La resolución apelada me causa agravio, pues el juez del
conocimiento violó los principios rectores de la valoración de la prueba al no estudiar la prueba circunstancial prevista por el artículo 276, del Código de Procedimientos Penales de cuya integración se colige perfectamente que un sujeto engañó a otro haciéndole creer que mediante la entrega de un cheque podría obtener el pago de lo debido a sabiendas que nunca podría cobrar el dinero dado que del informe de la comisión bancaria respectivo se advierte que las cuentas de donde emanaron los cheques que a la postre no pudieron cobrarse no tenían los fondos suficientes para ser cobrados, con lo cual se actualizó el elemento engaño.
Es decir, las pruebas desahogadas en autos permiten
concluir que el sujeto activo engañó a la parte pasiva que le iba a pagar, cuando desde el momento de celebrar el acuerdo de voluntades sabía a la perfección que no tenía los fondos suficientes para librar los cheques que fue imposible cobrar, justamente por insuficiencia de fondos; de ahí que objetivamente se deduzca el dolo con el que actuó la parte inculpada desde el momento mismo de la celebración del acuerdo de voluntades.
Cabe decirse que el ofendido al momento en que le libró los
cheques desconocía si eran pagaderos o no, dada la suficiencia de fondos que eventualmente pudiera representar la cuenta bancaria de la que se desprendieron los mencionados títulos de crédito.
Ciertamente, la prueba indiciaria o circunstancial resulta de
la apreciación en su conjunto de los elementos probatorios que aparezcan en el proceso, mismos que no deben considerarse aisladamente, sino que cada uno de los elementos de la prueba constituye un indicio, un indicador y de su armonía lógica, natural y concatenamiento legal, habrá de establecerse una verdad resultante que unívocamente lleve a la verdad buscada.
Así, del cúmulo de pruebas mencionadas se desprenden
indicios que, entrelazados entre sí, en un orden lógico y natural, integran la prueba circunstancial prevista en el artículo 276 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, que establece:
“Artículo 276. La prueba presuncional o circunstancial se
integra por el conjunto de las desahogadas en el proceso, o por las consecuencias que la ley o el juez deducen de un hecho conocido para llegar a su verdad histórica.”
Lo anterior se afirma, porque la información contenida en
las documentales y declaraciones referidas permite concluir, al menos de manera probable, que la sujeto activo, con la finalidad de obtener para sí una cosa ajena, engañó a la parte ofendida mediante la entrega de cheques a cargo de su cuenta bancaria a sabiendas de que éstos no iban a poder ser cobrados por parte del librado dada la insuficiencia de fondos con que contaba la cuenta bancaría de la que aquéllos derivaban, según se desprende del informe rendido por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
En mérito de lo anterior, es válido colegir que los medios de
convicción existentes en la causa penal 756/2017 son aptos y suficientes para acreditar los elementos del cuerpo del delito de fraude, por lo que se solicita a esta autoridad revoque la resolución apelada.