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VALORACION RAZONABLE DE LA PRUEBA

Esta Sala considera que el artículo 25 del expediente legislativo número 17499, no implica
una reversión de la carga de la prueba, ni le otorga un grado de discrecionalidad excesiva al
Juzgador. En el proceso penal, rigen los principios de libertad y legitimidad probatoria, así
como de valoración razonable de la prueba. Tanto el Ministerio Público como el
Juzgador, se encuentran obligados a valorar en forma objetiva, atendiendo a los criterios de
la sana crítica, los elementos probatorios existentes y, en caso de ser necesario, ordenar
peritajes técnicos u otra prueba que consideren necesaria para determinar la existencia de
los hechos y el grado de participación del imputado; debiendo solicitar la desestimación, el
dictado de un sobreseimiento o de una sentencia absolutoria, cuando se estime que eso es
lo que corresponde. Así, en virtud de lo anterior, el vicio acusado por los consultantes no
existe, siempre y cuando se interprete el artículo cuestionado en el sentido mencionado
líneas atrás. Sentencia 16202-10

En lo que respecta a este punto es necesario aclarar que según la jurisprudencia


constitucional, el debido proceso como garantía procesal de rango constitucional
consagrada en el artículo 39 de nuestra Carta Magna, es un concepto jurídico que involucra
varios principios. La Sala enumera los siguientes: derecho general a la Justicia, derecho
general a la legalidad, es decir, el principio de legalidad criminal y de penalidad -contenido
en la máxima "nullum crimen, nulla poena sine previa lege"-, el principio de oportunidad
de la defensa, el del juez natural, el de presunción de inocencia, principio "indubio pro
reo", publicidad del proceso, impulsión procesal de oficio, principio de valoración
razonable de la prueba, etc. (el resaltado no es del original). Por lo tanto, constituye un
concepto complejo, de rico contenido, en el cual han de estimarse presentes esos y otros
principios que tiendan a la realización de la justicia criminal con respeto de los valores
fundamentales del individuo, como son la libertad y, eventualmente, la vida. La garantía
del debido proceso, debe entenderse con esos amplios alcances y estimar contenidos en ella
los principios dichos y aún otros que contribuyan a la efectividad de la protección que
otorga el artículo 39 constitucional. Sentencia 12858-09

El límite de la libertad del juez para apreciar las pruebas lo constituyen las normas que
gobiernan la corrección del pensamiento humano. La libre convicción se caracteriza, por la
posibilidad de que el juez arribe a sus conclusiones, valorando la prueba con total libertad
pero respetando los principios de la recta razón, sea, las normas de la lógica, la psicología y
la experiencia común. El principio de valoración razonable de la prueba, atiende al
hecho de que ésta no puede ser valorada arbitrariamente, sino que se deben seguir las
reglas del raciocinio, así como las máximas de la experiencia. El juzgador tiene la potestad
y obligación de valorar la prueba recibida conforme a las normas o máximas de la
experiencia común, que somete el criterio del juez a parámetros objetivos, los cuales
pueden ser invocados al impugnar una sentencia por valoración arbitraria o errónea.
Dicho principio está previsto en el artículo 184 del Código Procesal Penal (además, se
menciona en los artículos 142 párrafo 3, 361 primer párrafo y 369 inciso d). Se establece
en esa norma que el tribunal asignará el valor correspondiente a cada uno de los elementos
de prueba, con aplicación estricta de las reglas de la sana crítica. Debe justificar y
fundamentar, adecuadamente, las razones por las cuales les otorga determinado valor, con
base en la apreciación conjunta y armónica de toda la prueba esencial. Sentencia 14918-
08

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