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Algunas reflexiones acerca de la democracia, el estado y sus múltiples caras

Guillermo O’Donnell

I. Comentarios introductorios
El autor menciona que desde su postura, la cual señala que puede estar algo sesgada
por ser politólogo y no un especialista en administración pública, abordará de manera
cautelosa la relación entre democracia y estado.

II. Algunas precisiones conceptuales


Respecto al Estado, la definición mínima que da de estado consiste en “una entidad que
demarca un territorio frente al de otras entidades semejantes, proclama autoridad sobre
la población de ese territorio y es reconocido como tal estado por otros estados y
diversas instituciones internacionales”. La emergencia de estos en América Latina difiere
de los países centrales. Además, en el interior de esta región también se pueden
encontrar significantes diferencias entre los estados, dichas diferencias han marcado las
características de cada uno de ellos y, por lo tanto, no deben ser ignoradas, pues además
de centrarse en el proceso de democratización se incluye el desarrollo humano, el
crecimiento económico y la equidad social.

El autor señala que la idea del estado no debe ser concebida como un trasplante
mecánico, sino que este puede destruirse, reconstruirse y construirse sometido a las
influencias de la sociedad nacional e internacional. Ante ello propone una definición de
Estado, la cual es la siguiente: Un conjunto de instituciones y de relaciones sociales (la
mayor parte de ellas sancionadas y respaldadas por el sistema legal de ese estado) que
normalmente penetra y controla el territorio y los habitantes que ese conjunto pretende
delimitar geográficamente. Esas instituciones tienen como último recurso para
efectivizar las decisiones que toman, la pretensión de monopolizar la autorización
legítima de los medios de coerción física, y además pretenden ejercer supremacía en el
control de dichos medios, que algunas agencias especializadas del mismo estado
normalmente ejercen sobre aquél territorio.

De acuerdo a tal definición presentada el estado incluye al menos cuatro dimensiones,


las cuales son las siguientes:

Burocracia: conjunto de organizaciones complejas jerárquicamente pautadas que


tienen responsabilidades legalmente pautas apuntadas a proteger algún aspecto del
bien público. Mientras más se ajusten estar burocracias a sus responsabilidades más se
marca la eficiencia del estado

Sistema legal: reglas que penetran y co-determinan las relaciones sociales. La relación
entre esta dimensión y la burocracia es cercana, pues el sistema legal determina las
responsabilidades que le serán asignadas a la burocracia.

Constitución de una identidad colectiva: La burocracia y el sistema legal planean


generan para los habitantes del territorio un gran bien público del orden general y con
ello, se espera garantizar la continuidad histórica a través de la creación de una
identidad colectiva. Es por ello que muchas veces los funcionarios públicos hablarán de
un “estado-para-la-nación” o un “estado-para-el-pueblo”.

Capacidad de filtraje: estado como filtro que se propone a regular qué tan abiertos o
cerrados están algunos espacios y fronteras. Esto se da de manera clara en el territorio
y el mercado. Ello con la finalidad de buscar el bienestar para su población.

En resumen, la eficacia de las burocracias estatales, de la efectividad de su sistema legal,


de su papel de foco de identidad y de su capacidad de filtraje, ayudarán al desarrollo del
Estado; sin embargo, cada dimensión tiene cierto grado de carencia
III. Mirando el Caleidoscopio
IV. Cascadas
V. Múltiples caras
VI. Transitando roles
VII. Algunas (inevitablemente) parciales conclusiones
VIII. Coda

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