esta m anera trata el yo de evitar el displacer creado por la situación de
ansiedad y siguiendo las leyes del principio del placer. La angustia es la
expresión del peligro sentido por el yo; al tem er éste por su integridad, pone
en m ovim iento sus m ecanism os .de defensa, que en los casos de síntom as
paroxísticos son del tipo de la conversión som ática cuando la situación de
ansiedad es aguda, m ientras que frente a una situación de ansiedad m ás o
m enos perm anente em plea otros m ecanism os, com o la inhibición, la form a-
ción reactiva, la sublim ación, la idealización, etc.
La situación de ansiedad y sus causas pueden ser vistas de tres enfoques
diferentes: 1) desde el punto de vista cuantitativo se trata de una tensión
exagerada de la libido, con carácter agudo o crónico. 2) Desde el punto de
vista cualitativo se trata de una libido hom osexual, y 3) dicha angustia
tam poco es indiferente, pues ella aparece frente a la intensificación del ins-
tinto de agresión que trata de expresarse ya sea en form a libre com o sadism o
o com o inhibición brusca en form a de ataque epiléptico. La elaboración por
parte del yo de esta situación configura la personalidad epiléptica. Ade-
m ás de libido hom osexual, instinto de agresión y ansiedad debe considerarse
en la epilepsia un factor tem poral, un cierto ritm o en los aum entos de la
tensión libidinosa estando estas variaciones cuantitativas de la tensión depen-
dientes de factores endógenos, ritm o biológico, ritm o de los instintos y
tam bién de factores exógenos com o sobreestim ulación, que son bien carac-
terísticos en la infancia, tal com o lo dem uestra el trabajo de A. y L. Ras-
covsky. En estos casos en que el factor estim ulante es actual, se reproduce el
dinam ism o de las epilepsias reflejas. El principio del placer, guardián del
aparato psíquico, rige los um brales de las tensiones siendo característico de
la epilepsia, en su form a paroxística un determ inado ciclo que se expresa
por un m om ento paulatino de dichas tensiones con tentativas de descargarlas
desde él m om ento m ism o en que se inician. Las prim eras tentativas consti-
tuyen los fenóm enos prodróm icos, luego los auras, term inándose en los
casos típicos con un ataque epiléptico que constituye la tentativa m ás
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lograda de descargar dichas tensiones. El ataque, el síntom a m ás profundo


y tam bién m ás eficaz en la descarga, tam poco parece conseguir toda su fina-
lidad, ya que una descarga total de los instintos sólo es posible por vías nor-
m ales y en un nivel genital. Es debido a esto que siem pre queda un rem a-
nente de tensión que junto al autom atism o de repetición im pulsa al yo a
realizar nuevas tentativas, siendo así que cuando m enos profunda haya sido
la descarga com o por ejem plo, en la ausencia epiléptica o en la picnolepsia, las
crisis tienden a repetirse con m ayor frecuencia, observándose el hecho inver-
so de que ellas dism inuyen cuando est,e estado de tensión se resuelve en un
ataque típico. En la producción de dicho ataque puede considerarse un
eslabón interm edio en su producción, es decir, que la situación de ansiedad
se expresaría por el sistem a nervioso autonóm ico acarreando una neurosis
vascular responsable en últim a instancia de los fenóm enos corticales que
desencadenan el ataque (relación entre sistem a vascular y hostilidad). Las
investigaciones recientes de Penfield dem uestran que el ataque epiléptico es
producido por una descarga neuronal prim aria, siendo los fenóm enos vascu-
lares una consecuencia del aquélla. Los síntom as de la epilepsia sonde
carácter perm anente o paroxístico, encontrándose entre estos últim os todo
el com plejo sintom ático de la crisis paroxística, que se inicia con toda clase
de pródrom os y auras, tanto en el plano m ental com o visceral, que son ten-
tativas de aliviar la situación de ansiedad, generalm ente no lograda por este
m ecanism o, desem bocando en el ataque con todas sus fases. El ataque epi-
léptico es generalm ente víctim a de una am nesia de distintos grados y. exten-
sión, que puede com prender las circunstancias anteriores y posteriores al
ataque, m anifestarse posteriorm ente en form a retardada e incluso faltar en
algunos casos. El m ecanism o generador de la am nesia es la represión, y la
pérdida de consciencia durante el ataque está relacionada con el grado de
regresión conseguido en la crisis. La am nesia epiléptica debe ser conside-
rada com o un fenóm eno funcional debido a una represión intensa de los con-
tenidos m ism os del ataque, siendo posible reducirla o suprim irla totalm ente
por m edio de la hipnosis. El ataque adem ás de su aspecto form al tiene un
significado, un sentido y una finalidad. La situación psíquica típica del
epiléptico está constituí da por un yo m asoquista y un superyó sádico,
creándose entre estas dos instancias psíquicas un estado de tensión que
acarrea un sentim iento de culpa, una necesidad de castigo, pudiendo corn-
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pararse la C flSlS epiléptica a la situación psíquica del suicida, ya que el


