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VIAJES DE PIZARRO

Francisco Pizarro dirigió 3 viajes para conquistar el


Tahuantinsuyo. Organizándolos desde 1524 cuando fundó la “Empresa del
Levante” con sus socios Diego de Almagro y Hernando de Luque.

Diego de Almagro y Hernando de Luque fundaron en Panamá la Compañía


del Levante. El fraile Luque representaba los intereses de Gaspar de
Espinoza, principal financiador de la empresa. El gobernador Pedrarias
también se incorporó aportando una apreciable cantidad de dinero.

El gobernador de Panamá, envió dos barcos a recoger a los


expedicionarios, los mismos que llegaron a la Isla del Gallo a fines de
setiembre de 1527. Al mando de ellos venía el capitán Juan Tafur. Pizarro,
a punto de fracasar su empresa, asumió un gesto heroico, desenvainó su
espada, trazó una raya en la arena de la playa y les dijo a sus hombres:
“Por este lado se va a Panamá a ser pobres, por éste al Perú a ser ricos,
Escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere”.

La Capitulación de Toledo en 1529

Al volver a Panamá con la noticia del descubrimiento del Tahuantinsuyo,


Pizarro tropezó con las dificultades y la oposición del gobernador, Pedro
de los Ríos, quería impedir una
nueva expedición, por lo que los tres
socios decidieron negociar la
conquista del Perú con el propio rey.
Pizarro fue designado por sus socios
como Procurador, es decir
apoderado en el lenguaje de la
época, Viajando a España en
octubre de 1528, acompañado del
griego Pedro de Candia, llevando
oro, plata, piedras preciosas, llamas
y tejidos del Perú. En Sevilla, Pizarro
fue apresado por antiguas deudas con el bachiller Enciso. Logró salir libre
gracias a la influencia de su pariente, Hernán Cortés, conquistador de
México y éste lo ayudó para que fuera recibido en la corte. Allí se
entrevistó en Toledo, con el propio rey, Carlos V, a quien expuso sus
planes y pretensiones y negoció con el Consejo de Indias.
Por esta Capitulación, Pizarro obtuvo la autorización para conquistar el
Perú, fundar ciudades, dentro de los límites de su gobernación que
abarcaría una longitud de 200 leguas a lo largo de la costa sudamericana
del Pacífico. Por la misma capitulación Diego de Almagro ganó la jerarquía
de hidalgo, fue nombrado gobernador de la fortaleza de tumbes y se le
concedió una renta de 300.000 maravedíes al año.
La Corona por su parte tendría derecho al quinto real, el 20% de las
riquezas que obtuvieran los españoles, con el despojo de los indios.
Esta Capitulación, como vemos, privilegió a Pizarro y postergó a Almagro y
a Luque y fue el origen de las futuras desavenencias entre los tres socios.

Por la misma capitulación Diego de Almagro ganó la jerarquía de hidalgo,


fue nombrado gobernador de la fortaleza de tumbes y se le concedió una
renta de 300.000 maravedíes al año.
Hernando de Luque, en virtud del Real Patronato, fue propuesto al Papa
como Obispo de Tumbes y protector de los indios. A Bartolomé Ruiz se le
nombró Piloto Mayor del Mar del Sur y a los trece valientes españoles de
la Isla del Gallo se les dio el status de hidalgos y se les designó Caballeros
de la Escuela Dorada.

LA RESISTENCIA ANDINA

La resistencia andina se dio como contrapunto a la invasión española. Los


habitantes del Tahuantinsuyo y la élite incaica desarrollaron diversas
formas de actuación frente a la invasión española. La negociación, las
alianzas, las luchas armadas y la resistencia pacífica fueron los medios a
través de los cuales la población indígena reaccionó ante la presencia
extranjera.

La lucha por la resistencia fue una acción heroica por personas que han
sido por mucho tiempo ignorados por la historia y que en esta
oportunidad hablaremos de ellos, sobre su gesta, sacrificio por la libertad
y autonomía en el mundo andino.
Tras la invasión española se producirá una sangrienta resistencia andina
desde 1532 hasta 1572 en su primera fase, llamada resistencia militar.
La resistencia inca se produjo paralelamente los acontecimientos que
marcaron la historia de los primeros años de la presencia española en los
Andes.

MANCO INCA Y LA RESISTENCIA ANDINA

Cuando Francisco Pizarro llegó al Cuzco, fue recibido por el joven Manco
Inca, hijo de Huayna Capac y Mama Runtu, quien lo acompaño a su
entrada a la capital incaica. Los españoles lo vieron como un aliado y
colaborador, pero su comportamiento debe ser entendido como un medio
para establecer la supremacía del sector de la élite incaica que él
representa. Consiguió su objetivo al recibir la mascaipacha en medio de un
ritual en el cual participaron varios curacas y muchos miembros de la élite
incaica con el respaldo español. Sin embargo, Manco Inca, como otros
indígenas, se dio cuenta de que considerar aliados a los españoles era un
gran error. Inclusive Cura Ocllo, su mujer, fue cruelmente asesinada por
los españoles y él mismo estuvo preso por los conquistadores.

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