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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE

SAN MARCOS
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

«Año del Diálogo y Reconciliación Nacional»

“La Huelga prohibida en


el Perú: La huelga de las
FF.AA y P.N.P”

PROFESOR: FRANCISCO GÓMEZ VALDÉZ

ALUMNOS: Acuña Vidal, Dayana


De la Cruz, Regina
Jesús Ticona, José
Ladines Avilés, César
Reyes Fabián, José
Sánchez Beraún, Jaqueline
Venero Simbrón, Isaac

CURSO: Derecho Colectivo del Trabajo

Ciudad Universitaria, noviembre del 2018.


Dedicamos esta modesta tesina a la
comunidad universitaria en general, y
especialmente a nuestra querida Facultad de
Derecho y Ciencia Política. Asimismo, va
dirigido hacia los profesores o investigadores
preocupados y ávidos de conocimiento por
cultivar una investigación completa del tema.

Los estudiantes.

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I: «NOCIONES GENERALES -MARCO TEÓRICO»
1.1. Definición de Huelga
1.2. Tipos de Huelga.
1.3. Clases de Huelga.
CAPÍTULO II: «LA HUELGA DE LAS FF.AA. Y P.N.P.»
2.1. Planteamiento del problema
2.2. Marco jurídico e histórico social
2.3. Estado formal de las cosas
2.3.1. Normativa internacional
2.3.2. Normativa doméstica
2.4. Análisis de casos:
2.4.1. Huelga de 1975
2.4.2. Huelga de las masas verdes
2.4.3. Conclusiones
2.4.4. Balance crítico y tendencias:
2.4.4.1. Negociación colectiva
2.4.4.2. Libertad sindical
2.4.4.3. Huelga
CAPÍTULO III: «OPINION DEL GRUPO»
3.1 Posición de grupo
3.2 ¿Necesidad de regular o prohibir?
3.3 Fundamentos
3.4 Perspectiva
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA

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INTRODUCCIÓN

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CAPÍTULO I

« NOCIONES GENERALES -
MARCO TEÓRICO »

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CAPÍTULO I: «NOCIONES GENERALES -MARCO TEÓRICO»

1.1. Definición de Huelga


Por huelga, entendemos a aquel derecho que consiste en la suspensión colectiva
de la actividad laboral, la misma que debe ser previamente acordada por la
mayoría de los trabajadores. En nuestra legislación, se entiende que es aplicable
tanto al sector privado como público donde se exige que esta acción de cesación
transitoria de la actividad laboral se efectúe en forma voluntaria y pacífica, es
decir sin violencia sobre las personas o bienes, y con abandono del centro de
trabajo (Sentencia de Pleno del Tribunal Constitucional, 008-2005-PI/TC,
Demanda de Inconstitucionalidad contra diversos artículos de la Ley N° 28175,
12 de Agosto 2005).
Entonces, esta es el abandono temporal con suspensión colectiva de las
actividades laborales, la cual, dentro de determinadas condiciones se encuentra
amparada en la ley.
Como bien establece Enrique Álvarez Conde se trata de “una perturbación que
se produce en el normal desenvolvimiento de la vida social y en particular en el
proceso de producción en forma pacífica y no violenta, mediante un concierto de
voluntades por parte de los trabajadores” (Álvarez Conde, E. (1999).Curso de
Derecho Constitucional I. Madrid: Tecnos)
Asimismo, la huelga puede ser entendida también como aquel instituto típico del
Derecho colectivo que procura efectivizar, precisamente, la autotutela laboral y
la libertad sindical.
En cuanto medio de autotutela, dice Ermida que “es una forma de acción de los
trabajadores tendiente a la protección de sus derechos e intereses, sea para
garantizar el cumplimiento de las normas vigentes, sea para obtener un progreso
en el nivel de protección actúa” (Ermida Uriarte, O. (1996). Apuntes sobre la
huelga. Fundación de Cultura Universitaria.)

Puede afirmarse que, tanto a nivel doctrinario como jurisprudencial, la posición


predominante es considerar como huelga no solamente las medidas que
impliquen una cesación o suspensión del trabajo, sino también aquellas que
supongan alteración o reducción de las tareas, lo que permite incluir en el
estatuto protector del derecho de huelga a diversas formas anómalas de cumplir
el trabajo y variedad de modalidades de presión colectiva sobre el empleador.
(Ermida Uriarte, O. (1996). Apuntes sobre la huelga. Fundación de Cultura
Universitaria.)

1.2. Tipos de Huelga

Una primera gran división suele hacerse en función de la admisibilidad o


inadmisibilidad jurídica de las modalidades bajo las cuales se ejecutan las
huelgas, que pueden ser consideradas por el legislador, o por la jurisprudencia de
cada país, “legales” o “ilegales” —o “legítimas” e “ilegítimas”—, tratándose en
este último supuesto, de modalidades no admitidas o consideradas “abusivas” o
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acciones que no encuadran en el concepto jurídico de huelga adoptado en los
distintos sistemas u ordenamientos jurídicos (CLEGG, Hugh A., El sindicalismo
en un sistema de negociación colectiva. Una teoría basada en la comparación de
seis países, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, 1985, p. 94)

1.3. Clases de Huelga

1) Huelga indefinida

Esta modalidad es definida por el vector temporal, ésta es considerada “la


modalidad clásica”, que pretende durar hasta el agotamiento del adversario o el
propio, es decir, hasta el doblegamiento incondicional de una de las partes.
Ojeda Avilés comenta que suele ser una modalidad muy costosa para ambas
partes, y la frecuencia con que se empleaba en los primeros tiempos no se
practica en la actualidad, en que deben encontrarse las soluciones rápidamente y
se conocen otras modalidades de efecto intensivo. Desde una perspectiva
jurídica, puede entenderse asimismo por huelga indefinida, aquella que sin
proponerse llegar al agotamiento de los efectivos, no prefigura la terminación,
confiando en que las circunstancias decidirán por sí mismas el momento
oportuno para ello, con lo que se introduce un componente de racionalidad,
tácitamente presente hoy en todas las huelgas indefinidas, aunque se prefiera no
mencionarlo de manera expresa (Ojeda Avilés, A. (2003) Derecho Sindical. 8va
edición).

2) Huelga parcial

Se trata de una modalidad limitada, no en tiempo sino en el espacio, al decidirse


que el cese afecte sólo una parte del ámbito conflictivo, ya sea para concentrar
mejor los esfuerzos ya sea por razones de facilidad organizativa o de número
potencial de huelguistas.
Con esta modalidad no se busca, como en otros supuestos parecidos, que la
medida alcance el éxito en una parte de las empresas, sino simplemente se
decide por los propios huelguistas esta específica ejecución sólo para algunos de
los involucrados. Posee una importancia media, preventiva de la adopción de
otras de mayor escala o gravedad.

3) Huelga de la solidaridad o simpatía

En lo que respecta a la huelgas de solidaridad se define por la singularidad de


sus destinatarios, es decir, es la huelga de simpatía, en la cual explica Martín
Valverde que el sujeto pasivo viene a ser, “por un efecto reflejo”, el empresario
de los trabajadores huelguistas; pero “el destinatario final es otro empresario que
se encuentra en situación de conflicto con su personal”. La finalidad de la huelga
es el apoyo al trabajador afectado por este último, mediante la influencia que el
empresario perjudicado de manera colateral puede ejercitar sobre el empresario
de la contienda principal (Martín Valverde, A. (2016) Derecho del Trabajo.
Madrid: Tecnos).

