Você está na página 1de 24

INACTIVACION DE

MICOORGANISMOS
POR CALOR
INTEGRANTES:

 Cuipal Ocampo , Jhony


 Diaz Rivera, Sebastian Homar
 Quispe Ponce, Miguel
 Rodriguez Ontiveros , Alessandra

CURSO:

MICROBIOLOGÍA

PROFESORA
:
ING. HERRRA SÁNCHEZ,
SONIA
OCTUBRE- 2018
I. INTRODUCCION

Debido a su pequeño tamaño y a su estilo de vida individual, las células


procariotas sufren los cambios ambientales de un modo mucho más directo e
inmediato que las células de los organismos pluricelulares. A lo largo de miles
de millones de años, los procariotas han venido estando sometidas a diversas
presiones ambientales, y han respondido evolutivamente creando numerosos
mecanismos de adaptación. Actualmente, las únicas formas de vida existentes en
determinados ambientes extremos son exclusivamente procariotas. Desafiando a
nuestras ideas preconcebidas de lo que es la vida “normal”, encontramos
extraordinarios seres vivos unicelulares viviendo “cómodamente” a pH muy
ácidos o muy alcalinos, medrando en salmueras y salinas, o reproduciéndose a
temperaturas de más de 100ºC y a grandes presiones. Este tipo de
microorganismos que habitan medios que los humanos consideramos como
“extremos” reciben el calificativo de extremófilos. En este capítulo veremos
algunas de estas notables adaptaciones.
El trabajo experimental con microorganismos ha de tener en cuenta los factores
ambientales, es decir, una serie de agentes físicos y químicos que:
Modifican la velocidad de crecimiento, provocando cambios que, a
determinados valores de dichos factores pueden llegar a ocasionar la muerte de
microorganismos.
Condicionan la distribución de los microorganismos en sus ecosistemas y hábitats naturales.

Permiten a los humanos controlar el crecimiento microbiano, por medio de la


fijación de parámetros para: La mutagénesis, la esterilización y desinfección la
quimioterapia.
No todos los microorganismos toleran del mismo modo un determinado factor
ambiental. Así, unas determinadas condiciones pueden ser nocivas para una
especie bacteriana, y en cambio ser neutras o beneficiosas para otra.
II. OBJETIVOS

 Reducir la carga microbiana de diversas muestras por calor


III. MARCO TEÓRICO

2.1 Efecto de la temperatura en el crecimiento bacteriano

Los microorganismos presentan una temperatura óptima para su crecimiento, a la cual


presentan su mayor desarrollo. Igualmente presentan una máxima, por arriba de la cual no
crecen y una temperatura, por debajo de la cual tampoco se reproducen. Esto se ilustra en las
siguientes gráficas:

2.2 Clasificación de los microorganismos con base en sus rangos de temperatura óptimos de
crecimiento
Si la temperatura aumenta por encima del máximo, la tasa decrece y cuando se llega a un
nivel suficientemente alto se detiene y el microorganismo llega a ser INACTIVADO POR
EFECTO DEL CALOR. Cuando la temperatura desciende la tasa de crecimiento también
disminuye, hasta que se alcanza la temperatura mínima de crecimiento, en la cual éste se
detiene. Por debajo de la temperatura mínima de crecimiento los microorganismos no se
reproducen, pero sufren un efecto letal muy lento mediante el cual el número decrece
paulatinamente, pero sin llegar a ser inactivación total, quedando por consiguiente siempre
microorganismos viables, aunque en menos cantidad, En ese sentido cabe mencionar efectos
subletales que dejan a la bacteria lesionada pero no muerta, pudiéndose recuperar al emplear
medios y técnicas apropiadas.

Dependiendo del nivel óptimo de temperatura para su crecimiento los microorganismos se


clasifican en: termófilos (45-55°C), mesófilos (20 y 45°C) y psicrófilos o criofílicos (10-
20°C).

