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NÚMERO DE SESIÓN
4/10 (3 horas)
PLANIFICACIÓN DE SESIÓN DE APRENDIZAJE
TÍTULO DE LA SESIÓN
APRENDIZAJES ESPERADOS
COMPETENCIAS CAPACIDADES INDICADORES
SECUENCIA DIDÁCTICA
INICIO (30 minutos)
(Actividades de diverso tipo que lleven a desarrollar los desempeños esperados; debe especificar lo que
deben hacer los docentes y los estudiantes).
El docente explica a sus estudiantes cómo adaptar un cuento para llevarlo al formato de radiodrama. Para
esto, toma como base el ejemplo propuesto Que el Sol no nos separe.
Se contrastan las actividades desarrolladas hasta el momento y se revisan los anexos 2 y 3.
Los estudiantes consideran las siguientes pautas::
De los personajes:
- ¿Tiene pocos personajes y es corto?
- ¿Quién es el protagonista? ¿Cómo es el personaje con quien el público se va a
identificar?
- ¿Quién es el antagonista? ¿Cómo es el personaje que se va a enfrentar o va a
confrontar o va a ser el adversario?
En este caso, realizar la construcción de los personajes en los tres aspectos: perfil
físico, perfil psicológico y perfil social.
De las escenas:
- Se da una escena en un mismo tiempo y en un mismo lugar.
- Cambia el lugar cambia en la escena.
- Cambia el tiempo cambio de escena.
- Utilizar la cortina musical para el cambio de escena, lugar y tiempo.
PROTAGONISTA
ANTAGONISTA
Describir el ambiente y los personajes. El narrador tiene la oportunidad de hacernos ver el lugar donde ocurre la
acción, el paisaje. Él no debe ocuparse de la interioridad de los personajes, sino de describir los exteriores.
ANEXO 1
NARRADOR Todo era música en la cordillera que guarda el valle de Yucay, en el Cusco. El
viento soplaba alegre por entre las verdes hojas de los eucaliptos. Un riachuelo bajaba de las
montañas cantando al nuevo día con notas cristalinas. Los pájaros, enamorados de la mañana,
la saludaban con sus trinos.
CONTROL FLAUTA DULCE
NARRADOR Hasta aquel hermoso lugar llegaba Vitucho con su rebaño de llamas. La única
compañía del pastor era la quena. Y la tocaba tan dulcemente que hasta las flores más tímidas
se abrían para asomar entre las ramas de los árboles y escucharlo.
CONTROL FLAUTA DULCE
NARRADOR Un día, las dos hijas del Sol pasaron cerca de su rebaño. Cautivadas por la música,
se acercaron a averiguar quién tocaba de ese modo.
VITUCHO ¿Quiénes son ustedes, hermosas jóvenes?
CAPULÍ (COQUETA) Mi nombre es Capulí. Y ella es mi hermana Estrella.
VITUCHO ¿Y de dónde vienen? No son ustedes de estas tierras.
HERMANA Somos hijas del Sol. Y paseamos por los campos durante el día.
CAPULÍ Y tú, ¿quién eres?
VITUCHO Yo soy Vitucho.
CAPULÍ Nunca escuchamos melodías tan bonitas. ¿Quién te enseñó a tocar así?
VITUCHO Mi madre me regaló esta quena que perteneció a sus padres. Y a los padres de sus
padres. Con ella tocaron desde siempre estas melodías que juntan los corazones y acercan a los
que se aman.
CAPULÍ Toca nuevamente. Toca para nosotras, Vitucho.
CONTROL FLAUTA DULCE
NARRADOR El pastor y las jóvenes pasaron el día muy alegres. Conversaron y rieron sin
preocuparse de las horas. Cuando se dieron cuenta, ya el Sol se había ocultado. Con pena y con
prisa tuvieron que despedirse.
HERMANA Ya es muy tarde, Capulí. Tenemos que irnos.
CAPULÍ Nuestro padre nos castigará si llegamos de noche… ¡Adiós, Vitucho!
VITUCHO Adiós… ¡Adiós, Capulí!
CONTROL MÚSICA SENTIMENTAL
NARRADOR De regreso al palacio del Sol, Capulí se sintió muy triste. Sin saber cómo, se había
enamorado de Vitucho. Esa noche no quiso comer. Corrió a su habitación y se encerró en ella.