acto suicida representa en últim a instancia un crim en introyecrado (crim en
y castigo a la vez). En las crisis epilépticas existe una satisfacción de
am bos instintos, descargándose tensiones del instinto de vida, a favor de
las descargas del instinto de m uerte. Del análisis de los epilépticos (nos
referim os a varones) se deduce que las fuertes tendencias hom osexuales
que en ellos existen, debido a una precoz identificación con la m adre; y
una identificación con el padre en la circunstancia del ataque, se realiza
tam bién durante este últim o una unión de carácter hom osexual entre suje-
to y objeto. La crisis expresaría la situación am bivalente de odio y am or
al padre teniendo el significado tanto de crim en com o de coito realizados
sobre la m ism a persona, surgiendo de allí una doble fuente del sentim iento
de culpabilidad, creándose una situación insoluble que tiende a repetirse
y que adem ás de representar el crim en y el coito con el padre representa
el castigo por am bos delitos.

Entre los síntom as perm anentes que se estructuran frente a una situa-
ción de ansiedad con alternativas de ritm o m enos intenso que en los casos
de crisis convulsivas, el yo em plea otros m ecanism os de defensa com o la
inhibición, la form ación. reactiva, Ila sublim ación y. la jdealización. Se
había observado en los epilépticos determ inados rasgos de carácter com o
escrupulosidad, prolijidad, tendencia a la exactitud, tenacidad, detallism o,
pedantería, egocentrism o, solem nidad, pom posidad, afán de justicia, com -
pasión exagerada, sobreestim ación de la fam ilia, beatería, religiosidad, len-
titud, viscosidad, perseverancia, lim itación del círculo de intereses. A tra-
vés del psicoanálisis estos rasgos caracterológicos se hacen com prensibles
derivándose sobre todo de las tres fuentes de agresividad que actúan tam -
bién com o disposicionales (anal, oral y uretral). Del predom inio de una
de las fuentes sobre otras surgen los distintos tipos caracterológicos. La
personalidad epiléptica en su form a m ás típica integra sobre todo todos
los rasgos del carácter anal, diferenciándose de la personalidad obsesiva en
líneas generales solam ente desde el punto de vista cuantitativo (dato con-
firm ado por ejem plo, por el test de Rorchach). La agresividad puede su-
blim arse en form a de creación literaria o actividad plástica. Puede sufrir
tam bién el proceso de idealización. Otra elaboración de la agresividad está
constituí da por la form ación reactiva com o ser la com pasión y la bondad
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exagerada, estando dicha agresión bloqueada o inhibida en otros casos, pro-