El uso de las bajas temperaturas se utiliza para conservar los alimentos al permitir
mayormente el crecimiento de microorganismos psicrofílicos, en el caso de la refrigeración,
reduciendo o deteniendo el crecimiento de microorganismos mesofílicos y termofílicos,
mientras que si la temperatura llega a ser suficientemente baja de forma que se sobrepase la
temperatura mínima de todos los microorganismos presentes como en el caso de la
congelación a temperaturas menores a - 10°C, se llega a detener el crecimiento microbiano y
a estabilizar el alimento desde el punto de vista microbiológico.

El uso de las altas temperaturas como en la pasteurización y el procesamiento térmico y


esterilización de alimentos utiliza el concepto de la INACTIVACION o muerte de los
microorganismos, cuando sobrepasa la temperatura de muerte térmica de éstos.

2.3 Método físico para el control microbiano

Es probable que ya en la Edad de Piedra de los seres humanos hayan utilizado algunos
métodos físicos para el control microbiano con el objeto de conservar los alimentos. La
desecación, el salado (presión osmótica) podrían figurar entre las técnicas más antiguas.
Cuando se seleccionan métodos para el control microbiano no deben considerarse los efectos
sobre otros elementos además de los microbios. Por ejemplo, ciertas vitaminas o algunos
antibióticos en solución podrían ser inactivados por calor. Muchos materiales de laboratorio
u hospitalarios, como las sondas de goma y de látex, se alteran con el calentamiento repetido.
También hay consideraciones económicas; por ejemplo, puede ser menos costoso utilizar
material plástico desechable y preesterilizado que lavar y esterilizar repetidamente material
de vidrio.

a. Inactivación por calor

Una visita a cualquier supermercado demostrará que los alimentos enlatados, en los que los
microorganismos han sido destruidos por medio de calor, son alimentos conservados con uno
de los métodos más comunes. Los medios de cultivo, el material de vidrio de laboratorio y
los instrumentos hospitalarios suelen también esterilizarse con calor. Al parecer el calor
destruye a los microorganismos mediante la desnaturalización de sus enzimas, es decir los
cambios resultantes estructura de estas proteínas producen su inactivación.

La resistencia al calor varía entre los diferentes microbios; esta diferencia puede expresarse
a través del concepto de punto de muerte térmica. El punto de muerte térmica (PMT) es la
temperatura más baja necesaria para causar la muerte de todas las bacterias en una suspensión
líquida particular en 10 minutos.

Otro factor que se debe considerar en la esterilización es el tiempo requerido que se expresa
como tiempo de muerte térmica (TMT o valor F), el menor tiempo necesario para que
todas las bacterias de un cultivo líquido mueran a una temperatura determinada como el TMR
son guías útiles que indican la intensidad del tratamiento requerido para destruir a una
población dada de bacterias.

El uso de las altas temperaturas como en la pasteurización y el procesamiento térmico y


esterilización de alimentos utiliza el concepto de la INACTIVACION o muerte de los
microorganismos, cuando sobrepasa la temperatura de muerte térmica de éstos.

El tiempo de reducción decimal (TRD o valor D) es un tercer concepto relacionado con el


grado de resistencia bacteriana al calor. Es el tiempo, en minutos, en el que se destruye el
90% de la población de bacterias a una temperatura determinada.
b. Cinética de la destrucción térmica

El mecanismo de reproducción bacteriana ocurre por bipartición y en el caso de las levaduras


por gemación. En todos los casos una célula da origen a otras dos, estas a otras dos y así
sucesivamente. El número de microorganismos presentes, luego de n duplicaciones (N)
puede estimarse conocida la población inicial mediante la relación:
𝑵 = 𝑵𝟎 ∗ (𝟐𝒏 ) … (𝟏)

Dónde:

N: Número final de microorganismos a una temperatura


dada N0: Número inicial de microorganismos
n: Número de generaciones o duplicados ocurridas.

