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Las operaciones formales

En la adolescencia alcanzamos la capacidad de pensar en forma abstracta, considerar


situaciones hipotéticas y entender los problemas complejos que involucran procedimientos
intelectuales.

A esta etapa de madurez cognitiva el psicólogo francés Jean Piaget llama “etapa del
pensamiento de las operaciones formales”.

No todas las personas desarrollan el pensamiento formal


Aunque todas las personas llegan a la etapa de la adolescencia, comprendida según Piaget
entre los 11 y 20 años de edad, no todas alcanzan el desarrollo del pensamiento formal; es
decir, la edad no determina la madurez cognitiva. El pensamiento formal implica una lógica
deductiva: la capacidad de imaginar una variedad de posibilidades, considerar diversos
aspectos de una situación, plantear y resolver problemas intelectuales y, en fin, pensar no
sólo en función de lo que se observa en forma concreta.

Según Piaget, el desarrollo del pensamiento formal ocurre en todos los individuos sin
tener en cuenta las experiencias educacionales o ambientales de cada uno. Pero los datos
de las investigaciones posteriores no están de acuerdo con esta teoría y demuestran que la
capacidad de los adolescentes, y de todos los seres racionales en general, para resolver
problemas complejos está en función del aprendizaje acumulado y de la educación
recibida.

Los estadios de desarrollo cognitivo


Jean Piaget se interesó por las principales características que presenta el ser humano en su
desarrollo intelectual y así pudo distinguir cuatro periodos o estadios interrelacionados.
Conozcamos las características principales de estos estadios para comprender en qué
consiste el pensamiento formal.

1.Período sensoriomotriz o estadio senso-motor: Es la etapa de la vida que se extiende


desde el nacimiento hasta aproximadamente un año y medio a dos años. El niño usa sus
sentidos para conocer lo que le rodea, se vale de los reflejos y las reacciones para
satisfacer tendencias instintivas, como la alimentación. Cuando una acción le produce
satisfacción, la repetirá varias veces; es lo que Piaget llama “reacción circular”, repetición
por medio de la cual el niño disfruta y a la vez aprende.
La reacción circular incorpora a las experiencias del niño nuevos estímulos. Por ejemplo,
cuando el bebé está en la cuna y al mover la mano toca el juguete que cuelga, y esa acción
le produce admiración y placer, intentará alcanzar el objeto una y otra vez hasta dominar
perfectamente la acción de mover el juguete a su voluntad.

2.Período de pensamiento preoperacional o estadio preoperatorio: Se desarrolla entre los


2 y 7 años de edad. En este estadio, el niño empieza a consolidar el lenguaje y adquiere un
progresivo conocimiento de los sonidos que escucha y comprende que a través de ellos
puede expresar sus deseos. Primero repite con placer sus propias vocalizaciones y luego
imita ruidos, sonidos y palabras que oye en su medioambiente. Pero estas expresiones son
imprecisas e inadecuadas, por lo que no pueden considerarse aún como operaciones.

En la etapa del pensamiento preoperacional, el niño repite y juega con los sonidos que
causaron en él una impresión y al reproducirlas enriquece su experiencia y su
conocimiento.

3.Período operaciones concretas: Se extiende desde los 7 a 11 años. Las operaciones


concretas se refieren a la utilización de símbolos para la resolución de problemas. En esta
etapa se desarrolla la capacidad intelectual de comprender cantidades numéricas,
superficies y desarrolla la capacidad de reversibilidad, es decir, sabe que las formas de los
materiales pueden cambiar.

En el estadio de las operaciones concretas el niño está intelectualmente capacitado para


comprender la cantidad. Por ejemplo, sabe que un litro de agua en recipientes de muy
diversas formas sigue siendo la misma cantidad.

4.Período de las operaciones formales: Se presenta a la edad de la adolescencia y continúa


a lo largo de toda la vida adulta. Su principal característica es que el individuo que llega a
esta etapa es capaz de prescindir del contenido concreto y palpable de las cosas y de
situarse en el campo de lo abstracto.

