Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
La Ley de Bosques establece que las provincias deberán realizar el ordenamiento territorial
de sus bosques nativos (OTBN) a través de un proceso participativo, categoriza los usos
posibles para las tierras boscosas: desde la conservación hasta la posibilidad de
transformación para la agricultura, pasando por el uso sustentable del bosque. Así zonifica
los bosques de la siguiente manera:
Categoría I (rojo): sectores de muy alto valor de conservación que no deben desmontarse ni
utilizarse para la extracción de madera y que deben mantenerse como bosque para
siempre. Incluirá las reservas naturales y sus áreas circundantes, que tengan valores
biológicos sobresalientes, y/o sitios que protejan cuencas hídricas de importancia (nacientes
de ríos y arroyos).
Categoría II (amarillo): sectores de alto o medio valor de conservación, que pueden estar
degradados pero que si se los restaura pueden tener un valor alto de conservación. Estas
áreas no pueden desmontarse, pero podrán ser sometidos a los siguientes usos:
aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica.
Categoría III (verde): sectores de bajo valor de conservación que pueden transformarse
parcialmente o en su totalidad, con la previa realización de una Evaluación de Impacto
Ambiental
Un aspecto importante que incorporó la norma es la constitución del Fondo Nacional para el
Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos "con el objeto de compensar a
las jurisdicciones que conservan los bosques nativos, por los servicios ambientales que
éstos brindan". Este mecanismo de compensación por servicios ambientales, además de
ser el primer antecedente de este tipo en la legislación argentina, se enmarca en la
concepción de que el ordenamiento territorial por sí solo pierde sentido si no está
acompañado de políticas activas que apoyen y promuevan el uso sustentable del bosque
nativo.
La Ley de Bosques es una herramienta que debe ser aplicada adecuadamente para
asegurar la conservación de nuestros bosques nativos. En este sentido, la Fundación Vida
Silvestre Argentina está participando y monitoreando la aplicación de esta normativa,
principalmente, en las provincias de la región del Chaco (Chaco, Formosa, Salta, Santiago
del Estero) y la Selva Paranaense (Misiones), para promover el uso sustentable y a largo
plazo de nuestros bosques nativos.
“A pesar de esto, durante 2008 y 2009 la norma no contó con los fondos correspondientes.
Una mínima parte fue incorporada recién en 2010, sustancialmente menor a lo que dicta la
Ley de Bosques. Además, una parte de éstos fue reasignada para otros fines, como el
Programa Fútbol para Todos (144 millones)”, recordó a Chequeado.com Hernán Giardini,
coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
Si se toman en cuenta los datos oficiales, es posible comprobar que la asignación fue
menor a lo que dicta la norma. Se puede llegar a esa conclusión, incluso, sin tener en
cuenta la recaudación por retenciones.
En 2011, ante la falta de aprobación por parte del Congreso de la Ley de Presupuesto
Nacional, se repitió la partida establecida el año anterior, con lo que el fondo volvió a ser
inferior a lo estipulado por la norma.
Por su parte, el proyecto de ley de presupuesto nacional para el 2012 destina una partida de
$ 267.467.000 al FNCBN, y $ 32.618.000 para el Programa Nacional de Protección de los
Bosques Nativos (lo que totaliza $ 300.085.000). “Esto significa que la suma asignada para
la protección de los bosques nativos durante el año 2012 sería aproximadamente 5 y 7
veces menor a lo establecido en la legislación vigente”, destacó Pablo Herrera, director de
Conservación de la Fundación Vida Silvestre.
Otro de los problemas del cumplimiento de la ley está relacionado con el ordenamiento
territorial. Diecisiete provincias lo han realizado y refrendado mediante una ley provincial.
Sin embargo, Giardini enfatizó: “Algunas provincias, como Santiago del Estero, Córdoba,
Chaco, están autorizando la realización de desmontes selectivos para la aplicación de
sistemas silvopastoriles en los bosques nativos clasificados en la Categoría II (amarillo), los
cuales según la norma sólo pueden ser utilizados para el aprovechamiento sostenible, el
turismo y la recolección e investigación científica”.