CAPULÍ Mi padre no lo permitirá. Vitucho es solo un pastor de ovejas. Me dirá que es poco para
la hija del Sol. ¿Qué puedo hacer?
NARRADOR Vitucho tampoco dormía. En su choza, rodeado de llamas, recordaba a Capulí.
VITUCHO ¿Cómo podré verte, palomita?... ¡Ay, alma de mi alma, cómo vivir contigo! ¿Acaso un
pobre pastor alcanzará a casarse con la hija del Sol? Él nunca lo permitirá.
CONTROL FLAUTA DULCE
NARRADOR Muy triste, recordando a la joven princesa, Vitucho se puso a tocar su quena con
tanto sentimiento que hasta las frías piedras se conmovieron. Así, se quedó dormido con la
quena apretada entre sus manos.
EFECTO GRILLOS
NARRADOR Al anochecer, llegó su madre. Viendo las pestañas del hijo húmedas de llanto,
presintió lo que sucedía.
MADRE Vitucho, despierta, hijo. ¿Qué te pasa? ¿Qué penas tiene tu alma?
VITUCHO Nadie puede ayudarme, madre.
MADRE Es tu corazón, ¿verdad? Estabas llorando. Y un hombre llora cuando está lejos de la
que ama. ¿Quién es ella?
VITUCHO Es Capulí, madre. La hija del Sol.
NARRADOR La madre no soportaba ver el sufrimiento de su hijo. Sabía que las palabras poco
servirían para consolarle. Algo tendría que hacer.
MADRE Vitucho, hijo mío. Deja de llorar ya. Anda, ve a la montaña. Hay que pastar el ganado.
NARRADOR Obediente, el joven salió a pastar el rebaño. Era tanta su tristeza que hasta dejó
olvidada la quena sobre el jergón de lana en el que había pasado llorando toda la noche.
CONTROL MÚSICA TRISTE
NARRADOR Capulí se había despertado con los primeros rayos del Sol. Ahora tenía el corazón
esperanzado, los pies ligeros, y un solo deseo: encontrar a su amado. Jugando a las carreras
con el viento, llegó hasta la choza de Vitucho.
NARRADOR No lo encontró. Los ojos se le llenaron de lágrimas. Se dio cuenta, entonces, que
una anciana, desde el fondo de la choza, la miraba atentamente. Tratando de disimular su pena,
se dirigió a ella.
CAPULÍ ¿Demorará?
MADRE No. Pero para quien ama unos minutos parecen años.
MADRE Es su alma.
MADRE No importa. Ella tocará por ti. Adiós, hija. Que el amor te acompañe.
NARRADOR Capulí hizo el camino de regreso al palacio. Cuando cruzó la puerta, los guardias
notaron la pena en su mirada.
GUARDIA ¿Qué le pasará a la princesa que, a pesar de sus riquezas, tiene tanta melancolía?
NARRADOR Cuando, al fin, estuvo sola en su cuarto, puso la quena a un lado y rompió en un
llanto incontenible pensando en su pastor.
NARRADOR Pasó mucho rato. Parecía que la hija del Sol nunca encontraría consuelo. Cuando,
de pronto…
NARRADOR Capulí, maravillada, escuchó en las dulces notas de la quena la voz de su amado
que la llamaba.
EFECTO GRILLOS
NARRADOR Los luceros brillaban como alfileres de plata en el manto negro de la noche cuando
los jóvenes enamorados se encontraron.
CAPULÍ ¡Vitucho!
VITUCHO ¡Capulí!
EFECTO PAJARITOS
CAPULÍ Mira aquella arboleda. Tal vez en su sombra podamos ocultarnos. ¡Vamos!
NARRADOR Los jóvenes enamorados corrieron hacia los eucaliptos que se veían a lo lejos.
Tenían poco tiempo.
CAPULÍ Pronto mi padre estará en lo más alto del cielo. No quedarán sombras sobre la tierra. Él
lo ve todo. Nada escapa a sus ojos.
VITUCHO ¡Huyamos!
NARRADOR El pastor tomó de la mano a Capulí y, atravesando el valle, sintiendo al Sol calentar
a sus espaldas, buscaron desesperadamente alguna sombra, un escondite, algún lugar hasta
donde sus rayos no pudieran llegar.
CAPULÍ Y si buscamos protección debajo del agua, él secará los lagos y los ríos.
