Significa enfrentarse a un adversario o a un obstáculo de frente, o luchar contra
algún enemigo victoriosamente, en un plano de igualdad.
Para Folkman y Lazarous el afrontamiento consiste en todos los esfuerzos
cognitivos y conductuales para superar, reducir o tolerar las demandas, sin importar que las demandas estén impuestas desde el exterior e interior. El afrontamiento busca, suavizar o atenuar el impacto de las demandas. Una forma en la que podemos afrontar las situaciones es intentando cambiar la relación yo- ambiente.
Lo que plantea Lazarus es que ante situaciones estresantes, las personas
despliegan unos “esfuerzos cognitivos y conductuales cambiantes que se desarrollan para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos del individuo”. Estos mecanismos de afrontamiento, a la vez que sirven para manipular el problema en sí, son esenciales para regular las respuestas emocionales que pueden aparecer ante circunstancias estresantes.
Un enfoque centrado en el problema parece el más racional, pero el estrés a
menudo provoca fuertes conflictos y reacciones emocionales. El afrontamiento tiene que trabajar entonces para disminuir el malestar. A lo que se llamó afrontamiento paliativo o centrado en la emoción.
Estilos de afrontamiento
Son formas habituales o estereotipadas de enfrentarse a una crisis. Los recursos
pueden ser personales, sistemas sociales o atributos físicos, en los rasgos personales más importantes se encuentran la autoeficacia, optimismo, percepción y control y la autoestima. Los recursos sociales se componen de la familia, amigos, trabajo y sistemas oficiales de ayuda. Los recursos físicos incluyen una buena salud, adecuada energía física, alojamiento funcional y un mínimo de estabilidad financiera.
Estilos de afrontamiento: estrategias reactivas y proactivas
Una reacción habitual o estereotipada ante el estrés se denomina estilo de
afrontamiento. Una persona proactiva es aquella que actúan pronto para evitar que se desarrolle el estrés, angustia o ansiedad (situacional). Una persona reactiva se preocupa poco de los esfuerzos preventivos y reacciona sólo de forma instintiva cuando tiene lugar el estrés (emocional). Algunas personas se vuelven agresivas en reacción a la amenaza, mientras que otras se tornan sumisas