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La huelga de simpatía con el paro de solidaridad stricto sensu: los participantes
actúan “por cuenta ajena”, tomando partido en un conflicto que no les afecta de
manera inmediata. La diferencia entre una y otro estriba en que, en la primera, la
contienda principal tiene lugar en “otras empresas”, mientras que en la segunda
el conflicto originario está planteado “en el seno de la propia empresa de los
participantes en el paro, pero en relación con otro trabajador (o con un grupo
diferente de trabajadores).

En definitiva, ambas modalidades son conflictos “de solidaridad”, y, si se quiere


subrayar esta característica unitaria en la denominación, se podría llamar a las
huelgas de simpatía paros o huelgas de solidaridad secundarios, y a los paros de
solidaridad stricto sensu, paros o huelgas de solidaridad primarios (Martín
Valverde, A. (2016) Derecho del Trabajo. Madrid: Tecnos. P.53)

4) Huelga articulada, turnante o rotatoria

Las huelgas articuladas, también denominadas “turnantes” en el sistema francés,


se caracterizan por acordar el paro sucesivo de los diversos establecimientos o
sectores (rotación horizontal) o de las diversas categorías profesionales (rotación
vertical), de manera que el momento de realización se divide en partes
concatenadas entre las diversas unidades del ámbito conflictivo. Respecto de
estas modalidades, apunta Ojeda Avilés que el recurso a ellas requiere una sólida
organización para hacerlas cumplir en todas las unidades, pero tiene para los
trabajadores la ventaja de implicar una presión continua a través de sólo una
parte de los efectivos (Ojeda Avilés, A. (2003) Derecho Sindical. 8va edición.

5) Huelga “blanca” o de brazos caídos

Esta modalidad, comúnmente llamada “paro” a secas, es descripta por Ojeda


Avilés como la cesación de la actividad con permanencia de los trabajadores en
sus puestos de trabajo, con la expectativa de que la duración de la medida sea
breve o con el objetivo de evitar el ingreso de esquiroles (trabajadores
contratados para “romper la huelga”). Ha de efectuarse durante la jornada
laboral, pues de lo contrario pasa a convertirse en una huelga con ocupación del
establecimiento, con la que tiene evidente parentesco (Citado de STC nº 11/81 y
STS de 3/04/91 Ojeda Avilez)

6) Huelga con ocupación del lugar de trabajo

Esta forma de hacer huelga se diferencia de la vista precedentemente en cuanto,


en este caso, la ocupación del establecimiento no se lleva a cabo por un tiempo
breve y con la sola finalidad de evitar la sustitución de los huelguistas, sino se
prolonga hasta el levantamiento de la medida o solución del conflicto con la
finalidad de potenciar el daño.

La modalidad en cuestión tiene un fuerte arraigo en el Uruguay, al punto que ha


obtenido reconocimiento normativo en la última década, a través del decreto nº
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165/2006, norma que al mismo tiempo limita su recurso exigiendo a la
organización más representativa de los trabajadores ocupantes la adopción de
medidas para prevenir actos de violencia y daños en las instalaciones,
maquinarias, equipos y bienes de la empresa, entre otras cargas (Ermida Uriarte,
O. (2006) La nueva legislación laboral uruguaya, en VV.AA. Estudios de Teoría
Crítica de Derecho del Trabajo. Bomarzo Latinoamericana, Bs. As, p. 121-122)

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CAPÍTULO II

« LA HUELGA DE LAS FF.AA. Y


P.N.P.»

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CAPÍTULO II: «LA HUELGA DE LAS FF.AA. Y P.N.P.»

2.1. Planteamiento del problema


La huelga es la suspensión colectiva del trabajo acordada mayoritariamente y
realizada en forma voluntaria y pacífica por los trabajadores, con abandono del
centro de trabajo. Teniendo por objeto la defensa de los derechos e intereses
socioeconómicos o profesionales de los trabajadores en ellos comprendidos.
Tácitamente el Derecho de Huelga ha sido reconocido en el Convenio sobre la
libertad sindical y la protección del derecho de sindicación, 1948 (núm. 87), el
mismo que consagra el derecho de las organizaciones de trabajadores y de
empleadores de organizar su administración y sus actividades y el de formular su
programa de acción (artículo 3), y establece como objeto de dichas
organizaciones «fomentar y defender los intereses de los trabajadores o de los
empleadores» (artículo 10) (OIT, 1985, págs. 708 y 709)
Bernard Gernigon, Alberto Odero y Horacio Guido en “Principios de la OIT
sobre el derecho de huelga” (Gernigon, B., Odero, A. y Guido, H. (2000).
Principios de la OIT sobre el Derecho de Huelga. Revista Internacional del
Trabajo, 117, 64.), sostienen que en su segunda reunión en 1952, el Comité de
Libertad Sindical afirmó el derecho de huelga y formuló los elementos del
principio básico sobre este derecho, del que en cierto modo derivan todos los
demás, a tenor del cual el derecho de huelga es uno de los medios legítimos
fundamentales de que disponen los trabajadores y sus organizaciones para la
promoción y defensa de sus intereses económicos y sociales (OIT, 1996, básico
sobre este derecho, del que en cierto modo derivan todos los demás, a tenor del
párrafos 473-475).
Sobre la base de este principio, a lo largo de los años el Comité de Libertad
Sindical, además de reconocer que la huelga es un derecho y no simplemente un
hecho social:
1. Ha dejado claro que se trata de un derecho del que deben disfrutar las
organizaciones de trabajadores (sindicatos, federaciones y
confederaciones)
2. Ha adoptado un criterio restrictivo al delimitar las categorías de
trabajadores que pueden ser privadas de este derecho y respecto de
las limitaciones legales a su ejercicio, que no deben ser excesivas.
3. Ha vinculado el ejercicio de derecho de huelga a la finalidad de
promoción y defensa de los intereses económicos y sociales de los
trabajadores (criterio este que excluye del ámbito de protección
internacional en el seno de la OIT las huelgas puramente políticas
aunque no aporta de manera directa elementos de pronunciamiento
sobre la huelga de solidaridad, cuestión esta que será examinada más
adelante pero que no puede ser objeto de una prohibición absoluta).
Un aspecto importante y que muchas veces se deja de lado es el cumplimiento y
no vulneración de derechos, en este caso el Derecho de Huelga, el cual puede ser
entendido también como un derecho humano constitucionalizado; el mismo que
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se encuentra restringido por determinadas exigencias propias de la vida en
sociedad. Esto no se contrapone a la convicción de entender que el ser humano
es el centro de toda comunidad organizada, sino, muy por el contrario, se vincula
con un reforzamiento de las garantías de una existencia plena, pacífica y
respetuosa por los derechos y la dignidad humana.
De lo antes dicho, se puede entender que la huelga no es un derecho absoluto. Su
ejercicio, para ser socialmente legítimo, debe respetar y garantizar ciertos
derechos fundamentales como son la vida, la salud, la seguridad, la tranquilidad
ciudadanas, entre otros. La acción directa debe permanecer dentro de una esfera
que no vulnere estos otros derechos.
La Policía Nacional del Perú y las F.F.A.A, cumplen con una misión
constitucional de seguridad nacional, que en concreto es una seguridad a toda la
ciudadanía en general y en relación con todos los bienes jurídicos que
interactúan en una sociedad democrática y de derecho.