VITUCHO Ya sé. Hay algo que tu padre no podrá derretir, ni secar ni destruir. Hay algo más
fuerte que el tiempo. Tan firme como el amor.
NARRADOR Aquella quena de sus antepasados, la que la madre entregó a Capulí como el alma
de su hijo, escuchó el ruego del pastor.
VITUCHO Conviértenos en piedra. Que tu música cumpla su misión. Que el Sol no nos separe.
Que nadie pueda separarnos.
NARRADOR Y la quena, que durante generaciones unió a los que se amaban, realizó el extraño
deseo de la pareja.
EFECTO VIENTO
NARRADOR Aún hoy, cerca del pueblo de Calca, en el Cusco, se encuentran dos piedras que
los lugareños llaman Pitu-Sirai. Son Vitucho y Capulí amándose para siempre.
BIBLIOGRAFÍA
Producción de la Red Nacional de la Mujer Rural del Centro Flora Tristán. Disponible en el
enlace: http://www.radialistas.net/article/que-el-sol-no-nos-separe-2/
ANEXO 2
Elegir el cuento
¿A partir de qué criterios elegimos un cuento u otro?
El público. Lo principal no es su valor literario, sino la audiencia que va a recibirlo. Respondamos estas dos
preguntas después de haber leído el cuento: ¿Lo entenderá mi audiencia? (¿O será tanto el esfuerzo que mejor
tomo otro?) ¿Le gustará a la gente? (¿O lo estoy seleccionando porque me gusta a mí?). Una tercera pregunta
puede orientar la decisión: ¿Para qué sirve este cuento, qué busco con él, qué objetivos tengo al adaptarlo?
El tiempo. ¿De cuántos minutos dispongo? Mejor elegir cuentos cortos que frustrarse recortando textos largos.
La acción. Elija cuentos que tengan acción, donde pasen cosas. Los cuentos muy psicológicos o filosóficos, así
como los muy descriptivos, dan mucho trabajo para adaptar y los resultados no compensan.
La sorpresa. Que sean historias redondas: presentación, enredo y desenlace. Si este último va con sorpresa,
mucho mejor.
Los recursos. Que sean realizables con los recursos humanos y técnicos con que contamos. ¿Muchos
personajes? ¿Muchos niños? ¿Derechos de autor? Para muestra, un botón. Fíjese en este cuento del colombiano
Jairo Aníbal Niño:
El Señor Presidente, olisqueando su pañuelo empapado en agua de lavanda, se paseaba por el mercado público en
cumplimiento de la promesa de su campaña electoral, de que cada ocho días se pondría en contacto con el pueblo.
Saltó con agilidad un pequeño charco de agua podrida y se puso a estrechar manos sudorosas y de una aspereza
de piedras de volcán. De pronto, se dio cuenta de que su finísimo reloj de oro había desaparecido. Se empinó en la
punta de sus zapatos de charol y vislumbró el correr desalado de un muchacho. Con todas las fuerzas de sus
pulmones, gritó: ¡Al ladrón! ¡Al ladrón! ¡Agarren al ladrón! ¡Maten al ladrón!
Entonces, la muchedumbre se abalanzó contra el ladrón. Su guardia personal, solo pudo rescatar un par de
ensangrentados zapatos de charol.
El cuento es redondo, perfecto. Brevísimo. De pura acción, pero sin ahorrar sugestivas descripciones.
Y con un desenlace sorpresivo. Para llevarlo a radio, podríamos fácilmente ampliar un par de escenas en el
recorrido del ilustre presidente.
Marcar el cuento
Esta segunda lectura la hacemos en clave radiofónica, como adaptadores, lápiz en mano. ¿Qué debemos
descubrir?
El mensaje. ¿Qué quiso decir el autor? ¿Cuál es la idea central de la narración? El argumento. ¿Cuál es el conflicto
principal y cuáles los secundarios? ¿Dónde están los mejores enredos? ¿Cómo aumentar la tensión dramática?
¿Dónde se juega el clímax, el desenlace?
Las escenas. Marcarlas, señalar dónde empieza y termina cada una. ¿Hay saltos? ¿Sería mejor un orden
cronológico?
Los personajes. El protagonista y antagonista, los secundarios. ¿Qué carácter tienen y cómo evoluciona cada
uno? ¿Con qué tipo de narrador cuento?
