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Libro primero (A)

- El hombre como deseante de la verdad por naturaleza propia. Este ama, por ejemplo las
sensaciones.

- Esquema cognoscitivo aristotélico (sobre la sabiduría):

1) Sensaciones: estas son recibidas tanto por los animales como por los hombres

2) Experiencia:

Esta facultad es humana, en tanto es posibilitada por la memoria, cosa de las que otras especies
carecen. La memoria permite acumular las sensaciones como recuerdos, y este repertorio de
recuerdos es la experiencia. La experiencia tiene un carácter práctico en la vida del hombre,
permitiéndole subsistir frente al azar; solo desde la experiencia resultan arte y ciencia.

No obstante, la experiencia no permite conocer las causas, sino solamente los hechos (como saber
que el fuego es caliente, desconociendo el porqué de ello). En este sentido, el carácter práctico de
la experiencia indica la limitación de lo que esta puede entregar. Por el contrario, el arte y la
ciencia, que se ocupan de la teoría, permiten tener conocimiento de las causas de aquellos hechos
contenidos en la experiencia. Por esto, generalmente se piensa a la teoría como un ámbito superior
respecto a la práctica.

“En general, el ser capaz de enseñar es una señal distintiva del que sabe frente al que no
sabe, por lo cual pensamos que el arte es más ciencia que la experiencia: (los que poseen
aquél) son capaces, mientras que los otros no son capaces de enseñar.”

Una vez se crean y consolidan las ciencias dedicadas a la utilidad que brinda conocer las causas
de lo práctico, el hombre puede dedicarse a aquellas ciencias que no están supeditadas a la
utilidad, como la Matemática.

Para Aristóteles, los hombres que se dedican a estas ciencias son más sabios que los demás, pues
han alcanzado tal desarrollo que su actividad intelectual ya no está supeditada a la mera utilidad,
es decir, se pueden dedicar al ocio. De esto, se concluye que la sabiduría es ciencia acerca de
ciertos principios y causas.

Véase la siguiente cita para entender la primacía de la sabiduría: “Y que, de las ciencias, aquella
que se escoge por sí misma y por amor al conocimiento es sabiduría en mayor grado que la
que se escoge por sus efectos.”
Capítulo segundo – Características de la sabiduría

Ahora bien, ¿cuáles causas y principios le competen a la sabiduría? La sabiduría que se busca es
aquella que versa sobre lo universal, sobre los principios de todas las cosas. Aristóteles contempla
la ciencia deductiva como aquella superior, pues “cognoscibles en grado sumo son los primeros
principios y las causas (pues por éstos y a partir de éstos se conoce lo demás, pero no ellos
por medio de lo que 5 está debajo de ellos)”

Esta ciencia no es productiva, y es la única ciencia libre al ser ella misma su fin. Se entiende que
para Aristóteles, la libertad se da cuando no hay un fin ajeno a quien es libre. Por esta misma
razón, se dice que esta ciencia es divina. ¿Por qué divina? Porque solamente Dios, causa primera
en el que no cabe envidia y necesidad pues nada puede faltarle a lo que es primero, es privilegiado
de esta ciencia.

En efecto, la necesidad es un parámetro de inferioridad en el esquema cognoscitivo aristotélico.


Esto se evidencia en la siguiente cita: “Y, ciertamente, todas las demás (ciencias) serán más
necesarias que ella, pero ninguna es mejor”.

Como síntesis, tómese en cuenta la nota al pie de página: “De lo expuesto en todo el capítulo se
desprende una concepción de la sabiduría como conocimiento 1) de lo máximamente
universal. 2) de las causas y los principios primeros y 3) de la divinidad. La articulación de
estos tres aspectos (a cuya afirmación se ha llegado a partir de las «opiniones comunes») en
un saber unitario constituye el más difícil problema del proyecto metafísico de Aristóteles.”

Capítulo Tercero – Las cuatro causas y la filosofía anterior

Aristóteles plantea que existen cuatro tipos de causas:

1) Entidad o esencia:
2) Materia o sujeto:
3) Origen del movimiento:
4) El para lo cual del movimiento:

Se hace una revisión histórica de los filósofos que trataron la causalidad. Estos se limitaron a
explicar la causa por la materia, es decir, por aquel elemento del cual están hechas todas las cosas,
mientras mantuvieron la identidad de la entidad frente a los cambios (nada se genera ni se
destruye).
Libro Quinto – Capítulos 1 y 2

Luego, nos saltamos al capítulo quinto para examinar los conceptos de principio y causa. Tal
como Reale destaca, podemos entender la importancia de esta lectura en tanto “El libro se ciñe a
los conceptos teóricos pertenecientes al objeto de la Metafisica o estrechamente vinculados
con él.”

Principio: puede decirse de seis modos

1) Extremo desde donde se origina el movimiento, como el punto de partida de una línea
2) El punto óptimo de realización de la cosa, como la pendiente para la caída de un objeto a
mayor rapidez
3) El elemento a partir del cual se hace algo (inmanente), como el vivir del hombre a partir de
su corazón
4) El elemento a partir del cual se hace algo (sin inmanencia o extrínsecos), como nacer del
hijo a partir de su madre, que no es inmanente sino extrínseco
5) El elemento por cuya voluntad se mueve lo movido, como el caballo respecto al jinete
6) El elemento desde el cual se hace cognoscible la cosa, como la demostración desde la premisa
o la tesis desde sus argumentos.