La Constitución del 93 le asigna a nuestro cuerpo policial, en el artículo 166°, la


función fundamental de garantizar, mantener y restablecer el orden interno,
prestar protección y ayuda a las personas y a la comunidad; garantizar el
cumplimiento de las leyes y la seguridad del patrimonio público y del privado
además de prevenir, investigar y combatir la delincuencia

Por tanto que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, sean prohibidas
constitucionalmente de llevar a cabo una huelga, se sustenta en que estos deben
garantizar que los servicios que la ciudadanía recibe no se interrumpan del todo
a pesar de la paralización que pudiera parcialmente afectarlos. Tales servicios
fundamentales para el cuerpo social son conocidos como servicios públicos
esenciales.

Blancas Bustamante, resalta que “los servicios esenciales se definen en relación


a la naturaleza de los derechos o bienes de las personas que son satisfechos con
su prestación o, visto desde otro ángulo, que resultarían gravemente
perjudicados con su falta de prestación” (Villavicencio, Alfredo, (2008).
“Huelga y servicios esenciales: Alcances, Estándares Internacionales y Nueva
afectación (La Educación Básica Regular)”)
El orden interno no se afecta por los conflictos laborales que se presentan entre
empleador y trabajador por cuanto sus intereses son deben ser solucionados
mediante mecanismos propios de solución.

2.2. Marco jurídico e histórico social


Mediante Ley N° 24949, un 06 de diciembre de 1988, se establece una
modificatoria en la Constitución Política de 1979, creándose la Policía Nacional
del Perú, con una organización castrense, la cual, fue heredada de los dos
cuerpos policiales uniformados anteriores a ella que eran la Guardia Civil del
Perú y la Guardia Republicana del Perú, cuyos antecesores más antiguos fueron
cuerpos policiales que nacieron con la República (la Guardia Cívica y la Guardia
de Policía).

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En el Perú, en 1975, se llevó a cabo el Limazo o el Febrerazo, nombres con que
se conocen a una serie de revueltas populares llevadas a cabo por las fuerzas del
orden, ocurridas en la ciudad de Lima, durante el gobierno del general Juan
Velasco Alvarado. La misma que trajo como consecuencia el agravamiento de la
crisis política que enfrentaba el gobierno y la subsiguiente caída de Velasco.
El factor que desata la huelga es un hecho imprevisible y azaroso: la agresión
física y verbal de un general del ejército a un sub alterno de la guardia civil
(policía). Acontecimiento en sí mismo banal y reprobable pero que ubicado en el
contexto de un gobierno militar, que reivindica la dignidad como valor
fundamental de la nacionalidad, tiene efectos detonadores pues cataliza todo un
proceso de contradicción y malestares existentes al interior de la guardia civil
que llevan a generar una fisura en los aparatos coercitivos del estado al enfrentar
a la guardia civil con el ejército (Desco (1976) Tratamiento jurídico a los
conflictos sociales. Lima).
Estos hechos constituyeron una crisis urbana en la cual ocurrieron significativas
acciones de masas. La crisis se origina en una fisura ocurrida en los aparatos
coercitivos del estado (ejército vs policía) que hace posible que a través de
manifestaciones diversas se expresen violenta y encadenadamente un conjunto
de contradicciones sociales generalizándose de esta manera la crisis a todo el
sistema social y político1.
En esta huelga policial convergen dos tipos de problemas:

 Los primeros que se encuentran en el origen de la paralización y que están


referidos a la situación del personal subalterno, son de carácter económico
reivindicativo, es decir mejoras salariales, el cese de descuentos
injustificados, etc.
 Los segundos referidos al conjunto de la institución policial y en especial a
la oficialidad, permiten no solo el desarrollo y la contundencia de la
huelga, sino que está contando con las simpatías pasivas de la oficialidad,
se transforma en un virtual enfrentamiento entre dos instituciones que
forman parte de los aparatos coercitivos del estado: el ejército y la guardia
civil (Rude, George (1978) Protesta popular y revolución en el siglo XVII.
Ediciones Ariel, Barcelona.)
La crisis política del gobierno también comenzó a expresarse en manifestaciones
de descontento popular que incluían a miembros de la policía. Se producen
reclamos por mejoras salariales, contra la corrupción administrativa y por
maltratos de parte de altos oficiales, el reclamo de los subalternos se extendió de
comisaria en comisaria, conformándose una comisión representativa que se
instaló en la sede de Radios Patrulla en el centro de Lima, amenazando con una
huelga de no atenderse sus reclamos (Portocarrero, Ricardo (2000) El Perú
contemporáneo, Editorial Lexius, Lima.)

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Al fracasar las negociaciones, hacia la medianoche del 4 al 5 de febrero, la
huelga entro en vigencia unidades blindadas del ejercito sitiaron Radio Patrulla
exigiendo la entrega de los dirigentes policiales y el fin de la huelga. Al no haber
respuesta se produce la toma violenta del local y debido al control militar de la
zona nunca se pudo precisar el número de muertos y heridos entre los
huelguistas (Portocarrero, Ricardo (2000) El Perú contemporáneo, Editorial
Lexius, Lima.).).
Siendo que la Policía Nacional fue creada años posterior a la Constitución de
1979, en esta no se contempla los derechos y deberes que posee la policía como
tal, asumiendo este nuevo ente policial la Organización y Funciones de las
Instituciones primigenias, con todos sus derechos y obligaciones, dándose inicio
a una nueva etapa en la historia Policial Peruana.
En la constitución de 1993, con la ya creada Policía Nacional, si bien es cierto se
ha estipulado reconocimientos en materia de sindicación y derechos laborales,
también ha dejado claro que los funcionarios estatales se encuentran incluidos de
estos.
Artículo 28°.- El Estado reconoce los derechos de sindicación, negociación
colectiva y huelga. Cautela su ejercicio democrático: 1. Garantiza la libertad
sindical. 2. Fomenta la negociación colectiva y promueve formas de solución
pacífica de los conflictos laborales. La convención colectiva tiene fuerza
vinculante en el ámbito de lo concertado. 3. Regula el derecho de huelga para
que se ejerza en armonía con el interés social. Señala sus excepciones y
limitaciones.
Artículo 42°- Se reconocen los derechos de sindicación y huelga de los
servidores públicos. No están comprendidos los funcionarios del Estado con
poder de decisión y los que desempeñan cargos de confianza o de dirección, así
como los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional. (El
subrayado es nuestro).

2.3. Estado formal de las cosas


2.3.1. Normativa internacional

Art.28 inc.1 de la Constitución Española (1978): “Todos tienen derecho a


sindicarse libremente, la ley podrá limitar o exceptuar el ejercicio de este
derecho a las fuerzas o institutos armados o los demás cuerpos sometidos a
disciplina militar y regulará las peculiaridades de su ejercicio para
funcionarios públicos.” (…)

Art.28 inc.2 de la Constitución Española (1978): “Se reconoce el derecho de


huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley que regula
el ejercicio de este establecerá las garantías precisas para asegurar el
mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad”. (…)
(Constitución Española (1978) Edición Oficial.)

