Carta Semanal nº 288
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del Comité Central del POSI - Del 11 al 17 de octubre de 2010
Y ahora, a por las pensiones
C
uando la crisis financiera de las
hipotecas subprime se desarrolló
como crisis económica global,
poniendo en evidencia la incapacidad del
sistema capitalista de sobrevivir sin so-
meter a la inmensa mayoría de la Huma-
nidad a sufrimientos crecientes, algunos
economistas de esos que el capital finan-
ciero tiene en nómina declararon que la
causa de la crisis no era la especulación
financiera, sino que se debía a que la cla-
se trabajadora de Europa y de los Estados
Unidos vivía “por encima de sus posibi-
lidades reales”, y que, por tanto, la úni-
ca salida posible era reducir un 25% los
salarios reales de los trabajadores. Con
esa afirmación desvelaban el programa
del capital financiero: aprovechar la cri-
sis para recortar el coste de la fuerza de
trabajo y liberar así capitales para nuevas
“empresas financieras”, es decir, para vol-
ver a la rueda infernal de especulación.
Los trabajadores de Francia libran en
estos meses una dura batalla para defender
su derecho a la jubilación contra propues-
tas de recorte del gobierno Sarkozy. Aquí,
el 29 de septiembre, millones de trabaja-
dores exigieron, con su participación en
la huelga y las manifestaciones, que no se
recorten las pensiones. Una semana más
tarde, se reúne la Comisión del Pacto de
Toledo, y la portavoz del PSOE en la mis-
ma, Isabel López Chamosa, anuncia que
hay un acuerdo general de los partidos
para aumentar de 15 a 20 años el periodo
computado para el cálculo de la base re-
guladora. Es decir, los partidos acuerdan
recortar las pensiones porque lo manda el
FMI y la UE. (Y siguen negociando los
demás recortes).
Un coro infernal
Los mismos que aseguraban que era im-
prescindible que los gobiernos dedicaran
miles de millones a salvar a los banque-
ros, aunque fuera al precio de generar
déficits públicos billonarios, exigieron
luego recortes de derechos, como la re-
forma laboral, y piden ahora acabar con
el derecho a la negociación colectiva, re-
bajar los salarios y recortar las pensiones.
Así se pronuncian el FMI, la Unión Euro-
pea, el gobernador del Banco de España,
Fernández Ordóñez, y finalmente, los fa-
mosos 100 economistas aglutinados por
la Fundación de Estudios de Economía
Aplicada FEDEA, que hace año y medio
reclamaban una reforma laboral muy si-
milar a la que aprobó el Gobierno.
Esos cien esbirros del capital proponen
ahora retrasar la edad de jubilación a 67
años, aumentar el periodo de cálculo de la
pensión progresivamente a toda la vida la-
boral, y elevar a 40 años el tiempo de co-
tización necesario para cobrar la pensión
completa. Saben muy bien lo que propo-
nen: si se extiende el plazo a toda la vida
laboral –unos 45 años–, un estudio publi-
cado por la propia FEDEA revela que la
rebaja respecto a las cantidades actuales
alcanzaría, al menos, el 30%. Si además
se exigen 40 años para cobrar la pensión
completa, ningún joven actual llegará a
reunir tanto tiempo de cotización y por
tanto verían sus pensiones recortadas en
un porcentaje adicional.
Acabar con el derecho a la jubilación
Conscientes de que esas medidas suponen
acabar con el derecho a la jubilación, que
no es otra cosa que el derecho a sobrevi-
vir en la vejez con una pensión suficiente
para cubrir las necesidades básicas, los
100 economistas proponen que la jubila-
ción sea “flexible” entre los 63 y los 70
años, y que la pensión sea compatible con
recibir algún tipo de salario, o sea, con-
vertirla en una ayuda mínima que obligue
a seguir trabajando para poder comer.
Uno de sus portavoces, el profesor de
la Universidad Carlos III Javier Díaz-
Giménez, desvela a quién sirven esas
propuestas, al reclamar, según El País,
“mayor transparencia” con la que “los
ciudadanos tendrán la información nece-
saria para recurrir a fondos privados de
pensión si lo creen necesario”.
Acabar con el derecho a la jubilación,
liquidar la Seguridad Social, abrir paso a
los especuladores de los Fondos de Pen-
siones, para que puedan acceder a un fa-
buloso negocio: recordemos que el gasto
de la Seguridad Social en pensiones ha
sido en 2009 de 6.476 millones men-
suales, casi 80.000 millones de euros al
año. Y todo ello a pesar de que colocar las
pensiones en manos de los especuladores
es poner en riesgo las pensiones. Recor-
demos el caso de Chile, donde Pinochet
eliminó las pensiones públicas y las sus-
tituyó por fondos de pensiones. Hoy, esos
fondos administran cien mil millones
aCorrespondencia Internacional nº 3 -
junio de 2010
aLa Verdad nº 69 - septiembre 2010
aCombate Socialista nº 20 (1936-2010)
de dólares (2/3 del PIB chileno), pero el
propio FMI prevé que las pensiones de
los trabajadores chilenos no promediarán
más de un 40% de sus salarios previos, y
que casi la mitad de todas las chilenas y
un cuarto de los chilenos recibirán sólo el
20% de sus salarios al jubilarse, es decir,
estarán en la miseria.
Falsas previsiones demográficas
La Seguridad Social goza de buena salud.