El lenguaje. ¿Palabras difíciles o extranjeras que deben nacionalizarse? ¿Párrafos muy largos?
Recortar o ampliar el cuento
En general, los textos escritos son bastante más largos que las posibilidades de un programa de radio. Basado en el tiempo
que dispongo, tengo que preguntarme:
¿Qué sobra? Quedarse con las escenas fundamentales y con lo fundamental de cada escena. Quedarse con los personajes y
conflictos principales. En los narradores, especialmente, es donde más podemos recortar.
¿Qué falta? Otras veces, hay que ampliar o inventar escenas de transición para que se comprenda bien la trama. Es más fácil
recortar que añadir. Esto último supone mucha compenetración con el estilo del autor.
VECINA (ALGO IRÓNICA) ¡Qué gusto tenerlo entre nosotros, Señor Presidente!
PRESIDENTE Señora mía, lo que prometo, lo cumplo. Cada semana estamos visitando un barrio como este… un barrio,
digamos, popular.
VECINO (2P) ¡Cuidado con el charco, Señor Presidente! ¡Cuidado se ensucia!
No se trata de eliminar al narrador, pero sí de desplazar el acento hacia la escena teatralizada por los actores.
Validar el cuento
Dicen que el arte de un buen adaptador consiste en combinar la fidelidad al autor con la libertad para traducir su obra al
lenguaje del medio radiofónico. Y es cierto, pero sin olvidar que nuestra primera fidelidad se debe al público que va a disfrutar
el cuento. Naturalmente, no se trata de cambiar arbitrariamente el texto ni pecar de originales. Pero tampoco de un falso
respeto que, por parte del adaptador, acaso solo esconda comodidad. Este último paso nos remite al primero. ¿Qué le cuesta
al adaptador, una vez terminada la producción, reunirse con un grupo de amigos, de vecinos, hacerles oír el cuento ya grabado
y pedirles sus pareceres? Tal vez se llevará algunas sorpresas. Que no entienden o entienden otra cosa. Que los chistes no
hacen graciaANEXO 2 donde no estaba previsto. Que sueltan su lagrimita donde tocaba burla. Que se distraen. Descubrirá,
y se ríen
como dice el refrán, que una cosa piensa el burro y otra quien lo apareja.
Validando la producción, el adaptador de cuentos aprenderá mucho y mejorará para la próxima vez. Agradezca, entonces, al
grupo que dio su opinión.
Tomado de: LÓPEZ, José. (2005). Manual urgente para radialistas apasionados y apasionadas. CIESPAL. Quito. Páginas
ANEXO 3
¿CÓMO ADAPTAR CUENTOS?
Tres trucos para una buena adaptación radiofónica
Hay cuentos para dar y tomar. Cuentos infantiles y de adultos, cuentos realistas y de pura fantasía, cuentos de amor y
de terror, históricos y de aventuras, cuentos de la tradición oral y otros que encontramos en internet.
El cuento pertenece a la “familia narrativa”. Es decir, en un cuento el narrador o la narradora son decisivos. En la
“familia teatral”, por el contrario, los personajes y sus diálogos ocupan prácticamente la mayor parte del tiempo. En un
cuento no. Incluso muchos escritores de cuentos prescinden de estos diálogos y escriben párrafos y párrafos de pura
narración.
Si queremos adaptar un cuento para radio, la solución más fácil sería leerlo a una voz ante el micrófono con un fondo
musical. Y listo. Pero podemos ser más creativas, más imaginativos. ¿Cómo hacerlo?
Lo primero es elegir bien el cuento. Que no sea muy enredado, que lo pueda entender la gente y le guste. Que tenga
acción, que no sea muy intimista. Y que tampoco sea muy largo. Entre cinco y diez minutos es un tiempo razonable
para un cuento radiofónico.
Elegido el cuento, hay que “marcarlo”. Toma un bolígrafo y señala los personajes, los principales y los secundarios.
Separa las escenas para ubicar ahí las cortinas musicales. Sustituye algunas palabras difíciles o muy locales por otras
de más fácil comprensión.
Hecho esto, aquí van los tres trucos principales para una buena adaptación:
Tomado de: KAPLÚN, Mario (1999). Producción de programas radiales. Quito-Ecuador. Ediciones Ciespal-Editorial
Quipus.