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REFLEXIÓN DEL COLECTIVO PERUANO EN TORNO AL CONTEXTO Y MANDATOS

I. ANÁLISIS DEL CONTEXTO


Crisis de Régimen Político. Los sucesos vividos en el último año, aceleraron una crisis
política que ha involucrado a diferentes poderes del estado peruano, alcanzando la
dimensión de una crisis del régimen político en su conjunto. En efecto, se han expuesto
evidencias de redes de corrupción que han involucrado al poder ejecutivo, con la renuncia
del presidente en marzo 2018 frente a la inminencia de ser vacado por negociaciones
lobbystas realizadas a favor de sus propias empresas. Está seriamente comprometido el
poder judicial y el Consejo Nacional de la Magistratura, congresistas, empresarios,
periodistas al quedar expuestos en audios filtrados a la prensa que revelan el tráfico de
influencias, el vínculo con el narcotráfico y la corrupción en la administración de justicia;
compromete seriamente al parlamento, en particular a la autoritaria representación
fujimorista, con mayoría en el congreso, involucrada en la red de corrupción, blindando a
esta red presente en el estado y legislando a favor de intereses privados.
La corrupción institucionalizada a más alto nivel, es lo que ha develado las investigaciones
sobre financiamiento de campañas políticas y la negociación de obras públicas: dos
presidentes de la república están en el banquillo de los acusados. La presión popular y el
trabajo contracorriente de fiscales honestos ha logrado que Keiko Fujimori, lideresa de la
mayoría parlamentaria, haya ingresado a una cárcel preventivamente.
La indignación popular se ha manifestado y se sigue manifestando en las calles durante todo
este tiempo. Hay un consenso en la población de que las cosas no pueden seguir como
están, tiene que gestarse algo diferente; pero a la vez hay escepticismo sobre la clase
política en general.
Estos acontecimientos evidencian que el régimen establecido luego del 2000 y que se
mantuvo con regular estabilidad, ha entrado en crisis, y entraría a un nuevo periodo de
transición política con destino incierto. Estaríamos ante una recomposición del régimen
político, del poder, una nueva redefinición entre los actores, aunque no están muy claras
las opciones.
Territorios en disputa. La crisis que afecta a casi toda la institucionalidad estatal central,
deja mucho más espacio libre para la expansión de poderes locales y regionales territoriales.
En estas décadas se han ido conformado poderes de signo mafioso o informal, quienes se
recomponen para participar en la mayoría de los procesos electorales en el país. Un 30% de
provincias del país, tienen el riesgo de que en las elecciones municipales se infiltren grupos
delincuenciales vinculados al narcotráfico, la tala de bosques, la explotación ilegal del oro,
etc. Todo ello intensifica la disputa por territorios, lo que implica el control de zonas,

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recursos y gente. Es en función de esta disputa que se compite por alcanzar el aparato del
estado, pues de allí se derivan prioridades en inversiones, leyes, decretos, alianzas, etc.
Parte de esta disputa se expresa en los conflictos sociales, los que se han ido incrementando
en este año según reporte de la Defensoría del Pueblo, siendo los conflictos
socioambientales los más frecuentes en diferentes regiones del país.
El Modelo Neoliberal se profundiza. La desregulación de la etapa fujimorista se ha
mantenido y profundizado, pues desde el 2013 se han aprobado normas para promover las
inversiones debilitando la protección de los derechos indígenas, marco normativo que
brinda mayor flexibilización de estándares de calidad ambiental y la pérdida de rectoría del
Ministerio del Ambiente en el ordenamiento territorial. A la par las exoneraciones e
incentivos tributarios han favorecido a grupos económicos como el sector minero y la
industria farmacéutica. Así, mientras el estado recaudaba el 2007 el 20% del valor de las
exportaciones mineras, para el 2017 captó sólo el 8%. Los beneficios tributarios no han
significado tampoco baja en los precios de medicamentos.
El destape de casos de corrupción, también ha expuesto el rol corruptor de grupos
económicos, como el “club de la construcción” (Odebrecht, Graña y Montero, OAS) con
sumas millonarias en coimas y lavado de activos que durante décadas han influenciado en
obras públicas, concesiones y obras de gran envergadura.
