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La definición de los Objetivos Estratégicos, los indicadores y las metas, permiten establecer
el marco para la elaboración de la Programación Anual Operativa que es la base para la
formulación del proyecto de presupuesto.
La planificación estratégica pone su foco de atención en los aspectos del ambiente externo a
la institución: los usuarios finales a quienes se entregan los productos principales o estratégicos
y los resultados finales o los impactos de su intervención.
Establecer los indicadores como fase final de la PE, implica definir cuáles son indicadores
estratégicos y cuáles serán parte de los indicadores operativos del control de actividades
necesarias para la implantación de los planes, proyectos, etc.
o Misión.
o Visión.
Se debe evitar repetir las funciones, y los productos que caracterizan la definición de la misión.
Asimismo, no deberían señalarse aquellos aspectos relacionados con los proyectos de
modernización de corto plazo.
Objetivos estratégicos.
Los objetivos estratégicos son los logros que la entidad pública, ministerio u órgano, espera
concretar en un plazo determinado (mayor de un año), para el cumplimiento de su misión de
forma eficiente y eficaz.
Cuando una entidad se propone establecer sus objetivos estratégicos, debe partir
necesariamente de un diagnóstico institucional, que permita identificar las brechas desde el
punto de vista organizacional que le dificultan obtener el mejoramiento esperado de la gestión
y los resultados que se quiere alcanzar. En este sentido no tan solo para abordar la misión sino
también para la construcción de objetivos y estrategias se utiliza en general un análisis de los
aspectos internos y externos a la entidad.
El tipo de restricciones pueden provenir tanto desde la propia organización (que en este caso
convencionalmente se han denominado “debilidades”), o bien desde el ambiente externo, que
también se conocen mejor como amenazas. Desde el punto de vista de las condiciones
favorables, éstas también pueden provenir desde el ámbito interno que en general se las ha
denominado como “fortalezas”, o del ambiente externo o entorno a la organización u
“oportunidades”.
Por otro lado el tipo de desempeño que se espera logre la institución, tiene ciertas
características, y dentro de las más importantes es que responda no solo al cumplimiento de
sus objetivos (eficacia) sino también que lo haga al mínimo costo (o sea con un
aprovechamiento pleno de los recursos que se le han encomendado), y además, que dicho
desempeño garantice el cumplimiento de ciertos estándares y expectativas de los usuarios en
la política pública, los bienes y servicios entregados, etc., es decir que sea de calidad.
También debe asegurar que el manejo de los recursos haya sido con “economía”, es decir si
tuvo que hacer una compra, asegurar que fue al mejor precio, asimismo si se trata de
administrar el programa, la idea es que los gastos administrativos estén en un determinado
estándar.
Las estrategias son las directrices que ayudan a elegir las acciones adecuadas para alcanzar
las metas de la organización. Permiten la definición de las metas, los Programas y planes de
acción y la base para las prioridades en la asignación de recursos. Las Estrategias proporcionan
una base para la toma de decisiones respecto de los cursos de acción propuestos.
Una estrategia “curso de acción”, es una decisión que tiene que ser tomada con máxima
precaución y con el acuerdo del equipo directivo. Los diferentes tipos de estrategias deben
considerar aspectos como, por ejemplo:
Una vez que tienen determinadas las estrategias preliminares a seguir, es importante definir
en base a las metas que se han establecido para los indicadores estratégicos, cuán lejos o
cerca está la organización de alcanzarlos con los recursos previstos, con las capacidades de
recursos humanos, con la tecnología que se puede disponer, etc. Para determinar cuán lejos o
cerca se está de alcanzar los objetivos a través de estas estrategias se debe volver al análisis
realizado de las Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas.
En términos ya más concretos resulta útil señalar qué podemos hacer para acercar los
objetivos definidos con las reales posibilidades de la organización, una vez que ya hemos
optado por una estrategia:
Ampliar el marco de tiempo para cumplir con el objetivo. Se debe considerar si la
asignación de recursos actual es apropiada y si lograr las metas agresivas tomará más
tiempo del inicialmente planeado.