duciéndose entonces el fenóm eno tan frecuente de la lentificación o bradip-
siquia. Las tendencias oralsádicas condicionan un cierto tipo especial de
adhesividad, debido a una relación am bivalente con el objeto, que junto con
la lentificación de los procesos m entales y su tendencia a la perseveración
caracterizan la conducta de ciertos epilépticos frente a sus objetos. Este
com plejo sintom ático se expresa clínicam ente com o viscosidad.
El epiléptico es fundam entalm ente un sujeto sadom asoquista, parti-
cipando de las tres form as de m asoquism o: el m oral, el erógeno y el fem enino,
que junto a la otra dirección de la agresión, el sadism o, dan origen a la es-
tructura sadom asoquista m ás característica e intensa de la patología m ental.
En los sueños de los epilépticos se expresa la situación básica de ansiedad
y su condicionam iento instintivo. En el contenido onírico m anifiesto puede
estar representado en form a sim bólica el ataque, apareciendo a veces en form a
estereotipada con el carácter de aura o equivalente. Otros son de conte-
nido hom osexual y finalm ente los de contenido sadom asoquista suelen alter-
nar una dirección de la agresividad con otra relacionadas con la situación
total. Los trastornos del sueño son m uy frecuentes, com o el insom nio o
sobresaltos y es-en la epilepsia infantil donde lo hem os estudiado particular-
m ente. Allí se encuentra con gran frecuencia lo que hem os dertom inado
síndrom e nocturno de la epilepsia, caracterizado por pavor nocturno, som -
niloquia, sonam bulism o 'Y enuresis. En ilas psicosis epilépticas, y sobre
todo en los estados crepusculares, se encuentran ideas de aniquilam iento o
m uerte y renacim iento, referidas al propio cuerpo del sujeto o proyectadas
al exterior com o fantasías de destrucción y reconstrucción del m undo, fan-
tasías de regresión al seno m aterno, fenóm enos de d.éja vue que junto con
la situación m aníaco-m elancólica configuran los distintos cuadros. La per-
severación, relacionada con el autom atism o de repetición dom ina el curso
del pensam iento de estos enferm os. La clem encia epiléptica caracterizada
por perseveración, viscosidad, narcisism o y fenóm enos de auto erotism o, va
acom pañada de trastornos deficitarios, relacionados con las consecuencias
•estructurales de los ataques producidos en form a frecuente. Adem ás de
estos cuadros típicos en la epilepsia pueden presentarse en form a transitoria
fobias, obsesiones, tics, tartam udeo, estados paranoides, donde el tem a m ís-
tico suele presentarse con gran frecuencia.
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Se encuentra en los epilépticos frecuentes trastornos gastrointestinales


relacionados con la situación epiléptica básica. Hem os descrito uno bas-
tante característico, donde a una constipación pertinaz relacionada con la
inhibición de la agresividad, siguen crisis diarreicas súbitas y a veces dolo-
rosas, que tienen el carácter de verdaderos equivalentes. La jaqueca oftál-
m ica em parentada con la epilepsia ha sido m otivo. del estudio del doctor
Cárcam o. Se insiste sobre la polim ortalidad, en las fam ilias de epilépticos,
relacionándola nosotros con una intensificación constitucional del instinto
de m uerte. Hay, adem ás, una tendencia a la esterilidad relacionada sin
duda con profundos trastornos endocrinos y a disturbios de la fórm ula instin-
tiva de estos pacientes.
La electroencefalografía constituye hoy uno de los m étodos m ás pre-
ciosos para la investigación de los fenóm enos epilépticos. De los estudios
de Lennox, F. Gibbs, H. P. Daves, Jasper, etc., podem os sintetizar que los
epilépticos m uestran una alteración del ritm o de las ondas cerebrales, siendo
la disritm ia cerebral paroxística su m anifestación extrem a. Esta disritm ia
tiene carácter particular de acuerdo con cada tipo clínico, m ostrando los
epilépticos fuera de sus síntom as agudos en el 95 % de los casos trastornos
del ritm o denom inados subclínicos y tam bién específico para cada tipo.
El núm ero de personas con trazados del tipo de la epilepsia es 20 veces m ayor
de los que sufren esta enferm edad en form a m anifiesta. En los Estados
Unidos hay 5 0 0 .0 0 0 epilépticos en asistencia, deduciéndose adem ás de que
existen 10 m illones de personas con un ritm o anorm al. Los estudios reali-
zados sobre parientes de epilépticos indica que el 60 % de ellos tiene un
trazado anorm al. En los niños difíciles, llam ados niños problem as, con m ala
conducta y en adultos con una conducta antisocial, donde predom ina la
agresividad, se observan trazados sem ejantes. Daves estudió 13 2 esquizo-
frénicos encontrando que en la m itad de los casos se presentan gráficos
anorm ales, caracterizándose estos enferm os con una conducta anorm al de
tipo francam ente agresivo; se plantea así una situación interesante desde
el punto de vista pronóstico, frente a las terapéuticas convulsivantes. Los
datos sum inistrados por estas investigaciones dan prueba de la naturaleza
constitucional de la disposición a esta enferm edad, que se caracterizarla
fundam entalm ente por un um bral bajo de reacción y una form a instintiva
especial donde la agresividad tiene un gran predom inio.
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Desde el punto de vista de la patogénesis es absolutam ente necesario