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Art 8 inc.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales: “El derecho de huelga, ejercido de conformidad con las leyes de
cada país”

Art.8 inc. 2 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales: “El presente artículo no impedirá someterá restricciones legales el
ejercicio de tales derechos por los miembros de las fuerzas armadas, de la
policía o de la administración del estado” (Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (1966)).

Art.3 del Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de


sindicación (OIT): “Las autoridades públicas deberán de abstenerse de toda
intervención que tiende a limitar este derecho o a entorpecer su ejercicio.”

Art.9 inc.1 del Convenio sobre la libertad sindical y la protección del


derecho de sindicación (OIT): “La legislación nacional deberá determinar
hasta qué punto se aplicaran a las fuerzas armadas y a la policía nacional las
garantías previstas por el presente convenio” (Convenio sobre la libertad
sindical y la protección del derecho de sindicación (1948). OIT)

Art. 6 inc. 8 de la Ley Orgánica de la Legislación Española (1986): “Los


miembros de las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad no podrán ejercer en
ningún caso el derecho de huelga, ni de acciones sustitutivas del mismo o
concertadas con el fin de alterar el normal funcionamiento de los servicios”
(Ley Orgánica (1986) 13 de Mayo de Fuerzas y cuerpos de seguridad.
Legislación española.)

2.3.2. Normativa doméstica


Debido a la jerarquía de la Constitución tenemos que analizar cómo en este está
normativizado la huelga, entonces, respecto a esta:
En el Art. 28 de la Constitución nos dice “El Estado reconoce los derechos de
sindicación, negociación colectiva, y huelga.
Cautela su ejercicio democrático:
1. Garantiza la libertad sindical
2. Fomenta la negociación colectiva y promueve formas de solución pacífica de
los conflictos laborales. La convención colectiva tiene fuerza vinculante en el
ámbito de lo concertado.
3. Regula el derecho a huelga para que se ejerza en armonía con el interés social.
Señala sus excepciones y limitaciones.
Las limitaciones presentes son las que se establecen en el Art. 42, que nos dice:
“Se reconocen los derechos de sindicación y huelga de los servidores públicos.
No están comprendidos los funcionarios del Estado con poder de decisión y los
que desempeñan cargos de confianza o de dirección, así como los miembros de
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las fuerzas armadas y de la Policía Nacional.” (Constitución Política del Perú
(1993). Documento Oficial) (El subrayado es nuestro)
También se circunscribe en el Art 169:
“Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional no son deliberante. Están
subordinadas al Poder Constitucional”.
A mérito de análisis de las artículos constitucionales mencionados se expresa
que tanto las Fuerzas Armadas como la Policía Nacional se encuentran
subordinadas a la Constitución y a lo que la norma respecta, por lo tanto,
mediante estas instituciones no las faculta para que hagan uso del Derecho a
huelga sino más bien las restringe no pudiendo ejercerlas respecto al contenido
normativo expuesto.
Como vemos presente en las líneas escritas arriba se puede ver claramente como
la huelga, respecto de la Policía, en su Código Militar policial está regulado una
lista de faltas disciplinarias donde se encuentra “la huelga”, es así que establece
lo siguiente respecto a sus internos (Decreto Legislativo N°961 Código de
Justicia Militar Policial. Diario Oficial El Peruano. Lima, Perú, 11 de enero de
2006):
Faltas disciplinarias leves:
a) Faltar el respeto debido a las autoridades, funcionarios, y empleados de
Centro de Reclusión Militar Policial
b) Emplear palabras soeces o injuriosas en el trato con el otro interno u otras
personas que se encuentren dentro del Centro
c) Causar daños leves a las pertenencias de otra persona
d) Causar daños materiales menores a las instalaciones o bienes del Centro
e) Resistir o desobedecer las órdenes emanadas de autoridad o funcionario
en ejercicio a su cargo
f) Incumplir las disposiciones sobre alojamiento, higiene, aseo, horario,
visitas, comunicaciones, traslados o registros
g) Transitar o permanecer en zonas prohibidas del Centro sin la debida
autorización
Faltas disciplinarias graves:
a) Participar o instigar en motines, huelgas, o desórdenes colectivos (el
subrayado es nuestro)
b) Resistir violentamente al cumplimiento de órdenes emanadas o autoridad
o funcionario en ejercicio de su cargo
c) Poseer o consumir bebidas alcohólicas, drogas o estupefacientes

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d) Poseer armas o explosivos y otros objetos prohibidos establecidos en el
reglamento
e) Poseer celulares u otros objetos de comunicación electrónica o de
cualquier tipo
f) Agredir físicamente a cualquier persona que se encuentre en el Centro
g) Causar daños graves al Centro
h) Causar daños graves a las pertenencias de otra persona
i) Intentar evadirse del Centro
j) La reiteración de dos faltas leves en un plazo de seis meses
De esta manera se ve plasmado como es que en el Código mencionado se
cataloga como una falta disciplinaria grave el participar o instigar en huelgas que
amerita de la misma manera una sanción grave que van desde restricciones de
salidas hasta un aislamiento en una celda por no más de un plazo de 30 días.
Ante esto, nos podríamos preguntar ¿es tan grave ser partícipe de una huelga?
Otro es el caso de la ley N°24949, donde se señala que:
Artículo 61:
Se reconocen los derechos de sindicalización y de huelga de los servidores
públicos. Esta disposición no es aplicable a los funcionarios del Estado con
poder de decisión o que desempeñan cargos de confianza ni a los miembros de la
Fuerzas Armadas ni a la Policía Nacional.
Entonces como puede leerse claramente en esta ley tampoco se faculta a la
Policía ni a las Fuerzas Armadas para poder accionar su derecho de
sindicalización y de huelga (Ley N° 24949. Ley de Creación de la Policía
Nacional del Perú. Diario Oficial El Peruano, 6 de Diciembre de 1988).

2.4. Análisis de casos


En el desarrollo de la República del Perú se pueden observar dos incidentes de
huelga importantes en relación a las fuerzas internas del orden: la huelga de la
1975 y la huelga de las masas verdes.

2.4.1. Huelga de 1975


Es conocida como una de las huelgas policiales más grandes de la historia de
nuestro país y se realizó el 5 de febrero 1975 durante el auge de la crisis del
gobierno de Velazco Alvarado, el cuál posteriormente caería en agosto del
mismo año. En esa época la Policía Nacional se conformaba de tres
organizaciones: la Guardia Civil, la Guardia Republicana y la Policía de
Investigaciones del Perú.

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Las acciones de huelga fueron iniciadas por la Guardia Civil la cual se había
amontonado en el local de Radio Patrulla en La Victoria. La plataforma de
peticiones de los policías huelguistas incluía principalmente a) el desagravio a la
guardia civil por el ultraje sufrido por uno de sus miembros por parte de oficial
del ejército; b) aumento mensual de 2 000 soles; c) que la mutual del personal
subalterno sea administrada por ellos mismos previa auditoria; d) la
modificación de los reglamentos (militares) y e) la reorganización de la guardia
civil. Durante las primeras horas el caos se expandió en la ciudad mediante el
vandalismo a la propiedad pública y privada, adicionalmente los opositores al
gobierno que se encontraban en contra del gobierno de turno también
aprovecharon para manifestarse. Esta situación se mantuvo hasta que se declaró
estado de emergencia y se inició la intervención de las Fuerzas Armadas al
medio día.
El saldo de la huelga fue de 86 muertos, 162 heridos y 1012 detenidos. Unos 162
establecimientos comerciales fueron saqueados y varios edificios públicos
destruidos (Còrdova Tabori, 2016). Si bien la huelga de 1975 es considerado
como una acción no solo sindical, sino también política dado que fue el inició de
lo que serían una serie de eventos que sumarían la caída del gobierno de Velazco
Alvarado, se demostró el impacto de una ciudad sin resguardo policial y el caos
generado ante su ausencia.