El número de duplicaciones ocurridas n se puede calcular, a su vez, si se toman


logaritmos en la ecuación anterior:
𝑵
𝐥𝐨𝐠⁡(𝑵 ) 𝑵
𝟎
𝒏= = 𝟑, 𝟑𝟐𝟐 𝐥𝐨𝐠 ( ) … (𝟐)
𝐥𝐨𝐠⁡(𝟐) 𝑵𝟎

Los microorganismos presentan, a temperatura constante, un desarrollo o crecimiento


exponencial con el tiempo la mayoría de veces, el cual se puede caracterizar por una cinética
aparente de crecimiento de primer orden:

Al subir la temperatura por encima de la temperatura máxima de crecimiento, se dejan sentir


los efectos sobre la viabilidad: la pérdida de viabilidad significa que las bacterias dejan de
ser capaces de crecer y dividirse, aun cuando las transfiramos a un medio idóneo. La muerte
por calor es una función exponencial de primer orden:
𝒅𝑵
= 𝒌𝒕 ∗ 𝑵 … (𝟑)
𝒅𝒕
Dónde:
N: número de microorganismos (ufc/g)
t: Tiempo (hr)
k: constante de velocidad de la reacción dependiente de la temperatura (hr’)
Al integrar la ecuación anterior entre límites adecuados, por ejemplo N0 a N y 0 a t, luego de separar variables
se obtiene:

𝑵 𝑵
𝐥𝐧 ( ) = 𝒌 ∗ 𝒕 = 𝟐, 𝟑 ∗ 𝐥𝐨𝐠 ( ) … (𝟒)
𝑵𝟎 𝑵𝟎

Reemplazando (4) en (2):


𝒌∗𝒕
𝒏 = 𝟑, 𝟑𝟐𝟐 ∗ = 𝟏, 𝟒𝟒𝟐𝟕 ∗ 𝒌 ∗ 𝒕 … (𝟓)
𝟐, 𝟑𝟎𝟐𝟔

Reemplazando (5) en (1)

𝑵 = 𝑵𝟎 ∗ (𝟐𝟏,𝟒𝟒𝟐𝟕∗∗𝒌∗𝒕 ) = 𝑵𝟎 ∗ (𝒆𝒌∗𝒕 ) … (𝟔)

De la ecuación (4):
𝑵 𝒌∗𝒕 𝟐, 𝟑𝟎𝟐𝟔 𝒕
𝐥𝐨𝐠 ( ) = → = = 𝑫𝒕 … (𝟕)
𝑵𝟎 𝟐, 𝟑𝟎𝟐𝟔 𝒌 𝑵
𝐥𝐨𝐠⁡(𝑵 )
𝟎

Dónde:

Dt: Es el tiempo de reducción decimal.

EFECTO DE LA TEMPERATURA EN EL TIEMPO PARA ALCANZAR UNA


POBLACIÓN MICROBIANA DE DETERIORO

Luego se tiene el valor de F:


𝑵
𝑭 = 𝑫𝒕 ∗ 𝐥𝐨𝐠 ( ) … (𝟖)
𝑵𝟎

Donde:
F: Es el tiempo de muerte térmica

La constante de la velocidad (k) depende también de la temperatura ya que la energía


cinética depende de ella. La relación entre k y la temperatura esta dada por la ecuación
de Arrhenius:

𝑬𝒂
𝒌 = 𝑨 ∗ 𝒆𝑹𝑻 … . (𝟗)

Aplicándole logaritmos a ambos lados:

𝑬𝒂
𝒍𝒏𝒌 = 𝒍𝒏𝑨 + ⁡ … (𝟏𝟎)
𝑹𝑻

2.4 Inactivación de Salmonella


Cuando las bacterias Salmonella pasan de los animales hospedadores a los alimentos
derivados (carne, huevos, leche, harinas, etc) es capaz de multiplicarse a una velocidad muy
elevada, ya que puede duplicar su número cada 15 o 20 minutos si la temperatura es elevada
(superior a 20°C), y más significativamente si la temperatura ambiente supera los 30°C, ya
que su temperatura óptima de crecimiento es de 30-37°C.

