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Revista destiempos N°45

MUJERES ASESINAS EN LOS GRABADOS DE


JOSÉ GUADALUPE POSADA
Herlinda Ramírez-Barradas
Purdue University Calumet

En el año 2013 se cumplieron 100 años de la muerte de José


Guadalupe Posada 1: uno de los artistas más prolijos en la
historia de México de quien se dice realizó miles de
grabados 2. Su trabajo consistió en producir ilustraciones de

1 El primer libro publicado sobre Posada es el de Frances Toor, Pablo O’Higgings y Blas

Venegas Arroyo: Las obras de José Guadalupe Posada, grabador mexicano (México:
Talleres Gráficos de la Nación, 1930), donde se incluye una introducción de Diego Rivera.
2 Algunas cifras, que al parecer son desmesuradas, hablan de “más de quince mil obras”,

según cálculo inicial de Diego Rivera en 1934. Cifras más aproximadas, hablan de 9000
grabados, según cálculo hecho por Héctor Olea y que presenta en Supervivencia del
Litógrafo José Guadalupe Posada (México: Editorial Arana, 1963) 16. Sin embargo, no existe
un número comprobable de su producción artística.

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género muy diverso: hojas volantes, cancioneros, cuentos


para niños, publicaciones religiosas, portadas de libros,
revistas y diarios, recetarios de cocina, medicamentos,
cajetillas de cerillos, juegos de mesa, carteles taurinos,
teatrales, circenses, y fun-ciones de lucha libre. Sin embargo,
no se ha indagado seriamente la producción de Posada ni
existe un listado del total de su obra. En vida, Posada no tuvo
mayor reconoci-miento y murió en la miseria, a los sesenta y
un años, el 20 de enero de 1913.
A principios de los años veinte, el pintor e ilustrador
francés Jean Charlot “descubrió” la obra de Posada 3.
Inmediatamente después artistas como Diego Rivera y José
Clemente Orozco, al inclinarse por el arte arraigado en lo
mexicano, hicieron posible recuperar su trabajo. Sin embargo,
el rescate lo estereotipó en el artista que se burla de la muerte,
en el hombre que se enfrenta heroicamente al régimen elitista
y opresor de Porfirio Díaz y en el artista revolucionario
defensor de un pueblo que sufre. Y, aunque en su obra se apre-
cia el compromiso político, al mirar con detenimiento algunas
de sus ilustraciones, el estereotipo se desdibuja y sus graba-
dos se vuelven objeto de controversia. 4
Conviene reiterar que Posada realizó grabados de
índole muy diversa. Sin embargo, en este trabajo se hace
referencia solo a los grabados que ilustran noticias de
crímenes cometidos por mujeres. Con la finalidad de enten-
der mejor la fascinación que en distintos sectores de la
sociedad porfiriana suscitaba la criminalidad, se alude a los
grabados para valorar si su imágenes (1) se ajustaban a las
necesidades y a la voluntad de la clase alta mexicana, quienes
3 Posada ya había muerto, y aunque su obra era familiar para muchos mexicanos, el artículo
de Jean Charlot sobre Posada lo colocó en el ámbito artístico (“Un Precursor del Movimiento
del Arte Mexicano: el Grabador Posadas" Revista de revistas: El semanario nacional 30 Ago.
1925: 25). En las “Notas Bibliográficas” de los “Escritos Sobre Arte Mexicano:Jean Charlot”
editado por Peter Morse y John Charlot, se establece que “este es el famoso ensayo que
presentó a Posada al mundo.” En un reportaje de Luciano Campos Garza, el historiador
Agustín Sánchez González declara que a cien años de su muerte, hace falta “un estudio serio
de su vida y con un trabajo profesional y definitivo de preservación de su obra, que
actualmente no ha emprendido ninguna institución cultural en el país.” (“Posada a 100 años,
ese desconocido” Proceso.com.mx. 21 de enero de 2013)
4 Posada no dejó obra escrita. Se puede decir que más allá de su enigmática historia, es un

