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Los siguientes siete años que pasé en la casa Joestar – en otras palabras, los
siete años previos a que mi plan fuera descubierto obviamente no fueron los más
agradables.
Pero lo que era menos divertido era la familia Joestar--- al igual que la
escuela y las relaciones con otros humanos, todo era demasiado soso.
Demasiado tibio.
Para alguien que una vez miró a los nobles con hostilidad como yo lo hice,
esa ausencia de resistencia se sentía como intentar golpear el aire. Incluso sentía que
había cometido algún error grave, irreversible.
¿No eran los nobles grandes enemigos para mí? ¿Entonces por qué todo se
sentía tan--- insípido?
Bueno, todo lo que puedo decir es que era la emoción de la juventud. Todo
siguió igual, pasé siete años sin revelar mis verdaderas emociones, portando la
máscara de buen estudiante, manteniendo la cabeza abajo…
Pero después de que esos siete años transcurrieron, mis planes fueron
descubiertos por Jonathan, y ya no tenía sentido mantener esa farsa un segundo más.
Tiene poco objeto el redactar los detalles de un plan fallido, sin embargo,
omitirlos desafiaría totalmente el propósito de escribir este registro. Por lo tanto lo
explicaré brevemente.
Pasé de ser Dio Brando a ser Dio Joestar--- Ahora que lo menciono, Joseph
Joestar, Jotaro Kujo, y la enferma Holly Joestar, a quienes trato de intimidar ahora
son descendientes tanto de Jonathan como de mí, Dio. En cuestiones legales y
sanguíneas.--- No es que marque alguna diferencia.
Llevar el apellido Brando – heredado por mi padre – no pudo haber sido más
desagradable. Pero de alguna manera, heredar el nombre Joestar era igual, si no es
que más desagradable para mí.
--- Creo que era porque aunque empezaba a pasarse al “lado caritativo”, al
final era como Jonathan, un “heredero”.
No tenía ninguna esperanza de cambio--- No, es más correcto decir que sentía
ansiedad.
Llámalo como quieras, esperanzas o ansiedad, al ser criado por ese noble
llamado George Joestar en su residencia--- Al ser acogido por él, yo, Dio, no puedo
decir que jamás pensé en que perdería la única cosa que aprendí en mi pueblo natal –
mi ambición.
Sentí que al igual que mi vida empezó de verdad cuando maté a mi padre ---
al matar a George Joestar mi vida avanzaría una vez más.
Y así, sin titubeos, con el simple sentimiento de que era necesario, decidí
asesinar a mi segundo padre.