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ENZIMAS
1. Describa la constitución química de una enzima y proponga un ejemplo.
Una enzima o Catalizador biológico está formada por una parte proteica la Apoenzima
y una parte no proteica llamada Coenzima donde se une a la enzima las diferentes
coenzimas y cofactores enzimáticos en un lugar contrario a antagónico al sitio activo
denominado Región Alostérica. En la parte central de la Apoenzima se encuentra una
entidad tridimensional que constituye el Sitio Activo formada por Aminoácidos que
realizan las diferentes reacciones catalíticas (síntesis, hidrogenación, deshidrogenación,
carboxilación, etc.)
La enzima constituida de esta forma recibe el nombre de Holoenzima y es una enzima
lista para actuar en una reacción enzimática, es decir, se combina con un sustrato
determinado convirtiéndolo a mismo en productos finales de la reacción, luego se
desprende para comenzar otra via catabólica.
2. Como es una reacción enzimática en relación a la energía de activación.
Como todos los catalizadores, las enzimas funcionan disminuyendo la energía de
activación (ΔG‡) de una reacción, de forma que la presencia de la enzima acelera
sustancialmente la tasa de reacción. Las enzimas no alteran el balance energético de
las reacciones en que intervienen, ni modifican, por lo tanto, el equilibrio de la reacción,
pero consiguen acelerar el proceso incluso en escalas de millones de veces. Una
reacción que se produce bajo el control de una enzima, o de un catalizador en general,
alcanza el equilibrio mucho más deprisa que la correspondiente reacción no catalizada.
3. Describa las características de una catálisis enzimática.
Poder catalítico: Desde el punto de vista cinético y termodinámico las enzimas son
análogas en muchos aspectos a otros catalizadores químicos. En este sentido:
a) modifican las velocidades de la reacción directa e inversa en la misma proporción,
por lo que no alteran la constante de equilibrio de la reacción.
b) no se gastan en el curso de la reacción.
c) disminuyen la energía de activación. Sin embargo, las enzimas poseen propiedades
características como: a) pérdida de actividad por cambios grandes de temperatura, pH,
fuerza iónica y otros factores (como consecuencia de la desnaturalización proteica); b)
tienen un poder catalíticoordinariamente muy superior cuando se compara con el de
otros catalizadores químicos convencionales, y trabajan en condiciones mucho más
suaves.
Especificidad. Las enzimas poseen una especificidad doble: a) de reacción y b) de
sustrato. Esta especificidad puede ser absoluta ó relativa (cuando la enzima reconoce
no un determinado sustrato sino un determinado grupo de moléculas similares entre sí
en algunos de sus enlaces/átomos/grupos de átomos). La especificidad por el sustrato
obedece a que la enzima se une físicamente al sustrato formando un complejo E-S. La
región de la enzima donde se une el sustrato puede ocupar una fracción pequeña del
volumen global de la enzima y se conoce como sitio activo. En dicho sitio es donde se
encuentran los restos R de aminoácido responsables directamente de la catálisis. El
resto de la proteína es importante para que se pueda dar la conformación adecuada del
sitio activo o, en su caso, de otros cofactores ó grupos prostéticos necesarios. Pueden
existir restos de aminoácidos esenciales, críticos ó irrelevantes para la catálisis.
Antiguamente se pensaba que la complementariedad entre la enzima y el sustrato era
rígida (modelo llave-cerradura de E. Fisher), pero hoy se piensa que es más bien una
complementariedad flexible hasta cierto punto (modelo del ajuste inducido (mano-
guante) de Koshland y otros). Esta especificidad por el sustrato conlleva procesos de
orientación de las moléculas que se traducen en el enorme poder catalítico de las
enzimas referido en el punto anterior.
Saturación por el sustrato. La presencia de una enzima se suele reconocer por la
existencia de curvas hiperbólicas cuando se representa la velocidad de reacción frente
a la concentración de sustrato. Dichas curvas se ajustan a la ecuación de Michaelis-
Menten:
La mayoría de los enzimas son muy sensibles a los cambios de pH. Desviaciones de
pocas décimas por encima o por debajo del pH óptimo pueden afectar drásticamente su
actividad. Así, la pepsina gástrica tiene un pH óptimo de 2, la ureasa lo tiene a pH 7 y la
arginasa lo tiene a pH 10 (Figura de la izquierda). Como ligeros cambios del pH pueden
provocar la desnaturalización de la proteína, los seres vivos han desarrollado sistemas
más o menos complejos para mantener estable el pH intracelular: Los amortiguadores
fisiológicos.
Efecto de la temperatura: