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1. Cuidados mediatos:
Grupo de tareas que se le realizan a los recién nacidos de manera rutinaria por el personal de
enfermería, con el objetivo de identificar cualquier alteración, brindar bienestar al niño y
evitar complicaciones.
Se inicia cuando tu bebé se despierta del sueño profundo del intervalo de reposo y puede
durar de 2 a 2 horas. Este segundo periodo se caracteriza por las manifestaciones descritas
en el primer periodo de reactividad, pero menos marcadas: taquicardia, cambios de color,
respuesta a estímulos exógenos y también emisión de meconio, secreciones, vómitos,…
3. cuidados mediatos del recién nacido:
Atención en la sala de partos:
ligadura del cordón con pinza o cinta umbilical.
Profilaxis oftálmica con gotas de cloranfenicol o neomicina.
Aplicación de la vitamina K
Probar permeabilidad rectal con termómetro apropiado
Evaluar la permeabilidad esofágica
Identificación del niño para su traslado.
Toar huellas del RN
Exploración inicial, rápida e intencionada para corroborar la integridad y
ausencia de malformaciones y traumatismo obstétrico.
Además de los cuidados prestados en las primeras cuatro horas de vida se debe:
Para una lactancia exitosa hay que asegurar una buena técnica de amamantamiento y un buen
acoplamiento boca pezón-areola.
Buen agarre:
La boquita del bebé debe estar bien abierta para que el pezón y gran parte de la areola
entren bien en ella. Si la areola es muy grande, la madre puede ver parte de ella cuando
el bebé come; por el contrario, cuando la areola es pequeña, el bebé tendrá entre su
boca parte de piel adicional a la areola.
buena posición:
Posición del niño con la madre acostada. (Muy útil por la noche o en las
cesáreas). Madre e hijo se acuestan en decúbito lateral, frente a frente y la cara
del niño enfrentada al pecho y abdomen del niño pegado al cuerpo de su
madre. La madre apoya su cabeza sobre una almohada doblada. La cabeza del
niño sobre el antebrazo de la madre.
Posición tradicional o de cuna: La espalda de la madre debe de estar recta y
los hombros relajados. El niño está recostado sobre el antebrazo de la madre
del lado que amamanta. La cabeza del niño se queda apoyada en la parte
interna del ángulo del codo y queda orientada en el mismo sentido que el eje
de su cuerpo. El abdomen del niño toca el abdomen de la madre y su brazo
inferior la abraza por el costado del tórax: La cabeza del niño en el antebrazo
de la madre.
Posición de cuna cruzada. (Útil para dar ambos pechos sin cambiar al niño
de posición en casos en los que el bebé tenga predilección por uno de los dos
pechos). Una variante de la anterior en la que la madre con la mano del mismo
lado que amamanta, la coloca en posición de “U” y sujeta el pecho, la otra es
para sujetar al bebé por la espalda y la nuca. Es necesario disponer de una
almohada para colocar el cuerpo del bebé a la altura del pecho.
Posición de canasto, o de rugby: (Útil en caso de cesáreas, grietas y
amamantamiento simultáneo de dos bebés). Colocamos al niño bajo el brazo
del lado que va a amamantar, con su cuerpo rodeando la cintura de la madre.
La madre maneja la cabeza del bebé con la mano del lado que amamanta,
sujetándolo por la nuca.
HIPOTERMIA
La termorregulación es la habilidad de mantener un equilibrio entre la producción y la
pérdida de calor para que la temperatura corporal esté dentro de cierto rango normal. En el
recién nacido, la capacidad de producir calor es limitada y los mecanismos de pérdidas
pueden estar aumentados, según la edad gestacional y los cuidados en el momento del
nacimiento y el periodo de adaptación.
La hipotermia se define como una temperatura central < 35 a35,5°C. Puede deberse a una
causa exclusivamente ambiental o representar una enfermedad intercurrente. El tratamiento
consiste en el recalentamiento y la corrección de la causa.