personaje al que se identifica con ideas políticas y posturas ideológicas que resuelven, de una
u otra forma, las necesidades de quienes deciden interpretar su arte. Para algunos, entre los
que se encuentran Diego Rivera y Frances Toor, Posada creó personajes que le permitieron
alcanzar sus objetivos de crítica en contra del sistema social y político de Porfirio Díaz. En
cambio, Rafael Barajas Durán establece, en su estudio sobre Posada y la caricatura política,
que simpatizó con Porfirio Díaz casi toda su vida y realizó feroces campañas contra Madero,
Zapata y demás caudillos revolucionarios. (Posada: Mito y Mitote: La caricatura política de
José Guadalupe Posada y Manuel Alfonso Manilla. México: FCE, 2009)

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solían ver el crimen como un padecimiento atribuible a las


culturas “menos avanzadas”; o si (2), efectivamente, la icono-
grafía de Posada representaba una transgresión a la imagen
idealizada de la mujer como esposa y madre, asexuada pero
fecunda que dominaba el imaginario de la burguesía decimo-
nónica.

I. LAS ILUSTRACIONES DE JOSÉ GUADALUPE POSADA VISTAS EN ACORDE


CON LAS CONVENCIONES DE LA ÉPOCA PORFIRISTA
Originario de Aguascalientes, Posada se mudó a la ciudad de
México en 1888, cuando Porfirio Díaz se había asentado
firmemente en la presidencia. El gobierno de Díaz duró 30
años y se caracterizó por ser un periodo contradictorio en el
que se juntaron el afán de modernización del país, la
centralización del poder y la represión política.
En el campo editorial, durante el porfiriato, hubo
innovaciones técnicas que posibilitaron la elaboración de
publicaciones de muy diverso carácter. El progreso tecnoló-
gico aunado a los principios de competencia, ganancia y
comercialización hicieron que los medios aspiraran a ser
accesibles a todos los sectores de la sociedad. Además, proba-
blemente debido a la influencia de la prensa industrial
estadounidense, surgió un nuevo tipo de periodismo que
concebía la noticia como un espectáculo cuyo fin principal
consistía en divertir o entretener para vender. 5
Antonio Vanegas Arroyo, editor capitalino de prensa
popular, fue el director del periódico que se ha convertido en
referente de la prensa sensacionalista del porfiriato La Gaceta
Callejera, que publicaba noticias de escándalo en la vida de la
capital y que llevaba la leyenda: “Esta Hoja Volante se Publica
cuando los Acontecimientos de Sensación lo Requiera.” 6
Posada trabajó con Vanegas Arroyo desde que llegó a la
capital hasta su muerte. No se sabe exactamente de cuánta
libertad gozaba el artista para realizar su trabajo, pero es
posible que sus grabados se ajustaran a las exigencias de su
patrón, quien requería ilustraciones de producción rápida y
barata 7. Por eso, gran parte de la obra de Posada son imá-
5 La prensa sensacionalista (que en México se denomina nota roja) busca activamente, como
señala Alex Grijelmo, “la sorpresa, el susto, la apelación constante al lector, y concibe el
periódico como un espectáculo cuyo fin principal consiste en divertir o entretener” (El estilo
del periodista, España: Tauros, 2004) 533.
6 José Antonio Murillo Reveles, “Las colaboraciones de Posada en los periódicos” José

Guadalupe Posada (Instituto Federal de Capacitación del Magisterio: México, 1963) 84.
7 Para este trabajo, las observaciones biográficas de Posada se basan en la lectura de los

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genes que ilustraron no solo La Gaceta Callejera sino un


