Lección 99 Cambio de corazón

«Un trasplante de corazón puede prolongar la vida durante años a personas que, de lo contrario,
morirían de insuficiencia cardíaca. Pero no es "la operación definitiva", como la llamó la revista Time
en 1967. La operación definitiva no es un "potente cambio" físico de corazón sino espiritual».
«Cómo conservar el gran cambio en el corazón», Dale G. Renlund, C. G. octubre 2009 LEE DISCURSO

«El fuego del Espíritu», Himnos, pág. 95 CANTA HIMNO

Mosíah 5:2 LEE ESCRITURA

Muestre una fotografía de cada miembro

de la familia de hace unos años. Pregunte
en qué maneras creen ellos que han
cambiado más. Pregúnteles en qué cosas, que no
son visibles, han cambiado. Haga que compartan
sus opiniones sobre las siguientes preguntas:
• ¿Qué significa decir que una persona ha
cambiado para mejor?
• ¿Qué podría causar que una persona cambie?
• ¿Cómo puedes saber si una persona
realmente ha cambiado? mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
Lean Mosíah 4:2-3
• ¿Crees que sería más fácil notar un cambio
en otra persona o en ti mismo? ¿Por qué? (pidieron ser perdonados y purificados, y
tuvieron fe en Cristo.)
Lean Mosíah 5:1-2
¿Qué dijo Benjamín que deben hacer para retener
Busquen en la escritura el «potente cambio» que la remisión de sus pecados?
se efectuó sobre el pueblo del rey Benjamín.
Lean Mosíah 4:11-16
Pregúntele a su familia si les gustaría estar tan
convertidos al Evangelio que no desearan pecar. Exprese su testimonio del poder del Señor para
¿Cuán más fácil sería vivir los mandamientos si cambiarnos a fin de que las cosas que se nos ha
no tuviéramos «más disposición a obrar mal, sino mandado hacer sean también las cosas que
a hacer lo bueno continuamente»? Pregunte a su amamos hacer.
familia si recuerdan lo que hizo el pueblo del rey
Benjamín para que el Espíritu pudiera hacer este (Dennis H. Leavitt and Richard O. Christensen, Scripture
Study for Latter-day Saint Families: The Book of Mormon,
«potente cambio» en sus corazones. mmm
[Salt Lake City: Deseret Book, 2003], p. 120.)
mmm mmm mm mm mm

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 Natillas
40 m

6 pers.

Fácil

• Reservamos un vaso de leche fría y calentamos el resto con la

rama de canela y la piel de limón. Cuando empiece a hervir,
• 1 litro de leche bajamos el fuego y dejamos hervir 5 minutos a fuego lento.
• 5 yemas de huevo • Mientras, añadimos la harina de maíz al vaso de leche y
• 100 gr. de azúcar removemos hasta que se disuelva por completo.

• una tira de piel de limón
• 1 rama de canela
• 40 gr. de harina de maíz
• Separa las yemas de las claras. Colocamos las yemas en un
cuenco grande, añadimos el azúcar y la leche con la harina.
Batimos con varillas.
• Apartamos la leche del fuego y la colamos. Añadimos a las
yemas poco a poco mientras batimos con las varillas.
Vertimos en un cazo y lo ponemos al fuego lento (se quema
con facilidad). Removemos sin parar y cuando se espese
retiramos del fuego (unos 10 min).
• Vertimos las natillas en vasitos. Cuando se enfríen,
espolvoreamos por encima con canela molida. Servimos muy frías.