2.4.2. Huelga de las masas verdes


La huelga de las masas verdes realizada el 15 de mayo de 1987 se realizó en un
contexto político igualmente complicado que la huelga de 1975, la crisis
económica en el Perú comenzaba a dar sus primeras manifestaciones, y la
actuación de los grupos terroristas se expandían ampliando de esta manera las
zonas de emergencia incluso en la capital. La época del terrorismo en el Perú
generó pérdidas de vidas humanas tanto el sector de la población como del
sector de las fuerzas del orden. En dicho contexto se incrementó el nivel de
inseguridad y peligro para los policías, el ámbito remunerativo tampoco
compensaba el nivel de riesgo que implicaba el oficio. Estos factores generaron
descontento en las instituciones policiales.
El informe de la Comisión de la Verdad y el Reconocimiento se señala que en
virtud a los acontecimientos de violencia, la necesidad de contingencia policial
era alta y que con la finalidad de mantener la mayor cantidad de oficiales activos
se había prohibido presentar la solicitud de baja en las instituciones policiales,
además como factor disuasivo se estableció la obligatoriedad del servicio por un
mínimo de treinta años para poder percibir el sueldo completo con todos los
beneficios amparados por ley.
La manifestación se inició en la 42ª Comandancia el 15 de mayo con la negativa
de esta a cumplir con el servicio del día, expandiéndose posteriormente entre el
personal subalterno de las fuerzas policiales. La 42ª Comandancia fue
anteriormente impulsadora de la huelga de 1983 y de diversas acciones
sindicales de los policías en razón a las circunstancias de los servicios que
brindaban, ellos fueron designados como una comandancia élite por lo que se le
habían reducido establecidos horarios estrictos con pocos beneficios. Las
acciones huelguistas continuaron con la realización de las marchas,
pág. 18
posteriormente el gobierno estableció diversas mesas de dialogo a fin de
negociar el pliego de peticiones de los policías, este señalaba principalmente las
solicitudes de baja. Como resultado de las mesas de dialogo se estableció que los
miembros policiales de más de veinte años de servicio podían solicitar su baja,
sin embargo, mediante memorando interno se prohibió dar trámite a dichas
solicitudes; estas acciones generaron aún mayor malestar el cual se intentó
apaciguar mediante facilidades de escolaridad.
Posterior a estos hechos los policías huelguistas conformaron un Comité
Ejecutivo Nacional de Defensa de las Fuerzas Policiales, si bien las fuerzas
policiales no mantenían un estado de huelga constante, el conflicto interno se
extendió hasta la huelga del 16 de octubre de 1989 la cual fue reprimida por los
paramilitares de Mantilla, estos hechos intensificaron la tensión; al final se
decidió aumentar en un 35% las remuneraciones y pensiones del personal
policial.

2.4.3. Conclusiones
Debemos precisar que el fin, el motivo, la razón por la cual se tomó la
iniciativa de realizar la Huelga Policial de 1987 o más conocida como la
Huelga de la Masa Verde, se basó exclusivamente en las condiciones tanto
económicas como social que atravesaban los comandos policiales.
Un motivo recurrente por las fuerzas policiales fue la demanda salarial que
estos esperaban por parte del ejercicio de su profesión 2 , en tanto la carrera
policial se había convertido mucho más riesgosa contra sus vidas, debido a los
diversos atentados realizados por PCP – SL.
Una referencia a tomar en cuenta, en atención a lo señalado en el párrafo
anterior, son los asesinatos que se realizaron en distintos puntos de la ciudad
que fueron noticia en su momento:

 El 10 de enero de 1987 una mujer asesinó a dos guardias republicanos


en la puerta del hospital Hipólito Unanue.

 El 26 de enero de 1987 catorce miembros del PCP-SL atacaron la


Embajada de la India y mataron a tres guardias civiles.

 El 8 de abril de 1987 una policía femenina recibió una ráfaga de


metralleta mientras estaba controlando el tránsito entre la avenida
Alfonso Ugarte y el Jirón Zorritos.
Asimismo, otro de los motivos por el cual se desarrolló la Huelga de la Masa
Verde, era el trato que recibían los sub-alternos policial, ya que estos
aseguraban no recibían un trato respetuoso por parte de su comando e incluso
eran mal vistos por la opinión pública.

pág. 19
La exigencia a una mejora salarial, a un mejor trato por parte de la opinión
pública y de su propio comando, el mayor riesgo que sus vidas corrían debido a
los diversos atentados terroristas del PCP – SL, fue aquello que influyó de
manera primigenia el levantamiento de las fuerzas policiales en mayo del año
1987 (Informe Final, Tomo II. Comisión de la Verdad y la Reconciliación
(2003). 1era edición, Lima. Pp.131)
No obstante, y según lo señalado anteriormente, consideramos como grupo que
la realización de una huelga por parte de las fuerzas policiales no sería lo mejor
para nuestra sociedad, en tanto esto generaría un completo caos en todos los
puntos de la ciudad.
En nuestra carta magna se considera como Derecho fundamental de todas las
personas el derecho a la seguridad ciudadana, este es uno de los Derechos
Sociales y económicos, que se encuentran enmarcados en el Título I, Capítulo
II de la Constitución política del Perú.
El brindar seguridad a todos sus ciudadanos es un deber irrenunciable por parte
del Estado, ya que con ello se trata de salvaguardar la vida y la integridad
misma de cada persona, y esto se ve plasmado a través de nuestras fuerzas
policiales que nos resguardan al transitar en las calles de nuestra ciudad.
En atención al párrafo anterior, suponiendo que nuestras fuerzas policiales se
levanten en huelga, ¿quiénes serían los encargados de mantener o reestablecer
el orden en las calles de nuestra ciudad? Las calles serían un completo caos, y
la ciudadanía se vería vulnerable a cualquier atentado que se pueda realizar
contra su persona, incluso se podrían realizar diversos atentados con nuestras
instituciones públicas.
Si bien debe tomarse en consideración que la situación por la que se
encontraban las fuerzas policiales en el momento en que se desarrolló la huelga
de mayo de 1987 era completamente deplorable, se debió optar por buscar una
alternativa para dar solución a los malestares tanto salariales, económicos y
sociales de las fuerzas policiales y no optar por la una solución que si bien
buscaba solucionar un caos en las fuerzas policiales, traería consigo
desencadenar un mayor perjuicio en contra de toda la ciudadanía.

