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El ser humano se ha convertido en uno de los agentes climáticos, incorporándose a la lista

hace relativamente poco tiempo. Su influencia comenzaría con la deforestación de bosques


para convertirlos en tierras de cultivo y pastoreo, pero en la actualidad su influencia sería
mucho mayor al producir la emisión abundante de gases que producen un efecto
invernadero: CO2 en fábricas y medios de transporte y metano en granjas de ganadería
intensiva y arrozales.El dióxido de carbono resultante de la combustión de combustibles
fósiles es la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la
actividad humana. El suministro y utilización de combustibles fósiles contribuye en
aproximadamente un 80% a las emisiones producidas por el hombre de dióxido de carbono
(CO2)y una significante cantidad de metano (CH4) y óxido nitroso (N2O). También, genera
óxidos nitrosos (NOx), hidrocarburos y monóxido de carbono (CO), que aunque no sean
gases de invernadero influyen en los ciclos químicos en la atmósfera que crean o destruyen
otros gases de efecto invernadero como el ozono troposférico. Actualmente, las emisiones
se han incrementado hasta tal nivel que parece difícil que se reduzcan a corto y medio
plazo, por las implicaciones técnicas y económicas de las actividades involucradas.
La alta demanda de energía por parte de los países desarrollados, son la principal causa del
calentamiento global, debido a que sus emisiones contaminantes son las mayores del
planeta. Esta demanda de energía hace que cada vez más se extraigan y consuman los
recursos energéticos como el petróleo. (SINERGIA, 2006).

SINERGIA. (2006). Impactos Ambientales en Agricultura. La Rioja.

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