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El objetivo del revenido es disminuir la elevada fragilidad producida por el temple anterior, así
como proporcionar a los aceros una cierta tenacidad, a la vez que se eliminan o disminuyen las
tensiones producidas por el temple. Generalmente se puede decir que, con la temperatura
ascendente de revenido, aumentan la elasticidad y alargamiento y disminuyen la resistencia y la
dureza (a excepción de los aceros rápidos).
El efecto del revenido depende de la aleación del acero, del temple, del espesor de la pieza y del
tratamiento aplicado. El efecto del revenido es más fuerte para piezas de acero poco aleado, de
dimensiones delgadas y de mayor contenido en carbono.
El revenido se aplica exclusivamente a los metales templados y es, por lo tanto, un tratamiento
complementario del temple.
Entre más alta sea la temperatura de revenido, menor será entonces la dureza y de tal forma
será más tenaz el acero.
Esta imagen representa la formación de grietas de templado que han sido causadas por los
esfuerzos residuales que ha dejado el templado, seguido del siguiente diagrama, que muestra el
tratamiento por templado arriba de M, que se ha diseñado para reducir estos esfuerzos
residuales y las mencionadas grietas de templado.
La posibilidad de templar un acero viene determinada por dos factores:
- Su templabilidad:
- La velocidad de enfriamiento.
El temple del acero nunca constituye un tratamiento final debido a que la estructura
martensítica obtenida, pese a ser muy dura, es al mismo a tiempo muy frágil. Por este motivo,
una vez templado el acero, se le somete a tratamiento térmico de revenido con objeto de
obtener una estructura más dúctil y tenaz. Los efectos de este tratamiento dependen de la
temperatura y del tiempo de duración del proceso. El tratamiento completo de temple más
revenido recibe el nombre de Bonificado.
El bonificado es un tratamiento adecuado para aceros aleados o aquellos con un alto contenido
en carbono.
Para el acero de carbono simple, el acero es austenitizado primero y luego se templa a una
velocidad rápida para producir martensita y evitar así la transformación de la austenita en
ferrita y cementita.
Los aceros que tienen más de 0.2 % de carbono, la principal forma de redistribución del carbono
a temperaturas de revenido por debajo de 200°C es la agrupación por precipitación.
A más de 200°C aproximadamente, la dureza disminuye poco a poco a medida que la
temperatura se eleva hasta 700°C. Esta disminución gradual de la dureza de la martensita con el
aumento de la temperatura se debe sobre todo a la difusión de los átomos de carbono que
salen a sus sitios en la red intersticial, sometidos a esfuerzos, para formar precipitados de
carburo de hierro en una segunda fase.