2.4.4. Balance crítico y tendencias:


2.4.4.1. Negociación colectiva
La negociación colectiva persigue dos objetivos por una parte
determina las remuneraciones y las condiciones de trabajo de aquellos
trabajadores a los cuales se aplica a un acuerdo que se ha alcanzado
mediante negociaciones entre dos partes que han actuado libre
voluntaria e independientemente. Por otra parte, hace posible que
empleadores y trabajadores definan mediante acuerdo, las normas las
normas que regirán sus relaciones reciprocas (Organización
Internacional del Trabajo (2007, febrero). Dialogo social, [en línea].
Disponible en:
pág. 20
https://www.ilo.org/public/spanish/dialogue/themes/cb.htm (2007,
febrero)
La negociación colectiva presenta ventajas tanto para los trabajadores
como para los empleadores. En el caso de los trabajadores, la
negociación colectiva asegura salarios y condiciones de trabajo
adecuadas pues otorga al "conjunto" de los trabajadores "una sola voz",
lo que les beneficia más que cuando la relación de trabajo se refiere a
un solo individuo. También permite influir decisiones de carácter
personal y conseguir una distribución equitativa de los beneficios que
conlleva el progreso tecnológico y el incremento de la productividad.
En el caso de los empleadores, como es un elemento que contribuye a
mantener la paz social, favorece la estabilidad de las relaciones
laborales que pueden verse perturbadas por tensiones no resueltas en el
campo laboral (Organización Internacional del Trabajo (2007, febrero).
Dialogo social, [en línea]. Disponible en:
https://www.ilo.org/public/spanish/dialogue/themes/cb.htm (2007,
febrero)
La negociación colectiva de trabajo constituye un documento
extremadamente formal. En efecto, la indicación de que el pliego de
reclamos deberá aprobarse en una asamblea general, que ella deberá
elegirse a las personas a discutir y concluir el acuerdo (Gómez Valdez,
Mario. Derecho del trabajo 4: Relaciones colectivas de trabajo.
Editorial San Marcos E.I.R.L. 2009. Pág. 505)
Cabe precisar que nuestra Carta Magna en su Artículo 28. Inciso 2
reconoce los derechos de sindicación, negociación colectiva y huelga.
Cautela su ejercicio democrático, Fomenta la negociación colectiva y
promueve formas de solución pacífica de los conflictos laborales; La
convención colectiva tiene fuerza vinculante en el ámbito de lo
concertado; Sin embargo, al ser la Policía Nacional un servidor público,
no se les reconoce el derecho de sindicación, huelga y mucho menos
negociaciones colectivas, tal cual lo indica el artículo 42 de nuestra
constitución.
Ahora bien, es pertinente mencionar que en el artículo 2 inciso 20 de
nuestra constitución política se reconoce que: Toda persona tiene
derecho a formular peticiones, individualmente o colectivamente, por
escrito ante la autoridad competente, la que está obligada a dar al
interesado una respuesta también por dentro del plazo legal, bajo
responsabilidad.
Los miembros de las fuerzas armadas y de la Policía Nacional solo
puedes ejercer individualmente el derecho de petición.
Con respecto a la “huelga policial del mayo 1987” se sabe que los
pliegos de reclamos llevados por los representantes; representantes que
se habían erigido por clima de inseguridad dentro del centro de labores
por la crecida de los atentados de Sendero Luminoso y una pésima
remuneración a los agentes del orden.
pág. 21
Durante el primer desgobierno de Alan García Pérez, Aparece el
clandestino “Comité de Defensa de 18 las Fuerzas Policiales”
anunciando la convocatoria a otra huelga, mediante volantes que eran
diseminados en todas las unidades de Lima, inclusive realizaron una
conferencia de prensa clandestina, donde sustentaron las causas y
oficializaron el petitorio de la huelga. El petitorio realizado por parte
del “Comité de Defensa de 18 Fuerzas Policiales” jamás fue atendido,
es más ni siquiera se le tomo importancia por ende negociación jamás
se llegó a dar.
Si bien el gobierno de Alan García, mediante sus ministros al reunirse
con los representantes de los policías mostraban una iniciativa de
negociación mediante un diálogo. Por la cual una comisión acudió a
Palacio de Gobierno, luego de exponer la problemática regresaron con
promesas y la orden de levantar la huelga. El personal rechazó la
propuesta y decidió continuar la medida de fuerza. Horas después se
reanudó el diálogo y hasta se firmó un acta, cuyo contenido ambiguo no
garantizaba nada, siendo rechazado por el personal que lo convirtió en
letra muerta antes de que se secara la tinta. Hasta que decidimos acudir
al Congreso con una marcha numerosa y apoteósica. Este suceso nos
hace ver que no hubo consenso entre representantes del Estado y del
cuerpo policial, sino que más bien con el pasar de las horas las entre los
mismos huelguistas se empezaron a sentir discrepancias.

2.4.4.2. Libertad sindical


A modo de poder conceptualizar a la libertad sindical podemos decir que
esta se define como el derecho que tiene todo trabajador a constituir las
organizaciones que estime convenientes, así como el de afiliarse a estas
organizaciones, con la sola condición de observar los estatutos de las
mismas.
En palabras más simples, la libertad sindical es, en pocas palabras, el
derecho de los trabajadores a asociarse libremente para poder ejercer sus
derechos frente al empleador, es aquella garantía por excelencia que
tienen los trabajadores para la tutela de sus derechos.
La libertad sindical sirve para equilibrar un poco la relación, desigual por
naturaleza, entre el empleador y el trabajador; pero este derecho tiene una
especial relevancia en la medida en que no solo es un derecho
constitucional y fundamental de toda persona sino que también, como
bien ilustra, Ermida Uriarte: «la libertad sindical no es posible sin el
ejercicio de otros derechos humanos, y viceversa» (Ermida Uriarte, O.
Sindicatos en libertad sindical (1985). Montevideo, Fundación de Cultura
Universitaria. Pp. 24)
La libertad sindical según el profesor Lyon-Caen representa una triple
facultad que tiene toda persona de adherirse al sindicato de su elección,
sin importar la edad, la nacionalidad ni el sexo. Importando solamente la

pág. 22
disposición de agremiarse y hacer tangible dicha facultad, de no adherirse
a la organización o de retirarse de ella. De esta manera la libertad sindical
la brindan dos presupuestos de hecho bien definido: la constitución de
un sindicato y la adhesión al mismo cuando está ya constituido
convirtiéndose por este hecho no tanto en una facultad sino en un
verdadero derecho sindical (Gómez Valdez, Francisco (1996) Derecho
del trabajo: Relaciones colectivas de trabajo. (2005) Lima. Editorial San
Marcos.)
Como ya lo dijimos en párrafos anteriores un cierto sector de la policía
había conformado el “Comité de Defensa de 18 Fuerzas Policiales” claro
está que este comité se había conformado y como no era de esperarse de
manera clandestina, toda vez que los servidores públicos como ya es de
conocimiento de cada uno, no podían formar sindicatos o participar en
huelga por la naturaleza de sus funciones ya que estos están subordinados
a la constitución.