La hipotermia afecta más a los recién nacidos que a los adultos, ya que su anatomía lo
predispone a la pérdida de calor; aunque no presente problemas en su producción, la pérdida
de calor está en función directa con la superficie corporal y el peso: a mayor superficie en
relación con la masa corporal, mayor oportunidad de pérdida calórica. Un recién nacido
hipotérmico utiliza toda su energía para producir calor, y este gasto constante de energía
puede ocasionarle trastornos en las demás funciones vitales, como apnea, hipoglucemia,
retraso en el aumento de peso e incluso, en casos extremos, un problema neurológico que
comprometa su estado. La hipotermia también activa mecanismos de sufrimiento que
requieren un aumento de trabajo metabólico
La hipotermia se puede clasificar de acuerdo a su severidad. (OMS 1997)
Hipotermia leve: Temperatura corporal → 36 - 36,4 ° C.
Hipotermia moderada: Temperatura corporal → 32 - 35,9 ° C.
Hipotermia grave: Temperatura corporal de < 32 ° C.
Fisiología del control térmico en los recién nacidos
La homeostasis del organismo necesita de una temperatura constante dentro de límites
estrechos. Este equilibrio se mantiene cuando hay relación entre la producción y la pérdida
de calor. La producción de calor en el recién nacido tiene dos componentes. El primero es la
“termogénesis no termorreguladora”, que es el resultado del metabolismo basal, la actividad
y la acción térmica de los alimentos. Cuando las pérdidas de calor superan a la producción,
el organismo pone en marcha mecanismos termorreguladores para aumentar la temperatura
corporal a expensas de un gran costo energético. A esta forma de producción de calor se
denomina “termogénesis termorreguladora”, termogénesis química, mecanismo de la grasa
parda o estrés térmico. En condiciones de estrés por frío, la temperatura corporal central es
inicialmente normal a expensas de un gran costo energético. Cuando el niño pierde la
capacidad para mantener su Temperatura corporal normal, cae en hipotermia. Las respuestas
neonatales primarias al estrés por frío son la vasoconstricción periférica y la termogénesis
química (metabolismo de la grasa parda). Por este mecanismo, el recién nacido hipotérmico
consume glucosa y oxígeno para producir calor y pone al recién nacido en situación de riesgo
de hipoxia e hipoglucemia. Cuando un recién nacido debe producir calor por medio del
metabolismo de la grasa parda, pone en funcionamiento mecanismos que en el corto plazo lo
llevarán a hipotermia y los riesgos que esto implica como se expresa en el siguiente cuadro.
FACTORES DE RIESGO
Existen una serie de factores de riesgo que pueden condicionar una mayor probabilidad de
infección en el RN. Unos son factores de riesgo maternos y otros del propio neonato. Algunos
factores se consideran de alto riesgo como: Roturas prematuras y prolongadas de membranas,
fiebre materna intraparto, corioamnionitis, colonización rectovaginal por
ETIOLOGIA
Con relación a la etiología ésta ha ido cambiando a lo largo de los años y varía de acuerdo al
área geográfica. Antes de la aparición de los antibióticos, los gérmenes Gram positivos eran
los principales responsables de estas infecciones, destacando entre ellos los Estreptococos
Beta-hemolíticos del grupo A. Al iniciarse el uso de los antibióticos, en la década de los 40,
se evidenció un predominio de los Staphylococcus aureus resistentes a la penicilina.
Posteriormente, con la utilización de los antibióticos de amplio espectro se constató una
disminución de ellos y una aparición de gérmenes Gram negativos, siendo el Escherichia coli
(E. Coli) el germen más representativo de la década de los 50.
Durante los años 60 y 70 se mantiene E. Coli como máximos responsables de las sepsis
neonatales y aparecen otros gérmenes Gram negativos como causantes de ellas, el llamado
grupo KES (Klebsiella, Enterobacter, Serratia); así mismo, y durante esta época, se aísla con
cierta frecuencia un germen Gram positivo, la Listeria monocytogenes, que posteriormente
sufre un descenso importante, probablemente por los cambios en los hábitos alimenticios e
higiénicos y por el tratamiento antibiótico intraparto que puede inhibir la transmisión vertical
de este germen.
A partir del final de los años 70 se evidencia un aumento progresivo de las infecciones por
el EGB (Streptococcus agalactiae), germen excepcional en épocas anteriores como indicó en
1981 Freedman quien revisó la etiología de la sepsis en el RN durante un periodo de 50 años
(1928-78). Posteriormente Gladstone amplía la revisión anterior hasta 1988 y ya encuentra
al EGB como máximo responsable de las sepsis neonatales, seguido por el E. Coli. Esta
situación se mantiene en la actualidad.