Causa: puede decirse de cuatro modos

1) El elemento compositivo de la cosa e inmanente a ella, como el bronce en la estatua o el


caucho en el neumático (la materia)
2) Forma y modelo de una cosa como especie y género,
3) El agente del cambio y movimiento
4) El fin o para-cual de algo

Considerando la polisemia de la causa, se entiende que una misma cosa tiene varias causas, las
que pueden incluso interactuar entre sí como modalidades causales de un mismo elemento con el
que se relacionan entre ellas. Las causas pueden darse accidentalmente, o darse en acto o en
potencia.

Libro Cuarto – Capítulos I y II

La importancia de este libro radica en la exposición de aquella ciencia anticipada en los libros
anteriores, esto es, la ciencia más universal. En efecto, “En el segundo párrafo del capítulo
(1003a26-32) se caracteriza a esta ciencia, desde la perspectiva causal, como ciencia de los
principios y causas supremos, es decir, máximamente universales y referidos, por tanto, a
todo lo real, y por consiguiente, a lo que es en tanto que algo que es.”

Esta ciencia corresponde a lo que llamamos ontología, y se distingue de todas las demás ciencias
por no dedicarse a estudiar los meros accidentes de lo que es, esto es, aquellos atributos o
propiedades que no son necesarios en las cosas que son. La ambición de esta ciencia es aprehender
los principios y causas de las cosas en tanto que son, es decir, no en tanto que son una cosa o la
otra, sino teniendo en cuenta la unidad del ser. Por esto, es la ciencia universal por antonomasia.

Ahora bien, existe una polisemia del ser. ¿Qué quiere decir esto? Que el ser se predica de muchas
maneras; pero siempre conservando la unidad respecto a la entidad (sustancia, ousía). En efecto,
“de unas cosas (se dice que son) por ser entidades, de otras por ser afecciones de la entidad,
de otras por ser un proceso hacia la entidad, o bien corrupciones o privaciones o cualidades
o agentes productivos o agentes generadores ya de la entidad ya de aquellas cosas que se
dicen en relación con la entidad, o bien por ser negaciones ya de alguna de estas cosas ya de
la entidad”. La entidad es el punto de referencia común entre todas estas modalidades de la
predicación. Tal como señala Vigo, “'ser' se dice de muchas maneras, pero siempre "por
referencia a algo único y a una única naturaleza" (pros hen kai mían tina physin), y no de
modo accidentalmente equivoco (cf. 1003a33-34).”

En tanto la entidad es el elemento unificador de esta ciencia, elemento del cual todos los demás
dependen, Aristóteles propone que “el filósofo deberá hallarse en posesión de los principios y
las causas de las entidades”. Esto mismo es señalado por Reale en los siguientes términos:
“Estructuralmente, el ser se toma en múltiples acepciones, mas codas ellas, cada cual a su
manera, se refieren a un único significado primero y fundamental, que es el de sustancia. El
filósofo, pues, deberá investigar todos los significados del ser, pero sobre todo el de sustancia
y, naturalmente, se ocupará también de las causas y principios de la. sustancia.”

Por su parte, Vigo que esta ciencia “pretende tematizar 'lo que es en tanto que es' (tó ón he(i}
ón) y los atributos que le pertenecen por sí mismo (cf. IV 1, 1003a21-22), de suerte que las
causas y los principios primeros a los que apunta dicha ciencia serán, en definitiva, las
causas y los principios primeros de lo que es en tanto que es (cf. 1003a26-32).”

A su vez, también debe concebirse esta ciencia (en tanto genérica) como el estudio de las especies
de lo que es, entendiendo que las entidades particulares, denominadas como “lo uno”
corresponden a “lo que es”. La cantidad de distintas especies o clases de las entidades serán las
partes en las que la filosofía se fragmentará, conservando en esta fragmentación la unidad de la
entidad (lo que es).

De este modo, se traza una división entre el estudio de “lo que es” y “lo uno”, como el estudio
separado por la naturaleza de entidades que son su objeto. “En efecto, «lo que es» y «lo uno» se
dan inmediatamente divididos en géneros, y de ahí que las ciencias acompañen también (en
su división) a éstos.”

Cabe tener en cuenta, tal como lo resalta Vigo, que el ser no es un género, esto es, “'ser' no se
aplica unívocamente a todo aquello de lo que se predica”.
Libro V

Capítulo séptimo – Lo que es

En este capítulo, se distinguen los modos de ser o ámbitos de significación de ser anunciados en
libro cuarto.

1) Ser por accidente: esto es, aquellos atributos que le suceden accidentalmente a un sujeto,
como ser blanco, grande, pequeño. El carácter de accidental remite a que tal atributo no es
necesario en el sujeto por ser tal, sino solo un añadido que puede o no sucederle. Ejemplos
empleados por Aristóteles son enunciados tales como “el músico es hombre” o “el hombre es
justo”: en ambos enunciados, los predicados músico y justo son accidentes de la entidad hombre.

2) Ser por sí mismo: “Entran en este grupo todos los significados que el ser tiene según los
tipos de categoría {esencia, cantidad, cualidad,relación, acción, pasión, lugar y tiempo)”
(Reale). Se refiere esto a todas las posibles predicaciones.

3) Ser y no ser en tanto verdadero y falso: se entiende que el enunciado A es B significa que tal
predicación es verdadera, mientras que un enunciado del tipo A no es B significa que B es una
falsa predicación de A.

4) Ser en potencia y ser en acto: Esta conceptualización es propiamente aristotélica. En un


enunciado del tipo A es B, no solo se dice que A es B actualmente, sino que también puede que
A sea B. En un ejemplo más mundano, decir que Carlos es tranquilo puede significar que lo es en
acto como que lo es en potencia, esto es, pueda serlo en un futuro.

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