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Erik Yañez Duarte

Matricula: 1225040
Grupo: 406

MOSCATI
EL MEDICO DE LOS POBRES

Es una película la cual me resulto un tanto larga pero interesante. Debo confesar que no tenia
tanto entusiasmo de verla, pero al terminarla cambio completamente mi opinión.
Giuseppe Moscati fue un medico el cual, a pesar de su nivel socioeconómico y linaje aristócrata,
dejo atrás todo aquello que es banal, anteponiendo su entrega, empatía, bondad y sobre todo
su vocación para lograr darle un trato digno, pero sobre todo humano a todo aquel paciente que
atendía. Se destaco por siempre buscar un equilibrio entre la ciencia y la fe a lo largo de su vida
lo cual brindo frutos tras ser canonizado después de su muerte por el papa Juan Pablo II gracias
a su noble labor de atender a aquellos que mas lo necesitaban de manera desinteresada.
El mensaje que deja la película es muy claro. En la actualidad vemos muchísimos casos donde se
pierde el sentido de la profesión, donde nos volvemos más fríos y vamos perdiendo la esencia y
nobleza que representa nuestra carrera. Sin duda muchas personas se dejan llevar por el
“estatus” que representa ser médico, por el cliché de que “todos los médicos son ricos” o que
“los médicos ganan mucho dinero” y se pierde el punto de brindar una práctica dedicada a servir
a los demás. También vemos casos donde el medico se vuelve indiferente y pierde empatía con
el paciente, haciéndolo sentir incomodo e incluso inferior.
Nosotros como futuros médicos tenemos la responsabilidad de no caer en esas situaciones y de
no cometer esos errores. Estamos a punto de ejercer una de las profesiones mas nobles que
existen y no debemos de perder el sentido humano. Y, aunque, las vivencias dentro de la carrera
nos ensenen a ser objetivos, cuadrados y fríos, es nuestro trabajo, al igual que tratar y
diagnosticar, ser empáticos con todos los pacientes y ponernos en su lugar. El hecho de que
seamos profesionistas o doctores no nos hace superiores a los demás, no dejamos de ser
humanos, al igual que el enfermo no deja de serlo.
Moscati se ha convertido en un ejemplo a seguir por muchos médicos, pues él no veía pacientes,
sino personas, y también para muchas personas, ya que, con su forma de ser, demostró que no
sólo salvó vidas, sino también almas, guiado por la fe de su religión.

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