EL PROCESO DE APRENDIZAJE

Hasta hace algunos años, dentro de la educación, estábamos acostumbrados a escuchar una
dualidad muy interesante que era la enseñanza-aprendizaje, así con todas sus letras e
incluyendo el guion que las separa, o más bien que las unía, porque por algunas razones, los
pedagogos de ese entonces, consideraban que estos procesos se daban a la par, o por lo
menos así se entendía.

Más adelante, conforme nuestra sociedad fue avanzando, y por supuesto gracias por los
cambios y/o transformaciones que también se dio en la educación, esta dualidad fue
perdiendo vigencia, pues se comenzó a analizar de una manera más independiente, cada una
de las acciones que intervienen en este proceso. Tanto fue así, que nuevos pedagogos, gracias
a sus estudios, propusieron y defendieron que esa dualidad separada, y unida al mismo tiempo
por un guion, deberían divorciarse, bueno separarse pero a la vez acompañarse porque no era
posible trabajarse uno sin el otro.

Por lo anterior, el proceso de enseñanza-aprendizaje, dejó de serlo con esta estructura, sino
que ahora se proponía que el guion fuera suplido por una “y”, porque si bien es cierto lo que
justificaban en dichas acciones, en las que no siempre se acompañan tan de la mano ambos
procesos, pues en ocasiones un alumno llega a generar aprendizajes, sin la intromisión directa
de la enseñanza de su maestro, o por el contrario, en muchas ocasiones también, se dan mu
buenos procesos de enseñanza, sin marcados o notorios logros de aprendizaje, de ahí el
argumento de separar ambos términos, pero dan por supuesto, la importancia que tiene cada
uno de ellos en el logro educativo.

Hoy en día, los tiempos siguen cambiando, y la sociedad lo hace también, tanto así, que el que
no se mueve y actualiza con ella, queda desfasado. Y este es el motivo que nos trae hasta aquí,
por la necesidad de revolucionar un poco más a esta pareja de palabras que ha venido
acompañando, desde todos los tiempos, la evolución de la educación.

Enseñanza significa…

Aprendizaje por su parte

Ahora bien, si unimos ambos elementos en los procesos educativos, hay uno que sobre sale y
que se mantiene latente en cada momento, y esta es la enseñanza, y de aquí parte la
propuesta, ya no de separar o reunir nuevamente a esta feliz pareja, sino acabar con su
inestable relación, la propuesta es pues, separarlas definitivamente, eliminando a quien no
tiene nada que hacer ahí, pues con una sola se abarca, indiscutiblemente a ambas, y me
refiero pues a eliminar la enseñanza y quedarnos para siempre sólo con el aprendizaje.

Ello porque en toda acción humana que genere conocimiento, conlleva a un aprendizaje,
tanto del que se dice que enseña, y sin duda y sobre todo, el que aprende.

MIGUEL ÁNGEL ROMERO JAIMES