número extraordinario de hojas volantes que se vendían a un
céntimo y que trataban de temas muy diversos entre los que
se incluyeron noticias de fusilamientos, secuestros, accidentes
y asesinatos.
La prensa sensacionalista cumplió el papel de convertir
incidentes locales menores en acontecimientos célebres que
alcanzaban repercusión nacional. La prensa justificaba la
publicación de estas noticias reclamando que el exponer tales
conductas servía de advertencia a una sociedad, respetable e
inocente, de los peligros que acosaban a diario. En general,
este tipo de periodismo hablaba de acontecimientos “reales”
que, contados con gran alarmismo retórico, se vendían parti-
cularmente bien entre varios públicos atravesando límites de
género y clase social.
Las hojas volantes que Posada ilustró para Vanegas
Arroyo han sido frecuentemente celebradas como una
representación fiel de la gente del pueblo mexicano. Sin
embargo, uno de los temas particularmente significativo que
aparece en esos pliegos es el de los crímenes violentos
cometidos por mujeres. De esos los que más interesaron a los
redactores fueron los parricidios y el maltrato a menores. En
su artículo “La experiencia estética de la nota roja,” Fernanda
Melchor encuentra en las ilustraciones de Posada “un carácter
ilusorio débil,” 8 por lo que, dice la investigadora, “se les tenía
que acompañar de titulares que enfatizaban los aspectos más
repugnantes de un crimen.” Es posible que la noticia sensa-
cionalista, como apunta Melchor, dependiera sobretodo de los
atributos literarios de los periodistas; sin embargo, los gra-
bados de Posada efectivamente contribuían a divulgar el
potencial homicida de las mujeres.
Se tiene, por ejemplo, el grabado que ilustra el
parricidio cometido por Norberta Reyes. El tono entre el
grabado y la noticia es igualmente impactante. El encabezado
dice “Terrible y verdadera noticia, del espantoso ejemplar
ocurrido con Norberta Reyes, y que cerca de la ciudad de
Zamora asesinó a sus padres” 9 La ilustración, muestra a la

artículos que aparecen en el libro que editó Ron Tyler, Posada’s México (Washington, D.C.:
Library of Congress and Fort Worth, Texas: Amon Carter Museum, 1979). El libro lo
conforman artículos del propio Roy Tyler, Jean Charlot, Jas Reuter, Joyce Waddell Bayley y
Jacques Lafaye.

8 “La experiencia estética de la nota


roja: Los orígenes de la prensa sensasionalista en México”
Revista Replicante. Diana Martin, ed. Dic. 2012.
9 El grabado se encuentra reproducido en el libro de Patrick Frank (Posada’s Broadsheets:

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asesina en el momento más espantoso. El padre yace en la


parte izquierda, todavía vivo, con las piernas parcialmente

dobladas, y un brazo extendido. Su sombrero tirado en el


suelo junto al rastro de sangre que sale de la herida en el
cuello. Lo principal de esta imagen es la manera en que se
presentan las figuras de la madre y la hija. Norberta se dibuja
con el pelo volando y los ojos llenos de ira. La madre ha
empezado a incorporarse, pero por el aspecto de sus manos,
su hija, la ha vuelto a tirar al suelo y la jala del cabello para
dar el primer golpe con el cuchillo cubierto por la sangre del
padre.
Por otro lado, más comunes que los parricidios eran los
reportajes de las infamias cometidas por mujeres contra
niños. El suceso más
zonado fue el de Guadalu-
pe Bejarano, quien fue
culpable de torturar y
matar a la joven Crescen-
cia Pineda. Posada hizo un
total de tres grabados que
reseñan el crimen. La pri-

Mexican Popular Imagery, 1890-1910, University of New Mexico Press, 1998) 30.

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mera ilustración representa el crimen en progreso. La