Reducir el tamaño o alcance del objetivo, Esta táctica se aplica cuando la visión es
apropiada pero los objetivos menores o un poco modificados son más realizables o
implican menos riesgo.
Reasignar recursos para lograr metas. Esto solo se puede aplicar si las metas se pueden
lograr sólo al reagrupar los recursos existentes que se han diseminado excesivamente.
Obtener nuevos recursos, Esta táctica se considera solo cuando son necesarios nuevos
talentos, nuevos productos, mercados o capital para lograr las metas deseadas.
Los planes de acción se realizan una vez que tenemos claro cuáles serán las estrategias que
permitirán “cerrar las brechas” entre lo que deseamos alcanzar y las dificultades que enfrena la
organización actual y el entorno.
Estos planes son carácter operativo y se desarrollan a nivel de cada una de las unidades o
áreas de negocios, centros de responsabilidad que tienen a cargo la generación de un producto
final, y establecen los respectivos requerimientos de recursos humanos y financieros que
permiten posteriormente la formulación del presupuesto.
El desarrollo de los planes operativos en el ámbito de las instituciones públicos está
claramente determinado por metodologías y procesos que obedecen a reglamentaciones
propias de las oficinas de planeación y/o presupuesto.
Las filas presentan información acerca de cuatro niveles de objetivos llamados Fin, Propósito,
Componentes y Actividades, en donde:
Fin: Es la contribución del programa, en el mediano o largo plazo, al logro de un objetivo del
desarrollo nacional
Propósito: Es el resultado directo a ser logrado en la población o área de enfoque como
consecuencia de la utilización de los componentes (bienes y/o servicios) producidos o
entregados por el programa.
Componentes: Son los bienes y/o servicios que produce o entrega el programa para cumplir
con su propósito; deben establecerse como productos terminados o servicios proporcionados.
Actividades: Son las principales acciones emprendidas mediante las cuales se movilizan los
insumos para generar los bienes y/o servicios que produce o entrega el programa.
Las columnas registran la información sobre el resumen narrativo o los objetivos, los
indicadores, las fuentes de información y los factores externos o supuestos, cuya ocurrencia es
importante para el logro de los objetivos, en donde:
Resumen Narrativo: Es la descripción de los objetivos de cada nivel de la MIR y corresponde
a la primera columna.
Indicadores: Son el instrumento para medir el logro de los objetivos de los programas y un
referente para el seguimiento de los avances y para la evaluación de los resultados alcanzados.
Su ubicación corresponde a la segunda columna.
Medios de Verificación: Son las fuentes de información para el cálculo y monitoreo de los
indicadores. Corresponde a la tercera columna.
Supuestos: Son los factores externos o situaciones ajenas al programa que deben cumplirse
para el logro de los objetivos del programa y se ubican en la cuarta columna.
Indicador de Desempeño
En la MIR, los instrumentos para el monitoreo de los avances en cada objetivo se denominan
indicadores y su finalidad es mostrar información relacionada con el desempeño de dicho
objetivo. Los indicadores cumplen la misma función que los de carácter cotidiano: mostrar
información concerniente a un objetivo único; deben proporcionar información clara y precisa
sobre el desempeño y el cumplimiento de los objetivos establecidos en la MIR. Dado que los
objetivos son únicos dentro de la matriz, también lo serán los indicadores (aunque puede haber
un cierto número que den cuenta de un mismo objetivo). Cada indicador monitorea el objetivo
al que se encuentra asociado y sólo ofrece información relativa a éste. Aunque conceptualmente
la construcción de indicadores es sencilla, es necesario hacer algunas aclaraciones sobre qué
son y qué no son.