Si los alimentos no se refrigeran rápidamente (el límite de crecimiento está en 6°C) el


microorganismo se multiplica, con el consiguiente riesgo de contaminar los alimentos. Por
lo tanto, temperatura y tiempo son dos factores claves en el desarrollo de la Salmonella.

TABLA N°1: Condiciones de crecimiento de la Salmonella

Mínimo Óptim Máxim


o o

Temperatura(°C 5.2 35- 46.2


) 43

pH 3.8 7-7.5 9.5

Actividad del 0.93 0.99 >0.99


Agua

2.5 Inactivación de E. COLI

Las cepas de E. Coli sobreviven durante meses en el estiércol contaminando las aguas
superficiales (bebida y riego), las verduras y frutas y las superficies de la tierra de cultivo.
Estas bacterias se multiplican a temperatura entre 6 y 50°C, con una temperatura óptima
alrededor de 37°C. También, pueden crecer en presencia de un 6% de NaCl, ya que son más
resistentes a estos compuestos que otras bacterias, como la Salmonella.
Para controlar el crecimiento hay que mantener los alimentos refrigerados y durante la
congelación se inactivo. Son termorresistentes, pero se pueden eliminar con un tratamiento
térmico a 65°C.

2.6 Inactivación de Mohos y Levaduras

Los mohos crecen mejor en condiciones cálidas, mojadas y húmedas, se propaga y reproduce
mediante esporas.

Los mohos toleran y se desarrollan en concentraciones de acidez relativamente elevadas.


Soportan escalas de pH entre 2 a 9.0.

TABLA N°2: Condiciones de crecimiento de E. Coli , Mohos y Levaduras

E. Coli Mohos

Mínim Óptimo Máxim Óptimo


o o

Temperatura(° 7-8 35-40 46 22-


C) 30ªC

pH 4.4 6-7 10 5.6

Actividad 0.95 0.995 -


del
Agua
IV. MATERIALES Y EQUIPOS

EQUIPOS
 INCUBADORA

Equipo cerrado que permite controlar la temperatura, humedad y otras condiciones


necesarias para el desarrollo del cultivo microbiológico, también nos será de utilidad
para acondicionar la muestra.

 BOLSAS ZIPLOT

Muestra:
MUESTRA

V. PARTE EXPRIMENTAL
1. Colocar las muestras de conservas en la estufa a 37° C x 72 horas sobre una hoja de
color blanco.

2. Verificar si la lata no está hinchada o tiene fuga de aceites.

RESULTADOS
Si las muestras de latas de conserva no están hinchadas indica que no hay presencia
de Clostridium, y si se encuentran hinchadas hay que hacer la siembra de este
microorganismo con el medio para clostridium.
REPORTE
Muestra: Grated De Atún
Lote:
Microorganismo: Clostridium
Resultados: no sé hincho
Apto/No apto: APTO
El grated de atún, no se hincho por ende no hay microorganismo de closdoporium. La
muestra a analizar resulto apta para el consumo humano.

VI. DISCUSIÓN

El gratad de atún, no se hincho por ende no hay microorganismo de cladosperium. La


muestra a analizar resulto apta para el consumo humano

VII. RECOMENDACIONES

Trabajar siempre considerando las medidas de higiene y seguridad en el laboratorio

VIII. CUESTIONARIO

1. ¿Cuáles son los microorganismos termófilos, hipertermofilos?


 Termófilos

Organismos vivos que pueden soportar condiciones extremas de temperatura relativamente


altas, por encima de los 45ºC. Es un subtipo de vida extremófila. Muchos termófilos
pertenecen al dominio Archaea. Estos organismos tienen una tasa de crecimiento rápido pero
de corta duración. Ejemplos de este tipo son los organismos vivos que se desarrollan al lado
de las fumarolas o chimeneas hidrotermales en las profundidades del océano como
el anélido Riftia pachyptila y también algunos microorganismos como
las bacterias metanógenas que se desarrollan en las mismas condiciones.
Tipos de termófilos
 Pyrococcus furiosus
 Thermus aqueaticus
 Thermus thermophilus
 Chloroflexus aurantiacus
 Thermoccus litoralis
 Pyrodictium abyssi (archaea)
 Hipertermofilos
Son hipertermófilos aquellos organismos que habitan a altas temperaturas, que
normalmente llegan al punto de ebullición. Por lo común crecen bien y se reproducen a
temperaturas mayores a 70 °C, un calor letal para la mayoría de los seres vivos.

