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Cuatro gráficos para entender la crisis humanitaria de los refugiados sirios

Europa terminó 2011, el primer año de la guerra siria, con menos de 7.000 peticiones de
asilo de migrantes de ese país. A finales del año pasado, esta cifra ya se había multiplicado
unas 121 veces y el continente había recibido 813.599 solicitudes, según Naciones Unidas,
una población superior a la de ciudades como Valencia o Ámsterdam.

El número de peticionarios sirios empezó a aumentar a un ritmo superior al de los 10.000 por
mes a mediados de 2014, coincidiendo con la proclamación del califato del Estado
Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en las zonas que controlaba en Siria e Irak. Pero el
recrudecimiento de la crisis llegó en 2015, cuando las solicitudes y el drama de los migrantes
superaron una nueva barrera cuantitativa: en solo siete meses (mayo-noviembre) se hicieron
el 66,8% de todas las peticiones en casi cinco años, unas 543.664. Solo el pasado octubre,
hubo tantos registrados como en los primeros tres años y medio del flujo migratorio, con más
de 156.500 solicitantes. Otros 4,6 millones de sirios se encuentran en países próximos al
suyo.

Las necesidades de los sirios rebasan por un amplio margen las donaciones internacionales
para enfrentar la crisis. Naciones Unidas asegura que la guerra civil ha desplazado a más de
11 millones de ciudadanos de ese país, 6,5 de ellos dentro de sus propias fronteras. Las
contribuciones, sin embargo, siempre han estado por debajo de las expectativas del
organismo. De los 16.107 millones de euros de ayuda reclamada entre 2013 y 2015, apenas
se han recaudado unos 9.500 (59%).
El máximo donante internacional es Estados Unidos, seguido de Reino Unido, el máximo
donante europeo. Kuwait es el mayor cooperador del mundo árabe y el cuarto del planeta.
Los británicos entregaron el pasado curso 632,2 millones de euros. Kuwait donó 282,2. Sus
vecinos saudíes, mucho más implicados en la guerra siria, aportaron solo un poco más de la
tercera parte de esta suma.
La ONG Oxfam Intermón presentó el lunes pasado un informe en el que contrasta la
contribución de un grupo de países ricos con un cálculo de cuánto tendría que aportar cada
uno a partir del tamaño de su economía. Alemania, el miembro de la Unión Europea que
recibió más peticiones de asilo en los primeros nueve meses del año anterior (262.360, de
las que 65.915 fueron sirias), aprobó con holgura el examen de Oxfam. El país contribuyó en
2015 con 611,3 millones de euros, el 152% de lo que fijó para este la ONG. Austria (53%),
otro de los Estados de la UE que registró más solicitudes, quedaron muy por debajo de este
rasero. Francia, que reforzó sus acciones militares en Siria tras los atentados de París del
pasado 13 de noviembre, ha contribuido con el 45% de sus hipotéticas posibilidades. Rusia,
principal aliado del régimen del presidente Bachar el Asad, lo ha hecho con un exiguo 1%.
España solo alcanzó el 37% de las expectativas.

El Gobierno austriaco anunció el mes pasado que deportará a 50.000 migrantes sin estatus
de refugiado hasta 2019. Alemania, Suecia y Dinamarca también han presentado en las
últimas semanas medidas polémicas con respecto a la crisis migratoria, como endurecer el
derecho al asilo, expulsar hasta 80.000 inmigrantes y confiscar las pertenencias de quienes
arriben con más de 1.340 euros. A diferencia de los austriacos, que solo han aportado la
mitad de lo que, según Oxfam, podrían entregar, estos tres países han trascendido las
estimaciones de la ONG. Alemania con más de la mitad; Suecia con cerca de ese mismo
porcentaje (142%); y Dinamarca, que requisará los bienes de los peticionarios de asilo y
dificultará su reagrupación familiar, con más del triple de los recursos esperados (318%).

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