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“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”: misericordia.

2. “En verdad, en verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso”: El perdón, el encuentro de cada
persona consigo misma y su grupalidad, recordando la inocencia de Jesús.

3. “Mujer, he ahí a tu hijo; hijo he ahí a tu madre": El rescate de lo afectivo y de la familia.

4. "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?": el sentido de la fe que lleva al sufrimiento.

5. "Tengo sed": promoción del celo misionero y social.

6. “Todo está consumado”: es la palabra sobre el deber ciudadano y del creyente, la tarea que
debemos cumplir en esta época.

7. "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu": la recuperación del sentido de la vida y de la


muerte. El horizonte de la vida eterna y la proclamación del Dios trinitario.

Las Siete Palabras

1. “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”

Con esta palabra la Iglesia aprovechará para referirse al proceso de paz, y el mensaje principal será
que si no existe perdón entre ambas partes, no se llegará al fin del conflicto armado.

“Sin el perdón nada es posible en la relaciones de los seres humanos, ni en la construcción de la paz ni
en la convivencia humana", dice el cardenal Salazar.

2. "En verdad, en verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso"

Es la frase que le dice Jesús a uno de los ladrones crucificado junto a él cuando este le pide que se
acuerde de él en su reino. “Con esta palabra Jesús invita no sólo a creer en Dios, sino a creerle a Dios.
El perdón gratuito e incondicional de Jesús está siempre ahí para aquel que lo necesita y lo reconoce.
La segunda palabra convoca a reavivar la conciencia del reino de Dios”, dice monseñor Darío de Jesús
Monsalve, arzobispo de Cali.

3. “Mujer, he ahí a tu hijo; hijo, he ahí a tu madre”

Cuando Jesús desde la cruz ve a María, su madre, y a su discípulo amado, le encomienda a este último
el cuidado de ella como si fuera parte de su familia.

"En ese dolor que sintió Jesús están representadas las madres de Colombia que sufren por sus hijos
enfermos, solos, fuera del camino de la verdad, en las cárceles, que están bajo el efecto de la droga,
presos del vicio, de un sexo desorientado y desordenado, y de aquellos que no quieren a Dios", dice en
su reflexión Juan Vicente Córdoba, obispo de la diócesis de Fontibón.

4. "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"

“Este es un grito desgarrador, impactante, conocido y millones de veces proferido. Es la expresión de


quien cree que Dios existe y reclama su ayuda en el dolor. Debemos aprender lo que significa la
separación de Dios, no esperar hasta el filo del dolor para probar lo terrible de su ausencia”, afirma
Omar Alberto Sánchez Cubillos, obispo de Tibú.
5. "Tengo sed"

"Hemos buscado el agua en sitios equivocados, y no en la fuente de agua limpia que es Cristo, así
como Jesús busco con sed al Padre", dice Luis José Rueda, obispo de Montelíbano.

6. “Todo está consumado”

“A Dios le agrada más la obediencia que los sacrificios. Muchos se proponen conseguir títulos,
ganancias altas; otros, ser los mejores deportistas, artistas o profesionales, y entidades públicas y
privadas reconocen el esfuerzo para alcanzar sus metas. Jesús no tuvo más meta que hacer la voluntad
de Dios Padre. Jesús exclama que todo está consumado porque alcanzó la salvación para el mundo”,
relata Héctor Epalza Quintero, obispo de Buenaventura.

7. "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu"

“Dios es nuestro padre y en la medida en que crezcamos en nuestra condición de hijos, nuestra vida
será más grande. Él sabía que su vida tenía sentido porque tenía un Dios Padre. Por solo pensar en
ellas mismas y vivir como si Dios no existiera es que en nuestra patria vive circunstancias complicadas
como la violencia y la indiferencia de muchos gobernantes frente al sufrimiento de los más
necesitados”, reclama José Daniel Falla Robles, obispo auxiliar de Cali y secretario general de
la Conferencia Episcopal de Colombia.

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