DIAGNOSTICO
CLÍNICA
El diagnóstico inicial de sepsis es clínico, de ahí que haya que efectuar un examen físico
muy detallado del RN en busca de cualquier signo o síntoma, sabiendo que las
manifestaciones clínicas suelen ser inaparentes, inespecíficas, más o menos sutiles y, a veces,
de aparición tardía; otras, las menos, el inicio de la clínica es fulminante, con shock séptico,
sin que exista tiempo a realizar el diagnóstico.
El distres respiratorio es el signo más común y su presentación clínica puede variar desde
pausas de apnea a un grave síndrome respiratorio que requiera apoyo ventilatorio; signos
cardiocirculatorios, neurológicos, digestivos... así como la mala regulación de la temperatura
(es más frecuente la hipotermia en el prematuro y la hipertermia en el nacido a término),
suelen estar presentes en las infecciones neonatales. Debido a la pluralidad de signos y
síntomas, habitualmente inespecíficos, que puede tener el RN infectado, habrá que incluir la
infección en el diagnóstico diferencial de casi la totalidad de la patología neonatal.
EXÁMENES BACTERIOLÓGICOS
Hemocultivo.
Considerado “patrón de oro” para el diagnóstico. Está probado que un tanto por ciento
elevado de sepsis bacteriana tienen el hemocultivo negativo, bien por terapéutica materna
previa con antibióticos, bien por defectos en la recogida de la muestra, Conviene extraer un
mínimo de 0,5 ml de sangre por frasco. Con dos frascos se aumenta el rendimiento de los
cultivos positivos pues se disminuye el riesgo de interpretaciones erróneas por contaminación
(0,5 a 1 mL, de dos venas periféricas diferentes y con intervalo no mayor de 5 minutos). Si
la muestra se toma de catéteres umbilicales el riesgo de contaminación es inversamente
proporcional a las horas o días de la colocación del catéter.
A los RN con sospecha de sepsis se les debe efectuar punción lumbar (PL), pues no todos los
que tienen participación meníngea presentan signos y síntomas de meningitis. Además,
algunos RN con cultivo positivo del LCR pueden tener un hemocultivo negativo. El retraso,
por tanto, en hacer PL solo estaría justificado por una inestabilidad cardiocirculatoria o
respiratoria, o bien por alteraciones de la coagulación. Algunos autores indican que no hay
que efectuar PL en neonatos asintomáticos.
Están de acuerdo de que casi la tercera parte de los RN con sepsis bacteriana va a cursar con
meningitis, pero aseguran que siempre que existe ésta habrá sintomatología. Así pues, la
decisión del estudio del LCR deberá individualizarse. Se considerará cuidadosamente la PL
en todo RN que esté siendo estudiado por una infección bacteriana y, sobre todo, si va a
recibir tratamiento antibiótico. Es importante además recordar que el examen citoquímico
normal no descarta meningitis.
El mejor test para la identificación de antígenos es la prueba del látex, es una prueba rápida,
sensible y específica. Se puede realizar en suero, LCR, orina,... Los mejores resultados se
obtienen en orina, fundamentalmente para la detección de antígenos EGB. Esta prueba puede
servir de complemento importante a otras pruebas diagnósticas, sobre todo, si se ha efectuado
tratamiento antibiótico prenatal materno. La prueba en orina es muy sensible, pero tiene baja
especificidad.
Urocultivo.
Útil en las sepsis de aparición tardía y muy poco útil en las precoces, ya que el desarrollo
bacteriano de la orina es extremadamente raro antes de las 72 horas. Cuando existe una
infección bacteriana en orina antes de esta fecha, hay que sospechar una metástasis de la
bacteriemia.
Para evitar los riesgos de contaminación es preferible la obtención de la muestra por punción
suprapúbica o por sondaje vesical.
Cultivos periféricos.
Los cultivos umbilicales, de oídos, faringe, piel, etc., sólo tienen valor en las sepsis verticales
si son negativos, ya que su positividad sólo indica colonización bacteriana. Donde tienen
algún valor es cuando la madre ha sido tratada prenatalmente con antibióticos, ya que al
poder negativizarse el hemocultivo del RN, los gérmenes aislados pueden orientar hacia la
etiología de la infección.
