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LEY DE FARADAY

Michael Faraday fue un físico y químico británico del siglo XVIII. A lo largo de su vida, profundizó en el
estudio de los campos magnéticos y se obsesionó por conseguir generar electricidad. Entre sus
descubrimientos más importantes, están el diamagnetismo, la electrólisis y la inducción
electromagnética. Ahí se engloba la famosa Ley de Faraday de Inducción Electromagnética.

La Ley de Faraday proclama que el voltaje inducido es directamente proporcional a la velocidad con la
que cambia el flujo magnético que atraviesa una superficie con el circuito como borde. Hoy vamos a
ahondar y desarrollar algo más esta Ley de Faraday

¿Quién fue Faraday?


Michael Faraday (1791-1867) fue un brillante físico y químico del Reino Unido. Sus principales aportes a
la ciencia fueron la inducción electromagnética o la electrólisis.

Adquirió su gusto por leer y por las investigaciones a los 14 años, cuando trabajó de encuadernador de
libros en Londres. Fue en esa época cuando Michael Faraday abrazó todo lo que tuviera que ver
con fenómenos eléctricos.

En 1831, Michael Faraday empezó a profundizar en las propiedades electromagnéticas de los distintos
materiales. Arrancaba así una gran serie de pruebas y experimentos que le llevaría a descubrir la
inducción electromagnética.

Este descubrimiento surgió al enrollar dos bobinas de alambre en un arco de hierro. Así, llegó a una
conclusión pionera en la época: cuando aplicaba corriente a una de las bobinas, la otra bobina que no
había recibido corriente, también se cargaba de electricidad. De este descubrimiento, derivó a
probar que se podía generar un campo eléctrico, a partir de un campo magnético variable.

¿Qué es la ley de Faraday?


La ley de Faraday alude a toda variación de flujo en el interior de un circuito cerrado que origina
una corriente inducida que dura el tiempo de la variación. El flujo puede variar bien sea por variación
de las líneas de campo magnética, o bien sea por la variación de la intensidad del campo.
La ley de Faraday alude a toda variación de flujo en el interior de un circuito cerrado que origina
una corriente inducida que dura el tiempo de la variación. El flujo puede variar bien sea por variación
de las líneas de campo magnética, o bien sea por la variación de la intensidad del campo.

la Ley de Faraday o inducción electromagnética, enuncia que el voltaje inducido en un circuito cerrado,
resulta directamente proporcional a la velocidad con que cambia en el tiempo el flujo magnético que
atraviesa una dada superficie con el circuito haciendo de borde.

La Ley de Faraday predice cómo interaccionarán los campos magnéticos con los circuitos eléctricos para
producir fuerzas electromagnéticas o inducción electromagnética. Un principio fundamental operando en
los transformadores, inductores y otros motores eléctricos o generadores.

Aplicaciones de la ley de Faraday

Pero, ¿qué aplicaciones prácticas tiene la Ley de Faraday y la inducción electromagnética? En el


caso que nos ocupa, provocamos variaciones en el flujo magnético que provoca una fuerza
electromotriz. Aun así, mantenemos una diferencia de potencial entre dos puntos de un circuito abierto.
Con esto, podemos provocar una corriente eléctrica.

Matemáticamente, se expresa como indicamos en la ecuación de arriba. Gracias al trabajo de Michael


Faraday, se desarrollaron la mayor parte de las máquinas. Hasta algo tan cotidiano como
una vitrocerámica de inducción. Como vemos, la variabilidad del campo magnético está dado por la
derivada (si el campo es constante, la derivada es cero y no se provoca fuerza electromotriz alguna).

Otra aplicación importante de la Ley de Faraday es la creación de motores eléctricos. Estos


propulsores transforman la energía eléctrica en mecánica. Se diferencian así de los motores químicos,
que transforman el poder calorífico del combustible en energía mecánica. Además, los motores eléctricos
tienen mayor rendimiento.
La Electrolisis
La electrólisis fue, en realidad, descubierta por William Nicholson en el año 1800. Fue Michael Faraday
quien perfeccionó sus teorías y las puso en común, elaborando la Ley de la Electrólisis de Faraday.

La electrólisis es un proceso que separa los diferentes elementos de un compuesto gracias a la


electricidad. Para ello, se sumergen en el compuesto dos electrodos con carga opuesta. A uno se le
conoce como ánodo y al otro como cátodo. Cada uno de estos electrodos atrae a los iones de carga
opuesta. Para aumentar la concentración y separar los iones de los electrodos se usa energía
proporcionada por la corriente eléctrica.

