tema: ¿Qué son los principios generales del derecho? ¿Cuántos y cuáles son? ¿Cuál es su obligatoriedad de aplicación en casos concretos? ¿Cómo y en qué medida deben aplicarse? ¿Se trata de principios universales, eternos o inmutables? ¿Son los mismos en todos los sistemas jurídicos? ¿Cuál es su origen y fundamento? ¿En qué momento dejan de ser principios? Corriente del Jusnaturalismo, estima que los principios generales del derecho provienen del Derecho Natural y son principios universalmente admitidos para la ciencia y no sujetos a controversia. Corriente del Positivismo, estima que son normas jurídicas que estuvieron vigentes y en práctica en una misma legislación; y son los que se identifican con la justicia. Hugo Grocio, definió el Derecho Natural, como: «Conjunto de principios que pretenden tener validez universal» Es un conjunto de principios y preceptos, determinados por la naturaleza misma, cuya finalidad es la justicia. El derecho natural además de pretender la validez universal, es absoluto e inmutable. Para el positivismo, el derecho es definido como una técnica utilizada por el soberano con la intención de influir en la conducta de los demás. El derecho no es más que un mandato emanado del soberano. Para el positivismo jurídico una norma será válida si pertenece a un ordenamiento jurídico, y esto sucede cuando esa norma es dada por la autoridad competente y siguiendo el procedimiento establecido por el mismo ordenamiento jurídico. El derecho positivo negó la existencia de los principios generales del derecho, pero ante el hecho real de su existencia se vio obligado a aceptarlos e incluir alguna parte de ellos en la legislación. El derecho natural no puede confundirse con el derecho positivo y se sostiene que primero fue el derecho natural y luego el derecho positivo. Así los principios generales del derecho constituyen la causa y la base del ordenamiento jurídico y el origen y la base del derecho positivo. Algunos tratadistas sostienen el criterio que los principios no se encuentran descritos en la ley. Otra corriente sostiene que los principios generales del derecho son el origen y fundamento de las normas jurídicas. En Guatemala los constituyentes siguieron esta segunda corriente de pensamiento al incorporar al ordenamiento jurídico positivo, los principios generales del derecho en forma expresa y directa en la Constitución como derechos fudamentales. Derecho a la vida, Derecho de libertad e igualdad, Derecho de libertad de acción, Derecho de petición y obligación de resolver, Derecho de religión, Derecho de Asociación, No hay delito ni falta sin ley anterior, Presunción de inocencia. En la Ley del Organismo Judicial, el artículo 10 literal d) establece que para la interpretación de las normas, los pasajes oscuros se podrán aclarar de acuerdo a los principios generales del derecho. La Ley de Servicio Civil se le contempla como fuente supletoria al preceptuar en el artículo 5: «Los casos no previstos en esta ley, deben ser resueltos de acuerdo con los principios fundamentales de la misma, las doctrinas de la administración de personal en el servicio público, la equidad, las leyes comunes y los principios generales del derecho.» La Declaración Universal de los Derechos Humanos. Convención Americana de Derechos Humanos, conocido como «Pacto de San José» reconoce principios como la Independencia Judicial, el debido proceso, derecho a un recurso efectivo, el derecho de ser oído con las debidas garantías, presunción de inocencia, la libre elección en el trabajo y la seguridad social. La ciencia del derecho tiene sus principios generales, pero cada rama del derecho posee unos principios propios, específicos que permiten por una parte, identificarla como tal y por otra, diferenciarla de otras ramas del derecho. Estos principios constituyen el soporte ideológico en el cual se basa la respectiva disciplina y le sirven a la vez de orientación para su desarrollo, para su interpretación y aplicación. Libertad jurídica, Igualdad, Buena fe, Certeza y seguridad jurídica, No puede alegarse ignorancia de la ley; Irretroactividad de la ley, Ninguna ley es inderogable, Juicio previo, El debido proceso, Derecho de Petición y Obligación de resolver, Sin lo principal no puede existir lo accesorio. Federico de Castro, sostiene que los principios generales del derecho cumplen 3 funciones: A. INFORMADORA: B. NORMATIVA, C. INTERPRETADORA. Se pueden distinguir los principios propios del derecho de trabajo sustantivo o material y los principios propios del derecho de trabajo adjetivo o procesal. Américo Pla Rodríguez en su obra «Los Principios del Derecho del Trabajo» los define como «Líneas directrices que informan algunas normas e inspiran directa o indirectamente una serie de soluciones por lo que pueden servir para promover y