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03/02/2009
Las resultas de la sentencia de primer grado son congruentes con las constancias
procesales.
LA PARTE ACTORA, dentro del presente juicio ofreció los siguientes medios de prueba:
DECLARACION DE PARTE: Del demandado Felipe de Jesús Del Cid Alvizures que se llevo
a cabo el dieciséis de septiembre de dos mil tres. DOCUMENTO: Certificación del
testimonio especial de la Escritura Pública número cincuenta y seis autorizada en el
municipio de San José Pinula del departamento de Guatemala, el nueve de junio de
mil novecientos noventa y ocho, por el notario Luis Haroldo Ramírez Urbina y en AUTO
PARA MEJOR FALLAR se tuvo como prueba documental el documento privado con
legalización de firma de fecha diez de mayo de mil novecientos noventa y siete,
suscrito entre los señores Luis de Jesús Del Cid Alvizurez y la señora Ricarda Alvizures
Pineda. LA PARTE DEMANDADA, no ofreció medio de prueba alguno.
Tramitada esta instancia se señaló día y hora para la vista y ambas partes evacuaron
la audiencia conferida, transcurrida ésta se procede a examinar la Sentencia venida
en apelación, y
CONSIDERANDO I
La ley sustantiva civil prescribe que “Hay nulidad absoluta en un negocio jurídico,
cuando su objeto sea contrario al orden público o contrario a leyes prohibitivas
expresas, y por la ausencia o no concurrencia de los requisitos esenciales para su
existencia. Los negocios que adolecen de nulidad absoluta no producen efecto ni son
revalidables por confirmación.” “el negocio jurídico requiere para su validez:
capacidad legal del sujeto que declara su voluntad, consentimiento que no adolezca
de vicio y objeto lícito.”.
La actora expresó en esta instancia que en el documento del cual demanda se declare
la nulidad absoluta, no existe el requisito indispensable de declaración de voluntad
del donante, no se recibió su consentimiento y tampoco existe la firma de su puño y
letra que confirme la declaración, por lo que la demanda debe acogerse.
El demandado expresó como agravio que el juez de la causa hizo apreciación de puntos
que no han sido alegados por las partes, por lo que deben acogerse las excepciones
planteadas.
II
III
Respecto de las excepciones planteadas, esta Sala determina que con los documentos
antes relacionados, únicamente se demuestra diferencia en una letra del primer
apellido de la actora, la cual en el ámbito nacional, tiene la misma fonética que la
letra que la sustituye (s-z), por lo que el argumento sobre tal extremo en nada incide
y resulta irrelevante; aunado a ello, el demandado no aportó medio de prueba
específico para demostrar sus afirmaciones de hecho respecto de las excepciones, por
tal razón estas resultan improcedentes y siendo que la juez de primer grado las declaró
sin lugar, tal decisión debe mantenerse en esta instancia. Con relación a la demanda
se determina que la parte actora en su gestión inicial plantea demanda de “…Nulidad
de los hechos consignados en la declaración unilateral de voluntad….”, y en los mismos
términos dirige tanto su petición de trámite como de fondo. Es decir que en el escrito
de demanda se omitió fundamentalmente precisar con claridad qué clase de nulidad,
absoluta o relativa, es la que pretende que se declare; además omitió pedir que en
sentencia se declare la nulidad del instrumento público correspondiente, atendiendo
que la nulidad de un acto jurídico no conlleva la nulidad del instrumento que lo
contiene porque los presupuestos de validez de ambos son distintos; ya que el
instrumento público requiere para su validez satisfacer los requisitos formales
especialmente determinados por normas jurídicas establecidas, y el acto jurídico en
sí se perfecciona mediante otros elementos substanciales y diferentes de aquellos,
que taxativamente se encuentran en la legislación vigente, de tal manera que la
nulidad debe alegarse tanto en contra del acto como del instrumento público que lo
contiene, como consecuencia de la ausencia de peticiones concretas de sentencia,
deviene que la demanda no puede prosperar, porque los juzgadores no pueden ni
deben suplir las omisiones o deficiencias en que incurran los litigantes. La falta de los
requisitos esenciales en la elaboración de la demanda, indudablemente incide en la
decisión final de la litis, porque la sentencia debe dictarse en forma congruente con
la demanda y con la ley, para no incurrir en resoluciones incongruentes y ultrapetita.