hacer la diferenciación entre causa del síntom a y causa de la enferm edad,
ya que la confusión de estos dos conceptos ha traído com o consecuencia
una falsa valoración de la teoría psicoanalítica de. esta enferm edad. En
la aparición de toda neurosis deben considerarse dos clases de factores:
unos dependientes del ello o sea de la vida instintiva y otro del yo, esta-
bleciéndose entre estos dos factores una serie com plem entaria que puede
ser colm ada de un lado o de otro. En la epilepsia, por ejem plo, los factores
constitucionales, es decir, congénitos, pueden ser expresados en térm inos
del yo y térm inos del instinto. De parte de este últim o habría para nos-
otros una especial intensidad del instinto de agresión y de parte del yo una
determ inada debilidad expresada estructuralm ente, que im posibilita una per-
fecta m ezcla y evolución de los instintos. La gran frecuencia de crisis con-
vulsivas en los oligofrénicos y en la infancia se explica por un um bral bajo
de reacción, relacionado con la estructura orgánica de su yo. Esa situación
constitucional, heredada m uchas veces, puede sufrir distintas evoluciones
relacionadas con vivencias o experiencias infantiles, que junto con los
factores constitucionales constituyen la prim era serie com plem entaria cuyo
resultado es la disposición a la enferm edad, tom ado este térm ino en sentido
analítico y que de nuevo puede expresarse com o un um bral determ inado
de reacción dependiente del yo y de la vida instintiva. En lo que respecta
al yo vem os que pueden existir una debilidad constitucional y una debili-
dad adquirida posteriorm ente por lesiones cerebrales com o tum or 9 trau-
m atism o, intoxicación, infección, etc., que o ponen al descubierto una
situación epilépticalatente, com o tienden a dem ostrarlo los estudios electro-
encefalográficos, o en los casos de lesiones m uy graves la situación epilép-
tica es creada en su totalidad por el factor actual. De parte de la vida
instintiva un aum ento endógeno, por ejem plo puberal, de las energías ins-
tintivas con un yo hasta entonces resistente, puede desencadenar un acci-
dente epiléptico o los aum entos exógenos, com o la sobreestim ulación en las
epilepsias infantiles puede producir el m ism o efecto.
La epilepsia sobre todo en su m ecanism o de expresión convulsiva plan-
tea hoy interesantes problem as debido al em pleo de la convulsión com o
terapéutica de las enferm edades m entales. Sostenem os con Garm a que la
situación básica en la psicosis se caracteriza por el som etim iento de un yo
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m asoquista frente a un superyó sádico, concom itantem ente con una inten-
sificación de la libido hom osexual y del instinto de m uerte. La situación
psicótica reproduce lo que ya hem os dicho de la situación psíquica del
epiléptico, diferenciándose ésta, por ejem plo, de la m elancolía y de la
esquizofrenia, por disponer de un m edio de descarga com o la convulsión.
El psicótico tiende a perm anecer en la situación expresada al no poder resol-
verla por m edio de la producción de sus síntom as paroxísticos. La provoca-
ción artificial de un ataque epiléptico en un psicótico en las condiciones ex-
presadas resuelve la situación de conflicto y sus consecuencias al satisfacer
las tendencias m asoquistas. Al desaparecer la ansiedad relacionada con la ten-
sión de las energías instintivas, el yo puede intentar, a través de un verdade-
ro proceso de renacim iento, nuevas relaciones de objeto y una nueva síntesis.