composición está dominada por la figura enfurecida de
Bejarano, quien con un tizón ardiente quema el cuerpo de su
víctima. Con el puño levantado, la mujer muestra el rostro
retorcido por la ira. La niña mártir, de manos atadas, revela
su temor y arquea su cuerpo bajo el impacto de las llamas. En
contraste con la abrumadora figura oscura de la cruel
verdugo, la niña se representa como una figura blanca e
inerte. 10
Sin embargo, como lo ha demostrado Patrick Frank 11,
las hojas volantes sobre crímenes cometidos por mujeres no
reflejaban la incidencia criminal en México durante el
porfiriato sino un gusto generalizado por las noticias trucu-
lentas y macabras. De ahí el número desproporcionado de
hojas volantes donde se describen asesinatos cometidos
mujeres los cuales se consideraban particularmente aberran-
tes. De hecho, apunta Frank, la incidencia de delitos feme-
ninos era relativamente baja.
Esta distorsión de la realidad conduce a la reflexión
sobre las mujeres asesinas que aparecen en los grabados de
Posada. Considerando que la prensa popular tuvo un alcance
masivo y que Vanegas Arroyo, recibía subsidios del gobierno,
no es de sorprender que el artista produjera ilustraciones que
avalaran el proyecto de nación ideado por el gobierno de
Porfirio Díaz.
Parte de la agenda del gobierno de Díaz fue transformar
a la sociedad mexicana, primordialmente rural, en una socie-
dad industrializada. Partiendo de la idea de que uno de los
defectos crónicos de México era su población indígena y rural,
el porfiriato se caracterizó por mantener un proyecto de edu-
cación diseñado a promover la honradez, la laboriosidad y el
amor al prójimo, valores propios de la clase pudiente pero de
los que carecían las clases bajas. Así, por influencia del positi-
vismo Comtiano, la tendencia fue percibir el delito como
consecuencia de factores raciales y ambientales.
Los crímenes domésticos más que una amenaza a la
estabilidad social, se interpretaban como un ultraje a la moral.
El espanto y el escándalo incitados por los reportajes sensa-
cionalistas representaron una oportunidad para que los guar-

10Frank 22.
11Frank 23. Dice “the overall arrest rate in Mexico City for all crimes between 1891 and 1895
averaged about 80 percent men and 30 percent women.”

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dianes de la moral justificaran sus proyectos formativos entre


las familias de bajos recursos. Así, con ánimo didáctico se
desarrolló un modelo educativo que sobrevaloraba el papel de
la mujer como esposa y madre. Según el modelo, a la mujer le
competían solo las actividades domésticas, los cuidados y la
educación de los hijos al interior del hogar, mientras que la
responsabilidad de proveer los medios de subsistencia y
representar a la familia en el espacio público se atribuía a los
varones. De esta manera, la "madre-dueña de casa-esposa" se
planteaba como el ejemplo a seguir por las mujeres de todas
las clases sociales. 12
Las imágenes que ilustraban parricidios o abusos co-
metidos en contra de niños fomentaban la opinión en contra
de las mujeres quienes, si cometían una infracción, atentaban
contra las normas jurídicas y las normas morales. Las dobles
transgresoras eran peor vistas que los hombres porque ellos
sólo faltaban a las leyes constitucionales. Por lo tanto, los
delitos cometidos por mujeres eran castigados más severa-
mente ya que ellas cometían una doble transgresión. 13
En México, con su ingreso al campo de trabajo remu-
nerado, la mujer tuvo la capacidad de mover estructuras
anquilosadas de roles entre los géneros. Sin embargo, el Esta-
do impuso sus patrones de ética moral por lo que en el
imaginario colectivo se conservó el poder patriarcal, donde, si
el hombre no era el proveedor exclusivo, de todas maneras
mantenía su autoridad como jefe de familia. En este sentido el
elevado número de mujeres criminales representadas en las
hojas callejeras, ayudaba a justificar el discurso moralizador
dirigido a las mujeres por un gobierno que producía manuales
de buenas costumbres y catecismos. 14

II. EL EFECTO TRANSGRESOR DE LOS GRABADOS DE POSADA


Se conoce a grandes rasgos algunos aspectos de la vida de
Posada, pero se sabe muy poco acerca de su visión personal
hacia el régimen de Díaz. Para entender mejor su obra hace
falta mencionar que el ingrediente esencial, el símbolo por

12 Álbum para Damas: Revista Quincenal 4.1 (1907): 8.


13 Elisa Speckman, Guerra, Crimen y castigo. Legislación penal, interpretaciones de la
criminalidad y administración de justicia (Ciudad de México, 1872-1910). (México: El
Colegio de México/UNAM, 2002) 128
14 Según Alfonsina Pérez que escribía para la revista El Hogar consideraba como “verdadera

mujer” a la que reunía las siguientes características: pureza, recato, dulzura, modestia y ser
bella como requisito indispensable. (“La mujer verdadera,” 1911) 11