Por estos motivos, la demanda instaurada no puede acogerse, y siendo que en ese
sentido resolvió la juez de primer grado, la sentencia venida en apelación debe ser
confirmada.
CITA DE LEYES:
Artículos: 203, 204 y 218 de la Constitución Política de la República; 1251, 1301 del
Código Civil; 25, 26, 44, 51, 66, 67, 71, 79, 96, 107, 126, 127, 128, 130, 177, 194, 195,
602, 603, 610 del Código Procesal Civil y Mercantil; 1, 5, 7, 9, 15, 61, 141, 142 y 143
de la Ley del Organismo Judicial.
POR TANTO:
Thelma Esperanza Aldana Hernández, Presidenta; Maria de la Luz Gómez Mejia, Vocal
Primero; Miriam Maza Trujillo, Vocal Segundo. Alba Elizabeth Pérez Chavarría,
Secretaria.
EXPEDIENTE 105-2008
03/06/2008
Recibido el proceso en esta Sala, se confirió el término de seis días al apelante para
que hiciera uso del recurso en que formulo sus agravios respectivos. Se señaló
audiencia para la Vista que fue pública en que las partes pronunciaron sus alegatos y
conclusiones correspondientes. Este Tribunal procede a examinar la sentencia
impugnada, y,
CONSIDERANDO I
CONSIDERANDO II
CONSIDERANDO III
Los artículos 1251 y 1301 del Código Civil, establecen “El negocio jurídico requiere
para su validez: capacidad legal del sujeto que declara su voluntad, consentimiento
que no adolezca de vicio y objeto lícito”, “Hay nulidad absoluta en un negocio jurídico
cuando su objeto sea contrario al orden público o contrario a leyes prohibitivas
expresas y por la ausencia o no concurrencia de los requisitos esenciales para su
existencia, los negocios que adolecen de nulidad absoluta no producen efecto ni son
revalidables por confirmación.” Este Tribunal observa que los artículos anteriormente
citados, entre otros, sirven de fundamento para plantear la demanda ordinaria que
fue conocida y resuelta en primera Instancia. Los actores relacionan que la Finca
numero ciento ochenta y dos, folio ciento ochenta y dos del libro treinta y siete de
Transformación Agraria era propiedad del causante JULIO GARCIA CASTILLO sin
limitación alguna al momento de su fallecimiento acaecido el dos de junio de mil
novecientos noventa y nueve y en consecuencia, dicho bien forma parte de la masa
hereditaria del mismo. Se pretende en la vía ordinaria anular el negocio jurídico
contenido en la escritura numero cinco autorizada en esta ciudad el cinco de marzo
de mil novecientos ochenta y seis por el notario Heriberto Robles Alvarado por la cual
los conyugues Julio Garcia Castillo y Carmen Ellgutter Figueroa otorgaron partición de
Bienes conyugales. Dentro del acuerdo la finca de merito, se encontraba registrada en
la literal H, a nombre de Julio Garcia Castillo. La juzgadora considero en la Sentencia
impugnada que debía anularse el contenido de la cláusula segunda del Instrumento
publico ya identificado y en consecuencia declarar nulas las inscripciones regístrales
de derechos reales de dominio, entre otros. Tenemos pues, que el objeto del derecho
en discusión es el bien inmueble adquirido por JULIO GARCIA CASTILLO como
Patrimonio Familiar. La expresión “Objeto de Derecho” designa a lo que cae bajo la
potestad del hombre, dicho bien según la fotocopia del documento que obra al folio
ciento setenta y siete de la primera pieza del juicio mediante resolución numero cero
ciento trece, El Instituto Nacional de Transformación agraria, el trece de enero de mil
novecientos ochenta y dos le cedió derechos de esa Microparcela a Julio Garcia Castillo
bajo el régimen del Patrimonio Familiar, consta que el mismo declaró como único
familiar a la demandada Carmen Ellgutter Figueroa; también las condiciones del
otorgamiento se concretizan a indicar que lo explotará o habitará en forma directa y
personal, y a cumplir con las regulaciones del patrimonio familiar. El concepto Que
está Institución tiene en el código civil en su artículo 352 es que es aquella por la cual
se destina uno o más bienes a la protección del hogar y sostenimiento de la familia.
