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UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA DE DERECHO

“EL DELITO DE CHANTAJE SEXUAL Y SU DIFERENCIA


CON EL DELITO DE ACTOS CONTRA EL PUDOR”

Anamaría Ramírez, Yesmin

Castillo Jiménez, Víctor

Condemarín Montes, Diego

Escalante Triveño, Astrid

CURSO: DERECHO PENAL II

2018
INTRODUCCION
Según el Decreto Legislativo 1410, publicado en el diario ‘El Peruano’, se establecieron
los tipos penales de acoso sexual, chantaje sexual, entre otros. Sobre el chantaje sexual
se establece que; “el que amenaza o intimida a una persona, por cualquier medio,
incluyendo el uso de tecnologías de la información o comunicación, para obtener de ella
una conducta o acto de connotación sexual (…)”. Si bien nos queda claro que al igual
que actos contra el pudor se presenta una amenaza (por cualquier medio) para obtener
conducta sexual sobre la víctima, no nos queda claro la diferencia entre estos dos tipos
penales, ya que entendemos a los actos de connotación sexual como palpación,
tocamiento, manoseos de las partes genitales; acciones que también se encuentra
dentro de actos contra el pudor.
Esta falta de precisión del tipo penal ocasiona que en múltiples casos se puedan tomar
ambos delitos como tal. En nuestro país es una cifra alarmante ya que mayormente el
abuso de menores de edad y prostitución infantil, inician mediante una amenaza o
chantaje del cual se le obliga al menor a realizar los actos sexuales a cambio de no
difundir o realizar conductas que agravien a la víctima. Según datos del Ministerio de la
Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), de febrero a julio de este año se han reportado
466 casos de acoso virtual en el Perú. La mayoría de ellos se realizaron a través de
redes sociales como Facebook y WhatsApp, siendo las víctimas principalmente mujeres
(89% de los casos).
Si bien estos nuevos delitos se crearon con la finalidad de combatir esta realidad actual,
no están bien definidos y podrían llevarse a una incertidumbre al ahora de aplicarse. Es
por eso que nuestra problemática va dirigida al delito que consideramos más
controversial al ahora de conceptualizarse, el chantaje sexual y su diferencia con el
delito de actos contra el pudor. Empezando por un problema en la propia acogida del
término “chantaje sexual” y sus elementos comparados al de actos contra el pudor.
MARCO TEORICO
1.- Sobre el chantaje como delito
La palabra chantaje proviene del francés chantage, que es señalado como la amenaza
de pública difamación o daño hecho con la finalidad de obtener de aquel a quien se
amenaza, dinero u otro provecho. Es, pues, un delito que lesiona la libertad y
patrimonios ajenos. Todos los países castigan este delito; unas legislaciones lo
comprenden dentro de una concepción amplia de la figura de la extorsión (sistema
alemán, § 253), otras lo castigan como una modalidad de las amenazas condicionales
(sistema español, artículo 171.2 y 3) o hacen de él un delito autónomo e independiente
(sistema francés, Artículo 312-9). En este último país se exige para la existencia del
chantaje una amenaza escrita o verbal de revelaciones o imputaciones difamatorias, un
fin de lucro ilegítimo y de mala fe. De este último ordenamiento jurídico ha pasado a
algunas otras legislaciones, por ejemplo, en el ordenamiento jurídico argentino se
reprocha al que por amenaza de imputaciones contra el honor o de violación de secretos
obligue a otro a entregar, enviar, depositar o poner a disposición suya o de un tercero
cosas, dinero o documentos que produzcan efectos jurídicos o a suscribir o destruir
documentos de obligación o de crédito. La amenaza puede ser verbal o escrita, directa
o indirecta, expresa o disimulada.
Generalmente se ha entendido en el Derecho hispanoamericano que este delito supone
siempre la concurrencia, por lo menos en grado de tentativa, de una injuria o una
calumnia cuando el medio extorsivo consiste en una imputación contra el honor y se ha
establecido, por ejemplo en el Derecho argentino, una relación de subsidiariedad que
excluye en todo caso la sanción independiente de la injuria o de la calumnia.
El chantaje ofrece una notoria agravación si el secreto que se amenaza con divulgar es
falso, si la campaña se intenta realizar por medio de la prensa, radio, televisión o
cualquiera otra forma de gran difusión y si el perjuicio para la víctima puede ser
irreparable. Para la existencia del delito no importa que el hecho cuya imputación pública