En los RN intubados se recomienda efectuarlo en las primeras 4 horas tras intubación, o bien
en cualquier momento cuando se sospecha el desarrollo de una sobreinfección pulmonar. Un
resultado positivo no implica un diagnóstico etiológico de certeza sino que son orientadores
dado que sólo indican contaminación de la vía aérea. También se puede hacer un recuento
celular, ya que se puede ver aumento de leucocitos en aspirado traqueal como signo indirecto
de infección.
Cultivos en la madre
Las dificultades para identificar al RN séptico han dado lugar a que se valoren muchas
pruebas coadyuvantes que puedan indicar infección, pero que no identifican el
microorganismo causal. Los indicadores evaluados hasta ahora para el diagnóstico de sepsis
están lejos de ser los ideales (rápido, con alta sensibilidad y alto valor predictivo negativo),
por lo que se investigan nuevos marcadores y mientras tanto se efectúa la valoración conjunta
de varias pruebas con el fin de aumentar la sensibilidad y el valor predictivo negativo.
Durante la época neonatal, los límites del recuento leucocitario normal son muy amplios.
Durante los primeros días de vida, la leucocitosis superior a 30.000 leucocitos/mm3 o
leucopenia inferior a 5.000 leucocitos/mm3, la neutrofilia superior a 15.000 neutrófilos/mm3
o neutropenia inferior a 5.000 neutrófilos/mm3 en las primeras horas de vida y luego inferior
a 1.500 neutrófilos/mm3, así como la relación neutrófilos inmaduros/ neutrófilos totales
superior a 0,2 en las primeras 48-72 horas de vida y luego superior a 0,12, proporcionan datos
válidos para el diagnóstico de sepsis bacteriana neonatal.
Recuento plaquetario.
Proteína C reactiva (PCR). Es un reactante de fase aguda, rápido y que se eleva ante un
estímulo infeccioso o inflamatorio muy por encima de su rango normal. Está demostrada su
utilidad como marcador de sepsis bacteriana neonatal. Los valores normales varían según el
laboratorio y la edad del RN, pero en general se da como cifra normal hasta 1,5 mg/dL.
Otras pruebas:
TRATAMIENTO
El tratamiento del RN infectado o con sospecha de ello es posible que se haya iniciado
intraútero, debido al uso de antibióticos prenatales en aquellas situaciones en que existe un
riesgo de sepsis bacteriana vertical, y aunque ese tratamiento, muy posiblemente, haya
inhibido el crecimiento bacteriano e incluso haya impedido la llegada del germen al feto, la
actuación en el RN debe ser individualizada, valorando la posibilidad de continuar con el
tratamiento antibiótico, sobre todo en el RN prematuro, hasta evidenciar que no existe
infección. No hay que olvidar que a veces este tratamiento materno negativiza el hemocultivo
del RN, aun en presencia de sepsis.
La vía utilizada es siempre parenteral y la duración del tratamiento será de 7 días en la sepsis
clínica de buena evolución, al menos de 10 días en la sepsis a Gram positivos y de 14 días en
caso de Gram negativos.
Las sensibilidades y resistencias a los antibióticos usados en dicho Grupo, pudiendo resumir
los resultados de la siguiente forma:
PREVENCIÓN
Durante los años 80 diversos ensayos clínicos realizados buscando estrategias de prevención
frente a estas infecciones, demostraron que la administración de antibióticos en el momento
del parto a la madre colonizada por EGB, era capaz de prevenir la enfermedad invasiva
neonatal y que el cultivo recto-vaginal realizado entre la 35-37 semanas de gestación podía
identificar a estas mujeres susceptibles de profilaxis. La culminación de estos estudios y de
los esfuerzos colaborativos de distintos estamentos sanitarios norteamericanos, fue la
publicación en 1996 de las recomendaciones para la prevención de la enfermedad perinatal
por EGB, consensuadas por el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, la Academia
Americana de Pediatría y el CDC y que han sido recientemente revisadas. En nuestro país,
las recomendaciones para la prevención de la infección perinatal por EGB, consensuadas por
las Sociedades de Obstetricia y Ginecología y Neonatología y avaladas por las Sociedades
de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica y de Quimioterapia, fueron
inicialmente publicadas en 1998 y recientemente revisadas. Como ya hemos descrito, su
implantación en nuestro país ha supuesto una reducción significativa del 65% en las sepsis
verticales en global y del 80% en las sepsis por EGB.