La electrólisis del agua no destilada es, hoy en día, un proceso muy utilizado en diversos ámbitos. Por
ejemplo, para la cloración de piscinas. Cada vez más piscinas utilizan sal, la cual se transforma en cloro
mediante la electrólisis. Para la ionización del agua que bebemos, tratamientos terapéuticos o distintos
sistemas de depilación también utilizan la electrólisis.

La Jaula de Faraday

El experimento conocido como Jaula de Faraday es el más popular que se asocia a este inventor. La
jaula de Faraday es, en esencia, una caja metálica que aísla y protege a cualquier cosa que esté en su
interior de las descargas eléctricas y campos eléctricos estáticos. El motivo es que en su interior el campo
eléctrico es nulo.
Este experimento está muy vinculado a las investigaciones de Faraday en el campo electromagnético que
hemos mencionado con anterioridad. Lo sacó, al estudiar el efecto por el cual se vuelve nulo el campo
electromagnético en el interior de un conductor en equilibrio.

Esto se produce a causa de la polarización, un proceso por el cual aparecen dos ámbitos mutuamente
cargados. Así, cuando el conductor elegido se encuentra vinculado a un campo electromagnético externo,
se produce una carga positiva en un extremo y una negativa en el otro. El resultado es que se anulan en
el punto en el que entran en contacto. Lo hacen formando una suerte de vacío protegido en dicho
punto.

Aplicando dicho razonamiento, Michael Faraday hizo un experimento en 1836 que todavía tiene
muchas aplicaciones hoy en día. Y es que sus principios se utilizan mucho en el ámbito aeroespacial.
También a la hora de proteger aparatos eléctricos en lugares donde existen muchos cambios en el ámbito
electromagnético a causa de diversos fenómenos meteorológicos, como pueden ser las tormentas

El proceso tiene el siguiente desarrollo. Una caja metálica se introduce dentro de un campo eléctrico
ajeno a ella. En ese momento, los protones (cargas positivas) se colocan en posición de red. Mientras,
los electrones, que son cargas fundamentalmente negativas, se mueven en sentido contrario.

Eso hace que uno de los sectores de la caja solo tenga una carga negativa, mientras que el otro lado la
tiene positiva. Ambas se anulan, por lo que el centro de la caja acaba teniendo una carga
nula. Manteniéndose protegido en su interior cualquier objeto eléctrico, que no se verá afectado por
ninguna de las dos cargas que pugnan inútilmente por el dominio.

Sin embargo, la jaula solo protege al objeto que hay en su interior de la influencia del campo eléctrico
externo. Se ha constatado que otros tipos de influencias electromagnéticas siguen funcionando en el
interior de la jaula de Faraday. Por citar dos ejemplos, la electricidad estática o la propia influencia
magnética de La Tierra. A pesar de ello, la jaula de Faraday protege y aísla casi por completo los objetos
de su interior.
La jaula de Faraday tiene muchas aplicaciones prácticas. Sin embargo, para terminar con este
apartado, vamos a finalizar presentando algunas de las más curiosas

Por ejemplo, en el año 2013 se utilizaron los principios de la Jaula de Faraday para aislar la Capilla
Sixtina. Fue durante la celebración del cónclave en el que se eligió al actual papa Francisco I. Así, se
evitaba cualquier injerencia exterior o la utilización de cualquier aparato electrónico que pudiera acabar
con el secretismo que rodeaba a este proceso.

Cogemos dos teléfonos móviles, comprobaremos que ambos funcionen correctamente. A continuación,
envolvemos uno de los teléfonos en papel de aluminio, y llamamos desde el otro. El resultado es que el
teléfono envuelto no funciona, no emite ningún tipo de señal, dando la sensación de estar apagado. Este
es otro ejemplo de la utilización de la Jaula de Faraday, utilizando materiales actuales y tecnología de hoy
en día.

Asimismo, la jaula de Faraday está presente en muchas actuaciones tanto de ladrones como de los
equipos de seguridad. Los principios son utilizados por las personas que roban objetos electrónicos en las
tiendas para evitar ser descubiertos. Una bolsa recubierta con papel de aluminio actúa como una
jaula de Faraday. Aísla el producto de su interior y evita que dispare las alarmas de seguridad.

Es por ello que los expertos en seguridad estudian este proceso para crear nuevos sistemas que logren
hacer saltar las alarmas cuando se aplique este principio con fines ilícitos. Sin embargo, sus principios
también tienen usos más cotidianos.

Probablemente habrás mirado millones de veces el cristal de tu microondas. Este electrodoméstico


funciona como una jaula de Faraday que contiene la energía electromagnética y evita la influencia del
exterior. Los principios vinculados a la jaula de Faraday están muy presentes en la vida cotidiana
moderna y muchas de las cosas de las que disfrutamos con asiduidad actualmente serían imposibles sin
este increíble invento.

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