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Análisis de discurso y danza contemporánea

Martha Yunuén Moreno Morales.

Si queremos dar cuenta de cómo se ha desarrollado la práctica de la danza contemporánea en Morelia


desde que esta actividad artística apareció en los escenarios de la capital michoacana a fines de la
década de los sesentas hasta nuestros días, una de las principales fuentes a las que podemos remitirnos
es a la experiencia de quienes se han desarrollado profesionalmente en esta área. Estos testimonios se
pueden obtener a través de entrevistas, de la prensa o incluso de fuentes audiovisuales. Todas ellas
podemos entenderlas como discursos desde el momento en que se trata de dispositivos que comunican
haciendo uso de un lenguaje, y en su calidad de discursos, una de las formas en que podemos
examinarlos es el análisis de discurso.
El Análisis del Discurso se nos presenta como un método de comprensión, interpretación y
explicación de la realidad histórica, dentro de la que encontramos hechos y procesos históricos,
constituidos ellos a su vez por prácticas sociales y discursos. Aun cuando desde la propuesta del “giro
lingüístico” se haya sugerido que la historia no puede tener referentes objetivos y reales desde el
momento en que todas sus fuentes, del tipo que sean, son creaciones de otros seres humanos y que lo
mejor que puede hacer es enfocarse en el lenguaje y su uso en los procesos de comunicación, se trata de
una herramienta muy útil que remite a la intención de los actores y a la relación de esa intención
comunicativa con el contexto y con los discursos, como creadores y reflejos de realidades en
situaciones sociales específicas.1
El Análisis del Discurso (AD) se puede definir más propiamente como un conjunto de enfoques
multidisciplinarios que tienen como objeto de estudio los textos y discursos, considerados estos como
la unidad básica de la comunicación, y que tiene como objetivo el análisis del uso del lenguaje como
práctica social, en contextos determinados. Por ser el lenguaje uno de los elementos a considerar en el
estudio de los discursos, los distintos enfoques van a basar sus análisis en distintas teorías y disciplinas
del campo de la lingüística, disciplina muy cercana al AD, especialmente en su vertiente de la
Lingüística Crítica. Por ser considerado una práctica social que se relaciona, manifiesta, influye y es

1
Ordoñez Díaz, Leonardo. “Historia, literatura y narración” en Historia Crítica, no. 36, Bogotá, Julio-Diciembre 2008, p.
196; Van Dijk, Teun A. “El estudio del discurso”, en El discurso como estructura y proceso, “Estudios sobre el discurso I.
Una introducción multidisciplinaria”, Barcelona, Gedisa, 2003; Santander, P. “Por qué y cómo hacer Análisis de Discurso”
en Cinta Moebio, no. 41, Chile, p. 209. (archivo PDF).
influida por el ámbito de lo social, es decir, instrumentada y producto de un contexto, va a tomar
propuestas y conceptos de las teorías sociales, especialmente en el enfoque crítico del discurso (ACD).2
Hay muchos tipos de análisis de discurso que van a depender de sus objetivos, de sus bases
teóricas y lingüísticas, de la aplicación de métodos, y hasta de su posicionamiento político. Sin
embargo, según el lingüista Teun van Dijk, hay dos grandes dimensiones desde las que puede
analizarse un discurso: primero en su aspecto funcional, y segundo, en su función contextual. Los tipos
de análisis de discurso funcionales examinan principalmente los elementos estructurales de un discurso,
entre ellos encontramos y se fundamentan en la teoría, categorías y conceptos desprendidos de
disciplinas como la fonología, la semiótica, o la semántica, y en categorías y propuestas tomadas de las
teorías discursivas y teorías sociales de Bordieu, Foucault, Voloshinov, Bajtín, Barthes, Ricoeur, entre
otros. Los análisis de discurso contextuales conciben al discurso como interacción social en los que el
elemento de la cognición y de las representaciones sociales, en sus relaciones y mediaciones con las
estructuras sociales (contexto), son parte constitutiva, entre ellos encontramos al análisis social del
discurso y al ACD. Los discursos que realizan su análisis desde esta posición, además de las teorías
sociales, deben muchos de sus fundamentos a la lingüística sistemática funcional de Michael Halliday,
y a la Sociolingüística de Basil Bernstein.3
El ACD es un análisis que se posiciona políticamente del lado de los desfavorecidos y por lo
mismo, va a enfocarse en el discurso como objeto producido e interpretado históricamente, que
manifiesta las relaciones de poder existentes, tomando como base para sus explicaciones los conceptos
de poder, historia e ideología, principalmente.4 La palabra clave de este discurso es la crítica, que
ponen en práctica basados en las propuestas de Marx, la Escuela de Francfort, Jürgen Habermas, entre
otros, y que los lleva a la búsqueda de su aplicación práctica, de lograr la emancipación respecto de los
grupos de poder mediante la generación de conciencia y desciframiento de las ideologías.5
Tenemos entonces que los diferentes tipos de análisis de discurso van a buscar aproximarse a la
realidad social desde el examen del lenguaje y de sus relaciones con los sujetos, grupos o instituciones
ostentadores y usuarios de esos lenguajes, y productores de discursos. Esta realidad social, que es un
espacio invisible es donde se pueden observar las prácticas sociales, dentro de las que se encuentran las
de índole artístico. De ahí que podamos decir que la danza es una práctica social. La danza comunica,
es acción y es uso de un lenguaje, y como tal, es un discurso con una función específica, determinado