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 Unas costillas doloridas.
Glenn L. Pace
E STOY CONVENCIDO. Antes de que el
potente cambio pueda ocurrir, cada uno
de nosotros debe alcanzar antes un
corazón quebrantado y un espíritu contrito
mediante las experiencias que vivimos en
nuestras vidas.
Recuerdo que comprendí esta idea, de manera
muy incipiente, al comenzar la escuela
secundaria. Me encanta practicar deportes. En
primaria y secundaria, soñaba con llevar a cabo
con éxito un pase de balón en un partido de
fútbol americano, con el tiempo agotado, y así
ganar el campeonato estatal. Tenía fantasías
similares en baloncesto con respecto a un tiro a
canasta en el último segundo y algo parecido en
béisbol.
Debido a que soy de complexión pequeña, en mi
segundo año de secundaria, decidí que el
baloncesto era lo mío. Era rápido y tenía un buen
tiro con ambas manos. La selección de jugadores
se realizaba en octubre. Fui a por todas, robé el
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balón en varias ocasiones e hice algunos tiros
largos desde fuera de la cancha; sin embargo,
cuando el entrenador dió a conocer los nombres
de los seleccionados, mi nombre no aparecía en
la lista. Estaba destrozado. Mi sueño de tener a
las animadoras arremolinadas a mi alrededor
después de que mi tiro ganara el partido se
esfumaba para siempre.
Al verano siguiente me lo pensé mejor y decidí
que tal vez el fútbol americano era lo mío
después de todo. Para las pruebas me puse el
casco, las hombreras y el resto del equipamiento.
De camino hacia el campo, recuerdo mirarme al
espejo y decirme a mí mismo: «¡Oye, pareces más
alto! ¡Y cuando te giras de lado, se te sigue
viendo!» Pero luego vi que los jugadores más
altos que yo, también parecían más grandes.
En los primeros ejercicios, me sentí bien. Mi
velocidad me permitía acercarme al jugador más
adelantado en los sprints y mi confianza estaba
por las nubes. Luego nos pusimos a practicar la
melé. Me dieron la pelota y me dijeron que
corriera directo hasta el medio campo. Cuando
llegué a la línea, me encontré con el liniero
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defensivo más grande del equipo. Me incrustó su Haga que toda la familia se siente en el
casco en la boca del estómago, me rodeó con sus suelo, uno al lado del otro, con las
brazos las piernas, me levantó, me tiró al suelo y piernas extendidas. La primera persona se
saltó sobre mí. La única razón por la que no perdí levanta y con cuidado de no pisar a nadie salta
el balón fue porque estaba empotrado en mi caja a la pata coja sobre las piernas extendidas de
torácica. Mientras mis amigos sacaban mis los demás llegando hasta el final de la fila.
exhaustos y flácidos restos del campo, oí que el Luego, regresa de donde salió corriendo por
entrenador decía al que me derribó: «¡Oh! ¡Guau!
detrás del resto de jugadores sentados y toca
¡Buen placaje, Kimber!»
al que es segundo de la fila. Entonces se
Una vez más, mis sueños se hicieron añicos, por sienta. Entonces, el número 2 repite lo mismo,
no mencionar mis costillas y mi ego. En las regresa hasta el número 1, toca al número 3 y
semanas siguientes, comencé a buscar qué más se sienta. El juego continúa, cada jugador a su
podía ofrecerme la vida. Me llevó un tiempo pero vez salta, corre, toca y se sienta.
hice un descubrimiento maravilloso: hay mucho
más en la vida que los deportes. Ví a mis Aplicación: debemos superar cada obstáculo en
compañeros de clase con una luz diferente. la vida según vengan antes de pasar al
Además del respeto que ya tenía por los buenos siguiente.
atletas, comencé a apreciar los talentos
individuales de cada persona. Me maravillaba por
los dotados de habilidad artística. Veía sus
pinturas y me emocionaba su maestría. Otros
habían desarrollado talentos musicales. Vi con
asombro como un pianista tocaba música clásica.
Una bailarina me fascinó con su elegancia y
creatividad. Leí cosas escritas por un ingenioso
poeta. Reí y lloré al ver actuar a algunos actores
dramáticos. Realmente me hicieron olvidar
quiénes eran y se convirtieron en los personajes
que representaban sobre el escenario. Algunos de
mis amigos sobresalían en los estudios
académicos. Y quizás los talentos más
importantes eran aquellos que
probablemente damos por sentado,
como la compasión, la benevolencia
y la integridad.
(Glenn L. Pace, Spiritual Plateaus, [Salt
Lake City: Deseret Book, 1991], 79.)

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«Un trasplante de corazón puede prolongar la vida
durante años a personas que, de lo contrario, morirían
de insuficiencia cardíaca. Pero no es "la operación
definitiva", como la llamó la revista Time en 1967. La
operación definitiva no es un "potente cambio" físico de
corazón sino espiritual».
«Cómo conservar el gran cambio en el corazón»,
Dale G. Renlund, Conf. Gral. octubre 2009
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