Todos estos hechos afectan derechos claves de la población como; el acceso a la justicia, a
servicios de salud, educación de calidad y empleo digno. En particular, el empleo formal
ha ido en decrecimiento, mientras que es el empleo informal es el que tiene mayor
presencia en nuestra economía, con las implicancias que tiene en la precariedad de sus
condiciones. Las y los jóvenes son los más afectados en relación al desempleo, y en
reiteradas ocasiones se han planteado propuestas de política que desregulan más su
participación en el mercado laboral, propuestas que han tenido que retroceder frente a la
protesta popular, en particular de los propios jóvenes organizados.
La violencia cotidiana, de género y la arremetida conservadora. Las relaciones sociales
cotidianas también se están afectando por el incremento de la violencia, siendo la seguridad
ciudadana una demanda prioritaria por parte de la población. Los feminicidios y los
sistemáticos casos de violencia contra la mujer expresan que no somos una sociedad
igualitaria y que aún se mantiene hegemónica una cultura patriarcal y machista. Hacia
setiembre de este año, ya el MIMP ha registrado 103 feminicidios, en promedio al mes 11
mujeres son asesinadas. Del mismo modo, más del 64% de casos de violencia sexual tiene
como víctimas principales a las niñas y adolescentes. Si bien diversos colectivos feministas
y de la sociedad civil se movilizan exigiendo la implementación de políticas contra la
violencia hacia la mujer y de igualdad de género, por otro lado, movimientos conservadores
como Con mis hijos no te metas y Padres en acción, desarrollan campañas tergiversando la
información e insistiendo en demandar legalmente al estado a fin de que el enfoque de

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igualdad de género no permanezca en el currículo nacional, del mismo modo se coloca en
el debate la disputa por recuperar la memoria en la educación peruana. Son los sectores
más conservadores de la iglesia católica y evangélica que promueve masivas movilizaciones
a favor de lo que denominan la familia, la vida, en contra del aborto, contra las políticas de
género y de discriminación a las diversidades sexuales.
Movimientos y movilizaciones sociales Diversos movimientos sociales se mantienen
vigentes en torno a la defensa del territorio (Conga, Las Bambas, Tía María, entre otras)
cuestionando un modelo de desarrollo que atenta contra el buen vivir, o la afectación de
condiciones de vida en las ciudades, con énfasis en las poblaciones rurales . Estos
movimientos territoriales se articulan y sostienen en espacios regionales. Las movilizaciones
ciudadanas que han articulado la protesta nacional han girado en torno a los siguientes ejes:
la corrupción política, sobre todo en el último año ante la evidente prepotencia del partido
fujimorista en el congreso y autoridades corruptas; una segunda movilización que ha
articulado a colectivos juveniles son aquellos que han atentado contra derechos laborales
ganados y de hecho han logrado hacer retroceder a iniciativas legislativas de este tipo; un
tercer eje de movilización articuladora ha estado referido a protestas masivas en contra de
la violencia de género y sectores de la población se ha organizado para la defensa de
políticas de género.
Como se ha señalado, existe indignación en la población, pero a la vez desconfianza en sus
instituciones, partidos políticos y en los políticos en general; quienes no tienen un rol
protagónico en estas movilizaciones, siendo las redes sociales el principal medio de
información y convocatoria. Es una resistencia social que no se concreta en un actor político
fuerte, existiendo una fractura entre quienes en la práctica son los actores fácticos del
poder que actúan con impunidad y esa indignación social.
El actual gobierno ha convocado a un referéndum para fin de año con el objetivo de
consultar a la ciudadanía sobre reformas en el sistema judicial y político. La población está
de acuerdo con un momento plebiscitario, aunque éste puede ser más una expresión de
rechazo a la clase política. Desde sectores de izquierda se plantea que es necesario
posicionar un proceso constituyente como la principal lucha de fondo, ya que la actual
constitución brinda el andamiaje legal al actual modelo.
Es claro que la crisis de régimen no se solucionará sólo siendo antifujimoristas, menos si ello
supone creer que se debe apoyar a quienes se le enfrentan y compiten con el fujimorismo,
a pesar de representar intereses del campo dominante. Pareciera que sería posible un
capitalismo más humano, una derecha diferente a la bruta y achorada; una derecha liberal,
más respetuosa, que comparte banderas como la cuestión de género. Lo real es que desde

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este sector su disputa es por la dirección de los aparatos de poder, no por un cambio de
orden social, civilizatorio.