se amenaza sea verdadero o falso, pues tanto la verdad como la mentira ponen en juego
la estimación pública y pueden dañarla gravemente.
2.- El problema del concepto de chantaje sexual
El chantaje sexual es una conducta que ha sido objeto de análisis de diversas ciencias
sociales, y por lo mismo, es imposible analizar sus alcances a partir de un solo punto de
vista. El nuevo tipo penal del código peruano entiende como chantaje sexual, aquellos
actos realizados por una persona que condiciona a la víctima con la consecución de una
amenaza para que acceda a comportamientos de connotación sexual.
De por sí encontramos dificultades en la propia definición de la frase “chantaje sexual”,
ya que según la RAE se define al chantaje como extorsión, y sabemos por el desarrollo
del anterior punto que extorsión va más encaminado a un beneficio económico. Distinto
seria si el tipo penal señalase que fruto de la amenaza del chantaje sexual se llegue a
lucrarse, sin embargo dicha intimidación debe producirse actos o conductas de
connotación sexual.
Ahora analicemos el concepto del acoso sexual que a su vez fue tipificado junto al
chantaje; este ahora artículo 176-B indica “el que, de cualquier forma, vigila, persigue,
hostiga, asedia o busca establecer contacto o cercanía con una persona, sin el
consentimiento de esta, para llevar a cabo actos de connotación sexual (…)” el resultado
sigue siendo el mismo (hacer que la víctima realice actos de connotación sexual), pero
el chantaje define “mediante amenaza”. El acoso es un comportamiento que puede
desarrollar una persona contra otra y que se caracteriza por el reiterado hostigamiento
y persecución y que tiene la misión, el objetivo, de lograr que la otra persona acceda a
hacer aquello que se le exige insistentemente. Siempre, en cualquiera de sus formas, el
acoso, generará incomodidad en la otra persona. El concepto de acoso sexual establece
un comportamiento en función del sexo, de carácter desagradable y ofensivo para la
persona que lo sufre. Para que se trate de acoso sexual es necesaria la confluencia de
ambos aspectos negativos: no deseado y ofensivo (OIT). Correspondería al concepto
de acoso sexual coercitivo, la conducta del sujeto activo que condiciona una decisión
suya mediante intimidación a la respuesta que el sujeto pasivo dé en el ámbito sexual.
Entonces, el acoso sexual coercitivo supone siempre un ejercicio de poder o, si se
quiere, una relación desigual de poder entre acosador y víctima, que haga verosímil la
consecuencia conectada con la proposición sexual. Esto encajaría mucho mejor a lo
definido en el tipo penal de chantaje sexual.
Como observa Bascuñán Rodríguez, esta denominación es inapropiada ya que por
chantaje, se entiende en sentido propio un caso especial de coerción mediante
amenaza, caracterizado por la particular naturaleza del medio empleado y el fin
perseguido: en el chantaje se amenaza con revelar información confidencial para
obtener un provecho patrimonial. Ninguna de estas dos características se cumple en el
abuso sexual. La víctima de chantaje debe pagar dinero para asegurar el silencio; en
cambio, la víctima del acoso sexual coercitivo debe realizar un acto sexual para no sufrir
un perjuicio relacionado con su vida diaria.
3.- Elementos del tipo penal y su diferencia con el delito de actos contra el pudor
Hasta este punto trataríamos al delito de chantaje como acoso coercitivo, sin embargo,
esta es definida como cualquier tipo de presión física o emocional ejercida por una
persona para imponer a otra actos de orden sexual en el contexto de un encuentro
heterosexual de mutuo acuerdo para salir juntas, para conocerse o sostener una
relación romántica o erótica, o en una relación más formal como el noviazgo, abarca un
continuo de prácticas que incluyen desde una presión psicológica sutil y el uso del
lenguaje hasta el empleo de agresión física para obtener un encuentro sexual. Este
delito en la realidad no es considerado como tal, ya que sus prácticas no son
consideradas como violentas o en todo caso son entendidas como actos normales. En
México por ejemplo no se lo conoce por la gravedad ni tampoco se han realizado
investigaciones mayores. En países como Estados Unidos y países europeos si se ha
abundado en el tema. Al parecer la complejidad radica en problemas conceptuales ya
que se confunde con términos como hostigamiento sexual, agresión y violencia en citas
y agresión sexual siendo estas especificaciones claramente distintas.