El adolescente es capaz de realizar razonamientos formales sobre un nivel abstracto: se


desarrollan nuevas capacidades que permiten la valoración de la verdad o falsedad de las
proposiciones abstractas, analizar fenómenos complejos en términos de causa-efecto,
utilizando el método hipotético-deductivo, e incluso deducir consecuencias de situaciones
hipotéticas y diseñar pruebas para ver si las consecuencias sostienen la verdad.
Un ejemplo del pensamiento formal
Si les presentamos el siguiente relato a los niños de la etapa de las operaciones concretas y
a los adolescentes del estadio del pensamiento operacional formal, las respuestas serían
muy distintas. Veamos:
“Sólo a los pilotos valientes se les permite volar sobre las montañas altas. Un piloto de
combate, durante un vuelo sobre los Alpes, chocó con un funicular aéreo y cortó un cable
importante, provocando que varias cabinas cayeran en un glaciar. Varias personas
murieron”. (Ejemplo extraído del libro de Psicología, de Diane Papalia y Olds Wendkos).
Respuesta del niño del periodo de las operaciones concretas: ”Creo que el piloto no era
muy bueno volando. Hubiera sido mejor que continuase en el combate”. (Considera sólo la
ineptitud del piloto).

Respuesta del adolescente del periodo del pensamiento operacional formal: “Seguro que
no estaba informado de la existencia del funicular o estaba volando muy bajo, también
pudo ocurrir que los instrumentos de vuelo se hayan dañado antes o después del
despegue, y que por eso se haya salido de su ruta causando el choque con el cable”.
(Considera todas las causas posibles del accidente).

ACTIVIDADES
I.Identifica a qué periodo del desarrollo intelectual de Piaget corresponde la siguiente
situación. Subraya la opción correcta:
- Jorge, no te burles de Miguel porque es gordo. ¿Te gustaría que se rían de ti porque eres
gordo?

- Yo no soy gordo.

1.Operaciones concretas.

2.Operaciones formales.

II.Esquematiza los cuatro estadios o grandes periodos del desarrollo cognitivo según
Piaget:

III.Explica por qué no todas las personas alcanzan el pensamiento formal.


Las teorías intuitivas frente a lo que enseñan las escuelas
Antes de empezar a hablar de ellas, vamos a intentar aclarar qué son las teorías intuitivas.
Un niño antes de entrar en la escuela no es una mente en blanco, antes de empezar a
estudiar el niño ya ha creado una serie de teorías que explican su realidad, estas son
las teorías intuitivas.
Ahora bien, ¿cómo son estas teorías intuitivas del niño? Estas teorías no están basadas en
un análisis exhaustivo de la realidad, todo lo contrario. Las teorías intuitivas se basan en
un razonamiento rápido de la percepción de su realidad y constituyen el sentido
común del niño. Un ejemplo de ellas puede ser que el niño piense que la tierra es plana.
Al estar creadas por el sentido común, estas teorías son incorrectas o muy imprecisas. Si
queremos que los niños aprendan realmente cómo es la realidad, hay que lograr romper
con esas teorías intuitivas y sustituirlas por las que expliquen los hechos de manera
correcta. Esto parece trabajo de la escuela. Pero, ¿la escuela se encarga de esto,
realmente cumple con esta función?
A pesar de que he planteado las teorías intuitivas desde la perspectiva de la infancia,
estas se forman y existen a lo largo de toda nuestra vida. Siempre que ocurre un
evento, ya sea físico, social, político… que se escapa a nuestros conocimientos, nuestro
cerebro genera una teoría que lo explica a través de nuestro sentido común. Un sentido
común que suele ser erróneo o impreciso para desentrañar grandes fenómenos, lo que no
quita para que sea una ayuda vital en lo cotidiano.