Un indicador de desempeño, es la expresión cuantitativa construida a partir de variables
cuantitativas o cualitativas, que proporciona un medio sencillo y fiable para medir logros
(cumplimiento de objetivos y metas establecidas), reflejar los cambios vinculados con las
acciones del programa, monitorear y evaluar sus resultados.
El indicador se debe aplicar en la planeación y la programación, para utilizarse en el
seguimiento y en la evaluación de los programas de presupuesto. En tales términos, el indicador
debe entenderse que siempre es de desempeño (cumplir con el cometido).
Tipos de indicadores de la MIR.
Los indicadores deben representar la relación de dos o más variables a fin de que sea más
fácil analizar los resultados alcanzados por un programa. Es importante también que los
indicadores estén contextualizados, es decir, que se describan algunas características
geográficas o temporales que permitan al indicador reflejar respecto a qué está midiendo; en el
ejemplo anterior, la fe de erratas ayudó a identificar que las personas capacitadas tenían una
característica particular: todas residían en una “ciudad no-capacitada”; el indicador deja en claro
respecto a qué variables están midiéndose sus avances y en qué contexto se deben evaluar.
En resumen, un indicador debe cumplir, en principio, con las dos siguientes características:
a) El indicador debe ser una relación entre dos o más variables.
a) Indicadores de eficacia.
Los indicadores de eficacia miden el grado del cumplimiento del objetivo establecido, es decir,
dan evidencia sobre el grado en que se están alcanzando los objetivos descritos. Este tipo de
indicadores son los más comunes dentro de las MIR.
En virtud de que la información que proporcionan estos indicadores concierne al cumplimiento
de los objetivos, éstos pueden ubicarse en cualquiera de los niveles de la MIR. Sin embargo,
estos indicadores no brindan información sobre el uso de recursos o las características de los
bienes y servicios entregados. En cuanto a actividad, componente y propósito, es necesario,
dependiendo del objetivo, complementar la información con algún otro indicador de diferente
dimensión.
b) Indicadores de eficiencia.
Los indicadores de eficiencia miden la relación entre el logro del programa y los recursos
utilizados para su cumplimiento. Estos indicadores cuantifican lo que cuesta alcanzar el objetivo
planteado, sin limitarlo a recursos económicos; también abarca los recursos humanos y
materiales que el programa emplea para cumplir el objetivo específico.
c) Indicadores de economía.
Los indicadores de economía miden la capacidad del programa para administrar, generar o
movilizar de manera adecuada los recursos financieros. Estos indicadores cuantifican el uso
adecuado de estos recursos, entendido como la aptitud del programa para atraer recursos
monetarios ajenos a él que le permitan potenciar su capacidad financiera y recuperar recursos
financieros prestados.
La diferencia esencial con los indicadores de eficiencia (relacionados con recursos
económicos) es que a los indicadores de economía no les interesa el cumplimiento de los
objetivos; únicamente observan la administración de los recursos financieros por parte de los
responsables del programa. Las características particulares de estos indicadores les permiten
sólo ubicarse en el nivel de actividad donde se encuentran asociados, en la mayoría de las
veces, a objetivos como recuperación de cartera y atracción de recursos externos.
d) Indicadores de calidad.
Éstos miden los atributos, las capacidades o las características que tienen o deben tener los
bienes y servicios que se producen. Los programas establecen las características mínimas que
han de cumplir los bienes y servicios que entrega a la población; los indicadores de calidad
permiten monitorear los atributos de estos productos desde diferentes perspectivas: la
oportunidad, la accesibilidad, la percepción de los usuarios y la precisión en la entrega de los
servicios.
Oportunidad: se refiere a aquellos indicadores que proporcionan información sobre la
atención que el programa brinda a sus beneficiarios. Los indicadores describen la
conveniencia del tiempo y lugar en que se realizan las acciones del programa.
Accesibilidad: se refiere a los indicadores que reflejan información sobre la cualidad de
acceder a algún lugar. Estos indicadores describen, principalmente, si la infraestructura
que genera el programa cuenta con accesos para personas con capacidades diferentes.
