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Muestrario (mínimo) de

sinrazones y razones
económicas

GLOSAS MARGINALES / Everardo Elizondo


10 Sep. 2018

Un poema de Borges incluye entre Los Justos al "que prefiere que los otros
tengan razón". Se trata de una actitud admirable, pero, a veces, no queda más
remedio que señalar a los otros que no tienen razón.

Zapoteco vs. inglés. En alguna ocasión, participé en una junta cuyo tema era la
planeación de cierta universidad estatal. En respuesta a la pregunta específica de
un funcionario, me permití sugerir que los planes de estudio deberían enfatizar el
aprendizaje efectivo de cuatro lenguajes: español, inglés, matemáticas y
computación.

El episodio viene a cuento porque, hace cosa de un mes, un grupo de


representantes de once escuelas normales de Oaxaca rechazó en general (desde
luego) la reforma educativa y, en particular, la inclusión del inglés en la lista de
materias. Para el caso, argumentó que el inglés desplazaría a las lenguas
indígenas que se enseñan.

En mi opinión, la postura de los normalistas aludidos es claramente anti-moderna.


No es casual que haya ocurrido en Oaxaca, uno de los estados más pobres de
México. Les guste o no a algunos, en la época actual el inglés es la lengua franca
de la ciencia, de la tecnología, de la diplomacia, de la economía, de las finanzas,
etc. En otras palabras, es el único idioma que sirve para una necesaria
comunicación (casi) universal que, de otra manera, sería imposible. La enseñanza
de lenguas indígenas está bien, como un esfuerzo de preservación cultural. Sin
embargo, no es difícil entender que, en las circunstancias del mundo de hoy, su
contribución al logro del potencial de los individuos y de la sociedad es muy
limitada.

Controles vs. disciplina. Paul Krugman (PK) se ocupó recientemente de la crisis


económica turca, en un artículo que me pareció parcial.

Leyéndolo, uno llega a la conclusión de que los culpables de lo sucedido han sido
los inversionistas extranjeros. Para empezar, por canalizar sus recursos a Turquía
y, después, por tratar de sacarlos ante la inminencia de un desastre. No encontré
en el texto una sola frase referente a temas clave como el desequilibrio fiscal, la
incontinencia monetaria, o a cualquier otro que sugiriera que las dificultades se
originaron en las torpezas de la política económica nacional.

Fiel a su inclinación intervencionista, PK recomendó como solución el


establecimiento de controles de capital "temporales" y, luego, una política
"fiscalmente sustentable". En otras palabras, primero expropiar una parte de la
riqueza de los inversionistas y, más tarde, poner en orden las finanzas públicas.
Creo que la prescripción adecuada es distinta: hay que empezar por eliminar la
causa inicial de la crisis: una posición fiscal irresponsable.

Dos descuentos vs. un descuento. Un prominente político mexicano afirmó hace


poco, a la letra, que "Otro de los saldos de la política neoliberal es que no ha
habido crecimiento económico. Estamos creciendo al 2% --dijo-- pero si
descontamos la inflación, es 0%". La aritmética anterior es correcta, pero admite
una aclaración inicial: el 2% aludido es el resultado de un cálculo del PIB, hecho
por el INEGI, que ya descontó la inflación. En el lenguaje de los economistas, se
trata de una tasa de crecimiento en términos reales.

Multas vs. racionalidad. Agua y Drenaje de Monterrey ha anunciado que multará


hasta con 700 pesos a los usuarios que desperdicien el agua potable en el riego
de jardines o en el lavado de automóviles. Para el caso, dependerá de los
informes de algunos vigilantes itinerantes y de las denuncias (anónimas si se
quiere) de los vecinos. El argumento de la empresa es que la insuficiencia de
lluvias ha ocasionado una escasez del líquido. (Desde luego, la falta de lluvias no
es precisamente una característica nueva del clima del noreste del país). El
siguiente paso será, supongo, multar por duchazos muy prolongados, o por lavar
la ropa con demasiada frecuencia. La receta lógica, en contraste, es racionalizar
las tarifas y operar la empresa con más eficiencia.

Decía Milton Friedman hace muchos (muchos) años, sin economizar la ironía: si
un Gobierno administrara el Sahara, pronto habría escasez de arena.

El autor es profesor de Economía en la EGADE, Business School, ITESM

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