Las teorías intuitivas y la escuela

Aquí nos encontramos con un problema, nuestro sistema educativo planifica las clases
como si los alumnos fueran sujetos pasivos. Para la escuela los alumnos son vasos
vacíos que tienen que llenar de conocimientos. Sin embargo, no es así: el alumno es como
una planta que hay que regar para que crezca libremente.

En primer lugar, hablemos de por qué la escuela ve a los alumnos como vasos vacíos. Si
vamos a una clase típica nos encontraremos a unos 20 o 30 alumnos sentados frente a un
profesor que explica, con el apoyo de una pizarra, una serie de contenidos que los alumnos
tendrán que memorizar para luego plasmarlos en un examen. En este modelo didáctico,
salta a la vista que los alumnos son solo sujetos pasivos del aprendizaje: su único cometido
es escuchar al profesor y hacer lo que les diga.

La situación pasiva de los alumnos provoca que estos no lleguen a una comprensión
profunda de los contenidos, simplemente memorizan literalmente lo que les expone
el profesor. Por lo tanto en esta situación, ¿qué ocurrirá si un alumno tiene una teoría
intuitiva errónea y recibe la información, esa que la ayudaría a romper con ella, de manera
pasiva? La respuesta es que el alumno seguiría creyendo en su teoría intuitiva a la vez que
mantiene la teoría correcta en su cabeza, aunque sean contradictorias.

Dos teorías contradictorias en una misma cabeza

¿Cómo es posible que el alumno mantenga dos teorías contradictorias a la vez en su


cabeza? Esto se debe porque al no lograr una comprensión profunda de la teoría correcta,
el alumno ignora las contradicciones existentes con su teoría intuitiva. Cuando el alumno
esté en el ámbito escolar y el profesor le pregunte, él acudirá a su memoria y
responderá con la teoría correcta. Sin embargo, cuando se le presente un problema
en una situación real, él acudirá a su teoría intuitiva, que es en la que realmente cree.
Para entender esto podemos hacer un pequeño ejercicio, quiero que dediquéis un momento
a pensar la siguiente pregunta, si saltamos muy alto hacia arriba mientras subimos por
una escalera mecánica, ¿en qué escalón aterrizamos: en el mismo en el que
estábamos, en el anterior o en el posterior?
La intuición nos dice que al saltar, nosotros permanecemos en el aire mientras la escalera
sigue subiendo, así que aterrizaremos en el siguiente escalón; pero esto es erróneo, la ley
de Newton sobre la inercia nos dice que cualquier cuerpo en movimiento se mantiene en
movimiento mientras la resultante de fuerzas sobre el mismo sea cero, por lo tanto
aterrizaríamos en el mismo escalón, ya que mantendríamos el movimiento -la velocidad en
eje correspondiente- de la escalera durante el salto.

Si habéis acertado la pregunta os felicito, si habéis fallado no os preocupéis, problemas de


este tipo se les preguntó a alumnos recién graduados en Física, en una investigación
realizada por parte del psicólogo J. Clement, y el 88 por 100 de ellos dio una respuesta
incorrecta. Aquí tenemos una prueba de como los alumnos, a pesar de que pueden hacer
complicados ejercicios de física perfectamente usando las teorías que aprendieron durante
la carrera, cuando se les plantea una cuestión fuera del ámbito académico estos
hacen caso a sus teorías intuitivas.

¿Hay solución a este problema?

La solución para que triunfen las teorías que explican la realidad correctamente pasa por
lograr una comprensión profunda de los hechos que falsan las teorías intuitivas para el
mismo fenómeno. Desgraciadamente, el sistema educativo actual no es capaz de lograr
un aprendizaje legítimo de los conocimientos porque ignora al alumno como un
agente activo de su propio aprendizaje.

Para conseguir la comprensión profunda y el rechazo de esas teorías erróneas, el aula


debe ser un sitio de debate donde los alumnos puedan exponer sus teorías y con la
ayuda del profesor ir ajustándolas para acercarlas a la teoría correcta de los hechos.
La pregunta que tenemos que responder es: ¿cómo podemos convertir el aula en un
espacio de debate?

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