encauzar la aprobación de nuevas normas, orientar la interpretación de las existentes y resolver los casos no previstos.» A. Son enunciados básicos que contemplan, una serie indefinida de situaciones, es más que una norma, porque sirve para inspirarla, para entenderla, para suplirla. B. Son distintos de los que existen en otras ramas del derecho. C. Todos los principios deben de tener alguna conexión, ilación o armonía entre sí, ya que en su totalidad perfilan la fisonomía o características de una rama autónoma del derecho, que debe tener su unidad y su cohesión internas. A. Tutelaridad: B. Constituye un mínimo de garantías sociales protectoras del trabajador, irrenunciables para éste, llamadas a desarrollarse posteriormente en forma dinámica a través de la negociación colectiva. C. Es un derecho necesario e imperativo de aplicación forzosa en cuanto a las prestaciones mínimas que concede la ley, de donde se deduce que esta rama del derecho limita bastante el principio de autonomía de la voluntad. El derecho del trabajo es un derecho realista y objetivo lo primero, porque estudia al individuo en su realidad social y considera que para resolver un caso determinado a base de una bien entendida equidad, es indispensable enfocar ante todo la posición económica de las partes y en segundo, porque su tendencia es la de resolver los diversos problemas que con motivo de su aplicación surjan, con criterio social y a base de hechos concretos y tangibles. El Derecho de Trabajo es una rama del derecho público, por lo que al ocurrir su aplicación el interés privado debe ceder ante el interés social o colectivo. El Derecho de Trabajo es un derecho hondamente democrático porque se orienta a obtener la dignificación económica y moral de los trabajadores, y porque el derecho de trabajo es antecedente necesario para que impere una efectiva libertad de contratación. TUTELARIDAD: El artículo 103 de la Constitución Política de la República de Guatemala establece: «Las leyes que regulan las relaciones entre empleadores y el trabajo son conciliatorias, tutelares para los trabajadores y atenderán a todos los factores económicos y sociales pertinentes…» En materia procesal y material, el principio de tutelaridad se manifiesta en dos aspectos. 1. El Principio de Indubio Pro Operario, 2. El principio de la aplicación de la norma más favorable al trabajador. 1. En el Impulso Procesal de Oficio. El artículo 321 del Código de Trabajo, en su primer párrafo, dice: “El procedimiento en todos los juicios de trabajo y Previsión Social es oral, actuado e impulsado de oficio por los tribunales.” Esto quiere decir que el proceso laboral difiere del proceso civil, en que éste último casi siempre es de naturaleza rogada, es decir, cada acto procesal se lleva a cabo cuando una o las dos partes la solicitan, en el proceso laboral, el juez las tiene que programar de oficio, y es más en lo laboral el impulso procesal de oficio se da desde el primer acto o sea la calificación de la demanda, desde que el juez de admisibilidd revisa la demanda y se percata que no llena los requisitos que exige la ley procesal, de oficio debe ordenar al actor que subsane los defectos, puntualizándolos en forma clara y mientras no se cumplan con tales requisitos, no se dará trámite a la demanda. En este último caso, se dan dos aspectos fundamentales que reflejan la presencia del principio de tutelaridad del derecho procesal del trabajo: Que ninguna demanda laboral puede ser rechazada in limine. Que la ley protege al trabajador, en el sentido de que el juez debe depurar la demanda, para evitar luego inexactitudes en cuanto al cálculo de prestaciones y para asegurar la congruencia entre la petición y el fallo. LA INVERSION DE LA CARGA DE LA PRUEBA: Otra institución que representa el principio de tutelaridad, en el juicio ordinario laboral, es la llamada INVERSION DE LA CARGA DE LA PRUEBA. Esto se da únicamente en los casos de despido, y que se encuentra contenida sin este nombre, en el artículo 78 del Código de Trabajo, que establece lo siguiente: “La terminación del contrato de trabajo conforme a una o varias de las causas enumeradas en el artículo anterior, surte efectos desde que el patrono lo comunique por escrito al trabajador indicándole la causa del despido y éste cese efectivamente sus labores, pero el trabajador goza del derecho de emplazar al patrono ante los tribunales de trabajo y previsión social, antes que transcurra el término de prescripción para que le pruebe la causa justa en que fundó el despido…” Existen criterios, que la inversión de la carga de la prueba, está regulada únicamente para los casos de despido directo e injustificado, lo cual no es cierto, pues si nos atenemos a lo preceptuado en el artículo 332 del Código de Trabajo, cuando habla de los requisitos que