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antonomasia de Posada son sus calaveras. Mediante ellas, nos


muestra no sólo el inexorable futuro sino también otros
aspectos de la vida que causan repulsión o terror incluidos el
alcoholismo y la violencia. Esa colección de danzarina icono-
grafía inspirada por el pueblo no tenía cabida en el progreso y
en los ideales de una época en la que se renunciaba de la
cultura popular para adherirse a lo que se consideraba la cul-
tura universal que era más avanzada, científica y progresista.
Por su parte, Thomas Gretton 15 ha argumentado
convincentemente que la obra de Posada ayudó a constituir
identidades urbanas proporcionando no una lección sino
divertimiento para un sector de la población excluido de los
círculos oficiales de poder. El sabor predominante del mundo
de Posada: el humor negro, la comedia de horror y el despar-
pajo, constituyen una transgresión ya que superan los límites
de las normas morales y estéticas que defendían el ideal
virtuoso de la mujer que se debía preparar para la vida
familiar. Es pertinente entonces detenerse en el aspecto cari-
caturesco de las mujeres asesinas de Posada dado que me-
diante la caricatura se expresan conceptos contrarios al ideal
normativo.
Justamente, bajo el signo de la caricatura, fue que
Posada produjo las imágenes más atroces que trastocaban la
idea del recato y pudor femenino. Siguiendo la noticia de la
Bejarano, la mujer acusada de torturar y dar muerte a una
niña a su cargo, Posada dibujó una segunda escena que
representa el crimen ya consumado. 16 Similar a la anterior la
mujer tiene una mirada enloquecida, pero esta vez aparece
con los atributos propios de las brujas de los cuentos de hadas:
vestido oscuro, nariz prominente, cabello hirsuto, lechuza,
calaveras y serpientes. En esta escena, Todos los elementos
sugieren una atmósfera del mal de alto significado simbólico.
Salvo el hueso atado a una cadena, que se refiere al cautiverio
de la víctima, el búho simboliza los hechos carnívoros de esta
ave nocturna y las serpientes, por supuesto, aluden a la
tentación del Edén. Al incluir estos detalles no hace una
descripción objetiva del hecho, de un simple retrato de lo
ocurrido, sino que se presenta a Bejarano como la aterradora
mujer malvada indispensable de los cuentos de hadas.
15 Gretton hace un análisis de la materialidad, el estilo y la iconografía de las ilustraciones de
Posada, para interpretar la cultura porfirista e investigar cómo su labor contribuyó al negocio
de las publicaciones en la capital mexicana. “Posada and the 'Popular': Commodities and
Social Constructs in Mexico before the Revolution,” Oxford Art Journal 17. 2 (1994): 32-47
16 Frank 25

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Enrique Villareal Morales observó que las caricaturas


en el porfiriato “optaron por refugiarse en un costumbrismo
anodino” 17 como medio de resistencia ante la obsesiva
búsqueda de la modernidad. No era exacto identificar la
pretendida época moderna con un ámbito de “orden y
progreso” imaginado por el Estado cuando en el país se vivían
frecuentes casos de injusticia social, intolerancia y explo-
tación económica. En este sentido, las ilustraciones de Posada
discrepaban con la complacencia burguesa y mediante el uso
de imágenes populares se contrastaba la mirada del perio-
dismo profesional, pretendidamente objetivo, con la noción
del caricaturista.
Ahora bien, desde el aspecto cultural se ha intentado
contestar la pregunta ¿qué tan transgresoras resultaban las
imágenes del universo de Posada para la sociedad de su
tiempo? La pregunta es difícil de contestar ya que las ilustra-
ciones cobran sentido a partir de las interpretaciones y
apropiaciones de quien las percibe. 18 No obstante, si se
considera que sus grabados entroncaban con el proyecto
moralizador del gobierno de Díaz, entonces no significaron
ruptura sino confirmación. Por otra parte, si lo que lo hacían
era obligar al espectador a encarar la presencia de la tragedia
como hecho cotidiano; entonces, las ilustraciones de Posada
contribuían a aceptar que el mal estaba allí, más allá de los
sermones religiosos y la pretensión civilizadora.
Al final, lo cierto es que la recuperación de la obra de
José Guadalupe sirvió como base para la construcción de la
estética mexicana, convirtiendo al pueblo (con sus virtudes y
defectos) en elemento indispensable para conformar la
identidad del país. Y, según lo advirtió Carlos Monsiváis,
Posada tuvo la virtud de convertir “los crímenes más notorios
en expresión artística y ve[r] en los hechos de sangre los
cuentos de hadas de la mayoría” 19 Ahora, gracias a su
espectacular producción, la obra de Posada es fundamental en