SUM ARIO

Considera el autor que el problem a general de la epilepsia fué m al


planteado debido a que la neurología y la psiquiatría, cada una por su parte,
se ocupaban de m anifestaciones que pertenecían al cam po de investigación
de cada una de ellas, dándose interpretaciones parciales y dificultándose de
esta m anera una concepción unitaria. En térm inos generales, debe consi-
derarse a la epilepsia com o una respuesta total del organism o frente a deter-
m inadas situaciones vitales, estando a su vez dicho tipo de respuesta condi-
cionado por factores dependientes de la estructura del yo y de los instintos.
Considera a la agresión y sus distintas elaboraciones a través de distintos
niveles y canales com o determ inando la pluralidad fenom énica de esta
afección. El síntom a epiléptico sería de carácter funcional siguiendo un
determ inado ritm o y con los caracteres de un m ecanism o de defensa del
tipo de la conversión som ática, expresada en niveles prim itivos, narcisísticos
y pregenitales. El yo del epiléptico em plearía estos distintos m ecanism os
para aliviar la situación de ansiedad siguiendo las leyes del principio del
placer. Considera a dicha situación de ansiedad y a sus causas desde tres
enfoques diferentes: {<:J, desde el punto de vista cuantitativo, se trata de
una tensión exagerada de la libido, de carácter agudo com o la que determ ina
los fenóm enos paroxísticos; o de carácter crónico com o la que determ ina
los aspectos caracterológicos de la enferm edad; 29, desde el punto de vista
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cualitativo se trata de una libido hom osexual (destructiva); 3 9 , dicha an-


gustia tam poco es indiferente, pues ella aparece frente a la intensificación
del instinto de m uerte que trata de expresarse. Adem ás de libido hom o-
sexual, instinto de agresión y ansiedad deben considerarse ciertos factores
tem porales, un cierto ritm o en la tensión libidinosa. Los distintos síntom as
paroxísticos, pródrom os, auras, convulsión, son diferentes m aneras o ten-
tativas de descargar las tensiones crecientes. La am nesia consecutiva es de
carácter funcional, a veces reversible y ligada a la represión de los conte-
nidos latentes del síntom a. La pérdida de conocim iento está relacionada
con el grado de regresión conseguido en la crisis. La situación psíquica del
epiléptico está constituida por un yo m asoquista y un superyó sádico, creán-
dose entre estas dos instancias un gran estado de tensión que acarrea un
sentim iento de culpa, una necesidad de castigo, pudiendo com pararse la
crisis epiléptica a la situación psíquica del suicida (crim en introyectado).
El significado últim o del ataque representaría el crim en y el coito con el
padre y el castigo por am bos delitos. Basándose sobre todo en el análisis
de epilépticos, el autor llega a establecer una relación entre instinto de
m uerte y libido hom osexual, sosteniendo en últim a instancia que esta últim a
representa la energía del prim ero. Estudia luego la personalidad epiléptica
con sus tres fuentes disposicionales, anal, oral y uretral, que condicionan
a los distintos tipos caracterológicos, Los sueños y los trastornos del sueño,
son tam bién estudiados desde el punto de vista de la situación básica, des-
cribiendo en el niño un síndrom e nocturno típico caracterizado por p,ilvor
nocturno, som niloquia, sonam bulism o y enuresis, A continuación estudia
las psicosis epilépticas, la jaqueca y algunos trastornos gastrointestinales
que tienen el carácter de verdaderos equivalentes. Los estudios electro-
encefalográficos son analizados y em pleados para un esquem a de la pato-
génesis general de esta enferm edad. En dicha patogénesis intervienen fac-
tores dependientes del yo ( debilidad del yo), de carácter congénito y
adquirido y con una expresión estructural. Los otros factores dependen de
la fórm ula instintiva, sobre todo intensificación congénita o adquirida del
instinto de agresión y com o consecuencia una m ala fusión de instintos.
Los factores dependientes del yo y de los instintos entran en interrelación
com o series com plem entarias, configurando las epilepsias que van desde las
genuinas hasta las sintom áticas (organoneurosis y patoneurosis). Finalm ente
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se ocupa del valor terapéutico de la convulsión provocada artificialm ente


y que actuaría e~ térm inos generales satisfaciendo las tendencias m asoquísticas
y calm ando la ansiedad relacionada con el increm ento del instinto de agresión.