Reconocemos en este panorama que existe una disputa ideológica. Hay una profunda
conexión entre la ofensiva conservadora y la crisis, pues estos sectores buscan recolocar,
reposicionar valores conservadores en esta etapa de cambio de régimen: Uno referido a
reposicionar una memoria oficial sobre las causas de la violencia política vivida en nuestro
país, los artífices de la pacificación y la exaltación del orden y la gobernabilidad como
garantía de crecimiento. Con ello se garantiza la impunidad y reposiciona a la fuerza armada
como salvadora. El otro mensaje hegemónico es el discurso del orden, la familia, lo natural
e inmutable en contra de la igualdad de género y la diversidad sexual. Las dos grandes
banderas de la ofensiva conservadora, la antimemoria y el anti género, buscan recolocar
mensajes en la sociedad en función de proyectos hegemónicos, y este debate se centra en
la educación, ya sea en la escuela, en los barrios o en el trabajo.
En esta disputa de sentidos, para el colectivo peruano lo político está en la base, por lo que
la formación política y ciudadana así como la incidencia está en la base de lo que nos hemos
propuesto. Un desafío que implica desnaturalizar y desaprender las relaciones de poder que
conocemos y vivimos, y explorar en colectivo otras formas de poder. Exige una mayor
articulación y repensar las relaciones con las actoras y actores de los movimientos y
movilizaciones sociales, y de las organizaciones sociales vivas. Se trata de un proceso de
construcción colectiva, con el reto de expandir autonomía, descolonizar el poder,
profundizar relaciones sociales emancipatorias, no solo por la conquista del poder estatal.
II. MANDATO POLÍTICO PROGRAMÁTICO
II.1. Construirnos como movimiento de educación popular cada vez más
articulado…
Es desde el plan de trabajo construido anualmente por el colectivo que hemos desarrollado
las articulaciones. El 2016 se construye dicho plan con participación de representantes de
algunas organizaciones sociales y redes con las que se vinculan los miembros del colectivo,
estableciendo ejes comunes que han continuado orientando nuestro accionar, sin embargo
el vínculo con estas organizaciones se mantiene desde las propias instituciones miembros.
No obstante, el plan de trabajo ha implicado la articulación con otros: a) La incidencia
política en educación ha implicado establecer alianzas con redes e instituciones afines a
través de la Mesa de EPJA, la Plataforma por la Educación, y la Educación Comunitaria. b)
La sistematización de la formación política ha implicado consultar a colectivos,
organizaciones sociales, partidos e instituciones que no forman parte de CEAAL, pero que
desarrollan la formación. Ello nos ha permitido establecer contactos. c)El 2017 y 2018
hemos sido parte del equipo organizador de la Conferencia Nacional de Desarrollo Social –
CONADES, evento que anualmente reúne a organizaciones de diferentes regiones del país.
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En este espacio hemos entablado el diálogo sobre la educación popular y la formación
política, dialogando con representantes de movimientos sociales de la Amazonía, de la zona
andina, movimientos juveniles y de mujeres, lo que nos ha enriquecido y ha permitido
identificar apuestas comunes así como la necesidad de fortalecer vínculos con diversos
colectivos en el país que impulsan procesos de educación popular, quieren a la vez
enriquecer sus prácticas y promover cambios.
Ha sido en torno a estos ejes que hasta el momento los miembros del colectivo nos
encontramos, reconociendo que somos diversos (Ongs con trabajo en Lima, otras que se
desenvuelven en las regiones; universidad, miembros individuales activistas de la
educación) con diferentes ritmos de trabajo por lo que consideramos que si bien hemos
avanzado, aún el proceso de ser movimiento de educadores populares junto con otros
movimientos, está en construcción.
II.2. La Formación Política
Para el colectivo peruano la formación política emerge como una necesidad a desarrollar a
partir del análisis permanente de nuestra compleja realidad, ya planteada en el primer
punto, contexto muy similar al que viven AL y Caribe. A partir de la propuesta de la Escuela
Andina de formación, presentada por la región andina, es que el colectivo peruano se
propuso analizar propuestas de formación, sistematizarlas y aportar a propuestas propias o
a otras en marcha. Se realizó un mapeo de experiencias de formación política (de
instituciones miembros del CEAAL y otras instituciones) y se elaboró un cuestionario que
permita sistematizar algunos ejes claves de las mismas. En base a las respuestas recibidas
se realizó una primera sistematización que se presentó en el Taller Autogestionario
promovido por el CEAAL-Perú en el CONADES el 3 de setiembre pasado, contando con la
participación de jóvenes, mujeres organizadas, representantes de grupos trans, entre otros.