2.4.4.3. Huelga
El derecho a huelga es como todos los derechos un “derecho de carácter
limitado” y no ilimitado de e irrestricto como a veces se pretende
entender por los trabajadores, que admite y precisa de una regulación
legal debidamente adecuada y empleada por los trabajadores que se
encuentran en una situación de conflicto.
El derecho que tienen los trabajadores de defender sus intereses mediante
la utilización de instrumentos de presión en la producción de bienes y
servicios cede cuando con ellos se ocasiona o se puede ocasionar un mal
grave que el que los huelguistas experimentarían si su reivindicación o
pretensión no tuviera éxito alguno.
El ejercicio de la huelga en una actividad productiva susceptible de ser
considerada como un servicio esencial, plantea para el seno de la
sociedad un conflicto entre dos intereses concurrentes. En primer lugar,
el interés de los trabajadores que deciden, recurrir a hacer uso, empleo y
pleno ejercicio de un derecho constitucional de carácter fundamental que
les asiste reconocimiento en el art. 28 de la constitución política peruana
vigente (Mayor Sánchez, Jorge Luis. La huelga: su limitación, restricción
e incidencia durante su ejercicio como derecho constitucional.
http://www.usmp.edu.pe/derecho/8ciclo/derecho_laboral_II/Dr_Nava/esc
aneo/LA_HUELGA_EN_LOS_SERVICIOS_ESENCIALES.pdf)
En el caso en concreto, antes de iniciarse la huelga de 1987 el comando
de la GC brindó una serie de facilidades para que aquellos miembros que
contaran más de veinte años de servicio pudieran solicitar sus bajas,
literalmente se produjo una avalancha de solicitudes. Sin embargo, un
memorando interno del comando superior prohibió darles trámite. Esta
situación produjo mucha tensión entre los policías. En los días siguientes
se trató calmarla otorgándoles algunas bonificaciones para pagar los
gastos de uniformes y escolaridad, pero estas medidas no fueron
suficientes para calmar el descontento, poco tiempo después se conformó
pág. 23
por parte de un sector de la policía el ““Comité de Defensa de 18 Fuerzas
Policiales”, lo cual agudizo más la relación entre los miembros del
cuerpo policial
Si bien el derecho a huelga es reconocido para los servidores públicos, en
el artículo 42 de nuestra Constitución Política este se prohíbe a los
funcionarios con poder de decisión, cargos de confianza o de dirección
además de miembros policiales y militares. Debemos recordar que tanto
la PNP como las Fuerzas Armadas (FF.AA.) se encuentran
constitucionalmente impedidas para ejercer derechos de sindicación y
organizar protestas o paros laborales.
Por otro lado, estas dos últimas instituciones no cuentan con carácter
deliberante, pues el artículo 169 las subordina al poder constitucional. De
manera que, tanto una huelga policial en sí misma como la conformación
e inscripción de un sindicato por miembros de la institución no cuentan
con respaldo legal (La Gaceta jurídica (2016). La Ley “El ángulo legal de
la noticia”. Constitución impide a la PNP ejercer derecho a la
sindicación (martes 26 de enero de 2016))
Es importante también señalar que la finalidad del cuerpo policial es el
de garantizar, mantener y restablecer el orden interno, presta protección y
ayuda a las personas de la comunidad. Asimismo, garantiza el
cumplimiento de las leyes y la seguridad del patrimonio público y del
privado. Previene, investiga y combate la delincuencia. Vigila y controla
las fronteras; así lo establece nuestra constitución en su artículo 166. Por
lo tanto, al iniciarse la huelga policial de mayo de 1987 la ciudad de
Lima y callao quedaron prácticamente desguarnecidas, tanto los negocios
como como la protección de civiles y el tránsito en la ciudad se
incrementaron. Si bien las fuerzas armadas salieron a las calles a “cubrir”
dicha función, estos no estaban capacitados para tal función, es por eso
que desde que inicio la huelga policial el 15 de mayo de 1987 hasta el 18
de mayo, incluso hasta se suspendieron las clases en Lima y Callao, ya
que las medidas de seguridad no estaban garantizadas por las fuerzas
armadas debido a su nula formación para con la ciudadanía.
En la huelga policial que se llevó a cabo desde el 15 de mayo hasta el 18
de mayo desde una perspectiva crítica tanto al gobierno como a los
agentes del orden se llega a la conclusión que se debió en parte a la
inacción de parte del gobierno de turno (gobierno de Alan García) ante el
petitorio realizado por cierta cantidad de efectivos antes de concretarse la
huelga; asimismo no hay que minimizar la responsabilidad de los agentes
de policía, puesto que como en anteriores párrafos hemos plasmados los
artículos que rigen la constitución de nuestro país. Si bien el cuerpo
policial había realizado su petitorio y se hizo caso omiso por parte del
gobierno pese a las circunstancias debido a los asesinatos por parte de
Sendero Luminoso y la crisis económica que se agudizaba día a día, no
era causa suficiente para realizar una huelga de tal magnitud, puesto que
al llevarse a cabo dicho acto “huelga policial” aunque dicho sea de paso
fue una huelga pacifica los ciudadanos estaban indefensos, se reportaron
pág. 24
un sin número de robos, asalto y asesinatos particularmente en Lima y
callao.
Es importante también resalta que en el artículo 28 de la Declaración
Universal de Derechos Humanaos indica que: Toda persona tiene
derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los
derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan
plenamente efectivos. Claro está que al darse una huelga policial el orden
social queda a la deriva quedando a la discreción de los habitantes el
orden.

CAPÍTULO III

« CRITERIO DE GRUPO»

pág. 25
CAPÍTULO III: «CRITERIO DE GRUPO»

3.1 Posición de grupo


3.2 ¿Necesidad de regular o prohibir?
3.3 Fundamentos
Primero, uno de los principales análisis que se tendría que hacer es acerca que los
policías (al igual que los bomberos o algunos trabajadores de la salud) proveen un
servicio que es esencial para la población, es decir, es vital que los policías estén en las
calles salvaguardando la vida y/o seguridad de la población ante cualquier atentado del
día a día por eso es crucial que estén presentes.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce la necesidad de que los
gobiernos puedan limitar el derecho a huelga de los trabajadores de servicios esenciales,
es decir, de los de aquellos servicios cuya interrupción podría poner en peligro la vida,
la seguridad o la salud de toda la población o de parte de ella. La esencialidad de estos
servicios se mide por el daño potencial a corto plazo que puede producirse de ser
suspendida su provisión.
Por ejemplo, es razonable prever que una huelga de los funcionarios encargados del
archivo fotográfico tendrá, en lo inmediato, un impacto menor en la población que una
de policías. Del mismo modo, es esperable que una huelga de médicos de emergencia
afecte dramáticamente a más personas que una de los correctores de un diario.
Otro factor importante, a parte de la exposición o la conmoción que puede generar en la
población, es el del tiempo, ya que, si es que su servicio se llega a suspender por un par
de días puede que haya menos probabilidad de daño a comparación con una huelga
indefinida o que se traslade a una semana, ¿por qué? ¿O es que acaso se imaginan una
ciudad sin policías por una semana? Esto lo único que podría ocasionar es caos.
Para pensar en las consecuencias de las huelgas policiales no necesitamos remontarnos a
lo sucedido en Boston en 1919 o en Montreal en 1969, casos muy lejanos de nuestro
país, sino tan solo hacer una retrospectiva histórica a los acontecido en la huelga del
caso ya analizado llamado «masa verde» donde hubo muchos heridos y muertos,
saqueos y desvanes.
Esto es plasmado en el artículo 7 donde están estipuladas las funciones de la Policía
Nacional del Perú: (Ley Orgánica de la Policía Nacional del Perú. Diario Oficial El
Peruano, 2002)
1. Mantener la seguridad y tranquilidad públicas para permitir el libre ejercicio de
los derechos fundamentales de la persona consagrados en la Constitución Política del
Perú. 2. Prevenir, combatir, investigar y denunciar los delitos y faltas previstos en el
Código Penal y leyes especiales, perseguibles de oficio; así como aplicar las sanciones
que señale el Código Administrativo de Contravenciones de Policía.
3. Garantizar la seguridad ciudadana. Capacita en esta materia a las entidades
vecinales organizadas.

