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La filosofía positivista – Leszek Kolakowski

El positivismo es una postura filosófica relativa al saber humano. A pesar de las diferencias particulares entre
distintos autores y corientes, se reconocen ciertas reglas comunes:

1) Fenomenalismo: Lo importante es el fenómeno al que accedemos en la experiencia, sin duplicarlo al afirmar


que tiene una esencia o sustancia que se nos escapa al momento de aprehenderlo. La diferencia entre esencia
y fenómeno desaparece de la tematización positivista. Bajo este enfoque, se rechazan conceptos metafísicos
como materia o espíritu.

2) Nominalismo: En tanto el mundo es “un conjunto de hechos individuales observables”, el nominalismo


descarta la existencia de entidades trascendentes a este mundo, es decir, que no sean asequibles por la
experiencia. Así, “todos los seres universales, todas las producciones abstractas con las cuales la
antigua metafísica llenaba el mundo, son ilusiones nacidas de la existencia ilegítimamente otorgada
a lo que no puede existir fuera de la palabra” (19).

3) Rechazo del valor cognoscitivo de los juicios de valor y enunciados normativos: Los atributos pertenecientes
a estas categorías no son dados en la experiencia, por lo que “ninguna experiencia nos puede obligar,
cualesquiera que sean las operaciones lógicas puestas en obra, a aceptar enunciados que declaran
órdenes o prohibiciones, que dicen que es preciso hacer tal cosa o abstenerse cumplir tal otra ” (20).
Véase, al respecto, las afirmaciones de De Benoist.

4) Fe en la unidad fundamental del método de la ciencia: se trata de la igualación de todas las disciplinas en
tanto la ciencia unifica los modos de adquisición de saber válido. Este hecho da pie a la unicidad del humano en
cuanto a su determinación como sujeto cognoscente.

De modo sintético, el positivismo ha dirigido en particular sus críticas contra los desarrollos
metafísicos de toda clase, por tanto, contra la reflexión que no puede fundar enteramente sus
resultados sobre datos empíricos, o que formula suus juicios de modo que los datos empíricos no
puedan nunca refutarlos. (22). Busca deshacerse de los presupuestos metafísicos, tanto del materialismo
como el espiritualismo.

Cap II – Las primeras versiones del positivismo y David Hume

El positivismo tiene antecedentes históricos premodernos en cuanto a su carácter antimetafísico: escepticismo,


atomismo, estoicismo, etc.

Antecedentes medievales:

Ockham: nominalismo radical que rechaza la multitud de seres innecesarios que ha introducido la metafísica;
eliminación de las “categorías conceptuales que no poseen equivalentes en la experiencia sensible ”
(27). Con él, se delimita tajantemente la ciencia y la religión, en tanto las verdades religiosas son
indemostrables; esto permite la autonomía epistémica de la ciencia respecto de la religión.

También pueden enumerarse otros autores, que contribuyeron con elementos tales como la primacía de los
juicios analíticos, la causalidad como probabilidad, “ningún conjunto de hechos perceptibles nos autoriza a
concluir que están relacionados entre sí por una sustancia que la experiencia no nos da ” (28). La
sustancia es una mera convención terminológica.
También hay una conexión entre el nominalismo como elemento inspirador de Martín Lutero

2. Los temas positivistas durante el siglo XVII

Galileo Galilei: “formula, por primera vez en términos tan claros, un programa fenomenalista del
conocimiento, opuesto a la interpretación tradicional del mundo por medio de formas sustanciales ”
(32). Se erige así, la ciencia de proceder fenomenalista.

Gassendi: “Nuestro saber real, adquirido por medios naturales del conocimiento, no puede ir más allá
de la probabilidad y, por tanto, no puede pretender el entendimiento de la naturaleza del mundo o de
la esencia de las cosas; sin embargo, le basta con alcanzar objetivos prácticos, a pesar de estar
siempre expuesto a la crítica y a la negación” (34).

En esta época, la ciencia se erige como un elemento unificador. Esto a causa de la asociación del positivismo
con un indeferentismo dogmático, una orientación antimetafísica y antiteológica de la ciencia. Es decir, las
diferencias confesionales se dejan de lado a la hora de ejercer la tarea unívoca de la ciencia. Por ejemplo, dos
antecedentes del positivismo en cuanto a la negación extrafenomenal de la esencia de las cosas, son Descartes
y Leibnitz. Esto no quiere decir, por supuesto, que estos pensadores hayan sido positivistas.

Leibnitz: rechazo a las referencias sobre fuerzas ocultas (inaprehensibles para la ciencia y su método) a la hora
de explicar la naturaleza.