Desde las experiencias sistematizadas y el diálogo con los actores en el Taller se plantearon
algunos puntos de discusión, los que tienen que ver con los procesos políticos gestados en
décadas en el país, las representaciones construidas acerca de lo que es la política y lo
político, y la constitución de las y los sujetos sociales.
Lo académico y lo popular: a diferencia de décadas pasadas en que los sectores populares
tuvieron una formación política en el proceso de ser parte de un movimiento social, sindical
o barrial, en diálogo con sectores intelectuales comprometidos, hoy para sectores juveniles
con mayor acceso a la educación superior, la formación política es una especialidad
académica. Si bien la universidad ha sido y es un espacio de politización, para el CEAAL, la
formación política desde la educación popular, requiere de la reflexión teórica pero busca
generar una praxis (teórica y una práctica) para la construcción de otras lógicas
democráticas y equitativas del ejercicio del poder en todos los espacios, ello implica
fortalecer personas y colectivos. Otro elemento del debate es si es lo mismo o no la
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formación política y la formación ciudadana, es decir para la formación de una militancia
o para fortalecer la ciudadanía. Si bien debería haber un continuum entre la ciudadanía
social, civil y política, el desprestigio de la política, la lógica de considerar a las personas
como clientes o consumidores de servicios y no sujetos de derechos, limita la vivencia
ciudadana por lo que hay que recuperarla. Otra forma es ver el tema es si la formación
política es para la construcción de una militancia partidaria que promueva una posición o
perspectiva, o para la formación de ciudadanos críticos de las relaciones de poder y con
capacidad de agencia. Un tercer punto de debate es que la formación política requiere de
profundizar en lo ideológico. La formación política es una formación crítica que permite a
cada ciudadano o ciudadano construir su opinión y actuar con plena consciencia, por lo que
no es un adoctrinamiento ideológico al servicio de un partido. Para algunos esta posición
es utópica pues no se puede lograr la neutralidad en la formación política y lo que se
pretende neutro en realidad esconde o no visibiliza sus reales posturas. Un último punto es
cómo se plantea la necesidad de la formación política desde los propios actores y
movimientos. Antes que asumir una actitud externa y de transferencia de conocimiento,
se plantean desafíos cuando no se siente la necesidad de una formación de este tipo. Sobre
todo cuando se requiere desnaturalizar y desaprender las relaciones de poder que
conocemos y vivimos como naturales: como trabajar la igualdad de género en hombres
violentos por ejemplo.
Se destacó en los talleres aprendizajes claves a fortalecer en la formación política: la
formación ética para cambiar la forma de hacer política actualmente, una ética política al
servicio de las personas y no del interés personal. Hacer política no es la aplicación de un
conjunto de recetas y de tareas, requiere de sujetos abiertxs al diálogo, sensibles a lo
distinto, diferente, reflexivos y críticos, por ello que la dimensión subjetiva, emocional,
también es importante. Debe promover el enfoque intercultural y el enfoque de género,
para lograr una mejor comprensión de nuestra realidad y para construir de manera colectiva
visiones de futuro del país más equitativos y justos. Debe desarrollar un análisis crítico de
la realidad, se debe lograr un saber teórico que permita develar relaciones de poder en la
sociedad, pensar mejor las alternativas de desarrollo y estrategias de acción. La formación
política debe recuperar la memoria de las luchas populares y los derechos logrados con la
acción de los movimientos sociales. Una buena formación política debe promover la
expresión de los diferentes saberes y dinámicas del territorio. Debe brindar estrategias
metodologías y herramientas para la construcción participativa de consensos, de planes, de
comunicación, de facilitación para empoderar a otros, para trabajar en equipo, para la
incidencia política, para elaborar mapas de actores. La formación política debe contribuir a
fortalecer los colectivos y movimientos. La formación política debe fomentar el sentimiento
ciudadano, generar una conciencia de ser agente individual y colectivo de cambio en su
territorio, fomentando la articulación de intereses comunes, de una visión y objetivos
comunes, así como la transparencia, la vigilancia y la rendición de cuentas.
