Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Faltaba muy poco para que comenzara la clase que tanto habíamos esperado.
Casi sin darnos cuenta, el sonido del timbre nos indicaba el final de la clase, nadie se quería
ir. En pocos minutos, comenzaron a llegar estudiantes de otros cursos, manifestando que
ellos también querían hacer el práctico.
En los días siguientes, nos dispusimos a la tarea de planificar la evaluación. Para ello
pensamos que utilizaríamos al celular como herramienta, proponiendo diversas situaciones
concretas que pudieran plantearse entre los jovencitos, como por ejemplo “Pablo tuvo una
relación amorosa y sospecha tener sida, ¿cómo debe proceder? ¿crees que hizo algo mal?”.
Este caso, entre otros, tomados de sus propios comentarios e interrogantes, pueden
observarse en las fotografías que acompañamos.
Planteados todos los casos, y al momento de organizar los grupos para que comenzaran a
dialogar a través del WhatsApp, aparecieron los inconvenientes: el curso no tenía un grupo
de chat, e incluso algunos tampoco de manera individual. Otros manifestaban no tener
crédito, o bien que no habían llevado el celular, aún cuando se les había indicado que lo
hicieran, ya que trabajaríamos con ellos. También pudimos observar que ciertos contactos
aparecían con apodos muy despectivos.
Bueno, nunca falta el ingenio docente, debíamos sacar de la galera soluciones para poder
llevar a cabo la clase, ya que nuestra tarea es como la del artista, “el show debe continuar”.
Lo primero que hicimos fue decirles que pongan todos los celulares sobre la mesa para ver
cuántos lo habían llevado, luego se fueron agendando entre ellos y así se fue acomodando
la clase, finalmente, con lindos resultados. Si tuviéramos que definirla como hacen ellos,
pondríamos varios emoticones, como éstos…
En otro momento también les pedimos que hicieran un relato narrando la experiencia, que
documentamos a través de un audiovisual, y que incluimos entre los recursos en el sitio
correspondiente.
Y así nos despedimos hasta la próxima clase, con la convicción de que éste tema ya no lo
abordaríamos más, por lo menos este año.
Sin embargo, así, de pronto, el arte entró en escena, de la mano de la docente de Artes
Visuales, más allá de lo planificado, con la maravillosa y genuina conjunción de la vida
misma.
Líneas negras, horizontales y verticales, que delimitan una intrigante trama de cuadrados y
rectángulos, iluminados por el rojo, amarillo y azul, además de los blancos y negros, nos
invitaron a reflexionar, desde la obra del pintor holandés Piet Mondrian.
“El blanco en el arte es la suma de todos los colores; ahí está la humanidad, indivisa,
mágicamente amalgamada. El negro es la ausencia, la carencia”.
Y así, esta experiencia que nos trajo sorpresas, asombros, caminos de ida y de vueltas,
constituyó una ocasión más para reinventarnos, para imaginar cada situación, anticipando,
creando expectativas; para desplegar nuestra creatividad, cuando la realidad no se ajustaba
a lo pensado; para soñar, para habilitar la esperanza, desde esta maravillosa profesión.
¿Quién dijo que todo está perdido? Nosotros venimos a ofrecer nuestro corazón.