“Lo que importa también en el pensamiento positivista, es la convicción que es imposible hablar de la necesidad
del saber en otro sentido que el de su carácter analítico. (39).

4. David Hume

Kolakowski nos dice sin más que David Hume fue el verdadero padre de la filosofía positivista. Hume estableció
la siguiente clasificación de los contenidos congnoscitivos de la mente:

A) Impresiones: contenidos dados de innmediato por la experiencia y percepciones fuertes


B) Ideas: percepciones débiles que provienen totalmente de las impresiones e incluso son copias suyas
Herbert Spencher: el positivismo evolucionista

Este pensador insistió en la idea de que existe una universalidad en la evolución de las especies. Spencer
pensaba que el ideal supremo del conocimiento consistía en concentrarlo en una sola y única fórmula
globalizante o, aún más, en una ley superior. Su pensamiento se caracterizaba por apostar a una
monocausalidad.

En esta misma línea, la filosofía tiene la tarea de lograr esta unicidad buscada en tanto “busca las verdades
sintéticas que reúnen todos los campos del estudio”. De este modo, para Spencer, “la evolución es un solo y
único proceso y no una multiplicidad de transformaciones semejantes; los elementos evolucionan al
mismo tiempo que la totalidad y no según el principio de analogía, sino en virtud de un proceso cuya
energía es el principio unificador”.

Esto posibilita la construcción de un concepto de progreso general, esto es, universal e indiferente a los juicios
de valor particulares. Lo fundamental es que esta concepción no es solo aplicable al terreno de los fenómenos
naturales que estudian las ciencias positivstas; por el contrario, La civilización y los instrumentos de la
existencia humana se desarrollan según este mismo principio .

Sin embargo, Spencer actúa con modestia epistémica, pues, aunque supone y dirige sus esfuerzos hacia la
tesis sobre una realidad absoluta articulante de todo proceso de diferenciación, afirma que esto es
Incognoscible, y, por lo tanto, el saber que brinda la filosofía es insatisfactorio. De este modo, La ciencia no es
otra cosa que la suma ampliada y perfeccionada de las observaciones corrientes .

De la misma manera, las religiones también han de admitirse dentro de esta imposibilidad humana. En efecto,
“La religión bien entendida debe renunciar a sus aspiraciones a pronunciarse sobre lo Incognoscible,
cesar de discurrir, por ejemplo, sobre el Dios personal y de formular creencias de este tipo que no se
fundan en nada…”

En la línea del positivismo de Spencer, la ciencia fue vista como un elemento neutral
Comte

La reforma social

Augusto Comte planteaba como exigencia de su tiempo la concreción de una reforma fundamental de la
organización social, apuntando a una fase humana denominada como sociedad positiva, en la cual la
organización espiritual tendrá como fundamento no ya los dogmas teológicos y las creencias
cristianas, sino, precisamente, la ciencia. El contexto histórico de sus ideas era la Francia de la
posrevolución, que dio paso a un período de anarquía y caos. De este modo, Comte apoyó incluso el golpe de
Estado de Napoleón III, en vista de que, bajo la prevalencia de su ideario, se cumpliera el objetivo de
transformar la sociedad en el espíritu orgánico, restaurar la unidad deseada de la vida política y de
la fe.

Destaquemos el siguiente fragmento respecto al concepto de unidad: esta unidad puede reconstituirse
sobre la base de principios científicos que la humanidad adoptará universalmente y que permitirán
abolir la metafísica revolucionaria en favor de una verdadera física social .

Comte rechazaba tanto a los proyectos utópicos como a los presupuestos heredados de la Ilustración. Por
ejemplo, rechazaba la idea de la cooperación humana como producto del concilio entre intereses privados en un
contrato social (Hobbes), proponiendo un instinto de vida social. En cuanto a la sociedad, al contrario de
las doctrinas individualistas, no es sólo un instrumento que sira a la regulación de los conflictos entre
individuos, sino que forma una entidad autónoma y orgánica, en la cual participamos en virtud de
nuestra tendencia a vivir en comunidad.

La reforma de las ciencias. La ley de los tres estados

¿Qué es la ciencia? La ciencia es un instrumento que sirve para ejercer las facultades humanas en
vista a dominar las condiciones de la vida natural y social de la especie .

El gobierno de Manuel Montt, que siguió, también se mantuvo en la estricta legalidad; pero actuó con duro
autoritarismo y se vio perturbado por una guerra civil a! comienzo (1851) y otra hacia e! término del período
(1859), debido a que los opositores reclamaban mayores libertades públicas y propiciaban la disminución de!
Poder presidencial. Ambos levantamientos fracasaron.

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