Tenemos en entonces en conclusión en la fecha indicada el bien inmueble fue
adquirido por el Señor Julio Garcia Castillo para el y su familia que según declaro
estaba constituida únicamente por Carmen Ellgutter Figueroa en consecuencia el
derecho sobre el inmueble estaba para ambos conyugues. Del análisis de la cláusula
que se pretende anular. Si quisiéramos entender la existencia de un negocio jurídico
de Sucesión reciproca tendríamos que encontrar una manifestación de los contratantes
en que ambos conyugues cedía al otro su derecho sobre tal inmueble, pero lo que
encontramos en primer lugar no es un contrato de sucesión, si no que un contrato de
Liquidación del Patrimonio conyugal, dentro del cual se hace ver en la parte inicial
cuales son los bienes comunes entre los cónyuges dentro de los cuales aparece la
parcela de mérito. Posteriormente se expresa la voluntad de los conyugues que el
mismo continué inscrito a nombre del cónyuge varón, deciden que si se vendiera el
monto será repartido para ambos y que si alguno falleciera dicho bien será para el
conyugue supérstite. Este Tribunal no encuentra que hubiese un derecho cedido en la
cláusula que se pretende anular, aunado a ella por el origen del inmueble adquirido
no podría ser cedido el uno a otro, porque siendo Patrimonio conyugal se otorgo el
derecho común y exclusivo para ambos y ante el fallecimiento de uno de los
beneficiarios lógicamente el derecho quedaba exclusivo para el otro.
CONSIDERANDO IV
CONSIDERANDO V
De conformidad con lo que estipula el Artículo 573 del código procesal civil y
mercantil. El Juez en la sentencia que termina el proceso que ante él se tramita, debe
condenar a la parte vencida al reembolso de las costas a favor de la otra parte. En el
presente caso los actores de la demanda son los vencidos por lo que se les condena al
pago de las costas procesales por no encontrar motivo alguno para eximirlos.
CITA DE LEYES:
Artículos ya citados, y: 45, 46, 61, 66, 67, 78, 79, 96, 126, 127, 130, 131, 139, 177,
178, 186, 194, 195 574, 575, 602, 603, 604, 606 y 610 del Código Procesal Civil y
Mercantil; 13, 16, 23, 47, 48, 87, 88, 147 y 148 de la Ley del Organismo Judicial.
POR TANTO:
Esta Sala, con base en lo considerado y leyes citadas REVOCA la sentencia apelada, y
resolviendo conforme a derecho DECLARA: I) SIN LUGAR la demanda ordinaria de
NULIDAD DEL NEGOCIO JURIDICO CONTENIDO EN EL NUMERAL TRES DE LA CLAUSULA
SEGUNDA DEL INSTRUMENTO PUBLICO NUMERO CINCO, AUTORIZADO EN ESTA CIUDAD
EL CINCO DE MARZO DE MIL NOVECIENTOS OCHENTA YSEIS POR EL NOTARIO YA
FALLECIDO HERIBERTO ROBLES ALVARADO promovido por los señores MARIO DANIEL
CARRILLO GARCIA, KRISTIAN ANTONIO CARRILLO GARCIA y MARIO ANTONIO CARRILLO
MAZARIEGOS en contra de CARMEN ELLGUTTER FIGUEROA. y II) Se condena a la parte
vencida al pago de costas procesales por imperativo legal y no haber motivo alguno
para eximirlos. NOTIFIQUESE; y con certificación de lo resuelto, devuélvanse los
antecedentes el tribunal de origen.