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Estudio Para Grupos de Crecimiento

Estudio 938
EL CAMINO DE DIOS ES EL MEJOR
PRIMERA PARTE

El salmista escribió que Dios, sus caminos notificó a Moisés (Salmos 103:7). El Dios
Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente del universo se reveló a Sí mismo a un hombre:
alguien que era muy parecido a nosotros. Moisés tenía pasión y fuertes deseos, era tenaz y
atrevido; pero, como nosotros, también cometió errores. Cuando vio que el pueblo de Dios era
maltratado, quiso hacer algo para cambiar sus circunstancias, y no quiso esperar. Eso demostró
ser una mala decisión.

Moisés pasó años en el desierto aprendiendo a vivir una vida solitaria. Hasta que
aprendamos a permanecer a solas con Dios, nuestra vida muchas veces estará marcada por
momentos de malas decisiones. A veces debemos estar solos y dejar a un lado el consejo de los
que están a nuestro alrededor, que es diferente al que Dios nos da. Nunca comprometa sus
convicciones; aunque sea usted la última persona que quede, manténgase fiel a lo que el Señor
le haya mandado a hacer. El camino de Él es el mejor.

Aunque Moisés tenía muchas características buenas, la paciencia probablemente no era


uno de sus puntos fuertes. Sin embargo, las dos cosas que ganaron el favor de Dios fueron el
deseo de Moisés de acercarse a la zarza ardiente y luego su obediencia a la voluntad del Señor.
Él está atento a nuestras reacciones cuando afrontamos un reto, cuando recibimos buenas
noticias o cuando tenemos la oportunidad de avanzar sin Su guía, Él quiere ver lo que vamos a
hacer. Descubrir los caminos de Dios es indispensable para conocer Su voluntad y Su plan.

Aunque Dios no siempre trabaja igual todas las veces, ciertamente tiene la intención y el
deseo de que cada uno de nosotros lleguemos a un punto en el que queramos conocerlo y
habitar en su presencia. Muchas veces nos llama a separarnos para estar a solas con Él,
normalmente es para que podamos recibir un enfoque y una nueva profundidad espiritual en
nuestra vida. Él quiere que hagamos Su voluntad, pero no lo haremos si no conocemos Sus
caminos.

También es a solas con Dios cuando Él puede trabajar profundamente en nuestro corazón.
Es ahí donde nos muestra las cosas que necesitan ser removidas de nuestro interior para poder
hacer Su voluntad. También es ahí donde derrama Su gracia sobre nosotros para ser
transformados y nos da la dirección de lo que debemos hacer.

Puede que no entendamos por qué Dios se mueve en cierta dirección, pero si estamos
dispuestos a aprender de Sus caminos, conoceremos Su corazón y entonces Su Espíritu nos
dará el deseo de seguir Su guía, independientemente de lo que creamos que debería o no
debería ocurrir. Si quiere conocer los caminos de Dios, tome un tiempo para estar a solas con Él,
y tome la firme decisión de obedecerlo y vivir su vida de acuerdo a Sus principios. Si desea hacer
eso, se sorprenderá de las formas tan diversas en que se revelará a usted. Él le dejará que se
acerque para que pueda conocerlo mejor y luego le dé a conocer a otros.
A veces pensamos que Dios tiene un plan para otros pero no para nosotros, que los
errores que hemos cometido nos descalifican delante de Él. Quizá se vea tentado a pensar que
su vida está hecha pedazos y que el Señor no puede usarla. Puede que haya cosas en su
pasado que usted sienta que son demasiado difíciles; pero Dios las conoce bien, y no importa lo
que haya hecho, Él le usará si usted le entrega su vida. Podemos ver esto reflejado de forma muy
clara en la vida de Moisés.

Mucha gente se pregunta: Dios, ¿puedes usarme? ¿Estoy acabado? ¿Lograré alcanzar
algún día todo mi potencial? La edad no es un problema cuando Él está al mando, pues es
soberano y Sus caminos son perfectos, y Sus planes son siempre lo mejor. No importa qué edad
tenga usted, Él sabe exactamente dónde colocarle para que aprenda Sus caminos y sea
entrenado por Su Espíritu Santo. Él colocó a Moisés para convertirse en un príncipe egipcio, pero
era una posición que no duraría mucho tiempo. Una vez que fue consciente de sus raíces
hebreas, la lealtad de Moisés comenzó a cambiar de rumbo, y lo mismo debiera ocurrir con
usted.

Una vez que somos conscientes de quiénes somos en Cristo (los hijos amados de Dios)
nuestra vida debería cambiar. Debería haber un cambio en nuestra lealtad: del pecado y las
cosas mundanas al Salvador, que es el Hijo de Dios. El apóstol Pablo escribió: “Si alguno está en
Cristo nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas” 2 Corintios
5:17. Las cosas “nuevas” que Pablo describió era el nuevo nacimiento espiritual que tenemos por
medio de la fe en Jesucristo. Somos nacidos de carne pecaminosa, pero espiritualmente nacidos
en la familia de Dios. Nuestros pecados son perdonados y recibimos la milagrosa oportunidad de
tener una relación personal con el Dios del universo.

Debemos entender la importancia de realmente conocer los caminos del Señor y


depender cada día más de Él. Si somos honestos, cada día que pasa nos daremos cuenta que
los caminos de Dios siempre son mejores que los nuestros, y caminando por ellos siempre
estaremos seguros.

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