debe contener una demanda en materia laboral, dice: “Toda demanda debe contener: ….e) Enumeración de los medios de prueba con que acreditarán los hechos individualizándolos en forma clara y concreta según su naturaleza, expresando los nombres y apellidos de los testigos y su residencia si se supiere; lugar en donde se encuentran los documentos que detallará; elementos sobre los que se practicará inspección ocular o expertaje. Esta disposición no es aplicable a los trabajadores en los casos de despido, pero si ofrecieren prueba deben observarla; …” AUSENCIA DEL DEMANDADO A LA PRIMERA AUDIENCIA. Otro aspecto de tutelaridad lo constituye la ausencia del patrono a la primera audiencia, una vez haya sido citado y apercibido de que en dicha audiencia deberá prestar confesión judicial, en este caso el juez simplemente hace efectivo el apercibimiento, y declara confeso al patrono ausente, esto se da aunque el trabajador, tampoco asista a la audiencia, pues es este caso, ambos sujetos procesales, se les declarará rebeldes, sin embargo, al demandando se le declara además confeso, aun y cuando, no se haya presentado pliego de posiciones. En este sentido el artículo 358 del Código de Trabajo establece: “Cuando el demandado no comparezca a la primera audiencia sin justificación y hubiere sido citado para prestar confesión judicial en la misma, bajo los apercibimientos correspondientes, el juez sin más trámite dictará sentencia dentro de cuarenta y ocho horas de celebrada la audiencia.” En la misma forma se procederá en los supuestos del párrafo anterior, cuando se trate de demanda por despido injusto, aunque no hubiere sido ofrecida la prueba de confesión judicial del demandado; …” Es importante resaltar en este punto que la tutelaridad de la ley laboral es manifiesta a tal grado que ni siquiera se necesita ofrecer la prueba de confesión judicial, para que el patrono rebelde, sea declarado confeso, en las pretensiones del demandante. Jaime Beltrán Quiroga, (Beltrán Quiroga, 2010) dice que la característica de simplicidad o sencillez, es la predominante del proceso laboral, simplificar el proceso, limitar y erradicar el culto al formalismo, tan arraigado en un país en que hay cultura de litigio, al extremo de convertirse en una propiedad de los jueces, quienes prefieren pronunciarse sobre los defectos formales antes de entrar a conocer sobre el fondo del conflicto. Los actos procesales deben de desburocratizarse, se debe de impedir que los funcionarios judiciales se conviertan en simples empleados a sueldo, que solo dedican el control de las formalidades documentales y los horarios de ingreso de estos o de las partes a los actos procesales, perturbando e impidiendo de esa forma que se de la finalidad del proceso que es dar solución al conflicto planteado en la relación laboral, sin las dilaciones y obstáculos que genera la mayor atención del formalismo. Entendido éste en el sentido de evitar al máximo los gastos del proceso, de encuentra desde la celeridad y rapidez del juicio hasta la gratuidad y baratura del proceso. Consiste en que el juez esté en contacto con las partes durante la subtanciación del procedimiento. Tal el caso de la recepción de los medios de prueba En cuya virtud deberá de tratarse de reunir el mayo número de actos procesales en la audiencia. Nuestra legislación contempla dicho principio al facultar a las partes a que en la primera audiencia se presenten con sus respectivos medios de prueba. Esta representado por que el procedimiento está compuesto por varias etapas, que se desarrollan en forma sucesiva, impidiendo el regreso a etapas o momentos procesales ya precluídos o pasados. Consiste en el derecho que tienen las partes y hasta terceras personas, a presenciar todas las diligencias, examinar autos y escritos delas partes, excepto actuaciones que merezcan reserva razonable de índole moral. Consiste en que los medios de prueba diligenciados y producidos por una de las partes, no benefician solamente a ella, porque se convierten en pruebas del proceso y no de las partes, por lo que pueden eventualmente favorecer o perjudicar a los demás litigantes. Consiste en la adecuación, correlación y armonía entre las peticiones de tutela realizadas por las partes y lo decidido en el fallo de la sentencia. También llamado principio de PROBIDAD, consiste en la obligación que tienen las partes y sus abogados de litigar de buena fe en juicio, con el complemento de sancionar a los maliciosos, por lo que debe de darse al juzgador el más amplio poder para sancionar a litigantes y abogados que traten de valerse de maniobras sorpresivas, retardatarias o fraudulentas para vencer al contrario por hambre o agotamiento. Según Nájera Farfán, la oralidad no constituye propiamente un principio, sino una forma de sustanciar el proceso.