Los hipertermófilos son procariontes, como algunas bacterias, principalmente arqueas,


en las que además imperan otras condiciones extremófilas, como
ser hiperhalófilas e hiperacidófilas.

Arqueas hipertermófilas, Ignicoccusparasitado por dos Nanoarchaeum a 90°C en una


fuente hidrotermal de Islandia.Muchos de ellos viven en el entorno
de fumarolas volcánicas oceánicas a más de 2 000 m de profundidad, donde la
gran presión del mar eleva el punto de ebullición por encima de los 100 °C.

Tipos de hipertermófilos
Arqueas

 Cepa 121. Vive en el Océano Pacífico. En 24 horas duplicó su población en


una autoclave a 121 °C; de ahí su nombre.
 Methanopyrus kandleri. Prospera en la dorsal central índica a 80 °C, con un récord de
crecimiento a 122 °C.
 Pyrococcus furiosus. Vive en fumarolas cerca de Italia, a 100 °C.
 Pyrolobus fumarii. Habita en el Atlántico, entre los 90 y 113 °C.
 Archaeoglobus. Crece en fumarolas y yacimientos de petróleo, entre los 60 y 95 °C. La
temperatura óptima es de 83 °C.
 Sulfolobus. Se desarrolla a 75-80 °C; es acidófilo.
 Nanoarchaeum equitans. Parasita a Ignicoccus hospitalis en fuentes hidrotermales a una
temperatura óptima de 90 °C.

Bacterias
 Aquifex. Viven en fumarolas terrestres de Sicilia e Islandia, a 85-95 °C.
 Thermotoga marítima. Con una temperatura óptima de 80 °C.
 Thermus aquaticus. Descubierta en Yellowstone en 1969. Promedia los 75 °C.
2. Diferencia entre microorganismos psicrófilos y termófilos

Psicrófilos: habitan entornos con temperaturas muy bajas, encontrándose sus temperaturas
óptimas para el desarrollo y crecimiento entre los 10° C y 20° C. Aunque ese es el rango de
temperaturas óptimas de los psicrófilos, la mayoría puede vivir sin inconvenientes a cero
grados centígrados e incluso temperaturas negativas. Un ejemplo de éstos son las bacterias
llamadas Flavobacterium. Pero eso no es todo; en este caso, existen también los denominados
psicrófilos extremos, los cuales tienen temperaturas óptimas de 4° C y no sobreviven en
temperaturas mayores a los 14° C. Como ejemplo encontramos al género Polaromonas
Vacuolata, habitante de las aguas heladas de la Antártida.

Termófilas: son aquellas que se desarrollan a temperaturas superiores a 45ºC, pudiendo


superar incluso los 100ºC (hipertermófilos) siempre que exista agua en estado líquido, lo que
se consigue si la presión es elevada como ocurre en las profundidades oceánicas.
Actualmente se están descubriendo muchas especies nuevas de bacterias termófilas en
chimeneas hidrotermales de las profundidades marinas. Existen organismos marinos capaces
de desarrollarse alrededor de las chimeneas hidrotermales gracias a su asociación simbiótica
con bacterias termófilas. Estas bacterias usan los sulfuros que les proporciona el organismo
marino para convertirlos en una fuente de materia orgánica con la que el animal se desarrolla.
Estos organismos marinos poseen adaptaciones bioquímicas para soportar la toxicidad del
sulfuro (hemoglobinas modificadas, más volumen de sangre del habitual) y adaptaciones para
eliminar este azufre tóxico. Los termófilos se caracterizan a nivel de membrana porque
poseen una proporción alta de lípidos saturados de cadena larga, lo que hace que tenga la
fluidez adecuada a altas temperaturas. En cuanto a las proteínas, se ha visto que poseen gran
estabilidad debido a enlaces de tipo covalente e interacciones hidrofóbicas.
ANEXO