17 Estrategias y tácticas del género discursivo de la caricatura política contemporánea: La


primera época de La Garrapata. Tesis de doctorado. (Universidad Veracruzana, Instituto de
Investigaciones histórico-sociales, Xalapa, 2013) 86.
18 El caricaturista mexicano Rafael Barajas Durán (El Fisgón) concluyó que el trabajo de

Posada “refleja las limitaciones y contradicciones de un proletariado políticamente inmaduro


y a veces confuso: critica los excesos patronales y ataca la política económica, pero defiende
al gobierno, aprueba la mano dura y llama a la paz y la concordia; se burla de ciertos
funcionarios, alguna vez critica los desvíos y excesos del presidente Díaz, pero en general
muestra gran respeto hacia él.” (Posada: Mito y Mitote: La caricatura política de José
Guadalupe Posada y Manuel Alfonso Manilla. México: FCE, 2009) 394
19 Los mil y un velorios: Crónica de la nota roja en México (México: Editorial Debate, 2010)

18.

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la difusión de “lo mexicano” tan sincero o tan insincero como


se quiera, pero que, con toda justicia, es indispensable para
entender las características culturales de México.

BIBLIOGRAFÍA
BARAJAS DURÁN, RAFAEL, Posada: Mito y Mitote: La caricatura política
de José Guadalupe Posada y Manuel Alfonso Manilla. México: FCE,
2009. Impreso
CAMPOS GARZA LUCIANO, “Posada a 100 años, ese desconocido.”
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1910. University of New Mexico Press, 1998. Impreso
GRETTON, THOMAS, “Posada and the 'Popular': Commodities and Social
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17. 2, 1994. Impreso
GRIJELMO, ALEX, El estilo del periodista. 10ma ed. [nueva ed., revisada y
ampliada]. Madrid: Tauros, 2003. Impreso
MELCHOR, FERNANDA, “La experiencia estética de la nota roja: Los orígenes
de la prensa sensasionalista en México” Revista Replicante. Diana
Martin, ed. Dic. 2012. Web
MONSIVÁIS, CARLOS, Los mil y un velorios: Crónica de la nota roja en
México. México: Editorial Debate, 2010. Impreso
MORSE, PETER Y JONH CHARLOT, ed. “Notas Bibliográficas” Escritos Sobre
Arte Mexicano:Jean Charlot. Web
MURILLO REVELES, JOSÉ ANTONIO, “Las colaboraciones de Posada en los
periódicos.” José Guadalupe Posada. Instituto Federal de
Capacitación
OLEA, HÉCTOR, Supervivencia del Litógrafo José Guadalupe Posada.
México: Editorial Arana, 1963. Impreso
PÉREZ, ALFONSINA, “La mujer verdadera” El Hogar 17.7, 12 de feb. 1911.
Impreso
SPECKMAN, ELISA, Guerra, Crimen y castigo. Legislación penal,

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interpretaciones de la criminalidad y administración de justicia


(Ciudad de México, 1872-1910). México: El Colegio de
México/UNAM, 2002. Impreso
TOOR, FRANCES, Pablo O’Higgings y Blas Venegas Arroyo. Las obras de
José Guadalupe Posada, grabador mexicano. México: Talleres
Gráficos de la Nación, 1930. Impreso
TYLER, RON, ed. Posada’s México. Washington, D.C.: Library of Congress
and Fort Worth, Texas: Amon Carter Museum, 1979. Impreso
VILLAREAL MORALES, ENRIQUE. Estrategias y tácticas del género
discursivo de la caricatura política contemporánea: La primera
época de La Garrapata.Tesis de doctorado. Universidad
Veracruzana, Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales,
Xalapa, 2013. Web

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