Un elemento básico para determinar el bien jurídico seria que el sujeto pasivo deba ser
mayor de catorce años, ya que en el caso contrario estaríamos hablando de una
indemnidad sexual. En consecuencia, el bien jurídico protegido seria la “libertad sexual”
entendida como “(…) el libre derecho de la autodeterminación sexual y el de impedir la
intromisión de terceros en esta esfera privada (…)” (Peña: 2007, p. 237).
Artículo 176.- El que sin propósito de tener acceso carnal regulado por el artículo 170,
realiza sobre una persona, sin su libre consentimiento, tocamientos, actos de
connotación sexual o actos libidinosos, en sus partes íntimas o en cualquier parte de su
cuerpo será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis
años.
Para poder entender en sí que constituyen los “Actos contra el pudor”, primero debemos
entender qué es el pudor. Noguera (2011) señala que “El pudor es el respeto que se
tiene una persona, es el recato o moderación o también prudencia en las costumbres
referidas al sexo” (p. 181).
Y este puede manifestarse mediante tres modos: cuando el agente mediante violencia
o grave amenaza realiza tocamientos indebidos o actos libidinosos sobre la víctima,
cuando obliga a la víctima a hacerlo sobre ella misma y cuando la víctima lo hace sobre
un tercero. (Salinas: 2008, p. 258).
Bastando un tocamiento sin necesidad de llegar a un orgasmo o eyaculación. Debemos
recalcar que “No se requiere para los efectos de la consumación, la satisfacción del
apetito sexual e inclusive puede faltar esta finalidad” (Peña: 2007, p. 346). Se admite la
tentativa cuando se ejerce los medios para doblegar a la víctima, pero no se logra
realizar actos contra el pudor.
En ambos delitos el tipo objetivo va dirigido a cualquier persona tanto como sujeto activo
y sujeto pasivo mayores de catorce años de edad. En relación a su tipicidad subjetiva
“El delito de actos contrarios al pudor exige la presencia del elemento subjetivo
denominado “dolo” (…)” (Salinas: 2008, p. 267). Necesariamente el sujeto activo debe
contar con una voluntad ya que mediante la imprudencia o casualidad no podría
configurarse el delito.
El tipo penal coloca énfasis en las redes sociales y los casos del hoy denominado
“sextorsión” al señalar: “(…) incluyendo el uso de tecnologías de la información o
comunicación”, entendemos por esta tendencia delictiva a la amenaza que usa el sujeto
activo sobre la victima al haberle grabado sin el consentimiento fotografías o situación
intimas registradas bajo videos o imágenes en redes, y pedir favores a cambio de no
difundirlas. Sin embargo hay que diferenciar que pueden existir diversas formas de las
cuales una de ellas entraría en el tipo penal y la otra, no.
En España esta modalidad está dentro del delito de extorsión, un caso que podemos
señalar de una mujer rubia, por Skype, va avanzando en una conversación y unas
actitudes claramente sexuales, con lo que sube la temperatura frente a la pantalla del
ordenador; y de su cámara. 23 personas (asturianos en este caso) presentaron las
denuncias, cayeron en el engaño de esta rubia del Skype, que se dedicaba a
engatusarles hasta conseguir que se desnudaran delante de la pantalla del ordenador
mientras mantenían una conversación de contenido sexual con ella por
videoconferencia. Detrás de esa chica se escondía una red internacional que se
dedicaba a extorsionar a sus víctimas y pedirles dinero a cambio de no mostrar esas
imágenes a su familia, amigos y compañeros de trabajo. Si lo encajamos a nuestro tipo
penal, no se presentaría ante un chantaje sexual debido a que no se obtiene como
finalidad la realización de obligar a la víctima a realizar actos sexuales a costa de la
amenaza ya que estas personas dieron su consentimiento al desnudo, mas no a ser
grabados, sino a raíz de esos materiales pedir beneficios económicos del cual encajaría
en el delito de extorsión.
Sin embargo, en Chile. En el cual durante el mes de febrero de 2008, el acusado
mediante la utilización de las cuentas de correo electrónico karlitiss@hotmail.com y
trust.no1@hotmail.com y simulando ser menor de edad tomó contacto vía MSN con la
menor de iniciales N.V.D.R. de 13 años de edad a esa fecha, específicamente utilizando
la primera cuenta y mediante el nick de “Karlita fingiendo ser mujer, de ese modo logró
hacerse amigo de la menor para luego presentarse a sí mismo a través del mismo
programa MSN como un menor de 16 años de nombre “Pedro utilizando la segunda
cuenta indicada. Con este segundo nick y cuenta, primeramente sedujo a la menor
