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FILOSOFÍA
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La opinión o doxa es una creencia que puede sostenerse más o menos motivadamente pero que no ofrece
pruebas ni garantías de su validez (no está demostrada) y, por tanto, puede estar sometida a discusión y a
duda. Entre los griegos designa el conocimiento que no posee las características del verdadero saber, que es
la episteme. Parménides lo opone a la vía de la verdad, como vía falsa que se apoya en opiniones de los
mortales, «de apariencia verosímil». Platón considerará que la doxa es el tipo de conocimiento inseguro e
incierto que corresponde al mundo visible, a diferencia del conocimiento científico (episteme) y del
conocimiento racional del mundo de las ideas en general (noesis). Por ello, distingue claramente entre la
auténtica gnosis o episteme que se remite al mundo de las ideas y la doxa que sólo alcanza el mundo del
devenir.
En la metáfora de la línea, subdivide este conocimiento aparencial en eikasía, cuyo objeto son las imágenes
de las cosas, y pístis, cuyo objeto son las cosas sensibles. En general, el conocimiento se corresponde con el
ser y la ignorancia con el no ser, mientras que la opinión ocupa un lugar intermedio entre ambos extremos, y
se corresponde con el devenir. Aristóteles también entiende por opinión un conocimiento o creencia más o
menos fundado, pero cambiante y sin garantías de veracidad. (Herder, 1996).
consistencia. De aquí que lo que caracteriza al desarrollo de la ciencia no sea
precisamente la acumulación de conocimientos, sino la «indagación de la verdad
persistente y temerariamente crítica».
Arte procede del latín ars, que significa habilidad, técnica, arte, que al mismo
tiempo se traduce el griego,
tékhne. El sentido original y
amplio del término, expresa la
idea de “saber hacer algo con
maestría, de acuerdo con las
técnicas propias de una
profesión”, en ello habita un
tipo de verdad. Así como el
saber artesano, en general
matiza una habilidad o una
técnica profesional. Los
griegos llamaron tékhne poietiké, a la técnica de producir algo, además de las
producciones artesanales, designa también a las producciones culturales y a la
educación sofística. En su origen griego, la expresión tuvo un uso indiferenciado,
asignado tanto al artesano como al sofista. En la postrera edad media, se
estableció una clasificación por grupos de artes o técnicas llamadas liberales y
serviles; teóricas, prácticas y poéticas según Quintiliano, o nobles y artesanas de
acuerdo con Galeno. Sólo hasta el Renacimiento, las artes obtienen un prestigio
que las vincula definitivamente con la belleza al arte, llamando al aspecto
agradable de la obra de arte -de las plásticas, sobre todo- «belleza» y a las artes
que la producían, «bellas artes».