PROFILAXIS
De una forma especial destaca la prevención de la infección perinatal por EGB. Este germen,
Gram positivo, es el que provoca mayor número de sepsis y meningitis de transmisión
vertical en la época neonatal. La vía de infección habitual es la transmisión de la madre,
colonizada en vagina y/o recto, al feto-RN. Las manifestaciones clínicas más frecuentes de
esta infección son la sepsis, neumonía y meningitis, aunque también se describen infecciones
localizadas (artritis, celulitis,...).
La sepsis a EGB puede presentarse de una forma precoz, (habitualmente a las pocas horas
del parto, con dificultad respiratoria que va en aumento conforme pasan las horas, hipoxemia
y shock, mostrando la radiografía de tórax infiltrado pulmonar difuso), y de una forma tardía
(frecuentemente como forma meníngea, que es indistinguible de las otras meningitis
bacterianas).
Son causadas por gérmenes ubicados en los servicios de Neonatología y por tanto los factores
de riesgo que favorecen su aparición son:
Una vez que se produce la invasión del torrente circulatorio, las bacterias se dividen de forma
logarítmica y el que se produzca la infección dependerá de sus características (más facilidad
con S. epidermidis, E. coli, Candida spp) y de las defensas del RN, que en el caso de ser
prematuro van a estar disminuidas (menos Ig G, complemento y citoquinas, menor capacidad
de movilización de los neutrófilos y macrófagos etc.)
FACTORES DE RIESGO
Existen una serie de factores de riesgo (FR) relacionados con las sepsis nosocomiales,
Entre ellos:
RNMBP (recién nacido con muy bajo peso)
Está demostrada una relación inversa entre el peso al nacer y la susceptibilidad a la infección
nosocomial, siendo para algunos el bajo peso al nacimiento el factor aislado más
estrechamente relacionado con el incremento de riesgo de infección en el neonato; esto se
justifica por los defectos inmunitarios, tanto humorales como celulares, que poseen estos RN.
Durante el transcurso de un año, en un total de 14.683 RN ingresados se comunican 276
sepsis nosocomiales, con una incidencia en los RNMBP del 14.44% frente al 0.99% en los
mayores de 1.500 g.
CATÉTERES INTRAVASCULARES
ETIOLOGIA
El repertorio que tienen los recién nacidos para expresar enfermedad es muy limitado, lo que
hace difícil basar un diagnóstico sólo en elementos clínicos, pero sí ayuda a aumentar o
disminuir una evaluación previa de riesgo. Los signos y síntomas de infección en el recién
nacido suelen ser útiles. Entre ellas destacan la inestabilidad térmica, el letargo y la dificultad
en la alimentación, distensión abdominal y residuo gástrico bilioso, palidez terrosa de la piel,
síndrome de dificultad respiratoria, signos de shock, síndrome convulsivo,
hepatoesplenomegalía, signos de coagulación intravascular diseminada y signos localizados
de infección de piel, cordón umbilical o articulaciones.
Es importante señalar que existen criterios objetivos que permiten sospechar una sepsis
(fiebre o hipotermia, taquicardia, taquipnea, alteración de conciencia, oliguria, mala
perfusión periférica e inestabilidad hemodinámica).
Hemocultivos
El 98% de los cultivos que serán positivos se identifican a las 72 horas de incubación por
métodos tradicionales. Las técnicas de cultivo automatizadas o semiautomatizadas que se
basan en la detección de CO2 producido por el metabolismo bacteriano, permiten informar
positividad de hemocultivos en menos de 24 horas. Con todo, la positividad de los
hemocultivos en sepsis neonatal no supera el 80 - 85% en los mejores centros, por lo que
un resultado negativo en presencia de factores de riesgo y clínica compatible no descarta la
infección.
Líquido cefalorraquídeo
En los recién nacidos sintomáticos debe ser parte de los exámenes de evaluación inicial.
Signos de meningitis son la pleocitosis, proteinorraquia e hipoglucorraquia, pero debe
recordarse que los valores normales en líquido cefalorraquídeo difieren de los del lactante y
niño mayor.