proponiéndole una relación sentimental vía MSN, luego una vez ganada su confianza
procedió a exigirle mediante amenazas que posara desnuda frente a la cámara web y
exhibiera sus genitales, todos estos hechos aptos para procurar su excitación sexual.
Debido a esas presiones, la menor accedió a lo exigido por el acusado a través de este
mismo medio. Ante este caso, si nos encontraríamos frente al delito de chantaje sexual
en nuestro tipo penal.
Otra diferencia entre los dos tipos penales, es la de tocamientos indebidos respecto a
los actos de connotación sexual que señala el delito de chantaje sexual. La connotación
sexual es un concepto un poco difícil de explicar. Significa que le están dando un sentido
sexual a algo que en realidad no lo tiene, es lo que actualmente la gente de mi edad
llama "doble sentido" como cuando en clase un niño pedía un sacapuntas para, así
sacarle punta a su lápiz, y una niña le respondía inocentemente que se lo prestaba y los
compañeros le daban una connotación sexual o doble sentido de que el lápiz
representaba el pene del varón y el sacapuntas simbolizaba la vagina de la mujer.
En nuestro país recién se está configurando como delito a éste nuevo tipo penal, pero
en países como en España ya se ha configurado al abuso sexual como delito. Veremos
cómo está configurado en España y así poder obtener un énfasis y poder entender más
a fondo este nuevo delito.
Abuso sexual con pre valimiento: El tipo básico de esta conducta se recoge en el 181.3,
CP. La causa del vicio es que hay una situación de superioridad manifiesta entre el autor
y la víctima, que puede ser de carácter laboral, docente, de vecindad, de amistad,
familiar o de diferencia de edad. El autor ha de aprovecharse de esta situación. Siempre
que exista una situación incestuosa, de manera automática se dice que existe abuso de
pre valimiento aunque sea una relación consentida.
En esta conducta no se exige que haya intimidación o amenazas, el sujeto pasivo puede
ser cualquiera y de cualquier edad. Se exige como consecuencia de esa relación de
superioridad, se anule la capacidad de decisión de la víctima. La penalidad es la misma
que en el abuso sexual sin consentimiento. El tipo cualificado se dará cuando se realicen
las conductas del Art. 179, CP y el agravado cuando concurran las circunstancias del
Art. 180, CP
Abuso sexual fraudulento: Contenido en el Art. 182, CP, los requisitos para que nos
encontremos con esta conducta típica es que la víctima tiene que tener más de 16 años,
pero menos de 18, teniendo que existir un engaño relevante, a través del cual la víctima
consienta. El engaño posee dos componentes, uno objetivo y otro subjetivo, que son la
mentira y el ánimo de engañar respectivamente. El tipo cualificado se dará cuando se
realicen las conductas del Art. 179, CP y el agravado cuando concurran las
circunstancias del Art. 180, CP.
El que realizare actos que atenten contra la indemnidad sexual de un menor de dieciséis
años será castigado como responsable de u abuso sexual a un menor con una pena de
prisión de dos a seis años. Cuando el ataque consista en acceso carnal por vía vaginal,
anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos
primeras vías, el responsable será castigado con de prisión de ocho a doce años, en
caso de que se atente a la indemnidad sexual del menor, y con pena de doce a quince
años, en caso de que se ejerza violencia o intimidación sobre el menor. Sus agravantes
son:
a) Cuando el escaso desarrollo intelectual o físico de la víctima, o el hecho de tener un
trastorno mental, la hubiera colocado en una situación de total indefensión y en todo
caso, cuando sea menor de cuatro años.
b) Cuando los hechos se cometan por la actuación conjunta de dos o más personas.
c) Cuando la violencia o intimidación ejercidas revistan un carácter particularmente
degradante o vejatorio.
d) Cuando, para la ejecución del delito, el responsable se haya prevalido de una relación
de superioridad o parentesco, por ser ascendiente, o hermano, por naturaleza o
adopción, o afines, con la víctima.
e) Cuando el culpable hubiere puesto en peligro, de forma dolosa o por imprudencia
grave, la vida o salud de la víctima.
f) Cuando la infracción se haya cometido en el seno de una organización o de un grupo
criminal que se dedicare a la realización de tales actividades.
Como notamos, no se distingue en su totalidad con los agravantes de nuestro tipo penal
base en delitos contra la libertad sexual.