2
Wodak, Ruth y Michel Meyer. “De qué trata el análisis crítico del discurso (ACD)”, en Métodos de análisis crítico del
discurso, Barcelona, Gedisa, 2003; Van Dijk, Teun A., op. cit.; Meyer, Michel. “Entre la teoría y la política: la ubicación de
los enfoques relacionados con el ACD”, en Métodos de análisis crítico del discurso, Barcelona, Gedisa, 2003
3
Van Dijk, Teun A. op. cit., pp. 26 y ss; Santander, P., op. cit., pp. 216-218.
4
Wodak, Ruth y Michel Meyer. “op. cit., pp. 18-19; Van Dijk, Teun A. op. cit., pp. 49-50.
5
Wodak, Ruth y Michel Meyer.op. cit., pp. 18-19, 29-31.
por el espacio y el momento histórico en que se desarrolla. Entendida como discurso, es también un
proceso de comunicación que expresa mensajes mediante signos creados a través de movimientos
corporales, gestos e incluso sonidos. Estos signos o movimientos no son fortuitos, tienen una
intencionalidad y se inscriben y entienden por y desde un marco cultural específico, que es su
referente.6 En nuestro estudio, el interés se centra en la danza contemporánea que nace como
alternativa y oposición a los esquemas rigurosos del ballet clásico. Aquellas figuras reconocidas como
pioneras de esta vertiente, que en un primer momento nació como danza moderna, estaban en busca de
un lenguaje diferente, buscaban liberarse de la rigidez a que el ballet sometía a los cuerpos y proponer
nuevas formas expresivas a la vez que satisfacer una demanda distinta tanto de ellos mismos como del
público, proveniente del propio contexto histórico.7
Es importante mencionar aquí que tanto una pieza u obra dancística y lo que expresa puede ser
considerado como discurso, así como las opiniones, ideologías, las acciones y las prácticas de los
bailarines pueden entenderse como tales. Esto porque en el contexto históricamente determinado de la
práctica de la danza se desenvuelven actores sociales que poseen un discurso el cual es producto de las
relaciones entre la dimensión social (contexto), la dimensión cognitiva y el mismo producto discursivo,
con sus elementos estructurales.8
Tenemos el testimonio que en entrevista nos concedió un bailarín que fue parte del Ballet
Nacional de México, formado en S.L.P., (en donde la primera función de danza moderna se dio en
1955), ciudad en la que tuvo una prolífica carrera dancística como parte de la compañía independiente
A-Quo Danza desde 1991, la cuál se mueve a Morelia desde el 2000, en respuesta a la convocatoria de
proyecto de restructuración de la licenciatura en danza de la EPBA, y desde entonces ha continuado
desempeñándose en el ámbito dancístico. Nos explica que si bien puede percibirse el ámbito de la
danza como una práctica cultural que goza de plena salud en la ciudad, el problema siempre ha sido su
difusión y la creación de público, pues “por lo general el público acaban siendo los papás y los amigos
del bailarín, y sus propios compañeros, o sea, son los bailarines y sus familiares los que van a ver
danza.” Y agrega “la gente ve “ballet” y piensa en las bailarinas y zapatillas, pero ve “danza
contemporánea” y ¿qué sucede? Que la mayor parte del tiempo la gente no sabe ni qué es o de qué se