Urocultivo
De poco valor en las primeras 72 horas de vida. Si se toma en el mayor de 7 días debe ser
por punción vesical, por la alta probabilidad de contaminación que tienen los cultivos
tomados por recolector.
Aspirado Bronquial
Útil en las primeras 12 horas de vida, con una sensibilidad cercana al 50% en los niños que
cursan con bronconeumonía.
Se trata de una técnica automatizada que utiliza Primeros dirigidos a secuencias de DNA
altamente conservados entre bacterias (que codifican para subunidad ribosomal 16S) que
permiten identificar la presencia de DNA bacteriano en 4 a 6 horas, aunque sin identificar en
forma específica el germen. Se pretende que este test sea utilizado en la evaluación inicial de
recién nacidos con sospecha de sepsis ya que permitiría identificar bacteriemia en forma
rápida aunque inespecífica.
Dentro de los índices más estudiados se encuentran la relación leucocitos inmaduros / totales
que se define como normal si es menor a: 0.16 al nacer; 0.12 a las 72 horas de vida; 0.2
durante todo el resto primer mes.
Debe considerarse que no sólo se altera en presencia de infección y que también se eleva en
asfixia neonatal, aspiración meconial, trabajo de parto prolongado, SHIE, hemorragia
intracraneana.
Interleukina 6.
Micro VHS.
Test de bajo costo y fácil de realizar. Es útil durante los primeros días de vida. Mucho menos
sensible que proteína C reactiva con especificidad 83- 97%. Tiene mejor rendimiento durante
las primeras 72 horas de vida y en recién nacidos de término.
Ya que ningún elemento de diagnóstico clínico, factores de riesgo o laboratorio puede por
sí solo asegurar el diagnóstico de sepsis neonatal, estos antecedentes deben ser valorados en
conjunto.
Ante un recién nacido febril, el criterio que prima entre los médicos es hacer una evaluación
con exámenes, hospitalizar y dejar tratamiento antimicrobiano en espera de resultados de
cultivo.
PREVENCIÓN
Lavado de manos
Nutrición
Catéteres intravasculares
Existe clara relación entre infección nosocomial y el uso de catéteres centrales; es un factor
de riesgo para infecciones por Staphylococcus en especial los coagulasa-negativos. Dentro
de las medidas para prevenir su aparición se encuentra la utilización de técnica aséptica para
su colocación que incluye: utilización de gorros, tapabocas y guantes estériles. Se debe
remover de manera pronta cuando no sea necesario su uso, o cuando haya cultivos repetidos
del catéter positivos para Staphylococcus aureus o coagulasas negativos.
Cuidados de la piel
La piel de los recién nacidos es frágil, en especial la de los prematuros; en las UCIN debido
a los procedimientos invasivos y las tomas de sangre continuas se produce una puerta de
entrada para gérmenes intrahospitalarios y riesgo de sepsis neonatal. Un estudio clínico
realizado con neonatos de 501 a 1000 gconfirmó que la utilización de ungüentos emolientes
se relacionó con infecciones nosocomiales. Campbell y colaboradores encontraron que la
utilización de petrolato tópico aumentaba el riesgo de candidiasis sistémica. No se
recomienda la utilización profiláctica de emolientes.
HIPOGLUCEMIA NEONATAL
CONCEPTO
Es un trastorno en el cual el nivel de glucosa (azúcar) en sangre de los bebes en los primeros
días del nacimiento es más baja que la normal (por debajo de 50 mg/dL).
Cada una de las células del cuerpo necesita una provisión de glucosa (azúcar)— para
mantener un buen funcionamiento. El recién nacido sano produce glucosa en el hígado a
partir del azúcar y otros nutrientes que se hallan en el calostro y, más tarde, en la leche
materna madura. se presenta aproximadamente en 1 a 3 de cada 1,000 nacimientos.
La cantidad de glucosa en la sangre se puede medir y, si cae por debajo del nivel saludable y
permanece en ese nivel. Puede causar en el bebé problemas tales como tinte azul en la piel y
problemas para respirar y de alimentación, además puede sentirse cansado, tener el cuerpo
desmadejado (blando o sin fuerza) y sufrir convulsiones. Si el nivel permanece bajo durante
mucho tiempo, es posible que se produzca daño cerebral.