Recordemos que el fondo de reserva ate-
sora el equivalente a casi un año del gas-
to en pensiones, y que el propio ministro
Corbacho ha explicado que, sin cambio
alguno, el equilibrio presupuestario de
la Seguridad Social está garantizado has-
ta 2029, aunque para ello será necesario
usar el Fondo de Reserva a partir de 2023.
A pesar de lo antes expuesto, los defen-
sores de un nuevo recorte de pensiones
hablan de la “necesidad” de los recortes
de pensiones, alegando supuestas previ-
siones demográficas que “demuestran”
que dentro de 50 años el sistema público
de pensiones será “insostenible”.
No son argumentos nuevos. Cuando
a finales del siglo XIX el Movimiento
Obrero en gestación exigía el derecho a
una pensión de jubilación, “expertos” y
“sabios” de todo tipo declaraban que era
imposible, que esos llevaría a la ruina a
las empresas y a los países. Lo mismo
decían de la jornada de 8 horas, de los
convenios colectivos y de las vacaciones
pagadas.
¿Quién puede saber cuál será la si-
tuación demográfica dentro de 50 años?
Hace 50 años, en 1960, cuando había casi
tres millones de emigrantes españoles en
Francia y Alemania, ¿quién previó que
hoy buena parte habrían retornado y que
habría 5 millones de inmigrantes en Es-
paña? Las proyecciones demográficas de
2008 cambian drásticamente las de 2005.
¡Lo que cambiará en 50 años!
En octubre de 2009 un documento de
UGT recogía objeciones demoledoras
contra esas profecías y negaba cualquier
pretensión de que la Seguridad Social vaya
a quebrar en tal o cual año, y cuestionaba
las propias proyecciones del Informe so-
bre Estrategia Nacional de Pensiones del
gobierno, ya que éste elige el escenario de-
mográfico más restrictivo (el de Eurostat,
no el del INE) y el escenario macroeconó-
mico del Ministerio de Economía en que
se basa es pesimista y arbitrario: “inex-
plicablemente”, decide que de 2030 a
2060 habrá bajo crecimiento y pérdida de
empleo. Se preguntaba ¿por qué no se ha-
cen escenarios alternativos?, y añade que
“aunque así fuera, ¿es tan desorbitado
ese gasto para 2050?” Muchos países de
la UE dedican a pensiones un porcentaje
del PIB semejante al que costaría la pro-
yección del Gobierno.
¿Consenso en el Pacto de Toledo?
Se haga o no caso de las exigencias más
extremas del capital, el Pacto de Toledo
sigue trabajando en un recorte de pensio-
nes. Frente a esas propuestas, y como si
no pasara nada, los dirigentes de UGT y
CCOO reclaman “consenso” y se aferran
al Pacto de Toledo.
Ahora, la comisión parlamentaria del
Pacto de Toledo está trabajando y la pren-
sa nos informa de que hay consenso para
recortar las pensiones, aunque haya di-
ferencias sobre tal o cual medida. No es
de extrañar, puesto que en junio de 2009,
la prensa informó de que el secretario de
Estado de Seguridad Social, Octavio Gra-
nado, y el portavoz del PP en la comisión
parlamentaria del Pacto de Toledo, Tomás
Burgos, habían llegado a un acuerdo para
la reforma de las pensiones.
Ahora bien, el informe de UGT antes
citado concluía que el problema no es el
gasto sino la financiación decidida en el
Pacto de Toledo. Y hay que preguntarse si
las organizaciones de los trabajadores de-
ben aceptar un recorte de pensiones sólo
porque se decida en ese escenario truca-
do. La reforma laboral también tenía un
gran “consenso” (sólo se opusieron a ella
un puñado de diputados, mientras que el
PP se abstenía para dejarla pasar criticán-
dola de cara a la galería).
Hay que defender el derecho
a la jubilación, sin ningún recorte
Los trabajadores no pueden aceptar nin-
gún recorte del derecho a la jubilación,
ni con Pacto de Toledo ni sin él. Los diri-
gentes de UGT y CCOO deben defender
esto, y no pueden sentarse a negociar con
el gobierno cómo se recortan las pensio-
nes. Tienen que romper con ese Pacto
que hasta ahora sólo ha traído recortes de
pensiones y que anuncia otros nuevos.
Continuar la lucha por la derogación de
la reforma laboral y por la retirada del
Plan de Ajuste que ha impuesto Bruse-
las, del que forman parte los ataques a las
pensiones.
Pisotean la voluntad de la mayoría,
una vez más, para someterse a los “mer-
cados”. Hay que organizar de inmediato
la más amplia campaña para que Toxo y
Méndez digan que no aceptarán ningún
recorte.

Ya está a la venta el número 245 de Informa-

ción Obrera. Tanto el editorial como las pági-
nas centrales están dedicados a hacer balan-
ce de la reciente huelga general. La revista
impulsa una campaña dirigida a los dirigen-
tes de las grandes confederaciones sindica-
les para que exijan al Gobierno que derogue
las contrarreformas.
Señala que es prioritario, en este momento,
que desde todas las instancias sindicales
posibles se pronuncien y envíen mociones a
sus dirigentes para que no permitan que ni
a través del Pacto de Toledo, ni a través de
ninguna mesa de diálogo nuestros derechos
sean sacrificados en el altar de los merca-
dos.
Como dice el editorial: “Nadie ha manda-
tado a Méndez y a Toxo para negociar la
aplicación de las reformas”

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