Percepción de usuarios: es la calidad más común a ser cuantificada; se refiere a opinión
de los beneficiarios del programa sobre los bienes o servicios que recibieron del
programa.
Precisión: cuantifican los fallos o errores que pueden ocurrir durante la gestión o la
generación de los bienes o servicios que produce el programa.
En virtud de que se miden los atributos de los bienes y servicios que genera el programa, se
recomienda implementarlos únicamente a nivel de componente. Estos indicadores no deben
ser usados para medir el desempeño de los objetivos de fin ni de propósito, debido a que la
información que proporcionan no se refiere a los resultados del programa; sólo reflejan las
características de los bienes y servicios entregados a la población beneficiaria.
Finalmente, la decisión de incluir las diferentes dimensiones de los indicadores depende de los
responsables del programa. Los indicadores, más que un elemento para la fiscalización, deben
ser vistos como herramientas de monitoreo y evaluación. El medir distintos aspectos permite
mostrar de manera más clara los logros alcanzados por el programa.
d) Efectividad.
La efectividad mide el impacto final de la actuación sobre el total de la población
involucrada. Razón por la que a estos indicadores se les denomina también indicadores
de impacto.
El valor, efectiva o potencialmente creado, no puede medirse en base exclusivamente a
los productos, ya que éstos en general carecen de una significación propia, sino en
relación con los resultados e impactos que generan.
Los indicadores de efectividad constituyen un valioso complemento de los indicadores
de eficiencia, dado que la eficiencia en el ámbito de la gestión pública debe entenderse
como relación entre costes y valor efectivamente producido. Por esta razón, se debe
procurar maximizar el valor efectivamente creado a través de la actuación de los poderes
públicos, minimizando los recursos utilizados para conseguirlo.
e) Equidad.
La equidad se mide en función de la posibilidad de acceso a los servicios públicos de los
grupos sociales menos favorecidos en comparación con las mismas posibilidades de la
media del país.
Desde esta perspectiva, el principio de equidad busca garantizar la igualdad en la
posibilidad de acceso a la utilización de los recursos entre los que tienen derecho a ellos.
En otras palabras, la medición de la equidad implica medir el nivel de justicia en la
distribución de los servicios públicos.
f) Excelencia.
El término o noción de excelencia nos remite a la calidad de los servicios, desde la óptica
del usuario. Por esta razón, en este punto, conviene poner especial énfasis en el enfoque
orientado hacia el cliente, el cual se encuentra estrechamente vinculado con la concepción
de que la Administración no es sino un servicio y la población su clientela potencial.
Estas ideas nos remiten a un enfoque sobre las características deseables o esperadas-
de la Administración:
- Que sea comprensible para el ciudadano;
- Que sea espacial, temporal y materialmente accesible;
- Que responda a las expectativas en ella depositadas (que aporte soluciones), y
- Que permita la participación del ciudadano en la determinación de necesidades
administrativas que le afecten.
g) Entorno.
El proceso de globalización y de cambios constantes que vive actualmente la
economía mundial hace imprescindible el control del entorno. Ello implica conocerlo,
entenderlo y adaptarse flexiblemente a los cambios que en él se produzcan.
h) Sostenibilidad.
El concepto de sostenibilidad se refiere a la capacidad de mantener un servicio con
una calidad aceptable durante un largo período de tiempo.
Bibliografía:
- Josep Maria Guinart, Indicadores de gestión para las entidades públicas. Escuela de
Administración Publica de Cataluña, 2003
- Dra. Marianela Armijo. Manual de planificación estratégica e indicadores de desempeño.
CEPAL.2009.
- Secretaria de Hacienda y Crédito Público. Guía para el desarrollo de Indicadores
Estratégicos. 2010.
- CONEVAL. Manual para el diseño y la construcción de indicadores. 2014.