SUM M ARY

The author believes the general problem of epilepsy to have been


im properly stated, owing to the fact that both neurology and psychiatry,
each of them on their own, have pursued soleby those m anifestations belong-
ing to their particular field of research, providing each other with but
fragm entary interpretations and thus m aking it difficult for any of thern
to arrive at a com prehensive conception of the problem . In general rerm s
epilepsy should be regarded as a total response of the hum an system to
certain vital situations, such type of response being in irs turn conditioned
by factors depending on the structure of the ego and the instincts, He
regards aggression and its various elaborations on different levels and
channels, as determ ining the phenom enic plurality of this affliction. The
epileptic sym ptom would be of a functional character obeying a determ -
ined rhythm and presenting the characteristics of a defense-m echanism of the
som atic-conversion type, expressed on prim itive, narcissistic and pre-genital
levels. The epileptic's ego would resort to these different m echanism s in or-
der to alleviate the situation of anxiety obeying the law of the pleasure-prin-
ciple. The author views this situation of anxiety and its causes from threc
different angles: first, from a quantitative point of view, we have to deal with
an exaggerated tensión of the libido, either of an acute character such as de-
term ines the paroxistic phenom ena or of á chronic nature such as determ ines
the characterological aspects of the illness; second, from the qualitative point
of view, we are dealing with an hom osexual (destructive) libido; and third,
such anguish is by no m eans negligible, since ist appearance is due to an inten-
sification of the death-instinct as it seeks expression. Besides thc hom o-
sexual libido, aggressive instincts and anxiety, certain tem porary factors
should be considered a certain rhythm in the libidinous tension. The differ-
ent paroxistic sym ptom s, prodrom es, auras, convulsions, are different m anners
or attem pts .at discharge of m ounting tensions. The consecutive am nesia
is of a functional nature, som etim es reversible, which is bound ·to the
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. repreSSlOn of the sym ptom 's latent contents. The loss of conscious-
ness is related to the degree of regression reached in the crisis. The epi-
leptic's psychical condition is constiruted by a m asochistic ego and a
sadistic super-ego, thus creating between these two instances a state of
. great rension carrying with ir a feeling of guilt and a need for pun-
ishm ent; the epileptic crisis being com parable to the psychical situation
of the suicide (introjected crim e). The ultim ate m eaning of the fit would
represent the m urder and coitus with the father, and the punishm ent for
both crim es. Based principally on the analysis of epileptics the author
ends by establishing a relationship between the death-instinct and the hom o-
sexual libido, holding that the latter represents the energy of the
form er. He then studies the epileptic personality with its three dispositio-
nal sources, anal, oral and urethral, which condition the three characterio-
logical types. Dream s and dream -derangem ents are also studied from the
viewpoint of the basic situation, describing in the child a typical noc-
turnal sindrom e, characterized by night-trem ors, talking in its sleep, som -
nam bulism and enuresis. He then procceeds to consider epileptic psy-
choses, m egrim and certain gastro-intestinal derangem ents which are in the
nature of actual equivalents. Electroencefalographic records are analysed
.and used in a sketch of the general pathogenesis of the illness, In the said
pathogenesis intervene factors dependent on the ego (weakness of the ego)
of a congenital and an acquired character, and factors dependent on a struc-
tural expression. The other factors depend on the instinctual form ula,
particularly on a congenital or acquired intensification of the "aggréssive
instinct" and as a consequence on an inadequate fusion of instincts. Factors
depending on the ego and the instincts becom e interrelated as a com -
plem entary series configuring epilepsies varying from the genuine to
the sym ptom atic (organoneurosis and pathoneurosis). He finally considers
the therapeutic value of artificially induced convulsions which, on broad lines,
would seem to act by satisfying the m asochistic tendencies and allaying the
anxiety related to the increm ent in the "aggressive instinet".

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