DESCUBREN UNA BACTERIA VOLCÁNICA QUE


NECESITA METALES RAROS PARA SOBREVIVIR

En el cráter de Solfatara, cercano al Vesubio, vive una bacteria que no solo se


encuentra a gusto en pozas de barro ácido y ardiente. En un proceso metabólico en el
que otros microbios emplean el viejo y familiar calcio, Methylacidiphilum
fumariolicumprefiere elementos tan exóticos y poco próximos a la biología como el
lantano, el cerio, el neodimio o el praseodimio, las llamadas tierras raras de la tabla
periódica.
Los volcanes son ecosistemas de gran interés para la biología, ya que en ellos se
encuentran microorganismos extremófilos, adaptados a la vida en condiciones
extraordinarias. Además de lo mucho que estos microbios pueden revelar sobre las
fronteras de la bioquímica, su naturaleza los convierte en modelos a estudiar de cara a
la búsqueda de vida en otros planetas donde las condiciones ambientales sean muy
diferentes a las terrestres.
El microbiólogo Huub Op den Camp, de la Universidad Radboud en Nijmegen (Países
Bajos), se dedica a investigar el metabolismo de las bacterias que viven en medios
extremadamente ácidos. En 2007, Op den Camp y sus colaboradores aislaron una nueva
especie en una poza de barro hidrotermal en el cráter de Solfatara (Italia), un volcán
nacido en la famosa erupción que sepultó Pompeya en el año 79. La nueva bacteria, que
los científicos describieron ese mismo año en la revista Nature, prefiere temperaturas
de 50 a 60 grados centígrados y medios muy ácidos, con pH entre 2 y 5; incluso tolera
niveles de pH inferiores a 1, equivalentes al ácido sulfúrico concentrado. M.
fumariolicum es una bacteria metanotrofa: se alimenta de gas metano para obtener
energía.
De vuelta en el laboratorio, los científicos no lograban que la bacteria creciera
adecuadamente con los medios de cultivo habituales; como si echara de menos su hogar,
el microbio solo proliferaba cuando se le añadía agua de su poza original. El reto para
los investigadores era descubrir cuál era el ingrediente clave de aquel caldo.

“Eventualmente, aquello se convirtió en una búsqueda de seis años”, recuerda Op den


Camp. “Primero dilucidamos si era un compuesto orgánico o inorgánico. Después de
calentar el agua de la poza a temperaturas muy altas, el efecto estimulador todavía
estaba presente. Esto apuntaba claramente hacia un mineral inorgánico”, añade.

En paralelo, y siguiendo su línea de investigación preferente, el microbiólogo se dedicó


a estudiar la enzima metanol deshidrogenasa de la bacteria. Esta proteína permite a los
microbios metanotrofos obtener su energía a partir del metanol, el alcohol producido en
la descomposición del metano. Como otras muchas enzimas, la metanol deshidrogenasa
necesita un cofactor, un elemento no proteico esencial para su actividad. Por ejemplo,
algunas vitaminas que tomamos en la dieta actúan como cofactores de nuestras enzimas.
En el caso del metanol deshidrogenasa, la mayoría de las bacterias emplean el calcio
como cofactor.

La investigación de la estructura tridimensional de la enzima corrió a cargo de Thomas


Barends y Andreas Dietl, del Instituto Max Planck de Investigación Médica en
Heidelberg (Alemania). Cuando estos expertos analizaron la molécula, descubrieron
que no contenía calcio, sino otro misterioso elemento de naturaleza desconocida. Un
cofactor encaja en su lugar en la enzima como una llave en una cerradura; el átomo de
calcio era demasiado pequeño para el hueco de la enzima. “Incluso llevé vitaminas y
preparados minerales de mi casa, pero ninguno mostraba efecto estimulador”, afirma
Op den Camp.