6
Dallal, Alberto. Cómo acercarse a la danza. Plaza y Valdés Editores, México, D.F., 2000, p. 32; Autores varios. Danza
Contemporánea. Universidad de Alicante, España, p. 4.
7
Baud, Pierre-Alain. Una danza tan ansiada. La danza en México como una experiencia de comunicación y poder.
Xochimilco, Universidad Autónoma Metropolitana, 1992, P. 11; Calvo, A. y León, J. “Historia de la danza contemporánea
en España”, en Arte y Movimiento, No. 4. Universidad de Jaén, Junio, 2011, pp. 26-27. (archivo PDF)
8
Van Dijk, Teun A. op. cit., pp. 42-43; Meyer, Michel. Op. cit. pp. 44-45; Van Dijk, Teun A. “Discurso, cognición y
sociedad” en Signos. Teoría y práctica de la educación. No. 22, octubre-diciembre de 1997, p. 67.
trata. Ése ha sido el problema desde hace años y lo sigue siendo, porque no hay un apoyo real ni entre
compañías ni por parte de la SECUM.”9
Al diseccionar el discurso enunciado, encontramos las siguientes partes:
Emisor: Bailarín, director de A-Quo Danza, Bernardo Torres Segura.
Receptor: Entrevistadora.
Tema: Formación de público; desconocimiento de la danza por público, compañías y SECUM.
Argumento: La gente no sabe qué es; no hay apoyo de la SECUM; o hay apoyo entre
compañías.
Representaciones sociales:
Difusión, apoyo, problema.
-Otros
“La gente”/Público: los que van a ver danza
Familiares/Amigos: los que van a ver danza pero se diferencian del público en general
Ballet: lo que se conoce de la danza
SECUM: autoridad, gobierno, políticas culturales.
-Nosotros
Bailarín
Compañías
Danza
Por contexto entendemos la dimensión o espacio de las estructuras sociales en la que se
producen textos y discursos, y dentro de la que los individuos y grupos crean, interpretan y reproducen
el sentido de aquellos. También es, de acuerdo a los teóricos del ACD, donde se hacen presentes las
relaciones de poder, dominación y control. La dimensión cognitiva es aquella que incluye las
representaciones mentales y las representaciones sociales, que son las mediadoras entre discurso y
sociedad, y que también se involucran en los procesos de comprensión, intencionalidad, en dar sentido
y función a los discursos.10 El contexto del que se desprende este discurso son las condiciones
económicas, políticas, sociales y culturales de Morelia en la actualidad, que iremos reconstruyendo
conforme avancemos en nuestra investigación.
Tenemos el discurso de un bailarín de danza contemporánea, de una trayectoria artística
extensa, residente en Morelia. En el uso que hace del lenguaje podemos notar los conceptos que utiliza
y se expresa respecto a lo que ve que ocurre en el contexto en el que está inmerso. Habla desde el lugar

9
Entrevista a Bernardo Torres Segura, director de A-Quo Danza, el 10 de octubre de 2015.
10
Meyer, Michel. Op. cit., pp. 44-45; Van Dijk, Teun A. “Discurso, cognición y sociedad”, p. 69.
en el que percibe su realidad: como bailarín, en oposición al público, los otros actores sociales con los
que se relaciona en su entorno, y que son parte del espacio social. Podemos decir que su discurso habla
de lo que percibe como antipatía, desconocimiento o desinterés de parte del público a consecuencia de
la dispersión o de la desunión de las compañías y del bajo apoyo institucional, donde influyen también
las políticas culturales -federales y estatales- en relación al impulso de las actividades culturales.
Su discurso nos puede dar una idea de cómo él cree que se piensa la danza contemporánea hoy
en día y desde hace varios años: como una actividad artística que, no obstante, se desconoce y que no
es susceptible de ser remunerada, lo que se refleja en que gran parte de los eventos de contemporáneo
son de entrada libre, incluso algunos festivales.
Si nos basamos en la triada de Van Dijk, consideramos estas declaraciones como el discurso de
un actor social, un bailarín que nos habla de su experiencia desde el presente, en el contexto de la
Morelia actual. Siguiendo a Ruth Wodak, pero especialmente a Van Dijk, se nos expone la visión no
sólo del individuo o institución, sino información con una intencionalidad detrás, que es lo que
pretende comunicarse, que es resultado de las tres dimensiones principales del discurso: uso del
lenguaje, comunicación de creencias e interacción en situaciones de índole social.11
Los discursos podemos entenderlos como manifestación, medio de acción y proyección de
relaciones de poder. En el ámbito social de la danza también existen relaciones de poder. Las
secretarías de cultura hacen ver que hay un apoyo constante a actividades culturales y a los grupos que
las llevan a cabo, y no es que no sea nulo: organizan festivales, muestras, celebraciones, se otorgan
becas, etc., en fin, prácticas que tienen el propósito de impulsar esta actividad artística, pero los artistas
muestran el otro lado: la danza no se consume, y el bailarín no es un trabajador, su actividad es cultural
y por tanto, no merece una remuneración que equivalga a la de un trabajador de otras áreas. Esto
podemos afirmarlo porque el poder, entendido como una relación de fuerzas, siempre está presente en
lo social, se le encuentra vinculado a la forma de una relación, y se manifiesta en las acciones de los
sujetos e instituciones, y en la eficacia de esas acciones.12

11
Van Dijk, Teun A. op. cit., p. 27
12
García Canal, María Inés, “Poder” en Szurmuk, Mónica y Robert Mckee Irwin, Diccionario de estudios culturales
latinoamericanos, México, Instituto Mora/Siglo XXI, 2009, p. 211 (archivo PDF).

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