FISIOPATOLOGIA
La glicemia total es más o menos el 60% de la glicemia materna, al nacer se produce
una brusca suspensión.
El RNT controla la homeostasis de la glucosa utilizando las reservas de glucógeno y
la gluconeogénesis a partir de aminoácidos.
Entre 1 y 2 horas después del nacimiento baja a niveles cercano a 40mg/dl.
ETIOLOGÍA
Sustrato inadecuado
Función enzimática inmadura que hace que los depósitos de glucógeno sean escasos
El bebé no es capaz de alimentarse lo suficiente como para evitar que la glucosa suba
de nivel.
Hiperinsulinismo
Deficiencias de liberación de hormonas contrarreguladoras
Trastornos hereditarios del metabolismo (p.ej., glucogenosis, trastornos de la
gluconeogénesis, trastornos de la oxidación de ácidos grasos)
Los bebés prematuros y los bebés pequeños para su edad de gestación pueden tener
reservas pobres de glucógeno en el hígado (necesario para producir glucosa) y
también pueden tener poca grasa corporal (esto significa que no pueden contar con la
grasa para producir energía).
Los bebés que han tenido dificultades respiratorias al nacer. (asfixia al nacer)
Los bebés que han sufrido hipotermia (exceso de frío).
Infección en la sangre (sepsis)
Trastornos endocrinos, como la baja producción de la hormona tiroidea
(hipotiroidismo)
Restricción del crecimiento intrauterino
Tamaño grande para su edad gestacional
Madre con diabetes
Madre que puede tener corioamnionitis o una infección más o menos hacia el
momento del nacimiento del bebé
La mala nutrición de la madre durante el embarazo
Grupos sanguíneos incompatibles entre la madre y el bebé (enfermedad hemolítica
severa del recién nacido)
Defectos de nacimiento
Enfermedad cardíaca congénita
Nerviosismo
cianosis (color azul)
apnea (interrupción de la respiración)
hipotermia (baja temperatura corporal)
poco tono corporal
alimentación insuficiente
letargo
convulsiones.
Los síntomas de la hipoglucemia pueden ser similares a los de otras afecciones o problemas
médicos. Siempre consulte al médico de su bebé para obtener un diagnóstico.
A los recién nacidos en riesgo de sufrir hipoglucemia se les debe practicar un examen de
sangre con intervalos de pocas horas después del nacimiento con el fin de medir los niveles
de azúcar en la sangre. El médico debe seguir practicando los análisis de sangre hasta que el
nivel de azúcar en la sangre del bebé sea normal.
Está indicado el tratamiento preventivo de la mayoría de los recién nacidos de alto riesgo.
Por ejemplo, suele adminsitrarse una infusión IV de dextrosa al 10% en agua o glucosa oral
a los hijos de mujeres diabéticas que han estado usando insulina, así como a aquellos
enfermos extremadamente prematuros o con dificultad respiratoria. Otros recién nacidos en
riesgo que no están enfermos deben recibir alimentación temprana y frecuente con leche
maternizada para aportar hidratos de carbono.
En cualquier recién nacido cuya glucosa descienda a ≤ 50 mg/dL (≤ 2,75 mmol/L) debe
comenzarse el tratamiento rápido con alimentación enteral o con una infusión de dextrosa
hasta del 12,5% en agua, a razón de 2 mL/kg en 10 minutos; si es necesario, pueden infundirse
concentraciones más altas a través de un catéter central. Después, debe continuarse con la
infusión de glucosa a una velocidad que aporte de 4 a 8 mg/kg de glucosa por minuto (es
decir, dextrosa al 10% en agua a aproximadamente 2,5-5 mL/kg por h). Se deben controlar
las concentraciones séricas de glucosa para guiar los ajustes de la velocidad de infusión. Una
vez que ha mejorado el estado del recién nacido, puede reemplazarse gradualmente la
infusión IV por alimentación enteral, mientras sigue controlándose la concentración de
glucosa. La infusión IV de dextrosa siempre debe disminuirse en forma gradual, porque la
suspensión brusca puede causar hipoglucemia.
COMPLICACIONES
La hipoglucemia severa o prolongada puede llevar a daño cerebral, afectando así la función
mental normal. Las complicaciones pueden abarcar:
Retraso en el desarrollo
Insuficiencia cardíaca
Convulsiones