III. MANDATO ORGANICO

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Como se ha señalado antes, el colectivo es una articulación de la diversidad que se une para
la reflexión y la acción conjunta que busca reposicionar a la educación popular, para
impulsar procesos conjuntos de educación popular en el que se fortalezcan los actores
sociales y junto con los movimientos aportar a una sociedad más democrática y justa. Este
año se han incorporado la UNMSM, la reincorporación de un miembro individual y tenemos
la solicitud de la Red educativa de Malingas, de la región Piura. Para construir un
movimiento de educadores populares, y el plan de trabajo nos ha permitido encontrar
nuestros ejes comunes, en tres campos: la incidencia política en educación; el diálogo de
saberse con otros (este año ha sido la sistematización de experiencias de formación política)
y la educación en movimiento participando en espacio como el CONADES.
En relación a los grupos de trabajo, dos miembros/instituciones participan en el Grupo de
Incidencia en Políticas Educativas – GIPE; otros dos miembros en el Grupo de Paz, Derechos
Humanos y Convivencia. En la región andina también está participando activamente una
compañera en la coordinación colegiada. El GIPE ha desarrollado una intensa labor en torno
a la EPJA, planteando una agenda a nivel nacional a partir del diálogo entre instituciones de
la sociedad civil con el estado, así mismo con la CLADE y la Campaña Peruana por el derecho
a la educación, han aportado al balance de lo avanzado en la CONFITEA. En relación al
Grupo de Paz, Derechos Humanos, se desarrolló el 2017 un seminario internacional sobre
Convivencia Democrática e Igualdad de Género en las escuelas, con la participación de
miembros del GT logrando desarrollar una reunión del GT en Lima. Asimismo, a través de
medios virtuales se ha planteado una propuesta de módulo y se ha acordado contar con
una relatoría del seminario de Lima.
Luego de la asamblea de Guadalajara (2016), hemos podido contar en espacios para el
diálogo directo entre el colectivo peruano y miembros del Equipo de Coordinación
Estratégica en Lima, lo que ha alimentado y fortalecido al colectivo peruano. El 2016 la
presencia de los equipos latinoamericanos para la transferencia de cargos al nuevo equipo
de coordinación, nos permitió espacios de reflexión compartidos con el colectivo y el
público (Conversatorio en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos) y contar con la
secretaría general en la planificación estratégica. El 2017, la presencia de los compañeros
y compañeras del GT Paz en el mes de agosto, nos permitió dialogar y reflexionar junto con
universitarios y líderes sociales, sobre el contexto latinoamericano en una reunión
preparatoria previa al CONADES; mientras que en noviembre nos reunimos con Oscar Jara,
para dialogar sobre el contexto peruano y el colectivo. Asimismo, representantes de
experiencias de educación popular de organizaciones que trabajan en los barrios; con
adolescentes escolares y con mujeres organizadas de comedores populares se reunieron
con Oscar para discutir sobre el sentido de las experiencias que desarrollan, así como la
importancia de la sistematización. Luego, miembros del colectivo peruano pudimos

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compartir con la Secretaría General la reunión internacional sobre EPJA. Este año 2018,
nuevamente el encuentro con Oscar, nos movilizó, nos alegra y nos da la oportunidad de
que nuevas generaciones participen en el dialogo y reflexión desde la educación popular.
En resumen, ha habido un acercamiento del ECE al colectivo. Valoramos también la
comunicación oportuna, vía correo electrónico y wasap. En este último medio, solicitamos
mayor racionalidad de grupos pues en algunos se duplica o triplica la información.
IV. MANDATO FINANCIERO
El financiamiento de los procesos impulsados se ha basado en los recursos propios de las
instituciones y personas miembros del colectivo. Los lugares de reuniones, de realización
de talleres o encuentros, los alimentos a compartir, materiales, son recursos institucionales
o voluntarios de las y los miembros del colectivo peruano. Lo más valioso es el tiempo de
reflexión compartida, que nos permite construir sueños y concretar acciones que nos
permiten seguir afirmándonos como colectivo.
En relación a la membresía, hay un trabajo coordinado con la administración del CEAAL en
la comunicación directa en relación a este pago, disponiendo de una cuenta en dólares de
Alternativa para el depósito de los pagos sin afectación de costos. Consideramos que la
estrategia de que parte de las cuotas permita financiar determinadas acciones nacionales
sería un apoyo valioso.
CEAAL – Colectivo Peruano
@CeaalColectivoPeruano

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