4.- El problema del child grooming


El chil grooming, o acoso sexual de menores por Internet, es un conjunto o serie de
conductas realizadas por un mayor de edad, generalmente adulto, utilizando Internet,
en muchos casos las redes sociales, para atraer a menores de edad, con el objeto de
ganarse su amistad o estableciendo una conexión emocional con el niño o menor de
edad, con la finalidad de desinhibirle y poder abusar sexualmente de él, o bien para
obtener imágenes de pornografía infantil, para consumo propio o para distribuirlas.
La finalidad de utilizar al menor para espectáculos exhibicionistas o elaboración de
material pornográfico se puede superponer con la modalidad de “captación” de menores
para tales fines, resultando de aplicación preferente este último delito al estar penado
más severamente como trata de personas.
Se han detectado variados niveles de profundidad respecto al involucramiento de los
abusadores con los menores de edad. Una de estas categorías de involucramiento se
ha calificado como “groomer”, la cual describe a aquellos abusadores que desarrollan
relaciones cibernéticas con menores de edad e intercambian pornografía infantil con
ellos. Así, el “grooming” involucra directamente el abuso de menores, y aun cuando los
abusadores probablemente no se encuentran relacionados cibernéticamente entre ellos,
se exponen al riesgo de ser detectados debido a su contacto con los menores. Pero
también se ha entendido que dicha expresión involucra, además del abuso propiamente
tal, la forma que utilizan los abusadores para entrar en confianza con los niños: trabajar
como baby-sitter (cuidador de niños) le da oportunidades al abusador para estar con el
niño. En consecuencia, la expresión child grooming involucra dos niveles de conductas:
la conquista de la intimidad del abusador con el menor, y el abuso de éste mismo a
través de los recursos cibernéticos.
Si bien la pornografía y el child grooming constituyen un fenómeno que cada vez genera
más impacto social en el mundo, son pocas las legislaciones que imponen sanciones a
esta clase de conductas. A modo de ejemplo: “En Alemania se sanciona al que ejerza
influencia sobre el menor por medio de la exhibición de ilustraciones o representaciones
pornográficas o por dispositivos sonoros de contenido pornográfico o por
conversaciones en el mismo sentido con una pena privativa de libertad de tres meses
hasta cinco años; El ordenamiento australiano también sanciona el uso de servicios de
transmisión de comunicaciones por medios electromagnéticos para procurar que una
persona se involucre, tiente, aliente, induzca o reclute, en actividades sexuales a
personas menores de 16 años de edad con una pena de 15 años de prisión. En Escocia
se contemplan normas sobre child grooming, pero lo llaman “reunión con un menor de
16 años después de algunos contactos preliminares” a través del chat y contempla una
pena máxima de 10 años de cárcel. En Estados Unidos se prohíbe transmitir datos
personales de un menor de 16 años con el fin de cometer un delito de carácter sexual.
En el estado de Florida, en 2007, se aprobó la Ley de Ciber-crímenes contra Menores,
la que sanciona a quienes se contacten con menores por Internet y luego sostengan
encuentros con el fin de abusar sexualmente de ellos. La ley obliga a los delincuentes
sexuales a registrar con la policía sus direcciones de correo electrónico y los nombres
que utilizan en los servicios de mensajería instantánea. La Convención sobre la
Protección de los Niños contra la Explotación Sexual y el Abuso Sexual, 2007, es el
primer documento internacional que señala como delitos penales las distintas formas de
abuso sexual de menores, incluyendo el child grooming y el turismo sexual.”220 La
especial calificación de este delito en algunas legislaciones del mundo nos puede indicar
que existen dos realidades distintas en el resto de los ordenamientos jurídicos: o bien,
son países que poseen normas eficaces que contemplan el castigo de estas conductas
dentro de las normas generales (o quizás, si no en sede penal, a través de otras formas
de control social); o bien, son países cuyas estructuras jurídicas no lo contemplan de
forma expresa, y deben por tanto servirse de las reglas generales en la materia.

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