pág. 26
4. Brindar protección al niño, al adolescente, al anciano y a la mujer que se encuentran
en situación de riesgo de su libertad e integridad personal, previniendo las infracciones
penales y colaborando en la ejecución de las medidas socio-educativas
correspondientes.
5. Investigar la desaparición de personas naturales.
6. Garantizar y controlar la libre circulación vehicular y peatonal en la vía pública y en
las carreteras, asegurar el transporte automotor y ferroviario, investigar y denunciar los
accidentes de tránsito, así como llevar los registros del parque automotor con fines
policiales, en coordinación con la autoridad competente.
7. Intervenir en el transporte aéreo, marítimo, fluvial y lacustre en acciones de su
competencia.
8. Vigilar y controlar las fronteras, así como velar por el cumplimiento de las
disposiciones legales sobre control migratorio de nacionales y extranjeros.
9. Brindar seguridad al Presidente de la República en ejercicio o electo, a los Jefes de
Estado en visita oficial, a los Presidentes de los Poderes Públicos y de los organismos
constitucionalmente autónomos, a los Congresistas de la República, Ministros de
Estado, así como a diplomáticos, dignatarios y otras personalidades que determine el
reglamento de la presente Ley.
10. Cumplir con los mandatos escritos del Poder Judicial, Tribunal Constitucional,
Jurado Nacional de Elecciones, Ministerio Público y de la Oficina Nacional de Procesos
Electorales, en el ejercicio de sus funciones.
11. Participar en la seguridad de los establecimientos penitenciarios, así como en el
traslado de los procesados y sentenciados de conformidad con la ley.
12. Participar en el cumplimiento de las disposiciones relativas a la protección y
conservación de los recursos naturales y del medio ambiente, la seguridad del
patrimonio arqueológico y cultural de la Nación.
13. Velar por la seguridad de los bienes y servicios públicos, en coordinación con las
entidades estatales correspondientes.
14. Participar en la Defensa Nacional, Defensa Civil y en el desarrollo económico y
social del país.
15. Ejercer la identificación de las personas con fines policiales.
16. Ejercer las demás funciones que le señalen la Constitución y las leyes
Situándonos en los dos incisos subrayados es meritorio decir el porqué, pues estos son
los principales daños inmediatos que podría sufrirse al haber una huelga por parte de la
policía porque como se expresa en primera instancia el mantener la seguridad y
tranquilidad públicas para permitir el libre ejercicio de los derechos fundamentales de la
persona claramente no es posible si es que no hay una institución o un órgano de control
que pueda resguardarlos; de la misma manera, no se puede consignar que se pueda
garantizar la seguridad ciudadana si tampoco, como ya se expresó, hay quien lo regule.

pág. 27
Ante estas claras deficiencias que se pueda dar en la práctica de las principales
funciones de la Policía, no se puede establecer que no habrá una clara afectación a los
derechos de varias personas y lo único en que se podría transformar es en caos.

3.4 Perspectiva

pág. 28
CONCLUSIONES

1. La Constitución reconoce límites al ejercicio (artículo 28°, inciso 3), en la


medida que en principio no existen derechos fundamentales absolutos, debiendo
protegerse o reservarse no sólo otros derechos fundamentales, sino también otros
bienes constitucionalmente protegidos. Por lo tanto, este tiene límites en la
normativa doméstica por razón de la persona, se encuentran excluidos del goce
de libertad sindical del derecho de huelga, los siguientes :

a. Los funcionarios del Estado con poder de decisión y los que desempeñan
cargos de confianza o de dirección (artículo 42° de la Constitución).
b. Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional (artículo 42°
de la Constitución).
c. Los magistrados del Poder Judicial y del Ministerio Público (artículo 153° de
la Constitución).
2. El derecho a huelga es aquel derecho que tienen los trabajadores de defender sus
intereses mediante la utilización de instrumentos de presión en la producción de
bienes y servicios cede cuando con ellos se ocasiona o se puede ocasionar un
mal grave que el que los huelguistas experimentarían si su reivindicación o
pretensión no tuviera éxito alguno.

3. Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional no cuentan con


carácter deliberante, pues el artículo 169 los subordina al poder constitucional,
en vista de ello es que la conformación e inscripción de un sindicato por
miembros de la institución no contarían con respaldo legal. Ya el Tribunal
Constitucional, a través del Expediente N° 008-2005-PI/TC, definió a la huelga
como un derecho que no es absoluto, se trata de un derecho regulable, el cual se
ejerce cuando se hace efectiva la armonía con los demás derechos.

4. Si se permitiera la huelga laboral a los policías estos ocasionarían grandes daños


inmediatos a otros derechos fundamentales de las demás personas como la
seguridad y tranquilidad pública que, en estricto, es una de las funciones que
establece el reglamento de los policías que deben cumplir, y al no haber otro
órgano de control que pueda resguardarlo se vería en imposible el garantizar este
derecho fundamental de la ciudadanía.

pág. 29
BIBLIOGRAFÍA

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2. CLEGG, Hugh A., El sindicalismo en un sistema de negociación colectiva. Una


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12. Informe Final, Tomo II. Comisión de la Verdad y la Reconciliación (2003). 1era
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13. La Gaceta jurídica (2016). La Ley “El ángulo legal de la noticia”. Constitución
impide a la PNP ejercer derecho a la sindicación (martes 26 de enero de 2016)
14. Ley N° 24949. Ley de Creación de la Policía Nacional del Perú. Diario Oficial El
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15. Ley Orgánica (1986) 13 de Mayo de Fuerzas y cuerpos de seguridad. Legislación


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16. Martín Valverde, A. (2016) Derecho del Trabajo. Madrid: Tecnos)

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18. Ojeda Avilés, A. (2003) Derecho Sindical. 8va edición
19. Organización Internacional del Trabajo (2007, febrero). Dialogo social, [en línea].
Disponible en: https://www.ilo.org/public/spanish/dialogue/themes/cb.htm (2007,
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20. OIT, (1996) Básico sobre este derecho del que en cierto modo derivan todos los
demás, a tenor del párrafos 473-475

21. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966)

22. Portocarrero, Ricardo (2000) El Perú contemporáneo, Editorial Lexius, Lima.

23. Rude, George (1978) Protesta popular y revolución en el siglo XVII. Ediciones
Ariel, Barcelona.

24. Sentencia de Pleno del Tribunal Constitucional, 008-2005-PI/TC, Demanda de


Inconstitucionalidad contra diversos artículos de la Ley N° 28175, 12 de Agosto 2005

25. Villavicencio, Alfredo, (2008). “Huelga y servicios esenciales: Alcances, Estándares


Internacionales y Nueva afectación (La Educación Básica Regular)”)

pág. 31

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