Esquema del sitio activo de la enzima metanol deshidrogenasa de la bacteria


Methylacidiphilum fumariolicum, donde se inserta el átomo de cerio necesario para su
actividad. Otras bacterias utilizan calcioMPI f. Medical Research/Barends

Los investigadores contaban con una pista extraña: el agua de la poza de Solfatara
presentaba niveles de tierras raras entre cien y mil veces mayores de lo normal. Las
tierras raras comprenden los llamados lantánidos, 15 metales arrinconados en la tabla
periódica y cuya escasa solubilidad en agua les impide participar en el metabolismo.
Son raros en los seres vivos, pero no en la naturaleza; de hecho, algunos son tan
abundantes en la corteza terrestre como el cobre, pero se encuentran tan dispersos que
es difícil localizar yacimientos aprovechables. Hoy algunos de estos elementos se
cotizan a precios elevados porque se utilizan en dispositivos de alta tecnología como
teléfonos móviles, ordenadores, pantallas, altavoces e incluso generadores eólicos.

El análisis de metales del metanol deshidrogenasa purificada apuntaba, en efecto, a los


lantánidos. “De repente, todo encajaba”, señala Barends. “Logramos demostrar que este
átomo misterioso tenía que ser una tierra rara. Es la primera vez que se descubre una
función biológica semejante para estos elementos”.

Almacena reservas

La bacteria puede emplear cerio, lantano, praseodimio o neodimio para su metanol


deshidrogenasa. “Probamos varios lantánidos y vimos que el cerio era el que más
estimulaba el crecimiento”, precisa Op den Camp. “Añadiendo lantánidos al agua del
grifo de Nijmegen, pudimos simular el agua volcánica de la poza de barro que
necesitábamos para sostener un buen crecimiento. Después de seis años, el misterio
estaba resuelto”. Los científicos descubrieron además que M. fumariolicum tiene la
costumbre de ingerir más cantidad de lantánidos de la que necesita, por lo que
posiblemente almacena reservas.
Según el estudio publicado por los investigadores en la revista Environmental
Microbiology, el radio atómico de los lantánidos es mayor que el del calcio, como
corresponde al hueco en la enzima de la bacteria. “En la metanol deshidrogenasa de esta
bacteria se han sustituido algunos aminoácidos, lo que deja más espacio para el metal”,
dice Barends. Curiosamente, análisis posteriores muestran que esta versión alterada de
la enzima está extendida entre otras bacterias que viven en aguas costeras e incluso en
las hojas de las plantas, que pueden captar y concentrar tierras raras y así asegurar el
suministro a las bacterias. Según Barends, “estas bacterias pueden estar presentes en
cualquier lugar en el que haya arena, ya que esta es una fuente casi inagotable de tierras
raras”.

Después de todo, la presencia de las tierras raras en el metabolismo de los seres vivos
puede no ser tan rara. “Es muy especial que el cerio haya resultado ser un elemento
esencial para la vida de nuestra bacteria volcánica, pero este hallazgo también puede
ayudar a descubrir otras bacterias hasta ahora desconocidas”, sugiere Op den Camp.
“En el pasado, cuando tratábamos de cultivar bacterias, los lantánidos jamás se añadían
al medio, lo que pudo impedir que crecieran algunas que necesitan estos compuestos.
Probando muestras de muchos ecosistemas diferentes, ahora en medios con lantánidos,
podremos descubrir nuevas especies”.

Otra posible aplicación del hallazgo es la biominería, empleando estas bacterias como
diminutos mineros encargados de cosechar y acumular estas tierras raras para su uso
en dispositivos electrónicos. Sin embargo, Op den Camp aún ve lejana este objetivo:
“Las bacterias necesitan cantidades muy pequeñas. Se necesitaría un gran aumento de
su capacidad de ingesta para utilizarlas en biominería, y para eso primero tendremos
que comprender los sistemas de transporte implicados”.

Você também pode gostar