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La palabra Derecho se una indistintamente tanto para indicar la norma jurídica considerada individualmente

como para referirse al conjunto de normas que constituyen el ordenamiento jurídico.


La norma jurídica nunca está sola, sino como integrante de un conjunto regulativo que se encarga de organizar
un cuerpo social. El conjunto de normas jurídicas vigentes en determinada colectividad constituye el Derecho u
ordenamiento jurídico.
Con la coincidencia de la idea de Derecho con la idea de Ordenamiento Jurídico se quiere significar que el
Derecho no se debe entender respecto a las normas que lo componen aisladamente consideradas, sino en su conjunto.
El ordenamiento jurídico es el todo, y la norma solo una parte de este.
Como conjunto de normas, el Derecho no es un cuerpo de preceptos dispersos, amontonados, uno al lado del
otro sin ninguna conexión, no están yuxtapuestos o solo alineados en serie, todos del mismo rango, sino como un
sistema orgánico, coherente, integrado jerárquicamente por normas de distinto valor, todas unidas por un relación
de fundamentación, es decir, que unas normas se fundan o derivan de otras.
La conceptualización y estudio del Derecho como norma jurídica individualizada ha ocupado el pensamiento
jurídico desde los primeros tiempos. En cambio, el derecho como conjunto de normas organizadas sistemáticamente
en un todo unitario, es de reciente data, concretamente, de principios del siglo XX. Su análisis como ordenamiento
jurídico surge con la teoría del derecho como Institución y con la teoría normativista de él.
En efecto a principios del siglo pasado se cuestionó, por inadecuada e insuficiente, la concepción del Derecho
como Norma. Este cuestionamiento surge con los seguidores de la Teoría Del Derecho Como Institución entre los
cuales descuellan el francés HAURIOU (Teoría de la institución y de la fundación) y el italiano SANTI ROMANO,
quien en 1917 publicó la obra El Ordenamiento Jurídico (L’ Ordinamento Giuridico). Para estos autores, el Derecho
no sólo está integrado por normas, sino por otros elementos más esenciales que estas, como son los institucionales
y organizativos.
Para HAURIOU, el elemento objetivo del Derecho es la institución y no la norma. Las instituciones son las que
hacen las reglas de Derecho y no estas las que hacen las instituciones. El centro y fuente de la juricidad es la
institución y no la regla jurídica, por ello, la concepción del derecho no debe centrarse en la norma sino en la
institución.
Para SANTI ROMANO, la institución es un ente o cuerpo social organizado. No cree, como Hauriou, que ella
sea fuente de Derecho sino que identifica al concepto de “institución” con el de ordenamiento jurídico”. Para esta
concepción del derecho como ordenamiento jurídico o como institución, sus elementos esenciales son: la sociedad
(el Derecho presupone la existencia de esta; solo los grupos organizados producen su propio Derecho), el orden
social y la organización, la organización es anterior a las normas.
La teoría normativista del Derecho (KELSEN, HART Y BOBBIO) concibe al ordenamiento jurídico no como
institución sino como conjunto sistematizado de normas
No hay ordenamiento jurídico de una sola norma, sino de un conjunto de normas. Como dice Bobbio, para
concebir un ordenamiento compuesto por una sola norma es necesario imaginar una sola norma que se refiera a
todas las acciones humanas posibles y las calificase con una sola modalidad deóntica, y con ello se tendrían tres
posibilidades de concebir ordenamiento compuesto por un sola norma:
a. Todo está permitido : Una norma de este género es la negación de cualquier ordenamiento jurídico, es la
definición del estado de naturaleza, que es la negación de la sociedad civil.
b. Todo está prohibido: Una norma como esta toma imposible toda clase de vida social humana, la cual empieza
cuando el ser humano está en condiciones de realizar algunas acciones que le son posibles.
c. Todo está ordenado.
Al ordenamiento jurídico lo integran normas de Derecho de toda índole y de distinto rango: leyes generales:
Constitución, leyes ordinarias, reglamentos, etc; normas particulares: contratos, testamentos, etc; normas
individualizadas: sentencias, laudos arbitrales, etc; normas de origen estatal y también la costumbre acogida por el
ordenamiento estatal. Todas ellas sistematizadas de modo unitario, conexo, armónico y jerárquicamente, desde las
más abstractas y generales hasta las más concretas e individuales.
En ese sentido hablamos de ordenamiento jurídico peruano, argentino, español, canónico, etc. Aquí las normas
generales priman sobre las de menor generalidad y estas sobre las concretas e individuales: La constitución que es
la más general de todas las normas, prevalece sobre los reglamentos, contratos, sentencias, etc.
En el ordenamiento jurídico las normas están conexas en una relación de fundamentación: unas se fundan o derivan
de otras. Por ejemplo, el que un hombre mate a otro puede ser un homicidio o la ejecución de una pena de muerte
(KELSEN). El sentido jurídico de este acto va a ser dado por una norma. En el plano del ser, los hechos no tienen
un sentido Para obtener este sentido hay que pasar del mundo del ser al del deber ser, la norma. “El sentido jurídico
de un hecho va a estar dado por una norma jurídica que se refiere a ese hecho mediante su sentido”

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